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Argentina campeona…
Aunque Argentina no consiguió la copa del mundo, hace una semana se
consolidó como el primer país latinoamericano en legalizar los matrimonios
homosexuales. El parlamento platense por mayoría de votos determinó ese
acuerdo aceptado por no pocos, y rechazado por una minoría, al menos en las
encuestas se evidencia ese cuadro.
Una jueza había declarado hace algunos días que se negaría a casar a
una pareja gay, alegando que sus principios como seguidora de Cristo y de la
Biblia se contraponen a la ley promulgada por el parlamento de su país. No
obstante, después de haber conversado con su pastor de iglesia, ella se
rectificó.
Numerosos grupos homosexuales, y representantes en varios países han
apoyado la promulgación de la ley en el país de la plata. Cantantes, músicos,
actores y reconocidas personalidades han catalogado como “un avance para
los países latinos”, puesto a que a nivel mundial los latinos son considerados
por no pocos como países truncados por la piedra del “puritanismo”, y el
machismo.
Es claro por supuesto que, el matrimonio homosexual, no es algo
nuevo. Esta ley está en vigencia en otros países “desarrollados”, y como a
los latinos les gusta imitar todo lo “nuevo”, no tardó mucho tiempo en iniciar
la carrera a qué país se convierte en el pionero a nivel Latinoamérica.
Alguno podrá decir que me estoy “subiendo al coche” escribiendo un
asunto que está en boca de casi todos. Sin embargo, me motiva a escribir
simplemente porque hay algunos defensores del matrimonio homosexual que
utilizan la “Biblia” para decir que Dios creó también a los homosexuales.
Aunque jamás señalan un texto explícito para demostrar su tamaña ilusión.
Es así que, si se habla a favor de los matrimonios homosexuales, que se
haga desde la perspectiva social, antropológica y postmoderna, pero que en
absoluto se mencione a Dios o a Su Palabra como punto de apoyo a su
descabellada idea.
La homosexualidad en la Biblia
La Biblia utiliza el término homosexual en pocas ocasiones, pero las
utiliza, en cambio menciona y condena de lo que significa, que viene a ser lo
mismo. Este tema es indicado como el “sodomismo” o “sodomita” (Dt. 23:17;
1Re. 14:24; 15:12; Job 36:14), dicho así por los habitantes de Sodoma quienes
fueron exterminados por Mano divina en ocasión de el éxodo de Lot y su
familia (Gn. 19:12-29), justamente por sus pecados degradantes, o como la
Biblia menciona: “el pecado de ellos se ha agravado en extremo” (Gn. 18:20).
No obstante es necesario mencionar que el pecado de los sodomitas era la
homosexualidad.
La Biblia narra que cuando los ángeles llegaron a visitar a Lot para
librarlos de la destrucción de Sodomo y Gomorra, se hospedaron en la casa de
Lot. De pronto “antes que se acostaran, los hombres de Sodoma, todo el
pueblo, desde el más joven hasta el más viejo, cercaron la casa. Llamaron a
Lot y le dijeron_ “¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche?
Sácalos para que los conozcamos”. Entonces Lot salió a ellos a la puerta cerró
las puertas tras sí, y dijo: “Os ruego, hermanos, que no hagáis tal maldad.
Tengo dos hijas que no conocieron varón. Las sacaré afuera, y haced con ellas
lo que bien les parezca. Sólo que no hagáis nada a estos hombres, ya que
vinieron a la sombra de mi tejado”.” (Gn. 19:5-8).1
La palabra conozcamos y conocieron, en hebreo, no es un conocer
simple, existe un conocer ligado a la sexualidad como se expresa “Y conoció
Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín” (Gn. 4:1)”. De otro
modo Lot no tendría necesidad de presentara sus hijas como que jamás
conocieron hombre.
Según el texto citado, el pecado reinante de los sodomitas tiene que
ver con el sexo, pero no un sexo natural, sino un sexo contra natura (Rom.
1:26-27). Hace algunos días estuve hurgando por la Internet y me encontré
con una tesis doctoral en filología que estudiaba el término “sodomita”, y
trágicamente concluía en que el pecado de los sodomitas consistió en no dar
posada a los ángeles o el pecado de la falta de hospitalidad; esto porque
confrontándolo en contexto con Mateo 10:15: “De cierto os digo que en el día
del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y Gomorra,
que para aquella ciudad”. Según ellos Jesús expresó estas palabras pues en el
verso anterior dice: “Y si alguno no os recibe, ni oyere vuestras palabras, salid
de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies” (Mt. 10:14). No
necesitamos explicar más, es evidente su pobre hermeneuta que sin duda, no
llega ni siquiera a una homilética o alegoría como en antaño en Alejandría.
1
La cursiva y el subrayado es nuestra.
inclinación homosexual. Hay quienes dicen que biológicamente es un
problema de hormonas. No obstante, si fuese problema de hormonas bastaría
con suplir la falta de hormonas. Por ejemplo si soy varón y tengo en demasía
hormonas femeninas, simplemente tendrían que inyectarme hormonas
masculinas. Y si es el caso de una mujer de igual modo. Pero no es un asunto
biológico, sino psicológico.
Por lo tanto, ese detalle debe ser entendido. La homosexualidad no es
biológica, es un problema psico-social. Pero sobre todo, es una falta de
Cristo.