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Epidemiología:
La incidencia muestra una notable variación geográfica 1 mola/1500
embarazadas en EEUU y Europa. Un antecedente de embarazo molar
incrementa 10 veces la probabilidad de otra mola en un embarazo posterior y
es el factor de riesgo más influyente para la enfermedad. Si una mujer tuvo dos
embarazos molares, se calcula que su riesgo de un tercer embarazo molar es
de 1 cada 6,5 embarazos (Bagshawe y col., 1986). La incidencia de embarazo
molar parece aumentar en ciertos subgrupos. Las mujeres en los extremos de
la edad reproductiva poseen mayor riesgo. Bagshawe calculó un incremento
del riesgo de 411 veces en mujeres mayores de 50 años y un incremento de 6
veces en mujeres menores de 15 años. (Bagshawe y col., 1986).
Tipos:
Completa:
Existe hiperplasia difusa, tanto de elemento citotrofoblásticos como
sincitiotrofoblásticos, con edema generalizado de las vellosidades coriónicas y
formación de una cisterna central a nivel microscópico, que genera el aspecto
macroscópico de “un racimo de uvas”. Las descripciones previas de las
características histopatológicas sugerían que las molas completas carecían de
vasos sanguíneos fetales o tejidos embrionarios. Estas definiciones “clásicas”
de molas completas, sin embargo, pueden haber sido, en parte, un reflejo de la
edad getsacional relativamente avanzada en las que estas entidades se
diagnosticaban en el pasado (Newlands y col., 1999). Debido a la gran cantidad
de molas evacuadas a edades getsacionales mucho más tempranas en la
actualidad, es evidente que los cambios hidrópicos macroscópicos o, incluso,
microscópicos en las vellosidades pueden se sutiles o estar ausentes y que, en
ocasiones, se pueden presentar vasos sanguíneos fetales (Padinas y col.,
1997).
Desde el punto de vista citogenética, alrededor del 90% al 95% de las molas
completas tienen un cariotipo 46XX y proviene de una diploidía diándrica o
fertilización de un ovocito que carece de núcleo (“huevo vacío”) con un
espermatozoide 23X, que luego se reduplica. Sólo entre el 5 y el 15% de las
molas completas surge como resultado de una fertilización dispérmica de este
tipo de “huevo vacío”, que puede producir un cariotipo 46 XX o 46 XY. No se
observan molas completas con cariotipo 46 YY, porque esto no es compatible
con la vida.
Todo el material genético nuclear es por lo tanto de origen paterno, y se
comporta como un heterotransplante en el organismo materno. El riesgo de
ETP es del 15-20%.
La mola completa supone un riesgo añadido de desarrollar enfermedades
persistentes.
Incompleta o parcial:
Comparada con la mola completa, el grado de cambios hidrópicos en las
vellosidades y de proliferación trofoblástica en las molas parciales es menos
pronunciado.
Típicamente, hay vasos y eritrocitos fetales y puede existir evidencia
macroscópica de un feto, aunque siempre es no viable. Los cambios
histológicos de la mola parcial pueden ser sutiles. Si no se realizan pruebas
citognéticas, probablemente con frecuencia no se diagnostica, porque las
triploidias son responsables del 1 al 2% de los abortos espontáneos
clínicamente evidentes (Jacobs y col., 1982).
Desde el punto de vista citogenético, las molas parciales revelan triploidía
diándrica y la mayoría posee un cariotipo 68 XXX o 69 XXY, que proviene de
una fertilización dispérmica de un huevo haploide. Las molas parciales 69 XYY
son muy infrecuentes y no se observan concepciones 69 YYY.
Una característica importante de las molas parciales, comparadas con las
molas completas, es una tendencia bastante menor a causar secuelas
malignas después de la evacuación uterina, tal vez del 5%. El desarrollo de
enfermedad mestastásica es infrecuente.
Diagnóstico:
Se basa en la anamnesis, en la exploración general y ginecológica y como
pruebas complementarias la ecografía y la determinación de β-HCG.
Anamnesis
Hay que pensar en la presencia de una mola vesicular cuando en dicho periodo
aparecen las siguientes manifestaciones clínicas:
• Metrorragia: es el signo más habitual (97%) y el motivo principal de
consulta.
• Náuseas, vómitos e, incluso, hiperemesis: están presentes en el 30% de
los casos y se deben, al igual queel aumento de los síntomas subjetivos
de embarazo, al incremento en los niveles de HCG.
• Preeclampsia: su aparición precoz es muy sugestiva de gestación molar
y sucede en el 25% de las mismas.
• Expulsión de vesículas: es un signo patognomónico, aunque tardío e
infrecuente (11%).
• Hipertiroidismo: acontece en el 7% de las pacientes y se explica por la
similitud entre las subunidades α de la HCG y de la TSH.
• Insuficiencia respiratoria aguda: es excepcional (2%) y guarda relación
con la embolización pulmonar de células trofoblásticas, así como con la
asociación de preeclampsia e hipertiroidismo.
Exploración general
Nos permitirá identificar si están presentes, signos de preeclampsia (edemas,
hipertensión arterial, etc.), hipertiroidismo (taquicardia, sudoración, temblores,
etc.) o insuficiencia respiratoria (disnea, taquipnea, hipotensión arterial, etc.).
Exploración ginecológica
• Cérvix cerrado. Metrorragia de cuantía variable. Rara vez se observa la
expulsión de vesículas.
• Desproporción entre el tamaño uterino y la edad gestacional, a favor del
primero (60%). No obstante, en el 20% de las pacientes el tamaño
uterino se corresponde con la amenorrea y en el 20% restante es,
incluso, menor que la misma. El útero es regular, simétrico y de
consistencia blanda.
• Tumoraciones ováricas (30%), que son quistes tecaluteínicos, muchas
veces bilaterales. Se producen por la similitud entre las subunidades á
de la HCG, FSH y LH. En el 3% de las pacientes se pueden complicar
en forma de rotura, infección o hemorragia.
• En caso de mola completa, ausencia de latido cardíaco fetal.
Ecografía
Es de gran utilidad, aportando información sobre el contenido uterino, aspecto
de los ovarios así como sobre una posible invasión miometrial.