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¿OTRA INVASIÓN BIOLÓGICA EN TRASLASIERRA?

Para quienes aún piensen en Traslasierra como un lugar donde predomina la naturaleza
“virgen”, sería importante conocer algo sobre las invasiones biológicas ya en curso o en riesgo
de producirse en la región. Tomar conciencia del peligro que significa este fenómeno para la
biodiversidad -y subsecuentemente para el equilibrio ambiental y para todas las actividades
humanas- es primordial, ya que, como es habitual, el hombre es su principal causante.

¿Qué es una invasión biológica?


A nivel mundial, las invasiones biológicas representan una de las principales amenazas a la
conservación de los recursos naturales.
Es importante aclarar aquí el concepto de especie exótica. Aunque es común que las
especies cambien su distribución, este proceso es muy lento al darse naturalmente y es en
general imperceptible para el hombre. Pero cuando son producidas por el ser humano, las
modificaciones en la distribución de los organismos pueden ser muy rápidas y dramáticas.
Actualmente, el comercio y el transporte de pasajeros son los principales responsables de la
introducción de especies ajenas a un ecosistema. A estas especies se las denomina exóticas. El
gran desarrollo de esas actividades en los últimos 200 años resultó en una tasa de introducción
de especies que supera cualquier proceso natural, por lo que casi ningún área en el mundo
está hoy libre de especies exóticas
Cuando una especie exótica animal o vegetal comienza a ser muy abundante y logra
reproducirse y expandirse en el lugar donde fue introducida sin la ayuda del hombre, pasa a
ser una especie invasora. Estas especies son de gran importancia ecológica, pero también
económica y sanitaria, ya que debido a su gran abundancia pueden potencialmente alterar
todos los procesos del ecosistema invadido. Ejemplos conocidos de especies exóticas invasoras
son las ratas domésticas y el sorgo de Alepo.
No todas las especies exóticas logran establecerse y reproducirse sin el cuidado del hombre, y
se sabe que hay ciertas condiciones que favorecen su expansión y que existen algunas
características en esas especies que las torna invasoras.
En general, las especies invasoras son de crecimiento rápido, reproducción a edad temprana y
amplia capacidad de dispersión. Sin embargo, hay excepciones que muchas veces dificultan la
detección de posibles especies invasoras, debido a que las características ventajosas de una
especie exótica dependen también del ambiente en el cual haya sido introducida.
Los problemas que estas especies invasoras pueden ocasionar son numerosos y adquieren
cada vez mayor importancia. Desde el punto de vista biológico, pueden competir y desplazar a
las especies nativas (autóctonas), cambiar completamente la fisonomía de un ecosistema, o
también desencadenar efectos importantes sobre la fertilidad del suelo, la disponibilidad de
agua, la frecuencia de los incendios y la intensidad de erosión.
Económicamente, las invasiones biológicas pueden generar pérdidas en cosechas o menores
rendimientos en la pesquería y ganadería. Las malezas exóticas que se tornan invasoras de
cultivos producen una pérdida de unos 27 mil millones de dólares al año en la agricultura
norteamericana; y, en conjunto, las especies invasoras (plantas, animales y microorganismos)
generan pérdidas estimadas en 138 mil millones de dólares al año, sólo en Estados Unidos.
Por otro lado, controlar y erradicar una especie invasora de un sistema natural puede ser una
tarea difícil e insumir mucho dinero.
Otro problema producido por especies invasoras es la transformación del paisaje natural de
una región, con disminución del valor para el turismo y el impacto económico que ello implica.
(Condensado y modificado de: Giorgis et
al, 2006. Las invasiones biológicas y su
problemática ambiental. Manual para
docentes)

En Traslasierra
En las Sierras Grandes y el valle de Traslasierra, la invasión por especies exóticas aún no es tan
evidente como en otras regiones de Córdoba (Sierras Chicas, Calamuchita), tal vez debido a
diferencias de clima, precipitaciones, urbanización y en el uso de la tierra. Sin embargo, esas
condiciones están cambiando rápidamente, en especial por el aumento de la población, que
trae aparejado ocupación y modificación drástica de espacios naturales, introducción de
especies exóticas (animales para mascota o producción, y vegetales para jardines, parques,
calles y plazas o producción).
Algunas especies que ya pueden ser consideradas invasoras en la zona serrana de Traslasierra
son los distintos tipos de Crataegus (Pyracantha spp.), la acacia negra, en algunas áreas el
siempreverde (Ligustrum lucidum), la zarzamora (Rubus ulmifolius) y varias especies de pino
(Pinus spp.), todas plantas exóticas cuya abundancia y área de distribución aumenta
constantemente, especialmente a lo largo de cursos de agua y caminos. También la morera, el
paraíso (Melia azederach), la rosa mosqueta (Rosa rubiginosa) y hasta el olivo son posibles
invasoras que ya se encuentran bastante extendidas en nuestra zona, y logran reproducirse y
expandirse sin ayuda del hombre.
Entre los animales, los exóticos invasores más comunes son la liebre (Lepus europaeous), las
especies de rata doméstica (Rattus rattus y R. norvegicus) en las ciudades y en los ríos y
arroyos serranos algunos salmónidos, como la trucha “arcoiris” (Salmo gairdneri) y la trucha
“de arroyo” (Salvelinus fontinalis).

Finalmente y en referencia al título de esta nota, existe un caso probable de invasión detectado
hace poco en el sector del río De los Sauces que va desde el dique nivelador (Boca del río)
hasta el balneario “Centro” de Villa Dolores. Se trata de un anfibio exótico, la rana toro (Rana
catesbeiana), introducida hace ya tiempo en el país para producción comercial de su carne en
criaderos, por su gran tamaño, rápido crecimiento y buena adaptabilidad a distintos ambientes.
En general mal diseñados y manejados, con conocimiento estrecho del ciclo biológico y de las
características de la especie, con nulos conceptos de ecología, y también faltos de controles
oficiales, esos criaderos fueron responsables de la introducción involuntaria de esta especie en
distintos ecosistemas, siempre al este de las Sierras Grandes, ya que hasta el momento no se
registra esa actividad de este lado del cordón montañoso.
Sin embargo, en los últimos meses se han hallado gran cantidad de ejemplares de rana toro en
diferentes fases de su ciclo (larvas, juveniles y adultos) a lo largo del río De los Sauces, en el
sector nombrado. Entre quienes conocen y se preocupan en la región por las consecuencias del
fenómeno de las invasiones biológicas, las sospechas sobre el origen de la introducción
recayeron pronto en la estación de piscicultura de Boca del río, ya que, por un lado los
primeros avistajes fueron en cercanías de ese lugar y, por otro la estación tendría las
instalaciones básicas necesarias para que alguien pensara en un criadero. Aparentemente, el
desconocimiento y la negligencia en el manejo de especies exóticas han sido, otra vez, los
causantes de una incipiente pero casi segura invasión.
Pasados tal vez cuatro o cinco años desde la introducción en la zona, hoy se puede escuchar el
“mugido” característico de esta especie a cualquier hora del día reemplazando al sonido de
algunos anfibios autóctonos, cuya área de distribución disminuye rápidamente debido a causas
que ya operan hace muchos años, como la modificación de su hábitat y la contaminación de
todo tipo, y a las que ahora se sumarían la competencia, posibles enfermedades y la predación,
además de consecuencias indirectas impredecibles. Por ejemplo, la especie invasora puede
resultar fuente de comida adicional para predadores nativos, y estos cambiar su dieta o
aumentar su número en respuesta al nuevo alimento, y en consecuencia ejercer más presión
sobre presas nativas escasas. También es conocido que algunos anfibios invasores pueden
provocar desaparición a nivel localizado de especies nativas sensibles.

Aunque aún no parezca representar un problema grave, este y los demás procesos de invasión
biológica descriptos deberían ser tomados seriamente en cuenta por las autoridades y por cada
uno de nosotros. Reconocer las especies invasoras y su posible impacto, asesorarse para tomar
las medidas de control que puedan aplicarse, no esperar hasta que el problema esté ya
instalado, es de mucha importancia. La ignorancia y la indiferencia son los mayores aliados de
estos enemigos silenciosos.
Lo que está en juego es nada menos que la biodiversidad de la región o, en otras palabras, la
salud de la Naturaleza de Traslasierra, esa que nos enorgullece y queremos ofrecer a los
visitantes.

Biól. Gerardo Coria


soyger05@yahoo.com.ar

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