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JEAN-CLAUDE MILNER La obra clara Lacan, la ciencia, la filosofia ‘Traduecién de Diana Rabinovich MANANTIAL, ‘hl oni tae de. ee cis ppc ee Sl er 195 ‘oa dp ee ey 1725 Pr paca carirutor Consideraciones sobre una obra Lo que se Mama habitualmente Ia obra de Lacan se presenta ‘bajo dos Formas. Se dispone, por una part, de los textos escr: tos por Lacan para ser publicados; se dispone, por otra, de los seminaios transcripts y editados por oltos que Lacan, alga nos de ellos bajo el contol directo de Lacan, Los textos ante- ores a octubre de 1966 han sido rounidos en un volume tit lado Escrito; los textos posteriores més importantes ~aunque ‘no todos fueron publieados en la revista Scilice, Considero {que todos los textos escritos para la publicacin tienen un esta- tuto comparable, cualquiera que sea su lugar o su fecha; me tomaré la libertad de Tlamarios a todos en st conjunto: tos Seripta, Alrededor de los seminarios se han suscitado diversas ‘querellas; por razones de fondo, que aparecersn répidamente, fe atendré ala ediciGn en curso de publicacién en Seuil, euyo titulo es 7 Seminario, constityyendo cada volumen un libro de ese conjunto unitario, identiicade por un nimero romano y un tial! Es imposible no interrogarse acerea de la relacién entre es- tas dos masas de textos. Lo que equivale, en verdad, a inter arse sobre lo que se Hama la obra de Lacan. No séio sobre lo {que la compone materialmente, sino més radicalmente sobre To que autori2a a que se hable d obra propdsito de Lacan Hice como siesta pregunta fuese simple, Ahora bien ella me- [La nocién de oba es moderna, Al menos si se Ta toma en tun sentido esricto, como ese principio de unicidad que permni- te introducir en lo multiple de la cultura? un balance y dife- fenciaciones. Esta unicidad Se centea en tomo de un sistema ‘de nominaciones el nombre del autor y el titulo de fa obra que subsumen producciones materiales, texto en panicula, bajo el régimen del Uno. La cuestion de saber si hay uno 0 varios textos es, por lo dems, totalmente secundatia, dado que es la nominacién la que los constituye en Uno: en otras Palabras, la aba no es necesariamente un libro, ni siquiera ne- fesariamente un libro, La obra no es una materia, es una for sma, yes una forma que la cultura organiza, Un marxista consceuente considerarfa que Ia obra es, en ef forden del pensamiento, el equivatente de la Forma mercaneka ten el orden de las cosas, Ast como la riqueza de as socieda fdes en las que reina el modo de produccion capitalists se fnuncia como una inmensa acumulacin de mercancias (se hhabra reconocid Ia primera frase del primer libro de ET Capi ‘al, a cultura para los modernos se anuncia como una inmen- sa acumulacién de obras; cada una de ellas cuenta como una, através de la garantia que confiere 4 sa unicidad la aso ida de un autor (generalmente nombrad, pero el anonimato es una variante admisible) y de un titulo (generalmente puesto por el autor, aunque no siempre); en el orden de los eseritos festa asociaeidn es estabiiaads por la poblicacién, que pone de tanifiesto a homologia de la obra y la mercancfa: asi como fa mercancia s6l0 existe propuesta para el intercambio, ast sme, en sentido este, slo hay obra una vez publicada. ‘No siempre Tue as, Pero, en los tiempos moderos, el disp sitivo que se acaba de describir prevalecee incluso se extende, ‘mutatis mutandis, a todas las partes de la cultura: las diferentes sos enn sometidas en Yo scesivo a fs Hormts de obra deter- finanlo cada una que funciona para els come equivatente de publcacion (representacidn teatral, exywsicion, sida por te- fevision, censura, ete). Es posible escapar a este dispositive, ‘masa de pagarse un precio: renuncia a insribrse en la cultu- ‘a, Se pucde entonces hablar de loenra: de esta manera ha de entender la definicion de Foucault: Ia locura como auseneia {de obra. Se define as, al mismo tiempo, ala locura como limite cexiemo de la cultura. Lo que no significa, evidentemente, que la cultura no tenga energia para reabsorber las producciones 4e la locura; le basta para ello con reinsribirlas en la forma de fobra, pero, en ese mismo instante, el nombre de locura dejar 4e Ser pentinente. Los ejemplos, se sabe, sobreabundan, y el 6 tulo de ar brut no fe inventato eon otros fines, Sin embargo, la locura, con su corte de suttimientos y ‘raas, no es lo Unico en cuestién. Al revés de lo que podria freer, sectoresenteros de los escrtos modemos se desplic= san, con toda tranquilidad, al margen de la forma de la obra, Globalmente, los que depend de la ciencia y de su pared, Ja téeniea, Bn este sentido, en efecto, se debe tomar la ereen cia recurrente de que ni la ciencia ni ia técnica pertenecen & la cultura. Muy lejos de tener que denunciar esto como un pre juicio de jgnorantes o de humanist (lo que no siempre fue lo mismo). hay que discernir al respecto una relacion estructura: ia mutua exclusin de dos sistemas que se definen por esta rmiisma exclusion, Una conseenencia: 1 que acta en la cien fia no se inscribe en Ia forma de obra: esa forma, es verdad, auviene a veces, pero en un tiempo ulterior, cuando la eficacia como ciencia ees6. Einstein se constinuye en obea s6lo en el instante en que la ciencia considera que, habiéndolo absorbi do, tiene derecho a olvidaro, Tan slo entonces la cultura, = mmo fuera-de-ciencia, toma el relevo de la amnesia sistemstica de la ciencia en progreso, como fuera-de-cultura’ Basta entonces que un modemno se deseubra convocado & a vee por Ia cencia y por la altura para que la cucstion de la ‘obra se le plant y requir una decisin, Entre ambas, ta elec: cid fue en ciertas oportunidades crucial, Tal era la opeisn ‘gue se les proponta alos alunos de Saussure. Es stbide que se inclinaron por la obra, considerando que la sola recopila- ci6n de los trabajos cientificos no bastaria para salvar un ‘nombre propio al que se sentian ligados. De alll naci6 ese «to- {do orgsnica llamado Curso de lingstica general, sin que se ‘epi si este titulo fue concebide como un singular © como un pliral*, El éxito de los editores se marca justamente en el he- ‘cho de que el singular se impuso para todos (se dice ef Cur- 0): en fo sucesivo hay, en efecto, una obra de Saussure, cons tituida por la asociacion de un nombre de autor y de un text, percibide como unitario; en lo sucesivo, Saussure asume su puesto en la cultura’ En cuanto a Freud, debié clegir por sf mismo. Se le puede atrbuig, incluso, una estrategia: todo sucede cual si hubiese preferida el rodeo por Ia forma de obra pata establecer lo que {a publicacion propiamente cienifiea no le perma, AL res- ‘pesto, el sueho de la monogratia botinica (L'Interprétation des réves, Paris, PUR, 1967, cap. V, pigs. 153 y sptes.) mere~ ‘ce sor record, «Eseribé la monogratia de cierta planta. Ese Tibeo estédelante de mi, paso precisamente una peigina, ete» as asociaciones giran alrededor de um fracaso: shice en ot10 tiempo algo asf como la monografia de una planta; era un ta bajo sobre la rara, arajo la atencién de K, Koller sobre las propiediades anestésicas de la cocaina, Yo mismo habia indi- do eva utilizacion, pero sin profundizar en el tem.» Uibid.). Astle llegsron & Koller fa gloria y el éxito que el vor lumen conmemorativo que Freud scabs de recibir esa misma ‘mafiana testimonia. Freud piensa enfonces con melancolfa en Su propio libro {la Traumdeutung misma) que tara en te har «si pudiera [..) verlo terminado dolante de mi» (pis 155). Finalmente, evoca sh propia pasion juvenil por los le bros: «queria colecctonarios, tener muchos.» (pae, 135). Tinerpretacion: la monografia y el libro estin en conjun: cidn-disyuncicn: ef sefio desctia la renuneia a la monogra- fia, es decie ala ciencia normal, ena que existen jubileos * 1 palabra cours on Fane ld tanto para el singular como pac lal (0.81), laboratorios, y la preferencia otorgada al libro, es decit@ ta forma de obra ya la cultura: de ello, como libro, dard testimo- nio la Traumdeutung. De hecho, la monografia y el [ibeo $6 fundan en el mismo paradigma -por ello la primers puede srepresentar» al segundo, pero, unlindose en el mismo pa radigma, se oponen mutuamente, como 10 hartan dos fone ‘mas, Su oposicién repite la de la cieneia y Ia cultura, en el punto de la obra. Freud haba partido, ciertamente, a la con- “quista dela ciencia biologica ectere Superosy; com dicho fin us6 el arma de la monogratia; pero se lo rechazs 0, al menos, se lo desdefié. A su estrategiainicial debié sustituir la del bro, pero el libro es agu tan sso el testimonio empirico de Ia forma de obra, inseripta en el campo finebre de la cultura (cheronta movebo. Se conoce la continuacién: a cultura fae suficientemente fuerte como para imponerse a la ciencia y a la téenica médi- cas. La forma de obra habia vencido a la monografs, No sin un precio muy caro: el de la sbanda salvaje» a ta aque Frevd debié acomodarse: él, que sofaba con el laborato- Fo, con la honesta colahoracién cientifca, con alumnos files y jubileos, Se sabe también que Freud se dedies por todos los medias a adecuar el psicoanaisisa Ta eieneia normal; Ia con- (quista del univesso moderna exigia ese tributo. La Inernacio- nal fue e1 modio electivo de esta estrategia (Que fuese una figura adccusda a la ciencia normal puede ciertamente ser puesto en duda: en muchos aspectos, la cencia normal se distingue precisamente por ser sticientemente 10 ‘basta como para no tener necesidad de crear instituciones tales; la nitidez de los paradigias,unida a la red eredada de as uni- versidades medievales y, digimoslo, de Ia Tales, eran sUfi- cients para determinar todo. Mas que en la eieneia, decir ver- dad, la TPA de los siete aillos? hace pensar en Tos juegos de estadio ~con sus cinco anillos olimpicos~ y en sus imperiosas federaciones. Sin embargo, se puede asegura lo siguiente: por exorbitante que fuese respecto de las buenas costumbres de la cencia normal, la Internacional -seguin Freud al menos debia ® 1s ona cLaRa ‘cupar ef lugar de esas costumbres. Se puede resumir el mapa’ de Ta siguiente manera: ni en el psicoanliss ni en a ciencia Ihabr obra, fuera de lade Freud: s6lo habra monogratias Lacan, también, 1uvo que clegir. Al final de la Segunda, Gucrra, Ia Internacional sala exitosa; cl psicoanélisis estaba inseripto en el universo organizacional de la eiencia normal y, ‘como toda ciencia digna de este nombre en el universo mo- dderno, habia sceretado su propia técnica, ;Debia consentirse, pues, con a sola monografia? Se sabe que, més adverido y Inds auténticamente modesto que muchos otros, Lacan dud [A favor del silencio, a veces: «y después de Fontenelle me he sbandonado al fantasma de tener los puns Uenos de verdades pura cerrarlos mejor sobre ellas» (Acerca de la cawsalidad piguic, pig. 142). A favor también de la revista crudita, fue fue durante Tatgo tiempo sus modelo -La Psychanalyse se ssemeja todo To posible a la breve y majestuosa empresa de las Recherches philosophiques, con la que Lacan estuvo aso- ciado en Tos aos 730. Ahora bien, este modelo se opone tnctraimente al de la obra: toda revista digna de ese nombre se funda en Ia forma monogratia, ‘Ahora bien, los Excritos se publican en el horizonte de la fbr, Lacan habia, pues, elegido, Al mismo tiempo, afirmaba {gue habria al wenos una obra més en el psicoanslisis, Fl gosto Sonprendia tanto mis custo que iba en contra de un movie siento propio de Lacan, ‘Lavan desaroll el tema de la «poubellication». Encubse un doctrina de I obra: considerar que la publicacion depen {de del basurero [poubelle), ex eonsiderar que lo publicado de~ pede del desscho; como sélo hay obra publicada, se conclu ye ae toikt obra, en cuanto tal, depende del desecho, Se Feconoge ab una tora de ls evilizacion, surgida de Bataille: pesvtenever ila civilian, en oposichon al harbaro que Ia re This a loco que se exceptia de els, ex saber tatar Ta basura ‘yclexeremento, La cultura, como elemento dela civilizacion, lvobra com elemento de Ta cultura, la publicacién como di- mension de fa obra, el papel como soporte elective de to pu blicado y de las heces, se dejan descifrar a esta luz. Que el de seeho sea lo mismo que el brillo apropiado para enganchar al ‘deseo es ciestamente decisive (leoremas del abjeto a), pero poco importa aqu ‘Ahora bien, Lacan acepté publicar; es decir que consinti en la obra, es decir que consintio en la basura, Sus motives te- mn que ser graves. ‘Sélo las exclusiones de 1963 revisten la gravedad requeri- da. Un ver mis la eiencia normal habia cerrado sus pucrtas, sunque fuese bajo los rasgos de imitadores no confesor: una vez més habia que recurie ala cultura para romper los sellos, tuna vez més Orfeo debié cantar para eruzar el Aquerontc, A. ello esponden los Excritos de 1966, es decir el lbro, en lo ‘que tiene de mis elisin, ‘Como Freud antes de él, Lacan necestaba de la cultura pa a hacerse escuchar. Mis netamente que Freud, sabia que era elegir Ia via de Io finebre y del desecho. No s6lo la Lida que ‘cada Iibro presenta, con su tapa que lleva, cual un epitafio, el nombre de-un individuo, sus titlos (el del texto hace las ¥e= ‘es de todos los demés), una fecha, un lugar; no slo el ead ver de papel (caro daa vermibus), sino lo que no tiene nom- ‘bre en ninguna lengua: el libro en tanto que funtor de olvido (oublier. dice tambisn Lacan*), Mis abicramente ain que enel caso de Freud, la eleceign habia sido impuesta por la de cis explieita de una Autor Lacan tuvo éxito contra la Internacional, Se puede afirmar que hay, en el psicoanslisis, al menos una obra fuera de la de Freud: la de Lacan, Esto s lo que marea la verdadera victoria dle Lacan y la verdadera derrota de la Internacional. No tengo ‘que pronunciarme acerea de la euestisn empirica de saber st habe otras obras. No tengo que pronunciarmie acerca de la ‘cuestion tedrica de saber si una obra puede dejar de serio, Pal- twestablecer solamente qué hace obra en Lacan + Escrtura homolbnca de publi publica, que inlay oubler solvidar (0, 410, GPs acaso el conjunto de las publicaciones, Sripta y Semi: ‘nario tomados en su doble integridad? ;Es acaso el solo eon- junto de los Seripra, si no incluso el Volumen tnico de los Escritos? ;.Acaso es la sola setie de Tos seminarios, por el contrario? Bajo ciertas querellas subalternas que se han decla- ado, se puede de esta manera restitur una pregunta real Cre durante large tiempo que EI Seminario de Lacan era ‘una obra: que era, a decir Verdad, la Unica verdadera obra de ‘Lacan. Aprobaba por lo tanto el titulo general que su editor le hnabia dado ~sustantivo singular y articulo deinido-; aprobaba due las divisiones fuesen presentadas como «libros» numer {dos ttulados; que las subdivisiones de esos libros no fuesen presentadas com ssesionesy 0 slecciones» sino como capita Tos, ellos mismos numerados ¥ dotados de un titulo; que estos capitulos fuesen a su vez subdivididas en partes, también ells fumneradas: aprobabs ef plan de publicar su texto siguiendo fas reglas mis probadas de la flologia erasmina (exhaustvi- dad, precision, exacttud), pues la filologfa forma parte de la temergencia de la obra: conficre ef estatuto de obra a quello ‘de To que trata, al menos en la época en que To tata (de esta panera Erasmo debe insertar los Evangelios en Ia forma de ‘obra, desde el momento en que los somete a las reglas de la filologia; es por ello, para Lutero, un impio radical); como ‘contrat, [a forma de obra requiere de la Tlologia para "ncgurae st aprehension sobre cualquier texto (la obra de un ontemporineo -Breton, Proust, Aali~ estar realizada como ‘obra a pavtir det dfa en que se hayan planteado y reglado, en To que la concieme, los problemas filologicos cisicos ~fecha- jes, estblecimiento del texto, clasiicacién de las variantes, felevamiento de las imitaciones y préstamos, ete. Tal es la funcién usual de La Pléiade®) ‘Quedaba aun el sentimiento de una inadecvacién, {Qué * Coleein especial de a ato Hancesa Gallimard destinada publica a toes eisieosy moderns consagrados (det) obra, en sentido estrcto y modem, permanece vineulada di- rectamente a una enseaanza hablada y aun calendario an explicitamente publicado? ;Qué relacion hay entre los Seripa y los Seminarios? Si fos segundos, pose a su multiplicidad sin ‘orden visible, eran tibutaris de la obra, ;podian serlo por las mismas razones? ;Si para nada lo eran, qué eran? Los precedentes mis convincentes venian de Ia Antigde: ad. Tomados en conjunto, tambien Platén y Avistételes hi bian producido comentarios y escritestributarios de dos esta tutos diferentes. Documentos antiguos, ciertaments, pero la filologia tal como se constituys en el Renacimiento, y Ia cul tua tal como se constiuys en el siglo XIX, se apoyan, ambas, or principio, en un anaeronismo: verdadero 0 falso, hay que actuar como sila Antigiedad fuese también pasible de la for- mma de obra. La comparacién estaba, pues, autorizada, Pero pensar en Platon y Aristeles ede inmediato, pen- sar en la eombinacién de dos distinciones: la distincion entre ‘ensefianza escrta y enseanza oral, por una parte: Ia distine Cid entre escrtos exotéricos y excttos esotericos, por otra ‘Admitiendo que la relacién entre ambas distinciones se esta blece del siguiente modo: lo exoterico es escrito, lo esoterico ces oral (eventualmente tanserito) Se sahe que la cuestidn de lo esotrico le importaba a La ‘ean, quien evoca a menudo la famosa leceién sobre el Bien, rncieo de lo que para cierta wadicion constituye la ensefianza secteta y no escrita de Platén, De igual manera, sentia el mis vivo interés por la cuestion del Avistételes perdido’, tess éta (que se resume as: la mayor parte de To que Aristteles eseri- Dio se ha perdido; esos textos adoptaban, la mayoria de las ve- ces, la forma del dislogo y eran considerados un milagro de Ta lengua gricga: desarollaban una ensefanza exotica; Io que leemos bajo el nombre de Aristteles no fue escrito por él y constituye una transcripeién, hecha por sus disefpulos, de la sola ensefanza oral y esotérica. De ello se deduce una oposi cién simple entre Plato y Aristtcles: del primero se conoce toda In obra escrita exotérica y nada de la Obra esoteric (st n LA OMRA CLARA poniendo que ésta haya existido); del segundo sélo se conoce Ja obra esotérica, aparte de algunos fragmentos exotéicos re- transmitidos por la tradicién manuserita ‘La oposicién, conocida por todos, anuncia en cietos aspec: tos lo que distingue a Freud de Lacan: dado que del primero slo se tienen eseries,s6lo existirfa en lo que a él respecta lo cexotérico (Las Actas de la Sociedad de Viena, publicadas tar lamente, no revelan aparentemente nada demasiado nuevo); dado que del seyundo no sélo se cuenta con Tos escritos sino on una ensefinza ora, se tendran de él dos ensedanzas: Io exottico de los Escrtos, lo esoterico del Seminario, evy0 pe ‘0 material no cesa de erecer con el paso de ls as, La distincin entre exotérico y esotérica es cierto, es cual ‘quier cosa menos clara. Desde in punto de vista descriptive existe acuerdo acerea de lo siguiente: la ensefanza exoterica| ide Aristoteles se dirige a quienes estin fuera de la filosofia {ex0) ¥ no han elegido (jtodavia?} ef modo de vida te6ric% la ensenanza esotcrica se dirge quienes estan en Ia filosofia (eso), ¥ han elegido el modo de vida propio de ella real do ya el recorrido que se supone necesario. Respecto del con ‘eeplo, en Ios eseritos exotéricos no pera haber nada mis completo o ms preciso 0 mis claro que en las tanscripciones ‘esolGrieas al contario, en las transcripciones esotéricas pue- ide haber algo mais completo. mais preciso, mas claro. Si hay algo mas en los eseritos exoigricos respecto de las transcrip. Cones esotéricas, ese algo més no podria responder al con- ‘cept sino a otra cosa, cuyo nombre se conoce: Ia protrépica Es decir, ese procedimiento discursive euyafuncign es arran ‘ear al sujto de la doxa para volverlo hacia ta theoria, Esto eS ‘exactamente To que Aristtels, segin los antiguos, habe fo- _sado y llevado a su punto de perfeccién mais alto (ef. W. Fac~ per. Aristeles, Fondo de Cultura Eeonsmica, México, 1984, -ip. IV). También, dicen algunos moxemos, consituye la ‘alest tniea de los didlogos de Pat, ‘Admitide todo esto, sostenia yo que Seminario de Lacan cera, en efecto, especto de los Scripta, como el texto conser- vado de Aristtcles respecto del Arist6teles perdido (0 la eventual ensefanza perdida de Plain, respecto del Plaxén jeanservado) era esotsrico, mientras que los Seripya eran exo- téricos. Coneluia, por ende, que ET Seminario era indispensa- ble para la interpretacion de los Scripta y, en consecuencia, para la terminaeton de la obra. Como la publicacién de EI Se ‘minario estaba incompleta, ello significaba que la obra tam- bicn lo estaba; st interpretacia no poda, por lo tanto, preter der nada definitive; nada de los Scripta podia esclarecer EI Seminario; slo EI Seminario podia, por derecho, esclarccet El Seminario y s6lo se podian wiz los Scripta para hacer ‘onjturas sobre Ia parte ain no publicada de El Seminario. ‘Al respecto, estaba de acuerdo con el conjunto de los intée- prctes, Algunos legaban ain mas lejos; no temfan dar enten der que. en tanto escrites. los Seripta eran tribuarios le una instaneia inferior, en comparaciéa con la ensefanza hablada Tiamosa Palabra que, desde Sderates 0 Jesueristo, hace dis- cipulos y enciesra un tesoro incomparable. Fsta es a txzén {de los comentarios indefinidos sobre las marcas del habla, que se supontan constitutivas del Seminario. A partir de este punto te pasa fcilmente a la Presencia y la figura de un Maestro cuya Apologia se trata de hacer; cuyo Proceso, cuando no Pasion, se rata de conmemorar, y cuyos gestos o dichos me- rmorables se tata de comunicar. Hoy, despugs de haber leido atentamente y en varias opor: tunidades lo que se ha publicado del Seminario, considero que ‘me habia engafado. Los seminarios de Lacan som exotericos y ‘ho esoteric, los Scripta son Tos esotéricos ~en el sentido en aque lo es el corpus arstotélico-. Los primeros esin tejidos de protrépica -alusiones, omamentos litrario o eruitos,diatri= bas, desconstruccién de la doxa-; los segundos tienden a des- pojarse de ella, Los primeros uscan eapturar al oyente (peo- yectado, por la transeripcin, a la stuaciéa material de lector, pero poco importa) en el punto de imaginario donde Ia coyun- tora del momento lo ubie6: habiendoto eapturado, buscan de- Salojarlo de ese sitio natural por un movimiento violento que, cen Lacan, a diferencia de Platén, asume preferentemente Ia fooma de ta diatriba, cuando no de la invective: didlogos mo nologados y desconeses®. Los segundos pueden entrar ciet- tamente la protéptica, pero lo que tienen de decisivo es ind ferente a ella: el lector (que tiene todo por hacer, menos proyectarse como oyente ficticio) debe descfrar, eventual picnte entre lineas, una esis de saber Es cierto que los seminarios se dirigen a los analistas y @ Jos analizantes. Se podria, pues, suponevles esa forma de claw sura interna que caracterizaba a 10 esotsrico de las escvelas trieyas. Sin embargo, el punto es que Lacan estima que sus foyentes no han logrado ocupar su posicign en el andlisis. La finalidad general de cada seminario particular es que el ana lista se ponga por fin en analistay el analizante en analizante, que cada uno entre verdaderamente en andlisis. Supone un ‘movimiento muy exactamente anslogo al que, en la prosrepti- «a, hace pasar de lo exterior del bios theoretikos (ex0) al inte rior (eso). En los Seripta, se estima que el movimiento ya se ha realizado. Exist, pues, en Lacan, al igual que en Aristteles, to eso rico y lo exotérico: existe tambien lo escrito y Io hablado, Per, de Lacan a Aristteles, fa relacin se enteceruz6 y propiamente se invirtié: lo esotérico es escrito, 0 exotrico es hablado transerito. Por lo tanto, eabe concluir: desde el punto de vista del pensamiento, no hay ni abr nunca en los seminarios nada mis que en los Seripra. Pero siempre puede haber algo mis en Jos Seripra que en los seminatios, Nada en los seminaries pue {de modifica la interpretaci de los Serinya todo en los Seri ‘aes importante para la intepretacion de los seminarios. De ello se sigue una consecuentcia inevitable en lo que con- ciemne a Ia obra de Lacan. Si dicha obra existe, esté entera- mente en los Scripta. Ahora bien, por definicion, todos los Scripta han sido publicados. Es decir, obra existe desde el vamos toda entera en el momento en que exeribo, pese a la publicacién inacabada de los semiarios. FI singular gramatical y el articulo definido del titulo Et Seminario no deben ser leldos como las marcas de a obra Designan solamente Ia unicidad de una institucion que se ‘mantuvo, en sitios diversos, alo largo de Tos aflos. Si se pien- $4, empero, on os textos transerites, el plural seria mas ade cade; de este modo, yo hablaria més bien de los seminariox Pore! contrario, el plural gramatieal del nombre Scripra toma fen cucnta solamente la dspersién material de Tos textos; no debe prejuzgar acerca de la existencia o la inexistencia de Ta ‘obra, que depende tan s6lo de criterios de pensamiento {Quin no ankelaria leer el conjunto de Tos didlogos de Aristoiles? De igual manera, la publicacion de los seminarios reviste una importaneia documental incomparable. Sin embar 10, no es seguro ue pueda facilitar el aeceso alos Scripta por as protrépicas, pues la protrétiea es circunstancal; una vez pasadas las circunstancias, puede transformarse en opacidad, Exo es lo que sucedis con los didlogos de Platén, que devi rieron oscuros en Io que tienen de exotérico. Por fo tanto, es posible que los seminarios oscurezcan los Scripta (ast como, ‘Sespaés de todo, la Teodicea es menos clara que la Monadolo sla, 0 los Prolegdmenos menos clas que la Critica de lara. 26n pura. 0 1a Correspondencia de Flaubert menos clara que Un corasén simple, o los Pastiches menos claros que la Bus- ‘queda, Nadie euestionaré que en esto mismo puede residir tana fuente de interés apasionado, pero conviene no equivocar- se acerea de la naturaleza de las Cosas, Es cierto que la division entre exotérico y esotérica exige lla misma ordenamientos. Supone una repaticién clara entre los textos. Pero esa repaticin se deja restiuir con menos Tidez de la que expresé. Para ser exactos, hay que considerar ‘gue la linea divisoria recorre los Scripta y los seminarios mis- ‘mos. En cada uno de los dos conjuntos se puede reconocer la ‘copresencia de proposicionestrbutarias de Ia proteptiay de proposiciones tributarias de la doctrina, Las primeras, a dife- Fencia de Platén y Arist6tles, no asumen la forma del dislo 0°, cosa que se explica ficilmente: Ia técnica del dilogo se perdi, sencillamente porque, en los modems, toda técnica Iiteraria es obsoleta. Norden (Die antike Kunstprosa, Leipzig, 1898, T, pag. 48) habia planteado como teorema que ningdn escrito antiguo es un atechnon; la reeiproca es verdadcra to do escrito modemo, al menos pot ser modemo, es Un atech- non. Ello hace que sea siempre nico en su género, donde se reencuentra la marca del Uno insustituible, caraterstico de la forma de obra, ‘Ahora bien, Lacan es un modemo, Usa, por lo tanto, libre mente los poderes del atechvion y de lo insustitwible. Semejan- te en esto a André Breton, cuya Nadja constituye el horizonte, apenas pereibido mas sin embargo determinant, de todo es- cto lacaniano. El atechnon reins, pues, ya se tate de ls se Iminarios 0 de los escritos. Lacan se inclina a dejar de lado hhasta ef residuo de las technai eseolésticas, legado por Ia tr dicién universitaria (partes, capitulos, paerafos en tanto que dlistntos de las frases) -no por ignorancia ni por despreci, #- ‘no porque no serian pertinentes~, La protréptice asume, en el espacio del parrafo escrito, la forma stéenica de Ia conversi- cidm erudita, tomada de Macrobio, por intermedio de La Mo- the Le Vayer(citado por ejemplo en Kant con Sade, E., pig, 17166). ¥ como esta conversacion no puede asumie ya la forma, del didtogo, solo le queda la forma que no Toes: el excursut”. En el espacio de la frase, la protréptica negativa solo dispo- ne de los recursos de la acusacion y la diatriba para desalojar, ‘en su movimiento violento, a la doxa adormecida de $0 lugar de reposo. Aparecen entonces los procedimientos calificados habitualmente de =gongorinos». Un minimo de conocimientos thasta para percatarse de que nada tienen que ver con Géngora, Desde el estricto punto de vista dela historia de Tos estios, se trata mucho mas de la escrtura artista, mantenida viva desde Jos Goncour, en el émbito confinado del mundo hospitalario, sracias al cuidado de los médicos cults, aficionados las co. sas bellas (Clérambauit, Du Boulbon). Excepto que Lacan la uiliza con otros fines; el lexema rao, ef semantema inhabi= Ta sintaxis trtuosa han de impedir al lector abandonarse 4 su inelinacion de lengua, hacerle desconfiar de lus sucesio= nes lineales y de las disposiciones simeétricas, obligario al sa ber que vend, 'A los excursus incesantes, alas frases complejas que pre= paran las vias del saber, se anudan las proposiciones tributa- Figs de Ia transmisiilidad del saber. Son muy diferentes". Su fiferencia salta ala vista cuando Lacan recure las escrituras matemiticas, Pero, ya antes del matema propiamente dicho, 1 proposicién transmisible se deja reconocer ~sehalada por su Sintaxis (lo ms sencilla posible) y por su recurrencia, Es 66- todo designarla con el nombre de lagian, temino tomado de la Filologta de los Evangelios, pero con fines totalmente Isi- ‘Se concluiré, de fa existencia de los fogla, que Lacan, lee- tor de Leo Strauss, no practicabasistematicamente el. arte de cxcribir y no exigt las teenicas de lectura que Leo Strauss fafirmaa haber restitwido, Fsas artes y esas téenicas suponen, fen efecto (1) que las proposiciones verdaderamente importan tes aparezcan en forma completa muy pocas veces en un obra feventualmente nunca); (2) que, por regla general, las proposiciones frecuentemente repetidas no lo sean sin cierta varlacin, eventoalmente fnfima, pero siempre reveladora; (3) ‘que las proposiciones repetidas en forma estritamente idémi- ca (cuando existen) se designen por dicho carécter como inc senciales 0 fragmentarias; (4) que el carieter principal de as ‘roposiciones repetidas (con 0 Sin variacién) sea casi siempre su chatura, su inadecuacién grosera respecto de los datos mis fevidentes, cuando no su incoherencia (étos son los rasgos ‘gue han de suscitar Ia atencién y justificar una lectura de «se {gundo tiempo); (5) que una obra compuesta de esta manera esté toda mayoritariamente de proposiciones inesenciales, lanoinas ¢sligicas (en esto reside el enigma que ha de desen {rafarse); (6) que en general toda proposicién de una tal obra, para ser referda a lo importante, coberente y no trivial, debs Set Teds como un fragmento por completa; el método consis teen conectarla con ottas proposiciones de la obra, aparente- mente poco compatibles, sino contradictorias, com la proposi- cidn estudiada, pero iguelmente parciales' "Nada de todo esto es verdad de los logia: son Ia ver ecu: rones, veridicos,esenciales y susceptibles de ser interpreta {os integramente por s mismos, No son ni anodinos ni incon- Sistentes ni incompletos. No son enigmiticos. Si le parecen tales a un lector no cuidadoso, es porque su afiemacton ests siempre en antcipacién del pensamiento (asercién de cert umbre anticipada). No son estenogramas de pensamientos establecidos, sino mis bien hologramas de pensamientos por venir; se leen en futuro anterior. Son ellos mismos la fuente {de su propia uz; la transparencia les Hlega por un incansable retomar Io idéntico y por una manipulacion repetida y cuasi ‘material “Lacan mismo inicia ese trabajo, a ello se debe la re- currencia-, no por una puesta en conexidn, Los logia depen den del bien devi, Es verdad que, por otra parte, Lacan practicé el «medio- decie» (ef. injra, pig 177); esto implica que ciertas proposi- tines de saber slo se dejan leer separadas de lo veradero y fragmentadas; tambien implica que algunas otras -a veces las rmismas~ mezclan tesis de saber y procedimicntos protrpticos (dipresiones,escrtura artista). Ni unas ni otras son, pues, lo ia y no hay, en el orden del saber, solo fagia en Lacan, Pero ‘el medio-decir mismo esté subordinade al bien decit. No es rds que una via de acceso a é1. El bien deci (ya sea a raves ‘de un lapsus, de una agudera* o de una expresidn Feliz), pues, se juega en una nica irada. Solo hay logion si hay una tirada zanadora, pero al juego del logion slo se gana ose pieede ju- ‘pando una dnica vez" Es verdad que el arte del bien decir es dificil; ques solo pueda subsistir a ttwlo de mandamiento ético (Télévision, Pig. 65°); quizds el medio-decir es el nico prudente, A ve + Agudera, Wit, mor expri(, det) 1° diferencia de los ote textor, con Télévision y Radophonle no seus lawaduccidn en castellano (del), ces, para que ta mesa no quede vacta, hay que dividir la "puesta, fingir que se coincide con Leo Strauss, quien cree 36 loen el medio-deciry reserva el logion & Dios. En consecuen- cia, habré partidas mis modestas, en las que s6lo se gana al ‘multiplicar los intentos. De esta manera, se entrelazarn las Frases de estatuto dife- rente: rodeos prostépticos y proposiciones de saber. Pero si anudamiento, siendo en si mismo atéenico, solo puede reali arse de manera inestable; por eso s6lo puede ser leido en la forma debilitada do la yuxtaposicion (igresion, desvio, esea- pada), Para quien se dedica al saber, lo protréptico se presenta como un tejide conjuntivo, que parasita el hilo de la transmi- Sibilidad. Para quien se dedica a las conversaciones eruditas, rebosantes de atishos geniales, de indieaciones Tuminosas, de ‘erudicién dominada, de avdacias estlisteas, In proposicion matematizads parecer opaca y esquelética. Le toca al lector ‘demostrar sv tato, tal como Lacan se lo aconsejaba al analis- ta, no confundir la naturaleza de los comentarios, ‘Se comprende entonces la verdadra relacion de los Sevipta ¥ Tos seminarios: los dos conjuntos contienen proposiciones de Saber y proposieiones prorépticas, pero, desde el punto de vi 1a del saber, nada hay en los seminarios que no esté en los Scripta’; desde el punto de vista de la protréptica y de la con- versacidn erudita, puede haber cosas diferentes en los Seripta ¥en los seminarios; si hay algo en los segundos que no se en ‘euentra en los primeros, ese algo es tibutario siempre de la ceonversacién erudita, no del saber; pero la inversa no es verda ‘era, En todo caso, quien se interese en el saber siempre tiene el derecho, pero no el deber, de dejar de lado los seminarios En esta disposicién general, la conclusin se impone: silos Scripta hacen la obra, ¥ no los seminarios, esto quiere decit ‘que Lacan se fié enteramente de To escrito (9 n0 de To trans crito) para transmitr su doctrina. Un dato no cuenta para na a: la palabra de Lacan. Se rechazaré, pues, definitivamente la ‘constelacisn espiritalizante que se anelaba en ella: Palabra, Presencia, Maesto, Diseipulos, Rememoracin. A decir ver= dad, tua la docirina del matema estar hecha para oponerse a tuna tal puesta en escena (cf. infra, cap. TV). Sélo la mitifiea- cin de un dato en Bruto suscts cl teal sacramental: Lacan lente oralmente Pero, zquién no lo hizo desde que la Universidad devino la institucion de acogida de toda doctrina? Es verdad que Lacan hhabl6 como poeos de sus contemporineos, pero podria decirse Io mismo de algunos otros. No tendeé Ia erucldad de recordar las disquisiciones clegiacas de Alain sobve la palabra viviente de Lagneau o las de C, M. Des Granges sobre la de Bruneti re. Que se escichen en las transcripeiones algunas singular ‘ades provenientes de lo oral zqUe tiene de sorprendente y ‘gue se necesite subrayar tanto? A decir verdad, el hecho de {gue Lacan hay’ tenido una ensefianza oral es mas bien lo que To confundiria con el universitario usual y no To que To distin- ‘gurfa de él: Sartre, por haberse mantenido tanto tiempo a dis tancia de toda palabra publica de tansmisién es, a respect infinitamente més sorprendente, ‘Como méximo, se podria convenir que entre escrito ¥ hi blade Lacan maniuvo. una disyuncién que los universitarios Supuestamente no se autorizan, Se cuenta que Dumézil habia ‘dado & Foucault este consejo: «No eserbie nada que no haya sido pronuneiado; no pronunciar nada que no est destinado ser escrito», Esté permitide reconacer en esta regla de proyec= ‘in biunivaca una costumbre de universdad (eon la que mu- ‘hos universitarios francetes se arreglan torpement, tanto por ‘gratia como por grafomania, tanto por afasia como por lozo~ rea; éta es ua de sus menoresinferiordades). Lacan ciert nent la transgrede pero, de nuevo, no mas y quiza menos que Sue "Nada seria en todo caso, mas desubicado que evocar a Pl ‘én, Cualgjuiera que haya sido el pensamiento de Platon sob lo eseito, que es menos univoce de lo que se dice, pertenece a tun mundo donde Ta escrtura es todavia problemdica, en 10 que respecta, al menos, ala relaci6n con Ta verdad!®. Con La- (CONSIDERACIONES SOBRE UNA. OBRA 3 canes distinto: se sta enteramente en un universo donde ta relacién de Ia verdad con lo escrito ya no es problemiicn, Es cierto que él la reproblematiz6 ~en el psicoundlisisfreudiano, la Verdad habla, no escribe-, pero el movimiento, en su punto de panda y en st término, supone justamente a inversa de Plat, {Lo cual, obviamente, no significa que lo esrito, como tal, se sitie necesariamente en Ia forma del libros se sabe que all respecto Lacan estuvo, primero por coercién, luego por elec cidn, fuera del libro: comparti6 este rasgo con otros: André Breton Nadia, dijimos, es una obra en tanto que es un ate rnon, ipet0 e8 acaso un libro? 0 Jakabson. Como ellos, ¥ diferencia de Freud, hizo surge la obra en un lugar de fractura centre forma larga y forma breve, entre alocuciém permitida y locucién refrenada. Pero esto no afecta el punto: leer a Lacan fs Teer Io que esta eserto y, singularmente, los Seripia, de- sembarazandolos de las oscuridades que arroja acasionalinen- te en ellos el hablar prouéptic. Noras 1 Las seferencis indica de manera abreviads de siguiente fox: (a) Funcion» campo dela palabra llengule en psicaand sts. pp. 227 = sFancin y campo de Ia palabra cleo en pe oandisiss, Exentor, Siglo XX, Bacnos Ae, T9RS, pap 297. Lace ‘elspa meneic, Is sila. podrs ser mii, (0) Aolandra lich, Ese. 1. pig. 17 = sEl Atlondraichos, Escansion, 1,288.1, Paidts, Buonos Aes, 1984. Lvego de ln primera mencisn, a gla Eve. podet sor omit: (6) S, XX. pg, 9 EI Seminario, ito XX, Paid, Buenos Aires, 981, pi. 9 2 En ete capil, cultura ser wend sstemicamente en en so iranetsy no como eguvalente dapat Kal 5. Dojo de lado, volutariament, Ia cvestion de a Universidad. Es a caestion no eva el ser ls rodaccione profesional de los Universitas (ess, memorias, ef) se inscribe en la forma de bra [Estacion francesa responde por [a afimativa: Ja adiionalemana ingles, porn nation Lo ue no siiica, event. que to ds as tess fancesas (me refi as de estilo aig) sean obras i ening tess alemana 0 ngs oS. ida prc major el carter esticamente formal de a noc6a eta etal del Courses equivc ete snguley plural: 2 foe ‘do por Saussure; texto fu Tetrbajado hasta el punto de que n> fra de sus pgs puede ser aibuda, cn eve tad, « mano de Sctsore; Sasa munca tvo la incon de publi ning curso Sin embargo hay una obra yn conseciencia un autor, porque stan Teunids los eterosfonmaies CLIC. Mier, «Retour 8 Susser, Testes sur tous tes set, 2, ab de 1998, ScE125 de mayo de 1913, dane la primer eunindet Comité de Ja IPA, Fre ores cada uo de sus eco colaborndres una peda {vata un alo semsjante yen 1920, un ndevo miemBeo ri el Inismo retalo, O sen en tt siete anos Lor ileresados y Freud mismo no distro fo i el procedneno tenia de romani. CI Jones, Vida'y bra de Sigmund Freud, Horme, Buenos Aies, 1989 Innernacionalsmo, ails, Gre, prin, una referencia 9 Covber De que se ata de una dois, y explics, no abe dud: basta leer os docmenton. CF. Escanton, Exconion, Dele, Mana Yat Buenos Ais. 1987. Que suelo sca tan ecesitice como sea ‘ico ex menos rego. Lavan (3. XI, pag. 12) evoca fa excomunin mayor, pero marca en seguia la iferenc: a Testa de Roma no fl nina om nna excomunia sin esperanza de retore: evoca. ugg It ‘Catena de Schommatha pronunctadn por Is wnagoga de Amsterdam nen Spinoza, que tee, efectvamente, fa smponbiidad de un te foun Porno hay me pia haber un snagoga uniwersal Se oda ‘Nowarasinsimo a lea escrlaa, ero tampoce existe wha patoguia fnivint internacional. Una vor mds, se plone ns Bienen los diver ‘os Inerational Boards lave omnipaetes fv, ue sgen la Sivertn ia Tr aca miso me sf en 1964 el opiscuo en el que J. Bidez presenta pubic de lengua races Ton Wass de W.Dagery Evbienone Un sneer narage lteaie dans Antiget. A tare therehe des panes def Arsoe pera, Brsean, 1943, Por Wo dems, rece que W.Icger y Lacan vero contacts Lacan abi destrofads una teica que se puede amar de pro tries negative incr al suet tance del dove Tepe Ta eniea ocr nev: lx eicos la haan prctiado ela encue traen Lewis Caroll donde Ia excelente Alii, amble y desi por= tora de a mis vetoianaopinia. no cess de hacerse propane in- sultar por Tos epreseatantes del nonsense, queen stoma de 1 eal |e eneaenra, por ine, ea fs steals yen Groucho Mark, 9. Ctl introduction do La instance la les, Eig. #73, do {e Lacan presen su propio texto como s«medocamino»ente el. io y ln Palab, Sin embargo, es llamaive qe el punto de parila Sa una entrevista pedida por el grup de flonase Ia Federation de studianos de Letras en 1957 10. Obviamente, se piensa en Montaigne. EI nomire de Diderot surge tambign uno des pcos, en Francia a menos, i wa dgre= Siemens novelas: tambien uo de tos pocon modemoe que es theron panes dislogos no enpero or esenia platonic, sito pr in- ‘enc ygenilida Uno cre a vees, legend alo eal Seminario de {can encotare ono de un Shen de D'Atembert en ste so sehr is replicas. cnemezclads en un nic texto, de DA bere'y Borden, miensas que el oyente md o est oeapaia I post ine une nfortunada Lespnase,susclada Is exitencia por las ders ofenas gues legen, TT. La etic de Tac se aticula de eta manera sguendo tos puntos de veereneia funcional be coastiayen In proeeptic 9 It "Eanes intepal F. Rego propuse una polo mas sntse- wt fn estratura de In doting («Tats peie>, em MP de Covse- [Brae y cas, Connatsesont Lacan?, Seah, Pai 1992, pigs, 219. 230) La diferencia en el metodo storzainterevanes diferencias 12. La Persécion e Fr ore ecto, en edi ameri= cana de 1952, en La insancia de lleva, pg 489 (exo de 1957), {Una eaduecion fu publica logo (Presi de a Cie ars 1989), 1. ello se debe In conseevencia de que una obra excita sgn so estas reglas supuestamente antiguas yolvidaas) debe de precesle 3 un moderno ua especie de glimatondesordenado de proposiciones ‘no ineresanes, Ys am tanto ms important es In obra, Sl que” ‘ka entonces et argumeto de sutoedad una obra antigo ler a= suumente no puede haberse vuelto eélebre por malas zones, si, c= fences, parece no ineesame y mal consruida es pore a lee mal ‘mas enactment, sn culdado. Reiprocamente ningina cba a= us verdaderamente importante puede haber sido desconceid, pone ‘nila srralectoreseadadosos. En Tp que respcta al autor oder to, éte puede anlar Iectores tales: no puede sercinase de qe eX ten. Inluso fecuentmentedeberssuponer que no exisen. AI miso tiempo, escribe seme aj a endcin de lara desconeida. La fm, eid ente punto de vinta, cs efctivament un moderbo "i En principio es ponble hacer un slevamsento exhaustive de tos Jogi. ambi han de exist ogi aldo. Tend a forma sa Laciearequerda, pro la cate aticipada que lor mareaba se isp fel isan ultror Eel tego dl tempo logic es una mein Saipendida par sempre, Un indice: Lacan no retoms, a ver hoc ben, no hay lugar lepimo para cl enigma en Lacan Si sy enema, de hecho sefalan un fracasoePropoago, «lla de ejemplo, al manda ‘minty sao coder soe su deseon, que se crey6 poder extract dal Se sini VI 15. Una excepcin, sobre aque bes que volver (ef nf, ep. V, pigs. 124-175) el seminanio XX, que constiuye Ia cima del segundo inscimo lcanaoo, Trade aaular a diferccia ene exciericn ‘exottio: 0 To que es equivalent, prescinde a mena delet po. tee. 16. Se les sobee este panto Dstenne, Lar maesros de verdad en 1a Grecia rcaiea, Tuuris; Maid, 1945, 0 sin scar con Row ‘bad, La vention fils deLeopree, Cac Pars 1993,

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