You are on page 1of 3

Problemas emocionales

A lo largo del tiempo ha habido una resistencia general a la aceptación de la existencia


de problemas emocionales y/o trastornos de la personalidad en los niños. Hoy en día, se
ha observado que, al igual que los adultos, los niños pueden tener problemas
emocionales de tal magnitud que llegan a interferir con su comportamiento general (la
manera en que piensan, sienten y actúan), su relación consigo mismo y con el medio
que los rodea.

Es común pensar que es algo “normal” que “va a pasar”; sin embargo, estos problemas
son reales y pueden ser muy dolorosos y discapacitantes para el niño que los está
viviendo. Pueden tener un impacto serio en todas las esferas de la vida de un individuo
como, el comportamiento y aprovechamiento académico en la escuela, la interacción
con los compañeros o la familia, el funcionamiento cognitivo y emocional que se refleja
en su percepción de sí mismo, de los demás y en su relación con la realidad. Estos
trastornos se relacionan con los suicidios, la delincuencia, el fracaso académico, la
disfunción social y el abuso de sustancias.

No siempre es fácil distinguir entre lo normal y lo patológico. Los niños y adolescentes


presentan cambios constantes en su temperamento, comportamiento y desarrollo. Estos
cambios de comportamiento se vuelven patológicos cuando se presentan de manera
excesiva y crónica e interfieren con el funcionamiento individual o cuando los actos
dañan el bienestar físico, emocional o social del niño y/o de quienes lo rodean.

Según Kernberg,O., un niño normal es aquel que funciona de acuerdo con las normas de
desarrollo, según las expectativas de género, y que ha establecido un sentido de
identidad apropiado a su edad. Así, un niño puede establecer relaciones con los demás y
anticipar sucesos, ejecutar, completar tareas y usar el sentido del humor y la
sublimación. Las relaciones sociales reflejan una capacidad de empatía y mutualidad,
consideración por los demás y habilidad de tener amigos de verdad. Puede controlar
sus impulsos, tienen capacidad de introspección,así como un sentido de realidad
desarrollado. Existe una capacidad para conocer las reglas sociales, éticas y morales,
aprender de los errores, sentir remordimiento y reparar.

Problemas Emocionales Infantiles

Algunos de los problemas emocionales más comunes en la niñez son:


• Depresión Infantil- presentan una imagen negativa de sí mismos y un temor al
fracaso, sienten que son malos, prevalece la autocrítica y la degradación. Los niños no
pueden escapar de sus sentimientos de tristeza por periodos prolongados de tiempo. En
la infancia, los niños no cuentan con el vocabulario suficiente para describir
adecuadamente sus sentimientos, todavía no tienen la capacidad para entender ni
explicar lo que les está pasando.
Debido a esto, tienden a reflejar estos sentimientos en sus conductas, las cuales
conforman los síntomas de este trastorno: Bajo rendimiento escolar, mutismo, temores,
ansiedad, estrés, dificultad para manejar la agresión, falta de cooperación, quejas físicas,
sentimientos de tristeza, baja autoestima, sentimientos de culpa, cambios en la
alimentación y el sueño, pérdida de interés en actividades cotidianas, pensamientos
recurrentes de muerte o suicidio, pérdida de energía, irritabilidad, llanto incontrolable,
falta de concentración, hiperactividad.
• Enuresis - falta involuntaria del control en la emisión de la orina (durante el día o la
noche), después de que ya ha sido adquirida la madurez fisiológica (aproximadamente a
los 3 años). Se puede presentar por algún traumatismo psíquico o a raíz de un evento
estresante o traumático que proviene del medio que lo rodea.

• Trastorno de Ansiedad- todos en algún momento presentamos cierto nivel de


ansiedad o temor. Los niños tienen miedos que, ocasionalmente, no entienden los
adultos. A ciertas edades parecen tener más miedos, los cuales van desapareciendo
paulatinamente. Se vuelve patológico cuando persisten durante un periodo de tiempo
prolongado y existe una preocupación extrema y exagerada que interfiere con la vida
diaria del niño. Síntomas: ansiedad motriz, reacción de sobresalto, tensión excesiva,
aislamiento social, baja tolerancia a la frustración, baja autoestima, rendimiento
académico bajo, poca confianza en sí mismo, depresión, angustia, enojo, resentimiento,
falta de comunicación. Si esto no es tratado, los niños tienden a presentar habilidades
sociales poco desarrolladas y son vulnerables al abuso de sustancias en un futuro. Puede
llevar a que en etapas más desarrolladas la persona presente problemas de adaptación.

Los trastornos de ansiedad incluyen:


• Fobias- aversión o miedo irracional y exagerado ante objetos o situaciones
específicas.
• Ansiedad de Separación- ansiedad intensa que se presenta ante la separación de un
padre o algún ser querido; puede llegar a ocasionar pánico. Es una reacción tan intensa
que interfiere con la rutina normal del niño. Pueden presentar quejas somáticas como:
dolores de cabeza, dolores de estómago, nauseas y vómito. Como consecuencia, se
puede dar una fobia a la escuela (no desean ir al colegio por la ansiedad que ocasiona
dejar a los papás).
• Trastorno por estrés post traumático- recuerdos, después de un evento traumático.
• Trastornos del Sueño- el niño duerme menos de lo esperado o no tan profundo. Las
pesadillas y los terrores nocturnos son los más comunes (el niño despierta angustiado,
gritando, agitado y pidiendo ayuda, vive el sueño como real).

Todos estos síntomas que muestra el individuo hablan de un problema de mayor


profundidad. Las causas de estos problemas pueden ser inconscientes, la persona no se
da cuenta de por qué se siente tan mal. Para conocer estos motivos, al igual que para
encontrar métodos eficaces para enfrentar y resolverlos y así vivir de manera más sana,
libre y satisfactoria, es de suma importancia buscar ayuda profesional. Tratar el
problema de raíz desde una etapa temprana puede evitar mucho sufrimiento en etapas
posteriores del desarrollo. Si los padres o maestros sospechan que un niño presenta
algún tipo de problema emocional es recomendable asistir con un especialista para
evaluar qué está sucediendo y poder actuar lo más pronto posible para resolverlo y
frenar el sufrimiento emocional que está viviendo el niño. Es una situación complicada
y delicada tanto para el niño como para los padres, es por ello que, en ocasiones, es
difícil buscar ayuda de un profesional. Como padre, es importante tener un
acercamiento con los hijos, hablar de cómo están y cómo se sienten. Es importante
observar las conductas que presenta el niño tanto con los miembros de la familia como
personas externas en distintos ámbitos sociales. Al buscar ayuda psicoterapéutica, es
importante hablarlo con el niño para que entienda que no es un castigo, que no va asistir
porque es un “niño malo”, ni porque está haciendo algo “mal”, sino que es una forma
para que se pueda sentir mejor.

You might also like