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Fuente: http://elblogverde.com

La ingeniería sismorresistente ha tenido importantes avances en los últimos 40 años, existe clara comprensión en relación a la respuesta de
una estructura sometida a un movimiento sísmico. No obstante, la práctica actual del diseño sismorresistente interpreta el efecto sísmico como
fuerzas laterales estáticas o dinámicas equivalentes actuando al nivel de los entrepisos, esto, no es lo que sucede durante un sismo real. La
dimensión y armado de vigas y columnas se determina en base a la resistencia obtenida a partir de la combinación lineal de fuerzas
gravitacionales y laterales. El desplazamiento y la relación de deriva lateral son calculadas a partir de esas fuerzas equivalentes que simulan
la acción sísmica. En general, los códigos actuales utilizan la resistencia lateral como el parámetro principal, prescribiendo el cálculo de las
fuerzas laterales como la pieza clave del diseño sismorresistente, relegando el cálculo de la relación de deriva máxima a un segundo plano en
el proceso, obteniendo como resultado la cuantificación no realista de los desplazamientos no lineales que se experimentarían durante un
verdadero evento sísmico.

Bajas relaciones de deriva implican daños tolerables y viceversa. Lo anterior, sugiere que un nuevo criterio de diseño basado en controlar las
derivas debe ser el adecuado. Las estructuras de concreto armado deberían ser dimensionadas con base a imponer una relación de deriva
máxima como pieza clave del diseño y relegar la verificación de la resistencia a corte basal a un segundo plano, en contraposición del
procedimiento actual. Por otro lado, ha quedado suficientemente demostrado que; (a) el desplazamiento lateral no lineal experimentado por
una estructura de concreto armado ante un sismo, es esencialmente independiente de la resistencia a corte basal (por supuesto se requiere
una resistencia diferente de cero) pero si, es directamente proporcional a su período fundamental y a las características del movimiento del
terreno, (b) el desplazamiento lateral de esa misma estructura puede ser estimado (con elevada confiabilidad de que el valor no sea superado)
a partir del desplazamiento calculado usando un modelo elástico lineal, considerando la rigidez inicial agrietada y un espectro de
desplazamiento obtenido para un nivel de amortiguamiento del 2% (Shimazaki 1984 y Lepage 1996). Con base a lo anterior, está claro que
el estado del conocimiento dispone de la metodología necesaria para establecer el desplazamiento como criterio de diseño, los espectros en
los códigos deberían ser espectros de desplazamiento y no de aceleración, consideraciones relativas al corte basal deberían ser simples
chequeos de la resistencia mínima requerida, no sería ya necesario, efectuar combinaciones entre cargas gravitacionales y cargas laterales
equivalentes a un sismo.

La razón que se argumenta para no partir del desplazamiento no lineal como criterio medular en el diseño sismorresistente es atribuido a la
inexistencia de procedimientos sencillos para su estimación, sin embargo, la realidad indica que lo único requerido es la disposición de
espectros de desplazamiento y el cólculo del período fundamental, de manera que la verdadera y única rozón es la inercia y el hóbito de
haber hecho las cosas de una determinada forma por muchos a~os. Son los jóvenes a quienes les damos clases hoy día los llamados a
revelarse al status qua y realizar las transformaciones que el código requiere.
Ing. Sebastian A. Delgado, MSc.
Gerente Técnico de PROINCI, CA.
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