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Forum
Número 1
Enero – julio de 2011
ISSN 2216-1775
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011
ISSN 2216-1775
Revista del Departamento de Ciencia Política. Facultad de Ciencias Humanas y
Económicas de la Universidad nacional de Colombia, Sede Medellín.
Vicerrectora de la Sede: Ana Catalina Reyes Cárdenas
Decano de la Facultad: Renzo Ramírez Bacca.
Director Departamento de Ciencia Política: Gerardo A. Durango Álvarez.
Director de la Revista: Gerardo A. Durango Álvarez.
Coordinador Revista impresa: Santiago Arroyave Alzate.
Estudiante de Ciencia Política.
Coordinador Revista Electrónica: Juan Camilo Grajales B.
Estudiante Ciencia Política Universidad Nacional, sede Medellín.
COMITÉ EDITORIAL
Gerardo A. Durango Álvarez. Doctor en Derecho: derechos fundamentales.
Director Departamento Ciencia Política Universidad Nacional, Sede Medellín.
Adolfo Eslava Gómez. Magíster en Economía.
Director pregrado en Ciencia Política Universidad EAFIT, Medellín.
Juan Antonio Zornoza, Doctorando en Historia. Director grupo de investigación -GPPT-
Ronald Raúl Celik Schlothauer. Doctor en Ciencia Política, Universidad Libre de Berlín.
Rainiero Jiménez Martínez. Candidato a Doctor. Profesor Universidad Nacional.
William Ortiz Jiménez. Doctor en Sociología y Ciencias Políticas. Vicedecano de
Investigación
y Extensión Facultad Ciencias Humanas y Económicas, Universidad Nacional, Sede
Medellín.
Santiago Leyva Botero. Doctor en Gestión Pública. Profesor Universidad EAFIT.
Andrés Botero. Doctor en Derecho. Profesor Universidad Medellín.
Santiago Arroyave Alzate. Estudiante de Ciencia Política Universidad Nacional, Sede
Medellín.
Juan Camilo Grajales. Estudiante de Ciencia Política Universidad Nacional, Sede
Medellín.
COMITÉ CIENTÍFICO
Edemir Carvahlo, Doctor en Ciencias Sociales. Profesor Universidad Estadual Paulista,
Brasil.
Sergio Gustavo Astorga, Doctor en Ciencia Política Centro de Estudios Trasandinos y
Latinoamericanos.
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales -UNCUYO. Centro Universitario. Mendoza-
Argentina.
José María Sauca Cano. Doctor en Derecho, Profesor Universidad Carlos III de Madrid-
España.
Ronald Raúl Celik, Doctor en Ciencia Política, Universidad Libre de Berlín.
Roselly Estefanes Pacheco. Doctoranda en Derecho Universidad Pontifica de Paraná,
Brasil.
María Mercedes Molina Hurtado, Doctora en Estudios Latinoamericanos Universidad
Autónoma de México.
Director de diseño y montaje: Juan Camilo Grajales B.
Correo electrónico: ecp_med@unal.edu.co
Sitios web: http://nemesis.unalmed.edu.co/publicaciones/revistas
Precio $12.000 (Colombia)
Contenido
Presentación
La Revista Forum surge como una propuesta académica de los estudian-
tes y docentes del pregrado de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias
Humanas y Económicas de la Universidad Nacional de Colombia, Sede
Medellín, tendiente a promover y difundir los productos académicos re-
sultantes de los proyectos de investigación. Con este objetivo, la revista
presenta a la comunidad académica y al público en general un conjunto
de artículos que son el resultado del desarrollo investigativo de docentes,
estudiantes y egresados, en temas claves para la interpretación del con-
texto nacional e internacional, como son: La teoría política, la democra-
cia, los movimientos sociales y los derechos fundamentales, entre otro.
La Ciencia Política está sujeta a una dinámica constante, a los cambios y
ritmos que la sociedad reclama de acuerdo con las transformaciones en
los ámbitos culturales, sociales, económicos y políticos. Esta situación es
fundamental a la hora de emprender nuevos proyectos académicos. La
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¿“Socialismo del siglo XXI” o viejo centrismo
estatal? Una lectura disidente de las
transformaciones en Venezuela*
Raúl Zelik**
Resumen
Las transformaciones políticas en Venezuela polarizan los debates, no
sólo en Colombia. Lo que para unos es una dictadura comunista, para
otros representa una esperanza de democratización y justicia social. En
realidad, un análisis serio de la ‘Revolución Bolivariana’ muestra un pa-
norama mucho más complejo y contradictorio. Por un lado, hay impor-
tantes avances en la política social: con la recuperación de los ingresos
petroleros —que antes no salieron de la empresa estatal PDVSA— el Go-
bierno venezolano ha logrado disminuir la desigualdad social. Numero-
sas misiones en las áreas de salud, educación y vivienda han mejorado
notablemente las condiciones de vida de los más pobres. Paralelamente,
la nueva Constitución ha abierto espacios de participación ciudadana,
permitiendo la inclusión política de grupos tradicionalmente margina-
dos.
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Por otro lado, sin embargo, hay un liderazgo cada vez más personalizado
del presidente Chávez y el país apenas ha avanzado en la transformación
de su modelo económico rentista. A pesar de una retórica alternativa e
importantes esfuerzos en políticas de desarrollo, Venezuela sigue depen-
diendo completamente de las exportaciones petroleras y de las importa-
ciones agrarias.
El autor sostiene que Venezuela necesita superar este impasse si realmen-
te quiere convertirse en una alternativa para América Latina. Para ello,
no obstante, sería necesaria la apertura de un debate abierto y autocrítico
en el país.
Palabras clave: Venezuela, Revolución Bolivariana, misiones, estado ren-
tista, desarrollo alternativo.
Abstract
The political changes in Venezuela polarized debates, not only in Colom-
bia. What for some is a communist dictatorship, for others it represents
a hope for democratization and social justice. In fact, a serious analysis
of the “Bolivarian Revolution” shows a much more complex and contra-
dictory. On the one hand, there are important advances in social policy:
the recovery of oil revenues that had not left the state company PDVSA.
The Venezuelan government has reduced social inequality. Numerous
missions in the areas of health, education and housing have significantly
improved living conditions for the poorest. In parallel, the new Consti-
tution has opened spaces for citizen participation, allowing the political
inclusion of traditionally marginalized groups.
keywords: political changes, democratization, social justice, Bolivarian
Revolution, Constitution.
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¿“Socialismo del Siglo XXI“ o viejo centrismo estatal? – una lectura disidente de las transformaciones en Venezuela
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El que PDVSA entregue hoy nuevamente una gran parte de sus ganan-
cias al Estado, y que de esta manera se haya generado un margen políti-
cofiscal para programas sociales, no se puede explicar simplemente con
la vertiginosa subida del precio del petróleo desde 2002. Sin la disposi-
ción del Gobierno a enfrentarse a poderosos intereses minoritarios no
serían financiables sus programas sociales.
De ahí que, en su contenido, me parezca más interesante el segundo argu-
mento que considera la actual política social como un retorno del especí-
ficamente venezolano populist system of conciliation (Rey, 1991). De hecho,
subvenciones para alimentos, programas de vivienda, salud y educación,
financiados con medios públicos, fueron siempre en el pasado (pero so-
bre todo durante la bonanza petrolera bajo el presidente Carlos Andrés
Pérez) un firme componente integral de la política gubernamental. Tal
sistema de altos gastos públicos conducía ciertamente a una reducción
de la pobreza absoluta (Cfr. Buxton, 2003), pero al mismo tiempo servía
de mecanismo para el enriquecimiento elitario. En una entrevista con el
autor (Zelik, 2003), el antiguo Viceministro de Planificación, Roland De-
nis, calificó este fenómeno como ’modelo venezolano de acumulación’.
Como quiera que la economía descansaba sobre la renta petrolera (admi-
nistrada por el Estado), la acumulación privada-capitalista tenía lugar,
consecuentemente, también dentro del Estado. El populismo era el teja-
do a cuyo cobijo se desarrollaba la apropiación de riqueza pública. Los
proyectos de infraestructura y construcciones eran calculados muy por
encima de los costes reales, y así es como los fondos públicos otorgados
desaparecían en bolsillos privados. Tan sólo el presidente socialdemócra-
ta (más tarde incluso vicepresidente de la Internacional Socialista) Carlos
Andrés Pérez, parece haberse adjudicado de esta guisa miles de millones
a su cuenta particular.
El puntofijismo trajo por tanto un estatalismo dominado por la corrupción
y el clientelismo, con lo que se fue erosionando ya en sus primeros años
la legitimidad de la ‘democracia modelo de Venezuela’ —como errónea-
mente se la llamaba con frecuencia—. Pero en tanto que una parte de
la riqueza petrolera llegaba a los segmentos bajos de la sociedad, este
sistema se mantenía más o menos estable. Este orden se derrumbó, sin
embargo, en 1983, cuando Venezuela cayó en la trampa de la deuda y se
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¿“Socialismo del Siglo XXI“ o viejo centrismo estatal? – una lectura disidente de las transformaciones en Venezuela
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En la agricultura, esta deformación —subdesarrollo producto de riqueza—
condujo a fenómenos particularmente absurdos: En 2000, Venezuela im-
portaba (y sigue importando hoy) un 60% de sus alimentos. La agricultura
existente está marcada por una ganadería extensiva lo que también tiene
consecuencias políticas: para los propietarios de las fincas ganaderas, la pro-
piedad del suelo es en primera línea una forma de inversión especulativa.
La aniquilación de la producción nacional (como consecuencia de los altos
ingresos petroleros) corre por tanto paralela con un fortalecimiento de una
oligarquía rural políticamente reaccionaria. Precisamente este grupo es el
que en los últimos nueve años se ha opuesto a reformas con particular ve-
hemencia. Parece absurdo pero la mayor parte de los asesinatos políticos
cometidos en los primeros 7 años del Gobierno de Chávez se ha producido
en relación con conflictos de tierras; la gran mayoría de las víctimas procedía
de las filas del movimiento campesino, asesinadas por sicarios a sueldo de
grandes terratenientes venezolanos.
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En 2003, los empleados públicos tuvieron que esperar en parte casi medio
año a que les pagaran su sueldo.
3
Calificar a esta movilización de “espontánea” pasa por alto el hecho mismo,
ya que los barrios pobres de Caracas disponen perfectamente de formas pro
pias de organización que han ido creciendo con el tiempo. Para evitar cono
cidas e infructuosas discusiones en torno a las relaciones entre espontanei-
dad, organización e institución, he propuesto por ello (Zelik, 2006) discutir
el proceso venezolano con base en el concepto del rhizome, desarrollado por
Deleuze/Guattari —es decir, partir de conexiones autoorganizadas, múltiples,
que se vinculan de manera no concéntrica ni obligatoriamente jerárquica.
4
En ambos casos el ejército también jugó un papel clave. Pero en última ins-
tancia fue la movilización antigolpista la que generó entre las filas de los
militares un cambio repentino de opinión.
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En este sentido es correcto hablar de tres actores. Mientras que la oposición
trataba de impedir una redistribución de ingresos y posesiones, la base so-
cial del chavismo exigía exactamente esa transformación. En muchos con-
flictos, por ejemplo en los del campo en el sur y oeste venezolanos, el Go-
bierno se encontraba largo tiempo entre estas posiciones.
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vados de sus derechos, no puede ser descalificada sin más como manio-
bra táctica electoral.
Un segundo aspecto de las misiones, no menos interesante que el ante-
rior, consiste en la movilización social que por lo menos al comienzo las
acompañaba. Hasta fines de 2003 el Gobierno de Chávez se hallaba en
la peculiar situación de que pese a formar el Gobierno no controlaba el
aparato del Estado ni estaba ‘en el poder’ —una situación ya discutida
instructivamente por Rossanda (1975) con base en el ejemplo de Chile
bajo Salvador Allende. Pero esta situación de crisis llevó en el caso ve-
nezolano a una provisionalidad notable: el Gobierno de Chávez se vio
obligado en 2003 a gobernar al margen de su aparato administrativo— o,
como también se decía, a poner un bypass. En este sentido, las misiones
eran medidas gubernamentales improvisadas en el conflicto con la opo-
sición. Con base en el ejemplo de las tiendas Mercal, administradas por
el Estado, se puede analizar bien este hecho —incluidas también sus con-
tradicciones—.
A la creación de estas tiendas precede la crisis de finales de 2002. La huel-
ga general, apoyada fundamentalmente por empresarios y por la clase
media,6 condujo entonces a un colapso del suministro de bienes de con-
sumo diario, que ya no podían ser despachados por el comercio al por
mayor. En Caracas surgió en esta situación una especie de economía de
emergencia: el Gobierno compraba alimentos, gas de cocina y gasolina en
el extranjero, los militares transportaban los bienes a los barrios pobres y
la distribución era organizada por organizaciones de las parroquias como
se llaman en Venezuela. De esta manera recibieron las redes de base un
reconocimiento político que hasta entonces les había sido negado. Con la
creación de las tiendas Mercal se quería institucionalizar esta experien-
cia. Las tiendas habrían de garantizar un abastecimiento independiente
de grandes empresas y posibilitar al mismo tiempo una política diseñada
de compra (el objetivo era priorizar alimentos producidos por coopera-
tivas o procedentes de países latinoamericanos). Pero esta orientación
6
Sólo en el sector petrolero —por lo demás central— fue secundada la huelga
general de seis semanas por una mayoría de los empleados. En los otros sec
tores fueron los empresarios mismos quienes cerraron sus negocios y parali
zaron las plantas de producción.
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En el barrio La Vega, empleados de Mercal informaron sobre desfalcos masi
vos en la empresa. En general llama la atención que numerosos productos
sigan siendo importados de los EUA —el que la política de subvenciones del
Estado venezolano venga a beneficiar, a fin de cuentas, a empresas transna
cionales. Como aspecto positivo hay que mencionar, sin embargo, el hecho
de que las tiendas Mercal abastecen de alimentos de manera segura, tam-
bién en barrios bajos lejanos, los comedores populares (creados en el marco
de programas de salud).
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En la Unión Soviética el salto al desarrollo industrial entre 1930 y 1960 co
rrió paralelo a un autoritarismo y centralismo brutales. Es curioso que en los
exitosos Estados capitalistas del sureste asiático el desarrollo discurriera en
muchos aspectos de manera similar. Corea del Sur, por ejemplo, logró incor
porarse a la economía global entre 1960 y 1990 bajo una así llamada dictadura
desarrollista.
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¿“Socialismo del Siglo XXI“ o viejo centrismo estatal? – una lectura disidente de las transformaciones en Venezuela
tal de cuño soviético— que todos ellos han fracasado. Lo cual no quiere
decir necesariamente que, en principio, tal política haya de ser errónea.
Aunque sí habría que dar una respuesta a por qué estos enfoques tampo-
co se desarrollaron del modo deseado.
Y es precisamente este debate —decisivo— el que evade el Gobierno en
Venezuela. Pero no sólo eso: en manifiesta contradicción con su propio
discurso, el Gobierno de Chávez defiende a Cuba como modelo social.
Aquí, hasta el observador mejor intencionado, que reconoce los logros
cubanos en la manutención de servicios básicos, tiene que constatar la in-
eficacia e incrustación de la economía y la ausencia de una participación
y democracia real en la sociedad cubana.
La actitud chavista frente a Cuba es perfectamente característica del pro-
yecto del Gobierno venezolano. Los plausibles principios son contra-
rrestados regularmente por la praxis política. Se habla, por ejemplo, de
desarrollo alternativo, ambientalmente adecuado, pero se siguen otor-
gando derechos de explotación minera en regiones indígenas a empresas
transnacionales. Se formula una crítica conceptualmente correcta al Esta-
do pero al mismo tiempo se crean instituciones que son alarmantemente
similares a las viejas: no transparentes, ineficientes y democráticamente
incontrolables, sirven a los nuevos funcionarios para su enriquecimiento
personal.9 Por cierto, no debe sorprender que las nuevas se parezcan a
las viejas instituciones. El carácter clientelista del Estado venezolano no
se explica en primera línea por la inmoralidad del personal corrompible:
su problema ha sido siempre, y sigue siéndolo, de caracter estructural. El
hecho de que la renta petrolera sea distribuida dentro del Estado, lo con-
forma de manera clientelista. El enriquecimiento personal sólo se podría
frenar si se produjera una democratización radical, vale decir, si se cuidara
de la transparencia del aparato y de una participación ciudadana activa.
Cierto, se habla en Venezuela de una tal contraloría social —ella es incluso
uno de los pilares de la reforma administrativa—, pero en la práctica el
9
Sobre las proporciones reales de la corrupción no disponemos de datos
seguros. También hay que reconocer que las quejas de la corrupción se
cuentan entre las ocupaciones preferidas de los venezolanos. Sin embargo,
no hay duda de que el control ciudadano previsto por la ley (Contraloría
Social) apenas ha mostrado efectos hasta hoy.
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Como ‘ideología de la tonelada’ se designaba en el socialismo de Estado la
praxis política de mostrar los éxitos económicos en magnitudes (de peso).
Esta manera de proceder aportó estrafalarios frutos: para cumplir con el ren
dimiento previsto (definido en peso) hubo, por ejemplo, fábricas de muebles
soviéticas que se dedicaron a fabricar armarios de metal, innecesariamente
pesados, para poder así alcanzar la meta prevista con un menor número de
piezas.
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Conclusión
Un juicio concluyente sobre la política social y de desarrollo del Gobierno
de Chávez no podrá ser por tanto homogéneo. El reproche que le hacen
muchos observadores de que el Gobierno reparte los ingresos petroleros
sólo por el cálculo político de mantenerse en el poder, es con toda seguri-
dad falso. Si lo importante para el Gobierno de Chávez fuera sólo seguir
en el poder, más fácil le sería seguir sirviendo a las élites tradicionales. En
política social, el chavismo presenta una alternativa al neoliberalismo. Ya
tan sólo esta empresa es digna de ser tenida en cuenta.
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¿“Socialismo del Siglo XXI“ o viejo centrismo estatal? – una lectura disidente de las transformaciones en Venezuela
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Justicia, Derecho e igualdad*
Resumen
La justicia1 es un principio que está ligado a la toma de decisiones2 in-
cluyentes, principalmente en y desde la esfera pública, y relaciona ele-
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Abstract
Justice is a principle that is bound to the decision making related to pub-
lic questions; in these theories take part and proposals related to the pol-
icy, the right, economy, philosophy, and so forth. Justice therefore, are
related to the impartial decision making for the affected ones or benefit-
ting by the norms or these policies, legal or morals. As Young mentions,
by justice he is understood “those required institutional conditions so
that the members of a certain society develop and exercise their capaci-
3
Ramón Vargas-Machuca, “Justicia y democracia”, en Teoría política: poder,
moral y democracia. Alianza, 2003, p. 178.
[36]
Justicia, derecho e igualdad
ties and participate in the determination of their actions”. This way, the
pretensions on justice mark an inescindible relation between egalitarian,
equitable and impartial that, necessarily entail to the search and compari-
son of the groups and the individuals that worse are surpassed socially.
Therefore, justice makes reference to the social institutions and the form
as these exercise concrete mechanisms to palliate the social inequality.
The injustice on the other hand pronounces de facto in those situations
that they promote the domination and the exclusion. As it express Ramón
Vargas Machuca, “the true objective of a democratic conception of justice
is to alter the relations of being able so that the situations of domination
and exclusion are removed” in which many individuals and groups live.
Keywords: Distributive, justice commutative, transitional justice, right
fundamental, inequalities.
4
Entre los diversos planteamientos de la justicia se encuentran los utilitaris-
tas. Ellos exponen que la justicia es un principio de utilidad basado en la ga-
nancia y la utilidad resultante para el mayor número de la sociedad “como
medida de lo justo y de lo injusto”. De lo que se deriva que los derechos
humanos, por ejemplo, se convierten en medios para la consecución de un
fin, la “mayor felicidad para el mayor número”, según la célebre frase de J.
Bentham.
5
Platón, La República, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1949, 434 c.
[37]
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de ese bien. Continúa afirmando que “la justicia es la máxima virtud del
alma y consiste en dar a cada uno lo suyo”. De esta manera, para Platón,
la justicia adecuada es la que reproduce la ley ideal. “La justicia —dikaio-
sine— es la virtud que se satisface cuando cada uno de los miembros de
esta sociedad practica la virtud y se atiene a su función que le es propia”.6
El hombre, por tanto, no podrá crear normas contrarias a ese ideal de jus-
ticia, ya que ésta regula sus dictámenes y su arbitrio; las leyes deben ser
deducidas del mundo de las ideas —que es el verdadero bien— y de la
Justicia, vividas y aplicadas dentro de la polis. En palabras de Platón, una
polis justa debe ser el resultado de la unión armónica entre las diferentes
partes de la sociedad.
Para Aristóteles7 (384 a. C), la justicia está orientada a la distribución de
beneficios que reciben los ciudadanos dentro de la polis. Se divide en:
1. General. Consiste en el cumplimiento de las leyes naturales —ordena y
va del todo a las partes—. Este autor distinguió dos clases de leyes; en pri-
mer lugar la natural, común a todos los hombres, por lo tanto es universal
y puede ser conocida por la razón; trata sobre lo que es justo e injusto
conforme a esas leyes universales. La segunda, la ley legal, trata de las
normas que cada pueblo se da a sí mismo por medio de sus gobernantes.
2. Particular. Consiste en dar a cada uno lo que le corresponde en las cir-
cunstancias concretas —principio de ponderación—. Así, la justicia pue-
de ser: a) Conmutativa —relación de individuo a individuo, igualdad
aritmética en tanto trata de establecer la igualdad en los intercambios
con un mismo valor, en el entendido que pretende dejar las cosas como
estaban antes—, si se refiere a la relación contractual entre personas; b)
Distributiva, si se refiere a la relación entre el Estado y los individuos en
el reparto de bienes, cargas, méritos, atributos, derechos, deberes y ga-
nancias. El criterio de reparto de la igualdad debe ser proporcional según
6
Ibíd, 441 c.
7
Aristóteles, La Política, III, 9, 1280 a Ed. Porrúa, México, 1994. La justicia,
para este autor, es una cualidad moral que obliga a las personas a realizar
actos justos o la que se practica en las distribuciones de honores, dinero, o
cualquier otra cosa que se reparta entre los que tienen parte en el régimen.
Ver igualmente Aristóteles, Ética a Nicómaco, v. 2, 1130 b, 23-25, Madrid,
Centro de Estudios Constitucionales,1989.
[38]
Justicia, derecho e igualdad
la norma pública que lo aplique.8 Por eso, para este autor el Derecho debe
ser justo y su aplicación equitativa; y c) Correctiva —judicial o de ojo por
ojo—, referida al equilibrio o proporción entre el delito y su correspon-
diente castigo o sanción. Téngase presente este concepto para cuando se
hable de justicia transicional.
No se debe olvidar que para Aristóteles el fin último de la justicia es la
igualdad. Tratar con igualdad cada caso requiere un sentido propio de
la justicia que, conforme a la naturaleza todos los seres humanos poseen
y proviene del orden objetivo, natural, que constituye la polis. Asiente
Aristóteles afirmando que “parece que la justicia consiste en igualdad,
y así es, pero no para todos, sino para iguales, y la desigualdad parece
ser justa, y lo es en efecto, pero no para todos, sino para los desigua-
les”. La justicia es, pues, “tratar igual lo que es igual y desigual lo que
es desigual”.9 De todas maneras conviene aclarar que la justicia en los
griegos traza la vida buena para todos los individuos pertenecientes a la
polis, esto es, les dice cómo deben interpretar los valores predetermina-
dos de ese modelo. Es lo que Rawls, posteriormente en su libro Teoría de
la justicia, va a criticar como doctrinas comprehensivas; en tanto que estas
promueven concepciones particulares del bien.10
De esta manera, el reconocimiento del principio de la igualdad ante la
Ley constituye una conquista histórica, fruto de la reflexión y denun-
8
Así dice Aristóteles: “Todos están de acuerdo, en efecto, en que lo justo en
las distribuciones debe consistir en la conformidad con determinados mé-
ritos…”. Ibíd., v. 3, 1131 a, 25-29. Igualmente, en La política dice: “Al decir
justas, por justicia entendemos igualdad; y esta igualdad de la justicia se
refiere al mismo tiempo al interés general de la ciudad y al interés personal
de cada ciudadano.” Ibíd., La política, IV 12, 1234 b.
9
Ibíd., La política, Op.cit., III, 10 (1280ª), 11-14. Dice el autor: “Por ejemplo,
parece que la justicia consiste en igualdad, y así es, pero no para todos, sino
para los iguales; y la desigualdad parece ser justa, y lo es en efecto, pero no
para todos, sino para los desiguales.”
10
Ésta es, por ejemplo, la discusión que se planteó en la Sentencia C-224 de
1994 cuando el Estado colombiano pretendió imponer la penalización de la
dosis mínima, sustentado en el artículo 49 de la Constitución que dice: “La
atención en salud y el saneamiento ambiental son servicios públicos a cargo
del Estado”. Esta decisión del Estado intentó desconocer el art. 16 constitu-
cional sobre el libre desarrollo de la personalidad y la libre autonomía de los
ciudadanos.
[39]
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[40]
Justicia, derecho e igualdad
11
BVerfGE 1, 14 (52). Citado por Alexy. Op. cit. p. 391.
12
La prohibición de la discriminación se encuentra en varios textos; por ejem-
plo, en el art. I de la Declaración Francesa de los Derechos del Hombre y
del Ciudadano, se lee: “Los hombres nacen y permanecen libres e iguales
respecto de sus derechos”. En varios tratados internacionales tales como la
Declaración de los Derechos Humanos que en su art. 2 dice: “Se prohíbe
toda forma de discriminación por razón de sexo, raza, credo, idioma…”; en
el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en su art. 26 se afirma:
“Se prohíbe toda forma de discriminación por motivos de raza, sexo, reli-
gión o expresión”.
[41]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
13
La Constitución Argentina de 1994 ha sido una de las primeras constitucio-
nes en América Latina que introduce de manera directa el término de accio-
nes afirmativas. Así indica en el art. 75, 23 que el Congreso debe sancionar
leyes que establezcan “acciones positivas para garantizar la igualdad real de
oportunidades y trato, y el pleno goce de los derechos reconocidos por esta
Constitución y los tratados internacionales de derechos humanos”.
14
Como afirma O. Höffe: “Estas demandas se dirigen sobre todo a las institu-
ciones sociales y expresamente a las formas jurídicas y estatales (nacionales
e internacionales); se trata por tanto de una justicia política”. Justicia política,
Paidós, Barcelona, 2003, p. 49.
15
No en vano, un autor como R. Alexy ha planteado que “El Derecho (en-
tiéndase justicia) es un sistema de normas que formula una pretensión de
corrección, consistente en la totalidad de las normas que pertenecen a una
Constitución generalmente eficaz y no son extremadamente injustas, como
así también en la totalidad de las normas promulgadas de acuerdo con esta
Constitución y que poseen un mínimo de eficacia social o de probabilidad
de eficacia y no son extremadamente injustas”. Alexy, El concepto y validez del
Derecho, Gedisa, 1994, p. 86.
[42]
Justicia, derecho e igualdad
16
Hart, H. L. El concepto del Derecho. Buenos Aires. 1963, p. 89. Dice el autor
que “justo o injusto son formas más específicas de crítica moral que bueno y
malo, correcto o incorrecto”. Ibíd., p. 197.
17
A. Sen critica esta concepción formal de la justicia en tanto no diferencia
entre los individuos y sus necesidades en el momento de la repartición de
los recursos.
18
Según Rey Martínez las acciones positivas establecen “la adopción de me-
didas reequilibradoras de las situaciones sociales discriminatorias preexis-
[43]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
tentes para lograr una sustancial y efectiva equiparación entre las mujeres,
socialmente desfavorecidas, y los hombres; para asegurar, en suma, el goce
efectivo del derecho a la igualdad por parte de las mujeres”. Rey Martínez,
F. El derecho fundamental a no ser discriminado por razón de sexo, Mc Graw-Hill,
Madrid, 1995, p. 64. La acción positiva se establece constitucionalmente en
Colombia en el artículo 13, una consagración formal del derecho fundamen-
tal a la igualdad, pero es sabido que la igualdad material está aún en ciernes,
debido especialmente a la discriminación que sufren grupos e individuos
desaventajados socialmente; dichas manifestaciones discriminatorias se
han incrustado en espacios sociales, convirtiéndose en situaciones de facto
muy difíciles de erradicar, tales como: los permisos de maternidad, acceso a
medios de comunicación, publicidad, vivienda, altos índices de desempleo
femenino, condiciones de trabajo, diferencias salariales, la participación
equilibrada de mujeres y hombres en la toma de decisiones, la violencia de
género, falta de acceso a la educación, desplazamiento, falta de oportuni-
dades de participación en la vida política, etcétera. Un ejemplo claro de lo
anterior es la sentencia C-371 de 2000, que al referirse a la discriminación
de ciertos grupos sociales estableció: “En esa medida, se puede afirmar que
existe la decisión constitucional de remediar situaciones de inferioridad fin-
cadas en estereotipos o prejuicios sociales de reconocida persistencia y que
a la prohibición de discriminar se suma la voluntad de erradicar esas con-
ductas o prácticas arraigadas, que han ubicado a personas o a sectores de la
población en posiciones desfavorables. Se impone, entonces, el compromiso
de impedir el mantenimiento y la perpetuación de tales situaciones, por la
vía de neutralizar las consecuencias de hecho que de ellas se derivan.”
[44]
Justicia, derecho e igualdad
2. Modelos de justicia
2.1 El modelo contractual
19
El planteamiento contractualista se sustenta en tres elementos: a) un estado
de naturaleza, donde la ley es inexistente, lo que lleva a que no exista una
clasificación de lo que es justo; b) la necesidad de establecer un pacto sub-
jetionis por el que se establecen las condiciones de la convivencia común y,
con ellas, los criterios de justicia; c) el paso del estado de naturaleza al esta-
do civil, lo que supone la conformación de un poder soberano que debe su
poder a la delegación que hacen los individuos de su libertad y seguridad
al Estado; éste debe velar por el cumplimiento del pacto, además de ser el
[45]
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del contrato social, en el cual los individuos realizan un pacto que per-
mita salir del estado de naturaleza, en el que se presentaba una lucha de
todos contra todos, según el análisis hobbesiano. Así, este autor expone:
El único modo de erigir un poder común capaz de defen-
derlos de la invasión extranjera y las injurias de unos a otros
(asegurando así que, por su propia industria y por los frutos
de la tierra, los hombres puedan alimentarse a sí mismos y
vivir en el contento), es conferir todo su poder y fuerza a un
hombre o una asamblea de hombres, que pueda reducir sus
voluntades, con pluralidad de voces, a una voluntad. (Hob-
bes. 1992. p. 39).
Con esto buscaba proponer el paso a un Estado civil20 donde el Estado
controle el monopolio del poder. Una de las razones es que para los teóri-
cos contractualistas —Hobbes lo es—, la idea de justicia es el resultado de
un acuerdo entre los súbditos y el soberano con el fin de asegurar la pro-
piedad y la libertad. Para este autor21 la justicia es la voluntad constante
de “dar a cada uno lo suyo conforme la Ley”; de lo cual se deriva que:
1. Algo es justo si va conforme a la ley.
2. Algo es injusto cuando es contrario a la ley.
Para Hobbes, conforme a lo anterior, en el estado de naturaleza el
Derecho natural aún no tiene vigencia y no obliga a nadie, pues
en él todos los hombres son iguales pero potencialmente enemi-
gos.22 Por esta razón defendió la necesidad de construir el Estado,
[46]
Justicia, derecho e igualdad
23
Así dice: “Pues las palabras bueno, malo y despreciable son siempre usadas
en relación con la persona que las usa, no habiendo nada simple y absolu-
tamente tal, ni regla alguna común del bien y del mal que se derive de la
naturaleza de los objetos mismos, sino del individuo (donde no haya Repú-
blica) o de un representante (cuando la hay), o de un árbitro o juez, a quie-
nes hombres en desacuerdo eligen por consenso, haciendo de su sentencia
regla”. Ibíd., p. 234.
24
Ibíd., p. 189.
[47]
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25
Ibíd., p. 78.
[48]
Justicia, derecho e igualdad
26
Ibíd., p. 35.
27
“De manera semejante, si bien un mínimo social que prevea para las necesi-
dades básicas de todos los ciudadanos es también un elemento esencial, lo
que he llamado el ‘principio de la diferencia’ exige más, y no es un elemento
constitucional esencial.” Ibíd., pp. 218, 262.
28
Siguiendo a Ackerman, Rawls le confiere la salvaguarda de la Razón Pública
a la Suprema Corte, afirmando que es una entidad institucional ejemplar,
por lo que se deduce que la razón pública es la única razón ejercida por
esta. Así, dice: “Los ciudadanos y los legisladores pueden votar por sus más
amplios puntos de vista cuando no estén en juego los elementos constitucio-
nales esenciales y la justicia básica.” Ibíd., Rawls, Liberalismo político, p. 224.
[49]
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29
Es una especie de justicia material que busca solucionar los conflictos acu-
diendo a instancias decisorias, imparciales y respetuosas de las normas le-
gitimadas previamente en los procedimientos democráticos y legalizados
mediante procesos jurídicos. En este contexto, le compete al Estado y a la
comunidad en general brindar todas las oportunidades a los afectados para
que se expresen en todas las fases del proceso y bajo condiciones reales de
oportunidad. (Conciliaciòn, mediación, amigable composición). Esto rige en
todo caso como comprobación de lo que es justo e injusto en un caso con-
creto conforme a normas positivizadas en el sistema jurídico, tal y como lo
establecen, por ejemplo, los artículos 13, 246 y 229 de la Constitución Política
de Colombia.
[50]
Justicia, derecho e igualdad
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30
Ante la tesis de la discrecionalidad propia del positivismo, Dworkin opone
su tesis de que las decisiones judiciales han de basarse en argumentos de
principio. “Un argumento de principio puede servir de justificación a una
decisión determinada, sólo si puede demostrar que el principio es coherente
con las decisiones del pasado y con las decisiones que está dispuesto a to-
marse en el futuro”. Dworkin, R. Los derechos en serio, Ariel, 4a reimpresión,
1999. Cap. 13. En este mismo texto, ver la réplica a sus críticos.
[52]
Justicia, derecho e igualdad
[53]
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[54]
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31
Dice A. Ross que la palabra “justo o injusto tiene sentido cuando se aplican
para caracterizar la decisión hecha por un juez o por cualquier otra persona
que debe aplicar un conjunto determinado de reglas [….] Pero aplicadas
para caracterizar una regla general o una orden, las palabras justo o injusto
carecen de significado”. Sobre el Derecho y la justicia, Buenos Aires, Eudeba,
1963, p. 267.
[55]
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Kelsen se pregunta: ¿Qué es la justicia para mí? “Dado que la ciencia es mi
profesión y, por tanto, lo más importante en mi vida, la justicia para mí se da
en aquel orden social, bajo cuya protección puede progresar la búsqueda de
la verdad. Mi justicia, en definitiva, es la de la libertad, la de la paz: la justicia
de la democracia, la de la tolerancia”. Kelsen afirmaba: “En tanto la justicia
es una exigencia de la moral, la relación entre moral y Derecho queda com-
prendida en la relación entre justicia y Derecho”. Kelsen, Hans. Teoría pura
del Derecho, segunda edición, 1997, p. 71.
33
La justicia restaurativa se presenta como un modelo alternativo de enfren-
tamiento de la criminalidad, que sustituye la idea tradicional de retribución
o castigo por una visión que rescata la importancia que tiene para la socie-
dad la reconstrucción de las relaciones entre víctima y victimario. Sentencia
C-979 de 2005.
34
Dentro de los principales mecanismos utilizados por la justicia restaurativa
para abordar el conflicto se tienen: búsqueda de la verdad de lo ocurrido
por parte de las víctimas y de la sociedad; acceso del derecho de las víctimas
[56]
Justicia, derecho e igualdad
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y reparación para las víctimas del conflicto, los hechos han demostrado
que en la práctica la paz, verdad, reparación integral y justicia no han
tenido mayores logros en el transcurso de estos cinco años de vigencia
de la norma.37 Como se sabe, en esta Ley —uno de los principales actores
del desplazamiento y desaparición forzada—, los paramilitares obtuvie-
ron penas privativas de la libertad que oscilan entre cinco y ocho años,
acción punible que va en contravía, de manera clara, de las normas in-
ternacionales de derechos humanos y del D.I.H.38 vigentes y ratificadas
por Colombia. Ello ha llevado a un rechazo generalizado de gran parte
de la sociedad colombiana, así como de la misma comunidad internacio-
nal —a excepción de diversos individuos que la defienden a ultranza—,
quienes perciben en esta norma una manera clara de favorecer a un gru-
po al margen de la ley con penas irrisorias frente a actos sancionables
[58]
Justicia, derecho e igualdad
39
A esto se le pude sumar el conocimiento e investigación por competencia
propia de la Corte Penal Internacional, en el año 2008, por intermedio de su
fiscal, visitó al Gobierno colombiano para que diera explicaciones sobre la
ley de justicia y paz.
[59]
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Colombia está obligada a investigar y sancionar a los culpables de viola-
ciones a los derechos humanos. Dicha obligación deriva de la Convención
Americana de los Derechos Humanos, arts. 1, 2, 8 y 25. De los cuatro Conve-
nios de Ginebra de 1949, art. 49 del Convenio I, art. 50 Convenio II, art. 129
Convenio III y art. 146 del Convenio IV.
41
El art. 20.3 de la CPI establece que la Corte podrá enjuiciar a una persona
condenada en un Estado cuando “el proceso en el otro tribunal obedeciera al
propósito de sustraer al acusado de su responsabilidad penal por crímenes
que son competencia de la Corte”.
42
Ver al respecto la Corte Interamericana de Derechos Humanos, sentencias:
Caso Garrido y Baigorria, 27 de agosto de 1998, Caso de los Niños de la
[60]
Justicia, derecho e igualdad
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Justicia, derecho e igualdad
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Aproximación al asunto temático de lo político*
William Ortiz Jiménez**
Resumen
El artículo hace una aproximación teórica sobre el concepto de lo políti-
co soportado en autores como Lefort, Maquiavelo, Freund, entre otros.
Parte del hecho sustancial de que lo político está relacionado con el pen-
samiento, esto es, la idea que tiene cada individuo frente a situaciones
complejas de orden social, cultural, económico o ideológico, y que hacen
de este ideal el soporte para la toma de decisiones. También se reseñan
en el ensayo los cambios que ha sufrido el concepto en los últimos años,
y cuáles son las propuestas para consolidarlas en un mundo cambiante
y de transformación en diversos aspectos. La política, por lo tanto, es la
forma práctica de llevar lo político a la vida real, a una situación concreta.
Palabras clave: Política, político, liberalismo, libertad, pensamiento.
Abstract
The article makes a theoretical approach on the concept of politically
supported on authors such as Lefort, Machiavelli, Freund, among others.
Part of the substantial fact whereby political is related thought, i.e. the
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idea that has each individual complex situations of social, cultural, eco-
nomic or ideological, and make this ideal, support for decision-making.
Also observed in the trial, the changes that the concept has undergone in
recent years, and what proposals to consolidate in the changing world
and transformation in various aspects. Policy, therefore, is the conve-
nient way to bring politics to real life, to a specific situation.
Keywords: Policy, policy, liberalism, freedom, thinking.
Introducción
En el texto El descubrimiento de lo político de Claude Lefort (Poltier, 1997)
se plantea que “la política es constitutiva de lo social, y que no existe una
sociedad humana sin poder, es decir, sin lugar donde se reflejen los prin-
cipios de su ordenamiento” (p. 29). Su formulación obedece, como bien
lo bosqueja el autor citado, a una reflexión hecha por Maquiavelo, en la
cual el pensador florentino da margen a pensar que todo el pensamiento
político occidental se encuentra dominado por un presupuesto: una so-
lución al problema de la racionalidad humana. El decir racional, significa
aceptable para cada uno, cualquiera sea la situación social y personal.
Lo que también implica que por más que el individuo haga el esfuerzo
por acallar sus pasiones irracionales, no puede, desde un punto de vista
racional o razonable, impugnar la legitimidad del acuerdo político, el
equilibrio de derechos y obligaciones de cada uno hacia sus semejantes y
hacia el Estado, como cabeza de esa solución.
Soporte fundamental para Lefort, fueron las obras del pensador italiano.
Las enseñanzas que se pueden extraer de la obra de Maquiavelo, que
bien reconoce Lefort, podrían referenciarse en el siguiente orden: la di-
visión social es contemporánea a la instauración del poder político, por
lo tanto, si la división social es irreductible, el poder de los dirigentes no
puede suprimirla; la gran fuerza de Maquiavelo es la de permitir pensar
en conjunto la división social y la dinámica política (Poltier, pp.36-37).
Igualmente, parece sugerir que la salida propiamente política del con-
flicto de clases no reside tanto en su superación como en su inscripción
en el centro mismo de la dinámica social y política.
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Aproximación al asunto temático de lo político
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Political participation and social exclusion:
Latin American’s paradox convergence*
Hans-Jürgen Burchardt**
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However, this causal link does not seem to exist in Latin America. At the
beginning of the twenty-first century and, thus, after three decades of
democracy, Latin America still has the world’s highest rates of inequality
(together with Sub-Saharan Africa). In fact, high rates of inequality can
be considered as a long-standing Latin American characteristic, encoun-
tered throughout the region (Lopez/Perry 2008).
It is true that, in recent years, there have been slight decreases in social
inequality. In 2009, however, after five years of economic prosperity, the
level of inequality was 60 percent higher in Latin America than in the
OECD countries overall. Even Costa Rica and Uruguay, for a long time
the two Latin American countries with the lowest income disparities,
considerably exceed the levels reached by highly unequal Western Eu-
ropean and East Asian states (ECLAC 2009; UNDP 2009; Bourguignon/
Morrison 2002): more than 30 percent of the population live in poverty.
Many have no or only insufficient access to medical care or education.
The 15 percent of the population who have escaped poverty in recent
years sometimes eke out a living which is barely above the poverty line
and without social protection, completely dependent on the performance
of the national economy and hence with the constant risk of once more
sliding back down the social scale (ECLAC 2009). The significant income
and asset disparities in Latin America can be related to structural factors,
which over generations have reproduced inequalities (De Ferranti et al.
2004; World Bank 2006).
Obviously, the Latin American states have not managed to ensure wi-
de-ranging social inclusion through liberal, representative democracies,
which have now been in place for three decades. This calls into question
the proposition that democracies are more sensitive to the wishes and
needs of the population. According to this proposition, the expansion of
the right to vote to a mainly poor population should have moved socio-
political issues to the center of politics. In fact, in opinion polls three-
quarters of the Latin American population regularly emphasize that the
income distribution in their countries is unfair or very unfair, yet no sig-
nificant improvements have been achieved (ECLAC 2009).
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Aproximación al asunto temático de lo político Political participation and social exclusion: Latin American’s paradox
convergence
In order to explain this paradox some argue that the inequalities are due
to political regime deficits. It is maintained that political-legal equality it-
self is not fully-fledged, despite democracy. Consequently, the expansion
of social rights is also hindered. Of particular importance with regard to
this interpretation is the regime analysis approach, which is influenced by
the liberal idea of democracy in terms of which the individual quest for
freedom promotes freedom for all. In addition, Joseph A. Schumpeter’s
model of democracy (1942) and Robert A. Dahl’s concept of “polyarchy”
(1971, 1989) are taken into account. For both, institutionalized competi-
tion is decisive in guaranteeing political freedom. Therefore, this appro-
ach focuses on the quality of elections. The regime analysis approach is, fur-
thermore, influenced by Max Weber’s concept of power and the various
institutional underpinnings of legitimate rule.
Thus, much research on Latin American democracies concentrates on
the institutional design of government and on the regulation of politi-
cal participation. It focuses on actors such as elites, political parties, and
other associations. The deliberative aspects of democracy, as well as the
effectiveness of structural factors, are treated as subordinate (for a critical
treatment, see: Burchardt 2009; Carothers 2002). The focus on the formal
aspects of political participation guided decades of empirical — often
quantitative and comparative — investigation, which took Western de-
mocracies as the point of reference and by design arrived at the conclu-
sion that Latin American democracies are diminished subtypes of the
occidental model (Collier/Levitsky, 1995), that they have “defects,” and
that citizenship is of “low intensity” (O’Donnell, 1999).
But even if the quality of democracies is measured by these standards it
must be noted that Latin America performs rather well in terms of po-
litical freedom in comparison to other regions, such as Eastern Europe
(Freedom House 2009). Furthermore, the United Nations Development
Program concluded in a long-term study that most of the elections in
the region can be classified as “free and fair” and that they even include
improved opportunities of political participation for disadvantaged cate-
gories, such as women and indigenous people (PNUD 2004). Moreover,
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Aproximación al asunto temático de lo político Political participation and social exclusion: Latin American’s paradox
convergence
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Not only democracy, but also the various economic development models
applied in Latin America in the course of the twentieth century have had
a limited impact on social inequality. This suggests that the reproduction
of social inequality originates in the realm of political power, unaltered
by the existence of consolidated democracies. This once more raises the
question of how political participation and social inequality are connec-
ted.
This question has been a theme of liberal theory for some time. For Amar-
tya Sen (1997), economic entitlements, social opportunities and social ca-
pabilities jointly ensure the realization of individual liberties. He defi-
[86]
Aproximación al asunto temático de lo político Political participation and social exclusion: Latin American’s paradox
convergence
[87]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
[88]
Aproximación al asunto temático de lo político Political participation and social exclusion: Latin American’s paradox
convergence
This compromise is stabilized through political and social rights, but has
to be adjusted anew, time and time again.
Focusing on the Structures of Social Exclusion
[89]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
ated only low growth rates and dramatically worsened the social situa-
tion of large parts of the population (Harvey 2005; Serra/Stiglitz 2008).
Poverty and social inequality increased due to the flexibilization and seg-
mentation of labor markets, the privatization of social security and cuts
in public services.
At the same time, interest representative organizations representing dis-
advantaged social groups were weakened, while the economic elite was
able to increase its political influence (Teichman 2008; World Bank 2006).
Extreme income disparities and poverty are usually correlated with
various forms of discrimination. They encourage clientism between the
privileged and the subordinate. This jeopardizes political rights and may
limit social rights (PNUD 2004).
While the question of social rights is of special importance, neither recent
democracy and inequality studies nor the actual reform policies of left-
wing governments — independently of their orientation (Roberts, 2008)
— have set noteworthy trends. Nevertheless, important steps have been
taken that may extend social rights significantly. The list includes land
reform, the support of local production structures, the extension of ful-
ly-fledged health protection to the countryside and the informal sector,
high-quality universal education, stronger regulation of foreign inves-
tors to national policies and more effective taxation of the wealthy.
Latin American tax revenues are outrageously low by international com-
parison. The elites are chronically undertaxed and in most countries tax
systems are strongly regressive. They rely heavily on indirect taxation of
consumption, with direct income or profit taxes accounting for only five
percent of tax revenues (Goñi et al. 2008).
The design of labor relations is of equal importance: the (frequently pre-
carious) access to jobs is still one of the central factors generating inequal-
ity in the region. Depending on the country, between 30 and 60 percent
of the working population works in the informal economy, without
minimum wages, work standards and social protection (ECLAC 2009).
Nevertheless, Latin American labor relations have been neglected for
more than two decades by the research community. Also of consider-
able importance in Latin America is the relationship between (frequently
[90]
Aproximación al asunto temático de lo político Political participation and social exclusion: Latin American’s paradox
convergence
[91]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
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[93]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
[94]
Las políticas públicas en Colombia.
Insuficiencias y desafíos*
Santiago Arroyave Alzate**
Resumen
Las políticas públicas se han consolidado como una herramienta esencial
en el ejercicio académico y práctico de la gestión pública. En la actuali-
dad este tipo de políticas son la plataforma de los planes, programas y
proyectos dirigidos a resolver parte de los conflictos sociales existentes.
Ahora bien, vale preguntarse: ¿Han sido las políticas públicas un instru-
mento efectivo para la resolución de anomalías y problemáticas de las
comunidades, gremios y otros grupos de interés? O por el contrario, ¿han
sido un elemento de legitimación electoral de la administración, con un
bajo impacto en el sistema político?
Palabras clave: Políticas públicas, comunidad, Gobierno, académi-
cos, grupos de interés, programas, planes, proyectos, tecnocracia,
empoderamiento.
[95]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
Abstract
Public policies have been consolidated as an essential tool in acade-
mic and practical governance. Currently these policies are the pla-
tform of the plans, programs and projects aimed at resolving some of
the existing social conflicts. But worth asking. The public policy has
been an effective instrument for the resolution of anomalies and pro-
blems of communities, unions and other interest groups? Or rather,
have been an element of electoral legitimacy of the administration,
with little impact on the political system?
Keywords: Public policies, community, government, academics, interest
groups, programs, plans, projects, technocracy, empowerment.
Introducción
Actualmente las políticas públicas se han desdibujado como concepto a
consecuencia de la incapacidad de los círculos académicos y de los fun-
cionarios por crear un consenso y definir qué son, qué hacen y cómo fun-
cionan. Así mismo, el estudio e implementación de la política contiene
vacíos académicos y técnicos, resultado del poco tiempo que lleva su uti-
lización y los altos grados de empirismo con que se ejecutan. Por lo tanto,
comencemos por intentar una delimitación teórica de lo que es y lo que
no es una política pública.
Al decir de Andre Roth, “existe la política pública siempre y cuando las
instituciones estatales asuman total o parcialmente la tarea de alcanzar
objetivos estimados como deseables o necesarios, por medio de un pro-
ceso destinado a cambiar un estado de cosas percibido como problemá-
tico” (Roth, 2007, p. 27). Asimismo, Alejo Vargas establece que la política
pública es “el conjunto de iniciativas, decisiones y acciones del régimen
político frente a situaciones socialmente problemáticas” (Vargas, 2007, p.
85). Jorge Iván Cuervo señala al referirse a las políticas públicas que son
“el flujo de decisiones en torno de un problema que ha sido considerado
público y ha ingresado en la agenda del Estado” (Cuervo, 2008, p. 79).
Se entiende por políticas públicas un conjunto de instrumentos a través
de los cuales el Estado, luego de identificar una necesidad (económica,
[96]
Las políticas públicas en Colombia. Insuficiencias y desafíos
1
Vale aclarar que un acto administrativo no es una politica pública, pero algu-
nas se han formulado con la misma verticalidad, ejemplo de éstas son las po-
liticas decretadas por los Concejos Municipales, las Asambleas y el Congreso.
[97]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
1. Desafíos teórico-prácticos
[98]
Las políticas públicas en Colombia. Insuficiencias y desafíos
sistema político? Y de ser así, ¿qué ha pasado con las falencias políticas,
económicas, sociales, ambientales y culturales presentes en el sistema po-
lítico colombiano?
Ante estos interrogantes puede decirse que a nivel nacional, las políticas
públicas desde su implementación han mostrado grosso modo tres gran-
des retos:
Primero, en lo conceptual contienen una idea de empoderamiento, in-
clusión, horizontalidad, planeación y eficacia que, realmente, están muy
lejos de observarse en su ejecución. De ahí que en un gran número estas
políticas son resultado de actos administrativos y procesos tecnocráticos,
consecuencia de interacciones entre grupos políticos y grupos de inte-
rés que no tienen una claridad conceptual sobre lo que es y no es una
política pública, un proyecto, un programa, un acuerdo, una ordenanza
o una sentencia.2 Pareciera que lo relevante es cumplir con las obligacio-
nes jurídicas y con los compromisos políticos adquiridos en campaña.
Así, políticas públicas como la formulada para la población de lesbianas,
gays, bisexuales y transexuales —LGBT— de Medellín, son resultado de
un compromiso electoral entre sus líderes en la ciudad y el alcalde del
momento (Sergio Fajardo Valderrama). En estos procesos se prioriza el
pago de favores políticos ante la necesidad de reconocer y garantizar un
derecho a las minorías sexuales de la ciudad, a tiempo que se invisibili-
zan las bases de esta comunidad para la identificación, construcción y
ejecución de la política, y por lo general se asignan a consultores y a al-
gunos integrantes de la población LGBT amigos de la administración,3
pero que aún están lejos de una transformación cultural que solucione los
problemas a tratar.
2
Para una mayor claridad sobre cada concepto ver: Roht, A. (2010). “¿Políti-
ca, programa o proyecto?” Boletín Política Pública Hoy. En: http://sinergia.
dnp.gov.co/Sinergia/documentos/Boletin_Politica_Publica_Hoy_08.pdf
3
Para una mayor claridad sobre la política pública LGBT y su construcción
ver: Zornoza, J., Arroyave, S. & Jiménez, D. (2009). “La política de inclusión
social en Medellín: El caso colectivo LGBT.” En A. Roht & M. Wabgou (Ed.), Las
politicas públicas de las diversidades: identidades y emancipación (pp. 245-266).
Bogotá: DC. Universidad Nacional de Colombia.
[99]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
[100]
Las políticas públicas en Colombia. Insuficiencias y desafíos
[101]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
4
Ejemplo de ello serían las políticas educativas. Para observar su impacto
[102]
Las políticas públicas en Colombia. Insuficiencias y desafíos
[103]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
[104]
Las políticas públicas en Colombia. Insuficiencias y desafíos
2. Desafíos electorales
5
Lindblom, C. (1959). “The science of muddling-through”. Public Administra-
tion Review. Nº 19, Yale University.
[105]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
[106]
Las políticas públicas en Colombia. Insuficiencias y desafíos
[107]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
[108]
Las políticas públicas en Colombia. Insuficiencias y desafíos
[109]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
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de Colombia
[111]
La libertad de expresión en la jurisprudencia de
la Corte Interamericana (1985-2009)*
José Antonio Arcila Cano**
Introducción
Una sociedad democrática debe garantizar la libertad de expresión y de
pensamiento,1 exigencia que conlleva, por parte de los órganos públicos,
el máximo compromiso para adelantar las reformas institucionales ne-
cesarias para el pleno disfrute de este derecho. En la jurisprudencia de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) se encuentran
varios casos de Estados que han incumplido la obligación de respetar la
libertad de pensamiento y el deber de adaptar la normativa internacional
a su derecho interno conforme a las exigencias de la Convención Ame-
ricana. (Medina Quiroga, 2009). Los pronunciamientos emitidos por la
[113]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
2
El artículo 63.2 de la Convención Americana; El artículo 27 del Reglamento
de la Corte.
3
Courtis, Christian y Abregu, Martin (Compiladores). La aplicación de los tra-
tados sobre derechos humanos por los tribunales locales. Buenos Aires: Centro de
Estudios Legales y Sociales, Editores del Puerto, 1997.
[114]
La libertad de expresión en la jurisprudencia de la Corte Interamericana (1985-2009)
Abstract
In a democratic society must be guaranteed freedom of expression and
thought, requirement that entails, on the part of the public bodies, the
maximum commitment to advance the institutional reforms necessary
for the full enjoyment of this right. The pronouncements issued by the
Court, are a clear example of the accompaniment that performed the
inter-American system to the victims and their families in the events in
which the internal justice in a country has not been repaired or punished
the material and Intellectuals of the violation of the freedom of expres-
sion. They have met 30 years of the creation of the Inter-American Court
and during this period through the decisions of fund and the provisional
measures adopted for the purpose of avoid irreparable damage to the
people, this international tribunal has done a valuable contribution to the
consolidation and strengthening of the democratic systems in the region.
Keywords: Inter-American system, freedom of expression, fundamental
rights, American Convention
[115]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
4
López Medina, Diego Eduardo. (2007). El Derecho de los jueces. Bogotá: Legis,
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do de http://www.iidh.ed.cr/.
Ver Caso Maritza Urrutia vs. Guatemala. 2003 Corte I.D.H. No. 103. Párr.141-
144.
[116]
La libertad de expresión en la jurisprudencia de la Corte Interamericana (1985-2009)
6
Caso Ivcher Bronstein vs. Perú. 2001, Corte I.D.H. No. 74. Párr. 168; Caso La
última tentación de Cristo vs. Chile, 2001 Corte I.D.H. No.73, Párr.72 y voto
concurrente Juez Cancado Trindade párr.14; Caso Perozo y otros vs. Vene-
zuela. 2009, Corte I.D.H. No. 195. Párr.120,121,129.
[117]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
Tabla 1.
[118]
La libertad de expresión en la jurisprudencia de la Corte Interamericana (1985-2009)
Cuadro 2.
La última tentación de
Cristo (Olmedo Bustos y Párr. 97, 98: Modificar ordenamiento jurídico con
2001
otros) vs. el fin de suprimir la censura previa.
OTRAS
Chile
MODALIDADES
Cuadro 3. Párr. 201, 208, 210: Indemnización por daño
inmaterial, publicación sentencia, implementar
López Álvarez vs.
2006 un programa de capacitación en derechos
Honduras
CUERPO humanos de los funcionarios que laboren en los
HUMANO centros penitenciarios.
Párr. 415, 416: Publicación sentencia, adoptar
las medidas necesarias para evitar restricciones
2009 Perozo y otros vs.
Cuadro 4. indebidas y obstaculizaciones directas o
Venezuela.
indirectas al ejercicio de su libertad de buscar,
recibir y difundir información.
DECLARACIONES Párr. 404, 405, 406: Publicación sentencia,
DE adoptar las medidas necesarias para evitar
FUNCIONARIOS Ríos y otros vs. restricciones indebidas y obstaculizaciones
PÚBLICOS 2009
Venezuela. directas o indirectas al ejercicio de la libertad
de buscar, recibir y difundir información de las
presuntas víctimas.
[119]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
7
Ver comentarios sobre este caso: Boletín trimestral con jurisprudencia de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos. Boletín especial. En http://
www.cdh.uchile.cl/
8
Caso Usón Ramírez vs. Venezuela. 2009. Corte I.D.H. No. 207. Párr.45, 86,
101.
9
Caso Castañeda Gutman vs. Estados Unidos Mexicanos. 2008. Corte I.D.H.
No. 184. Párr. 239.
10
Comentarios al respecto en: Nash Rojas, Claudio y Sarmiento Ramírez,
Claudia. Reseña de la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Hu-
[120]
La libertad de expresión en la jurisprudencia de la Corte Interamericana (1985-2009)
[121]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
12
Acceso a la información pública: fortalecimiento de la democracia. AG/RES. 2057
(XXXIV-O/04)
13
Acerca de la relación entre caricaturas y la libertad de expresión, ver: Atien-
za, Manuel. Las caricaturas de Mahoma y la libertad de expresión. En Revista
Internacional de Filosofía Política, 30, 2007, pp.65-72.
14
Caso López Álvarez vs. Honduras. 2006. Corte I.D.H. No. 141. Párr.164, 165.
[122]
La libertad de expresión en la jurisprudencia de la Corte Interamericana (1985-2009)
15
Caso López Álvarez vs. Honduras. 2006. Corte I.D.H. No. 141. Párr. 171.
16
Caso López Álvarez vs. Honduras. 2006. Corte I.D.H. No. 141, Voto razona-
do Juez Sergio García Ramírez. Párr. 49, 50.
17
Ver comentarios en: Boletín trimestral con Jurisprudencia de la Corte Intera-
mericana de Derechos Humanos. Boletín trimestral N., Boletín especial. En
http://www.cdh.uchile.cl/
[123]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
18
Caso Ríos y otros vs. Venezuela. 2009. Corte I.D.H. No. 194. Párr. 138-147.
19
Caso Ríos y otros vs. Venezuela. 2009. Corte I.D.H. No. 194. Párr. 135.
[124]
La libertad de expresión en la jurisprudencia de la Corte Interamericana (1985-2009)
20
Ver Blake vs. Guatemala. 1999. Corte I.D.H. No. 36. Párr.105.
21
Ver Caso Maritza Urrutia vs. Guatemala. 2003. Corte I.D.H. No. 103. Párr.
99-103.
22
Ver Caso García Asto y Ramírez Rojas vs. Perú. 2005. Corte I.D.H. No.137.
Párr. 237, 243.
[125]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
23
Ver Caso de la Masacre de Pueblo Bello vs. Colombia. 2006. Corte I.D.H. No.
140. Párr. 213-220.
24
Ver Caso del Penal Miguel Castro Castro vs. Perú. 2006. Corte I.D.H. No.
160. Párr. 366,367,368.
[126]
La libertad de expresión en la jurisprudencia de la Corte Interamericana (1985-2009)
25
Ver Caso Albán Cornejo y otros. vs. Ecuador. 2007. Corte I.D.H. No. 171.
Párr. 39, 52.
26
Ver Corte IDH. Caso Valle Jaramillo y otros vs. Colombia. 2008. Corte I.D.H.
No. 192. Párr. 192-196.
[127]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
27
Ver Caso de la Masacre de Pueblo Bello vs. Colombia. 2006. Corte I.D.H. No.
140. Párr. 213-220.
[128]
La libertad de expresión en la jurisprudencia de la Corte Interamericana (1985-2009)
28
Ver Caso Heliodoro Portugal vs. Panamá. 2008. Corte I.D.H. No. 186. Párr.
119-122.
29 Acerca de la opinión que se intenta suprimir por la autoridad estatal y el de-
recho del pueblo a ejercer tal coacción, ver. Stuart Mill, John. “De la libertad
de pensamiento y de discusión”. En: Sobre la libertad. Madrid: Alianza Edi-
torial, séptima reimpresión, pp. 75-125. Berlin, Isaiah. Cuatro ensayos sobre la
libertad. España: Alianza Editorial, 1998.
[129]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
30
Opinión Consultiva OC-5/85 del 13 de Noviembre de 1985. La colegiación
obligatoria de periodistas (Arts. 13 y 29 Convención Americana sobre Dere-
chos Humanos) Párr.30.
31
Acerca de la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos,
ver Celeste Gay Fuentes. La jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos
del Hombre en materia de libertad de expresión y su aplicación por el Tribunal
Constitucional español. En “Revista de Administración Pública” Número 120.
Septiembre-Diciembre. 1989. En http://www.cepc.es/rap/Publicaciones/
Revistas/1/1989_120_259.PDF. Alexandre H. Catalá I Bas. Libertad de expre-
sión y poderes públicos en la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Hu-
manos. Su recepción por el Tribunal Constitucional. En Revista de Administración
Pública En:http://www.cepc.es/rap/Frames.aspx?IDS=ut5lod45h450cee2x
sumzo45_5026&ART=1,24404,2001_156_365.PDF.
32
Interpretación de las normas internacionales sobre derechos humanos. Observacio-
nes y recomendaciones generales de los organismos de vigilancia de los tratados
internacionales de derechos humanos de las Naciones Unidas. Oficina en Colom-
bia del Comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos.
Bogotá, 1ra edición, 2002, pp. 41,42.
[130]
La libertad de expresión en la jurisprudencia de la Corte Interamericana (1985-2009)
Americana consagra una serie de derechos que deben ser respetados por
los Estados signatarios y en el evento en que la libertad de expresión no
sea garantizada por la justicia nacional, cualquier persona33 se encuentra
facultada para acudir al sistema interamericano para que se determine
si el Estado es responsable internacionalmente por la violación de este
derecho.34 Como se sabe, las sentencias35 de fondo tienen carácter de de-
finitivas, inapelables y ejecutables, según los artículos 66, 67 y 68 de la
Convención Americana.
A continuación se abordan en términos generales los lineamientos de-
sarrollados por la Corte Interamericana en los eventos relacionados con
la censura previa, responsabilidad penal por declaraciones, deberes de
los medios de comunicación y la colisión entre la honra y libertad de
expresión.
2.1. La libertad de expresión y la censura previa. Algunos casos.
33
Convención Americana sobre Derechos Humanos, art 44. http://www.
cidh.oas.org/Basicos/Basicos2.htm. Antônio Augusto Cançado Trindade.
“La persona humana como sujeto del Derecho internacional: avances de su capa-
cidad jurídica internacional en la primera década del siglo XXI” Revista No. 46
Julio/Diciembre 2007. En http://www.iidh.ed.cr/
34
Ver Caso Apitz Barbera y otros (“Corte Primera de lo Contencioso Adminis-
trativo”) vs. Venezuela. 2008. Corte I.D.H. No. 182. Párr. 90.
35
Sergio García Ramírez / Alejandra Gonza. La libertad de expresión en la juris-
prudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. San José, Costa Rica,
2007. En http://www.corteidh.or.cr/libros.cfm
[131]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
Tabla (2)
Sentencias en las cuales encontramos los presupuestos
jurídicos enunciados por la Corte Interamericana en la
Primer pronunciamiento.
opinión consultiva OC-5/85, en relación con la libertad de
expresión y pensamiento.
OPINIÓN CONSULTIVA OC-5/85
DEL 13 DE NOVIEMBRE DE 1985
1) Caso Ivcher Bronstein vs. Perú.
- Comisión Europea de Derechos Sentencia de 6 de febrero de 2001, No.74. Párr. 146-148.
Humanos 2) Caso La última tentación de Cristo (Olmedo Bustos y
„Austria vs. Italy“, Application. No.788/60, otros) vs. Chile.
European Yearbook of Human Rights, vol.4, Sentencia de 5 de febrero de 2001, No.73. Párr.64-68.
(1961), p. 138. 3) Caso Herrera Ulloa vs. Costa Rica.
Sentencia de 2 de julio de 2004, No.107. Párr.108-111.
- Corte Europea de Derechos Humanos. 4) Caso Ricardo Canese vs. Paraguay.
Eur. Court H.R., Handyside case, judgment Sentencia de 31 de agosto de 2004, No.111. Párr. 77-80.
of 7 December 1976, Series A No. 24, párr. 5) Caso Palamara Iribarne vs. Chile.
49; Eur. Court H.R., The Sunday Times case, Sentencia de 22 de noviembre de 2005, No.135. Párr. 73.
judgment of 26 April 1979, Series A no. 30, 6) Caso Claude Reyes y otros vs. Chile.
párrs. 59 y 65; Eur. Court H.R., Barthold Sentencia de 19 de septiembre de 2006, No.151. Párr. 76.
judgment of 25 March 1985, Series A no. 90, 7) Caso López Álvarez vs. Honduras.
párr. 55; Eur. Court H.R., Lingens judgment Sentencia de 1 de febrero de 2006, No.141. Párr.163, 164.
of 8 July 1986, Series A no. 103, párr. 41; 8) Caso Kimel vs. Argentina.
Eur. Court H.R Müller and Others judgment of Sentencia de 2de mayo de 2008, No.177. Párr. 53,54.
24May 1988, Series A no. 133, párr. 33; y Eur. 9) Caso Ríos y otros vs. Venezuela.
Court HR, Otto-Preminger-Institut v. Austria Sentencia de 28 de enero de 2009, No.194. Párr.104,105
judgment of 20
September 1994, Series A no. 295-A, párr. 49.
Los espectáculos públicos pueden ser sometidos por la ley a censura pre-
via con el exclusivo objeto de regular el acceso a ellos para la protección
moral de la infancia y la adolescencia, sin perjuicio de lo establecido en
el inciso 2.
El tratadista Gregorio Badeni define la censura previa como “toda forma
de control o restricción, tanto anterior como posterior a la emisión del
pensamiento, e incluye a las imposiciones ideológicas generadoras de
sanciones motivadas por su incumplimiento”.36
36
Badeni, Gregorio. (2002). Tratado de la Libertad de prensa. Buenos Aires, Lexis-
Necis, Abeledo - Perrot, p. 215.
[132]
La libertad de expresión en la jurisprudencia de la Corte Interamericana (1985-2009)
37
Caso La última tentación de Cristo vs. Chile, 2001. Corte I.D.H. No.73, Párr.
71-73.
38
En relación al momento en que surge la responsabilidad del Estado, ver
Caso Masacre de Pueblo Bello vs. Colombia. 2006 Corte I.D.H. No. 140, Párr.
111,116; Caso La última tentación de Cristo vs. Chile. 2001 Corte I.D.H. No.73,
Voto concurrente Juez Cancado Trindade, Párr.14.
39
Al respecto ver, Damian M. Loreti. Los aportes del sistema interamericano en
materia de prohibición de la censura previa. Eduardo A. Bertoni. Libertad de ex-
presión en el hemisferio: nuevos desafíos. Ambos artículos en Revista Cejil del
Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, N 1, Diciembre de 2005. En
http://www.cejil.org/documentos.cfm.
Informe anual de la relatoría especial para la libertad de expresión 2008. En
http://www.cidh.oas.org/relatoria/showarticle.asp?artID=742&lID=2.
Principios sobre la libertad de expresión. En Revista Dehuidela de la Univer-
sidad Nacional Costa Rica. Nro. 12, Ene - Jun.2006, pp. 133-136.
[133]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
40
Caso Palamara Iribarne vs. Chile. 2005. Corte I.D.H. No.135. Párr. 68.
41
Caso Herrera Ulloa vs. Costa Rica. 2004. Corte I.D.H. No.107. Párr. 132.
42
Caso Kimel vs. Argentina, 2008. Corte I.D.H. No. 177, Párr. 63; Caso Tristán
[134]
La libertad de expresión en la jurisprudencia de la Corte Interamericana (1985-2009)
Donoso vs. Panamá, 2009, Corte I.D.H. No. 193, Párr. 116-118; Usón Ramírez
vs. Venezuela, 2009 Corte I.D.H. No. 207. Párr. 55,56,75.
43
Caso Usón Ramírez vs. Venezuela. 2009. Corte I.D.H. No. 207. Párr. 74; Caso
Tristán Donoso vs. Panamá. 2009. Corte I.D.H. No. 193. Párr. 119-120.
44
Bernal Pulido, Carlos. 2005. El principio de proporcionalidad y los derechos fun-
damentales. España: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2da ed.
45
Caso Kimel vs. Argentina, 2008. Corte I.D.H. No. 177, Párr. 84.
[135]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
46
Caso Herrera Ulloa vs. Costa Rica. 2004. Corte I.D.H. No. 107, Párr. 120.
47
Caso Herrera Ulloa vs. Costa Rica. 2004. Corte I.D.H. No. 107, voto razonado
del Juez Sergio García Ramírez. Párr.8.
48
Caso Kimel vs. Argentina. 2008. Corte I.D.H. No. 177, voto concurrente razo-
nado del Juez Diego García Sayán. Párr. 19-26; Caso Valle Jaramillo y otros
vs. Colombia. 2008. Corte I.D.H. No. 192. Párr. 196.
49
Faúndez Ledesma, Héctor. “La libertad de expresión y la protección del ho-
nor y la reputación de las personas en una sociedad democrática”. En “El
sistema interamericano de protección de los derechos humanos en el umbral del si-
glo XXI. Memoria del seminario. Noviembre de 1999” Corte Interamericana,
Tomo I, pp. 559-586.
50
Caso Tristán Donoso vs. Panamá. 2009. Corte I.D.H. No. 193.Párr.115; Caso
Usón Ramírez vs. Venezuela. 2009. Corte I.D.H. No. 207. Párr. 46.
[136]
La libertad de expresión en la jurisprudencia de la Corte Interamericana (1985-2009)
51
Caso Ricardo Canese vs. Paraguay. 2004. Corte I.D.H. No. 111. Párr.103.
52
Miguel Carbonell. La libertad de expresión, partidos políticos y democracia.
Comentario a la sentencia JDC-393/05 del Tribunal Electoral del Poder Ju-
dicial de la Federación. p. 12, Sección “artículos”. En http://www.miguel-
carbonell.com
[137]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
53
Rebollo Delgado, Lucrecio. (2008). Límites a la libertad de comunicación pública.
Madrid: Editorial Dykinson, pp. 61-143; 145-182.
Rodríguez Pardo, Julián y Rivera, Julio César. (2007). Derecho de la informa-
ción. Una perspectiva comparada de España e Iberoamérica. Madrid: Editorial
Dykinson.
Mora, Marlon. (2006). “Tonalidad en las noticias: su implicación en los de-
rechos humanos”. En Revista Dehuidela de la Universidad Nacional Costa Rica.
12, Ene - Jun., pp. 62-74.
54
Grossman, Claudio. (2007). “La libertad de expresión en el sistema intera-
mericano de protección de los derechos humanos”. En Revista del Instituto
Interamericano de Derechos Humanos, 46, Julio/Diciembre. En http://www.
iidh.ed.cr/
55
Opinión Consultiva OC-5/85 del 13 de Noviembre de 1985. Párr. 34,55, 56
56
Caso Ivcher Bronstein vs. Perú. 2001. Corte I.D.H. No. 74. Párr. 150.
[138]
La libertad de expresión en la jurisprudencia de la Corte Interamericana (1985-2009)
57
Caso Herrera Ulloa vs. Costa Rica. 2004. Corte I.D.H. No. 107. Párr.134.
58
Es importar señalar que hasta la fecha de elaboración del ensayo, la Corte
Interamericana no se ha pronunciado sobre los alcances del derecho a li-
bertad de expresión en los eventos en los cuales se obtiene la información
por medios diferentes a las “fuentes abiertas”. Ver Caso Palamara Iribarne
vs. Chile. 2005 Corte I.D.H. No. 135. Párr.77 y voto concurrente del Juez
Sergio García Ramírez. Párr.19. Carvajal Martínez, Azael. “El ejercicio del
periodismo no es un derecho fundamental, es una profesión esencial en la
democracia para enriquecer la libertad de expresión”. En Revista de estudios
de Derecho de la Universidad de Antioquia. Volumen LXII, N 139, 2005, pp.
175-199.
Chirino Sánchez, Alfredo. (2006). “Alcances constitucionales del acceso a la
información”. En Revista Dehuidela de la Universidad Nacional Costa Rica.
12, Ene - Jun. pp. 47-62.
59
Caso Kimel vs. Argentina, 2008. Corte I.D.H. No. 177. Párr. 93. En la sen-
tencia T-218 de 2009, la Corte Constitucional de Colombia afirma: “El de-
recho a la opinión, pertenece al ámbito de la conciencia del quien opina y
está amparado plenamente por la Carta, por cuanto implica la expresión de
asuntos del fuero personal interno del periodista ligados con su concien-
cia moral, religiosa, política, que por consiguiente no puede ser interferidos
por terceros sin lesionar los derechos fundamentales del primero. Con todo,
cuando en una columna de opinión se mencionan hechos, existe un límite de
veracidad con respecto de la información sobre la que se soporta la columna.
En efecto, según lo sostenido en la sentencia SU-1721 de 2000 de esta Corpo-
ración, cuando una columna de opinión exprese hechos concretos es perti-
[139]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
Conclusión
Como ya se ha reiterado, la libertad de expresión se encuentra relaciona-
da con el libre desarrollo de la personalidad y los regímenes democráti-
cos de Derecho. Desde esta perspectiva se puede concluir:
- La Corte Interamericana ha sido categórica al afirmar que la libertad
de expresión no debe entrar en colisión con los demás derechos funda-
mentales, y en caso de presentarse una situación de este tipo, el juez debe
garantizar que se cumplan los presupuestos del Estado de Derecho, lo
que conlleva la obligación de garantizar en todo momento el respeto por
la integridad y dignidad de toda persona.
-La libertad de expresión facilita el seguimiento por parte de la ciudada-
nía sobre las políticas públicas; a mayores fuentes informativas es menor
la posibilidad que los intereses de los gobiernos de turno primen sobre
el bienestar general. En las consideraciones presentadas por la Corte, se
resalta la importancia que tiene para los individuos y la sociedad en ge-
neral, poder expresar libremente las ideas en los diferentes escenarios de
la comunidad y de no existir las garantías suficientes, quien divulga una
información o se distancia de las opiniones compartidas por una mayoría
se vería expuesto a sanciones de diferente índole.
-En numerosas oportunidades la Corte Interamericana a través de sus
sentencias de fondo y medidas provisionales ha definido el contenido
nente que tales expresiones sean verdaderas, por lo que una columna de esa
naturaleza, frente a los hechos que exponga, deberá cumplir sobre ellos con
el requisito de veracidad. De este modo, aunque se garantiza constitucio-
nalmente que la opinión siempre será libre y que no podrá ser alterada por
terceros por ser fundada en los valores y expresiones personales de quien
opina, cuando se incluyan hechos, éstos deben ser ciertos y si no lo son, la
rectificación debe recaer sobre las afirmaciones relativas a tales hechos que
adolecieron de certeza y no sobre las opiniones correspondientes.”
60 Caso Tristán Donoso vs. Panamá. 2009. Corte I.D.H. No. 193. Párr.124-126.
[140]
La libertad de expresión en la jurisprudencia de la Corte Interamericana (1985-2009)
61
Ver Caso Claude Reyes y otros vs. Chile. 2006 Corte I.D.H. No. 151. Párr.
75-83;
Opinión Consultiva OC-5/85 del 13 de noviembre de 1985. Serie A No. 5.
Párr. 43-48.
[141]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
[142]
La libertad de expresión en la jurisprudencia de la Corte Interamericana (1985-2009)
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RT=1,24404,2001_156_365.PDF
Convención Americana de Derechos Humanos.
[143]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
[144]
La libertad de expresión en la jurisprudencia de la Corte Interamericana (1985-2009)
Jurisprudencia
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS.
Corte IDH. Caso Blake vs. Guatemala. Fondo. Sentencia de 24 de enero de 1998. Serie
C No. 36.
Corte IDH. Caso La última tentación de Cristo. (Olmedo Bustos y otros) vs. Chile. Fon-
do, Reparaciones y Costas. Sentencia de 5 de febrero de 2001. Serie C No. 73.
Corte IDH. Caso Ivcher Bronstein vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 6 de febrero de 2001. Serie C No. 74.
Corte IDH. Caso Maritza Urrutia vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sen-
tencia de 27 de noviembre de 2003. Serie C No. 103.
[145]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
Corte IDH. Caso Herrera Ulloa vs. Costa Rica. Excepciones Preliminares, Fondo, Re-
paraciones y Costas. Sentencia de 2 de julio de 2004. Serie C No. 107.
Corte IDH. Caso Ricardo Canese vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sen-
tencia de 31 de agosto de 2004. Serie C No. 111.
Corte IDH. Caso Palamara Iribarne vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas. Senten-
cia de 22 de noviembre de 2005. Serie C No. 135.
Corte IDH. Caso García Asto y Ramírez Rojas vs. Perú. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de noviembre de 2005. Serie C No. 137.
Corte IDH. Caso de la Masacre de Pueblo Bello vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 31 de enero de 2006. Serie C No. 140.
Corte IDH. Caso López Álvarez vs. Honduras. Fondo, Reparaciones y Costas. Sen-
tencia de 1 de febrero de 2006. Serie C No. 141.
Corte IDH. Caso Claude Reyes y otros vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas. Sen-
tencia de 19 de septiembre de 2006. Serie C No. 151.
Corte IDH. Caso del Penal Miguel Castro Castro vs. Perú. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 25 de noviembre de 2006. Serie C No. 160.
Corte IDH. Caso Albán Cornejo y otros. vs. Ecuador. Fondo Reparaciones y Costas.
Sentencia de 22 de noviembre de 2007. Serie C No. 171.
Corte IDH. Caso Kimel vs. Argentina. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 2
de mayo de 2008 Serie C No. 177.
Corte IDH. Caso Castañeda Gutman vs. México. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de agosto de 2008. Serie C No. 184.
Corte IDH. Caso Heliodoro Portugal vs. Panamá. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 12 de agosto de 2008. Serie C No. 186.
Corte IDH. Caso Valle Jaramillo y otros vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 27 de noviembre de 2008. Serie C No. 192.
Corte IDH. Caso Tristán Donoso vs. Panamá. Excepción Preliminar, Fondo, Repara-
ciones y Costas. Sentencia de 27 de enero de 2009 Serie C No. 193.
Corte IDH. Caso Ríos y otros vs. Venezuela. Excepciones Preliminares, Fondo, Repa-
raciones y Costas. Sentencia de 28 de enero de 2009. Serie C No. 194.
Corte IDH. Caso Perozo y otros vs. Venezuela. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de enero de 2009. Serie C No. 195.
Corte IDH. Caso Usón Ramírez vs. Venezuela. Excepción Preliminar, Fondo, Repara-
ciones y Costas. Sentencia de 20 de noviembre de 2009. Serie C No. 207.
[146]
Notas sobre las renovadas identidades
sociales en América Latina. Los jóvenes como
constructores de la paz*
Sergio Gustavo Astorga**
Resumen
Teniendo como punto de partida un escenario donde el conflicto social es
inherente a la constitución de nuestras naciones, los proyectos de confi-
guración estatal plantean límites ideológicos y emergen disputas, tramas
y luchas por el poder, las voces juveniles, así como las voces de otros
sujetos sociales que participan en las manifestaciones de lo político, han
sido históricamente silenciadas e invisibilizadas.
Palabras clave: Reconocimiento, jóvenes, participación política, migran-
tes
[147]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
Abstract
Taking as a starting point a scenario where the social conflict is inhe-
rent in the Constitution of our Nations, state configuration projects pose
ideological boundaries and emerge disputes, frames and struggles for
power, youth voices, as well as other social subjects participating in the
demonstrations of the political voices have been silenced historically and
invisible.
Keywords: Recognition, young people, political participation, migrants
Introducción
En contravía, se puede advertir cómo uniones, espacios, redes, movi-
mientos, plataformas, federaciones, ilustran un presente activo de voces
que bregan por una organización juvenil gestora de reivindicaciones y de
luchas históricas. Los jóvenes son una máquina de vanguardias, tienen
preferencias y valores que les son propios, se empoderan en una lucha
constante por el reconocimiento de los derechos y de la participación po-
lítica.
El surgimiento del sujeto juventud, en tanto sector de pobla-
ción con características propias, es resultado del desarrollo
de las fuerzas productivas en Occidente, consecuencia de la
necesidad de la sociedad burguesa emergente de preparar a
los individuos para su integración efectiva a la vida produc-
tiva y social de una sociedad con características distintivas
de la feudal.1
En efecto, antes la familia constituía una unidad global de producción y
reproducción. Esto cambió con el tiempo.
La juventud es el período destinado a la educación para la
vida activa, y en la sociedad moderna la educación es la base
del desarrollo. [...] El foco debe estar en la nueva relación
1
Balardini, Sergio. 2004. Jóvenes, tecnología, participación y consumo. Po-
nencia Encuentro Internacional: La Juventud Iberoamericana desde la Pers-
pectiva Parlamentaria. Cartagena de Indias: Agencia Española de Coopera-
ción Internacional. p. 2.
[148]
Notas sobre las renovadas identidades sociales en América Latina. Los jóvenes como constructores de la paz
2
Ariés, Philippe; 1973. El niño y la vida familiar en el Antiguo Régimen. Ma-
drid: Taurus. 1987. Citado por: Balardini, Sergio. 2004. “Jóvenes, tecnología,
participación y consumo”. Ponencia Encuentro Internacional: La Juventud
Iberoamericana desde la Perspectiva Parlamentaria. Cartagena de Indias:
Agencia Española de Cooperación Internacional.
[149]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
[150]
Notas sobre las renovadas identidades sociales en América Latina. Los jóvenes como constructores de la paz
[151]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
Fuente: CEPAL.
[152]
Notas sobre las renovadas identidades sociales en América Latina. Los jóvenes como constructores de la paz
[153]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
[154]
Notas sobre las renovadas identidades sociales en América Latina. Los jóvenes como constructores de la paz
[155]
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
[156]
Notas sobre las renovadas identidades sociales en América Latina. Los jóvenes como constructores de la paz
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FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
ante la herencia recibida. Perú, Bolivia y Ecuador también fijan esta meta
a su manera. Los conflictos están latentes. Brasil y Argentina, con fuertes
políticas públicas de intervención social a los sectores excluidos, ya han
emprendido transformaciones nuevas en el Estado post-neoliberal.
¿Qué papel ha jugado la juventud? Como en otras ocasiones, en escena-
rios de conflictos sociales y políticos, se ha invisibilizado su participación
activa en pos de la integración social y política; son los actores que más
resisten y sufren. Como actores críticos ante escenarios de conflictos, se
organizan, participan y marchan al lado de sus vecinos, sus amigos; sus
familias experimentan el sufrimiento y el dolor de no poder entregar-
les el ambiente de tranquilidad para su paso por la etapa de tensiones e
incertidumbres que viven. Por naturaleza viven con tensiones e incerti-
dumbres, los conflictos agudizan ese paso, pierden sueños y esperanzas,
pero en otros casos construyen utopías.
En tanto motor del desarrollo, la juventud no se puede obviar ni invisi-
bilizar, pues en el fondo se está abandonando la esperanza y la construc-
ción de nuevas generaciones inmersas en una sociedad igualitaria y con
autonomía. A veces, cuando se analiza el tema de las adicciones, perde-
mos de vista el sentido del alcohol, del cigarrillo, de la droga, en estos
ambientes de incertidumbre juvenil y de conflictos. En otros tiempos, la
familia y la escuela eran el centro de la contención; hoy en día, debido a
que estas instituciones también atraviesan por crisis, ante la búsqueda
de certidumbre los jóvenes recurren a diversos medios, muchas veces en
detrimento de su salud.
En ambientes de conflictos sociales la participación política es recurrente,
en tanto actores de protesta, pero también como actores directamente
involucrados. Los mecanismos de protesta no sólo abarcan ámbitos de
reflexión política sino también cultural e ideológica. El baile, el deporte,
la música y el arte han sido las más representativas. Y van surgiendo
nuevas modas, objeto de la resistencia o de la apuesta al consumo. Las
redes virtuales, los blogs, las fotografías y los audiovisuales, las formas
de vestir, son ejemplos. Son ambientes dinámicos, más aún nos intiman
al acompañamiento de estos procesos culturales juveniles.
También son actores directamente involucrados. En el caso colombiano,
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los jóvenes que no pueden acceder a los estudios superiores son llamados
a ser parte de las fuerzas armadas. Todavía en algunos países el servicio
militar es obligatorio en determinados casos. La CIDJ plantea el derecho
de objeción de conciencia, que tengan el derecho a elegir si quieren par-
ticipar o no del servicio militar. Frente a situaciones de exclusión social,
ausencia de oportunidades de empleo y educación, a la presencia de ne-
cesidades básicas insatisfechas, se ven inmersos en situaciones degradan-
tes, de violencia y marginación social.
4. Conclusiones
Los jóvenes han jugado históricamente una participación relevante en los
procesos sociales y políticos contemporáneos y pasados. Los conflictos
persistirán pero es posible contraer los límites ideológicos que separan
los diversos sectores sociales; género, etnia y edad son variables sociales
que académicos y militantes sociales reconocen como relevantes a la hora
de generar instancias positivas de participación y acciones políticas diri-
gidas a mitigar los efectos de las violencias y asegurar mejor calidad de
vida para los ciudadanos.
Como constructores de la paz han emprendido iniciativas varias para
resistir al orden instituido y contribuir con su voz en la construcción de
una ciudadanía pluricultural, donde primen la igualdad y la autonomía,
no como meros lemas revolucionarios sino como prácticas sociales de los
sujetos que han sido excluidos e invisibilizados.
Se precisan normas de reconocimiento de los derechos, claras y concre-
tas, que contemplen esta franja, que aporten valor y sentido a las capaci-
dades humanas y respeten las identidades indígenas, afrodescendientes,
campesinas, etcétera.
En segundo lugar las instituciones públicas deben tener instancias de
participación juvenil en la discusión, diseño y formulación de las polí-
ticas públicas, para lo cual es relevante la universalización del acceso a
la educación y además la búsqueda de estrategias de calidad de la edu-
cación. Esto último básicamente se consigue con presupuesto público y
un acompañamiento de una política social que respete las identidades
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5. Bibliografía
Balardini, Sergio. (2004). Jóvenes, tecnología, participación y consumo. Ponencia Encuen-
tro Internacional: La Juventud Iberoamericana desde la Perspectiva Parlamentaria. Car-
tagena de Indias: Agencia Española de Cooperación Internacional.
3
Balardini, Sergio. 2004. Op. cit. p. 21.
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