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Andrés Sarabia

200121515

03.03.03

EL ARGONAUTA DEL PACÍFICO OCCIDENTAL

Malinowski abandona su natal Polonia hacia Alemania y de ahí deja el continente para entrar al London

School of Economics en 1910. El destino lo lleva a aventurarse fuera de su conocida Europa hacia los

territorios colonizados. En su ausencia Pelias le usurpa el trono a Jasón: estalla la primera guerra mundial.

Impedido su retorno se le indulta su status de enemigo político siempre y cuando se mantenga en la

investigación que se propuso llevar a cabo. Alcanzar el vellocino de oro se convertía en una empresa de

duración indefinida. Para poder lograr su cometido debe enfrentarse a la impropiedad del método

científico en la incipiente ciencia antropológica. Requerirá de todo su talento para anteponerse a los

preceptos académicos para idear un nuevo trabajo de campo para formalizarlo como el trabajo de campo.

Malinowski embarca a sus héroes trobriandeses en una expedición por ellos mismos; estos son el

vehículo del etnógrafo; ellos embarcarán al etnógrafo para enseñarle el kula. La aventura del viaje se

torna en la clave para descifrar al hombre.

Instruido en las ciencias exactas se preocupa por una recolección de datos a través de la observación. Pero

difícil le resultó conformarse con una observación referenciada por informantes pagos. Malinowski

buscaba información de primera mano, a través de la observación directa. Pero el camino a recorrer era

largo para alcanzar dicha meta. Varias barreras se lo impedían. Primera, tenía que superar todo obstáculo

en la comunicación y para esto se requería de algo más que aprender la lengua; era necesaria la

interacción directa con los indígenas para llegar a entenderlos y lograr entenderse con ellos. En segundo

lugar, estaba el estrecho vínculo que lo ataba con la "civilización" en esos parajes; para comprender al

indígena debía ir hacia él, desvinculándose de la institución europea en la isla y adentrándose en la

indígena. Esto le resultó trabajoso, como mostraría su diario de viaje, pues debió desprenderse de

prejuicios racistas, entre los tantos que lo hacían europeo. Finalmente, debía no solo ir, sino además
llegar y ser aceptado a su llegada. Malinowski menciona haber cometido ofensas bajo el nuevo código

moral al que decidió acogerse mientras llegaba a conocerlo.

Un auténtico viaje de aventura. Un desprenderse de sí, en la medida que pueda ser esto posible, para un

apropiarse de otro, y todo para un hombre de treinta años de edad. El desarraigo no es un estadio tan

voluntario como hubiese querido el propio Malinowski. Al igual que Jason no le quedaba otra alternativa.

Debía permanecer allí por diferentes razones como lo fueron los compromisos con Seligman, sus becas

con la London School of Economics y London University, y posteriormente la Gran Guerra que lo

convierte en enemigo británico.

Su viaje, su desarraigo implicó la ruptura de viejos imaginarios y la estructuración de otros nuevos

acordes con su más reciente experiencia. La institución que lo formó como antropólogo, la escuela

británica, en especial Frazer, se tornó inadecuada. Malinowski se convertiría a sus ojos en el gran

(trans)formador del estudio etnológico. Ya en los primeros capítulos de sus Argonautas del Pacífico

Occidental se siente un tono paternalista, de responsabilidad y/o compromiso, propio de quien sabe que

innova, aunque, como lo hace notar en el prólogo, un tanto triste y angustiado de su paternidad, tal vez

demasiado, tardía.

Malinowski, pretendiéndolo o no, degrada la anterior literatura etnográfica a una categorización de

perezosa, de sin-trabajo, sumisa al dictado del otro. Y aún si la obra es la de un trabajo sin trabajo, sumiso

al dictado del otro, se necesita además que esta alteridad sea auténtica y no facticia, no simulada o

estimulada por proyecciones artificiales.1

Malinowski se propone como reto la autenticidad. Su fin último, la materialización de sus esfuerzos

investigativos en el relato auténtico. Auténtico en más de un sentido debido al momento en que vivió;

auténtico en cuanto veraz, pues da a conocer buenas referencias hechas de sus predecesores:

Las investigaciones sobre razas indígenas realizadas por personas de preparación académica

han dejado fuera de dudas que la investigación científica y metódica puede proporcionar
1
Cf. Derrida, J. "Retóricas de la droga". Revista Colombiana de Psicología (Bogotá) 4, MCMXCV, pp 64
- 65.
resultados mucho más abundantes y de mejor calidad que el trabajo del más esforzado

amateur. Aunque no todos, la mayor parte de los trabajos científicos modernos han revelado

aspectos absolutamente nuevos e inesperados de la vida tribal. Nos han proporcionado, con

rasgos contundentes, el cuadro de las instituciones sociales a menudo sorprendentemente

vasto y complejo. Nos han presentado al nativo tal como es, con sus creencias y prácticas

tanto religiosas como mágicas. Nos han permitido penetrar en su mentalidad de un modo

mucho más profundo que antes. Gracias a estos nuevos materiales de cuño científico, los

estudiosos de etnología comparada han sacado ya algunas conclusiones muy importantes

sobre el origen de las costumbres, de las creencias y de las instituciones humanas; sobre la

historia de las culturas, su difusión y sus contactos; sobre las leyes de comportamiento del

hombre en sociedad, y sobre el espíritu humano. 2

Pero no obstante menciona con tono modesto hacia el final la necesidad de un nuevo enfoque:

Pero me parece a mí que una comparación y un análisis más profundo de cómo ambos

aspectos culturales [la empresa económica y el ritual mágico] dependen el uno del otro,

podría aportar algún material interesante para la reflexión teórica. De hecho, me parece que

daría lugar a un nuevo tipo de teoría.3

Prosigue notando la carencia de la propuesta anterior en las diferentes escuelas antropológicas dominantes

del momento,

La continuidad temporal y la influencia de las etapas previas sobre las posteriores es el objeto

principal de los estudios sobre la evolución, tal y como los practica la escuela clásica de la

antropología inglesa. La escuela etnológica estudia la influencia de entre las culturas por

contacto, infiltración y transmisión. La influencia entre los distintos aspectos de una

institución, el estudio de los mecanismos sociales y psicológicos en que se basa una

institución constituyen un tipo de estudios teóricos que hasta ahora sólo se han practicado de

forma balbuceante, pero me arriesgaría a decir que tarde o temprano tendrán su momento.

Este tipo de investigación abrirá camino y suplirá material para las otras.
2
Malinowski. Op. cit. p13.
3
Ibid. p503.
El europeo en el libro se hace presente sobre todo para posicionarse frente a escuelas de pensamiento

sustentándose en su experiencia en las islas melanésicas; fue este su viaje decisivo para oponérseles

(aunque probablemente hubiese encontrado alguna otra manera). Malinowski está en la continua tarea de

criticar a la escuela prevaleciente,

<<La imitación>> de Tarde, <<la conciencia de la especie>> de Gidding, >>las ideas

colectivas>> de Durkheim y muchas otras concepciones, como <<la conciencia social>>,

<<el alma de la nación>>, <<el espíritu de cuerpo>> y las ideas prevalecientes y muy de

moda en nuestros días de <<la sugestibilidad de las masas>>, <<el instinto gregario>>, etc.,

etc., tratan de encubrir esta simple verdad empírica. La mayor parte de estos sistemas, en

especial los que evocan el fantasma del alma colectiva, en mi opinión son inútiles, en tanto

que trata de explicar en términos de una hipótesis lo que más de fundamental hay en

sociología (…) y que, por tanto, no puede reducirse a ninguna otra cosa.4

En los Argonautas Malinowski no se preocupa por explicitar su método. Escasamente se limita a

esbozarlo más o menos en los primeros capítulos pero concentrando el grueso de su libro en la aplicación

de éste a la sociedad trobriandesa. Pero el resultado de la praxis tiende más, a mi parecer, a un relato de

viajes desde una perspectiva pretendidamente objetiva, haciendo uso de herramientas narrativas, sobre las

cuales diserta Geertz5, para no aburrir al lector, como lo anuncia comenzando su narración, con los

innumerables detalles.

Repetidas veces Malinowski resalta la importancia del conocimiento de los hechos como constructor del

método científico etnológico.

Es en el amor por la síntesis final, lograda por la asimilación y comprensión de todos los

elementos de una cultura y, todavía más, e n el amor a la variedad e independencia de las

distintas culturas, donde se puede reconocer al verdadero artífice de la verdadera Ciencia del

Hombre.6

4
Malinowski. Op. cit. p321-322.
5
Geertz. El antropólogo como autor. Paidós.
6
Malinowski. Op. cit. p505.
Redactando el libro, concibe su estructura (como puede verse en el índice) pero intermezclando de

manera que aparenta un cierto desorden, pero más bien la dificultad del autor por exponer de forma

independiente aspectos yuxtapuestos de una misma cultura, además, en una lengua que no es propia para

capturar el todo complejo que son el kula y los trobriandeses, para ponerlo en términos taylorianos, tal y

como el autor se vio obligado a hacer teniendo que aprender el idioma de los nativos.

Escribir los Argonautas es otro viaje en solitario, donde el autor se ve obligado a exteriorizar aquello de lo

que acababa de apropiarse. Es un retornar a la "civilización" que le pertenecía de antaño. Debe alienarse

para poder expresar en términos europeos (romances) aquello que aprendió con extraña etimología. Solo

puede lograrlo narrándose, a sí mismo, en el periodo que le acaeció la experiencia. Pero es un relato

netamente descriptivo, que no precisamente cronológico, según vinieron a él los acontecimientos, puesto

que esto no convendría al estilo de su discurso. Debe entonces intercalar al sujeto observador dentro de la

descripción objeto. En este ir y venir deja entrever el referente europeo, a pesar de su desvinculación

(artificiosa) en aras de hacerlo accesible.

Para cuando escribe los Argonautas su autoridad no es muy grande. Debe ser modesto pero ya allí se

anunciaba su "rudeza e intolerancia" y su opresiva y pretensiosa dominante personalidad como cuenta

Kuper en su libro.7 Así pues, la obra auténtica resulta para Malinowski que debe ser el resultado de un

trabajo sintetizador impregnado de responsabilidad que pretenda mérito y recompensa. "No podremos

alcanzar la última sabiduría socrática de conocernos a nosotros mismos si nunca abandonamos los

estrechos límites de nuestras costumbres, creencias y prejuicios en que todos los hombres nacemos."8

Malinowski encuentra pues, a través de múltiples viajes, enajenamientos intencionados en busca de una

lógica (método) para alcanzar un conocimiento científico para encontrar la “verdad” de la identidad del

indígena, y de manera no esperada de su identidad. La pérdida de sus tradiciones implica el reinventarse y

creerse su propia verdad, pero no se sabe si es verdad o mentira, por ello debe recurrir al recuento, pero

este no deja de ser la historia contada por un otro distinto inmerso en un contexto que impide la
7
Kuper
8
Malinowski. Op cit.
vinculación por él deseada hasta el mismo límite en que el trabajo de campo se borra, borra sus trazas o se

borra ante lo que le es dado.

"Su triunfo etnográfico se basó en una nueva perspectiva que todavía es un rasgo integral de la

antropología social británica."9 Y por esto su importancia. De él heredaría el etnógrafo de una engorrosa

"lógica" de la reapropiación. Los límites pasan entre un número no-finito de experiencia. Experiencia que

es el viaje que pasa el límite. Experiencia entre dos experiencias: por una parte la travesía, la odisea, con

o sin nostalgia, la errancia de la que no se puede regresar, otras tantas posibilidades involucradas en cierta

etimología de la palabra "experiencia" y que se asocia con la experiencia de la relación con el otro y la

apertura al mundo en general.10

El viaje transforma a Malinowski en un transgresor que, en medio de su moderado intento de positivar la

antropología, se torna en un relativista extremo donde puede conciliar sus escandalosos comentarios de su

diario con la nostalgia por un pasado mejor en la Melanesia anterior a la colonización europea que

muestra en los Argonautas.

Su método, que pretendo poder resumir en esta cita,

una fuente etnográfica de "valor científico incuestionable" lograda haciendo "una clara

distinción entre, por una parte, lo que son los resultados de la observación directa y las

exposiciones e interpretaciones de indígena y, por otra parte, las deducciones del autor

basadas en sus sentido común y capacidad de penetración psicológica. " 11

embarcó en Argos a los héroes que lo siguieron en la realización de tareas desesperanzadas por conseguir

el método etnográfico adecuado y regresó con los cimientos de uno o varios paradigmas encaminados a

descifrar (o no) al otro.

9
Kuper. p15.
10
Gadamer op. cit. 64.
"Y ahora que << nuestro suelo>> - la expresión como la cosa - parece extender sus límites hasta el

infinito, en razón de la sin razón del círculo cerrado en el que se mueve la onda digital alrededor del

globo, en (des)proporción que atenta contra el oído del otro, del amigo-no-amigo (pero) necesario para la

comprensión y que hace posible la experiencia hermenéutica del círculo abierto, atentando contra el oído

(desplazado) del desplazado (no-comprendido - aún) y en donde se abre, según Gadamer, el camino de la

solidaridad y del diálogo."11

BIBLIOGRAFIA

KUPER, Adam. Antropología y Antropólogos. La escuela británica: 1922 - 1972. Anagrama, barcelona,

1972.

MALINOWSKI, Bronislaw. Los Argonautas del Pacífico Occidental. Península, Barcelona, 2000.

DERRIDA, J. "Retóricas de la droga". Trad. B. Mazzoldi. Revista Colombiana de Psicología (Bogotá) 4, MCMXCV

GEERTZ. El antropólogo como autor. Paidós.

11
Mauricio González. Ejercicio de escritura. Septiembre 5, 2001

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