Professional Documents
Culture Documents
ESTUDIOS
DE
ANTROPOLOGóA
ESTUDIOS CRIMINAL Y
DE
POR
TROPOLOGóA CRIMINAL
ENRIQUE FERRI
TERCERA EDICION
1
A NTR u POLOGIA CRIINAL
M
Es propiedad . - Que-
da hecho el depósito que Trabajo y celdas de los condenados .
marca la ley .
S eñores :
8 E . F$RRI ANTROPOLOGóA 9
10 E . FERRI ANTROPOLOGóA 11
14 E . FERRI
ANTROPOLOG„A 1 ;
Ió E, FFRRI ANTROPOLOGñA
17
20 E . FERR1
ANTROPOLOGó& 21
22 E . FERRI ANTROPOLOGóA 23
24 E- FERRI
ANTROPOLOGfA 25
26 E . FERRI ANTROPOLOGóA 27
i
E . FERRI
ANTROPOLOGóA 33
nal, no es bastante para evitar los
delitos y las reincidencias, y que ciín en beneficio de los condena-
existe una teorña, la de los susti- dos, han prescindido de una serie
de hechos tan inseparables del he-
tutivos penales, que afirma la ne-
cho criminal, como la parte supe-
cesidad de una higiene social bajo
rior y posterior de una superficie :
la forma de prevenciín remota,
creando y perfeccionando la insti-
continua ƒ insistente de las cau-
tuciín carcelaria y su organismo
sas del delito, mucho m„s eficaz
disciplinario y correccional, no se
y fecunda que la higiene indivi-
han fijado (sino individualmente,
dual, defendida por algunos sis-
al menos en general, los peniten-
temas penitenciarios .
ciaristas) en que detr„s del delin-
En otro tercer olvido, y acaso
cuente est„n sus vñctimas, sus fa-
m„s grave, han incurrido los par-
milias y las personas honradas
tidarios de la escuela cl„sica y los
ofendidas directamente por el de-
que se dedican al estudio de la
lito . Han olvidado que el mismo
disciplina penitenciaria, olvido no
hombre que en la c„rcel se mani-
absoluto en sus principios teíri-
fiesta sumiso y casi siempre hipí-
cos ; pero casi absoluto en su apli-
crita ante el empleado í el direc-
caciín pr„ctica, con especialidad
tor, tiene en su vida asesinatos,
en los pueblos de raza latina, y
homicidios, robos, etc ., etc . Todo
un poco atenuado entre las nacio-
esto lo olvidamos, principalmente
nes germanas y anglosajonas .
los pueblos latinos, que impulsa-
En su humanitaria preocupa- dos por el sentimiento, mientras
3
34 E . FERRI ANTROPOLOGóA 39
E . FERRI
42 ANTROPOLOG†A
43
sus hijos cometan . F,l Congreso dos, serí castigado . . . con la ex-
óopina que es de interñs social el
clusiƒn del derecho de ser jurado
adoptar medidas legislativas para
por un tiempo determinado„ ; o í
poner un dique í las consecuen- la ley Militar que prescribiera
cias deplorables de una educaciƒn óEl ciudadano que no se presente
inmonil dada por los padres í a la inscripciƒn en el servicio in 1-
sus hijos menores„ . Tal deseo es litar, serí castigado . . . con la e ,x en-
laudable, …pero quñ medios exco- ciƒn de este servicio . „
gti el Congreso í este fin? Veí- …Cƒmo? -,Si los padres educan
mosl os : ó Piensa que uno de los inmoralmente í sus hijos, esto
medios que deben recomendarse es, si no cumplen los deberes que,
es el de permitir í los tribuna- copio los derechos, se derivan de
les que priven í los padres por la patria potestad, para castigar-
un tiempo determinado de todos les les quitíis unos derechos de
ƒ parte de los derechos derivados que no se preocupan, ,y por consi-
pie la patria potestad, cuando los guiente, les dispensíis de los de-
i techos suficientemente probados beres que son inseparables de
testo no era preciso decirlo)* aquellos derechos? Se podr‡a ser
tifiquen su responsabilidad . mís príctico, recomendando cier-
Esta conclusiƒn se asemeja mu- tos medios ópara poner coto í las
cho í una ley procesal que dijese : consecuencias deplorables de una
ó El ciudadano que descuide su educaciƒn inmoral „ .
inscripciƒn en la, lista de Jura- El ejemplo que mís de, relieve
44 E . PERR I
ANTROPOLOGóA 45
presenta las tendencias sentimen-
tales de lo-, congregados en el pe- los detenidos de ambos sexos, pi-
di†ndoles perdñt-i, si . no pudiera
nitenciario, y que deinuestra al
proporcionarles uta .a ocupaciñn de-
mismo tiempo cñmo su filantro-
terminada .)
pía, concentrƒndose en los mal-
„ 2 . ‡ Aquellas ocupaciones se-
hechores, se esteriliza en un cana .-
rau segˆn el país, la correspon-
po demasiado ƒrido y podría ser
dencia con la familia, la lectura,
mƒs fecunda empleada de otro
la mˆsica, el dibujo, la escultura
modo, es el que nos presentan las
w^ en madera, etc ., etc ., la partici-
conclusiones referentes al empleo
paciñn en obras ben†ficas y el de-
de los domingos en las cƒrceles,
recho de asistir ƒ las conferencias
conclusiones que el Congreso acep-
organizadas por los individuos de
tñ por unanimidad .
las sociedades de patronato, acer-
„I .' El Congreso emite el voto ca de los elementos de moral, de
de que cada detenido de un-n .o de derecho ñ de otras ciencias . …
ambos sexos, sea libre de escoger Francamente, no creía que se
la ocupaciñn que sea de su agra- pudiese llegar a tales extremos .
do, de las que se permitan en la Creía no ser un hombre de fero-
cƒrcel .… (Aquí falta un detalle, y ces instintos ; me opondría ƒ que
es el formar un reglamento en el se volviese al cruel tratamiento
que se consignase como obliga- que con los presos se empleaba
ciñn del director de la cƒrcel, el en la Edad Media ; mas creo asi-
presentarse sombrero en mano a mismo que un límite debe existir .
E . FERRI ANTROPOLOGóA 47
46
medio, que los franceses llaman por uno „ otro sistema se consi-
a facoii, en el cual el empresario dera por muchos congo la clave de
no tiene ingerencia directa en la la soluciín del problema, en uniín
cñrcel, se limita ñ entregar ñ la 4 con la clase de los productos que
administraciín las primeras ma- se manufacturen . Insisten sobre
terias, dar las oportunas írdenes todo en que se dediquen los pena-
y recibir los productos manufac- dos a fabricar objetos que se con-
turados . suman en los mismos estableci-
La gran mayorƒa de los peni- mientos (utensilios de cocina, ca-
tenciaristas prefiere, ñ no ser cuan- ma,, ropas, etc .), í que se dedi-
do existan muchos detenidos en quen ñ la administraciín Publica,
un establecimiento, el sistema de í í la marina de guerra (vestua-
la administraciín , por razones rio, objetos de quincallerƒa, etc .) ;
econímicas y disciplinarias, por- que se empleen los presos en. l a
que con el arrendamiento se ex- construcciín de c írceles „ otras
plota de una manera excesi v a el obras p„blicas (dragado de puer-
trabajo de los presos con poca ga- tos, construcciín de fuertes) . í
nancia del erario p„blico, y por- bien que se introduzca en las Ix
que hay gran ingerencia por par- nitenciarias una gran variedad de
te de los contratistas con vigilan- industrias, para que no haya mi-
tes y detenidos, ingerencia que es elios productos de la inisni clase,
causa de no pocos desírdenes mo- y de aquƒ depreciaciín en los ]nis-
rales y materiales . La preferencia nios, y ademñs que se escojan in-
V. FERRI
56 ANTROPOLOGóA 57
6o E. FERR I
ANTROPOLOGóA 61
66 E . FERRI
ANTROPOLOGóA C7
68
r
ANTROPOLOG…A 6g
sible . Cuando la administración
suministra al detenido el alimen- se deduce que de cada cien d„as
to necesario para reparar suficien- pasados en los presidios, nuestros
temente sus fuerzas fisiológicas, galeotes trabajan 36, estín en
es menester que el detenido no ociosidad 57, en la enfermer„a 5 y
estñ ocioso y que el importe de su en castigo uno ; mientras en los es-
jornal no se dedique í cosas fƒti- tablecimientos llamados de pena,
les, cuando los obreros honrados se trabaja en el mismo tiempo 62
y las familias de las v„ctimas del d„as, 35 se pasan en ocio, 5 en la
delito cuentan si acaso con un enfermer„a y 2 en castigos . De-
jornal, suficiente sólo para no biñndose notar que los datos
morirse de hambre y de fr„o . apuntados constituyen un tñrmi-
En nuestros establecimientos no medio, del que hay que des-
penitenciarios, sin embargo de contar los presidios de S . Ste-
que no debiera suceder, acontece phani y Porto-Longone, en que
que impera mís la ociosidad que los d„as de ocio ascienden í 75
y 80, y los de trabajo 19 y 14,
el trabajo, y cosa rara, mís aƒn
siendo el trabajo domñstico 6 de
en los presidios, cuando en las le-
conservación de las mismas peni-
yes y en las sentencias se manda
tenciar„as .
í los presidios í los criminales
Desgraciadamente, la propor-
condenados í trabajos forzados.
ción citada de los d„as de ocio y
De la ƒltima estad„stica carce- trabajo en las círceles italianas
laria referente al bienio 1881-82,
no revelan una mejora sobre los
E. FERRI
70 ANTROPOLOGóA
71
E . FERRI ANTROPOLOGóA 73
72
82 E . FERRI
ANTROPOLOG…A
83
dad el derecho de condenaró El trabajo de las prisiones, en-
muerte ó los malhechores mós pe- tiendo que debiera ser el agrícola
ligrosos, añn reconociendo como de bonificar las tierras nialóricas,
reconozco la inoportunidad y aun al menos en la estaciƒn del a†o
la imposibilidad moral de aplicar en que (como sucede con los obre-
este derecho en la forma acostum- ros roma†oles que trabajan en la
brada . Si las probabilidades de bonificaciƒn del Agro Romano)
muerte o de enfermedad acechan
condena-
los trabajadores no pueden resis-
siempre al obrero libre y honra- tir el clima .
do, en las minas, en las indus- Deben instituirse colonias pe-
trias químicas, y aun en las ordi- nitenciarias, compuestas de algu-
narias, con razƒn sobrada se pue- nos miles de penados (en Italia
den correr estas desgraciadas pro- existen hoy mós de 17 .000 con-
babilidades por los criminales . denados ó trabajos forzados) y no
Ademós, supuesto que para redi- dos í la desecaciƒn de tierras pantanosas ‡el
mir ó Italia de la malaria se ne- trabajo en el que consumen y arriesgan su
vida, tendró como compensaciƒn una reba-
cesite el sacrificio de algunas vi- ja de pena equivalente ó una prolongaciƒn
das humanas, es indudable que de la vida misma . (Relazione citada, Roma
1881. pógina 205 .)
entre los trabajadores honrados y Aquí se ve la diferencia de principios fun-
los criminales, „stos deben sin damentales ; para Beltrani-Scalia, perece
como que el condenado hace una concesiƒn
piedad ser los sacrificados (1) . al Estado trabajando en las tierras pantano-
sas ; para mí, no es sino una consecuencia
(1) Yo no podría admitir la proposiciƒn
de su delito .
de Beltrani-Scalia, de que para los
E . TERRI
84
ANTROPOLOGóA 85
as E . FEARI ANTROPOLOGóA 87
100 E. FERRI
ANTROPOLOG†A 101
municaciñn con los extraíos, que Exposiciñn con modelos de las ca-
podrƒan destruir ñ alterar las prue- baías de los labradores, casas de
bas, y en esta situaciñn, la c„rcel obreros y cuarteles . Entonces se
preventiva es una verdadera nece- verƒa en su †ltima expresiñn „ qu…
sidad social, aunque protesten re- consecuencias ha llegado el doc-
tñricos … idealistas ; pero no debe trinarismo criminal, el sentimen-
pasarse un lƒmite, debiendo ser talismo penitenciario y la sabidu-
tratado el ciudadano procesado rƒa de las modernas civilizaciones .
como un hombre honrado . Para concretar en una conclu-
Si para las c„rceles judiciales siñn final las deducciones que
se adoptan las celdas expuestas hace la escuela positiva de la Ex-
en Roma, las aceptamos, mante- posiciñn de productos carcelarios
niendo, sin embargo, los lƒmites y celdas, decimos que aquƒ, como
razonables y sin incurrir en exa- siempre, la ciencia teñrica y pr„c-
geraciones . Lo que no podemos tica de los delitos y de las penas,
admitir en modo alguno es la con- no debe aislarse estos hechos del
fusiñn entre presos y procesados . n†cleo en que se determinan, para
estudiarlos como abstracciones
metafƒsicas, sino que debe coordi-
nar su estudio „ todas las restantes
Para comprender lo que son y … importantes manifestaciones de
representan las celdas de algunos la vida social . Solamente asƒ, como
penitenciarios, debiñ ampliarse la hace la moderna sociologƒa crimi-
Io6 E . FERRI
ANTROPOLOGóA 109
IO8 E. FERRI
E . FERRI
114 ANTROPOLOG…A lis
No aceptadas dichas ideas corno no . Y esto, porque teniendo todo
incontrovertibles por los que es- hombre un fin supremo que al-
tudian el derecho como un fe- canzar, impuesto por la suprema
nómeno social, existe un punto ley moral., y si†ndole dada la vida
de partida distinto entre unos y como medio indispensable de dicho
otros, y en tanto falta una, filoso- fin, por una parte, todos los hom-
fña positiva de derecho segín las bres tienen obligación de respetar
nuevas ideas . el derecho „ la existencia, y por
Resulta, pues, que es preciso otra parte, †l mismo est„ obliga-
resolvamos, en primer lugar, la do „ conservarla, no sólo porque
cuestión prejuicial de si el hom- de otro modo no podrña conseguir
bre puede disponer de su vida . el fin íltimo, sino tambi†n por-
Para esto, reuniendo y resu- que el hombre no recibe de sñ
miendo las teorñas de la tradicio- mismo la propia existencia, sino
nal filosofña jurñdica, encontramos de una potencia sobrehumana :
el siguiente razonamiento : ƒ El adem„s, „ la vida de un individuo
hombre como tal, tiene derechos, tienen derecho las personas de su
unos innatos y otros adquiridos . familia y la sociedad „ que perte-
Los innatos son intangibles en la nece, „ la que precisamente debe
persona humana y son inaliena- el beneficio de poder vivir segín
su naturaleza social . Dice Lubeck :
bles, y entre ellos el primero es
Non nobis tanturn nati sumus, sed
el derecho „ la existencia, condi-
partem nostri sihi al‡ vindicant,
ción de todo otro derecho huma-
1
116 E, FERRI
ANTROPOLOGóA 117
n8 E . FERRI
ANTROPOLOGóA 119
122 E, FERRI
ANTROPOLOGóA 123
128 19 . $'ERRI
ANTROPOLOGóA 129
132 E . FERRI
ANTROPOLOG7 k 1 33
136 E. FERRI
ANTROPOLOGóA '37
138 E . FERRI
ANTROPOLOGóA
1 39
jurñdica de la imputabilidad . El ma fundamental . La familia y la
hombre no es el solo que tiene de- sociedad †tienen un verdadero de-
recho d la vida; los hijos, las mu- recho sobre la existencia de cada
jeres, los padres y los hermanos,
uno de sus individuos?
tienen asimismo derecho í la vi- Cuestiƒn gravñsima y acerca de
, da ƒ í la integridad de su conjun- la cual no hemos encontrado ni
to (1) . „ Esto, dice Carrara, quita en filƒsofos ni en criminalistas
todo valor jurñdico al consenti- mís que desnudas afirmaciones,
miento de la vñctima del duelo, y y esto si acaso, porque no todos
puede valer aun en el caso del la tratan .
homicidio convencional ƒ de par- La …nica base que se ha senta-
ticipaciƒn en el suicidio . Sin in- do para responder afir mativamen-
-sistir en demostrar que esta argu- te í la pregunta anteriormente
mentaciƒn del eminente Carrara, consignada, entendemos que se
aí propƒsito del duelo, nos condu- reduce í la siguiente : no sƒlo el
cirña a justificar el duelo y a no hombre individuo, sino la socie-
castigarlo como delito, cuando dad humana, tiene un fin supre-
consintieren en verificarlo, no sƒlo mo que cumplir, para el que ne-
.la vñctima, sino su familia, nos cesita la existencia, y como ‡sta
queda en pie el verdadero proble- resulta precisamente de la exis-
tencia de cada uno de sus miem-
bros, de este modo la sociedad
(1 ) Carrara : Programma, pír. 49 661, n…-
mero 2, 1151 y sig . 1405, 2885 y 2886 .
tiene derecho de que los indivi-
140 E . FLRR[
ANTROPOLOGóA 141
1 42 E . RERRI ANTROPOLOGóA 1 43
1 46 1L . FERRI
ANTROPOLOG…A 4. 7
1
148 E . FERRI
ANTROPOLOG†A 149
bres es la ónica fuente de sus de-
quita fuerzas vivas „ la riqueza
rechos y de sus deberes ; por el
de su pañs y aumenta en un hom-
solo hecho de vivir en sociedad el bre otra naciín, siendo evidente
hombre adquiere derechos y debe- que la emigraciín absoluta es,
res ; por el hecho de abandonarla con respecto „ la naciín del emi-
sociedad, pierde los derechos y grante, lo que el suicidio „ la hu-
no tiene deberes . Asñ, se puede manidad.
resumir diciendo que el hombre No se comprende por quƒ ra-
tiene derechos y deberes porque y zín la vida, que „ nadie la pide
mientras vive en sociedad . el hombre , sino que le es dada
De esta forma, Beccaria y otros por una fatalidad natural, le pue-
igualaron, con razín, la condi- de ser impuesta jurñdicamente „
ciín jurñdica del suicida con la del perpetuidad por la sociedad, ya
emigrante . que la pretendida necesidad de la
Serña inexplicable, si no fuera existencia individual para la exis-
por las preocupaciones morales y tencia social sea un tanto proble-
religiosas de los actos humanos, m„tica . Otra cosa es y significa
el por quƒ „ los filísofos, recono- que cuando el hombre vive en so-
ciendo en el hombre el derecho de ciedad ƒsta tenga necesidad de
emigrar, le hayan negado el de- fijar ciertos lñmites „ su actividad
recho de morir . Beccaria observa externa, sin que se llegue nunca
que quien se mata produce menos „ afirmar que el hombre no puede
da…o que el que emigra, porque disponer de su vida . Se podrña
I5O E . FERRI
ANTROPOLOGiA I5I
cer (1), Bagehot (2) y otros (3), arrollar mós y mós los sentimien-
de que los socorros prodigados ó tos de caridad y benevolencia,
tantos seres enfermos fñsica, in- sino la de afirmar que la sociedad
telectual í moralmente, al lado tendró, la obligaciín de proveer,
del abandono de los hombres de en casos extremos, ó la procrea-
valer, no favorece al mejoramien- ciín de las generaciones futuras,
to humano, de este hecho no pue- limitando en nombre de la extre-
de deducirse la consecuencia, ya ma necesidad el derecho abstrac-
notada por Darwin y Fouillƒe (4), tamente reconocido en los hom-
de que no sílo el ejercicio de la bres de engendrar hijos . A este
filantropña (si bien en frecuente propísito es conveniente hacer no-
oposiciín con la verdadera utili- tar las continuas recomendacio-
dad de la vida), tiene, como in- nes de los mƒdicos y de los teílo-
mensa ventaja moral, la de des- gos, que hacen imprescindible una
(1) Spencer: Introñluction ó la science so- reforma en el derecho (1) . To-
ciale ; Parñs, 1879, póg . 369 .
(2) Bagehot : Lois scientiphiques du dƒ-
veloppement des nations ; Parñs, 1876, pógi- (1) Reciente inent : ha estudiado perfecta-
na 205 . mente este punto Maragliano, La medicina
(3) Greg, Valton ; Wallace, Fiske : V. Le nei suoi raporti colte questioni sociali, dis-
Bon, L'hornm.e et les sociƒtƒs ; Paris, 1881, 1, curso inaugural en la Universidad de Gƒ-
pógina 133 ; II, póg. 1.75 .--Maudsley : Fhisjo- nova; Noviembre, 1882 . Se pueden consul --
logie de l'espri.t;Parñ-9, 1879, póg . 778 y 779 tar ademós las monografñas de Bertillon, en
(4) Fouillƒe: La ,1hila7rthropie scientifi- el Dictionnaire encyclopƒdique des sciences
mƒdicales, palabra s Mariage, Naissance, Me,-
que en la Revue des Deux Mondes ; 15 Sep-
tiembre, 1882. .sologie, etc .
ó56 E . FERRi
ANTROPOLOGñA 157
158 E . FERRI
ANTROPOLOGóA I5')
dice Tolomei, que … estƒ en la ín- (1) Motesquieu : Lettres persanes . Car-
dole intrínseca del ser potestati- ta 76 .
160 E . FERRI
ANTROPOLOGóA Ili I
ANTROPOLOGóA 163
si el consentimiento de un hom-
bre en su muerte, tiene valor ju- esta segunda investigaciƒn pre-
rñdico y en quí lñmites, con res- liminar .
pecto al autor ƒ cƒmplice del sui- Tuvimos ya varias ocasiones de
hacer notar que una de las dife-
cidio .
rencias fundamentales entre la
A este propƒsito, mientras los
escuela cl„sica y la positiva del
criminalistas en su mayor parte,
derecho criminal, consiste en que
negando el valor al consenti-
mientras aquílla estudia el delito
miento de la vñctima, especial-
en sñ, como ente jurñdico abs-
mente en caso de muerte mate-
tracto, la positiva lo considera
rial y directa, de la segunda
como el hecho de un hombre,
cuestiƒn pasan „ la primera, nos-
como causa y efecto de la cons-
otros cambiamos los tírminos, tituciƒn org„nica y psñquica del
siguiendo los preceptos de la lƒ- delincuente, unida „ las influen-
gica . cias del ambiente fñsico y social .
Sin embargo, teniendo en cuen- Es decir, que mientras en la es-
ta que la sola lƒgica formal y abs- cuela cl„sica el delincuente est„
tracta no es suficiente para el es- en segunda lñnea, aun cuando se
tudio de los fenƒmenos sociales hayan estudiado las causas modi-
demasiado complejos, y teniendo ficativas de su imputabilidad mo-
en cuenta nuestras aficiones posi- ral, en la escuela positiva, por el
tivistas, haremos algunas consi- contrario, el delincuente est„
deraciones especiales acerca de siempre en primera lñnea; para
164 E. FERRI
ANTROPOLOGóA 165
los clñsicos y para las legislacio-
sentimiento de la vƒctima corno
nes que la han inspirado, el delin-
elemento de un homicidio, el
cuente no es mñs que un sujeto
positivista, une al elemento del
de aplicaciín de principios jurƒ-
consentimiento el examen del
dicos deducidos del examen del agente, que es siempre la parte
delito en sƒ, en el cual solamente principal en las cuestiones cri-
„estñ el decisivo fundamento po- minales . He aquƒ por qu† el po-
lƒtico criminal (1)… ; para los po- sitivista no se limita ñ deducir,
sitivistas, el examen principal con la sola ayuda de la lígica abs-
se dedica al hombre, y el delito no tracta, las consecuencias del prin-
es sino la base, el criterio para apli- cipio de que si el hombre puede
1
car los medios defensivos necesa- disponer de su vida, su consenti-
rios contra el hombre delincuente . miento quitarñ toda responsabili-
Esta diferencia de m†todo y de dad jurƒdica ñ su matador . Esta
tendencia ha de influir necesaria- es en verdad la ‡ltima conclusiín
mente en la presente investiga- que deducimos, pero no en abso-
ciín . Mientras los criminalistas luto, sino relativamente y subor-
de la escuela clñsica se han limi- dinada ñ las condiciones del que
tado hasta de ahora, ñ consi- da el consentimiento para su muer-
derar el valor jurƒdico del con- te y las del que la verifica .
En un trabajo antiguo sobre la
(1) Meyer : Lehrbuch des Deutschen Stra- teorƒa de la imputabilidad y la
frechts, II . Aufli ; Erlanger, 1877, pñg . 370,
nota 9
negaciín del libre albedrƒo, pre-
166 E. FERRI
ANTROPOLOGóA 167
1 78 E. FERRI ANTROPOLOGóA
179
ciedad . Mas no tiene razñn de ser cia, y nosotros creemos que antes
cuando el hombre dispone de la de resolver es preciso hacer algu-
vida propia ; mís que de la renun- nas observaciones . En este caso
cia de aquel derecho se trata de no es exacto el decir que la regla
la condiciñn de los derechos mis- volenti non fi.t injuria no puede ser
mos, condiciñn que una vez que aplicada por tratarse de un dere-
desaparece hace desaparecer tam- cho privado con un interƒs p…bli-
biƒn todo v„nculo ,jur„dico co, donde el interƒs privado no
En segundo lugar, el criterio puede mudar el derecho p…blico,
positivo para la aplicaciñn de la ya que entendemos que en este
caso la regla ha de ser aplicada .
regla volenti non fit injuria, no
puede ser la renunciabilidad mís Siendo evidente que el consenti-
ñ menos amplia del derecho indi- miento no puede tener eficacia
jur„dica sino en cuanto es presta-
vidual, sino la cualidad jur„dica ñ
do por quien tiene un derecho en
antijur„dica de los actos determi-
el caso supuesto, si se castiga al
nantes del agente . Efectivamen-
que mutila í una persona para li-
te, si se toma como ejemplo el
brarla del servicio militar, la cau-
del ciudadano que se hace muti-
sa es que el consentimiento no lo
lar para librarse del servicio mili- prestñ el verdadero poseedor del
tar, los criminalistas clísicos di- derecho, que en este caso es la
cen al un„sono que el consenti- sociedad y con ella los demís ciu-
miento no quita la responsabili- dadanos llamados í las armas ;
dad del que lo mutila í su instan-
180 E . FERRI
ANTROPOLOGóA 181
agente sea determinado por moti- y en las escuelas cl„sicas sñlo el hombre, en
la escuela positiva se recuerda que el hom-
vos ,jurídicos, legítimos, socia- bre delincuente, si bien es un hombre, _y',
les (1) . por consiguiente, con derechos humanos,
es tambiƒn un delincuente, y por ello debe
(1) tener cierta diminuciñn en sus derechos
Barcilai, distinguido defensor de
la
personales frente „ la sociedad ofendida .
escuela positiva y autor de la monografía
186 E . FaRRI
ANTROPOLOGóA
187
las opiniones de los tratadistas, ñ
por la mayorƒa la completa impu-
las disposiciones de los Cídigos y
nidad del suicidio (1), despu‡s de
a las decisiones de la Jurispru- varias transacciones y concesiones
dencia ; hipítesis que podemos re- paulatinas . Ha sucedido tal cam-
ducir a las siguientes : suicidio bio, prescindiendo del criterio que
participaciín en el suicidio (por
imperaba de las tendencias ‡ticas
auxilio í instigaciín) muerte
K y religiosas que tanto han domi-
ejecutada con consentimiento de
nado y que tantos rastros han de-
la vƒctima .
jado en muchos de los principios
Suicidio . Sin detenernos en
de las modernas escuelas crimina-
los acostumbrados y en ocasiones
les, y aun en no pocas disposicio-
in„tiles res„menes histíricos, es
nes legales, afirmaciín ‡sta que
preciso hacer notar un hecho de
se demostrarƒa fñcilmente exami-
importancia ; este consiste en que
nando algunos delitos en los Cí-
las opiniones de los juristas y las digos, como el infanticidio y el
disposiciones legales de un rigor aborto .
excesivo, hasta el punto que no Nos interesa muy mucho deter-
faltí quien afirmara …ser mñs cul- minar la razín ,jurƒdica de la im-
pable el suicida que el homici- punidad del suicidio, porque de
da (1) † , se han mitigado hasta el ella se derivan consecuencias im-
punto que se ha llegado ñ admitir
(1) Merkel : Selbstmord, en Holtzen .chrfh's
(1) Richter : Comentatio juridica de ho- Rechtslexicon, III, Anfli, Lei zig, 1881, III,
micidio, Sena, 1744, pñg . 35 . 668 .
190 E . PERR1
ANTROPOLOOiA 191
con Pessina, contra Beccaria, que lo del C†digo que castiga el ho-
la imposibilidad fñsica de castigar micidio al suicidio, porque í‡ste
al autor del suicidio no hace des- es el homicidio de sñ mismo, es
aparecer la naturaleza criminal una especie comprendida en el
del hecho, y, por consiguiente, el g‡nero homicidio, de modo que
autor (excluyendo siempre el caso r cuando el legislador ha castigado
de locura) ídebe estar sujeto ƒ el conato de todo homicidio vo-
una pena especial, en el estado luntario, ha castigado implñcita-
cñnico que puede ser castigado : en mente la tentativa de suicidio ;
la tentativa de suicidio . „ A…adi- con esto no se vendrña ƒ crear por
mos tan s†lo, que precisamente de interpretaci†n un delito nuevo,
esta consecuencia l†gica de consi- porque tal interpretaci†n no cons-
derar el derecho como entidad tituye una inducci†n por analo-
absoluta , lo que demuestra que E
gña, sino una deducci†n silogñsti-
esta tendencia se separa de la rea- ca del g‡nero ƒ la especie„ (pƒgi-
lidad, se lleg† ƒ esta otra-que na 17, primera edici†n) . Deduc-
ci†n que nosotros, con Carmigna-
es imposible moralmente en nues-
ni, creemos que es jurñdicamente-
tros tiempos castigar la tentativa
insostenible ; deducci†n de que
de suicidio .-Tanto mƒs es cierta
prescindi† el ilustre Pessina en
tal afirmaci†n, si se piensa que
la segunda edici†n de su obra,
el considerar el derecho en abs-
donde ha quedado solamente ulla
tracto habña llevado al autor cita-
indicaci†n ƒ la punibilidad, acaso
do `a la teorña de aplicar el artñcu- 1 .3
194 E. FERRI
ANTROPOLOGóA
1 95
de jure condenado del suicidio
como principio que la sociedad
frustrado, pero que, sin embargo,
tenga un derecho sobre la conser-
conducirña, como observaba Car-
vaci…n de inˆ vicia, aun í pesar
rara (nota al pírrafo 1155), í la
mño, se llegarña í la consecuencia
1!
consecuencia de que, por ejemplo,
de reconocer í la sociedad el de-
estando en Francia castigados de
recho de castigar la intemperan-
igual modo el delito consumado y cia y aun la misma emigraci…n‡
la tentiva, se verña acaso la posi- (pírrafo 1154) . Y ahora (y sin
bilidad de condenar í muerte el notar que el mismo Carrara afir-
que habña intentado inƒltimente ma, como veremos, este derecho
matarse . de la familia y de la sociedad so-
He aquñ por qu„ nos parecen bre la vida del ciudadano í pro-
menos l…gicos aquellos crimina- p…sito del duelo, pírrafo 2886),
listas que, como Carrara, Ferrao ‰cuíles serín las razones de con-
y otros, admiten la impunidad veniencia, por las que el suicidio
del suicidio consumado … frustra- consumado, como el frustrado, no
do por la sola consideraci…n de s…lo no se castiga, †sino que no
† conveniencia polñtica ‡ . Dice Car- se le enumera entre los delitos?‡
rara, si se quisiera considerar un (pírrafo 1155) . Son, dice Carra-
delito al suicidio fundíndose en ra, †la imposibilidad de imponer
la inalienabilidad del derecho í al cadíver una pena que no sea
la vida, †serña peligroso el seguir bírbara „ injusta, la conmisera-
este camino, porque establecido ci…n para con la familia ya bas-
196 E . FERRI
ANTROPOLOG†A 197
198 r. FERRI
ANTROPOLOG†A 199
200 E, FERRI
ANTROPOLOGóA 201
tículo del Cñdigo penal que casti- parece que prescindiendo de toda
gue la participaciñn en el suici- preocupaciñn ƒtica ñ religiosa, la
dio, debe entenderse participaciñn sola lñgica elemental basta para
en el suicidio consumado, es in- decidir, y volvamos a la analogía
204 E . FERRI
ANTROPOLOGóA 205
208 E . FERRI
ANTROPOLOG…A 209
212 E . FERRI
h
ANTROPOLOGóA 213
216 E . FERRI
ANTROPOLOGóA 217
2t8 E . FERRI
ANTROPOLOG‡A
21 9
220 E . FERRI
ANTROPOLOGóA 221
222 E . FERRI
ANTROPOLOGóA 223
224 E . FERRI
ANTROPOL.OGfk 225
228 E . FERRI
ANTROPOLOG„A 229
sociales, toda vez que nada im- que los jueces puedan variar la
porta que se mate ó un individuo pena dentro de los lƒmites lega-
materialmente pegóndole una pu- les, teniendo en cuenta la …mal-
zialada ñ dóndole un tiro, ñ que dad† de la voluntad del agente,
se le proporcionen al mismo estas precepto que es uno de los reco-
armas ñ un veneno instigóndole nocimientos implƒcitos del crite-
con maldad ó que use de ellas ; rio jurƒdico que hemos propuesto,
y 2 .í, que la muerte de una per- afirmaciñn que puede verse com-
sona con su consentimiento no probada en Puccioni, el cual li-
produce castigo para el matador mita su atenciñn ó los casos de
si prueba la legitimidad de los participaciñn en el suicidio por
motivos impelentes . … un ónimo perverso ñ de codicia
Bajo el imperio de las leyes que de las cosas ajenas (1)† . E n el
consideran una sola de las dos caso de muerte con consentimien-
hipñtesis, para la que contenga to no incluida en la participaciñn
una sanciñn esplƒcita, el criterio en el suicidio, aunque no sea un
de los motivos determinantes no homicidio en el sentido general
tendró mós efecto que el de ate- de la palabra, creemos, sin em-
nuar la pena ; esto si los jurados bargo, que la nociñn legal del ho-
que del hecho conozcan no acuden micidio de ser …la muerte de un
ó la piadosa mentira de negar el hombre ejecutada con dolo ñ cul-
hecho mismo . A este propñsito, (1) Puccini : 11 Cod, pen . toscano illustra-
t o, IV, 499 .
el Cñdigo penal toscano establece
232 E . FERRI
ANTROPOLOGóA 2 33
:a .
firmando, por consiguiente, las uno que matí ƒ Luisa y otro que
otras dos . se tirí su agresor . En Julio de
Son, efectivamente, frecuentes 1883, en Savona, dos artistas dra-
los casos en que dos individuos, mƒticos decidieron morir : el aman-
casi siempre dos amantes desgra .-- te matí ƒ su novia y „l quedí gra-
ciados, deciden morir juran top y vemente herido ; curado, no se
uno de los dos sobrevive, sin que sabe que se le siguiera proceso,
la autoridad proceda, por el reco- no obstante que se trataba de un
nocimiento implñcito del criterio verdadero caso de muerte consen-
de las categorñas de delincuentes tida. En otras circunstancias se
(delincuentes por pasiín) que la verificaron casos de ñndole anƒlo-
escuela positiva sienta como base ga ƒ los referidos : asñ, sin hablar
de la diversa aplicaciín de la res- de m„dicos piadosos que en algu-
ponsabilidad jurñdica . Recorda- na enfermedad absolutammienate des-
mos, entre otros casos, el que esperada para la ciencia de hoy
narraba un periídico de Cagliari : (como sucedií en un caso referido
en el verano de 1881, se oyí de- por Dalloz, en que -hubo proceso
cir ƒ Francisco G. que estaba una y absoluciín), podrñan por sola
noche conversando con su amante humanidad anticipar la muerte
Luisa R . --Luisa, yo te mato .- seguida de horribles sufrimientos ;
Haz lo que quieras, que no me en Bolonia ha sucedido un caso
lamento-contestí -y en el acto de muerte por motivos legñtimos .
se oyeron dos tiros de revílver, Estaba para terminarse el proceso
E. FERRI
246 ANTROPOLOGóA 2 47
250 E . rERRI
ANTROPOLOGfA 251
252 E. FERóI
ANTROPOLOGñA
2 53
E. FERRI
254 ANTROPOLOGóA 2 55
26o E. FERRI
ANTROPOLOGóA 261
xime en los casos de pena ca- nuada, sino que continƒa y sñlo
pital . cede en virtud de la acciñn tran-
ate- quilizadora del tiempo ; mientras
II . Mientras que el primer
caso la expresiñn del remordi- que las manifestaciones del falso
miento es independiente o hasta remordimiento se acallan, y a me-
contraria í la independencia del de- nudo hasta se convierten en sa-
lincuente ; en el otro caso, por el tisfacciñn, una vez evitado el pe-
contrario, perdida la esperanza ligro de la sentencia condenatoria
de la impunidad, no es mís que ñ de una pena grave, de donde
un medio de mover í los jueces í ten„an precisamente origen .
la indulgencia, ñ por lo menos un IV . En el verdadero rem ordi-
confortante para los propios su- miento, el reo se olvida de s„ mis-
frimientos y temores, en especial mo y piensa, sobre todo, en las v„c-
cuando en la inminencia de la timas d e su delito, ?, expresa el
muerte el condenado se abando- deseo de reparar el da…o hecho,
na, hasta de buena fe, í las príc--= mientras que en el caso de remor-
ticas religiosas, por la ƒltima es- dimiento aparente, el reo sñlo
peranza, siempre ego„sta, del eter- piensa en s„ mismo, en su propia
no perdñn . suerte Cí lo sumo en la de su fami-
III . Por eso el verdadero re- lia, y de todas maneras olvida
mordimiento no cesa ni se calma por completo el dolor y el da…o
de improviso apenas obtenida la ajenos, ocasionados por su de-
absoluciñn ñ una sentencia lito
i64 E . FERRI
ANTROPOLOG‡A z 65
266 E . FERRI
ANTROPOLOG…A 267
nal, y hasta en algunos locos), la
delitos cometidos, del total de 700
falta del remordimiento por el de-
presos ƒ quienes he examinado
lito cometido .
uno por uno en el penal de Pesa-
Y comenzando por las pruebas
ro y en la cƒrcel de Castelfranco,
indirectas, que reproducen tam- he podido entresacar, en efecto,
bión los principales caracteres del
que mientras el 42 por 100 de los
falso remordimiento, ha poco in- delincuentes mƒs criminales (ase-
dicadas, presóntasenos ante todo sinos , homicidas , salteadores)
como tal la obstinada negativa de eran inconfesos, sñlo lo eran el
.a}
los propios delitos ; la cual, mien- 21 por 100 de los delincuentes de
tras es producto de la idea de evi- menor criminalidad (ladrones, ra-
tar con ella la propia condena- teros, estafadores, etc .) Y no sñlo
ciñn, demuestra al mismo tiempo esto, sino que mientras de los
cñmo falta la reacciñn del sentido homicidas del penal de Pósaro
moral ofendido, precisamente por- negaban el 38 por 100, por el con-
que en estos homicidas comunes trario, entre los homicidas de la
no existe sentido moral, ñ es ob- cƒrcel de Castelfranco (menos fe-
tusísimo . Aparte de las historias roces, puesto que sñlo estaban
de los procesos (excepto los polí- condenados ƒ cƒrcel), no eran ne-
ticos) que demuestran que casi gativos nada :mƒs que el 4 por 100 ;
siempre los homicidas mƒs vul- grandísima diferencia que, por sus
gares y salvajes son los obstina- cifras mismas y por la relaciñn
dos en negar hasta lo „ltimo los de los totales respectivos, adquie-
ANTROPOLOG†A
268 E . FERRI %69
E. FERRI
272
ANTROPOLOGóA
273
temporal (1)! ñ El parricida Cha-
moux, habiendo oído que los ju- por completo todo recuerdo y todo
remordimiento del delito, mien-
rados le habían reconocido ate-
tras que en el caso contrario, de
nuantes, ƒ escuch„ la lectura de
pena grave, no queda mis que el
la sentencia con visible satisfac- amargor de la agravaci„n de pena .
ci„n (2)ñ . Uno de los dos soldados A.sí, entre los que yo examin†, el
estranguladores , condenados … n‡m . 23 (Tablas p)slcol„glcas del
muerte en Verona en 1883, aco- atlas de mi monografía acerca del
gi„ la noticia del indulto ƒ con el hona7c7d7o), mientras que comenz„
mayor gozo y con signos exterio- por protestar de su inocencia, aˆa-
res de contentamiento ñ . di„ : ƒ pero, despu†s me han dado
Pues bien ; aparte de lo que sig- m…s de lo que merecía el hecho ñ ;
nifican estos hechos con respecto el n‡m . 44 : ƒhe sido condenado
al temor … la pena capital, que … cadena perpetua (asesinato,
estudiar† en otro sitio, queda en- bandolerismo, hurto), pero es una
tre tanto el hecho de que ante el injusticia ; bastaban cinco „ seis
menor mal encontrado en la sen- aˆos por los hurtosñ ; el n‡m . 91,
tencia condenatoria desvan†cese a pesar del pretexto alegado, re-
vela ausencia absoluta de remor-
(1) Despine : Ps4cologia natural, París, dimiento en el conjunto de estas
1868, tomo II, p…g 195 ; tomo III, p ~ gs . 264, contestaciones suyas : ƒun deudor
265 .
(2) Los parricidas, en la obra Causas c†-
trat„ de matarme ; entonces, z7s-
l ebres, p…g . 29 . zas; ‰he de morir yo? mejor es que
18
E . FERRI
274 ANTROPOLOGóA 275
276 E . FERRI
ANTROPOLOGóA 277
aquñ algunas de las respuestas
mís caracterñsticas, el asesino nƒ- mismas canciones de los presos,
mero 37 dice : „No tengo ningƒn recogidas por Lombroso, que di-
cen asñ
mal ; no siento nada, estoy muy
bien… ; el homicida nƒln . 59 : „Me „‡Oh círcel, vida mña tan felice!
hago cuenta de que estoy en mi ‡Estoy dentro de ti! ‡C†mo me placas!
No tiene seso quien de ti maldice
casa … ; el ladr†n nƒm . 575 : „ ‡ Ah!, O piensa que la paz turbas, de haces,
me encuentro bien, estoy tranqui- Aquñ s†lo amistades ciertas hice,
lo, sin pensamiento…, y el homi- Y hay dinero, y comida, y santas paces (1) .…
28o E . FERRI
ANTROPOLOGóA 281
ANTROPOLOGóA 285
284 E . PERRI
ANTROPOLOGóA 287
286 E . FERRI
288 E . FERRI
ANTROPOLOGóA 289
290 E. FERRI
ANTROPOLOGóA 291
mayor parte de los homicidas co- tidos ; entre los examinados por
munes (como, por lo demñs, lo mƒ, resulta que son confesos el
advierte el mismo Holtzendorff), 54 por 100 en los delincuentes de
porque esta conclusiín silogƒstica P†saro y el 77 por 100 en los de
estñ desmentida por las observa- Castelfranco ; mas no por eso ha
ciones de hecho que hemos lleva- de afirmarse que todos los reos
do y estamos en vƒas de llevar confesos estuvieron arrepentidos
ñ cabo . de sus delitos . Bien lejos encu†n-
En segundo lugar, aquel dato trase esto de ser as… ; y por lo
de Lombroso, de un n„mero tan mismo distingo los reos pura y
exiguo de detenidos confesos, que simplemente confesos de aquellos
parece estar en desacuerdo con que ñ la escueta admisiín de sus
mis observaciones, puede quizñ delitos a‡aden el arrepentimiento
depender del diverso modo de di- verdadero, í alguna excusa, í,
rigir el interrogatorio ; puesto que por el contrario, la indiferencia,
la impasibilidad y hasta el cinis-
si las preguntas se hacen dema-
siado directamente al descubierto, mo . Y entonces hallamos precisa-
mente los datos acerca de la acti-
mñxime en presencia de extra-
tud de los detenidos, que pode-
…ƒos, producen a„n mayor descon-
mos reproducir aquƒ, en el total
fianza al examinado . Aparte de
t de las dos series de Pc isaro y de
esto, no me parece exacto igualar,
Castelfranco, por lo que respecta
como parece hacerlo Laombroso,
ñ la expresiín del remordimiento :
los reos confesos con los arrepen-
ANTROPOLOGóA 297
296 E . FERRI
DELINOUENTES .-PPSs RO
100) por la ƒndole mñs ocasional
Y CASTELFRANCO
POR 100 de estos „ltimos .
ACTITUD II . El 9 por 100 se limitaron
E í~m ñ la pura y simple confesiín del
m o =~
delito, sin diferencia alguna casi
Confiesan simplemente . . 9,6 9,81 9,4 entre homicidas y ladrones .
x
a Llorando . . . . . . . . . 1,7 0,8 1,1 III . El 18 por 100 alegaron
Arrepentidos 1,7 0,4 3,0
excusas mñs í menos plausibles,
Excusñnclcse 26,0 8,3
Z
a Indiferentes 23,0 170; 25,5 como la necesidad de la defensa,
u Impasibles 1,1 2;7 la provocaciín, la inexperiencia
a
w Desvergonzados . . . 10,7 5,1 19,2 juvenil, la embriaguez, la mise-
Individur, s examinados . . 698 254 266 ria, las malas compa…ƒas, etc ., y
entre ellos los asesinos y homi-
De esta tabla se desprenden es- cidas (26 por 100), mucho mñs
tos hechos evidentes que los bandoleros y ladrones (8
1 . En el total de los 700 de- por 100), especialmente los ho-
tenidos examinados por mƒ, sílo micidas simples, mñxime los de
el 3 por 100 se mostraron arre- Castelfranco (24 por 100), que
pentidos 6 lloraron al contar sus por lo leve de la condena confir-
delitos, y entre ellos los asesinos man su veracidad .
y homicidas (1,2 por 100), mucho IV . El 23 por 100 permane-
menos que los bandoleros, y sobre cen indiferentes del todo al rela-
todo que los ladrones (4,1 por tar sus delitos, y un poco mñs los
298 E . FERRI
ANTROPOLOGóA
2 99
bandoleros y ladrones (25 por
100), que los asesinos y homici- asesinos-homicidas (24 por 100)
das (17 por 100), ñ cuya cifra se menos que los bandoleros-ladro-
nes (45 por 100), mientras que
agrega el 3 por 100 de impasi-
otro tercio (32 por 100) lo de-
bles . muestra indirectamente con la
V . En fin, mñs del 10 por 100 pertinaz negativa, y los asesinos-
dan con su actitud descarada la
homicidas (35 por 100) un poco
prueba mñs explícita de una com- mñs que los bandoleros-ladrones
pleta falta de remordimiento, y (30 por 100) .
entre ellos, (por el gƒnero del de- A…ñdese ñ esto, como conse-
lito, menos grave en sí, menos cuencia y manifestaci„n paralela
penado y menos infamante) los de la falta de remordimiento, la
bandoleros y ladrones (19 por 100) sonrisa y la, frecuente hilaridad con
mñs que los asesinos y homicidas -741
que los detenidos (mñxime los ra-
(5 por 100) . teros y ladrones), olvidando hasta
Así, pues, en tesis general, pu- la mñs fñcil hipocresía, acompa-
diera decirse que en la masa de …an la narraci„n de sus gestos
los detenidos, mñs de un tercio criminales . Entre los examina-
(35 por 100) demuestra de un dos por mí, 68 dieron esta prue-
modo directo la falta de todo re- ba significativa de reirse de sus
mordimiento con la indiferencia delitos y de sus condenas ; preci-
„ con el descaro de la confesi„n „ samente 17 (6 sea el 5 por 100)
relato de los propios delitos, y los entre los delincuentes de Pƒsaro,
300 E . PERR1
ANTROPOLOGóA 30ñ
3O2 E . 1'ERRI
ANTROPOLOGóA 303
E . le ERR1 ANTROPOLOGóA
304 305
bre, aun fuera de los casos (que tras que a la pregunta de si nun-
atañen a la psicopatología) de una ca había herido … alguien, res-
sensaciƒn ven„rea unida al derra- ponde : †pero si no soy un mata-
mamiento de sangre . Tambi„n en- rife ˆ , a la observaciƒn de que, sin
tre los examinados por mí, algu- embargo, robaba carteras, excla-
nos llegaron … tener la franqueza ma : † ‡ah, pero eso es bueno! . . . ˆ
de declarar †agradable el delito, Y el n‰m . 442 repite que el robar
sobre todo el hurto ; franqueza † con franqueza, es una cosa bo-
que no puedo llamar descaro, al nitaˆ ; el n‰ni . 389 : †no digo que
recordar la expresiƒn como de in- el robar sea una cosa buena, pero
genuidad con que revelaban „sta para mí lo es porque se obtiene
su absoluta falta de sentido mo- dinero sin trabajo ˆ ; el n‰m . 478,
ral . Precisamente como aquella revelando asombrosamente la psi-
cología del delincuente habitual,
ladrona inglesa, que decía a una
dice que † al principio se teme ha-
señora de la Sociedad de Patro-
cer un despropƒsito; despu„s . . . es
nato : † ‡ Oh, señora, si supiese
como ir … la tabernaˆ ; y el 489
usted qu„ bien se vive! ‡Hacer
confiesa : †el hurto no me parece
proyectos de hurtos, realizarlos,
un feo robo ˆ ; y el 509 : † por eso,
viene a ser como una partida de
el hurto es un buen oficio si me
campo ƒ una fiesta de baile para
lo dejan hacer ; pero las lesiones
una señorita de la buena socie-
no son un oficio, porque no es in-
dad! (1) ˆ Así, el n‰m . 377, mien-
dustria ˆ . Por tanto, acerca de es-
(1) Revista carcelaria, tomo 1, p…g . 492 . 20
U . FERRI
30 6 ANTROPOt .OGó k 07
E. FERRY
3 08
ANTROPOLOG‡A 309
entonces hay que pensar en dis- ponde con un dˆbil fulgor de in-
frutarla . ñ ---El ním . 489 : ƒ Siento tuiciŠn el ním . 507 los dˆbiles de
miedo cuando estamos robando ; sentimiento no tenemos remordi-
FII:OSOFíA t HISTORIA
II~D ICE
Nota de copyright :
3. Al reutilizar o distribuir la obra, tiene que dejar bien claro los términos de
la licencia de esta obra.
Universidad de Sevilla.
Biblioteca de la Facultad de Derecho.
Servicio de Información Bibliográfica.
jabyn@us.es