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comunica ción
La comunicación
comunica ción 23
política
A propósito de la irrupción
de Barack Obama
Las campañas políticas en cualquier lugar del mundo han
representado una oportunidad inestimable para el avance de los
estudios comunicacionales. En la actualidad asistimos a la irrupción
de la CMC (comunicación mediada por computador). De suerte
que la reciente campaña electoral en Norteamérica es la primera
campaña en tiempos de la hiperindustria cultural: la primera campaña
podcast. Nos proponemos, entonces, develar hasta donde nos sea
posible, los contornos de este fenómeno inédito en el ámbito de la
política y las comunicaciones.
■ Álvaro Cuadra
que decir entonces que los modelos ac- en el ámbito comunicacional, al punto de un modo u otro ha inspirado los desarro-
tuales ya no son funcionalmente semejan- transformar las dimensiones propiamente llos posteriores en las nuevas teorías o
tes ni isomorfos respecto del fenómeno psicogenéticas del fenómeno así como las gramáticas textuales hasta el presente. Si
comunicacional tal como se verifica hoy. prácticas e interacciones sociales asocia- bien constituyó un invaluable punto de
De un modo u otro, hoy se anuncia el das a él. partida, en la actualidad resulta más que
advenimiento de una nueva civilización problemático pensar los hipermedios
cuyas vigas maestras no son sino la co- desde esta matriz.
municación y el consumo⁵. Lo comunica- 1.2. Comunicación y memoria: En el modelo comunicacional de
cional emerge así como uno de los ejes en el usuario Habermas, hay por lo menos tres condi-
cualquier consideración en torno a la so- ciones de posibilidad para la comunica-
ciedad y la cultura, lo que se ha traducido En el modelo comunicacional de ción, éstas son: el lebenswelt o mundo de
en las ciencias humanas en el llamado Jakobson, la noción de memoria aparece la vida, la cultura toda y el lenguaje. De
giro lingüístico. Así, la lingüística se con- de modo tácito asociado al código lin- algún modo, se extiende la noción básica
virtió en ciencia pionera de la antropolo- güístico¹². Se trata, por cierto de una me- de código, ya no basta el saber de diccio-
gía primero y de todas las ciencias socia- moria inmanente al hablante, es decir, al nario, es decir el conjunto de competen-
les, más tarde⁶. Sin embargo, tal preemi- psiquismo humano. Tanto es así que la cias lingüísticas sino que es imprescindi-
nencia de lo comunicacional ha sido, en langue se define en la lingüística descrip- ble considerar el saber enciclopédico, esto
rigor, una preeminencia logocéntrica. tiva como de naturaleza psíquica, mien- es, las competencias histórico-culturales
Este diagnóstico se hace evidente en la tras que el habla se entiende como de na- que hacen posible la interacción. El por-
tradición francesa, donde se verifica una turaleza psicofísica. La memoria a la que tador de este saber es, desde luego, un
estrecha relación de los aportes estructu- remite Jakobson es, en última instancia, actor social capaz de ejecutar actos co-
ralistas y la lingüística de Ferdinand de una memoria psíquica. municativos. Este actor social es pues el
Saussure. Lo mismo, empero, puede de- Hagamos notar que la oposición entre portador de una memoria lingüística y
tectarse en los desarrollos de Austin⁷ en la paradigma y sintagma remite a una con- cultural, una memoria psíquica que se ex-
llamada filosofía del lenguaje, y los apor- cepción mecánica en cuanto un archivo o presa socialmente mediante un tramado
tes ulteriores, que ponen de manifiesto su kardex clasificatorio permitiría la selec- de acciones comunicativas cuyo funda-
raigambre pragmática lingüística en la ta- ción y elaboración de secuencias lineales mento se encuentra en el habla. La me-
xonomía de los speech acts⁸. La langue y o cadenas que se despliegan temporal- moria psíquica se actualiza como habla,
la parole han sido las categorías funda- mente. Ha sido esta concepción la que de es decir como realidad psicofísica que re-
mentales de cualquier reflexión en torno a
la comunicación humana.
Tomaremos como modelos de referen- FIGURA 1
cia dos aportes teórico comunicacionales
relativamente recientes, a saber: el lla- Situación
mado modelo lingüístico de Roman
Jakobson9 y la Teoría de la Acción (F. situacional)
Comunicativa de Jürgen Habermas¹⁰. ¿Cuándo y dónde lo dice?
Ambos modelos señalan lo que a nuestro
entender han sido los vectores para pensar
la comunicación: los modelos psicogené- Contexto
ticos y las teorías comunicativas socioge- (F. referencial)
néticas.
Nuestra hipótesis de trabajo se instala ¿De qué se está hablando?
en un nuevo vector para pensar el fenó-
meno comunicacional: una teoría comu-
CANAL Mensaje CANAL Receptor
nicacional en red de índole tecnogenética. Emisor
(F. conativa)
Con ello queremos subrayar el papel (F. emotiva) (F. poética)
¿A quién se lo
constitutivo de la tekhné en la fenomeno- ¿Quién lo dice? ¿Cómo lo dice? dice?
logía comunicacional. Sostenemos que la
actual convergencia tecnocientífica, tanto
logística como de transmisión, ha trans- Código
formado no sólo los códigos y lenguajes
Ruido (F. metalingüística) Ruido
de la comunicación sino el fenómeno
mismo de la comunicación, en su dimen- ¿En qué lengua lo dice?
sión psíquica y social.
Se impone una advertencia: no nos
anima ninguna tentación mediológica¹¹, Contacto
ni mucho menos un paradigma sistémico (F. fática)
performativo. Desde un punto de vista
teórico, nuestro horizonte es menos ambi- ¿Lo dice personalmente,
cioso, queremos describir el papel cada por teléfono, etc.?
vez más preponderante de las tecnologías
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“
retencional terciario de dos dimensiones: serie sígnica, es decir el universo de los
un código base (código binario) y un re- discursos, de la serie fáctica, entendida
pertorio de lenguajes que incluye escri- como devenir.
tura alfanumérica, imágenes fijas, imáge- La desestabilización de los sistemas re-
nes en movimiento y sonido. Las posibi- tencionales tiene como consecuencia una
lidades de lenguaje están condicionadas El modelo de la acción mutación en nuestra relación con los sig-
por la inteligencia del equipo, mientras comunicativa, discrimina con mayor nos, una alteración de nuestra concepción
que las posibilidades de comunicación sutileza los diversos niveles de básica del espacio y del tiempo y una cri-
están condicionadas por la calidad de la co- sis profunda de nuestra noción de repre-
nexión a la red de telecomunicaciones. referencia posibles. En este punto sentación. En suma, asistimos a la más ra-
Hagamos notar que si bien la inteligencia el modelo apela a las tesis de Kart dical revolución de nuestro régimen de
del equipo es propia del PC, ésta es patri- significación, tanto en su dimensión eco-
monio de la red en cuanto ella hace posi-
Popper y Jarvie, proponiendo nómico-cultural como en los modos de
ble los lenguajes de equivalencia, es decir tres mundos de referencia: significación.¹⁷
la transmisibilidad (emisión/recepción) y el mundo subjetivo, el mundo social Este fenómeno tiene impensadas con-
traducibilidad de los mensajes. En pocas
palabras, la memoria local no es sino una
manifestación de la memoria red, desde
todo punto de vista ésta ha sido concebida
como un caso de la memoria red. Por ello,
“
y el mundo objetivo.
secuencias en el mundo contemporáneo.
Pensemos, por ejemplo, en los verosími-
les hipermediáticos que construyen hé-
roes y villanos alrededor del mundo, jus-
tificando o condenando guerras por do-
un modelo comunicacional en red, sólo es quier. Pareciera que habitamos, inelucta-
concebible como una totalidad multipolar blemente, realidades transcontextuales,
de nodos integrados entre los cuales se ve- sin poder inteligir jamás contextos. Esta des-
rifican los flujos mensaje, como paquetes realización de lo real opera a diferentes ni-
de información, según los códigos y len- veles y escalas, desde la intimidad de la
guajes patrimonio de la red. vida cotidiana, programada por la publi-
cidad, hasta nuestros comportamientos y
Las nuevas condiciones creadas por un concepciones frente a fenómenos planeta-
1.3. Referencialidad: contextos nuevo sistema mnemotécnico en red rios, programado por una hiperindustria
y transcontextos ponen en cuestión la noción misma de re- cultural. Esta suerte de neocolonialismo
ferencialidad. Basta pensar en entidades mediático representa una regresión política
En el modelo lingüístico de Jakobson, virtuales metafísicamente substantivadas, y moral de la humanidad, cuyo amena-
se entiende el contexto comunicacional sea que los llamemos simulacros o reali- zante horizonte no podría ser sino la de-
como el asunto, tema del que trata un dades virtuales¹⁶. En el contexto histórico sestabilización de lo que hemos llamado
mensaje dado¹⁴. Se asocia a la función re- y cultural de la hiperreproducibilidad di- cultura, acaso la antesala a la barbarie.
ferencial en cuanto uso denotativo y cog- gital y, por ende, de una hiperindustriali-
nitivo del lenguaje. Todo mensaje porta, por zación de la cultura, la videomorfización
tanto su referencia. El referente es el ob- ha hecho posible la irrupción de imágenes 1.4. Complejidad, convergencia
jeto extralingüístico que se quiere desig- anópticas y arreferenciales que, no obs- e interdisciplinariedad
nar. Es claro que la asociación entre sig- tante, constituyen contenidos culturales
nificado y referencia es bastante opaca, al hipermasivos. La noción de referenciali- Al considerar el protagonismo de las
punto de que algunos autores redefinen la dad o contexto es desplazada por la no- comunicaciones, tanto en el campo teó-
referencia como un contenido cultural.¹⁵ ción de transcontextos virtuales, esto es: rico de las ciencias sociales como en el de-
El modelo de la acción comunicativa, constructos digitales que operan como curso histórico de la llamada sociedad de
discrimina con mayor sutileza los diver- dispositivos en el espacio comunicacio- la información, tanto mayor parece el de-
sos niveles de referencia posibles. En este nal. Al igual que el arte de las vanguardias, safío por revisar algunos modelos y con-
punto el modelo apela a las tesis de Kart la virtualidad emancipa al signo del lastre ceptos cristalizados por la tradición aca-
Popper y Jarvie, proponiendo tres mundos referencial, sin embargo, tal emancipa- démica hasta hoy.
de referencia: el mundo subjetivo, el ción no constituye la abolición de los con- Los modelos vigentes hoy en los estu-
mundo social y el mundo objetivo. De ma- tenidos culturales. dios comunicacionales muestran sus defi-
nera tal que los distintos actos de habla van La cultura en red que adviene con el ciencias al ser contrastados con una serie
a actualizar, estatuyendo su validez. Por presente siglo ya no establece una re- de fenómenos inéditos que irrumpen gra-
ejemplo, los “actos de habla representati- lación entre una serie sígnica y una serie cias a un acelerado sistema mnemotecno-
vos”, aquellos susceptibles de ser verda- fáctica admitida como real. Estaríamos lógico de base tecnocientífica inherente al
deros o falsos, adquieren legitimidad en el más bien ante una serie sígnica relati- tardocapitalismo mundializado.
mundo objetivo, estatuyendo su preten- vamente autónoma respecto de cualquier En la era de una hiperindustrialización
sión de validez en la verdad, es decir en la realidad. Los transcontextos virtuales se de la cultura, en que la hiperreproducibi-
conformidad o disconformidad de un instalan más allá del devenir, entendido lidad digital se ha tornado en una práctica
enunciado respecto a la referencia. como calendariedad y cardinalidad: social generalizada, los fenómenos comu-
estamos ante un espacio ahistórico y des- nicacionales adquieren un nivel de com-
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plejidad y alcance inimaginable hace al- del cual sólo aprehendemos destellos. En
gunas décadas. este sentido, la virtualidad se nos ofrece
“
Las nociones básicas como usuario o como una experiencia del fragmento y de
hipermedia, son apenas los primeros tér- la discontinuidad. La condición atópica y
minos de un léxico que se incorpora día a discontinua de la virtualidad la convierten
día al uso cotidiano. La cuestión central es, en una compleja singularidad teórica,
pues, hacer de dicha terminología un reti- acaso un desafío epistemológico.
culado categorial que nos permita pensar La irrupción de una sociedad Los nuevos horizontes de comprensión
el fenómeno comunicacional en el pre- de consumo trae consigo tensiones de lo comunicacional no sólo se abren a la
sente siglo. inevitables, la crisis de la era multiplicidad de culturas sino a las inteli-
Durante el siglo XX, algunos pensado- gencias no humanas. Estos horizontes
res heterodoxos ya abrieron caminos. En broadcast, que ya se hacen sentir plantean nuevas exigencias a la imagina-
efecto, se ha producido una aproximación entre nosotros. Es claro que el ción teórica, acaso una nueva episteme.
entre ciertos estudios teóricos del signo y Las teorías y modelos comunicacionales
los creadores de la tecnología digital.
consumo elevado a categoría cultural en la era digital no podrían ser sino teorías
Como muy certeramente nos advierte (función simbólica), sitúa la noción y modelos convergentes e interdisciplina-
Landow: “Cuando los diseñadores de pro- de mercado en un plano, si no de rios, otra manera de nombrar la compleji-
gramas informáticos examinan las pági- dad. Las Nuevas Tecnologías de la Comu-
nas de Glas o de Of Grammatology (De la equivalencia, al menos de nicación y la Información no hacen sino
gramatología), se encuentran con un
Derrida digitalizado e hipertextual; y,
cuando los teóricos literarios hojean
Literary Machines, se encuentran con un
Nelson posestructuralista o desconstruc-
cionista. Estos encuentros chocantes pue-
“
isomorfismo respecto del llamado
espacio público.
exteriorizar la convergencia tecnocientí-
fica de los aspectos logísticos, telecomu-
nicacionales y de lenguaje que se advier-
ten hoy. El desplazamiento hacia la vide-
ósfera, el aumento en la capacidad de me-
moria y la expansión del ancho de banda
den darse porque durante las últimas dé- en las transmisiones marcan un momento
cadas han ido convergiendo dos campos del histórico que pone en jaque treinta siglos
saber, aparentemente sin conexión al- de comunicación alfabética, constitu-
guna: la teoría de la literatura y el hiper- yendo la mayor mutación civilizacional
texto informático. Las declaraciones de temporánea. De este modo, el espacio fe- de la actualidad, cuyo alcance político
los teóricos en literatura y del hipertexto noménico de la comunicación se abre a la apenas comenzamos a barruntar.
han ido convergiendo en un grado nota- complejidad antropológica que trae con-
ble. Trabajando a menudo, aunque no sigo la era digital.
siempre, en completo desconocimiento Cualquier consideración sobre la 2. Crisis de la era broadcast
unos de otros, los pensadores de ambos noción de ciberespacio debe considerar
campos nos dan indicaciones que nos dos aspectos fundamentales, su mate- Las elecciones presidenciales tradiciona-
guían, en medio de los importantes cam- rialidad en cuanto conjunto de datos al- les han constituido una ocasión excepcio-
bios que están ocurriendo, hasta el epis- macenados en discos y su objetivación nal para analizar el estado de ánimo o
teme contemporáneo. Me atrevería a decir perceptual, es decir, como intuición de un ethos de un país. De algún modo, cada
que se está produciendo un cambio de pa- espacio tridimensional, abstracto o figu- candidato y su respectiva convocatoria ex-
radigma en los escritos de Jacques rativo. Dicho en otros términos, el cibe- hibe el resultado de un proceso complejo,
Derrida y de Theodor Nelson, y los de respacio cristaliza un nuevo régimen de a ratos confuso, en que se dan cita una
Roland Barthes y de Andries van Dam. significación, en cuanto dispone datos serie de factores que deben ser tenidos en
Supongo que al menos un nombre de cada transferibles que determinan la pro- cuenta. Una campaña tradicional ha sido
pareja le resultará desconocido al lector. ducción, la distribución y el eventual concebida como un modo comunicacio-
Los que trabajan en el campo de los orde- consumo simbólico, es decir, reconfigura nal broadcast, esto es, vertical y jerarqui-
nadores conocerán bien las ideas de la economía cultural de nuestro tiempo. zada, cuyo epicentro es el comité del par-
Nelson y de van Dam; y los que se dedi- Al mismo tiempo, sin embargo, el cibe- tido o el equipo a cargo de la campaña.
can a la teoría cultural estarán familiari- respacio modifica los modos de signifi- Entre los muchos factores a considerar, el
zados con las ideas de Derrida y de cación, transformando el sensorium y la ex- primero es el diseño socio-cultural de una
Barthes. Los cuatro, como otros muchos periencia perceptual de sus usuarios. Este sociedad de consumidores.
especialistas en hipertexto y teoría cultu- carácter peculiar del espacio virtual lo La irrupción de una sociedad de con-
ral, postulan que deben abandonarse los instala como un espacio atópico, lo que se sumo trae consigo tensiones inevitables,
actuales sistemas conceptuales basados traduce en una de sus características más la crisis de la era broadcast, que ya se
en nociones como centro, margen, jerar- evidentes: la desterritorialización y como hacen sentir entre nosotros. Es claro que
quía y linealidad y sustituirlos por otras de el Jetzeit de la experiencia. el consumo elevado a categoría cultural
multilinealidad, nodos, nexos y redes”.¹⁸ La espacialidad atópica se nos presenta (función simbólica), sitúa la noción de
La convergencia entre los enfoques al mismo tiempo como una serie poten- mercado en un plano, si no de equivalen-
psicogenéticos, sociogenéticos y tecnoge- cialmente infinita de paisajes virtuales, cia, al menos de isomorfismo respecto del
néticos da cuenta del papel constitutivo de bajo formas visuales o audiovisuales, es- llamado espacio público. Dicho en térmi-
la tekhné, ya no como una mera reificación táticas o en movimiento. En rigor, aquello nos muy simples, cuando el mercado se
sino como sustrato de la conciencia con- que llamamos espacio virtual es un holos convierte en el centro de gestión de la so-
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ciedad, en marco normativo y en funda- tampoco sirven para afirmar verdad al-
mento de las relaciones sociales, podemos guna, es especialmente pertinente en el
“
afirmar que el espacio público y el mer- ámbito del llamado marketing político. La
cado se funden en una misma experiencia, comunicación política en tiempos de la
aboliendo los límites entre el concepto de mediatización no podría ser sino una es-
ciudadanía y el de consumidor. Podría- trategia de la mentira. En una sociedad
mos resumir la cuestión del siguiente mediatizada, los candidatos-producto se
modo: “La política en este nuevo para- Si en la modernidad el vínculo exhiben ante los electores-consumidores
digma se desplaza desde la noción de ciu- político entre lo político portando cada cual su figura y su marca-
dadanía hacia la noción de consumidor. y la ciudadanía estaba definido partido. Las nuevas reglas constitutivas
Este desplazamiento de lo político posee del espacio público excluyen como puro
dos causas inmediatas; en primer lugar, la desde la convicción, en la actualidad anacronismo el lenguaje deliberativo ar-
sociedad de consumo ha engendrado un asistimos a la seducción como gumental, con toda su pátina retórica, pro-
nuevo perfil psico-social que se ha dado poniendo en cambio un discurso prefor-
en llamar neo-narcisismo; este nuevo psi-
quismo exalta la autoconciencia y el pla-
cer, aboliendo de este modo la conciencia
histórica y desvalorizando las conviccio-
nes; en segundo lugar, la globalización y
“
nexo privilegiado entre lo político
y el ciudadano-consumidor
mativo, construido desde las superficies
significantes, formas audiovisuales.
Si en la modernidad el vínculo político
entre lo político y la ciudadanía estaba de-
finido desde la convicción, en la actuali-
el creciente dinamismo del mercado ha dad asistimos a la seducción como nexo
extendido la lógica mercantil a todos los privilegiado entre lo político y el ciuda-
dominios de la vida social; así, la esfera dano-consumidor²². La convicción su-
tecnoeconómica y la esfera política se pone una creencia, esto es, una verdad que
hacen isomorfas. La consecuencia es se sostiene en cierta narrativa ideológica.
obvia, el comportamiento básico frente a La convicción emana del proceso mitopo-
los significantes políticos no difiere del yético inmanente a la modernidad, sea en
comportamiento frente a los bienes y ser- su versión socialista o liberal. La convic-
vicios que ofrece el mercado; en ambos ción reclama una conciencia histórica o
casos prima la seducción, lo efímero, la conciencia de clase y se expresa en lo que
diferenciación marginal. Se es consumi- no reconoce clases en sentido estricto, los pragmáticos formales llamarían actos
dor en el supermercado, tanto como se es sino nichos o públicos en los que se des- de habla declarativos propios de los dis-
consumidor en un proceso eleccionario. pliega el consumo bajo el imperativo del cursos morales, jurídicos, religiosos e
Los candidatos, en esta nueva lógica, se tor- gusto²⁰. Como se ha dicho, toda con- ideológicos.
nan productos que seducen en virtud de ciencia histórica o de clase es desplazada Este tipo de discurso reclama, dicho
las formas que toman sus posturas políti- por un nuevo vector cultural donde lo que sea de paso, una autoridad extralingüís-
cas. El elector- consumidor expuesto a los orienta las conductas es, precisamente, la tica, es decir: quien profiere el discurso
estímulos massmediáticos queda a mer- pulsión estética (el gusto) en las coor- debe estar legitimado e investido por las
ced de pulsiones estéticas que generan denadas del mercado (la seducción): esto instituciones y además por el carisma del
simpatías y antipatías por las diversas op- es lo que se ha dado en llamar narcisismo líder. La seducción, au contraire, sólo es
ciones. Si observamos las franjas políticas, sociogenético.²¹ posible allí donde toda conciencia objeti-
advertimos que éstas deben subordinarse Afirmar que el mercado es el nuevo vante ha sido abolida pues opera más bien
a la lógica del formato televisivo en un marco de referencia que orienta las con- a nivel de la autoconciencia y está ligada
tiempo de dos o tres minutos; a esto se ductas exige una aclaración. El mercado a un nuevo carácter social que como
agrega el imperativo de atraer al elector y es, en primer lugar, un espacio económico hemos señalado, esta ligado al narcisismo
vender el producto; podemos concluir que donde se verifican relaciones económicas. sociogenético.Los discursos, en cuanto
cada fragmento de la franja es un video- Sin embargo, tal como hemos señalado, el serie visual lingüística, inherentes a la se-
clip. Poco importa el contenido proposi- mercado ocupa hoy el lugar del espacio ducción se relacionan más con la comuni-
cional de los mensajes; lo central es la público, extendiendo su pertinencia al cación estratégica que con las declaracio-
congruencia estética formal de los com- ámbito de las relaciones sociales, los mar- nes. El discurso seductor prototípico lo
ponentes audiovisuales. Para una audien- cos normativos (valores) y la referenciali- hallamos en la publicidad. Aclaremos que
cia de carácter narcisista, la política ha de- dad política. Esto es posible porque el ca- tanto los discursos declarativos como los
venido un evento puramente administrativo, pital se ha tornado en lenguaje, es decir, discursos de la seducción se encuentran
carente de brillo; en estricto rigor, vivimos porque el mercado seduce a través de sus más allá de cualquier valor veritativo,
la paradoja de que la política no está en múltiples lenguajes. Así, la publicidad te- aunque se distinguen en cuanto el dis-
la política; no es éste el lugar donde se re- levisiva y multimedial de escala global, y curso declarativo remite a una verdad ab-
suelven ni se exhiben las relaciones de al mismo tiempo personalizada, en un soluta que debe acatarse, mientras que el
poder”.19 proceso que ha sido nominado como me- discurso de la seducción no reclama ver-
Los agentes de esta nueva realidad ya diatización, habla todas las lenguas sedu- dad alguna pues su criterio de validez es
no son los pro hombres de la República, ciendo a todos y a cada uno en sus prefe- la eficacia.
sino más bien una nueva burguesía cuyo rencias particulares. La comunicación política busca, desde
carácter de clase es ex–nominado en el El famoso aforismo de Eco, según el luego, seducir y en cuanto estrategia no
continuo de una sociedad de consumo que cual, si los signos no sirven para mentir, podría sino validarse en el éxito alcan-
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cio real en que se implementan y verifican resulta emblemática de cómo se hace una
los dos tipos de campaña. Observemos campaña podcast, una lección que los po-
“
que el ciberespacio, en cuanto espacio líticos del siglo XXI deberán aprender.
atópico no sólo sirve para clips e infor- El carácter telegénico de un personaje
mación a favor de un candidato sino tam- no es casual y responde a dos niveles de
bién para degradarlo. De hecho, junto a análisis etnográfico virtual. El primero se
los videos de Barack Obama en Youtube relaciona con la índole de su discurso. En
que sumaron varios millones de visitas en La construcción socio- el caso del primer presidente afroamerica-
cuestión de semanas, se generó en forma comunicacional de Barack Obama no podemos advertir un claro énfasis en
paralela toda una producción espuria que resulta emblemática de cómo una enunciación de Filosofía Moral.
se mofaba del candidato afroamericano. Como ya se sabe, este tipo de discurso es-
Este tipo de conductas hubiese dado lugar se hace una campaña podcast, tá muy arraigado en la cultura estadouni-
a demandas y juicios en el espacio IRL (In
Real Life), sin embargo fueron posibles en
la red.
El ciberespacio no sólo funciona como
espacio comunicacional sino como me-
moria social e histórica, es decir, como un
“
una lección que los políticos del siglo
XXI deberán aprender.
dense y mezcla el polo racional con las
emociones más profundas de su pueblo.
Cuestiones como la libertad, la esperan-
za, responden al credo norteamericano
desde sus orígenes. Cuando Obama plan-
tea su discurso en estas grandes cuestio-
permanente reservorio de imágenes y so- nes, logra superar la contingencia, siem-
nidos. Este espacio desterritorializado, pre teñida de miserias, e instalar un hori-
convierte de facto a cualquier candidato zonte de sentido capaz de redimir el pre-
en un personaje mundial. Barack Obama sente. Para ello, alude con frecuencia a
alcanzó fama mundial en un muy breve otros momentos históricos que se hacen
lapso, no sólo por su origen étnico sino presentes en su persona. Las figuras de
gracias a las imágenes vehiculadas por la John F. Kennedy y Martin Luther King es-
Hiperindustria Cultural. tuvieron siempre presentes junto a él, con
La campaña podcast se fundamenta en él. Esta conjunción histórica del imagina-
las posibilidades que ofrecen las nuevas rio en que un otrora es traído al ahora, co-
tecnologías en red. Así, todos los disposi- nectando un presente con un presente di-
tivos dirigistas de los equipos de campaña puesta y creación en que lo público y lo ferido se materializa en una serie de video-
deben coexistir con los adherentes que se privado deja de tener sentido. La reciente clips en que las imágenes referidas se ha-
organizan horizontalmente de manera expansión de los web logs o blogs y del cen explícitas. Así, las imágenes de MLK
cuasi-espontánea. Conviene destacar en llamado periodismo ciudadano dan buena y JFK coexisten en un mismo plano tem-
este punto que los equipos de campaña cuenta de este fenómeno”. ²⁵ poral con aquella del candidato Barack
deben considerar, tal y como lo hizo el Notemos que mucho del presupuesto Obama, instalando en el imaginario de sus
jefe de campaña de Obama, un equipo destinado a imprimir la papelería será re- adherentes y simpatizantes la idea de una
podcast capaz de entregar insumos a la orientado a asegurar una presencia estéti- herencia histórica. De este modo, el ca-
red (imágenes actualizadas, clips de los ca y políticamente eficiente en la red. rácter telegénico de Obama se ha cons-
últimos discursos, logotipos e isotipos, Dicha presencia desplaza el lenguaje des- truido a partir de operaciones tanto políti-
mailing, newsletters). La campaña pod- de la grafósfera a la videósfera. Esto llega co-discursivas como de montaje audiovi-
cast nace de la interacción de un equipo al punto de que el candidato ajusta sus sual. La campaña podcast, en cuanto se
podcast altamente profesional con su en- tiempos y su discurso a las cuñas audiovi- exterioriza en el videoclip que circula en
torno de colaboradores, cuanto más fluida suales. En pocas palabras, asistimos a la la red se acerca a la estética del collage.
y amistosa sea esa relación, mayor será la mutación de los llamados lenguajes de Esta estética de las vanguardias se basa en
presencia en la red y la eficacia y eficien- equivalencia en la cultura contemporá- el tiempo discontinuo, en que la historia
cia de la estrategia electoral. No olvidemos nea²⁶. Tengamos presente cómo los dis- puede conectarse en sus diversos momen-
que los usuarios son componentes funcio- cursos de Obama eran convertidos en se- tos de manera inesperada. Podemos con-
nales de la red, y en este sentido su papel ductores videoclips, diseñados en la esté- cluir que: “El candidato, en tanto produc-
es decisivo a la hora de multiplicar el tica blanco-negro para realzar su carácter to portador de una Marca Registrada, ya
efecto y la presencia en la red de redes: las documental. La campaña podcast es no es el poseedor de una memoria; es un
audiencias ya no pueden ser concebidas aquella modalidad de la comunicación po- presente acrónico y metahistórico que se
como una masa indiferenciada sometida lítica que se hace cargo de los nuevos len- afirma a sí mismo. El candidato no perte-
al arbitrio de un centro emisor, en que toda guajes de equivalencia. nece a los contextos históricos sino que a
instancia metacomunicacional de res- El carácter telegénico del candidato los transcontextos massmediáticos; el
puesta está clausurada. Por el contrario, al emana de este ajuste entre su propia ima- nuevo líder se hace un ícono cultural”. ²⁸
definir a los usuarios como una función gen y discurso con las posibilidades tec- Una campaña podcast lleva al límite
del sistema, se trata de esclarecer el lugar nológicas de difusión. Un discurso esca- las capacidades de la seducción como des-
que éste ocupa como parte constitutiva de samente deliberativo, más rico en frases tino último, en cuanto se instala en el ima-
una red de flujos interactivos y multidi- altisonantes y rotundas de carácter prefor- ginario social desde el verosímil audiovi-
reccionales…. El usuario, como entidad mativo, en que el público local actúa como sual que reclama su autenticidad histórica
funcional del nuevo orden tecnocientífico decorado emocional²⁷. La construcción y de sentido. No se trata de una larga pe-
es concebido como una instancia de res- socio-comunicacional de Barack Obama rorata filosófico-argumentativa sino más
comunica ción 31
“
fulminante. Es allí, en la dialéctica del ins- lugar, el concepto mismo de modelos escinde la
tante en el que acontece la secreta alqui- realidad y su representación; podríamos resumir
mia emocional y racional al mismo tiem- este punto de vista con el aforismo: el mapa nun-
ca es el territorio. Todo modelo es una represen-
po de aquello que llamamos el carácter te- tación de fenómenos. Para una discusión más am-
legénico de un candidato. plia del concepto de modelo en semiología, véase
Hay un antes y un después de Barack No olvidemos que los grandes especialmente:
Obama en el ámbito de la comunicación avances de la imagen documental D. Apresián (1975): La lingüística estructural so-
política. La llamada Obamanía desatada viética. Madrid: Akal.
en el mundo desde hace algunos meses y de los medios de propaganda
KRISTEVA, Julia (1985): Semiótica (tomo I).
debe hacernos reexaminar algunos de los modernos se dieron, precisamente, Madrid: Ed. Fundamentos.
supuestos fundamentales de nuestra disci- en la Alemania nacionalsocialista; ECO, Umberto (1981): Tratado de semiótica ge-
plina. El triunfo histórico del primer pre-
sidente afroamericano en los Estados cuyos métodos se replican todavía neral. Barcelona: Ed. Lumen.
Unidos viene de la mano con un cambio en muchas partes del mundo BARTHES, Roland (1971): Elementos de semio-
logía. Madrid: A. Corazón.
mayor en el dominio de las campañas po-
líticas.
Como ya hemos aprendido de la his-
toria, las herramientas comunicacionales
pueden servir a muy diversos propósitos.
No olvidemos que los grandes avances de
“
por regímenes corruptos y
autocráticos, cuando no totalitarios
5 VATTIMO, G. (1990): La sociedad transparente.
Barcelona: Paidós.
6 Para un análisis muy interesante de la relación en-
tre ciencias sociales y la importancia de la lin-
güística como ciencia pionera, véase a Claude
Lévi-Strauss (1958): Langage et parenté en
la imagen documental y de los medios de Anthropologie Structurale. Paris: Ed. Plon.
propaganda modernos se dieron, preci-
samente, en la Alemania nacionalsocia- 7 Las ideas de J. Austin aparecen expuestas en el li-
bro póstumo, compilado en 1962 por J.O. Urmson.
lista; cuyos métodos se replican todavía How to Do Things with Words. O.U.P., Oxford.
en muchas partes del mundo por re- Hay una excelente traducción al español de Carrió
gímenes corruptos y autocráticos, cuando y Rabossi (1971): Palabras y Acciones. Cómo ha-
no totalitarios. cer cosas con palabras. Buenos Aires: Paidos
Editorial.
La campaña podcast muestra las posi- Notas
bilidades de articular dos realidades en 8 SEARLE, John (1969): Speech Acts. An Essay in
apariencia disociadas, la de las redes digi- the Philosophy of Language. New York: C.U.P.
tales y aquella de las redes ciudadanas. 1 HINE, C. (2004): Etnografía Virtual. Barcelona: 9 JAKOBSON, Roman (1975): Ensayos de
En este sentido, las nuevas tecnologías Editorial UOC. Lingüística General. Barcelona: Seix Barral.
pueden catalizar, como hemos señalado, 2 En el momento histórico en que se produce la 10 HABERMAS, Jürgen (1989): Teoría de la Acción
nuevas prácticas sociales tendentes a una irrupción de lo mediático, es justamente el mo- Comunicativa. Buenos Aires: Ed. Taurus. Para los
mento en que lo literario, el logocentrismo, se con- efectos de nuestra exposición utilizamos funda-
mayor participación y a una mayor res- vierte en el paradigma teórico e ideológico domi-
ponsabilidad de los ciudadanos en la res mentalmente los interludios I y II. Interludio
nante en los estudios socio-comunicacionales. Primero: acción social actividad teleológica y co-
publica. Finalmente, la campaña podcast Enfrentamos, pues, un déficit teórico-conceptual municación, Tomo I, pp. 351-419. Interludio
nos demuestra que más allá de todos los para dar cuenta de esta nueva cultura que emerge. Segundo: sistema y mundo de la vida, Tomo II, pp.
virtuosismos tecnológicos, la política la En este contexto, adquieren inusitada relevancia 161-261.
las categorías, todavía precarias y generales, como
hacen los seres humanos dotados de por ejemplo: videósfera, flujos, virtualización en- 11 Hacemos referencia, desde luego, “mediología”,
razón, pero también de una conciencia tre muchas otras, que desde su opacidad remiten a expuesta en la conocida obra: DEBRAY, Régis
ética y de emociones: el mañana se fragua un proceso de construcción metalingüística que re- (2001): Introducción a la mediología. Barcelona:
ineluctablemente en el corazón de este cién comienza. Paidós.
animal político que somos todos. CUADRA, A. (2004): De la ciudad letrada a la 12 De hecho. Para Ferdinand de Saussure, la lengua
ciudad virtual. Santiago: LOM, 76. funcionaría sobre dos ejes: un eje de selección y
un eje de combinación. El eje de selección pone
Véase, F. Jameson. (1996): “El surrealismo si in- a disposición del hablante un repertorio de uni-
■ Álvaro Cuadra consciente”. Teoría de la postmodernidad. dades combinables; por esto también se le llama
Madrid: Ed. Trotta, p.97 y ss. reserva, memoria o paradigma. El paradigma es
Doctor de la Sorbonne. Académico una memoria asociativa en que se articulan opo-
e investigador de la Escuela 3 VILCHES, L. (2001): La migración digital. Bar-
celona: Gedisa, 29. siciones de modo contrastivo. Se trata, cierta-
Latinoamericana de Postgrados. mente, de relaciones in absentia. Un hablante
4 Tanto la noción de modelo que propone Julia elige los términos que utiliza contrastando unos
Kristeva como tarea a realizar por la semiótica, co- con otros; así, construye un sintagma. El sintag-
mo la de simulacro de la que habla Roland Barthes, ma es la combinación concreta de signos; es la
nos lleva a plantearnos esta ciencia desde el punto actualización que establezca relaciones de con-
de vista de su formalización. Según estos semió- tigüidad in praesentia.
logos, esta nueva ciencia se encargaría de elaborar
constructos, sistemas formales cuya estructura 13 Pensarnos una función del sistema como la exten-
mantendría un isomorfismo con el sistema que se sión de la noción de hiperindustrialización de la
está estudiando. Este simulacro o modelo repre- cultura a todos y cada uno de los individuos-no-
sentaría un nivel de axiomatización de los diversos dos que la alimentamos cotidianamente en cuanto
sistemas significativos. Así, el nivel de formaliza- modo de vida, consumo y deseo, en suma, como
modo de ser.
32 comunica ción
14 El lingüista estadounidense Dell Hymes, ha intro- ficies significantes de sus significados. Esta suer- pañó por más de cinco siglos, constituyendo, de
ducido una modificación al modelo de Jakobson. te de desemantización de la cultura nos obliga a hecho, la cuestión central de la política y la cultu-
El punto de Hymes es que la noción de contexto replantear la política e, incluso, las modalidades ra entre nosotros, en la hora actual
se refiere tanto al tema o asunto tratado por un men- de lo político. Llamaremos a este proceso de arre-
saje como a la situación o circunstancia concreta ferencialidad y desemantización proceso de vir- CUADRA, A. (2008): Hiperindustria... Op cit: 9.
en que se da el mensaje. Así, Hymes propone una tualización; esto es, el fenómeno por el cual los 25 Ibidem. 86
séptima función del lenguaje que él llama función procesos mentales y la construcción de la realidad
situacional, y que se refiere al cuándo y dónde se se afincan en el plano de los significantes. La vir- 26 En una mirada comparativa y de conjunto, pode-
efectúa la comunicación. El mismo Hymes sugie- tualización enfatiza los estímulos como nuevo mos constatar que en aquellos medios que cono-
re una serie de preguntas para esclarecer un pro- centro cognitivo; de modo que los nuevos conte- ció Adorno -prensa, radio, cine- se impuso el mo-
ceso de comunicación. De esta manera, el mode- nidos de la virtualidad son contenidos inmanentes delo broadcast de un emisor único que transmitía
lo de Jakobson se torna mucho más operacional. a la forma; una suerte de pensamiento visual ba- sus mensajes de manera masiva y, relativamente,
sada en perceptos más que en conceptos como pro- uniforme. El contraste se hace evidente al consta-
15 Estamos pensando, ciertamente, en Eco cuando puso Arnheim. El espacio de los significantes po- tar que tanto la televisión como la red Internet pro-
señala: “Por tanto, si bien el referente puede ser el see niveles sintácticos, semánticos y pragmáticos ponen más bien el modelo todos a todos, en que la
objeto nombrado o designado por una expresión, que se resuelven en la lógica de la expresión, sin hipermasividad de alcance planetario lejos de uni-
cuando se usa el lenguaje para mencionar estados apelar a una presunta significación más allá de la formizar los mensajes tiende a personalizarlos. A
del mundo, hay que suponer, por otra parte, que en materialidad del signo. Pensemos, por ejemplo, en esto debemos sumar todo el espectro de posibili-
principio, una expresión no designa un objeto, si- la estética del videoclip o en cierto tipo de meta- dades que ofrece la imagen digital por sobre la
no que transmite un CONTENIDO CULTURAL” publicidad, para no mencionar algunas tecnoimá- imagen óptica. Si los sistemas de retención tercia-
ECO, Humberto (1977): Tratado de semiótica ge- genes de videojuegos. rios permanecían anclados a la lecto-escritura en
neral. Barcelona, 121 CUADRA, Op. Cit.-93 el modo industrial de desarrollo, resulta claro que
el nuevo lenguaje de equivalencia y registro en el
16 BAUDRILLARD Jean (2001): Cultura y simula- 23 El político ya no es el prócer de antaño que entre- modo informacional de desarrollo, lo constituye el
cro. Barcelona: Editorial Kairós, (6º Edición). gaba sentidos a la comunidad; hoy, más bien se tra- código digital, el cual permite traducciones a di-
ta de un burócrata de dudosa catadura o, en el me- versos lenguajes, especialmente audiovisuales
17 Para una discusión más detallada de este punto, jor de los casos, un hacedor de cosas, un media- (texto, fotografía, vídeo, música). Por último, no
véase: dor pragmático. El nuevo político debe poseer los podemos olvidar que la lógica sintagmática propia
atributos de una estrella de televisión: espontáneo, de la lecto escritura ha sido desplazada por la ló-
CUADRA, A. (2008): Hiperindusria Cultural.
amigable, joven y exitoso. Se puede alegar que la gica vincular inmanente a los dispositivos hiper-
Santiago: Arcis.
nueva imagen del político enmascara una estrate- mediales.
Versión resumida e-book: www.labrechadigi- gia de marketing; sin embargo, subsiste la cuestión
tal.org de fondo: la nueva imagen del político debe ha- Op.Cit. 83
cerse cargo de un nuevo sentido común y de cier-
18 LANDOW, G (1995): Hipertexto. Buenos Aires: 27 El poder actual de los media ha invertido la ecua-
tas expectativas del público; precisamente la de un
Paidós, pp. 13-49. ción de la modernidad; ahora es la política la que
político como el descrito. Frente al escepticismo
debe acomodarse a la lógica de las grandes cade-
19 CUADRA, A. (2003): De la ciudad letrada a la del público, los umbrales de excitación tienden a
nas televisivas. Son los media los que imponen
ciudad virtual. Santiago: Editorial Lom. 94 ser cada vez mayores. No se trata, ciertamente, de
tiempos y formatos; los que instalan la agenda po-
aumentar la audacia propositiva sino de aumentar
lítica y los que seleccionan lo noticiable. Ya no son
20 La ex-nominación garantiza que las sociedades la excitación perceptual. Si la política es pura ad-
los grandes discursos los que ordenan la realidad
burguesas contemporáneas no exhiban, precisa- ministración y el político un burócrata del discur-
sino que la sintaxis formal que impone la imagen,
mente, su carácter de clase, es decir, tal como sos- so, los partidos políticos están en crisis y se han
semantizando desde la forma la realidad. La lógi-
tuvo Barthes, éstas se transforman en “sociedades transformado en verdaderas Marcas Registradas.
ca mediática, con su carga lúdica, desacraliza la
anónimas”. Por ello, muchos autores hablan de Los partidos de más éxito en este nuevo mundo no
política convirtiéndola en un significante más que
una “desaparición de las clases sociales” en las lla- son, precisamente, aquellos que poseen la pesan-
circula por las redes de esta cibercultura.
madas sociedades de consumo. Como escribe tez histórica y social de la modernidad; por el con-
Zygmunt Bauman: “En una sociedad de consumi- trario, las Marcas de mayor éxito son las que no CUADRA, A. De la ciudad letrada... Op cit: 97
dores todos tienen que ser, deben ser y necesitan reclaman compromisos duros ni lealtades sempi-
ser 'consumidores de vocación', vale decir, consi- ternas: pragmáticos e instrumentales, no ideoló- 28 Ibidem. 97
derar y tratar al consumo como una vocación. En gicos sino temáticos.
esa sociedad, el consumo como vocación es un de- CUADRA. Op. Cit.97.
recho humano universal que no admite excepcio-
nes. En este sentido, la sociedad de consumidores 24 Las nuevas coordenadas políticas y tecnoeconó-
no reconoce diferencias de edad o género ni las to- micas en el tardocapitalismo han dado origen a una
lera (por contrario a los hechos que parezca) ni re- “hiper industria cultural” de alcance planetario;
conoce distinciones de clase (por descabellado que en efecto, los lenguajes digitales han hecho posi-
parezca) Véase: ble que los flujos de capital sean ahora flujos sim-
bólicos, los que a su vez están sincronizados en
Bauman, Z. Vida de consumo. Buenos Aires. tiempo real con los flujos de conciencia de públi-
F.C.E. 2007:81. cos hipermasivos. Sostenemos pues la hipótesis de
que las nuevas tecnologías numéricas inherentes
21 Para un acabado diagnóstico, véase a este respec- a la expansión global del tardocapitalismo, están
to, las obras clásicas de: transformando los fundamentos de nuestra cultu-
LASCH, Ch. (1991): La cultura del narcisismo. ra, desestabilizando los sistemas retencionales ter-
Santiago: Editorial Andrés Bello. ciarios, inaugurando con ello una “nueva expe-
riencia” de los lenguajes (signo y memoria), el es-
LIPOVETSKY, G. (1990): La era del vacío. pacio y el tiempo (desterritorialización), repre-
Barcelona: Anagrama. sentación de la realidad (virtualidad) y un nuevo
estatuto del saber y del poder: “la ciudad virtual”.
SENNETT, R. (1980): Narcisismo y cultura mo- En un mundo en que la reproducibilidad se ha con-
derna. Barcelona: Ed. Kairós. vertido en una práctica social generalizada, de ba-
22 La modernidad escindió el referente poniendo en jo coste y sin perdida de señal, gracias a las tecno-
crisis la designación. Según Jameson, se trataría de logías numéricas, adviene la hiperreproducibili-
un proceso inherente al capitalismo que denomi- dad y con ella la hiperindustrialización de la cul-
na fuerza de reificación. Pues bien, en la actuali- tura. En pocas palabras: En la era de la hiperin-
dad este proceso continúa minando los lenguajes dustria cultural, América Latina está transfor-
de nuestra cultura; esta vez, separando las super- mando su régimen de significación que la acom-