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Index Medicus/Medline y Embase/Excerpta Medica, en lengua Tabla I. Propuesta de clasificación de los tipos de lesión medular por tu-
inglesa, más el Índice Médico Español y el Índice Bibliográfico berculosis, según su localización en la médula espinal.
Español en Ciencias de la Salud, en nuestro idioma. Las palabras
Afectación meníngea
clave por las que se realizó una búsqueda cruzada fueron: tuber-
culosis, médula espinal, absceso tuberculoso, tuberculoma, me- Meningitis aguda/subaguda
ningitis tuberculosa, aracnoiditis tuberculosa y mielitis tubercu-
Meningitis crónica (adhesiva)
losa (en español o en inglés, según la fuente consultada).
Tuberculoma extramedular
a b c
Figura 1. Paciente de 51 años, con antecedentes de etilismo crónico, que sufre dolor cervicodorsal y pérdida progresiva de fuerza en los miembros in-
feriores hasta llegar a paraplejía completa. La radiografía de tórax y el estudio serólogico y de líquido cefalorraquídeo fueron compatibles con tubercu-
losis. La resonancia magnética de columna cervicodorsal muestra, en T2 (a), T2 con supresión grasa (b) y T1 poscontraste (c), alteraciones perimedula-
res e intramedulares hipercaptantes desde C6 hacia el territorio dorsal, con zonas de disminución de calibre por atrofia moderada (D3-D4), lo que pos-
teriormente se diagnosticó como mielomeningitis tuberculosa.
Meningitis tuberculosa evolucionada de las células gigantes epiteliodes del granuloma [41]. Otras di-
Anteriormente conocida como aracnoiditis adhesiva crónica ferencias son que suelen ser de mayor tamaño. Además, son de
[32], hoy en día es un cuadro observado casi exclusivamente en curso clínico más rápido [42]. La RM en estos casos muestra un
países en vías de desarrollo, con algún caso aislado en nuestro ensanchamiento de la médula espinal, con la típica imagen en
medio [33]. Puede deberse a una meningitis espinal, lo más fre- anillo del absceso [43]. Mientras que los tuberculomas suelen
cuente por el paso de la micobacteria desde un tuberculoma es- ser hipo o isointensos en T2, la licuefacción central con pus del
pinal, o producirse a través de una espondilitis tuberculosa [34]. absceso aparece hiperintensa en T2 [44]. De todas formas, algu-
Se suele localizar en la región dorsal, seguida de la lumbar y, nos tuberculomas pueden mostrar un núcleo central brillante en
por último, cervical. Asimismo, suele afectar a la aracnoides T2, asociado a un borde de baja intensidad, que hace difícil ra-
posterior. Se cree que esto se debe a la posición supina del pa- diológicamente diferenciar un caso de otro [45]. La presencia
ciente durante períodos prolongados, obligado por la propia en- de edema importante y el efecto masa irían a favor del absceso.
fermedad. En los casos en que el proceso se cronifique, el espa- Como a menudo se hace difícil diferenciar un absceso intrame-
cio subaracnoideo se puede obstruir, con posterior formación de dular de un tuberculoma por RM en esta localización, muchas
lesiones pseudoquísticas [35], por loculaciones o tabicaciones. veces sólo se pueden distinguir cuando se realiza el tratamiento
La médula espinal, por su parte, puede verse también afectada, quirúrgico.
con vacuolización, atrofia, necrosis central circunscrita, gliosis
grave y, por último, mielomalacia multiquística y/o siringomie- Afectación de la propia médula espinal
lia [36,37]. Se define el cuadro de mielitis tuberculosa como aquél produci-
do por una lesión intramedular no delimitada, relacionada con
la infección por tuberculosis [46-48]. Estaría englobado dentro
Tuberculomas y abscesos tuberculosos en médula espinal de la definición de mielitis aguda transversa, y hoy en día se
La serie más larga publicada hasta la fecha de tuberculomas lo- piensa que el probable origen de estas mielitis, ya sean idiopáti-
calizados de tuberculosis está recogida en la India, con un total cas o relacionadas con un agente conocido, como es este caso,
de 74 casos de paraplejía por tuberculosis, sin evidencia de en- están inmunológicamente mediadas como reacción secundaria
fermedad ósea por Mycobacterium [38]. Este autor observó que al agente externo, más que una verdadera infección primaria
casi dos terceras partes se trataban de tuberculomas epidurales, [47]. Se han descrito casos aislados de mielitis, pero la mayoría
y el resto eran subdurales o subaracnoideos. Los tuberculomas de ellos está asociada a meningitis o aracnoiditis, y entonces se
intramedulares fueron muy infrecuentes; de hecho, se notifican habla de mielomeningitis o radiculomielitis tuberculosa [10,49-
en países no desarrollados de forma anecdótica. La clínica es in- 51]. Los síntomas mas frecuentes son fiebre (el 70% de los ca-
distinguible de un tumor intra- o extramedular, aunque se puede sos), paraplejía (60%), retención urinaria (50%) y paraparesia
observar un empeoramiento más agudo [29,39]. Ambos proce- (30%) [47]. La localización más frecuente es la dorsal (se ve in-
sos suelen localizarse en la región dorsal, aunque se puede afec- volucrada en el 80%, con o sin afectación cervical o lumbar). Y
tar más de un nivel medular, por lo que se hablaría entonces de la imagen radiológica que se suele observar en la RM es de hi-
tuberculomas o abscesos múltiples. Si los tuberculomas son in- perseñal en secuencias T2, e iso o hiposeñal en T1. Algo más de
frecuentes, los abscesos tuberculosos espinales se pueden con- la mitad captan contraste (Fig. 1). A medio o largo plazo, la pre-
siderar de extrema rareza. Se han descrito menos de un centenar sencia de atrofia medular o cavitación se asocia con peor pro-
en todo el mundo [40]. La pared del absceso tuberculoso carece nóstico funcional. Se debería reservar el término de mielitis pa-
– La restauración del sistema inmune por el tratamiento anti- cas, sobre todo si hay familiares afectados, si los niños son por-
rretroviral puede ser la responsable del empeoramiento para- tadores del VIH o si en la familia algún adulto está infectado
dójico de la tuberculosis observado en alguno de estos pa- por dicho virus [77].
cientes, como se ha comentado previamente. En cuanto a la clínica de la afectación de la médula espinal
a esta edad, no difiere de los adultos, salvo que los tuberculo-
La afectación espinal por tuberculosis puede ser la primera ma- mas se observan con menor frecuencia [80,81]. El LCR tampo-
nifestación del VIH, lo que obliga a descartar dicha infección en co es diferente en este grupo de edad, con positividad de tinción
cualquier paciente con tuberculosis espinal. En términos gene- y cultivos específicos similarmente bajos, como ocurre en los
rales, la afectación de la médula espinal por tuberculosis en pa- adultos, por lo que, de nuevo en estos casos, la reacción en ca-
cientes inmunodeprimidos no difiere en cuanto a características dena de la polimerasa puede ayudar correctamente al diagnósti-
clínicas con respecto a la de los inmunocompetentes [28,74,75]. co. En los niños, incluso puede alcanzar más rentabilidad diag-
También se debe descartar en pacientes con VIH la infrecuente nóstica que en los adultos [82].
pero posible coinfección del SNC de otro bacilo no tuberculoso, En cuanto al tratamiento en esta edad, se recomienda co-
como es el M. avium intracellulare. En este caso, la presenta- menzar con cuatro fármacos antituberculosos vía oral, funda-
ción en forma de masa única o múltiple es el doble de frecuente mentalmente rifampicina, isoniacida y piracinamida, más un
que en forma de meningitis, al contrario que el M. tuberculosis. cuarto, que puede ser etambutol, estreptomicina, canamicina o
En cuanto al tratamiento, debido al alto índice de multirresis- etionamida. La piracinamida y el cuarto fármaco añadido se
tencia observado en pacientes con VIH, se recomienda el empleo pueden suspender tras dos meses, si no existe resistencia a los
de cuatro fármacos, preferiblemente rifampicina, isoniacida, pi- tratamientos anteriores [83]. La duración del resto del trata-
racinamida, y etambutol o estreptomicina [76] (CDC 1993) du- miento, como en adultos, es un tema controvertido. La mayoría
rante dos meses. Si es posible, se debe realizar antibiograma y recomienda tratar entre seis y nueve meses [84], ya que no pare-
modificar el tratamiento según el resultado de éste. Se recomien- cen existir diferencias con el tratamiento de 12 meses. También
da, asimismo, mantenerlo al menos durante nueve meses [74]. se suele recomendar asociar corticoterapia, sobre todo si la
afectación es más grave clínicamente [85]. Los tuberculomas
también suelen responder a tratamiento médico, con los mismos
AFECTACIÓN MEDULAR DE LA fármacos y tiempo que en la meningitis. Como en los adultos, el
TUBERCULOSIS EN LA EDAD PEDIÁTRICA pronóstico también depende del estadio clínico y del tiempo en
Mientras que en el adulto los casos de tuberculosis ocurren co- iniciar el tratamiento indicado.
mo consecuencia de una reactivación del bacilo, en niños la clí-
nica puede ser producto de la infección inicial. Los niños, ade-
más, son particularmente proclives a desarrollar formas extra- CONCLUSIONES
pulmonares, por su relativa incapacidad para contener al micro- La afectación de la médula espinal y sus estructuras vecinas por
organismo en el foco primario [77]. La meningitis es, tras la lin- el bacilo de la tuberculosis es un hecho hoy en día infrecuente.
fadenitis, la manifestación extrapulmonar más frecuente en edad Pero, debido a diversos factores epidemiológicos y sociocultu-
pediátrica [78]. Otras formas de presentación, como los tuber- rales, estamos observando un nuevo repunte en nuestro medio.
culomas, sólo se observan hoy día en países en desarrollo [79]. Aunque la forma de afectación más común es la meningitis tu-
Se suelen ver afectados por tuberculosis los niños más pe- berculosa, se pueden encontrar otros tipos de lesión en el sector
queños, por debajo de 5 años en el 60% de las veces [78]. No se espinal, que es necesario conocer y tener en cuenta a la hora de
sabe el motivo exacto, pero de los 5 a los 15 años son mucho realizar un correcto diagnóstico diferencial, sobre todo en cual-
menos frecuentes las manifestaciones clínicas de la infección; quier paciente con síntomas propios de afectación medular, ya
por eso, se le llama ‘edad favorecida’. Factor de mayor riesgo que, con el tratamiento adecuado y si se hace éste de forma pre-
para desarrollar tuberculosis en niños es nacer en zonas endémi- coz, se pueden evitar las graves secuelas secundarias.
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