Professional Documents
Culture Documents
Hechos jurídicos (1) constitutivos, (2) extintivos e (3) impeditivos. (1) Aquellos que
tienen como consecuencia la adquisición de un derecho subjetivo. (2) Aquellos que
ponen fin a una relación jurídica. (3) Aquellos que obstan a la eficacia de los hechos
jurídicos constitutivos. Ellos impiden que el hecho constitutivo produzca sus efectos, o
al menos impide que se produzcan en forma estable. Por ejemplo: la existencia de un
vicio de nulidad, la incapacidad de una de las partes o el objeto ilícito.
B) Elementos de la naturaleza. Stolfi los define como: “las consecuencias del acto que
tienen lugar, según su especie, por disposición de la ley, en vista del silencio de los
interesados; por tanto, no es necesaria la voluntad de éstos para que tengan lugar, pero sí
es indispensable si se quiere modificarlos o extinguirlos”.
B) Requisitos de validez. Los requisitos de validez del acto jurídico son necesarios
para que éste tenga una vida sana (isapre masvida) y produzca sus efectos en forma
estable. La omisión de un requisito de validez no impide que el acto nazca o que
inclusive produzca sus efectos. Mas nace enfermo, podrido, salpicado de peste, con un
vicio que lo expone a morir si es invalidado. Requisitos de validez son: (1) la voluntad
no viciada, (2) el objeto lícito, (3) la causa lícita y (4) la capacidad.
Actos jurídicos unilaterales. Son aquellos que para nacer a la vida jurídica requieren
solamente la manifestación de voluntad de una parte. Por ejemplo, el testamento.
Actos jurídicos bilaterales. Son aquellos que para nacer a la vida jurídica requieren la
manifestación de voluntad de dos partes. La doctrina lo nomina bajo el rótulo de
convención.
Para diferenciar el acto jurídico unilateral del acto jurídico bilateral se atiende al número
de partes, y no, nótese, necesariamente, al número de personas. Y ello porque es posible
que numerosas personas manifiesten una sola voluntad, con lo cual el acto no deja de
ser unilateral. Aunque sí sería clasificado bajo la agrupación de acto jurídico unilateral
complejo.
Actos jurídicos plurilaterales. Son aquellos que para nacer requieren la manifestación
de voluntad de dos o más partes.
Actos jurídicos entre vivos. Son aquellos que para producir los efectos que le son
propios no requieren por su misma naturaleza la muerte del autor o una de las partes. La
excepción esta constituida por los actos jurídicos por causa de muerte o mortis causa,
quienes requieren como su nombre lo indica como supuesto indispensable la muerte del
autor o de una de las partes.
Actos jurídicos a título gratuito. Son aquellos que se celebran en beneficio exclusivo
de una persona o de una parte.
Actos jurídicos puros y simples. Son aquellos que producen sus efectos de inmediato y
sin limitaciones, constituyendo la regla general.
Actos jurídicos sujetos a modalidad. Son aquellos cuyos efectos están subordinados a
una modalidad, generalmente contenidas en cláusulas. Las principales modalidades son
la condición, el plazo y el modo.
Actos jurídicos de familia. Son aquellos que atañen al estado de las personas o a las
relaciones del individuo dentro de la familia. Por ejemplo, el matrimonio.
Actos jurídicos patrimoniales. Son aquellos que tienen por finalidad la adquisición, la
modificación o extinción de un derecho pecuniario, es decir, de un derecho apreciable
en dinero. Por ejemplo, el pago de una deuda.
Actos jurídicos solemnes. Son aquellos que están sujetos a la observancia de ciertas
formalidades especiales requeridas, sea para la existencia del acto, sea para su validez,
de tal modo que su omisión trae como consecuencias la inexistencia del acto o nulidad.
Actos jurídicos innominados. Son aquellos que pese a no estar contemplados por el
legislador, pueden adquirir existencia jurídica en aplicación del principio de la
autonomía de la voluntad. Se rigen en lo no previsto por ellas por las reglas generales a
que se sujetan los actos y declaraciones de voluntad.
LA VOLUNTAD JURÍDICA
Por último, la voluntad es seria toda vez que existe el propósito de producir un efecto
práctico sancionado o tutelado por el derecho.
Limitaciones a la autonomía de la voluntad. Las limitaciones a que se encuentra
afecta la autonomía privada se manifiestan en los siguientes aspectos.
B) Para que el acto o contrato celebrado por los particulares produzca los efectos
queridos por el autor o las partes es necesario que se ajuste a los requisitos o
condiciones establecidos por la ley para su valor jurídico. Ejemplo: las partes deben ser
capaces, el objeto, lícito, etc.
C) La autonomía privada está limitada por el orden público y por las buenas
costumbres. Siendo el orden público, la organización considerada como necesaria para
el buen funcionamiento general de la sociedad. Nótese: el acto que infringe el orden
público o las buenas costumbres se sanciona con la nulidad absoluta.
La Oferta. Se da el nombre de oferta, al acto jurídico unilateral por el cual una persona
propone a otra celebrar una determinada convención. Para que se forme el
consentimiento la oferta debe de ser completa. Se la considera tal cuando se formula en
términos tales que basta con la sóla aquiescencia del destinatario para que la convención
propuesta se perfeccione. Con las ofertas incompletas, sin embargo, el proponente
pretende establecer una negociación o conversación preliminar, como asimismo una
respuesta del destinatario a la cual se le denomina contraoferta.
Requisitos que debe reunir la aceptación para que se forme el consentimiento. Para
que se forme el consentimiento la aceptación debe ser pura y simple; oportuna, y
mientras se encuentre vigente la oferta.
A) Aceptación pura y simple. De acuerdo con lo dispuesto por el artículo 101 del
Código de Comercio, “dada la contestación, si en ella se aprobare pura y simplemente
la propuesta, el contrato quedará en el acto perfeccionado y producirá todos sus efectos
legales, a no ser que antes de darse la respuesta ocurra la retractación, muerte o
incapacidad del proponente”. El artículo 102 agrega que, “la aceptación condicional
será considerada como una propuesta”.
1-El Error. Stolfi lo define como “la falsa representación de la realidad determinada
por la ignorancia, es decir, por no haber tenido la parte conocimiento de todas las
circunstancias que influyen en el acto concertado; o por la equivocación, es decir, por
no haber valorado exactamente la influencia de dichas circunstancias”.
La manifestación del sujeto no puede, en este caso, producir válidamente los efectos
que le son propios, pues se debió a una falsa representación de la realidad. Se dice que
existe voluntad, mas ésta se encuentra viciada.
Equivocación e Ignorancia. Jurídicamente el error puede deberse a ignorancia o a
equivocación. Cualquiera de estos dos conceptos puede indistintamente configurar el
error, sin que se distinga en lo relativo a los efectos del mismo. Como dice Claro Solar,
“en derecho lo mismo da ignorar por completo una cosa que tener un concepto errado
de ella”.
Clases de Error. Como sabemos, hay dos clases de error: el error de derecho y el error
de hecho.
Así se llega a casos como el del artículo 706, que define la buena fe en materia
posesoria, y que señala que el error de derecho constituye una presunción de mala fe,
que no admite prueba en contrario. Por otro lado, un caso en que sí el error de derecho
invalida el contrato efectuado es en materia de donación, en la cual no produce efectos
sino los propios del pago de lo no debido, constituyendo, en consecuencia, uno de los
casos excepcionales en que la ley atribuye relevancia a dicho error.
El Error de Hecho. Se define como la falsa representación que se tiene de una cosa, de
un hecho o de una persona, como consecuencia de ignorancia o de equivocación. Existe
en el error de hecho sin embargo una subclasificación que vale la pena mencionar, la
que distingue entre error obstáculo u obstativo y error vicio.
Efectos del error sustancial. El error que versa sobre las cualidades esenciales de la
cosa - vale decir, el error sustancial -, objeto de la compraventa, producto de una falsa
representación de la realidad, vicia el consentimiento. El acto por consiguiente en que
dicho error incida se sanciona, como todo vicio del consentimiento, con la nulidad
relativa.
Error sobre las cualidades accidentales. Cualidades accidentales de una cosa son
todas aquellas que normalmente son irrelevantes, en el sentido de que la consideración
de que la cosa las tenga no determina a contratar, ni abstiene a hacerlo el que la cosa
carezca de ellas. El error sobre las cualidades no esenciales o accidentales de una cosa
no vicia, por regla general, el consentimiento, a menos que tal cualidad hubiese
constituido el móvil determinante que tuvo una de las partes para contratar, y que ello
haya sido conocido por la otra parte.
Error en la persona. El artículo 1455 dispone que “El error acerca de la persona con
quien se tiene intención de contratar no vicia el consentimiento, salvo que la
consideración de esta persona sea la causa principal del contrato”.
Efectos del error en la persona. Por regla general, el error en la persona es irrelevante.
Ahora, en los contratos en que la consideración de la persona con que se tiene intención
de contratar es la causa principal, tal error vicia el consentimiento, sancionándose el
acto, como cabe suponer, con la nulidad relativa. Cabe, sin embargo, acotar que en tal
caso la otra parte tendrá derecho a que se le indemnicen los perjuicios sufridos como
consecuencia de la nulidad, siempre que hubiere celebrado el contrato de buena fe.
2-La Fuerza. Se define la fuerza como los apremios físicos o morales que se ejercen
sobre una persona, destinados a que preste su consentimiento para la celebración de un
acto jurídico.
Hemos visto que el error es un vicio de la voluntad por que se opone al conocimiento,
que es un supuesto de toda manifestación de voluntad válida. Ahora, la fuerza es un
vicio de la voluntad, porque se opone a la libertad.
La voluntad supone, haciendo una síntesis, no sólo una manifestación consciente
(consciencia referida al conocimiento) del sujeto, sino que también una manifestación
libre sin coacciones.
La fuerza se clasifica en fuerza física o absoluta, y en fuerza moral o psíquica, en la cual
el apremio se ejerce sobre la psiquis de la víctima con el fin de intimidarla.
Fuerza Física. Excluye o suprime la voluntad. Como dice A.Spota, en ella no existe
manifestación de voluntad “sino un mero fenómeno aparente (…) de modo que el acto
que es ejecutado por la persona violentada vis absoluta es un acto jurídicamente
inexistente”. La fuerza física no es por tanto un vicio de la voluntad. Pues no hay
voluntad de la víctima; existe sólo una apariencia de voluntad. Claramente, por faltar la
voluntad, el acto en que dicha fuerza incide es inexistente.
Fuerza Moral. Existe una manifestación de voluntad del sujeto, mas éste no ha sido
libre: la manifestación le fue impuesta por una amenaza actual de un mal futuro. En
la fuerza moral, a diferencia de la fuerza física - en que no hay voluntad -, existe
voluntad, mas ésta está viciada.
Fuerza en nuestro Código Civil. Requisitos para que la fuerza moral vicie el
consentimiento.
Primer requisito: fuerza grave. Sólo vicia el consentimiento la fuerza que es capaz de
producir una impresión fuerte en una persona de sano juicio, tomando en cuenta su
sexo, su edad, y condición. A ésta se la denomina grave. Corresponde, pues, al juez
apreciar las circunstancias de hecho, y dictaminar si la fuerza cumple o no con este
requisito.
Segundo requisito: fuerza injusta o ilícita. El apremio debe de ser contrario a la ley o
al derecho.
El Temor Reverencial. El artículo 1456 lo define como “el solo temor de desagradar a
las personas a quienes se debe sumisión y respeto” y determina que no vicia el
consentimiento.
Efectos de la fuerza moral. El acto en que incide la fuerza moral y que a su vez reúne
los requisitos de grave, injusta y determinante existe, pero con un vicio que lo expone a
ser invalidado. La sanción para tal, como se deduce, es la nulidad relativa.
3-El Dolo. Tanto en el error como en el dolo existe por parte de la víctima una falsa
representación de la realidad. La diferencia, en este caso, reside en que en el primero,
la falsa representación que se hace el sujeto surge en forma espontánea; mientras que en
el segundo caso, de forma no espontánea y ¡sí! provocada por las maquinaciones o
maniobras fraudulentas fraguadas por otra persona para engañar e inducir a error
al sujeto. Si el acto jurídico es bilateral, el dolo debe provenir de la otra parte, o al
menos, -de provenir de un tercero- debe ser conocido por ésta.
El dolo para ser vicio del consentimiento debe reunir dos requisitos copulativos: el ser
determinante (ya se sabe el significado jurídico de tal palabra) y el ser obra de una de
las partes. En el caso que el dolo vicie el consentimiento resulta indiferente que la
víctima haya sufrido o no perjuicios.
El dolo como vicio de la voluntad se sanciona con la nulidad relativa o rescisión (art.
1682 inciso final).
El dolo que no reúne las condiciones requeridas para ser vicio de la voluntad da derecho
a la víctima para exigir indemnización por los perjuicios sufridos como consecuencia
del dolo.
4-La Lesión. La lesión es en términos generales el daño patrimonial que sufre una
persona como consecuencia de la celebración de un acto jurídico, y que, más
específicamente hablando, resulta de la desigualdad existente entre la ventaja obtenida y
el sacrificio hecho para obtenerla.
Su campo de aplicación se restringe a los contratos conmutativos onerosos, que son
aquellos que tienen por objeto la utilidad de ambos contratantes, obligándose en
prestaciones que se miren como equivalentes.
Sólo cabe la lesión en nuestro Código Civil en la compraventa voluntaria de bienes
raíces o inmuebles.
El artículo 1889 establece el “quantum” a partir del cual opera esta institución, “el
vendedor sufre lesión enorme cuando el precio que recibe es inferior a la mitad del
justo precio de la cosa que vende, y el comprador, a su vez, lo sufre cuando el justo
precio de la cosa que compra es inferior a la mitad del precio que paga por ella”.
LA SIMULACIÓN
Ferrara distingue entre lo que significa “simular” y “disimular”. Simular “es hacer
aparente lo que no es; mostrar una cosa que realmente no existe”. Disimular es
ocultar al conocimiento de los demás una situación existente.
La primera se produce cuando se celebra un acto jurídico que no tiene nada de real y
que es ficticio en su totalidad. Por ejemplo, las partes aparecen celebrando un contrato
de compraventa cuando en realidad no han celebrado ni querido celebrar contrato
alguno.
La segunda (simulación relativa) se produce cuando se ha querido realizar un acto
diferente del manifestado, sea en su totalidad, como si se disfraza de compraventa una
donación, sea sólo parcialmente, como si en un contrato se inserta una cláusula distinta
de la convenida en verdad.
Consecuencias de la simulación.