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Equipándonos para conquistar

Introducción

Un conquistador no se forma de la noche a la mañana. No surge por generación espontánea o en


un momento de intensa alabanza. Un conquistador se va construyendo, se va formando, va
adquiriendo un carácter, va desarrollando un perfil especial, va manifestando unos hábitos que lo
caracterizan y distinguen, va organizando un estilo de vida poco común, va adoptando las
costumbres del cielo, y así vive, así enseña, y así forma.

Para ser verdaderos conquistadores, necesitamos ser implementados por el Señor. Así como los
grandes héroes épicos, vencedores de grandes batallas, necesitaban de un equipo especial para el
cumplimiento de su misión, el profesional requiere no una gran espada o armas sofisticadas sino el
equipo del cual nos dota el Señor.

• La armadura del conquistador - Efesios 6:10-13

Cuando hablamos de la armadura o el equipo del conquistador, no nos referimos simplemente a


características espirituales, estamos hablando, además, de virtudes del carácter, actitudes y
conductas rectas y dignas, que denotan la excelencia del carácter del hombre o mujer que permiten
que Cristo viva en y a través de ellos.

A continuación, estudiaremos la armadura con la que se equipa el hombre y la mujer de Dios va a la


conquista:

• Vida Devocional creciente y consistente - Efesios 6:18

Es la primera y mejor arma para enfrentar los desafíos diarios. Quizá hemos subestimado el poder
de la oración y de la palabra de Dios, como el motor que nos impulsará a volar como un águila
imperial. Buscar el cara a cara con Dios y desarrollar una vida de monte, fue el secreto de muchos
hombres que transcendieron en todo lo que emprendieron

• La Espada del Espíritu, la Palabra de Dios - Efesios 6:17

El que no ame, se deleite y se sacie de la Palabra de Dios día y noche, quedará estancado, estará
desprotegido y a merced de las circunstancias; la Biblia debe ser el libro más leído y estudiado que
tengamos, él es el único que garantiza el éxito en nuestra vida.

• Ceñir los lomos con la verdad - Efesios 6:14a

Lo que confiere firmeza a nuestra vida, convicción a nuestras palabras y credibilidad a nuestra
enseñanza, es La Verdad.

Debemos ser entonces consecuentes con lo que decimos y hacemos. Es necesario que el
conquistador sea honesto con Dios, consigo mismo, con su familia física, espiritual y, aún más que
sea honesto con su país. Necesitamos entender y asumir con una sana motivación nuestro
compromiso con la vida y la tierra que Dios nos ha dado, así hallaremos gracia ante Dios y ante los
que nos rodean - Proverbios 3:3-4

• La coraza de Justicia - Efesios 6:14b

Este era uno de los elementos defensivos más importantes, hecho de hierro o acero, compuesto de
peto y espaldar. Protegía el tronco. No hay nada que nos proteja más, que nuestra propia integridad
delante de Dios, y, por tanto, delante de los hombres - Salmo 26:1-12. Recordemos que la justicia es
fruto de la justificación en Cristo, tiene que ver con actuar conforme al corazón de Dios.
Sólo el que se aparta de Dios, se vuelve vulnerable, y queda a merced y a voluntad de cualquier
enemigo. Una de las cosas que no hay que dejar perder, porque es demasiado difícil volver a
restaurar, es la integridad - Josué 7:10-26

• El calzado del apresto del evangelio de la paz - Efesios 6:15

El calzado era considerado en la época bíblica un elemento de gran valor, que marcaba la condición
entre el rico y el pobre. Además, era indispensable para la batalla; no podía faltar dentro del
conjunto de armas y atuendos que se debían llevar a la guerra. Apresto, significa ?provisión de todo
lo necesario para llevar a cabo una acción militar?

En otras palabras, un soldado que no llevara su apresto, estaba condenado a morir, pues estaba
totalmente desprotegido, sin defensa. Apresto reúne todo lo demás. Para nosotros, significa que
todo lo que somos y hacemos, tiene un solo propósito: Comunicar el mensaje de Jesucristo, predicar
y hacer discípulos. El que pierde la esencia de su vida y se dedica a otra cosa, pierde en la batalla

• El escudo de la fe - Efesios 6:16

La fe es el mejor escudo que nos protege de todos los dardos del maligno, pues la obra del enemigo
está basada en nuestra falta de fe.

Por la fe nos hacemos invencibles y logramos lo imposible. Este fue el llamado hasta el último
momento, que el Señor nos hizo a través de nuestro padre en la fe. Él decía: ?Todo está dado, pero
el problema es que no le creemos al Señor. En toda la Biblia encontramos nuestras marcas como
ungidos: escogidos como especiales tesoros, el pueblo de su heredad, pueblo santo para Dios,
especiales para Él, pueblo único, de su exclusiva posesión, pueblo redimido para ser celoso de
buenas obras, linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, reyes y sacerdotes, llamados a reinar
sobre la tierra, llamados a bendecir. El hombre y la mujer de fe es el que solo se preocupa de vivir
según las costumbres de Dios y deja que él se encargue de prosperarle?

• El Yelmo de la Salvación (Efesios 6:17a)

Parte importantísima de la armadura. El yelmo protegía la cabeza y el rostro del guerrero. No hay
nada que imprima más seguridad y protección a la vida del siervo, como tener la salvación ?bien
puesta?, es decir, lo que conocemos como: ?seguridad de salvación?. ¿Qué tanto creemos, vivimos
y disfrutamos la permanente presencia y compañía del Espíritu Santo, el regalo de la paternidad de
Dios, el perdón de todos nuestros pecados, la vida eterna y el nuevo propósito para vivir?

El que vive a la luz de su salvación, siempre estará firme en su fe y en su llamado, nada le moverá,
nada le deslumbrará ni le apartará del camino; tendrá siempre un corazón agradecido, su vida irá de
gloria en gloria, llena de fruto abundante y permanente para la gloria de Dios.

Aplicación Teoterápica

La Conquista no puede ser un eslogan, debe ser un desafío mucho más alto que cualquiera de los
que hasta el momento tuvimos que enfrentar. Dios va a conquistar, pero sólo con aquellos que se
dejen equipar con su armadura.

Los hijos de nuestra Familia en la fe estamos llamados a asumir este compromiso, pues como hijos
de Dios no podemos quedarnos indiferentes viendo cómo nuestra nación y el mundo se destruyen.

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