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¿Cómo se diagnostica la sarcoidosis?

Su médico le diagnosticará la sarcoidosis con base en su historia clínica, el examen


médico y los resultados de unas pruebas. Además buscará si tiene granulomas (masas
inflamadas) en los órganos del cuerpo. También tratará de descartar otras causas de sus
síntomas.

Historia clínica
El médico le hará preguntas detalladas sobre su historia clínica. Por ejemplo, tal vez le
pregunte si hay antecedentes de sarcoidosis en su familia. Puede preguntarle si ha tenido
empleos que puedan haber aumentado su riesgo de sufrir la enfermedad.

También puede preguntarle si ha estado expuesto a la inhalación de un metal llamado


berilio. Este metal se usa en la fabricación de aviones y armas. Quizá le pregunte si ha
tenido contacto con polvo orgánico de aves o heno.

La exposición a estas sustancias puede causar masas inflamadas en los pulmones que se
parecen a los granulomas de la sarcoidosis. Sin embargo, esas masas son signos de otras
enfermedades.

Examen médico
El médico lo examinará en busca de signos y síntomas de sarcoidosis, como un brote
rojizo en la piel; ganglios linfáticos inflamados; aumento de tamaño del hígado, el bazo
o las glándulas salivales; o enrojecimiento de los ojos. También investigará si sus
síntomas se deben a otras causas.

El médico le oirá además el corazón y los pulmones. Los sonidos respiratorios y latidos
anormales pueden ser un signo de que la sarcoidosis está afectando los pulmones o el
corazón.

Pruebas diagnósticas
Es posible que tenga que hacerse unas pruebas para confirmar el diagnóstico y averiguar
cómo lo está afectando la enfermedad. Entre esas pruebas está una radiografía de tórax,
unas pruebas de función pulmonar, una biopsia y otras pruebas que evalúan el daño de
los órganos.

Radiografía de tórax
La radiografía de tórax es una prueba indolora con la que se obtienen imágenes de las
estructuras internas del tórax, como el corazón y los pulmones. La prueba puede mostrar
granulomas o ganglios linfáticos aumentados de tamaño dentro del tórax. Cerca de un
95 por ciento de las personas con sarcoidosis tienen una radiografía de tórax anormal.

Pruebas de función pulmonar


Las pruebas de función pulmonar miden el tamaño de los pulmones, la cantidad de aire
que usted puede entrar y sacar de los pulmones, la rapidez con que puede sacar el aire y
qué tan bien los pulmones pasan el oxígeno a la sangre. Estas pruebas se pueden usar
para averiguar si la sarcoidosis está afectando los pulmones.

Biopsia
Es posible que el médico le haga una biopsia para confirmar el diagnóstico o descartar
otras causas de sus síntomas. La biopsia consiste en tomar una muestra pequeña de
tejido de uno de los órganos afectados.

Por lo general, los médicos tratan de tomar biopsias de los órganos de más fácil acceso,
como la piel, las glándulas lagrimales o los ganglios linfáticos que quedan
inmediatamente por debajo de la piel.

Si esto no es posible, el médico puede usar una tomografía por emisión de positrones
(TEP) para determinar las zonas en las que deben hacerse biopsias. Para esta prueba se
inyecta una pequeña cantidad de una sustancia radiactiva en una vena, por lo general en
el brazo.

Esta sustancia, que libera energía, va por la sangre y se acumula en órganos o tejidos.
La energía se detecta mediante cámaras especiales y se convierte en imágenes
tridimensionales.

Si las pruebas de función pulmonar o la radiografía de tórax muestran signos de


sarcoidosis en los pulmones, el médico puede hacer una broncoscopia para obtener una
muestra pequeña de tejido.

Durante este procedimiento se introduce un tubo largo y flexible por la nariz (o a veces
por la boca), se pasa por la garganta y luego por las vías respiratorias hasta llegar al
tejido pulmonar. (Véase más información en "What To Expect During Bronchoscopy?",
un artículo que describe lo que es una broncoscopia; disponible solamente en inglés).

Otras pruebas para evaluar el daño de los órganos


Tal vez tenga que hacerse otras pruebas para evaluar el daño que han sufrido algunos
órganos y determinar si se requiere tratamiento. Por ejemplo, el médico puede
recomendar pruebas de sangre o un electrocardiograma (ECG).

Toda persona que tenga un diagnóstico de sarcoidosis debe ir a un oftalmólogo


(especialista de los ojos) para hacerse exámenes de los ojos aunque no tenga síntomas.
Esto es importante porque pueden presentarse lesiones de los ojos sin que haya
síntomas.

¿Cómo se trata la sarcoidosis?


No todas las personas que tienen sarcoidosis necesitan tratamiento. En algunos casos la
enfermedad desaparece por sí sola. Sus signos y síntomas, los órganos que estén
afectados y el grado de funcionamiento de esos órganos determinarán si usted necesita
tratamiento y qué tipo de tratamiento tiene que recibir.

Si la enfermedad le afecta ciertos órganos, como los ojos, el corazón o el cerebro, usted
necesitará tratamiento aunque no tenga síntomas.

Ya sea que tenga o que no tenga síntomas, debe ponerse en manos de un médico para
recibir atención continua. El médico querrá verificar que la enfermedad no esté
causando lesiones en los órganos. Por ejemplo, tal vez tenga que hacerse pruebas de
función pulmonar para ver si los pulmones siguen funcionando bien.

Si la enfermedad no está empeorando, el médico puede observarlo atentamente para ver


si la enfermedad desaparece sola. Si comienza a empeorar, el médico puede recetarle un
tratamiento.

Los objetivos del tratamiento son:

 Aliviar los síntomas


 Mejorar el funcionamiento de los órganos
 Controlar la inflamación y reducir el tamaño de los granulomas (masas inflamadas)
 Evitar la fibrosis pulmonar (formación de tejido cicatricial en los pulmones) si los
pulmones están afectados

El médico puede recetar tratamientos o medicinas de aplicación local para tratar la


enfermedad.

Medicinas
Prednisona

La prednisona, que es un tipo de esteroide, es el principal tratamiento para la


sarcoidosis. Esta medicina reduce la inflamación. En la mayoría de las personas, la
prednisona alivia los síntomas en un par de meses.

Aunque la mayoría de las personas tienen que tomar prednisona durante 12 meses o
más, el médico puede disminuirle la dosis unos meses después de que usted comience a
tomarla.

El uso prolongado de prednisona, especialmente en dosis altas, puede causar efectos


secundarios graves. Usted y el médico decidirán si las ventajas de esta medicina superan
los riesgos. Si el médico le receta este tratamiento, buscará la dosis más baja que logre
controlar la enfermedad.

Cuando usted deje de tomar prednisona debe disminuirla gradualmente (según las
indicaciones del médico). Así evitará que la sarcoidosis vuelva a agudizarse. Disminuir
la medicina lentamente también le permitirá a su cuerpo adaptarse a no recibirla.

Si hubiera una recaída o recrudecimiento de la enfermedad después de que usted deje de


tomar la prednisona, es posible que necesite una segunda ronda de tratamiento. Si
permanece estable más de un año después de suspender el tratamiento, el riesgo de
recaída es bajo.

Otras medicinas

Para el tratamiento de la sarcoidosis se usan otras medicinas además de la prednisona.


Entre ellas están:

 Hidroxicloroquina. Esta medicina funciona mejor para el tratamiento de la sarcoidosis


que afecta la piel o el cerebro. Su médico también puede recetarle esta medicina si
usted tiene concentraciones altas de calcio en la sangre debido a la sarcoidosis.
 Metotrexato. Esta medicina funciona mejor para el tratamiento de la sarcoidosis que
afecta los pulmones, los ojos, la piel o las articulaciones.

El médico puede recetar estas medicinas si la sarcoidosis empeora mientras usted está
tomando prednisona o si no puede soportar los efectos secundarios de la prednisona.

Si tiene síndrome de Lofgren y presenta dolor o fiebre, el médico puede recetarle


antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno.

Si tiene sibilancias (silbidos o chillidos al respirar) y tos, quizá necesite medicinas


inhaladas para ensanchar las vías respiratorias. Estas medicinas se toman con un
inhalador, que es un dispositivo que le permite a la medicina llegar directamente a los
pulmones.

Investigaciones en curso
Los investigadores siguen buscando nuevos y mejores tratamientos para la sarcoidosis.
Actualmente están estudiando tratamientos que se enfocan en el sistema inmunitario.
También están estudiando antibióticos como un posible tratamiento para la sarcoidosis
que afecta la piel.

Vivir con sarcoidosis


La sarcoidosis no tiene cura pero se pueden tomar medidas para controlarla. Póngase en
manos de un médico para recibir atención continua y lleve una vida sana. Hable con el
médico si está embarazada o piensa quedar embarazada.

Atención médica continua


Es importante ponerse en manos de un médico para recibir atención continua, aunque
usted no tome medicinas para la sarcoidosis. Pueden surgir nuevos síntomas en
cualquier momento. Además, la enfermedad puede empeorar lentamente sin que usted
lo note.

La frecuencia con la que tendrá que ver al médico dependerá de la gravedad de los
síntomas, de los órganos que estén afectados, de los tratamientos que esté usando y de si
estos tratamientos están produciendo efectos secundarios. Aunque no tenga síntomas
debe ir al médico para recibir atención continua.

El médico puede recomendar pruebas corrientes, como pruebas de función pulmonar y


exámenes de los ojos. También querrá verificar que la enfermedad no esté causando
lesiones en los órganos.

Pregúntele con qué frecuencia tiene que ir a consultas de control. Es posible que tenga
consultas de control con su médico de atención primaria y otras consultas con uno o
más especialistas.

Cambios en el estilo de vida


Los cambios en el estilo de vida pueden ayudarle a controlar la salud. Por ejemplo, debe
consumir una alimentación saludable y realizar tanta actividad física como le sea
posible. La alimentación saludable consiste en una variedad de frutas, verduras y
cereales integrales.

También consiste en carnes magras, pollo, pescado, frijoles, leche descremada o


semidescremada y productos lácteos descremados o semidescremados. Una
alimentación saludable contiene pocas cantidades de grasas saturadas, grasas trans,
colesterol, sodio y azúcar.

Si desea más información sobre cómo tener una alimentación saludable, visite los sitios
web Aim for a Healthy Weight, del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la
Sangre, "Your Guide to a Healthy Heart" y "Your Guide to Lowering Your Blood
Pressure With DASH" (en inglés solamente). Todos estos recursos contienen
información general sobre la alimentación saludable.

Si fuma, deje de hacerlo. Hable con su médico sobre programas y productos que pueden
ayudarle a dejar el hábito. Trate además de evitar otros irritantes pulmonares, como el
polvo, las sustancias químicas y el humo de otras personas que fumen.

Problemas emocionales
Las enfermedades crónicas pueden causar temor, ansiedad, depresión y estrés. Es
importante que le diga a su equipo de profesionales de la salud cómo se siente. También
puede ser útil hablar con un consejero profesional. Si se siente muy deprimido, su
equipo de atención médica o su consejero puede recetarle medicinas para que se sienta
mejor.

Inscribirse en un grupo de apoyo para pacientes con sarcoidosis puede servir para
adaptarse a vivir con esta enfermedad. Verá cómo han lidiado con la enfermedad otras
personas que la sufren. Pregúntele al médico si en la localidad hay grupos de apoyo o
averigüe en un centro médico de la zona.

El apoyo de familiares y amigos también puede aliviar el estrés y la ansiedad. Dígales a


sus seres queridos cómo se siente y qué pueden hacer para ayudarlo.
Embarazo
Muchas mujeres que tienen sarcoidosis dan a luz bebés sanos. Las mujeres que tienen
sarcoidosis grave, especialmente las de más edad, pueden tener dificultades para quedar
embarazadas. En algunos casos la sarcoidosis puede empeorar después del parto.

Si usted tiene sarcoidosis y está embarazada o piensa estarlo, pregúntele al médico


cuáles son los riesgos. Si queda embarazada es importante que reciba una buena
atención prenatal y que acuda a controles periódicos de la sarcoidosis durante el
embarazo y después de éste.

Algunas medicinas para la sarcoidosis se consideran inofensivas durante el embarazo


pero otras no se recomiendan.

Puntos clave
 La sarcoidosis es una enfermedad de causa desconocida que provoca
inflamación. Puede afectar distintos órganos del cuerpo.
 Tiene más probabilidades de ocurrir en unos órganos que en otros. Por lo
general comienza en los pulmones, la piel o los ganglios linfáticos
(especialmente los del tórax). A menudo afecta también los ojos y el hígado.
 En las personas que tienen sarcoidosis, las células del sistema inmunitario
causan inflamación y se agrupan para formar masas llamadas granulomas.
 Si en un órgano se forman muchos granulomas, el funcionamiento de éste se
puede alterar. Entonces se pueden producir signos y síntomas que varían según
el órgano que esté afectado. Muchas personas que tienen sarcoidosis no tienen
síntomas o sus síntomas son leves.
 Algunos investigadores creen que la sarcoidosis surge cuando el sistema
inmunitario responde a algo que lo provoca, como bacterias, virus, polvo o
sustancias químicas. En la sarcoidosis también pueden intervenir factores
genéticos.
 La sarcoidosis afecta a personas de todas las razas y todas las edades. En los
Estados Unidos afecta a los afroamericanos con un poco más de frecuencia y
gravedad que a las personas de raza blanca. También es un poco más frecuente
en las mujeres que en los hombres. Por lo general aparece entre los 20 y los 50
años.
 Tanto en los adultos como en los niños afecta con más frecuencia los pulmones.
Si se forman granulomas en los pulmones, puede haber sibilancias (silbidos o
chillidos al respirar), tos, sensación de falta de aliento o dolor en el pecho.
Algunas personas con sarcoidosis pueden sentirse muy cansadas, inquietas o
deprimidas. Los sudores nocturnos y la pérdida de peso son síntomas frecuentes
de la enfermedad.
 El síndrome de Lofgren es un conjunto clásico de signos y síntomas que se
presenta en algunas personas cuando la sarcoidosis surge por primera vez. Sus
signos y síntomas pueden consistir en fiebre, aumento de tamaño de los ganglios
linfáticos, artritis y eritema nudoso (una erupción cutánea con un brote rojo o
morado rojizo en los tobillos).
 Su médico le diagnosticará la sarcoidosis con base en su historia clínica, el
examen médico y los resultados de unas pruebas. Además buscará si tiene
granulomas (masas inflamadas) en los órganos del cuerpo. También tratará de
descartar otras causas de sus síntomas.
 Sus signos y síntomas, los órganos que estén afectados y el grado de
funcionamiento de esos órganos determinarán si usted necesita tratamiento y qué
tipo de tratamiento tiene que recibir.
 El médico puede recetar tratamientos o medicinas de aplicación local para la
enfermedad. No todas las personas que tienen sarcoidosis necesitan tratamiento.
En algunos casos la enfermedad desaparece por sí sola.
 Si la enfermedad le afecta ciertos órganos, como los ojos, el corazón o el
cerebro, es posible que necesite tratamiento aunque no tenga síntomas.
 La sarcoidosis no tiene cura pero se pueden tomar medidas para controlarla.
Póngase en manos de un médico para recibir atención continua y lleve una vida
sana. Hable con el médico si está embarazada o piensa estarlo.
 Es importante ponerse en manos de un médico para recibir atención continua,
aunque no tome medicinas para la sarcoidosis. En cualquier momento pueden
surgir nuevos síntomas. Además, la enfermedad puede empeorar lentamente sin
que usted lo note.
 El desenlace clínico de la sarcoidosis varía. Muchas personas se recuperan de la
enfermedad sin problemas o con pocos problemas a largo plazo.
 En raras ocasiones la sarcoidosis puede ser mortal. Por lo general la muerte se
debe a complicaciones de los pulmones, el corazón o el cerebro. Los malos
desenlaces clínicos tienen más probabilidades de presentarse en personas que
tienen enfermedad avanzada y muestran poca mejoría con el tratamiento.

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