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Esto no significa que se mantengan intactas las costumbres, sino que pueda
apreciarse en ellas el núcleo de la llama (el rescoldo), aunque se evidencia que
va perdiendo eficacia vital en los modos sociales.
Siempre hay como conducta una superación de moldes que en nombre del
progreso intentan sustituirse: una buena pregunta en este punto es si los
contenidos intrínsecos de una vidala o la interjección del sapucay pueden
quedar desafectados o pasados de moda.
Para epilogar esta inagotable especulación basta recordar una síntesis brillante
que puntualiza que el folklore es el patrimonio de las capas subyacentes que
aflora en la cultura de las naciones civilizadas.
¿Cómo éramos?
Esto jugó un trascendente papel para que el Alto Perú primero y Buenos Aires
después, se convirtieran en centros de irradiación que imprimieron cierta
dinámica a los contingentes migratorios.
Ingresando por el noroeste, con punto de partida en Perú los llegados de lejos
caminan leguas interminables, pertrechados con elementos que son imbatibles
y vitales para la dominación. Pero, además, con estrategias y poder de
combate.
Las huestes hispánicas y sus cuadros llegan hasta lo que es hoy es área de
Santiago del Estero. Fundan la primera ciudad y sobreviven a los avatares ya
suficientemente contados por los historiadores e investigadores.
Otros incursionan por el Río de la Plata. A medio camino hacia el norte, sobre
la vera occidental del río Paraná, y previamente en las tierras vecinas del gran
río-mar deciden dar por iniciada la historia de Santa Fe y Buenos Aires
respectivamente: la vía
Noroeste,
la influencia peruana
Al respecto puede apuntarse que la otra danza típica de la región, el gato, tiene
cierto parentesco con la mencionada chacarera y los primeros rastros para
asignar autorías o recopilaciones pueden asignarse a Andrés Chazarreta
(primera década del 900), Manuel Gómez Carillo (1920/23), Beltrame (1924)
y Ana S. de Cabrera (1925).
En lo referente a instrumentos, los originales según la tipificación de Vega-
son el violín, el bombo, el arpa y la caja: algunos incluyen el erque, hoy
recluido en la zona de influencia jujeña.
Oeste(Cuya),
La influencia Chilena
Esta será la razón por la que desde allí partían los suministros al acódente
cordillerano por pasos de facil tránsito, lo que, al decir de los investigadores,
estableció una vinculación profunda con el vecino país.
Mendoza, San Juan y San Luis son las tierras que conforman esta región. Por
San Juan y Mendoza pasaba un camino que llevaba por un lado a Chile, y por
otro al Alto Perú, atravesando La Rioja y Catamarca, lo que hace fácil detectar
originariamente dialectos araucanos y, musicalmente, la cueca, que en
Mendoza se parece más a la chilena y, en áreas catamarqueñas, a la boliviana.
Y el Río de Plata
Así como el cuyano ha sido labriego y abnegado, el habitante de esta región
-con el río Paraná al este y atravesado por el Camino Real que conducía al
Alto Perú-, encontraba amplias facilidades para conseguir lo fundamental sin
mayor trabajo.
Los folklorólogos señalan que la profusión literaria que refleja la vida del
gaucho no tiene documentación que le acredite la relación contemporánea con
los nativos de otras regiones.
y el Río Paraná
Para dilucidar los modos originales de esta área hay que determinar que está
integrada por los territorios que hoy ocupan las provincias de Santa Fe, Entre
Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco y Formosa pero vale la pena registrar
algunas aclaraciones: a los fines de este trabajo Santa Fe, en sus comienzos,
quedaría incluida como prolongación de La Pampa; y Misiones, por razones
históricas y hasta geográficas y geológicas, constituye un mundo aparte de
Corrientes y Entre Ríos; a su vez éstas muestran poca afinidad entre sí.
En las Misiones los jesuitas eran tan protectores de sus indios ante los ataques
o pretensiones de españoles o lusitanos, que formaron casi un mundo aparte.
dio la explotación del suelo (yerba, azúcar, alcohol, madera, carne, cuero,
maíz, mandioca), y cierto espíritu de retraimiento generado por el largo
abandono del poder central durante las largas luchas contra los portugueses, se
puede explicar la segregación de la provincia del Paraguay y algunas
características particulares de la sociedad criolla correntina, como bien apunta
Bruno Jacovella en "Folklore Argentino".
Tristes peruanos, cantares con glosa y estilos son los aires musicales: la
representatividad de la chamarita habría que rastrearla, como danza, en el
1850 aproximadamente, existiendo datos firmes de prácticas frecuentes recién
en los primeros
La Puna
Pacífico.
Por allí pasaba el Camino del Inca con destino a La Rioja. Por otra parte
también era transitado por aquellos viajeros peninsulares ingresados por el
noroeste y que bajaban por los Valles Calchaquíes. También hay rastros de
indios humahuacas por la misma vía.
Sus habitantes se distinguen por ser muy devotos del culto de la Pachamama
(tierra madre), plagados de creencias mitológicas, usuarios del quechua, con
ritos mortuorios y distantes del concierto cultural criollo.
Area santiagueña
Orígenes e historia
Cuando se inicia el recorrido por el largo camino del arte folklórico nacional
es obvio partir del centro-norte del territorio, dado que allí se funda la
"primera ciudad" y, paradójicamente, en los años últimos -al igual que en el
comienzos- el fenómeno musical es originado de esas tierras.
esas citas se hacen en quichua, mishqui mayu (río Dulce) y cachi mayu (río
Salado).
Esto explica la facilidad para encontrar por el país alguno de los 600 mil
santiagueños, que se estima es el contingente que ha partido de su provincia
natal.
Uno en las márgenes del Dulce, tomando como centro, la hoy ciudad de
Santiago del Estero, extendiéndose para el departamento de Río Hondo,
aproximadamente en 1550.
Otro, en el sector central del río Salado, por ambas márgenes del río, hacia el
norte y el sur.
Con respecto a la lengua dominante no hay acuerdo sobre cuál era la usada:
tiempo atrás, algunas teorías apuntaban a los calchaquíes y diaguitas, que
utilizaban el cacano. Estos indígenas fueron "vecinos" de la ciudad del Barco
(primitiva y original denominación de la hoy Santiago), pero la especulación
sobre el uso de su lengua hoy está terminantemente desmentida.
En realidad esta conquista tiene un dato previo en del año 1542, cuando llega
Diego de Rojas que descendiendo por el Camino del Inca (desde el valle de
Humahuaca) anduvo las zonas, que resultaban pródigas por el suministro y el
descanso
en aquellos tiempos.
Otro bizarro español, siete años después (1549), salió desde el Perú con el
neto afán de extender la fe y consolidar fundaciones católicas, se llamaba Juan
Núñez del Prado y, cerca de la actual Monteros (Tucumán), fundó Barco I,
trasladada luego a Talavera (Salta) y rebautizada Barco II.
Tan estratégica fue la presencia del enclave santiagueño que desde allí
partieron quienes fundaron Tucumán (1565, -Diego Villaroel), Córdoba
(1573, Jerónirno Luis de Cabrera), Salta (1582, Hernando de Lerma), La Rioja
(1591, Juan Ramírez de Velazco) y Jujuy (1593, Francisco de Argañaraz).
La Firmeza Danza tradicional
La Doble Chacarera doble
La compañera Zamba
La Pomeña Zamba