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ANA BELÉ N FERNÁ NDEZ

“Inmigració n en las
aulas. Percepciones
prejuiciosas de los
docentes”
Sociedad, Familia y Educació n.

Elena García Núñez

74517545-Y

Curso 2010/2011
“Inmigración en las aulas. Percepciones prejuiciosas de los docentes”. (Mónica Ortiz Cobo)

Índice:

1. Introducción………………………………………………………………2
2. Inmigración en las aulas…………………………………………………...2
3. Reconocimiento de la diversidad……………………………………….....3
4. Conclusiones……………………………………………………………....5
5. Opinión personal………………………………………………………..…6
6. Bibliografía………………………………………………………………..7
7.

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“Inmigración en las aulas. Percepciones prejuiciosas de los docentes”. (Mónica Ortiz Cobo)

Introducción:

La política educativa ha abordado la incorporación de un grado más de diversidad


introducido por la presencia del alumnado inmigrante, esto ha generado iniciativas dirigidas
a crear nuevos recursos de intervención específica con dicho alumnado, como podrían ser las
aulas temporales de adaptación lingüística o los mediadores interculturales. En la provincia
de Almería se ha investigado acerca de las percepciones de los tutores sobre el alumnado
extranjero; y con ese trabajo se pretenden resaltar todas aquellas ideologías prejuiciosas que
están influyendo en el contexto escolar y en las relaciones y procesos de enseñanza-
aprendizaje que tienen lugar en él.

La provincia de Almería ha constituido un espacio enclave para el estudio del fenómeno


migratorio relacionado con el contexto escolar, ya que se ha convertido en un “laboratorio”
de nuevos recursos creados para la atención del alumnado inmigrante.

Inmigración en las aulas:

La presencia del alumnado inmigrante y su gestión educativa se manifiesta en el discurso de


los tutores y directores entrevistados como uno de los principales problemas que presenta el
sistema educativo de la provincia almeriense; ya que se habla de clases con gran
heterogeneidad y de mezcla de niveles de currículo. Otro problema añadido además de estos
es que la comunidad inmigrante se va incorporando durante todo el curso,
independientemente de que éste esté ya muy avanzado; y esto en ocasiones puede dificultar
la evaluación que el docente pueda hacer al finalizar el curso.

Los docentes almerienses, como refleja este estudio, también manifiestan que existe
masificación en los centros y una ratio demasiado elevada, sumada a la falta de recursos
humanos y materiales. Conjuntamente se hace referencia a la indisciplina y la falta de
respeto, sin olvidar la promoción automática introducida en el marco de la LOGSE (1990) y
por consiguiente el retroceso en el sistema y medida perjudicial para el proceso de
enseñanza-aprendizaje, según ellos.

Para el docente, la incorporación del colectivo inmigrante ha supuesto ante todo más trabajo
y esfuerzo, en ocasiones, preocupación, frustración y angustia por la imposible

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“Inmigración en las aulas. Percepciones prejuiciosas de los docentes”. (Mónica Ortiz Cobo)

comunicación, en otras un problema y rara vez enriquecimiento, riqueza cultural, reciclaje o


formación.

En la práctica escolar se percibe esa angustia experimentada por el profesorado a la que se


suma el descontento y la presión por parte de los padres de los alumnos naturales de la zona.
Los profesionales de la educación son conscientes de que el alumnado inmigrante presenta
ciertas necesidades cuya respuesta requiere más dedicación docente; a pesar de ello, se
consideran imposibilitados para este fin, puesto que los padres autóctonos reclamarían el
“abandono académico” de sus hijos. Estas manifestaciones dejan ver ciertos prejuicios en los
padres y madres almerienses respecto a la presencia de alumnado inmigrante extranjero que
según ellos resta calidad al sistema educativo de Almería.

Para el resto de compañeros la incorporación del alumnado inmigrante profesa cambios


favorables, como los que tienen que ver con el desarrollo de actitudes positivas ante la
diversidad étnico-cultural.
Según los docentes, la incorporación al sistema educativo de estos alumnos supone para los
alumnos naturales una reducción en la atención que se les presta, un descenso de su
rendimiento, una ralentización o un retraso en su trabajo, o por otra parte, una convivencia y
conocimiento de otras culturas.

Reconocimiento de la diversidad.

El término “integración” es utilizado habitualmente para referirse a una situación ideal en la


que se debe encontrar toda persona en general. Para los docentes almerienses, la integración
de los alumnos inmigrantes es satisfactoria en un 61%, no lo es para un 7% y lo es según su
procedencia para el 32%. La conclusión que se extrae del estudio es que cabría preguntarse
qué integración es a la que se refiere el docente; es decir, si hace referencia al aspecto más
afectivo-relacional, al aspecto curricular, o a ambos.
Algunas de las explicaciones dadas a la mala relación entre el alumnado inmigrante
extranjero y el natural es que les cuesta adaptarse y tienden a estar con los de su misma
etnia, o que hay poca relación y no se integran. Podemos entender que para el docente, las
causas de la mala relación “están en ellos mismos”, en “sus problemas” y en “sus formas”;
como si se tratase de una tendencia natural.

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“Inmigración en las aulas. Percepciones prejuiciosas de los docentes”. (Mónica Ortiz Cobo)

El estudio refleja claramente que existen varios estereotipos tales como inmigrantes=
“delincuentes”, “ladrones” y “asesinos” y se habla también de “invasión de nuestro
territorio” y de miedo hacia posibles actos vandálicos, muy asociados a este colectivo.

A menudo, la percepción por parte de los profesores de educación primaria de que no existe
racismo en las aulas ni en los patios lleva a que no se considere necesario el trabajo en clase
sobre este tema, al menos preventivamente. Es frecuente encontrar un profesor “defensivo”,
cuya postura es la negación de racismo en la escuela. La escasa formación para abordar el
tema desde un punto de vista didáctico y metodológico, y las presiones de los propios
docentes por cumplir con una programación en la que priman los contenidos de tipo
conceptual por encima de los de tipo actitudinal.

Existen factores que dificultan la integración y factores que la favorecerían.


Los profesionales de la educación suelen apuntar varios factores que dificultan el proceso de
integración de los alumnos inmigrantes; en primer lugar el desconocimiento de la lengua y
en segundo lugar, las costumbres, los valores, las diferencias culturales (CULTURA).
El docente, en una primera aproximación a las dificultades de integración, plantea una
graduación de las dificultades según la procedencia. Suele ser frecuente la comparación
entre el desarrollo y el subdesarrollo, la civilización y la barbarie (Morgan, 1971),
enfrentando formas contrapuestas de vida; también es común que la adscripción a un
territorio lleve a inferir una serie de características de personalidad comunes a todas las
personas del mismo origen.

En el estudio se comprueba que a los marroquíes o “moros” se les define como los más
conflictivos, a los negros como callados y tímidos y a los sudamericanos como “pícaros”.
Pero todos ellos con características comunes como la vaguería y la torpeza.
En el caso de los alumnos marroquíes, los peor valorados, la religión es uno de los factores
que, según los docentes, dificultan la integración.

En general, las diversas causas de la “no integración” del alumnado inmigrante,


independientemente de la nacionalidad que sea, residen para el profesorado en el propio
alumnado. En el proceso de integración, se desestima el papel que los propios alumnos
naturales y el profesorado pueden estar desempeñando.
Por último, se ha observado que las características externas aparecen como definitivas en las
relaciones que el alumno pueda establecer con sus compañeros en términos de normalidad.
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“Inmigración en las aulas. Percepciones prejuiciosas de los docentes”. (Mónica Ortiz Cobo)

Conclusiones:

En el ámbito escolar, el aumento de alumnado inmigrante extranjero está siendo percibido


como una amenaza y como uno de los principales problemas del sistema educativo de la
provincia de Almería.

Contrariamente, el docente es capaz de establecer una graduación en la “facilidad de


integración” de los diversos colectivos de alumnado inmigrante extranjero, y señala una
serie de factores que dificultan este proceso. Dichos factores aluden a las características de
personalidad e inteligencia, que se identifican como “rasgos propios de la cultura de estos
niños”.

Los evidenciados datos de fracaso y abandono escolar del colectivo inmigrante en la etapa
de secundaria estarían justificados (según los docentes de la provincia de Almería), no por la
falta de dispositivos educativos del país de acogida, sino por la propia procedencia del
alumno inmigrante. Podemos ver cómo el profesorado pone de manifiesto una fuerte forma
de pensamiento esencialista, que afirma que la “cultura” es algo que la gente “tiene” y que
“algunos tienen mejor que otros” (Pettmann, 1992). El esencialismo de cualquier clase
refuerza los estereotipos y las suposiciones del carácter inherente de las diferencias entre
grupos. Se ha comprobado que el “color” está presente en la vida y en las relaciones del
centro, tanto para el profesorado como para el alumnado; y que las diferencias culturales sí
son reconocidas como un obstáculo para la exitosa transición de un contexto cultural a otro.

La propuesta de “no ver el color” aparentemente contiene para el docente un discurso más
integrador, no discriminatorio y prejuicioso. Por ello observamos que los resultados sobre
una supuesta “racionalidad” (Rizvi, 1993), en la que se acomodan simultáneamente un
rechazo a ser prejuicioso y unas representaciones racializadas y cargadas de connotaciones
negativas sobre determinados colectivos de inmigrantes extranjeros.
La no manifestación de una conducta o de un discurso racista en el aula no puede llevarnos a
pensar que no existe racismo si luego observamos actitudes contrarias en los recreos o fuera
de clase (Dubet y Martuccelli, 1996).
Pienso personalmente que sí que hay que reconsiderar si las estrategias son eficaces
realmente o si el discurso aparentemente antirracista es una respuesta a la represión de la
propia escuela.

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“Inmigración en las aulas. Percepciones prejuiciosas de los docentes”. (Mónica Ortiz Cobo)

Opinión Personal:

En cuanto a este tema opino que hay una gran diferencia entre lo que se debe pensar o hacer
y lo que se piensa o se hace. Quiero decir, cuando a un alumno adolescente le sientas al lado
a un nuevo compañero inmigrante es muy probable que sienta rechazo hacia él, pero muy
probablemente sea por miedo, inseguridad, prejuicio, desconocimiento; en definitiva, por
ignorancia. Bajo mi punto de vista, la ignorancia es el peor de los defectos que alguien
puede ostentar. No estamos mentalizados de que todos somos iguales, no sabemos lo que
significa tener a una persona de diferente cultura al lado; eso podría ser una gran fuente de
conocimientos, de cultura general, de enriquecimiento personal. Seguimos pensando que se
baja el nivel en la docencia cuando en una clase se encuentran varios de estos alumnos
extranjeros, pero para ello existe la atención a la diversidad; sobre todo la enseñanza es
aprender a convivir, y para convivir hay que aprender a socializarse, ser tolerante,
participativo, positivo y no tener tantos prejuicios.
Hay que empezar a dejar de asociar inmigrante a delincuente y aprender a conocer a las
personas, porque ni todos los de “aquí” son tan buenos, ni todos los de “fuera” son tan
malos.

El papel que la familia ejecuta exponiendo ideas no prejuiciosas sobre el colectivo


inmigrante es determinante a la hora de desarrollar una mayor tolerancia por parte de los
niños o adolescentes. Es muy importante mantener un discurso no racista. Comentarles que
históricamente los españoles también tuvieron que salir de España para encontrar trabajo y
poder mantener a sus familias puede lograr una mayor comprensión de la situación que
ahora atraviesa ese colectivo.

Para terminar, sólo mencionar que lo que en este estudio se ve reflejado, es bajo mi opinión,
lo que está aconteciendo en todos los institutos españoles. Existe el racismo en las aulas
españolas, aunque disimulado en ocasiones.

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“Inmigración en las aulas. Percepciones prejuiciosas de los docentes”. (Mónica Ortiz Cobo)

Bibliografía:
BILLIG, M. (1988). «Prejudice and tolerance». En: BILLIG, M.; CONDOR, S.;
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