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Abuso sexual

El abuso sexual es definido co mo cualquier actividad sexual entre dos o más personas sin
consentimiento de una persona. El abuso sexual puede producirse entre adultos, de un adulto a
un menor -abuso sexual a menores y abuso sexual infantil- o incluso entre menores.

Como actividad sexual se incluye:

 Cualquier tipo de penetración de órganos genitales en contra de la voluntad, o


aprovechando la incapacidad de un menor para comprender ciertos actos. También
se incluye el inducir u obligar a tocar los órganos genitales del abusador.
 Cualquier acción que incite al menor a presenciar contenido sexual impropio
(observar al adulto desnudo o mientras mantiene relaciones sexuales con otras
personas, ver material pornográfico o asistir a conversaciones de contenido sexual,
por ejemplo).

Tipos de abuso sexual son la violación, que es considerada delito sin importar el sexo de la
víctima, y el estupro. En el caso de abuso sexual infantil, los fenómenos que se
desencadenan tienen que ver con trastornos en el desarrollo psicosexual. Una dificultad en
la relación madre-hija puede complicar el riesgo para el abuso sexual infantil y las
consecuencias del abuso.

Para más informaciones científicas sobre los efectos psicológicos y la evaluación del abuso
sexual, se puede leer el trabajo de los investigadores estadounidenses David Finkelhor,
Lucy Berliner, y Daniel Schechter

 Heridas inexplicables, especialmente en los genitales y los senos (en mujeres).


 Vestimenta rota o manchada.
o Embarazo.

 Infecciones de transmisión sexual.


 Problemas de comportamiento inexplicables.
 Depresión.
 Auto abuso o comportamiento suicida.
 Abuso de drogas o alcohol.
 Pérdida espontánea de interés en la actividad sexual.
 Aumento espontáneo del comportamiento sexual.
 Trauma severo
 Sigilación
 Tipos de abuso sexual son la violación, que es considerada delito sin importar el
sexo de la víctima, y el estupro. En el caso de abuso sexual infantil, los fenómenos
que se desencadenan tienen que ver con trastornos en el desarrollo psicosexual. Una
dificultad en que se desencadenan tienen que ver con trastornos en el desarrollo
psicosexual.

¿Qué es el abuso sexual?


Es toda acción de tipo sexual impuesta a un niño por un adulto o por una persona mayor que él.
Algunas de sus formas son: manipulación del menor con fines pornográficos, someterlo a que
observe actitudes sexuales, hablar sobre temas obscenos, mostrar o tocar genitales y penetración
sexual (violación o incesto.). El abuso sexual no necesariamente es una violación.

¿El abuso sexual es, generalmente, cometido por desconocidos?


El abuso sexual puede ser cometido por un desconocido, quien a través de la fuerza y/o terror,
somete al niño al acto abusivo, generalmente en la forma de una violación. Sin embargo, las
estadísticas muestran que en la mayoría de los casos el abusador suele ser una persona conocida
por la familia, quien no sólo se ha ganado la confianza de los padres o cuidadores, sino del propio
niño.

¿El abuso sexual puede ser cometido por un familiar?


El abuso sexual puede ser cometido por un miembro de la familia (papá, mamá, abuelos, primos,
etc.), con quien la víctima siente un profundo compromiso afectivo y lealtad. El abusador suele
manipular y chantajear a la víctima con el propósito de que esta no revele el abuso,
convenciéndola de que si habla desatará una crisis familiar.

¿Qué pasa cuando el abusador es una persona conocida?


Es muy importante tener presente que cuando el abusador es un adulto conocido, el abuso no es
un episodio aislado sino, un proceso que se desarrolla en el tiempo. En un principio el abusador
manipula la confianza que el niño/a le tiene y, a través de la seducción (regalos, premios,
preferencias, etc.), lo incita a participar en actividades sexuales que el abusador muestra al niño/a
como juegos o comportamientos que ocurren normalmente entre un adulto y un niño. De manera
paralela, el abusador impone al niño la ley del silencio a través de amenazas y chantajes del tipo
"si tu le cuentas a tu mamá, ella se morirá de pena" o "si alguien sabe a mí me llevarán preso y tú
te irás a un orfanato". Así, garantiza que el niño/a guardará el secreto.

Además, utiliza con el niño/a un discurso denigratorio con el fin de descalificarlo/a y culpabilizarlo/a
de lo que está ocurriendo.
En esta realidad, el niño/a queda atrapado en un sistema relacional muy confuso y contradictorio
("te quiero, pero abuso de ti"), y va incorporando a su autoconcepto connotaciones negativas que
el abusador le transmite. El niño/a empieza a sufrir una fuerte estigmatización, se siente sucio,
malo, culpable, impotente y con una tremenda falta de control. Todo esto dificulta que el niño/a
divulgue lo que le está sucediendo.

¿Cómo puedo proteger a mis hijo/as del abuso?


La mejor manera es previniéndolos. Es fundamental mantener una relación cercana con ellos de
modo que si algo les ocurre, tengan la confianza para contarnos. Además es importante enseñarles
a autoprotegerse a medida que van creciendo.
A partir de los tres años podemos ayudarlos a conocer las partes de su cuerpo. Así como tenemos
brazos o piernas, también tenemos pene o vagina. No debemos centrar la conversación en los
genitales, sino que enmarcarla en el conocimiento global del cuerpo.
También podemos enseñarles que en el cuerpo hay zonas privadas, que no mostramos porque son
especiales e íntimas, y explicarles que nadie puede forzarlos para tocarles sus partes privadas
aunque sea un tío, primo o hermano. Es importante transmitirles que nadie puede obligarles a
guardar un secreto y que siempre deben tener la confianza para acudir a sus papás si les ocurre
algo. Explicarles, pero no exigirles, que digan NO frente a caricias que no les gustan o les hacen
sentir raros o incómodos. Por diferencia de tamaño, fuerza y edad, para un niño es prácticamente
imposible enfrentar a un adulto y decir NO. Por eso no debemos exigirles, ya que si no lo logra se
puede sentir muy culpable.

Es importante que la autoprotección la enmarquemos en una visión positiva y más amplia que la
sexualidad y no focalizarla en cómo defendernos de un posible ataque sexual, pues corremos el
riesgo de mostrar a nuestros hijo/as una visión negativa y peligrosa del mundo que los rodea

¿Cómo sospechar que un niño/a está siendo abusado?


Debemos estar atentos a cambios en el comportamiento de los niño/as como agresividad,
inhibición o sensibilidad extrema, desconfianza, problemas en el dormir, baja en el rendimiento
escolar, desinterés o rechazo inexplicable frente a los estudios, inusual mal comportamiento en
clases, miedo a los adultos, etc.
Otro indicador es la aparición de conductas sexuales que no guardan relación con la edad del niño
o cuando éste maneja información que no puede haber aprendido por sí solo. Hay que poner
atención a los juegos, por ejemplo si realizan actos sexuales entre muñecas, y a los dibujos que
realizan en casa o en el jardín. También pueden surgir conductas de masturbación compulsiva que
interfieran con sus actividades.
Los niños abusados están expuestos a una realidad que no pueden integrar, lo que los lleva a
reflejar en comportamientos o comentarios las vivencias que les están ocurriendo.

¿Cómo actuar si un niño/a revela el abuso?


Es muy importante guardar la calma y no sobre reaccionar o desesperarse, ya que la reacción del
adulto es un factor de gran importancia para la reparación del niño/a. Si está muy perturbado,
deténgase un momento a organizar sus ideas antes de hablar con el niño/a. Explíquele que usted
está perturbado por lo sucedido y comprende que él también lo esté. Siempre debe creer lo que el
niño/a relata y nunca debe dudar de él. No lo presione a hablar, pero dispóngase a escuchar
cuidadosamente lo que quiera confiarle. Haga énfasis en que el abusador es el responsable y no
él. Felicítelo por haber confiado en usted y asegúrele protección.

¿A dónde puedo acudir si sospecho que alguien a abusado de mi hijo/a?


En caso de abuso sexual, o sospecha de ello, puede acudir al Servicio Médico Legal (Fonos 02
7370389 ó 800800006) o al servicio de salud más cercano. También puede acudir al Servicio
Nacional del Menor (Sename, fono 800220044); a la 48° Comisaría de Asuntos de la Familia (Fono
6881492) o llamar a Fono Infancia 800200818. En su mayoría, los abusadores son varones
(entre un 80 y un 95% de los casos) heterosexuales que utilizan la confianza y familiaridad,
y el engaño y la sorpresa, como estrategias más frecuentes para someter a la víctima. La
media de edad de la víctima ronda entre los 8 y 12 años (edades en las que se producen un
tercio de todas las agresiones sexuales). El número de niñas que sufren abusos es entre 1,5
y 3 veces mayor que el de niños.

Los niños con mayor riesgo de ser objeto de abusos son:

 aquellos que presentan una capacidad reducida para resistirse o para categorizar o
identificar correctamente lo que están sufriendo, como es el caso de los niños que
todavía no hablan y los que tienen retrasos del desarrollo y minusvalías físicas y
psíquicas;
 aquellos que forman parte de familias desorganizadas o reconstituidas,
especialmente los que padecen falta de afecto que, inicialmente, pueden sentirse
halagados con las atenciones del abusador;
 aquellos en edad prépuber con claras muestras de desarrollo sexual;
 aquellos que son, también, víctimas de malos tratos.

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