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Fenomenología

La fenomenología de Hursserl puede comprenderse como un método y un 'modo de


ver'. El método, se construye tras la depuración del psicologismo. Resulta necesario
mostrar que las leyes lógicas son lógicas puras y no empíricas, trascendentales o
procedentes de un supuesto mundo inteligible de naturaleza metafísica. Es preciso
también, desde este enfoque, mostrar qué ciertas operaciones como la abstracción o
el jucio no son actos empíricos sino de naturaleza intencional. Esta conciencia, no
aprehende los objetos del mundo naturales como tales objetos ni consituye lo dado
en cuanto objeto de conocimiento: aprende puras significaciones en cuanto son
simplemente dadas y tal como son dadas. Dicha depuración se lleva a cabo a través
del método fenomenológico.

El método fenomenológico

Para poner en marcha el método fenomenológico hay que adoptar un actitud radical,
esto es la de la 'suspención' del 'mundo natural'. De esta manera, podría decirse que
la creencia en la realidad del mundo natural así como las proposiciones que dan lugar
a esas creencias, son colocadas 'entre paréntesis'. No se trata, pues, de negar la
realidad natural (lo cual diferencia este método del escepticismo clásico). El método
propone colocar un nuevo 'signo' a la 'actitud natural', lo que significa abstenerse
respecto a la existencia espacio-temporal del mundo.

En sítesis, el método fenomenológico, consiste en:

• ♦ Examinar todos los contenidos de la conciencia


• ♦ Determinar si tales contenidos son reales, ideales, imaginarios, etc.
• ♦ Suspender la conciencia fenomenológica, de manera tal que resulta
posible atenerse a lo dado en cuanto a tal y describirlo en su pureza

La fenomenología, no presupone nada: ni el sentido común, ni el mundo natural, ni


las proposiciones científicas, ni las experiencias psicológicas. Se coloca antes de
cualquier creencia y de todo juicio para explorar simplemente lo dado. Podría
considerarse este método como un positivismo absoluto.
Fenomenología de Husserl: Aprender a ver

Tomamos nuestro destino en las manos, nos convertimos en responsables de nuestra


historia mediante la reflexión, pero también mediante una decisión en la que empeñamos
nuestra vida; y en ambos casos, se trata de una acto violento que se verifica ejercitándose.

MERLAU-PONTY

Hablar de fenomenología, el movimiento filosófico creado por Edmund Husserl (1859-


1938), es casi tanto como hablar de la filosofía del siglo XX, y creo que se pueden
apuntar dos razones en apoyo de esa opinión. En primer lugar, si desviamos la mirada
de las formulaciones concretas que Husserl dio a sus ideas, son muchos los filósofos
de nuestro siglo que han reconocido la influencia de Husserl en un grado mayor o
menor. Heidegger fue discípulo directo de Husserl, y de él aprendió un cierto estilo de
filosofar, aunque pronto surgieron las diferencias teóricas. Sartre, en los años treinta,
descubrió a nuestro autor en Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía
fenomenológica, que es la exposición más conocida que Husserl logró de una teoría.
La influencia sobre Sartre es notoria. Algunos autores decisivos del siglo XX, como
Merleau-Ponty, han pertenecido a la fenomenología. La hermenéutica de Gadamer y
Paul Ricoeur encuentra su punto de arranque en Husserl. Y aún podríamos ir más
lejos y compartir la tesis que defiende Montero Moliner (en Retorno a la
fenomenología) según la cual, para aquellos que entienden de ideas y no de escuelas,
la filosofía analítica y del lenguaje participarían del mismo espíritu que la
fenomenología. Autores como Strawson, Austin, Searle y Grice son emparentables con
la fenomenología sin necesidad de forzar mucho las comparaciones. Más complicada
se presenta la opinión de Gerd Brand (en Los textos fundamentales de Ludwig
Wittgenstein) según la cual Wittgenstein sería el fenomenólogo por antonomasia. El
movimiento filosófico creado por Husserl ha ido extendiéndose y ramificándose con el
transcurso de los años. Para hacerse una buena idea de la increíble amplitud del árbol
fenomenológico que casi no deja una ciencia ni una disciplina filosófica sin cubrir-
puede consultarse con la obra de Bernhard Waldenfels (Introducción a la
fenomenología. De Husserl a Derrida). La fenomenología es una filosofía viva, se
publican anales y revistas, se dan congresos y seminarios. ¿Cuál puede ser el motivo
de este éxito de la fenomenología? Para responder a esta pregunta, entramos en la
segunda razón. Ya uno de los primeros discípulos de Husserl, Adolf Reinach, había
señalado que la fenomenología, más que un sistema de doctrinas filosóficas, era un
método. Y un método que además envuelve un desarrollo ilimitado por principio. Este
es el sentido del título que he dado a mi artículo: la fenomenología como un intento
de establecer las condiciones de posibilidad de la filosofía, como un intento de
mostrar el camino que conduce a ver el mundo de un modo filosófico. En un esfuerzo
de reflexión metafilosófica, Husserl buscó un lugar para la filosofía, un lugar que
nadie más que ella podría rellenar, y agotó sus energías prácticamente en ese
esfuerzo. Por ese motivo, y dejando a un lado las falsas radicalidades metafilosóficas,
la fenomenología como teoría filosófica apenas se decanta por tesis precisas: tanto
que casi podríamos decir que todo lo que caiga bajo el rótulo "filosofía realizada con
un esfuerzo de seriedad y rigor" puede ser considerado como "fenomenología".
Además, siendo Husserl el iniciador de la corriente, se hace en parte comprensible
que su filosofía esté afectada de todas las vacilaciones propias del que explora un
nuevo terreno. Husserl, que era un hombre sumido en la teoría y excesivamente
escrupuloso, volvió una y otra vez sobre sus propias ideas, e intentó exponerlas
completas en varias ocasiones, añadiendo más y más detalles, complicando la
terminología. A su muerte dejó más de 45.000 folios taquigrafiados y creo que aún
siguen editándose sus obras bajo el título de Husserliana. Sin embargo, se consideró
un principiante de la filosofía, que sólo se había adentrado en los primeros caminos
del inmenso territorio que el método fenomenológico abría. Pero no debemos olvidar
cuando leemos a Husserl, que esta filosofía confusa, inacabada y a veces
contradictoria, fue la inspiración para obras geniales del siglo XX, rebosantes de ideas
tal vez más claras y atractivas, y que, bien en deuda teórica o en debate crítico con
ella, son numerosos los filósofos de nuestro siglo que han pasado por la
fenomenología y han contribuido a desarrollarla y matizarla con sus teorías. Por tanto,
creo que entender a Husserl es necesario para entender nuestro siglo, al menos
filosóficamente hablando. En este artículo intentaremos, en la medida de lo posible,
acercarnos a este entendimiento.

La fenomenología nació en las Investigaciones lógicas como una refutación del


psicologismo. El psicologismo pretendía ser un modo de solucionar algunos
problemas que planteaban la teoría del conocimiento y de la ciencia, sin salir de los
estrechos márgenes de un positivismo de "hechos". La idea del psicologismo consistía
en hacerse una cierta composición de lugar, sin despegarse del suelo del sentido
común de su época para conseguir de ese modo la ventaja de una apariencia de
inteligibilidad inmediata. Acto seguido, se ventilaba la teoría del conocimiento,
pretendiéndose que las paradojas que descubría no eran más que el resultado de
obscuros filosofe-mas. La composición de lugar que antes he mencionado es esta:
empecemos por aceptar la realidad de un mundo de objetos como algo comprensible
de suyo, como un horizonte infranqueable más allá del cual no tiene sentido ninguna
pregunta. Dentro de ese mundo de objetos colocamos al ser humano como un objeto
entre objetos; ahora bien, el ser humano nos resulta un objeto muy peculiar. ¿En qué
consiste la conciencia o vida anímica por la cual ese objeto se representa a todos los
demás? ¿Es una propiedad de ese objeto? En nuestro mundo positivista de objetos
sólo podemos admitir el enlace casual como relación entre objetos. ¿Se puede
explicar acaso el conocimiento como una influencia causal de un objeto sobre otro
objeto? El psicologismo cedía a la tentación cartesiana de concebir la conciencia o
vida anímica como una cosa, una realidad sustancial. En las últimas décadas del siglo
XIX la psicología se había constituido como ciencia, al probarse que era posible
aplicar el método experimental para el estudio de la vida anímica de animales y seres
humanos. Y desde su nacimiento hasta mucho tiempo después, la psicología
pretendía convertirse en una auténtica "física del alma", pretensión que será
duramente criticada por Husserl: según nuestro autor, nunca podría llegarse a esta
concepción justa del sujeto -en tanto que sujeto cognoscente- mientras se le siguiese
tratando de agotar en todos sus matices por medio de una ciencia empírica, intento
bajo el cual subyacía la visión sesgada de él como objeto entre objetos. Era
totalmente absurda la supuesta fundamentación definitiva del conocimiento por parte
de la psicología, alegándose que el conocimiento debía verse como un evento
psicológico, y que su misterio será finalmente iluminado por la razón científica.
Teniendo en cuenta que desde los tiempos de Descartes la teoría del conocimiento
había sido el baluarte de la posibilidad y necesidad de la reflexión filosófica, al ser
solucionados sus "problemas" por una ciencia como la psicología, la filosofía quedaba
sin "trabajo" y por tanto, sin "sentido". Pero el psicologista había ido demasiado lejos:
al pretender cerrar el círculo de la objetividad científica sobre sí mismo, lo único que
consiguió fue poner de relieve los propios límites de toda ciencia. La teoría del
conocimiento no podía solventarse con la investigación psicológica porque esta era
un conocimiento. Tampoco la lógica podía reducirse a leyes que gobernaban
exclusivamente la psique humana, puesto que la psicología daba la lógica por
supuesta en todos sus razonamientos. "El relativismo específico hace esta afirmación:
para cada especie de seres capaces de juzgar, es verdadero lo que según su
constitución o según las leyes de su pensamiento deba tenerse por verdadero... la
constitución de una especie es un hecho. Y de hechos sólo pueden sacarse hechos.
Fundar la verdad en la constitución de una especie... significa darle, pues, el carácter
de un hecho. Pero esto es un contrasentido. Todo hecho es individual, o sea,
determinado en el tiempo. Pero hablar de una verdad temporal sólo tiene sentido
refiriéndose a un hecho afirmado por ella (caso de que sea una verdad de hecho) más
no refiriéndose a ella misma." (Investigaciones lógicas, primera parte, cap. Vll). La
raíz del problema estaba -aunque parezca un galimatías- en una errónea concepción
de lo que es un concepto. De alguna manera la mente humana no está hecha, en su
funcionamiento ordinario, ni para el estatismo absoluto de los conceptos ni para la
fugacidad de las sensaciones. Por eso, cuando Husserl propone un filosófico viaje al
fondo del concepto, considerándolo en tanto tal concepto, prescindiendo por
completo de averiguar nada acerca de su naturaleza o realidad, y persiguiendo
conexiones puras entre conceptos en un dominio donde precisamente reina el más
completo aislamiento y soledad entre entes conceptuales perfectamente idénticos a
sí mismos, nos resulta como una bocanada de aire fresco la teoría opuesta, que toma
a los conceptos en su realidad superficial de eventos psíquicos, sin meterse en las
honduras de su significado, y va explicando su aparición por medio de un proceso
genético.

Pero Husserl consideraba que debía hacerse una teoría del conocimiento puramente
conceptual: por lo tanto, no podía utilizarse ni uno sólo de los conocimientos ya
constituidos. Ese es el sentido que tiene su famosaepojé (suspensión del juicio) o
reducción fenomenológica. Para poder estudiar las vivencias en cuanto tales, hay que
modificar nuestro modo ordinario de vivirlas. Husserl describe este modo ordinario o
actitud natural como un directo e ingenuo apuntar de la conciencia al mundo y a sus
objetos, como una atención y un interés en ellos. La actitud natural está cargada de
interpretaciones admitidas tácitamente como válidas, de prejuicios, de
intelectualizaciones confusas que conducen a faltas de entendimiento. El resultado de
la epojé fenomenológica es que nuestra atención se desplaza a los objetos al modo
de darse esos objetos en la conciencia, o sea, a los fenómenos en sentido
fenomenológico. Entonces el fenomenólogo sólo aceptará como fenómenos válidos
aquellos que estén da dos originariamente, y que son la base para toda interpretación
e intelectualización posterior. "No hay teoría concebida capaz de hacernos errar
respecto al principio de todos los principios: que toda intuición en que se da algo
originariamente es un fundamento de derecho del conocimiento; que todo lo que se
nos brinda originariamente (por decirlo así, en su realidad corpórea) en la intuición,
hay que tomarlo simplemente como se da, pero también sólo dentro de los límites en
que se da." (Ideas, 24). Para Husserl, la filosofía tiene que apoyarse en las intuiciones
más primordiales de nuestra vida: "Las intuiciones que únicamente pudieran ser
vivificadas por impresiones remotas e imprecisas, inauténticas -y en el supuesto de
nue se tratara realmente de unas intuiciones- no podrían satisfacernos. Nosotros
queremos volver a las cosas mismas." (Investigaciones lógicas). Este volver a las
cosas mismas se convirtió en un lema repetido de la fenomenología.

Tras la epojé o reducción fenomenológica -que nos han colocado plenamente en el


terreno de partida de la subjetividad- viene la reducción eidética. Husserl se aparta
del empirismo al defender que hay una verdadera intuición de esencias. "Una
intuición empírica e individual puede convertirse en intuición esencial (ideación)
-posibilidad que por su parte no debe considerarse como empírica, sino como
esencial. Lo intuído en este caso es la correspondiente esencia pura o eidos, sea la
suma categoría, sea una división de la misma hasta descender a la plena
concrección" (Ideas, 3). La fenomenología queda ahora definida más estrictamente
como la descripción eidética de la vida trascendental del yo. Por vida trascendental
del yo entenderemos el con junto de vivencias o fenómenos originarios que, como
datos absolutos a toda posición de trascendencia, hacen posible la apertura de la
conciencia a un mundo. Se trata de apresar el origen último de todo posible sentido y
validez de ser. Husserl se plantea la pregunta sobre cómo debemos concebir el sujeto
para que después resulte inteligible el que ese sujeto lo sea de conocimiento.
Partiendo de la esencia intuitivamente aprehensible del conocimiento -que es la
apertura intencional de un sujeto a un objeto presente-, y a la luz de ella, tenemos
que reexaminar nuestros conceptos tanto de la realidad del sujeto como de la
realidad del objeto o mundo. Todos los conceptos, induyendo los que Kant llamaba
conceptos puros, han de encontrar su sentido originario en una subjetividad
trascendental, de la que parte toda concepción, tanto del mundo como de uno
mismo. Esta es la reducción trascendental, por la que Husserl accedía a su peculiar
idealismo fenomenológico. Muchos de los seguidores de Husserl de aquella época se
extrañaron del viraje hacia el idealismo que ya empezaba a manifestarse en Ideas, y
se apartaron de la reflucción trascendental, recorriendo entonces sus propios caminos
filosóficos. Husserl se quedó sólo con un reducido grupo de incondicionales. La
reducción trascendental abría el paso hacia un territorio inédito, del que cabía tener
experiencias trascendentales y del que podía ocuparse por fin una filosofía autónoma,
radical y sustantiva; así se pondría fin a la dispersión de la filosofía en filosofias. Ya
hemos visto cual era la postura del objetivismo cientificista. "El trascendentalismo,
por el contrario, dice: el sentido de ser del mundo de vida previamente dado es una
configuración subjetiva, es producto de la vida de la experiencia, de la vida pre-
científica. En ella se construye el sentido y la validez de ser del mundo, y en cada
caso del mundo que vale realmente para el que en cada caso lo experimenta. En
cuanto al mundo "objetivamente verdadero", el de la ciencia, es una creación de más
aIto grado, fundada sobre la experiencia y el pensamiento pre-científico, o lo que es
igual, sobre sus rendimientos de validez. Sólo una retro-indagación radical de la
subjetividad, de la subjetividad que es precisamente la que en última instancia hace
posible toda validez del mundo con su contenido y en todas las modalidades
científicas y pre-científicas, así como una indagación del qué y el cómo de los
rendimientos de la razón, puede hacer inteligible la verdad objetiva y alcallzar el
sentido de ser último del mundo. Por consiguiente, no es el ser del mundo en su
obviedad incuestionada lo en-sí primero, ni se trata de plantear la nuda interrogación
sobre lo que objetivamente le pertenece; sino que lo en-sí primero es la subjetividad,
y precisamente en cuanto instancia que pre-da ingenuamente el ser del mundo y
seguidamente lo racionaliza. O lo que es igual: lo objetiva." (Crisis, 14).

Ahora estamos en condiciones de poner de manifiesto y comprender la tensión


filosófica en que se movió Husserl durante toda su obra. Por un lado nos encontramos
con una filosofía o fenomenología crítica. La fenomellología crítica busca parcelas de
la realidad, parcelas que sean "intuitivamente", "manifiestamente" de la realidad
-experimentado en una vivencia pre-científica-, y que no puedan ser explicadas por
las conceptualizaciones al uso en la ciencia. Esa parcela de la realidad es la vida
anímica o subjetividad trazscendental. En Crisis, Husserl la llamó "el mundo de la
vida". Pero la filosofía crítica, podemos decir, se ha auto-inmolado para revelar las
incongruencias del objetivismo cientificista, porque al problematizar el conocimiento y
buscarle un fundamento, ha cerrado también, en principio, sus propias vías. Aquí es
donde aparece el trascendentalismo kantiano y su división entre conocimiento
ordinario y científico y conocimiento trascendental. Husserl, recuperando la reflexión
de Kant, quiere venir a abrir una posibilidad para una filosofía sustantiva que,
habiéndose hecho epojé de toda tesis, no busque ya un fundamento para el
conocimiento, ni siquiera un concepto de conocimiento y trascendencia, y se limite a
describir fielmente el fenómeno considerado como dato absoluto, proporcionado por
una experiencia trascendental. Una buena muestra de la tensión entre estos dos
modos de concebir la filosofia simplificadamente podríamos decir: teoría del
conocimiento y metafísicaes que en las Meditaciones cartesianas Husserl llega a
indicar que también la experiencia trascendental requeriría una crítica que la
revisara.

Una de las frases más famosas de la fenomenología es aquella que expresa la


intencionalidad de la conciencia: toda conciencia es conciencia de algo y ese algo no
es la propia conciencia. Husserl establece una conexión indisoluble entre la
conciencia y su objeto, la llamada correlación universal objetoconciencia. Habiendo
tomado la noción de intencionalidad de su maestro Franz Brentano, Husserl se
percató de que por un lado no puede concebirse ninguna vivencia de conciencia
aislada o separada del objeto al que está dirigida, al que apunta intencionalmente (y
que, en principio, no es el objeto sino el objeto intencional), pero que también, por
otro lado, y por lo menos en lo que respecta a su sentido, tampoco el objeto era
autónomo o independiente de la conciencia, que es la única fuente dadora de sentido.
Para Husserl, conciencia y objeto son dos entidades separadas en la naturaleza que
por el conocimiento se pondrán en relación. Hay una correlación primitiva a partir de
la cual se definen sujeto y objeto como tales. (Con total independencia de lo que
exista o no exista en la realidad, la vivencia queda identificada esencialmente como
vivencia de un cierto objeto. Por decirlo así, la esencia de las vivencias tiene un lado
subjetivo -que es la propia acción de la conciencia en tanto que ejerciéndose
intencionalmente- y un lado objetivo. Al lado objetivo de la essencia de una vivencia
lo denominará Husserl nóema de esa vivencia. Al lado subjetivo, noesis de la vivencia.
Hay textos de Husserl que parecen avalar la idea de la distinción entre nóema y
objeto: "El árbol pura y simplemente, la cosa de la naturaleza, es todo menos esto
percibido, el árbol, en cuanto tal, que es inherente como sentido perceptivo a la
percepción, y lo es inseparablemente. El árbol pura y simplemente puede arder,
descomponerse en sus elementos químicos, etc. Pero el sentido -el sentido de esta
percepción, algo necesariamente inherente a su esencia- no puede arder, no tiene
elementos químicos, ni fuerzas, ni propiedades reales en sentido estricto" (Ideas, 81).
Relacionada con esta posible separación entre nóema y objeto, está la idea de
Husserl de que no todos los ingredientes de la conciencia tienen carácter intencional.
Este aspecto de la fenomenología de Husserl fue controvertido y muy criticado por
Sartre. A los elementos no intenciollales los llama hylé; plantea en Ideasque la noesis
tendría una cierta función animadora de esta hylé -sensaciones o contenidos
representantes- para generar los correspondientes nóemas. Con ello, prácticamente
estamos en el representacionalismo que el propio Husserl denostaba. Husserl había
insistido en la "presencia en persona" del objeto ante la conciencia durante la
percepción del mismo: "Pero si intentamos separar en esta forma el objeto real (en el
caso de la percepción externa, la cosa percibida de la naturaleza) y el objeto
intencional, e introducir como ingrediente en la vivencia este último, en cuanto
"inmanente" a la percepción, caemos en la dificultad de hallarse ahora, frente a
frente, dos realidades en sentido estricto, mientras que, sin embargo, sólo con una
nos encontramos y sólo una es posible. La cosa, el objeto natural, eso es lo que
percibo, el árbol que está ahí en el Jardín; éste y no otro es el objeto real de la
intención perceptiva. Un segundo árbol inmanente, o bien una imagen interna del
árbol que está ahí fuera ante mí, no se da en modo alguno y suponer hipotéticamente
una cosa semejante sólo conduce a un contrasentido." (Ideas, 9O). Husserl se opone a
la separación entre un mundo de realidad -en-sí- correspondiente a las afirmaciones
de la ciencia fisica matematizada -y un mundo de apariencias o fenómenos
sensoriales meramente subjetivos. Si admitimos que la cosa sensible y sus cualidades
son fenómenos subjetivos, entonces tampoco serán trascendentes las cosas en
sentido fisico, puesto que son exactamente las mismas cosas que indicamos como un
"esto" en la percepción sensible Ias que el físico estudia con profusión de
experimientos en torno a ellas, de las que deriva, aplicando cánones estables de la
racionalidad lógicoempírica, las determinaciones fisicas de la cosa. Con este "mito"
-así lo llama Husserl- cae también la teoría causal de la percepción. Así:"Como toda
vivencia intencional tiene un nóema y en él un sentido mediante el cual se refiere al
objeto, así, a la inversa, todo lo que llamamos objeto, aquello de que hablamos, lo
que como realidad tenemos ante los ojos, lo que tenemos por posible o probable, lo
que nos figuramos por imprecisamente que sea, es, sólo con el ser tal, un objeto de la
conciencia, y esto quiere decir que, sean y se llamen mundo y realidad lo que sean y
se llamen, tiene que estar representado dentro del marco de la conciencia real y
posible por sentidos o proposiciones, llenos por el correspondiente contenido más o
menos intuitivo "(ldeas. l13).

La fenomenología, el existencialismo, el pragmatismo y el intuicionismo


como sustentos de la llamada concepción cualitativa de la investigación.

La fenomenología cuya primera aparición como término se encuentra en las obras de


Johann Heinrich Lambert desde Hegel, se refiere en general al estudio de los
diferentes modos en que las cosas aparecen o se manifiestan en la conciencia.

Ella representa una corriente idealista subjetiva cuyo posterior movimiento filosófico
del siglo XX (escuela fenomenológica) se debe, entre otros, a los estudios de E.
Husserl quien siguió el camino de los neo-kantianos alemanes de fines del siglo XIX
en especial el de W. Dilthey.

Ella describe las estructuras de la experiencia tal y como se presentan en la


conciencia, sin recurrir a teoría, deducción o suposiciones procedentes de otras
disciplinas vb. las ciencias naturales. En la actualidad se han desarrollado
interpretaciones fenomenológicas en teología, sociología, psicología,
psiquiatría, crítica literaria, lingüística y otras ciencias sociales.

Husserl distingue entre ciencias de la naturaleza y ciencias del espíritu (humanas),


rechazando que ellas sigan el mismo método de las primeras ya que en las ciencias
de la naturaleza prima la causalidad y en las segundas está presente la motivación o
intencionalidad. Esa es la razón por la que sus ideas estaban centradas en
la construcción de una ciencia eidética que sirviera de base a las ciencias humanas.

Es su obra la que inspira a los que generan Nueva Sociología de la Educación y,


además, quien a su vez enuncia que las formas de ser que tienen esencialmente sus
modos de darse también tienen sus modos en cuanto al método de conocerlas
[agregando] Un método no es, en efecto nada que se traiga ni pueda traerse de fuera
de un dominio (...)Un método determinado (...) es una forma que brota de la
fundamental forma regional del dominio y de las estructuras universales de éstas, o
sea, que del conocimiento de estas estructuras se desprende esencialmente para
aprehenderlo epistemológicamente.

Desde su punto de vista, el objeto del conocimiento no existe fuera de la conciencia


del sujeto; el objeto se descubre y recrea como resultado de la intuición dirigida hacia
él, el criterio de la verdad se halla constituido por las vivencias personales de los
sujetos lo que hizo que muchas de sus ideas sirvieran de sustento al existencialismo
alemán.

La fenomenología parte del concepto central de la `intencionalidad de la conciencia'


que trata de fundamentar de que no hay `objeto sin sujeto'. Las esencias a las que
presta atención son los objetos ideales, universales y temporales, los cuales no
pueden existir materialmente (reducciones fenomenológicas) para aprehender las
esencias de la conciencia pura, en un proceso en que la induccióndesempeña su
papel vital.

Los requisitos básicos de esta doctrina se observan en dos sentidos:

• la reducción fenomenológica; como la tendencia a abstenerse de


formular juicios de cualquier clase que conciernen a la realidad objetiva y que
rebasan los límites de la experiencia pura (subjetiva). Su cometido es estudiar las
esencias de las cosas y la de las emociones. Husserl definió la fenomenología como
el estudio de las estructuras de la conciencia que capacitan al conocimiento
para referirse a los objetos fuera de sí misma, siendo este tipo de reflexión la
‘reducción fenomenológica’ y advirtió que la reflexión fenomenológica no presupone
que algo existe con carácter material; más bien equivale a "poner en paréntesis la
existencia", es decir, dejar de lado la cuestión de la existencia real del objeto
contemplado.
• la reducción trascendental que ve al sujeto del conocimiento no de una
manera real y social sino como conciencia pura. La fenomenología trascendental,
según Husserl, era el estudio de los componentes básicos de los significados que
hacen posible la intencionalidad. Admitió que la conciencia está permanentemente
dirigida hacia las realidades concretas y llamó a este tipo de
atención intencionalidad.
• De ahí que este mismo autor postule las siguientes ideas:
• El actor individual se entiende mediante sus acciones e interacciones
con otros: por lo que es un error tomar la postura del observador externo. En otras
palabras, desde esta perspectiva si se asume que la realidad social es solo el punto
de partida para el desarrollo de estudios empíricos, todo ello es un craso error.
• Los significados, se proclama, permiten a un acto ser dirigido hacia un
objeto bajo una apariencia concreta, y la direccionalidad, llamaba "intencionalidad"
por Husserl, era la esencia del conocimiento. La conciencia, además, posee
estructuras ideales invariables, que llamó significados, que determinan hacia qué
objeto se dirige la mente en cada momento.
• Su método concede absoluta primacía a la conciencia, la cual
construye tanto el mundo objetivo como la intersubjetividad, basada en la experiencia
de los otros.
• De acuerdo con sus ideas, la fenomenología no inventa teorías, sino
que describe las "cosas en sí mismas".
• Reconoce el carácter intencional de la conciencia, de acuerdo con el
cual ella es un movimiento de trascendencia hacia el objeto y por el cual el objeto
mismo aparece o se representa "en carne y hueso" o "en persona" a la conciencia.
• Evidencia la visión (intuición) del objeto debido a la presencia efectiva
del objeto mismo.
• Amplía la noción de objeto, que comprende no sólo las
cosas materiales sino también las formas categoriales, las esenciales y en general los
"objetos ideales".
• Hace evidente el carácter privilegiado de la "percepción inmanente";
esto es, la conciencia que tiene el yo de sus propias experiencias, en cuanto parecer
y ser coinciden en esa percepción.

El existencialismo, cuya base ideológica se asienta en la corriente


anterior, muestra sus antecedentes en los trabajos de S. Kierkegaard (existencialismo
moderno) aunque se considera a M. Heidegger como su fundador; y se le atribuye
la introducción del término a F. Heinemann.
No obstante pertenecer, como movimiento filosófico y literario, a los siglos XIX y XX,
se pueden encontrar sus huellas preliminares en el pensamiento de la antigüedad.

Sus ideas reverdecieron después de la Primera Guerra Mundial en Alemania que es


cuando se trata de argumentar que el hombre está amenazado en su individualidad,
en su realidad concreta y por ello se hace mucho énfasis en la soledad del individuo,
en lo imposible o difícil que resulta para él encontrar la verdad por medio de una
decisión intelectual, y en el carácter personal y subjetivo de la vida humana; luego
en Francia, y más tarde, después de la Segunda Guerra, se diseminó en varios países,
entre ellos, en los Estados Unidos, como un intento de crear una nueva concepción
del mundo a partir de los estados de ánimos de la intelectualidad burguesa, lo cual la
hacía en cierta medida irracional.

Esta tendencia filosófica declara que la manera real de conocer el mundo, en la


existencia, es la intuición, concepto malinterpretado de la fenomenología. Su
postulado básico expresa que el hombre no es una esencia sino una existencia; por lo
tanto, debe definirla y construirla cada día como parte de su enfrentamiento a las
circunstancias que lo rodean.

En esos predios, Kierkegaard, resucitado a partir de sus ideas antihumanistas por


la ideología subversiva, reaccionó contra el idealismoabsoluto sistemático de Hegel,
en cuya esencia se afirmaba haber encontrado un entendimiento racional total de la
humanidad y de lahistoria, insistiendo en que el bien más elevado para el individuo
era encontrar su propia y única vocación; por ello la respuesta individual a esa
situación tenía que ser la de vivir una existencia comprometida por completo, y este
compromiso sólo podía ser entendido por el individuo que lo asume.

Heiddeger, al igual que Kierkegaard, se enfrentó a la idea de fundamentar la filosofía


existencialista sobre una base conclusiva racionalista como la fenomenología de E.
Husserl; y defendió la incomprensibilidad e indiferencia del mundo para la sociedad.
De ese modo el hombre no era capaz de comprender las razones de su permanencia
en él. Cada individuo debía elegir una meta y seguirla con apasionada convicción,
consciente de la certidumbre de la muerte y del sin sentido último de la vida propia.
Su "humanismo" pone el destino del hombre en manos de una instancia superior y
suprahumana; está implícita una transformación existencial, histórico-ontológica que
permita pasar de la humanidad "técnica" a un modo libre de ser en el mundo.

Heiddeger contribuyó con su pensamiento existencialista a poner el énfasis en el ser


y la ontología tanto como en el lenguaje, y trató de aportar, aún como seguidor de E.
Husserl, una fenomenología a partir de las siguientes premisas:

• La fenomenología debe poner de manifiesto qué hay oculto en la


experiencia común diaria.
• Describió lo que llamaba la ‘estructura de la cotidianidad’, o ‘ser en el
mundo’, que él pensó que era un sistema interrelacionado de aptitudes, papeles
sociales, proyectos e intenciones.
• El individuo, y, por extensión el ser humano, es lo que uno hace en el
mundo, pues una reducción fenomenológica a la experiencia privada es imposible.
• Como la acción humana se compone de un dominio directo de los
objetos, no es necesario situar una entidad especial mental, llamada significado, para
explicar la intencionalidad.
• La situación, en el momento de realizar proyectos, es un tipo de
intencionalidad más trascendente y fundamentadora que la manifestada sólo con
mirar o pensar sobre los objetos, y esta intencionalidad más fundamental es la que
hace posible la direccionalidad desde el saber científico.

El filósofo y escritor francés Jean Paul Sartre, considerado como el refundador de esa
doctrina (existencialismo ateo), si bien estuvo influenciado por sus predecesores y por
el método de psicoanálisis de S. Freud; trató en lo ideológico de argumentar el
existencialismo desde posiciones de la filosofía marxista, lo cual fue una ilusoria
tentativa.

Fue el primero en generalizar el término existencialismo al utilizarlo para identificar


su propia filosofía y ser el principal representante de un influyente movimiento
desarrollado en Francia después de la II Guerra Mundial. Su filosofía es explícitamente
atea y pesimista caracterizándose porque:

• Trató de adaptar la fenomenología de Heidegger a la filosofía de la


conciencia, retomando de ese modo, las enseñanzas de Husserl.
• Coincidió con éste último en que el conocimiento está siempre
orientado hacia los objetos, pero lo criticó aduciendo que tal direccionalidad es
posible sólo por medio de entidades mentales peculiares llamadas significados.
• Los seres humanos son puros, aislados y con una conciencia libre. Al
mundo objetivo se contrapone la actividad humana, que es libre, pues no depende de
las leyes objetivas.
• Recalcó el papel de un cuerpo activo y comprometido en todo el
conocimiento humano, y por esta vía amplió las nociones de Heidegger destinadas a
incluir en la fenomenología el análisis de la percepción.

En conclusión, pese a diferencias formales entre estos filósofos, el existencialismo


presenta las siguientes regularidades:

• Declara que los seres humanos necesitan una base racional para sus
vidas pero son incapaces de conseguirla y, por ello, la existencia de los hombres es
"pasión inútil".
• Se insiste en que el existencialismo es una forma de "humanismo" y
resalta la libertad, elección y responsabilidad humana. En algunos casos se intenta
reconciliar sus conceptos con el análisis marxista de la sociedad y de la historia.
• Se hace énfasis en que el bien más elevado para el individuo es
encontrar su propia y única vocación.
• El ser humano ha de elegir el camino propio sin la ayuda
de modelos universales, objetivos. Contrario a la idea tradicional de que la
elección moral implica un juicio objetivo sobre el bien y el mal, los existencialistas han
afirmado que no se puede encontrar ninguna base objetiva, racional, para defender
las decisiones morales.
• Mantienen que los seres humanos no tienen una naturaleza inmutable,
o esencia, como otros animales o plantas; cada cual hace elecciones que conforman
su propia naturaleza.
• Según la formulación de Jean Paul Sartre, la existencia precede a la
esencia. La elección es, por lo tanto, fundamental en la existencia humana y es
ineludible; incluso la negativa a elegir implica ya una elección. La libertad de elección
conlleva compromiso y responsabilidad. Los existencialistas han mantenido que,
como los individuos son libres de escoger su propio camino, tienen que aceptar
el riesgo y la responsabilidad de seguir con su compromiso dondequiera que les lleve.
• Se opone a la interpretación de la existencia desde el punto de vista
de las diversas formas del existencialismo. Para Heidegger, por ejemplo, las
posibilidades existenciales, en tanto tienen su referente en el pasado, expresa que
sólo lo que ya ha sido elegido puede ser elegido. Para Sartre, las posibilidades que se
ofrecen a la elección existencial son infinitas y equivalentes, y, por tanto, la elección
entre ellas resulta indiferente. Otros, como N. Abbagnano, consideran que las
posibilidades existenciales están limitadas por las circunstancias, pero que no
determinan la elección ni la hacen indiferente. Sean cuales sean sus posiciones
particulares, todos los existencialistas afirman, sin embargo, que la elección entre las
distintas posibilidades implica riesgos, renuncia y limitación.
• Se introduce la vivencia personal en la reflexión filosófica. Frente a la
"tradición" de que el filósofo establece cierta distancia, como sujeto pensante, con el
objeto; el existencialista se sumerge apasionadamente en su contemplación, hasta el
punto de que su filosofía puede llegar a ser fundamentalmente una filosofía
autobiográfica.
• Los temas sobre los que reflexiona el existencialista se mueven
alrededor del hombre burgués y de su realidad (hombre, libertad, realidad individual,
existencia cotidiana).
• El hombre no es un mero objeto, sino un sujeto abierto al mundo que
se crea a sí mismo.
• La libertad, no como libertad académica o como presupuesto del acto
moral, es la que hace posible la elección y la realización del individuo; por eso cada
ser humano hace elecciones que conforman su propia naturaleza.
• Se contempla la vida humana en términos de paradojas:
la personalidad humana, que combina mente y cuerpo, es en sí misma paradoja y
contradicción.
• El hombre es un ser en situación y comprometido en su relación con el
medio circundante. Su situación tiene límites inviolables los cuales no puede
transgredir. Es, donde quiera y en el momento que esté, él mismo y nada más. Es un
ser predeterminado sin posibilidades de cambiarse aunque lo hubiera querido o
realmente lo quisiera.
• Su eje central ubica al hombre en una perspectiva vista desde sus
posibilidades, su ser circundante, su individualidad, puesto que las otras tendencias
de corte científico, se empeñan en descubrir más bien las probabilidades del ser
humano con relación a la naturaleza.

El existencialismo no crea ninguna doctrina pedagógica integral aunque tuvo una


influencia bastante profunda en el pensamiento pedagógico burgués. De hecho
asume una posición de desconfianza hacia la pedagogía como ciencia pues niega la
veracidad del conocimiento científico en general y de los individuos en particular. Por
otra parte afirma que la personalidad se forma en el curso de actos selectivos
realizados sin la intervención de agentes externos v.b. el maestro, negando el papel
que desempeña en el proceso pedagógico, y de hecho suprime o reduce al mínimo
todas las formas de trabajo colectivo.

El individualismo y el irracionalismo son los sustentos de la pedagogía existencialista


destacando el concepto "individualismo pedagógico" como centro de atención.

El intuicionismo tuvo una amplia divulgación en los inicios del siglo XX a través de la
filosofía del francés H. Bergson aunque ella estaba presente en la filosofía griega, v.b.
Pitágoras y sus seguidores, que poseían una formación matemática, y en gran parte
de la filosofía cristiana como una de las maneras en que se podía llegar a conocer a
Dios.

Para Bergson, desde su irracionalismo burgués, tanto la ciencia como la filosofía que
habían existido hasta ese momento, tenían como propósito fijar, en conceptos, el
mundo material; de ahí que contraponga la aprehensión directa de la realidad
mediante la intuición para lo cual ella con sus instrumentos no bastaban.

De ahí que vea la intuición como el instinto sin objetivos, consciente y capaz de
reflexionar sobre sí mismo y acrecentarse indefinidamente.

Como tendencia cercana al misticismo (el concepto surge al parecer del término
matemático de axioma que es una proposición obvia que no necesita ser demostrada
y de la idea mística de la revelación que es la verdad que supera las capacidades del
intelecto), ella no es reducible a la experiencia sensorial ni al pensar discursivo. En
resumen, a partir de sus diversas interpretaciones y desde la perspectiva de sus
ideólogos, el intuicionismo se caracteriza por lo siguiente:

• El hombre a través de sus intuiciones puede comprender lo que la


realidad verdaderamente es.
• La capacidad de intuición y el saber intuitivo se consideran en líneas
generales como cualidades inherentes de la mente.
• Es la forma más elevada de conocimiento que existe por encima del
saber empírico derivado de los sentidos y del conocimiento científico que surge del
razonamiento basado en la experiencia.
• El conocimiento intuitivo ofrece al ser humano la posibilidad de
comprender el universo en perfecto orden y unión, lo cual permite a la mente formar
parte del Ser Infinito.
• El instinto se opone a la inteligencia ya que la intuición es la forma
más pura del instinto. La inteligencia sirve para estudiar y abordar todo lo material
pero el instinto es el único capaz de entender la naturaleza esencial de la vida o el
pensamiento. La funciónde análisis de la intuición es la de determinar qué es relativo
a un objeto, más que lo absoluto o individual.
• Los valores morales son intuitivos e inmediatos. Este punto de vista se
opone al de los empíricos, que sostienen que los valores morales nacen tan sólo de la
experiencia humana, y al de los racionalistas, que creen que los valores morales
vienen dados por la razón.

Las concepciones filosóficas de esta escuela no eran científicas y no alcanzaron una


amplia difusión, por lo que no llegaron a la pedagogía.

El pragmatismo, como corriente filosófica idealista subjetiva que considera la


verdad desde el punto de vista de la utilidad social se le atribuye al psicólogo y
filósofo idealista norteamericano W. James y a Ch. Sanders Peirce entre otros.

El concepto es conocido desde tiempos anteriores a nuestra era v.b. Polibio (208-125
a.n.e.) quien propuso que su historia fuera pragmática, es decir, dirigida al
conocimiento preciso y técnico de los hechos políticos. Según W. James el
pragmatismo no es propiamente una teoría filosófica, sino un "modo de pensar" en el
que tienen cabida teorías distintas y que puede aplicarse a diferentes disciplinas.
John Dewey , cuya influencia fue predominante en la vida social de los Estados
Unidos de Norteamérica, asoció la actividad científica con el instinto deportivo,
expresando que de este modo se hubiera logrado vencer innumerables obstáculos
ideológicos a la libre investigación y por consiguiente al progreso material y moral de
la humanidad. Para él, el científico venía a convertirse en una especie de deportista
del conocimiento siendo la ciencia un hecho institucional con sus reglas, rituales y
premios, y también con su particular modo de implantar valores y reordenar
preferencias en quienes la desarrollan.

Tal doctrina parte de la idea de que

• No existe una verdad, sino que cada ser humano la posee por sí
mismo, lo que le permite resolver sus problemas. En sí, la verdad es lo que funciona
bien o lo que mejor le conviene al hombre (principio del pragmatismo).
• Generalmente no entiende por utilidad práctica la confirmación de la
verdad objetiva mediante el criterio de la praxis sino aquello que satisface los
intereses subjetivos de los individuos (criterio practicista de la burguesía
norteamericana).
• La división sujeto-objeto se establece únicamente dentro de los marcos
de la experiencia, siendo el conocimiento un conjunto de verdades subjetivas.
• El ser humano se separa de otros seres activos porque, además, es
capaz de orientar su actividad según fines que han sido, en cierta medida, creados o
decididos por él de manera individual o colectiva.
• El conocimiento mismo, en la interpretación pragmatista, es un tipo de
actividad: lo privativo del ser humano no sería el pensamiento o el conocimiento en
contraposición a la acción, sino la capacidad de actuar reflexiva e intelectualmente.
• Lo verdadero, lo satisfactorio y lo útil confluyen en el mismo lugar,
siendo su diferencia sólo de puntos de vistas.
• Las acciones y fines constituyen el eje en que se sustenta
la actitud interpretativa del pragmatismo. Creer, investigar, teorizar, forman parte de
un conjunto de actividades sensitivas y manipulativas (observar, recordar, medir,
experimentar...), otras conceptuales y simbólicas (inferir, comparar, generalizar,
descomponer...), que se entrelazan con la conducta total para lograr el cumplimiento
de los fines propuestos.
• El proceso del conocimiento está vinculado a lo que el hombre hace,
pero al mismo tiempo influye en lo que puede o quiere hacer, ampliando el radio de
su actividad y las expectativas asociadas a ella; esto es, la actividad cognoscitiva
también crea fines, que a su vez suscitan acciones ulteriores.
• Lo característico del pragmatismo no es subordinar el pensamiento a
la acción sino redefinir la expresión del pensamiento mismo en teorías que tratan de
desentrañar la realidad; por lo tanto se ve como una actividad o una forma de acción
cuyasherramientas propias son los conceptos, palabras, ideas, o en otros
términos, signos.
• La ciencia está sustentada en la búsqueda incondicional de teorías
cada vez más correctas, y quienes se encuentran en esa tarea no hacen otra cosa
que tratar de satisfacerse con los resultados que les produce su descubrimiento.
• La ciencia se caracteriza por mantener una relación indirecta con
respecto a la acción; y reconoce que el impulso de las investigaciones y de las
necesidades de la teoría no están determinadas por la dimensión tecnológica de la
ciencia. La relativaindependencia de la actividad científica respecto del contexto
inmediato de las acciones, es consecuencia de una cierta división del trabajo
intelectual operada en la evolución de la cultura.
• A la fe racionalista, que expresa que no hay libertad sin conocimiento,
el pragmatismo postula, como adición que no hay verdad sininterés.
• La prueba de la verdad de una proposición es su utilidad práctica; el
propósito del pensamiento es guiar la acción, y el efecto de una idea es más
importante que su origen.
• Afirma que la verdad está relacionada con el tiempo, lugar y objeto de
la investigación y que el valor es inherente tanto por susmedios como por sus fines.

En lo que respecta a su influencia para la Pedagogía, por ejemplo, J. Dewey


desconoció la acción del maestro y la importancia del conocimiento científico pues
consideró la enseñanza como el proceso de elaboración de la experiencia personal a
partir de la interpretación de los hechos según cada cual. La tesis de la actividad de
los alumnos fue realizada en el sistema pedagógico de los pragmáticos en forma de
método de proyectos por lo que cada cual podía elaborar su
propio diseño de aprendizaje.
No obstante si bien algunas de las tesis de Dewey eran progresistas para la época,
ellas eran en esencia conservadoras, utilitaristas y más tarde reaccionarias
llegándosele a llamar "filosofía del negocio". Por eso rechazó cualquier regla moral
establecida de antemano puesto que el único criterio en este sentido estaba en la
solución, con éxito, de las dificultades y en el logro de los ideales personales
individuales.

Por el influjo que tuvo en la educación es válido destacar otras de las peculiaridades
que caracterizan la pedagogía pragmática:

• Marcado desprecio hacia los conocimientos teóricos.


• Excesivo utilitarismo de los programas de enseñaza.
• Por su esencia, refleja la ideología de la intelectualidad burguesa, la
cual en un determinado momento de desarrollo trató de armonizar los intereses de
clase como única forma de mantener su status político.
• Varias de sus ideas se aproximan al conductismo según el cual la
conducta se determina por el estímulo-reacción.
• Se ve la educación como un proceso pasivo.
• Se alega que la fuente del crecimiento y la humanización se encuentra
en cada persona desechándose el papel de las relaciones que establecen ellas en
la producción y reproducción de su vida material, relaciones que, en última instancia,
coadyuvan a la formación de la personalidad.
• Defiende la autorrealización del individuo como objeto de la educación;
ello justificó las más diversas formas de discriminaciónsujetas a leyes fatalistas.

Esta tendencia tuvo un gran predominio en los estudios filosóficos desarrollados en


los Estados Unidos de Norteamérica durante el primer cuarto del siglo XX y, por
consiguiente, muchas de sus ideas penetraron directamente en Cuba por esa vía.

Y sin negar, por la parte que le corresponde, su contribución al pensamiento


científico, el pragmatismo es irracionalista, ve las leyes y formas de la lógica como
ficciones útiles. En sociología va desde el culto a la personalidad, a la apología de
la democracia burguesa y de ahí a la defensa abierta del racismo y del fascismo.

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