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FACULTAD DE HUMANIDADES
ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA
AUTOR:
DOCENTE:
CURSO:
INTERNADO IV
TRUJILLO – PERÚ
2010
1
INTRODUCCIÓN
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INDICE
INTRODUCCION
INDICE
ABUSO SEXUAL
I. DEFINICION..............................................................................................4
II. CUESTIONES PSICOLOGICAS...............................................................4
III. INFLUENCIA DE CADA REGION.............................................................7
IV. BRUJERÍA Y POSESIÓN EN RELACIÓN CON ENFERMEDADES
MENTALES..............................................................................................15
a. Evolución de los conceptos brujería a enfermedades mentales. .15
b. Etiología y tratamiento de las enfermedades psicosomáticas en la
cultura andina................................................................................23
CONCLUSIONES...............................................................................................39
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS...................................................................25
3
TABU: BRUJERIA INFLUENCIA PSICOLOGIA EN LA SOCIEDAD EN EL
PERU ACTUAL
I. DEFINICION DE BRUJERIA
4
que en ella operan los mecanismos proyectivos. Pero también
operan en esta mentalidad primitiva los mecanismos introyectivos.
Estos últimos son los que explican, por ejemplo que las mujeres
embarazadas de todas las épocas hayan temido que la visión de
personas con defectos físicos o alguna otra influencia externa
imaginaria, como el “mal de ojo”, supusiera la incoprporacion de
alugna anomalía en el feto. Aquello que, por inaceptable, se
relega inconsecinetemente al insconsciente, acaba
manifestándose después de alguna manera. La idea del demonio
representa uno de los mas típicos ejemplos del retorno reprimido,
fenómeno muy conocido por los psicoanalistas. Curiosamente, en
la figura del demonio acaba viéndose tanto a un malvado
instigador a la satisfacción de los intintos, como a un ser
sobrenatural que nos castiga cruelmente por dicha satisfacción,
esto es, por los pecados. Es muy significativo que el demonio sea
interpretado como tentador y como punitivo a la vez; que
represente tanto la incitación al desenfereno como el castigo atroz
por ceder a la tentación. Claramente, se trata de un
fantasmagoría proyectiva de nuestro conflcitos intrapsiquicos
entre las pulsiones instintuales, por una parte, y la censura moral
del Superyo, por otra.
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hechas inconscientes) y de nuestras irracionales tendencias
autopunitivas. No nos es fácil reconocer la maldad, las
abrerraciones, la crueldad que, en mayor o menor grado,
llevamos escondidas en nuestro ser, aunque, como dijo el
psicoanalista Glover (1933), a la humanidad seguramente le
habrá ido mejor si en el Decalogo se hubiese incluido el
mandamiento de conocer el propio sadismo inconsciente.
Al demonio se atribuían también las castastrofes de origen
ignoto y todas las enfermedades de etiología desconocida, antaño
la mayoría. El psiquismo humano tolera mal la sensación de
ignorancia ante los fenómenos naturales. Al igual que se creía
que el omnipotente Dios era la causa de aquellos de naturaleza
favorable, se pensaba que el casi omnipotente Satan lo era de
aquellos de signos desfavorable. Estas creencias sin vestigios
universales de la percepción maniquea de los progrenitores de la
infancia. Para el niño pequeño existe, por una parte, la madre o el
padre bueno y, por otra, el malo, ambos todos poderosos.
Estas imágenes escindidas perduran introyectadas en la
psique del adulto, y son las que luego acaban proyectándose,
comprensiblemente, preferimos pensar que las fuerzas del bien
son mas podreosas que las del mal. Lo contrario resultaría
demasiado terrorífico. Luzbel era solo quasi – omnipotente; por
eso no es un dios sino un angel caído.
b. Las brujas
De los posibles compromisos y transacciones fáusticas con
las fuerzas del mal, en aquellos que se sintieron
abandonados por las del bien, ninguno de tanta raigambre
como el de las brujas. Si el demonio era figura masculina,
al pueblo le pareció natural que sus adoradores y
servidores fueran, en su mayoría, mujeres. En efecto, el
fenómeno de la brujería fue eminentemente femenino,
sobre todo en nuestra península. Las mujeres son”mas
dadas” a la nigromancia que los hombres, alego Fray
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Martin de Castañega, predicador Franciscano del Santo
Oficio, en 1529, “porque Christo las aparto de la
administración de los sacramentos” y “por que mas
ligeramente son engañadas por el demonio, como aparece
por la primera a quien el demonio tuvo recurso”, Un
ejemplo mas, este particularmente maligno, del
antifeminismo de todas las épocas.
La consciencia misma de poseer deseos sexuales
(pensamientos impuros) ha sido considerada pecaminosa
3.1. Costa
- Algunos Mitos
EL MITO DEL DIOS VICHAMA
Sobre el origen del hombre en el Perú, existen muchos mitos,
dependiendo de la región donde se habitase (entiéndase las tres
regiones naturales). Una de estos mitos, se ubica en lo que es
actualmente el distrito de Végueta (provincia de Huaura).
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moralizada del orden de San Agustín en el Perú, publicada el
primer tomo en 1,638 y el segundo en 1,653.
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dios para poner remedio a sus penas mandó a la madre que le
entregara el ombligo y el cordón umbilical del niño muerto y ella se
lo dio. Con ello creó un nuevo hijo y se lo dio a la madre diciéndole:
toma y envuelve en mantillas a este niño que llora y se llamará
Vichama. Esta vez nadie te lo arrebatará porque yo velaré por él
durante el día, y de noche lo pondré bajo custodia de la luna. La
madre lo hizo así y crió al infante que iba desarrollando muy
hermoso y ya joven; quiso andar el mundo como su padre el Sol.
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Vichama pidió a su padre el sol, que convirtiera a las piedras en
huacas, algunas distribuidas en la costa para que fueran objeto de
culto y otras las pusieron dentro del mar que son peñones y
escollos que hay frente al litoral y a la cuales ofrecían cada año
láminas de plata, chicha y espiga. Entre éstas huacas existió Anat,
un pequeño islote que decían haber sido el kuraka de este nombre.
Este mito era creído entre los indios de Huaura, Supe, Barranca,
Aucallama, Huacho y Végueta.
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3.1. Sierra
En la sierra del Perú se cree mucho en los duendes, seres
pequeños, semidesnudos y con el vientre abultado que lo utilizan y
lo hacen sonar como si fuera un tambor.
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Ella le contó todo lo sucedido e idearon un plan. Al atardecer se vio
venir al duende siempre convertido en un apuesto galán, hacia la
casa llamándola. En cuanto estuvo cerca de la casa; el esposo
-que ya había adivinado que era un duende y estos no resisten la
sal- le empezó a echar montones de sal encima, el duende explotó
desapareciendo para siempre.
3.2. Selva
a. Uso del cuerpo
Su cuerpo siendo "preparado", las energías circulan, el shamán las
consigue desde la naturaleza (los aliados).
Luego utilizan su propio cuerpo para curar, asimilando las energías
des ubicadas de su paciente y equilibrando, armonizando la fuerza
vital del paciente.
Su cuerpo se vuelve receptor o emisor de "energías".
Las energías perturbadas provocan disturbios a la vez físicos y
mentales. Un disturbio mental necesita en primer lugar de un
cuidado "físico". Nos encontramos al punto exactamente opuesto a
las técnicas convencionales de psicoterapia que se mantienen
generalmente a distancia del cuerpo (control de la transferencia y
contra-transferencia) y se focalizan en la mente, el discurso del
paciente, el logos, la palabra, el verbo.
Dichas energías pueden ser perturbadas también por elementos de
la naturaleza (cargas energética de sitios especiales, de ciertos
animales, de olores, de objetos...O voluntariamente en actos de
brujería que consisten a introducirse en forma sutil en el "cuerpo"
del enemigo para destabilizarlo.
La curación del shamán considera entonces no solamente el
cuerpo del individuo pero también el lugar donde esta su casa, la
limpieza de su negocio...La mala suerte vuelve a ser un elemento
constitutivo del cuerpo de uno y se puede igualmente curar en base
de un trabajo físico.
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b. Otras Creencias
La selva peruana con su exuberante vegetación, encierra un
sinnúmero de misterios y peligros en la profundidad de los
bosques. Para nuestros habitantes de este inmenso manto de
verdor no hay secretos ocultos. En este mundo además de gran
variedad de animales pasivos y salvajes, existen también mitos y
leyendas de seres mitológicos y fatídicos como EL TUNCHE Y EL
- CHULLACHAQUI.
El Chullachaqui, siempre adopta la figura o la forma de una
persona amiga conocida del pueblo, para engañar a la que va a ser
su víctima y hacerle perder en la espesura de la enmarañada selva.
Muchos pobladores aseguran que en muchas oportunidades han
visto las huellas o pisadas desiguales del que dicen Chullachaqui,
impresos en el barro, otros dicen que es un demonio que cuida la
selva para que no penetren en ella.
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Recién Juan Nicolás se dio cuenta que se encontraba perdido en
un enorme bosque y por más que busco el camino para regresar a
su casa no lo encontró. Desesperado ando por el monte llamando
con voz en cuello a alguien que pudiera encontrarse cerca para
que lo saque del lugar pero nadie respondió.
Al darse cuenta los familiares que Juan Nicolás no se encontraba ni
en su casa ni en la chacra, de inmediato salieron a buscarlo,
logrando localizarlo después de cuatro días de intenso trajín. Pero
Juan Nicolás había perdido la razón. Ya en su casa comenzaron a
curarlo pero no conseguían volverlo a su estado normal. En vista
de que no recobraba el conocimiento decidieron llevarlo a un
curandero para que lo tratara. El curandero les pidió que llamaran
al sacristán y al cantor de la iglesia y conjuntamente con los
familiares del enfermo caminaron hasta el sitio en donde habían
encontrado a Juan Nicolás. Al llegar al lugar prendieron las velas
que habían llevado y comenzaron en voz alta a llamar al alma de
Juan Nicolás. A continuación emprendieron el camino de regreso
haciendo sonar la campanilla, cantando y sin mirar hacia atrás,
cuando llegaron encontraron que Juan Nicolás se encontraba
profundamente dormido y entonces comenzaron a llamarlo
diciéndole: "Juan Nicolás, Juan Nicolás..." y después de un largo
suspiro Juan Nicolás despertó ya completamente sano y salvo del
hechizo del CHULLACHAQUI.
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IV. BRUJERÍA Y POSESIÓN EN RELACIÓN CON ENFERMEDADES
MENTALES
15
creencias populares como la de que si se bailaba sin parar,
la persona quedaba inmunizada ante una posible picadura
de tarántula; ciudades enteras fueron contagiadas, los
ciudadanos podían pasar horas, a veces días enteros
danzando, saltando, riendo... En Italia, este fenómeno se
conoció como tarantismo; se extendió por toda Europa,
donde se le acabó conociendo con el nombre de Baile de
San Vito. Otro ejemplo de epidemias de este tipo lo
constituye los ataques colectivos de licantropía, que hacía
vagar a los afectados aullando como lobos, o las
posesiones grupales. Una de las hipótesis explicativas de
estos fenómenos es que estos extraños comportamientos
eran parecidos a los ritos que la tradición greco-romana
celebraba en honor de ciertos dioses. Cuando el
cristianismo se convirtió en religión oficial, se prohibieron
una serie de ritos y tradiciones profundamente enraizadas
en la cultura y el folklore popular. El conflicto entre tradición
y religión, la imposibilidad cotidiana de expresión
emocional, acabó transformándose en síntomas de una
enfermedad de tal manera que su práctica no estuviera
abocada al castigo.
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Aunque se distinguía entre la auténtica pérdida de la razón
y la brujería, no están claros los criterios que se utilizaban
para tal distinción, de hecho, apenas se recogen estos
procedimientos diagnósticos en los textos de la época.
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acabó por no diferenciar entre enfermedad mental,
posesión y herejía y el destino de todos ellos acabó siendo
el mismo.
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ancianas pobres). No hay que olvidar que la brujería era la
manifestación de conductas anormales que contrariaban y
transgredían códigos sociales y reglas comúnmente
aceptadas por la comunidad. Es muy probable que muchas
de las diagnosticadas como brujas no fueran sino ancianas
con demencia senil, epilepsia, esquizofrenia, o en general,
trastornos mentales que los médicos de la época no
podían explicar, o trastornos que las pócimas elaboradas
para su curación no podían paliar.
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Otra hipótesis que se ha propuesto como explicación del
elevado número de posesos durante la época medieval es
a la del proceso de "socialización del poseso": la presión
social, la reinterpretación del clero, la existencia de
manuales donde se describían los comportamientos de los
posesos, las ventajas -grandes dosis de atención, cierta
admiración y temor -, la exención de toda culpa de sus
actos; y en este sentido, los propios comportamientos de
los posesos reafirmaban los valores religiosos de su
comunidad. Además, no hay que olvidar que el contenido
de los delirios (posesiones diabólicas) estaba moldeado
por el contexto social en el que el sujeto estaba inmerso y
las creencias propias de aquella época. Hoy, en cambio,
este tipo de contenidos no suele ser muy frecuente. Por
otra parte es muy importante el rol que juegan las variables
económicas, demográficas y situacionales en la
comprensión del fenómeno.
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Kraemer, nombrados por Inocencio VIII inquisidores para la
Alemania del Norte, publican en 1488 el Malleus
Maleficarum (que se puede traducir como El Martillo de las
Brujas, ya que su objetivo era el de ser un instrumento
para perseguir a las brujas y, literalmente, martillearlas), un
manual para la caza de brujas, obra que se convirtió en la
obra por excelencia para el inquisidor, alcanzándose las 30
ediciones en los dos siglos siguientes. Contiene todos los
conocimientos sobre brujería que había hasta entonces,
incluyendo pruebas para su diagnóstico y tratamiento. Este
manual se divide en tres partes. En la primera se exhorta a
admitir la existencia de las brujas y se considera que quien
dude sobre su existencia está en un grave error e incluso
puede ser sospechoso de herejía. La segunda parte
contiene una relación de síntomas a partir de los cuales
pueden ser descubiertas las brujas (manchas rojas, zonas
insensibles del cuerpo, sapos grabados en el iris). La
tercera parte recoge las formas legales de examinar y
condenar a las brujas. En este libro también se explica que
el método más válido para conseguir pruebas contra las
brujas es la tortura. Además, recomienda que si un médico
no puede encontrar la causa de una enfermedad, o si el
tratamiento no alivia al enfermo, esté claro que el mal es
causado por el mismo diablo.
- El Renacimiento
Aunque el Malleus Malleficarum fue escrito durante la
época del Renacimiento, no cabe duda de que constituye
un prototipo de razonamiento medieval. En el
Renacimiento, si bien se caracteriza por un cultivo de los
valores humanistas, por el culto a la razón, se produce
paradójicamente una acentuación de la persecución y caza
de brujas. Esta postura de la Iglesia Católica no es sino
una reacción contra la progresiva pérdida de poder, un
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intento desesperado de mantener su posición de rectora
absoluta de la vida de las personas. Entre las figuras
disidentes de la postura demonológica oficial podemos
citar al humanista Juan Luís Vives (1492 - 1540), que es
conocido por sus astutas observaciones y por su profundo
sentido de la responsabilidad social. En su libro De
subventione pauperum (El alivio de los pobres) defendió un
trato más humano para los enfermos mentales. Por otra
parte, su tratado sobre las mujeres (dedicado a la hija de
Catalina de Aragón) en contra de los valores
predominantes de la época constituye un ejemplo de
actitud antimisógina. También el médico y alquimista
Paracelso (1493 - 1541) rechazó los postulados
demonológicos así como las enseñanzas derivadas de la
tradición galénica (en un acto simbólico quemó la obra de
Galeno). Dio una explicación natural a las por entonces
existentes manías danzantes. Cornelio Agrippa rechazó
también las teorías demonológicas. Escribió el tratado
Sobre la naturaleza y preeminencia del sexo femenino,
donde realiza una auténtica defensa de la mujer. Llegó
incluso a arriesgar su propia vida por salvar a una mujer
que había sido acusada de brujería. Reginald Scott (1538 -
1599) negó que los demonios o las brujas fueran
causantes de las enfermedades mentales, y defendió que
las extrañas experiencias que las brujas llegaban a
confesar en los interrogatorios (a causa de las torturas en
la mayoría de los casos) debían de tener una explicación
natural. Asimismo, denunció la corrupción existente en los
casos de acusaciones y explicaciones demonológicas. Otra
figura a resaltar en esta época fue Johann Weyer (1515 -
1588), considerado como el primer psiquiatra. En su
principal obra De Praestigiis Daemonum aparecen
descripciones clínicas detalladas de algunos trastornos
mentales, así como la descripción de tratamientos basados
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en la empatía y la comprensión. Además se pronunció en
contra de la persecución indiscriminada de brujas; para él
los casos de brujería no eran sino enfermos mentales u
orgánicos ya que la brujería no existía como tal. Weyer fue
objeto de persecución por la Iglesia, y su obra fue incluida
en el Índice hasta el siglo pasado.
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Tradicional, Medicina Natural, Medicina Casera, Medicina
Popular y Medicina Académica o Científica.
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pócimas, emplastos, baños y pediluvios, orientados a
contrarrestar los temperamentos fríos, templados o cálidos.
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masivos, a diario nos traen noticias sobre
“descubrimientos” como la tan difundida Uña de Gato,
Sangre de Grado, etc. que sin desmerecer sus virtudes o
cualidades que tienen; no entran dentro del campo de lo
tradicional, porque no tienen un contenido mítico, mágico ni
ceremonial, como la coca, la ayahuaska o la wamanlipa,
que si pueden proceder de una auténtica medicina nativa a
lo que sí llamaremos MEDICINA TRADICIONAL que viene
siendo utilizado dentro de una concepción diferente a la
que se la da dentro del campo de la fitoterapia en cuya
concepción ya hay una relación de causa y efecto como
resultado de la racionalidad científica.
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diferencian de la fitoterapia, en la carga ideológica que
tienen las primeras. Cada una de estas parten de un
sistema de creencias donde la idea de la enfermedad se
concibe como un castigo devino, antes que como producto
del contagio o la contaminación con agentes patógenos. La
creencia en sus divinidades y los atributos que estos tiene,
están orientadas a favorecer o castigar la buenas o malas
acciones de sus creyentes.
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que aclaran contundentemente la no creencia de los
antiguos peruanos en la existencia de agentes patógenos,
dentro de su sistema de ideas y conceptos en torno a la
etiología de los males. Sin embargo si bien describen estos
mitos de manera detallada, no alcanzan a comprender el
contenido ideológico que encierran las actividades
orientadas a restablecer la salud de los enfermos, y la
forma como estas prácticas utilizaban el contenido
religioso, el sistema de valores y la cosmovisión del
hombre, para desarrollar la energías mentales necesarias
por medio de la sugestión. A estas prácticas algunos
estudiosos como Juan Lastres Saguin, entre otros,
reconocen como prácticas psicoterapéuticas.
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tradicional andina hace muchos años ya utilizaba el poder
de la mente para poder curar las enfermedades a través de
la sugestión, haciendo que el paciente inducido por el
Chaman o Paqo, se imaginara en su curación haciéndole
ver por medio de sus rituales que los dioses habían
escuchado sus plegarias y aceptaban su restablecimiento.
Los actos de contrición, la puntual creencia en su sistema
de valores y la observancia de sus ritos contribuían
positivamente a su curación tal como esta demostrando
esta nueva corriente que esta haciendo descubrimientos
sorprendentes.
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M. TRADICIONAL M. CIENTÍFICA
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Con este preámbulo ahora podremos comprender que las
prácticas rituales empleados por los curanderos en el
tratamiento de las enfermedades psicosomáticas se fundan
en principios básicos donde el poder mental desencadena
su potencial a través de la utilización del sistema ideológico
del paciente por medio de la sugestión, inducida por un
Chaman o sacerdote.
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el consumo de comidas y bebidas sustanciosas, caldo de
ranas, vísceras de carnero, caldo de carne, etc. Con este
procedimiento logra curar al enfermo agarrado por la tierra.
Como se puede ver es un procedimiento psicoterapéutico.
Basado en el sistema de creencias del paciente.
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persona haciéndolo enfermar. El diagnóstico de esta y
cualquier otra enfermedad se hace mediante la coca y
observando el estado físico del paciente. Los síntomas se
traducen en un extremo enflaquecimiento, hambre
insaciable, dolor de huesos y constantes diarreas.
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cantidad de excremento de “qholla wawa” (criatura tierna)
con esto el soqa huye porque es muy escrupuloso y limpio
pues no tiene intestinos por tanto repele la suciedad y los
malos olores. Las habitaciones de la casa donde hay soqa,
deben tener una cruz hacha con las hojas de niwa. En el se
pone “ajos castilla” macho y hembra. Otra forma de
prevención es ofreciéndole q’opa despacho (ofrenda de
basura) que le causa disgusto y lo repele. Por lo contrario
la comida del p’esqe, (especie de mazamorra de quinua) es
de su agrado y lo atrae mucho, por eso cuando se prepara
esta comida se debe lavar los platos y ollas para que no
atraiga al machu.
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Mal viento.- Existen diversos tipos de “mal vientos” entre
ellos están el soqa, wayra, proveniente de las tumbas de
las momias o entierros antiguos, esto produce granos en
todo el cuerpo. Se cura bañando al paciente con agua de
malvas y markhu. Hay tambien el “Haya wayra” o viento
proveniente de las tumbas, causa mareos, es parecido a
los síntomas del qhayqasqa. El hiru wayra, es el mayor
peligro pues genera deformaciones en el rostro al “voltearle
la mejilla” causando una parálisis facial, su curación es
difícil, el paciente debe friccionarse el cuello con una media
o trapo negro. El tratamiento se hace mediante fricciones
constantes con hierbas de olor fuerte, muña, markhu, ruda,
molle, sauco putaqllanku. Este tipo de mal viento también
ataca las articulaciones generando dolores.
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y sin temor invocará a la media noche desafiándole a salir.
Seguidamente arrojará sobre el paciente el sumo de las
plantas mas hediondas, mezclados en poqo hisp’ay (orines
macerados) excremento e añas y sebo de puma. Con esto
el anchancho huye. Si el paqo no tiene la suficiente fuerza
y entereza, puede ser dominado y corre peligro de morir en
la contienda.
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piensan que hay un trastorno del flujo biliar por efecto de la
cólera…
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andino, en torno a los criterios sobre la salud y la
enfermedad. A este respecto en trabajos anteriores planteé
que el chaman o curandero andino, tiene una doble función
de curandero y sacerdote. El chaman puede curar el
cuerpo y el alma partiendo de un sistema de creencias
propias de su cultura. Se diferencia del médico académico
en el campo de acción. El médico cura solo la salud del
cuerpo material del enfermo; el curandero andino, cura el
cuerpo, el alma y los aspectos materiales inherentes al
paciente. De este modo puede curar la casa, el ganado, las
chacras la suerte, sus actividades y los anhelos del
paciente. Es decir el curandero abarca un campo de acción
mas amplio, porque en su sistema de mitos y creencias, las
cosas materiales también pueden enfermar, por eso es
necesario curar las casas, chacra, el ganado, etc.
38
CONCLUSIONES
39
BIBLIOGRAFIA
Obtenido de http://edadmedia.blogcindario.com/2005/11/00001-los-
enfermos-mentales-en-la-edad-media.html. día: 10/11/10
40
ANEXO
41
suegra no la quiere y le hace la vida imposible. Su padre no quiere saber nada
de ella y la madre la ve a escondidas de él; todo esto afecta mucho a la
paciente que se siente rechazada por todos lados. La presencia de L. es
precaria, triste, temerosa, ella nos dice que se quiere liberar de esta entidad
pues : “...no puedo seguir viviendo así...yo quiero mucho a mi bebé, jamás he
querido hacerle daño.” Aunque es nacida católica y perteneció a un grupo
carismático, entró en contacto con un centro espiritista gracias a unas amigas
que la llevaron allá. El “psíquico” que la atendió, le dio la versión de la
“posesión”, a ella le satisfizo mucho esta interpretación, lo consideró creíble y
de allí en adelante es la explicación que L. da de su problema. La madre con la
que también conversamos en privado, la llevó dos veces a un sacerdote para
que la exorcisara pues pensó que Satanás la había poseído. La paciente no
acepta la versión de la posesión satánica sino más bien la de la “entidad
femenina”, la interpretación del “psíquico” la convenció, ella cree en su historia
y la vive como real. Criada por su abuela paterna ( sus padres trabajaban ),
vivió con ella hasta los doce años. En esta casa , sufrió repetidas veces acoso
y abuso sexual por parte de primos y un tío hasta que se descubrió y se la
llevaron de allí. A raíz de esto ella piensa que este tío y su esposa “...me
cogieron rabia y creo que mi tía me mandó a hacer un “trabajo”...”. Ella cree
que este “trabajo” tiene que ver con la “entidad” que ahora la perturba. En la
casa de sus padres tampoco se sintió feliz, ya que muy pronto se dio cuenta
que su padre maltrataba física y verbalmente a su madre y si ella se interponía
para defenderla, arremetía también contra ella. L. tiene una autoestima muy
baja y una enorme carencia de afecto y amor, es esquiva, reservada, se
encierra en su cuarto por horas y sin embargo, detesta estar sola y salir sola,
cambia de humor rápidamente pasando de la alegría a la rabia o a la tristeza.
En las conversaciones que hemos tenido con ella su historia no ha variado
mucho, lo que nos ha negado es la parte referente a los abusos sexuales a que
fue sometida en su infancia y primera adolescencia, después nos dijo que esto
era un secreto que nos confiaba pues ni su padre sabía la verdad.
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- Aproximación a un análisis antropológico
43
causas del mal de L.. Ella lo utiliza como expresión de su impotencia,
humillación, rabia y malestar en general. Las dos familias, paterna y materna, lo
“utilizan” como explicación culturalmente aceptable de lo que acontece a su
pariente. Su madre, que en ningún momento nos reveló el episodio de abuso
sexual, la describe como “...una muchacha inteligente pero de mal carácter...
se lleva mal con su papá y su hermana menor, se encierra en su cuarto y no
habla con nadie... y lo que vino a empeorar las cosas es que se enamoró de un
hombre casado, que bebe y que practica brujería”. La familia materna de L. es
aparentemente muy católica, tanto la madre como algunas tías y la abuela
materna no descarta la idea de que este comportamiento pueda ser cosa del
diablo y de allí que haya buscado el recurso del exorcismo. Los familiares del
padre y las amigas de L. piensan que está loca y poseída, por eso las últimas
buscan a un Santero. Nadie está aparentemente consciente de que su mal
radica en el terrible trauma de su infancia.
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embaraza. La relación de L. con su pareja refleja igualmente el conflicto cultural
de la relación hombre (macho) dominante- mujer (hembra) dominada. Este es
un elemento cultural que perdura de diversas maneras en las capas sociales de
Venezuela. Ella reconoce que su pareja la ha tratado bien, pero no lo soporta.
Lo trata mal pues es la imagen de ese machismo, representado en su padre y
los parientes hombres que abusaron de ella; sin embargo, su pareja no es un
hombre de temperamento dominante, más bien es dominado por la madre que
vive con ellos y es la verdadera “jefa” del hogar. La figura fuerte por lo tanto es
su suegra que no la quiere (pues desbarató el primer matrimonio del hijo ) y la
maltrata. L. no puede enfrentar a esta mujer pues posee las características de
lo masculino: dominante, severa e inflexible. Ella admite que no la puede
enfrentar y por lo tanto se repite una situación parecida a la de su hogar. Los
hombres que se han portado mal en la vida de L., no reciben castigo por sus
agresiones; las mujeres objeto de las agresiones deben permanecer calladas,
pasivas sin derecho a compensación.
45
pueden resolver estas situaciones. El asunto da para muchas reflexiones
donde se incluye el problema de la identidad, pero las dejamos para otro
momento, pues nos saldríamos de nuestro presente tema.
- Diagnóstico y terapia
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Lamentablemente esta parte es la más complicada ya que el padre no
la quiere aceptar, la madre es muy débil ante el padre y sus familiares están
divididos; unos piensan que está poseída y no quieren nada con ella, otros
creen que el demonio está influyendo en su alma y por lo tanto necesita de
“oración, agua bendita y exorcismo” y sus amigas piensan que debe ir a una
sesión de Santería para “...sacarse esa entidad que tiene metida por dentro...”.
Las creencias culturales que poseen las personas que conforman el entorno de
la paciente hacen entonces más difícil solucionarle el problema. L. misma no
quiere tomar medicamentos ni recibir psicoterapia pues se aferra a la idea de la
posesión y por otra parte, le da temor acercarse a un curandero para
someterse a algún rito terapéutico. El trastorno emocional de la personalidad es
acompañado por una resistencia de la paciente a cambiar su situación. L.
quiere que le devuelvan a su hija , pero a la vez tiene miedo de hacerle daño y
por tanto de hacerse cargo de ella. En este momento sus emociones y
sentimientos están muy descontrolados, la soledad es insoportable para ella y
de hecho sus crisis se han presentado cuando la han dejado sola; ella está
convencida de que es en este momento cuando “...la entidad se acerca a mí y
se mete en mi cuerpo”. Si no se logra un cambio en la calidad de vida que está
llevando L. y la situación de stress sigue prolongándose, algunos especialistas
piensan que podría desarrollar un trastorno orgánico que implicaría daño
cerebral.
47