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Ana Maria Vidal


Terapias corporales Fotografías: Ester Bertolín

La antigimnasia
THÉRÈSE BERTHERAT
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Te r a p i a s c o r p o r a l e s
Antigimnasia Thérèse Bertherat

A simple vista, parecería obvio nuestra capacidad para adaptar- personas de importante referen-
decir que vivimos dentro de nos al mundo que nos rodea. cia inmediata. Absorbemos la
nuestro cuerpo, ¡al menos en lo La infancia puede ser, al me- cultura a la cual pertenecemos,
que a la reencarnación presente nos en apariencia, una etapa sin filtrar, buscando la aproba-
se refiere! Y, sin embargo, la co- más o menos feliz. A medida ción general o rebelándonos.
sa no es tan sencilla. Desde que que vamos creciendo, parece Muy pronto el discurso mental
nacemos, nos vemos sumergidos que nos las tenemos que ver con va ganando predominancia so-
en un entorno con patrones y le- retos de mayor complejidad. Pa- bre la información que pertene-
yes explícitas e implícitas que ra evolucionar en este universo, ce al lenguaje de nuestro cuerpo,
paulatinamente van moldeando nos valemos, en parte, de la imi- al que llegamos a olvidar, cuan-
nuestra forma de funcionar y tación (física y psíquica) de las do no a maltratar.

Paralelamente al progresivo sedentaris- De hecho, el cuerpo es el libro en el sus miedos no reconocidos, son los que
mo de la población, al alejamiento de los que la totalidad de nuesta historia está forman o deforman nuestro cuerpo.
ritmos naturales y del cuerpo a cuerpo marcada con increíble fidelidad. Todos El cuerpo, sobrecargado por las emo-
con la Naturaleza, que de por sí ya daba los esfuerzos de la persona para adaptar- ciones negadas, los traumas no resuel-
una posibilidad natural de estar en for- se a su entorno, a los valores que marcan tos, los aprendizajes condicionados, se
ma, –véase si no qué diferentes son los la estructura condicionada de su cultura, queja. Si estamos con la sensibilidad agu-
cuerpos de las personas de culturas que todos los elementos a los que se agarra zada, captaremos las primeras protestas
aún están en contacto directo con la Na- para construir su personaje, el que nece- cuando las molestias son leves, cuando
turaleza–, fueron apareciendo formas de sita de la aprobación de los demás, todos son simples de reconducir. Pero, si esta-
ejercitar el organismo para mantenerlo mos más atentos a nuestro discurso mental
en forma, elástico, ágil. que a nuestro cuerpo, más va a tener que
Pero, imperceptiblemente, el cuerpo “Toda perturbación protestar hasta que le hagamos caso. Con
hace su camino más allá de nuestra vo- en la capacidad de sentir frecuencia, cuando nos dignamos a empe-
luntad, y así, a poco que nos fijemos, ve- plenamente el propio zar a escucharle de verdad, el desaguisado
mos aparecer progresivamente un sinfín cuerpo ataca la confianza ya tiene proporciones de gran magnitud.
de actitudes corporales bien definidas. Es- Suele ser frecuente que busquemos la
paldas contraídas, mentones desafiantes,
en sí mismo y la unidad razón de nuestro comportamiento y nues-
nucas encogidas, costillas paralizadas, del sentimiento corporal; tras crisis emocionales, a través de la pala-
mandíbulas apretadas... nos hablan de ac- crea al mismo tiempo bra. Sin embargo, buscar a través de las
titudes frente a quienes nos rodean, frente la necesidad sensaciones las razones del cuerpo puede
a los conflictos, frente a los placeres. Y qué convertirse en un aprendizaje del regreso
decir de los pies, que aprenden a regaña-
de compensación” a casa, al cuerpo, al presente. Liberarse de
dientes a ser enfundados en zapatos que la programación del pasado para expresar
los aprietan, los deforman, los cortan de W. Reich la propia identidad, la que no quiere vivir
un contacto inmediato con el suelo. Gran encarcelada, encorsetada ni asfixiada,
parte de nuestro tiempo los llevamos ocul- puede hacerse a través del cuerpo.
tos, vencida la inicial resistencia, bien pa-
tente en el rechazo que vemos en los niños Una propuesta
pequeños a aceptar las primeras botitas. de trabajo corporal
Hemos olvidado que los pies son básicos La anti-gimnasia nació en Francia, en
para nuestra forma de avanzar por la vida. la década de los setenta, de la mano de la
Sutilmente, pero con contundencia, el kinesioterapeuta Thérèse Bertherat.
cuerpo almacena infinidad de informa- En un entorno en el que el culto al cuer-
ciones que van moldeando la globalidad po vivía un gran apogeo, en el que espe-
de la estructura de la persona. El cuerpo cialmente las mujeres se entregaban a
recoge con especial predilección todas unas disciplinas más o menos feroces pa-
aquellas emociones y reacciones que ra domesticar el cuerpo, doblegarlo,
nuestra conciencia rechaza o reprime. moldearlo, Bertherat acuñó esa palabra

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Antigimnasia Thérèse Bertherat

La sesión de anti-gimnasia Thérèse Bertherat


La anti-gimnasia Th. B. se practica en grupos
reducidos, en sesiones de una hora y media de
duración. Son tan importantes los movimien-
tos ejecutados como la reflexión, la expresión
de palabras, sensaciones y emociones.
La sesión se inicia con un trabajo que requiere
una situación física bien concreta, que impli-
ca la integridad anatómica y requiere toda la
amplitud de la musculatura. Suele ser una po-
sición que normalmente es evitada. Pero, al
pedirle al cuerpo que la mantenga, éste se
tuerce, se deforma. Y no porque los músculos
carezcan de fuerza, como se suele decir, si no
porque, al contrario, tienen bloqueadas zonas
por exceso de fuerza. Cuando un bloque
muscular potente consigue doblegar a la per-
sona, le corta el aliento, prohibe la obediencia
a las órdenes enviadas por el cerebro, esta
prohibición no se puede ignorar.
La sesión continúa estableciendo contacto
con los nudos musculares responsables del
impedimento experimentado. Lentamente,
paso a paso, fibra a fibra, empieza el proceso
de desenredar la maraña compleja de la pro-
pia musculatura.

bles. Necesitarán zapatos más anchos,


pisarán con mayor firmeza, respirarán
nuevos aires de libertad... que se conta-
giarán al resto del cuerpo, a la globalidad
para definir el contraste que suponía Pero no nos engañemos: deshacer los de la persona, que se ubicará también
frente a la moda imperante su propuesta entuertos, rehacer el camino, no es una con mayor firmeza y confianza.
de trabajo corporal. (Aunque más ade- tarea inocente o superficial. Conectar con Una nuca contraída puede tener que
lante ella misma reconoció que ese nom- nuestras corazas corporales desata a ve- atravesar el pánico antes de aflojar el pa-
bre era limitado, éste ya había cogido vi- ces procesos que se viven como conflicto. quete invisible al que se agarra con fuer-
da propia, y así se ha quedado.) Por ejemplo, unos dedos de los pies za. Pero soltar la máscara tras la cual nos
retorcidos, contraídos, no soltarán ale- agazapamos nos permite avanzar hacia
Liberarse de la programación gremente todo su agarrotamiento sin algo valioso: la propia autenticidad.
corporal con la anti-gimnasia más, de un día para otro. Necesitarán pa-
La anti-gimnasia Thérèse Bertherat ciencia y dedicación para permitir que se Armonizar nuestro cuerpo
plantea una aventura íntima y personal, aflojen, que se desorienten antes de reo- con pequeños movimientos
un recorrido para liberarse de la progra- rientarse, para aceptar que se descristali- La anti-gimnasia Thérèse Bertherat no
mación almacenada en el cuerpo en aras cen dolores anclados. plantea una serie de ejercicios para ser
de un mayor bienestar. Propone un sen- Lentamente se atreverán a investigar repetidos una y otra vez. Propone al
dero en el que encontraremos las llaves una expansión, un mayor contacto con cuerpo unos pequeños movimientos
de acceso al propio cuerpo, llaves que el suelo. Poco a poco, estimulados por precisos que lo preparan para vivir y sen-
nos permitirán tomar posesión de él los primeros logros perceptibles de bie- tir plenamente y movilizar la muscula-
conscientemente, habitarlo, recuperar nestar, se afirmarán progresivamente, y tura sin que las compensaciones habi-
vitalidad, salud y armonía. al cabo de un tiempo serán irreconoci- tuales puedan intervenir.

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El cuerpo en el cerebro mo natural. Te descubrirás desde el


interior, puesto que los pequeños
Nuestro cerebro se hace una representación que nuestro córtex movimientos propuestos no te da-
de nuestro cuerpo como un pequeño percibe una ima- rán un modelo a seguir, sino que só-
monstruo provisto de una gran mandíbula, gen corporal un lo abrirán un proceso de experi-
de una lengua gruesa, de labios, párpados, tanto caótica. La mentación individual. No te verás
glóbulos oculares, un buen cacho de frente, antigimnasia se empujado a hacer repeticiones me-
un tramo de cuello, un pulgar gigante y plantea mejorar cánicas, sino a centrarte en tu per-
cuatro dedos, un pequeño busto. el mapa para que cepción presente. Aprenderás un
Así es como nuestro cerebro nos represen- las zonas ignora- montón de cosas sobre ti mismo a
ta. Estudios fisiológicos han permitido trazar das se dibujen en través de la información que extrae-
una cartografía de las zonas del córtex, la nuestro cerebro de for- rás de tus propias sensaciones.
corteza de nuestro cerebro. En nuestro ló- ma que nuestro cuerpo Sin embargo, la toma de conscien-
bulo parietal, se encuentran representadas recupere su verdadera di- cia de las tensiones propias es cierta-
todas las partes de nuestro cuerpo que po- mensión, su verdadero te- mente un primer paso hacia el bie-
demos percibir conscientemente. Parece rritorio. nestar, pero no la conexión
inmediata con el confort que vendrá
a posteriori, a través de un proceso
Trabajar el cuerpo fragmentadamente “A través del cuerpo, más o menos largo, o penoso.
nos corta de nuestra unidad. Una activi- Así que nunca es demasiado tarde para
el ser en su totalidad
dad mecánica repetitiva ejercita, según ofrecer al cuerpo un alto en el camino.
Bertherat, la obstinación y el embruteci- aprende que evolucionar Además, el cuerpo es muy agradecido y
miento. En cambio, el movimiento glo- no significa otra cosa cualquier gesto a su favor genera una re-
bal nos revela a nosotros mismos si to- que ir de comienzo compensa. Recuperar la precisión de mo-
mamos consciencia de la forma en que lo en comienzo” vimiento, el gesto pleno, renovará la sen-
hacemos. Asimismo, armoniza el con- sación de libertad corporal que permitirá
junto de nuestro volumen. vivir más libremente. Hacerse cargo del
Th. Bertherat
Uno de los conceptos que se desmoro- cuerpo es hacerse cargo de sí mismo.
nan al acercarse a la comprensión del Existen en la actualidad asociaciones
cuerpo bajo la óptica de la anti-gimnasia molestias físicas como en mejorar emo- de anti-gimnasia Thérèse Bertherat en Es-
Th. B. es, por ejemplo, el de la utilidad cionalmente: problemas de insomnio, paña, Francia, Italia y Brasil que garanti-
de los abdominales para tener un cuerpo digestivos o estreñimiento, alivio de dolo- zan la calidad de los practicantes.
“sin barriga”. Thérèse Bertherat ha califi- res musculares, reestructuración corpo-
cado de tigre el acortamiento muscular ral, aumento de la autoestima, afinación
que llevamos en nuestra espalda, debido de la percepción, de la sensibilidad... Son Más información
a fuertes tensiones ahí incrustadas. No es muchos los “efectos secundarios” que la Asociación española de Anti-gimnasia
el vientre fláccido el que necesita aten- continuidad de esa actividad conlleva. Thérèse Bertherat
ción, sino que hay que centrarse en rela- En la medida en que las propuestas Catherine Victor
jar las contracciones de la espalda. Una que se le hacen al cuerpo le movilizan C/ Jorge Juan 50, 5º, 28001 Madrid.
vez se hayan soltado, el vientre se apla- ante nuevos retos y nuevas percepciones, Tel. 91 401 86 47
nará de forma natural. despierta y mejora el sistema de conexio- Información en la red:
Existe una interdependencia entre nes nerviosas entre cerebro y músculos, www. antigimnasia.com
las cadenas musculares. Movilizar los repercutiendo en un aumento de la capa-
músculos que hemos dejado de lado de- cidad intelectual. Se rompen automatis- Bibliografía
bido a la sobreactuación de otros, genera- mos, se recobra eficacia y espontaneidad. Thérèse Bertherat,
da por nuestras vivencias y mecanismos No hay edad para la anti-gimnasia Th. -El cuerpo tiene sus razones, Editorial Paidós.
-Las estaciones del cuerpo, Editorial Paidós.
de protección, repercute globalmente. B. Sólo hay que tener ganas –o necesi-
- La guarida del tigre, Editorial Paidós.
La anti-gimnasia Th. B. es, pues, una dad– de desembarazarse de las coaccio-
-Con el consentimiento del cuerpo, Edito-
pedagogía particular que se incorpora a nes que han sembrado de trampas la vida rial Paidós.
través de la experimentación de las pro- interior y el comportamiento corporal. -El correo del cuerpo, Ediciones Hogar del
puestas corporales. No es una terapia, pe- Con la anti-gimnasia Th. B., recupera- Libro.
ro su práctica repercute tanto en aliviar rás el hábito natural de respirar, tu rit-

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