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El Príncipe

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Para otros usos de este término, véase Príncipe (desambiguación).

Nicolás Maquiavelo

El Príncipe (en el original en italiano: Il Principe) es un tratado de doctrina política


escrito por Nicolás Maquiavelo en 1513 mientras se encontraba confinado en San
Casciano por la acusación de haber conspirado en contra de los Médici. Maquiavelo
dedicó la obra a Lorenzo II de Médici, hijo de Pedro II de Medici, con la esperanza de
reconquistar el encargo de Secretario de la República, y fue publicada póstumamente en
1532. Se trata sin duda de su obra con más renombre, aquella por la cual ha nacido el
sustantivo "maquiavelismo" y el adjetivo "maquiavélico".

A pesar del uso despectivo que confiere al término "maquiavélico" no es otra cosa sino
una obra dotada de un gran conocimiento de la psique humana, un enorme sentido
común y mucho pragmatismo. Tanto es así, que muchos hombres de negocios y
políticos han extrapolado algunas de sus ideas.

Contenido
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• 1 Sobre los principados mixtos


• 2 Sobre ser amado o temido
• 3 Autoritarismo o liberalismo
• 4 El arte de la guerra

• 5 Enlaces externos

[editar] Sobre los principados mixtos


En esta parte de su obra, Maquiavelo trata sobre los principados mixtos, viene a ser
aquel que no es enteramente nuevo y posee un miembro añadido a un principado
antiguo ya poseído, éste se asemeja mucho a los principados nuevos, tiene casi las
mismas dificultades para conservar el poder. Los principados mixtos consisten en que
los hombres, aficionados a mudar de señor, con la loca y errada esperanza de mejorar su
suerte, se arman contra el que los gobernaba y ponen en su puesto a otro, no tardando en
convencerse, por la experiencia, de que su condición ha empeorado. Ello proviene de la
necesidad natural, en que el nuevo príncipe se encuentra, de ofender a sus nuevos
súbditos, ya con tropas, ya con una infinidad de otros procedimientos molestos, que el
acto de su nueva adquisición llevaba consigo.

Se consideran varias estrategias para conservar este principado: la primera, eliminar el


linaje del príncipe anterior y no alterar las leyes ni aumentar los impuestos.

Asimismo, Maquiavelo aclara que los principiados mixtos son los mejores.

[editar] Sobre ser amado o temido


Maquiavelo aconseja a los príncipes que deben ser amados y temidos simultáneamente.
Pero como estas relaciones raramente existen al mismo tiempo, aclara que es preferible
ser temido que amado. Fundamenta su pensamiento en que en el momento de una
revolución, el pueblo puede que se olvide del amor, pero el temor siempre lo perseguirá.
En consecuencia, si un soberano es temido hay menos posibilidades de que sea
destronado. Además Maquiavelo aconseja que sobre todas las cosas uno siempre debe
evitar ser odiado, ya que en esa situación nada impedirá que termine destronado. Para
evitar ser odiado el príncipe nunca debe interferir con los bienes de sus súbditos ni con
sus esposas, ya que argumenta que un subordinado olvida más rápido la muerte de su
padre que la pérdida de sus riquezas..

[editar] Autoritarismo o liberalismo


Los pensamientos de Maquiavelo sobre este tema fueron asignados un capítulo entero
en El príncipe. Él piensa que es mejor ser autoritario, ya que cuando uno es clemente o
liberal le da libertad tanto a las personas como a los hechos. Estos hechos como
masacres y matanzas afectan a toda la población. En cambio cuando uno es autoritario
evita los hechos que afectan a todo la población, y en vez sólo ejecuta a unas personas,
para mantener el orden y el autoritarismo. Además, estas ejecuciones sólo afectan a
unos pocos individuos.

[editar] El arte de la guerra


Aquí, Maquiavelo nos dice que un príncipe siempre se debe preocupar por estas
cuestiones y debe tener en cuenta que una postura neutral ante los problemas es en
muchos casos una postura desventajosa y solamente retrasa los mismos. Además,
también ha de tenerse cuidado en hacer alianzas con alguien más poderoso ya que se
corre el riesgo de ponerse a su merced. Un aliado débil, en cambio, siempre estará a tu
merced

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