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KKlllTSUA KUtCIOX.
Milito, l87á.
I M P U E X ' I A NAClüSAIi,
ADVERTENCIA.
La traducción de esta obrita fué ocasionada por la
urgencia de proporcionar á los estudiantes de minera-
logía en esta Escuela politécnica una guia para sus ejer-
cicios prácticos. , ^
Entre las muchas obras de esta clase, que ofrece la
literatura mineralógica, las "Tablas" de Kobell me pa-
recieron preferibles por su brevedad y precisión. Su
utilidad se deduce de la cu'cunstancia^ de que en un
tiempo relaítivamente breve salieron nueve ediciones,
y de que én Alemania fueron recibidas con mucha y
general aceptación. En menos de 70 pajinas se carac-
terizan la mayor parte de los minerales conocidos, se-
gún sus principales reacciones químicas; y porque pre-
sísamente los caracteres químicos tienen el primer lugar,
la obrita podrá servir también al químico práctico.
La nomenclatura de las especies minerajes, de que
me he servida, muchas veces difiere de la de las mi-
neralogías españolas. No es este el lugar de esplicar
difusamente mi& piincipios acerca dfe este punto, y bas-
tará la siguiente advertencia; á saber, que son adoptados
los nombres vulgares de los minerales mas comunes y
conocidos por todos; que los que se derivan de otras len-
guas, especialmente del griego, se han transformad© se-
gún las reglas de la gramática castellana; y finalmente
que los minerales que recibieron su denominación del
nombre de un minerálogo ó de una cierta localidad, han
de escribirse, según mi parecer,^como se escribe el nombre
del minerálogo 6 de íalocalidad en cada lengua^ Trans-
formar el nombre según la pronumeiacion castellana en
este casb seria deformarlo, y se perderia enteramente la
significación y el fin de la denominación, que no es otro,
que conservar el recuerdo del descubridor, ó del exami^
naáor de im nainer&l, ó de una localidad, en donde se e»"
contró por primera vez, &a..
IV
1. ApHmowtU^ ) Las astillns mas ó menos graesas soa
(Antimonio gris) > fusiles á la llama de vina vela (sin el
3. Natrolita. ) uso del soplete)»
3. Almandina. No se funde, como las anteriores á la llama do-
una vela, pero sí fácilmente al soplete y aunen astillas algo.,
gruesas.
4. Anféola. (Actin«lita ^
de Tirol). (fusibles al soplete en aetülas ménoS'
5. Ortoclasa. (Adularía I gruesas y delgadiaa.
de &in-6otardo). '
6 Broncita, al soplete solamente las astillas mas delgadas se-
redondean algo»
Se deben procurar astillas de estos minerales para compararlasi
con las de la prueba.
Al buscar un mineral, es indispensable comenzar el examen y
la camparadan eo« el primer gvupo j pasar entonces á losaiguienteH,
porque & reces un mineral que pertenece al grupo 1? presenta tam-
oien el carácter de uno de los siguientes, pero no al revés. Para en-
contrar mas fácilmiente lo que se busca, vá añadida la vista general
6 el plan de toda la división, M^a vida da la primera dirección en
la d^erminacion de un mineral. En lugar de una explicación ulterior
sirvan algunos ejeinplos.
i^empto pnwwro. Sea-í4í/«wunj¿a,. el mineral que ha de'deteí-
minarse. íío tiene lustre metálico y es infusible. Por consiguiente
se encuentra, como lo indica la vista general, bajo II. O. El.
carácter del primer grupo enusnerado se refiere á los fenómenos que
da á conocer el mineral al soplete después de ser humedecido con.
la disolución de cobalto. Un ensaye lo coloca en e&cto en este gru-
po: y como despide mucha agua en el maftracito^ ha de buscarse
Ijajo, a). Encontramos que entre los minerales aquí citados la Alu-
nita y la Aluminita mezcladas con soda dan hepar. Nuestro mine-
lal manifiesta precisamente dicha propiedad. De la Aluminita se
, dke^ que se disuelve fiícilraente en el ácido clbrhídiico, mientras
de la .Alunita, se afirma qvie es pocx) atacable por este ácido. Un
ensaye con el ácido clorhídrico, determina el mineral por Alumi-
nita y el color lo distingue de la Pisofana que en parte le es pare-
cida.-—Pata que los que ya están masfivmiÜarizadoscon los ensayes
químicos, tengan ocasión do perfeccionarse en el conocimiento'de la,
eoBstitudon química de un mineral de una manara mas completa
de lo que puede hiiceise con los caracteres puestos en las tablas, cada
especie mineral lleva su fórmula química. Así se encuentra con ]&
Aluminita la fórmula Al^O Jí4-9H;,0, de la cual'se deduce que el mi-
neral se compone esencialmente de ácido sulfúrico, alramna y agim;
ahora se pueden instituir algunos otros ensayes y espliear los que
antes se hicieron.
Ejemplo secundo. Supongamos que la Bomxta (Cobre abigarra-
do) haya de detenninarse. El mineral es de lustre metálico y se ftm-
de al soplete sin despedir humo, y solamente en la llama de oxida-
ción se percibe el olor de ácido sulfuroso. De esto so sigue, que
debe hallarse bajo.I. A, 5), si mezclado con soda da hepar, loque
sucede en efecto. Lo» ensayes, fácilmente demuestran que no es uno
•de los primeros minerales alegados, sino qno pertenece al grupo do
. la Calcosina &a, cuyas disoluciones (jwr ácido nítrico) toman un co-
lor azul muy intenso, si se les agrega un exceso de amoniaco. Por td
color 80 distingue fácilmente de los demás minerales del mismo gru-
po.
Siendo el color muy característico en la mayor parte de Ips
minerales de lustre metálico, no deja de ser indicado en estosi, íújro-
viándose así muchas veces la determinación. -
Igualuüente se indican á veces la cristalización f «1 peso «s-
pecífioft, si c&ntribuyen al neconoeiBáento. La deterininacion del peso
específico por medio de la balanza sin pesos, inventada por el pro-
fesor Jolly, está tan facilitada, que pocos minuíos y unos fragmentos
relativamente pequeños bastan para hacer el ensaye. Los grados de
*}a dureza se refieren á la escala de Mohs: 1. 'mlcoí, 2. Sal gema,
3. Espato calizo, 4. Espato flnor, 5. Apatita, 6. Ortoclása, 7.Cttarzo,
8. Topacio, 9. Corundo, 10. Diamante.
La fusibilidad de los minerales se ensaya en hs pinzafi*, y espe-
cialqiente la de los que son dMciles de fundirse se úebe esperimen-
tar con astillas n^uy finas, cuyos bordes sobresalen de las puntas de
las pinzas. Espei^mentando con pedazos obtusos fácilmente se podiia
tomar un mineral por infusible, mientras que en astillasf finas
se funde muy bien. Ademas la ptrueba debe ponerse delante de la
pimta del cono akul de la llama, en donde el calor es mas fuerte.
Para observar si un mineral comunica á la llama un color particu-
lar, se debe procurar una llama pura, en que espedialmente la parte
azul se distinga bien. Las velas de estearina con mecha no dema-
siado delgada dan una Uama buena.
Para reconocer la reacción de hepar, se funde sobré ^ carbón, el
polvo en triple volumen de soda, soplando bastante tíranpo; se
saca la masa COQ upa navaja yse le aplica con una gota de agua
á una moneda de pla^. Manchas amarillas ó pardas sobre la plata in-
dican la reacción filática.
Para determinar el agua en los minerales se toman cristales 6 pe-
dazos compactos del tamaño de una lenteja. En lugar del ma-
traz sirve también un tubo de vidrio abierto por ambos lados (5"
largo). Se introduce la prueba y se caldea al soplete; el agua se reco-
ieen gotas ^ entrambos lados de la prueba en las partes fiias del tii-
bo. Los minerales que chispoiTotean se envuelven «n una hojita de
cobre antes de introducirlos en el tubo. Para determinar la pérdida
que 8u;&e el mineral caldeándose, se usa mejor xm crisol de platino que
mida dos gramos de los hidratos ordinarios, y se le calieñta me-
diante una eolípila de manera que la parte superior de la llama
rodee el crisol. Be este modo los silicatos de magnesia, como Clo-
rita, lÚpidolita &a. despiden toda el agua, lo que no sucede en la lla-
ma de la lámpara ordinaria de alcohol o de una vela. La mayor
parte de los süicatos basta caldearlos en una llama de gas. Para de-
terminar la pérdida con la balanza de Jolly, basta comimmente una
prueiba de i gramo 6 un pedacito del tamaño de una arveja.
* Los minendeg q.ue cMaporrotean mucho, se reducen & un polvo fino, el
cual humedecido con nn poco de agua «e pone sobre el carbón. TOaa particiilas
'•e jrennen al oaldeurlaB, si la prueba es ftisible, de manera úue despuei la ma«a
«eanidMW puede to!aw«oi> 1M pinzas jr^fandirse A la Uam» &»o.'
"VI
En los ensayes de la disolubilidad la prueba Se rftduce á un polvo
tany fino en una cápsula de caTccdona 6 ágata y los ácidos dfeben sef
iHistante concentrados. Se tsalienta el polvo con el ácido en un ma-
tn^zito 6 en una cápsula de porcelana á la llama dé alcohol En
los minerales, cuya disolución (agregándoles estaño, hierro &a,) se
caracteriza por un color particular, es preferible la capsula de porcela-
na. Los minerales cuya dureza iguala ó-snpcra la del Onarzo DO le deS'
componen solo por el ácido clorhídrico (escepto unos pocos, por ejemplo
Crisolita y algunas Granates). Para convencerse, si los silacatos jr tam-
bién otras combinaciones de las tierras y de los óxidos metáhcx» so
descomponen pwr los ácidos, 6 no, se ensaya la disolución parcial
(después de hervir el polvo fino en el ácido durante un cuarto
d,e hom ó .mas tienlpo) con amoníaco y fosfato de soda. Si es-
tos dos reactivos producen un precipitado considerable, es sefial
que el mineral se descompone, si por el contrario precipitan solamen-
te algunos copos poco perceptibles, la sustanda es inatacable 6 por lo
ménofl se d^compone con suma dificultad.
GalentMido el polvo fino de los silicatos con ácido fosfórico con-
centrado, hasta que el ácido se voltóilice, y digeriendo la masa (des-
pués de enfilarse) en agua, se depositan grumos de sílice gelatinosa.
Algunos silicatos no dan gelatina sino después de fundirse, así
como Granate, Yesttviana &a. JD« estos se funden i^gunas astillas
6 pedadtoS, so reducen á polvo, y esto se hierve en un matracito con
áddó' i^orhídrico diluido; al evaporarse el ácido se formas grumos ge-
latinos, 6 después de algún tiempo (12 horas) torma todo el líquido en
el matracito una gelatina inmóvil. Agré^&idole entonces agua y sa-
cudiéndole, se puede buscar en la disolución, con amoníaco, oxalato
de i^ncmmco y con otros reactivos la alumina, la cal &ai
li» Teafidon de azufre por la via húmeda se obtiene por el plso'
cedimieuto jf^iente. Se mezcla un poco d«l mineral con el mismo
Toli&men de polvo de hierro (^mun alc^oiisatum de los boticarios),
•e pone a t a mezcla en un vaso cilindrico 2A" alto y l"anchoy y so
a ^ e ^ áddo dorhfdrieo qué cubra «1 polvo oe algunas líneas (1 vol.
del Iddo concentr. y 1 vol. de agua),-entonces se coloca una «qa de
papel de filtrar, saturado antes,de azúcar de plomo y secado, sobre un
corcho y se cierra coii este el vaso, de manera que las puntas libre»
de la ^ a ^Inresalgan del corcho. Se puede sacudir un poco el vaso y el
^ ^ I tuyo «i corcho se fa'ñe dentro de un minuto. A las combina'
cioaw ciu» por 'esta vía manifiestan la reacción de azufi», se
^ l a ^ ^ el texto la«-palabras: "Con la prueba de hierro dan la
na<»ñ^ hepática."
Bar* ensayar el ácido fluorhídrico en los minerales^ que lo des--
«wrflan «m ácido sulfúrico concentrado, sirve un pequeaSo oisol de
l^ntíno cutóerto de una tapa perforada en su centro. Sobre el aguje-
nto de la tapa se pone un fiugmento de vidrio y 8» calienta el
cn*4. Despiwg del ensaye se limpia y seca el vidrio y se observa fa-
ciha^Wte la cortbsiím produdda por el vapor fluorhídrico.
Algunos «¡Beatos que contienen flnor, como p. tg. el Topado^
noaaapor«ite método ni el menor * indicio de ácido fluorhídrico^
P a r a ensayar en estof con seguridad el contenido de ftüor, eS
^ preciso fun% su polvo fino (de 2 gramos) con hidrato de potw» y
con un poo} de aüicato'de potasa en un crisol de \^ata doisHita un anaV'
to de boro. l>eapues so disuelve la masa en a^a, Be precipita tniMí
una ^SíAacioü ;de sal-amoiuAco la süice j se fiitra, el £^ado as
acidula cou Mdo clortf^ioo^^, fe «gfiegf «na disolución ide*' clorato
de cal y se;prQcipita < ^ tímx4^ elnuorcalcio, el cual se seca bien
y se ensaya con ácido sulfílricb.
Sabido es, 'que solamenterain«i%leBpuros ^^iw^iogéneos prod^^
con reacciones aegiü»8. Si Mcre^ qoe el duité núes enteramen-
te puro se debe tomar en consideración los criaderos y comp^oibs^del
' mineral y s(^m estw jBi^r las íeacdbnee. Mif. 4- 1» ^ ( ^ f t ¡ ^ -
nita se disucire á veces en los li^áot c6n «^rreicéjiíc^ iMm^tuB es-
ta reacción no le conviene. .\A eferv^scNicia debe atribuirse, al car^
batato de calf «oo qm eM& i&end^Mbh.
•En «slas t a b ^ se lu^iau eitiuneradaí^ can, todaf lip eí!#eíeé Oiüi,e*
rales que luuta'«^¡^«ebiULdetermáadosuiSáe^tem^nto^^^^ de cuyas
rbacciones quMÍiáis pude venir á laS ciaras, sea por iais propios ensa-
yes, sea por las reladonesfidedignasde otros miperálogcí^ El.ap^ndice
délos carbouesfósUes será para iñueboí de utílíiiad.-Bi ItÉ* pruebas
. son traspiurei^e^ la refinipelMi o n ^ é d o l ^ - ^ ^ i i u & vécea &-
cilita mocho la4ftenuina^ioü. P ^ ^ este «nsa^re fñsre.el e^tizo<«o>
.pío (réase mí '^memfogik edía 2f). Imn^erai^ qfig roltéfOidoBe
en el estauiosoo|io alteran la cruz cdií eoWes 6 la tuercen 6 la extin-
gttin,floadé doMe refinic(áon,)o»qtieníatido^iáiveF80É> l a i d o s no
la alteran, son ^refraedonidB^l&'^^f^óoneoM'lapiro^ésiricidad
se QM da «ap^o de]«bf«b» ll^ui^tda-de^praoM^ (jui^ fro^o fn-
tre les dedos bada Au^untai/ecíbe j ^ «lectrúad^a poKtija. *,
"JBltftíetAbJbUbtímaU^fUmltií 0ÍÉKi::^io(mtati tfi'» tífaimtfi Soplete,
jüinsst COR paatwde pí$Üno, «tomgi¡iHfyifagB» j g ptotii^aiii^^^pjna^e,pl%tin9,
yttffpíiM»ytoi44ñ5ISMtM)<«'de^-
rdrioTüiatrMttot, r»ao»cttinéUooa de,vi«Mas.<AMTIU« d^ wmetí»mimbadea paik
"éltMr, un otiBOl de p l a ^ 7 <n^o Se pliíta,'Ttim{»Ta dé tieohúi,' eoSpfik.' Dé reaoti-
YM: brárwi, mi IWámJMi sod* {i>B».7,}ifere dft^u3Íd(r«i4fútífo], ^tiauo de potow,
colación t^tr^lo] deeobolto, snlfoiú Adido cte potasa, viinolo deliieito eu orúta-
let, ácido dothl&co, bitríoo, ralfüárico, IMerfoo, aoítioo, oxUieoCtodo»lo»fteido«
IwrosTcoDceBtradot], amoniace, oxalato de amoniaco, hldmtp de potasa, tertto-
Mtto dé potlM, toRÍkto de¡j80da, tííoíéta éb barUi, lOtrato ae baiiM¿Htiltnio,Hla
i^ta, p&eldeotreDma y detonunol, esta&tt [en Jámina» y chibulad p«lT«'do
bierro D%« d» aM&«}ite. • " .
» « ••
Vista g^eneral.
I. Minerales de lustre metálico-
(LoB minórales de esta parte son enteramente opacos, también en
loa borde» de las astillas delgadas).
APENDICE.
NOTA.
Eu loB-metales cío Hikel, quo contienen miicho de hierro, cotao
p.Hej. la Chatamita, conviene servii'Be para BU desooniposídon del
agua regia en lugar del (Cciáo nftríco, para obtener un aoíoí o^itl mas
pnro}:deI filtrado amoniacal.--I)e los metates de cobre «o exta«e ei<!0-
bre «n forma de una pegadura metálica sobre hierro, de la manera si-
gtiiente.- se descomponen loa minerales por ácido nítrico, se les^agrefi^
ácido aulf. y se puajan ha^ift ^ evaporación, ent<!noes la .sfViMa se di-
luye con agua, y &e po|ia en el Uqnido una lámina blai^cá dé ^púño.
INDJCE.
• Abic&ita 17. ' Apatita 26.41.
Acantita 7. Apofilita 28.
Acido arsenioso 13. Afagoníta 3S.
„ bórico 26. VArcilla 36.
„ tÚBstico á5. Arcsutita 25.
Acolita 22. Aifredgonita 22.
Actínolita 33. «Argentita 7,
Adamina 25. Argílita 36.
Aedelforsita 34. Arkansita 12.
Agalmatolita 36. Arquerita 9.
Alabandina 7.26. Arsénico nativo 2.
Aianita 10.21. . Arsenita 13.
Albita 33. Arsenonielana 2L
AJgodónita 2. Arsenopirita 3.
• Almandina 22. Arseniosiderita 19.
Aloclasa 2. Asbesto 33.
Alocroita 22. Asbolana 40. .
Alofena 36. Asfalto 49. :
Altaita 6. Astrofilita 21.
Alumbre do amoníaco 23. •Ásperolita 43.
,, de potaje 23. Atacamita 17, -.
AlufniaUa 36. Atlasjta 18.
Aluminita 35. Augíta 33..
Altaita 35. Auricalcita 13-
Amalpma 9. Axinita 32.
Ambhgonita 2&, Abarcón 15.
Ametista 46. *Mti&0 13.
Amianto 33. -Azurita 18.
Analeima 29. Babingtonita 22.
• Anatasa 46. Barita 25.
Andalucita 37. •* Baritina 25.
Anfibola 33. Baritocalcita 39.
Anfigena 44. Bamhardtita 8.
Anfitalita 35. Barsowita 28.
Anglesit» 16. Bafitita 43.
Anhidrita 24. Batraquita 44.
Ankerita 39. *Bauxita 45.
Annabergita 19. Bayldonita 17.
Anortita 31. Belonita 8.
Antigorita 43. Beraunita 21.
i- Antimonio gris 5. Berilo 47.
> „ nátiro. 5.- Berlinita 35.
> Antimouita 5. , • Berthierita 7.
AntofiUta 45. , Berzelina 4.
Antosiderita 40, Beudantlta 19. "
Antozonita 25;" Bindheiinita 15.
jf Antracita'49. Binuita 2.
¡J1—