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B'sorah: El Evangelio

Por Gustavo Rivas

“Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó
por gracia para un evangelio diferente. No que haya otro...” (Gálatas 1:6).

“... pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis


en Roma” (Romanos 1:15).

Este término, EVANGELIO, se ha malinterpretado y le han dado un


significado distinto al que se ha querido enseñar y se ha enseñado por
siglos, colocándolo como contrario a la Torah (mal traducida ley), a Moisés
y todo lo que es el pueblo de Dios, haciendo creer que tiene relación con
algo nuevo dado por Iehoshúa (Jesús) y que es producto de la gracia
existente ahora, de acuerdo a los conceptos dispensacionalistas y
fundadores de temas tales como la ley y gracia. Pero debemos estudiar a
profundidad las Escrituras y darle el lugar apropiado que se merecen y no
pensar que simplemente es una buena nueva basada en la muerte y
resurrección del Mesías. Eso sería algo muy simplista.

En estas citas vemos cosas curiosas como la carta a los Romanos,


donde Pablo le dice a los creyentes que desea llevarles o enseñarles el
evangelio (Romanos 1:15). Pregunto: si eran creyentes, ¿cómo no conocían
el evangelio? ¿Cómo creyeron? ¿De qué se les habló entonces, si él mismo
en la carta a los Gálatas dice que no hay otro evangelio?

“Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros,


hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el
principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en
la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la
gloria de nuestro Señor Jesucristo” (2 Tesalonicenses 2:13,14). La carta es
escrita para gentiles por un judío y él dice que Dios los escogió para
salvación y los llamó mediante NUESTRO EVANGELIO. ¿Por qué dice
“nuestro” y no “el” o “su”? Porque fue manifestado a los judíos. Por ello
también dice que “la salvación viene de los judíos” ya que ellos
manifestaron el evangelio.

“En los cuales el dios de este siglo ha cegado el entendimiento de los


incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de
Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2 Corintios 4:4). ¿Por qué se pone
tanto énfasis en que el evangelio no sea entendido? Porque en él
(evangelio) está basada la promesa a los gentiles y su salvación, la cual
sólo podía ser alcanzada por medio del sacrificio (korban) del Mesías, quien
es el instrumento de Dios para justificación del hombre. En otra

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oportunidad podríamos tratar algunos conceptos que se han
malentendido y a veces los definen y enseñan como si fueran iguales. Tal
es el caso de: justificación, salvación, redención, expiación y perdón.

Sigamos con el tema. Me pregunto si acaso había algún beneficio en ser


gentil en esa época, entendiendo por gentil lo que dice la Escritura: “los
cuales estaban sin Dios, sin pactos, sin promesas, sin esperanzas, y sin
nada” (Efesios 2:13).

El Maestro Pablo fue tomado para llevar 2 puntos importantes a los


gentiles. Primero: el evangelio. Segundo: a Iehoshúa (Jesús) como Mesías
por medio del cual eran injertados a Israel para que fueran conciudadanos
y coherederos y así compartieran todo con los judíos.

Qué propósito tiene ser injertados al olivo natural para vivir alejados de
las prácticas bíblicas y todas sus costumbres, las cuales fueron creadas
por el Eterno, quien prohíbe que imitemos y practiquemos (Jeremías 10:3
“Porque las costumbres de los pueblos son vanidad”) lo que los gentiles
(los que no son creyentes que viven fuera de la voluntad de Dios) hacen, y
hasta nos dice que salgamos de ellos (Apoc. 18:4-5: “4 Y oí otra voz del
cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de
sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; 5 porque sus pecados han
llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades).

¿Qué beneficio tiene ser injertado por un precio tan alto como lo es la
sangre del Mesías, para luego vivir alejado y contrario a las prácticas
establecidas en la Biblia? ¿Cómo soy conciudadano si no vivo como tal?

Como creyente de origen gentil, ¿no se tendrá que cumplir con lo


establecido por Dios en su Palabra? ¿Será beneficioso no cumplirla?
Iehoshúa (Jesús) dijo que el que guarda un mandamiento, sea grande o
pequeño, será llamado de igual manera en el reino de los cielos (Mateo
5:19).

"De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos


muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en
el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será
llamado grande en el reino de los cielos". Miren la importancia de hacerlos
(ponerlos por obra) y de enseñarlos. ¡Qué distintas serían las iglesias hoy
día si obedecieran al Señor!

Y dicen los sabios de Israel que no se reveló cuáles son los grandes y los
pequeños para que de esta manera los cumplamos todos. ¿Acaso el fin
nuestro es ser llamados pequeños?

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¿Con qué propósito se nos reveló el evangelio? Simplemente para ser
salvos. ¿Cuál es la diferencia de los creyentes de la época del Mesías y los
creyentes de hoy día?

Iehoshúa (Jesús) dijo que si lo amamos guardemos los Mandamientos.


No guardarlos es no amarlo y al amarlo a El, Dios nos ama, por lo tanto
está entrelazado. La magnitud del amor que decimos de boca a Iehoshúa
(Jesús) es medible en base a los Mandamientos que guardas y enseñas.
Pero si eres gentil ¿por qué no lo puedes hacer?

Tener fe va mucho más allá que creer, es algo que conlleva una acción.

Si el gentil (el olivo silvestre) por los méritos del Mesías es injertado
cuando al accionar, producto de la emunah (fe), recibe las promesas para
ser alimentado por la rica savia (la Torah) del olivo natural (Israel), ¿cómo
puede ser olivo silvestre si fue injertado? ¿Y alimentarse de qué, si rechaza
la rica savia (la Palabra de Dios)? Si eres injertado ya no eres lo mismo,
como dijo el maestro Pablo: “ya no vivo yo, mas el Mesías vive en mí”. ¿O
podrá encontrar algo bueno en la savia pagana que es contraria a la
Torah? Entonces, ¿para qué desea ser ciudadano de Israel si no quiere
vivir como tal? Simplemente digo: en vano han creído. Despreciar y
menospreciar es cuestionar al Eterno que fue creador de todo ello con el
propósito de apartarnos y declararnos santos y no ser igual a las demás
naciones. Por eso todos somos un pueblo. Independientemente de tu
origen, si eres del Mesías eres linaje de Abraham. “Y si vosotros sois de
Cristo, ciertamente linaje de Avraham sois, y herederos según la promesa”
(Gálatas 3:29). ”Porque no por la ley fue dada a Avraham o a su
descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la
justicia de la fe” (Romanos 4:13).

Si no deseo cumplir con los Mandamientos del Eterno, ¿cómo puedo ser
EJAD (uno) con Dios como fue el deseo de Iehoshúa (Jesús) y el cual debe
ser el deseo de todo creyente que ama a Dios y a su Palabra?

"Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti.


Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que
sean uno, así como nosotros" (Juan 17: 11).

Basado en todo esto estudiemos un punto importante y que se ha


enseñado mucho: EL EVANGELIO. Esto nos introduce al Cap. 1º de su
carta a los Gálatas en el versículo 6, donde el maestro Pablo afirma: “estoy
maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por
gracia para un EVANGELIO diferente”. En otras palabras, Pablo mismo se
sorprende de que mientras en un principio lo vieron como un padre
espiritual, como un gran líder, ahora muchos comenzaban a dudar de sus
credenciales y considerarlo sin autoridad para ser su maestro, alejándose

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de él, quien les había traído un mensaje basado en la gracia y la
misericordia del Eterno por los gentiles.

Les recuerda que al principio le recibieron como un ángel, como a


Iehoshúa (Jesús) mismo. ¿Qué les había pasado que ahora se han alejado
a un evangelio diferente? Y él mismo aclara que no es que haya otro
EVANGELIO.

¿Qué es el evangelio? No olvidemos que en una carta posterior el


maestro Pablo afirmó: “no me avergüenzo del evangelio” porque es poder
de Dios para salvación” (Romanos 1:16).

Cuando Iehoshúa (Jesús) comenzó su oficio afirmó: “El tiempo se ha


cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el
evangelio” (Mr. 1:15).

Pero Iehoshúa (Jesús) no hablaba griego y menos latín o español, sino


hebreo: "Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me
hablaba, y decía en lengua hebrea: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?"
(Hechos 26:14). Por lo tanto no pudo decir EVANGELIO, ¿qué dijo
realmente?

El término hebreo es B’SORAH. Para muchos la palabra Evangelio tiene


como significado el traer noticias; otros alegan que eran especialmente
relacionadas con las acciones de la guerra. Así que en cierto sentido
Evangelio es una buena noticia. Para algunos que malinterpretaron el
término, simplemente son “buenas nuevas”. Pero no necesariamente es
así. El término B’SORAH no significa exactamente NOTICIAS y eso
depende de los hechos.

Por lo tanto este término, EVANGELIO, dista mucho de ser el usado por
Iehoshúa (Jesús). Esta palabra no se encuentra en el vocabulario rabínico
de los tiempos del 2º templo.

En el comienzo de su ministerio, Iehoshúa (Jesús) dijo: “El tiempo se ha


cumplido y el reino de los cielos se ha acercado; arrepentíos y creed en el
EVANGELIO”.

Esta palabra se usó para designar el mensaje de Iehoshúa (Jesús),


implicando que era un vocablo bien conocido para su audiencia.

El problema es que si la palabra EVANGELIO fue ampliamente


conocida, ¿por qué no encontramos rastro alguno de ella en toda la
literatura judía de la época?

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Debemos recordar que según la opinión del maestro Pablo, el
EVANGELIO no fue predicado la primera vez en Israel, sino en Sinaí y no
por Iehoshúa (Jesús) sino por Moisés.

En hebreos 4:1,2 “... Porque también a nosotros se nos ha anunciado la


B'sorah (buena nueva) como A ELLOS, pero no les aprovechó el OIR LA
PALABRA...”.

De aquí surgen 2 preguntas:

¿Qué era la Buena Nueva? y ¿Quiénes son ELLOS? La única respuesta


es los hijos de Israel en el desierto.

Por lo tanto LA PALABRA que ellos oyeron fue B’sorah la cual llamaron
EVANGELIO porque por medio de aquella palabra fueron
EVANGELIZADOS. El punto es que el mal llamado EVANGELIO fue
conocido por los judíos, antes de entrar en Israel y antes de nacer
Iehoshúa (Jesús).

Basado en esto, cuando Iehoshúa (Jesús) habló la B’sorah “el


EVANGELIO” se refirió a algo que la audiencia judía conocía bien y desde
tiempos anteriores.

Al colocar las buenas nuevas (evangelio) como algo diferente entre


ELLOS (judíos en Sinaí) y NOSOTROS (judíos en tiempos del maestro
Pablo) tuercen las escrituras del maestro Pablo al afirmar que el
conocimiento de la muerte del Mesías, resurrección y el perdón de los
pecados son las buenas nuevas.

Hasta el rey David escribió sobre el perdón en el Tehilim (Salmos) 32

¿Sobre qué base vamos a decir que nuestro pueblo no conoció de


perdón, gracia y misericordia?

El maestro Pablo dice en Hebreos 4:2 que el problema fue que el


testimonio que les habló Moisés no les aprovechó por no ir acompañado de
Emunah (fe), la cual hace que actúen guiados por ella. Por lo tanto es
activa, no pasiva esta Emunah (fe).

Cuando leemos Hebreos debemos tener cuidado en no confundir los


destinatarios. Aquí no se está hablando a gentiles o a creyentes de origen
gentil, sino a judíos o hebreos. Es decir, un judío que escribe a otro judío,
como es evidente en Efesios 1:2-12, donde el tema son los judíos. A partir
del versículo 13 se incluye a los gentiles.

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Así que en Efesios el NOSOTROS y el VOSOTROS significa judíos y
creyentes de origen gentil. Pero este no es el caso en Hebreos 4 donde el
ELLOS y el NOSOTROS no es una designación entre judíos y no judíos,
sino entre judíos en Sinaí que no creyeron y judíos que sí creyeron en el
tiempo del Maestro Pablo.

Por otro lado, no es que haya un camino de salvación para ellos (los
judíos en Sinaí) y ahora otro camino diferente para los judíos en el tiempo
del maestro Pablo y de Iehoshúa (Jesús). El Mesías habló de las mismas
promesas que habló Moisés y los padres, al igual que Pablo y que Iehoshúa
(Jesús) confirmó (Romanos 15:8)

Volvamos a Hebreos 4:2. Es importante aclarar algunos conceptos. Dice


el texto: “pero no les aprovechó el oír la palabra” o también la palabra del
oír. ¿Qué es la palabra del oír? En Israel hay una diferencia entre el
concepto traducido como LOGOS (un mal concepto del griego) y el
concepto traducido como AKOES. El primero se refiere a la Torah (el
llamado Pentateuco) escrita y el segundo se refiere a la Torah explicada.
Moisés escribió y explicó lo escrito.

¿Cuál fue el problema? Que no obedecieron lo que Moisés les había


dicho tanto en forma escrita como explicado en forma oral.

Les faltó EMUNAH, que significa apegar mi vida a lo que creo, obedecer,
hacer y vivir conforme a lo que creo. De ahí “no seáis oidores olvidadizos,
sino hacedores de la palabra”.

Hay millones de personas que están convencidas de que “Jesús” es


Señor y que Dios lo levantó de los muertos al 3er día, pero no viven de
acuerdo a lo que creen, pues la mayoría de las veces la teología romana,
plagada de filosofía griega, les ha creado una esquizofrenia teológica, por lo
cual se les ha dividido la fe de la obediencia.

Son estos los que escucharán decir: “Apartaos de mí, no os conozco,


hacedores de maldad”. “Porque no todo el que me dice Adon Adon entrará
en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está
en los cielos”.

¿Cuál es la palabra hebrea que escucharon de Moisés y que se tradujo


como buenas nuevas o evangelio? B’SORAH, esto es las promesas dadas a
Israel desde los días de Avraham y Moisés y los profetas. Cuando Kefa
(Pedro) habló a una audiencia judía en Jerusalem afirmó: “esto es lo dicho
por el profeta”. “Para vosotros es la promesa” (Hechos 2:16,39). Cuando
habla el maestro Pablo en una sinagoga dice: “de la descendencia de este y
conforme a la promesa, Dios levantó a Iehoshúa (Jesús) por redentor a
Israel”. “Apartado para transmitir oralmente la promesa que él había

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PROMETIDO ANTES por sus profetas en las Santas Escrituras (Romanos
1: 1,2)

Cuando Iehoshúa (Jesús) dice: “arrepentíos y creed en el EVANGELIO


(que es B'SORAH) porque el tiempo es cumplido”, lo que estaba diciendo es
“arrepentíos y creed (Emunah) en la promesa dada a nuestros padres
porque el tiempo para su cumplimiento ha llegado”.

Por lo tanto Iehoshúa (Jesús) no trae un nuevo “evangelio” o diferente y


en oposición a lo dicho previamente por nuestros padres, Moisés y los
profetas. Sino ha anunciado que ahora había llegado el tiempo y la
persona para que aquello que había sido prometido y transmitido de
generación en generación, tuviera al fin su cumplimiento.

Esto hace que las enseñanzas de Iehoshúa (Jesús) sean una


continuidad y por lo tanto no vino a abrogar (eliminar) el mensaje eterno
que salió de la boca del Altísimo y que ha sido preservado en la escritura
bíblica y explicado de generación en generación en los labios de los
profetas.

Kefa (Pedro) cuando escribe luego a los judíos en la galut (fuera de


Israel), relaciona el evangelio con la palabra que ha salido de la boca del
Eterno desde los tiempos de los padres y nos dice: “mas la palabra del
Eterno permanece para siempre. Y esta es la palabra que por (el evangelio)
B’SORAH (transmisión oral de las promesas) os ha sido anunciada. 1ª
Kefa (Pedro) 1:25

Esto quiere decir que el evangelio, o mejor dicho, B’SORAH transmisión


oral de las promesas, no es algo nuevo sino la palabra del Eterno que
permanece para siempre y se cumple en el Mesías.

Cuando el maestro Pablo habla del evangelio en su carta a los gálatas,


se refiere a esta cadena de transmisión que es una promesa de esperanza,
la esperanza de la redención final de Israel y del mundo mediante el
Mesías.

En el cristianismo histórico en general, evangelio es algo nuevo,


introducido por Iehoshúa (Jesús) y presupone predicar la muerte del
Mesías, su resurrección y el perdón de los pecados a los que no conocen
esta salvación, o sea que según esta mala enseñanza, antes de la venida
del Mesías los judíos desconocían el evangelio y es el Mesías quien lo
muestra y los Shelijim (emisarios) quienes lo difunden.

Pero no es así en Israel. B’soráh, mal traducido como evangelio, va


mucho más allá y son promesas dadas oralmente antes de Iehoshúa
(Jesús).

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Veamos: Si el evangelio es algo nuevo relacionado con las nuevas de
salvación para el perdón de los pecados, entonces cómo es que el maestro
Pablo escribiendo a los CREYENTES en Roma les dice que desea
“ANUNCIAROS EL EVANGELIO TAMBIÉN A VOSOTROS que estáis en
Roma” (Romanos 1:15). Si no conocían del evangelio, ¿cómo eran
creyentes?

¿Cómo predicar el evangelio a los que ya lo habían recibido? Porque son


promesas que han sido preservadas de generación en generación desde los
días de Avraham hasta que llegara Mesías.

Esto sí era conocido por la audiencia de Iehoshúa (Jesús).

En el caso de Romanos 1:15, ¿por qué fue tan importante para el


maestro Pablo ir a Roma y predicarles a ellos también el “Evangelio”? Para
proteger la sana doctrina dada por Iehoshúa (Jesús) a los justos en las
naciones, misión encomendada especialmente a El como Shaliaj (emisario).

El maestro Pablo quería ir a Roma a corregir las malas enseñanzas que


allí se habían levantado y para ello desea predicarles el “evangelio” y de
esta manera poner una cerca protectora para que no interpretaran mal el
texto sagrado y a Iehoshúa (Jesús). (En otro momento hablaremos un poco
sobre el porqué de la carta a los romanos).

Cuando en Roma los padres de la iglesia se divorcian de esta savia del


olivo natural, ignoran el evangelio o B'SORAH confirmado por Iehoshúa
(Jesús) y comienzan a hacer sus propias interpretaciones de las Escrituras
(entiéndase bien que era el Antiguo Testamento, ya que el Nuevo no
existía) y de los dichos de Iehoshúa (Jesús) y el resultado es evidente:
falsificación, interpolación, distorsión etc.

Por ello el maestro Pablo está asombrado con los gálatas que luego de
estar dentro de Israel y ser aceptados y coherederos, se estén moviendo a
una distorsión peligrosa y a una promesa diferente.

El asombro del maestro Pablo no es que los gálatas quieran ser parte de
Israel ni de la herencia, sino que luego de haber sido hecho conciudadanos
de los santos y partícipes de la herencia, ahora corran el peligro de ser
sacados de allí por prestar atención a algo diferente a las Escrituras (en
otro momento hablaremos un poco sobre el porqué de la carta a los
gálatas).

Entonces la Palabra B’soráh y términos como Mevaser (el que lleva la


B’soráh) aparecen en las Escrituras tan antiguas como 2da Samuel 4.10,
18.20, 22, 25, 26, 27, y 2da Reyes 7.9. En estas citas, la Bsoráh designa

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‘Una buena noticia’ y ‘Un regalo por la Buena noticia’. Además, por
extensión: ’Un Mensaje de Alegría’. Es decir, su contexto siempre es
‘bueno’, y de ahí la palabra griega: “Euanggelion” (Buena Noticia [‘Eu’
significa ‘Bueno’ y ‘Aggelia’ significa ‘Noticia’]), castellanizada a ‘Evangelio’.

Pero en un contexto más ‘profético’ Ieshaiáhu HaNaví (Isaías el Profeta)


hace referencia a una B’soráh en particular relacionada con el Mesías,
llamado Mevaser (el que trae la B'soráh): “Ruaj (inspiración) de Adonai el
Eterno es sobre mí, porque me ha ungido el Eterno, l’vaser (para traer
buenas nuevas) a los humildes. Me ha enviado para vendar a los
quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los cautivos, y
liberación a los prisioneros; para proclamar el año favorable del Eterno y el
Día de venganza de nuestro Elohim; para consolar a todos los que lloran;
para conceder que a los que lloran en Tzion se les dé diadema en vez de
ceniza, aceite de alegría en vez de luto, manto de alabanza en vez de
espíritu abatido; para que sean llamados Robles de Justicia, Plantío del
Eterno, para que El sea glorificado” (Is.61.1-3, (Lc.) 4.18)

“Yo el primero le anuncié a Tzion: ‘He aquí, aquí están’, y a Ierushaláim:


‘Les daré un Mevaser (un mensajero de Buenas Nuevas)” (Is. 41.27).

“Qué hermosos son sobre los montes los pies del Mevaser (que trae
Buenas Nuevas), del que Anuncia la Paz, del Mevaser Tov (que trae las
Buenas Nuevas del Bien), del que anuncia la salvación y dice a Tzion: ¡Tu
Elohim Reina!” (Is.52.7).

La B'soráh es un Mensaje de Restauración para que Israel haga


T’shuváh (Retorne al Eterno) a través del Mevaser (del que anuncia la
Buena Nueva, el Mesías), y a su vez como se dijo anteriormente el que
recibe la B’soráh y actúa acorde a ella, o sea hace T’shuváh, recibirá un
Regalo de la Buena noticia, como lo que expresa el profeta: “Tú, Mevaseret,
(que le anuncias buenas nuevas) a Tzion, súbete a la alta montaña. Tú que
Mevaseret (que le anuncias buenas nuevas) a Ierushaláim, levanta tu voz
con fuerza. Levántala, no temas. Grita a las ciudades de Iehudah: ¡He aquí
a vuestro Elohim! He aquí que Adonai, el Eterno vendrá con todo Su poder
y su brazo dominará por El. He aquí que Su recompensa está con El. Y Su
premio está ante El” (Is.40.9-10). Por esto se dice del Mesías: “Iehoshúa
(Jesús) fue alrededor de la tierra de Galil (Galilea), enseñando a sus kehilot
(comunidades) y Mevaser (anunciándoles) a ellos zeved tov (el buen regalo)
del Maljut Shamáim (Reino de los Cielos), y sanando todas las
enfermedades y toda dolencia en el pueblo” (Mt.4.23). Las “Enfermedades y
Dolencias” son las mencionadas en D’varim (Deuteronomio) 7.15; 28.60
que vendrán por consecuencia de no guardar los Mandamientos del
Eterno, pero sólo a través de la T’shuváh serán quitadas. En otras
palabras, el Mevaser (Mesías) anuncia la B’soráh (Buenas Nuevas de
Restauración) y sólo los que hacen T’shuváh reciben el buen regalo de la

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B'soráh que es la ruaj haqódesh (la inspiración del Eterno) como lo
profetizó: Ioel HaNaví (Joel el profeta 2.28): “...derramaré Mi ruaj sobre
toda carne...” y como fue dicho por Iejezqél HaNaví (Ezequiel el profeta
36.27) “Pondré dentro de vosotros mi Ruaj y haré que andéis en mis Juqim
(estatutos) y cumpláis cuidadosamente mis Mishpatím (ordenanzas)”, y así
solía decir Iehoshúa (Jesús) a los discípulos: “Vuestro Padre que está en
los cielos que dará Su ruaj hatováh a los que le buscan” (Mt.7:11), y por
eso dijo Shim’ón Kefa (Pedro) Bar Ionáh (hijo de Jonás): “...Elohim ha dado
ruaj haqódesh a los que le obedecen” (Hech. 5.32).

Entonces, la B’SORAH es una promesa antigua dada a Israel y que


alcanzaría a los justos de las naciones y por ende una Buena Nueva de
Arrepentimiento para reconocer la Soberanía del Creador, y la recompensa
es la ruaj haqódesh.

El mensaje de Iojanán HaMatbil (Juan el Bautista), quien presentó el


Mesías al pueblo, es: “Regresen en t’shuváh (arrepentimiento), porque la
Soberanía de los Cielos está pronto a venir” (Mt. 3.2), “Descendencia de
serpientes, ¿quién les enseñó a ustedes a huir de la furia que vendrá del
Eterno? Hagan fruto de perfecta t’shuváh” (capítulo 7/ Mt.3.7-12), “En
verdad he aquí yo los sumerjo a ustedes en los días de t’shuváh, pero otro
viene más fuerte que yo” (capítulo 7).

El Mensaje del Mesías es: De aquí en adelante comenzó Iehoshúa


(Jesús) a exponer [las Escrituras] y a decir: Regresen en t’shuváh porque la
Soberanía de los Cielos está cerca (Capítulo 11 /Mt.4.17). “Ruaj
(inspiración) de Adonai el Eterno es sobre mí, porque me ha ungido el
Eterno, l’vaser (para traer buenas nuevas) a los humildes. Me ha enviado
para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los
cautivos, y liberación a los prisioneros; para proclamar el año favorable del
Eterno”.

Sin dudas, como veremos a continuación, el mensaje de la B’soráh que


anunciaron los Sh’lijím (Emisarios) es el mismo que anunció el Mesías, de
lo contrario el título ‘Sh’lijím’ (lit. Emisarios representantes) no tendría
sentido. Como pudimos ver anteriormente, la B’soráh consiste en un
mensaje de parte del Eterno, que comenzó con un Mevaser [=Mashíaj]
profetizado en las Escrituras y luego otros Mevasrim (transmisores de la
B'soráh o Sh’lijím autorizados) continuaron la labor de anunciar el
Arrepentimiento y la aceptación de la Soberanía del Creador. Pero este
mensaje debe ser presentando adecuadamente, y es precisamente esto de
lo que se preocuparon en hacer los Sh’lijím. Similarmente en el transcurso
de la historia, la B’soráh se mal expone y es por ello que nuestra
preocupación es de presentar adecuadamente el mensaje de la B’soráh
enseñado por Iehoshúa (Jesús) y transmitido por los Sh’lijím (emisarios).

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Palabras como ‘Salvación’ y ‘Fe’ son mal entendidas por algunos que
tergiversan el verdadero mensaje.

El Mensaje de Shim’ón Kefa (Pedro) es: “Regresen en t’shuváh, hagan


t’viláh (inmersión en aguas) cada uno de ustedes b’shém (por la autoridad
de) Iehoshúa (Jesús) para perdón de sus iniquidades, y recibirán el regalo
de la ruaj haqodesh (inspiración de santidad). Porque para ustedes es la
promesa, y para sus hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos
llame el Eterno nuestro Elohim... y los exhortaba diciendo: Sean salvos de
esta perversa generación” (Hech.2.38-40). También decía: “En ningún otro
hay salvación/liberación; porque no hay otro shem (autoridad) bajo los
cielos, dado a los hombres, en que podamos ser salvos/liberados”.
(/Hech.4.12).

La palabra hebrea ‘ieshuáh’ traducida comúnmente como ‘Salvación’


debe entenderse como ‘Liberación’, en un sentido de ‘obtener
victoria/salvación/liberación’, y no necesariamente en un sentido de ‘Vida
Eterna’ o ‘Vida después de la Muerte’. Como mismo dijo el Mal’aj
(Mensajero): “y tú llamarás su nombre Iehoshúa (mal traducido Jesús),
porque él ioshia (liberará/salvará) a Mi pueblo de sus iniquidades”
(Mt.1.21).

La B’soráh también incluye un Juicio, como dijo el profeta Ieshaiáhu


(Isaías): “porque me ha ungido el Eterno, l’vaser (para traer buenas
nuevas)... y para proclamar el Día de venganza de nuestro Elohim; el Día
de Venganza de nuestro Elohim” (Is.61.1-3), como dijo Iojanán HaMatbil
(Juan el Bautista): “¿quién les enseñó a ustedes a huir de la furia que
vendrá del Eterno? Hagan fruto de perfecta t’shuváh” (Mt.3.7-12). Es de
este Juicio del que son Liberados/Salvados los que con fidelidad aceptan
la B’soráh, es decir hacen T’shuváh y aceptan la Soberanía del Eterno, y es
en este contexto que Shim’ón dice: “En ningún otro hay salvación”, como
también dijo el profeta Ieshaiáhu: “Qué hermosos son sobre los montes los
pies... del Mevaser Tov (que trae las Buenas Nuevas del Bien), del que
anuncia la salvación y dice a Tzion: ¡Tu Elohim Reina!” (Is.52.7). El
Mensaje tanto del Mesías como el de los Sh’lijím (emisarios) es el mismo y
era muy antiguo, pero que por medio del Mesías se haría efectivo:
T’shuváh (Volver al Eterno), y esto se logra a través del Mesías, como lo
profetizó, Isaías: “...el Eterno hizo que cayera sobre él la iniquidad (avon)
de nosotros... como Cordero (Seh) que es llevado al matadero...”, y como
dijera Juan: “Hinéh Seh haElohim hanose avon haolam” (He aquí el
Cordero de Elohim que quita la ‘iniquidad’ del mundo).

La ieshuáh (liberación) es el resultado que tendrán los que reciban al


Mevaser que trae de nuevo la B’sorah, o sea de los que hagan T’shuváh
(Retornen al Eterno).

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Muchos erróneamente piensan que Shaul (Pablo) tenía una B’soráh
diferente a la del resto de los emisarios, sin embargo veamos que la
enseñanza de Shaul es la misma del Mesías y el resto de los Emisarios:

Shaul (Pablo) comienza su Carta a la Comunidad en Roma, diciendo:


“Shaul, siervo de Iehoshúa (Jesús) el Mashíaj, llamado a ser un Shalíaj
(Emisario) habiendo sido apartado para la B’sorah Elohim (La Buena
Nueva de Elohim)” (1.1), lo segundo que transmite en su carta es que esta
B’soráh el Eterno “la prometió por medio de sus profetas en las Escrituras”
(1.2) y que es “acerca de Su hijo que vino a ser del linaje de David según la
carne” (1.3) o sea el Rey de Israel, y “designado ‘Ben (hijo) HaElohim (de
Dios)’ con Koaj (autoridad), conforme a la ruaj haqódesh” (1.4).

Shaul dice que la B’soráh (la buena nueva de Volver y Reconocer la


Soberanía del Eterno) “es Poder del Eterno para ieshuáh (liberación) a todo
el maamín (que permanece fiel)...(1.16), y también: “Porque en la B’soráh,
es revelada la Justicia de Elohim por la Emunáh (fidelidad) para Emunáh
(fidelidad), como está escrito: v’tzadiq beemunato ijieh (el justo por su
fidelidad vivirá)” (1.17), este Tzadiq (Justo) es una imagen del Mesías que
Shaul explicará en otra de sus Cartas mostrando cómo el Mesías fue Fiel
(maamín = tuvo emunáh) y Fiel hasta la Muerte, y el resultado fue que
vivió. De igual forma Shaul enseña que todo el que recibe la B’soráh, hace
T’shuváh aceptando la Soberanía del Eterno, tendrá ieshuáh (liberación) y
será contado como Tzadiq (Justificado/inocente) y si permanece fiel como
un Tzadiq finalmente Vivirá, y por esto dice que el tajlít haTorah (objetivo
absoluto de la Torah) es el Mesías, es decir que seamos como el Mesías.
Por cierto esta cita se ha malentendido ya que dice: “el fin de la ley es
Cristo” y por ello ya no estamos bajo la ley; pero la palabra FIN del griego
Tellos y del Hebreo Tajlit significa PROPÓSITO O FINALIDAD, NUNCA
concluir o finalizar (más adelante podemos hablar más al respecto).

De manera similar Shaul en su Carta a la Comunidad en Corinto


describe la B’soráh, basado en las palabras de Isaías: “...el Eterno hizo que
cayera sobre él la iniquidad (avon) de nosotros... como Cordero (Seh) que
es llevado al matadero...”, “Porque el asunto de la entrega a la muerte [por
parte del Mesías] es locura para los que se están perdiendo; pero para los
que estamos siendo liberados, esto es, a nosotros, es Poder de Elohim”
(1Cort.1.18).

Finalmente veamos cómo Shaul define la B’soráh que él anuncia: “Y les


hago saber, hermanos, la B’soráh que les anuncié, la cual también
recibieron, en la cual también están firmes; por la cual también, si se
aferran a la palabra que les anuncié, son liberados, si no, fueron fieles en
vano. Porque primeramente les entregué lo que también recibí: Que el
Mesías murió por nuestras iniquidades conforme a las Escrituras; que fue
sepultado, y que fue resucitado al tercer día, conforme a las Escrituras; y

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que fue visto por Kefa (Pedro), y después por Los Doce... y si se anuncia
que el Mashíaj fue resucitado de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre
ustedes que no hay resurrección de los muertos? Porque si no hay
resurrección de muertos, tampoco el Mashíaj fue resucitado; y si el
Mashíaj no fue resucitado, vacío es entonces nuestro anuncio, vacía
también es la fidelidad de ustedes” (15.1-2). Basados en esto no podemos
pretender que el evangelio es simplemente que el Mesías murió y resucitó;
ya que esto fue lo que enseñó primero para luego darle todo el mensaje de
la B’sorah. Recuerden que originalmente era sólo para los Israelitas y
ahora por la muerte del Mesías son alcanzados los justos de las naciones,
por ello debe aclararles primero esto para luego darles la B’sorah y así
poder entender toda la promesa.

NOTA: La palabra Emunáh es traducida comúnmente como ‘Fe’ o


‘Creencia’, pero debe entenderse como Fidelidad y no una ‘Fe’ en el
pensamiento, o ‘Creer’ en algo. Las Escrituras no conciben a alguien que
Crea y que no sea Fiel, o que tenga Fe y no tenga Fidelidad. ¿Acaso un
adúltero no cree que existe su esposa y sin embargo le es Infiel? De
manera que no basta sólo con ‘Creer’, hay que tener Emunah (Fidelidad) y
esto conlleva una acción. O sea, no existe una Fe pasiva, sino activa y eso
fue lo que faltó cuando fue dado por primera vez todo este plan que se
llama B'sorah.

Algunos creyentes con buenas intenciones, pero ignorantes de las


costumbres de la época de Iehoshúa (Jesús) se han aventurado a decir
que el espíritu de los gálatas es la tendencia judaizante y eso trae
maldición y caerían de la gracia, ya que el fin de la ley es Mesías.

El verdadero peligro es buscar una forma diferente a la dada por Mesías


para ingresar a Israel y ser parte de la herencia.

Ser parte de Israel y tener acceso a los pactos, las promesas y a la


esperanza al ser declarados conciudadanos y no extranjeros o
advenedizos, no es judaizar a los creyentes de origen gentil como muchos
comentan y critican; si este fuera el caso en vano murió el Mesías por
nosotros.

El problema es intentar buscar esas bendiciones por un medio diferente


al de Iehoshúa (Jesús) y esto era el problema en Galacia.

Decirle a un creyente de origen gentil que es heredero y linaje de


Avraham no es judaizarlo, es compartirle el misterio oculto que no había
sido revelado a generaciones previas Efesios 3:5-6.

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Hoy día también hay falsos maestros que dañan más aún la fe de los
creyentes, haciéndoles creer que no son parte de Israel ni parte del reino,
ni tienen nada que compartir con Israel ni nada con la herencia, con los
pactos y las promesas que han sido confirmadas por medio de Mesías,
haciéndoles creer que son otro Israel (espiritual) y que el Israel físico está
desecho y ya no es pueblo y que ahora la “iglesia” es la esposa. Pregunto:
¿cuándo se casó?

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