Professional Documents
Culture Documents
que toda medición cumpla con cuatro propieda- rio con pacientes, como también con fines de in-
des básicas, esto es, que sea: vestigación.
El dolor ha sido definido como una “experien-
a) ética, cia sensorial y emocional, desagradable, asociada
b) válida, con daño tisular real o potencial, o descrita en tér-
minos de tal daño” (1). De su definición queda cla-
ro que éste es un fenómeno enteramente subjeti-
c) reproducible, y
d) susceptible al cambio. vo, de tipo multidimensional, y que además está
modulado por características personales de quien
Volveremos sobre estos conceptos más lo sufre, así como normas de conducta social. Todo
adelante. lo anterior hace que el dolor sea un fenómeno de
Respecto de lo observado en toda medición, difícil medición.
es importante recordar que hay a lo menos dos En el dolor pueden identificarse diferentes
componentes de ésta: una parte corresponde al aspectos, entre ellos, un componente sensorial que
valor real del fenómeno y otra al error asociado a tiene que ver con la intensidad y características
la medición. El error a su vez tiene dos elementos del dolor, y un aspecto afectivo que se relaciona
básicos: el error aleatorio o azar y el error sistemá- con la reacción al dolor y el comportamiento del
tico o sesgo. individuo frente a éste.
Para fines prácticos esquematizaremos el Existen algunos instrumentos para medir el
error potencial como un fenómeno que aumenta el dolor que son de uso casi exclusivo en el laborato-
valor real de la medición, pero teniendo en claro rio y en la investigación; entre ellos se usan la
que el error en la medición también puede afectar medición de la actividad electrodérmica, actividad
en sentido contrario y subestimar el verdadero va- electromiográfica, potenciales evocados, etc. (2).
lor de un fenómeno (Figura 1). Su utilización en la atención habitual de pacientes
no resulta práctica, porque muchos de ellos requie-
ren de instrumentos caros y sofisticados y son
aplicados bajo condiciones especiales que no son
las que habitualmente se dan en la práctica clíni-
ca diaria.
La mayoría de los instrumentos para medir el
dolor, de uso corriente en la práctica clínica, tien-
den a valorar sólo un aspecto de los mencionados
y los más se centran en la medición de la intensi-
dad.
Entre los instrumentos más conocidos y usa-
dos para la medición del dolor se cuentan:
Por lo tanto, debemos tener conciencia de
que en cada una de nuestras evaluaciones clíni- 1) Escala verbal, también conocida como escala
cas, e incluso en muchas de laboratorio, respecto tipo Likert
de lo observado o medido existe un cierto margen
de error, y si esto no es considerado, ello podría 2) Escala numérica
incidir en las decisiones que tomemos con nues- 3) Escala análoga visual
tros pacientes. 4) Escala análoga cromática continua
5) Escala de caras de dolor.
Dolor moderado
Al paciente se le solicita que haga una marca
Dolor fuerte vertical en el punto de la escala que cree que re-
presenta la intensidad de su dolor. Luego, consi-
derando que la escala tiene un largo de 10 cm o
Dolor insoportable 100 mm, la respuesta del paciente se puede trans-
formar en un valor numérico que se usa para el
análisis de la información (comparación con eva-
Figura 2. luaciones posteriores, con otros pacientes, etc.).
Otra escala de uso frecuente, especialmente
La escala numérica corresponde a una se- en el ámbito pediátrico, es la escala de fascies o
cuencia de números habitualmente presentados en caras de dolor (6). Esta escala corresponde a una
un orden de menor a mayor; éstos van acompa- secuencia de caras que van desde una plácida y
ñados de una imagen gráfica sobre la cual el pa- alegre, la cual representa la ausencia de dolor, a
ciente puede seleccionar el valor que mejor repre- otro extremo de una fascie sufriente, la cual repre-
senta la intensidad de su dolor (4). Las hay de dis- senta un dolor intenso (Figura 5).
tintos valores, pero las más usadas van de 0 a 10
o de 0 a 100, en donde, similar a la anterior, los
extremos representan la ausencia de dolor y un Escala de las fascies del dolor
dolor muy intenso. Se asume que los intervalos en
la escala tienen el mismo valor, aunque ello no
siempre es así, y muchas veces un cambio de 3 a
0 no tiene el mismo significado que un cambio de
9 a 6. A pesar de esto, y dadas su sencillez y fácil
comprensión por parte de los pacientes, son de
frecuente uso en clínica. Cuando se lo representa Figura 5.
verticalmente se le denomina termómetro del do- Las escalas anteriores
lor (Figura 3). están diseñadas para medir
uno de los aspectos del do-
lor: la intensidad. Existe una
escala multidimensional, de
amplio uso en investigación y
también en clínicas especia-
lizadas en el manejo del do-
lor, y corresponde a la Escala
de McGill (7). Esta escala co-
rresponde a 78 palabras que
Una de las escalas de más amplio uso en describen dolor, las cuales son agrupadas en 20
el mundo occidental es la llamada Escala Análoga subclases (de 2 a 6 palabras cada subclase). Este
Visual, también conocida como VAS (Visual Analog listado de palabras corresponde a la evaluación de
Scale) (5). Ella consiste en una línea continua de tres áreas o dimensiones del dolor:
– características sensoriales (tales como tiempo,
10 centímetros, cuyos márgenes a cada lado re-
presentan los valores extremos de la sensación que
calor, presión)
se intenta medir (Figura 4).
– características afectivas (por ejemplo, tensión inflamatorios clínicos, sin anemia ni elevación de
y miedo) reactantes de fase aguda (VHS, PCR) dicen sen-
– intensidad de la sensación. tirse muy mal y ser incapaces de realizar de ma-
nera adecuada sus actividades de la vida diaria.
De la escala se pueden obtener diferentes Desde otra perspectiva, un mismo problema físico
puntajes, entre los que se puede señalar el núme- (nivel de dolor o rango de movilidad, por ejemplo)
ro de palabras elegidas, la intensidad, un índice, o una alteración de laboratorio tienen un impacto
etc. Si bien esta escala permite evaluar otros as- absolutamente diferente en dos pacientes distintos.
pectos del dolor más allá de la intensidad, resulta Todo lo anterior ha llevado a una transición,
demasiado extensa y demorosa para su uso en la donde el concepto de “Calidad de Vida” es a lo
práctica clínica habitual, por lo que no es de uso menos tan importante como la cantidad de vida
muy frecuente. (sobrevida).
Sin duda existen diferentes definiciones de
C de V, pero mencionaremos aquí la propuesta en
1997 por el Grupo de Trabajo sobre C de V esta-
Calidad de vida en salud blecido por la OMS e ILAR. Ellos definieron Cali-
Sin duda, el dolor es uno de los aspectos re- dad de Vida como “la percepción de los individuos
levantes de las quejas de nuestros pacientes; sin de su propia posición en la vida en el contexto cul-
embargo, es sólo un elemento entre los muchos tural y valórico en que ellos viven y con relación a
factores que inciden sobre una valoración más sus metas, expectativas, estándares y preocupa-
amplia del estado de salud, como es la calidad de ciones” (8).
vida. Todos hemos escuchado sobre este concep- Como vemos, el concepto de C de V es bas-
to y se le menciona en las comunicaciones científi- tante amplio y existe una serie de factores que
cas tanto como en el lenguaje de la gente común. inciden sobre ella (Figura 6).
Por ello vale la pena realizar algunas precisiones
al respecto, y dejar establecido que en estas pági-
nas nos referiremos al concepto de Calidad de Vida Componentes de la Calidad de Vida
(C de V) mirada desde la perspectiva de la salud.
Partamos por preguntarnos: ¿por qué medir
Calidad de Vida?. Es evidente que con el correr de Trabajo Seguridad Social
los años se ha ido produciendo un cambio en cuanto Familia Amigos Habitación
a los objetivos de los cuidados de salud. Por largo Condiciones ambientales
tiempo los mayores esfuerzos fueron puestos en
evitar la muerte prematura de quienes enferma- Calidad de vida
ban. Con el progreso del conocimiento médico a relacionada con salud
través de los años se han logrado importantes
avances en cuanto a disminuir la mortalidad, pero
ello ha ido paralelo a un incremento en la frecuen-
cia de patologías crónicas que acompañan al indi- Figura 6.
viduo durante gran parte de su vida. Por tanto, bajo
esta nueva situación de salud, ya no resulta apro- Nuestro mayor interés radica en la C de V
piado concentrarse sólo en medir mortalidad como directamente relacionada con salud. Ella “tiene que
forma de valorar los efectos de los cuidados médi- ver con los aspectos físicos, emocionales y socia-
cos. les de la Calidad de Vida, que están influenciados
Por otro lado, el centrarse sólo en medicio- por la enfermedad de un individuo y/o su tratamien-
nes fisiológicas y/o de laboratorio muchas veces to” (8). Al igual que el concepto de C de V en ge-
es de poco interés y relevancia para nuestros pa- neral, el concepto de C de V Relacionada con Sa-
cientes. Más aún, frecuentemente dichas medidas lud también es un concepto multidimensional, que
no se correlacionan bien con la capacidad funcio- considera muy diversos aspectos que pueden in-
nal y bienestar de nuestros pacientes. Por ejem- cidir sobre la condición del individuo (Figura 7).
plo, todos recordaremos pacientes con artritis Alguien podría pensar que las publicaciones
reumatoide que sin tener grandes signos son lo suficientemente rigurosas y que por tanto
vantes para el paciente (y el médico o investiga- drían niveles más altos que individuos controles
dor). Si ustedes recuerdan, por ejemplo, el “Arthritis normales. Otro constructo a valorar podría ser que
Impact Measurement Scales 2” (AIMS 2), él inclu- los pacientes tratados con aspirina disminuirán sus
ye, entre otros, datos relativos al nivel de movili- niveles de VHS.
dad, funcionalidad, tareas de autocuidado, nivel de En relación con la validez, un instrumento o
dolor, apoyo de familiares y amigos, trabajo, esta- medición no siempre cumple con todos los as-
do de animo, etc. (10). Todo ello lo hace, sin duda, pectos mencionados; sin embargo, mientras más
un instrumento que tiene validez de contenido. de ellos se cumplan, mayor será la credibilidad del
instrumento o escala utilizado.
c) validez de criterio (certeza), corresponde La tercera propiedad, de interés en casi
al concepto de si los resultados obtenidos con el todo tipo de medición, incluyendo la evaluación
instrumento se correlacionan con los del criterio específica de C de V, es la sensibilidad al cam-
estándar o gold standard; por ejemplo, si los resul- bio, también conocida como capacidad de res-
tados de una versión acortada de un instrumento puesta o validez discriminativa. Esta propiedad
(la medición) se comparan con los resultados del corresponde a la capacidad de la medición de
índice completo (el cual sería el criterio estándar). detectar el mínimo cambio de importancia clíni-
Otro ejemplo puede ser un instrumento para medir ca. Ello es particularmente relevante cuando
movilidad en general de pacientes con AR, el cual usamos este tipo de instrumentos para valorar
se podría correlacionar con mediciones específi- los resultados de una maniobra terapéutica. En
cas de caminar, girar, pararse. estas circunstancias no basta con sólo demos-
trar validez y confiabilidad, sino que además el
d) validez de constructo (racionalidad bio- instrumento o cuestionario que se use deberá
lógica); este aspecto corresponde a si los resulta- ser capaz de detectar los más mínimos cambios
dos obtenidos con el instrumento son similares a de importancia clínica.
las expectativas del investigador al comparar di- Si no tuviera esta capacidad resultaría difícil
cho resultado con otras evaluaciones indirectas del determinar con exactitud el verdadero efecto que
mismo fenómeno. En situaciones en que no existe podría tener un tratamiento o incluso la historia
un patrón estándar (gold standard) se trata de re- natural de una enfermedad cualquiera.
lacionar lo que estamos midiendo con algún otro El objetivo de este artículo ha sido continuar
atributo o constructo. Veamos esto con unos ejem- presentando e ilustrando aspectos metodológicos
plos: imaginemos que estamos en 1940 y recién relativos a nuestra práctica clínica habitual y al uso
se ha descubierto la VHS (no existen otros que hacemos de la literatura médica. La intención
reactantes de fase aguda). Algunas hipótesis o es invitarlos a considerar, si es que aún no lo han
constructos que podrían evaluar la validez de la hecho, estos elementos con el espíritu de permitir
VHS como indicador de actividad de la enferme- mejorar nuestras habilidades en la práctica de la
dad serían que los pacientes con artritis clínica ten- medicina basada en la evidencia.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 6. Bieri D, Revé RA, Champion GD y col. The faces pain scale for the self-
assessment of the severity of pain experienced by children: development,
1. Merskey H. Classification of Chronic Pain: description of chronic pain initial validation, and preliminary investigation for ratio scale properties.
sindrome and definition of pain terms. Pain 1986; (Supp 3S):217-226. Pain 1990; 41:139-150.
2. Melzack R y Katz J. Pain measurement in persons in pain. En: Textbook of 7. Melzack R. The McGill Pain Questionnaire: major properties and scoring
Pain, Fourth Edition, Patrick Wall y Ronald Melzack (Editores), 1999; methods. Pain 1975; 1:277-299.
capítulo 17, págs 409-426. 8. WHO/ILAR Taskforce on Q of L. Workshop Report. J Rheumatol 1997;
3. Likert R. A technique for the measurement of attitudes. Archives of 24:1630-1633.
Psychology 1932; 140:1-55. 9. Gill TM y Feinstein AR. A critical appraisal of the quality of quality-of-
4. McGrath PJ y Unruh AN. Measurement and assessment of paediatric pain. life measurements. JAMA 1994; 272:619-626.
En: Textbook of Pain, Fourth Edition, Patrick Wall y Ronald Melzack 10. Menean RF, Mason JH, Anderson JJ, Kazis LE, Guccione AA. AIMS 2:
(Editores), 1999; capítulo 15, págs 371-384. the content and properties of a revised and expanded AIMS. Artritis Rheum
5. Scott J y Huskinsson EC. Graphic Representation of Pain. Pain1976; 1992; 35:1-10.
2:175-184.