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No basta creer en Dios, hay que obedecer a Dios

Hechos 9:4-6

No se puede solamente creer en Dios, la fe implica algo más:

1. OBEDECER A DIOS –La esencia del pecado es la desobediencia. La


esencia de la santidad es la obediencia. Obedecer a Dios.

Juan y Pedro testificaron de esto en el mismo comienzo de la Iglesia: «Es


necesario obedecer a Dios antes que a los hombres». Hechos 5:29 Obedecer
es la clave de la vida con propósito.

Muchas veces la gente tiene creencias, pero no fe. Tiene ideas, pero no fe. Y nos
preguntamos: «¿Por qué es difícil tener fe? La respuesta: “Es difícil tener fe porque
es difícil obedecer”.»

2. ¿QUÉ ES TENER FE? Es obedecer a la Palabra de Dios. Es obedecer a la


voz del Espíritu cuando habla a nuestro corazón.

Cuando aprendimos a caminar, no lo hicimos de repente. Fue un proceso. Primero


un pequeño paso, luego otro y así sucesivamente hasta que aprendimos a correr.

En el aprendizaje de la fe es igual. Comencemos a obedecer a Dios en las cosas


pequeñas y llegaremos a correr en la senda de la fe.

Empecemos por las cosas pequeñas para alcanzar las cosas grandes. Dones,
ministerios, tareas para Dios.

La pregunta que debe movilizar nuestra vida es: «“Señor, qué quieres que haga».

Cuando Saulo se encontró con Jesucristo en el camino a Damasco, hizo dos


preguntas: (1) «Señor, ¿quién eres?», la pregunta de la identidad, y luego, (2)
«Señor, ¿qué quieres que haga?», la pregunta de la actividad.

Nunca hay una conversión verdadera si ambas preguntas no son respondidas


continuamente. «Señor, ¿quién eres?», conocer a Dios en lo profundo de su
majestad. «Señor, ¿qué quieres que haga?» ¿Cómo puedo trabajar en la extensión
del Reino de Dios?

3. TRABAJAR PARA DIOS

Dios tenía un propósito muy grande para Saulo, haciendo que este perdiera la vista,
y luego sanándolo para mostrarle su gloria. Hechos 9.8-10.
Podemos observar también como Ananías fue obediente al llamado de Jesús al
responder Heme aquí, Señor. Dios le dice a Ananías lo siguiente: Hechos 9:15-16

Y Saulo fue sano, Hechos 9:18-19. E inmediatamente atendió al llamado de nuestro


Señor Jesucristo, ¿Cómo? Trabajando para Dios. Hechos 9: 20-22.

¿CÓMO PODEMOS NOSOTROS SEGUIR EL LLAMADO DE DIOS, SIENDO


OBEDIENTES?

 Hablando de él, pues somos sus testigos, pues le conocemos y hemos visto
sus maravillas.
 Trabajando para él, pues somos sus colaboradores, sus siervos.
 Viviendo para él pues por su sacrificio hemos sido redimidos.

Cuando Jesús estaba volviendo al Padre, nos dijo que recibiríamos poder para
trabajar para él. El Espíritu Santo es una promesa que implica una tarea a realizar.
Ser testigos. Para eso es el poder. Para predicar, para proclamar, para ser testigos
hasta lo último de la Tierra. Hechos 1.8

Experimentar el verdadero propósito de la vida será directamente proporcional


a nuestro conocimiento de Dios, a la obediencia a sus mandamientos y al
compromiso de trabajar en la extensión del Reino de Dios hasta que él vuelva.

Disfrutar de una vida con propósito será una realidad únicamente cuando nuestra
mirada está puesta primeramente en Dios.

Vivamos la vida cristiana como debe ser vivida o dediquémonos a otra cosa.
Fuimos llamados a conocer a Dios, obedecerlo y trabajar para él.

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