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L
lntroducción
Situación incial: o
I Uno de los miembros de la familia se aleja de la casa. Alejamien-
to: 0
il Recae sobte el protagonista una prohibición. Probibición: y
III Se transgrede la prohibición. Transgresiín: 6
N El agresor intenta obtener noticias. Intenogatorio: e
V E.l agresor recibe información sobre su víctima. Información: I Funciones
VI El agresor intenta engañar a su víctima para apodérarse de ella o
r4r4s en
de sus bienes. Engaño: 17
VT los cumtos
La víctima se deja enga,ñar y ayuda a su e nemigo a, su pesar. Com-
españoles
plicidad: 0
VIII El agresor daña a uno de los miemb¡os de la familia o le causa
perjuicios. Fecboúa: A
11II(a) Algo le falta a uno de los miembros de la familia; uno de los miem-
bros de la familia tiene ganas de poseer algo. Carencia: a Carmcia
x Se divulga la noticia de la fechoría o de la carencia, se dirigen al
héroe con una pregunta o una orden, se le llama o se le hace par-
rir. Mediación, nzonzenlo de transición: B
X El héroe buscador acepta o decide actuar. Pincipio de la acciín
contraia: C
El héroe se va de su casa. Partida: I
El héroe sufre una prueba, un cuestionario, un ataque, etc., que
La ausencia
le pteparan para la recepción de un objeto o de un auxiliar mági-
dc objeto mágico
co. Pimera funciín del donante: D
indica que esumos
XIII El héroe rdacciona ante las acciones del futuro donante. Reacción
en presencia
del béroe:'p dc un cuento
XW El objeto mágico pasa a disposición del héroe. Recepción delob-
semitnaraeilloso
jeto mágico: F
Cuentos al amor de la lumbre
t-
Introducción
oLas raíces Los elementos del cuento maravilloso, por consiguiente, de-
bistóricas del ben tener raíces históricas, conocidas o no por nosotros, en cos-
cuento> tumbres muy antiguas (tales como las de recluir a las princesas
casaderas). Muchas de estas cosrumbres adquirieron forma ri-
tual, sobre todo en torno a las ceremonias principales de la tri-
bu o del clan, como eran las de la iniciación del neófito en los
secretos de la comunidad, haciéndole creer que pasaba algún
tiempo en el reino de la muerte , del que emergía ya adulto,
y merced a grandes sacrificios personales; o como la ceremonia
de consagración a los dioses, donde muchas veces se ofrecía al-
guna parte del cuerpo del nino, como un trozo de dedo meñi-
que , lo que a su vez podía sustituir a la circuncisión.
Así, todos los elernentos de un cuento maravilloso
la tendencia antropológica- pueden ser explicados como -supone
for-
mas más o menos simbólicas de aquellas prácticas.
Interpretaciones A menudo lo simbólico de los cuentos maravillosos provoca
psicoanalíticas fuertes discusiones, en las que se suele apelar a las leyendas de
Ia antigüedad clásica para subrayar este o aquel otro sentido,
o, yendo más lejos, se piensa que estos cuentos recogen ya los
símbolos del inconsciente colectivo, formado con el mismo de-
venir de tales historias, e incluso que claramente representan
Ios complejos de Edipo y otros concepros propios del psicoaná-
lisis. Estas interpretaciones, que parten de una ciegta identidad
entre el sueño y el mito o el cuento maravillosoto son vistas con
recelo por otras escuelas.
La función del Sea como fuere , parece claro que, a lo largo de cientos y de
cuento: miles de años, la función del cuento maravilloso, puesto que
recordatorio éste ha pervivido mucho después de que desaparecieran las re-
ligiones arcaicas y la sociedad de clanes o de tribus (cuya fuente
principal de vida eralacaza), es guardar memoria de sus or-rge-
nes, en forma más o menos figurada; tal vez con ese recordato-
rio, consciente o inconsciente , quiere impedir un retorno a aque-
llas formas de vida, como las que podrían derivarse si se rom-
piera el tabú del incesto, pongamos por caso, o se tolerasen el
rapto y la violación. Tal vez, en una semiología más cercana,
el pueblo se da a sí mismo tales visiones, hoy ya fantásticas, pa-
ra no perder, por contraste, la conciencia del mundo real. Lo
más difícil es interpretar el sentido que dene la forzosa u¡1liza-
ción del objeto maravilloso por el héroe, después de haber ele-
gido libremente la peligrosa aventura de salvar a la princesa.
Se diría que es una referencia a las limitaciones humanas im-
puestas por los dioses, es decir, una reflexión acerca de la gran-
deza del hombre , en sus propios límites, el mayor de los cuales
es la muefte, y de la necesidad de que sea el hombre mismo
el que llene de sentido el mundo.
l0 El más imponante opsicoanalista> de los cuentos maravillosos es B¡uno Bettelheim, en su libro
El psicoanálisis de los cueitos de hadas. En é1, por ejemplo, la lectura de Blancanieaes difiere de la
que hace Propp eolar roíces ltistíricas del caento, ¡ealizada desde el materialismo histórico. Resulta
apasionante, sin embargo, comprobar cómo dos enfoques tan diametralmente opuestos pueden pro-
ducir resultados en ciefto modo complementarios o, por lo menog, no excluyentes.
Introducción
¿lndoeuropeo o universal?
Otro debate sin resolver, conectado con el anterior, trata de Las tendencias
explicar la enorme extensión geogúfrca de las analogí", .",i.
bistoricista "y
mitos.y c-rrentos de numerosas-cul"turas, bien como una conse_
antropológiía
cuencia,de las migraciones (tendencia historicista), bien como
retle.¡o de la universalidad de la condición humana (tendencia
antropológica). En el pnr.nelo de los casos, el origen .
!.og.áfi.o
quedaría situado en las distintas verrienres del cáucalo: io que
se ha venido llamando la cultura indo.uropea,;;ü;;H:
tt-ó" y.hgpggeneidad habriajugado un i*pán".rt. p"p.t t"
f._
nínsula Ibérica en varias.époc{, d.
ngro sobre todo
la Edad Media. Esta tesis explica la apaiiciln de "'fJtr.go
versio.r?, J.
Los ciclos
Doce ciclos Conforme a los criterios expu€stos mí.s ariba, hemos agru-
pado los cuentos maravillosos en doce ciclos. Cada uno de ellos
está integrado por varios cuentos excepción deJuan e/ Oso-.
-a
Los doce ciclos son: A) BlancafTor;B)Juan el Oso; C) El prínci-
pe encanÍado; D) Ia princesa encantada; E) La princesa y el pas
tor; F) Las tres rnaraui//as del mando; G) In niaa perseguida;
H) Los niños ualientes; l) El rnuerto agradecido; J) Seres rnito-
lógicos; K) La ambiciín castigada;L) La muerre,
Como se puede observar, algunos ciclos llevan por nombre
el título de un cuento básico, que actúa así como cuento princi-
pal de su ciclo. En todo caso, hemos procurado reflejar en el
título del ciclo e.sannota común a los cuentos que lo componen.
Futuros estudios podrán modificar o ampliar estas determina-
clones.
Algunas características
de los cuentos maravillosos españoles
Impulso Hablaremos un poco de cualidades diferenciales de los cuen-
indetertninado tos maravillosos españoles respecto a los de otros países o áreas.
a bacer el bien En primer lugar hay un impulso indeterminado a hacer el bien
por parte del.héroe (de lo que se temen- grandes calamidades)
y que no precisa previo establecimiento de conrraro alguno. Por
ese motivo suele ser tan débil el acceso del héroe-al objeto má-
gico, sin demasiados requisitos, pruebas muy extensas ni con-
diciones implícitas. El héroe, puesto que se encuentra fatalmente
si se quiere- con esa tarea, no, es requerido a
-casualmente
demostrar nada, ni siquiera que merece la ayuda del objeto má-
gico, sino que a veces éste llega a su poder de un modo muy
parecido también a la casualidad. Cervantes, como no podía ser
menos, intuyó muy bien el sentido de esta cualidad del relato
caballeresco, tan próximo a los cuentos maravillosos en este pun-
to, y lo tomó como rasgo predominante en su caricatura de la
condición de los españoles.
Mmor Junto a ese rasgo, podemos señalar como más significativos,
oiolencia "v la menor violencia y el mayor realismo en los detalles, signos
rlrayor realisrno igualmente de, por lo menos, una idea convencional de nues-
tro carácter, al que habria que añadir una cierta morbosidad
en los temas de la muerte . Si comparamos aquí también la no-
vela. cervantina con el modelo de los libros de caballería, de nue-
vo nos sorprenderá la maestría de su autor. En efecto, sólo tres
de nuestros cu€ntos básicos,Juan el Oso, La serpiente de siete
cabezas y Los anirna/es agradecidos, presentan de una manera
clara el combate y la muerte del agresor. Los demás utilizan so-
lamente el cumplimiento de las tareas dificiles para hacer al hé-
roe merecedof de la mano de la princesa. Ningún cuento utili-
za aquellas dos zonas de la estructura arquetípica. En cuanto
al realismo, baste indicar que raros son eñ.nuestros cuentos ogros,
dragones y brujas o hadas, generalmente sustituidos por gigan-
lntroducción
Cuentos de costumbres
Definiremos los cuentos de costumbres como aquellos que
carecen de elementos extraordinarios, en el sentido de fantásti-
cos o fuera de la realidad verosímil, salvo los que puedan man-
tcoer a ma¡era. de vestigios de cuentos maravillosos, por analo-
É, por mimetismo o por simple intención burlesca. (Desde lue-
go, no será la entrega y utilización del objeto mágico, para col-
mar una carencia o reparar una fechoría, pues esto constituy€
la médula del cuento maravilloso.)
Los cuentos de costumbres, por el contrario, desarrollan un
ilgumento veces satírico y humorístico- dentro de
-muchas
unas determinadas circunstancias históricas v sociales. DroDor-
cionando una imagen, y a menudo una críti'ca, de ellai. Ehtre
hs costumbres recogidas por estos relatos las hay de dos tipos:
a¡caicas y modernas por <(modernas> las que se
corresponden con las-entendiendo
sociedades agn:,lras- . Tanto en unas co-
mo en ottas se recogen los modos de producción, las relaciones
de producción y, principalmente, las instituciones sociales y los
principios y valores que las rigen, frecuentemente üansforma-
.1". en símbolos, expresiones:indirectas o sátiras. El enfrenta-
micnto entre las concepciones arcaica y moderna y, posterior-
utcnte , la no aceptación por una parte de la sociedad de los nue-
ru valores institr¡idos configuran la dialéctica del cuento, el mo-
mr de sus intrigas y la expli-cación a su sentido más profundo.