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¿QUÉ ES ELMÉTODO?

El método científico es un modelo general de acercamiento a la realidad, una


especie de pauta o matriz que es muy abstracta y amplia, y dentro de la cual
caben los procedimientos y técnicas más específicas que se emplean en las
investigaciones

editar ] Introducción
La Historia ocupa un capítulo aparte porque se ocupa del estudio del ser humano en la sociedad, en el
contexto más amplio, político, económico y cultural. Se ocupa de las tendencias, desarrollo, cambio y
continuidad en el tiempo. Supone un diálogo entre el presente y el pasado; cada generación debe re-escribir
su propia historia a la luz de nuevas investigaciones, por esta razón Ortega y Gasset afirmaba que el hombre
no tiene naturaleza sino historia.
La Historia es además un saber científicamente configurado con un método peculiar, que la distingue de la
mera crónica del pasado o del mero relato de los hechos.

[editar] Método histórico


Consta de tres etapas: heurística, de crítica histórica y síntesis histórica o reconstrucción del pasado.

[editar] Etapa heurística


Consiste en buscar los hechos del pasado que permitirán en su momento reconstruir el hecho. Son las
fuentes de donde brota toda la información necesaria para conocer la época que se estudia. Pueden ser de
varios tipos:

1. Vestigios. Son aquellos restos o huellas del pasado que han llegado a la actualidad. Por
ejemplo restos arqueológicos, adornos, hachas, instrumentos, edificios etc.
2. Testimonios. Son los restos destinados por sus creadores a informar a las generaciones
futuras, por ejemplo un arco del triunfo, una crónica de un reinado etc.

[editar] Etapa de crítica histórica. Hermenéutica o interpretación


Se trata de evaluar críticamente los restos hallados, ver su autenticidad, si corresponde a su época, si no han
sido alterados o tergiversados con posterioridad.
Sin embargo, el problema más difícil que se presenta a los historiadores en esta etapa, es calibrar la
credibilidad que pueden tener algunas fuentes, especialmente los testimonios y las crónicas, ya que en
muchas ocasiones estos testimonios reflejan la versión y los intereses de las personas que detentaban el
poder en esos momentos. Por ejemplo las crónicas de los reyes medievales cuyos cronistas eran pagados por
ellos mismos.
También es importante en esta etapa, la evaluación del tipo de fuente que se maneja, por ejemplo: ”Esto es
un documento importante porque fue escrito por el único testigo ocular que sobrevivió a los hechos” etc.
La apropiación de la fuente que se evalúa varía según la época que se estudie; por ejemplo, hay gran
diferencia entre el estudio de:

1. Una comunidad prehistórica.


2. Una revuelta campesina en la Edad Media.
3. La Revolución Francesa.
4. La conquista de América.
5. El advenimiento de la Segunda Guerra Mundial.
6. Causas de la Guerra Civil española de 1936, etc.

Si intentamos buscar las fuentes más adecuadas para estudiar estas épocas tan diferentes, podremos darnos
cuenta de que muchas fuentes son inadecuadas o fueron destruidas.

[editar] Síntesis histórica o reconstrucción del pasado


Consiste en reconstruir los sucesos del pasado sobre la base de las fuentes – vestigios y testimonios – ya
criticados.
Esta tarea es difícil por dos razones:

1. Por razones objetivas, que son los problemas que plantean las fuentes, autenticidad,
correspondencia con la época etc
2. Subjetivas, se precisa la imparcialidad del historiador, que a su vez pertenece a la época y tiene
la mentalidad que le ha tocado vivir en su contexto sociocultural. Ferdinand Tönnies (1855–1936) –
eminente historiador y sociólogo alemán– dice que:

« La historia se escribe casi siempre en función del presente. (...) Se tiende a seleccionar del pasado los
hechos o desarrollos que hoy día nos parecen más importantes, porque los contemplamos con la perspectiva
del paso del tiempo. Se puede distorsionar el pasado pintando un panorama con los colores de los propios
juicios del historiador, o por otras razones menos deliberadas. »

Ferdinand Tönnies

Puede ocurrir que el historiador se acerque a los hechos, pensando que la historia se desarrolla en función de
leyes, por ejemplo, ¿ha habido progreso en la sociedad a partir de la modernidad o con la revolución
industrial, o con el advenimiento de la tecnología y la igualdad en las clases sociales?
Otras veces se utiliza a personajes del pasado como representaciones de ideologías contrarias en el
presente; es el caso de Juana de Arco. En el libro de Marina Warner Juana de Arco, imagen del heroísmo
femenino, la autora muestra cómo la imagen de Juana ha sido explotada por diversas ideologías políticas con
el paso del tiempo. Ha sido heroína para los monárquicos católicos, para los individualistas republicanos y
para los románticos, y cada uno de ellos ha creado su mito particular. Otro libro parecido es el de Pieter Geyl
sobre Napoleón, Napoleón for and against (Napoleón a favor y en contra).
Por esta razón la filosofía reflexiona sobre el conocimiento que podemos tener del pasado y qué hay de
realidad en él. La filosofía de la historia se hace preguntas del siguiente tipo:

1. ¿Cómo se establecen conexiones causales entre los acontecimientos de la historia? ¿Cuáles


son los criterios para evaluar críticamente estas conexiones?
2. ¿Puede proporcionar la historia una guía para entender el presente? ¿Cuáles podrían ser las
“lecciones de la historia” para las generaciones futuras?
3. ¿Son los juicios de valor un defecto en los escritos sobre historia? ¿Se debería evitar siempre los
términos que contienen juicios de valor, tales como atrocidad, despótico, explotador, héroe, heroína o
libertad, o por el contrario la exclusión de los juicios de valor, quitaría sentido a la historia misma?

Finalmente nos planteamos la pregunta principal: ¿Por qué debemos estudiar historia? ¿Por qué ocupa un
papel tan fundamental en el sistema educativo? La mejor respuesta está a mi juicio en los siguientes textos de
R. G. Collingwood y de Arthur Marwick.
R.G. Collingwood|R.G. Collingwood (1880 – 1943), conocido filósofo cuyo interés principal es la historia, en su
gran obra Idea de la historia, nos dice:
“¿Para qué sirve la historia? Mi respuesta es que la historia es para que los humanos se conozcan a sí
mismos, sin que esto signifique un mero conocimiento de sus cualidades personales; sino más bien conocer
su naturaleza como persona humana. Conocerse a sí mismo significa primero qué es el hombre; segundo
saber qué es ser la clase de persona que se es, y tercero saber qué es ser la persona que usted es; y que
nadie puede saber lo que es capaz de hacer hasta que haya probado a realizarlo; la única clave de lo que el
hombre puede hacer es lo que ya ha hecho, y, por tanto lo que es”.
Arthur Marwick|Arthur Marwick (1936 – 2006), ha investigado la relación entre la guerra y la sociedad en el
siglo XX, y ha descrito la necesidad psicológica que tiene el ser humano de la historia, de este modo afirma:
“A quienes plantean la pregunta “¿para qué sirve la historia?”, la respuesta más vigorosa y esclarecedora es
sugerir que traten de imaginar cómo sería la vida diaria en una sociedad en la que nadie supiera historia. La
imaginación quedaría paralizada porque es sólo mediante el conocimiento de su historia que una sociedad
puede conocerse así misma. Así como un hombre sin memoria y sin el conocimiento de sí mismo es un
hombre a la deriva, una sociedad sin memoria - o más correctamente, sin recuerdos - y sin conocimientos de
sí misma, sería una sociedad a la deriva

Método Histórico
EL MÉTODO HISTÓRICO

Para definir mejor lo que significa método histórico, o también llamado Método Científico de la Realidad Histórica, es
necesario saber primero ¿que es método?; método deriva de las palabras griegas “meta” y “odos”, que quiere decir
“el camino, la ruta por la cual se llega hacia el fin o el objetivo predefinido. Método es un procedimiento general,
basado en principios lógicos que pueden ser comunes a varias ciencias; una técnica es un medio específico usado
en una ciencia determinada o en un aspecto particular de esta.

La historia surgió con el fin de conocer los acontecimientos por los que los ser humano habían pasado. Por tanto, al
tener como objeto de estudio un aspecto de la realidad humana, no puede extrañar ni que tenga un procedimiento
para indagarla, es decir, un método, ni que éste sea disímil del que usan disciplinas cuyo objeto es investigar otro
aspecto, distinto, de esa misma realidad humana. La historia es un estudio elaborado científicamente cuya finalidad
es llegar a conocer al hombre y sus múltiples actividades realizadas en otros tiempos, actividades y creaciones
materiales e inmateriales con las que ha cubierto el tiempo y el espacio de la tierra.

Dentro del correr de los tiempos, muchos historiadores, científicos, filósofos, y hasta estadistas, han intentado
manifestar sus ideas frente al quehacer de la investigación histórica, desde puntos de vista positivistas, del
materialismo histórico, de la calidad y cantidad y hasta de los tipos de fenómenos humanos, sociales y económicos,
del hombre en desarrollo. Así se han generado con ellos, algunos tipos de Métodos en los cuales se expone el
Método Histórico en sí, siendo los más importantes los que a continuación pasamos a describir.

• MÉTODO DIALÉCTICO Y EL MATERIALISMO HISTÓRICO:

El método dialéctico o hegeliano (por Friderich Hegel), tuvo una fuerte influencia en el desarrollo del conocimiento
histórico durante el siglo XIX. Con posterioridad, el filósofo alemán Karl Marx, continuó el camino de la dialéctica,
considerando que era el único capaz de explicar la presencia de una ley del desarrollo social e histórico, él creía en
la dialéctica como un método lógico, apto para explicar una materia de estudio en constante desarrollo y de revelar la
necesidad de su desarrollo.

Para Marx la historia del hombre en sociedad no es otra cosa que la relación fundamental hombre-naturaleza-
hombre. La Historia nace y se desarrolla a partir de la primera mediación que pone en relación al hombre con la
naturaleza y al hombre con los otros hombres: el trabajo. La Historia es, por consiguiente, la historia de la
procreación del ser genérico del hombre por el trabajo y por las mediaciones que de éste derivan. Esto no significa
que la Historia sólo "narre" el desarrollo de las fuerzas productivas: significa solamente que esas fuerzas productivas
son los hechos históricos básicos que constituyen el fundamento de la Historia, quedando sobrentendido que la
Historia también incorpora todo lo que deriva de ellas (y especialmente todo el proceso cultural del hombre, todas
sus alienaciones y todo el producto de las alienaciones).

La Historia no tiene, pues, un fundamento diferente del resto de la realidad. Ahora bien, la realidad, como hemos
visto, es dialéctica, posee un devenir. Por esta razón tiene una historia y es Historia. Y también por esto el
materialismo histórico no es diferente del materialismo dialéctico: es la aplicación a la Historia de una doctrina para la
que toda la realidad tiene una estructura dialéctica.

Al igual que el materialismo dialéctico consiste —en su aspecto negativo—, en primer lugar, en rechazar todo dato
eterno o trascendente a la experiencia sensible, el materialismo histórico consiste también —en su aspecto negativo
— en rechazar toda lectura de la Historia que no parta del hecho histórico fundamental. Niega toda lectura de la
historia que consistiera en hacer sujeto de la Historia, bien a un sujeto trascendente (Dios, Providencia, Espíritu),
bien a un sujeto que sólo fuera un derivado del acto procreador del hombre (ideas del hombre, nociones, Estados,
Imperios, Iglesias, etc.). Rechazo, especialmente, de la filosofía hegeliana de la Historia, que la convierte en la
historia del Espíritu y que pretende reducir todo lo real a objetivaciones sucesivas del Espíritu. Rechazo, también, de
la "historia filosófica" al estilo de Bruno Bauer, para el que la Historia se reduce a batallas de ideas.

Ahora bien, para que la Historia sea real y fiel hay que remontarse al primer acto que el hombre realiza y que le hace
diferente del resto de la naturaleza y de los animales: la producción de objetos para la satisfacción de sus
necesidades. Ahí comienza la Historia y así continúa. Es verdad que la satisfacción de las primeras necesidades
engendró otras, que engendraron a su vez nuevos instrumentos y relaciones de intercambio, etc.; y es verdad
también que las relaciones sociales se enriquecen y se transforman con el modo social de producción. Pero en la
base siempre se encuentra el hombre. La historia humana no puede hablar más que del hombre. Ahora bien, el
hombre es, fundamentalmente, un complejo de necesidades que se satisfacen mediante el trabajo productivo. Si la
Historia pretende narrar los hechos del hombre haciendo abstracción de ese hecho histórico fundamental, no puede
atribuir las causas de los actos humanos más que a ficciones o a hechos derivados.

Existe siempre interacción entre las relaciones sociales y las fuerzas productivas. Estas determinan a aquéllas, que,
a su vez, engendran necesidades y nuevos medios para satisfacerlas. Así, un cierto nivel de las fuerzas productivas
dio lugar a la relación social de la propiedad privada, que reunió a su vez las condiciones para un nuevo progreso de
los medios de producción.

• MÉTODO CUANTITATIVO:

Esta técnica fue definida por Jean Marczewuski, como un método de historia económica que integra todos los
hechos estudiados en un régimen de cuentas independientes y que extirpa sus conclusiones en forma de agregados
cuantitativos determinados, íntegra y únicamente, por los datos del sistema. Por otra parte también se entiende
como un método auxiliar de otros procedimientos de investigación social.

Su utilización en la Ciencia Histórica ha sido ventajosa para la ordenación de cifras y datos referentes a los hechos
económicos. Conviene tener presente que como el objeto de la historia no es la cantidad, el método cuantitativo no
es propiamente un método histórico en el sentido de que haya nacido como procedimiento para conocer la realidad
histórica. Al estar tomado de otra ciencia, su aplicación a la historia sólo puede servir para el conocimiento de
aquellos aspectos que se encuentran aptos de por sí para que se les pueda conocer estadísticamente.

De hecho, la cuantificación supone un cambio de perspectiva; lo que interesa ya no es el hecho singular, la


coyuntura, sino la permanencia estructural, que permite extraer leyes, conclusiones generales. De ahí la importancia
que el cuantitativismo tendrá, aunque no es exclusiva, para la historia de los hechos económicos, demográficos, etc.

• MÉTODO MODELOS O TIPOLÓGICOS:


Debemos al polaco Jerzy Topolsky el desarrollo técnico de este concepto del conocimiento basado en fuentes, y la
plena toma de conciencia de su rol esencial en la investigación histórica.

En líneas generales, podemos decir que este concepto metodológico, se sostiene sobre la tesis de que es
indispensable referirse a las leyes siempre que hablemos de acciones racionales en historia. Estas pueden
presentarse como afirmaciones de actos específicos en condiciones concretas. Es interesante destacar en este
punto que Topolsky realiza un intento por zanjar la problemática de la explicación histórica buscando superar las
posiciones extremas representadas por un empirismo lógico-formal y un racionalismo-intuicionista. En este último
aspecto, reconoce un valor heurístico a la empatía en el momento que el historiador sugiere hipótesis psicológicas,
pero sólo eso, ya que considera el método empático no es útil para explicar en el proceso de comprobación de
hipótesis.

Su interpretación humanista de la conducta racional es sumamente restringida, individualista, ya que parte para su
observación del análisis del grado de conocimientos, normas y objetivos propios del actor social de su estructura
motivacional. En otros términos, el historiador debe ser capaz de reconstruir la lógica de la situación, en la cual se
desarrolla una acción racional.

El fracaso de las sistematizaciones históricas ha provocado la duda sobre "si es posible formular una ley histórica
que la realidad confirmaría". Esta duda se ha hecho tan general, que los intelectuales ya no se aventuran a construir,
así como los filósofos de la primera mitad del siglo XIX, planes de historia universal; es un hecho, por otra parte, la
incredulidad de los economistas sobre la posibilidad de controlar las fuerzas económicas. Cabe señalar la duda de
¿es necesario deducir de las dificultades del problema histórico y de los fracasos de las tentativas para resolverlo,
que su solución está fuera del alcance del espíritu humano? Los fenómenos sociales instituirían, pues, una
excepción, y serían los únicos que no podrían ser encadenados lógicamente a causas determinantes. Por ello los
métodos históricos no necesariamente son los únicos utilizables para el estudio de la historia, si bien cada uno es útil
para el entendimiento de algunos aspectos cualitativos, cuantitativos o seriales, y tipológicos, del quehacer del
hombre en sociedad, y el hombre en naturaleza, cuya conducta puede ser predecida en masa, pero que tiene un
margen de error, pues la conducta humana es la menos controlable, y más inestable de todos los seres vivos.

BIBLIOGRAFÍA:

 “La Sociedad Antigua”, Morgan H. Lewis.


 “Historia de las Ideas Políticas”. Jean Touchard. Traducción de J. Pradera.
 “Principios de la Ciencia Nueva”, Juan Bautista Vico.
 “El Método Histórico”, P. Lafargue.

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