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DE ANTONIO ROA…
“Ensayo Argumentativo”
Integrantes:
Ibarra, Daniel CI: 14.512.382
Rodríguez Moisés CI: 19.629617
Semestre: 3. Sección: 2.
Antonio Roa, nació en la población de Capacho Edo Táchira en el año 1.922. Fue el
tercero de ocho hermanos. Hijo de María Antonia y Evaristo José Roa. Realizó su
educación primaria en su ciudad natal, no pudo continuar sus estudios porque tuvo que
trabajar realizando diferentes oficios desde muy joven como medio de subsistencia
económica.
Según él, en el tiempo que lleva en este recinto no posee amigos, se a echo mucho
más selectivo con sus amistades, pero recuerda con claridad, que en los tiempos de su
juventud tenía muchos amigos con los que viajaba en busca de mujeres, traspasando la
frontera y llegando a Colombia, el anciano profesa que las mujeres de Cúcuta son las más
buenas y bonitas que las de otros sitios y por ello se escapaba del lado de su esposa
durando días y hasta semanas en el hermano país. Cicirelli (1995). Sostiene que: “En la
vejez es muy frecuente recordar las experiencias compartidas en otros tiempos; esto ayuda
a revisar la vida y poner en perspectiva la relevancia de las relaciones familiares.”
El resto de sus hijos parecen haber olvidado a su padre, en especial los varones, con
quienes tuvo mejores relaciones familiares que con las hembras, no lo llaman ni le escriben,
a pesar de su avanzada edad, se nota que su visión y audición están deterioradas. Antonio
puede leer con la ayuda de lentes, y puede entender lo que se le pregunta sin necesidad de
alzarle mucho la voz. O’Neill. (1999).Señala: “Cerca de 43 por ciento de los ancianos
tienen pérdidas de audición, causada a menudo por la presbiacusia, una reducción en la
capacidad para escuchar sonidos de tono alto que se relaciona con la edad.”
Otro punto al que hizo referencia con cierta relevancia fue respecto a la comida, de
ella comentaba que extrañaba la de su casa pues la que sirven en el hogar a veces está mala
y otras veces peor. Schiffman.(1997) .Señala: “Cuando la gente anciana se queja de que su
comida ya no sabe bien, quizá sea porque tienen menos papilas gustativas en la lengua o
porque los receptores del gusto no trabajan de manera adecuada. También puede ser porque
el bulbo olfatorio, el órgano en el cerebro que es responsable del sentido del olfato, u otras
estructuras cerebrales relacionadas están dañadas.”
En conclusión, se hace evidente, que Antonio Roa a sus 88 años de edad, es un ser
funcional, mantiene conversaciones coherentes, fluidas, amenas y con buen sentido del
humor. A pesar de las fallas evidentes que pueden apreciarse en su memoria de trabajo, su
memoria semántica trabaja bien; aunque no culminó sus estudios tiene buen léxico y pese
a su lucidez, tiende a hablar mucho sobre la muerte, quizás sienta que ya ha vivido mucho,
o el abandono por parte de sus hijos influya en su estado de ánimo. Las personas en estado
de depresión tienden a hablar mucho de la muerte. Pero también, es lógico pensar en ella
cuando ya se tiene avanzada edad.
Finalizando se quiere mencionar la siguiente cita que dice, ‘‘Sin importar las causas
biológicas del envejecimiento, una cosa es cierta: el ser humano crece, madura, envejece y
muere en cierto tiempo. Hasta ahora no se conoce un medio para ampliar el lapso de vida,
pero hay razones de sobra para ampliar la posibilidad de alargar la esperanza de vida’’.
Coon, (2005).
REFERENCIAS: