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Protozoo
Los protozoos, también llamados protozoarios, son organismos
microscópicos, unicelulares eucarióticos; heterótrofos, fagótrofos,
depredadores o detritívoros, a veces mixótrofos (parcialmente
autótrofos); que viven en ambientes húmedos o directamente en
medios acuáticos, ya sean aguas saladas o aguas dulces; la
reproducción puede ser asexual por bipartición y también sexual por
isogametos o por conjugación intercambiando material genético. En
este grupo encajan taxones muy diversos con una relación de
parentesco remota, que se encuadran en muchos filos distintos del
Amoeba, una ameba.
reino Protista, definiendo un grupo polifilético, sin valor en la
clasificación de acuerdo con los criterios actuales.
Nombre
El nombre se compone de las raíces griegas πρώτο (proto), primero, y
ζώο[ν] (zoo[n]), animal, y revela que, en su origen, el concepto
expresaba la tradición de clasificar toda forma de vida en los reinos
animal o vegetal. Así pues se llamaba protozoos a las formas muy
sencillas que se consideraba animales, lo mismo que protófitas a los
microorganismos considerados vegetales. Haeckel propuso el reino Paramecium, un ciliado típico.
Clasificación
Para una clasificación moderna, véase Protista y Protozoa (sensu Cavalier-Smith)
La clasificación de Honigberg & col. (1964)[2] , dominante en los textos de Zoología, trata a los protozoos como un
sólo filo dividido en cuatro clases basadas sobre todo en el modo de locomoción. Debido a que todas estas formas se
desarrollan por evolución convergente, las clases son en realidad complejos grupos polifiléticos:
• Rizópodos o sarcodinos (Rhizopoda). Estos protozoos, como las amebas, se desplazan por medio de
pseudópodos, es decir, formando apéndices temporales desde su superficie y como proyección del citoplasma.
Los pseudópodos son deformaciones del citoplasma y de la membrana plasmática que se producen en la dirección
el desplazamiento y que arrastran tras de sí al resto de la célula. Los pseudópodos también son utilizados para
capturar el alimento, que engloban en el interior, en el proceso llamado fagocitosis. Según los pseudópodos sean
muy gruesos o muy delgados, son de dos tipos: con lobopodios (gruesos) como Lobosea (Amoebozoa) y con
filopodios diversos generalmente acompañados de un exoesqueleto con microtúbulos y son tales como:
radiolarios, foraminíferos, nuclearias, heliozoos y otros.
• Ciliados (Ciliophora). Éste es el grupo tradicional que más se identifica como grupo natural en las clasificaciones
modernas con la categoría de filo; aunque las opalinatas que son cromistas también encuadran dentro de este
concepto. Aparecen rodeados de cilios y presentan una estructura interna compleja pero análoga a los flagelos, los
cuales también se relacionan con citoesqueleto y centriolos. El paramecio (género Paramecium) es un
representante muy popular del grupo. Además, los cilios son filamentos cortos y muy numerosos que con su
movimiento provocan el desplazamiento de la célula.
• Flagelados o mastigóforos (Mastigophora). Se distinguen por la posesión de uno o más flagelos. Los flagelos
son filamentos más largos que los cilios cuyo movimiento impulsa a la célula. Suelen presentarse en un número
reducido. Las formas unicelulares desnudas (sin pared celular), dotadas de sólo uno o dos flagelos, representan la
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forma original de la que derivan todos los eucariontes. Por eso son tantos y tan variados los protistas diferentes
que encajan en este concepto. Las plantas por ejemplo derivan ancestralmente de protozoos biflagelados que
adquirieron los plastos por endosimbiosis con una Cyanobacteria. Varios protozoos portan plastos y son por lo
tanto autótrofos o mixótrofos como los dinoflagelados y euglenas. Los Metamonada tienen dos o múltiples
flagelos, son anaerobios y en su mayoría simbiontes o parásitos de animales. Entre los uniflagelados están los
coanoflagelados, ancestrales de los animales y los quitridios, ancestrales de los hongos.
• Esporozoos (Sporozoa). Parásitos con una fase de esporulación (división múltiple) y sin mayor movilidad. Hay
varios grupos distintos sin mayor relación y no son todos protistas, sino que también hay animales y hongos. El
ejemplo más conocido es el plasmodio (género Plasmodium), causante de la malaria y que pertenece al grupo de
los apicomplejos, grupo más conocido que suele reservar para sí el nombre de Sporozoa. Los Haplosporidios se
les considera parte de Cercozoa. A estos dos grupos se les ha reunido durante mucho tiempo bajo el nombre de
Cnidosporidios. Los Ichthiosporea son un grupo más reciente y están dentro de Choanozoa. Los microsporidios
están ahora adscritos al reino Fungi y los mixosporidios o mixozoos al reino Animal.
Historia
Linneo, en su Systema Naturae, dividió a los seres vivientes en dos reinos, animal y vegetal, a los que luego sumó un
reino mineral (Lapides). Siguió así los conceptos aristotélicos de la división de la naturaleza. Con la invención del
microscopio, en el siglo XVII, fue posible examinar las formas más pequeñas de vida, es así como Leeuwenhoek
descubrió los protozoos en agua de lluvia, de estanque, heces y los llamó animálculos.
Georg A. Goldfuss propuso la clase Protozoa (protozoos) en 1820,[3] dentro del reino Animales, en la cual englobaba
a los infusorios (Ciliophora), a los Lithozoa, es decir, los corales, a los Phytozoa, las formas unicelulares
pigmentadas y fotosintetizadoras, y los Medusinae, las medusas y sus parientes. Este concepto es diferente del de
Honigberg (1964), donde sólo los ciliados son comunes a ambas definiciones.
Unicelularidad
En 1845 Carl Theodor von Siebold utilizó el nombre para designar a un filo de animales dividido en dos clases,
Infusoria, equivalentes al actual filo Ciliophora (Ciliados), y Rhizopoda, más o menos equivalentes a los de
Honigberg. Von Siebold los describió como «animales unicelulares». Hay que tener en cuenta que en esos años
estaba recibiendo su consagración la teoría celular. No todos, en las décadas siguientes, estuvieron de acuerdo con la
interpretación de Von Siebold, viendo muchos a estos organismos como un caso de organización acelular. Fue
necesario el desarrollo de la microscopía electrónica, a mediados del siglo XX, para que se viera confirmada de
manera definitiva la homología entre el organismo protozoario entero y cada una de las células en que se basa la
organización microscópica de los organismos complejos.[4] Fue Dujardin quien primero, en esos años, reconoció el
carácter unicelular del protoplasma de los foraminíferos, encontrando Von Siebold así la autoridad para definir como
unicelulares a los miembros del filo.
Protoctistas y protistas
Durante el resto del siglo XIX, la manera de abordar la diversidad de las formas sencillas siguió basándose en el
deseo de encontrar raíces para los dos reinos clásicos, animales y vegetales.[4] La dificultad para lograrlo hizo que
por primera vez Hogg, en 1860, propusiera un nuevo reino, el Regnum Primigenum o Protoctista, para agrupar los
primitivos seres intermedios a plantas y animales; uno de sus ejemplos era la esponja verde dulceacuícola Spongilla,
cuya fotosíntesis, aunque real, es atribuible a algas verdes simbióticas. Poco después Haeckel propuso el reino
Protista, «los primordiales», para todas las formas unicelulares y sencillas, destacando su carácter basal e
indiferenciado, pero independiente en su evolución de plantas y animales. Los Protozoa no existen en esta visión de
la diversidad, pero en una revisión posterior Haeckel recuperó los conceptos de protozoa y protophyta, como
subreinos del reino Protista.
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Al cambio del siglo el concepto de Haeckel, que no pretendió nunca ser más que un concepto pragmático, fue siendo
visto como excesivamente polifilético, con autores, como Otto Butschli, que rechazaban el tercer reino, a la vez que
se recuperaba la noción de Protozoa como conjunto de organismos de tipo animal y nucleados. H.F.Copeland abordó
en 1938 la diversidad global proponiendo cuatro reinos — Monera, Protista, Plantae y Animalia — sacando a las
bacterias y cianobacterias, como reino Monera, de Protista, donde Haeckel las había dejado. Por esos años Chatton
había mostrado el carácter anucleado de esos organismos. En sucesivas revisiones se fue precisando la composición
del reino Protista, a la vez que rescataba el nombre de Hogg (Protoctista), ahora con un significado muy diferente.
De esa clasificación de Copeland deriva nominalmente la de R.H.Whittaker, quien separando a los hongos (reino
Fungi) de Protoctista, estableció finalmente una clasificación en cinco reinos que ha durado mucho. Sin embargo la
definición de los reinos de Whittaker, que era sobre todo un ecólogo, se basó excesivamente en los tipos de
metabolismo.
Véase también
• Protista
• Protozoa (sensu Cavalier-Smith)
• Eukaryota
Notas
[1] Cavalier-Smith, T. (2006). «Protozoa: the most abundant predators on earth». Microbiology Today Nov 06 (Pt): pp. 166-169 (pdf aquí (http:/ /
www. sgm. ac. uk/ pubs/ micro_today/ pdf/ 110605. pdf)).
[2] Honigberg, B. M., Balamuth, W., Bovee, E. C., Corliss, J. O., Gojdics, M., Hall, R. P., Kudo, R. R., Levine, N. D., Loeblich, A. R., Jr.,
Weiser, J. & Wenrich, D. H. (1964). «A Revised Classification of the Phylum Protozoa». J Protozool 11: pp. 7-20.
[3] Scamardella, J. M. (1999). «Not plants or animals: a brief history of the origin of Kingdoms Protozoa, Protista and Protoctista». Int Microbiol
2 (4): pp. 207-16.
[4] Taylor, F. J. (2003). «The collapse of the two-kingdom system, the rise of protistology and the founding of the International Society for
Evolutionary Protistology (ISEP)». Int J Syst Evol Microbiol 53 (Pt 6): pp. 1707-14.
Enlaces externos
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Fuentes y contribuyentes del artículo 5
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