You are on page 1of 2

La mitología romana reúne las creencias, rituales y otras prácticas

concernientes al ámbito sobrenatural que sostenía o realizaba el antiguo


pueblo romano desde el periodo legendario hasta que el cristianismo absorbió
definitivamente las religiones del Imperio romano a principios de la edad media.

El Fuego Sagrado tiene una explicación que se remonta a los tiempos mas
ancestrales. La persona siente la necesidad de tener fuego para todas las
necesidades cotidianas. La dificultad en producirlo aconsejaba el mantener el
fuego de manera permanente para siempre poder hacer uso de él. Y así nace
esta costumbre.

Mas cuando los griegos y, concretamente, Heráclito advierte que el fuego junto
con el agua, aire y tierra compone uno de los cuatro elementos básicos en la
Naturaleza propulsa mucho mas la importancia del fuego. También los
egipcios tenían un fuego permanente.

En Roma, en el Templo de Vesta eran las sacerdotisas Vestales la


encargadas de mantener ese fuego. Mas tanto la morada de Vesta como la de
las Vestales estaba en Regia, muy cerca de una fuente. Da la impresión como
si se pretendiese que aquella fueran las custodia de dos elementos
indispensables: el agua y el fuego.

Por ello cuando nos ocupamos de las Vestales, en otra página, advertíamos el
castigo que se imponía a las Vestales si permitían que el fuego se apagase
porque implicaba tanto como la interrupción de la conexión entre el mundo
material y el espiritual. Si el fuego de Vesta se apagaba se interrumpían todos
los actos, cerraban organismos oficiales y se consideraba un mal presagio.

Para entender este asunto hagamos un parangón: ¿ Que significaría hoy un


apagón de luz ? Pues eso mismo representaba en el mundo romano con el
agravante de que ellos no disponían de baterías y otros mecanismos de
ayuda.

Resulta sencillo comprender que partiendo de esta realidad el culto al fuego


se convirtiese en algo importantísimo y divino.

El culto al Fuego Sagrado: El fuego sagrado era un fuego que siempre se


mantenía prendido cerca del altar familiar y que representaba el alma de la
familia y la diosa protectora de la casa. Si se consumía este fuego, también se
consumía la familia.

CONCLUSIÓN.

Tanto los romanos tenían una forma parecida de representar a sus dioses y
diosas. Es cierto que la mitología griega desciende sin obstáculos sobre la
mitología romana, aunque la adopta de forma diferente. Claro ejemplo de esto
lo encontramos en la forma de llamar la atención a los dioses que poseían los
romanos, con prácticas y ritos con los que pedían los favores de los señores
supremos.

Pero no se muestra esa distinción en los dioses concretos, ya que en ambas


mitologías se conservan sus atributos e incluso sus descripciones. Con esto,
deberíamos se remontarnos a la edad de la mitología asiática, ya que muchos
de los dioses griegos proceden de allí. Es por tanto esta una mitología hecho a
fuego de culturas, de pueblos que han ido moldeando un mismo ejemplo para
hacer creer que las diferencias que separan a los dioses y a las propias
mitologías en sí, son gotas diminutas en el inmenso mundo del mito.

Aunque se pueden asociar ambas mitologías, considero más respetuosos


trabajarlas por separados, y más en cuanto se refiere al tema de los dioses (tan
asemejados ellos, parece ser). Por esta razón sólo he hablado de Afrodita en
términos griegos, si bien he añadido un pequeña aclaración sobre esta diosa
en la mitología romana. En cuanto a la introducción a la mitología he trabajado
la dos mitologías por separado, como debe de ser.

El contenido del trabajo, en cuanto a la parte de la diosa ha sido precioso. Se


descubren gran cantidad de cosas, y disfrutas leyendo sobre el mito, algo así
como un cuento. En realidad, es más entretenido trabajar en dioses que en

You might also like