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Anamesis odontologica.

Es importante conocer los antecedentes de cada pacientes por los efectos que puede
causar e ellos la anestesia; donde las reacciones adversas de los anestésicos locales son
diferentes según la zona en la que se usen y si se asocian o no con adrenalina.
Inyecciones en cabeza y cuello se asocian a reacciones más graves y más frecuentes en
general. Una punción traumática o efectuada con una técnica pobre también favorecen
esa posibilidad, pero los odontólogos efectúan muy correctamente las anestesias locales
de la zona facial y maxilar debido a la práctica continuada.
Más probable, sobre todo si se repite en un paciente, es una especial sensibilidad al
fármaco. A continuación efectos advesos de algunos en particular (Información extraída
de Vademecum Internacional edicion 2009)

Levobupivacaína : Entumecimiento de la lengua, fotofobia, vértigo, visión borrosa y


contracción muscular seguida de somnolencia, convulsiones, inconsciencia y posible
parada respiratoria. Hipotensión, bradicardia, taquiarritmias ventriculares que pueden
producir paro cardiaco.

Prilocaina: Nerviosismo, mareos, visión borrosa, temblores, somnolencia,


convulsiones, posible paro respiratorio. Hipotensión, depresión miocárdica, bradicardia,
posible parada cardiaca.

Bupivacaína: Hipotensión, bradicardia, náuseas, parestesia, vértigo, cefalea tras


punción postdural, hipertensión, vómitos, retención urinaria, incontinencia urinaria.

Articaina más adrenalina Trastornos nerviosos centrales, cardiovasculares,


respiratorios, reacciones alérgicas. Parálisis facial nerviosa 2 sem después.

Mepivacaina Depresión cardiaca que podría llegar a paro cardiaco. Estimulación del
SNC a veces con convulsiones, seguida de depresión del SNC con pérdida de
conocimiento y parada respiratoria

Procaína Excitación, agitación, mareos, tinnitus, visión borrosa, náuseas, vómitos,


temblores y convulsiones. Entumecimiento de la lengua. Somnolencia, depresión
respiratoria, coma, depresión miocárdica, hipotensión, bradicardia, arritmia y parada
cardiaca; reacciones alérgicas.

Embarazo.

Se debe evitar la práctica de procedimientos dentales en el primer trimestre del


embarazo, ya que es el período de la organogénesis, y aunque el tratamiento dental no
puede necesariamente dañar estos órganos, se deben disminuir al mínimo los riesgos
potenciales. Existen estudios donde se analizan la exposición a anestésicos locales en la
embarazada, y no se han encontrado una mayor incidencia de malformaciones
congénitas. Igualmente durante el tercer trimestre de la gestación, y fundamentalmente
la segunda mitad de éste, se debe disminuir los procedimientos dentales, ya que además
de ser muy incómodo para la paciente, el colocar la espalda en la silla dental durante
este período del embarazo, el útero puede aumentar la presión sobre la vena cava
inferior, produciendo alteraciones hemodinámicas al binomio madre-feto, que se
traducirían en hipotensión (producto de la posición materna y no por efecto del
medicamento), así como dificultad para respirar. Por ende, si en última instancia el
tratamiento debe ser practicado en este período, se debe permitir que la paciente cambie
de posición cada 3 a 7 minutos Los anestésicos locales inyectados a la gestante pueden
cruzar la barrera placentaria, sin embargo la lidocaína parece ser segura en la paciente
embarazada, ya que las dosis pequeñas de lidocaína empleados en odontología,
probablemente no afectaran al feto independientemente del trimestre del embarazo

Hipertensos.
La presión sanguínea debe ser tomada en todos los pacientes odontológicos que asisten
por primera vez a la consulta. Lo mismo debe hacerse en cada nueva cita. Más aún;
muchos pacientes odontológicos que están sistémicamente comprometidos se manejan
de una manera más segura monitoreando continuamente la presión sanguínea durante
ciertos procedimientos como: cirugía bucal, tratamientos restaurativos largos y
complicados, colocación de implantes, y cirugía periodontal. Cuando se va registrar la
tensión arterial en la unidad odontológica, se le debe permitir al paciente descansar por
al menos 5 minutos antes del procedimiento. El paciente no debe haber fumado ni
ingerido cafeína por al menos 30 minutos antes de la cita. HIPERTENSOS NO
CONTROLADOS: Es importante destacar que las complicaciones que se pueden
presentar en el consultorio odontológico al tratar a este tipo de pacientes, pueden poner
en riesgo la vida del mismo. Esto sin mencionar las implicaciones legales que
representa atender a un paciente susceptible a sufrir complicaciones sistémicas graves
ante procedimientos odontológicos generalmente considerados de rutina. En fin, como
profesionales de la salud el odontólogo tiene el deber de recurrir a todos los medios para
contribuir de alguna manera a que el paciente hipertenso reciba un tratamiento
adecuado. Esto incluye informarle acerca de las complicaciones asociadas a la
hipertensión: enfermedad cardíaca y renal, infartos retinopatías y enfermedad arterial
periférica. Debe quedarle claro al paciente que estos cambios en su salud pueden ocurrir
incluso cuando se siente en buen estado. HIPERTENSOS CONTROLADOS: Uno de
los aspectos más importantes que el odontólogo debe tomar en cuenta es el control
óptimo del dolor a la hora de minimizar la elevación de la presión sanguínea en aquellos
pacientes hipertensos controlados. Los procedimientos quirúrgicos, periodontales, y
otros procedimientos odontológicos deben realizarse con todas las medidas que sean
necesarias para prevenir el dolor. El stress y la ansiedad pueden aumentar la presión
sanguínea. La reducción del stress y la ansiedad que puede asociarse a ciertos
procedimientos odontológicos es otro importante aspecto en el manejo odontológico de
los pacientes hipertensos controlados.

DIABETICOS:
Los individuos con las formas no insulinodependientes o dependiente pero con control
satisfactorio de sus diabetes pueden ser tratados igual que personas no diabéticas en lo
que toca a métodos odontológicos comunes. Los procedimientos deben ser breves,
atraumáticos y con el menor grado de estrés posible.

Conviene que consuman un desayuno normal antes de las citas con el odontólogo para
evitar la hipoglucemia. Son preferibles las citas a primeras horas de la mañana, porque
en ese lapso la concentración de corticosteroides endógenos suele ser mayor y el
organismo tolera mejor los métodos estresantes.

En el diabético con control adecuado habrá que incluir vasoconstrictores junto con los
anestésicos locales para asegurar la anestesia profunda. Sin embargo, es mejor no
utilizar cantidades excesivas de adrenalina para que no aumente la glucemia y ello se
logra al usar un anestésico local que contenga una concentración no mayor de 1:100.000
de adrenalina, o su equivalente.
Las urgencias agudas en diabéticos pueden surgir en el consultorio del dentista y
algunas de las más frecuentes son las hipoglucemias o el choque insulínico. También es
posible que haya choque hiperglucémico (coma diabético), pero su aparición es más
lenta y pocas veces de modo repentino. El choque insulínico aparece cuando la
glucemia es de 40 mg/dl o menor, o puede ser desencadenado en el sujeto
insulinodependiente, por ejercicio excesivo, estrés sobre dosificación de insulina e
incapacidad del individuo para conservar un equilibrio dietético adecuado.

En general en la anamesis es importante conocer los antecedentes del paciente por los
efectos adversos de los anestésicos locales utilizados por el personal odontologo; ya que
las patologicas que posee el paciente influyen en la decisión a tomar con respecto al
anestesico a utilizar.

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