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Esquema
Agustín de Hipona.
Fe y razón
En los Soliloquios escribe Agustín que solo quiere saber de Dios y el alma, pero reconoce que
previamente requiere del conocimiento de la verdad para alcanzar el conocimiento de aquellas
cosas.
Agustín no traza los límites entre la razón y la fe. La razón ayuda al hombre al alcanzar la fe;
posteriormente, la fe iluminará a la razón; la razón, por último, contribuirá a esclarecer los
contenidos de la fe: su pensamiento está condicionado por:
1. La filosofía platónica y neoplatónica, que constituyen la base racional de su pensamiento, al no
trazar límites al conocimiento humano, hace que Agustín no establezca una frontera inseparable
entre las dos fuentes de conocimiento: la razón y la fe, sino que ambas tienen como misión el
esclarecimiento de la verdad, que es única y, ante todo, es la verdad cristiana. Aunque una
diferencia importante le distingue de los neoplatónicos: no es la razón sino la fe la que conduce
a la verdadera comprensión de las cosas: fides quaerens intellectum (la fe en busca de
inteligencia), y no al revés.
2. Como los polemistas anticristianos no hacían distinción entre las cuestiones de fe y de razón
cuando atacaban las diversas afirmaciones del cristianismo, tampoco los pensadores cristianos
hacían distinción al defenderlas.
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José Segovia. Historia de la Filosofía. Agustín de Hipona. Esquema
también su poder creador (las razones seminales de los estoicos), capacidades de desarrollo,
cambio y transformación, por lo que todas las cosas colaboran en la acción creadora de Dios.
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José Segovia. Historia de la Filosofía. Agustín de Hipona. Esquema
La lucha entre el bien y el mal, que tiene ante todo un carácter moral, se realiza en el transcurso
histórico de la humanidad, el símbolo de "las dos ciudades". Los hombres que aman a Dios
(fundamento del bien y la felicidad) hasta el desprecio de sí mismos constituyen la Ciudad de Dios.
Los hombres que se aman a sí mismos y a los bienes de la naturaleza hasta el desprecio de Dios
constituyen la Ciudad Terrenal.
Se ha dado una doble interpretación de la teoría histórica agustiniana de las dos ciudades. La
primera identifica la Ciudad Terrenal con el Estado y la Ciudad de Dios con la Iglesia. La segunda,
más fiel al pensamiento del filósofo, considera que ambas ciudades se hallan mezcladas en
cualquier sociedad a lo largo de la historia, y que la separación de estas dos ciudades sólo se
realizará al final de los tiempos o la historia.
Por otra parte, Agustín intentó relativizar todo poder temporal y la función del Estado, que muchos
cristianos la habían magnificado, sobre todo, después de la adopción del cristianismo como religión
oficial del Imperio Romano. Esto, junto con la idea de que el Imperio era algo indestructible, había
llevado a muchos cristianos a la consideración del Estado como un instrumento esencial de los
planes divinos en la historia. Y a esta convicción es a la que pretende atacar el filósofo, quien
admite el papel del Estado mientras se mantenga en el ámbito de la organización de la convivencia,
de la paz y del bienestar temporal de los ciudadanos; pero observa que todo poder temporal (y el
Estado lo es en grado sumo) tiene un algo de satánico, en la medida en que tiende a absolutizar la
vida y a absolutizarse a sí mismo.
Influencias recibidas
Agustín se nutre de la cultura grecorromana y, a través de la lectura del Hortensio de Cicerón,
centra su inquietud filosófica en la dirección de la búsqueda de la verdad.De Platón y el
neoplatonismo recibe la influencia más profunda, pues constituirá el marco de su pensamiento. El
autotrascendimiento desde la realidad sensible y contingente hasta las verdades inmutables y
eternas; el ejemplarismo de las ideas; la iluminación en la teoría del conocimiento; y el dualismo
antropológico: el hombre es, ante todo, "un alma inmortal que se sirve de un cuerpo mortal y
terreno", son todas ellas ideas de profunda raigambre platónica.
De Aristóteles recoge la teoría hilemórfica: todos los seres físicos están compuestos de materia y
forma, que le sirve para explicar la absoluta distinción entre Dios (uno y simple) y el resto de los
seres creados (múltiples y compuestos).
Las razones seminales del estoicismo: en la materia existen los gérmenes latentes (potencialidades)
que posibilitan su desarrollo y perfeccionamiento, es una idea que toma Agustín para explicar la
creación divina, que no se realiza de forma acabada y simultánea.
Por último, de las Escrituras y de su fe cristiana recibe el valor y el sentido de la persona, su
capacidad de decisión y de amor, que hacen de la voluntad la facultad superior del ser humano.