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90 Virtudes y valores humanos imprescindibles, que las

personas como seres humanos tienen que conocer y practicar,


para intentar tener éxito en su vida personal:
Los valores humanos son aquellos bienes universales que pertenecen
a nuestra naturaleza como personas y que, en cierto sentido, nos
humanizan, porque mejoran nuestra condición de personas y
perfeccionan nuestra naturaleza humana.

Valor es todo aquello que existe en la naturaleza, sea material o


inmaterial, que es útil al hombre para satisfacer sus necesidades sean
materiales o espirituales.

Si no descubrimos lo que somos, tampoco descubriremos qué valores


nos convienen. Cuanto mejor percibamos nuestra naturaleza, tanto
más fácilmente percibiremos los valores que le pertenecen.

Hay una diferencia entre los valores humanos en general y nuestros


propios valores personales. El concepto de valores humanos abarca
todas aquellas cosas que son buenas para nosotros como seres
humanos y que nos mejoran como tales. Los valores personales son
aquellos que hemos asimilado en nuestra vida y que nos motivan en
nuestras decisiones cotidianas.

El ser humano confía en su propia percepción para decidir el grado de


responsabilidad de sus actos y en su propia conciencia para juzgar el
carácter bueno o malo, la bondad o la maldad de dichos actos. No hay en el
mundo un tribunal de apelación más alto que el testimonio de la conciencia.
Pero la moralidad subjetiva no es suficiente. Necesitamos tener un criterio
objetivo.

La característica principal del valor es que sea útil al ser humano. Si no se


usa no sirve de nada, no vale nada pues no resuelve ni ayuda a la persona a
realizarse.

La diferencia entre VALOR y VIRTUD, es que existe por si mismo y se


conserva a través de los tiempos. La virtud es cuando el hombre hace
uso de los valores y los hace suyos al ponerlos en práctica

Y ahora si:

90 Virtudes y valores humanos imprescindibles, que las


personas como seres humanos tienen que conocer y practicar,
para intentar tener éxito en su vida personal:
1. Abnegación. Se requiere hacer muchos sacrificios voluntarios o
involuntarios, incluso muchas veces hacerlos por altruismo. Lo
contrario es comodidad.
2. Agradecimiento. Se debe sentir y mostrar gratitud por el trabajo,
favores o actividades que le hacen y por los beneficios que recibe.
Lo contrario es egoísmo.
3. Amabilidad. Tiene que ejercitar y comportarse siendo afable,
complaciente y afectuoso. Lo contrario es descortesía.
4. Aprender. Siempre tiene que estar dispuesto a seguir aprendiendo,
en una educación continua y escuchando todas las sugerencias que le
hagan. Cuanto más sepa, más se superará y prosperará. Lo contrario
es mantenerse o aumentar la ignorancia.
5. Aprovechar. Tiene que saber aprovechar muy bien las
oportunidades que se le presentan en su diario transcurrir, su tiempo
y el de sus colaboradores, personas a cargo o personas con las que
debe interactuar, sacando el mejor provecho a los recursos humanos
sean propios o ajenos que tiene a la mano. Lo contrario es
derrochar.
6. Arrepentimiento. Tiene que saber arrepentirse, privada o
públicamente de los errores cometidos, bien sean propios o
motivados por otros. Lo contrario es el orgullo.
7. Autodisciplina. Junto con el autodominio, son dos de las virtudes
más importantes, para saber actuar sin dejarse llevar por los vicios
contrarios, como son la pereza, la holgazanería, etc. Lo contrario es
el desorden.
8. Ayudar. Debe saber hacer el esfuerzo para cooperar, auxiliar o
socorrer, cuando los demás lo necesitan o incluso adelantándose. Lo
contrario es negar, abandonar o estorbar.
9. Bien común. Tiene que intentar que su vida personal aporte algo
positivo, para mejorar la sociedad, bien sea en aportes de productos o
servicios. Lo contrario, hará que fácilmente caiga en el mal o en
la indiferencia, hacia la sociedad.
10. Carácter. Le permitirá mantener que su si, es si, y que su no, es no,
lo que le distinguirá positivamente de los demás y lo transmitirá a
sus actividades, servicio y a los demás. Lo contrario es flaqueza e
ineficacia.
11. Coherencia. Para mantener la buena relación de unas cosas con
otras, en una actitud lógica y consecuente, sabiendo distinguir entre
lo importante y lo urgente. Lo contrario es incongruencia y caos.
12. Colaboración. Dándola y pidiéndola para formar buenos equipos,
que naveguen todos y siempre en el mismo rumbo en el camino de la
vida. Lo contrario es individualismo y egoísmo.
13. Conciencia. Debe conocerse a si mismo, interna y externamente y
reflexionar sobre el bien y el mal de sus actividades. Lo contrario es
insensibilidad.
14. Confianza. Teniéndola sobre si mismo y sobre lo que está haciendo,
para que le de fuerza el hacer las cosas. Las actividades realizadas
deben hacerse, la mayoría de las veces en función de la mutua
desconfianza. Lo contrario es inseguridad.
15. Conocimiento. Es imprescindible e indispensable, estar al día a
través de la educación continua, de todo lo relacionado con las
actividades propias de cada uno. Activando el entendimiento, la
inteligencia y la razón natural. Lo contrario es ignorancia.
16. Constancia. Debe ser firme y perseverante en los objetivos,
resoluciones y propósitos acordados. Lo contrario es flaqueza e
inestabilidad.
17. Control. Para los propios actos personales y los internos y externos
de todo lo relacionado con la vida, desarrollado en todos los niveles,
para evitar que las cosas se vayan de las manos. Lo contrario es
negligencia o descuido.
18. Cooperación. Es la base para formar equipos en conjunto con
amigos, conocidos, colegas y conseguir los objetivos. Ofrecer antes
de recibir. Lo contrario es egoísmo e inhibición.
19. Cortesía. Es una de las demostraciones de la buena educación, al
manifestar atención, respeto o afecto hacia otras personas, máxime
cuando no se lo merecen. Lo contrario es tosquedad y ordinariez.
20. Criterio. Una de las virtudes más difíciles de demostrar diariamente
y en todos los actos de la vida. Es la norma que con juicio y
discernimiento, permite conocer la verdad. Lo contrario es
insensatez e inmadurez.
21. Decisión. Pero siempre acompañada del conocimiento. Acelerarse
conduce a errores. Apuntar bien, pero disparar cuando haya
certidumbre. Lo contrario es flaqueza y apatía.
22. Desprendimiento. Obrar con despego, largueza y desinterés por las
cosas, aunque suponga saber perder. Lo contrario es tacañería,
avaricia y egoísmo.
23. Dialogar. Hablar y escuchar alternativamente como las personas de
bien, las ideas de cada uno, buscando la avenencia coherente o sea la
conformidad y la unión. Lo contrario es falta de comunicación.
24. Diligencia. Hacer las cosas bien con prontitud, cuidado y agilidad.
No es conveniente hacer las cosas mal, pero deprisa. Lo contrario es
pereza.
25. Disciplina. Hacer las cosas siempre de acuerdo con el orden
establecido. Es uno de los principales cimientos, donde se asientan
muchas de las otras virtudes y valores. Lo contrario es desorden.
26. Discreción. Relacionada con la sensatez, la prudencia, y la reserva
para formar opiniones y tener mucho tacto al hablar u obrar. Lo
contrario es imprudencia pudiendo ser temeraria.
27. Educación. Tanto en la formación profesional, como en la manera
de de comportarse con los colaboradores, proveedores, clientes y
socialmente. Lo contrario es grosería o zafiedad.
28. Ejemplo. Para que otros se sientan inclinados a imitar lo realizado,
si es bueno y honesto, o para que eviten caer en lo opuesto. Lo
contrario es escándalo.
29. Entrega. Hay que tener pasión sana, por lo que se hace o se quiere
hacer, poniendo mucha atención, interés y esfuerzo. Lo contrario es
pasar o abandonar.
30. Entusiasmo. Hacer las cosas que admire o cautive, con exaltación y
fogosidad de ánimo, de forma fervorosa, que le mueva a favorecer
los objetivos. Lo contrario es apatía y desánimo.
31. Escuchar. Prestando atención a lo que le dicen intentando
entenderlo. Escuchar bien, suele ser mas difícil que hablar. Lo
contrario es ignorar.

32. Esfuerzo. Es necesario aplicar toda la posible energía, vigor,


ánimo y valor para vencer las dificultades y conseguir lo propuesto, cada
una de las actividades diarias y en nuestras acciones. Lo contrario es
dejadez o desistir.

33. Espíritu crítico. Las críticas principales tienen que llegar de la


propia persona, las del exterior puede que no le lleguen. Es bueno
cuestionarse y cuestionar, todas las acciones personales y las realizadas
para las actividades compartidas. Lo contrario es pusilanimidad.

34. Estudio. Hay que dedicar muchas horas semanales a la formación


y a la educación continua, para estar al tanto de lo que hay y de lo que
se avecina. Lo contrario es descuidarse o abandonarse.

35. Examen interno. Hacerlo con nuestros aspectos psicológicos,


nuestra mente, nuestro espíritu, y nuestros sentimientos, que no deje
resquicios a los olvidos o a la pereza de enfrentarse a situaciones
propias, por muy desagradables que sean. Lo contrario es irreflexión o
despreocupación.

36. Ética. Las acciones, trabajo y servicios si son hechos bajo esta
premisa moral, siempre darán buenos frutos. Donde falta la ética entran
los problemas. La ética siempre paga buenos dividendos, Lo contrario
es Corrupción.

37. Familia. El principal objetivo de una persona es la mejora de la


familia, por lo que no puede ser un obstáculo para nuestro hacer diario,
no se deben realizar acciones para que la familia se destruya. Hay que
equilibrar muy bien el trabajo y todos los aspectos en que nos novemos
o actuamos con la familia. Lo contrario es abandono familiar.

38. Fidelidad. Es muy importante ser leales con las personas, sean
familiares o amigos, con todas con las que compartimos algo e incluso
con las empresas relacionadas con nuestras actividades. La fidelidad
también paga buenos dividendos. Lo contrario es deslealtad o
traición.

39. Formación. Juntamente con el estudio y la educación, deben ser


valores para tener muy presentes, si se pretende que la vida propia
funcione y prospere. Lo contrario es ignorancia.

40. Fortaleza. Esta virtud humana sirve para que con la fuerza y vigor
que produce, poder vencer el temor y saber huir de las malas tentaciones
morales y profesionales. Lo contrario es debilidad o flaqueza.

41. Generosidad. Tiene que ir con largueza delante o al lado de la


caridad, nunca detrás, pues se antepone a la utilidad y al interés. Lo
contrario es tacañería, mezquindad o egoísmo.

42. Gratitud. Dicen que ser agradecidos es de bien nacidos, pero hay
que demostrarlo y comunicarlo. Si es posible, devolver a otros los
beneficios que gratuitamente hemos recibido. Lo contrario es
deslealtad.

43. Honestidad. La forma de hacer negocios, que estén relacionados


con la honradez, el recato, la justicia, la razonabilidad, la rectitud y la
decencia. Lo contrario es inmoralidad, maldad o desvergüenza.

44. Honor. Mantenido en la palabra dada y en la reputación, para


cumplir con los compromisos y deberes del prójimo y de uno
mismo. Lo contrario es vileza, bajeza o indecencia.

45. Honradez. Tanto en el trabajo realizado, en el precio y plazo


acordado, en los salarios pagados y en el beneficio obtenido. En toda
actividad comercial que realicemos. En el sentir de cada quien, hacia
los demás. Cuando ofrecemos cariño, amistad, amor y toda la clase de
sentimientos. Lo contrario es inmoralidad o deshonra.

46. Humildad. Para conocer las propias limitaciones y debilidades y


obrar en consecuencia, sin que sea falsamente, para no engañar a los
demás seres humanos. Lo contrario es soberbia, altanería u orgullo.

47. Imagen. Tratar de mantenerla buena, ante la sociedad que le


rodea, en el aspecto personal, familiar, social y profesional. Lo
contrario es abandono o dejación.

48. Justicia. Dando a cada uno lo que le corresponde o pertenece, en


función de su derecho, la equidad o la razón. Lo contrario es
parcialidad o arbitrariedad.

49. Lealtad. Soportada en la fidelidad, en el honor, en la hombría de


bien, en el amor, en la legalidad, en la verdad y en la gratitud. Lo
contrario es traición, hostilidad o animosidad.

50. Liderazgo. Demostrándolo continuamente, para dar ejemplo y


arrastrar hacia otras virtudes y valores humanos a las personas con
quienes se interactúa, amigos, familiares, colaboradores, clientes,
proveedores y a la sociedad. Lo contrario es subordinación, sumisión
o dependencia.

51. Madurez. Demostrando continuamente la plenitud vital


indispensable, sensatez, buen juicio y prudencia. Lo contrario es
inexperiencia.

52. Moderación. Haciendo que las palabras y las acciones sean con
cordura, discreción y templanza. Lo contrario es desenfreno, abuso o
exceso.

53. Obediencia. Practicándola por jerarquía, cortesía o


reconocimiento, sin que suponga sometimiento. Lo contrario es
indisciplina.

54. Objeción de conciencia. Derecho irrenunciable que tienen todos


los seres humanos, para no realizar acciones que vayan en contra de la
moral, de la ética, de las leyes o de las buenas costumbres. Lo contrario
es aprobación o conformidad.
55. Objetivos determinados. A los que deben ajustarse todas sus
acciones, para evitar distracciones o desviaciones no previstas. Lo
contrario es irreflexión o ligereza.

56. Optimismo. Actitud y propósito para ver y juzgar con realismo las
cosas en su aspecto más agradable. Lo contrario es negativismo.

57. Orden. Haciendo primero lo primero, y en el lugar que a cada


cosa le corresponde. Pero sabiendo lo que se hace, se dicta, se obedece y
se ejecuta. Lo contrario es anarquía.

58. Paciencia. Teniendo que padecer o soportar algo sin alterarse,


sabiendo esperar, aunque sea pesado o minucioso. Lo contrario es
atolondramiento.

59. Palabra de honor. Demostrando que el si es si y el no es no en las


acciones, testimonios, promesas u ofertas. Lo contrario es engañar o
decepcionar.

60. Perdón. Sabiéndolo otorgar aunque duela, si previamente ha


habido una razonable petición e intención de restitución. Lo contrario
es castigo, venganza o represalia.

61. Perfección. Intentando continuamente hacer lo mejor posible las


cosas, con superación y eficacia. Algunas veces pudiera ser enemiga de lo
mejor.

Lo contrario es fealdad o maldad.

62. Perseverancia. Intentando mantenerse constante en una actitud u


opinión que se ha comenzado. Lo contrario es abandono o inconstancia.

63. Prever. Intentado ver con anticipación lo que posiblemente pueda


suceder, estudiando las señales, indicios, analizándonos y analizando
nuestro entorno, etc. y poder así tomar las correspondientes medidas. Lo
contrario es despreocupación o desconocimiento.

64. Prójimo. Considerando al colaborador, amigo o familiar con


solidaridad humana. El interactuar es la suma de muchos prójimos, a los
que hay que tratar como si fuera uno mismo. Lo contrario es distante o
desconocido.
65. Prudencia. Para discernir y distinguir lo que es bueno o malo, y así
poder seguirlo o huirlo. Está relacionada con la templanza, la cautela y la
moderación. Lo contrario es desenfreno.

66. Puntualidad. Teniendo en cuenta que el tiempo es oro, armonía


familiar y social, para uno mismo y para los demás. Nadie tiene derecho a
robar impunemente el tiempo ajeno. Lo contrario es informalidad, abuso,
desconsideración.

67. Rectitud. Haciendo y diciendo las cosas con justicia, exactitud,


razón, justificación y conocimiento. Lo contrario es arbitrariedad,
parcialidad o desequilibrio.

68. Reflexión. Para poder tomar más sabiamente las decisiones y para
persuadir o convencer a las demás personas de quien necesitamos algo. Lo
contrario es negligencia.

69. Respeto. Haciendo todas las actividades diarias en armonía y


manteniendo las relaciones personales con miramiento, consideración y
deferencia. Lo contrario es insolencia o descortesía.

70. Responsabilidad. Asumiéndola en las duras y en la maduras,


principalmente en las acciones realizadas voluntariamente, aunque hayan
salido mal. Lo contrario es inmadurez, imprudencia o insensatez.

71. Sabiduría. Intentando alcanzarla a través del estudio, que


profundice en el conocimiento necesario, lo que le permitirá realizar sus
acciones de forma prudente. Lo contrario es ignorancia,
desconocimiento o ineptitud.

72. Sacrificio. No huir de la abnegación que pueda suponer el esfuerzo


que demanda el diario vivir, incluso pensando en la recompensa por el
trabajo bien hecho. Lo contrario es comodidad.

73. Salud. Intentando mantenerse en perfectas condiciones físicas,


mentales y espirituales, para poder realizar con plenitud todas las tareas
necesarias para cumplir con las actividades diarias. Lo contrario es
desarreglo, desorden o ruina.

74. Secreto. Sabiendo conservar, reservar y ocultar, cuidadosamente y


con sigilo, los conocimientos, secretos ajenos o propios, si los tenemos o
sabemos, o en el trabajo que se realice. También nuestra vida privada, debe
ser lo más privada que se pueda. Lo contrario es imprudencia, descuido
o locuacidad.
75. Sencillez. Intentar vivir de forma natural, sin ostentación, doblez,
ni engaños. Evitando la ostentación y los adornos. Lo contrario es
soberbia o exageración.

76. Sensatez. Haciendo las cosas con prudencia y buen juicio, siempre
de acuerdo con las normas, usos y costumbres en la vida, para no poner en
riesgo nada propio o ajeno. Lo contrario es irreflexión, dislate o candor.

77. Seriedad. Demostrándola de forma real y sincera, en la forma de


proceder en todas las acciones de la vida, sin que haya engaños, burlas o
dobleces. Lo contrario es irresponsabilidad, ligereza o frivolidad.

78. Servicio. Entendiendo que es una de las características, que más


aprecian las personas y seres humanos y que puede definir el ser o no ser de
una persona. Lo contrario es desamparo, desidia o indolencia.

79. Sinceridad. Expresándose con sencillez y verdad, sin fingir en lo


que se dice o se hace. La verdad hace libre a las personas, no las medio
verdades o medio mentiras. Lo contrario es hipocresía, doblez o malicia.

80. Solidaridad. Sabiendo aplicar esta variante de la caridad, en las


inquietudes o problemas de las demás personas o en los sucesos que
ocurren a diario en el mundo. Hoy por ti, mañana por mí. Lo contrario es
egoísmo o indiferencia.

81. Sufrimiento. Llevando con paciencia, conformidad y tolerancia,


los malos momentos de la vida, pero sin desviarse por ellos de los objetivos
propuestos, pues siempre habrá momentos que hay que superar. Lo
contrario es insolencia o intransigencia.

82. Templanza. Moderando los apetitos y el mal uso de los sentidos,


sujetándolos a la razón con sobriedad y continencia. Lo contrario es
desenfreno, exceso o abuso.

83. Tiempo. Buscando un equilibrio entre el dedicado a la familia, al


negocio, al esparcimiento y a la formación profesional y religiosa. Todos
tenemos 24 horas y las podemos administrar. Lo contrario es descontrol o
egoísmo.

84. Tolerancia. Respetando y sufriendo con paciencia las ideas,


creencias u opiniones de las demás personas, aunque sean diferentes o
contrarias a las propias. Lo contrario es tiranía, intransigencia o
terquedad.
85. Trabajo. Procurando dignificarlo religiosa y socialmente, en
beneficio propio y de los empleados. Lo contrario es holgazanear o
vaguear.

86. Trato. Procurando el buen comportamiento con los empleados,


clientes y proveedores, demostrando una buena educación. Lo
contrario es hostilidad o brusquedad.

87. Valor. Demostrando mucha entereza de ánimo, para cumplir los


deberes con los empleados, clientes y proveedores, sin arredrarse por
asumir los riesgos bien estudiados. Lo contrario es cobardía, timidez
o temor.

88. Verdad. Mantener siempre lo que se dice, siente o piensa, aunque


cueste disgustos. Lo contrario es mentira, falacia o engaño.

89. Vergüenza. Tener el pundonor de reconocer, interna o


externamente por las faltas cometidas, o por acciones deshonrosas,
propias o ajenas. Lo contrario es descaro, impudor o cinismo.

90. Voluntad. Ejercitar el libre albedrío, para decidir la propia


conducta, sin dejarse presionar por las circunstancias o por terceros. Lo
contrario es indiferencia, debilidad o desgana.

Cuál valor aconsejo tener en cuenta para formar virtudes en nuestras vidas:

Disciplina

La Disciplina es la capacidad de actuar ordenada y perseverantemente para


conseguir un bien. Exige un orden y unos lineamientos para poder lograr más
rápidamente los objetivos deseados, soportando las molestias que esto
ocasiona. La principal necesidad para adquirir este valor es la Autoexigencia;
es decir, la capacidad de pedirnos a nosotros mismos un esfuerzo "extra" para
ir haciendo las cosas de la mejor manera. El que se sabe exigir a sí mismo se
hace comprensivo con los demás y aprende a Trabajar y a darle sentido a todo
lo que hace. La disciplina es indispensable para que optemos con persistencia
por el mejor de los caminos; es decir, por el que nos va dictando una
conciencia bien formada que sabe reconocer los deberes propios y se pone en
marcha para actuar.

Este valor es fundamental y básico para poder desarrollar muchas otras


virtudes, sin la disciplina es prácticamente imposible tener fortaleza y
templanza ante las adversidades que se presentan día a día.

Siempre debemos estar concientes del objetivo que queremos lograr y


proponernos alcanzarlo; eso, es eficacia. Ser eficaz es la capacidad de producir
resultados; no solamente se debe dar en las áreas en que producimos cosas,
sino también debemos dar resultados como alumnos, padres, hijos, hermanos
y como ciudadanos.

Para llegar a aceptarnos, primero debemos conocer todo lo que somos


-tanto lo bueno como lo malo- sin juzgarnos. A continuación, debemos
huir de las comparaciones, pues todos somos diferentes. Por último, una vez que
conocemos -y valoramos- lo bueno de nosotros mismos, podemos potenciarlo
centrándonos en aquellas actividades que sabemos que podemos realizar
con mayor facilidad y crecer dentro de ese ámbito, mientras que aceptamos
aquello que, en un momento dado, se nos puede escapar.

El cumplimiento correcto de las virtudes viene a ser lo que llamamos


ÉTICA.

Cuando NO se cumple con las virtudes, NO se está actuando


ÉTICAMENTE

Todos tenemos virtudes y defectos que nos diferencian de los demás y que,
por tanto, nos aportan una identidad propia.

La humildad es la Madre de todas las virtudes, así como la soberbia es


la madre de todos los vicios.

Técnicas para perseguir nuestro propósito:

1. Autoexamen: concéntrese al máximo en descubrir su verdadero yo.


Descubra sus habilidades particulares y qué le hace verdaderamente feliz.
Esto le permitirá enfilar sus energías hacia la consecución de sus sueños.

2. Cinco pasos para alcanzar objetivos:

2.1. Formarse una clara imagen mental del resultado.


2.2. Someterse a presiones positivas: por ejemplo, el compromiso público.
2.3. Nunca fijarse una meta sin fijar un plazo para lograrla.
2.4. Aplicar la “regla mágica del 21”: para que un comportamiento nuevo
se vuelva un hábito, es preciso repetirlo durante 21 días seguidos.
2.5. Disfrutar de todo el proceso.

Empecemos ahora a mostrar lo comprendido y aprendido.

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