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LA EVOLUCIÓN DEL SOFTWARE

Introducción.-

Justo antes de que fuera publicada la primera edición de este libro, a principios de los años 80, una primera
plana de la revista Business Magazine pregonó el titular siguiente: “Software: Motor de futuro”. Los editores no
tenían ni idea de lo bueno que esto podría ser. En esa época, el software todavía era un desconocido para la
mayoría del público en general. Las compañías de software dedicadas al software empaquetado, como
Microsoft, todavía no existían: almacenes con más de 15,000 metros cuadrados se desconocían; la idea de
publicidad en TV anunciando sistemas operativos de computadora habría sido ridícula; e Internet sólo era
conocido por pocos investigadores y académicos. Pero en menos de dos décadas, los cambios han llevado a
que todo esto (y mucho más) se convierta en pasado.

El software de computadora, se ha convertido en el alma mater. Es la máquina que conduce a la toma de


decisiones comerciales. Sirve como la base de investigación científica moderna y de resolución de problemas
de ingeniería. Es el factor clave que diferencia los productos y servicios modernos. Está inmerso en sistemas
de todo tipo: de transportes, médicos, de telecomunicaciones, militares, procesos industriales,
entretenimiento, productos de ofician...., la lista es interminable. A medida que nos adentremos en al siglo
veintiuno, será el que nos lleve a avances en todo desde la educación elemental a la ingeniería genética.

Todo esto ha cambiado la percepción pública del software. Los programas informáticos están omnipresentes,
y el público los ve como un hecho tecnológica de la vida. En muchos ejemplos, las personas dejan su trabajo,
bienestar, seguridad, entretenimiento, decisiones y sus propias vidas en manos del software informático.

Etapas.-

Hoy en día el software tien un doble papel. Es un producto y al mismo tiempo, el vehículo para hacer entrega
de un producto. Como producto, hace entrega de la potencia informática del hardware informático. Si reside
dentro de un teléfono celular u opera dentro de una computadora central, el software es un transformador de
información, produciendo, gestionando, adquiriendo, modificando, mostrando o transmitiendo información que
puede ser tan simple como un solo bit, o tan complejo como una simulación en multimedia. Como vehículo
utilizado para hacer entrega del producto, el software actúa como la base de control de la computadora
(sistemas operativos), la comunicación de información (redes), y la creación y control de otros programas
(herramientas de Sw y entornos).

El Software hace entrega de lo que muchos creen que será el producto más importante del siglo veintiuno
(p.e.:transacciones financieras de una persona) para que los datos sean más útiles en un contexto local;
gestiona información comercial para mejorar la competitividad; proporciona el acceso a redes de información
por todo el mundo (p.ej.: Internet); y también proporciona el medio de adquirir información en todas sus
formas.

El papel del software informático ha sufrido un cambio significativo en la segunda mitad del siglo veinte.
Enormes mejoras en rendimiento del hardware, profundos cambios de arquitecturas informáticos, grandes
aumentos de memoria y capacidad de almacenamiento, una gran variedad de opciones de entrada y salida
han precipitado sistemas más sofisticados y más complejos basados en computadora. La sofisticación y la
complejidad pueden producir resultados deslumbrantes cuando un sistema tienen éxito, pero también pueden
suponer grandes problemas para aquellos que deben construir sistemas complejos.

Libros populares publicados durante los años 70 y 80 proporcionan una visión histórica útil dentro de la
percepción cambiante de las computadoras y del software, y de su impacto en nuestra cultura. Osborne
hablaba de una “nueva revolución industrial”. Toffler llamó a la llegada de los componentes microelectrónicos
la “tercera ola del cambio” en la historia de la humanidad y Naisbitt predijo la transformación de la sociedad
industrial a una “sociedad de información”. Feigenbaum y McCorduck sugirieron que la información y el
conocimiento (controlados por computadora) serían el foco de poder del siglo veintiuno, y Stoll argumentó que
la “comunidad Electrónica” creada mediante redes y software es la clave para el intercambio de conocimiento
alrededor del mundo.

Al comienzo de la década de los años 90, Toffler describió un “cambio de poder” en el que las viejas
estructuras de poder (gubernamentales, educativas, industriales, económicas y militares) se desintegrarían a
medida que las computadoras y el software nos llevaran a la “democratización del conocimiento”. A Yourdon

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le preocupaba que las compañías en Estados Unidos pudieran perder su competitividad en empresas
relativas al software y predijo “el declive y la caída del programador americano”. Hammer y Champy
argumentaron que las tecnologías de información iban a desempeñar el papel principal en la “reingeniería de
la compañía”. A mediados de los años 90, la persistencia de las computadoras y del software generó una
erupción de libros por “neo-Luddites”(p. Ej.: Resisting the Virtual Life editado por James Brook y Ian Boal, y
The Future Does not Computa de Sthephen Talbot). Estos autores critican enormemente la computadora
enfatizando en preocupaciones legítimas pero ignorando los profundos beneficios que se han llevado a cabo.

Durante los primeros años de la era de la computadora, el software se contemplaba como un añadido. La
programación de computadoras era un “arte de andar por casa” para el que existía pocos métodos
sistemáticos. El desarrollo del software se realizaba virtualmente sin ninguna planificación, hasta que los
planes comenzaron a descalabrarse y los costos a correr. Los programadores trataban de hacer las cosas
bien y con un esfuerzo heroico, a menudo salían con éxito.

Lo normal era que el hardware fuera de propósito general. Por otra parte, el software se diseñaba a medida
para cada aplicación y tenían una distribución relativamente pequeña. El software como producto (es decir,
programas desarrollados para ser vendidos a uno o más clientes) estaba en su infancia. La mayoría del
software se desarrollaba y era utilizado por la misma persona u organización. La misma persona lo escribía,
ejecutaba y si fallaba, lo depuraba. Debido a que la movilidad en el trabajo era baja, los ejecutivos estaban
seguros de que esa persona estaría allí cuando se encontrara algún error. Debido a este entorno
personalizado del software, el diseño era un proceso implícito, realizado en la mente de alguien, y la
documentación normalmente no existía.

A lo largo de los primeros años aprendimos mucho sobre la implementación de sistemas informáticos, pero
relativamente poco sobre la ingeniería de las computadoras. Sin embargo, en honor de la verdad, debemos
reconocer que durante esa era se desarrollaron muchos sistemas de información excepcionales. Algunos de
ellos todavía se siguen utilizando hoy, y por sus características, siguen siendo admirados con toda justicia.

La segunda era en la evolución de los sistemas de computadora se extiende desde la mitad de la década
de los sesenta hasta finales de los setenta. La multiprogramación y los sistemas multiusuario introdujeron
nuevos conceptos de interacción hombre-máquina. Las técnicas interactivas abrieron un nuevo mundo de
aplicaciones y nuevos niveles de sofisticación del hardware y el software. Los sistemas de tiempo real podría
recoger, analizar y transformar datos de múltiples fuentes, controlando así los procesos y produciendo salidas
en milisegundos en lugar de en minutos. Los avances en los dispositivos de almacenamiento en línea
condujeron a la primera generación de sistemas de gestión de base de datos.

La segunda era se caracterizó también por el establecimiento del software como producto y la llegada de las
2casas de software”. El software ya se desarrollaba para tener una amplia distribución en un mercado
multidisciplinar. Los programas se distribuían para computadoras grandes y para minicomputadoras, a
cientos e incluso miles de usuarios. Los patronos de la industria, del gobierno, y de la universidad se
aprestaba a “desarrollar mejor paquete de software” y ganar así mucho dinero.

Conforme crecía el número de sistemas informáticos, comenzaron a extenderse las bibliotecas de software de
computadora. Las casas desarrollaban proyectos en los que se producían programas de decenas de miles de
sentencias fuente. Los productos se software comprados al exterior incorporaban cientos de miles de nuevas
sentencias. Una nube negra apareció en el horizonte. Todos esos programas, todas esas sentencias fuente
tenían que ser corregidas cuando se detectaban fallos, modificados cuando cambiaban los requisitos de los
usuarios o adaptados a nuevos dispositivos hardware que se hubieran adquirido. Estas actividades se
llamaron colectivamente mantenimiento de software. El esfuerzo gastado en el mantenimiento del software
comenzó a absorber recursos en una medida alarmante.

Aún peor, la naturaleza personalizada de muchos programas los hacía virtualmente imposibles de mantener.
Había comenzado una crisis del software.

La tercera era en la evolución de los sistemas de computadoras comenzó a mediados de los años sesenta y
continuó más allá de una década. El sistema distribuido, múltiples computadoras, cada una ejecutando
funciones concurrentemente y comunicándose con alguna otra, incrementó notablemente la complejidad de
los sistemas informáticos. Las redes de área local y de área global, las comunicaciones digitales de alta ancho
de banda y la creciente demanda de acceso “instantáneo” a los datos, supusieron una fuerte presión sobre los
desarrolladores del software. Aún más, los sistemas y el software que lo permitían continuaron residiendo
dentro de la industria y de la academia. El uso personal era extraño.

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La conclusión de la tercera era se caracterizó por la llegada y amplio uso de los microprocesadores. El
microprocesador ha producido un extenso grupo de productos inteligentes, desde automóviles hasta hornos
microondas, desde robots industriales a equipos de diagnósticos de suero sanguíneo, pero ninguno ha sido
más importante que la computadora personal. En menos de una década, las computadoras llegarán a ser
fácilmente accesibles al público.

La cuarta era de la evolución de sistemas informáticos se aleja de las computadoras individuales y de los
programas de computadoras, dirigiéndose al impacto colectivo de las computadoras y del software. Potentes
máquinas personales controladas por sistemas operativos sofisticados avanzadas se han convertido en la
norma. Las arquitecturas informáticas están cambiando de entornos centralizados de grandes computadoras
a entornos descentralizados cliente/servidor. Las redes de información en todo el mundo proporcionan una
infraestructura que iguala a expertos y políticos en pensar sobre una “superautopista de información” y una
“conexión del ciberespacio”. De hecho Internet se puede observar como un “software” al que pueden acceder
usuarios individuales.

La industria del software ya es la cuna de la economía del mundo. Las decisiones tomadas por gigantes dela
industria tales como Microsoft arriesgan billones de dólares. A medida que la cuarta generación progresa, han
comenzado a surgir nuevas tecnologías. Las tecnologías orientadas a objetos están desplazando rápidamente
los enfoques de desarrollo de software más convencionales en muchas áreas de aplicaciones. Aunque las
predicciones de las computadoras de “quinta generación” continúan eludiéndonos, “las técnicas de cuarta
generación” para el desarrollo del software están cambiando en la forma en que la comunidad del software
construye programas informáticos. Los sistemas expertos y el software de inteligencia artificial han salido del
laboratorio para entrar en aplicaciones prácticas de una gran variedad de problemas del mundo real. El
software de redes neuronales artificiales junto con la aplicación de lógica difusa ha abierto posibilidades
excitantes para el reconocimiento de patrones y habilidades de procesamiento de información de carácter
humano.

La programación de realidad virtual y los sistemas multimedia ofrecen formas radicalmente diferentes de
comunicar información al usuario final. “Los algoritmos genéticos” ofrecen el potencial para el software que
reside dentro de las computadoras biológicas masivamente en paralelo.

Sin embargo, un conjunto de problemas relacionados con el software ha persistido a través de la evolución de
los sistemas basados en computadora, y estos problemas continúan aumentando.

CONCLUSIONES.-

1.- Los avances del software continúan dejando atrás nuestra habilidad de construir software para alcanzar el
potencial del hardware.
2.- Nuestra habilidad de construir nuevos programas no pueden ir al ritmo de la demanda de nuevos
programas, ni podemos construir programas lo suficientemente rápido como para cumplir las necesidades del
mercado y de los negocios.
3.- El uso extenso de computadoras ha hecho de la sociedad cada vez más dependiente de la operación
fiable del software. Cuando el software falla, pueden ocurrir daños económicos enormes y ocasionar
sufrimiento humano.
4.- Luchamos por construir software informático que tenga fiabilidad y alta calidad.
5.- Nuestra habilidad de soportar y mejorar los programas existentes se ve amenazada por diseños pobres y
recursos inadecuados.

Ingeniería de Software, Un enfoque práctico, Pressman Rogers; página 3 a 6.

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