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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL

“FRANCISCO DE MIRANDA”

METODOS CUALITATIVOS EN LA INVESTIGACION

La investigación en educación en ciencias está entendida como la


producción de conocimientos resultante de la búsqueda de respuestas
a preguntas sobre enseñanza, aprendizaje, currículum y contexto
educativo en ciencias, así como sobre el profesorado de ciencias y su
formación permanente, dentro de un cuadro epistemológico, teórico y
metodológico consistente y coherente. Sin embargo, dicho texto se
ocupará sólo del dominio metodológico de esa investigación y en ese
dominio se enfocará particularmente la metodología cualitativa.

PARADIGMAS CLÁSICOS

Paradigma Cualitativo Paradigma Cuantitativo

Buscan la comprensión del fenómeno Procuran explicar causas de cambios en


social según la perspectiva de los hechos sociales, principalmente a través
actores a través de participación en sus de medición objetiva y análisis
vidas (Firestone, 87). Enfocan cuantitativo (Firestone, 87). Enfocan
significados y experiencias; acción en comportamientos de grupos o
vez de comportamiento. (Eisner, 81). individuos. (Eisner, 81). Buscan la
Procuran las explicaciones predicción y control de eventos,
interpretativas; heurísticas en vez de algoritmos, verdades, universales
algoritmos; universales concretas abstractos a los que se llega a través de
alcanzadas a través del estudio generalizaciones estadísticas de
detallado de un caso y de la muestras para poblaciones. (Erickson,
comparación con otros estudiados con
igual detalle. (Erickson, 86).
La investigación cualitativa es llamada también naturalista porque no
involucra manipulación de variables, ni tratamiento experimental (es
el estudio del fenómeno en su acontecer natural); fenomenológica
porque enfatiza los aspectos subjetivos del comportamiento humano,
el mundo del sujeto, sus experiencias cotidianas, sus interacciones
sociales y los significados que da a esas experiencias e interacciones;
interaccionista simbólica porque toma como presupuesto que la
experiencia humana es mediada por la interpretación, la cual no se
da de forma autónoma sino que en la medida que el individuo
interactúa con otro, es por medio de interacciones sociales es como
van siendo construidas las interpretaciones, los significados, la visión
de realidad del sujeto. (André, 1998, p. 17-18).

Marco epistemológico

El enfoque cualitativo de investigación es, por su propia naturaleza,


dialéctico y sistémico. Estos dos presupuestos, epistemológico y
ontológico, conviene hacerlos explícitos, en todo proyecto o desarrollo
de investigación, por medio de un breve "marco epistemológico",
para evitar los frecuentes malentendidos en los evaluadores de los
mismos. Este "marco" se apoyaría básicamente en las ideas
expuestas en obras anteriores nuestras (1997b, 1999a, 2004a). Una
epistemología de fondo es absolutamente necesaria, ya que es la que
le da sentido a la metodología y a las técnicas que se utilicen, como,
igualmente, a las reglas de interpretación que se usen. La teoría del
conocimiento o filosofía de la ciencia en que se apoya la metodología
cualitativa, rechaza el "modelo especular" (positivista), que considera
al sujeto conocedor como un espejo y esencialmente pasivo, al estilo
de una cámara fotográfica. Acepta, en cambio, el "modelo dialéctico",
considerando que el conocimiento es el resultado de una dialéctica
entre el sujeto (sus intereses, valores, creencias, etc.) y el objeto de
estudio. No existirían, por consiguiente, conocimientos estrictamente
"objetivos". El objeto, a su vez, especialmente en el área de las
ciencias humanas, es visto y evaluado (opción o supuesto ontológico)
por el alto nivel de complejidad estructural o sistémica, producida por
el conjunto de variables biopsicosociales que lo constituyen. En
general, se considera que toda realidad, desde el átomo hasta la
galaxia (von Bertalanffy, 1981), está configurada por sistemas de
muy alto nivel de complejidad, donde cada parte interactúa con todas
las demás y con "el todo" (p. 47). Estas dos ideas conceptualizadoras
(lo dialéctico y lo sistémico) cambiarán la mayoría de los conceptos
metodológicos que se apliquen. En efecto, la mayoría de los
evaluadores de proyectos o investigaciones cualitativos, suelen
hacerlo desde el marco epistemológico del "modelo especular"
(científico-positivista), razón por la cual la evaluación falla por la
base.
La etnografía

La etnografía es una metodología, una herramienta para estudiar y


comprender una cultura, la manera de vida de un grupo de personas,
es decir, sus ideas, creencias, valores y presupuestos, sus
comportamientos y las cosas que hacen. (Ogbu et al., 1988, p. 48).
En otras palabras, la etnografía es un intento de describir una cultura
(André, 1998, p. 19). La investigación etnográfica consta
esencialmente de una descripción de eventos que ocurren en el
cotidiano de la vida de un grupo con especial atención a las
estructuras sociales y conductas de individuos respecto a su status de
pertenencia o membresía al grupo, y una interpretación lo que
significa todo eso para la cultura del grupo. (Taft, 1988, p. 71). En la
etnografía el investigador participa, lo más que puede, de la vida
normal del grupo investigado, de la cultura investigada. La
investigación es conducida en el escenario natural de los eventos, en
el contexto en el cual ocurren los acontecimientos, a través de
observación participativa. Para llegar a una comprensión descriptiva
contextualizada de la cultura, el investigador tiene que meterse en
dicha cultura, aprender el “lenguaje nativo”, como dijo el célebre
antropólogo Malinowski, interactuar con los miembros de esa cultura,
desarrollar una comprensión empática de la vida de las personas tal
como ellas la perciben, así como una perspectiva holística del grupo.
Todo eso, por cierto, implica un largo “tiempo de residencia” en esa
cultura. Es decir, el investigador debe permanecer “inmerso” en la
cultura investigada durante un periodo de tiempo “suficientemente
grande” para, de acuerdo con Malinowski, contextualizar los datos en
un “account” holístico y coherente y describir “la vida tal como es
vivida” (Ogbu et al., 1988, p. 50). El investigador etnográfico tiene,
consecuentemente, un doble papel: participante y observador. Por un
lado, él tiene que envolverse con el grupo, “culturarse” a ello. Por
otro lado, debe ser capaz de observar, interpretar, discernir,
desarrollar perspectiva holística. Siendo al mismo tiempo
observadores y participantes, los investigadores etnográficos no son
desprendidos del fenómeno de interés; ellos influencian sus datos y
son influenciados por éstos en todas las etapas de observación,
interpretación y descripción (Taft, 1988, p. 72). La gran ventaja de
ser observador participante parece ser al mismo tiempo la principal
dificultad que debe enfrentar el investigador participante. Al mismo
tiempo que intenta “pertenecer” a la cultura investigada, él o ella
debe también ser capaz de “mirarla desde fuera”, interpretarla,
describirla.

La observación participativa es la principal técnica de investigación


etnográfica. Sin embargo, las entrevistas son también muy utilizadas.
Los datos generados por esas dos técnicas son frecuentemente
complementados por otros como documentos, narrativas, historias de
vida, artefactos, diagramas, producidos por en el grupo investigado.
En general, el investigador etnográfico busca recoger toda la
información que puede, no sólo a través de observación participativa
y entrevistas, para interpretarla inductivamente y construir una
realidad social que es su comprensión descriptiva contextualizada de
la cultura investigada. La metodología etnográfica es cualitativa y
holística, haciendo uso de la intuición, empatía y otras habilidades del
investigador para interpretar descriptivamente una cultura. Su interés
está en descubrir (en el sentido de construir una descripción
comprensiva contextualizada) y no en verificar. Sin embargo, eso no
implica no tener ninguna hipótesis o teoría inicial. El investigador
etnográfico no empieza un trabajo de campo “sin tener nada en la
cabeza”. Eso no existe. Él o ella siempre tendrán conocimientos
teóricos previos que de alguna manera van a orientar sus pasos
iniciales, pero no deben tener hipótesis y teorías que serán
verificadas o rechazadas en el estudio. Es decir, el investigador
etnográfico no debe tener ideas preconcebidas, tal como ha
recomendado Malinowski (apud Taft, 1988, p. 74).

Las hipótesis son formuladas recursivamente durante el proceso,


durante el desarrollo de la investigación. Gradualmente puede
emerger una base teórica para comprensión de los procesos grupales.
Esa base teórica es conocida como teoría fundamentada, es decir,
fundamentada en el propio proceso de investigación (ibid.), o
fundamentada en los datos. Dicha teoría que fue desarrollada de
manera inductiva probablemente generará hipótesis útiles para guiar,
inicialmente, nuevas observaciones participativas.

La estrategia. Propuestas metodológicas

La observación participante implica un arte (servir para ello, tener


cualidades personales) y una técnica (saber hacerlo). Partimos de la
necesidad de crear un clima entre el observador y el grupo que
permita la comunicación espontánea y auténtica, la presencia y la
participación en todas las facetas de la vida ordinaria y extraordinaria
del grupo, y desde este clima, recoger los datos. Para sintetizar la
descripción del procedimiento, propondré una serie de
recomendaciones prácticas que en su mayor parte están basadas en
la propia experiencia del autor, a la que añadiré las edificantes
enseñanzas que al iniciarme recibí del antropólogo Rafael Briones, así
como de las propuestas de los manuales de Taylor-Bogdan, Guasch,
Maestre y otros que cito ahora para no tener que hacerlo
reiteradamente a lo largo del texto.

La preparación del Campo


Llamaremos “campo” (reminiscencia de cuando las investigaciones se
realizaban en sociedades primitivas) o “escenario” al emplazamiento
donde el investigador se va a situar como observador, que puede ser
una comunidad (una aldea o pueblo, un barrio, un centro de salud, la
sala de un hospital, etc.) o un grupo (los ancianos de una residencia,
un colectivo profesional, los alumnos de un colegio, etc.). Esta etapa
preparatoria puede dilatarse en el tiempo, ya que entrar en el campo
requiere diligencia y paciencia, depende de la accesibilidad, del nivel
de conocimiento del campo y del grado de participación del
observador.

En este sentido hay que distinguir dos situaciones:


a) La del observador participante en su sentido clásico, en la que no
tiene por qué existir una relación o un conocimiento previo del
observador sobre el escenario. La mayoría de las recomendaciones
que siguen parten de este supuesto.
b) La del participante observador, que se da en escenarios con
participación profesional del investigador. En este caso el observador
tiene que aprender a situar su visión de la realidad en el mismo plano
que las demás posibles (cuanto más cercano se está a algo más difícil
es desarrollar la perspectiva crítica).
Los objetivos

En las investigaciones cualitativas se fijan unos objetivos a lograr:


Algunos son más bien, generales y otros específicos, pero todos
deben ser relevantes para las personas interesadas en la
investigación. A veces, es preferible fijar sólo objetivos generales y
determinar los 131 específicos durante la marcha, para no buscar
metas que quizá resulten triviales o imposibles. El objetivo puede ser
muy preciso, como por ejemplo, clarificar tal o cual fenómeno o área
problemática, aun cuando sus problemas específicos o dificultades
propias estén todavía muy enredados y sólo se puedan plantear o
formular expresamente cuando la investigación esté más adelantada.
Estos objetivos determinarán, en parte, las estrategias y
procedimientos metodológicos. No obstante, tampoco los objetivos
serán intocables. También aquí, al buscar objetivos relevantes, se
sigue el famoso principio de "Los tres príncipes de Serendip": "si
estás buscando una cosa buena y encuentras otra mejor, deja la
primera por la segunda".

La orientación metodológica cualitativa no suele partir del


planteamiento de un problema específico, sino de un área
problemática más amplia en la cual puede haber muchos problemas
entrelazados que no se vislumbrarán hasta que no haya sido
suficientemente avanzada la investigación. Por esto, en general, el
partir de un problema cierra el posible horizonte que tienen las
realidades complejas, como son las realidades humanas. Esto, de
ninguna manera quiere decir que, en un caso específico, no sea útil o
conveniente partir de un problema concreto, si eso es
particularmente lo que se desea investigar.

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