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Introducción.

La consecuencia inmediata de la acción de tan variada influencia


educativa en niños y jóvenes es la pluralidad de códigos de conducta que
ellos perciben y la perplejidad de las familias ante la rebeldía de sus hijos
que, cada vez a una edad más temprana, rechazan las normas de conducta
tradicionales.

En los últimos años, las sociedades democráticas, y de manera muy


notable la sociedad española, han experimentado profundos cambios
sociales, políticos y económicos que han originado la aparición de un
ciudadano más individualista, que tiende a basar sus valores y
comportamientos en elecciones personales y a depender menos de la
tradición y del control social ejercido por aquellas instituciones que
tradicionalmente eran las depositarias y las intérpretes de los códigos de
conducta: familia, iglesias, grupos sociales, partidos políticos, etc.

Frente a los códigos grupales emerge una escala de valores menos


uniforme, una moral de situación que parece fragmentar la vida personal y
social en mil visiones distintas y, muchas veces, contrapuestas. Un
individualismo, en fin, que incita al individuo a desarrollarse de espaldas a su
contexto cultural e histórico de manera atomizada.
Planteamiento del Problema

El Sistema Educativo es una institución social que surge


históricamente para cumplir una serie de funciones entre las que destaca la
tarea de socializar a los individuos, es decir, formar a los hombres y mujeres
que las sociedades necesitan para funcionar, desarrollando los rasgos de
personalidad, valores, actitudes y comportamientos básicos requeridos para
la interacción social. En la actualidad se ha enfatizado la importancia de la
institución escolar como agente de socialización al favorecer la reproducción
de los valores y actitudes dominantes de las sociedades.

Sin embargo, el Sistema Educativo es una realidad compleja por


encontrarse inmerso dentro de la sociedad, por ello, está estrechamente
vinculado a los ámbitos político y económico, entre otros. De allí, que para
comprender la naturaleza de la experiencia escolar y poder gestionarla
eficientemente es indispensable partir de un análisis complejo de la
estructura social y de los intereses y conflictos que la constituyen. Además,
históricamente, la escuela ha sido lugar de conflicto, de búsqueda y
construcción de alternativas.

Por ello, la educación debe ser analizada desde una perspectiva


diferente, asumiendo que ésta puede contribuir con la formación de
ciudadanos capaces de modificar las relaciones sociales existentes, es decir,
es posible plantearse una opción de cambio en la escuela. Desde esta
mirada, la paz debe considerarse como una opción alcanzable dentro de la
escuela.
Según Fernández (1997) establece que: “es necesario promover
experiencias que hagan crecer en los sujetos, y así en la sociedad, el campo
de los derechos de la persona. Ello implica un currículo radical y una
confianza incondicional en las personas. (P.25)”

En este sentido y de acuerdo a lo expresado por el autor, se tiene que


la falta experiencia frente a los fenómenos anteriormente mencionados es
motivo de preocupación por la pérdida de valores, debido a que este
problema trae consigo una serie de sub.- problemas que son reflejados por
los niños en la escuela originando cambios y alteraciones en la conducta y
desenvolvimiento del alumno, afectando así el proceso: enseñanza –
aprendizaje.

En este orden de ideas la cultura escolar es el ámbito donde se puede


viabilizar una cultura de paz a través del tipo de relaciones interpersonales
que se establecen entre docente –alumno, entre los niños y sus compañeros,
entre las relaciones jerárquicas del personal de la institución, y por supuesto,
en la relación que la institución establece con los padres de familia. De esta
forma, la cultura escolar es concebida como una red compleja de
interacciones donde se puede estar construyendo o no una cultura de paz.

Si se concibe la función de la escuela como meramente reproductora,


esta cultura escolar es incuestionable por responder a los ideales de la
sociedad. Representa la cultura social legítima. Por el contrario, si se concibe
a la escuela como promotora de cambios sociales, es a través de ella que se
hace posible la promoción de una nueva cultura… la cultura de paz.

Una cultura escolar promotora de paz desarrolla una actitud de


respeto mutuo, en la igualdad valórica de las personas, en la tolerancia y el
amor mutuo, determinantes en la resolución pacífica de conflictos, así como
en la promoción y desarrollo de un pensamiento autónomo.

Desde esta concepción, la cultura de paz aparece como una opción


interesante al intentar describir, a partir de los elementos propios de la
cultura escolar, la forma como la educación pudiera estar contribuyendo o no
a la conformación de alumnos críticos, autónomos y solidarios, capaces de
superar el vacío moral dominante, y que valoren su compromiso para la
construcción de sociedades mas justas y más humanas.

Además, por ser el currículo el medio a través del cual se concreta la


escolarización, es importante estudiar cómo la violencia estructural está
inmersa o no dentro de éste.

En este sentido, la educación juega un papel fundamental al contribuir


en la formación de valores de los futuros ciudadanos, sin embargo, esto no
es suficiente; es indispensable que la sociedad, desde los diferentes ámbitos
implicados apoye proyectos y programas dirigidos al fomento de la paz,
generando, de esta forma, un proceso de reflexión sobre cómo se puede
incidir en la construcción de la cultura de la paz, desde la política, los medios
de comunicación, desde la familia, las empresas, desde las organizaciones
no gubernamentales, desde la economía, etc. Se trata de integrar una
conciencia colectiva sobre la necesidad de una cultura de la paz. Además,
sería adecuado conocer en qué dirección se debe cambiar, qué modelos de
hombres se deben construir para acercarse a una cultura de paz.

En este orden de ideas se afirma que en la infancia temprana, los


niños se ajustan a las normas porque éstas son establecidas por la autoridad
de los adultos, aunque en ocasiones no comprendan el sentido de las
mismas. Si queremos que los niños guarden silencio basta con imponer la
norma. Pero necesitaremos un proceso de formación más delicado si lo que
nos proponemos es que los niños aprendan que el sentido de la norma se
funda en el respeto a los demás.
La convivencia en la escuela exige normas de orden y respeto que
ofrecen una enorme oportunidad para que los niños y niñas aprendan a
autorregular conductas, palabras y sentimientos. En ese sentido las normas
pueden ser sumamente formativas. Las estrategias de autorregulación
buscan que los alumnos aprendan a observarse a sí mismos y a modelar su
conducta estableciendo metas propias.

En tal sentido el clima de clase no pertenece a nadie, sino que se


construye entre todos. Sin embargo, hay que reconocer que un ambiente
favorable que propicie el profesor hacia la socialización adecuada del alumno
redundará en el trabajo académico y de convivencia. Así, por ejemplo, un
ambiente de confianza, estímulo, receptivo, sereno, con modelos de
interacción positivos entre las personas, donde las medidas correctoras
sobre los comportamientos no impliquen rechazo a las personas, etc.
propiciará un hábitat pertinente para el desarrollo de procesos de enseñanza-
aprendizaje. Debemos hacer la clase distendida, donde admitamos la
diversidad de acciones. Las clases tradicionales son más rígidas, uniformes y
homogéneas.

El respeto como la honestidad son valores fundamentales para hacer


posible las relaciones de convivencia y comunicación eficaz entre las
personas ya que son condición indispensable para el surgimiento de la
confianza en las comunidades y en la sociedad.
La falta de respeto en las instituciones surge de la laxitud en la que ha
caído la cultura moderna por el excesivo énfasis que hemos puesto a la
libertad y los derechos de los individuos con el olvido de la responsabilidad y
el deber como contra parte complementaria.
Esta actitud ha traído como consecuencia una mala interpretación de
lo que significa la dignidad de las personas y su responsabilidad social, nos
referimos a una interpretación muy generalizada de lo que es nuestro
individualismo es “sagrado” que al sentirnos dueños de nuestra propia
manera muy personal de interpretar al mundo, podemos criticar a quien sea y
ridiculizar a cualquier persona.
En nuestro país el tema de la educación moral o de valores ha estado
ligado al laicismo y a la pugna entre dos corrientes de pensamiento; la
derecha o conservadores quienes propugna por una educación moral
religiosa, mientras que los liberales o republicanos sostiene la necesidad de
una educación moral centrada en valores universalmente aceptados, propios
de la disciplina de la axiología como rama de la filosofía, valores que tiene
que ver las libertades y obligaciones que tiene un ciudadano al vivir en
sociedad y ser parte de un régimen de gobierno especifico.

Al respecto Amelia Molina García (2001), profesora investigadora de la


Maestría en Educación de la Universidad central de Venezuela afirma que:
“las condiciones actuales en que operan las instituciones escolares no
siempre favorece una formación de acuerdo con valores, por lo que se
propuso revisar las prácticas educativas, orientándolas hacia los valores que
sustentan la vida en armonía y democracia.” (p78)

De acuerdo con lo planteado la educación en valores debe contribuir a


que el proyecto de vida se convierta en un modelo de vida sobre la base de
aquellas orientaciones de la personalidad que definen el sentido fundamental
de su vida, y que adquieren una forma concreta de acuerdo con la
construcción de un sistema de actividades instrumentadas, las que se
vinculan con las posibilidades del individuo y, de otro lado las posibilidades
objetivas de la realidad externa para la ejecución de esas orientaciones de la
personalidad

Actualmente en el Estado Sucre, es frecuente observar en los medios


de comunicación impresos, televisivos e interactivos denuncias sobre la
pérdida de valores dentro del contexto social. Verbigracia, el auge delictivo,
la violencia, el narcotráfico, la explotación sexual de los niños y niñas, la
corrupción, entre otros.; son fenómenos sociales característicos de estos
tiempos, que afectan directamente la individualidad de cada persona y
especialmente van en detrimento de los niños porque les impide discernir su
realidad al verse maniatados.
Desde luego que la responsabilidad en la decadencia de valores se
halla inmersa en un conjunto de factores que se enmarcan dentro de la crisis
general del sistema político, económico, cultural y social del país. Pero
demasiada generalidad impide señalar y asumir responsabilidades, lo cual
dificulta la superación de dicha crisis. En consecuencia, la pérdida de valores
no debe asumirse como un problema más de la educación, sino como el
problema fundamental del sistema educativo.
Por ser tan preocupante esta realidad se han buscado desde hace
varios años, a través de distintas fuentes, las diferentes causas que
intervienen en tan cuestionado panorama. Entre todas las instancias y
factores que influyen en la decadencia de los valores es evidente y notorio
que la escuela tiene una cuota de responsabilidad en dicho problema, ya que
no está cumpliendo con su función primordial como es la de formar a los
niños y jóvenes para la vida a través de la práctica de valores. Una escuela
que no enseñe los preceptos de respeto, responsabilidad, solidaridad,
convivencia – valores estos universales – esta incurriendo en un grave error,
ya que sus alumnos y alumnas difícilmente podrán contribuir a la solución de
los grandes problemas de la nación.
Al mencionar que la escuela es, en parte, responsable de que niños y
jóvenes no aprenda a poner en práctica los valores, se acusa de manera
directa al docente, pero dentro del proceso de enseñanza – aprendizaje
convergen muchos otros elementos que deben estar en completa armonía
para que el mismo funcione. A parte de la buena formación de maestros y
profesores es indispensable que los programas de cada una de las
asignaturas tengan una orientación en concordancia con los objetivos que
persigue dicho programa, así como también deben adecuarse las estrategias
metodológicas, dependiendo de los intereses de los estudiantes.
En tal sentido y de acuerdo a lo antes planteado se pudo constatar a
través de la información suministrada por la docente y las observaciones
propias que un grupo de 4 niños del 4to grado de la Unidad educativa Fe y
alegría Juan Quijano, ubicada en Cariaco Municipio Ribero del Estado
Sucre , presentan ausencia de respeto como valor específicamente se ríen,
se burlan y en ocasiones se agreden entre ellos, de las observaciones se
determino que presentaron deficiencia en los aspectos antes mencionados
por lo que nos proponemos los siguientes objetivos para darle solución a
esta problemática

Objetivo general:

Desarrollar estrategias didácticas para fortalecer el valor “Respeto” en


los niños y niñas del 4to grado de la Unidad educativa Fe y alegría Juan
Quijano, ubicada en Cariaco Municipio Ribero del Estado Sucre
Tareas de investigación:

1. Analizar los basamentos teóricos en los cuales se sustentan los


valores: responsabilidad, respeto y solidaridad.
2. Describir el diagnóstico para detectar las causas de la situación
problemática.
3. Evaluar las actividades planificadas en el proyecto de aprendizaje que
permitan el fortalecimiento de los valores: Responsabilidad,
Solidaridad y Respeto en los niños y niñas
4. Plantear un proyecto de aprendizaje que facilite cambios de conductas
de los alumnos en relación a los valores: Responsabilidad,
Solidaridad, y Respeto.

Metodología

Método teórico
Para emprender la investigación – acción fue necesario realizar
consultas al personal directivo, docente y obrero de la institución, mediante la
aplicación de técnicas e instrumentos entre ellas tenemos:
La entrevista la cual consiste según Sabino (2000) “en una forma
específica de interacción social que tiene por objeto recolectar datos para
una indagación.” (p. 153)
Estas facilitaron la recolección de información básica haciendo varios
recorridos por el área de estudio, como parte de la fase prediagnostica, con
el propósito de obtener una visión más aproximada de la realidad y, a partir
de allí, se procedió con la fase diagnóstica propiamente dicha
complementada, a su vez con la búsqueda y selección de información de tipo
documental, para comprender los elementos de la problemática planteada,
proponer soluciones y alternativas para luego ejecutarlas hasta transformar
la realidad problema que presenta la institución en cuanto a los problemas de
antivalores en los estudiantes.

Método empírico

En el método empírico se utilizó la observación directa participativa, la


cual constituye un recurso de mucha importancia a la hora de recoger
información, porque se ve de una manera palpable la realidad del centro
educativo. Por lo tanto se aspira alcanzar como resultado una estrategia que
permita fortalecer el valor respeto en los niños y niñas.
Con esta técnica se logró ver de una manera clara y precisa la
situación problemática presentada

Población y muestra:

La población estuvo compuesta por 17 estudiantes del 4to grado de la


sección “U” de la de la Unidad educativa Fe y alegría Juan Quijano, y
coincide con la muestra por ser menor de cien y ser estadísticamente de fácil
conducción.

FUNDAMENTACIÓN DEL TEMA

Es importante Educar a nuestros alumnos para que aprendan algunas


conductas y comportamientos les ayudará a convivir de mejor manera y a
sentirse bien en el ambiente en que se encuentren. Valores como la amistad,
la comprensión, la tolerancia, la paciencia, la solidaridad y el respeto, son
esenciales para un sano desarrollo de los niños. Un niño que conoce el límite
del otro, podrá vivir una vida sana y saludable, sea en su entorno familiar o
escolar. Un niño que sabe respetar a los demás, será más fácilmente
respetado, y así con todo.
Cabe destacar que los valores son las reglas de conducta y actitudes según
las cuales nos comportarnos y que están de acuerdo con aquello que
consideramos correcto. Al nacer, los niños no son ni buenos ni malos. Con la
ayuda de sus padres, educadores, y de los que conviven con ellos,
aprenderán lo que está bien y lo que está mal decir, hacer, actuar, vivir.

Marco Teórico

Antecedentes de la Investigación

Está propuesta basada en la creación de estrategias innovadoras para


ser aplicadas conjuntamente con el colectivo de maestros constructores de
conocimientos y saberes, hace referencia a la construcción de una cultura
cívica para la adquisición de los valores
Bertorelli, José (1997) titulado: los valores ciudadanos como
formación del nuevo republicano, el cual tiene por objetivo aplicar una unidad
didáctica para el rescate de los valores en el aula. Llegando a la conclusión
en la que refleja que la educación debe contribuir a formar personas
que puedan convivir en un clima de respeto, tolerancia,
participación y libertad y que sean capaces de construir una
concepción de la realidad que integre a la vez el conocimiento y la
valoración ética y moral de la misma.

De acuerdo a lo antes planteado podemos deducir que la educación


debe proporcionar a alumnos y alumnas una concepción de la realidad capaz
de integrar el conocimiento y la valoración ética y moral de la misma
mediante la transmisión y el ejercicio de los valores que hacen posible la vida
en sociedad, el respeto a todos los derechos y libertades fundamentales y los
hábitos de convivencia democrática y de respeto mutuo. Por lo tanto la
educación en los valores del esfuerzo y de la exigencia personal es
importante, al considerarlos factores fundamentales de compensación de las
diferencias asociadas al origen social.

Bases teóricas

Desde el punto de vista de la teoría existen tres posturas de cómo se


aprenden los valores; la primera es la concepción heterónoma, que
entiende la formación moral como una adaptación conductual a las reglas de
la sociedad, se asienta en los postulados funcionalista de Durkheim, los
psicoanalistas de Freud, los conductistas de Skinner y el evolucionismo de
Darwin. La segunda es la denominada autónoma, sostiene que; la moralidad
es parte de un desarrollo permanente que se va construyendo. Cada sujeto,
en interacción con el medio, va elaborando sus principios de valor, sus
normas concretas de conducta, defendiendo que los principios morales son
comunes entre todas las culturas, se sustenta en la teoría cognitiva de Piaget
y el desarrollo moral cognitivo de Kohlberg; la tercera se la ha dado en llamar
alternativa, procede de corrientes actuales de la filosofía, psicología,
sociología y pedagogía, fundamentándose en la teoría del psicoanálisis, del
cognitivismo evolutivo y del aprendizaje social

En el ámbito de la Educación inicial los estudios sobre los antivalores


son pocos la Colección de Investigación Educativa en México sólo reseña
tres trabajos, señalando que; “los valores aparecen como un tema de
reciente interés que, en algunos casos, se vincula con la asignatura de
educación cívica”

En contraparte los manuales para educar en valores son variados,


basta con echar un vistazo a los catálogos de algunas editoriales para
encontrar una amplia gama de textos que tratan sus fundamentos
psicológicos, los enfoques en su enseñanza, clasificación de los valores y
estrategias de aprendizaje entre otros temas.

Por otro lado los estudios sobre valores en la población en general


que merecen destacarse esta el de Alducín, 2005: encuentra que en el
ámbito laboral las personas aprecian; el respeto, la iniciativa, la dignidad, el
esfuerzo, la comprensión, la franqueza, el apoyo y la lealtad.

Estudios más recientes, (Fundación Este País, 2005: 10), evidencian


que los valores más estimados por el magisterio y padres familia de
educación básica son; la honestidad, el respeto por los demás, el aprecio por
la verdad, la tolerancia a ideas distintas a los propias, la solidaridad, el
diálogo, y el respeto a la ley.

La educación en valores

La educación en valores y formación ciudadana busca promover y


construir la democracia por medio de la práctica de los valores en el aula,
impulsando el respeto, la responsabilidad, la honestidad y la solidaridad, con
el objetivo de formar ciudadanos y ciudadanas innovadores, creativos,
propositivos y conscientes de la convivencia pacífica e intercultural, así como
contribuir al fortalecimiento el liderazgo comunitario en el mundo de la
globalización.La educación en valores y formación ciudadana es el producto
de un auténtico diálogo: quien educa en valores y formación ciudadana debe
favorecer este proceso de construcción, debe crear las condiciones de
apertura, animar a la acción, al diálogo, a la participación, a la creación y a
una disposición siempre renovada de aprehender aprendiendo, en la
búsqueda de la libre determinación.Nosotros buscamos desarrollar un
modelo de aprendizaje para las nuevas generaciones que genere la
capacidad de organización de la propia vida y de autogobierno, reconociendo
la importancia de la autodeterminación, que implica responsabilidad,
autenticidad, actitud abierta al diálogo y reconocimiento del otro en igualdad
de dignidad.Precisamente por esto, el respeto a los otros, la tolerancia activa,
el interés activo por el otro, deben acompañar a toda acción pedagógica,
tomando en cuenta que la autonomía, la responsabilidad, la democracia y la
educación se condicionan mutuamente. Así seremos capaces de educar
también en y para la solidaridad; ello es vivir socialmente en una paz firme,
duradera, en ámbito de interculturalidad y libertad responsable.

“sin la aplicación de valores, de nada sirve atacar las grandes carencias”. Por
ejemplo, la falta de un estado de legalidad (estado de derecho), no se corrige
con solo buenas leyes, candados y cambio de sistema, si no se cambia el
comportamiento de los diputados que hacen sus leyes y de los jueces que
las interpretan y las aplican, según su cultura y educación. Concluimos que la
legalidad es necesaria pero no suficiente, según el mismo ponente y, a
complacencia del resto, agregando los valores fundamentales con la
estabilidad económica, la cual se adquiere con la educación.
HONESTIDAD

El Honesto es honrado, honorable, auténtico, íntegro, transparente, sincero,


franco, valiente.

Cuando un ser humano es honesto se comporta de manera transparente con


sus semejantes; es decir, no oculta nada, y eso le da tranquilidad. Quien es
honesto no toma nada ajeno, ni espiritual ni material: es una persona
honrada. Cuando se está entre personas honestas cualquier proyecto
humano se puede realizar y la confianza colectiva se transforma en una
fuerza de gran valor. Ser honesto exige coraje para decir siempre la verdad y
obrar en forma recta y clara. Para ser honestos... se debe luchar siempre por
lo que se quiere, jugando limpio.

SOLIDARIDAD / GENEROSIDAD

El Solidario es grande, humilde, desprendido, sabio, humano, responsable.

La solidaridad es una de las más claras manifestaciones de nobleza de


espíritu y grandeza de corazón que puede dar una persona. Los que son
solidarios son ricos, pero no en dinero y cosas materiales, sino en la
capacidad de ofrecer a otros lo más preciado de sí mismos. Es solidario
quien puede sacrificar su comodidad y sus privilegios en aras de conseguir lo
mejor para los demás.

TOLERANCIA / RESPETO

El Tolerante es respetuoso, paciente, comprensivo, indulgente, amable,


amistoso, compasivo, sereno.
La tolerancia es la expresión más clara del respeto por los demás, y como tal
es un valor fundamental para la convivencia pacífica entre las personas.
Tiene que ver con el reconocimiento de los otros como seres humanos, con
su derecho a ser aceptados en su inpidualidad y su diferencia. El que es
tolerante sabe que si alguien es de una raza distinta a la suya o proviene de
otro país, otra cultura, otra clase social, o piensa distinto a él, no por ello es
su rival o su enemigo. Para ser tolerante... se debe ver en la persidad de
razas y culturas una señal de la riqueza y amplitud del mundo, en lugar de
motivos de desconfianza.

RESPONSABILIDAD

El Responsable es consciente, juicioso, diligente, tranquilo, reflexivo,


maduro, confiable.

La responsabilidad es la conciencia acerca de las consecuencias que tiene


todo lo que hacemos o dejamos de hacer sobre nosotros mismos o sobre los
demás. En el campo del estudio o del trabajo, por ejemplo, el que es
responsable lleva a cabo sus tareas con diligencia, seriedad y prudencia
porque sabe que las cosas deben hacerse bien desde el principio hasta el
final y que solo así se saca verdadera enseñanza y provecho de ellas. Un
trabajo bien hecho y entregado a tiempo es sinónimo de responsabilidad. La
responsabilidad garantiza el cumplimiento de los compromisos adquiridos y
genera confianza y tranquilidad entre las personas. Para ser responsable...
se debe reflexionar seriamente antes de tomar cualquier decisión que pueda
afectar la propia vida o la de otros. Se deben reconocer los errores
cometidos y mostrarse dispuesto a repararlos.
PERSEVERANCIA

El Perseverante es paciente, disciplinado, decidido, valiente, dedicado,


responsable.

La perseverancia es el aliento o la fuerza interior que nos permite llevar a


buen término las cosas que emprendemos. Los que son perseverantes
tienen una alta motivación y un profundo sentido del compromiso que les
impiden abandonar las tareas que comienzan, y los animan a trabajar hasta
el final. Los perseverantes no se amilanan frente a las dificultades o la
adversidad, por el contrario, se engrandecen y redoblan sus esfuerzos con
gran determinación para conseguir los objetivos que se han fijado. Para ser
perseverante... se debe ejercitar diariamente la fuerza de voluntad
luchando contra la pereza, la negligencia y el descuido.
Republica Bolivariana de Venezuela
Ministerio Del Poder Popular Para La Educación Universitaria
Programa Nacional de Educadores
Cariaco Edo Sucre

Propuesta de estrategias didácticas para fortalecer el valor “Respeto” en los


niños y niñas del 4to grado de la Unidad educativa Fe y alegría Juan Quijano,
ubicada en Cariaco Municipio Ribero del Estado Sucre.

Facilitador: Integrantes
Ana Maria Padrón

Cariaco marzo 2011.

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