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Ansiedad social y Deficiencia mental: un análisis crítico desde la perspectiva

psicopedagógica clínica

¿Por qué existen pocas investigaciones sobre la ansiedad social (AS) en personas
con deficiencia mental (DM)?, esto es debido que durante mucho tiempo, se ha
dedicado poco tiempo o ninguno en la elaboración de programas que enseñaran
habilidades sociales en este tipo de población, que permitan una adecuada integración
social. En la actualidad se trabaja para una mayor integración, en la que es necesario
habilidades sociales.

Primeramente vamos a definir, que entendemos por AS, es el miedo a que los
demás tengan una opinión negativa sobre uno mismo y el creer que no se posee la
imagen social adecuada. También se determina que la AS tiene un componente
genético.

En cualquier cuadro de AS podemos distinguir cuatro conjuntos de síntomas:

• Conductuales. Destacamos la inhibición del habla, de la actividad motriz… en


relación a un DM con AS intensa, evita las situaciones sociales comprometidas.

Algunos DM tienen poca capacidad social debido a escasas HS, sin embargo no
muestran rasgos ansiosos. Otro caso que se puede presentar es DM con buenas
HS, pero que en situaciones sociales muestran ansiedad. Cuando hay una AS
elevada y bajas HS, no se sabe discernir quien es el determinante de quien.

• Reacciones emocionales negativas como tensión, inquietud…

• “Arousal” fisiológico, especialmente del sistema nervioso autónomo. En general


un DM con AS puede mostrar signos como: sudoración de las manos, frente, voz
temblorosa, náuseas, vómitos, etc.

• Respuestas cognitivas: expectativas negativas.

Para determinar en un DM una AS, éste debe tener un CI que le permita


reconocerse a sí mismo. Pues el DM que tiene capacidad para ello, es capaz de
desarrollar ideas negativas de su comportamiento, se desprecia a sí mismo. Ésta
situación se complica cuando el DM cree que esos signos de ansiedad son visibles,
surgen mayores pensamientos negativos como el sentirse incompetente.

Todos los especialistas en DM, definen claramente el déficit de HS, pero no hay
una definición operativa de éstos.

Antes de todo estableceremos una distinción entre: el contenido de las HS y las


consecuencias que tienen.

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Cuando hablamos de contenido de HS, hace referencia a las destrezas necesaria
para realizar una conducta y conseguir el objetivo de esa tarea. Para cada tarea
necesitamos diferentes habilidades. Son elementos del contenido: conductas verbales
(mantener una conversación), conductas no verbales (contacto ocular), conductas
motoras (frecuencia de actividad) y la propia apariencia física.

La selección de estas conductas es algo arbitrario, dependiendo:

• Del grado de DM.

• Del juicio de valor desde el que se analiza el comportamiento, estos juicios de


valor es lo que se denomina competencia social.

La competencia social la mayoría de los especialistas coinciden que es


multidimensional, por lo que las HS solo serían una parte de esa competencia social.

Por tanto, las valoraciones de la competencia social dependen:

• La tarea específica.

• Contexto específico.

• El marco de referencia que se tome para evaluar la conducta.

La evaluación de la competencia social en marca dos componentes: estudiar las


tareas que son relevantes para la persona y analizar aquellas conductas que son efectivas
para la persona.

Refiriéndonos a la intelgencia y AS, Pelechano (1985) afirma que la inteligencia


tienen un origen social, y que en diferentes estudios sobre las dimensiones de la
inteligencia, la HS es una de las dimensiones sociales de la inteligencia. Distingue dos
dimensiones básicas en la inteligencia: la inteligencia práctica, y la inteligencia que
determina la resolución de problemas interpersonales, que es lo que otros definen como
inteligencia social.

En la posible relación AS e inteligencia social, es fácil entender que si la


competencia social está determinada por la inteligencia social y por la AS, ésta está
relacionada con la inteligencia social.

Aunque no se llega a conclusiones concretas, sobre si la causante de la AS es la


escasez de HS o viceversa, destaco que la principal complicación es que no trata esta
problemática de ninguna manera, existiendo un vacío en este ámbito, a veces este
trastorno se adjudica como un agregado a la DM.

Todos hablamos de trabajar las habilidades sociales en los DM, pero creo que se
debería analizar ¿qué habilidades sociales son adecuadas a esta persona? ¿Cuáles serían
efectivas para su integración?, es decir, hablar de competencia social, que es algo más
completo, en el cual se engloba las HS. En la actualidad cada vez más se trabaja la

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integración de este sector de la población, y como medida se opta por enseñarle
determinadas HS, que resuelven el momento, pero no la verdadera integración.

Destaco así la importancia en el estudio individual de la persona, en su contexto,


es decir, un estudio egológico.

Referencia bibliográfica

García, D. (1993). Ansiedad social y Deficiencia mental: un análisis crítico


desde la perspectiva psicopedagógica y clínica. Revista Complutense de
Psicopatología , 22-49.

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