He de admitir que a pesar de tener una relación no muy
llevadera contigo me siento muy orgullosa de cómo te has manejado últimamente. Nunca antes me había motivado a escribirte una carta, pero creo que realmente la mereces; has encontrado la manera de ganarte mi respeto y orgullo.
Quiero que sepas que no importa cuánto discutamos, el amor
que siento por ti no hace más que aumentar, espero que con el paso del tiempo nuestra relación solo mejore hasta llegar al punto de la confianza total, en el que cuentes conmigo y que al revés también sea igual.
La verdad aunque no lo haga notar, representas parte
importante de mi; es ineludible admitir que somos similares, mi espíritu de libertad lo copie de ti y te lo agradezco sinceramente; te doy gracias por hacerme diferente a toda esa gente que más que personas parecen clones; gracias por dejarme tomar mis propias decisiones desde el inicio, lo creas o no valoro tu sacrificio y prometo nunca abandonarte, porque eres más que cualquier persona: ERES MI MADRE.
Sé que nací en esta familia porque tengo que aprender de ella
y la verdad me siento bendecida, aunque cada uno se encierre en su mundo, sé que cuando lo necesitamos nos volvemos UNO; tengo claro que al final del día lo único que tengo es mi familia y amigos, las relaciones que he construido y las que vinieron unidas a mí en el momento de mi nacimiento.
En el pasado no hacíamos más que chocar, y aunque eso no ha
cambiado del todo, se que hoy y mañana todo mejorará; tengo fe en que saldremos adelante y seremos un ejemplo a seguir, lo se porque estoy dispuesta a lo que sea con tal de que se vuelva realidad. Muchas veces me preocupo por ti, porque no se que haces cuando no estoy cerca, porque creo que esas malas mañas aun no te han abandonado, porque me asusta ver que nuestra familia se desmorone por exceso de libertad y falta de restricciones; confieso que he tenido mucha rabia guardada y quiero filtrarla y superarla porque un árbol no crece si sus raíces están enfermas.
Honestamente, me siento feliz, conforme con mi vida… Trato
hasta a los desconocidos como amigos; pero en esos días de reflexión, cuando miro hacia atrás y veo esas palabras sucias e hirientes que te he dicho me siento una mala persona, siento que aun no puedo dar el siguiente paso.
El principal mensaje de esta carta es que a pesar de esos
choques catastróficos entre tu y yo, esos pleitos, esa distancia (…) te amo y ansío ver el día en que podamos hablar sin discutir, en que la confianza supere la suspicacia, en que en lugar de querer ignorarte, quiera ayudarte.
Pero ten claro que es un trabajo que ambas debemos poner en
marcha, yo sola no puedo (créeme, lo he intentado), hay que aprender a tener más tacto, más paciencia; quiero que me preguntes como me siento, qué me gusta, cuál es mi filosofía de vida, mis metas, como veo el mundo… no quiero que cada vez que hablemos tengamos que alzar la voz y girar los ojos.
Si alguna vez he hecho o dicho algo que te haya lastimado
profundamente, con la misma profundidad te pido perdón, porque fueron palabras de enojo y carecen de valor; yo a ti te deseo todo lo positivo, mucha salud, paz, sabiduría, amor, plenitud, paciencia, entendimiento y felicidad. Además, eres mi madre y solo quiero que disfrutes tu vida, que tus enseñanzas se siembren en nosotros y cosechemos lo positivo, pero por favor procura mantener la compostura frente a los momentos difíciles.
Esos son mis deseos para ti, es lo que te has ganado.
TE AMO, FELIZ CUMPLEANOS Y FELIZ DÍA DE LAS MADRES! ♥