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“Inmigració n en las
aulas. Percepciones
prejuiciosas de los
docentes”
Sociedad, Familia y Educació n.
74517545-Y
Curso 2010/2011
“Inmigración en las aulas. Percepciones prejuiciosas de los docentes”. (Mónica Ortiz Cobo)
Índice:
1. Introducción………………………………………………………………2
2. Inmigración en las aulas…………………………………………………...2
3. Reconocimiento de la diversidad……………………………………….....3
4. Conclusiones……………………………………………………………....5
5. Opinión personal………………………………………………………..…6
6. Bibliografía………………………………………………………………..7
7.
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“Inmigración en las aulas. Percepciones prejuiciosas de los docentes”. (Mónica Ortiz Cobo)
Introducción:
Los docentes almerienses, como refleja este estudio, también manifiestan que existe
masificación en los centros y una ratio demasiado elevada, sumada a la falta de recursos
humanos y materiales. Conjuntamente se hace referencia a la indisciplina y la falta de
respeto, sin olvidar la promoción automática introducida en el marco de la LOGSE (1990) y
por consiguiente el retroceso en el sistema y medida perjudicial para el proceso de
enseñanza-aprendizaje, según ellos.
Para el docente, la incorporación del colectivo inmigrante ha supuesto ante todo más trabajo
y esfuerzo, en ocasiones, preocupación, frustración y angustia por la imposible
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“Inmigración en las aulas. Percepciones prejuiciosas de los docentes”. (Mónica Ortiz Cobo)
Reconocimiento de la diversidad.
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“Inmigración en las aulas. Percepciones prejuiciosas de los docentes”. (Mónica Ortiz Cobo)
El estudio refleja claramente que existen varios estereotipos tales como inmigrantes=
“delincuentes”, “ladrones” y “asesinos” y se habla también de “invasión de nuestro
territorio” y de miedo hacia posibles actos vandálicos, muy asociados a este colectivo.
A menudo, la percepción por parte de los profesores de educación primaria de que no existe
racismo en las aulas ni en los patios lleva a que no se considere necesario el trabajo en clase
sobre este tema, al menos preventivamente. Es frecuente encontrar un profesor “defensivo”,
cuya postura es la negación de racismo en la escuela. La escasa formación para abordar el
tema desde un punto de vista didáctico y metodológico, y las presiones de los propios
docentes por cumplir con una programación en la que priman los contenidos de tipo
conceptual por encima de los de tipo actitudinal.
En el estudio se comprueba que a los marroquíes o “moros” se les define como los más
conflictivos, a los negros como callados y tímidos y a los sudamericanos como “pícaros”.
Pero todos ellos con características comunes como la vaguería y la torpeza.
En el caso de los alumnos marroquíes, los peor valorados, la religión es uno de los factores
que, según los docentes, dificultan la integración.
Conclusiones:
Los evidenciados datos de fracaso y abandono escolar del colectivo inmigrante en la etapa
de secundaria estarían justificados (según los docentes de la provincia de Almería), no por la
falta de dispositivos educativos del país de acogida, sino por la propia procedencia del
alumno inmigrante. Podemos ver cómo el profesorado pone de manifiesto una fuerte forma
de pensamiento esencialista, que afirma que la “cultura” es algo que la gente “tiene” y que
“algunos tienen mejor que otros” (Pettmann, 1992). El esencialismo de cualquier clase
refuerza los estereotipos y las suposiciones del carácter inherente de las diferencias entre
grupos. Se ha comprobado que el “color” está presente en la vida y en las relaciones del
centro, tanto para el profesorado como para el alumnado; y que las diferencias culturales sí
son reconocidas como un obstáculo para la exitosa transición de un contexto cultural a otro.
La propuesta de “no ver el color” aparentemente contiene para el docente un discurso más
integrador, no discriminatorio y prejuicioso. Por ello observamos que los resultados sobre
una supuesta “racionalidad” (Rizvi, 1993), en la que se acomodan simultáneamente un
rechazo a ser prejuicioso y unas representaciones racializadas y cargadas de connotaciones
negativas sobre determinados colectivos de inmigrantes extranjeros.
La no manifestación de una conducta o de un discurso racista en el aula no puede llevarnos a
pensar que no existe racismo si luego observamos actitudes contrarias en los recreos o fuera
de clase (Dubet y Martuccelli, 1996).
Pienso personalmente que sí que hay que reconsiderar si las estrategias son eficaces
realmente o si el discurso aparentemente antirracista es una respuesta a la represión de la
propia escuela.
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“Inmigración en las aulas. Percepciones prejuiciosas de los docentes”. (Mónica Ortiz Cobo)
Opinión Personal:
En cuanto a este tema opino que hay una gran diferencia entre lo que se debe pensar o hacer
y lo que se piensa o se hace. Quiero decir, cuando a un alumno adolescente le sientas al lado
a un nuevo compañero inmigrante es muy probable que sienta rechazo hacia él, pero muy
probablemente sea por miedo, inseguridad, prejuicio, desconocimiento; en definitiva, por
ignorancia. Bajo mi punto de vista, la ignorancia es el peor de los defectos que alguien
puede ostentar. No estamos mentalizados de que todos somos iguales, no sabemos lo que
significa tener a una persona de diferente cultura al lado; eso podría ser una gran fuente de
conocimientos, de cultura general, de enriquecimiento personal. Seguimos pensando que se
baja el nivel en la docencia cuando en una clase se encuentran varios de estos alumnos
extranjeros, pero para ello existe la atención a la diversidad; sobre todo la enseñanza es
aprender a convivir, y para convivir hay que aprender a socializarse, ser tolerante,
participativo, positivo y no tener tantos prejuicios.
Hay que empezar a dejar de asociar inmigrante a delincuente y aprender a conocer a las
personas, porque ni todos los de “aquí” son tan buenos, ni todos los de “fuera” son tan
malos.
Para terminar, sólo mencionar que lo que en este estudio se ve reflejado, es bajo mi opinión,
lo que está aconteciendo en todos los institutos españoles. Existe el racismo en las aulas
españolas, aunque disimulado en ocasiones.
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“Inmigración en las aulas. Percepciones prejuiciosas de los docentes”. (Mónica Ortiz Cobo)
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