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ALCOHOL:

El alcohol es una droga legal, utilizada socialmente en cualquier parte del mundo. Es un depresor del sistema
nervioso central que se encuentra incluido en la clasificación de drogas en el grupo de los depresores, así como los
barbitúricos, benzodiazepinas y tranquilizantes, entre otros. La sustancia en sí puede ser el detonante de la
enfermedad de la adicción en algunos individuos que abusen de ella. El alcoholismo, una vez que se presenta, es
una enfermedad primaria, crónica y progresiva que puede ser atendida y tratada por los especialistas de manera
efectiva en un centro de tratamiento ambulatorio.

COCAINA:
Esta droga ilegal es clasificada como estimulante y es popularmente utilizada en muchos países del mundo. Es
adictiva en sí y por sí misma. Cualquier persona que abusa de ella puede llegar a desarrollar una adicción. Sus
principales efectos visibles afectan al sistema nervioso central y provocan algunos signos físicos como: dilatación
pupilar, taquicardias y deterioro del tabique nasal. Otros efectos ligados a su consumo son insomnio, paranoia y
psicosis, que luego se ven reflejadas en un comportamiento inusual de la persona. Suele padecer consecuencias
adversas que se presentan durante su consumo como son las conductas violentas o inapropiadas. Es común que se
presenten serias consecuencias relacionadas con asuntos económicos. El tratamiento para personas que usan esta
droga suele ser complejo, pues generalmente va ligada al consumo del alcohol. Es una adicción que suele
enfrentarse mejor, como en el caso del alcohol, con la ayuda terapéutica e integral de un equipo de profesionales
especializados en el tratamiento de adicciones.

HEROINA:
Es adictiva en sí y por sí misma. Es un potente analgésico narcótico, semisintético que tiene efectos eufóricos y
analgésicos muy potentes. Su potencial adictivo es más alto que cualquier otro analgésico narcótico como puede ser
la morfina. Uno de los más grandes atractivos que incita a probarla es el hecho de que provoca una sensación
extrema de placer emocional y corporal. Alivia el dolor físico y emocional, da sueño, con el uso frecuente provoca
cambios radicales en el estado de ánimo, depresión respiratoria, mareo y reducción del apetito. Las personas que se
inyectan, además, corren el riesgo de contraer el virus del sida al compartir jeringuillas con otras personas. La
desintoxicación, el tratamiento y la recuperación de esta adicción es muy difícil de manejar, por lo que un centro de
tratamiento es altamente recomendado

NUESTRO TRATAMIENTO

El núcleo del tratamiento es el cambio del estilo de vida, la recuperación se facilita con el apoyo del
entorno natural que son la familia, los amigos y los grupos de autoayuda. La Institución trabaja con el
Modelo Minnesota nacido en Center City- Minnesota basado en el programa de DOCE PASOS de
Alcohólicos Anónimos, (reconocido mundialmente hace aproximadamente 60 años por su efectividad es el
sistema que más adictos recupera y sostiene a lo largo de sus vidas), con un abordaje multidisciplinario.
Esto significa que incluye el acompañamiento de profesionales como medico, Psiquiatra, Psicólogo, 
consejeros en dependencia química que colaboran en la definición del camino de la recuperación.
          Dada la complejidad de esta enfermedad, la forma de abordar la atención a adictos y sus familias,
es mediante un proceso en al menos tres etapas sucesivas de trabajo. Primera etapa: es el contacto con
el adicto y su familia. Esto se realiza en la Casa Central como espacio de contención, taller Ambulatorio
y otras actividades orientadas a la recuperación y reinserción social. Segunda etapa: para aquellos casos
que necesitan un abordaje intensivo es una internación corta en un Centro de Internación. Finalmente, la
tercera etapa para los internados que han sido dados de alta en su tratamiento, y no cuentan con una
contención familiar y de su entorno, pasan a una Casa de egreso,(casa de medio
camino)caracterizándose esta etapa por el acompañamiento personalizado y tratamiento ambulatorio,
insertándose socialmente en ese período.
Otro elemento que se considera esencial en el tratamiento es la planificación individualizada del
tratamiento. Trabajando juntos, todo el plantel diseña un plan para cada paciente.
El tratamiento tiene dos objetivos básicos: fomentar la abstinencia no solo de alcohol sino también de
cualquier tipo de drogas y la otra es ayudar al paciente a deshacerse del estilo de vida suicida.
EL MODELO MINNESOTA

El Modelo Minnesota es un programa de tratamiento comprensivo y multidisciplinario que enfatiza el


cuidado en lugar de la cura, que focaliza en el crecimiento espiritual y la dignidad del individuo. Comienza
en estados unidos  en los años 50. Con los años ha sido mejorado y refinado, y se ha adaptado para ser
usado en Europa, América del Sur y otros lugares.
Es un enfoque integral y multidisciplinario, orientado hacia la abstinencia y basado en los principios de los
doce pasos.
El modelo aboga el concepto de enfermedad sin cura, con un cuidado continuo en recuperación. Los
objetivo son: (1) tratar a la gente con dependencia en lugar de encerrarlos o ignorarlos, (2) tratarlos con
dignidad y (3) ayudarlos a recuperarse física, mental y espiritualmente.
    Tres puntos sobre el Modelo Minnesota”
    Primero, el Modelo Minnesota ofrece una espiritualidad inclusiva y flexible que es distinta y está
separada de la religión organizada. Segundo, el concepto de enfermedad es defendible desde la lógica y
útil a nivel terapéutico. La anatomía del alcoholismo puede ser comparada con la de las otras
enfermedades “legítimas”. El Modelo Minnesota trata la dependencia como una enfermedad porque esto
tiene sentido clínico: defiende el tratamiento humanitario para los adictos, mejora el acceso al tratamiento,
y promueve la abstinencia. La dependencia debe ser tratada como una enfermedad primaria.
El modelo pretende alcanzar 2 metas a largo plazo, la de la abstinencia total del alcohol y otras drogas y la
segunda la de una mejor calidad de vida.
Para lograr las metas a largo plazo se trabaja con las metas a corto plazo que son, ayudar al adicto y su
familia a reconocer la enfermedad y las consecuencias que esta trae. Ayudar a la persona a admitir que
esta enferma y que necesita ayuda. Ayudar a la persona a identificar cuales son las conductas y/o
defectos que tiene que modificar para tener una mejor calidad de vida.
Algunos conceptos del Modelo Minnesota:
-la adicción es tratada como enfermedad primaria y no como consecuencia de otra enfermedad.
-es una enfermedad polifacética y multidimencional.
Algunos principios del Modelo son:
-la meta es la recuperación del adicto con un cuidado continuo, no la cura.
-tiene un equipo multidisciplinario.
-presenta un programa completamente didáctico, que puede ser utilizado en cualquier persona
-es utilizado un plan especifico e individualizado para cada paciente.
-los profesionales y los pacientes, colaboran en la definición del camino en recuperación.
-la recuperación se facilita con el apoyo del entorno: familia amigos y grupos de autoayuda
Para esto se combinó los talentos de los médicos, los trabajadores sociales, los psicólogos, las
enfermeras, los miembros del clero y la asistencia psiquiátrica.
 En el Modelo Minnesota: es fundamental la planificación individualizada del tratamiento. Trabajando
juntos, todo el plantel diseña un plan para cada paciente.
El modelo tiene dos objetivos básicos: fomentar la abstinencia no solo de alcohol sino también de
cualquier tipo de drogas y ayudar al paciente a deshacerse del estilo de vida suicida.
   
 El Modelo Minnesota representa un movimiento de reforma social que ha humanizado el tratamiento de
las personas adictas al alcohol y otras drogas. Nuestro deber es educar a la gente sobre la imperiosa
necesidad de programas de tratamiento más humano. En este sentido, el Modelo Minnesota debe ser
reinventado y reafirmado para cada nueva generación.
UN MODELO DE TRATAMIENTO PARA LA DEPENDENCIA DE ALCOHOL Y DROGAS

Introducción
Origen:
  Signos y síntomas del alcoholismo
  El alcoholismo como enfermedad
  El enfermo no es culpable
  El alcoholismo como enfermedad multifacética
  El alcoholismo como enfermedad crónica y primaria
  La educación de la comunidad
  El concepto de la Químico-Dependencia
La estructura del programa de tratamiento:
  Cuidado versus curación
  Filosofía de AA
  Comunidad terapéutica
  Equipo multidisplinario
Estrategias de Tratamiento
  Grupo basado en tareas
  Grupo de compañeros
  Conferencias didácticas
Las Fases Básicas del Tratamiento
  Aceptar la impotencia ante el alcohol y las drogas.
  Reconocer la necesidad de cambio
  Planear para actuar
Programa Familiar
  Cuidado Continuo
Resumen
Referencias
 

Introducción

Hoy en día, el contacto con el problema de la adicción al alcohol y otras drogas no le es ajeno
prácticamente a ningún profesionista, ya sean, trabajadores sociales, maestros, psicólogos,
médicos, abogados, políticos, comunicadores ni tampoco a los ciudadanos conscientes del mundo
en el que viven. Las dificultades en el tratamiento del individuo con dependencia de sustancias son
complejas. Buscar estrategias de tratamiento y evaluarlas requiere de la colaboración
interdisciplinaria. Se ha visto la necesidad de estructurar programas integrales donde se trabaja de
manera multidisciplinaria, con atención individual, grupal y ambiental. El aprendizaje mediante el
intercambio de experiencias lleva a cuestionar, modificar y enriquecer distintos modelos. Uno solo
no encontrará la solución al tratamiento de la adicción, es necesario el esfuerzo de muchos. Así
como no se necesita ayudar a un individuo solo, sino a muchos en conjunto, donde cada uno tiene
distintas características, necesidades, carencias y fortalezas. En este artículo presentaré la historia
y la filosofía de un modelo de tratamiento, que desde hace cincuenta años ha servido como
fundamento para estructurar un gran número de programas en los USA y otros lugares del mundo.
Inicialmente fue un programa de atención para alcoholismo, pero muy pronto se propuso también
como tratamiento para el abuso y la dependencia de drogas. En la República Mexicana existen
algunos centros de rehabilitación cuyo programa, con ciertas modificaciones y adaptaciones
idiosincrásicas, se basa en el llamado Modelo Minnesota (Anderson, D.J., 1981), entre ellos el de
la Clínica Cantú en Cuernavaca Morelos, el de Monte Fénix en México, D.F., el de Oceánica en
Mazatlán Sinaloa, y el de Unidos en la Prevención de Adicciones, A.C. en Monterrey, N.L. Se
recomienda dos lecturas públicas en México, D.F., una por Barriguete, A. (1996) sobre la
psicodinamia del alcoholismo y la otra por Isaac, C. (1998) que es una historia personal sobre la
experiencia de un internamiento en un centro de desintoxicación.

ORIGEN

Antes de la década de los ciencuenta, sólo existía un período breve de desintoxicación médica y/o
el ingreso a un hospital psiquiátrico como atención para el alcohólico. Además se carecía de
recursos materiales, había pocos profesionales que querían trabajar y menos estaban entrenados
para ayudar a los alcohólicos. El modelo de tratamiento surgió de la llamada "Experiencia
Minnesota". Entre 1948 y 1950 se fundaron tres centros pioneros de tratamiento de alcohólicos en
el estado de Minnesota, USA (Pioneer House, Hazelden y Willmar State Hospital) que desde
entonces han continuado con un trabajo clínico sistemático para desarrollar y revisar este modelo
integral de atención al adicto y a su familia. Desde un inicio, la Fundación Hazelden se ha
distinguido por la divulgación de investigaciones y observaciones del trabajo clínico, así como por
la enseñanza y la publicación de literatura relevante en el campo de las adicciones en el mundo de
habla inglesa e hispana. La "Experiencia Minnesota" partió de conceptos nuevos y cruciales,
creando una verdadera filosofía de intervención, radical, controvertida en aquella época y
cuestionada como viable y practicable. Los nuevos supuestos básicos fueron los siguientes: .

Signos y síntomas del alcoholismo

Un problema fue y también lo sigue siendo hoy, que la mayoría de la gente niega la existencia del
alcoholismo. Desde luego lo hace el alcohólico y entre otros, los médicos, los amigos y los
familiares, por lo menos durante un período prolongado. Para identificar el problema existen signos
y síntomas casi idénticos, independientemente de características demográficas, de personalidad y
de heterogeneidad sociocultural de las personas. Se unificaron los criterios diagnósticos y se
puntualizó que todos los alcohólicos beben con exceso, no importando su estilo de beber, sus
personalidades y la clase social a la que pertenecen. Además, todas las personas suelen tener
consecuencias dañinas por su manera y la mayoría continúa haciéndolo por años, a pesar de que
su vida se complique y empobrezca en calidad.

El alcoholismo como enfermedad

LEn 1978 se envió desde Minnesota un documento de apoyo técnico al Congreso de los Estados
Unidos (Reunión sobre Alcohol y Salud) en el cual se planteó la hipótesis de que el alcoholismo es,
de alguna manera, una enfermedad. Desde entonces y hasta ahora, la falta de control sobre la
conducta del beber y la dependencia patológica a pesar de sus efectos negativos, ha
fundamentado la hipótesis de que el alcoholismo es una enfermedad.

 
El enfermo no es culpable

En aquel tiempo, a pesar de no poder establecer una relación entre el alcoholismo y alguna
condición física o psiquiátrica, se planteó que debería haber congruencia entre considerar el
alcoholismo una enfermedad y no responsabilizar a la persona de esta. La implicación terapéutica
de este planteamiento ha sido fundamental para el Modelo Minnesota.

El alcoholismo como enfermedad multifacética

Muy pronto se vio, a través de la experiencia mediante ensayo y error, que para establecer
estrategias efectivas de tratamiento, no se puede ignorar la complejidad de los efectos patológicos
que acompañan al alcoholismo. Pero es fundamental trabajar primero con la adicción. Si no, se
pierde la recuperación de trastornos psiquiátricos o la modificación lograda de problemas sociales
y/o físicos. Y a la inversa, ayudar a alguien a aceptar y afrontar realista y honestamente el
alcoholismo y no ayudarle a manejar otros problemas vitales agobiantes, resultaría en un fracaso.
Las consecuencias asociadas con el alcoholismo se agruparon como multifacéticas, de índole
físico, psicológico, social y espiritual.

El alcoholismo como enfermedad crónica y primaria

Aunque se ve que el alcohólico en tratamiento requiere de ayuda para resolver problemas que se
relacionan con su alcoholismo, lo esencial es el alcoholismo como enfermedad primaria. La
hipótesis de que el alcoholismo es una condición independiente, primaria y crónica ha sido muy
importante. Así el tratamiento es la intervención directa sobre el proceso primario. Esta fue la idea
radicalmente nueva, sobre todo para los profesionales que aprendieron que el alcoholismo siempre
era un síntoma de alguna situación subyacente.

La educación de la comunidad

BNo sólo el adicto niega su adicción. Casi toda la comunidad lo hace. Ignorante, la gente suele
negar la condición usando los mecanismos mentales que utilizan los adictos, Así, en Minnesota se
vio la necesidad de desarrollar programas educativos para la comunidad y los medios de
información. Son programas muy divulgados hoy en día. Son educativos y se dirigen
fundamentalmente a las familias, a los empleados y patrones de empresas (en México, se aplican
actualmente en varias empresas). Los programas informativos tienen valor preventivo, crean
consciencia, ayudan a reconocer peligros, mitos y actitudes de prejuicio en relación al alcohol y las
drogas. Al detectar problemas en la familia, las escuelas y las empresas se puede buscar la ayuda
disponible en la comunidad.

El concepto de la Químico-Dependencia

El nombre de químico-dependencia se hizo popular en muchos estados de la Unión Americana.


Dependencia de sustancias es el término equivalente, según el DSM-IV (1995). El concepto es el
mismo y fue crucial en el desarrollo del Modelo Minnesota. Desde un inicio, en el Willmar State
Hospital se dio tratamiento a alcohólicos y a adictos a narcóticos. Al final de los cincuenta, los
centros pioneros de tratamiento recibían cada vez más pacientes con adicciones "duales". Sobre
todo acudían mujeres con dependencia de alcohol y de medicamentos de prescripción. Las
personas con adicción múltiple usan las drogas simultánea o sucesivamente. Según los creadores
del Modelo Minnesota, el tratamiento sirve para ambas clases de adictos, ya que comparten la
dependencia química. Para profundizar acerca del tema de las sustancias, sus características y
efectos sobre el Sistema Nervioso Central, se recomienda la lectura del libro de divulgación
científica de Brailowsky, S. (1995) llamado Las Sustancias de los Sueños.

LA ESTRUCTURA DE UN PROGRAMA DE TRATAMIENTO

Con la aceptación provisional de las hipótesis anteriores, tanto del alcoholismo, como de otras
formas de dependencia química se pensó en la parte práctica de un programa de tratamiento.
Hasta este tiempo, nunca se había pensado en un programa estructurado, sólo existía un
procedimiento breve de desintoxicación médica. Se desarrolló la idea de que el tratamiento podría
pensarse como un programa progresivo, igual que se consideraba al alcoholismo una enfermedad
progresiva y crónica con fases diversas. Los siguientes fueron los primeros conceptos en relación a
la estructura del tratamiento:

Cuidado versus curación

Se decidió que el foco del modelo de tratamiento sería el cuidado y no la curación. La meta: Ayudar
al alcohólico a aprender a vivir y manejar (hacer frente a) su condición crónica.

Filosofía de AA.

La filosofía básica del programa se empareja con los conceptos contenidos en el programa de los
Doce Pasos de AA. La confianza en el valor de AA vino principalmente de una serie de visitas
informales a miembros de la comunidad y a destacados líderes de AA en el estado de Minnesota.
El grupo de profesionales no adicto quería aprender de los miembros de AA su peculiar manera de
acceder, comprender el pensamiento y la personalidad de adictos al alcohol y las drogas.

Comunidad terapéutica

Se pensó que si el alcohólico tenía que aprender a vivir y manejar su adicción crónica, lo mejor
sería una comunidad separada. Se decidió crear un ambiente totalmente estructurado y
disciplinado; con una serie de actividades organizadas para los pacientes se intentaría producir
cambios conductuales positivos. Otras de las razones para controlar el ambiente era, que la
experiencia del tratamiento sería relativamente corta. Si el programa iba a ser corto, también
debería ser intensivo para producir un cambio rápido. El foco, desde luego, sería la intervención
directa sobre el proceso primario del alcoholismo. El lema era: Donde no hay picazón, no rasque.
La meta: desarrollar estrategias que ayudarían a cada alcohólico a modificar un estilo de vida
adictivo profundamente aprendido .

Equipo multidisplinario
En aquel tiempo había pocos profesionales que querían o estaban entrenados para trabajar con
alcohólicos. Se formó un grupo con distintos profesionales del equipo hospitalario psiquiátrico,
como médicos, trabajadores sociales, psicólogos, enfermeras y sacerdotes. Para utilizar bien la
filosofía de AA se necesitaron uno o más alcohólicos en recuperación que fueran miembros
comprometidos y practicantes de AA. Estas personas se necesitaban para actuar como
"consejeros en alcoholismo" y para trabajar directamente con los pacientes. No sólo eran
necesarios para comunicar la filosofía de AA, sino también se esperaba que fueran un modelo
viviente para los pacientes.

ESTRATEGIAS DE TRATAMIENTO

Grupo basado en tareasLa influencia de las estrategias de comunicación en los grupos y las
juntas de AA fue clave en el desarrollo del programa. Los consejeros alcohólicos en recuperación
sirvieron para llevar los grupos basados en tareas. Identificándose con los pacientes lograron
obtener su confianza para que pudieran dar respuestas abiertas y honestas. La meta de los
encuentros grupales era ayudar a resolver problemas personales y apoyar la toma de decisiones
relacionadas directamente con el alcoholismo. Se vio que en un ambiente grupal, altamente
estructurado y orientado hacia una tarea, pocos pacientes pueden evadir su problema primario por
mucho tiempo. Como ejemplo, un grupo rápidamente se enfoca a los tópicos críticos relacionados
con el alcoholismo, como resentimientos, negación, culpa, grandiosidad y egocentrismo.

Grupo de compañeros Pronto apareció que algunos pacientes lograron ayudarse mutuamente.
Informalmente, se forman subgrupos pequeños no estructurados, sin líder. El descubrimiento que
personas enfermas pueden ayudarse mutuamente en algunos aspectos, sin la ayuda profesional,
sorprendió mucho. Así, el paciente se emancipó de una relación tradicional pasiva-dependiente con
el profesional. Tomó un rol más activo y comprometido al ayudar a otros. Sin la influencia de los
consejeros de AA, posiblemente, no se hubiera hecho el descubrimiento de que cuando un grupo
de compañeros en sufrimiento se junta en un ambiente estructurado para compartir sus problemas
crónicos comunes, se dan cambios positivos. Personas que no pueden ayudarse a sí mismas, a
veces, si pueden ayudarse mutuamente.

Conferencias didácticasOtra de las influencias valiosas fue aprender del procedimiento de las
reuniones de AA en cuanto a sus aspectos didácticos. En los grupos de autoayuda los miembros
viejos les enseñan a los nuevos. Se atienden y escuchan conferencias cortas y explicaciones sobre
la comprensión y experiencia muy personal de los Doce Pasos y la enseñanza de AA. Como
resultado de este descubrimiento se desarrolló una serie formal de conferencias para los pacientes.
De hecho, las conferencias se convirtieron en la columna vertebral del programa. Una de las
razones de la efectividad de este enfoque didáctico podría tener que ver con el anonimato protector
del aula de conferencias. En este ambiente, los pacientes pueden reconceptualizar su propia
situación sin miedo a exponerse ante los pacientes o el equipo profesional y, especialmente, sin
miedo a tener que hacer revelaciones personales o vergonzosas.

LAS FASES BASICAS DEL TRATAMIENTO.

El tratamiento se puede resumir en términos de un proceso dinámico secuencial o como un


programa sistemático de tres fases relacionadas: . Aceptar la impotencia ante el alcohol y las
drogas. La primera meta del tratamiento, una vez pasada la desintoxicación y el proceso de
evaluación diagnóstica, es ayudar al paciente a admitir y aceptar que es impotente ante el alcohol
y/o otras sustancias que alteran el estado de ánimo. En esta fase se le ayuda a aceptar el hecho
que su vida se ha vuelto incontrolable (ingobernable) a causa de la adicción. Es el primero de los
Doces Pasos de la filosofía de AA y es un intento directivo para tratar de romper con la negación.
 

Reconocer la necesidad de cambio.

La segunda meta del tratamiento es ayudar al paciente a reconocer que es crucial para su
sobrevivencia cambiar su conducta. En este momento crítico, el equipo profesional necesita
transmitir al paciente la convicción de que el tiene la capacidad para hacer cambios. Otro aspecto
importante es ayudar al paciente a ver y entender que la estructura del programa, la rutina básica
para llevarlo a cabo, es el vehículo para posteriormente lograr los cambios. El período de
internamiento es de tratamiento, la recuperación se logrará después, poniendo en práctica lo que
se aprendió en el programa. Se introduce al paciente al grupo de autoayuda (Alcohólicos Anónimos
[AA] o Narcóticos Anónimos [NA] ) como una herramienta esencial para poder realizar el trabajo de
su recuperación.Planear para actuar  La tercera meta del tratamiento es ayudar al paciente a
actuar, tomar decisiones y cambiar las conductas que necesitan ser cambiadas. La meta es apoyar
al paciente a empezar a visualizar que podrá y necesitará realizar cambios en su estilo de vida.

PROGRAMA FAMILIAR.

En los últimos diez años se reconoció que un programa de rehabilitación completo debe ofrecer
ayuda para la familia e incluirla en el tratamiento. Se diseñó un programa familiar, entendiendo
como familiar todas las personas significativas y cercanas al adicto ya sean miembros de la familia,
amigos, jefes u otros. La razón para dar tratamiento a los familiares es clara, igual que el paciente,
la familia necesita modificar actitudes rígidas, repetitivas y respuestas inadecuadas ante la
conducta del adicto. La familia aprende cómo centrarse en sus respuestas ante la enfermedad y no
en la enfermedad en sí. Por lo anterior una de las metas principales es que los familiares dejen de
dar las mismas respuestas patológicas que da el adicto. El programa se estructura como una
experiencia educativa y vivencial. La familia recibe la misma información que el paciente, además
se le ayuda a prepararse para cuando el familiar regrese; cómo lograr que su vida no gire alrededor
del adicto y cómo desprenderse del alcohol o las drogas y no de la persona. Otro objetivo del
programa es ayudar para que la familia deje que al adicto resuelva sus problemas y los demás
empiecen a vivir su propia vida. El programa familiar es de corta duración, se suele dar dentro o
fuera del centro de tratamiento. Hay conferencias didácticas, sesiones de terapia de grupo donde
los participantes comparten sus experiencias. Se fomenta que la familia asista a grupos de
autoayuda.

Cuidado Continúo

El Modelo de Minnesota se hizo comprensivo o integral en el grado en que pudo establecer una red
de servicios esenciales, donde el tratamiento es parte de un cuidado continuo. El paciente sale del
tratamiento preparado para una siguiente fase, con un plan para trabajar en su recuperación.
Permanece en contacto para recibir apoyo por parte de una red de atención organizada por el
centro de tratamiento. La mayoría de los pacientes regresan directamente a su ambiente anterior,
con la recomendación de integrarse al grupo de AA o NA en su localidad. Otros se transfieren a
una "casa de medio camino" donde continúan bajo tratamiento, se integran a su vida laboral y
algunos se transfieren a atención especializada psicológica o médica. En Minnesota se pudo
evaluar que hay una relación directa entre el número de pacientes recuperados y el desarrollo de la
extensión de la red del cuidado continuo.

RESUMEN.

Se presenta el modelo de tratamiento de Minnesota originado en los Estados Unidos en los años
cincuenta. Sus planteamientos han servido para desarrollar programas de rehabilitación para
alcoholismo y drogas en el mundo y en México. En estos modelos se estructura la atmósfera
terapéutica para ofrecer el apoyo profesional y la guía necesaria para alcanzar las metas de
tratamiento. Es un enfoque integral y multidisciplinario, orientado hacia la abstinencia y basado en
los principios de los Doce Pasos. Los principios de Alcohólicos Anónimos (AA) y Narcóticos
Anónimos (NA) son fundamentales. El modelo aboga por el concepto enfermedad sin cura, pero
con recuperación, siempre y cuando se adhiera a las propuestas del programa. Con el tratamiento
se pretende alcanzar dos metas a largo plazo. La primera, la abstinencia del alcohol y/o otras
drogas. La segunda, una vida de calidad con salud física y emocional. Para lograr las metas a largo
plazo, se trabaja con las metas a corto plazo que son: 1) Ayudar al adicto y a su familia a reconocer
la enfermedad y sus consecuencias en su vida. 2) Ayudar a la persona a admitir que necesita
ayuda y convencerse que podrá vivir una vida constructiva con la realidad de una enfermedad que
no tiene cura. 3) Ayudar a la persona a identificar cuáles son las conductas que tiene que cambiar
para poder vivir con la enfermedad en una forma positiva y constructiva. 4) Ayudar a la persona a
traducir su entendimiento en acción para desarrollar un estilo de vida diferente. El modelo
Minnesota incluye un programa de Cuidado Continuo desarrollado y estructurado como red de
apoyo para la pers

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