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NOMBRE: Cristian Fabian Zemanate López

CÓDIGO: 1044215
PLAN: Ingeniería de Materiales – 3741
MATERIA: Introducción a la Gestión Ambiental
PROFESOR: Rolf Moller

“Poverty and Inequality Block Progress”

Si bien es cierto que en la actualidad, la pobreza y la desigualdad son aspectos


preocupantes, ya que son la base de numerosos problemas. Los impactos medio
ambientales y el bienestar humano son los que tienen mayor dificultad de ser solucionados;
sin embargo persiste la contrariedad de la humanidad, una desigualdad divida entre ricos y
pobres, esto conlleva a dos diferentes tipos de destrucción del medio ambiente, por un lado
los ricos que con su fuerza imponente generan una contaminación intensiva, mientras que
los pobres sometidos a las peores condiciones medio ambientales. La globalización ha sido
un motor de oportunidad económica, en donde unos pocos se elevan por los cielos
aprovechando este tipo de ventaja, mientras que otros se hunden en un pozo sin salida. La
pobreza, principalmente se crea por la falta de ingresos y el hambre es un fenómeno
extensivo en todo el planeta que no se genera por la falta de alimentos, sino porque hay
demasiada pobreza para adquirir lo suficiente.

La pobreza y la desigualdad tienen muchas dimensiones, que van desde lo sutil a lo


extremo, de lo obvio a lo sorprendente, y de lo fugaz a lo detallado; donde cada una
contribuye a una desigualdad de oportunidad educativa, vulnerabilidad a las enfermedades
perceptibles y curables y una enorme brecha digital. Siendo así, para los pobres se convierte
en programas sociales con financiación insuficiente, debido al aplastamiento de la carga de
la deuda externa, de una mayor exposición a los conflictos armados y violaciones de los
derechos humanos, y mayor susceptibilidad a los desastres naturales. Del mismo modo, la
desigualdad también se ve reflejada no solo en los países pobres y en transición del
comunismo al capitalismo sino en aquellos países industrializados; en donde existe un
“brecha salarial” que beneficia a los menos necesitados. No obstante, es cierto que
pequeños aumentos en los ingresos de los pobres se puede traducir en salud y beneficios de
educación para ellos. Sin embargo, en el sentido común se sugiere que el crecimiento en
condiciones de alta desigualdad trae pocos beneficios para "los que no tienen". Por otra
parte, la corrupción socava el desarrollo económico y sesga la inversión pública lejos de la
prioridad hacia ámbitos de la educación y la salud que más probabilidades de reducir la
pobreza. De manera similar, menos ingresos con demasiada continuidad se convierten en
peor salud, mayor mortalidad y una esperanza de vida más corta. Estas amenazas a la salud
pública son un producto de la pobreza generalizada: la falta de limpieza agua, saneamiento,
medicamentos a precios asequibles, y alimentos nutritivos.

Igualmente, la pobreza y la violencia tienen una estrecha relación, en donde los conflictos
armados lamentablemente encienden la chispa de guerra que conlleva a un entorno de
riesgo y pobreza. La riqueza económica es la principal causa de cada conflicto; la adquisición
de recursos o productos tales como: el dominio de tierras, la explotación de recursos como el
petróleo, piedras preciosas y minerales son las razones por la cual existen los conflictos en
los países en vía de desarrollo. Debido a la guerra generalizada, la política y la represión, los
países en desarrollo generan 86 por ciento de los refugiados del mundo, refugiados que son
desterrados de sus tierras y no tienen a dónde ir, en otras palabras recaen en la extrema
pobreza. Por desgracia, los gobiernos continúan realizando un crecimiento militar, que
implican inversiones preocupantes, que deberían centrarse principalmente en necesidades
insatisfechas, incluyendo los servicios de salud, la educación, el alivio de la pobreza y la
protección del medio ambiente.

Por otra parte, los países en vía de desarrollo y países industrializados son vulnerables a las
reverberaciones del cambio climático. Desastres relacionados con el clima se llevan la mayor
pérdida de vidas humanas en los países en desarrollo; si bien la carga de los desastres
relacionados con el clima es mayor en los países en desarrollo menos capaces de adaptarse,
el peso de la responsabilidad recae en las naciones industriales que a través de la historia
han contribuido la mayor parte de las emisiones de carbono a través de la quema de
combustibles fósiles. Con menos del 5 por ciento de la población mundial, los Estados
Unidos es el mayor consumidor de petróleo, carbón y gas natural, lo cual significa que es el
mayor contribuyente al cambio climático, produciendo el 24 por ciento de las emisiones
mundiales de carbono por la quema de combustibles fósiles causando diversos problemas
climáticos a nivel mundial.

Algo semejante ocurre con el uso de energía y el cambio climático, son los denominados
beneficios tecnológicos. El internet puede contribuir al desarrollo económico. El uso de
Internet, sin embargo, todavía se concentra en los países industrializados, donde hay 41
usuarios de Internet por cada 100 personas en comparación con sólo el 2,3 de usuarios por
cada 100 en los países en desarrollo. La enorme brecha tecnológica entre las naciones ricas
y pobres está disminuyendo debido a implementación de tecnología electrónica económica
ya sea en telefonía móvil e internet, etc. No obstante, mientras que las computadoras y los
teléfonos benefician a las personas de muchas maneras, su montaje requiere grandes
cantidades de agua, energía y materiales tóxicos que pueden dañar los suministros de agua
potable afectando a las personas de manera directa.

Pongamos por caso al contraste entre ricos y pobres más resaltantes de nuestro planeta, los
Estados Unidos y el continente africano. Estas regiones se encuentran en los extremos
opuestos de un espectro que separa la oportunidad y la vulnerabilidad y que ilustra el uso de
recursos extravagantes y la falta generalizada de incluso los servicios básicos. Los Estados
Unidos, con cerca de 5 por ciento de la población mundial, representan el 22 por ciento del
producto económico mundial, el 25 por ciento de los coches de pasajeros, y más de la mitad
de lo que el mundo gasta en publicidad. Siendo el mayor contribuyente del mundo de
emisiones de carbono, tiene el mayor parque automotor del mundo. Mientras que África,
marcado por el contraste y la tristeza, es el hogar de 70 por ciento de la población mundial
con VIH. El África sub-sahariana se está arrastrando hacia abajo por la epidemia de SIDA,
que es ahora la principal causa de muerte en ese lugar. La crisis alimentaria en África se ha
visto agravada por la pérdida de trabajadores agrícolas a causa del SIDA y por el ahorro que
se gasta en medicinas y funerales. Los conflictos o guerras son aún más devastadores,
muchos países africanos asolados por el SIDA y cediendo ante las crisis de salud son
impulsados por el diamante y el aceite de Bonet recursos valiosos en el mercado mundial.

Si bien la pobreza y el hambre persisten, el número de personas en todo el mundo que


padecen hambre ha disminuido casi 15 por ciento desde 1970; grupos de personas,
organizaciones entre otros esta abogando el alivio de la pobreza mundial, generando
conciencia y a ayudar a estimular el desarrollo de nuevos planes que mejoren la calidad de
vida de las personas. Un claro ejemplo sobre este desarrollo, se ve reflejado en la
desaceleración en el crecimiento de la población y la reducción en la tasa de mortalidad que
han ayudado a mejoras las perspectivas de un nuevo desarrollo. Los nuevos tipos de la
industria están empezando a crear puestos de trabajo con menos contaminación y la
generación de residuos. Las turbinas de viento, por ejemplo, proporcionar energía eléctrica a
un número cada vez mayor de personas. Otra clave de la industria del turismo mundial,
comenzó a recuperarse de los recientes reveses. En Asia se convierte en un destino turístico
de primer orden, el ecoturismo es una promesa para la protección del hábitat de las aves y
otros animales salvajes mientras que proporciona puestos de trabajo necesarios.

Mayores inversiones en salud, educación, y las empresas innovadoras son necesarias para
aprovechar todo el potencial humano que está obligado por la pobreza. Esto se podría lograr
con un reordenamiento de las prioridades. Los fondos que se requiere para eliminar el
hambre y el analfabetismo, la concesión de servicios de salud, y para proveer de agua
potable en todo el mundo son mucho menos que el dinero que se gasta cada año en fines
militares. Y en los últimos años, los gobiernos y los organismos internacionales han
comenzado a reconocer el efecto sarcástico de la corrupción en el desarrollo, que está
sesgando el gasto lejos de la salud y la educación y hacia la acumulación de armas y
grandes obras públicas.

En conclusión, la pobreza y la desigualdad son elementos que tienen muchas dimensiones,


que para solucionar cada fenómeno se precisa una fase de cambio e innovación, que
consista en desarrollar e incentivar el progreso mediante la mejora en aspectos políticos tal
como la adecuada gestión y ejecución de planes de desarrollo; sociales en caso de la toma
de conciencia e individuales como la motivación para una vida mejor; dando como resultado
una mejorar la calidad de vida de las personas.

Referencia Bibliográfica:
RENNER, Michael, O.SHEEHAN, Molly. Poverty and Inequality Block Progress, Ed. Worldwatch Institute in
Cooperation with the United Nations Environment Programme. Publicado: Vital Signs 2003 – The Trends That
Are Shaping Our Future. W.W. Norton & Company, New York / London.

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