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÷a insuficiencia cardíaca es la resultante final de cualquier enfermedad que afecte en forma global o
extensa el funcionamiento miocárdico. En efecto, las enfermedades valvulares (sobrecargas
hemodinámicas), la inflamación difusa del miocardio (miocarditis), la destrucción miocárdica
extensa (infarto del miocardio transmural de más de 20% de la masa miocárdica), la sustitución del
miocardio por tejido colágeno (miocardiopatía dilatada) o la hipertensión arterial sistémica
(ventrículo izquierdo) o pulmonar (ventrículo derecho), pueden ser causa de insuficiencia cardíaca.
En la Unión Americana la padece 1% de la población (3 millones de personas) y aparecen 400000
nuevos casos cada año. Es por ello que la insuficiencia cardíaca es un proceso que debe interesar a
todo médico, pues tarde o temprano se enfrentará a pacientes que la sufren.
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Estos mecanismos intrínsecos de la regulación de la función cardíaca están influidos por factores
neurohumorales en los que destaca la importancia del sistema nervioso simpático y la producción
de sustancias vasoactivas en que desempeñan un papel de máxima importancia el riñón y la médula
suprarrenal, especialmente en el contexto de la insuficiencia cardíaca.
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c
Se denomina precarga a la fuerza que distiende el músculo relajado y que condiciona el grado de
elongación de la fibra miocárdica antes de contraerse. Según la ley de Frank-Starling existe una
relación directa entre el grado de elongación y el acortamiento de la fibra miocárdica. La precarga o
fuerza que distiende el miocardio antes de contraerse está representa da por la tensión que soporta
la pared ventricular al final de la diástole, y es directamente proporcional a la presión dentro de la
cavidad y al radio de la misma (a mayor volumen diastólico y/o a mayor presión habrá mayor
tensión, e inversamente proporcional al espesor de la pared. En este contexto, el aumento de la
presión sistólica intraventricular (hipertensión arterial o estenosis aórtica para el ventrículo
izquierdo e hipertensión pulmonar o estenosis de la válvula izquierda e hipertensión pulmonar o
estenosis de la válvula o del infundíbulo para el ventrículo derecho), o del radio sistólico (falla
contráctil), aumentará el estrés sistólico de la pared (postcarga) y, por el contrario, el aumento del
engrosamiento sistólico de la pared ventricu lar (hipertrofia o efecto inotrópico positivo), reduce o
normaliza el estrés parietal, o sea, la postcarga. Tanto la precomo la postcarga se rigen por la Ley
de Laplace:
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La Ley de Frank-Starling es el mecanismo más importante por el que
ambos ventrículos mantienen un gasto cardíaco idéntico, incluso cuando "
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existen variaciones importantes del volumen expulsado en cada latido. La
precarga depende de la volemia, del tono venoso, de la distensibilidad
ventricular y de la contribución auricular al llenado ventricular.
Es la fuerza contra la que se contrae el músculo cardíaco, o de otra manera, la fuerza que se opone
al vaciamiento del ventrículo. Equivale al grado de fuerza contráctil que debe desarrollar el
ventrículo para abrir las válvulas sigmoides y enviar sangre a la arteria aorta o pulmonar. Es
directamente proporcional a la presión intraventricular y al tamaño del ventrículo durante la sístole,
e inversamente proporcional al espesor de la pared.
Importante es recalcar que el estrés parietal sistólico (postcarga) es uno de los principales
determinantes del consumo de oxígeno miocárdico (MV02) en conjunto con la frecuencia cadíaca y
la contractilidad. Todo aumento del p V V p
(estrés parietal durante toda la sístole)
incrementará el MV02 y por otro lado, todo incremento del p V V (el máximo
estrés que hay en la sístole) se constituye en mecanismo "gatillo" para generar hipertrofia
miocárdica.
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Se refiere a la capacidad intrínseca de acortamiento de la fibra muscular aislada o engrosamiento
sistólico en el corazón intacto, y se puede definir como la ma yor o menor fuerza que desarrolla el
corazón al con traerse frente a condiciones similares de pre y poscarga. Si hay hipocon tractilidad
disminuye el acortamiento de la fibra miocárdica aislada o el en grosamiento sistólico de la pared
ventricular en el corazón intacto con la consiguiente disminución del volumen sanguíneo expulsado
por latido (gasto sistólico) y por minuto (gasto cardíaco).
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Cuando el gasto cardíaco disminuye por insuficiencia cardíaca aguda, el primer mecanismo que
aparece es la estimula ción adrenérgica, la cual tiene 2 efectos fundamentales: aumenta la
frecuencia cardíaca (efecto cronotrópico positivo) o aumenta la contractilidad (efecto inotrópico
positivo), la cual culmina con el au mento y muchas veces, la normalización del gasto cardíaco.
Este mecanismo es altamente efectivo para compensar la falla contráctil ventricular; su fase aguda
clínicamente se manifiesta por traquicardia, palidez, oligura y piloerección.
Este mecanismo aumenta el gasto cardíaco por dos mecanismos: uno es el mencionado a través de
la Ley de Starling y el otro es que sólo por el aumento del volumen diastólico se obtiene aumento
del gasto cardíaco como se muestra en el siguiente ejemplo:
I II
VD 120 ml 240
VS 90 ml 180
GS 30 ml 60
FE 25 % 25%
FC 90/min 90/min
GC 2700 ml 5400 ml
Como se puede ver en la columna I, la fracción de expulsión (FE), está ÷
disminuída, lo mismo que el gasto cardíaco (GC). El simple aumento de
los volúmenes ventriculares (VD y VS), mantenien do la misma
frecuencia cardíaca (FC) y FE, produce un aumento del GC.
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Este mecanismo es de gran utilidad cuando cambian las condiciones de $
trabajo del corazón. En efecto, cuando aparece una sobrecarga de presión
(estenosis aórtica o pulmonar, hipertensión arterial sistémica o pulmonar)
aumenta el estrés sistólico (postcarga), lo cual estimula la aparición de
hipertrofia miocárdica y ello, de acuerdo con la Ley de Laplace, normaliza
(
el estrés sistólico y el corazón puede desplazar la misma cantidad de
sangre sin aumentar el cos to metabólico (MV02) del corazón. Por otro V
lado, las sobrecargas de volumen (insuficiencia aórtica o pulmo nar,
comunicación interventricular o interauricular), aumentan el volumen
diastólico y con ello, el radio de la cavidad (aumenta el estrés diastólico), se promueve la aparición
de hipertrofia miocárdica y el corazón es capaz de desplazar una mayor cantidad de volumen
sanguíneo sin mayor MV02. Finalmente, un infarto del miocardio transmural adelgaza el espesor
de la pared del sitio infartado y dilata la cavidad ventricular (aumento del radio), ello condiciona un
aumento del estrés diastólico, lo que estimula la aparición de hipertrofia en el miocardio no
infartado y con ello se intenta aumentar el gasto cardíaco. Cuan do la hipertrofia normaliza el estrés
parietal y la función ventricular manteniendo una relación masa/volumen (grosor/radio) normal se
habla de ÀpV
p
Cuando el radio de la cavidad (volumen ventricular) excede el
espesor de la pared (masa ventricular), aumenta el estrés parietal y declina la función ventricular,
la ÀpVp V
p
, lo cual traduce que este mecanismo de compensación es insuficiente
para mantener la función ventricular y el MV02 en la normalidad. Por fin, cuando la hipertrofia
excede su magnitud de tal forma que se pierde su relación normal con el radio de la cavidad, se
denomina ÀpV
, lo cual trae consigo consecuencias patológicas como la
hipertensión diastólica y la isquemia miocárdica. A todos estos cambios en la forma de volumen,
las dimensiones de las cavidades, el espesor de las paredes y la relación entre el grosor de la pared
(masa ventricular) y el radio de la cavidad (volumen ventricular) que aparecen cuando cambian las
condiciones de trabajo del corazón se les denomina p
pVp.
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La tríada clínica mediante la que se manifiesta la insuficiencia cardíaca está constituida por
la
V
pVVpVV V
pVp. La
Ven conjunto con la palidez,
la diaforesis, la oliguria y la piloerección son manifestaciones de la p V
pVen los
pacientes con insuficiencia cardíaca; por otro lado, la
V p traduce la utilización del
mecanismo de Frank-Starling como mecanismo de compensación y es el resultado del aumento del
volumen circulante. Por la retención del H2O y Na+ y el V
pVp es la manifestación del
corazón dilatado e insuficiente.
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Cuando ambos ventrículos son insuficientes se suman las manifestaciones clínicas que producen la
falla de ambos, disnea de diversos grados, fatigabilidad, congestión visceral y edema de diversos
grados hasta llegar a la anasarca en los casos más graves; cuadro que además se acompaña de las
manifestaciones de hiperactividad adrenérgica.
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yV Aguda: infarto del miocardio en evolución (comprometiendo más del 20% de la musculatura
ventricular).
yV Crónica: infarto transmural, aneurisma ventricular y cardioangioesclerosis.
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yV Insuficiencia aórtica
yV Insuficiencia mitral
yV Estenosis aórtica
yV Hipertensión arterial sistémica
yV Coartación aórtica
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yV Estenosis mitral
yV Mixoma auricular izquierdo
yV Miocardiopatía restrictiva izquierda
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& Infarto del miocardio extenso en ambos ventrículos.
(& Miocardiopatía dilatada
& Miocarditis
& Cortocircuitos A-V (PCA,CIV) o mixtos
& Valvulopatías:
& Lesiones bivalvulares o trivalvulares
!& Estadio terminal de la valvulopatía aórtica
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Aun cuando se considera como parte del cuadro de insuficiencia cardíaca, porque causa los
síntomas retrógrados que aparecen en la insuficiencia cardíaca (disnea y edemas), realmente los
mecanismos operantes en la disfunción diastólica son totalmente distintos a los que aparecen en la
falla contráctil, el pronóstico de ambas entidades y su tratamiento son diferentes, por lo que en la
actualidad deben considerarse dos entidades distintas, más aún cuando estamos en posibilidad de
reconocerlas clínica mente. La disfunción diastólica puede deberse a la alteración de la
o de la
de las paredes ventriculares. En efecto, la relajación lenta
(isquemia miocárdica) o incompleta (hipertrofia inapropiada o isquemia), traen como resultado la
hipertensión diastólica del ventrículo, lo cual puede manifestarse por disnea (si el ventrículo
afectado es el izquierdo) o incluso edema pulmonar, sin que el ventrículo tenga deficiencia de
contracción ni aumento del volumen diastólico, por lo que estos pacientes no tienen cardiomegalia
ni ritmo de galope. Estas alteraciones se observan fundamentalmente en pacientes con infarto del
miocardio agudo, miocardiopatía hipertró fica, cardiopatía hipertensiva o estenosis aórtica grave de
larga evolución. Por otro lado, cuando la pared ventricular se torna rígida (disminución de la
distensibilidad) por infiltración del miocardio (amiloide), o por la presencia de trombos
endocárdicos endotelizados (fibrosis endomio cárdica), aparece impedimento al llenado diastólico,
lo cual eleva desproporcionadamente la presión diastólica ventricular sin aumento del volumen
diastólico; ello se traduce clínica mente en graves manifestaciones de hipertensión venocapilar
(disnea) y de hipertensión venosa sistémica (congestión hepatoesplénica, edema, ascitis, etc.), sin
que haya déficit de contracción sistólica. Estas entidades tienen una historia natural, pronóstico y
tratamiento distintos al que tiene el paciente con insuficiencia cardíaca, a un cuando las
manifestaciones clínicas tengan similitud.
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El diagnóstico de insuficiencia cardíaca debe ser clínico, el conocimiento de la fisiopatolo gía nos
permite reconocer al paciente que la padece; en efecto, si refiere disnea de diversos grados (pero
más la ortopnea o la crisis de disnea paroxística nocturna), se le encuentra con palidez, diaforesis,
taquicardia y cardiomegalia (ápex desplazado hacia abajo y/o hacia afuera) y además con ritmo de
galope a la auscultación y estertores crepitantes en las bases pulmonares, podremos reconocer
cuadro de insuficiencia cardíaca; si además tiene plétora yugular, hepatomegalia congestiva y
edemas, estaremos en presencia de insuficiencia cardíaca global. Los métodos de diagnóstico que
nos ayudan a confirmar el diagnóstico estan en la radio grafía simple del tórax y el ecocardiograma;
la primera nos revela la presencia de signos de hipertensión venocapilar (líneas B de Kerley,
moteado difuso, derrame intercisural, redistribución del flujo, etc.) los cuales en presencia de
cardiomegalia (índice cardiotorácico mayor de 0.5) apoya n el diagnóstico de insuficiencia
cardíaca. Si estos signos aparecen en ausencia de cardiomegalia estamos en presencia de disfunción
diastólica; si el ecocardiograma demuestra dilatación de las cavidades ventriculares con signos de
falla contráctil (acortamiento porcentual menor de 30% o fracción de expulsión menor de 50%) se
confirma el diagnóstico de insuficiencia cardíaca; si las cavidades ventriculares tienen dimensiones
normales y las cavidades auriculares se encuentran dilatadas, estaremos en presencia de disfunción
diastólica.
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La clasificación funcional de la New York Heart Association, está basada en la capacidad del
paciente para realizar su actividad física y es útil para evaluar la respuesta al tratamiento y seguir la
historia natural de cualquier paciente con insuficiencia cardíaca.
c Sin limitaciones. La actividad física ordinaria no ocasiona síntomas.
cc Ligera limitación de la actividad física. La actividad física ordinaria causa
síntomas.
c
Incapacidad para efectuar cualquier tipo de actividad sin síntomas. Síntomas
presentes incluso en el reposo y exacerbación de los mismos con
actividad ligera.
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