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Área Sociabilidad

1. Vivo mi libertad de un modo solidario, ejerciendo mis derechos, cumpliendo mis


obligaciones y defendiendo igual derecho para los demás.

"La libertad de uno termina donde empieza la de los otros", este antiguo refrán puede ser
orientador cuando uno anda medio perdido, y no sabe hasta dónde puede y debe vivir su
libertad y la de los demás.

Sin embargo, este refrán no agota el asunto. Sería muy fácil no hacer nada y quedarse
conforme con eso; estamos llamados no sólo a vivir nuestra libertad y respetar la de los
demás, sino también a realizar acciones concretas a favor de las personas que más lo
necesitan.

Como teoría esto de que “nuestra libertad termina donde empieza la de los demás” parece
fácil, sin embargo el verdadero desafío no se encuentra en ejercer solamente nuestros
derechos, es importante tener en cuenta que el ejercicio y defensa de un derecho se
relaciona con el cumplimiento de algún deber, por lo tanto es esencial cumplir con nuestros
deberes de ciudadano para poder ejercer los propios derechos y defender los de los demás.

Por otra parte es necesario tener presente que hay que tener mucho cuidado con ponerle la
etiqueta de "libertad" a lo que sencillamente es flojera. ¡Todos conocemos muy bien la
frontera entre una cosa y otra!. A pesar de nuestra natural y lógica subjetividad, no
debemos olvidar que un punto importante para que la libertad personal sea respetada es
utilizándola como una palanca para el desarrollo personal y no como una excusa que nos
inmovilice.

En física aprendimos que la energía no nace ni muere sino que se transforma, del mismo
modo nuestra solidaridad debe ser una transformación del ejercicio de la libertad, pero
¿cómo ocurre esto?, al asumir que vivir la propia libertad como un derecho, ser solidario se
transforma en un deber.

Y ser solidario es algo más que un bello discurso, significa acciones concretas, pasos
personales y comunitarios, acciones concretas de servicio, proyectos de desarrollo de la
comunidad, actividades en las que, junto con expresar nuestra vocación de servicio,
aprenderemos de la gente en su propio terreno.

Para acercarnos al logro de esta meta podríamos:

• Defender, respetar y hacer respetar nuestros derechos y los de los demás.


• Asumir responsablemente tareas u obligaciones por pesadas o desagradables que
éstas sean.
• Realizar acciones concretas y solidarias en favor de las personas más vulnerables.

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2. Reconozco y respeto la autoridad válidamente establecida y la ejerzo al servicio de
los demás.

Hablamos o hemos escuchado hablar de democracia, no sólo de gobierno democrático sino


también de convivencia democrática, de recuperación democrática, de profundización
democrática, de los enemigos de la democracia, de los destructores de la democracia,
etcétera; pero pocas veces se escucha profundizar en qué significa la democracia, más allá
de las formalidades. Humberto Maturana (famoso biólogo chileno) señala que la regla básica
de la convivencia es reconocer al otro como un legítimo otro no sólo formalmente sino
profundamente; la democracia es precisamente eso, vivir aceptando a los demás como
personas que merecen atención y respeto independiente de sus características o de sus
opiniones; esto no quiere decir que seamos todos iguales, al contrario quiere decir que
sabemos que somos diferentes pero que así estamos dispuestos a convivir.

Lo mejor de esta manera de entender la democracia es que nos muestra que ella es una
forma de convivencia a la que todos podemos aportar y no sólo un mecanismo para elegir
presidente de curso, de la república o alcaldes; todos podemos hacer que nuestros país,
casa o grupo scout sean más democráticos.

De todos modos, la democracia también significa votar y elegir autoridades, sin embargo no
toda la autoridad proviene de las votaciones, nadie eligió a Sor Teresa de Calcuta como la
persona más solidaria, sin embargo nadie dudó de su autoridad mientras vivió, porque la
autoridad provenía de su testimonio de vida; lo importante es reconocer de dónde proviene
la legitimidad de una autoridad y de acuerdo a ella respetarla.

En esta forma podemos diferenciar claramente la autoridad del simple poder. La autoridad
se gana, el poder simplemente se ejerce. Esto no significa que las autoridades no ejerzan
poder, claro que lo hacen, pero en su caso este ejercicio es legítimo, tan legítimo como para
que en el momento no estamos de acuerdo con ellos, existen los canales para poder expresar
nuestras discrepancias. Y si esta expresión se realiza con respeto y apertura, nosotros
también ganamos en autoridad para expresarnos.

Para acercarnos al logro de esta meta podríamos:

• Integrar a nuestra vida el valor de la democracia como sistema de convivencia


social, cumpliendo con nuestras obligaciones ciudadanas.
• Ser capaz de manifestar nuestras discrepancias con la autoridad con respeto y
apertura.
• Ejercer un liderazgo democrático al servicio de los demás.

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3. Cumplo las normas que la sociedad tiene, evaluándolas con responsabilidad y sin
renunciar a cambiarlas.

Cuando algo no le resulta a una guagua inmediatamente llora; de la misma manera, cuando
una experiencia le resulta desagradable a un niño la reemplaza por otra que le sea
gratificante. ¿Qué hacemos los jóvenes cuando algo no nos resulta de inmediato?, Quizás lo
mismo que una guagua o que un niño.

Llorar no tiene nada de malo y evitar las cosas que nos hacen daño tampoco, entonces
¿dónde está el desafío? El desafío que se nos plantea claro, después de la frustración y de
las emociones que la derrota trae consigo, debemos levantarnos e insistir, volver a tratar,
una vez y otra, vez menos que la cosa se transforme en porfía.

¿Pero es así de sencillo?, ¿Basta con esa actitud?, Claramente no; para estar dispuesto a
intentar y volver a intentar, primero debemos tener muy claro qué es lo que se quiere hacer.
Particularmente, cuando se habla de las "normas de la sociedad", no se habla sólo de las
leyes sino también de las costumbres y usos cotidianos de nuestro país. Por lo tanto,
primero debemos reflexionar profundamente respecto a las normas de la sociedad y
hacernos una opinión respecto de ellas, también debemos pensar en qué podemos hacer para
cambiar las que no aceptamos, de acuerdo a nuestras posibilidades; recordemos que
mientras una norma no cambie todos debemos cumplirlas, el sólo hecho de no estar de
acuerdo con algo o el de buscar un cambio no nos autoriza a no tenerlo en cuenta.

Ahora, si de cambios se trata, recordemos que varias personas pueden hacer muchísimo
más que una sola y que lo justo no es solamente lo que nos gusta sino lo que es bueno para
todos o, al menos, para el mayor número de personas.

Este proceso de no estar de acuerdo, que parece fácil, en verdad no lo es tanto. Cada vez
que planteamos una oposición es necesario tener una contraproposición. Y para tenerla es
necesario tener las ideas claras, es necesario reflexionar, conversar, discutir, argumentar y
para todo ello es fundamental estar informado, teniendo siempre presente el separar a las
ideas de las personas. Una cosa es no estar de acuerdo con las ideas y otra muy distinta,
descalificar a las personas.

Para acercarnos al logro de esta meta podríamos:

• Respetar las normas sin renunciar al derecho de luchar por el cambio de aquellas
que consideramos injustas.
• Perseverar en las ideas que promueven cambios que consideramos justos.
• Manejar adecuadamente nuestra energía al confrontar y defender nuestyras ideas

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4. Sirvo activamente en mi comunidad local, contribuyendo a crear una sociedad
justa, participativa y fraterna.

El lema de la Rama Ruta es "Servir" y no hay mucho más que decir respecto a la importancia
que el servicio debiera tener en nuestra Unidad. Eso es muy fácil de aplicar en campamento,
pero en la ciudad resulta complicado si es que uno quiere hacer algo más que cruzar
abuelitas en las esquinas.

¿Qué hacer?, Ese es el dilema.

Veamos. Los pequeños servicios son tan buenos como los grandes proyectos, al fin y a cabo
nadie puede determinar el alcance que puede tener una pequeña acción. Por otro lado, el
problema es que muchas veces creemos que estamos solos en el universo tratando de hacer
algo y no sabemos que hay muchas personas también, intentando servir a otros y que
recibirían con agrado nuestra cooperación individual o colectiva.

Sin embargo, estas cosas y muchas otras ya las hicimos en la Avanzada, el cuento va más
allá, no sólo se trata de estar bien informado de las características de nuestro barrio y
ciudad, sino que de que encaminarnos a ser testimonio de servicio a los demás en nuestra
vida cotidiana, siendo parte activa de los proyectos que se desarrollen en la comunidad... no
sólo “participar” como espectador, sino que invitar, crear, aportar y buscar nuevos caminos
para todos.

Meterse con la gente es el cuento. Saber que quiere, que hace, que piensa, sobre todo en
aquellas realidades sociales respecto de las que tenemos prejuicios y descubrir sus puntos
de vista de las cosas. Muchas veces así descubrimos que lo que pensábamos no tenía
fundamento.

Y el interesarnos por la gente tiene otros rebotes. Hemos insistido mucho en la necesidad
de tener ideas propias y compartirlas, si a esto le agregamos una preocupación social, una
preocupación por los demás, una de esas grandes, la preocupación por todos,
inevitablemente terminamos por entrar en el plano político. No se trata necesariamente de
entrar en la política, sino de definir nuestras propias ideas, de tener claro que es lo que
queremos y por que caminos pensamos se debe llegar.

Para acercarnos al logro de esta meta podríamos:

• Identificar los principales servicios y participa en organizaciones sociales de servicio en nuestra


comunidad.
• Esforzarnos por integrar a nuestra vida cotidiana acciones de servicio a los demás.
• Diseñar junto con el equipo o grupo de amigos un proyecto de desarrollo en unión con los
miembros de la comunidad.
• Sensibilizarnos frente a realidades sociales que no conocemos y de las cuales tenemos prejuicios.
• Interesarnos por definir nuestras ideas políticas.

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5. Hago míos los valores de mi país, mi pueblo y mi cultura.

La cultura no es sólo el arte, ni el folklore; la cultura de un país también es su televisión, sus


radios, sus chistes, sus costumbres, sus edificios, su gente, su música y su forma de hablar
(también sus guías y scouts que no son iguales en todos lados).

Por tanto, nos guste o no, somos parte de la cultura chilena y ella es parte nuestra; eso
quiere decir que tenemos algunas características en común con muchas personas y hay
algunas otras que sólo tenemos nosotros. Si conversamos con personas de nuestra edad o de
nuestro barrio o colegio vemos que han escuchado las mismas canciones o han visto los
mismos dibujos animados o que usaron el mismo tipo de ropa o cosas. El rescate y valoración
de esa experiencia enriquece nuestra cultura al ir encontrando una expresión común,
colectiva.

Hay una herencia cultural que nos identifica como chilenos. Eso no tiene nada de bueno ni de
malo, simplemente es y se expresa en nuestra forma de ser y es el elemento fundamental
sobre el que construimos nuestro futuro.

Todo esto que puede parecer super obvio tiene una importancia enorme; porque significa
que podemos incidir en la pobreza o riqueza cultural que tengamos como país; en la medida
que compartamos con otros algunas cosas que quizás no son tan conocidas o que sepamos
seleccionar si vale la pena o no mantener algunos de esos elementos.

¿Nos hemos preguntado cuales son los elementos de nuestra cultura nacional que vale la
pena mantener y cuales no? Para empezar podemos hacer un listado, identifiquemos todos
los elementos de nuestra cultura y luego vamos seleccionando.

Preguntémonos; ¿Qué pasaría si no tuviéramos tal o cual costumbre? ¿Cómo serían las cosas
si no usáramos tal o cual cosa, o si usáramos otra? ¿Qué ocurriría si nos expresáramos en
forma distinta?

Todos tenemos parte en este cuento y a todos nos afecta. Lo importante es que lo hagamos
de manera consciente y valorándonos a nosotros mismos, a lo que somos, a lo que hemos sido
y a lo que queremos ser.

Para acercarnos al logro de esta meta podríamos:

• Validar la herencia cultural como un elemento de desarrollo de nuestro país.


• Identificarnos con los valores de la cultura de nuestro país y criticar aquellos
elementos que la empobrecen o deterioran.
• Difundir a través de acciones concretas los valores de la cultura del país.

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6. Promuevo la cooperación internacional, la hermandad mundial y el encuentro de los
pueblos, luchando por la comprensión y la paz.

En otra parte de esta cartilla está escrito que las guías y los scouts no son iguales en todas
partes del mundo. Recién hacíamos una invitación a identificar y hacer nuestros los valores
de nuestra cultura. Pues bien, ahora se trata de considerar que eso no implica que olvidemos
que el Movimiento Guía-Scout es una hermandad mundial y que eso no es sólo un verso, es
una realidad.

¿Está claro que podemos organizar proyectos o participar en programas que nos permiten
conocer de mucho más cerca a personas de distintos lugares del planeta?

Así es, podemos organizar y desarrollar proyectos de cooperación e intercambio


intercultural con otras guías o scouts de otras partes del país o del planeta. No deja de ser
una excelente manera de mirar las cosas desde una nueva perspectiva.

Esta posibilidad se hace patente en cada evento nacional o internacional en que participamos
o del que tenemos noticias. Hay muchas maneras de participar en estos eventos y no es tan
difícil organizar actividades de intercambio; para conocer personas de otros países, no
necesariamente se trata de viajar con nuestra unidad, otras unidades también pueden estar
interesadas en visitarnos a nosotros.

Estas actividades no están hechas sólo para que apreciemos la diversidad existente en el
planeta sino como acciones concretas a favor de la paz en el mundo, la mayor parte de las
enemistades surgen del desconocimiento al interior de un país y el aislamiento internacional.
Todos podemos cooperar en este objetivo a través de acciones que promuevan la paz
mundial.

Otra manifestación de egoísmo es descalificar lo demás por el sólo hecho de ser distinto a
lo nuestro.

¿Cuántas veces hemos escuchado que se descalifica a las personas de los países vecinos por
el sólo hecho de serlos? ¿Y cuantas veces nos hemos dado la oportunidad de conocerlos? Y
cuando los conocimos ¿qué nos parecieron esas descalificaciones?

Para acercarnos al logro de esta meta podríamos:

• Conocer las organizaciones mundiales del Movimiento y los proyectos y programas


que promueven la hermandad mundial.
• Valorar nuestra participación en eventos internacionales o nacionales como una
oportunidad de desarrollo personal.
• Organizar y realizar actividades de cooperación e intercambio intercultural con
guías y scouts de la Asociación o de otros países.
• Promover la paz a través de acciones concretas en nuestra comunidad o país.

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7. Contribuyo a preservar la vida a través de la conservación de la integridad del
mundo natural.

El problema de la preservación del “mundo natural”, a nivel nacional y a nivel mundial, es


mucho más serio de lo que parece. Hoy decimos preocuparnos del tema pero, ¿cuantos lo
hacemos de verdad y en conciencia?

El cuidado por la naturaleza parte por el amor y el consecuente respeto hacia ella.

¿Cuantas veces hemos escuchado que debemos cuidar la naturaleza porque sin ella nuestras
futuras generaciones no podrán vivir? ¿Es eso amor o es una expresión más de la simple
mezquindad de los humanos como especie?

Día a día escuchamos de desastres y de reacciones a respecto, y hay quienes se preocupan


porque afecta a su imagen o a la “economía”.

La invitación es a tener una preocupación real, a identificar los problemas y a HACER algo a
respecto. El respeto por la naturaleza no es un problema de marqueting, es un problema de
conciencia y cada uno de nosotros somos agentes de esta toma de conciencia, tanto en
nuestra comunidad local, en nuestro país y en nuestro planeta.

Lo más importante es que difundamos el mensaje entre las personas de nuestra edad y en
nuestra familia, ellos estarán mas dispuestos a escucharnos a nosotros que a un anuncio en
la televisión, la radio o el diario, debemos considerar que un buen ejemplo vale más que mil
palabras.

Cada vez que salimos a acampar tenemos oportunidad de aprender a amar el mundo natural
y, desde luego, de aplicar todas las técnicas de preservación y mejoramiento del medio
ambiente, que desde luego conocemos.

Nuestra unidad puede ser un “grupo de acción” en la toma de conciencia del estado de
nuestro planeta y también en la acción concreta, desarrollando proyectos, llevando adelante
actividades de conservación, tomando parte en campañas locales o nacionales para la
defensa de lo que queda.

Cada uno de nosotros es responsable de hacerlo.

Para acercarnos al logro de esta meta podríamos:

• Sensibilizar a nuestros amigos respecto de los principales problemas medio


ambientales que afectan tanto a nuestra comunidad local como al país.
• Conocer, aplicar y compartir con otros (amigos, familia, vecinos, etc.) técnicas de
preservación y mejoramiento del medio ambiente.
• Participar en actividades o proyectos de preservación del medio ambiente a nivel de
nuestra comunidad local o nacional.

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