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El comunalismo

o municipalismo de base
F.M.B. de Spezzano Albanese
La experiencia comunalista de la Federación Municipal de Base de
Spezzano Albanese (Italia)
Spezzano Albanese no es una gran ciudad, pero, comparada con otras ciudades
calabresas, no resulta demasiado pequeña: tiene 10.000 habitantes. Está situada en
una zona principalmente agrícola. Los que poseen algunas parcelas de terreno pue-
de vivir de su trabajo con dificultad produciendo agrios, melocotones y aceitunas.
Por el contrario, los que no tienen nada viven del trabajo negro para los grandes te-
rratenientes, o de las pequeñas estructuras de transformación y comercialización de
la producción agrícola. Hay también trabajo negro en la construcción.
El sector terciario está bastante desarrollado, por ser Spezzano un centro en torno
al que gravitan otras ciudades calabresas. Por último, no hay industria y el paro es
bastante elevado. La Federación Municipal de Base (F.M.B.) es el resultado de una
presencia anarquista muy arraigada en el territorio desde principios de los años 70.
Por aquel entonces, la administración de Spezzano Albanese estaba en manos de los
comunistas y no tenía nada que envidiar a las prácticas de los democristianos en lo
relativo a corrupción, robo y clientelismo.
En lo que concierne a la represión, se aplicaba la lógica de los países del "socialis-
mo real" (el ayuntamiento prohibía las manifestaciones políticas en la plaza princi-
pal y sólo permitía utilizar las salas municipales al P.C.). En esa época, los anarquis-
tas empezaron a favorecer la creación de estructuras de base compuestas de estu-
diantes, de parados y de trabajadores interesados especialmente en temas de salud,
de medio ambiente y de urbanismo.
En la segunda mitad de los años 70 nació, en el seno del movimiento anarquista
italiano, la propuesta de reconstruir la Unión Sindical Italiana (U.S.I.). En el Con-
greso de Génova de 1978, organizado con ese fin, se enfrentaron dos posturas que
dieron lugar a la constitución de la U.S.I. y de los Comités de Acción Directa
(C.A.D.). En Spezzano, en 1979, las estructuras de base se reagruparon en una orga-
nización que recibió el nombre de U.S.Z. (Unión Sindical de Zona) que no se adhirió
ni a la U.S.I. ni a los C.A.D. Esta organización entró muy pronto en conflicto con el
ayuntamiento como consecuencia de su trabajo de contrainformación respecto a sus
decisiones.
Por ejemplo, los anarquistas de la U.S.Z. no se han creído la farsa de la "revolu-
ción por las manos limpias", demostrando con pruebas la corrupción y los escánda-
los de la administración. Llevaban a la calle las decisiones municipales, haciendo
exposiciones y mítines para denunciar la gestión municipal. Para reprimir este tipo
de iniciativas haciendo callar a los anarquistas y dividiendo al movimiento liberta-
rio, el alcalde se ha servido de diferentes medios: chantaje, amenazas, clientelismo,
quejas por la ocupación abusiva de los espacios públicos y la sala del consejo muni-
cipal. En 1992 se produjo un verdadero terremoto político. La administración muni-
cipal (P.C.I.) fue decapitada por la magistratura por haber contratado a un emplea-
do de la escuela de una manera ilegal. Esta situación simboliza, para la opinión pú-
blica, la rectitud de todas las movilizaciones llevadas a cabo por los anarquistas has-
ta entonces. La U.S.Z. había desaparecido como consecuencia de la represión sufri-
da, pero seguía existiendo una organización anarquista. Después de un mitin anar-
quista muy concurrido, nació en la ciudad una fuerte exigencia de construir una al-
ternativa frente a la gestión escandalosa de los que ejercían responsabilidades pú-
blicas desde hacía 20 años. Se propuso entonces a los anarquistas que crearan una
lista alternativa. Éstos, que habían desarrollado numerosas campañas abstencionis-
tas, ante esta situación no quisieron proponer un abstencionismo exclusivamente
ideológico.
Y así fue como, tras numerosas discusiones, nació la idea de la F.M.B. (Federa-
ción Municipal de Base). Y mientras que los partidos políticos preparaban sus listas
para recoger los votos de la población, los anarquistas empezaban a explicar una vez
más por qué no querían presentarse y proponían una estructura comunalista de
base a la vez alternativa a la administración municipal para la resolución de los pro-
blemas de la ciudad, y alternativa al sindicalismo institucional para la defensa y
progreso de los intereses de los trabajadores, los parados, los estudiantes y los jubi-
lados. En definitiva, proponían una estructura autogestionada de contrapoder para
todos los que quisieran reunirse, discutir y encontrar soluciones alternativas a los
problemas sociales con una metodología de base y libertaria. Durante la campaña
electoral, hicieron la propuesta de crear un comité para promover una federación
municipal de base. Durante una asamblea general empezaron a recoger adhesiones
a la F.M.B., no sólo entre los anarquistas o simpatizantes, sino también entre perso-
nas que, aunque no rechazaban las elecciones, estaban de acuerdo con la proposi-
ción de la creación de la F.M.B. porque no querían dar un cheque en blanco a los
candidatos y sentían la necesidad de auto- organizarse para controlarlos. Así nació
la F.M.B. Se constituyó como un contrapoder, una alternativa autogestionaria, ger-
men del autogobierno frente a la gestión institucional y vertical del territorio y de lo
social.

¿Cuál es la estructura de la F.M.B. y quiénes son sus integrantes?


La adhesión a la F.M.B. no se basa en una ideología política específica, ni en la
raza, el sexo, la religión o una visión filosófica, sino en los trabajadores, parados, es-
tudiantes, jubilados y ciudadanos. Su única exigencia es la aceptación de los méto-
dos libertarios y la praxis autogestionaria. La F.M.B. no es una organización vincu-
lada a un partido. En las campañas electorales, no toma partido por nadie y no pre-
senta lista alguna. Los miembros que tengan cargos públicos o de dirección en otras
organizaciones o que se presenten a las elecciones no podrán tener cargos en la
F.M.B. Actualmente, los trabajadores miembros de la F.M.B. proceden sobre todo
de la enseñanza, la administración, la agricultura, la construcción, las contratas de
limpieza y la informática. Hay también un número importante de jubilados. La
F.M.B. se divide en actividades profesionales, que actúan en el mundo del trabajo y
en sindicatos cívicos que trabajan en los problemas territoriales, como el urbanis-
mo, el medio ambiente, los servicios, etc. Sobre todos esos temas, los grupos de la
F.M.B. discuten públicamente en asambleas que dan lugar a propuestas en las que
se tiene en cuenta, lo quieran o no, a los elegidos. Al ser la F.M.B. una estructura au-
togestionaria, no tiene organismos directivos. Las decisiones se toman de una ma-
nera autónoma en las asambleas de cada uno de los grupos. La asamblea general de
los miembros de la F.M.B. tiene lugar una vez al año. En ella se discuten y ordenan
las decisiones ya tomadas en los grupos profesionales y cívicos. Se elige un comité
que debe coordinar y ejecutar las decisiones tomadas en las asambleas. Las decisio-
nes se aprueban por mayoría. La minoría puede no ejecutar las decisiones y expre-
sar públicamente su desacuerdo. Sin embargo, no puede impedir la ejecución de las
decisiones aprobadas por mayoría. La diferencia entre la F.M.B. y las organizacio-
nes institucionales de masas consiste en que las segundas delegan en las institucio-
nes jerárquicas la gestión política y social, limitándose a las luchas reivindicativas,
mientras que las primeras se niegan a delegar en otras la gestión social. Esto lleva a
luchas reivindicativas, pero también pone en marcha los experimentos autogestio-
narios para llegar a una alternativa social comunalista, federalista y libertaria.

Cómo actúa la F.M.B. en el ámbito social: algunos ejemplos de in-


tervención territorial
- El mundo del trabajo y los servicios: La F.M.B. no ha sido nunca de las que de-
fienden ciegamente los servicios sociales del Estado a la vez que el sistema neolibe-
ral. Sabe que ambos sistemas son portadores del clientelismo, la corrupción, el be-
neficio propio y la explotación. La F.M.B. sostiene y practica la alternativa autoges-
tionaria. A la organización del trabajo capitalista o estatal, opone la organización del
trabajo cooperativo. No se refiere al sistema cooperativo que se ha desarrollado en
la sociedad capitalista, sistema que comprende enormes estructuras y está basado
en el beneficio y la explotación. Al contrario, se refiere al concepto original del mo-
vimiento cooperativo basado en la solidaridad, el apoyo mutuo y la igualdad.
- La cooperativa "Arcobaleno": Cuando el alcalde hizo pública su intención de pri-
vatizar el servicio de recogida de basuras y despedir al personal, la F.M.B. se opuso
públicamente al proyecto y creó, con el personal contratado, una cooperativa de
producción y servicio, la cooperativa "Arcobaleno", que reunió posteriormente a
más jóvenes en paro. Hoy, las actividades de la cooperativa van desde la pintura
hasta la limpieza, pasando por los servicios más diversos.
- Impuesto municipal: Las asambleas públicas convocadas por la F.M.B. se reu-
nieron para discutir el presupuesto municipal. Se cuestionó la importancia de los
impuestos y su utilización. El objetivo era hacer contrapropuestas a la del ayunta-
miento. Algunas de estas asambleas consideraron ilegítimas las decisiones munici-
pales.
- El distrito: Otras iniciativas de la F.M.B. han consistido en hacer asambleas, en
las que estuvieran presentes los alcaldes de los diferentes municipios, para discutir
las propuestas sobre la gestión de los servicios, la producción y el medio ambiente
en el marco del servicio.
- Contra la construcción de un túnel para deshacerse de los vagones de tren de
amianto: La lucha que más ha unido a la comunidad del distrito ha sido sin duda la
dirigida contra la construcción de un túnel para acabar con los vagones de ferroca-
rril que servían a todo el sur de Italia. La empresa Niagara de Carpi, en Módena,
quería construir este túnel en la estación de Spezzano, a unos kilómetros de las ter-
mas, en medio de una agricultura floreciente de agrios, melocotoneros y olivos. Las
llamadas a la unidad de acción, lanzadas por la F.M.B., han culminado en una gran
asamblea popular organizada por el comité ciudadano contra el amianto. Han obli-
gado al alcalde del municipio de Spezzano Albanese a rechazar la construcción de
ese túnel. Esta movilización ha obligado también a la empresa Niagara a hacer las
maletas. La comunidad del distrito ha obtenido esta victoria gracias a la acción di-
recta.
- Por una gestión comunitaria de las termas: Las termas no son un problema nue-
vo para Spezzano. El 3 de marzo de 1923, el alcalde del momento otorgó a un parti-
cular la concesión del manantial de agua mineral de Spezzano. Hasta hoy, los diver-
sos equipos municipales se han desinteresado por las termas, que siempre han esta-
do gestionadas por particulares, más preocupados por conseguir financiación públi-
ca que por desarrollar sus posibilidades.
Muchas veces se ha manifestado el descontento de la población frente a esta si-
tuación, estimulado casi siempre por la presencia anarquista. Pero los compromisos
entre el ayuntamiento y los sucesivos gestores de las termas han permitido siempre
ahogar el descontento. En los últimos tiempos, la F.M.B. ha vuelto a plantear el pro-
blema con manifestaciones públicas, exposiciones, mítines y asambleas en las que
se ha propuesto la municipalización de las termas y su gestión colectiva y cooperati-
va por los diferentes municipios del distrito. Sigue teniendo lugar hoy un debate im-
portante sobre esta cuestión, y la quiebra de la sociedad termal le ha dado actuali-
dad.

¿Puede esta experiencia traspasarse a una ciudad más grande?


En una ciudad pequeña es sin duda mucho más fácil tener una visión completa de
los problemas a los que se enfrenta la colectividad. Basta con que parta una iniciati-
va de un grupo pequeño para que afecte al conjunto de la población. En una ciudad
grande, la situación es diferente. Ya resulta difícil para un grupo pequeño tener una
visión detallada y global de toda la problemática social y, por tanto, llegar a toda la
población es mucho más duro. Pero si un grupo, o mejor aún, varios grupos, comen-
zaran a intervenir en los problemas de los barrios, sin duda podrían, con el tiempo,
llegar a todos los habitantes. En el fondo, una ciudad pequeña ¿no es cómo un ba-
rrio de un gran centro urbano? Por tanto, comenzar a actuar en una zona determi -
nada para después extenderse a otras zonas debería permitir llegar al mismo resul-
tado que el que pueda conseguir una comunidad de 8.000 personas.
En nuestro territorio, del distrito y de la provincia, la experiencia de la F.M.B.
está suscitando gran interés: en San Lorenzo del Vallo, próximo a Spezzano, se ha
constituido hace poco una F.M.B. En ese mismo tiempo, nos han consultado otros
grupos de ciudadanos de la provincia de Cosenza, interesados en el discurso muni-
cipalista de base. La experiencia de la F.M.B. ha suscitado un interés muy vivo en
las diferentes zonas de Italia en las que han tenido lugar reuniones sobre este tema
del municipalismo. Por otra parte, es muy significativa la presencia de la F.M.B. en
ciertos congresos nacionales dedicados al municipalismo. Se han realizado entrevis-
tas en revistas y periódicos libertarios, tanto nacionales como internacionales.

La fuerza del comunalismo en relación a otras: Propuestas de fede-


ralismo y de gobierno local
El problema que hay que resolver frente a las diversas propuestas de federalismo
y de gobierno local que surgen hoy día en diferentes puntos es sin duda el de distin-
guir a los que proponen un federalismo real y a los que únicamente proponen una
descentralización o una tendencia a la secesión.
El municipalismo de base o, mejor dicho, el comunalismo, es sin duda la propues-
ta más coherente. El comunalismo representa una alternativa autogestionaria real
en una sociedad de dominio. La iniciativa parte de la base, tanto a nivel profesional
como territorial, teniendo como objetivo la construcción de una sociedad horizontal
y autogobernada, capaz de sustituir la sociedad estatal y vertical por una red de co-
munas libres federadas en una cooperación solidaria y mutualista. El comunalismo
se basa en una práctica libertaria ligada a la idea del gradualismo revolucionario: no
evita las contradicciones ni los conflictos generados por la sociedad de dominio; al
contrario, se introduce en el terreno de la lucha social para la defensa de los intere-
ses inmediatos de las clases explotadas. Tiene como objetivo, a la vez, comenzar a
construir aquí y ahora los fundamentos de la sociedad libre del mañana.
Experiencias cercanas a la de Spezzano en Italia y otros lugares: afinidades y dife-
rencias. Las experiencias diferentes y diversificadas de la autogestión están presen-
tes en Italia y en otros países. Estas experiencias no son plenamente análogas a las
de la F.M.B., pero sí se parecen en determinados aspectos. Presentes en el ámbito
económico, político y social, constituyen un archipiélago alternativo a la organiza-
ción jerárquica de la sociedad de dominio. Nuestra experiencia comunalista, a dife-
rencia de otras parecidas, no cree en la posibilidad de construir el municipalismo
autogestionario mediante la participación en las elecciones. Nosotros pensamos que
el comunalismo, como proyecto revolucionario que practica la acción directa para
resolver los problemas sociales, no puede ser concebido como un partido o un movi-
miento que pretenda ser elegido para imponer su programa.
Pensar que el comunalismo podría contribuir a la construcción de un gran movi-
miento autogestionario y federalista participando en las elecciones es, en nuestra
opinión, una ilusión o, peor aún, una paradoja. Estamos convencidos de que esas
prácticas conducirían a todas las jóvenes estructuras comunalistas al campo enemi-
go (el Estado) contra el que se han formado. Introducirse en los meandros de la le-
galidad estatal llevaría a esas estructuras al suicidio. No obstante, no creemos que el
comunalismo deba servirse del abstencionismo como "principio". ¿Qué es más útil
para la práctica comunalista: que mucha gente no vaya a votar como, por otra parte,
sucede en numerosas democracias occidentales, pero se aísle en sus casas conce-
diendo todas las facultades de hacer lo que quiera al poder? ¿O, por el contrario,
que muchos de los que van a votar, dispuestos, no obstante, a no otorgar cheques en
blanco, se unan a las estructuras autogestionarias? Estamos convencidos, en suma,
de que la actividad comunalista debe mantenerse alejada de la lógica electoral y de
los abstencionistas, cuyos debates no deben agitar al municipio. En efecto, sólo a
través de su propia actividad social sobre los problemas colectivos y territoriales
surgirán propuestas e iniciativas realmente alternativas a la demagogia del ritual de
la delegación, que podrán contribuir de manera coherente a la construcción de una
práctica federalista libertaria. Por último, y según nosotros, la praxis comunalista
debe rechazar a la vez la lógica del revolucionarismo milenarista y las lógicas que
puedan desembocar en el reformismo. Debe proyectarse en el día a día para resque-
brajar el poder y la explotación mediante la construcción gradual del federalismo li-
bertario, aquí y ahora.

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