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¿Qué es la oración?
Orar no es hablarle a Dios sino escuchar a Dios que habla. (Una de mis
preferidas)
Orar es algo humano, muy humano por eso no oran mejor los que más saben,
sino los que más viven ... y por eso dice Jesús: "Te doy gracias, Padre, porque
has ocultado estas cosas a los sabios e inteligentes y se les has mostrado a
los pequeñitos" (Lucas10,21)
Muchas veces podemos en nuestra preocupación por hacer oración,
preguntarnos si hay algún libro bueno para eso, algún método fácil para orar, y
la verdad es que la raíz de la oración está en uno mismo, la mejor fuente, el
mejor pozo, lo tenemos en nuestro corazón
Orar es dejar a Dios que nos haga descubrir la necesidad que tenemos de El.
Orar es dejar que Dios, nos haga sentir el amor que El nos tiene.
Orar es sentirse hijo de Dios. Sentirse cómo uno es tan pequeño ante un Dios
que es tan bueno y misericordioso.
Orar es dejarse llenar de los mismos sentimientos de Jesús:
Orar es vivir, no es "soñar", sino salir del "sueño" que vivimos. Orar es
despertar, es vivir la vida, la que vivimos ... la que Dios quiere que vivamos...la
oración que nos saca y hace huir de la vida, la que nos hace dormir y estar
tranquilos ... no es oración. Eso no es vivir! sino que es dormir y soñar...
La oración hay que viviría Es decir, hay que vivir el encuentro con Dios. Una
cosa es soñar en un río y otra cosa es estar y disfrutar del río ... Una cosa es
saber hacer una arepa y otra cosa muy diferente es comerla ... ! Y lo mismo se
puede decir que la sed se quita bebiendo agua y no "pensando" o "soñando"
que en Cubiro hay una fuente muy sabrosa de agua fría ... !
Formas de examinarse
Está bueno poner por escrito (veo que escribir no te cuesta mucho, igual ojo con
que escribir no se convierta en tentación, por ejemplo nunca escribir durante la
oración!!!) todos nuestros exámenes porque el ponerlo por escrito nos ayuda a
confrontarlo luego con nuestro acompañante y poder nosotros mismos ver por
donde nos habla Dios y por donde nos ataca el mal espíritu.
Según San Ignacio el Señor (y el mal espíritu también) nos habla por medio de
pensamientos y los sentimientos asociados a ellos.
Examen oración
1. dar gracias.
Sin esta actitud no puedo examinarme. Conectarme dando gracias por los
bienes recibidos.
2. pedir gracia.
Para reconocer y rechazar los pecados. Pido porque no tengo. Dios me tiene
que mostrar mis pecados. Actitud de sinceridad conmigo, quiero ver!!! Pero ojo
quiero ver mis pecados con tus ojos!!!
4. pedir perdón
Dejando de echar la culpa a los demás, sin tratar de justificarnos. Aceptar la
culpa, reconocerla.
5. pedirle ayuda
Para lo que viene, con fe de que puedo mejorar con él. Previsión de lo que
viene, lo que voy a hacer mas adelante.
No todos tenemos una misma forma de hacer oración. Pueden variar las formas y
los modos de hacer oración. Se puede decir que hay tantas maneras de orar
como personas intentan hacer oración. Orar es entrar en relación personal con
Dios, y eso es un don, un regalo del Espíritu Santo. Pero proponemos unos pasos
que tal vez nos puedan ayudar para aprender a hacer oración.
I. La oración se prepara.
Es muy importante también preparar la oración con anterioridad, saber que voy
rezar: si debo leer algún pasaje de la Biblia o algún texto, haberme familiarizado
antes con los mismos (no sea cosa de perder después tiempo en la oración
haciendo esto!!!).
Un rato antes de comenzar la oración me fijo:
oración preparatoria
Pedir gracia a Dios, nuestro Señor, para que todas mis intenciones,
acciones y operaciones se ordenen puramente al servicio y alabanza de su
divina majestad.
composición de lugar
Es para fijar mi imaginación. Si voy a meditar un texto bíblico me imagino el
lugar donde se desarrolla.
Petición
Acá le pido la gracia que quiero recibir en esta oración.
Leo el texto escogido para la oración. Lo leo despacio, con calma, sin
apuro. Si es necesario, lo hago dos veces para entenderlo bien. Procuro
recordar lo que he leído: para comprenderlo mejor. Señalo los puntos, las
ideas que más me llamaron la atención.
Quizás, hay alguna frase, alguna palabra, algún versículo que me llama
más atención, como que me toca más el corazón, o me resuena en
especial. Entonces me detengo en esa palabra o en esa frase, porque Dios
me habla así. Puede ser que me quede mucho tiempo en un versículo. No
importa. Ahí donde siento que el Señor me habla ahí me quedo, ahí donde
siento paz, gozo, me quedo abandonándome en Dios. No tengo que tener
apuro de leerlo todo, si es que me llama más la atención alguna parte
particular. No se me propone una tarea obligatoria.
Sin ningún apuro, converso sobre lo que más he sentido en este tiempo de
oración.
Para finalizar San Ignacio dice que es muy importante confrontar tu oración
con un acompañante espiritual o sacerdote para poder comprender por
donde pasa Dios en mi vida y aprender a distinguirlo del mal espíritu. Según
Ignacio los Ejercicios son un diálogo entre Dios y yo y entre el acompañante
y yo.