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Los dos aspectos sobre lo que sucintamente trataré el tema del error están
vinculados a lo preceptuado en el artículo 207 y en el artículo 208 de nuestro
Código Civil. Estos están referidos a la no posibilidad de accionar
indemnización por daños y perjuicios entre las partes integrantes de la relación
jurídica, como consecuencia de la “anulación del acto por error”. El segundo
aspecto se refiere a cuales deberían ser las consecuencias jurídicas o las
sanciones que el ordenamiento legal debe dar al denominado error obstativo,
♣
Docente de Derecho Civil de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Universidad de
Lima, Asesor Legal del Club Universitario de Deportes.
♣♣
Mi agradecimiento a los alumnos de la Universidad de Lima Alfredo Omar Sotomayor, Luís
Aguilar, y Gabriel Boucher por su apoyo en el fichado para el presente comentario.
error, impidiente, error obstáculo y al denominado disenso y su evidente
diferenciación conceptual con las consecuencias prácticas que esta acarrea.
“La anulación del acto por error no da lugar a indemnización entre las
partes”
1
LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo, CÒDIGO CIVIL COMENTADO. Primera
edición. Lima: Gaceta Jurídica, 2003, p.855
2
Art. 205.- El error en el motivo sólo vicia el acto cuando expresamente se manifiesta
como su razón determinante y es aceptado por la otra parte.
en el sentido que la efectuó influenciado por el error que distorsionó la
formación de su voluntad y generó que este hecho determinará radicalmente su
voluntad, por lo que se señala que es el motivo central para actuar de
determinada manera y no de otra con la que muy probablemente se hubiese
identificado de no estar “desorientado” por el error. 3
Se señala que “El error sólo surge cuando hay confrontación entre él y la
verdad; por lo tanto, solamente podemos hablar de error cuando la proposición
niega lo descubierto como válido o verdadero”. 4 Existe entonces una
contraposición entre lo que se creía como válido o verdadero y lo que
efectivamente pertenece al mundo de lo real, de la realidad objetiva. Una cosa
es creer que estamos ante la verdad y otra la verdad misma o lo que los demás
consideran como válido y aceptable. Cuando se plantea esta discordancia
entre lo que se cree y lo real estamos ante el error y si éste ha sido decisivo
para la toma de decisión sobre un negocio en particular nos encontramos ante
un error en el motivo, error vicio, error dirimente. 5
3
Desde una óptica que rebasa lo jurídico en estricto LOHMANN LUCA DE TENA,
Guillermo, op.cit. p.855., señala que: “El error, en realidad, solo interesa al ámbito del
Derecho por sus efectos y consecuencias, pero el origen del problema es ajeno al
Derecho, porque concierne al entendimiento, definiendo a éste como parte del proceso
mental del razonamiento que concluye con una elección y decisión. En este orden de
ideas, todavía fuera de la esfera jurídica, se conceptúa como error todo juicio o
valoración que sea diferente del criterio que se acepta como valido en el campo del
conocimiento sobre el que se ha expresado la elección o decisión, obsérvese que
aludo a criterio aceptado como válido, lo que es distinto de criterio verdadero”.
4
LOHMANN LUCA DE TENA, op.cit. p. 856
5
LOHMANN LUCA DE TENA, op.cit. p. 857, nos dice que: “La ignorancia es distinta
del error, pero jurídicamente se asimila a éste, porque en uno y otro caso el agente
celebra un negocio que no concluirá como cierto, o que celebraría en condiciones
distintas. La ignorancia o falta de información conduce a conocimiento defectuoso y
por tanto a formarse como un criterio de las cosas distinto del correcto”.
6
BIGLIAZZI GERI, Lina, Tratado de Derecho Civil, Tomo I, Volumen II, Universidad
Externado, Colombia, 1995, p.817
correspondían a la situación de hecho o de derecho”. Aquí se habla del “falso
conocimiento de la realidad” es decir la contradicción entre lo que se cree real y
lo verdaderamente real que e originado ya sea por la escasa o parcial
información o la ignorancia que implica un mayor grado de desconocimiento
que genera la equivocación. 7
7
Para una distinción entre error esencial y error determinante: BIGLIAZZI GERI, Lina,
Tratado de Derecho Civil, Tomo I, Volumen II, Universidad Externado, Colombia,
1995, p.820 – 821, que señala:
10
TABOADA, Lizardo. Acto Jurídico, Negocio Jurídico y Contrato. Primera edición.
Lima: Editora Jurídica Grijley E.I.R.L, 2002, p.357.
11
TABOADA, Lizardo. Acto Jurídico, Negocio Jurídico y Contrato. Op. cit. p..360.
En este mismo sentido el Profesor Taboada expresa que “(…) el error como vicio de
la voluntad consiste en una falsa representación de la realidad, que actúa como móvil
o coeficiente determinante de la declaración de voluntad, afectando el mismo proceso
de formación de la voluntad correctamente declarada. Existe coincidencia en la
doctrina en que esta falsa representación de la realidad puede ser consecuencia, bien
sea de un conocimiento equivocado o de la ignorancia, esto es, de un total
desconocimiento de la verdadera situación”.
Sigue el autor citado señalando en la misma línea de pensamiento que “(…) el error
dirimente, error vicio, error motivo, o error en el contenido, que consiste en una falsa
representación de la realidad, bien sea por un conocimiento equivocado de la misma o
por ignorancia, es decir por total ausencia de conocimiento de aquélla. En otras
palabras, en esta clase de error no existe una discrepancia entre la voluntad
interna y la voluntad declarada, pues ambas voluntades coinciden
perfectamente, ya que el sujeto ha declarado su verdadera voluntad, sólo que
dicha voluntad interna –que ha sido efectivamente declarada- se ha formado
viciosamente por un error”.(resaltado nuestro)
Con respecto al denominado error obstativo o error obstáculo o error en la
declaración trascrito líneas arriba abundante doctrina nacional y extranjera se
ha pronunciado al respecto. Por lo tanto solamente nos queda plantearnos
algunas interrogantes desde nuestra perspectiva. En primer término es preciso
plantearse si se debe tener el mismo tratamiento en cuanto a consecuencias
jurídicas entre el error vicio descrito precedentemente y el error obstativo o los
efectos jurídicos y las sanciones del ordenamiento jurídico deben ser disímiles.
Asimismo es importante también plantearse si el disenso es lo mismo que el
error obstativo o es distinto y por lo tanto su tratamiento en cuanto a efectos y
sanciones del ordenamiento tienen que ser diversas.
Vayamos por partes, recurrida y autorizada doctrina italiana 12 expresa que “El
error a veces no influye en el proceso formativo de la voluntad negocial, sino
que recae sobre la manifestación o sobre la transmisión. De este error –
llamado obstativo- se trató anteriormente para ilustrar la teoría de la confianza y
los casos de divergencia entre la voluntad y declaración. En verdad el error que
recae exclusivamente sobre la manifestación – o sobre la transmisión de la
manifestación – no entra en los vicios del querer y debería ser examinado
separadamente”.
La doctrina que venimos siguiendo 13 señala que “A la par del error – vicio
también del error – obstativo, se dice que es determinante cuando la parte
resultó inducida a estipular el acto por efecto de tal error (y el descubrimiento
del error habría inducido al contratante a no celebrar aquel negocio concreto)”.
Pese a lo antes indicado debe quedar claro que la diferencia fundamental entre
el error vicio y el error obstativo está que en el primero se presenta una
interferencia en la formación de la voluntad negocial del errans mientras que en
el segundo no es que haya un vicio en la formación volitiva sino que la
12
BIGLIAZZI GERI, Lina, Tratado de Derecho Civil, Tomo I, Volumen II, Universidad
Externado, Colombia, 1995, p.818
13
BIGLIAZZI GERI, Lina, Tratado de Derecho Civil, op.cit. p.819
declaración es divergente con la voluntad; por lo cual las consecuencias o
efectos jurídicos entre uno y otro tipo de error son completamente distintas.
Ahora, en ambos tipos de error lo determinante es que para adoptar una
declaración de voluntad, lo prioritario sea que el error sea el elemento
determinante para la adopción de una decisión voluntaria determinada y que de
no haberse manifestado el error (es), ésta decisión so se habría producido. 14
Sobre El Disenso
14
Para un aspecto relevante del error en la propia declaración y la declaración de la
otra parte y sus efectos en el negocio: FLUME, Werner, El Negocio Jurídico. Cuarta
edición. Madrid: Fundación Cultural del Notariado, 1998, p.500, quien señala.
Estoy de acuerdo con la posición del profesor Taboada ya que queda claro que
en el caso del error vicio, explicado someramente, hay una malformación de la
voluntad negocial por el error, pero hay voluntad al fin, mientras que como
hemos visto en el error obstativo no existe la voluntad pues la que se presenta
no es ni siquiera la voluntad malformada sino que no es la voluntad que se
quiso expresar pues la declaración expresa una situación eminentemente
distinta de la propia voluntad, de allí que el profesor tabeada opté por la
sanción de anulabilidad para el error vicio y la de nulidad para el obstativo. 17
16
TABOADA, Lizardo. Acto Jurídico, Negocio Jurídico y Contrato. Primera edición.
Lima: Editora Jurídica Grijley E.I.R.L, 2002, p.361.
17
Sobre el particular y ahondando en lo señalado TABOADA, Lizardo. Acto Jurídico,
Negocio Jurídico y Contrato. Primera edición. Lima: Editora Jurídica Grijley E.I.R.L,
2002, p.362. quien manifiesta: “El error en la declaración debe distinguirse
rigurosamente del error en los motivos. Este influye sobre la voluntad, llevando a una
resolución que sin el error no se hubiera formado de otro modo. Ahora bien, con esta
resolución coincide la declaración (a menos que además exista un error en la
declaración). Así pues, por regla general, el negocio no es impugnable. Así lo exige la
seguridad del tráfico y lo reconocen todos los ordenamientos jurídicos. En cambio, el
error en la declaración no influye sobre la formación de la voluntad y sobre el
contenido de la misma, sino que produce una declaración divergente de la voluntad”
Abundando en el tema del Disenso, autorizada doctrina alemana 18 señala que
“Por nuestra parte, creemos que el disenso no puede asimilarse a la figura del
error obstativo, ya que mientras este último consiste en una discrepancia entre
la voluntad declarada y la voluntad interna, esto es, en una equivocación
respecto a la propia declaración de voluntad, el disenso se da cuando una de
las partes se equivoca respecto a la declaración de la otra parte. Es decir,
mientras que el error obstativo consiste en un error respecto a la propia
declaración de voluntad, el disenso consiste en un error sobre la declaración de
voluntad ajena. Debe señalarse igualmente que en los casos de disenso las
declaraciones de voluntad de las partes coinciden cada una de ellas con sus
respectivas voluntades internas, no siendo ambas declaraciones de voluntad
coincidentes entre sí” Efectivamente, como ya se adelantara el error obstativo
implica una contradicción entre la propia voluntad y la declaración y el disenso
es una desacuerdo entre dos declaraciones de voluntad pero en donde no hay
contradicción interna en cada una de estas declaraciones con sus propias
voluntades.
18
ENNECCERUS/KIPP/WOLF, Tratado de Derecho Civil, Tomo II, Volumen II, Bosch,
Barcelona, 1954, p.212
19
TABOADA, Lizardo. Op. cit. p. 364-365.
20
Esta cita la efectúa el profesor mencionado en VIDAL RAMÍREZ, Fernando, Teoría
General del Acto Jurídico, Cultural Cuzco, Lima, 1986, p.423-425.
Si bien es cierto Vidal Ramírez no fija una posición al respecto al citar a la
doctrina francesa antes mencionada consideramos que está de acuerdo que en
el caso del disenso o “diálogo de sordos” como se grafica, habría como sanción
del ordenamiento la nulidad absoluta del contrato.
21
LOHMANN LUCA DE TENA, Juan, Negocio Jurídico, Librería Studium, Lima, 1987,
p.340.
II. SOBRE LA NECESIDAD DE INDEMNIZAR EL DAÑO EN CASO DE
PRODUCIRSE EL ERROR POR MALA FE O CULPA INEXCUSABLE DEL
RECEPTOR
“La anulación del acto por error no da lugar a indemnización entre las
partes”
22
LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo, “Improcedencia de Indemnización” en
“Código Civil Comentado” Tomo I Gaceta Jurídica Editores. P. 881.
1362 de nuestro Código Civil que expresa: “Los contratos deben negociarse,
celebrarse y ejecutarse según las reglas de la buena fe y común intención
de las partes”. En este sentido se expresa con razón Fredddy Escobar
Rozas 23 quien advierte con acuciosidad: “El deber de actuar de buena fe en la
etapa de las tratativas no es otra cosa que una manifestación específica del
deber genérico de no causar daño, pues, siendo exigible a todos los que
intenten celebrar un contrato (o que efectivamente consigan su objetivo), tiene
como finalidad mantener indemne la esfera de los protagonistas, de modo que
estos no sufran daños injustos como consecuencia de haber invertido recursos
y tiempo en tratativas no serias, de haber celebrado un contrato ineficaz, etc.”
Posteriormente el mismo autor y ya después de su retorno del sistema del
Common Law expresa en el fondo la misma posición, sin embargo desde la
óptica del Análisis Económico del Derecho 24 y señala con razón “ a) El errans
debe poder anular el contrato al margen si la otra parte se percató o no del
error (o de si pudo hacerlo o no actuando diligentemente). b) Si la otra parte se
percató del error (o si pudo hacerlo actuando diligentemente), entonces el
errans no debe pagar indemnización alguna a dicha parte. Por el contrario el
errans debe poder exigir a la otra parte el pago de una indemnización que lo
coloque en la situación que hubiese tenido en caso de no celebración del
contrato (reliance). El fundamento de esta indemnización ha de ser encontrado
en la necesidad de generar un incentivo para que la otra parte evite la pérdida
que genera el error cuando ello sea posible hacerlo a un costo inferior al
beneficio esperado (esto es, el monto de la pérdida multiplicado por la
probabilidad de que se produzca el error), c) Si la otra parte no se percató del
error ni pudo hacerlo actuando diligentemente, entonces el errans debe pagar
una indemnización a dicha parte, de modo que esta última se encuentre en la
situación que hubiese tenido en caso de ejecución del contrato (expectancy), d)
El errans no debe poder anular el contrato cuando su equivocación tenga la
condición de inexcusable (esto es cuando haya podido evitar el error tomando
precauciones razonables, o en términos económicos eficientes). Del mismo
modo, el errans no debe poder anular el contrato si los daños que la otra parte
sufre no pueden ser reparados con dinero (…)”
23
ESCOBAR ROZAS, Freddy, “Apuntes de la responsabilidad por ineficacia
contractual” (El caso del artículo 207 del Código Civil Peruano” en Themis, revista de
Derecho N. 49, p. 160
24
ESCOBAR ROZAS, Freddy, “El error en los contratos (justificaciones impuras para
la modificación de las reglas de anulación en Ius et Veritas, Revista de Derecho de los
estudiantes de la PUCP N. 35, Diciembre, 2007, 46,47.
Autorizada doctrina nacional considera que comprende y acepta la
preocupación de Escobar (haciendo mención al primer trabajo sobre error
citado) pero que para él estamos ante un caso de dolo omisivo, que puede ser
aplicado también (entiendo) al caso del error y por tanto los daños ocasionados
serían indemnizables. 25 26
Consideramos pues por las razones expuestas que el artículo 207 de nuestro
Código Civil debe ser modificado y permitirse la indemnización entre las partes.
25
ESPINOZA ESPINOZA, Juan, “El Acto Jurídico Negocial” Análisis doctrinario,
legislativo y jurisprudencial. Gaceta Jurídica, p. 480.
26
Sobre el dolo omisivo se recomienda el trabajo de BULLARD, Alfredo, “La Asimetría
de la Información en la contratación. A propósito del dolo omisivo” en “Derecho y
Economía” El análisis económico de las instituciones legales. Palestra Editores. 2003,
p. 299, 331. Asimismo se recomienda la lectura de el trabajo de KRONMAN, Anthony,
“Error, deber de revelar Información y Derecho de Contratos” en Themis, N. 49 pp.
161-181.