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Son interesantes los capítulos que habla de energía, materia y mente; los centros
energéticos, emoción y enfermedad; y la historia clínica aunque a mi entender le falta
claridad para el neófito, y parecen capítulos independientes al resto del libro que habla
de la curación por esencias minerales (encuentro que le falta cohesión y coherencia).
Algunos detalles:
La información que el autor pone sobre las gemas de que estaba formado el pectoral de
Aarón, coincide con las de la Biblia (lo he comprobado), pero difiere de las que pone en
su otro libro: “Curación por cristales gemas y minerales”. En concreto en el ópalo y en
los nombres de Ligure, Crisólito, Carbunclo y la disposición del rubí (La treceava
piedra).
Cuando habla de las “Gemas en la farmacopea actual”, mezcla con ellas a cuatro
sustancias minerales que no son gemas: Alúmina, Calcárea fluorica, Collarium Rubrun,
Hekla lava y Silicea. Además en la misma sección repite Onix, con propiedades
diferentes, lo cual da la impresión que el autor no cuida los detalles o revisa
exhaustivamente su obra.
También difiero en “ ...es importante dejar bien sentado que ninguna gema opera
directamente sobre el cuerpo físico.”. Pues esto también depende si el mineral nos está
dejando sustancia (por ejemplo administrado en cenizas, su acción como oligoelemento,
u remedio homeopático, etc.).
Tampoco cuadra mucho con el otro libro el tema de las diluciones o disoluciones, ya
comentado: “Como bien lo ejemplifican las dinamizaciones homeopáticas, mal
llamadas diluciones, ya que no se trata de diluir como vulgarmente se cree...”
Hay una serie de definiciones que se contradicen entre ellas al menos crean confusión
en los conceptos porque parece que no cuadran unas con otras:
“Como sucede con la electricidad, a la que usa produce y conduce (la ciencia, se
refiere), pero no sabe con exactitud que es)...
...Al querer describir el color, invariablemente debemos referirnos a este como una
sensación. Como una impresión producida por el ojo humano, más precisamente, sobre
el por la luz, ya que el color no existe de manera física”.
“Se utilizan normalmente las gemas por ser las fuentes de color más puras que existen
en el planeta. La absorción o sensación de color es causa de reacciones consecuentes,
las cuales no son otra cosa , que una estimulación producida por nuestros ojos.”.
Hoy en día, tanto la electricidad como las ondas electromagnéticas son perfectamente
conocidas por la ciencia, incluso cada color está determinado por una frecuencia
perfectamente determinada. No solo el ojo humano detecta el color, también lo hacen
los centros energéticos del cuerpo, y en realidad cada porción de nuestro cuerpo que
entra en contacto con él. Y no solo me refiero en la piel o superficie de los organismos
vivos, si no también dentro de nuestro cuerpo. Los infrarrojos penetran en el cuerpo
como a un centímetro de distancia, y se hace sentir allí, los ultravioletas, también
penetran, y también las microondas mucho más adentro, hasta los huesos ( aunque esto
ya no lo denominamos color, pero solo difiere en realidad, en la frecuencia de la onda
electromagnética). No solo los ojos nos produce la sensación del color, los rojos e
infrarrojos nos dan calor, los violetas y ultravioletas nos refrescan, independientemente
de tener los ojos abiertos o cerrados. La cromoterapia también funciona en los ciegos.
También la luz, el color, hace que podamos sintetizar la vitamina D, y que las plantas
puedan hacer su función clorofílica. Definir el color como una sensación de los ojos, es
quedarse muy, pero que muy corto.
Sin embargo el mismo autor más adelante, está más de acuerdo con mis aclaraciones,
que con lo que él ha puesto anteriormente.
“...Esto sucede porque no vemos solo el color, también lo sentimos debido a su acción
sobre los millones de células que componen nuestro cuerpo.”
Otra inexactitud:
“Las propiedades terapéuticas del color, no poseen acción física directa, sus efectos
operan más bien sobre la mente subconsciente y el cuerpo energético”.
Operan sobre el cuerpo energético, no hay duda, pero también en el cuerpo físico. Ya
hemos puesto ejemplos: Las síntesis de algunas vitaminas por la luz, la función
clorofílica, la lámpara de infrarrojos que nos ponen en los riñones en recuperación para
producir calor, las salas refrescantes y tranquilizantes de luz ultravioletas en los Spa’s,
etc
Hay otras cosas que las nombra pero no aclara de porqué es así.
Tampoco hasta ahora dice si todo lo que ha hablado en el libro sobre las gemas, es en
general. Me explico, que pueda traspolarse a cualquier manera de uso de las gemas, o
solamente al empleo de las gemas en elixires o preparados. Por ejemplo en la
incompatibilidad, hemos de suponer que solo es cuando se ingiere en el mismo
preparado, y no cuando se disponen diferentes gemas sobre los centros energéticos. Ya
sé que el libro se titula “Curación por esencias minerales”, pero habla de tantas cosas, y
tan en general, que pierdes el concepto, a veces con lo del color y otros temas , pues
parece que hable en general, y no habla de preparados con gemas hasta al final de la
obra.
Es curioso que cuando trata específicamente los chakras no nombra para nada el
Esplénico o del Bazo, sin embargo mucho más adelante, si lo nombra asignándole sus
gemas correspondientes, por lo que nos quedamos sin saber nada de él.
El libro se titula “ Curación por esencias minerales”, me sorprende que solo dedique
cuatro páginas y al final del libro de cómo se preparan las esencias. Pero es que además
no dice como se pueden conseguir. ¿Se compran, donde? Habla de cómo preparar el
medicamento a partir de la esencia madre o concentrado, pero no dice como fabricar
ésta, o como conseguirla. Sin esto el libro carece de utilidad práctica, aunque en el
subtitulo del mismo ponga: “Manual práctico y clínico”.
Bueno, hay algunas cosillas más , con respecto a matices, pero de menor importancia.
Aquí lo dejo.