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Revista Latinoamericana de

Julio-Diciembre 2008

Dinámicas emergentes de la realidad:


del Pensamiento

Complejo
al Pensamiento
Sistémico Autopoiético
Wilmar Peña Collazos*

Emergent Dynamics of reality:


O72 from the Complex Thought to the
Bioética
Selfpoyesis Systemic Thought

Resumen
Las metáforas que se tejen en torno al pensamiento complejo y al pensamiento sistémico autopoiético generan dis-
tintas visiones y aprehensiones de la realidad, apreciaciones muy polémicas que merecen un análisis detallado y juicioso,
pues afectan problemáticas de orden ontológico y epistemológico definitivos en el abordaje científico. La visión moriniana
de pretender una conciencia planetaria que religue las voluntades parece estar muy lejana de las crisis de la realidad. El
mito del desarrollo es una concepción reduccionista que olvida las principales claves de la humanidad. Para comprender
la realidad humana es necesaria una verdadera afirmación sobre la naturaleza biológica, psicológica o espiritual, de lo
humano. Para H. Maturana y F. Varela el conocimiento es "vida" y la representación no es simplemente una imagen del
mundo, sino una reconstrucción interna del propio organismo y su sistema. El organismo está predestinado con esque-
mas para reconstruirlo.

Palabras Clave
Realidad, pensamiento complejo, sistema, órgano, cuerpo, red, célula, interacción, emergencia, crisis.

Fecha Recepción: Septiembre 1 de 2008 Fecha Aceptación: Octubre 15 de 2008

* Licenciado en Filosofía de la Universidad Javeriana. Maestría en Historia de la Universidad Nacional de Colombia. Estudios de Doctorado en Filosofía de la Uni-
versidad Javeriana. Actualmente docente de la Universidad Militar Nueva Granada. E mail: pc.wilmar@gmail.com

ISSN 1657-4702 / Volumen 8 / Número 2 / Edición 15 / Páginas 72-87 / 2008


DEL PENSAMIENTO COMPLEJO AL PENSAMIENTO SISTÉMICO AUTOPOIÉTICO / Wilmar Peña Collazos

Abstract
The metaphors that are tiled around the complex thought and to the selfpoyesis systemic thought generate different
visions and apprehensions from the reality, very controversial appreciations that deserve a detailed and judicious analysis,
because they affect problematic of ontological and epistemological order definitive in the scientific approach. From a point
of view of Moran that pretends a planetary consciousness that binds the wills, it seems to be very distant of the crises of
the reality. The myth of the development is a reductionist conception that forgets the main keys of the humanity.
In order to understand the human reality a true affirmation is necessary on the biological, psychological or spiri-
tual nature, of the human. For H. Maturana and F. Varela the knowledge is " life" and the representation is not
simply an image of the world, but an internal reconstruction of the own organism and its system. The organ-
ism is predestined with schemes to reconstruct it. O73
Key Words
Reality, complex thought, organ, body, network, interaction cell, emergency, crisis landscapes.

ISSN 1657-4702 / Volumen 8 / Número 2 / Edición 15 / Páginas 72-87 / 2008


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“Tu conocimiento nos muestra el mundo o lo niega, sistemas que a su vez son interdependientes de sistemas
porque es la historia de tus actos, de interpretación de la historia e incluso de la filosofía. Las
o lo negará porque despertando tu imaginación teorías han creado muchos mitos que han motivado a tra-
te llevará a cambiarlo. ducir la realidad de un modo parcial, e incluso, erróneo. Es
Deja que lo nuevo sea lo nuevo decir, la realidad que conocemos y comprendemos no es
y que el tránsito sea la negación del presente; otra que aquella forma, esquema y concepto, nuestra idea
deja que lo conocido sea mi liberación, de realidad, la que hemos recibido y reconstituido desde
no mi esclavitud. nuestro carácter humano y social. De este modo, encon-
No es poco lo que te pido. tramos un problema que ha hecho reflexionar a los filóso-
Tú has creído que todo ser humano puede pensar, fos sociales: ¿Será posible admitir si la persona humana
que todo ser humano puede sentir (…) puede o no lograr alguna forma de conocimiento sobre la
Espero, tal vez atrapado y engañado en el fulgor de realidad que sea independiente de su propia construcción
mi esperanza, subjetiva?. Un planteamiento fuerte se lanza en esta pers-
al hacer mi historia, pectiva desde el enfoque nominalista o realista, desde
hacer un mundo donde el otro tenga presencia, una orientación metafórica. Es decir, fue a través del uso
donde su voz no sea ni eco ni antieco de la mía, de las metáforas como los cientistas intentaron crear co-
y sólo la fraternidad legitime nocimiento en relación con la realidad del mundo de la
la felicidad o el sufrimiento.” vida presente a los sentidos. Las múltiples metáforas que
Humberto Maturana los teóricos eligen como base para sus especulaciones y
reflexiones ontológicas, usualmente provienen desde su-
“Antes de embarcarnos en esta empresa, vale la pena puestos fundamentos naturalistas. Al proponer diferentes
insistir en que se trata de una crítica de la noción de re- metáforas para la elaboración de sus teorías, ellos se han
presentación como núcleo de las ciencias y tecnologías comprometido en una posición epistemológica, recalcan-
del conocimiento, ya que sólo se puede representar un do tipos y formas particulares de conocimiento.
mundo que está predefinido. Si el mundo en que vivimos A partir de tales metáforas se generan distintas polé-
va surgiendo o es modelado en vez de ser predefinido, micas que merecen un análisis detallado y juicioso, pues
la noción de representación ya no puede desempeñar no es un asunto de formalismos sino que se trata de fun-
un papel protagónico. damentación ontológica y epistemológica. En un principio,
O74 No se debe subestimar la profundidad de los se podría concebir la epistemología del positivismo extre-
Bioética
supuestos a los que aludimos aquí. Nuestra tradi- mo derivada de una concepción mecanicista del universo
ción occidental ha propiciado (con variantes, desde como un sistema estático, que da estructura y forma a una
luego) la comprensión del conocimiento como espejo de epistemología donde se destaca la necesidad por com-
la naturaleza. Sólo en el trabajo reciente de algunos pen- prender procesos y cambios. En esta epistemología se
sadores europeos (sobre todo Martin Heidegger, Maurice concibe la realidad del mundo como una máquina. Ahora
Merleau-Ponty y Michel Foucault) ha comenzado la crítica estamos asistiendo al surgimiento de nuevas metáforas,
explícita de las representaciones.” que van cambiando con el descubrimiento del funciona-
Francisco Varela miento de los sistemas del mundo macro y microfísico.
Es así como se concibe la realidad como un organismo,
PROBLEMAS EN TORNO A LA CONCEPCIÓN DE LA como un cuerpo, como un organismo vivo, como un sis-
REALIDAD EN EL PENSAMIENTO COMPLEJO tema dinámico y abierto. Esta metáfora del organismo ha
ejercido una influencia dominante en el desarrollo de varias
Los mitos y metáforas de la realidad en Occidente teorías de sistemas dentro de las ciencias sociales, y le
El tema lógico y crítico de interpretación de la reali- ha otorgado un modo de conceptualización apropiado para
dad como comprensión integradora de conjunto aparece concepciones acerca del mundo social, como si este fuera
a través de teorías y sistemas de pensamiento. Es decir, un proceso concreto que evoluciona en el tiempo. También
cualquier conocimiento de una realidad política, económi- han surgido otras metáforas de la realidad: la del tejido,
ca, social o cultural depende de un sistema de interpre- la de red, la tela de araña, la nebulosa, la estela borrosa,
tación particular de la cultura, la economía o la política; la estela estroboscópica, la luz en los fractales, flujos,

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fluidos, sistemas orgánicos, sistemas abiertos y cerrados, “El reconocimiento de la realidad compleja, de nuestra
etc. Además, se concibe la realidad como sinapsis, como realidad humana, social, histórica, es muy difícil. El paradig-
átomo, célula o molécula. Así mismo resurgen nuevas imá- ma de la disyunción/reducción que controla la mayoría de
genes y metáforas mecanicistas muy fuertes: la máquina modos de pensamiento separa unos de otros los distintos
deseante, la máquina de guerra, la máquina orgánica, etc. aspectos de la realidad, aísla los objetos o fenómenos de
Pero las metáforas de la realidad como máquina se su entorno; es incapaz de integrar un conocimiento en su
contraponen sustancialmente a las metáforas orgáni- contexto y en el sistema global que le da sentido. Es inca-
cas o del organismo viviente; las dos conducen a dife- paz de integrar la potencia transformadora del tiempo y es
rentes modos de investigación y conceptualización; de- incapaz de abrir las posibilidades”. (Morin, 1993: 154-155)
finen epistemologías diferentes, ya que el conocimiento Pero para no ser tan ilusos, ni mucho menos mile-
requerido para examinar una perspectiva de la realidad naristas, el paradigma de la complejidad nos ayudará a
como una estructura cerrada, estática, mecánica, la cual reconocer la complejidad de la realidad, de las realidades,
es inadecuado para examinar y abordar la realidad del pero no nos aclarará todo, ni mucho menos nos dará cer-
mundo, que se muestra aquí y ahora como un sistema tidumbres, ni un control determinista sobre el entorno;
orgánico y vital. La estructura epistemológica para com- más bien, como diría Morin, “nos ayuda a revelar no sólo
prender la realidad como un sistema orgánico y vital va las incertidumbres inherentes a las propias estructuras de
más allá de concebirla como un proceso de información, nuestro conocimiento, sino también los agujeros negros
pues el asunto no se agota en la descripción de procesos de incertidumbres en las realidades presentes…” (Morin,
y formas de representación. Más aún, la postura ontoló- 1993: 155). Es decir, la realidad no puede ser controlada
gica utilizada por epistemologías sistémicas, cibernéticas porque no está hecha sólo de inmediatez; ella está me-
y complejas, enfatiza la importancia de la comprensión diada por la incertidumbre, la borrosidad, es ilegible bajo
del contexto en un modelo holístico; es más, considera los trazos deterministas de un pensamiento reduccionis-
pertinente vincular el vórtice de la evolución con la rea- ta y simplificador. Es por este motivo por el que advier-
lidad social y el proceso del entendimiento de la natu- te Morin: “cualquier conocimiento de la realidad que no
raleza ecológica como un todo, donde se circunscriben está animado y controlado por el paradigma de la comple-
las partes en interacción interdependiente. Así pues, las jidad está condenado a ser mutilado y, en este sentido, a
epistemologías basadas en las metáforas mecanicistas carecer de realismo”. (Morin, 1993: 155)
son inadecuadas para este fin, y necesitan ser reempla- La realidad se presenta desde los fenómenos natura-
zadas por epistemologías que generen una cartografía de les y sociales como un metasistema de metaorganizacio-
la compleja realidad con todas sus dinámicas. nes; decir, como un sistema complejo de sistemas orga-
Por ejemplo, las interpretaciones economicistas de la nizados. Con Morin podríamos afirmar que “vida misma
historia han puesto todo su interés en la captura, asimila- es un sistema de sistemas, no sólo porque el organismo
ción y reproducción del capital económico y han dejado es un sistema de órganos que son sistemas de moléculas
de lado la integración de otros capitales, aún más impor- que son sistemas de átomos, sino también porque el ser
tantes, como son el capital humano, el capital cultural, el vivo es un sistema individual que participa de un
social y el capital simbólico. La aventura de estas interpre- sistema de reproducción, tanto uno como otro
taciones economicistas han pretendido seguir la dirección
de la realidad histórica, en un sentido lineal bajo la égida
del mito del desarrollo. Es así como las lecturas economi-
participante en un eco-sistema, el cual parti-
cipa en la biosfera…” (Morin, 2006: 121). Así
pues, en la realidad perviven las organizacio-
O75
cistas de la historia han ignorado por muchísimos años la nes de la vida. ¿Pero qué cosa es una organi-
incidencia de estructuras biológicas, psíquicas o físicas, zación desde el contexto del árbol de la vida?
en la constitución de la realidad social; es decir, se ignora La organización3 es el ordenamiento y disposición de re-
la realidad humana en todas sus interacciones bióticas, laciones entre los distintos componentes que conforman
sensoriales e imaginativas, etc. Y se ha abandonado la sistemas o unidades complejas que soportan las emergen-
comprensión del ser humano en su complejidad, desde cias de la vida. En la organización se unen de manera in-
aspectos no económicos, como las pasiones, los afectos, terrelacional los distintos componentes o elementos que,
la sensibilidad, la imaginación, la mitogénesis e, incluso, en sincronías, regulaciones, tensiones e imbricaciones, se
termodinámicas del calor cultural como la locura humana. convierten en las partes componentes de un todo vital.

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¿Tiene sentido la religación de la realidad desde una cuidado del planeta para la convivencia social, la preser-
inconciencia de la conciencia planetaria? vación de la tierra y la de cada uno de los seres que exis-
Hay toda una amalgama de incertidumbres y de ten en ella, como identificación de un sentido último y
emergencias entre el reconocimiento de una conciencia definitivo del universo. Esto más bien lo admito como un
planetaria y las vivencias que demarcan las fronteras de sentido teleológico del que aún estamos bien lejos.
lo posible, fronteras que separan lo cotidiano de las orga- En medio del universo el ser humano padece las con-
nizaciones macro y microscopias, de mundos desconoci- tradicciones de su propio comportamiento como ser cós-
dos para nosotros aquí y ahora. En este sentido, la visión mico. Advierte Morin: “lo remarcable es el carácter poli-
moriniana que presenta Leonardo Boff en “Ética Plane- sémico del universo organizado. Este es una sorprenden-
taria desde el gran sur” es irreconciliable con la realidad te arquitectura de sistemas que se edifican los unos a los
que vivimos hoy y es, desde mi punto de vista, demasia- otros, los unos entre los otros, los unos contra los otros,
do romántica: “La globalización está buscando todavía su implicándose e imbricándose unos a otros, con un gran
expresión institucional. Será seguramente ecocéntrica. juego de masas, plasmas, flujos de microsistemas que
Situará en el centro no tal o cual país o bloque geopolí- circulan, flotan, envuelven las arquitecturas de sistemas.
tico y económico, no ésta o aquella cultura, sino la Tierra Así, el ser humano forma parte de un sistema social, en
entendida como un macrosistema orgánico, un superor- el seno de un ecosistema natural”. (Morin, 2006 :121)
ganismo vivo, “Gaia”, al que todas las instancias deberán Las sociedades se dispersan, las fronteras se cierran,
servir y estar subordinadas. A este centro pertenece la el planeta por completo se depreda y la tierra parece
humanidad, compuesta por los hijos e hijas de la Tierra, entrar en una fase de agotamiento irremediable, del cual
humanidad entendida como la propia Tierra que ha alcan- ya no se puede recuperar pues la catástrofe natural au-
zado la fase de sentimiento, de pensamiento reflejo, de menta esta fase de morbilidad telúrica que no puede dar
responsabilidad y de amorización” (Boff, 2001: 20). marcha atrás. Este desastre en realidad no es natural, ahí
La verdad, creo yo, es radicalmente distinta, preocu- está esa mano criminal que apuñala las entrañas de la
pante y crítica, como lo estamos constatando a diario a tierra. Ahí está el monstruo fagocitador que reconfigura el
través de las noticias y sintiendo en nuestras experiencias destino de los pueblos. El futuro de la humanidad no se
cotidianas; es decir, la tierra está amenazada en su equi- decide colectivamente, se imponen los intereses egoís-
librio ecológico, en su armonía vital y la gran mayoría de tas de quienes se han adueñado de los recursos de la
la humanidad padece bajo las pesadas injusticias sociales naturaleza, del globo terráqueo, de la humanidad entera.
y las manipulaciones de la economía global que tanto los En este sentido advierte Guy Debord:
grupos económicos y pequeños grupos de poder de los “La demanda, para todas las mercancías, depende
países más industrializados, así como de la rapiña injus- estrechamente de la centralización realizada en la infor-
tificada de una minoría de representantes de multina- mación-incitación espectacular a la que también deberán
cionales imponen a su antojo pesados fardos sobre adaptarse las formas de distribución, se exige imperati-
O76 la humanidad tercermundista. En realidad no veo la vamente que se intente constituir en todas partes redes
Bioética
tan añorada fase moriniana de concienciación pla- de influencia o sociedades secretas. No se trata más que
netaria o de amorización, de un pensamiento com- de un producto natural del movimiento de concentración
plejo y reflejo que religue todas las instancias de la vida de capitales, de la producción, de la distribución. Lo que
y la responsabilidad compartida. A pesar de los avances en esta materia no se extiende, debería desaparecer; y
tecnológicos y del conocimiento macro y microfísico que ninguna empresa puede crecer sin contar con los valo-
hemos alcanzado sobre la contemplación de nuestro pla- res, las técnicas, los medios, de lo que hoy en día son la
neta, aún no tenemos la tan soñada y añorada moriniana industria, el espectáculo y el Estado. En el último análisis,
conciencia planetaria, la fase de amorización en el senti- es el desarrollo particular quien ha sido escogido por la
do unitario de una solidaridad ecológica en torno a nues- economía de nuestra época, el que viene a imponer en
tra “matria” (como la llamaría Morin), con un sentido de todas partes la formación de nuestros vínculos persona-
hermandad que nos invite a beber hermanados la leche les de dependencia y protección” (Debord, 2006: 89).
cósmica de nuestra vía láctea; ni siquiera se percibe el A medida que aumentan las redes de control para diri-
ethos que configure la actitud de responsabilidad, de re- gir y apoderarse del imaginario simbólico de los sectores
ligación sinérgica de todas las estructuras de la vida y del explotables del mercado, aumenta el número de clientes

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dispuestos a favorecer la distribución de productos y ser- emergentes del azar. El problema, creo yo, es que aún
vicios en medio de los espectáculos. Estas redes dispo- no tenemos claridad sobre nuestro carné de identidad
nen de todos los medios para imponer sentimientos de terrena. Nuestra identidad se difumina en un continuum
fidelidad y confianza, para adaptarse a los requerimientos borroso y difuso de complejificación terrenal no lineal, en
particulares de cada mercado. el proliferante pluriverso que aún no podemos controlar y
Lo advierte con estas palabras Gilles Lipovetsky: “En en la vida que descubrimos en su plurirrealidad.
las sociedades donde ya no subsisten grandes ideologías El planeta entero agoniza lentamente, producto de
políticas, cierto número de individuos tienden a querer la inconciencia planetaria y del descontrol inhumano,
afirmar su identidad a través del consumo mismo. Vemos no aparecen ni son visibles los efectos filantrópicos de
cómo aquí y allá se multiplican los “productos de senti- la nueva fase de amorización ecocéntrica. En realidad,
do”, que permiten expresar opciones de sociedad, valo- la vida se envilece, se degrada la biosfera y, así mismo,
res, una visión del mundo, una identidad individual y ele- todas las esferas: de la vida, de la conciencia, de las ideas
gida. Numerosos consumidores –uno de cada dos según y los mitos. Tanto el socius, como el individuo y la madre
cierto número de encuestas- declaran en la actualidad tierra están sintiendo las perturbaciones de las tres ecolo-
que la dimensión de sentido y de valor de los produc- gías, como lo advirtiera F. Guattari. (Guattari, 1996)
tos los incita a la compra. Desde luego, esta tendencia
al consumo ciudadano no concernirá a todos los consu- Del CMI a las inequidades tecnocientíficas
midores, pero podría llegar a ser permanente en las so- De acuerdo con Guattari: “El planeta tierra vive un
ciedades hiperindividualistas donde el ámbito político y el período de intensas transformaciones técnico-científicas
religioso son productores de identidad en mucho menor como contrapartida de las cuales se han engendrado fe-
grado que antaño. En tales condiciones, la afirmación de nómenos de desequilibrio ecológico que amena-
los valores en el marketing tiene probabilidades de pro- zan a corto plazo, si no se les pone remedio, la

O77
longarse, y eso porque dicho comportamiento es con- implantación de la vida sobre la superficie. Pa-
forme con las nuevas expectativas de los consumidores, ralelamente a estas conmociones, los modos
quienes, a través de su compra, pueden afirmar un tipo de vida humanos, individuales y colectivos,
de identidad”. (Lipovestsky, 2002: 78-79) evolucionan en el sentido de un progresivo
deterioro. Las redes de parentesco tienden a
Somos ignorantes de nuestra identidad terrena y se nos reducirse al mínimo, la vida doméstica está gangrenada
ha perdido nuestro carné de identidad por el consumo “massmediático”, la vida conyugal y fa-
Es una verdad de a puño que el hombre conserve en miliar se encuentra a menudo “osificada” por una espe-
sí mismo, en cada célula el universo en su totalidad. Du- cie de estandarización de los comportamientos, las rela-
rante mucho tiempo el ser humano ha permanecido igno- ciones de vecindad quedan reducidas generalmente a su
rante e inconsciente de la identidad terrestre y cósmica más pobre expresión… La relación de la subjetividad con
que lleva dentro de sí. El árbol de la vida es una esfera su exterioridad, ya sea social, animal, vegetal, cósmica se
vital que ha evolucionado dentro de un estado de turbu- ve así comprometida en una especie de movimiento ge-
lencias e irrupciones aún no controladas ni comprendidas neral de implosión y de infantilización regresiva” (Guattari,
por el intelecto humano. Los ecosistemas evolucionan 1996: 8). Estamos viviendo una era de desajustes eco-
por desorganizaciones y organizaciones, en una dialécti- nómicos, ecosóficos, demográficos de orden mundial,
ca de complejización organizativa no lineal, de lo cual aún el mercado mundial genera impulsos que no puede con-
no damos cuenta. Apenas estamos empezando a com- trolar. El mito del desarrollo ha generado tanto subdesa-
prender cómo evoluciona y se expande el universo, cómo rrollo que ya nadie se cree el cuento del paraíso terrenal
evolucionamos nosotros y todo nuestro entorno. Tanto el que promete el Capitalismo Mundial Integrado (CMI), in-
universo, como la tierra y el mismo hombre, son seres cluso tampoco creemos en las bondades democráticas
caóticos que no hallan certezas en su origen y su des- del progreso científico. El capitalismo tecnocientífico ha
tino, en un probable carné de identidad. Estamos más dejado las puertas abiertas a la productividad y la rentabi-
perdidos que hallados en el inconmensurable macro y lidad de las multinacionales, en detrimento del equilibrio
microcosmos. Somos supervivientes de los cataclismos, social humano. Guattari muestra el meollo del asunto:
bien lo decía Morin: somos “polvo de estrellas”, rastros “Todo el problema reside en que estas organizaciones

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son asimilables, en mayor o menor natural de lo urbano, de la ecología


grado, a los equipamientos del que se extingue en la selva de ce-
poder. Con independencia del hecho mento, de la ciudad como paisaje
de que aquellos que las animan se y del paisaje invadido, irremedia-
declaren de derecha o de izquier- blemente, de ciudad. El expansivo
da, funcionan con el mismo sentido modelo de desarrollo destruye las
del conformismo. Trabajan al objeto solidaridades locales, el parásito vi-
de que los procesos moleculares rulento del egoísmo se inocula en
entren en conformidad con las es- las conciencias ciegas de aldeanos y
tratificaciones globales (molares). La citadinos, se balcanizan la sociedad
verdad es que el sistema del CMI se y se desorganizan las minorías étni-
alimenta precisamente de este tipo cas, humilladas y subyugadas por la
de equipamiento de poder.” (Guatta- raza dominante. Nuestra civilización
ri, 2005: 55). padece la enfermedad del desarrollo
La formación de los monopolios y aún no encuentra el antídoto para
alimenta una aceleración crecien-
El mito del desarrollo curarse de este mortal padecimien-
te de un mundo perturbado por las
es una concepción re- to. (Kessler, 2000)
propagandas, la moda y el consumo duccionista que asume El fracaso del modelo socialista
masivo, a lo que se sacrifica la con- el capital económico fue un hecho con la crisis del comu-
vivencia y las posibilidades de una como el único motor nismo, así mismo se evidencian los
vida placentera, frugal y tranquila. necesario para cubrir múltiples fracasos del mito del de-
En la ciudad moderna se desdibuja
todas las esferas de la sarrollo del modelo del CMI. “El pro-
el exceso de ciudad; ciudades blema del desarrollo choca de lleno
O78 al borde de la asfixia como
vida natural, social, psí- con el problema cultural/civilizador
Bioética Pekin, Beijin, México, los Án- quica y moral. Tal con- y el problema ecológico. El propio
geles, Atenas o New York. Allí cepción tecnoeconó- sentido de la palabra desarrollo, tal
la vida urbana absorbe la vida rural, mica deja de lado las como se ha admitido, comporta en
así mismo, bajo un exceso de ar- implicaciones del capi- sí mismo y provoca subdesarrollo”
quitectura, de urbanización, de po- tal social, el capital cul- (Morin, 1993: 82). Al desarrollo le
litización, de aglomeraciones, de es necesario fundamentarse sobre
culturizaciones, de civilizaciones ati-
tural, el capital humano el subdesarrollo para mostrar su efi-
borradas en todos los espacios ha-
y el capital simbólico, cacia y poder. La fe en el progreso
bitables. La urbanización masiva de como claves olvidadas se desvanece, la ciencia, la técnica
regiones ecológicamente frágiles del desarrollo. y la industria se rinden a los pies
desequilibra el ecosistema no sólo de la mercantilización. “La aplica-
ambiental, sino también el socius y ción de métodos industriales a la
el sensorium de la subjetividad. agricultura, la pesca y la ganadería,
El paisaje natural es el excedente provocan daños y contaminaciones
de la gran urbe contemporánea que, cada vez más masivos y genera-
desde el territorio, traza sus contor- lizados que amenazan la biosfera
nos y, bajo la lógica del suplemen- terrestre e incluso la psicoesfera”
to, completa la ciudad. El paisaje se (Morin, 1993: 90).
mueve peligrosamente, se desplaza Así mismo, para Guy Debor:
a medida que la ciudad avanza en su “mientras la polución de los océa-
desbordamiento; se ejecuta algo así nos y la destrucción de los bosques
como una danza entre la ciudad y ecuatoriales amenazan la renovación
la naturaleza, un baile frenético que de oxígeno de la tierra, la capa de
habla de las cadencias del carácter ozono se ve afectada por el progreso

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industrial y las radiaciones de origen nuclear se acumulan el futuro se tratará de cultivar el dissensus y la produc-
irreversiblemente, el espectáculo concluye que todo eso ción singular de existencia” (Guattari, 1996: 46). Son in-
carece de importancia” (Debord, 2006: 48). Parece ser que mensos los recursos del CMI en orden a la producción
a los principales protagonistas del declive medioambiental y manipulación del poder, de las instituciones y de las
no les interesa solucionar este problema ambiental que leyes. Sin embargo, el CMI se enfrenta “de un modo
afecta a la inmensa mayoría de la población planetaria. cada vez más violento con un verdadero muro o más bien
Las inequidades generan tremendos daños humanos con una maraña de hostigamientos infranqueables en el
en el socius y en el individuo, también daños medioam- terreno de la economía libidinal de los grupos sociales.
bientales y psíquicos irreparables. Los campos se degra- Esto se desprende del hecho de que la revolución mole-
dan, los mares se enrarecen, los bosques se depredan cular no sólo tiene que ver con las relaciones cotidianas
con el paso de locomotoras y volquetas que abren los entre hombres y mujeres, homosexuales y heterosexua-
caminos de la civilización entre las montañas. “El 25% de les, niños, adultos, etc. Interviene también y ante todo
la población del globo, que vive en los países ricos, con- en las mutaciones productivas en cuanto tales. La revo-
sume el 75% de la energía; las grandes potencias con- lución molecular es portadora de coeficientes de libertad
servan el monopolio de la alta tecnología y se apropian, inasimilables e irrecuperables por el sistema dominante.
incluso, el poder cognoscitivo y manipulador sobre el ca- Esto no significa que dicha revolución molecular sea au-
pital genético de las especies vivas, incluida la humana. tomáticamente portadora de una revolución social capaz
El mundo desarrollado destruye sus excedentes agríco- de dar a luz una sociedad, una economía y una cultura
las, pone sus tierras en barbecho mientras carestías y liberadas del CMI. ¿No fue acaso una revolución
hambrunas se multiplican en el mundo pobre. En cuanto molecular la que sirvió de fermento al nacional-
hay guerras civiles o desastres naturales, la momentánea socialismo? De aquí puede desprenderse lo
ayuda caritativa es devorada por parásitos burocráticos o
negociantes. El tercer mundo sigue sufriendo la explota-
mejor y lo peor. La conclusión de este tipo de
transformaciones dependerá esencialmente
de la capacidad que tengan los agenciamien-
O79
ción económica, pero sufre también la ceguera, el pensa-
miento de corto alcance, el subdesarrollo moral e intelec- tos explícitamente revolucionarios para arti-
tual del mundo desarrollado”. (Morin, 1993: 94) cularlas con las luchas de interés, políticas y
El mito del desarrollo es una concepción reduccionis- sociales. Esta es la cuestión esencial. De no producirse
ta que asume el capital económico como el único motor esa articulación: ninguna mutación de deseo, ninguna re-
necesario para cubrir todas las esferas de la vida natural, volución molecular, ninguna lucha por espacios de liber-
social, psíquica y moral. Tal concepción tecnoeconómica tad logrará impulsar transformaciones sociales y econó-
deja de lado las implicaciones del capital social, el capital micas a gran escala” (Guattari, 2005: 54).
cultural, el capital humano y el capital simbólico, como Podríamos colegir que estamos ad portas no de la
claves olvidadas del desarrollo (Kliksberg, 1999).4 nueva conciencia planetaria en la era de la evolución pa-
Con Guattari se podría admitir que “la ecología social radigmática, sino más bien ad portas de la nueva barbarie
debería trabajar en la reconstrucción de las relaciones tecnocientífica y burocrática, orquestada por el CMI. Es
humanas a todos los niveles del socius. Jamás deberá evidente la hegemonía y el poder que ha venido adqui-
perder de vista que el poder capitalista, se ha deslocaliza- riendo paulatinamente el CMI bajo los agenciamientos
do, desterritorializado, a la vez en extensión, al extender tecnocientíficos.
su empresa al conjunto de la vida social, económica y cul- La tecnociencia está aportando a la humanidad una
tural del planeta, y en “intensión”, al infiltrarse en el seno nueva barbarie mecanicista, centrada en el ego de la sub-
de los estratos subjetivos más inconscientes. Puesto que jetividad anónima, solipsista, egoísta y manipuladora. No
esto es así, ya no es posible pretender oponerse a él sólo sólo pierde el socius, también el ser individual ha per-
desde el exterior mediante las prácticas sindicales y po- dido su horizonte en la mercantilización de los saberes.
líticas tradicionales. Se ha hecho igualmente imperativo La depredación del CMI progresa a pasos agigantados y
afrontar sus efectos en el dominio de la ecología mental arrolladores, en la interacción social como máquinas de
en el seno de la vida cotidiana individual, doméstica, con- guerra5. Más aún, estaríamos de acuerdo con Morin en
yugal, de vecindad, de creación y de ética personal. Lejos admitir que “la tecno-ciencia se forma, ramifica, institu-
de buscar un consenso embrutecedor e infantilizante, en cionaliza en las universidades, después en las empresas

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industriales, después en el estado. En los siglos, pasa de planetaria en los conflictos regionales, las crisis sucesivas,
la periferia al corazón de la ciudad” (Morin, 1998: 234) los desórdenes, las regresiones –tal vez con algunos is-
Veamos algunos ejemplos que nos muestran el poder lotes preservados…” (Morin, 1993:119). Creo que la pre-
devastador del CMI. Vgr. en Argentina la gente se sigue gunta de Morin se desenfoca de la realidad, por cuanto no
muriendo de hambre en medio de los plantíos de soja hay a la vista un compromiso real y responsable de la hu-
transgénica de la multinacional norteamericana Monsan- manidad por preservar el sentido natural y la permanencia
to, la tierra ahora depende de los herbicidas, fungicidas del árbol de la vida, ni una toma de conciencia de la agonía
y químicos que la multinacional produce; de igual forma, planetaria. Los desórdenes, los conflictos y las crisis repre-
también dependen del aprovisionamiento de semillas sivas del CMI muestran el nacimiento de las emergencias
transgénicas, mutadas en el laboratorio por Monsan- del lenguaje que muta las expresiones para comprender
to, semillas que han sido condicionadas antinatura nuevas emergencias de la realidad del mundo globalizado.
O80 para producir sólo una cosecha. Los campesinos se Afirmar que la realidad es compleja, que la realidad es
Bioética
mueren de hambre en medio del cereal transgéni- holográmica, es decir, que el todo está en las partes y las
co. Además, en Japón son cada vez más los obre- partes en el todo no es asunto de deslindes del vocablo,
ros que, por sobrecarga laboral debido al eficientismo hi- sino que obedece a una teoría cuya universalidad y fuerza
perespecializado y sobreexplotador en un sistema labo- de validez dependería de la contrastación con las fuerzas
ral, muchos son víctimas de la muerte súbita por stress y del origen y los ciclos de la vida o con la contrastación
otros tantos se suicidan. de pruebas matemáticas no-lineales. Pero Morin sólo se
“Una civilización meta-técnica es concebible preci- limita a dar este principio como un hecho ya aceptado,
samente con la ayuda y la integración de la técnica, el sin confirmar la hipótesis de base de su afirmación: el
control de la lógica actual de las máquinas artificiales universo es un holograma viviente6. Además, Morin no
por normas históricas, la progresiva introducción de una demuestra cómo medir los hologramas y si hay diferen-
lógica compleja -y eso sólo está empezando- en los orde- tes formas o grados hologramáticos en el horizonte de la
nadores y, por ello, en el mundo de las máquinas artificia- vida, cómo diferenciarlos y asumirlos, como metasiste-
les” (Morin, 1993: 110). mas de complejización de la conciencia planetaria y del
La lógica de la máquina artificial se difundió fuera del pensamiento complejo, que se espera como reivindica-
sector industrial, especialmente en el ámbito “adminis- ción última de la vida.
trativo donde su organización estaba ya prefigurada en la Creo que la teoría moriniana del pensamiento com-
organización burocrática” (Morin, 1993: 107). La mecaniza- plejo constituye una de las formas discursivas que pre-
ción artificial se ha apoderado de numerosos campos de la tende responder desde una pretensión holográmica a
actividad social, bajo la égida de la calculabilidad, la efica- todos los ambientes y problemas de la realidad, desde
cia, la predictibilidad, la perdurabilidad artificiosa, la crono- los planteamientos epistemológicos, políticos, éticos y
metría contable y la mercantilización de todos los objetos, estéticos, con el interés de abarcar en sí misma todos los
usos y servicios. El desarrollo ha sido un mito y una noción fenómenos de la realidad como un metasistema comple-
que obedece a esta lógica lineal de la máquina artificial. jo. Pienso que no basta con proponer que el pensamien-
“Si se considera que los individuos-sujetos humanos tam- to complejo se consagre a religar todas las unidades de
bién son seres-máquinas, que las sociedades igualmente la realidad y, así mismo, todas las teorías y todas las cien-
lo son, entonces la vida de la antropo-socio-noosfera es cias, desde un bucle recursivo metaorganizador del cono-
producida y productora de las actividades de un complejo cimiento, pues en principio los conceptos están circuns-
polimaquinal de máquinas de máquinas que se engranan critos desde marcos epistémicos distintos, diferenciados
y mantienen unas a otras, y donde el lenguaje constituye en sus propósitos, en su discurso y su semántica inter-
como la polimáquina zoológica a la que llega y de la que pretativa de la realidad. Además, cae en el despropósito
parte el resto de procesos maquinales”. (Morin, 1998: 168) de eludir un análisis comparado de los aportes de otros
Finalmente, en este ambiente mecanicista pregunta teóricos o evita conceder los créditos a las teorías y mé-
Morin (no sé si con cierta ironía): “¿Estamos irremediable- todos del último cuarto de siglo en el terreno de la com-
mente comprometidos en la carrera hacia el cataclismo plejidad y, desde mi apreciación, no logra concitar con
generalizado? ¿De qué parto aguardamos la salida? O pro- fidelidad la propuesta sistémica desde los fundamentos
seguiremos a trancas y barrancas, hacia una Edad Media de la vida. Además, creo que Morin pretende proponer un

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DEL PENSAMIENTO COMPLEJO AL PENSAMIENTO SISTÉMICO AUTOPOIÉTICO / Wilmar Peña Collazos

plan muy ambicioso que desvehicula los aportes de las organismo está predestinado con esquemas para re-
ciencias duras y propone un recorrido que distrae desde construirlo. Para Maturana y Varela la cognición no con-
un despliegue enciclopedista e, incluso, cartesiano, jerár- siste en el proceso de construir representaciones de un
quico y parcelado de la realidad humana, sin profundizar mundo prefigurado, desde una mente externa a la rea-
en los problemas pertinentes desde la no-linealidad (así lidad del mundo, como lo presenta la ciencia cognitiva
veo los distintos estadios de composición del Método, convencional. La cognición, por el contrario, es una expe-
que encaminándose contra Descartes termina siendo riencia arraigada en el deseo, en las emociones, que se
germen de su recorrido). Más aún, el paradigma de la no produce en un contexto histórico y se reproduce como
linealidad es sincrónico, pero la mayor parte de las des- teoría desde “la ininterrumpida coincidencia de nuestra
cripciones del pensamiento complejo moriniano se incli- existencia, nuestro hacer y nuestro saber” (Maturana y
nan hacia una diacronía lógica descriptiva. Varela, 1987: 25). A partir de lo que denominan Varela y
Para Morin el tema de la no-linealidad es abordado Maturana enfoque enactivo, la cognición se transforma
con cierto despropósito, quizá porque en la vida práctica en enacción de una relación entre mente y mundo, ligado
y social el trabajo con sistemas no-lineales es difícil de a la historia de su interacción con todos los componentes
aprehender y conceptualmente borroso.7 biológicos de la realidad.
La mente despierta en la realidad por el cuerpo sen-
DE MATURANA Y VARELA: POR UNA REALIDAD sible y deseante. Se sugiere así nuestra ineludible doble
ORGÁNICA AUTOPOIÉTICA corporeidad –la del cuerpo en tanto estructura experimen-
tal y, además, como lugar o contexto de la cogni-
Creo que el Pensamiento Complejo de Edgar Morin ción (concepto tomado de Merleau Ponty)- lo

O81
es insuficiente para hacer un trabajo serio sobre las es- cual indica que no estamos separados del
tructuras de la realidad, desde una concepción biológica; mundo, pues cada acto del conocimiento
realidad que es eminentemente humana y vital. Debería- produce y reproduce realidad. Tal circularidad
mos asumir un compromiso científico que dé continuidad constitutiva de la existencia que emerge de
entre lo social, lo humano y considere sus raíces biológi- la corporeidad no deja de tener consecuen-
cas, terrenales, pluriversales y cosmológicas. En realidad cias para la investigación de los modelos locales de la na-
no hay oposición entre lo social, lo humano y sus raíces turaleza, al punto que mi experiencia –como praxis de mi
biológicas. Para comprender la realidad humana es nece- propio vivir- está acoplada perfectamente con la realidad
saria una verdadera afirmación sobre la naturaleza biológi- del mundo circundante, la cual aparece llena de regulari-
ca, psicológica o espiritual, de lo humano. dades, que son en cada instante el resultado de nuestras
La evolución de la vida sobre el planeta procura un historias biológicas y sociales.
proceso de ganancia de conocimiento sobre nuestra rea- Así pues, de acuerdo con los chilenos Humberto Ma-
lidad terrena. El conocimiento es una función vital en el turana y Francisco Varela, lo que define mejor al conoci-
sentido estricto del término: algo necesario para la vida. miento no es la representación, sino la acción apropiada
Todo organismo vivo es activo, conforma una unidad di- o, a mi entender, un esquema cambiante de represen-
námica con su entorno; además, la evolución opera en tación-acción. Humberto Maturana presenta un fenóme-
todos los niveles y órdenes estructurales, no se detiene no que explica cómo desde la evolución biológica de la
en el individuo. Por ejemplo, existe una evolución del in- materia en nuestro planeta (hace más de cinco mil mi-
terior del organismo que favorece ciertas estructuras y llones de años), se produjo el fenómeno de la vida. En el
funciones más eficientes sobre otras. Los cambios evolu- planeta tierra se dieron las condiciones propicias para la
tivos no son sólo movimientos de poblaciones sino tam- generación de la vida, a partir de la formación de cade-
bién transformaciones genéticas que resultan involucra- nas moleculares en reacción emergente8. Así, la emer-
das con nuevas estructuras y funciones capaces de in- gencia modificó la composición interna de la materia y se
teractuar mejor con el medio. Los organismos vivos son transformó en cuanto surgió un nuevo orden. Las emer-
sistemas jerarquizados, autorregulados y autopoiéticos. gencias propiciaron las transformaciones9 : átomos que
El conocimiento es "vida" y la representación no es se transformaron en moléculas, moléculas inorgánicas
simplemente una imagen del mundo, sino una recons- que se transformaron en soluciones y cristales, macro-
trucción interna del propio organismo y su sistema. El moléculas que se transformaron en células y, finalmente,

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células que se transformaron en organismos multicelula- “Mientras que en el centro de la praxis estaba, como
res. Javier Torres Nafarrete, prologuista de “La Realidad: veremos, la idea de la voluntad que se expresa en la
¿Objetiva o construida?”, asevera: “No todo intercambio acción, la experiencia que estaba en el centro de la poie-
molecular condujo a la aparición de lo que hoy se desig- sis era la pro-ducción hacia la presencia, es decir el hecho
na como viviente. Las moléculas que forman láminas de de que, en ella, algo pasase del no ser-al ser, de la ocul-
mica no tuvieron las propiedades necesarias para permi- tación a la plena luz de la obra. El carácter esencial de la
tir en ellas el surgimiento de las células. Fue menester poiesis no estaba en su aspecto de proceso práctico, vo-
contar con moléculas capaces de clausurarse frente al luntario, sino en su ser una forma de la verdad, entendi-
medio ambiente. Esto fue posible gracias a la genera- da como desvelamiento” En cambio “la raíz de la praxis,
ción de membranas suficientemente estables y, a la vez, según Aristóteles, se hundía en la condición misma del
plásticas. Este tipo de moléculas (y sólo éste) fue capaz hombre en cuanto animal, ser vivo, es decir, no era nada
de formar barreras efectivas y, al mismo tiempo, tener más que el principio de movimiento (la voluntad entendi-
propiedades cambiantes para difundir iones en tiempos da como unidad de apetito, deseo, volición) que caracte-
relativamente largos, con respecto a las velocidades mo- riza la vida”. (Agamben, 2006: 114)
leculares. A este tipo de moléculas pertenecen las proteí- Desde los planteamientos de autopoiesis en Merleau-
nas cuya flexibilidad y capacidad de asociación es prácti- Ponty se puede afirmar que la condición humana es au-
camente ilimitada. Sólo cuando en la historia del planeta topoiética, en tanto prevalece la tensión entre la voluntad
tierra se dieron las condiciones para la formación de este que se manifiesta mediante las acciones que nacen de las
tipo de proteínas, surgió la vida”. (Maturan,: 1997: XII) emociones y la posibilidad de asumir el horizonte de las
Francisco Varela y Humberto Maturana han deno- cosas; es decir, de darles un significado por su condición
minado a la organización que constituye a los sistemas de apertura ante el mundo. Más aún, la autopoiesis con-
vivos como autopoiesis10. Los sistemas vivos son auto- siste en que la persona humana como ser-para-sí, es a su
poiéticos. ¿Pero esto qué quiere decir? Advierte vez un ser-proyecto-del-mundo. En una primera instancia,
O82 Maturana: “Como sistemas autopoiéticos molecu- este para-sí se refiere a un “cogito tácito” que tiene certe-
Bioética lares, los sistemas vivos, y entre ellos nosotros, son za de sí, incluso antes de la experiencia del lenguaje. Por
sistemas estructuralmente determinados, y nada otra parte, Merleau-Ponty señala que para comprender
externo a ellos puede especificar o determinar qué cam- este ser-proyecto-del-mundo es necesario que no se haga
bios estructurales experimentan en una interacción; un del mundo un objeto, sino que sea visto como el campo
agente externo, por lo tanto, puede sólo provocar en un de nuestra experiencia. (Mereleau-Ponty, 2000: 415)
sistema vivo cambios estructurales determinados en su Por consiguiente, desde Merleau-Ponty, la persona
estructura. Esta condición de determinismo estructural humana, en tanto que sujeto-corpóreo guarda cierta au-
significa para nosotros seres humanos, que nada externo tonomía frente a la realidad como una capa de significa-
a nosotros puede determinar o especificar lo que pasa en ción del mundo, se encuentra íntimamente entretejido
nuestro interior, y que todo lo que sucede dentro de no- con el mundo en tanto no puede realizar nada fuera de
sotros, sucede a cada instante determinado por nuestra él, siempre busca expresarse y habita las posibilidades
dinámica estructural de ese instante, aun lo que llama- que se le ofrecen en la realidad que le precede. Por con-
mos experiencia estética”. (Maturana, 1996: 43) siguiente, la autopoiesis conjuga entonces tanto a un yo
“La característica más peculiar de un sistema auto- libre que puede hacer agujeros negros en el mundo y
poiético es que se levanta por sus propios cordones, y se puede establecer significaciones. La poiesis es un ser-
constituye como distinto del medio circundante a través proyecto-del-mundo.
de su propia dinámica, de tal manera que ambas cosas Para Merleau-Ponty el conocimiento de la realidad siem-
son inseparables” (Maturana y Varela, 1984: 28). pre es, al mismo tiempo, objetivo, subjetivo e incompleto.
La vida como un proceso autopoiético11 es simultá- Lo objetivo radica en que a partir de una cualidad podemos
neamente la vida como voluntad, deseo y emoción, la obtener el esbozo de la cosa tal cual aparece. Podemos
vida como el proyecto de realidad que cada uno es y captar si no la totalidad del mundo, sí algo del mundo. Lo
construye de sí. De acuerdo con Giorgio Agamben, el subjetivo radica en que siempre se conoce desde determi-
concepto de poiesis para los griegos se diferenciaba del nada perspectiva, desde cierto ángulo, desde determinada
concepto praxis: mirada. Y finalmente, el que sea incompleto radica no sólo

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en nuestra condición finita que hace posible la experiencia, sociales14. Los seres vivos somos sistemas determinados
sino en que el mundo también es una obra inacabada, en- por nuestras estructuras; es decir que, de acuerdo con
volvente, expansiva, en movimiento, por lo que a la unidad Varela y Maturana, todo lo que ocurre en nosotros ocurre
de la subjetividad corresponde también una pluridiversidad en la forma de nuestros cambios estructurales determina-
expresiva de la realidad que es abierta y dinámica. De tal dos al interior, en las interacciones en el medio, mas no
suerte, que para Merleau-Ponty, la vida es acto de concien- determinados por éste. Los seres vivos nos autoproduci-
cia, una experiencia inseparable de sí misma, que se va ex- mos, pues producimos nuestros componentes con base
plicitando y se confirma en cada presente, en cada etapa en nuestras propias estructuras y, además, con base en lo
de la vida. Hay una unidad en todo lo realizado, una unidad que tomamos del entorno, que nos reconstituye.
de expresión, por lo que se puede decir que se trata de Mientras desde la teoría de las estructuras disipati-
un proceso de autopoiesis continuo del que nos damos vas de Prigogine se afirma la irrelevancia del observador,
cuenta, no tenemos conciencia de él, porque nunca deja- debido al principio de generalidad afincado en la realidad
mos de percibirlo y nos acostumbramos a ser uno con él, y fundamentado en el indeterminismo (se refiere a los
y desde nuestro principio hasta nuestro desenlace somos sistemas alejados del equilibrio, abiertos al entorno, para
aún esa primera percepción. Así pues, el sujeto no puede lo cual la realidad es objetiva), la teoría de la autopoiesis
pensar separado del mundo, ni de su cuerpo, porque de lo de Maturana y Varela privilegia la supremacía del observa-
contrario estaría fuera del mundo, encerrado en sí mismo, dor, desde la especificidad biótica y se postula la persis-
perdido por completo; es decir, no estaría situado como tencia del sistema y la máquina cerrada. Para Maturana la
ser-en-el-mundo. Con Merleau Ponty podríamos afirmar: realidad no es objetiva, sino subjetiva. La realidad es vida,
yo soy inseparable de mi cuerpo, de mi realidad y de mi es un microsistema de la vida; por esto fuera de la biolo-
mundo. (Mereleau-Ponty, 2000: 416) gía no es concebible la autopoiesis.
Por otro lado, un postulado que interesa a Varela y Ma- En este sentido, desde Maturana y Varela, los seres
turana es la característica autopoiética de la autonomía de humanos somos sistemas orgánicos, sistemas determina-
los sistemas orgánicos12 , lo cual significa que sólo desde dos al interior, en nuestra propia estructura. Lo cual quiere
la perspectiva de la célula se puede determinar lo que le decir que somos sistemas que dependemos de nuestra
es relevante para su propia capacitación cognitiva.13 propia estructura relacional, pues estamos en relación con
Así pues, para Varela y Maturana la Autopoiesis es la los otros, en la autoconciencia del espacio relacional.
capacidad que tienen los sistemas vivos de autoproducir- “Los seres humanos configuramos el mundo que vi-
se. Esta aseveración surge desde el punto de vista bioló- vimos al vivir, cabe preguntarse cómo lo configuramos
gico, es aplicable a todos los seres vivos; no obstante, es y cómo vivimos en él si constitutivamente como
aplicable a cualquier sistema y, por ende, a los fenómenos seres vivos no podemos hacer la distinción

O83
Desde los planteamientos de autopoiesis en Merleau-Pon-
ty se puede afirmar que la condición humana es autopoié-
tica, en tanto prevalece la tensión entre la voluntad que se
manifiesta mediante las acciones que nacen de las emo-
ciones y la posibilidad de asumir el horizonte de las cosas;
es decir, de darles un significado por su condición de aper-
tura ante el mundo. Más aún, la autopoiesis consiste en
que la persona humana como ser-para-sí, es a su vez un
ser-proyecto-del-mundo.

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que decimos corrientemente que hacemos entre ilusión los objetos, sino que son éstos los que se someten a las
y percepción. Una de las primeras preguntas que nos leyes del conocimiento impuestas por el entendimiento.
surge en estas circunstancias es: ¿podemos seguir de- Este es el famoso «giro copernicano» que propició Kant
fendiendo la validez de nuestras afirmaciones cognosci- para la captación de la realidad. Más aún, para Kant la
tivas bajo el pretexto de que ellas son válidas porque se razón sólo reconoce lo que ella misma produce. Así pues,
refieren a una realidad independiente de nosotros, si para sólo conocemos a priori las cosas, lo que previamente
poder afirmar que tenemos acceso a esa realidad inde- ponemos en ellas. En lo que se refiere a Kant, la mayor
pendiente deberíamos poder distinguir en la experiencia diferencia radica en la forma de concebir al sujeto, pues
entre ilusión y percepción? Es verdad que hemos vivido como se ha visto para Merleau-Ponty no se trata de un
hasta ahora sin hacer esta reflexión y sin revisar el fun- yo trascendental transparente a sí mismo que constituye
damento de nuestras capacidades cognoscitivas, y que al mundo, sino más bien para Merleau-Ponty es un yo en
podemos seguir viviendo así”. (Maturana, 2001: 30) situación que presupone algo así como un “cogito tácito”
que se encuentra entretejido con el mundo.
Los fundamentos de Kant en Maturana Uno de los objetivos fundamentales de la filosofía
Podríamos aventurarnos a afirmar que con el postula- kantiana es la comprensión de la realidad y en ella la exis-
do kantiano de los a priori maduró propiamente la teoría tencia de lo a priori en el ámbito del conocimiento. El pro-
del conocimiento. La concepción del conocimiento sobre blema para Kant sería resolver si existen juicios sintéticos
la realidad cambió a partir de Kant, puesto que todo cono- a priori, que se funden en principios pre-experienciales
cimiento sobre la realidad se realiza como una actividad que, además, aporten un paso significativo del conoci-
interna del sujeto cognoscente, actividad previa a la miento de la realidad. Para Kant los conocimientos sin-
experiencia. Para Maturana tal conocimiento de la téticos a priori los creyó encontrar en las matemáticas
O84 realidad a priorística sería la concepción de una ope- y en la Física de Newton; en el ámbito de la moral, los
Bioética
ración emergente autopoiética, que opera como un mandatos a priori, incondicionados o absolutos, como es
sistema desde el interior, mediante el despliegue re- el caso de los imperativos categóricos. Desde Kant se va
cursivo de sus propias estructuras. “Maturana diría que el a generar una tradición de pretender comprender el co-
acoplamiento estructural se encuentra de modo ortogo- nocimiento a partir de las condiciones previas de su posi-
nal con respecto a la autodeterminación del sistema. Lo bilidad. Plantea Kant la hipótesis de si existen o no juicios
que quiere decir que una certeza inmediata de la realidad, sintéticos a priori. Pero puesto que las matemáticas y la
aunque no determina lo que sucede en el conocimiento, física se consideran verdadero conocimiento, la pregunta
debe estar presupuesta, ya que de otra manera cesaría se transforma en cómo son posibles los juicios sintéticos
la autopoiesis. En este sentido todo conocimiento está a priori en estas dos ciencias. Por otro lado, para Kant el
previamente acoplado de manera amplia en el entorno (o verdadero conocimiento en general se logra a través de
no existiría), pero hacia el interior del radio de acción que la sensibilidad y del entendimiento.
se le confiere, el reconocimiento tiende a dar respuestas Maturana es consciente de los logros de Kant y aborda
acopladas en modo estricto” (Maturana, 1997: XXI). el recorrido clásico de la teoría cognitiva a partir de lo que
La realidad le sirve de medio al conocimiento para que él llama “trampas del conocimiento”. “La primera trampa
éste aporte, desde el interior, configuraciones según su es creer que el mundo de los objetos puede dar instruc-
propia esquematización. Desde el criticismo kantiano no ciones al conocimiento, cuando de hecho, no hay un me-
se puede entender la experiencia (conocimiento a poste- canismo que permita tal información. La segunda, es que
riori), sin tener conocimientos que no provengan de la ex- una vez que no existe el control de la certeza inmediata,
periencia (conocimiento a priori), puesto que aunque todo abandonados a la oscura interioridad de lo posible pensa-
nuestro conocimiento adviene con la experiencia, no por do, amenaza el caos y la arbitrariedad. La primera trampa
eso todo conocimiento procede de la experiencia. El ver- cree que el sistema nervioso trabaja con representacio-
dadero conocimiento requiere los caracteres de universa- nes del mundo, cuando en realidad su modo de operar
lidad y necesidad y la sola experiencia no puede otorgar- está determinado, de momento a momento, desde el
los, puesto que ésta sólo aporta lo singular y lo contin- interior de la clausura operacional. La segunda, tiende a
gente. Kant procura un cambio epistemológico al afirmar atribuir a la clausura de operación una absoluta soledad
que no es el entendimiento el que se deja gobernar por cognoscitiva (solipsismo), y se desentiende de explicar la

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asombrosa conmensurabilidad entre el operar del organis- fronteras entre el organismo vivo y el medio se pierden,
mo y el mundo: “la solución, como todas las soluciones de puesto que el organismo queda integrado en un organismo
aparentes contradicciones, consiste en salirse del plano mayor que se constituye en medio, es el propio entorno,
de la oposición y cambiar la naturaleza de la pregunta a un de la misma manera que todos nuestros órganos se aco-
contexto más abarcador”15 “. (Maturana, 1997: XX). plan funcionalmente para conformar nuestro organismo en
la unidad cerrada de nuestro cuerpo, sistema autopoiético.
El otro como fundamento biológico de la interacción Así pues, la evolución de los elementos de ese macroorga-
En Maturana y Varela la aceptación y reconocimien- nismo es mutua e interdependiente, o sea, es una coevolu-
to del otro como fundamento biológico del fenómeno ción. En este esquema queda claro que cualquier especie
social. Así pues, cualquier límite o bloqueo a la acepta- que destruya su medio se destruye a sí misma. Lo cual es,
ción y reconocimiento del otro, destruye o limita el fe- desde todo punto de vista, irracional y anfibiológico.
nómeno humano y social. Es decir, destruye el proceso Vivimos en un ambiente cultural que contrapone
biológico que lo genera. la razón a la emoción, como si ésta negase lo racional,
“La aceptación del otro junto a uno en la conviven- cuando en realidad se integran, como lo advertimos desde
cia, es el fundamento biológico del fenómeno social; sin Kant. Todo sistema racional se da como un operar en las
amor, sin aceptación del otro junto a uno no hay sociali- coherencias del lenguaje Las emociones se asumen,
zación y sin socialización no hay humanidad” (Maturana y desde la propuesta de Maturana, como disposiciones cor-
Varela, 1984: 163). porales que especifican los dominios de las acciones. Así
Los seres vivos somos sistemas que nos determi- pues, la emoción es un aspecto fundamental del
namos estructuralmente, existimos en la conservación, operar animal. Las culturas son redes de conver-
adaptación y organización en el medio. Así, que ser vivo saciones que definen distintos modos de con-
y medio son componentes que coexisten en coderiva. En
Palabras de Maturana: “toda ontogenia transcurre como
versar y distintos modos de habitar, de estar
orientado y de vivir, lo cual involucra un modo O85
una coderiva ontogénica, y toda filogenia como una code- de actuar, así como un modo de emocionar.
riva filogénica, siguiendo cada una un curso contingente Nuestras emociones definen nuestras accio-
a la conservación de la adaptación de los organismos in- nes y las particularidades lógicas de nuestro lenguaje. Es la
volucrados”. (Maturana, 1997: 7) emoción lo que subyace a cualquier movimiento humano,
Toda nuestra realidad humana es social. Somos seres individual o social. Así pues, según Maturana, nos move-
sociales que lenguajeamos (en términos de Maturana). mos en nuestra vida cotidiana en un flujo de emociones17 ,
Lo fundamental del fenómeno social es el lenguaje y sólo en un flujo de dominios cambiantes de acciones.
en él se dan la reflexión y la autoconciencia. El lenguaje “Desde el punto de vista biológico lo que connota-
demarca el origen de lo humano, a la vez que su caída y mos cuando hablamos de emociones son disposiciones
su liberación. corporales dinámicas que definen los distintos dominios
La conducta social se funda en la aceptación, el reco- de acción en que nos movemos. Cuando uno cambia de
nocimiento del otro y en la cooperación; no en la compe- emoción, cambia de dominio de acción” (Maturana, 2001:
tencia16 . Enfatiza Maturana: “La competencia es consti- 8). Biológicamente, las emociones son las disposiciones
tutivamente antisocial porque como fenómeno consiste del cuerpo que determinan los dominios de las acciones.
en la negación del otro. No existe la “sana competen- Para Maturana el lenguaje18 es un fenómeno biológico
cia” porque la negación del otro implica la negación de que consiste en un fluir en interacciones recurrentes que
sí mismo al pretender que se valide lo que se niega. La constituyen un sistema de coordinaciones conductuales
competencia es contraria a la seriedad en la acción, pues consensuales (Maturana, 1988: 25-33). Así pues, los dis-
el que compite no vive en lo que hace, se enajena en la tintos dominios de experiencias humanas interactúan con
negación del otro”. (Maturana, 1997: 16) dominios de correlaciones senso-motoras que configuran
Como todos los organismos, los seres humanos inter- distintos sistemas de coordinaciones conductuales en el
cambiamos información con nuestro medio, lo cual pro- lenguaje. Pensar, producir, caminar o hablar son todos fe-
duce una intensa interdependencia de elementos entre nómenos operacionales de la dinámica interna del orga-
el medio y el organismo, un circuito cerrado de interaccio- nismo viviente, pero son fenómenos distintos en el domi-
nes biológicas. De hecho, desde cierto punto de vista, las nio correlativo del organismo en el que el observador los

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Julio-Diciembre 2008

pone de manifiesto. “Vivimos en coordinaciones consen- son básicos, pues definen el origen y desarrollo evolutivo
suales de emociones y en coordinaciones consensuales de la persona humana, nacen en el lenguaje. Por lo tanto,
de acciones que se entrelazan entre sí y forman redes toda nuestra realidad como humanos es social y curiosa-
cerradas de coordinaciones consensuales de emociones mente somos individuos sólo en cuanto seres sociales que
y lenguaje” (Maturana, 1997: 71). lenguajeamos, puesto que el lenguaje nos permite interac-
Para Maturana el lenguaje adquiere una nueva dimen- tuar, tener autoconciencia y reflexionar en él y desde él.
sión frente a la construcción de la realidad biológica que La postura sistémica de Maturana sobre la realidad y
somos. Dice él: “estamos acostumbrados a considerar el la experiencia humana conduce a un cambio en la com-
lenguaje como un sistema de comunicación simbólica, prensión de nosotros mismos, en cuanto seres biológicos
en el cual los símbolos son entidades abstractas que nos comprometidos con la transformación social. Yo pienso
permiten movernos en un espacio de discursos, flotante que una de la principales consecuencias de esto es una
sobre la concreción del vivir aunque lo representen. Yo re-evaluación de las emociones como el fundamento de
mantengo que tal visión surge de una falta de compren- la vida humana y hasta de la racionalidad.
sión del lenguaje como fenómeno biológico. En efecto,
el lenguaje como fenómeno biológico que nos involucra
como seres vivos y, por tanto, como un fenómeno bioló- NOTAS
gico que se origina en nuestra historia evolutiva, consiste 1 Maturana, Humberto. El sentido de lo humano. Chile: Ed Dolmen,
en un operar recurrente, en coordinaciones de coordina- 1996, pp. 95-100
2 Varela, Francisco. Conocer: Las ciencias cognitivas. Barcelona:
ciones conductuales consensuales. De esto resulta que
Grijalbo, 1990, p. 90
las palabras son nodos en redes de coordinación de ac- 3 Desde Morin “la organización es un concepto que forma un
ciones, no representantes abstractos de una realidad in- bucle consigo mismo, cerrado en este sentido, pero abierto en
el sentido de que, nacido de interacciones anteriores, mantiene
dependiente de nuestro quehacer”. (Maturana, 2001: 64)
relaciones e incluso opera intercambios con el exterior” (Morin,
Así pues, de acuerdo con Maturana, nuestras palabras 2006: 162)
revelan nuestra forma de pensar y, además, determinan 4 Coordinator inter-American Institute for social Developmen
nuestro rumbo en el hacer. Por tanto, en una comunidad (INDES), Inter-American Development Bank
5 “Las máquinas deseantes que entran en ruptura con los grandes
el contenido del conversar, palabrear o, mejor aún, el equilibrios orgánicos interpersonales y sociales y que invierten

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“lenguajear”19 devela su quehacer y su destino. “Las los mandos, juegan el juego del otro en contra de una política
conversaciones, como un entrelazamiento del emo- de autocentrado en el yo… Todas las conformaciones maquíni-
Bioética cas encubren, así sea en estado embrionario, focos enunciativos
cionar y el “lenguajear” en que vivimos, constituyen y
que son otras tantas protomáquinas deseantes. Para abordar
configuran el mundo en que vivimos como un mundo este punto, nos es preciso entender nuestro puente transma-
de acciones posibles en la concreción de nuestra transfor- quínico entendiendo el alisado de la textura ontológica del ma-
terial maquínico y los feedback diagramáticos como otras tantas
mación corporal al vivir en ellas”. (Maturana, 2001: 65)
dimensiones de intensificación por las que superamos las cau-
De acuerdo con Maturana, la producción de las accio- salidades lineales de la aprehensión capitalista de los universos
nes interactúan en el dominio social en donde surgen, lo maquínicos. Nos es preciso igualmente abandonar las lógicas
cual lleva a situarnos en un dominio social concreto de la fundadas en los principios de tercero excluido y de razón sufi-
ciente… La máquina es siempre sinónimo de foco constitutivo
realidad. Por lo tanto, para que exista un sistema social de Territorio existencial sobre fondo de constelación de Univer-
debe darse una "interacción cooperativa". Pues si hay recu- sos de referencia (o de valor) incorporales”. (Morin: 1996b: 70)
rrencia de interacciones cooperativas entre los seres vivos, 6 En realidad, el núcleo del paradigma moriniano no está compues-
to por principios y categorías originales sino por una amalgama
entonces ahí surge el sistema social y tal recurrencia de
de teorías que se acomodan con nuevas formas y metáforas en
interacciones pasa a ser un mecanismo autopoiético, que el discurso recursivo sin que se dé el consabido crédito.
le proporciona la posibilidad de autosustentarse. Este fenó- 7 Las herramientas disponibles para el análisis de la no-linealidad,
son omitidas en el discurso moriniano: planos de fases, teorías
meno es denominado por Maturana como "acoplamiento
de ecuaciones diferenciales, de ecuaciones polivalentes, análi-
estructural recíproco" y desde un punto de vista biológico sis funcional, teoría de operadores, simuladores cuánticos, esta-
se representa como el placer de la compañía, la cercanía dísticas de reducción dimensional, series de estructuras arbola-
del otro o como el amor en cualquiera de sus formas. Más das, impulsos encadenados, pliegues de narrativas maquínicas,
atractores, flujos multidimensionales, etc.
aún, sin tales acoplamientos no habría sociabilidad humana. 8 La emergencia se aplica a la irrupción creativa de un nuevo orden,
Estos factores convocan a la cooperación, no a la compe- cuyas características se deducen del mismo sistema constitui-
tición ni al liderazgo de unos sobre otros. Estos factores do. “Lo que es emergente en la célula no es que las moléculas

ISSN 1657-4702 / Volumen 8 / Número 2 / Edición 15 / Páginas 72-87 / 2008


DEL PENSAMIENTO COMPLEJO AL PENSAMIENTO SISTÉMICO AUTOPOIÉTICO / Wilmar Peña Collazos

REFERENCIAS

puedan crear indefinidamente más moléculas, sin ninguna ne- • Agamben. Giorgio, (2006). El hombre sin contenido. Madrid: Ed.
cesidad de recurrir a elementos energético del medio ambiente, Pre-Textos.
sino al hecho de que las células dependen, en su operación, de • Boff, Leonardo (2001). Ética planetaria desde el gran sur. Trad. Fr.
la forma en que están organizadas y de cómo esta organización José Francisco Domínguez. Madrid: Trotta, 121 p.
se lleva a efecto: el carácter físico de los componentes sólo de- • Castells, Manuel (1996). The Rise of the Network So-
terminan su espacio de existencia”. (Maturana, 1997: XIV) ciety. Oxford: Blackwell.

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9 La autopoiesis es un modelo explicativo de fenómenos emergen- • Crush, Jonathan, (1995). Power of development.
tes, que consiste en crear un intercambio dinámico cuyo primer New York: Routledge.
efecto es mantenerse como tal, a la vez que producir productos • Dahl, Gudrun, (1993). Green arguments of local
de la interacción que son incorporados al sistema. Y gracias a subsistence. Stockholm: Stockholm Studies in An-
esta penetración de los productos en el sistema, así mismo, se thropology.
mantiene y evoluciona la interacción. El sistema sigue "viviendo" • Debord, Guy (2006). El planeta enfermo. Trad. Fr.
debido al “bucle creativo”. Luis Andrés Bredlow. Barcelona: Anagrama, 109 p.
10 Aquí el concepto de Autopoiesis Maturana lo asume en la direc- • Dirlik, Arif (2000). Place and politics in the age of global capita-
ción de la autoconservación del sistema mediante la producción lism. New York: Rowman and Littlefield.
de sus propios elementos. “La noción de autopoiesis sirve para • Guattari, Félix (1996). Las tres ecologías. Trad. Fr. José Pérez.
describir un fenómeno radicalmente circular: las moléculas orgá- Valencia: Pre-textos, 79 p.
nicas forman redes de reacciones que producen a las mismas • Guattari, Félix (1996). Caosmosis. Trad. Fr. Irene Agoff. Buenos
moléculas de las que están integradas. Tales redes e interaccio- Aires: Manantial, b, 166 p.
nes moleculares que se producen a sí mismas y especifican sus • Guattari, Félix (2005). Plan sobre el planeta: capitalismo mundial
propios límites son los seres vivos”. (Maturana, 1997: XIII) integrado y revoluciones moleculares. Trad. Fr. Raúl Sánchez Ce-
11 El concepto de autopoiesis lo proponen Maturana y Varela reli- dillo. Bogotá: Ediciones desde abajo, 128 p.
gado al escenario de la biología y, luego, como extensión con la • Kessler, Mathieu (2000). El paisaje y su sombra. Trad. Fr. Fernan-
cultura. Sin embargo, la búsqueda de este concepto en Merleau- do González del Campo. Barcelona: Idea Books, 87 p.
Ponty no resulta inapropiado, pues como reconoce el propio • Kliksberg, Bernardo, (1999). Social capital and cultura: master
Francisco J. Varela, coautor del libro en donde aparece el con- keys to development. CEPAL REVIEW Nº 69.
cepto, la fenomenología europea, y autores como Husserl, Hei- • Lipovetsky, Gilles, (2002). Metamorfosis de la cultura liberal:
degger y Merleau-Ponty, han sido para él, motivo constante de ética, medios de comunicación, empresa. Trad. Fr. Rosa Alapont.
lectura y reflexión para ajustar este concepto. Barcelona: Anagrama, 128 p.
12 Los sistemas autopoiéticos son sistemas de operación cerrada, • Maturana, Humberto (1996). El sentido de lo humano. Chile: Ed
cuyos componentes son producidos al interior de un proceso Dolmen, 160 p.
recursivo. El proceso es cerrado, es decir, “su identidad está es- • Maturana, Humberto (2001), Emociones y lenguaje en educa-
pecificada por una red de procesos dinámicos cuyos efectos no ción y política. Santiago de Chile: Ed. Dolmen.
salen de esa red”. (Maturana y Varela, 1984 : 59) • Maturana, Humberto (1997). La realidad: ¿Objetiva o construída?
13 La capacidad cognitiva no es un poder exclusivo del ser humano. Fundamentos biológicos de la realidad. México: Anthropos,163 p.
También los seres vivos, las organizaciones en todo operar or- • Maturana, Humberto (1988). Reality: The search for objectivity or
gánico generan conocimiento. O como lo dice Maturana: “Todo the quest for a compelling argument. Irish Journal of Psycholo-
hacer es conocer”. gy, vol 9, N° 1, pp. 25-82
14 Los fenómenos sociales en tanto que organizaciones tienen un • Maturana, Humberto. (1975). The organization of the living: a theory
soporte que, desde lo biológico, es de naturaleza físco-química of the living organization. Int. J. Machine Studies, Vol.: 7, pp 3-34.
(por ejemplo, el surgimiento de la "sopa celular"). En la organiza- • Maturana, Humberto, y Varela, Francisco, (1984). El árbol del co-
ción se crean y delimitan unidades distinguibles, como son las nocimiento. Chile: Lumen, 172 p.
células y moléculas y tienen su explicación en sí mismas. O sea, • Maturana, Humberto, y Varela, Francisco, (1998). De máquinas y
la delimitación de "unidades de organización" que producen orga- seres vivos. Autopoiesis: la organización de lo vivo. Chile: Edito-
nización es lo típico de los fenómenos autopoiéticos. rial Universitaria, 78 p.
15 (Confrontese el artículo de Humberto Maturana, 1984: 163) • Mereleau-Ponty, Maurice (2000). Fenomenología de la Percep-
16 La naturaleza íntima del fenómeno social humano reside en la ción. Barcelona: Editorial Península.
aceptación y el respeto por el otro. • Morin, Edgar (1993). Tierra Patria. Trad. Fr. Manuel Serrat. Barce-
17 No hay por qué confundir la emoción con los afectos, las apeten- lona: Kairós, 233 p.
cias o los sentimientos. • Morin, Edgar (2006). El método I: la naturaleza de la naturaleza.
18 La posición de Maturana se contrapone al punto de vista clásico Trad. Ana Sánchez. Madrid: Cátedra, 456 p.
positivista que ve al lenguaje como transmisión de información • Morin, Edgar (1998). El método IV: las ideas. Trad. Ana Sánchez.
de un individuo a otro. La teoría del lenguaje de Maturana explica Madrid: Cátedra, 267 p.
las condiciones de constitución del fenómeno del lenguaje. Así • Prigogine, Ilya (1983). ¿Tan sólo una ilusión? Barcelona: Tus-
pues, las perspectivas empiristas del presente no son explicati- quets.
vas porque ellas no describen las condiciones de constitución • Prigogine, Ilya (1983). La nueva alianza. Metamorfosis de la Cien-
del lenguaje, sólo describen las regularidades de su operación. cia. Madrid: Alianza.
Las coordinaciones consensuales de coordinaciones de conduc- • Prigogine, Ilya (1990). Entre el tiempo y la eternidad. Madrid: Alianza.
ta consensuales es la operacionalidad que constituye al lenguaje • Prigogine, Ilya (1994). La estructura de lo complejo. Madrid:
y lo que toma lugar en él. Alianza Universidad.
19 Maturana usa la palabra “lenguajear” para enfatizar el carácter • Varela, Francisco (1990). Conocer: Las ciencias cognitivas. Bar-
dinámico relacional del lenguaje. celona: Grijalbo.

ISSN 1657-4702 / Volumen 8 / Número 2 / Edición 15 / Páginas 72-87 / 2008

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