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Relatoría Sala Penal

Corte Suprema De Justicia


Relatoría Sala De Casación Penal
Indice Alfabético Extractos de
Jurisprudencia
Primer Semestre De 1999

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Corte Suprema De Justicia
Relatoría Sala De Casación Penal
Extractos de Jurisprudencia Primer
Semestre De 1999

19/01/1999

RECURSOS/ REPOSICION
Es de la naturaleza de los recursos, corregir los yerros cometidos en las
providencias judiciales, ubicándolas para un nuevo examen de cara a las razones
jurídicas expuestas por el recurrente por las cuales el proveído es errado y así
proceder a su corrección.

El Estudio de la viabilidad del recurso de reposición consulta además de su


procedencia, interés y oportunidad, la sustentación, esto es, la exposición de las
razones por las cuales la providencia debe ser revocada, reformada, aclarada o
adicionada.

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Unica Instancia
• Fecha : 19/01/1999
• Decisión : Declara desierto el recurso de reposición interpuesto por
la
parte civil
• Procedencia : Corte Suprema de Justicia
• Procesado : CAICEDO HUERTO, TOMAS
• Proceso : 12291
• Publicada : Si
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PERMISO ADMINISTRATIVO
El permiso administrativo de 72 horas a que se refiere el artículo 147 de la ley 65
de 1993 sólo era procedente para condenados hasta el 15 de junio de 1997. A
partir del 16 del citado mes y año, en virtud del artículo 5° del decreto 1542, dicho
beneficio se hizo extensivo a los condenados en única, primera y segunda
instancia, o cuyo recurso de casación se encuentre pendiente, previo el
cumplimiento de los requisitos allí señalados.

De conformidad con lo dispuesto por el numeral 1° del artículo 75 del Código de


Procedimiento Penal, en concordancia con el artículo 15 de las normas transitorias
de la mencionada obra, en el sub judice no era competencia del Juez de Ejecución
de Penas y Medidas de Seguridad, ni del que dictó la sentencia de primera
instancia, autorizar redención de pena por trabajo y estudio para efectos del
artículo 147 de la ley 65 de 1993, porque éste sólo podía otorgarse cuando la
sentencia hubiere cobrado ejecutoria material.

Magistrado Ponente Dr. RICARDO CALVETE RANGEL


Casación -Libertad-
• Fecha : 19/01/1999
• Decisión : Declara nulidad de providencia de mayo 30/97 emitida
por el
Juzgado, deniega libertad
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Neiva
• Procesado : ORDOÑEZ MENESES, MILLER
• Delitos : Tentativa de homicidio
• Proceso : 10032
• Publicada : Si
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20/01/1999

REDENCION DE PENA/ CASACION


De conformidad con lo preceptuado por el artículo 510 del Código de
Procedimiento Penal, "Corresponde al juez de ejecución de penas y medidas de
seguridad, de oficio o a solicitud de alguno de los sujetos procesales, proferir
mediante providencia motivada la resolución que haga cesar o rebaje una pena o
medida de seguridad" (destaca la Corte).

Así pues, la resolución judicial a que alude el artículo 75 del Código Penal en que
apoya su solicitud el procesado, solo puede ser dictada por el juez competente, es
decir, el de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad como lo entiende el
libelista, desde luego que una vez el asunto le sea enviado para la ejecución del
fallo definitivo, que presupone su debida ejecutoria.

Según el artículo 230 de la Carta Política los jueces en sus providencias solo están
sometidos al imperio de la ley, siendo la equidad solo un criterio auxiliar de la
actividad judicial.

Reiteradamente ha sostenido esta Corporación que durante el trámite del recurso


extraordinario de casación, no puede atender incidentes distintos a la libertad
provisional, pena cumplida o redención de pena para los mismos efectos y los
previstos en el artículo 147 de la Ley 65 de 1993

Magistrado Ponente Dr. DIDIMO PAEZ VELANDIA

Casación -Libertad-
• Fecha : 20/01/1999
• Decisión : Se abstiene de conocer respecto de la solicitud del
procesado
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Bucaramanga
• Procesado : BAEZ SAAVEDRA, WILLIAM
• Proceso : 9663
• Publicada : Si
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RECURSOS/ CASACION/ PERJUICIOS-Interés para recurrir


Para la procedencia de los recursos, tanto de los ordinarios como del extraordinario
de casación, son menester dos requisitos: el primero, que se trate de un sujeto
procesal al que la ley faculta para impugnar; el segundo, que exista interés en el
recurrente, que se concreta en el perjuicio o agravio que la providencia atacada le
causa.

Sin embargo, cuando se trata de la cuantía no basta para la existencia del interés
que el fallo sea perjudicial al impugnante, sino que es necesario que el agravio
tenga un determinado valor.

En tratándose del recurso de casación, tales presupuestos deben examinarse


desde el momento mismo en que el Tribunal determine si lo concede o no y en
caso de que no concurran, no concederlo. Pero como esos requisitos,
especialmente el interés, pueden no aparecer claros en ese momento procesal, y
sólo evidenciarse en la demanda, el recurso será otorgado, pero la Corte, al
establecer su no concurrencia, rechazará in limine el libelo.

Desde luego, que si al momento de decidir sobre la concesión del recurso aparece
ostensible la falta de interés y, no obstante, el Tribunal lo concede, el remedio será
la nulidad.

Conforme al artículo 221 del C. de P. P, cuando el recurso de casación tenga por


objeto únicamente lo referente a la indemnización de perjuicios decretados en la
sentencia condenatoria, deberá tener como fundamento las causales y la cuantía
para recurrir que regulan la casación civil. Esa cuantía determina el interés para
impugnar, para efectos de la procedencia del recurso, y se halla previamente fijada
en la ley, por lo cual deberá confrontarse, en cada caso concreto, con la pretensión
económica del recurrente, que cuando se trata de la parte civil será la diferencia
entre lo pedido y lo reconocido en el fallo.

Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Auto Casación
• Fecha : 20/01/1999
• Decisión : Decreta la nulidad a partir inclusive del auto del Tribunal
de
octubre 07/94
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cundinamarca
• Procesado : RAMIREZ GIRALDO, EDUARDO ANTONIO
• Delitos : Homicidio culposo
• Proceso : 10158
• Publicada : Si
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DERECHO DE DEFENSA/ ABOGADO


La situación del sentenciado (...), expuesta por el actor, en la cual se basa la
pretensión que se pone a consideración de la Sala y que encontró aval en el
Ministerio Público, indiscutiblemente tiene fundamento.

Así lo revelan los actos y las omisiones de que da cuenta el actor y que constan en
este expediente, en cuanto se confrontan con el contenido de la garantía atinente
al derecho de defensa que consagra el artículo 29 de la Carta Política, puesto que
este precepto establece con carácter imperativo el ejercicio de la defensa técnica,
esto es, la que puede desplegar efectivamente un conocedor de las normas, de los
ritos, de los beneficios, de la hermenéutica jurídica, en otras palabras, un experto
en la ciencia del Derecho, cuya intervención efectiviza principios como los de
lealtad, igualdad y justicia que hacen parte de la normatividad que rige un Estado
social y democrático de derecho. Garantía que, obviamente debe trascender la
apariencia que dan las formas y plasmarse en una actividad que signifique debate
equilibrado entre los intereses del procesado y la actividad punitiva estatal en sus
dos aspectos, el de la investigación y el del juzgamiento. Indudablemente, esa
lucha no está en capacidad de librarla quien no ha integrado a su bagaje
intelectual ese conocimiento profesional.

Desde la óptica procesal, los actos irregulares, por regla general, son susceptibles
de ser convalidados bajo ciertos condicionamientos, sin embargo, no es lo que
ocurre con el derecho de defensa que constituye la excepción, en cuanto el
legislador no admite que una transgresión de esa índole transcurra impunemente.
Lo anterior significa que la única manera de subsanar la irregularidad sustancial
denunciada y comprobada es retrotraer el proceso y reconstruirlo con la guía y
cumplimiento de los principios constitucionales, desde el momento en que éstos
resultaron quebrantados.

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
• Fecha : 20/01/1999
• Decisión : Casa la sentencia, declara nulidad de todo lo actuado,
concede libertad incondicional
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : POSADA ALZATE, MAURICIO ALEXANDER
• Delitos : Porte ilegal de armas, Tentativa de homicidio preterintencional
• Proceso : 11242
• Publicada : Si
Aclaración de voto Dr. NILSON PINILLA PINILLA -
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MINISTERIO PUBLICO

En estas condiciones y siendo que el eventual legislador penal creado por la


normatividad transitoria de la entonces recién expedida Constitución, al regular lo
relativo con esta función del Ministerio Público optó por reproducir el numeral
séptimo del artículo 277 de la Carta en el artículo 131 del Código de
Procedimiento Penal, dejó en cabeza del Procurador General de la Nación como
supremo director del Ministerio Público el deber de determinar, bajo los
parámetros de objetividad ya anotados, los procesos en que debería intervenir, al
igual que la dinámica que le imprimiría a cada uno de ellos, fijándole un mínimo y
básico catálogo de actuaciones en las que imperativamente debe hacerlo,
clarificando, como sucede en los casos en que se adelanten investigaciones
previas por los hechos punibles de competencia de los jueces regionales, respecto
de las cuales se dispone al tenor del artículo 134 ibidem., declarado exequible por
la Corte Constitucional en sentencia del 22 de abril de 1.993, que "la participación
del agente del ministerio público" es obligatoria.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
• Fecha : 20/01/1999
• Decisión : Desestima la demanda, Casa parcial y de oficio, decreta
nulidad respecto del juzgamiento de la contravención,
modifica pena.
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : MONTOYA VELEZ, JOHNY ALBEIRO
• Delitos : Lesiones personales, Homicidio
• Proceso : 11756
• Publicada : Si
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ERROR EN LA DENOMINACION JURIDICA DE LA INFRACCION/


DEMANDA DE CASACION
El error en la denominación jurídica se demanda en casación por la causal tercera,
independientemente de que el nomen juris que se aduce afecte o no la
competencia del funcionario que está conociendo, pues una de las garantías que
comprende el concepto de debido proceso es que los cargos por los cuales se
llama a juicio estén bien formulados, de manera que no es acertado solicitar
simultáneamente la nulidad por falta de competencia, pues ese tópico depende de
que triunfe la tesis del error en la denominación jurídica.

El error en comento se origina en la resolución de acusación, de ahí que el censor


se equivoca al pedir que se decrete la nulidad desde el auto que definió la
situación jurídica del procesado, en donde la denominación jurídica es puramente
provisional y puede ser cambiada al momento de la calificación que es cuando ya
se cuenta con todos los elementos de juicio necesarios.

Magistrado Ponente Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Sentencia Casación
• Fecha : 20/01/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Recurrente : CARRILLO, DARIO
• Delitos : Tentativa de homicidio
• Proceso : 10807
• Publicada : Si
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REAPERTURA DE LA INVESTIGACION/ CESACION DE


PROCEDIMIENTO
El artículo 25 del Decreto 1861 de 1989, que modificó el artículo 473 del Código de
Procedimiento Penal de 1987 (Decreto 050), disponía que en ausencia de prueba
para cesar procedimiento o para formular resolución de acusación, el juez debía
ordenar la reapertura de la investigación por un término que no podía exceder de
un (1) año, con el señalamiento de las pruebas a practicarse durante dicho lapso.
Igualmente preceptuaba que, vencido dicho término, nuevamente se cerraba la
investigación, se corría traslado a las partes y "acto seguido decretará cesación de
procedimiento si no hubiere mérito para formular resolución de acusación".

En reiteradas oportunidades La Sala ha dicho que la previsión del artículo 25 del


Decreto 1861 de 1989, que corresponde al inciso segundo del original artículo 273
del Código de 1987 (Decreto 050), consagró una causal de cesación de
procedimiento o "una causal sui generis de exclusión de la punibilidad en
abstracto, como quiera que el Estado renuncia a su potestad punitiva y de
juzgamiento y averiguación, para quienes se encuentran en esas especificas
circunstancias, aun cuando la inocencia no parezca de manera inconcusa" (auto de
junio 28 de 1988, M.P. Gustavo Gómez Velásquez); por lo que resultaría
incuestionable la operancia del principio de favorabilidad en el supuesto de que
ahora se descubriera el cumplimiento de la preceptiva allí dispuesta, esto es, que
oportunamente no se hubieran recaudado otras pruebas durante el término de
reapertura y se mantenga valorativamente la situación de duda planteada en la
primigenia calificación, pues indudablemente el procesado habría adquirido el
derecho a una cesación de procedimiento.

Magistrado Ponente Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
• Fecha : 20/01/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : CAITA SOTO, FABIO WILLIAM
• Delitos : Peculado por apropiación, Falsedad en documento público
• Proceso : 10664
• Publicada : Si
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26/01/1999

LIBERTAD PROVISIONAL-Requisitos factor subjetivo


La fijación y el cumplimiento de la pena consecuencia de la transgresión de bienes
jurídicos tutelados, no queda supeditada a las deficiencias del sistema carcelario
patrio, ni el otorgamiento de la libertad provisional o de los subrogados penales,
pues estando los funcionarios judiciales sometidos al imperio de la Constitución y
la ley, es ésta la que impone frente a la libertad condicional (art. 72 C.P.), y por
esta vía a la excarcelación, que se tenga en cuenta no solo aspectos objetivos que
tienen que ver con la cantidad de sanción punitiva, con el cumplimiento de las dos
terceras partes, sino también con requisitos de índole subjetivo referidos a la
personalidad del implicado, su buena conducta en el establecimiento carcelario y
sus antecedentes de todo orden, que permitan suponer fundadamente su
readaptación social.

No es entonces capricho que en relación con el derecho a la libertad provisional y


al sustituto en cuestión, la Corte en obedecimiento e interpretación de la ley, fije
parámetros de diagnóstico y pronóstico, que hacen parte de la valoración integral
que debe hacerse, estudio comprensivo del modo de conducirse en sociedad y de
actuar del procesado, que en uno de sus aspectos alude a la forma de ejecución
del hecho punible como una actividad humana que da cuenta de la personalidad a
esclarecer.

Magistrado Ponente Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Casación -Libertad-Reposición
• Fecha : 26/01/1999
• Decisión : No repone auto que negó libertad
• Procesado : ARTEAGA BEDOYA, RUBEN DARIO
• Proceso : 13996
• Publicada : Si
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27/01/1999

CAMBIO DE RADICACION
En este caso se plantea un cambio de radicación de un proceso contravencional de
un Distrito Judicial a otro, incidente que esta corporación está llamada a resolver,
por lo siguiente:

Las normas que determinan el trámite de los procesos por las contravenciones
especiales a que se refieren las leyes 23 de 1991 y 228 de 1995, no regulan en
forma expresa el cambio de radicación de esa clase de asuntos, ni señalan el
funcionario competente para resolver las respectivas peticiones.

El artículo 38 de la citada ley 228 establece que "En lo no previsto en la presente


Ley se aplicarán las disposiciones del Código de Procedimiento Penal y las normas
sobre desistimiento, prescripción y nulidades contenidas en la Ley 23 de 1991,
siempre que no se opongan al carácter oral del procedimiento establecido en ella."

De conformidad con la remisión a que alude el precepto que se acaba de


transcribir, las disposiciones del decreto 2700 de 1991 que regulan el cambio de
radicación son aplicables a los procesos que adelanten los Jueces Penales o
Promiscuo Municipales por las contravenciones especiales a que se refieren las
leyes 23 de 1991 y 228 de 1995.

Magistrado Ponente Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Cambio de Radicación
• Fecha : 27/01/1999
• Decisión : No accede al cambio de radicación
• Procedencia : Juzgado Promiscuo Municipal
• Ciudad : Maripí (Boyacá)
• Procesado : GUZMAN BECERRA, ORLANDO
• Delitos : Abuso de confianza, Estafa
• Proceso : 15116
• Publicada : Si
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LIBERTAD CONDICIONAL-Aspecto subjetivo, narcotráfico


En el Libro Primero, Título IV, Capítulo Cuarto del Código Penal están regulados los
aspectos sustanciales de la libertad condicional, como tema incluido dentro de otro
más amplio que es el de la punibilidad, concretamente caracterizado por formar
parte y a la vez constituirse en alternativa de la ejecución de la pena privativa de
la libertad. En efecto, el artículo 72 sujeta la procedencia del subrogado a un
factor objetivo que atañe a la duración de la pena impuesta y el cumplimiento de
una parte de ella, pero también la vincula con el denominado aspecto subjetivo
que se traduce en las expresiones legales "siempre que su personalidad, su buena
conducta en el establecimiento carcelario y sus antecedentes de todo orden,
permitan suponer fundadamente su readaptación social".

Pues bien, un primer paso para el entendimiento de la expresión "antecedentes


de todo orden", si se quiere preservar la coherencia del ordenamiento jurídico en
la práctica, sería la interpretación a la luz de la mencionada ubicación sistemática
y del orden lógico en la regulación jurídica del proceso penal, sin perjuicio del
necesario reforzamiento con los elementos teleológicos que atañen a la ejecución
penitenciaria. Así, las sanciones privativas de la libertad sólo pueden derivar de
una sentencia condenatoria emitida en el curso de un proceso; el fallo debe
fundarse en la certeza sobre un delito y la responsabilidad del acusado; y el
proceso sólo puede incoarse ante la sospecha concreta de un hecho punible
cometido por una persona claramente individualizada.

Magistrado Ponente Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Casación -Libertad-Reposición
• Fecha : 27/01/1999
• Decisión : No repone auto que negó libertad
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : GARAVITO HERNANDEZ, RODRIGO
• Delitos : Falsedad en documento privado, Enriquecimiento ilícito de
particular
• Proceso : 14536
• Publicada : Si
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28/01/1999

FALSEDAD EN DOCUMENTO PRIVADO-Uso


Se debe reiterar que la alocución "uso" que el artículo 221 del Código Penal
impone como segundo acto que estructura la falsedad de documento privado, no
alude a cualquier empleo que se pueda dar al escrito alterado, sino estrictamente
a la utilización que le es propia. La letra de cambio es un título valor y como tal,
constituye la prueba de existencia de una obligación; por tanto, está destinado a
ser intercambiado por el valor que representa a su presentación ante el legítimo
tenedor, sea que se trate de su girador o de un tercero que lo haya adquirido en
cualquier negociación.

Eso significa que cuando, como en este caso, se presenta el título para su cobro
judicial se le está justamente dando el uso inherente a su naturaleza (uso jurídico)
y que describe típicamente el artículo 221 citado, de donde no queda duda que la
falsificación de la letra de cambio y su utilización para promover un proceso de
ejecución, involucra dos acciones jurídicamente relevantes para el derecho penal.

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
• Fecha : 28/01/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : JIMENEZ GOMEZ, GUSTAVO
• Delitos : Falsedad en documento privado, Fraude procesal
• Proceso : 11192
• Publicada : Si
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29/01/1999
UNIDAD PROCESAL/ DEBIDO PROCESO
La ley de procedimiento establece unos patrones rectores de los ritos que lo
conforman, con el fin agilizar y simplificar la labor de dispensar justicia y facilitar a
los sujetos procesales de la acción penal su participación en el desarrollo de la
actuación, y la garantía de sus derechos. No obstante algunos defectos de
actuación no tienen trascendencia suficiente para anularla, y otros en ocasiones
pueden ser convalidados, siempre que cumplan su objetivo, y que no desconozcan
el derecho de defensa o las bases fundamentales de la instrucción y el
juzgamiento.

Uno de los cánones que regula el procedimiento penal es el principio de la unidad


procesal, según el cual, sólo se adelantará un proceso para investigar y juzgar
cada hecho punible, independientemente de la cantidad de autores o partícipes,
como también cuando se trate de hechos punibles conexos. Sin embargo, la
desobediencia de esta regla no tiene alcance de nulidad, porque la propia ley así lo
admite, salvo que se afecten garantías constitucionales (art. 88 C.P.P.), luego ese
mandamiento no hace parte irreductible de la estructura del sumario o del juicio, y
por tanto, su incumplimiento no da lugar a la transgresión del debido proceso.

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
• Fecha : 29/01/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Ibagué
• Procesado : YATE, REINALDO
• Procesado : TOVAR YATE, ALFONSO MARIA
• Procesado : YATE, JORGE AURELIO
• Delitos : Lesiones personales, Tentativa de homicidio, Homicidio
• Proceso : 11532
• Publicada : Si
Aclaración de voto Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR -
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CONEXIDAD/ COMPETENCIA
Los funcionarios que trabaron la colisión de competencia concuerdan en estar
frente a delitos conexos entre sí, uno consistente en el suministro del revólver por
parte del determinador al autor material del homicidio agravado. Aquel
comportamiento aparece descrito en el artículo 1° del Decreto 3664 de 1986,
adoptado como legislación permanente por el 1° del Decreto 2266 de 1991, cuyo
juzgamiento está atribuido a los Juzgados Regionales, según lo estatuido en el
ordinal 4° del artículo 71 del Código de Procedimiento Penal.

Como dicho delito está vinculado de medio a fin con el homicidio, se presenta una
conexidad teleológica y había que dar aplicación al inciso segundo del artículo 89
del Código de Procedimiento Penal, recayendo la competencia para conocer del
proceso por el concurso de hechos punibles en un Juzgado Regional.

Magistrado Ponente Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Auto Colisión de Competencias


• Fecha : 29/01/1999
• Decisión : Dirime el conflicto negativo, declara competencia al J. P.C.
de
Anserma
• Procedencia : Juzgado Regional
• Ciudad : Medellín
• Procesado : RODRIGUEZ GUERRA, RUBEN DARIO
• Procesado : CANO GIL, JAIME ARTURO
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 14639
• Publicada : Si
Salvamento de Voto Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO
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DEMANDA DE CASACION/ VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY


Es conveniente, en procura de la claridad y precisión requeridas, que los
demandantes en casación citen por su nomenclatura legal la causal que aduzcan
y, dentro de esta causal, señalen también la clase de violación que planteen: si
directa o indirecta. En este caso el actor ha debido, por tanto, citar el artículo 220,
numeral 1º del Código de Procedimiento Penal, y dentro de ese artículo, citar el
apartado segundo, que es el que contempla la violación indirecta (a través de la
prueba); y si encontró que el fallador cometió "errores de hecho y de derecho", ha
debido por lo menos decir en qué consistía cada uno de ellos, y qué pruebas
afectaban.

Magistrado Ponente Dr. DIDIMO PAEZ VELANDIA

Sentencia Casación
• Fecha : 29/01/1999
• Decisión : Desestima la demanda en consecuencia No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : ECHAVARRIA MAZO, HECTOR DE JESUS
• Delitos : Porte ilegal de armas, Homicidio
• Proceso : 10575
• Publicada : Si
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ERROR DE HECHO/ ERROR DE DERECHO


La doctrina jurisprudencial admite que el error de hecho y el error de derecho
tienen origen común en la apreciación probatoria, pero los distingue para
establecer que el primero viola el "ser" mientras que el segundo atañe al "deber
ser"; en otras palabras, uno tiene que ver con la existencia empírica de la prueba,
pero el otro se refiere a las prescripciones jurídicas sobre la misma.

Así entonces, las pruebas practicadas con violación del debido proceso indicado en
la ley, son inexistentes o nulas de pleno derecho por imperativo normativo, pero
ontológicamente existen en el proceso. La inexistencia a la cual se refiere el inciso
final del artículo 29 de la Constitución es jurídica y no empírica. En el caso de las
pruebas que no cumplen las condiciones preestablecidas en la ley, no basta una
comprobación empírica para determinar la disfuncionalidad sino que es necesario
un juicio de valor jurídico a la luz de la confrontación de lo producido con el texto
legal. Esta es la razón por la cual, en este último evento, el error sería de derecho
y no meramente de hecho.

Magistrado Ponente Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
• Fecha : 29/01/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : ORTIZ CARVAJAL, PEDRO MARTIN
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
• Proceso : 11058
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02/02/1999

DEMANDA DE CASACION/ FISCAL


Y, no es que se trate, claro está, de desestimular, contradictoriamente, tan
trascendente función, que se insiste, deben cumplir todos los sujetos procesales,
pero en especial, el ente acusador y el órgano de control, sino de recabar sobre la
exigencia intelectual intrínseca que implica el desempeño de esta clase de
deberes, como que lejos de lo formal se impone cuando menos el manejo básico
no única y exclusivamente de la técnica casacional sino, y como es apenas obvio,
de los conocimientos sustanciales correspondientes a los institutos jurídico penales
que exijan los fenómenos cuestionados, pues de lo contrario, y como sucede en
este caso, cuando, por lo objetivamente demostrado en el libelo, el Fiscal
demandante ni siquiera acudió a la revisión del texto legal para acercarse a la
comprensión de los requisitos exigidos para la sustentación de esta clase de
impugnación, que son los que marcan su principal diferencia con los escritos de
instancia y que hacen que la demanda sustentatoria no sea de libre elaboración, ni
siquiera se distingue entre una excluyente de antijuridicidad y el reconocimiento
de su exceso, que inusitadamente se termina confundiendo con el estado de ira,
no puede en ninguna forma reconocerse que en forma seria se está buscando las
correcciones de los presuntos vicios en que hayan podido incurrir los falladores de
instancia.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Auto Casación
• Fecha : 02/02/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda presentada por el Fiscal
Quinto
Delegado ante la Unidad de Reacción inmediata
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Barranquilla
• Procesado : BULA HERRERA, DANIEL
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 13642
• Publicada : Si
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JUSTIFICACION DEL HECHO/ INIMPUTABILIDAD
La justificación del hecho y la inimputabilidad del procesado constituyen
fenómenos totalmente distintos. Mientras en aquélla el comportamiento no es
punible por ausencia de antijuridicidad, en ésta la responsabilidad se mantiene,
presuponiendo tipicidad y antijuridicidad de la conducta. De allí que no sea posible
su proposición dentro de un mismo cargo, pues conducen a soluciones procesales
distintas.

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
• Fecha : 02/02/1999
• Decisión : Rechaza la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Bucaramanga
• Procesado : GALVIS, MAXIMINO
• Delitos : Lesiones personales, Porte de armas de defensa personal,
Homicidio
• Proceso : 12703
• Publicada : Si
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IMPEDIMENTO
La institución del impedimento es otro de los mecanismos que buscan
salvaguardar la independencia, la neutralidad y la imparcialidad, para que los
funcionarios procedan en los asuntos sometidos a su consideración teniendo
capacidad objetiva y subjetiva en concreto para actuar ecuánimemente, evitando
cuestionamientos al interior de la misma administración o frente a la comunidad,
que debe percibir sin recelo las actuaciones de sus servidores.

La Carta establece la estructura y las funciones básicas de la administración de


justicia, pero no le es pertinente entrar en reglamentaciones detalladas ni
ocuparse de particularidades judiciales, cuya regulación atañe al legislador,
particularmente a través de la ley estatutaria y de las codificaciones. Así, dentro de
la normatividad nacional no tienen cabida impedimentos supralegales o de
carácter constitucional y debe acudirse al código respectivo en cuanto de esa
institución se trate, lo cual no obsta para que, por supuesto, se tenga en cuenta la
Constitución como fuente y sustento de toda interpretación legal.

Magistrado Ponente Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Auto Impedimento
• Fecha : 02/02/1999
• Decisión : Declara infundado el impedimento manifestado por un
Magistrado de Tribunal
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Procesado : MARTINEZ RIZO, MARIA EUGENIA
• Delitos : Tentativa de homicidio
• Proceso : 14979
• Publicada : Si
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TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO/ SENTENCIA
ANTICIPADA-Interés para recurrir
En la sentencia anticipada el procesado acepta su responsabilidad respecto de los
cargos que se le formulan, es decir, consiente el perjuicio que le causa la
resolución desfavorable, en lo atinente a la declaración de responsabilidad, siendo
tal admisión irretractable. Por lo mismo, renuncia al interés para impugnar la
sentencia con fundamento en la negación de esa responsabilidad, no teniéndolo,
por lo tanto, sino en aquellos eventos que impliquen su reconocimiento, los que
están expresamente previstos en el ordinal 4° del artículo 37B del C. de P.P,
subrogado por el 5° de la ley 81 de 1993, vigente para la época en que se presentó
la demanda, a saber, el subrogado de la condena de ejecución condicional, la
condena para el pago de los perjuicios y la extinción del dominio sobre bienes, a
los que se debe agregar la vulneración de derechos fundamentales del procesado,
al tenor del inciso 4° del art. 37, ejusdem.

Fuera de estos casos, cualquier otra inconformidad de la parte defensora, resulta


absolutamente impertinente, por carencia de interés.

Por lo demás, la irretractabilidad se infiere no sólo de los preceptos citados, sino de


la propia estructura lógica y jurídica de esta figura jurídica, pues si se admitiera se
estaría entronizando su negación y total inoperancia.

Así mismo, aunque la ley habla de apelación, hay que entender, según doctrina de
la Sala, que queda incluida la impugnación extraordinaria, "pues es claro que si el
recurso de casación recae sobre el fallo de segunda instancia y éste, por obra de la
limitante no podía pronunciarse en relación con aspectos distintos a los antes
señalados, resulta también patente, por sustracción de materia, que la Corte no
podía ocuparse de lo que legalmente estaba vedado al Tribunal". *

________________________
*.- (Casación, abril 16 de 1998, M.P. Drs. Jorge Anibal Gómez Gallego y Carlos E. Mejía Escobar).

Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
• Fecha : 02/02/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Ibagué
• Procesado : PARIS CHIAPPE, DANIEL
• Delitos : Estafa, Captación masiva y habitual de dinero del púb
• Proceso : 10306
• Publicada : Si
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SANA CRITICA
Es al juez a quien corresponde determinar el valor de los medios de convicción, de
conformidad con las reglas de la lógica, la ciencia y la experiencia y si su
conclusión, que viene acompañada de la doble presunción de acierto y legalidad,
no coincide con lo planteado por el defensor, no puede derivarse de allí suficiente
razón para endilgarle haber incurrido en error demandable en casación.
Magistrado Ponente Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Auto Casación
• Fecha : 02/02/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda y declara desierto el
recurso
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : CONDE, JORGE HEBERT
• Delitos : Tentativa de homicidio
• Proceso : 12783
• Publicada : Si
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DEFENSA TECNICA/ ABOGADO


Cierto es que uno de los primeros actos propios de la defensa material es la
designación de un defensor de confianza, a lo que no puede oponerse ni mucho
menos impedirlo el Estado, pues siendo éste uno de los derechos más
trascendentes e importantes no solo dentro del concepto del debido proceso legal,
sino de la legitimación del ejercicio del poder punitivo, es claro, que de acuerdo
con nuestra legislación vigente, el nombramiento del apoderado es ante todo
decisión del imputado.

Tal derecho-garantía que es de carácter público y subjetivo, es además


irrenunciable de parte de su titular, tanto que se convierte en una obligación para
el Estado la provisión de la defensa en caso de que el procesado no quiera o no
pueda costear los gastos que demanda la asistencia de un abogado de confianza,
razón por la cual, es la defensoría pública la primera en ser la llamada a cumplir la
labor de la asistencia legal gratuita, o en su defecto, la defensa de oficio, que
como cumplimiento del deber constitucional de la solidaridad y colaboración con
las autoridades de la República, deben aceptar los abogados litigantes.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
• Fecha : 02/02/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Villavicencio
• Procesado : BERMUDEZ AGUDELO, JOSE FERNEY
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio agravado
• Proceso : 11396
• Publicada : Si
Aclaración de voto Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR -
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04/02/1999

PECULADO/ PENA
Razón le asiste al defensor cuando afirma que no se tuvo en cuenta el principio de
favorabilidad, pues si bien la ley 190 de 1.995 aumentó la pena mínima del
peculado por apropiación a seis (6) años, simultáneamente ordenó una
considerable disminución , (de la mitad a las tres cuartas partes), cuando la
cuantía no supere un valor de cincuenta (50) salarios mínimos legales mensuales
vigentes, lo cual hace que para esos eventos la pena mínima aplicable pueda ser
dieciocho (18) meses de prisión, circunstancia que a su vez determina que la
medida de aseguramiento procedente sea la caución juratoria o prendaria.

Magistrado Ponente Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Unica Instancia
• Fecha : 04/02/1999
• Decisión : Cambia la medida de aseguramiento de detención
domiciliaria por la de caución juratoria
• Procedencia : Corte Suprema de Justicia
• Procesado : BOCANEGRA PRIETO, RUDY
• Delitos : Peculado por apropiación
• Proceso : 14841
• Publicada : Si
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PRECLUSION DE LA INVESTIGACION/ FISCAL/ RESOLUCION


DE ACUSACION/ NULIDAD

Para concretar la función de investigar los delitos y acusar eventualmente a los


presuntos responsables, ante los juzgados y tribunales, el mismo texto
constitucional prevé como facultad propia de la Fiscalía la de "calificar y declarar
precluidas las investigaciones", salvo en el caso de los congresistas, miembros
de la fuerza pública por hechos relacionados con el servicio e indígenas (arts. 250-
2, 186, 235-3, 221 y 246).

A la segunda parte de la expresión constitucional, "declarar precluidas las


investigaciones", no puede dársele el mismo sentido legal de una de las formas
de calificación, al lado de la resolución acusatoria (arts. 439 y 443 C. P. P.), o la
significación también legal de uno de los modos de terminación anticipada del
proceso (art. 36 idem), porque si la frase está precedida por la acción ínsita en el
verbo "calificar" y conectada lógicamente con ella, sería un absurdo que el
constituyente hubiese repetido en el mencionado giro lo que precisamente
acababa de decir con el vocablo comprensivo de la calificación (acusación y
preclusión).

Si la nulidad es la sanción que establece la ley para el acto jurídico que en su


realización haya violado u omitido las formas preordenadas por ella misma, en
principio, no podrán decretarse nulidades por razones de mérito (in iudicando),
sino de regularidad del procedimiento (in procedendo). Se trata de irregularidades
en los elementos esenciales de composición de los actos del proceso, que por
tener tal entidad desvirtúan en el hecho procesal su aptitud para cumplir el fin a
que estaban destinados.

En este orden de ideas, en lo que atañe a la nulidad de la resolución acusatoria por


falta al debido proceso, sólo la justifican los vicios que impedirían proveer de fondo
y dictar sentencia. Así entonces, si el fiscal exhibe la motivación básica, fundada
en una apreciación racional de las pruebas que obran en el proceso y en una
argumentación jurídica propia de su facultad de interpretación, no puede ser
motivo de nulidad, por el prurito de que el juez razona más elevadamente o de
manera diferente, el hecho de que el calificador por antonomasia en ese momento
haya descartado una circunstancia de agravación, o reconocido la atenuante por
ira o intenso dolor, o admitido la complicidad como título de participación -en lugar
de la autoría que piensa el juez-, o determinado la culpa o la preterintención, en
vez del dolo, como componentes del aspecto subjetivo del tipo.

Estas discrepancias entre los funcionarios judiciales, en verdad, no obstaculizan la


decisión de fondo, a menos que, como se dijo antes, la alternativa calificatoria
propuesta por el juez comporte un cambio de competencia y haya lugar entonces a
la respectiva colisión negativa, pues, en otras circunstancias, sería un
desbordamiento de su poder que acudiera a una especiosa nulidad por falta al
debido proceso, con el fin de imponer arbitrariamente la calificación que él
concibe. Cosa distinta ocurre si en la pieza acusatoria falta la motivación sobre el
hecho constitutivo del gravamen o la degradación, o la misma es ambigua o
contradictoria, o el funcionario imagina soportes empíricos o racionales que no
existen o que lógicamente no pueden inferirse dentro del proceso (absurdo), pues
en tal caso la sentencia no puede dictarse porque carecería del apoyo acusatorio
necesario para su congruencia.

La Corte ha sostenido reiteradamente que solamente el error en la denominación


jurídica de la infracción constituye causal de nulidad, como vulneración del debido
proceso, porque en tal evento el fiscal se aparta drásticamente de las reglas de
lógica y comprensión jurídica que rigen el proceso de adecuación típica del
comportamiento, dado que trasciende el capítulo o el título correspondiente, pues
en tal evento la calificación jurídica ignorada por el fiscal y vista por el juez, se
soporta sobre los mismos hechos que el instructor declaró probados, con lo cual el
juzgador que decreta la invalidez no invade la órbita de las funciones propias del
acusador.

Magistrado Ponente Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
• Fecha : 04/02/1999
• Decisión : Casa, decreta nulidad del auto del 04 de agosto/93
dictado
por el Juzgado
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cartagena
• Procesado : MARRUGO CERVANTES, ALFREDO LUIS
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
• Proceso : 10918
• Publicada : Si
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SANA CRITICA/ ERROR DE DERECHO/ FALSO JUICIO DE


EXISTENCIA/ CONSULTA

Desde el punto de vista de la técnica casacional, si el libelista pretende censurar


una prueba por considerar que se obtuvo con desconocimiento de los requisitos
formales, su alegación es pertinente hacerla de manera separada y con estribo en
el error de derecho por falso juicio de legalidad, a efectos de que la prueba no sea
tenida en cuenta.

El error de hecho por falso juicio de existencia, resulta viable invocarlo cuando
quiera que la prueba que se señala como omitida no solamente no fue tenida en
cuenta por el fallador en su análisis, sino que por lo que ella demostraba, resultaba
tan trascendente en el resultado del fallo, que otra hubiera sido la decisión tomada
en la sentencia objeto de ataque.
En los casos en que el fallo de primera instancia tenga el grado jurisdiccional de
consulta, ha dicho la Sala, el principio constitucional de la reformatio in pejus no
tiene operancia, aún cuando se trate de apelante único. También ha señalado esta
Corporación, que dicho grado jurisdiccional ha sido consagrado por el legislador a
efectos de que se sometan a revisión algunas decisiones judiciales. Se trata de una
figura procesal que, a diferencia de los recursos, opera por expresa voluntad del
legislador y no a discreción de los sujetos procesales. A través de este mecanismo
el superior tiene la facultad de revisar de manera ilimitada y en todos sus aspectos
el asunto respectivo.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
• Fecha : 04/02/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior
• Ciudad : Militar
• Recurrente : CASTIBLANCO FETECUA, WILLIAM
• Delitos : Peculado por apropiación
• Proceso : 10168
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION/ COAUTORIA


1.- Repetidamente la doctrina de esta Corte ha sostenido que cuando se denuncia
la transgresión directa de la ley sustancial, es de cargo del actor precisar el sentido
de la violación, e indicar, en cada caso, si esto ocurrió porque el juzgador dejó de
aplicar determinado precepto sustancial, lo aplicó indebidamente, o no obstante
haber acertado en su selección, lo interpretó erróneamente haciéndole producir
efectos que la norma no establece, sin que resulte lógicamente posible aducir más
de una modalidad de error respecto del mismo precepto.

2.- Mayor soporte tiene lo que viene de ser expuesto, si se considera la cita
jurisprudencial que hace el Tribunal de una providencia fecha febrero 28 de 1985
con ponencia del Magistrado LUIS ENRIQUE ALDANA ROZO, reiterada en la
sentencia proferida el diez de marzo de mil novecientos noventa y tres con
ponencia del doctor RICARDO CALVETE RANGEL, en la cual sobre el tema de la
coautoría se precisó:

"En verdad que doctrina y jurisprudencia han aceptado que en los casos en que
varias personas proceden en una empresa criminal, con consciente y voluntaria
división de trabajo para la producción del resultado típico, todos los partícipes
tienen la calidad de autores, así su conducta vista en forma aislada no permita una
directa subsunción en el tipo, porque todos están unidos en el criminal designio y
actúan con conocimiento y voluntad para la producción del resultado comúnmente
querido o, por lo menos, aceptado como probable. En efecto, si varias personas
deciden apoderarse de dinero de un banco pero cada una de ellas realiza un
trabajo diverso: Una vigila, otra intimida a los vigilantes, otra se apodera del
dinero y otra conduce el vehículo en que huyen, todas serán autores del delito de
hurto. Así mismo, si a esa empresa criminal van armados porque presumen que se
les puede oponer resistencia o porque quieren intimidar con el uso de las armas y
como consecuencia de ello se producen lesiones u homicidios, todos serán
coautores del hurto y de la totalidad de los atentados contra la vida y la integridad
personal, aun cuando no todos hayan llevado o utilizado las armas, pues
participaron en el común designio , del cual podían surgir estos resultados que,
desde luego, se aceptaron como probables desde el momento mismo en que
actuaron en una empresa de la cual se podían derivar".

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
• Fecha : 04/02/1999
• Decisión : No Casa y expide copias
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : CUARTAS BEDOYA, ANGELA PATRICIA
• Delitos : Hurto calificado y agravado, Porte de armas de uso privativo
de las F.M., Homicidio agravado, Cohecho, Concierto para
delinquir
• Proceso : 11609
• Publicada : Si
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COMPLEJIDAD/ CONEXIDAD/ SECUESTRO/ EXTORSION/


REBELION
Los conceptos de complejidad y conexidad son claramente diferenciables. Mientras
el primero de ellos presupone la estructuración de un solo ilícito, el segundo
entraña la configuración de un concurso de hechos punibles, es decir pluralidad de
conductas delictivas, estrechamente relacionadas entre sí por vínculos de diversa
índole, como ideológicos, consecuenciales u ocasionales.

Por tanto, si lo pretendido era demostrar que los delitos de secuestro y extorsión
quedaban comprendidos en la rebelión, por ser elementos típicos estructurantes
de ella, ha debido alegar interpretación errónea del artículo 125 del Código Penal
(modificado por el Decreto 2266 de 1991, artículo 8º, sub. 1º), y aplicación
indebida de los artículos 6º y 7º del Decreto 2790 de 1990 (acogido como
legislación permanente por el Decreto 2266 de 1991, art. 11), mas no exclusión
evidente del artículo 127 del Código Penal, toda vez que la aplicación de esta
preceptiva supone la configuración de delitos distintos de la rebelión y la sedición,
jurídicamente autónomos.

Un ataque por falta de aplicación del citado artículo 127, solo resultaba posible de
ser planteado de manera subsidiaria, no a partir de la consideración de que los
delitos de secuestro y extorsión quedaban comprendidos por la rebelión (principio
de absorción de los delitos comunes por el político), sino que siendo hechos
punibles jurídicamente autónomos, debían ser objeto de exclusión de pena, por
haber sido cometidos en combate, y no constituir actos de ferocidad, barbarie o
terrorismo.

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
• Fecha : 04/02/1999
• Decisión : Casa, modifica numeral 1 de la parte resolutiva, impone
pena
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : POSADA ESPINOSA, ALONSO DE JESUS
• Procesado : VELASQUEZ ZAPATA, MARTIN ALONSO
• Delitos : Extorsión, Rebelión, Secuestro extorsivo
• Proceso : 11837
• Publicada : Si
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FALSO JUICIO DE IDENTIDAD/ FALSO JUICIO DE EXISTENCIA


Una cosa es tergiversar el contenido objetivo de una prueba para conferirle un
significado y alcance distinto al que de manera obvia le corresponde -es lo que se
conoce como falso juicio de identidad- ; y otra, omitir la consideración de una
conducta de la cual da cuenta determinada prueba -falso juicio de existencia-; y,
otra muy distinta, efectuar un estudio analítico de la prueba y concluir de manera
diversa a como lo hace el censor, caso éste en el cual el asunto se radica en una
divergencia de criterio, ajena al error aducible en casación, pues se reduce a la
inconformidad con el crédito otorgado a la prueba por el fallador en ejercicio de la
crítica racional a que está obligado.

Magistrado Ponente Dr. DIDIMO PAEZ VELANDIA

Sentencia Casación
• Fecha : 04/02/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : LOPEZ NIÑO, TITO ANTONIO
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 9770
• Publicada : Si
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DEFENSA TECNICA/ ABOGADO


La omisión de la Fiscalía, al no proveer de oportuna y efectiva defensa al sindicado
luego de su vinculación al proceso, estando obligado a ello, conlleva a evidente
perjuicio contra ese derecho inalienable a la asistencia de un letrado durante la
investigación, porque ante lo manifestado por (...) al finalizar su injurada, en el
sentido de que "yo lo que quiero es arreglar con la Fiscalía y negociar mi pena y
pagar..", ello sugería la expresión de su voluntad de acogerse al trámite
consagrado en el artículo 37 o en el 37 A del Código de Procedimiento Penal.

Magistrado Ponente Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Sentencia Casación
• Fecha : 04/02/1999
• Decisión : Casa, decreta nulidad a partir del cierre de investigación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Rosa de Viterbo
• Procesado : GUALDRON MANRIQUE, FAGARDO DARIO
• Delitos : Lesiones personales, Homicidio
• Proceso : 11005
• Publicada : Si
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05/02/1999

HURTO/ REPARACION DEL DAÑO


La suspensión de la actuación penal, como consecuencia del trámite de la
audiencia especial, no impide que se haga la solicitud de rebaja, pues como lo
expresa el Procurador Delegado,

"Esta suspensión de la actuación procesal que dispone la ley es entendible, habida


cuenta del carácter especial que comportan este tipo de procedimientos. Y
propende fundamentalmente porque no se siga tramitando el proceso de acuerdo
con los parámetros ordinarios, a fin de no alterar las condiciones jurídicas y
probatorias que sirven de fundamento a la audiencia especial. Es decir, que
aquellos actos que no modifican las referidas condiciones y que por ende no
pueden alterar el núcleo esencial de la acusación, no están comprendidos dentro
de dicha limitación".

Por otra parte, aunque la aceptación de la aminorante de punibilidad, por parte del
juez, afecte la dosificación punitiva acordada entre procesado y fiscal, tal variación
está ajustada al debido proceso y a los principios de lealtad e igualdad, pues si el
propio legislador previó la oportunidad para impetrarla, esto es, hasta antes de
dictarse sentencia de primera instancia, siendo, por ende, viable en el período que
transcurre entre el acuerdo y el fallo, no pude haber sorprendimiento de ninguna
clase. Además, si el juez, cumplidos los requisitos que la norma exige, debe
conceder el descuento, gozando de discrecionalidad sólo para fijar el quantum del
mismo, no se puede afirmar que esa variación de la pena convenida sea ilegal o
desconocedora del acuerdo.

Para tener derecho a la diminuente, el responsable del punible contra el patrimonio


debe pagar el valor total del perjuicio, y si éste es cubierto en todo o en parte por
un tercero, que no cancela a nombre del procesado, tal reembolso no se puede
considerar como indemnización a favor de éste, que estará obligado a devolverle a
ese tercero lo pagado, para que se pueda considerar que ha indemnizado.

En el mismo sentido, si el objeto material no es recuperado y un tercero, como la


compañía de seguros, paga su valor, ese pago no se puede imputar a favor del
procesado, para efectos del artículo 374, a menos que devuelva lo pagado a ese
tercero.

Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
• Fecha : 05/02/1999
• Decisión : Desestima la demanda, casa parcial y de oficio para
imponer
como pena principal la suspensión en el ejercicio de la
actividad de conducir vehículos automotores
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Procesado : VARGAS RIVERA, PEDRO ENRIQUE
• Delitos : Hurto calificado y agravado, Homicidio culposo
• Proceso : 9833
• Publicada : Si
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09/02/1999
DEMANDA DE CASACION
En la demanda de casación el señalamiento de la causal que se aduzca con
indicación clara y precisa de sus fundamentos, es carga de imprescindible
cumplimiento de parte de los censores, so pena del temprano rechazo del libelo
por la imposibilidad que tiene la Corte de conocer a ciencia cierta cuál o cuáles
son los errores in procedendo o in iudicando que supuestamente afectan la
legalidad del fallo atacado, deficiencia que implica la inexistencia del juicio técnico
habilitador del estudio de fondo del asunto, constituyéndose el libelo que de tal
falla adolece en un escrito ajeno a los fines del extraordinario recurso que como
bien se sabe tiene supeditados los temas al límite impuesto por el impugnante en
una demanda en forma, sin que el Tribunal de casación pueda llenar los vacíos
dejados por éste.

Magistrado Ponente Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Casación
• Fecha : 09/02/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda y declara desierto el
recurso
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Procesado : GONZALEZ, JOSE LUIS
• Delitos : Acceso carnal violento
• Proceso : 13750
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION/ NULIDAD


La circunstancia de que la sentencia de segundo grado sea objetada en casación a
través de la causal 3a. del artículo 220 del C. de P.P., como acontece en este caso,
no exime al demandante del deber de fundamentar las censuras con claridad y
precisión, es decir, de indicar la irregularidad eventualmente generadora de
nulidad, señalando las garantías que se consideren vulneradas y demostrando la
incidencia de ellas en la legalidad del proceso y la situación jurídica del afectado.

Tal es la exigencia prevista en el numeral 3o. del artículo 225 del mencionado
estatuto, precepto éste que establece los supuestos de forma que debe reunir esa
clase de demanda y de los cuales depende la proseguibilidad del recurso
extraordinario.

Magistrado Ponente Dr. DIDIMO PAEZ VELANDIA

Auto Casación
• Fecha : 09/02/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda y declara desierto el
recurso
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Procesado : MOSCOSO RIVERA, RUBEN DARIO
• Delitos : Tentativa de homicidio, Hurto calificado y agravado, Porte de
armas de defensa personal
• Proceso : 12984
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co
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LIBERTAD PROVISIONAL/ JUSTICIA PENAL MILITAR


Al respecto, la Sala estima conveniente precisar que al peticionario se le adelantó
proceso penal por el delito de homicidio simple, resultando condenado en primera
instancia por el Comandante del Departamento de Policía del Tolima, en decisión
del 11 de abril de 1.995 y, en segunda, por el Tribunal Superior Militar, en
sentencia del 4 de julio de 1.995, a la pena de 10 años de prisión.

Así las cosas, debe reiterar esta Sala que frente a los procesos adelantados de
conformidad con el Código Penal Militar no rige el beneficio impetrado, por cuanto
la mencionada Ley solamente modificó al artículo 72 del Código Penal, dejando
incólume el artículo 66 del Código Penal Militar.

Es decir, en tratándose de un tal procedimiento, no procede la libertad provisional


con fundamento en el cumplimiento de las tres quintas partes de la condena,
razón por la cual se debe negar la solicitud.

Sobre este aspecto, en decisión del 16 de enero de 1.998, se dijo:

"Por su parte el artículo 1o. de la Ley 415 de 1997 modificó, es cierto, el régimen
de la libertad condicional en términos favorables para el condenado, salvo las
excepciones que allí mismo se contemplan, pero de manera exclusiva para los
casos en los que se aplica el Código Penal y no el Código Penal Militar, pues el
artículo 1o. de esa preceptiva es claro al reformar el Código Penal introduciendo en
él un nuevo artículo 72A, en el que se plasman las modificaciones invocadas.

Sin embargo, como en el Código Penal Militar su artículo 66 regula la libertad


condicional, y sobre él no ha recaído modificación ni adición alguna, es claro que
se trata de dos regímenes penales distintos, y que la ley 415 no extendió su
alcance más allá de las situaciones contempladas en el Código Penal, Decreto 100
de 1980.".

Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Casación -Libertad-
• Fecha : 09/02/1999
• Decisión : Niega libertad provisional
• Procedencia : Tribunal Superior
• Ciudad : Militar
• Recurrente : VILLAMIL HERNANDEZ, RICARDO
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 11334
• Publicada : Si
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10/02/1999

CESACION DE PROCEDIMIENTO
La decisión de cesar procedimiento o de precluír, que válidamente puede adoptar
la Fiscalía, en cualquier momento de la investigación, tienen semejanza a la
sentencia porque hacen tránsito a cosa juzgada, así en su forma y en el momento
procesal en que se asumen, sean distintos. La razón de ser de esta aparente
disonancia está al alcance del hombre de mediana inteligencia; no se justifica
agotar las etapas regulares del proceso para ponerlo en trance de sentencia, si
desde los inicios se está de cara a una causal que impide la prosecución de la
acción penal. Y si dicha determinación se toma en la fase de la investigación, y ella
traduce una de las maneras de terminar el proceso en forma anticipada ,
elemental es deducir que el proceso no puede arribar a la etapa superior del juicio.

Lo que ha sido afirmado por la Sala en punto a la cesación de procedimiento en la


etapa de juzgamiento, y que sirve para aclarar la confusión que yace en el
entendimiento de la defensa, es lo que se transcribe a continuación:

"Doctrina y Jurisprudencia coinciden en señalar dos clases de causales de cesación


de procedimiento: las objetivas, cuya demostración se evidencia con el solo aporte
de la prueba, como ocurre con la muerte del procesado, despenalización de la
conducta, prescripción de la acción, etc. Cualquiera de estas hipótesis que se
presenten en cualquier momento de la investigación o del juicio, por no ameritar
esfuerzo interpretativo alguno, imponen el deber de cesar el procedimiento
extraordinariamente (art.36 C.P.P.) en le juicio, o precluir investigación en el
sumario; y las subjetivas, que presuponen siempre análisis de la prueba existente,
como tipicidad, antijuricidad o culpabilidad, las que solamente generan preclusión
de la investigación siempre que no se haya cerrado ésta y nunca cesación de
procedimiento en la causa, porque siendo aquél el objeto específico de la
calificación (art.443 id.), no resulta lógico pretermitir ésta que es la vía ordinaria
insoslayable una vez clausurada la investigación; menos aún lo es cuando
proferida la resolución acusatoria, donde como lo ordena la ley precisamente
deben examinarse esos elementos constitutivos del delito, se sustituyan por esta
vía extraordinaria los recursos o, lo que sería peor aún, que agotados éstos se
pudiese cuestionar el análisis probatorio de decisiones ejecutoriadas y constituídas
por lo mismo en la ley del proceso, so pretexto de una interpretación meramente
literal del precepto. Se afectarían los principios de lealtad e igualdad, rectores del
procedimiento con carácter prevalente (art.22 C.P.P.) e incluso el derecho
fundamental del debido proceso, pues el rito ordinario no es una mera forma de
actuación, sino un trámite esencial, una garantía de rango constitucional.

"Pero algo más, en este orden de ideas, el artículo 454 del C. de P.P. que es norma
posterior dentro de una misma codificación y por tanto prevalente en lógica,
dispone diferir para el momento de dictar sentencia, las decisiones que se deban
tomar respecto de ‘las peticiones hechas por las partes en el curso del juicio’,
excepto las relacionadas con la libertad o detención del acusado, la practica de
pruebas o las que afecten sustancialmente el trámite (nulidad)." (Auto de abril 28
de 1.993, M.P. Dr. Dídimo Páez Velandia).

Como su propia etimología revela, el proceso penal se desenvuelve en una serie de


momentos o periodos, en los cuales se reparte el ejercicio de la actividad del
funcionario judicial y de las partes, de tal modo que algunos actos deben
corresponder a determinado periodo, fuera del cual no pueden ser ejercitados,
todo ello dirigido a que dicha actividad se desenvuelva sin solución de continuidad
y evitar que se distraiga con perjuicio de la resolución de lo que constituye la
relación jurídico -procesal. Esto, en atención de los principios de preclusión y de
concentración que gobiernan el proceso penal de obligado acatamiento.

Es de fácil entendimiento que si en la etapa precedente a la del juicio se han


debatido suficientemente los aspectos relativos a la tipicidad, antijuridicidad y
culpabilidad - que aquí fue examinado in extenso por el Fiscal General de la
Nación - resultaría aberrante y contrario al sentido común que los mismos temas
sean tocados de nuevo en este momento de la preparación de la audiencia
pública, con notorio rompimiento de la continencia del juicio, quedando así la
resolución del proceso a voluntad de los sujetos procesales. De ahí para que
siguiendo el esquema procesal que con lógica ha señalado el legislador deba
entenderse que el trámite normal del juicio solo puede truncarse por sobrevenir,
o, para emplear la expresión del precepto, cuando se verifique una causal que,
por su naturaleza, lo impida, como sería la muerte del procesado, la prescripción,
etc., pues las de carácter valorativo- atipicidad, causales de justificación, de
inculpabilidad - sólo pueden ser objeto de especial tratamiento al momento de
pronunciarse el fallo.

Magistrado Ponente Dr. DIDIMO PAEZ VELANDIA

Unica Instancia
• Fecha : 10/02/1999
• Decisión : Se abstiene de emitir pronunciamiento, ordena recepción
de
testimonios
• Procedencia : Corte Suprema de Justicia
• Procesado : LASSO GOMEZ, SEGUNDO SALVADOR
• Proceso : 15212
• Publicada : Si
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PROCEDIMIENTO ABREVIADO/ TERMINACION ANTICIPADA


DEL PROCESO/ SENTENCIA ANTICIPADA/ PENA-Reducción
A propósito de obtener una significativa reducción punitiva en relación con la que
habría de corresponderle en el fallo de seguirse el trámite ordinario, el
procedimiento abreviado, establecido bajo la forma de sentencia anticipada,
posibilita al reo ejercer la facultad de disponer de parte del rito y renunciar a la
controversia fáctica y jurídica por los hechos punibles que le han sido imputados
en la providencia que definió su situación jurídica o calificó el mérito del sumario,
según la etapa en que la solicitud sea presentada, para allanarse, expresa y
libremente a los cargos que la Fiscalía le formule, aceptando de esta manera su
responsabilidad penal por el hecho atribuido.

Por involucrar este procedimiento la voluntad del procesado de admitir sin


condicionamiento alguno la imputación delictiva y su responsabilidad penal, la ley
no estableció la posibilidad de interponer recursos contra el acta que contiene la
acusación, ni un período probatorio posterior que pudiera dar lugar a confirmar o
desvirtuar sus soportes, y señaló que el paso siguiente en el rito legal consistiera
solamente en el proferimiento de la correspondiente sentencia de mérito por el
juez competente, contra la cual puede ser ejercido el derecho de impugnación por
el Fiscal, el Ministerio Público, el procesado o su defensor, "aunque por estos dos
últimos sólo respecto de la dosificación de la pena, el subrogado de la condena de
ejecución condicional, y la extinción de dominio sobre bienes" (C. P. P. art. 37 B,
num. 4o.).

En tratándose de las sentencias proferidas dentro del trámite abreviado, la


jurisprudencia ha precisado que los aspectos respecto de los cuales puede ser
interpuesto el recurso de apelación, condicionan igualmente la interposición del
recurso extraordinario de casación, "el cual no puede ser utilizado para desconocer
el hecho cierto de la responsabilidad penal voluntariamente aceptada que el
procesado tenía posibilidad de haber rechazado y, sin embargo, no lo hizo" (Auto
Julio 2/97 M. P. Dr. ARBOLEDA RIPOLL)

Al precisar el alcance del artículo 37 B num. 4 del C. de P.P., señaló además, que
implícitamente esta norma no "tolera la discusión de otros temas, porque ello
comportaría una retractación inoportuna, sin perjuicio obviamente del control de
legalidad que siempre concierne al fiscal y al juez. Para guardar la coherencia en la
aplicación del derecho en el curso de todo el proceso, la Corte ha sostenido y
reitera que tal restricción en los asuntos de debate también impera en el ejercicio
del recurso de casación, pues alimentar la controversia de otras materias en esta
sede sería propiciar la frustración de la legítima prohibición de retractación de la
aceptación voluntaria de responsabilidad, a través de otro medio legal (la burla de
la ley por la misma ley) y el desconocimiento de la naturaleza especial de estas
formas prematuras de terminación del proceso" (Auto Mayo 6/97, M. P. Dr. GOMEZ
GALLEGO).

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
• Fecha : 10/02/1999
• Decisión : Rechaza la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : PINEDA SIERRA, JESUS ALFREDO
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Secuestro extorsivo,
Concierto para secuestrar
• Proceso : 13250
• Publicada : Si
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ERROR DE HECHO/ ERROR DE DERECHO


La vulneración mediata de la norma sustancial acontece por error de derecho o de
hecho. Este puede consistir en falso juicio de existencia (suponer o ignorar una
prueba) o en falso juicio de identidad (distorsionar el contenido fáctico de la
prueba). Aquél está conformado por falso juicio de legalidad (violación de los
preceptos que regulan la aducción de la prueba) o por falso juicio de convicción
(no otorgarle a la prueba el valor establecido por la ley). Tanto el error de hecho
como el de derecho llevan a la aplicación indebida o a la falta de aplicación de la
ley sustancial.

Magistrado Ponente Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Auto Casación
• Fecha : 10/02/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : DELAIN MENDOZA, GILBERTO
• Delitos : Homicidio con fines terroristas
• Proceso : 13650
• Publicada : Si
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11/02/1999

MINISTERIO PUBLICO
De acuerdo con el Código de Procedimiento Penal, Título III, Capítulo II, el Ministerio
Público es un sujeto procesal que puede intervenir en todas las etapas de la
actuación, y para el cumplimiento de sus funciones está facultado para solicitar
copias del expediente, a su costa.

En esas condiciones no es función que corresponda a la Corte remitirle copias que


no ha solicitado, ni tampoco exigirle que se pronuncie sobre memoriales de los
demás sujetos procesales, pues salvo en el recurso de casación en que es
obligatorio que conceptúe sobre la demanda, en los demás trámites su
intervención es de su exclusiva responsabilidad, y sabrá como ejercerla.

Los servidores públicos están obligados a poner inmediatamente en conocimiento


de la autoridad competente los delitos de que tengan noticia, independientemente
de que ellos hayan ocurrido dentro o fuera de algún proceso, de modo que no
resulta atinado ni respetuoso calificar el cumplimiento del deber como forma de
intimidación, procedimiento en el que por lo demás la Corte jamás incurre.
La preocupación por defender una causa encomendada no puede llevar al
abogado al campo de la actuación descomedida, ni a buscar deslealmente que se
vea en el cumplimiento del deber del Juez algo oscuro e irregular, para tratar de
combatir con ese método lo que resulta difícil en el campo jurídico.

Magistrado Ponente Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Unica Instancia
• Fecha : 11/02/1999
• Decisión : No repone
• Procedencia : Corte Suprema de Justicia
• Procesado : GOMEZ HERMIDA, JOSE ANTONIO
• Delitos : Peculado por apropiación, Falsedad en documento privado
• Proceso : 13702
• Publicada : Si
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FISCALIA GENERAL DE LA NACION-Representación judicial/


INDEMNIZACION DE PERJUICIOS
Es cierto que el inciso 3° del artículo 249 de la Constitución Política le concede
"autonomía administrativa y presupuestal" a la Fiscalía General de la Nación,
pero antes el texto se cuida de señalar que dicha entidad "forma parte de la
rama judicial". Esta última previsión tiene su sentido porque, no obstante la
separación funcional nítida entre fiscales y jueces, la Carta mantuvo la unidad de
la rama judicial, razón por la cual tanto de la Fiscalía como de los juzgados,
tribunales y altas corporaciones se predica su pertenencia a esa rama del poder
público (Título VIII).

Frente a este marcado espíritu constitucional de unidad, resulta insuficiente la


interpretación exegética que el recurrente propone en relación con el numeral 8°
del artículo 99 de la Ley 270 de 1996, en el sentido de que la representación
judicial adjudicada a la Dirección Ejecutiva de Administración Judicial es una mera
función administrativa, que, como tal, sólo concierne a las entidades gobernadas
por el Consejo Superior de la Judicatura y no a la Fiscalía que en esa materia
ostenta autonomía.

Para preservar la integridad y el carácter sistemático del ordenamiento jurídico,


como se lo propone la ratio legis del artículo 4° de la Constitución, conviene acudir
a una visión de conjunto y también teleológica tanto de la Ley Estatutaria de la
Administración de Justicia como de la norma en cuestión, hermenéutica que se
traduce en lo siguiente:

Respecto de la administración de la rama judicial, la ley estatutaria prevé las


funciones de la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura, que no
siempre se refieren exclusivamente a los órganos tradicionales de administración
de justicia (juzgados y corporaciones), sino que en más de una ocasión involucran
también el funcionamiento de la Fiscalía General de la Nación.

Así, de acuerdo con el numeral 1° del artículo 85, el proyecto de presupuesto de la


rama judicial lo elabora y lo presenta al Gobierno la Sala Administrativa del
Consejo Superior de la judicatura, aunque antecedentemente debe incorporar el
que proponga la Fiscalía General de la Nación.

De otra parte, el numeral 28 del mismo precepto señala que dicha Sala llevará el
control del rendimiento y gestión institucional de la Corte Constitucional, de la
Corte Suprema de Justicia, del Consejo de Estado e igualmente de la Fiscalía
General de la Nación.
De igual manera, conforme con el artículo 87, la Sala Administrativa elabora el
plan sectorial de desarrollo para la rama judicial, que deberá ser presentado al
Gobierno, pero siempre consultará las necesidades y propuestas que tengan las
entidades antes mencionadas (incluida la Fiscalía).

Por último, el artículo 88 reitera que la Fiscalía presenta su proyecto de


presupuesto a la Sala Administrativa para su incorporación al proyecto de
presupuesto general de la rama, y será dicho órgano el que lo haga valer ante el
Gobierno Nacional para su inclusión en el presupuesto general de la nación.

Es decir, como los procesos judiciales pueden afectar positiva o negativamente el


presupuesto de la rama judicial, se ha preferido razonablemente unificar la
realización del respectivo proyecto en la Sala Administrativa del Consejo Superior
de la Judicatura, así se respeten las proposiciones que sobre la materia haga la
Fiscalía General de la Nación, gracias a la autonomía que constitucionalmente se le
reconoce.

Esa unificación del presupuesto de la rama judicial, con matices respetuosos del
funcionamiento autónomo de la Fiscalía General de la Nación, exigía
coherentemente centralizar la representación de la Nación-Rama Judicial en los
procesos judiciales que pudieran afectarlo. Esa es la razón para que se haya
situado dicha función en la Dirección Ejecutiva de la Administración Judicial,
"órgano técnico y administrativo que tiene a su cargo la ejecución de las
actividades administrativas de la rama judicial, con sujeción a las políticas y
decisiones de la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura" (art.
98).

El hecho de que por obra de un proceso judicial resulte un ingreso o un gasto que
pueda incidir en el presupuesto de la rama judicial, concretamente el de la Fiscalía,
no desdibuja la intervención representativa del Director Ejecutivo de la
Administración Judicial, pues es asaz claro que en materia presupuestaria siempre
debe establecerse una coordinación entre la Sala Administrativa del Consejo y el
Fiscal General, aunque la vocería obligatoriamente corresponda a la primera.

Nótese, además, que las funciones del Director Ejecutivo se discriminan por
legislador estatutario en consonancia con el ámbito de las mismas, pues, en
relación con la gestión de los procesos judiciales, se dice que dicho funcionario
representa a la Nación-Rama Judicial, por sus obvias consecuencias en el
presupuesto que la Sala Administrativa (no el fiscal) debe ventilar ante el Gobierno
Nacional (numeral 8); y, con perspectiva diferente, en lo que atañe a los actos o
contratos que deban otorgarse o celebrarse para bien del funcionamiento de la
rama judicial tradicional, sólo actúa en nombre de la Nación-Consejo Superior
de la Judicatura (numeral 3), porque en la Fiscalía tal actividad, por ser
eminentemente administrativa, corresponde al Fiscal General (Decreto 2699/91,
art. 22, num. 16).

Es que si se atiende cabalmente el contenido del título cuarto de la Ley Estatutaria


de la Administración de Justicia, dicha función de representación en los procesos
judiciales no es estrictamente administrativa sino de gestión, en el sentido más
concreto de que la acción se realiza para la tramitación de un asunto, y no
meramente en función del cuidado que concierne sobre el mismo.

De modo que, acorde con el encabezamiento del artículo 22 del Decreto 2699, el
Fiscal sí tiene la representación general de la entidad ante las autoridades del
poder público, pero la gestión específica para los procesos judiciales se ha
reservado al Director Ejecutivo de Administración Judicial, por mandato expreso de
la respectiva ley estatutaria.

Ahora bien, esta tesis permanece invariable aún frente a la nueva redacción del
artículo 149 del Código Contencioso Administrativo, modificado por el artículo 49
de la Ley 446 de 1998, pues, además de que sería imposible hacer la variación de
una ley estatutaria por medio de una de carácter ordinario, el precepto se refiere
concretamente a la representación de las personas de derecho público en los
procesos contencioso administrativos; amén de que, cuando la misma norma
menciona al fiscal general y otros funcionarios cabezas de entidades públicas
como sus representantes, lo hace para el caso de los actos que ellos expidan o los
hechos que produzcan en el ejercicio de ese natural liderazgo. De otra parte, el
inciso 3° de la referida disposición reitera la regla de la representación de la
Nación-Rama Judicial en cabeza del Director Ejecutivo de Administración Judicial.

Así las cosas, el Fiscal General carece de la legitimación procesal para actuar como
parte civil en este proceso, pues la misma se radica en el Director Ejecutivo de
Administración Judicial, representante de la Rama Judicial en los procesos
judiciales, representación que, al igual que el órgano representado, funciona por
desconcentración (Const. Pol., art. 228 y Ley 270/96, arts. 99-8 y 103-7).

En este sentido, la Sala reitera la opción por el dictado del artículo 99 de la Ley
Estatutaria de la Administración de Justicia, tesis que ya había sido expuesta en el
auto del 29 de mayo de 1996, de acuerdo con ponencia realizada por el
magistrado Dídimo Páez Velandia.

En relación con la segunda cuestión propuesta por el apelante, es decir, la


existencia de perjuicios extrapatrimoniales, es cierto que las personas jurídicas
pueden padecerlos, verbigracia, cuando se afecta su buen nombre y reputación,
mas tales consecuencias sólo son estimables como detrimento resarcible cuando
amenazan concretamente su existencia o merman significativamente su capacidad
de acción en el concierto de su desenvolvimiento o las ponen en franca
inferioridad frente a otras de su género y especie, si es que se mueven en el
ámbito de una competencia comercial o de la prestación de servicios apreciables
por la demanda de usuarios.

Ni pensar en la modalidad del perjuicio moral subjetivo (pretium doloris), porque


por su naturaleza las personas jurídicas no pueden experimentar el dolor físico o
moral, salvo que la acción dañina se refleje en alguno de los socios o miembros o
en la persona del representante legal, caso en el cual la propuesta de reparación
deberá hacerse individualmente por quien haya sufrido el daño.

En relación con las personas jurídicas de derecho público que nacen y se


desenvuelven por mandato y privilegio constitucional o legal, sin necesidad de un
reconocimiento gubernativo de personería jurídica (caso de la Fiscalía General de
la Nación), el desprestigio que sus servidores le ocasionan con algunas conductas
desviadas hace parte de la naturaleza, gravedad y modalidades propios de cada
delito (daño público), pero en manera alguna se proyecta en un menoscabo
particular que ponga en peligro su existencia o la disminuya apreciablemente en
su operatividad, porque, aun con la presencia de funcionarios corruptos, la
actividad estatal no puede detenerse ni arredrarse.

Como ese deterioro de la imagen de la institución pública, que se produce por la


acción delictiva del servidor público, no puede deslindarse de la esencia misma del
hecho punible, ni es extraño a los fines preventivo generales y especiales que está
llamada a cumplir la eventual pena, tampoco será posible individualizar un
perjuicio que justifique el ejercicio simultáneo de una acción con fines
compensatorios como es la civil.

En efecto, de acuerdo con el sistema penal colombiano, la sola pena está


determinada para recomponer el ordenamiento jurídico violado, y es esa la manera
principal como el Estado autoconstata su imperio y le confirma a los ciudadanos la
vigencia de las instituciones y el derecho, además de ser un modo singular de
recuperar la imagen comprometida no solo por el comportamiento del servidor que
comete un delito especial o común, sino también por la conducta de cualquier
particular que por la misma vía se burla de la ley.

Gracias a la regulación del artículo 104 del Código Penal, en relación con los
artículos 43, 48 y 56 del Código de Procedimiento Penal, que reseñan y hacen
énfasis en la naturaleza privada de la acción resarcitoria (así la llegare a ejercer un
ente de derecho público), el perjuicio susceptible de reclamación por la vía unitaria
del proceso penal no sólo debe ser real sino que debe connotarse como algo
distinto a los fines que atiende la acción penal (art. 24 C. P. P.). Es decir, aquellas
pretensiones que apuntan a una reposición de la imagen deteriorada de la
institución agraviada, como se pregona en el caso, quedan satisfechas con el
desarrollo del objeto principal del proceso penal, como consecuencia de la
ordenación o reordenación de la convivencia o de los fines colectivos y/o estatales
que se buscan con la pena, sin que sea procedente acudir a una excesiva y extraña
compensación monetaria o simbólica que no puede justificarse en otra realidad
dañina que pueda permanecer después de la sanción principal. Cosa distinta es
que ese efecto nocivo consustancial al delito se extienda a otras personas o aún en
el mismo titular del bien jurídico, después de presupuestada la pena, como ocurre
patéticamente, por ejemplo, con el ciudadano que es víctima de una exacción por
la vía de un injusto de concusión (atentado contra la administración pública).

Es suficiente la argumentación dispuesta para declarar que ha sido rechazada


razonablemente la demanda de constitución de parte civil por el a quo, tanto en
virtud de la falta de personería para actuar en el proceso (legitimatio ad
processum), como por carencia de legitimación en la causa (ausencia de
presentación verosímil del perjuicio). He ahí el fundamento de la confirmación que
se entregará a la providencia impugnada.

Magistrado Ponente Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Segunda Instancia


• Fecha : 11/02/1999
• Decisión : Confirma auto, con las aclaraciones dispuestas en la
motivación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Manizales
• Procesado : CASTAÑO YEPES, IVAN
• Proceso : 14523
• Publicada : Si
Aclaración de voto Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR -
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DEMANDA DE CASACION
Reiterativamente ha dicho esta Sala que la demanda de casación es un juicio en
derecho a que se somete la sentencia con la cual culmina en sus dos instancias el
proceso penal, y que por ende, orientada como está a desconocer total o
parcialmente ese pronunciamiento, amparado por la doble presunción de acierto y
de legalidad, debe reunir las exigencias técnicas previstas en la ley procesal para
hacer viable en sede extraordinaria el cuestionamiento. De no ser así, esa
demanda habrá de rechazarse y el recurso declararse desierto, como en efecto así
habrá de suceder en este evento, en que se han pasado por alto las previsiones
formales relacionadas con la fundamentación de la censura. En efecto:

El numeral 1o. del artículo 220 del C. de P.P. establece como causal de casación,
en su segundo aparte, que si la aducida violación de la ley sustancial deviene "de
error en la apreciación de determinada prueba, es necesario que así lo alegue el
recurrente.".

Existe error en la apreciación de la prueba en materia casacional en dos eventos :


por la omisión, por la invención o también por la distorsión lógica o temática de la
prueba, motivos que se han catalogado como errores de hecho; existe también el
error de derecho, consistente en la apreciación de pruebas con otorgamiento de un
mayor o un menor valor al concedido por la ley, -evento de muy excepcional
ocurrencia-, o en la consideración de aquellas irregularmente obtenidas, o
practicadas, o incorporadas al proceso, todo lo cual pone de bulto que se trata
de situaciones objetivas de desfase ante el material probatorio, traducidas
en un equivocado criterio generador de una decisión así mismo equivocada, con
la característica de ser susceptible de enmienda en sede casacional, en cuanto su
corrección no interfiera la obligación del juez de las instancias de examinar la
prueba a la luz de la crítica racional.

Magistrado Ponente Dr. DIDIMO PAEZ VELANDIA


Auto Casación
• Fecha : 11/02/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Neiva
• Procesado : BAHAMON QUINTERO, LEYDER
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 13166
• Publicada : Si
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COAUTORIA
Tal como lo ha dicho la Sala, "en tratándose de la participación criminal se parte
del supuesto que la actividad de las diversas personas que intervienen en el hecho
no lo ejecutan integralmente pero sí contribuyen a ese fin. Frente a la coautoría
cada participante realiza, en unión con otros, la conducta típica, previa celebración
de un acuerdo en virtud del cual se busca una contribución objetiva en la que cada
uno tiene el dominio del hecho de tal manera que la tarea asumida
individualmente, se torna indispensable para la total realización del plan.

"Frente a este panorama no resulta indispensable que cada interviniente realice


totalmente el hecho, como tampoco se puede responsabilizar a cada partícipe por
la fracción del hecho realizada (…) porque la figura en estudio no tendría ninguna
razón de ser" *

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*.- Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Sentencia de casación No. 9890. 6 de mayo de
1998. Magistrado Ponente: Carlos E. Mejía Escobar.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Colisión de Competencias


• Fecha : 11/02/1999
• Decisión : Dirime colisión, declarando el conocimiento al Juzgado 1 P.
del C. de Medellín
• Procedencia : Juzgado 3° Penal del Circuito
• Ciudad : Rionegro
• Procesado : BALLESTEROS GONZALEZ, JOSE GUSTAVO
• Procesado : BALLESTEROS, ANTONIO JOSE
• Procesado : CUERVO ARROYAVE, OLIVERIO DE JESUS
• Procesado : CASTRILLON, CARLOS ENRIQUE
• Delitos : Receptación
• Proceso : 15073
• Publicada : Si
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CASACION-Trámite/ CASACION-Interés para recurrir-Apelación


En el trámite casacional pueden diferenciarse tres actos de naturaleza judicial: De
concesión del recurso (art. 224 C.P.P.), de admisibilidad formal de la demanda (art.
226 C.P.P.), y de decisión de la impugnación (arts. 228 y 229 C. P. P.). El primero,
debe cumplirse ante el Tribunal Superior que profirió la sentencia recurrida, y los
últimos en esta corporación.

La facultad oficiosa consagrada en el artículo 228 del estatuto procesal es


exclusiva del acto de decisión del recurso, y constituye una clara excepción al
principio de limitación que lo preside, en la medida que permite a la Corte
pronunciarse mutu proprio sobre motivos no alegados expresamente por el
demandante, cuando advierta un factor de nulidad que afecte la legalidad del
proceso, o violación manifiesta de las garantías fundamentales.

Los otros dos actos, el de concesión del recurso y calificación formal de la


demanda, no participan del principio de oficiosidad, ni permiten su aplicación. De
suerte que la Corte no puede, so pretexto de que lo alegado en la demanda es una
nulidad, declarar en trámite la impugnación con prescindencia de las condiciones
de procedibilidad o sustentación que deben presidirla.

Una tal extensión de este principio, además de no tener fundamento legal,


conduciría al desconocimiento del carácter eminentemente rogado y dispositivo
del recurso, propio de la razón de ser medio de impugnación extraordinario y no
una tercera instancia, y de claras normas de derecho procesal que imponen la
declaración de su improcedencia o deserción cuando los presupuestos de
procedibilidad o de sustentación no se cumplen (arts. 224 y 226), sea cual fuere el
contenido o naturaleza de la inconformidad expresada por el recurrente.

En síntesis, la Corte no puede sustraerse de la obligación de examinar la


concurrencia de los referidos presupuestos; ni avalar el trámite casacional cuando
éstos no se cumplen, con el propósito de corregir supuestos vicios de legalidad
formal o sustancial de la sentencia de segunda instancia, como pareciera
entenderlo el Procurador Delegado, pues esto implicaría aceptar que el recurso de
casación es de plena justicia, o una tercera instancia, de pronto con mayor
amplitud que las dos ordinarias, y que, por el mero acto de su invocación, el
órgano jurisdicente adquiere la facultad-deber de revisar la legalidad del proceso,
lo cual contraría abiertamente su naturaleza jurídica como recurso extraordinario.

Del interés para recurrir. Demostración.

1. Principios elementales de procedimiento por todos conocidos enseñan que para


hacer uso del derecho de impugnación se requiere tener interés para ejercerlo, y
que esta vocación viene determinada por el carácter lesivo de la decisión cuya
remoción se persigue, en cuanto haya irrogado un perjuicio concreto a la parte
impugnante.

En ocasiones, el interés suele estar supeditado al cumplimiento de exigencias


adicionales, como por ejemplo la cuantía de la pretensión (art.221 C.P.P), o
circunscrito a unos precisos aspectos de la decisión (art.37B.4 ejusdem, modificado
por el 5º de la ley 81 de 1993 y 12 de la ley 365 de 1997), pero siempre sobre el
supuesto de existir un agravio.

Se entiende, entonces, que no existe interés para recurrir cuando la decisión no le


reporta agravio alguno a la parte impugnante, o cuando existiendo, no se cumplen
los requerimientos adicionales del procedimiento; y, se deja de tener, cuando el
sujeto agraviado con la decisión la consiente con el silencio. Estos son principios
de procedimiento ampliamente reconocidos e implícitamente contenidos y
operantes en nuestro régimen procesal vigente.

Por razones de técnica legislativa, derivadas de la dificultad e inconveniencia de


poder regular con efectos excluyentes los casos en los cuales faltaría interés para
recurrir por ausencia de perjuicio, el ordenamiento jurídico no contiene una
regulación expresa al respecto, como sí lo hace cuando introduce restricciones al
ejercicio del derecho de impugnación, sino que defiere al funcionario judicial la
facultad de determinarlo en cada caso concreto, de acuerdo con los criterios
expresados.

Entender, entonces, que el carácter lesivo de una decisión judicial no constituye


presupuesto necesario para acceder al derecho de impugnación, o que el silencio
de la parte afectada no la priva de la posibilidad de intentar en cualquier tiempo su
remoción, contraría la razón de ser del instituto de la impugnación, y por ende de
los recursos, concebidos con el exclusivo propósito de ofrecerle a las partes la
oportunidad de demandar la revisión de las resoluciones judiciales que sean
lesivas a sus intereses, dentro de los perentorios términos que la propia ley
establece.

2. La determinación del interés para recurrir no siempre es tarea fácil. Si bien es


cierto hay casos en los cuales la naturaleza de la decisión permite al funcionario
advertirlo prima facie, en otros será necesario consultar el contenido de la
impugnación para darle viabilidad al recurso, pues solo de las alegaciones
presentadas por el censor podrá inferirse su existencia.

Es lo que ocurre, por ejemplo, cuando habiendo sido el procesado absuelto, su


defensor decide impugnar la decisión, o cuando la sentencia condenatoria es
recurrida por la parte civil, pues, en el primer evento, el impugnante deberá
demostrar que la revisión que persigue no busca hacer más gravosa la situación
de su patrocinado y, en el segundo, que la cuantía de su pretensión numeraria se
ajusta a los requerimientos legales.

Cierto es que en el ordenamiento procesal vigente no existe disposición alguna


que expresamente establezca esta carga al impugnante, pero no por ello puede
afirmarse que no le pertenezca, o que su exigencia advenga contraria a lo
establecido en el artículo 84 de la Constitución Nacional. Una comprensión
sistemática de la normatividad procesal relativa a las impugnaciones, y un
adecuado entendimiento de los principios de procedimiento en que se inspira este
derecho, permiten llegar sin mayor esfuerzo a tal conclusión.

Para un intérprete desprevenido, es claro que el interés es un elemento inherente


al instituto de las impugnaciones, y como tal, quien pretende ejercerlo debe
demostrar su existencia, cuando menos en el acto de la sustentación del recurso.

3. Tampoco es literalmente cierto que siempre que se cuestiona la legalidad formal


de la decisión por errores in procedendo, existe de hecho interés para recurrir, sea
cual fuere el contenido de la pretensión. Para que el ataque por vicios de
procedimiento pueda ser considerado legítimo, se requiere que la actuación
irregularmente surtida haya ocasionado un perjuicio real, o represente un daño
potencial a quien lo alega, pues no es el carácter público del procedimiento, sino la
condición de sujeto procesal afectado, lo que legitima la impugnación. Así, por
ejemplo, quien no haya sido comprometido en su derecho de defensa, carece de
interés para demandar la nulidad del proceso argumentando la vulneración de esta
garantía en otro sindicado.

Apelación del fallo de primer grado e interés para recurrir en casación.

1. Con fundamento en los postulados que vienen de ser precisados, y en el


examen y aplicación de los principios de preclusión de los actos procesales y de
limitación funcional del juez de segunda instancia, entre otros, la Corte ha venido
sosteniendo que para acceder al recurso extraordinario de casación es
indispensable que la parte que lo intenta haya apelado en oportunidad la
sentencia de primer grado o, en su defecto, que el superior haya examinado su
situación jurídica en virtud del grado jurisdiccional de consulta, o la haya
desmejorado con ocasión del recurso de apelación interpuesto por otro sujeto
procesal, porque de lo contrario carecería de interés para recurrir.

El principio de preclusión de los actos procesales, inspirado a su vez en los


postulados de seguridad de las actuaciones y resoluciones judiciales, ha sido
dicho, impone a las partes la obligación de ejercitar sus derechos (entre ellos la
impugnación), en las oportunidades que la ley establece para hacerlo, so pena de
que la facultad procesal correspondiente precluya.

El de limitación, consagrado en el artículo 217 del estatuto procesal (modificado


por el 34 de la ley 81 de 1993), circunscribe el ámbito de competencia del ad
quem a los aspectos que constituyen el objeto de la impugnación, haciendo que el
fallo de segundo grado tenga su propio ámbito de validez personal, formal y
material.
En este orden de ideas, si cualquiera de los sujetos procesales se abstiene de
interponer o sustentar en tiempo el recurso de apelación contra la sentencia de
primera instancia, estando en condiciones de hacerlo, ha de entenderse que se
muestra conforme con la decisión proferida, y que en virtud de este derecho de
conformidad, el superior no puede, motu proprio, entrar a examinar su situación
jurídica.

Retomando los planteamientos expuestos, se concluye que el sujeto procesal que


no haya impugnado el fallo de primer grado, solo tendría interés para recurrir en
casación la sentencia de segunda instancia, en los siguientes casos:

a) Cuando por virtud del recurso interpuesto por otros sujetos procesales, o los
efectos vinculantes de la decisión de segundo grado, el pronunciamiento afecte su
situación jurídica en forma desfavorable;

b) Cuando el fallo de primera instancia esté sujeto al grado jurisdiccional de


consulta, cualquiera que sea el contenido de la decisión de segunda instancia; y,

c) Cuando la casación verse sobre nulidades.

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
• Fecha : 11/02/1999
• Decisión : Revoca decisión mediante la cual se decretó la nulidad del
trámite casacional
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : PARDO RUEDA, ALBERTO
• Proceso : 9998
• Publicada : Si
Salvamento de Voto Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR -
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NULIDAD
Se debe aclarar que la enumeración de las nulidades que hizo el legislador hasta
que entró en vigencia el Decreto 050 de 1987, obedecía a un sistema antitécnico y
casuistico, superado a partir de esta última codificación. En dicho sistema se
consagraban como nulidades "haberse incurrido en el auto de proceder en error
relativo … a la época o lugar en que se cometió (la infracción) o al nombre o
apellido … del ofendido".

Tales nulidades se relacionaban con la claridad y precisión del pliego de cargos, en


el sentido de que el acusado debía saber exactamente cuál era el hecho que se le
imputaba, precisado en cuanto a la época, el lugar y la identidad del ofendido,
para evitar confusiones que pudieran dificultar la defensa. Pero desde entonces se
consideraba que si no había duda sobre cuál era el hecho imputado tales errores
eran intrascendentes, criterio que conserva plena validez. Lo importante no es la
identidad del ofendido, sino que el procesado sepa claramente cuál es el hecho del
que se le acusa, para que pueda ejercer adecuadamente su defensa.

Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
• Fecha : 11/02/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Recurrente : MEDINA DUARTE, LUIS EDUARDO
• Recurrente : ROJAS NAJAR, JUAN DAVID
• Recurrente : CARO ROJAS, OSCAR ALIRIO
• Recurrente : HERNANDEZ LOAIZA, JHON ANDRES
• Delitos : Concierto para delinquir, Tentativa de hurto calificado y
agravado
• Proceso : 10940
• Publicada : Si
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16/02/1999

PERSONALIDAD DEL PROCESADO


Frente al análisis de la personalidad esta Corporación ha dicho:

"Algunos quieren hacer del concepto de la ‘personalidad’, para efectos de la


dosificación de la pena (C.P. art.61) o de la concesión del subrogado (art.68 ibídem)
(o del subrogado de la libertad condicional, artículo 72 ibídem, agrega la Sala) algo
abstruso, inserto en los meandros de una ciencia inasible o sólo manejable por los
especialistas en sicología, siquiatría, caracterología, etc., o de profanos que
atiendan mansamente los dictados emitidos por esta clase de científicos. La ley no
están escrupulosa ni tan utopista. Le bastan interpretaciones más a la mano, de
más fácil manejo, de verificación más posible y real, de alcances más generales y
valorables por el común de las gentes, con la formación corriente que suele
acompañar a víctimas y victimarios, o a abogados de defensa y de parte civil o
integrantes del Ministerio Público, o en fin al nivel de formación básica de los
integrantes de la judicatura. Intentar cambiar estos derroteros tan sencillamente
ideados por el legislador, sería dar ocasión a que el proceso de negación o de
otorgamiento de la condena de ejecución condicional, fuese labor más complicada
de la que concentra el descubrimiento de un delito, la demostración del ente
infraccional y la conclusión de un juicio de reproche y de condena. Y daría lugar a
inacabables debates, con posiciones irreconciliables, en donde cada cual según su
interés que le mueva, encontraría, parapetado en una tesis, la personalidad del
procesado incompatible con este subrogado o, por el contrario, abiertamente
subsumible en los factores que gobiernan su concesión. Y luego de acabar tan
compleja dilucidación, todavía quedaría pendiente la controversia sobre la
naturaleza y posibilidades de nuestro sistema penitenciario como elemento válido
u obstaculizante de la resocialización del sentenciado. (M.P. Dr. Gustavo Gómez
Velásquez. Abril24/92).

De modo que y con base en lo visto, el análisis de la personalidad no obedece al


simple capricho de la Sala, sino a la voluntad del mismo legislador.

Magistrado Ponente Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Casación -Libertad-Reposición
• Fecha : 16/02/1999
• Decisión : No repone providencias por medio de las cuales se negó
libertad
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : BARAJAS PARDO, ELKIN YESID
• Delitos : Violación a la Ley 30/86
• Proceso : 15120
• Publicada : Si
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JUEZ REGIONAL/ PORTE ILEGAL DE ARMAS DE DEFENSA
PERSONAL-Munición, carga natural
Los artículos 71-4 y 69-1 del Código de Procedimiento Penal confieren competencia
a los Jueces Regionales en primera instancia y al Tribunal Nacional en segunda,
para conocer de los delitos a que se refiere el Decreto 2266 de 1991, con
excepción, entre otros, del simple porte de armas de fuego de defensa personal,
cuyo conocimiento corresponde a los Jueces Penales del Circuito, de acuerdo con lo
previsto en el literal c) del ordinal 1° del artículo 72 de la misma codificación.

A pesar de que el desacuerdo entre los despachos judiciales que suscitaron la


colisión se hace manifiesto sobre la trascendencia de la cantidad de munición
portada y no frente a la clase del arma, para solucionar el conflicto cabe comentar
ambos puntos. En lo referente a la pistola, se colige de lo dispuesto por los
artículos 8° y 11 del Decreto 2535 de 1993:

1° Si su calibre es superior a 9.652 mm. (.38 pulgadas), es de uso privativo de la


Fuerza Pública (literal b del art. 8°).

2° Si el calibre no es superior a 9.652 mm., o es semiautomática o funciona por


repetición, o la longitud máxima del cañón no excede 15.24 cm. (6 pulgadas), o el
proveedor no pasa de 9 cartuchos, es de defensa personal; ser del calibre referido
sin reunir las anteriores características, la hace figurar como de uso privativo de la
Fuerza Pública (literal a del art. 11 y literal a del art. 8°).

3° La pistola encontrada al procesado por la Policía es marca Uzi, calibre 9 mm.,


fabricada en Israel. No fue objeto de un dictamen que permitiera saber si tenía o
no selector de disparo, con base en lo cual determinar si es automática y,
consecuentemente, de uso privativo de la Fuerza Pública sin importar su calibre
(literal d del art. 8°), o semiautomática y, por ende, de defensa personal. Ante tal
omisión debe ser considerada como de esta última clase, opción que redunda en
favor del acusado, aclarando que tampoco se determinó la longitud de su cañón,
deduciéndose igualmente en beneficio del acusado y por el diseño de las de su
serie que es inferior a 15.24 cm.

Es entendible que alguien posea más de una carga con dos proveedores, si a ello
da lugar la clase de arma, por diversas razones como la eventual obstrucción o no
funcionamiento de uno de ellos, que llevaría a la utilización del sustituto, y que se
tenga munición en cantidad que, dado caso, permita la periódica práctica
controlada de polígono, recomendada a quienes están autorizados a llevar
consigo armas de fuego, para desarrollar y mantener la habilidad en su uso y así
disminuir los graves riesgos de error que tal eventualidad acarrea.

Ha de recordarse, de otra parte, que de conformidad con el parágrafo del artículo


48 del Decreto 2535 de 1993, corresponde al Comando General de las Fuerzas
Militares determinar la clase y cantidad de munición y la frecuencia con que puede
venderse, por cada tipo de arma y de permiso, Comando que faculta la venta de
500 cartuchos al adquirir el arma y 200 semestralmente, a quien con permiso
posea "subametralladoras" de defensa personal, según la disposición N° 43 del 27
de agosto de 1988.

Magistrado Ponente Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Auto Colisión de Competencias


• Fecha : 16/02/1999
• Decisión : Dirime conflicto negativo, declara competencia al J.18.P.C.
Medellín
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : MARULANDA, RIGOBERTO
• Delitos : Porte ilegal de armas
• Proceso : 14386
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17/02/1999

UNIDAD PROCESAL-Ruptura/ HOMICIDIO-Ley 40 de 1993/


SECUESTRO
Si bien la legislación ha establecido la unidad procesal, principio en virtud del cual,
por cada hecho punible se debe adelantar una sola actuación sea cual fuere el
número de autores o partícipes, la propia normatividad admite la proliferación de
actuaciones cuando excluye la posibilidad de que con ellos se produzcan
nulidades, dejando sí a salvo la afectación de garantías constitucionales. Lo que no
podía ser de otra manera, puesto que en los casos de pluralidad de agentes del
delito, la definición de la situación procesal de un sindicado no podría convertirse
en inconveniente dilación del procedimiento que se adelanta contra los demás,
pues ello no solamente prolongaría la condición sub judice de algunos de los
implicados, sino que aún eventualmente podría constituirse en un factor que lleve
a la impunidad.

Cuando la Ley 40 de 1993 cita cada uno de los artículos 323 y 324 del Código
Penal, para sentenciar que "quedará así", utiliza una locución que implica la
desaparición del contenido que conforme al Decreto 100 de 1980 traían, y su
sustitución por el texto que ella introduce. En este sentido se ha pronunciado la
Corte en decisiones del 21 de noviembre de 1995, el 25 de julio de 1996 y el 5 de
noviembre de 1996 (M.P. Dr. Carlos Galvez, Dr. Juan Manuel Torres y Dr. Carlos
Galvez, respectivamente).

En las anteriores condiciones no hay lugar para afirmar que las disposiciones del
Decreto 100 de 1980, relacionadas con el homicidio y el secuestro, mantenga su
vigencia, en forma paralela a delitos de igual naturaleza sancionados por la
llamada Ley Antisecuestro; y que para su aplicación se requiera de una
interdependencia fáctica con el delito de secuestro, puesto que se trata de tipos
delictuales autónomos, para cada uno de los cuales fue incrementada la sanción.

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
• Fecha : 17/02/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cartagena
• Procesado : LOPEZ CHIQUILLO, FREDDY
• Procesado : LOPEZ CHIQUILLO, EDGAR
• Procesado : FLOREZ ZURIQUE, EDARIS
• Procesado : MARQUEZ GUERRERO, ALFREDO
• Delitos : Hurto calificado, Homicidio agravado
• Proceso : 11129
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION
La demanda de casación no es un escrito de libre elaboración, pues el recurso
extraordinario es un enjuiciamiento técnico que se efectúa sobre la sentencia
impugnada y no una instancia más, debiendo sujetarse a unas formalidades
legalmente determinadas al efecto.

En relación con los requisitos formales, enseña el artículo 225 del Código de
Procedimiento Penal que el libelo deberá contener, entre otros, "3. La causal que se
aduzca para pedir la revocación del fallo, indicando en forma clara y precisa los
fundamentos de ella y citando las normas que el recurrente estime infringidas", y
el 226 ibídem determina que el recurso se declarará desierto si la demanda no
reúne tales requisitos.

Frente al primer cargo, que la causal que se estima procedente sea la tercera, en
nada reduce esos requerimientos ni la consecuencia de su incumplimiento. Esta
corporación ha reiterado, por ejemplo en sus providencias de fecha marzo 8 de
1996, radicación 9095, M.P. Carlos Augusto Gálvez Argote y octubre 24 del mismo
año, radicación 9755, M.P. Carlos Eduardo Mejía Escobar, que la formulación de
cargos con base en esta causal no es libre ni caprichosa, pues acá también existe
la obligación de fundamentar y demostrar, así mismo de manera precisa y clara,
cómo los errores in procedendo trascendieron seria e irremediablemente contra
las garantías fundamentales o en el desconocimiento grave de la estructura básica
del procedimiento, indicando desde qué momento se debe invalidar el proceso.

En el recurso extraordinario de casación rige el principio de autonomía de las


causales, en virtud del cual cada una tiene su propia y particular estructura,
porque se apoyan en diferentes motivos, están sometidas a precisas formalidades
en su demostración y tienen sus propias consecuencias, de manera que es errado
mezclar en una misma censura cargos propios de distintas causales, con los cuales
se pretenda debatir una misma situación fáctica. De otra parte, en virtud del
principio de limitación (art. 228 C. de P. P.), no le está permitido a la Corte tener en
cuenta causales de casación distintas a la expresamente alegada por el recurrente.

La causal primera de casación establece dos modalidades de quebrantamiento de


la norma de derecho sustancial: una, a causa de su violación directa, caso en el
cual el casacionista, evitando cualquier debate probatorio, endereza el
razonamiento jurídico a demostrar la aplicación indebida del precepto a los
hechos ya definidos por el juzgador, o su falta de aplicación, o su interpretación
errónea, procurando que la Corte, probada la causal, dicte el fallo de reemplazo; la
otra también deviene de la vulneración de la ley sustancial, pero a través de una
incorrecta apreciación de la prueba, por lo cual es conocida como violación
indirecta, modalidad en la que se debe demostrar la equivocación en que incurrió
el fallador, bien se trate de un error de hecho acerca del alcance objetivo de la
prueba, como cuando se ignora estando incorporada en el proceso o se supone sin
que obre allí (falso juicio de existencia), o cuando se distorsiona su sentido (falso
juicio de identidad); o que se ubique en el campo del error de derecho, que emana
de un falso juicio de legalidad, proveniente de un vicio invalidante en el acopio de
la prueba que, sin embargo, es tomada en cuenta, o porque a pesar de no estar
afectada de ninguna irregularidad grave e insubsanable se le repudie. El falso
juicio de convicción por regla general deviene improcedente, al no operar en la
legislación procesal nacional la tarifa legal de prueba.

Magistrado Ponente Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Auto Casación
• Fecha : 17/02/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cartagena
• Procesado : GORDON GORDON, ASKELON DELANO
• Delitos : Homicidio agravado
• Proceso : 13080
• Publicada : Si
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ABUSO DE CONFIANZA
Como ya tuvo oportunidad la Sala de precisarlo, cuando el Código Penal al
describir en el artículo 358 el delito de abuso de confianza se refiere al "título no
traslativo de dominio" exigido como "título no traslaticio de dominio" en la
legislación anterior de 1.936, eliminando el casuísmo que caracterizaba frente a
este delito a las leyes penales anteriores, no ha creado una categoría distinta,
independiente a la regulación que sobre tal instituto privatista trae el Código Civil,
sino que ya existiendo en esa normatividad, a ella ha acudido, pues no obstante
que el Código Civil no define los títulos "no traslativos de dominio", es
incuestionable que al regularlos en forma positiva como "los que por su naturaleza
sirven para transferirlo como la venta, la permuta, la donación entre vivos",
agregando además, " las sentencias de adjudicación en los juicios divisorios y los
actos legales de partición", como secuela lógica cabe entender que son "títulos no
traslativos de dominio" los que por su naturaleza no lo transfieren, es decir, los
llamados títulos de mera tenencia, siendo a ellos a los que se refiere el Código
Penal al describir el delito de abuso de confianza. "Basta leer la definición de esta
norma, dijo la Corte en la decisión aludida, que corresponde al fallo de 19 de julio
de 1.988, de la cual fue ponente el Magistrado, doctor Lisandro Martínez Zuñiga,
para llegar a tal conclusión: Se llama mera tenencia, la que se ejerce sobre una
cosa no como dueño, sino en lugar o en nombre del dueño. El acreedor prendario,
el secuestre, el usufructuario, el usuario, el que tiene derecho de habitación, son
meros tenedores de la cosa empeñada, usufructuada o cuyo uso o habitación les
pertenece, etc., enunciados como meros tenedores en el artículo 775 del Código
Civil, no son propietarios de la cosa ni poseedores, porque no son dueños ni la
atienen con ese ánimo", es decir, a ellos no se les ha transferido el dominio de la
cosa.

Así, siendo que el artículo 358 del Código Penal al tipificar el delito de abuso de
confianza parte de una definición igual a la de la mera tenencia del derecho civil,
no se ve la razón por la cual el intérprete de la ley punitiva no se atenga a ella,
que por demás en su comprensión y distinción reciben una decantada elaboración
en esa rama del derecho, sin que en forma alguna se contrapongan a las normas
penales, pues si bien es cierto que en punto del estudio de aquellos y
específicamente en los que atacan el patrimonio económico en los que concurren
variados conceptos y definiciones pertenecientes al derecho privado, se ha
interrogado la doctrina sobre si debe atenerse a ellos o si el derecho penal debe
darles una significación autónoma, dividiéndose los criterios desde quienes al
sostener el carácter absolutamente sancionatorio del derecho penal estiman se
debe conservar la estructura y significación del derecho civil cuando se regulen
institutos de su propia naturaleza, hasta los que afirmando su plena autonomía,
entienden que cuando algunos institutos encuentran su definición en el derecho
privado o se deduzcan de él, debe volverlos a plasmar, transformándolos de tal
manera que adquieran una significación propia y autónoma para los efectos
penales, es para la Sala lo prudente entender, como lo ha prohijado en otras
oportunidades, que la cuestión es eminentemente interpretativa, imponiéndose en
estos casos partir de las nociones ya acogidas por el derecho privado cuando no se
opongan a los principios y finalidades del derecho penal, al igual que sucedería
con el derecho comercial "en el cual por su estrecha vinculación con el civil no se
observa razón jurídica valedera para que estos institutos no operen bajo iguales
limitaciones", siendo claro, eso sí, que "si la aplicación prevista da origen a
contradicciones con los principios y filnalística del derecho penal, impera realizar
las modificaciones que se estimen necesarias para eludir tal tropiezo; y en caso de
que en las normas exista un vacío al respecto se procederá a suprimirlo, pero
cuando no surja contradicción se aceptará la definición del derecho privado",
adaptando así "el concepto civil al fin y al carácter de la norma penal, sin que ello
signifique invadir campos ajenos, sino que se aplican en el ámbito en el cual les
corresponde actuar, y donde por razones especiales deben adquirir una particular
significación o deben tomar un valor originario".
En estas condiciones, la similitud de la expresión utilizada por la ley para
denominar el delito descrito en el artículo 358 y la de la circunstancia agravante
del numeral segundo del artículo 351 referida al hurto, esto es, la de "abuso de
confianza", tienen en cada una de estas previsiones normativas connotaciones
propias en su contenido y alcances diferentes en sus efectos, como que en el
primer caso su nomen juris se debe a que con la conducta abusiva del tenedor
precario al no devolver al tradente la cosa, a quien la víctima se la ha entregado
por un título no traslastivo de dominio, defrauda su confianza, de ahí que en otras
legislaciones como la francesa se le denomine a esta conducta, "administración
fraudulenta", mientras que en el evento del hurto lo que se reprocha para agravar
la pena es el haberse aprovechado de la confianza dada por el propietario,
poseedor o tenedor de la cosa para que le sea más fácil al delincuente su ilegal
apoderamiento. Por esto, al describir el legislador el delito de abuso de confianza
exige que la cosa objeto de la posterior apropiación se haya "confiado o
entregado" con anterioridad, sin que se exija necesariamente la existencia de un
vínculo de confianza entre el derecho-habiente y el recibidor, entendido éste como
la coexistencia de una comunicabilidad de caracteres que los haga compatibles en
la dinámica de algunas circunstancias sociales, sino que la confianza nace del
título mediante el cual se entrega la cosa, que al no transferir el dominio genera
derechos que cree su propietario tener, contrario a lo que sucede con el agravante
del hurto que, como se dijo, sí exige esta clase de relaciones interpersonales
porque es en razón de ellas que el hurtador logra el apoderamiento indebido de la
cosa, o por lo menos le posibilita su consumación.

Se requiere, entonces, en el delito de abuso de confianza que la cosa se haya


"confiado o entregado" mediante el referido título precario de mera tenencia, lo
cual tampoco significa que imprescindiblemente deba haberse entregado la cosa
física e inmediatamente al tenedor precario, pues las dos expresiones utilizadas en
la descripción típica del artículo 358 del Código Penal no son sinónimas, como para
que pueda argüirse que si no hay entrega material e inmediata de la cosa no se
tipifica este delito, pues por el contrario, al haberse incluido en el supuesto de
hecho las dos posibilidades de traspaso de la mera tenencia de la cosa, como
sucede entre nosotros a partir de la citada reforma penal de 1.936 y se repite en el
Código Penal vigente, ello se debe precisamente al querer incluir también esta
segunda posibilidad de entrega que no corresponde strictu sensu al traspaso físico
e inmediato de la cosa, sino a aquellos casos en que no obstante no concurrir esa
entrega física, su propietario o quien tenga el derecho para hacerlo la pone bajo la
tutela del mero tenedor, aún cuando en ese momento no le haya hecho la
transferencia física de ella ni provenga directamente del derecho habiente, como
sucede con el liquidador de una sociedad, o con la recuperación de un crédito para
que otra persona le administre el dinero que de su cobro se obtenga, pues si bien
en estos casos no hay una entrega física directa e inmediata del bien, es
incuestionable que se lo ha dejado en custodia, desde luego, en las dos
oportunidades, con el ánimo de desprendimiento del manejo y de la custodia de la
cosa.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
• Fecha : 17/02/1999
• Decisión : Desestima la censura, casa oficiosa y parcial en el sentido
de
condenar a la pena principal de 30 meses de prisión
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Recurrente : MARTINEZ MEDINA, CLARA INES
• Delitos : Hurto agravado, Falsedad en documento privado
• Proceso : 11093
• Publicada : Si
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18/02/1999
PORTE ILEGAL DE ARMAS-Transporte de munición
El conocimiento del punible de transporte de munición también radica en los
jueces regionales, ya que, como anteriormente se advirtió, al tenor de lo dispuesto
en el artículo 9° de la Ley 81 de 1993, que modificó el 71 del Código de
Procedimiento Penal, estos funcionarios judiciales conocen de los "Delitos contra la
existencia y seguridad de Estado y de los delitos a los que se refiere el Decreto
2266 de 1991, con la excepción del simple porte de armas de fuego de
defensa personal, de la interceptación de correspondencia oficial y delitos contra
el sufragio".

Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Auto Colisión de Competencias


• Fecha : 18/02/1999
• Decisión : Declara que la competencia para conocer al Juzgado
Regional de Barranquilla
• Procedencia : Juzgado Penal del Circuito
• Ciudad : Chiringuaná (Cesar)
• Procesado : MEJIA SOLANO, ARMANDO LUIS
• Delitos : Porte de armas de defensa personal
• Proceso : 15379
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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PODERDANTE-Muerte del mandante


Ha de tenerse en cuenta que aunque el fallecimiento del poderdante es causal de
terminación del contrato de mandato civil, como lo establece el numeral 5° del
artículo 2189 del Código de esa materia, el defensor del procesado se
comprometió con él en mandato judicial, instituto jurídico en el que rige la
previsión del artículo 69 del Código de Procedimiento Civil, que en su inciso 5°
señala: " La muerte del mandante, o la extinción de las personas jurídicas no
ponen fin al mandato judicial, si ya se ha presentado la demanda, pero el poder
podrá ser revocado por los herederos o sucesores."

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Casación
• Fecha : 18/02/1999
• Decisión : Declara extinguida la acción penal por muerte
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : CUARTAS MUÑOZ, JESUS MARIA
• Delitos : Peculado por apropiación, Falsedad en documento privado
• Proceso : 15277
• Publicada : Si
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23/02/1999
CASACION/ LIBERTAD/ PRESUNCION DE INOCENCIA
Ocurre que ningún derecho, aunque sea de naturaleza fundamental, ostenta el
carácter de absoluto. De ser así, serían imposibles la coexistencia y convergencia
de derechos, que inclusive a veces pueden llegar a ser contradictorios o
antagónicos en las mismas circunstancias. Así, por ejemplo, si fuese absoluto que
los derechos de los niños prevalecen sobre los de los demás, sería imposible
guiarlos, educarlos, vigilarlos e inclusive corregirlos.

De modo que, la presunción de inocencia tampoco es un derecho absoluto, y mal


podría serlo en el Estado Social, Democrático y de Derecho, en el que todos los
miembros debemos ceder parte de nuestras atribuciones, con el fin único de
contribuir al mantenimiento de condiciones mínimas para hacer factible la vida en
sociedad, en relativa paz y armonía.

Entonces, ese derecho latente en el decurso del proceso penal, denominado


presunción de inocencia, no es que se desconozca o se vulnere cuando una
providencia judicial lo va desvaneciendo. Lo que ocurre es que ante la
contundencia de las pruebas, dependiendo la fase en que se encuentren las
diligencias, esa presunción va cediendo paso a otras manifestaciones válidas del
Estado de Derecho, como son las decisiones contenidas en los autos y sentencias
de los jueces de la República. Tan es así, que la presunción de inocencia finalmente
desaparece, cuando una sentencia en firme declara que una persona es
penalmente responsable de un hecho punible que se le endilga.

Cabe recordar que la constancia de buena conducta a cargo de las directivas del
centro de reclusión en manera alguna sustituye la labor valorativa del juez, pues
aquella consiste únicamente en un parámetro indispensable para hacer viables los
beneficios administrativos otorgados a los reclusos por la Ley 65 de 1993, en tanto
que ésta emana del análisis crítico de la personalidad del procesado y de las
circunstancias de tiempo, modo y lugar en que fue cometido el reato, con el fin de
verificar el cumplimiento de los fines de la pena y especialmente el que pretende
la rehabilitación social.

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Casación -Libertad-Reposición
• Fecha : 23/02/1999
• Decisión : No repone auto del 19 de enero/99
• Procesado : ROJAS VARELA, NESTOR RAUL
• Delitos : Violación a la Ley 30/86
• Proceso : 14062
• Publicada : Si
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EXEQUATUR
Según lo establece el artículo 533 del Código de Procedimiento Penal, "Las
sentencias penales proferidas por autoridades de otros países contra extranjeros
o nacionales colombianos podrán ejecutarse en Colombia a petición formal
de las respectivas autoridades extranjeras, formulada por la vía diplomática".
Mientras no exista esa solicitud formal, no habrá lugar al pronunciamiento de la
Corte.

Sin embargo, debe puntualizarse al Ministerio de Relaciones Exteriores, que para


que dichos fallos puedan ejecutarse en nuestro país, la solicitud debe cumplir los
requisitos previstos en el artículo 534 ibídem, entre otros, ".....3. Que se encuentre
en firme de conformidad con la ley del país de origen y se presente según lo
previsto en los convenios y tratados internacionales".
"....5. Que a falta de tratados públicos, el Estado requirente ofrezca
reciprocidad en casos análogos". (Negrillas y subrayas fuera de texto).

No puede perderse de vista que para poder decidir la Corte si las aludidas
sentencias extranjeras pueden o no ser ejecutadas en Colombia, es requisito que
se cuente con el texto íntegro de ellas, dado que solo así podrá verificarse que "No
se imponga penas distintas ni superiores a las previstas en el Capítulo I, del
Título IV del Código Penal" (numeral 1° del artículo 534 del C. de P. P.), es decir, si
además de la pena de prisión a que se hizo referencia, los fallos contienes otras
sanciones, así sean de carácter accesorio, pues de no corresponder a las
consagradas en nuestro estatuto punitivo, expresamente referidas a las conductas
juzgadas en particular, el compromiso del Estado Colombiano estaría limitado en
esos precisos aspectos, con mayor razón si a la Corte se le impone la obligación de
confrontar los fallos con las disposiciones Constitucionales y legales de nuestro
país para determinar la posibilidad de su ejecución (numeral 2° ibídem).

Magistrado Ponente Dr. DIDIMO PAEZ VELANDIA

Exequatur
Fecha : 23/02/1999
• Decisión : Se abstiene de decidir sobre la viabilidad de la ejecución
en
Colombia de las sentencias condenatorias proferidas por
las
autoridades judiciales de la República Popular China
• Procesado : BOTERO RUIZ, EDGAR
• Procesado : ROJAS, PEDRO NEL
• Delitos : Violación a la Ley 30/86
• Proceso : 15326
• Publicada : Si
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RECURSOS/ TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO/


SENTENCIA ANTICIPADA-Interés para recurrir
Como lo ha reiterado la Sala y la doctrina, para que procedan los recursos tanto
ordinarios como el extraordinario, es menester que se cumplan dos requisitos, a
saber:

1. Que se trate de un sujeto procesal al que la ley faculta para impugnar.

2. Que exista interés en el recurrente, el cual se concreta en el perjuicio o agravio


que la providencia atacada le causa.

Por lo anterior, resulta fácil concluir que en los recurrentes no asiste interés para
acudir al extraordinario recurso de casación, tal como lo señala el Procurador
Delegado en lo Penal.

En efecto, en cuanto atañe al procesado (…), se avisora que la hipótesis escogida


para sustentar la demanda de casación no se encuentra dentro de las previsiones
legales del numeral 4° del artículo 37 B del Código de Procedimiento Penal,
subrogado por el 5° de la Ley 81 de 1993, vigente en el momento en que se dictó
la sentencia.

La citada normatividad establece que para el defensor y el procesado sólo opera el


interés para atacar la sentencia anticipada respecto de la dosificación de la pena,
el subrogado de la condena de ejecución condicional, la condena para el pago de
perjuicios y la extinción del dominio sobre bienes.
Con providencia de quien hoy funge como ponente, ha sostenido la Sala:

"La sentencia anticipada del artículo 37 del Código de Procedimiento Penal y la


sentencia anticipada previa audiencia especial del 37A, ibidem, son parte de los
mecanismos político-criminales tendientes a que principios como los de celeridad,
economía procesal y eficacia tengan cabal operancia, a cambio de hacer menos
gravosa la pena.

"Pero esta facultad del Estado en favor del acusado no es gratuita, sino que exige
de parte de éste una contraprestación consistente en que debe reconocer su
responsabilidad penal con relación a los cargos que se le imputan en el acta de
presentación de los mismos y renunciar a parte del trámite procesal optando por
uno abreviado, previsto en la ley, y una sentencia inmediata, que sólo podrá
impugnar en los casos taxativamente señalados en ella. Por los mismo, se extingue
para él cualquier posibilidad de retractación o negación de su responsabilidad,
libremente aceptada.

"De ahí que el legislador plasme, consecuentemente con la teleología de la


terminación anticipada del proceso, como regla general, la imposibilidad de
recurrir la sentencia, salvo en algunos eventos.

"En efecto, el numeral 4° del artículo 37B, intitulado "Interés para recurrir", señala:

"4°) Interés para recurrir. La sentencia es apelable por el fiscal, el


ministerio público, por el procesado y por su defensor, aunque por
estos dos últimos sólo respecto de la dosificación de la pena, el
subrogado de la condena de ejecución condicional, la condena para
el pago de perjuicios y la extinción de domino sobre bienes".

"O sea que la consagración normativa que se hace en precedencia, es producto de


una lógica interrelación de los principios orientadores referidos, pues no sería
entendible y mucho menos razonable que aceptada libre y voluntariamente la
responsabilidad penal, con sus consecuencias jurídicas, posteriormente
sobrevenga su propia negación, lo que sin discusión no sólo contraría el instituto
referido, sino que al mismo tiempo lo haría inoperante.

"Ahora bien, ello no descarta que en desarrollo de este abreviado trámite queden
eventualmente expuestos derechos y garantías fundamentales que la Carta Política
contempla por encima de cualquier actuación judicial, razón por la cual el mismo
instituto prevé la posibilidad de no dictar sentencia cuando el juez advierta
violación de garantías fundamentales". (Auto del 8 de marzo de 1996).

En el caso concreto, el actor carece de interés para recurrir, a la luz del numeral 4°
del mencionado artículo 37B, toda vez que su inconformidad con la sentencia de
segunda instancia radica en la tipificación aceptada, con respecto al punible de
secuestro extorsivo.

Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Auto Casación
• Fecha : 23/02/1999
• Decisión : Decreta nulidad parcial y rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : CORREA JAIMES, GLORIA STELLA
• Procesado : PINEDA BARBOSA, JAIRO
• Delitos : Violación al Decreto 3664/86, Violación al Dto.180/88
• Proceso : 11562
• Publicada : Si
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LEGITIMA DEFENSA
Resulta incuestionable que, frente a un mismo hecho, no pueden coexistir las
posibilidades de que el acusado no haya realizado la acción que se imputa y que sí
la haya ejecutado, pero obrando en legítima defensa. Para que se pueda configurar
esta causal de justificación, es ineludible partir de la base de la perpetración de la
acción u omisión típica, sólo que no es antijurídica. En otro sentido, de ninguna
manera puede predicarse legítima defensa de quien no ha incurrido en la conducta
reprochable.

Magistrado Ponente Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Auto Casación
• Fecha : 23/02/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : LEON GUZMAN, LUIS RAFAEL
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 13032
• Publicada : Si
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25/02/1999

DEFENSA TECNICA
Especialmente cuando en materia de falta de defensa técnica, derivada de la
inactividad del abogado de oficio o contractual, lo que finalmente se cuestiona es
el silencio como posibilidad viable de defensa. El solo hecho de guardarlo, en
forma repetida lo ha sostenido la Sala, no significa necesariamente la violación de
la garantía fundamental. Tal es la razón para que cuando se alega el vicio, se
exige que el casacionista tenga que probarle a la Corte en la demanda la relación
existente entre la falta de actividad del defensor y el sentido adverso del fallo
objeto de la impugnación. Y paralelamente qué es lo que no hizo el apoderado,
hubiera podido hacer, para de tal manera demostrar que una distinta asesoría
habría logrado la declaración de inocencia del inculpado o una condenación más
benigna. *

La profesión de abogado -como lo precisó la Sala en el fallo de casación del 22 de


abril de 1992**- se caracteriza dentro de un Estado de Derecho por su ejercicio
independiente y libre, implicando ante todo el principio de libertad que el
profesional ejerza su oficio con responsabilidad y rectitud, pero dentro de una
órbita amplia y propicia para que su creatividad no tenga otros límites distintos a
los marcos éticos y legales de su deontología, gozando de toda la amplitud que
requiera en la formulación y ejecución de las estrategias que le lleven en procura
de los nobles y altos fines que le han sido encomendados dentro de la función
social de auxiliar a la justicia, y de amparar los derechos que le confían sus
conciudadanos.

"No obstante que por ministerio de la ley y en materia criminal ese ejercicio
implica intervenciones de carácter forzoso como la asistencia del procesado en su
injurada y demás intervenciones procesales, y la presencia y formulación de
alegaciones en audiencia, la mayoría de ellas resulta apenas facultativa y
condicionada a la necesidad de garantizar ‘una adecuada defensa’ como es el caso
de la aducción y proposición de pruebas y diligencias, el examen de la actuación,
la comunicación verbal y escrita con el imputado y su consejo, la intervención en la
práctica de pruebas, la interposición de recursos, la formulación de solicitudes
orientadas a la libertad del implicado, el reclamo de restitución de objetos
retenidos, la proposición de nulidades y en general de incidentes en que tenga
interés, sin que siquiera en esta enunciación se agoten en su integridad las
perspectivas que le asisten.

"Exigirle por ello a la defensa, que en cada proceso realice la totalidad de las
gestiones que tiene apenas como perspectiva, o que responda frente a resultados
adversos, cuestionándolos desde una óptica subjetiva e hipotética, sería poco
menos que llegar a la anulación del principio de libertad que se enuncia, para
trocarlo por la alternativa de un rígido encuadramiento formalista de muy difícil
recibo frente a la variabilidad de los casos a juzgar y más dudosa efectividad, y
aún por la peligrosa y absurda perspectiva de permitir que aquellos abogados que
asumen la representación del procesado en la etapa final de la actuación, se
conviertan en jueces de las actividades infructuosas de sus colegas, como ahora se
pretende.

(…)

"Lo anterior indica, entonces, –finaliza la cita— que en sede de casación no pueda
conformarse el actor con la sola alegación abstracta de que la defensa inexistió, o
que se hizo meramente formal o aparente para el procesado, sino que ha de ser su
obligación ‘la de determinar cuál fue la actuación procesal que se encontró lesiva,
especificando la norma que se viola y determinando con precisión la manera como
tal violación incidió desfavorablemente en las decisiones tomadas en contra del
procesado’ (auto de enero 31/90. M.P. Dr. Jaime Giraldo Angel)".

Más recientemente*** , en sentido similar y con Ponencia de quien aquí ejerce


idéntica tarea, señaló la Corporación:

"El concepto del derecho de defensa no se puede construir en la abstracta


anticipación del resultado absolutorio del juicio, sino que se desenvuelve en
función de las posibilidades reales de contradicción de los cargos y ello depende,
en buena parte, de la información que sobre el asunto pueda suministrar el
procesado (sea reo presente o ausente), o de un estratégico silencio que impida la
deducción de situaciones agravatorias de su posición jurídica, o de atenerse a que
sea el Estado el que cumpla plena y cabalmente con la carga de probar el hecho y
la responsabilidad. En fin, son demasiadas las alternativas compatibles con la
garantía de una defensa idónea, sin que siempre, detrás de la apariencia de
inactividad, deba predicarse la carencia de contradictorio".

Es que por lo general es planteable, mucho más a la vista de resultados


aparentemente desfavorables que se pudo hacer más de lo que se hizo. O en todo
caso, hacerlo mejor, con mayor oportunidad y superiores argumentos. No
obstante, sin demostrar en concreto que la falta de actividad fue producto de la
negligencia y desinterés del abogado, y no táctica defensiva, la resultante es una
simple confrontación de estrategias. Un ejercicio del casacionista sustentado en
un juicio a posteriori de la labor de su antecesor y en el planteamiento de lo que a
su manera hubiera sido una mejor manera de defensa, lo cual resulta inaceptable
como fundamento demostrativo de la violación del derecho de defensa.

Enfatiza la Sala, entonces, que la conculcación de dicha garantía fundamental,


apoyada en la falta de asistencia técnica, mal puede derivarse de la pura y simple
inactividad del defensor, en cuanto tal pudo haber sido la maniobra defensiva que
encontró aconsejable, así otro profesional postreramente la juzgue equivocada.

_________________
*. En dicho sentido se ha pronunciado la Sala, entre otras, en las providencias de julio 4 y agosto 31 de
1994.
M.P. Dr. Jorge Carreño Luengas.
**. M.P. Dr. Juan Manuel Torres Fresneda.
***. Providencia de marzo 26 de 1996.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
• Fecha : 25/02/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Antioquia
• Procesado : ALVAREZ, JOSE GABRIEL
• Delitos : Privación ilegal de la libertad, Homicidio
• Proceso : 11014
• Publicada : Si
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CULPA/ PENA/ PERJUICIOS/ PERITO


a. El hecho de que se trate de un delito cometido en modalidad culposa no
necesariamente puede conducir a la conclusión de que la pena tiene que ser
ínfima como en efecto lo fue, pues bien podía imponer y el caso lo ameritaba, una
pena drástica por lo menos en relación con la gravedad del hecho, pues no se
olvide que la actividad de conducir automotores se ha catalogado como de riesgo
y por esa razón se le exige con mayor rigor al agente guardar todas las medidas de
precaución posibles para evitar que a causa de ello se produzcan daños a terceros,
máxime en casos como éstos en los que el conductor de un vehículo de servicio
público asume la responsabilidad sobre la vida y la integridad de todas las
personas que utilizan este medio de transporte.

b. Así lo ha sostenido la doctrina y la jurisprudencia, que la facultad discrecional a


que se refiere dicho precepto para que el Juez condene en gramos oro por los
perjuicios materiales, procede a condición de que se encuentre demostrado en el
proceso la existencia del perjuicio causado por la comisión del delito y no exista
prueba o resulte imposible determinar su cuantía, en lo que tiene razón el
Ministerio Público.

Contrario sensu, cuando en el proceso existe base suficiente para determinar el


monto de los perjuicios, dependiendo de la complejidad del caso, podrá
facultativa que no obligatoriamente el Juez, acudir a la ayuda de un perito para
ello. De ahí, que de conformidad con la norma en comento, "Si el daño material
derivado del hecho punible no pudiere evaluarse pecuniariamente, debido a que
no existe dentro del proceso base suficiente para fijarlo mediante perito,
el Juez podrá señalar prudencialmente, como indemnización, una suma
equivalente, en moneda nacional, hasta de cuatro mil gramos oro" (resalta la
Corte), lo que es apenas obvio, ya que si no existe base suficiente, ningún sentido
tendría la designación de un perito a sabiendas de que éste se va a ver
imposibilitado para tasarlos en concreto, precisamente por no contar con
elementos de juicio suficientes, si se tiene en cuenta que este tipo de prueba es en
esencia explicativa, estando por ende el perito, obligado a indicar los exámenes,
experimentos e investigaciones efectuados, así como los fundamentos técnicos o
científicos de sus conclusiones (art. 267 del C.P.P.).

c. Si bien constituye objeto del proceso penal la determinación de los daños y


perjuicios ocasionados con el hecho punible procurando además la determinación
de su cuantía, como sería lo ideal, no siempre resulta posible cumplir a cabalidad
tal cometido, bien por la complejidad del asunto o por su temprana culminación
como sucedió en este caso, donde el procesado se acogió a la sentencia
anticipada, y no obstante ser evidente el perjuicio que se causó con las múltiples
muertes y lesiones a las víctimas del accidente, las pruebas recaudadas durante su
tramitación, no fueron suficientes ni aptas para que al momento de fallar, pudiera
el Juez determinar en concreto el monto de los perjuicios.

Siendo ello así, el Juez debió acudir a las facultades discrecionales que le confiere
el artículo 107 del C.P., pudiendo tener en cuenta para fijar la cuantía de los
perjuicios materiales ocasionados con el delito solamente aspectos como la edad
probable, salario mínimo promedio y posible capacidad económica, pues como lo
ha sostenido la jurisprudencia de esta Sala "las circunstancias que el Juez debe
atender para ejercer la atribución del art. 107 y que aparecen en su inciso
segundo, deben consultarse en lo pertinente, según la naturaleza del delito y la
clase de daño producido. Debe destacarse sobre las mismas, que no es necesario
su total ocurrencia y que la mención no tiene carácter taxativo sino meramente
indicativo o de enunciación" (Sentencia de septiembre 20 de 1982, M.P. Dr.
Gustavo Gómez Velásquez).

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
• Fecha : 25/02/1999
• Decisión : Desestima la demanda, casa oficiosa y parcial, impone
multa
y suspensión de conducir vehículos
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Barranquilla
• Procesado : GOMEZ GALLEGO, GUILLERMO
• Delitos : Lesiones personales culposas, Homicidio culposo
• Proceso : 10386
• Publicada : Si
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COLISION DE COMPETENCIA/ NULIDAD


Corresponde a la Corte desatar el planteado conflicto de competencia, de acuerdo
a lo previsto en el artículo 68-5 del C. de P.P. por ser pertenecer uno de los
Juzgados involucrados en él a la justicia regional.

Necesario resulta recordar que esta Sala, en guarda del principio de prevalencia
del derecho sustancial sobre la forma y por economía procesal, cambió, mediante
auto del 18 de noviembre de 1998, con ponencia del Magistrado Dr. Lombana
Trujillo (Rad. 14968), el criterio que venía asumiendo al desatar los conflictos de
competencia en casos como el que se examina, y terminó decantando como única
posición sobre el particular que, "cuando existe error en la calificación jurídica
provisional, que varíe la competencia de la justicia ordinaria a la regional, debe
proponerse inmediatamente la colisión de competencia, pudiendo la Corporación
pronunciarse sobre la adecuación típica del hecho frente al recaudo probatorio,
facultad de la que carece para hacer reflexiones sobre la materialidad del hecho y
responsabilidad del procesado, porque de así actuar invadiría la órbita de
competencia de la Fiscalía General de la Nación". De esta suerte, se abandonó la
rigidez del pensamiento frente a la intangibilidad de la resolución de acusación
que imponía la adjudicación de la competencia al Juez competente por razón de la
calificación contenida en el acto acusatorio dejándole como única opción la de
anular la actuación surtida por el funcionario carente de competencia, y se abrió
paso a una solución más expedita dentro de la legalidad del rito procesal sin
desconocer el principio del Juez natural.

(Cambio de Jurisprudencia)

Magistrado Ponente Dr. DIDIMO PAEZ VELANDIA

Auto Colisión de Competencias


• Fecha : 25/02/1999
• Decisión : Declara competente al Juzgado Regional de Medellín
• Procedencia : Juzgado 3° Penal del Circuito
• Ciudad : Bello
• Procesado : PEÑARANDA HERRERA, EDUARDO ALONSO
• Delitos : Tentativa de homicidio, Porte de armas de defensa personal
• Proceso : 15420
• Publicada : Si
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HOMICIDIO-Ley 40 de 1993/ SECUESTRO/ PORTE ILEGAL DE


ARMAS
1. La Corte Constitucional, en sentencia No.565 de 7 de diciembre de 1993, al
estudiar la exequibilidad de los artículos 1º, 28, 29, 30 y 31 de la ley 40 de ese
año, analizó, entre otros aspectos, el relativo a la unidad de materia del proyecto
de ley, declarando, a partir de este análisis, la constitucionalidad de los citados
preceptos.

Siendo ello así, no cabría aplicar excepción de inconstitucionalidad por este


específico motivo, toda vez que el órgano encargado de este control ya se
pronunció con autoridad de cosa juzgada sobre el punto (artículos 243 de la Carta
Política y 48 de la ley 270 de 1996), como se desprende de los siguientes apartes
de la sentencia de exequibilidad:

"Aclaración preliminar. Debe la Corte comenzar por dejar claramente establecido que
entre los tipos penales a que se refieren las normas demandadas, cuyo aumento de penas le
corresponde examinar en este estrado, hay la debida unidad de materia. Ella es
evidente en su conexidad axiológica, dada por la identidad de los bienes jurídicos
que el legislador busca proteger al incriminar el homicidio y el secuestro, la cual
en este caso se refleja en el incremento del quántum de los límites mínimo y máximo de las
penas en ambos casos de 25 a 40 años de prisión, y en su agravación por razón de análogas
circunstancias, en cuya virtud se enlazan recíprocamente.

En cuanto a lo primero, y según se analizará en detalle más adelante, los delitos de


secuestro y homicidio, por igual, lesionan de manera grave los bienes supremos de la vida,
la libertad, la dignidad, la familia y la paz, entre otros derechos fundamentales que consagra
la constitución.

"En cuanto a lo segundo, es sabido que por lo general, con el objeto de obtener la unidad,
provecho o finalidad perseguidos, los autores o partícipes en el delito de secuestro
presionan la entrega o verificación de lo exigido, con la amenaza de muerte o lesión de la
víctima. Del mismo modo, lamentablemente, las más de las veces a ella le sobrevienen la
muerte o lesiones personales por causa o con ocasión del secuestro. De ahí que las
circunstancias mencionadas se hayan erigido en causales de agravación punitiva, las
primeras del delito de secuestro (artículo 3º, numerales 7º y 11 de la ley 40 de 1993) y las
segundas del delito de homicidio (artículo 30, numeral 2º, ibidem)" (negrillas fuera de
texto).

2. No es cierto que la ley 40 de 1993 se refiera exclusivamente al tema del


secuestro, o que el legislador haya pretendido limitar la aplicación de sus artículos
29 y 30 a los casos en los cuales el homicidio guarde algún nexo con el citado
delito contra la libertad individual.

La mencionada ley, en su enunciado, además de noticiar la adopción del estatuto


nacional contra el secuestro, anuncia la expedición de otras disposiciones,
dejando de esta manera en claro que el tema del secuestro constituía materia
dominante, pero no única.

3. El capítulo relativo al "aumento de penas", en donde se establecen los


incrementos punitivos para los delitos de homicidio y extorsión, surgió de la
necesidad de adoptar una política criminal coherente, que armonizara las nuevas
penas previstas para el secuestro con el esquema punitivo básico del Código Penal,
y con las establecidas para hechos punibles que, como la extorsión o el homicidio,
comprometen bienes jurídicos de igual o mayor valor. Esto explica las
modificaciones paralelamente introducidas a los artículos 28 y 44 del Código Penal.

Cierto es que el proyecto inicial ingresó al Congreso sin estas reformas, pero en el
curso de los debates se planteó la necesidad de incluirlas para darle coherencia,
como se desprende del contenido de la ponencia en la Cámara, donde se dijo: "En
el curso de la fecunda discusión que esta iniciativa ha tenido en el Senado se
planteó, no sin razón, que no podría tratarse punitivamente la conducta del
secuestro con mayor severidad que la del homicidio. Ello condujo a que se
adoptaran decisiones legislativas, agravando también las penas para el homicidio
que mantuvieran principios universales de la ´dosimetría penal´" (Gaceta del
Congreso de nov.18/92).

4. El texto de los artículos 29, 30 y 32 es de tal claridad que cualquier pretensión


encaminada a limitar o ampliar su sentido resulta un despropósito. La expresión
"quedará así", utilizada sistemáticamente por el legislador para anunciar las
nuevas disposiciones, no permite abrigar dudas sobre la subrogación de los
artículos 323, 324 y 355 del Código Penal, ni la autonomía de los nuevos
preceptos.

5. Un estudio sistemático-teleológico del citado estatuto devela igualmente la


inconsistencia de la tesis que propugna por una aplicación limitada de los artículos
29, 30 y 32, pues el numeral 11 del artículo 3º ejusdem, recoge como
circunstancia de agravación punitiva para el secuestro extorsivo, la hipótesis del
concurso con los delitos de homicidio y lesiones, no siendo por tanto de recibo la
afirmación de que la pena prevista en los citados artículos solo puede ser aplicada
en casos de conexidad. Absurdo sería, ha dicho la Sala, "considerar que, en un
mismo estatuto legal, el legislador fije dos penas bien diversas para unos mismos
hechos, ésta que acaba de señalarse de un máximo de 60 años, y la otra de un
tope de 40 del artículo 29, lo que por fuerza de la razón conduce, fatalmente, a la
certidumbre de que la pena en este último artículo erigida, para nada demanda la
correlación con el secuestro, sino que es definitivamente independiente de tal
circunstancia" (Casación de 21 de noviembre de 1995, Magistrado Ponente Dr.
Galvez Argote).

6. El artículo 89 del citado Decreto 2535 de 1993, no tiene los alcances


derogatorios que el censor pretende otorgarle, puesto que la propia norma hace la
salvedad en el sentido que su aplicación no excluye la responsabilidad penal.
También ha sido dicho que la ley de facultades a cuyo amparo fue expedido el
referido Decreto, no autorizaba al ejecutivo para introducir modificaciones a la
regulación penal vigente, no pudiendo ser entendido por consiguiente que lo
hubiera hecho.

Sobre este particular, dijo específicamente la Corte en providencia de 14 de


septiembre de 1994, con ponencia del Magistrado doctor Ricardo Calvete Rangel:

"Lo que se reglamenta en el artículo 89 del Decreto 2535 es una serie de conductas que
denomina ´contravención´ y que dan lugar al decomiso de armas, municiones, explosivos y
sus accesorios, pero en aquellos casos en que el comportamiento está previsto como
punible por la legislación penal, expresamente señala que es ´sin perjuicio de las sanciones
penales a que hubiere lugar´.

"Esta previsión la observa en los literales a), e), f), g), y m), del mencionado artículo 89, de
manera que es claro que en ningún momento quiso el ejecutivo reformar la regulación penal
existente en esta materia, y legalmente no podría haberlo hecho, pues el Decreto fue
expedido en ejercicio de las facultades extraordinarias conferidas en el artículo 1º de la ley
61 de 1993, y ninguno de esos literales tiene ese alcance".

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
• Fecha : 25/02/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cundinamarca
• Recurrente : MARTIN NOVOA, JOSE ADELMO
• Recurrente : MARTIN, PEDRO ARTURO
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio agravado
• Proceso : 10400
• Publicada : Si
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MINISTERIO PUBLICO/ CASACION
Es bien sabido que la tarea del Ministerio Público dentro del trámite de la casación,
no se encuentra limitada a emitir concepto sobre las pretensiones que se formulen
en la demanda, sino que, al tenor de los dispuesto en el artículo 228 del C. de P.P.,
podrá sugerir a la Corte la invalidación del fallo cuando advierta la existencia de
violaciones ostensibles de las garantías judiciales de los sujetos procesales o
desconocimiento del debido proceso, pudiendo, por lo tanto, plantear posiciones
jurídicas en ese sentido, pero sin que le sea permitido complementar o enmendar
el libelo objeto del concepto, ni formular sus propios cargos, pues se estaría
atribuyendo la calidad de impugnante de la que carece y desnaturalizando la razón
de ser del traslado.

Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
• Fecha : 25/02/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Neiva
• Recurrente : ALDANA GRANADOS, ABSALON
• Delitos : Homicidio culposo, Aborto
• Proceso : 11253
• Publicada : Si
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DEFENSA TECNICA/ CASACION-No recurrente


1. Para la Corte ha sido y sigue siendo claro que la defensa técnica, como derecho
que el procesado tiene de ser asistido permanentemente por un abogado que lo
asesore y represente en el proceso, y que en términos de equilibrio e idoneidad
pueda enfrentar al órgano represivo, debe ser ejercitado de manera real, continua
y unitaria, de suerte que logre material y efectiva realización en el proceso, siendo
el funcionario judicial el llamado a garantizar su ejercicio.

Plurales son los pronunciamientos de la Sala en este sentido, donde además ha


sido dicho que la protección de este derecho constituye presupuesto esencial de
validez en la relación adversarial que a través del proceso penal se constituye, y
que su vulneración se erige en motivo de invalidación de lo actuado.

También ha sostenido que una tal situación puede llegar a presentarse cuando el
abogado designado para atender la defensa omite cumplir con los deberes que el
cargo le impone, pero que no es la ausencia objetiva de actos positivos de gestión,
sino el real abandono del compromiso adquirido, lo que vicia de nulidad la
actuación por este motivo, siendo obligación del demandante en casación
acreditar su existencia.

Lo anterior, por cuanto no es posible dejar de tomar en cuenta que el defensor, en


el cumplimiento de su labor, puede ejercer de manera amplia el derecho de
contradicción mediante una activa controversia conceptual o probatoria, u optar
por un silencio expectante dentro de los límites de la racionalidad, como estrategia
defensiva, susceptible de ser determinada a través de actos procesales que
permitan inequívocamente establecerla, sin que por tal motivo pueda afirmarse
inexistencia de tutela profesional.
Ya ha sido dicho que la ausencia de actos positivos de gestión en el ejercicio de la
defensa técnica, no necesariamente implica menosprecio de la función
encomendada, puesto que el silencio, dentro de los límites de la racionalidad, es
también una forma de estrategia defensiva, no menos efectiva que una entusiasta
postura controversial. Lo realmente importante es que el proceso ofrezca
elementos de juicio que permitan objetivamente establecer que su inactividad
estuvo determinada por una maniobra defensiva, no por abandono de sus
obligaciones procesales.

2. La Sala no puede, sin desbordar los marcos propios de su limitada competencia


funcional, arrogarse la facultad de estudiar la actuación procesal de quienes no
interpusieron el recurso, o habiéndolo interpuesto, les fue declarado desierto o
improcedente por cualquier motivo, pues su condición de no recurrente excluye, en
principio, la posibilidad de introducir cualquier modificación de su situación jurídica
en sede extraordinaria.

Una tal variación, ha sido dicho por la Corte, solo es viable cuando adviene como
consecuencia necesaria de la decisión que se tome en la sentencia en relación con
el procesado recurrente, bien sea de oficio o por virtud de la demanda, en cuyo
caso, por disposición legal, la competencia de la Corte se amplía para hacer
extensivos los efectos del fallo a los no impugnantes (Cfr. Casación de sept.4/96.
Magistrado Ponente Dr. Arboleda Ripoll).

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
• Fecha : 25/02/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : ESPINOSA SOLANO, CESAR AUGUSTO
• Procesado : ASTUDILLO GARCIA, HELMER
• Procesado : PARDO RUEDA, ALBERTO
• Delitos : Falsedad material de particular en doc. púb., Estafa
• Proceso : 9998
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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TENTATIVA DE HOMICIDIO
La tentativa de homicidio puede presentarse aún sin que se lesione a la víctima,
pues basta que con la intención de matar se ponga en peligro el interés jurídico
protegido para que la figura se tipifique, ya que el fundamento de la punición de
la tentativa no es el resultado que se produzca sino el peligro en que se ponga la
vida del sujeto pasivo de la acción homicida.

Magistrado Ponente Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Sentencia Casación
• Fecha : 25/02/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : ACOSTA CORTES, MILTON ALEXANDER
• Delitos : Tentativa de homicidio
• Proceso : 10647
• Publicada : Si
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02/03/1999

HOMICIDIO AGRAVADO/ ALTERNATIVIDAD PENAL-


Inaplicación/ LIBERTAD CONDICIONAL
La Sala en proveído de fecha 20 de enero de 1998, con ponencia de quien en este
asunto cumple igual cometido, precisó que "Pudiera pensarse que ‘las causales 2,
4, 5 y 8 del artículo 30 de la Ley 40 de 1993’ que trae la Ley 415/97 como
excepción se refieren tanto al homicidio agravado como a las lesiones personales
agravadas, mas no es así por las siguientes breves razones:"

" a) La ‘o’ que utiliza el nuevo artículo 72 A del C. P. es disyuntiva y no copulativa,


por cuanto el sentido de la expresión no es establecer una opción o alternativa,
sino la de señalar un listado de hechos punibles según el bien jurídico tutelado, en
este caso, el de la vida e integridad personal; ".

" b) La evolución del proyecto presentado permite arribar a similar conclusión. En


efecto: la iniciativa contemplaba el subrogado con las 2/3 partes de la pena para
todos los delitos sin excepción alguna; ya en el Congreso el ponente elevó a las 3/5
partes el requisito objetivo, conservando la ausencia de excepción, lo que despertó
gran resistencia por el beneficio que ello reportaba para los procesados por
narcotráfico y enriquecimiento ilícito, delitos que, en consecuencia, aparecen como
excepcionados en el pliego de modificaciones introducido al proyecto; como el
debate continuara en la necesidad de excepcionar otro tipo de delincuencia, se
propuso entonces los tipos penales contenidos en leyes especiales en un artículo,
el 5º, del proyecto bajo el epígrafe de ‘ámbito de aplicación’: ‘los delitos
mencionados en la Ley 30 de 1986, Decreto Ley 2266 de 1991, Ley 40 de 1993,
Ley 190 de 1995, Ley 360 de 1997 y Ley 365 de 1997 cometidos antes o después
de su expedición.’, lo cual radicalizó el debate, para terminar en un preacuerdo
sobre la base del siguiente contenido: ‘art. 72 A. Con excepción de los delitos de:
enriquecimiento ilícito; homicidio o lesiones personales agravadas por virtud de las
causales 2, 4, 5 y 8 del artículo 30 de la Ley 40 de 1993’; un sector importante del
Congreso no prohijó el proyecto porque consideró que ‘el homicidio simplemente
voluntario’ y otras modalidades menores del mismo, debieran ser susceptibles del
beneficio propuesto. Fue cuando se incluyó como excepción ‘el homicidio
agravado’, conservándose la propuesta de incluir las lesiones personales
agravadas únicamente por las causales mencionadas en la Ley 40, artículo 30, a
las cuales remite el art. 339 del C.P.".

" c) Indudablemente que un mejor manejo gramatical en la técnica legislativa


aconsejaba usar la conjunción ‘y’ en vez de la ‘o’, pero el no haberlo hecho en
nada impide la correcta interpretación de la norma, la que, por lo demás, si hubiere
estado en mente del legislador incluir dichas causales para el homicidio, hubiese
dicho, por ejemplo: ‘homicidio o lesiones personales agravados por…’, con lo cual
indiscutiblemente quedaba involucrado el homicidio solo en las causales
mencionadas y no como quedó finalmente, respecto de todas sus causales".

Es claro entonces que frente al punible de homicidio agravado, cometido antes o


después de la vigencia de la Ley 417 de 1997, para los efectos del subrogado
penal de la libertad condicional, debe siempre mirarse bajo el imperio del artículo
72 del Código Penal.

Magistrado Ponente Dr. DIDIMO PAEZ VELANDIA

Casación -Libertad-
• Fecha : 02/03/1999
• Decisión : Niega libertad provisional
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Recurrente : GIRALDO CANDAMIL, JOSE HERNANDO
• Recurrente : PEÑA, CARLOS HUMBERTO
• Delitos : Homicidio agravado
• Proceso : 9795
• Publicada : Si
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EXTRADICION-Proceso en Colombia
El artículo 538 del Código de Procedimiento Penal establece que la Corporación
debe fundar su concepto en la validez formal de la documentación presentada; en
la demostración plena de la identidad del solicitado; en el principio de la doble
incriminación; en la equivalencia de la providencia proferida en el extranjero; y,
cuando fuere el caso, en el cumplimiento de lo previsto en los tratados públicos.

El proceso 34.123 que adelanta la Fiscalía de Colombia se originó en la


documentación enviada por la República Checa para el trámite de extradición, de
manera que en resolución que dispuso la captura de (...) se anotó: "Teniendo en
cuenta que de la documentación allegada por el Ministerio de Relaciones
Exteriores se desprende la posible existencia de hechos punibles perpetrados en
territorio colombiano, este Despacho remitirá copia de la documentación con
destino a la Dirección Regional de Fiscalías de esta ciudad, para los fines de su
competencia.".

En estas condiciones no se da la hipótesis prevista en el artículo 565 del Código de


Procedimiento Penal, porque al momento de solicitarse la extradición el ciudadano
pedido no estaba siendo investigado en Colombia, y como ya lo ha señalado la
Corte en otras oportunidades, la disposición no puede ser entendida en el sentido
de que si después de oficializada la solicitud del Estado requirente se inicia
instrucción en nuestro país, no hay lugar a la extradición, pues eso la convertiría
en una manera de burlar las pretensiones de los Estados solicitantes.

Magistrado Ponente Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Extradición
• Fecha : 02/03/1999
• Decisión : Conceptúa favorablemente
• Procedencia : República
• Ciudad : Checa
• REQUERIDO : NOVOTNY URBAN, VACLAU
• Proceso : 14765
• Publicada : Si
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TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO/ SENTENCIA


ANTICIPADA/ ACCION DE REVISION
1.- Se trata en este caso de un proceso que terminó de modo prematuro por la
ritualidad de la sentencia anticipada, lo que presupone la aceptación de la
procesada de su responsabilidad penal frente a los cargos a ella imputados en el
pliego enjuiciatorio conforme a las pruebas recaudadas durante la actuación, lo
cual implica la imposibilidad de cuestionar posteriormente los aspectos que
sirvieron de fundamento al fallo.
No obstante, ha de reiterar la Sala que "esta limitación no se extiende a la revisión,
que como se sabe no es un recurso sino una acción, a través de la cual se puede
intentar remover la condición de cosa juzgada a que ha hecho tránsito una
decisión que se considera injusta, y es evidente que a las particulares
circunstancias previstas en la ley como causales taxativas no escapan los fallos por
el simple hecho de ser fruto de un acuerdo o del allanamiento del sindicado" (auto
revisión dic. 18/96. M.P. Dr. RICARDO CALVETE RANGEL).

2.- Por tener la acción de revisión el carácter de instrumento extraordinario, con el


cual se persigue remover los efectos de la cosa juzgada judicial, como ha sido
insistentemente sostenido, la demanda a través de la cual se ejerce debe cumplir
estrictamente los presupuestos de admisibilidad establecidos por el artículo 234
del Código de Procedimiento Penal, carga que de no cumplirse determina su
rechazo.

En este sentido, el actor ha de seleccionar cuidadosamente la causal que pretenda


aducir como apoyo de la pretensión, al igual que las pruebas en que se funde, y
presentar una exposición racional en orden a demostrar el motivo escogido, de
modo tal que los fundamentos de hecho y de derecho en que la solicitud se apoya
queden exteriorizados nítidamente.

También ha sido destacado que si la pretensión se apoya en la tercera de las


causales previstas por el artículo 232 del Código de Procedimiento Penal, esto es,
por aparecer después de la sentencia condenatoria hechos o pruebas nuevas no
conocidas durante la actuación, de los cuales se establezca la inocencia o
inimputabilidad del procesado, es indispensable demostrar no solamente su
posterior aparecimiento, sino, lo más importante, cómo de haber sido
oportunamente conocido por los falladores habría conducido a una decisión
distinta y opuesta a la que hizo tránsito a cosa juzgada y cuya revisión persigue.

De no satisfacerse esto, ha de ser entendido que la pretensión apunta a continuar


el debate de hechos, pruebas y argumentos ya considerados y definidos
procesalmente, con desconocimiento de la razón de ser y finalidad de la acción de
revisión.

Y que cuando la pretensión es apoyada en la quinta de las causales de revisión,


resulta necesario aportar la copia de la sentencia ejecutoriada en la cual se declare
la falsedad del medio probatorio en que se fundamentó el fallo objeto de la acción.

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Acción de Revisión
• Fecha : 02/03/1999
• Decisión : Reconoce defensor y rechaza la demanda de revisión
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cundinamarca
• Procesado : RODRIGUEZ RODRIGUEZ, MARIA HELENA
• Delitos : Estafa
• Proceso : 15250
• Publicada : Si
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MANDATO JUDICIAL-Revocatoria
Aunque es verdad que el fallecimiento del poderdante es causal de terminación del
contrato de mandato civil, tal y como se encuentra previsto en el numeral 5º del
artículo 2189 del Código de la materia, frente al mandato judicial rige la previsión
del artículo 69 del Código de Procedimiento Civil que señala:
"Terminación del poder. Con la presentación en la secretaría del despacho donde
curse el asunto, del escrito que revoque el poder o designe nuevo apoderado o
sustituto, termina aquél o la sustitución, salvo cuando el poder fuere para recursos
o gestiones determinados dentro del proceso.

"El apoderado principal o el sustituto a quien se le haya revocado el poder, sea que
esté en curso el proceso o se adelante alguna actuación posterior a su terminación,
podrá pedir el juez, dentro de los treinta días siguientes a la notificación del auto
que admite dicha revocación, el cual no tendrá recursos, que se regulen los
honorarios mediante incidente que se tramitará con independencia del proceso o
de la actuación posterior. El monto de la regulación no podrá exceder del valor de
los honorarios pactados.

"Igual derecho tiene el heredero o el cónyugue sobreviviente de quien fallezca


ejerciendo mandato judicial.

"La renuncia no pone término al poder ni a la sustitución, sino cinco días después
de notificarse por estado el auto que la admita y se haga saber al poderdante o
sustituidor por telegrama dirigido a la dirección denunciada para recibir
notificaciones personales, cuando para este lugar exista el servicio, y en su defecto
como lo disponen los numerales 1 y 2 del artículo 320.

"La muerte del mandante, o la extinción de las personas jurídicas no pone


fin al mandato judicial, si ya se ha presentado la demanda, pero el poder
podrá ser revocado por los herederos o sucesores.

"Tampoco termina el poder por la cesación de las funciones de quien lo confirió


como representante de una persona natural o jurídica mientras no sea revocado
por quien corresponda."

Magistrado Ponente Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Casación
• Fecha : 02/03/1999
• Decisión : Declara extinguida la acción penal por muerte
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : MEDINA SERNA, SANTIAGO
• Delitos : Enriquecimiento ilícito de particular
• Proceso : 12786
• Publicada : Si
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ACCION DE REVISION-Constancia de ejecutoria/ ABOGADO


1. Si bien es el propio condenado quien a nombre propio intenta la presente acción
de revisión, es necesario precisar en primer lugar, que así literalmente no aparezca
en la regulación del artículo 233 del C.P.P. como uno de los titulares para
interponerla, siendo la persona directamente perjudicada con el fallo respecto del
cual pretende su remoción y ostentando la calidad de abogado titulado, debe
entenderse frente a una recta interpretación de esta norma fundada en el pleno
ejercicio del derecho a la defensa, que se encuentra legitimado para impetrarla.

2. Ahora bien, siendo que la acción de revisión, de conformidad con lo dispuesto en


el artículo 232 del ibídem, solo procede contra sentencias ejecutoriadas en los
casos expresamente allí previstos, las copias de los fallos proferidos en las
instancias dentro del proceso cuya remoción se pretende y la constancia sobre su
ejecutoria se constituyen en un anexo obligado para todas las demandas de esta
clase, como así lo impone el inciso final del artículo 234 id..
Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Acción de Revisión
• Fecha : 02/03/1999
• Decisión : Inadmite la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Pereira
• Procesado : DURANGO GOMEZ, OVIDIO
• Delitos : Prevaricato por acción
• Proceso : 13928
• Publicada : Si
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03/03/1999

ALTERNATIVIDAD PENAL
1. La denominada ley de alternatividad penal, concebida con la finalidad de
contribuir a la descongestión de los centros carcelarios del país ante la crisis
penitenciaria bajo la cual se expidió, no derogó disposición alguna del Código
Penal, ya que lo que por su intermedio se hizo fue introducir nuevos artículos tanto
al Decreto 100 de 1.980 como a la ley 65 de 1.993, sin que pueda de allí deducirse
que hubo derogaciones tácitas.

2. Una tal conclusión, como la que presenta el petente no puede siquiera inferirse
del texto mismo de dicha normatividad, pues de manera clara el artículo 1º de la
ley 415 de 1.997, preceptúa que:

"El Código Penal tendrá un nuevo artículo 72 A del siguiente tenor:

Artículo 72 A. Con excepción de los delitos de enriquecimiento ilícito;


homicidio agravado o lesiones personales agravadas por virtud de las
causales 2, 4, 5 y 8 del artículo 30 de la Ley 40 de 1993; secuestro,
extorsión; hurto calificado; los delitos dolosos previstos en la Ley 30 de
1986; los delitos previstos en el Decreto 2266 de 1991, excepto los de
porte ilegal de armas de defensa personal, interceptación de
correspondencia oficial, utilización ilegal de uniformes o insignias y
amenazas personales o familiares; los delitos previstos en la Ley 190 de
1995, excepto cohecho por dar u ofrecer, prevaricato y utilización
indebida de información privilegiada; los delitos previstos en la Ley 360
de 1997 y en la Ley 365 de 1997; y los delitos conexos con todos los
anteriores, los cuales continuarán bajo el régimen del artículo 72 del
Código Penal, para los demás delitos la libertad condicional se concederá
de la siguiente manera:

El juez concederá la libertad condicional al condenado a pena privativa


de la libertad mayor a tres (3) años, cuando haya cumplido las tres
quintas partes (3/5) de la condena, siempre que haya observado buena
conducta en el establecimiento carcelario.

Parágrafo. Salvo que exista orden de captura vigente en su contra, no


podrá negarse el beneficio de la libertad condicional atendiendo a los
antecedentes penales o circunstancias tenidas en cuenta en la sentencia
para dosificar la pena o negar la condena de ejecución condicional"
(resalta la Corte).

Lo que sucede entonces, es que con la expedición de la ley 415 de 1.997, de


acuerdo con la naturaleza del delito dos son las disposiciones que regulan la
libertad condicional, una la del artículo 72 del C.P. aplicable a los delitos de
enriquecimiento ilícito; homicidio agravado o lesiones personales agravadas por
virtud de las causales 2, 4, 5 y 8 del artículo 30 de la Ley 40 de 1993; secuestro,
extorsión; hurto calificado; los delitos dolosos previstos en la Ley 30 de 1986; los
contenidos en el Decreto 2266 de 1991 excepto los de porte ilegal de armas de
defensa personal, interceptación de correspondencia oficial, utilización ilegal de
uniformes o insignias y amenazas personales o familiares; la Ley 190 de 1995,
salvo el cohecho por dar u ofrecer, prevaricato y utilización indebida de
información privilegiada; los delitos previstos en la Ley 360 de 1997 y en la Ley
365 de 1997; y los conexos con todos los anteriores. Es decir, que en estos casos
se hace necesario cumplir con las dos terceras partes de la pena impuesta,
"siempre que su personalidad, su buena conducta en el establecimiento carcelario
y sus antecedentes de todo orden, permitan suponer fundadamente su
readaptación social" (ibídem).

La otra norma aplicable para efectos de libertad condicional es precisamente la


prevista en el artículo 1º de la ley de alternatividad penal, que procede para los
demás delitos que no aparecen allí excluidos, como la estafa, el abuso de
confianza, los delitos contra la fe pública etc., o que expresamente fueron
exceptuados de ser regidos por el artículo 72 del C.P., como sucede con el porte
ilegal de armas para la defensa personal, interceptación de correspondencia
oficial, utilización ilegal de uniformes o insignias y amenazas personales o
familiares, cohecho por dar u ofrecer, prevaricato y utilización indebida de
información privilegiada, frente a los cuales los criterios para conceder la libertad
provisional se reducen a haber descontado las tres quintas partes de la pena
impuesta en la sentencia, observar buena conducta en el establecimiento
carcelario y que no exista en su contra orden de captura vigente.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Casación -Libertad-
• Fecha : 03/03/1999
• Decisión : Niega libertad provisional
• Procesado : GOMEZ QUINTERO, HUMBERTO
• Delitos : Violación a la Ley 30/86
• Proceso : 11805
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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PRESCRIPCION/ CASACION
Si bien es cierto que el término mínimo de prescripción son cinco años, también lo
es que eso opera para cuando la pena máxima correspondiente sea inferior a ese
tiempo, o cuando se trata de penas no privativas de la libertad, pues la regla
general fijada por el artículo 80 del Código penal, es que la acción prescribe "en
un tiempo igual al máximo de la pena fijada en la ley si fuere privativa de la
libertad", teniendo en cuenta las circunstancias de atenuación y agravación
concurrentes.

Quien invoca la causal 6ª debe demostrar con la providencia respectiva cual fue el
criterio jurídico de la Corte que sirvió de base a la condena, y el pronunciamiento
en el cual lo varió favorablemente.

Magistrado Ponente Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Acción de Revisión
• Fecha : 03/03/1999
• Decisión : Reconoce apoderado y rechaza la demanda
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : BETANCUR BERMUDEZ, OSCAR
• Delitos : Violación a la Ley 30/86
• Proceso : 15078
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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NULIDAD-Interés para recurrir/ CONFESION


Nuestra Ley de Procedimiento Penal no exige que al imputado se lo interrogue en
términos técnicos de la dogmática jurídica ni siquiera por el nomem juris de la
conducta que se le atribuya y respecto de la cual el Estado espera una explicación
para el esclarecimiento de los hechos en desarrollo de la garantía del pleno
ejercicio de la defensa, sino que como lo dispone en el artículo 360, una vez
cumplidos los requisitos exigidos por el artículo 369, "el funcionario judicial
interrogará al imputado en relación con los hechos que originaron su vinculación",
esto es, sobre lo sucedido, sobre lo fáctico, valga decir, lo que él hizo, para que
precisamente con base en ello pueda establecerse la relevancia jurídica de lo
acontecido; de ahí precisamente el por qué, como lo ha sostenido desde antiguo la
Corte, esta clase de interrogatorios no pueden estar sometidos al empleo de
expresiones o frases sacramentales cuya omisión implique fatalmente una
irregularidad, pues el proceso de valoración de la conducta en punto de determinar
su trascedencia como injusto penal no va dirigida al destinatario de la ley punitiva,
entendido como quien está bajo el imperio de su cumplimiento, sino del
funcionario que el Estado ha delegado para su aplicación, debiéndose tener como
sustento precisamente los hechos, siendo ya de su función el sentido y alcance
que les dé a los mismos frente a los supuestos legales, orientando a partir de allí la
proyección jurídica que de ellos emane.

Se torna imperativo desechar de entrada los reproches formulados en punto de la


ira, habida cuenta de que el casacionista carece de interés para recurrir sobre este
tópico, ya que en tratándose de un proceso terminado mediante el proferimiento
de sentencia anticipada, una tal censura se sale del marco fijado por el artículo
37B, numeral 4º. del Código de Procedimiento Penal que posibilita la impugnación
de esta clase de fallos únicamente en lo relacionado con la dosificación de la pena,
el subrogado de la ejecución condicional y la extinción del dominio sobre bienes,
pues lo contrario equivaldría no sólo a tener que admitirse una inusitada
retractación sobre lo aceptado por el procesado, sino a desconocer su propia
manifestación de voluntad en aquél acto procesal supuesto de la posterior
sentencia, como insistentemente lo viene afirmando la Sala al interpretar dicha
disposición procesal.

En estas condiciones, y en cuanto se refiere a la falta de aplicación del artículo 299


del Código de Procedimiento Penal, que en criterio del demandante no aplicó el
Tribunal al exigir que la confesión debía ser fundamento de la sentencia para que
procediera esta rebaja punitiva, es igualmente claro que no le asiste la razón, pues
si bien es cierto que el anterior Código de Procedimiento, Decreto 050 de 1.987
hacía esta exigencia en la literalidad del artículo 301 y que el actual Decreto 2700
de 1.991 al regular esta diminuente de la pena en el referido artículo 299 no hace
la misma, "Para la Sala sigue siendo indispensable que la confesión sea
fundamento de la condena, así el nuevo texto legal (art. 299) no lo mencione
expresamente, porque sólo de esta manera es entendible y justa la rebaja de pena
que en él se consagra. Interpretarlo de otra forma, sería otorgar un beneficio
gratuito, sólo porque se confesó cuando ello no era necesario, pues obraban otras
pruebas, distintas de la confesión, que permitían afirmar, sin dudas, la
responsabilidad del procesado". Además, no puede desconocerse, que es "Por esta
misma razón, inutilidad de la confesión, que el legislador pone como exigencia
para el otorgamiento para la rebaja de pena que no se trate de ‘casos de
flagrancia’, porque precisamente en estos eventos, ante el conocimiento que del
hecho y de su autor tienen las personas que lo han presenciado, la confesión es de
casi ninguna utilidad para la investigación, porque de antemano el instructor ya
conoce lo que a través de éste se le ha comunicado", como lo afirmó la Sala en
casación del 29 de septiembre de 1.993, con ponencia del Magistrado, doctor
Guillermo Duque Ruiz y lo continúa reiterando.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
• Fecha : 03/03/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Villavicencio
• Procesado : GUTIERREZ, LUIS ORLANDO
• Delitos : Acceso carnal violento, Homicidio
• Proceso : 14092
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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09/03/1999

SUSPENSION DEL CARGO/ HABEAS CORPUS


Es claro que cuando un funcionario judicial revoca la medida que ha dado lugar a
la solicitud de suspensión de un funcionario público, con la finalidad de hacer
efectiva una medida de aseguramiento de detención preventiva o domiciliaria,
está en la obligación de comunicarla al nominador para que éste, en ejercicio de
sus funciones, tome las medidas conducentes para que cesen los efectos, esto es,
ordenar su reintegro si a ello hay lugar. En manera alguna puede el funcionario
judicial, salvo los casos expresamente previstos en la ley, ordenar al nominador el
reintegro de un funcionario o empleado publico a su cargo, como sí lo pueden
determinar los jueces y magistrados de las jurisdicciones laboral y contencioso
administrativa, como resultado de la prosperidad de las acciones correspondiente
ante el despido injusto, lo cual también ocurre frente a los patronos del sector
privado.

El doctor (...), estaba en la obligación de constatar, en el término que le otorgaba la


Constitución y la Ley, el momento de la captura de los retenidos, si ella obedeció o
no por orden de autoridad competente, por motivos previamente establecidos en
la ley y con las formalidades legales como lo exige el artículo 28 de la Carta
Política, pero en manera alguna, a sabiendas de estar afectados por medidas de
aseguramiento de detención preventiva sin beneficio de excarcelación, entrar a
cuestionar dichas decisiones y las pruebas sobre las cuales fueron sustentadas,
como si se tratara del superior jerárquico que conoce esos precisos aspectos, pero
en virtud del recurso de apelación.

Igualmente la Corte confirmará las providencias mediante las cuales el Tribunal


Superior de Cali negó al (...) la libertad provisional, no sin antes precisar que
respecto al criterio expuesto en el pronunciamiento del 27 de noviembre de 1998,
que esta Sala no comparte y que dio lugar a la aclaración de voto de una de los
integrantes de la Sala de Decisión correspondiente, ya existe pronunciamiento de
esta Colegiatura en sentido diverso, incluso citado en la referida aclaración de
voto, reiterado en posteriores decisiones.

En esa jurisprudencia del 7 de noviembre de 1997, con ponencia del Magistrado


doctor Jorge Córdoba Poveda, por mayoría se precisó:

"La detención preventiva representa la más contundente y grave de las


intromisiones de la autoridad estatal en la esfera de la libertad de la persona, no
obstante lo cual todos los ordenamientos jurídicos de los países civilizados la
autorizan, por la necesidad de defenderse eficazmente del delito y,
consecuencialmente, de evitar su impunidad, señalándose entre sus finalidades la
de garantizar el éxito de la investigación y asegurar la presencia del procesado a
la actuación y, particularmente, a la ejecución de la sentencia, en el evento de que
llegare a ser condenado".

"Pero para que esa detención cautelar o preventiva pueda cumplir sus finalidades
debe materializarse o efectivizarse a través de la detención física o
encarcelamiento, lo que ha llevado a la doctrina a distinguir entre la detención
jurídica y la detención física o captura".

"La detención física es una medida de policía que consiste en la aprehensión


material, es decir, en la privación de la libertad de locomoción de la persona, al ser
recluida en un centro carcelario. Como es obvio en un Estado de Derecho, debe
sujetarse a los requisitos que señala la ley (arts. 370, 371, 375, 378, etc, del C. de
P.P.)".
"La detención preventiva, en cambio, es una medida de carácter jurisdiccional que
comporta la privación de la libertad jurídica, que únicamente se puede disponer al
interior de un proceso penal, por la autoridad judicial competente, mediante una
providencia interlocutoria que debe cumplir determinados requisitos sustanciales y
formales y que sólo procede en determinados casos (arts. 388, 389 y 397 ibídem)".

"Como los objetivos de la detención jurídica no se podrían cumplir si no se


materializa, esto es, si la persona no es encarcelada, lo normal es que quien tenga
resolución de detención preventiva vigente esté privado de la libertad física. Pero
por razones de política criminal, la ley ha previsto excepciones, esto es, eventos
en que aunque el procesado continúe jurídicamente detenido queda excarcelado o
físicamente en libertad. Tales casos se denominan de libertad provisional o de
libertad caucionada o de excarcelación y están contemplados en el artículo 415
del Código de Procedimiento Penal".

"De todas maneras, para que proceda la libertad es preciso que se cumplan los
presupuestos de la causal invocada, por ejemplo que la persona sea acreedora al
subrogado de la condena de ejecución condicional ó que haya cumplido en
detención preventiva el tiempo que mereciera como pena privativa de la libertad,
etc".

"En el caso de los numerales 4º y 5º del citado precepto y del parágrafo


transitorio, la libertad se logra cuando han transcurrido ciertos términos desde la
aprehensión física , sin que se hayan llevando a cabo determinadas actuaciones".

"En un Estado social y democrático de derecho la privación de la libertad física no


puede ser indefinida, sino que está sometida a unos limites temporales, dentro de
los cuales se deben cumplir actuaciones tendientes al pronto adelantamiento del
proceso penal, so pena de que la persona, como consecuencia de esa morosidad,
justificada o no del aparato jurisdiccional, recobre su libertad. En los tres casos
mencionados ese es el motivo. Una interpretación sistemática de la norma citada,
nos lleva a esa conclusión. No es lógico pensar que en el evento del numeral 4º o
del parágrafo transitorio sea necesaria la detención física durante cierto lapso para
que proceda la excarcelación y que no lo sea en la hipótesis del numeral 5º. No
hay motivo razonable que pueda explicar tal diferencia. Es más, una consideración
de carácter histórico, refuerza el argumento. En efecto, como lo sostiene el
recurrente, en el decreto 2700 de 1991 sí se hacía referencia a que la persona
estuviera efectivamente privada de la libertad, expresión que no reprodujo el
artículo 55 de la ley 81 de 1993. Pero rastreando los antecedentes de esta ley y la
exposición de motivos en el Congreso de la República, ninguna acotación se hace
sobre la causa de la supresión".

"Por otra parte, la razón por la cual se le señaló al aparato de justicia un plazo
máximo para calificar el mérito del sumario, cuando hay procesado preso, se debió
a la necesidad de imponerle un límite para evitar que las personas permanecieran
indefinidamente en tal estado y en investigación, sin que se les formulara pliego
de cargos, lo que resultaba atentatorio no sólo del derecho a la libertad sino de la
presunción de inocencia. Pero, infortunadamente, la experiencia demostró que
fijado ese plazo , el Estado se limitaba a formalizar el pliego de cargos, pero que
no era diligente en el adelantamiento de la etapa de juzgamiento, prolongándose
también indefinidamente la privación de la libertad y anulándose la finalidad
buscada con el plazo señalado para calificar el mérito del sumario, por lo cual
hubo necesidad de señalar un nuevo término para que, en el evento anterior, el
juez verificara la audiencia, so pena de dejar en libertad al acusado si no lo
cumplía".

"Como se ve claramente, la finalidad de los dos numerales fue la misma, esto es,
evitar que a los procesados se les prolongara indefinidamente la privación de su
libertad física sin que el Estado cumpliera con el deber de administrar una justicia
pronta y eficaz, por lo cual la interpretación que pretende hacer el recurrente, con
base en la pura exégesis o literalidad del precepto es inaceptable. La no referencia
en el numeral analizado a la expresión "privación efectiva de la libertad" se debe
atribuir a que no se consideró necesario incluirla, ya que teniendo en cuenta la
integridad del precepto, su fundamento y su finalidad, claramente se entiende que
sería inane tal inclusión, pues si hubiera querido suprimirla con la intención de
que produjera efectos jurídicos, así lo hubiera expresado, pues en un Estado social
y democrático de derecho, que por esencia debe ser transparente, el legislador no
puede cambiar la norma sin dar la razón, como no la dió en este caso".

Magistrado Ponente Dr. DIDIMO PAEZ VELANDIA

Auto Segunda Instancia


• Fecha : 09/03/1999
• Decisión : Confirma providencias impugnadas mediante las cuales
se
negó nulidad y práctica de pruebas
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Procesado : ROJAS RODRIGUEZ, JULIO CESAR
• Delitos : Prevaricato por acción
• Proceso : 15157
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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NULIDAD/ IRREGULARIDAD
La nulidad no es derivable del acto irregular en si mismo considerado, sino de sus
consecuencias. Así fue previsto por el legislador en el artículo 308-1 del Código de
Procedimiento Penal y así se llega a un nuevo factor que limita las posibilidades de
anulación. El acto puede ser irregular, pero si ha cumplido con la finalidad para la
cual estaba destinado no habrá lugar a su invalidez y ello resulta obvio. Si los
efectos esperados se verifican, ello tiene la virtud de subsanar el vicio procesal y
entonces comportaría un contrasentido acudir al remedio de la nulidad para lograr
una finalidad ya existente y concreta en el proceso. Traduciría el culto exclusivo a
las formas sin ninguna consideración de las esencias.

Finalmente, otros factores de limitación a la declaración de nulidad en el proceso


penal, lo constituyen los principios de protección y de convalidación de actos
irregulares, declarados respectivamente en los numerales 3º y 4º del artículo 308
del Código de Procedimiento Penal. Según el primero, salvo cuando se trate de la
falta de defensa técnica, no está autorizado para invocar una nulidad el sujeto
procesal que con su conducta haya coadyuvado a la ejecución del acto irregular. Y
de acuerdo con el segundo, a condición de que se observen las garantías
constitucionales, la irregularidad puede convalidarse por el consentimiento
expreso o tácito de la parte perjudicada.

Es supremamente claro, en consecuencia, que la nulidad es un mecanismo


extremo en el proceso penal colombiano, al cual sólo puede acudir el funcionario
judicial cuando se carezca de otro medio procesal para subsanar la irregularidad
sustancial (art. 308-5 C. de P.P.).
Así las cosas, si cualquier defecto sustancial del proceso no trae como
consecuencia la declaratoria de nulidad, ello significa que cuando se alega una
irregularidad de esa naturaleza y principalmente a través del recurso de casación,
con apoyo obviamente en la causal 3ª del artículo 220 del Código de
Procedimiento Penal, los requisitos de la formulación del cargo sean
especialmente rigurosos. Es insuficiente señalar el acto irregular, afirmar que es
sustancial y, sin más, derivar que se afectó el debido proceso. Una propuesta así
realizada resulta incompleta, ya que si potencialmente las irregularidades
procesales son subsanables, salvo cuando involucran el derecho de defensa, el
censor debe demostrarle a la Corte que el acto procesal cuestionado no cumplió la
finalidad para la cual estaba destinado, cómo y qué garantías en concreto
resultaron quebrantadas y cuáles las razones. Igualmente que no medió ninguna
conducta del propio sujeto procesal que haya contribuido a la ocurrencia de la
anomalía y que ésta no resultó convalidada por él mismo, a partir del
comportamiento posterior asumido en el proceso. En cualquier caso se le impone
también demostrar la influencia de la irregularidad en el fallo.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Casación
• Fecha : 09/03/1999
• Decisión : Inadmite la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : PALMA FLOREZ, FILEMON JOSE
• Delitos : Secuestro extorsivo
• Proceso : 13709
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION/ TIPICIDAD/ NULIDAD


Si lo pretendido por el defensor es cuestionar la calificación del hecho en lo que
tiene que ver con el herimiento a (...), para ubicarlo en el delito de lesiones
personales y no en el de homicidio por el cual se dictó la sentencia condenatoria,
pues en su confusión la parte de la conducta en que este último se causó estaría
escindida y justificada, ha debido presentar el cargo apoyado en la causal tercera
de casación para demandar la nulidad de lo actuado, pues en las condiciones
planteadas la decisión no podría ser absolutoria, sino de condena por un tipo penal
distinto del señalado en la resolución de acusación.

Una de las razones por las cuales la errada calificación del hecho debe atacarse
dentro del ámbito de la causal tercera de casación, está directamente relacionada
con la consecuencia legalmente prevista para cada causal, pues si el recurrente
escoge la primera y el reproche prospera, la Corte estaría obligada a dictar fallo de
sustitución, lo cual implicaría condenar por un delito distinto del imputado en la
resolución acusatoria, propiciándose de esta manera un error judicial, denunciable
dentro de los marcos de la causal segunda, por falta de consonancia entre la
sentencia y los cargos formulados en la acusación.

Magistrado Ponente Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Auto Casación
• Fecha : 09/03/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : MOLINA ALFONSO, JOSE GREGORIO
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 13107
• Publicada : Si
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LIBERTAD PROVISIONAL/ SECUESTRO EXTORSIVO


La actividad que entraña el secuestro extorsivo de personas denota en sus agentes
enorme insensibilidad, reflejada en la carencia de toda consideración y respeto por
sus deberes familiares y sociales, factores indicativos de la necesidad del
cumplimiento íntegro de la pena como garantía de rehabilitación.

El secuestro es uno de los más reprochables hechos punibles, puesto que en su


desarrollo se involucran valores trascendentales no solo de la víctima primaria,
sino, de toda su familia. La integridad física y psíquica de quienes padecen este
flagelo se viene a menos, se deteriora la salud y en el ambiente de zozobra que
genera la expectativa de vida o muerte al arbitrio de los plagiarios se generan
daños de tal naturaleza que muchas veces son ya irreparables e irreversibles. Es
que en el desarrollo de los acontecimientos, sus cómplices, no dudaron en avanzar
hasta el homicidio, como lo hicieron, con el propósito de lograr finalmente alzarse
con una suma de dinero producto de la extorsión.

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Casación -Libertad-
• Fecha : 09/03/1999
• Decisión : Niega libertad provisional
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Sincelejo
• Procesado : RODRIGUEZ PRIETO, ANTONIO RICARDO
• Procesado : ORTEGA PERALTA, WILSON SANTIAGO
• Delitos : Lesiones personales, Homicidio agravado, Secuestro extorsivo
• Proceso : 14756
• Publicada : Si
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10/03/1999

CASACION/ DELITOS CONEXOS


El recurrente le da un desatinado entendimiento al inciso segundo del artículo 218
del C. de P. Penal, ya que no basta que los delitos sean conexos para que proceda
la casación por la vía común, sino que es menester que en uno de ellos el máximo
de la pena privativa de la libertad imponible sea o exceda de 6 años, entre otros
requisitos.

Al respecto ha sostenido la Sala:

"Varias son las hipótesis que pueden presentarse al estudiar la procedencia del
recurso de casación, cuando en la sentencia se ha juzgado un concurso delictual.

"a). Que todos lo delitos objeto del fallo estén sancionados con pena privativa de la
libertad que sea o exceda de seis (6) años, caso en el cual ningún problema se
presenta, ya que de conformidad con el artículo 35 de la ley 81 de 1993, el recurso
es procedente para todos estos ilícitos individualmente considerados, sin que para
este efecto importe que hubieren sido objeto de juzgamiento conjunto.
"b). Que no todos los delitos materia del fallo estén sancionados con pena privativa
de la libertad que sobrepase los seis (6) años de duración.

"Dos casos pueden distinguirse dentro de esta segunda hipótesis:

"1). Que en la demanda se hagan cargos no solamente en relación con los delitos
que por su máximo punitivo no son susceptibles del recurso, sino también respecto
de aquellos por los que sí procede éste, evento en el cual coinciden el concepto de
la Delegada y la opinión de esta Sala, en el sentido de que el recurso en este caso
sería procedente para todos los delitos, porque como lo dice el precitado artículo
35, en este supuesto el recurso "se extiende a los delitos conexos, aunque la pena
prevista para éstos sea inferior a la señalada en el inciso anterior"

"2). Que la demanda contenga cargos pero exclusivamente en relación con alguno
o algunos de los delitos que por la duración máxima de la pena no son susceptibles
del recurso

"….

" Para la Sala….. en la hipótesis que se comenta, el recurso sí resulta procedente,


no obstante que el actor no formule ataque alguno en relación con el delito o
delitos concurrentes que por su penalidad sean susceptibles de este extraordinario
medio de impugnación.

"Para demostrar lo justo y acertada que es esta posición de la Corte, es preciso


acudir al artículo 218 del C. de P.P., subrogado por el ya citado artículo 35 de la ley
81 de 1993, que en su inciso segundo dispone: "El recurso se extiende a los delitos
conexos, aunque la pena prevista para éstos sea inferior a la señalada en el inciso
anterior".

"En realidad en esta norma no se está disponiendo, como parece entenderlo la


Delegada, que la demanda de casación puede extenderse a los delitos conexos
aunque tengan pena menor que la exigida para la procedencia del recurso. Lo que
en ella se prescribe es la extensión del recurso en relación con estos delitos, que
es cosa muy distinta.

"En otras palabras: la norma en comento al extender el recurso, no lo condiciona,


en parte alguna, a que en la demanda se formulen cargos respecto del delito o
delitos que tenga señalada pena privativa de la libertad no menor de seis años, lo
cual es coherente, porque como se dijo, no es un caso de extensión de la demanda
sino de extensión del recurso.

"Hacer la exigencia que pretende la Delegada implicaría no sólo recortar sin razón
los alcances benéficos de esta facultad, sino también obligar a los recurrentes a
que pretexten unos cargos en relación con uno cualquiera de los delitos
susceptibles del recurso, para así habilitar el ataque por los delitos ‘menores’ "
(Casación N° 8477, septiembre 5 de 1994. M. P. Dr. Guillermo Duque Ruíz).

Más recientemente expresó:

"En efecto, consultando la naturaleza y la extensión de la sanción correspondiente


a la infracción, preceptúa el artículo 218 del Código de Procedimiento Penal que en
principio habrá lugar a la casación "por los delitos que tengan señalada pena
privativa de la libertad cuyo máximo sea o exceda de seis (6) años".

"Si este requisito no se cumple, aún podría intentarse el recurso extraordinario por
extensión, siempre y cuando se trate de un delito conexo con otro u otros que sí
reúnan la exigencia, o en su defecto, y limitando su viabilidad a alguna de las
taxativas razones que se consignan en el inciso tercero de la norma, sometiendo el
examen de las razones del impugnante a la discrecionalidad de la Sala de Casación
Penal de la Corte.

"…..

"Así, por caso, en pronunciamiento de marzo 10 de 1994, con ponencia del


Magistrado doctor Dídimo Páez Velandia, tuvo ocasión la Sala de sostener que la
conexidad, para los fines del recurso extraordinario de casación, debía entenderse

‘... siempre que se haya impugnado el fallo por el delito cuyo máximo
punitivo lo admite, o por lo menos, cuando se haya condenado por él
al recurrente así su cuestionamiento sólo se relacione con los conexos
(por ser este aspecto solamente conocido en el escrito de demanda)’.
"Afirmación que sustentó sobre estas dos explícitas razones:

"... a).- En materia penal la responsabilidad es siempre individual y por


consiguiente la conexidad delictiva para efectos de viabilidad del
recurso extraordinario cuenta independientemente para cada
procesado, y b).- Porque de no ser así, se estaría desconociendo el
interés legítimo para recurrir, en la medida en que no podría impugnar
un procesado condenado por el delito conexo cuyo máximo punitivo no
admite la casación a nombre del coprocesado condenado por el delito
cuya pena sí la admite". (Casación N°11.081, febrero 24 de 1998. M. P.
Dr. Juan Manuel Torres Fresneda)

Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Recurso de Hecho
• Fecha : 10/03/1999
• Decisión : No concede el recurso de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Procesado : ANGULO GARCIA, JESUS
• Delitos : Falsedad marcaria, Ejer. ilícito de act. Monopolistica de arb. R
• Proceso : 15424
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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EXTRADICION-Tratados/ CONCIERTO PARA DELINQUIR


Si se tiene en cuenta que la extradición es un instrumento de cooperación
internacional mediante el que los Estados combaten la impunidad derivada de la
mera fuga de su territorio de los infractores de sus leyes, tal dispositivo de
asistencia y solidaridad internacional parte del supuesto de la soberanía tanto del
Estado requirente como del requerido, una de cuyas manifestaciones más clásicas
es la administración de justicia, a través de la cual los Estados a través de sus
Jueces y Magistrados ejercen la soberanía al interior de su territorio imponiendo las
sanciones a que haya lugar o, en todo caso, resolviendo los conflictos conforme a
su juridicidad.

Es en ese orden de ideas que las decisiones jurídicas de un Estado que sean
necesarias para demandar de otro Estado la extradición de una persona, son
materialmente intocables y solo pueden ser objeto de revisión formal, es decir con
prescindencia de su esencialidad, que conforme al principio de la buena fe, que es
principio de las relaciones internacionales, se presume legal y acertada.

La tipificación de la asociación de malhechores que define el Código Penal Francés


es cualitativamente diferente del concierto para delinquir nacional que aparece
tipificado en el artículo 186 del Código Penal, con la modificación que le introdujo
el artículo 8° de la Ley 365 de 1997, pues en el país requirente es igualmente
punible que la asociación sea para preparar indistintamente uno o varios delitos,
mientras que en Colombia es necesario que la asociación tenga el objeto de
cometer plurales delitos. Así mismo, dicha disposición subrogó expresamente el
artículo 44 de la Ley 30 de 1986, referida al concierto para llevar a cabo delitos de
narcotráfico (Ley 365 de 1997, artículo 26).

La existencia de una diversa redacción típica de una determinada conducta


obedece a las naturales divergencias políticas y sociales que separan la Nación y el
Estado Francés de la Nación y el Estado Colombiano, diferencias que se expresan
en la formulación que cada Estado independiente y soberano hace de su propia
política criminal para combatir formas de delincuencia igualmente propias de la
idiosincrasia de sus gentes o de la situación geopolítica que enfrente.
Pero la natural diferencia que ha de encontrarse en la descripción típica de los
delitos entre países también diferentes, no conduce indefectiblemente a la emisión
de un concepto negativo de extradición del reo refugiado en territorio patrio, como
lo reclama el apoderado, ni siquiera en tratándose del trámite de una extradición
de aquellas que se rigen exclusivamente por el Código de Procedimiento Penal,
pues en tal evento el artículo 549 de tal Estatuto ordena tener en cuenta si el
acontecimiento fáctico que motiva la reclamación del Estado extranjero,
naturalísticamente hablando, tiene también en Colombia relevancia jurídica en el
campo penal y teniéndola, si su represión mínima es por lo menos de 4 años de
privación de la libertad.

En contrario, si se trata de un asunto - como el que aquí se resuelve - de los que se


rigen por los Tratados bilaterales o multilaterales de los que son Partes los Estados
requirente y requerido, habrá de tenerse en cuenta exclusivamente el contenido de
las cláusulas de las Convenciones en las que se haya acordado el punto concreto.

Obrar en concierto para delinquir significa asociarse con el propósito común de


cometer una serie de conductas delictivas, lo cual en el ámbito de la legislación
sobre estupefacientes significa que las conductas desplegadas por el agente
deben estar relacionadas con el narcotráfico, ya sea que se trate de adquisición,
transporte, venta, cultivo, conservación, etcétera o de las demás acciones
descritas en la ley penal y eso es lo que aparece demostrado de los hechos
atribuidos a (...), por lo que en Colombia habrían de encuadrarse dentro del
artículo 8° de la Ley 365 de 1997, inciso 3°, que subrogó el artículo 44 de la Ley 30
de 1986 y que señala:

"Concierto para Delinquir. Cuando varias personas se concierten con el fin de


cometer delitos, cada una de ellas será penada, por ese solo hecho, con prisión de
tres (3) a seis (6) años.

" (...)

"Cuando el concierto sea para cometer delitos de terrorismo, narcotráfico,


secuestro extorsivo, extorsión o para conformar escuadrones de la muerte, grupos
de justicia privada o bandas de sicarios la pena será de prisión de diez (10) a
quince (15) años y multa de dos mil (2.000) hasta cincuenta mil (50.000)salarios
mínimos legales mensuales.

Como en Colombia están penalizadas en la Ley 30 de 1986 todas las conductas


relacionadas con narcotráfico e igualmente lo está el Concierto para cometer
Delitos de Narcotráfico, y como tales tipos penales hacen exacta referencia a las
conductas descritas en el párrafo 1 del artículo 3 de la Convención de las Naciones
Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas,
específicamente en los literales "a" "i", que hacen referencia a conductas
consistentes en "(...) enviar, enviar en tránsito, el transporte, la importación o la
exportación"; y en el "c - iv" que se refiere a conductas consistentes en "la
participación en la comisión de alguno de los delitos tipificados de conformidad
con lo dispuesto en el presente artículo, la asociación y la confabulación para
cometerlos (...)", tales delitos hacen parte integrante de aquellos por los cuales
puede acordarse recíprocamente la extradición de reos entre Francia y la República
de Colombia.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Extradición
• Fecha : 10/03/1999
• Decisión : Conceptúa favorablemente
• Procedencia : República
• Ciudad : Francia
• Procesado : JESCHEK, RICHARD
• Proceso : 14324
• Publicada : Si
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ERROR DE HECHO/ FALSO JUICIO DE IDENTIDAD/ DEMANDA
DE CASACION
Es importante precisar que el postulado de la investigación integral atañe a una
dirección procesal que muestra la imparcialidad del funcionario judicial en el
contacto con las fuentes de información, siempre que estas puedan caracterizarse
de entrada como inculpatorias o exculpatorias, bien por su evidente relación con
los hechos ora por el origen mismo de la petición. Esta actitud difiere
notoriamente del caso en que la prueba testimonial sí llega al proceso, pero, por la
precariedad del interrogatorio, el medio de convicción queda incompleto y
fácilmente se advierte que el funcionario judicial, a la hora de decidir, lo ajusta con
agregados de su propia cosecha, porque en tal evento sería necesario objetar la
decisión que lo estimó por un evidente error de hecho como falso juicio de
identidad, que da lugar a la violación indirecta de la ley sustancial (causal 1ª), y no
por la vía de la nulidad (causal 3ª).

La progresividad característica del proceso penal, en armonía con el fin restaurador


de la vigencia de la ley en casación, indica que la demanda debe atacar
directamente la apreciación probatoria hecha por el tribunal, precisamente por ser
errónea, y no aplicarse de manera inmediata y exclusiva a la presentación de una
perspectiva valorativa alternativa sobre dichas pruebas. Ello por cuanto, además,
el objeto del recurso extraordinario es el fallo de segunda instancia y sus
valoraciones, no todo el proceso, pues por esa pendiente puede desconocerse
injustificadamente lo que ya se debatió con solvencia y se definió con el sello de la
jurisdiccionalidad en las instancias.

Por lo demás, dicha dirección característica del proceso penal no se satisface con
el mero enunciado abierto de que, la errónea apreciación del fallador, "no comulga
ni con los más elementales principios de la crítica del testimonio". Todo esto exige
una demostración en la demanda, si se quiere poner la discusión en el nivel de un
error de hecho por falso juicio de identidad, pues a las reglas de la sana crítica no
les basta mostrar contradicciones internas o externas de las pruebas, sino que se
trata de una metodología que requiere una evaluación del conjunto probatorio y
una percepción del grado de las contrariedades para inducir racionalmente los
resultados del examen.

Magistrado Ponente Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Casación
• Fecha : 10/03/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda y declara desierto el
recurso
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : CORTES VARGAS, JOSE GERARDO
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio agravado
• Proceso : 14079
• Publicada : Si
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PERMISO ADMINISTRATIVO
1-. El artículo 5° del Decreto 1542 de 1997, reglamentario del artículo 147 de la
Ley 65 de 1993, por la cual se adoptó el Código Penitenciario y Carcelario, señala
que los directores de los establecimientos carcelarios y penitenciarios podrán
conceder permiso hasta por setenta y dos (72) horas a los condenados en única,
primera y segunda instancia, o cuyo recurso de casación se encuentre pendiente,
con el lleno de los requisitos ahí señalados. Uno de ellos hace referencia a que el
interno haya alcanzado la fase de mediana seguridad, que según el inciso 3° de la
norma en cita, se entiende cuando el procesado ha superado la tercera (1/3) parte
de la pena impuesta y observado buena conducta, de acuerdo con el concepto
emitido por el Consejo de Disciplina.

2-. De los preceptos anteriores surge como primera conclusión que el beneficio
administrativo es otorgado por los directores de los establecimientos carcelarios y
penitenciarios y favorece a los condenados definitivamente y a aquellos que están
pendientes de la sentencia de casación, correspondiendo a la Sala pronunciarse
provisionalmente sobre las rebajas de pena por trabajo y estudio invocadas por los
condenados cuyo recurso de casación se encuentre en trámite, como medio para
acreditar ante aquellas autoridades el cumplimiento del presupuesto objetivo
previsto en el inciso 3° del artículo 5° del Decreto 1542 de 1997.

En este orden de ideas, si el procesado no ha descontado aún la tercera parte de la


condena, incluyendo todos los factores que contribuyen al respecto, no es factible
que la Sala reconozca períodos de redención, puesto que, se insiste, la decisión
con carácter provisional está destinada a que los directores de los centros de
reclusión tengan noticia cierta sobre la llegada del procesado a la fase de mediana
seguridad, contando para ello las penas redimidas, cuyo reconocimiento y
determinación pertenecen exclusivamente a la órbita del juez.

En segundo término, se infiere que el permiso hasta de setenta y dos horas, para
salir del establecimiento sin vigilancia, puede ser concedido a todos los
condenados en quienes converjan los requisitos señalados, sin importar la
naturaleza y modalidades del reato, con la única excepción de los que hubieren
sido sentenciados por delitos de competencia de los jueces regionales, porque así
lo estipula literalmente el artículo 147.

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Casación
• Fecha : 10/03/1999
• Decisión : Se abstiene de reconocer por ahora redención de pena
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : FUENTES, FABIO ALFONSO
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 9773
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION
Aunque se invoque nulidad, la demanda no es de libre elaboración, pues
tratándose del recurso extraordinario y no de otra alegación de instancia, debe
ceñirse a los requisitos instituidos por el artículo 225 del Código de Procedimiento
Penal. Así, entre otras condiciones, corresponde al impugnante citar las normas
que considere infringidas, especificar la clase y origen de la nulidad y desde dónde
ésta afecta la actuación; ha de indicar así mismo los fundamentos de la
impetración de manera completa y con lógica, claridad y precisión, en armonía con
la naturaleza del vicio aducido, y demostrar la existencia de la irregularidad
sustancial y su determinante trascendencia en la afectación grave e insubsanable
de las garantías inalienables de los sujetos procesales o contra las bases
fundamentales de la instrucción y el juzgamiento.

Magistrado Ponente Dr. NILSON PINILLA PINILLA


Auto Casación
• Fecha : 10/03/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Tunja
• Procesado : SANCHEZ, JORGE HERNAN
• Delitos : Porte de armas de defensa personal
• Proceso : 13242
• Publicada : Si
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11/03/1999

AUXILIOS PARLAMENTARIOS/ PECULADO


La Corte no desconoce que los gestores de los llamados auxilios parlamentarios,
sin arraigo jurídico en la actualidad por la entrada en vigencia de la Carta Política
de 1991, puedan realizar el tipo que define el delito de peculado, de establecerse
que su conducta se acomoda a alguna de las descripciones comportamentales que
trae el Libro Segundo, Título Tercero, Capítulo Primero del Código Penal.
Conveniente resulta, pues, en ese sentido recordar lo dicho sobre el punto (auto de
14 de junio de 1996, M.P. Dr. Ricardo Calvete Rangel):

"Los llamados auxilios parlamentarios se originaron en lo dispuesto en el artículo


76 numeral 20 de la Constitución anterior, y fueron reglamentados a través de
diferentes leyes, dentro de las cuales cabe destacar la 25 de 1977, 30 de 1978, 14
de 1987, 55 de 1988, 61 de 1989 y 46 de 1990.

En la Ley 30 de 1978, además de crearse la partida de gasto público que para


tales objetivos se incorporaría al presupuesto de 1979, se dispuso que se
encargaría a los Congresistas de identificar dentro de la circunscripción electoral
por la que fueron elegidos, las entidades y los proyectos merecedores de ayuda
financiera de la Nación, conforme a los objetivos señalados en la misma ley, y que
el reparto de las apropiaciones respectivas se harían con las Comisiones Cuartas
Constitucionales Permanentes según los pliegos que se entregasen por ellas hasta
determinada fecha. Dichas partidas serían incorporadas en el Decreto de
liquidación del Presupuesto Nacional, desarrollando la apropiación global
respectiva de la ley anual de presupuesto.

Para el período fiscal de 1989, la Ley 55 de 1988 reiteró el sistema de distribución


de las partidas, las condiciones previstas en leyes anteriores y agregó otras. Igual
sucedió con la Ley 61 de 1989 que decretó el gasto público a incluir, por éstos
conceptos, en la ley de presupuesto para la vigencia fiscal de 1990.

De lo reseñado se infiere que dentro del complejo proceso de decreto, definición y


ordenación de éste rubro del gasto público, los Congresistas individualmente
considerados tenían dentro de sus funciones intervenir para indicar los
beneficiarios de la ayuda financiera de la Nación. Dicho en otros términos, frente a
un determinado rubro los Senadores y Representantes decían a quienes se les
debía adjudicar partidas, forma concreta de participar en la ordenación del gasto.

Esta función otorgada a los miembros del Congreso, es una indiscutible forma de
actuar en la administración de bienes del Estado, que independientemente de los
demás pasos que fuera necesario dar para completar la operación hasta el pago
del auxilio, ello no desdibuja la trascendencia de la intervención del gestor. La
doctrina y la jurisprudencia han explicado con claridad que la función de
administrar a que se refiere el artículo que tipifica el peculado por apropiación, no
significa que dicha actividad deba estar toda concentrada en el mismo sujeto, sino
que él forma parte del complejo engranaje que en muchos casos está fraccionada
la administración de los bienes públicos. Con razón dicen los tratadistas, que si el
concepto dentro de la complejidad del mundo actual y la organización y el
funcionamiento de la hacienda pública, la finalidad buscada con la prohibición no
se lograría.
Administrar es gobernar, controlar, custodiar, manejar, recaudar, distribuir, pagar,
percibir, negociar, disponer, etc., es decir, todo un conjunto de actividades que dan
al término un sentido amplio, que es como el legislador lo quiso emplear.

Así las cosas, si el poder dispositivo otorgado a los Congresistas, al tener entre sus
funciones la de seleccionar a los beneficiarios de los auxilios, se emplea para
lograr que todo o una parte de esos dineros entren a su patrimonio, surge con
claridad la figura de la apropiación de dineros públicos, independientemente de la
maniobra que se hubiere empleado para ese fin."

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Unica Instancia
• Fecha : 11/03/1999
• Decisión : Precluye instrucción
• Procedencia : Corte Suprema de Justicia
• Procesado : AGUDELO SOLIS, ALBERTO ANTONIO
• Delitos : Peculado
• Proceso : 8816
• Publicada : Si
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NULIDAD/ ERROR EN LA CALIFICACION JURIDICA


Se aduce con fundamento en la causal tercera del artículo 220 del C. de P. P, por
haberse proferido sentencia en un proceso viciado de nulidad, por falta de
competencia del funcionario judicial, en razón a que el reato que se tipifica no es el
de tentativa de homicidio, sino el de lesiones personales, cuyo conocimiento
corresponde al Juez Penal Municipal.

Como se observa, el cargo se enuncia, directamente, por nulidad por falta de


competencia, aunque es claro que ésta deviene como consecuencia del error en el
proceso de adecuación típica del comportamiento, pero de todos modos se
desarrolla por éste último, lo que permite a la Sala pronunciarse sobre el mismo.

Cuando el fallador incurre en tal clase de desatino, esto es, cuando califica el
hecho con el nombre que corresponde a otro género delictivo, se está en presencia
de un vicio in iudicando que, por excepción, se debe proponer por la causal
tercera, pues si se corrigiera con fundamento en la primera , dictando el fallo de
sustitución, se generaría un nuevo desacierto, al no quedar la sentencia en
consonancia con los cargos formulados en la resolución de acusación. Así mismo,
aunque la falla se aduce por la causal de nulidad debe desarrollarse conforme a la
técnica que gobierna la primera, debiéndose precisar la forma de violación de la
ley sustancial, si directa o indirecta, y en este último evento, la clase de error
cometido, si de hecho o de derecho, y el falso juicio que lo determinó, si de
existencia, identidad, legalidad o convicción y, además, su incidencia en las
conclusiones del fallo.

En otros términos, quien alega esta clase de yerro debe demostrar que el fiscal dió
a los hechos probados, y que el impugnante acepta, un nombre jurídico que no les
corresponde; o que como consecuencia de desatinos en la apreciación probatoria
terminó denominando el hecho incorrectamente.*

________________________
*.- (véanse, entre otros, auto mayo 27/97, M.P. Dr. Jorge E. Córdoba Poveda; casación 10.036
noviembre/97, M.P. Dr. Carlos Augusto Gálvez Argote; casación 10.055 diciembre/98, M.P. Dr. Fernando
Arboleda Ripoll; casación 10.807, enero/99 M.P. Dr. Ricardo Calvete Rangel)
Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
• Fecha : 11/03/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : LOPERA BETANCUR, CARLOS IGNACIO
• Delitos : Tentativa de homicidio, Porte de armas de defensa personal
• Proceso : 10371
• Publicada : Si
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IDEMNIZACION/ HURTO
En cuanto a la pretensión consistente en que el artículo 372 del C. Penal era
inaplicable por no superar la cuantía de lo hurtado la suma de $100.000, ajustados
en términos de valor constante, se precisa que la sentencia se ciñó a lo que
preveía la ley, y que aún no se había pronunciado la Corte Constitucional sobre tal
aspecto, lo que sólo tuvo lugar el 22 de febrero de 1996 (Sentencia C-070), cuando
declaró la constitucionalidad condicionada del mencionado precepto, dándole un
entendimiento semejante al que propone el actor.

Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
• Fecha : 11/03/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : BONILLA BUENO, GUSTAVO
• Recurrente : GARZON QUEVEDO, CARLOS LINO
• Recurrente : SANTAMARIA BAREÑO, MANUEL DE JESUS
• Recurrente : CUADROS ALVAREZ, ALBERTO
• Delitos : Hurto calificado y agravado, Concierto para delinquir
• Proceso : 10395
• Publicada : Si
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12/03/1999

HURTO-Propiedad industrial
Consistiendo el punible de hurto en el apoderamiento de cosa mueble ajena, con el
propósito de obtener provecho para sí o para otro, la concepción de su objeto
material implica que no toda cosa en su definición amplia de aquello con entidad
corporal o incorporal, real o abstracta, dentro de la que obviamente caben las
producciones del intelecto, puede ser materia del verbo rector apoderar, pues el
cabal entendimiento del referido tipo penal permite afirmar que los objetos
incorpóreos en general o que las producciones intelectuales o invenciones del
hombre no corresponden, en la normatividad penal, a cosas muebles salvo que se
traduzcan en un libro, una escultura o una patente y que, en sentido contrario sólo
aquellos con entidad material, corporal, mueble, tangibles o no, pueden ser objeto
del punible en mención.
No significa lo anterior que el ordenamiento jurídico no brinde a las ideas, los
pensamientos, los derechos la protección que en el área penal demanda su
desconocimiento o su ilícito aprovechamiento, sólo que no siendo susceptibles de
apoderamiento por razón de su inmaterialidad o incorporeidad su amparo deviene
a través de especiales normas referidas a la propiedad intelectual e industrial. Así,
quien toma el argumento de un escritor y lo presenta como original o propio, quien
copia un invento o se aprovecha de él sin autorización para hacerlo aunque no
comete el delito de hurto sí vulnera los derechos del autor o del inventor y a su
tutela el legislador ha acudido, como ya se dijo, a través no del tipo penal en
cuestión sino de normas especiales.

Situación diferente se plantea cuando esa idea, ese pensamiento se traduce en


una cosa material, corporal, un libro, un cuadro, un producto pues el
apoderamiento de éstos sí configura efectivamente un hurto, lo que equivale a
decir que los bienes corporales que acreditan la objetividad, la materialidad de la
producción intelectual o los documentos que prueban su existencia, verbi gratia
una patente, sí son susceptibles de apoderamiento, entendiéndose lógicamente
que el hurto del documento aunque conlleva la sustracción del derecho en él
acreditado no corresponde jurídicamente éste a la cosa hurtada sino el documento,
el papel en cuanto tal.

En esas condiciones es evidente que una fórmula química como producción


intelectual de invención o descubrimiento no corresponde al concepto de cosa
corporal o material que tipifique un apoderamiento, así connote un elevado valor
económico, de modo que su protección frente a eventuales o ciertos usos o
aprovechamientos ilícitos no se derive concretamente en descripciones de hechos
atentatorios contra el patrimonio económico sino en normas de propiedad
industrial.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Auto Colisión de Competencias


• Fecha : 12/03/1999
• Decisión : Declara competente al Juzgado Penal del Circuito-reparto
de
Ibagué
• Procedencia : Juzgado Penal Municipal
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : CASTILLA SANTOFIMIO, CARLOS
• Delitos : Hurto
• Proceso : 15378
• Publicada : Si
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16/03/1999

DEBIDO PROCESO
En atención al principio de que todo funcionario judicial, en sus providencias, está
sometido al imperio de la constitución y la ley, nuestra legislación procesal penal
tiene claramente definidos los términos como se encuentra estructurada la
actuación judicial en cada una de sus etapas, de tal manera que en su desarrollo
se atienda de manera rigurosa a los lineamientos plasmados por la ley, los cuales
no pueden ser desconocidos por quienes administran justicia, ni por los sujetos
procesales.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Casación -Reposición


• Fecha : 16/03/1999
• Decisión : No accede a la solicitud elevada
• Procesado : ROJAS RIERA, WILLIAM ALFREDO
• Proceso : 10245
• Publicada : Si
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17/03/1999

DEBIDO PROCESO
El artículo 18 del Código de Procedimiento Penal, establece el principio de lealtad
de los intervinientes en la actuación judicial, el cual comporta el deber de ceñirse
estrictamente a la realidad que el proceso ofrece, de aducir y presentar todos los
argumentos probatorios y jurídicos en aras de la defensa de los intereses
encomendados por la parte que se representa, y ejercer los instrumentos de
dialéctica que el ordenamiento procesal otorga, todo dentro de un marco de
oportunidad sin que sea admisible su uso por instalamentos.

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Unica Instancia
• Fecha : 17/03/1999
• Decisión : Rechaza solicitud de nulidad, rechaza solicitud probatoria,
accede a las ......
• Procedencia : Corte Suprema de Justicia
• Procesado : CHAVARRIAGA WILKIN, JAIRO
• Delitos : Enriquecimiento ilícito
• Proceso : 11507
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CULPA
En principio, no le falta razón al Tribunal en sus observaciones sobre lo útil que
resulta obtener una prueba, dato o indicio de la violación de las reglas de tránsito,
bien por el conductor ora por parte del peatón. Mas la expresión no puede ser tan
categórica ni apriorística, porque siempre se ha dicho que la sola indicación de una
conducta imprudente (violación de reglamentos, por ejemplo) no constituye per se
responsabilidad para el conductor o culpa exclusiva de la víctima, pues, en uno y
otro caso, es indispensable demostrar, de conformidad con el artículo 21 del
Código Penal, que realmente esa actitud culposa fue la determinante del resultado
dañoso (desvalor de acto y desvalor de resultado).

Ello por cuanto si se sanciona al conductor, sin establecer ese vínculo


determinante entre la acción disvaliosa y el evento dañino, se incurriría en
responsabilidad objetiva, determinación entonces contraria al principio tutelar de
la culpabilidad dispuesto en el artículo 5° del mismo estatuto; y si se tratara de la
víctima, la aislada consideración de su imprudencia le significaría una suerte de
abandono noxal, pues por ese solo hecho perdería frente al Estado cualquier
protección de bienes jurídicos tan fundamentales como la vida y la integridad
física, cuando también debe acreditarse si, a pesar de su ligereza, el conductor aún
contaba con posibilidades concretas de evitar el fatal resultado, pues, si este juicio
de valor llegare a ser positivo, se tiene que la imprudencia de la víctima no sería la
causa eficiente del resultado. Lo contrario, sería suministrar una patente de corso
a temerarios conductores que, a su talante y soberbia, podrían decretar la pena de
muerte para los descuidados transeúntes, que así se entregarían por el Estado en
holocausto, como no es inusual en la conducta de intemperantes operadores del
tráfico que, enterados oportunamente del error o el atrevimiento del peatón o de
otro conductor, en lugar de hacer algo valioso para evitar el percance, incrementan
el riesgo con la aceleración de su propio automotor o cuando ni siquiera por
precaución merman el ritmo de la marcha.

La Sala hace énfasis en que el hecho de que se haya determinado una violación de
reglamentos por parte de la víctima, y que de pronto pueda afirmarse que el
conductor "tenía a su favor la reglamentación de tránsito", no se sigue
inexorablemente que el último podía actuar libremente y, por ende, cualquier
resultado que afectara al infractor estaría justificado. En el desarrollo de las
actividades peligrosas, cuando se concretan en delitos culposos, el ciudadano que
participa de ellas tiene normativamente un mayor grado de exigencia, porque no
sólo debe abstenerse de matar, sino que además debe tener cuidado para no
matar.

No basta afirmar que no existe "prueba clara, firme y terminante", o que se carece
de "suficiente elementos de juicio" sobre la actitud culposa del procesado, dado
que tales expresiones corresponden a una conclusión que debe surgir de las
premisas integradas por el análisis crítico de todas las pruebas, indicando
progresivamente el mérito de cada de una de ellas (art. 254 C. P. P.), pues, de lo
contrario, las solas frases se convierten en componentes autoritarios del lenguaje y
se cae por el juzgador en una petición de principio, ya que faltaría la
argumentación y demostración de lo que de esa manera tan tajante se da por
demostrado.

Magistrado Ponente Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
• Fecha : 17/03/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Procesado : HOLGUIN FAJARDO, FRANCISCO JULIAN
• Delitos : Homicidio culposo
• Proceso : 11023
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION-Causal primera/ INDEMNIZACION DE


PERJUICIOS
De entrada se advierte que en la demanda de casación presentada por el
apoderado del tercero civilmente responsable, se incurre en el desacierto técnico
que destaca la Delegada, consistente en que a pesar de orientarse la totalidad de
la pretensión invalidatoria a controvertir lo relacionado con la indemnización de
perjuicios morales y materiales ocasionados con el delito materia de investigación
y juzgamiento penal, cuyo pago en favor de los perjudicados se decreta en la
sentencia motivo de impugnación, se pasa por alto la obligación de tomar en
cuenta las causales y la cuantía para recurrir, establecidas por las normas que
regulan la casación civil, según lo dispone de modo expreso el artículo 221 del
Código de Procedimiento Penal y ha sido persistentemente indicado por la Corte.

En esa dirección, ha sostenido que "por disposición expresa del artículo 221 del
Código de Procedimiento Penal, la Sala mantiene la tesis de que si los motivos de
agravio son referidos únicamente a los aspectos civiles considerados en la
sentencia, lógicamente debe acudirse a las causales de casación previstas en el
artículo 368 del Código de Procedimiento Civil, pues se trata de no introducir en el
proceso penal matices que sus propias finalidades no exigen, máxime que el
estatuto de la materia ya los tiene suficientemente reglados".

No obstante esto, es de precisar que también se advirtió en el mismo


pronunciamiento "una línea de identidad regulativa de la casación en ambos
estatutos procesales, de tal manera que en los dos se contempla la violación
directa e indirecta de la ley sustancial, tanto por error de hecho como de derecho,
la nulidad y aún la congruencia. Claro que este último evento exige puntos de
comparación diferentes, atendida obviamente la distinta naturaleza de los dos
procedimientos, pues mientras en el penal dicha consonancia se dice entre la
sentencia y la resolución acusatoria, en el civil se exige entre la sentencia y las
pretensiones de la demanda o las excepciones de la contestación".

"Es esta la razón por la cual la Sala ha dicho que, a pesar del error que se comete
al invocar las causales de casación dispuestas en el régimen procesal penal,
siendo que se reclama o debate una pretensión estrictamente civil ‘... no debe
extremarse un sentido de rigor formal en la demanda, en cuanto a que si no se
acude forzosamente a las causales de casación contempladas en el ordenamiento
procesal civil, por este solo motivo la misma deba desestimarse, pues en virtud del
principio de prevalencia del derecho sustancial sobre el formal (art. 9 del C. P.P.), si
se aduce la primera causal del art. 220 del Código de Procedimiento Penal en lugar
de la pertinente del art. 368 del Código de Procedimiento Civil, al ser básicamente
iguales, no puede considerarse suficiente ‘esta falencia para desestimar
prematuramente la censura’, en la medida en que la aludida causal en las dos
codificaciones se refiere a que sea la sentencia violatoria de una norma de derecho
sustancial y en ambos ordenamientos procede tanto por violación directa como
indirecta de la ley (cas. 5 de octubre de 1994 y auto del 5 de septiembre de 1996)"
(M. P. Dr, Carlos Galvez Argote, septiembre 25/97), según reiteración de la tesis
hecha en Sentencia de 14 de octubre de 1998, M. P. Dr. GOMEZ GALLEGO.

Si bien la Corte ha reconocido que cuando el recurso extraordinario tiene por


finalidad controvertir exclusivamente la condena indemnizatoria, resulta
intrascendente el desacierto técnico de aducir la causal primera de casación
regulada por el artículo 220 del Código de Procedimiento Penal, debiendo acudirse
a las previsiones de idéntico modo hace el artículo 368-1 del Código de
Procedimiento Civil, bajo el entendido de que en ambas legislaciones este motivo
corresponde a un mismo fundamento teórico, también es completamente cierto
que esta interpretación jurisprudencial no autoriza la posibilidad en sede
casacional de entremezclar la indistinta proposición de causales contempladas en
cada uno de estos ordenamientos procesales, pues de hacerse ello la censura se
convierte en una mixtura inconciliable de imposible solución, lo cual, por supuesto,
conduce a la desestimación del cargo en estas condiciones postulado.

Por esto, la Sala expresamente ha sostenido que "en modo alguno puede
aceptarse que no obstante formularse el reparo por un determinado motivo legal,
en la exposición demostrativa se desvíe la censura hacia otra causal, pues en
estos casos no solamente se está frente a un yerro técnico en cuanto a la precisión
literal de la causal invocada, sino que, como sucede en este caso, la falencia
judicial alegada -error in iudicando- que corresponde a la causal primera, termina
demostrándose por una distinta, ya que el hecho de haber proferido el Tribunal un
fallo disonante o incongruente con las pretensiones de la Parte Civil, constituye un
error in procedendo, lo que de suyo implica una causal de naturaleza y contenido
estrictamente civil, pues mediante ella se pretende corregir un eventual exceso de
la sentencia frente a las aspiraciones patrimoniales que se discuten dentro de la
relación jurídico procesal" (sentencia casación sep. 25/97, M. P. Dr. GALVEZ
ARGOTE).

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
• Fecha : 17/03/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Ibagué
• Procesado : SOLANO GONZALEZ, JOSE HUMBERTO
• Delitos : Homicidio culposo
• Proceso : 12102
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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UNIDAD DE DEFENSA/ DEFENSOR


En virtud del principio de unidad de defensa que rige el procedimiento penal, cada
sindicado solo puede tener un defensor por proceso, sea cual fuere el número de
hechos punibles investigados, su naturaleza, o la complejidad del asunto. La
sistemática de las normas que regulan el estatuto de la defensa técnica, y la
disposición contenida en el artículo 144 del estatuto procesal penal, modificado
por el 23 de la ley 81 de 1993, que prohíbe a los apoderados principales y
suplentes actuar de manera simultánea, así lo indican.

Sentada esta premisa, no cuesta trabajo entender que en tratándose de procesos


acumulados, el principio de unidad de representación profesional mantiene su
vigencia, pues en estos casos, por mandato expreso del artículo 95 del Código de
Procedimiento, las actuaciones en desarrollo de la acumulación corresponden a un
solo proceso, para todos los efectos.

Esto significa que a partir de la ejecutoria de la decisión que ordena la


acumulación de las causas, el procesado solo puede disponer de un defensor,
debiendo ser él, en principio, quien lo designe. Pero como esto no siempre ocurre,
o resulta posible, surge para el juzgador la obligación de determinarlo, tomando en
cuenta para el efecto pautas de solución racional, como el de supremacía según se
trate de abogados de confianza, defensores públicos o de oficio, y cuando este
criterio no pueda ser tenido en cuenta por hallarse los distintos abogados en
igualdad de condiciones frente a la naturaleza jurídica de su designación, el
aplicado deberá velar por la garantía del ejercicio pleno de la defensa.

El carácter prevalente del defensor de confianza sobre el defensor público o de


oficio, surge de la condición supletoria de los últimos, en cuanto su designación
solo es posible cuando no ha sido nombrado uno de índole contractual.

En las anotadas condiciones, si el procesado viene siendo representado por un


abogado de confianza y uno de oficio, debe preferirse el primero, pero si ambos
son de confianza, público, o de oficio, debe ser seleccionado, en los dos primeros
casos, el que el procesado disponga, y en el último, aquel que a juicio del juez
garantice mejor el cumplimiento de la gestión de defensa, criterio que también
deberá aplicarse cuando en los dos primeros supuestos el interesado no haga la
designación.

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
• Fecha : 17/03/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Ibagué
• Procesado : RAMIREZ PEÑA, WILSON
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio agravado
• Proceso : 12133
• Publicada : Si
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CAPTACION MASIVA Y HABITUAL DE DINERO/ ERROR EN LA
CALIFICACION JURIDICA
El Código de Comercio vigente para cuando aún se producían las conductas
punibles de los procesados que fueron denunciadas y para cuya investigación
penal la Fiscalía dictó resolución de apertura de investigación el 7 de julio de 1993,
en su Capítulo VII Régimen Penal de la Quiebra -la cual definía en su artículo
1937 como el sobreseimiento del comerciante en el pago de dos o más de sus
obligaciones comerciales-, tipificaba unos específicos comportamientos
punibles cometidos por el quebrado antes o después de la declaración de
quiebra (artículos 1993-2001), respecto de los cuales y sus conexos la
competencia recaía en el Juez civil que conocía de la quiebra (artículo 2003).

Significa lo anterior, que, conductas diferentes de las descritas en el Código del


Comercio entonces vigente, cometidas por el comerciante declarado en quiebra y
tipificadas en el régimen penal ordinario, no conexas con las previstas en aquella
normatividad, no estaban sujetas al régimen penal de la quiebra, sino al de la
preceptiva de los Códigos Penal y de Procedimiento Penal, bajo el cual se emitió la
sentencia cuestionada.

Los delitos de captación masiva y habitual de dinero sin autorización legal


tipificado en el Decreto 2920 de 1982 y de estafa, no se hallan relacionados en la
lista de hechos punibles que requieren de querella como requisito de
procedibilidad de la acción penal en el artículo 33 del C. de P.P.. Por el contrario,
respecto de ellos, prima el principio de oficiosidad de la acción penal, siendo
imperativo para el órgano judicial, enterado, no solo por la denuncia formulada por
algunos de los perjudicados, sino por la misma Superintendencia Bancaria (fls. 2
y 49 cd. ppl. 1), establecer lo sucedido y sancionar a los responsables, de no, se
propiciaría la impunidad de hechos que lesionan en gran parte a la comunidad.

La errada calificación jurídica del delito presupone el rechazo a la adecuación de la


conducta en un tipo penal y el coetáneo reconocimiento de que esa conducta
constituye delito que no se imputó al procesado por el ente acusador y que se
halla contemplado y sancionado en capítulo distinto del libro Segundo del Código
Penal. Es pues, un clásico error de procedimiento, que demostrado, comporta la
invalidación de la calificación a la luz de la causal 3a. de casación, con efectos
desde inclusive la resolución calificatoria.

Mas cuando el tipo penal rechazado aparece atribuido en el acto acusatorio al


procesado por el fenómeno del concurso de hechos punibles a la par con el tipo
penal que se acepta, y esa calificación se cuestiona por considerar que una de las
conductas subsume a la otra, el error judicial de la sentencia no es de
procedimiento, sino de aplicación o intelección de la norma sustancial que se
afirma contempla la conducta y, puede presentarse, directamente, por la indebida
aplicación, o falta de aplicación, o errada interpretación de la norma sustancial; o
bien, en forma indirecta, por una errada apreciación de la prueba en cualquiera de
sus posibles formas aducibles en casación.

En estos eventos trátase de la violación de normas sustanciales, y el yerro debe


alegarse a través de la causal 1a. del artículo 220 del C. de P.P., porque en él
subyace, como se ha dicho, el reconocimiento de la legalidad de la
acusación, aunque emerge la oposición al criterio de valoración jurídica aplicado
para el encuadramiento de la conducta en el tipo legal que se rechaza y vertido
así a la sentencia, que de demostrarse, deja incólume la resolución acusatoria y
con ella el trámite subsiguiente a excepción del fallo.

Magistrado Ponente Dr. DIDIMO PAEZ VELANDIA

Sentencia Casación
• Fecha : 17/03/1999
• Decisión : Desestima la demanda, casa de oficio parcial, impone
multa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Ibagué
• Recurrente : OBREGON HORMANZA, JOSE GUILLERMO
• Delitos : Estafa, Captación masiva y habitual de dinero del púb
• Proceso : 10313
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION/ PRUEBA PERICIAL/ INDAGATORIA


Forzoso es para la Sala en este caso enfatizar nuevamente, que todas y cada una
de las causales contempladas en la ley para impugnar por vía extraordinaria una
sentencia, además de obedecer al principio de taxatividad, de conformidad con el
cual el ataque al fallo esta rigurosamente circunscrito a esos determinados
motivos, exigen al demandante el deber de exponer con absoluta claridad y
precisión no solo a cuál de ellos acude dentro del marco jurídico que es propio a
cada uno, sino además desarrollar argumentativamente el análisis orientado a
demostrar la violación de la ley sustancial o de procedimiento que
consecuentemente presuponen.

De tales exigencias participa, como no podría ser de otra manera, la causal de


nulidad, sin que pueda confundirse la disposición exceptiva al principio de
limitación consagrada en el artículo 228 del C. de P.P., en cuanto la Corte "deberá
declararla de oficio", o cuando la sentencia atenta contra garantías fundamentales,
con una pretendida flexibilidad del recurso al extremo de que basten ambiguos
planteamientos matizados por un enunciado inicial de incidir negativamente en la
legalidad de la actuación procesal, o que en casos semejantes pueda colmarse a
través de la oficiosidad el imperativo para el demandante de evidenciar la
presencia de actos procesales desconocedores de las normas que los regulan.

En lo relacionado con el hecho de que se habría omitido el traslado de los


dictámenes periciales vistos a los folios 212 y 415, en los cuales fueran
identificadas las sustancias incautadas en el operativo policial como ácido sulfúrico
y amoniaco, es decir, que evidentemente se trataba de precursores a partir de los
cuales se sintetiza, fabrica, procesa u obtiene drogas y cuya ilegal tenencia ha sido
objeto de la imputación a LADINO GUTIERREZ conforme con el artículo 43 de la Ley
30 de 1.986, es un reproche que contiene en su propio enunciado la respuesta
negativa a considerar ese hecho, aún siendo verdad, como irregularidad lesiva del
derecho de defensa, pues se advierte por el demandante que para la
jurisprudencia de esta Sala el mismo "no acarrea nulidad alguna", lo que procede
en la hipótesis de este proceso reiterar, toda vez que el no surtirse el traslado de
un dictamen a las partes, a lo sumo podría aceptarse como una irregularidad en
todo caso intrascendente y por ende sin ninguna posibilidad de afectar los
derechos del procesado o las reglas del procedimiento, salvo que se lograse
demostrar que no se contó con oportunidad alguna para conocerlo y por ende para
controvertirlo, pues contándose con la posibilidad de objetarlo de conformidad con
lo dispuesto por el artículo 270 del C. de P.P. "hasta antes de que finalice la
audiencia pública", guardar silencio en torno al contenido del mismo, es mostrar
entera confomidad con el resultado que la comprobación científica ha arrojado,
todo lo cual hace nugatorio el reparo sobre el particular expuesto.

No puede perderse de vista que siendo la indagatoria la primera oportunidad que


tiene el imputado de acudir personalmente ante a un funcionario judicial a exponer
las explicaciones que estime pertinentes frente a los hechos que se e atribuyen,
siendo por ello imprescindible que lo asista un profesional del derecho, el ejercicio
y la materialización de dicho derecho se cumplen dentro de la diligencia misma, en
la medida en que si bien no puede intervenir directamente porque se trata de un
acto en el que es el imputado su protagonista, la defensa cumple con una labor de
garante respecto de la forma como se lleva a cabo, lo que, por supuesto incluye la
naturaleza de las preguntas que se formulen a efectos de mantener incólume el
principio constitucional de no autoincriminación.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
• Fecha : 17/03/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : LADINO GUTIERREZ, EFRAIN
• Delitos : Violación a la Ley 30/86
• Proceso : 12682
• Publicada : Si
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APELACION-Sustentación oral/ RECURSO


Los artículos 196 A y 196B del Código de Procedimiento Penal disponen:

"ART. 196A- Adicionado L. 81/93, art.26. Sustentación en primera instancia


del recurso de apelación contra providencias interlocutorias. Cuando se
haya interpuesto como único el recurso de apelación, vencido el término para
recurrir, el secretario, previa constancia dejará el expediente a disposición de
quienes apelaron, por el término de cinco (5) días, para la sustentación respectiva.
Precluído el término anterior, correrá traslado común a los no recurrentes por el
término de seis (6) días".

"ART. 196B- Adicionado L. 81/93, art. 27. Sustentación del recurso de


apelación interpuesto contra sentencia. El recurso de apelación interpuesto
contra la sentencia puede sustentarse por escrito u oralmente. La manifestación
de sustentación oral u escrita debe hacerse en el momento de interponer el
recurso.

Si todos los recurrentes manifiestan su propósito de sustentarlo por escrito se


surtirá el trámite previsto en el artículo 196A.

Si cualquiera de los sujetos procesales manifiesta su propósito de sustentar de


manera oral el recurso, este se concederá inmediatamente y no se aplicará el
trámite previsto en el artículo anterior....".

El hecho de que alguno de los recurrentes exprese que hará la sustentación oral
genera una variación en el trámite, también da lugar a que los demás
impugnantes puedan efectuar la sustentación por escrito hasta antes de la
audiencia, o que opten por hacerlo oralmente durante ella.

Magistrado Ponente Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Sentencia Casación
• Fecha : 17/03/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Neiva
• Procesado : CHICA VALDERRAMA, LEONARDO
• Delitos : Lesiones personales, Tentativa de homicidio, Porte de armas de
defensa personal, Homicidio
• Proceso : 11119
• Publicada : Si
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NON BIS IN IDEM/ DELITO CONTINUADO
El artículo 29 de la Constitución Política, al igual que el 26 de la anterior Carta,
consagra la garantía fundamental del NE BIS IN IDEM, desarrollada también como
norma rectora en el artículo 9° del Código Penal y en el 15 del Código de
Procedimiento Penal, principio según el cual el ciudadano no puede ser juzgado
doblemente por el mismo o los mismos hechos.

Se trata de una garantía de seguridad individual, propia de un Estado de Derecho,


también reconocida internacionalmente por expresión del Pacto Internacional de
derechos civiles y políticos, en su artículo 14, N° 7, y la Convención Americana de
derechos humanos, artículo 8 N° 4, aceptados en el Derecho Interno de Colombia
por medio de las leyes 74 de 1968 y 16 de 1972, y ahora adoptados inclusive
como reglas de jerarquía constitucional (art. 93).

Lo señalado en las disposiciones citadas es la prohibición de la persecución penal


múltiple por los mismos hechos, sin importar el pretexto de una denominación
jurídica distinta, porque así lo definen claramente los artículos 9° del Código Penal
y 15 del Código de Procedimiento Penal. Esto significa dos cosas a la vez:
primero, que no es posible revivir una acción penal ya agotada y, en segundo
lugar, que respecto de un mismo hecho no es viable la persecución penal
simultánea por autoridades judiciales distintas, ni siquiera por razones de
competencia, porque para evitar la coetaneidad en el ejercicio de la acción penal
se han trazado claras reglas sobre competencia a prevención y colisión de
competencias (C. P. P., arts. 80 y 97).

Se pregunta: ¿Cuándo se da la doble persecución penal?. La doctrina propone tres


identidades como fórmula abstracta para la solución de los casos concretos. Se
habla entonces de la identidad de la persona juzgada; identidad del objeto del
proceso y de identidad de la causa de la persecución penal.

Es importante destacar que tanto en la Constitución como en los Códigos, el


principio del ne bis in idem está matizado por la prohibición de juzgar dos veces a
una persona "por el mismo hecho", y no se refieren los textos, como en otras
legislaciones, al "mismo delito". Pues bien, ello indica que la imputación concreta
debe basarse en el comportamiento históricamente determinado, cualquiera sea
su significación jurídica o el nomen iuris empleado por el funcionario judicial para
calificar el hecho.

Ahora bien, como es indudable que en Colombia la carga de la investigación y de


la prueba le corresponde al Estado-jurisdicción, y éste debe agotarla en ciclos
preclusivos, también es cierto que la imputación se hace sobre una conducta
concreta e históricamente ocurrida, hipotéticamente afirmada como existente,
hasta el punto de que es pura y única responsabilidad de la jurisdicción consumir
todo el conocimiento posible en busca de la verdad, sin perjuicio de la vigencia de
las garantías fundamentales (Const. Pol., arts. 29 y 250; C. P. P., arts. 24, 249 y 448)
. De modo que no es posible intentar otras investigaciones posteriores o
simultáneas, con el ánimo de agregar elementos o circunstancias a la conducta
central ya investigada, siempre que se establezca que es igual el comportamiento
básico que fue objeto de conocimiento y decisión.

En el caso del delito continuado de la legislación penal anterior (art. 32) o de la


figura jurisprudencial y doctrinaria del delito unitario actual, los actos parciales que
constituyen la unidad son material y jurídicamente escindibles y punibles
individualmente, salvo claro está los eventos de acción única, de modo que el
efecto de firmeza sólo puede comprender aquellos respecto de los cuales se
promovió la persecución penal y, por ende, fueron objeto del proceso.

Magistrado Ponente Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
• Fecha : 17/03/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Neiva
• Procesado : LOZANO, MARIA MERCY
• Procesado : GOMEZ NARVAEZ, CARLOS
• Procesado : ESCANDON OSPINA, ARTURO
• Delitos : Peculado por apropiación, Falsedad en documento público,
Homicidio
• Proceso : 12187
• Publicada : Si
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FALSEDAD EN DOCUMENTO/ COMPETENCIA A PREVENCION


Siendo evidente por tanto que el número plural y conexo de hechos punibles fue
cometido en diversos lugares deviene aplicable el factor a prevención previsto en
el artículo 80 del Código de Procedimiento Penal en la medida en que éste dispone
que del correspondiente proceso "conocerá el funcionario judicial competente por
la naturaleza del hecho, del territorio en el cual se haya formulado primero la
denuncia, o donde primero se hubiere proferido resolución de apertura de
instrucción", disposición que lógicamente parte de suponer que la pugna de
competencia habrá de decidirse entre los jueces de los varios lugares en que
hubieren tenido ocurrencia los hechos y no además entre los de una
circunscripción a la que por situaciones administrativas o de eficiencia se trasladó
la investigación pero donde definitivamente ninguno de los punibles tuvo
ejecución.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Auto Colisión de Competencias


• Fecha : 17/03/1999
• Decisión : Declara competente al Juzgado 5° P.C. de Neiva
• Procedencia : Juzgado 50 Penal del Circuito
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : GOMEZ RAMIREZ, JUAN BAUTISTA
• Delitos : Falsedad en documento público, Falsedad en documento
privado, Receptación
• Proceso : 15507
• Publicada : Si
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TERCERO CIVILMENTE RESPONSABLE


Si bien para el momento procesal en que el ahora demandante asumió la
representación de los terceros civilmente responsables, esto es durante el traslado
de que trata el artículo 446 del Código de Procedimiento Penal, los intereses de
estos frente a los del procesado no podían calificarse de contrapuestos, como que
el fin perseguido por éste y aquéllos era el mismo, no pueda predicarse igual
conclusión para cuando ya se ha proferido el fallo, así sea el de primera instancia
puesto que a partir de este momento y para el caso de sentencia condenatoria,
necesariamente los intereses entre estos sujetos procesales son contrapuestos
cuando, como sucede en el presente caso, los terceros pretenden ser exonerados
de la condena civil, pues de prosperar su finalidad, imprescindiblemente el
procesado resulta afectado. De ahí que cuando esto sucede, la comunidad de
defensa no puede persistir, ya que su actuación tendrá que necesariamente estar
dirigida a beneficiar a uno de los dos sujetos procesales, en perjuicio del otro,
como consecuencia de la ineludible oposición de intereses.

Cuando ya se había señalado el 11 de octubre como fecha para la celebración de


la audiencia pública, mediante auto del 19 de septiembre, el 30 de septiembre los
esposos Corredor otorgaron poder para su defensa, al mismo abogado que venía
representando los intereses del procesado, personería que se le reconoció el 3 de
octubre, quedando sin oportunidad procesal para ejercer el derecho a la defensa
como consecuencia del previo desconocimiento al debido proceso, pues conforme
lo afirmó esta Corporación en fallo del 12 de junio de 1.997, con ponencia del
Magistrado, doctor Nilson Pinilla Pinilla, la oportunidad para solicitar esta clase de
vinculaciones "fenece cuando el expediente queda efectivamente ‘a disposición
común de los sujetos procesales por el término de treinta días hábiles, para
preparar la audiencia pública, solicitar las nulidades que se hayan originado en la
etapa de instrucción que no se hayan resuelto y las pruebas que sean
conducentes’,… por ser esta la última oportunidad procesal, … para impetrar los
elementos de comprobación que requiera".

De ahí que, yerre el Tribunal y a su turno el a quo, pues éste lo que hizo fue avalar
las argumentaciones expuestas por aquél para rechazar los postulados que en tal
sentido venía proponiendo el apoderado común del procesado y de los terceros
civilmente responsables desde la audiencia pública, al afirmar que carecía de
razón porque a estos se les había notificado el auto por medio del cual se los
vinculó y aún les quedaba la audiencia para pedir pruebas, pues además de que
como también lo expuso la Sala en la ya citada casación del 22 de junio de 1.994,
ésta se perfecciona no solo con la notificación del auto que admite la parte civil
sino con el traslado de la demanda correspondiente para que así sea posible
conocer las pretensiones por las cuales es vinculado el tercero y pueda ejercitar
debidamente su defensa, de lo cual en este caso no obra constancia al respecto,
"la audiencia pública es un evento connatural para el acopio de pruebas, pero
estas, salvo lo dispuesto en el art. 448 ibidem, no son otras que las solicitadas
dentro del mencionado término del art. 446", como igualmente se concluyó en la
decisión del 12 de junio de 1.997.

Se desconoció así el debido proceso, al vincular a esta clase de terceros en una


etapa procesal en la que ya no era dable hacerlo, "por cuanto al estar reconocido
por la ley el tercero civil como un sujeto procesal más es evidente que las etapas,
los términos y en general los ritos que establece el Código para el trámite del
proceso penal, también le son aplicables al tercero en virtud del principio de
igualdad y por tanto, siendo que la última etapa probatoria es la que se establece
en el artículo 446 del Código de Procedimiento Penal, se impone entender que la
ley no ha establecido ninguna etapa especial para este sujeto procesal, sino que
debe acogerse el trámite general, esto es, que su vinculación solo es posible hasta
el momento en que se ponga a disposición el expediente para los fines de la
norma últimamente citada, pues es la única forma para que quienes estén
reconocidos como tales puedan actuar en igualdad de condiciones y sean
respetados a plenitud los derechos de contradicción probatoria y defensa",
conforme se explicitó en fallo del 25 de septiembre de 1.997 con ponencia de
quien ahora funge como ponente en este asunto.

"De esta manera, el tercero civilmente responsable puede ser involucrado


válidamente al proceso penal durante la instrucción, o aun iniciándose el juicio
siempre que mantenga la oportunidad plena de solicitar, allegar y contradecir
pruebas y de preparar debidamente su defensa, para que así se equilibre en "los
mismos derechos y facultades de cualquier sujeto procesal", teniendo en cuenta
que para resultar condenado en perjuicios, si a ello hubiera mérito, se exige que se
le "haya notificado debidamente" y "se le haya permitido controvertir las pruebas
en su contra" (art. 155 ib.), como se concluyó en el referido fallo del 12 de junio de
1.997.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
• Fecha : 17/03/1999
• Decisión : Desestima la demanda, casa oficiosa y parcial en el
sentido
de decretar la nulidad a partir de la decisión que dispuso
la
vinculación de los terceros civilmente responsables
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Rosa de Viterbo
• Procesado : GOMEZ AVILA, SILVANO
• Delitos : Lesiones personales culposas, Homicidio culposo
• Proceso : 10728
• Publicada : Si
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ERROR DE HECHO/ FALSEDAD EN DOCUMENTO/ SENTENCIA/


RESOLUCION DE ACUSACION
No basta en sede de casación decir que el juez se equivocó y probar el error
simplemente ofreciendo una lectura personal y diferente de los medios de prueba.
Es necesario, cuando se alega error de hecho como en el caso examinado,
demostrar en qué consistió, cuál prueba existente dejó de ser considerada, cuál
inexistente sirvió de fundamento a la sentencia, cómo tuvo lugar la tergiversación
del contenido material del medio probatorio, de qué manera se quebrantó la sana
crítica, y en todos los eventos cuál fue la trascendencia del error frente a la
orientación de la sentencia.

La sentencia es el acto procesal naturalmente llamado a dar fin al proceso, a


resolverlo de manera definitiva. Pero en ella el juzgador viene atado, circunscrito,
por la resolución acusatoria. El alcance de esa limitación es lo que en el fondo
constituye el principio de congruencia.

La ley Colombiana, como en general lo conciben los sistemas de derecho positivo


fundamentados en similares principios procesales, reconoce que el proceso penal
define gradualmente su objeto y que a tal identificación concurren dos criterios o
elementos: el histórico y el normativo. También, que ninguno de los dos es
suficiente, con exclusión del otro, para delimitar dicho objeto o sea, en otras
palabras, la conducta materia de juzgamiento. Sin embargo, a través de las
regulaciones que sobre la estructura del procedimiento y su mecánica se han
sucedido en el tiempo, se ha acudido a instituciones procesales distintas para fijar
con mayor o menor amplitud las facultades del Juez frente a la acusación, o las
posibilidades de llevar a cabo variaciones que repercutan en la denominación
jurídica del delito por el cual se procede.

Actualmente el artículo 180 del Código de Procedimiento Penal, recoge la doble


dimensión identificadora del hecho cuando exige que el fallo contenga un resumen
de los hechos investigados, un resumen de la acusación, y la calificación jurídica
de los hechos y de la situación del procesado. Dicha disposición ha de entenderse
con arreglo al marco jurídico - fáctico que a su vez el legislador ha previsto para
construir la acusación. Por eso la norma, aislada del contenido del artículo 442 ib.,
reportaría significados muy amplios y probablemente ambiguos .

Esta última regla, a su vez, exige como requisito formal de la resolución de


acusación una narración de los hechos, con todas las circunstancias de modo,
tiempo y lugar que los especifiquen, es decir, que permitan individualizarlos; y
además demanda la calificación jurídica de esos hechos, advirtiendo que la misma
es provisional y que contendrá el señalamiento del capítulo dentro del título
correspondiente del Código Penal.
Tal manera de regular las exigencias de la acusación y de la sentencia, no tiene por
objeto sino significar que en el marco de aquella es que se va a mover la actuación
del fallador y cuáles sus límites de decisión. Así entonces, ha entendido la
jurisprudencia de ésta Corporación, los hechos, histórica o fácticamente, deben ser
ESENCIALMENTE los mismos; y la calificación jurídica, aún no siendo idéntica –
resolución por el mismo tipo penal imputado por el Fiscal – sí debe estar recogida
en el mismo Capítulo del Código Penal.

Así entonces, lo secundario del episodio que envuelve el delito, mal puede resultar
siendo significativo para su identificación, o para la correspondencia que debe
existir entre acusación y fallo. La legislación Colombiana, no da a las
circunstancias aludidas el alcance que pretenden los casacionistas puesto que le
permite al Juez calificar de otra manera el documento (el público como privado) o
suprimir la cualificación del sujeto activo (de servidor público a particular) sin
entender alterada la imputación.

La Sala reitera que uno de los contenidos de la resolución de acusación, así lo


establece el numeral 3º del artículo 442 del Código de Procedimiento Penal, es la
calificación jurídica provisional de la conducta, con mención del capítulo y el título
del Código Penal donde se encuentra prevista. Y es dicho carácter el que le
permite al juzgador variar la imputación, a condición de que lo haga dentro del
mismo capítulo del Código Penal y no resulte agravada la situación del procesado.

Aunque ha sido ampliamente discutido por la jurisprudencia y la doctrina qué


delito le es imputable al particular que falsifica por creación integral un documento
de naturaleza pública, si el descrito en el artículo 221 o en el artículo 220 del
Código Penal, la Sala ha optado por la última solución, con sustento en los
siguientes argumentos:

"…La falsedad como tal, en cualquiera de sus modalidades, es genéricamente


aquella conducta mediante la cual el agente pretende hacer aparecer como
verdadero aquello que en realidad no lo es.

"En tratándose de falsedad material, particularmente, esta consiste en la creación


total de un documento falso, o en la imitación de uno que ya existe, o simplemente
en la alteración del contenido de un documento auténtico. Esa formación total o
parcial, puede recaer tanto en documento público como en privado.

"Sobre este aspecto, se ha dicho que la falsedad total o propia, es aquella en la


cual el sujeto activo crea en su integridad el documento, tanto el contenido como
su procedencia, también llamada por algunos GENUINIDAD (TENOR), de modo que
lo suscribe quien en realidad no lo elaboró o se le hace aparecer como si
proviniese de allí.

"La segunda forma de falsedad material es la llamada parcial o impropia, que


consiste en la creación de alteraciones en un texto ya confeccionado, de tal
manera que se le agregan o suprimen algunos aspectos de su contenido.

"En el caso concreto de la conducta que describe el artículo 220 del Código Penal,
que sanciona al particular que falsifique materialmente documento público, resulta
plenamente viable que en el caso de confección total del mismo quien así actúa se
haga acreedor a la sanción prevista en la mencionada norma.

"La Sala no comparte la tesis de que un particular, por no tener función


certificadora o documentadora, no incurra en esta conducta cuando crea
totalmente un documento público y sí cuando lo altera parcialmente. Si de lo que
se trata es de proteger la fe pública y por ende la confianza de los asociados,
resulta menos que lógica una conclusión de esa naturaleza, porque, precisamente
el agente se está aprovechando del crédito que su calidad "pública" genera en la
comunidad para introducir al tráfico jurídico un documento con tal apariencia y de
esa manera obtener su propósito a sabiendas de que sólo es posible mediante la
utilización de un documento con esas características.

"De modo que si se regresa al concepto genérico de falsedad –hacer aparecer


como real algo que no lo es—no queda descartada la hipótesis de la que se viene
hablando, porque precisamente se está haciendo aparecer como público, un
documento que en realidad no lo es.
"De ahí que también resulte absurdo que el reproche sea menor para quien crea
totalmente un documento público falso que para quien lo altera parcialmente* ".

__________________________
*.-Sentencia de casación de mayo 5/97.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
• Fecha : 17/03/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Tunja
• Procesado : IBAÑEZ MEDINA, GERMAN ENRIQUE
• Delitos : Falsedad en documento privado
• Proceso : 10862
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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19/03/1999

DELITOS CONEXOS/ DEMANDA DE CASACION


Como aspecto previo a la consideración de las demandas debe la Sala precisar que
al contrario de lo que insinúa el Ministerio Público, al acusado (...) sí le asistía
interés para demandar en casación respecto de los delitos de encubrimiento y
porte ilegal de arma de fuego de defensa personal como lo hiciera su
representante, dado que al margen de la pena máxima que individualmente
reportan cada una de estas infracciones, lo que debe mirarse es la unidad del fallo
que afecta a este acusado al interior de este proceso, dentro del cual y al tiempo
con aquellas infracciones de menor sanción, le cubre un cargo por el delito de
hurto calificado y agravado, en cuyo caso la pena máxima excede los límites
impuestos por el artículo 218 del Código de Procedimiento Penal.

Sobre este aspecto había tenido ya ocasión la Sala de sentar criterio, tal cual se lee
inicialmente en fallo de marzo 10 de 1994 con ponencia del Magistrado doctor
Dídimo Páez Velandia, y más expresamente sobre el tema presente en fallo de
septiembre 5 de 1994 bajo ponencia del Magistrado Guillermo Duque Ruíz, donde
tras precisar los distintos eventos que pueden presentarse, se advirtió que bien
puede admitirse que el recurso apunte exclusivamente hacia un delito penado con
sanción menor, sin demandar necesariamente el delito más grave que le esté
conexo, pues del artículo 218 del Código de Procedimiento Penal, sustituido por el
35 de la Ley 81 de 1993 se desprende que

"En realidad en esta norma no se está disponiendo, como parece entenderlo la


Delegada, que la demanda de casación pueda extenderse a los delitos conexos
aunque tengan pena menor que la exigida para la procedencia del recurso. Lo que
en ella se prescribe es la extensión del recurso en relación con estos delitos, que
es cosa muy distinta.

En otras palabras: la norma en comento al extender el recurso, no lo condiciona en


parte alguna, a que en la demanda se formulen cargos respecto del delito o delitos
que tengan señalada pena privativa de la libertad no menor de seis años, lo cual es
coherente, porque como se dijo, no es un caso de extensión de la demanda sino de
extensión del recurso.

Hacer la exigencia que pretende la Delegada implicaría no solo recortar sin razón
los alcances benéficos de esta facultad, sino también obligar a los recurrentes a
que pretexten unos cargos en relación con uno cualquiera de los delitos
susceptibles del recurso, para así habilitar el ataque por los delitos "menores"."

Y más recientemente, con ponencia del doctor Juan Manuel Torres Fresneda, se
insistió en que aún en casos de acumulación, como el presente se destaca, la
posibilidad de ataque extraordinario es parejamente de recibo, habida cuenta que
el concepto de conexidad que maneja el artículo 218 del Código de Procedimiento
Penal no es el restrictivo de la conexidad sustancial que describe el artículo 87
ibídem, sino uno más amplio y comprensivo de los fenómenos de la acumulación
de causas (artículo 91),

"... habida cuenta que ésta se da no solamente para recuperar la operancia del
principio de unidad cuando cursen "dos o más procesos penales por delitos
conexos que o se hubiesen investigado conjuntamente", sino también bajo el
criterio de la unidad de procesado "Cuando contra una misma persona se
estuvieren siguiendo dos o más procesos...""

pues "visto el alcance que al recurso extraordinario se le otorga a partir de la


expedición del Decreto 2700 de 1991", en el concepto de extensión a los delitos
conexos

"...cuentan principios como el de la unidad de la sentencia (artículo 88 del C. de


P.P.), el de su no ejecutoria parcial o fragmentaria (arts.196, 197 y 223), y el de la
extensión de los efectos del fallo de casación a los no recurrentes (artículo 243)..."

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
• Fecha : 19/03/1999
• Decisión : Desestima la demanda, declara prescripción por unos
delitos,
reduce pena
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : PEÑA BERRIO, ALBEIRO NICOLAS
• Procesado : GIRALDO SALGADO, JESUS ALFREDO
• Delitos : Hurto calificado y agravado, Porte ilegal de armas, Homicidio,
Encubrimiento
• Proceso : 9774
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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23/03/1999

COMPETENCIA/ CONEXIDAD/ CIERRE DE INVESTIGACION/


COAUTOR
1.- El artículo 89 del Código del Código de Procedimiento Penal, modificado por el
13 de la ley 81 de 1993, al precisar la competencia por razón de la conexidad y el
factor subjetivo, establece que cuando se trate de conexidad entre hechos
punibles de competencia del juez regional y cualquier otro funcionario judicial,
corresponderá el juzgamiento al juez regional, regulación que además coincide con
el texto original de la norma.

Como puede verse, el mandato de la disposición normativa es perentorio, no


siendo dable, por consiguiente, pretender desconocer su contenido introduciendo
exigencias distintas de las que ella establece, como serían el orden de comisión de
los delitos, o la mayor o menor entidad de los mismos. Para que la competencia
quede radicada en la justicia regional, basta que uno de los delitos cometidos sea
de su conocimiento, y entre ellos exista conexidad, es decir que estén
sustancialmente relacionados por vínculos de carácter ideológico, consecuencial u
ocasional, o de cualquier otra índole.

2.- Las consideraciones en torno a la aplicación en el presente caso del artículo 39


del Decreto 99 de 1991, que establecía la inimpugnabilidad del auto que ordenaba
el cierre de la investigación, son desde luego equivocadas, y en esto le asiste
razón al demandante. Cierto es que este artículo fue incorporado a la legislación
permanente por el artículo 4º del Decreto 2271 de 1991, pero no es menos verdad
que para el 6 de septiembre de 1993, fecha en que se produjo el cierre, ya se
encontraba vigente el nuevo Código de Procedimiento Penal, que admite el recurso
de reposición en contra de esta clase de pronunciamientos (arts.199 y 438,
modificado por el 56 de la ley 81 de 1993).

3.- La Corte, en doctrina que los juzgadores transcriben, y que los demandantes no
discuten, ha sido clara en sostener que cuando varias personas conciertan libre y
voluntariamente la realización de un resultado típico, con distribución de
funciones, todos tienen la calidad de coautores, así su conducta vista en forma
aislada no permita una directa subsunción en el tipo, porque todos están unidos en
el criminal designio, en una empresa criminal, y actúan con conocimiento y
voluntad para la producción del resultado comúnmente querido, o por lo menos
aceptado como probable.

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
• Fecha : 23/03/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : MARIN MARIN, RAUL
• Procesado : TRUJILLO GORDILLO, FERMIN
• Procesado : MORA MOLINA, NILSON
• Procesado : RAMOS RODRIGUEZ, JAIME ORLANDO
• Delitos : Hurto calificado y agravado, Porte de armas de uso privativo
de las F.M., Homicidio agravado, Homicidio, Concierto
para
delinquir
• Proceso : 14617
• Publicada : Si
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HOMICIDIO/ DOSIMETRIA PENAL/ CONCURSO


En el caso del homicidio voluntario, donde la pena principal de prisión oscila entre
los veinticinco (25) y los cuarenta (40) años de prisión, vale decir, entre 300 y 480
meses, la presencia del estado de ira o del intenso dolor hacen fluctuar la sanción
restrictiva de la libertad entre la tercera parte del mínimo y la mitad del máximo, lo
que equivale a decir que entre 100 y 240 meses de prisión.

En esas condiciones, es manifiesto el yerro en que incurrió el Juez de primera


instancia, y que no enderezó el superior, cuando al aplicar el artículo 60 del
Código Penal calculó el mínimo de pena imponible, rebajando una tercera parte de
la pena mínima establecida en el artículo 29 de la Ley 40 de 1993, en lugar de
tomar como límite inferior la tercera parte de trescientos (300), según lo dejó
claramente expuesto el recurrente; lo que llevó a tomar como hito de dosificación
punitiva mínimo un lapso de doscientos (200) meses, cuando en realidad era de
cien (100).

De cara al artículo 26 del Código Penal, efectivamente se debe primero reducir en


la proporción indicada (una tercera parte por concepto de la ira) lo correspondiente
al "delito más grave", que en este caso es el homicidio, y a partir de esta
resultante de 100 meses hacer de nuevo la referida rebaja por confesión (otra
tercera parte), lo que daría 66 meses 20 días. Y como por el concurso con las
lesiones personales y el porte ilegal de armas de fuego de defensa personal se le
aumentaron 24 meses, con la tercera parte de rebaja por confesión quedan 16
meses de prisión.

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
• Fecha : 23/03/1999
• Decisión : Casa parcial en el sentido de condenar
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Pasto
• Procesado : DELGADO DAZA, HUGO
• Delitos : Lesiones personales, Porte ilegal de armas, Homicidio
• Proceso : 11109
• Publicada : Si
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24/03/1999

TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO/ SENTENCIA


ANTICIPADA
Tratándose de la sentencia anticipada prevista en el artículo 37 del Código de
Procedimiento Penal, solo procede su impugnación por el defensor o el procesado
cuando la inconformidad se contraiga a aspectos como la dosificación punitiva, la
condena de ejecución condicional y la extinción del dominio sobre los bienes (art.
37 B.4), como quiera que esta clase de fallos rogados, como ya lo ha sostenido la
jurisprudencia de la Sala están regidos por el principio de irrectractabilidad, según
el cual una vez que el procesado se allane libre, consciente y voluntariamente a los
cargos propuestos por la Fiscalía en la correspondiente diligencia no puede más
adelante, so pretexto de la ley, burlarla para desconocer lo que previamente ha
aceptado.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Auto Casación
• Fecha : 24/03/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Pasto
• Procesado : LEGARDA MALLAMA, CELIO ALVARO
• Delitos : Tentativa de homicidio
• Proceso : 14500
• Publicada : Si
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25/03/1999

LIBERTAD PROVISIONAL/ LIBERTAD CONDICIONAL/ HURTO


El legislador, previendo la posibilidad de que en cualquier estado del proceso el
sindicado descontara en detención preventiva un tiempo igual a la eventual pena
imponible o a la ya deducida en la sentencia condenatoria no ejecutoridada, o que
hubiera cumplido con los requisitos para otorgarle la libertad condicional,
estableció éstas circunstancias como causales de libertad provisional en el
numeral 2º del artículo 415 del Código de Procedimiento Penal.
La mención que hizo la Sala relativa a que el hurto calificado se encontraba
excluido del régimen del artículo 72 A del Código Penal, fue sólo para señalar la
razón que impedía considerar la solicitud a la luz de dicha norma y que hacía que
debiera resolverse con fundamento en la regulación de la libertad condicional
prevista por el artículo 72 del mismo estatuto.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Casación -Libertad- Reposición


• Fecha : 25/03/1999
• Decisión : No repone providencia mediante la cual la Sala no accedió
a
concederle la libertad
• Procesado : VARON REINOSO, ORLANDO
• Proceso : 15160
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION/ PERITO/ FALSO JUICIO DE


EXISTENCIA
La técnica de la casación enseña que las sentencias de segundo grado que tienen
acceso al recurso, pueden ser atacadas exclusivamente por las causales previstas
por la normatividad, cada una de las cuales tiene una forma propia de
demostración, lo que excluye en forma tajante la presentación de argumentos
ilimitados e incondicionados que sí tienen viabilidad en las instancias.

En lo que tiene que ver con las nulidades, es indispensable concretar la


irregularidad y demostrar cómo ella afecta garantías de los sujetos procesales o
desconoce las bases fundamentales de la instrucción o el juzgamiento.

En cuanto a la exigencia de que en proceso obre un peritaje para determinar si el


procesado actuó en estado de ira, la misma se ofrece del todo improcedente, pues
tal estado emocional atenuante (art.60 C.P.) compete determinarlo exclusivamente
al juzgador, según lo que al respecto arroje la realidad procesal, a diferencia del
tema de la inimputabilidad (art.31 id.), donde el referido peritaje sí constituye guía
esencial para que, en últimas, dicho juzgador decida al respecto.

El falso juicio de existencia por omisión adquiere importancia, para los efectos del
recurso de casación, cuando el elemento de convicción que ha sido ignorado posee
la capacidad de probar circunstancias que eliminan, disminuyen o modifican la
decisión de condena. Por tanto, no cualquier omisión en materia de consideración
probatoria tiene la cualidad de configurar el error de hecho que se comenta. De ahí
que sea una exigencia para quien recurre, abordar la demostración de la incidencia
que el yerro produjo en el fallo impugnado.

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
• Fecha : 25/03/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cundinamarca
• Procesado : SOLORZANO MORENO, LUIS AURELIO
• Delitos : Lesiones personales, Porte de armas de defensa personal,
Homicidio
• Proceso : 10531
• Publicada : Si
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EXTRADICION
Los hechos que motivan la demanda de extradición del señor (...) por parte del
Gobierno de su país, mencionan su pertenencia a una organización criminal
dedicada a la "exportación de ingentes cantidades de sustancias estupefacientes
de tipo cocaína, destinada al mercado nacional {de Italia} y más precisamente al
de Puglia", señalando que la actividad de (...) era desarrollar una actividad
constante y continua de mediación para la exportación del alcaloide, todo lo cual
sería en Colombia constitutivo del delito que consagra el artículo 8° de la Ley 365
de 1997, inciso 3°, que subrogó el artículo 44 de la Ley 30 de 1986, por mandato
expreso del artículo 26 y que señala:

"Concierto para Delinquir. Cuando varias personas se concierten con el fin de


cometer delitos, cada una de ellas será penada, por ese solo hecho, con prisión de
tres (3) a seis (6) años.

" (...)

"Cuando el concierto sea para cometer delitos de terrorismo, narcotráfico,


secuestro extorsivo, extorsión o para conformar escuadrones de la muerte, grupos
de justicia privada o bandas de sicarios la pena será de prisión de diez (10) a
quince (15) años y multa de dos mil (2.000) hasta cincuenta mil (50.000)salarios
mínimos legales mensuales.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Extradición
• Fecha : 25/03/1999
• Decisión : Conceptúa favorablemente
• Procedencia : Gobierno
• Ciudad : Italia
• Procesado : BENESTANTE, ANTONIO
• Procesado : ANTONIO, BENESTANTE
• Proceso : 13786
• Publicada : Si
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VINCULACION AL PROCESO PENAL/ MINISTERIO PUBLICO


La comparecencia del imputado al proceso penal, al convertirse en uno de los
ideales de un Estado de derecho garantista que actúa sub lege -sometido a las
leyes- y per leges -mediante leyes generales y abstractas-, supone que cuando
aquél deja de aprovechar la oportunidad de ser vinculado mediante el acto
procesal conocido como diligencia de indagatoria o injurada, pueda cumplirse la
relación Estado-sujeto mediante un mecanismo denominado en nuestro medio
como la declaratoria de persona ausente, que deja a salvo la defensa del imputado
contumaz a través del nombramiento de un defensor letrado quien deberá realizar
la concreción de tan fundamental derecho.

De esta manera, la actividad judicial a nombre del Estado debe consolidar


simultáneamente la tarea de juzgamiento y la cabal protección de las garantías
constitucionalmente reconocidas a los sujetos, de tal suerte que las diversas
contingencias o particularidades que ofrezca el caso no pierdan de vista el patrón
fundante del Estado de derecho.

Así pues, tanto la indagatoria como la declaración de persona ausente constituyen


los medios de los cuales se vale el Estado jurisdicción para vincular al imputado al
proceso penal, según el artículo 385 del C.P.P., actuaciones que lo mismo hacen
posible la toma de la primera decisión con consecuencias importantes para este
sujeto procesal, como es la definición de su situación jurídica.

La vinculación del sindicado mediante una cualquiera de estas formas según lo


previene la ley, se convierte en presupuesto de validez de ulteriores actos
procesales los cuales irán surgiendo de conformidad con las pautas establecidas
en procura de un debido proceso amalgamado de las formas propias del juicio
-artículo 29 de la Constitución-, sin que, a guisa de ejemplo, por aparecer a
posteriori la posibilidad de realizar la indagatoria cuando ya ha sido definida la
situación jurídica del imputado declarado persona ausente, esto implique el
retroceso del trámite o la aplicación de efectos concebidos para una situación ya
superada según las previsiones legales.

De allí que una interpretación teleológica de los artículos 386 y 387 del C.P.P.
permita concluir que los términos diseñados para recibir la injurada al capturado
suponen su presencia física y no la ficta resultante de la declaratoria de persona
ausente del trámite procesal.

Es que las expresiones "tres días siguientes a aquel en que el capturado haya sido
puesto a disposición del fiscal" -artículo 386 del C.P.P.- y "Cuando la persona se
encuentre privada de la libertad, rendida la indagatoria o vencido el término
anterior, el funcionario judicial deberá definir la situación jurídica por resolución
interlocutoria, a más tardar, dentro de los cinco días siguientes…" -artículo 387
ejusdem-, no permiten otro entendimiento. Sana y lógica interpretación que
además descubre la capacidad de esta diligencia para generar un doble efecto: de
un lado, sirve como medio eficaz para vincular al imputado como sujeto procesal, y
del otro, se erige como medio de defensa y aún de prueba susceptible de ser
arrimado en cualquier etapa del proceso -instrucción o juzgamiento- siempre que
su diligenciamiento o adecuada incorporación al acervo probatorio se haga dentro
de la oportunidad propicia para practicar pruebas, carácter este que se pondría en
duda si su validez estuviera condicionada a ser recibida únicamente en la etapa
sumarial no empece la contumacia del imputado.

La intervención potestativa del Ministerio Público en el proceso penal, sin duda, es


una de las significativas variantes contenidas en la Constitución de 1991 (artículo
277-7) en relación con este organismo de control, en el sentido de que sus
agentes, de acuerdo con la importancia y trascendencia de los actos que al interior
de los procesos se ventilen, determinan su intervención en procura del orden
jurídico, el patrimonio público y las garantías fundamentales.

Así pues, se trata de una consideración puramente subjetiva la que hace que los
agentes del Ministerio Público, previo análisis de la cuestión, determinen cuándo
en un proceso es vital entrar en defensa de uno o de varios de los intereses
superiores que justifican su intervención.

El ejercicio de esta discrecionalidad reglada depende de la clase de procesos en


que debe intervenir y de la actitud que frente a ellos puede guardar el agente del
Ministerio Público según las distintas fases del trámite, lo que pone de presente
cómo una vez notificado de la apertura de una investigación, dicho funcionario no
está fatalmente obligado, por ejemplo, a intervenir en la práctica de las pruebas o
a ejecutar sin alternativa un estricto seguimiento a todas las actuaciones
judiciales.

Como su nombre lo indica, el proceso está formado por distintas etapas que en una
congruente secuencia permite el desenvolvimiento de la acción penal hasta el
momento culminante de la sentencia, en cuyo ejercicio los funcionarios judiciales,
con la debida observancia de las garantías debidas a todos los sujetos que en él
intervienen, procuran mediante el método reconstructivo el establecimiento de la
verdad acerca del hecho histórico que se reputa delictuoso, sin que en cada una de
las fases del diligenciamiento deban festinar el grado de conocimiento que el
material probatorio les pueda forjar hasta ese momento pues, tratándose de la
etapa de la causa, el examen de conjunto del material probatorio y por
consiguiente la declaración de certeza o de duda está deferida a la sentencia.

El principio de investigación integral muchas veces impone la actividad probatoria


en los distintos períodos dispuestos para ello no obstante haber adquirido ya el
funcionario judicial virtual certeza sobre la existencia de los hechos investigados y
de la responsabilidad del procesado, por lo que resulta equivocado suponer que si
en el juicio el juez ordena pruebas es porque aún no tiene certeza acerca de lo que
es materia de juzgamiento.

Magistrado Ponente Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
• Fecha : 25/03/1999
• Decisión : No Casa, declara de oficio la prescripción por un delito,
fija
pena
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : MEJIA HERNANDEZ, BLADIMIR
• Procesado : GARCIA MORALES, ARNULFO ALIRIO
• Delitos : Porte ilegal de armas, Homicidio
• Proceso : 11032
• Publicada : Si
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SECUESTRO/ CONSULTA
Es verdad que con anterioridad a la vigencia del Decreto 2790 de 1990, existió una
legislación paralela, con relación a varios punibles como el homicidio, las lesiones
personales, el concierto para delinquir, la tortura, la extorsión y el secuestro, entre
otros: la ordinaria y la excepcional, siendo aplicable ésta en aquellos eventos en
que se actuaba con fines terroristas, o de perturbar el orden público o, en general,
desestabilizadores de las instituciones democráticas; y la segunda, cuando no
estaban presentes tales propósitos.

En lo concerniente al delito de secuestro, los artículos 22 y 23 del Decreto 180 de


1988 establecían lo siguiente:

"ART: 22. SECUESTRO. El que arrebate, sustraiga, retenga u oculte a una


persona, incurrirá en prisión de quince (15) a veinte (20) años y multa de cien
(100) a doscientos (200) salarios mínimos mensuales.

"ART: 23. CIRCUNSTANCIAS DE AGRAVACIÓN PUNITIVA. Las penas señaladas


en el artículo anterior, se aumentarán en una tercera (1/3) parte si concurriere
alguna de las siguientes circunstancias:

a. Si el delito se cometiere en persona de inválido, enfermo, menor de dieciséis


(16) años, mayor se sesenta (60) años o mujer embarazada.

b. Si se somete a la víctima a tortura durante el tiempo que permanezca


secuestrada.

c. Si la privación de la libertad del secuestrado se prolongare por más de diez (10)


días.

d. Si se comete en ascendiente, descendiente, adoptante o adoptivo, hermano o


hermana, cónyuge o afín en línea directa en primer grado.
e. Si se comete en persona que sea o hubiere sido empleado oficial y por razón de
sus funciones.
f. Cuando se exija por la libertad del secuestrado un provecho o cualquier utilidad.

g. Cuando se presione la obtención de lo exigido con amenazas de muerte o lesión


del secuestrado, o con ejecución de acto que implique peligro común, grave
perjuicio de la comunidad o de la salud pública.

h. Cuando se cometa para hacer u omitir algo o con fines publicitarios de carácter
político.".

Y los artículos 268 y 270 (antes de entrar a regir el Decreto 2790):

"Art. 268. Secuestro extorsivo. El que arrebate, sustraiga, retenga u oculte a


una persona con el propósito de exigir por su libertad un provecho o cualquier
utilidad, o para que se haga u omita algo o con fines publicitarios de carácter
político, incurrirá en prisión de seis (6) a quince (15) años.

"Art. 270. Circunstancias de agravación punitiva. La pena señalada en los


artículos anteriores se aumentará hasta en la mitad, si concurriere alguna de las
siguientes circunstancias:

1ª Si el delito se comete en persona de inválido, enfermo, menor de dieciséis años,


mayor de sesenta o en mujer embarazada

2ª Si se somete a la víctima a tortura física o moral durante el tiempo que


permanezca secuestrada.

3ª Si la privación de libertad del secuestrado se prolongare por más de treinta días.

4ª Si se comete en ascendiente, descendiente, adoptante o adoptivo, hermano o


hermana, cónyuge o a fin en línea directa en primer grado.

5ª Si se comete en persona que sea o hubiere sido empleado oficial o por razón de
sus funciones.

6ª Cuando se presione la obtención de lo exigido con amenazas de muerte o lesión


del secuestrado o con ejecutar acto que implique peligro común, grave perjuicio de
la comunidad o la salud pública.".

No obstante, ese paralelismo fue superado por el citado Decreto 2790/90, que
entró a regir el 16 de enero de 1991, en cuyo artículo 6° se estatuyó:

"ARTÍCULO 6°. Siempre que el delito de secuestro se dirija contra persona que
ocupe alguno de los cargos mencionados en el numeral 1° del artículo 2° del
Decreto 474 de 1988 o en funcionario de la Rama Jurisdiccional, Registrador
Nacional del Estado Civil, Miembro del Consejo Electoral, Delegado del Consejo
Nacional Electoral o el Registrador, Registrador Departamental, o Municipal del
Estado Civil, Agente del Ministerio Público, Agente Diplomático o Consultar al
servicio de la Nación o acreditado ante ella, Comandante General o miembro de las
Fuerzas Armadas, de la Policía Nacional o de los Cuerpos de Seguridad,
Subdirector Nacional de Orden Público, Director Seccional de Orden Público,
Miembro de la Asamblea nacional Constitucional, Miembro principal o suplente de
las Asambleas Departamentales, funcionario elegido por Corporación de elección
popular, Cardenal, Primado, Arzobispo, Nuncio y Obispo; o se ejecute con fines
terroristas; u obedezca a los propósitos descritos en el artículo 1° del Decreto 1631
de 1987 o persiga los objetivos enunciados en el artículo 268 del Código Penal, se
sancionará con prisión de veinte (20) a veinticinco (25) años y multa de un mil a
dos mil salarios mínimos legales mensuales…"(Subrayas extrañas al texto).

Vistas así las cosas, en la resolución de acusación se consideró, erradamente, que


la conducta del procesado, en lo atinente al punible de secuestro, se adecuaba a lo
establecido en el artículo 22 del Decreto 180 de 1988, que contemplaba como
pena principal la de 15 a 20 años de prisión y multa de 100 a 200 salarios mínimos
mensuales, con las agravantes contenidas en los literales ‘C’, ‘F’, y ‘G’ del artículo
23, ibidem. Sin embargo, si se tiene en cuenta que el multicitado Decreto 2790
entró a regir el 16 de enero de 1991 y que el secuestro se cometió entre el 12 de
diciembre de 1991 y el 11 de febrero de 1992 y que el fin perseguido por los
plagiarios era el de obtener provecho económico, se tendrá que concluir que la
preceptiva aplicable no era el decreto 180 de 1988 (de lo que se percataron las
instancias, pero sin que hubieran corregido el desacierto, por razones de
favorabilidad y en garantía del derecho de defensa, según lo argumentaron), ni
tampoco los artículos 268 y 270, antes de la vigencia del Decreto 2790 de 1990,
sino tales preceptos pero con la modificación introducida por este Decreto, en
cuyo artículo 6°, de manera clara se dijo: "siempre que el delito de secuestro ….
persiga los objetivos enunciados en el artículo 268 del Código Penal, se sancionará
con prisión de 20 a 25 años y multa de un mil a dos mil salarios mínimos legales
mensuales".

Por otra parte, si se lee el artículo 268, transcrito, se verá que uno de los objetivos
es el "de exigir por su libertad un provecho o cualquier utilidad …".

En consecuencia, las normas que subsumian la conducta desarrollada por el


procesado (...) eran los artículos 268 y 270 del Código Penal, pero con la
modificación introducida por el artículo 6° del Decreto 2790 de 1990, sin que le
asista razón al recurrente cuando asevera que esta última preceptiva sólo era
aplicable cuando la finalidad era terrorista, o cuando la acción se dirigía contra
determinados sujetos pasivos calificados, o cuando se afectaba la estabilidad
social y el orden jurídico, pues basta leer el artículo 6°, transcrito, para percatarse
que se aplicaba no sólo cuando el secuestro se cometía con esos fines o contra
determinadas personas, sino con el simple y exclusivo propósito de obtener un
provecho o cualquier utilidad.

No comparte la Sala tal criterio, pues de manera pacífica y constante ha sostenido


que la consulta es un grado de la competencia funcional que, al tenor del artículo
217 del C. de P.P, permite al superior decidir sin limitación alguna sobre la
providencia o la parte pertinente de ella. Es un mecanismo imperativo de revisión
de la legalidad de ciertas decisiones adoptadas por el inferior, distinto de la
apelación, establecido por motivos de interés público, que se surte por ministerio y
en los casos expresamente previstos en la ley, sin que la extensión de ese control
quede a discreción de los sujetos procesales, de modo que la competencia del juez
no depende de si una sola o ambas partes apelaron, ya que con apelación o sin
ella tiene la facultad de revisar de manera ilimitada y en todos sus aspectos el
proveído que se somete a su conocimiento y agravar la situación del procesado,
así sea apelante único*.

Si se aceptara que con la apelación única, cuando se trata de providencias


consultables, el superior no puede reformar peyorativamente la decisión, se estaría
negando el instituto y el control obligatorio que a través de él y en beneficio del
Estado de derecho y del interés público se quiso establecer, pues bastaría que el
procesado apelara para que no operara, pues en tal caso sólo se podrían revisar
los aspectos impugnados.

_________________________________
*.- Véanse, entre otras, casación. 10.101 octubre 22/97, M. P. Dr. RICARDO CALVETE RANGEL; casación
10.111 abril/98, M.P. Dr. CARLOS A. GÁLVEZ ARGOTE; casación 13419 octubre/98, M.P. Dr. FERNANDO E.
ARBOLEDA RIPOLL; casación 10.168 febrero /99, M. P. Dr. CARLOS E. MEJÍA ESCOBAR)

Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
• Fecha : 25/03/1999
• Decisión : Desestima la demanda, casa parcial y de oficio, fija pena
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : MATAGIRA OCHOA, MARIO
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Secuestro
• Proceso : 12683
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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COMPETENCIA A PREVENCION
Por regla general el juez del lugar donde se realiza el hecho debe conocer del
proceso. Pero este principio vinculado al factor territorial sufre excepciones en el
caso de la competencia a prevención, ya porque el lugar es incierto, o ha ocurrido
en varios sitios, o la conducta se ha ejecutado en el extranjero, o se trata de delitos
conexos, pues en esos eventos la competencia se determina conforme reza el
artículo 80 del Código de Procedimiento Penal, esto es, que conocerá el juez de
donde primero se haya presentado la denuncia o se hubiere proferido resolución
de apertura de investigación, siempre que también lo sea por la naturaleza misma
del hecho punible. De haberse iniciado simultáneamente en varios sitios
investigación penal, la competencia estará determinada en su orden por el lugar
donde fuere aprehendido el imputado y de ser varios los capturados, donde
primero se llevó a cabo la primera aprehensión.

Como se ha señalado, la incertidumbre en cuanto al lugar de la comisión del hecho


punible es una de las hipótesis en que la competencia debe atribuirse a
prevención, pero no es cierto que constituya la única eventualidad en la que se
puede proceder de esa manera, como lo sostiene el colisionante, pues a ella
también se debe acudir aún teniéndose certeza del lugar, cuando la realización de
la conducta típica ocurre por ejemplo en el extranjero, o porque los delitos son
conexos.

Magistrado Ponente Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Auto Colisión de Competencias


• Fecha : 25/03/1999
• Decisión : Declara competencia al Tribunal S. de Santa Marta
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : DAVILA BURITICA, RAFAEL
• Procesado : MARTINEZ HERNANDEZ, JORGE MANUEL
• Procesado : RADA FONTALVO, EFRAIN
• Proceso : 15457
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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PROCESO PENAL/ APELACION


El proceso penal, en esencia, es un escenario de controversia. A través de él el
Estado ejercita su derecho de investigar, juzgar y penar las conductas prohibidas
por el ordenamiento jurídico. Esa actividad, sin embargo, en virtud del principio de
legalidad, no puede desarrollarse de manera arbitraria. La ley establece las reglas
de su adelantamiento y a ellas debe sujetarse la actividad del Fiscal, del Juez y de
las partes. Es la manera de ordenar el debate procesal, el cual, adicionalmente,
debe encontrarse permanentemente ceñido a los principios impuestos por la
Constitución Nacional, como condición de validez de los actos del proceso. El
derecho del sindicado a la defensa durante toda la actuación judicial y como
expresiones de éste los de contradicción e impugnación, hacen parte de esas
garantías, que de no cumplirse tornan el proceso en inconstitucional, debiendo
acudirse al mecanismo jurídico de la nulidad como forma de saneamiento de la
conculcación.

La Constitución Política, aunque le permitió excepcionar al legislador, consagró en


el artículo 31 el principio de la doble instancia frente a las sentencias judiciales,
bien por vía de apelación o de consulta. El artículo 29, por su parte, estableció
como derecho fundamental procesal del sindicado el de impugnar la sentencia
condenatoria, el cual naturalmente opera, salvo las excepciones legales (procesos
de única instancia), frente a los fallos que por disposición de la ley deban
consultarse. La posibilidad de acceso a la segunda instancia, sin embargo, está
condicionada por la ley. El recurso, en primer lugar, debe ser interpuesto
oportunamente y, en segundo, ser sustentado por escrito ante la primera instancia
o en forma oral ante el superior jerárquico.

La fundamentación de la apelación, por el aspecto indicado, es ya un acto


trascendental. No le basta al recurrente afirmar una inconformidad general frente
a la providencia que recurre, sino que le es imperativo concretar aquello de lo que
disiente presentando los argumentos de hecho y de derecho que lo conducen a
cuestionar la determinación impugnada. Sustentar indebidamente, en
consecuencia, es como no hacerlo, y la consecuencia de la omisión es que el
recurso se declara desierto.

Es claro, entonces, de acuerdo a lo anterior, que la sustentación de la apelación es


una carga del impugnante, que se constituye en un acto condición para acceder a
la segunda instancia. Pero cumplido el requisito, dicha fundamentación –en tanto
identifica la pretensión del recurrente— adquiere la característica de convertirse en
límite de la competencia del superior, en consideración a que sólo se le permite
revisar los aspectos impugnados, de acuerdo a como lo dispone el artículo 217 del
Código de Procedimiento Penal. La sustentación, en otras palabras, fija el radio de
acción del funcionario de segunda instancia y es limitativa de su actividad.

Si los fundamentos de la impugnación establecen el objeto de pronunciamiento del


funcionario de segundo grado y ellos están referidos a discutir los términos y
conclusiones de la decisión de primera instancia, es clara la relación de necesidad
existente entre la providencia impugnada, la sustentación de la apelación y la
decisión del Juez de segunda instancia. Providencia impugnada y recurso,
entonces, forman una tensión, que es la que debe resolver el superior. Se trata de
una de las manifestaciones más decantadas del principio de contradicción o
controversia que rige el proceso penal y que explica el deber legal que tiene el
Juez de integrar a la estructura del fallo el resumen de los alegatos presentados
por las partes y el de analizarlos, de acuerdo a como se encuentra previsto en los
numerales 3º y 4º del artículo 180 del Código de Procedimiento Penal.

Si el derecho de contradicción hace parte del derecho de defensa y los dos son
elementos que estructuran la garantía del debido proceso constitucional, no oír a
las partes constituye una irregularidad insubsanable, un acto de despotismo
jurisdiccional que socava la esencia controversial del proceso penal y que por lo
mismo no se puede tolerar.

Si el sujeto procesal tiene la carga de sustentar, se logra el equilibrio con la


imposición al Estado de escucharlo, analizar lo que dice y ofrecerle una respuesta
motivada. La técnica de la casación, por otro lado, no se explica sino en
concordancia con estas exigencias. Una sentencia inmotivada dificulta hasta hacer
imposible, la crítica clara y la impugnación precisa de sus premisas o sus
conclusiones. Los falladores deben comprometerse con el contenido del proceso
para que sus análisis puedan luego ser debatidos en el recurso extraordinario dado
que este demanda atacar sus fundamentos y demostrar la inconsistencia de los
juicios de valor allí formulados.

La sentencia implica un juicio sobre los hechos y sobre el derecho. Pero la fijación
de los hechos implica una tarea que está más allá de su consideración histórica
dada la circunstancia de que a ellos se llega a través de los medios de prueba y
que sobre éstos han de hacerse juicios de apreciación o valoración jurídicos
(guiados por normas de experiencia, ciencia o lógica, o reglas que les asignan o
niegan un determinado valor) o juicios de legalidad o validez. La fundamentación
apunta precisamente a que el documento en que se recoge el acto de jurisdicción,
o sea la sentencia, comprenda ambas clases de juicios de modo que de la manera
más explícita posible sea asertiva, afirmativa y que no hipotetice. De ahí que
cuando la sentencia no es expresa o terminante, o se manifiesta de manera
ambigua o contradictoria, o se estructura de manera simplemente enunciativa con
referencia a los actos de prueba y prescindiendo del thema probandi, se constituye
en acto procesal defectuoso, vicio de actividad éste imposible de subsanar en la
dinámica de las instancias, como tampoco susceptible de remedio en casación a
través de su reemplazo, dado que con ello el superior terminaría trastocando la
estructura del proceso por instancias o grados.
Magistrado Ponente Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
• Fecha : 25/03/1999
• Decisión : Casa, decreta nulidad
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : VICTORIA TRUJILLO, CARLOS ALBERTO
• Delitos : Estafa, Falsedad en documento privado, Tentativa de estafa
• Proceso : 11279
• Publicada : Si
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06/04/1999

CASACION DISCRECIONAL
La Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, en pronunciamientos
reiterados ha señalado los requisitos que debe cumplir el escrito con el que se
pretende la concesión del recurso extraordinario de casación por la vía
excepcional. Tales son:

1. Que se trate de un fallo de segunda instancia, el cual si fue proferido por el


Tribunal debe ser por delito que tenga pena privativa de la libertad inferior a 6
años; o no privativa de la libertad; y si lo fue por el Circuito, basta esa
circunstancia, sin que sea necesario ningún otro requisito, es decir, no importa ni el
quantum punitivo ni la clase de pena.

2. Que se interponga por escrito dentro de los 15 días siguientes a la última


notificación de la sentencia de segunda instancia (art.223 del C. de P.P.).

3. Que exista legitimación para recurrir, esto es, que sólo puede ser interpuesto
por el procesado, su defensor, el Procurador o su Delegado (art.218, ibidem,
subrogado por la Ley 81 de 1993, art. 35).

4. Que se sustente en debida forma, a saber, que se precisen los motivos para que
se acepte, que no pueden ser otros que el desarrollo de la jurisprudencia, o las
razones para considerar que se han vulnerado los derechos fundamentales
(art.218 inciso 3° del C.P.P.).

Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Casación Discrecional
• Fecha : 06/04/1999
• Decisión : No concede el recurso de casación discrecional
• Procedencia : Juzgado 6 Penal del Circuito
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : IGLESIAS MARTINEZ, MANUEL ANTONIO
• Delitos : Inasistencia alimentaria
• Proceso : 15504
• Publicada : Si
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07/04/1999
PREVARICATO/ HABEAS CORPUS
Es una estrategia inocua que los recurrentes pretendan que la Corte les acepte el
distractor de que el acusado interpretó correctamente el artículo 328 del estatuto
procesal, cuando lo claro es que no tenía porque meterse en ese campo, pues lo
que estaba resolviendo no era un control de legalidad ni una petición de nulidad, ni
mucho menos haciéndole segunda instancia a la detención preventiva.

El texto de la norma que regula el hábeas corpus es preciso y excluyente, en


cuanto a que las peticiones de libertad de quien se encuentra legalmente detenido
deben hacerse al interior del proceso.

El tipo de prevaricato no exige que el autor obre con una especial finalidad, ni que
se pruebe el móvil, sino que es suficiente que la decisión sea manifiestamente
contraria a la ley, independientemente de lo que la hubiere motivado, o del interés
perseguido con ello. En consecuencia la alegación sobre no haber recibido
remuneración alguna por dicho acto, y carecer de motivo para obrar como lo hizo,
no es trascendente.

Magistrado Ponente Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Sentencia Segunda Instancia


• Fecha : 07/04/1999
• Decisión : Confirma sentencia condenatoria
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Buga
• Procesado : ECHEVERRY MOLINA, MARIO GERMAN
• Delitos : Prevaricato por acción
• Proceso : 13994
• Publicada : Si
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FALSO JUICIO DE IDENTIDAD


La objeción -tratándose de falsos juicios de identidad- como los que atribuye
el censor en este caso a la sentencia, exige la precisión de los errores cometidos
por el fallador de las instancias, la demostración de esos errores mediante el cotejo
del contenido de la prueba según fue asumido en el fallo con el de las actas o
textos que expresan la prueba, la correlación de ésta que ha sido objeto de ese
error con las demás pruebas que sirven de apoyo a la sentencia, sumado todo ello
a la demostración de la incidencia del error en el sentido y alcance del fallo.

Claro es entonces, que no puede el demandante -hacerlo no solo resulta inútil sino
incoherente-, mediante el socorrido expediente de ignorar o seccionar el cúmulo
probatorio que soporta la sentencia, criticar conforme a su parcial interés una o
algunas de las pruebas que conforman ese conjunto probacional que ha sido
sometido cuidadosa y lealmente a la crítica racional por el fallador, para
desarticular las conclusiones determinantes de su decisión, mientras el restante
material que mantiene el compromiso penal permanece incólume.

Magistrado Ponente Dr. DIDIMO PAEZ VELANDIA

Sentencia Casación
• Fecha : 07/04/1999
• Decisión : Desestima la demanda, casa parcial y de oficio en cuanto
a
la pena accesoria
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Procesado : GIRALDO CANDAMIL, JOSE HERNANDO
• Procesado : PEÑA, CARLOS HUMBERTO
• Delitos : Homicidio agravado
• Proceso : 9795
• Publicada : Si
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CONCILIACION/ NULIDAD
Como quiera que la posibilidad de conciliación en procesos por delitos de
homicidio y lesiones personales culposos, sin las agravantes de los artículos 330 y
341 del Código Penal, apenas fue introducida por la ley 81 de 1993, dado que el
texto original del artículo 38 del C. de P. P. estaba circunscrito a los hechos punibles
que admitían el desistimiento, fácilmente podría alegarse la inaplicación del
postulado de la favorabilidad si se hubiese negado la diligencia con el pretexto de
que ya el proceso estaba en curso. En este aspecto, la argumentación de la
Procuraduría cubre de buenas razones la improcedencia de la nulidad por la falta
de convocatoria de oficio, pues, como se dijo atinadamente, libre quedaba la
oportunidad para que las partes, "en cualquier tiempo", hicieran uso de ese
mecanismo de terminación anticipada del proceso.

En un evento de apreciación más favorable a los derechos de los sujetos


procesales, la pauta no la marca el origen de la diligencia de conciliación (iniciativa
del funcionario judicial o de las partes) o los resultados de la misma, sino el
respeto de la oportunidad de realizarla para optar así a la finalización prematura
del proceso hasta antes de que se consume la audiencia de juzgamiento, como
juicio ex ante y no a posteriori, en vista de que la eficacia en la preservación de
tales derechos depende más de la predeterminación limpia de los medios para
lograrlo que de los resultados de la gestión.

En fin, como se trata de una discusión que ya encaró la Sala en la sentencia de


casación del 29 de julio de 1998, con ponencia de quien ahora cumple el mismo
rol, basta ahora transcribir lo pertinente:

"NULIDAD POR AUSENCIA DE CONCILIACIÓN. Se recuerda que los hechos


investigados en este proceso ocurrieron el 30 de junio de 1992, último día de
vigencia del Código de Procedimiento Penal del año de 1987 (Decreto 050) y
del Decreto número 1861 de 1989, que modificó el Estatuto Procesal de
entonces, ordenamientos de cuya letra e interpretación surgen las siguientes
precisiones:

"La conciliación en materia penal, como equivalente jurisdiccional y método


alternativo de resolución de conflictos por vía distinta a la penal, fue
establecida la primera vez por el artículo 2° del Decreto 1861 de 1989,
vigente desde el 18 de agosto del mismo año, norma que adicionó el artículo
31 bis en el Código de Procedimiento Penal de entonces, por medio del cual
creó la figura con proyección en la etapa de la "indagación preliminar" o
durante "el proceso penal", operable de oficio o a solicitud de los
interesados, pero circunscrita a los delitos que admitieran desistimiento de
la acción penal.

"A su vez el artículo 31 del Decreto 050 de 1987, que había sido declarado
inexequible en la sentencia del 13 de agosto del mismo año, fue reconstruido
en su texto por el artículo 1° del Decreto 1861/89, a cuyo tenor en los
procesos por los delitos de homicidio y lesiones personales culposos, sin
circunstancias de agravación específicas, y por injustos contra el patrimonio
económico, salvo el hurto calificado y la extorsión, era admisible el
desistimiento del perjudicado o los sucesores, siempre que se produjera una
indemnización integral que consecuentemente daba lugar a la cesación de
procedimiento.

"Actualmente, el artículo 38 del Decreto 2700 de 1991, en su texto


modificado por el artículo 6° de la Ley 81 de 1993, prevé en primer lugar la
iniciativa del imputado o procesado y/o los titulares de la acción civil para
solicitar audiencia de conciliación en los procesos por delitos que admitan
desistimiento y en los casos previstos en el artículo 39 del mismo Código (el
homicidio culposo, entre ellos). En segundo orden, se establece que en
todos los casos el funcionario judicial llamará a audiencia de conciliación,
"cuando no se hubiere hecho solicitud", convocatoria que sólo puede hacerse
al momento de abrir la investigación.

"Ha de notarse que tanto en la legislación vigente al momento de los hechos,


como en la que ahora rige, la audiencia de conciliación se hace depender
alternativamente de la actividad oficiosa del funcionario judicial o de la
iniciativa de las partes, aunque en la normatividad actual es aún más
limitada la posibilidad de aquél, supuesto que se circunscribe a un momento
procesal preciso (apertura de instrucción) y está supeditada a que no se
haya elevado petición en ese sentido (subsidiariedad).

"Estas restricciones obedecen a que la intervención mediadora del


funcionario judicial debe ser fundamentalmente rogada, supuesto que la
señal inequívoca de la conciliación es que la solución del conflicto se ha
devuelto por el Estado a las partes, con el fin de que las personas puedan
participar más activamente en las decisiones que los afectan (Const. Pol.,
art. 2°).

"De esta manera, si se atiende el texto del artículo 2° del Decreto 1861/89,
vigente para la época de los hechos, la conclusión es que si bien no hubo
una convocatoria de oficio a la audiencia de conciliación, tampoco el
procesado u otro interesado la solicitó, a pesar del tiempo considerable del
que dispusieron, razón por la cual no resulta coherente ni justificado que
ahora en favor del primero se alegue su propia culpa.

"Ahora bien, si se invoca la aplicación del artículo 6° de la Ley 81/93, fácil es


verificar que para este caso ya había precluido la oportunidad para una
actuación de oficio por parte del funcionario judicial, ocasión que se limita a
la apertura de instrucción. Se dirá que el proceso en cuestión ya estaba en
curso y sería necesario hacer realidad el principio de igualdad, frente a la
evidencia de que en las actuaciones que apenas se inician los procesados
cuentan con el privilegio de lograr una terminación beneficiosa a sus
intereses (preclusión de instrucción o cesación de procedimiento), pero
ocurre que el mismo ámbito de elección se conservaba para el acusado en
este asunto, desde luego por iniciativa propia, porque la justificada falta de
convocatoria de oficio del funcionario judicial no obstaculizaba su
proposición libre por las partes.

"Si en gracia de discusión se viera una anómala omisión de la judicatura, es


necesario relievar que, con sensible razón y marcado ánimo de darle
funcionalidad al sistema, se han introducido en el Estatuto Procesal Penal las
reglas que atemperan el rigor del enunciado de las irregularidades
constitutivas de nulidad, conforme con las cuales no puede hacer la
invocación de invalidez el sujeto procesal que haya contribuido con su
conducta a la ejecución (o inejecución) del acto irregular (principio de
protección); y que además los actos irregulares pueden convalidarse por el
consentimiento del perjudicado (C. P. P., art. 308, numerales 3 y 4).

"De modo que, como lo advierte el Procurador Delegado, si era tal la


preocupación por la audiencia de conciliación, por qué razón el procesado o
su defensor no hicieron uso de la facultad de pedirla que siempre estuvo
vigente hasta antes de que culminara la audiencia pública de juzgamiento, y
que jamás fue interferida por lo que hicieron o dejaron de hacer los
funcionarios judiciales intervinientes en el proceso. En segundo lugar, si la
inmarcesible y clara posición del procesado y la defensa técnica fue discutir
y negar la responsabilidad del primero, aún en el escrito de sustentación del
recurso de apelación interpuesto contra la sentencia de primer grado, quiere
decir que siempre asintieron esa eventual omisión de convocatoria de oficio
a la conciliación que le incumbía al funcionario judicial, de acuerdo con el
artículo 31 bis del Código de Procedimiento Penal de 1987.

"A propósito de la oportunidad para pedir la conciliación, que menospreció


interesadamente el procesado, tratando de obtener una declaratoria de no
culpabilidad por la vía normal del proceso judicial, la Sala aprovecha para
precisar que la petición de audiencia de conciliación puede introducirse
hasta antes de que termine la audiencia de juzgamiento. Pues bien, como la
conciliación está prevista dentro del capítulo destinado a la acción penal,
como mecanismo de terminación anticipada del proceso, fácilmente se
advierte que dicho objetivo sólo es viable si se intenta antes de que finalice
la audiencia de juzgamiento, única manera de armonizar la disponibilidad de
las partes, como forma de participación en las decisiones que los afectan, y
el carácter público y permanente de la función de administrar justicia que
incumbe al Estado (Const. Pol., arts. 2° y 228).

"Además de la naturaleza jurídico-procesal de la conciliación, el modo como


se exterioriza en el proceso también justifica el límite señalado. En efecto, el
artículo 38 del C. de P. P. prevé que la conciliación debe procurarse por
medio de "audiencia", expresión cuyo uso corriente se refiere al acto en el
cual se escucha a los interesados antes de cualquier decisión con vocación
definitiva".

Magistrado Ponente Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
• Fecha : 07/04/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : PARRA RIVERA, JOSE GUSTAVO
• Delitos : Lesiones personales culposas, Homicidio culposo
• Proceso : 11147
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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PECULADO-Retención en la fuente
A través de la ley 38 del 30 de diciembre 1969 el Congreso de la República dictó
normas sobre retención en la fuente y anticipo del impuesto sobre la renta y
complementarios, y señaló algunas sanciones. Entre éstas, la prevista en el
artículo 10º, del siguiente tenor:

"Los retenedores que no consignen las sumas retenidas dentro del plazo
establecido en el artículo 4º de esta ley, quedan sometidos a las mismas sanciones
previstas en la ley penal para los empleados públicos que incurren en apropiación
indebida de fondos del tesoro público.

"Los retenedores que declaren lo retenido por suma inferior a la real o expidan
certificados por sumas distintas a las efectivamente retenidas, así como los
contribuyentes que alteren el certificado expedido por el retenedor, quedan
sometidos a las mismas sanciones previstas en la ley penal para el delito de
falsedad.

"Tratándose de sociedades u otras entidades, quedan sometidas a esas mismas


sanciones las personas naturales encargadas en cada entidad del cumplimiento de
las obligaciones que se establecen en esta ley. Para tal efecto, las empresas
deberán informar a la respectiva Administración o Recaudación la identidad de la
persona que tiene la autonomía suficiente para realizar tal encargo. De no hacerlo,
las sanciones recaerán sobre el representante legal de la entidad. En la
información debe constar la aceptación del empleado señalado".

El artículo 4º a que hizo referencia la anterior norma establecía como plazo a las
personas o entidades para consignar los valores retenidos en la fuente, los
primeros 15 días calendario del mes siguiente a aquél en que se hubiera efectuado
el correspondiente pago o abono en cuenta.
Dicho artículo 4º fue derogado expresamente por el artículo 144 del decreto 2503
de 1987, dictado por el Presidente de la República con fundamento en la ley de
facultades 75 de 1986.

"Como consecuencia de esa determinación –señaló la Corte Constitucional en la


sentencia C-285 de junio 27 de 1996—, se abolió del artículo 10º de la ley 38 de
1969 uno de sus elementos esenciales, cual era el plazo dentro del cual debían
consignarse los valores retenidos. Sin embargo, es importante resaltar que en el
artículo 16 de ese mismo ordenamiento (decreto 2503/87), el legislador
extraordinario dispuso: ‘La presentación de las declaraciones tributarias y el pago
de los impuestos, anticipos y retenciones, deberá efectuarse en los lugares y
dentro de los plazos que para tal efecto señale el Gobierno Nacional’ ".

Mediante el decreto presidencial 624 de 1989, dictado en ejercicio de las


facultades extraordinarias conferidas por los artículos 90, numeral 5º de la ley 75
de 1986 y 41 de la ley 43 de 1987, se expidió el actual Estatuto Tributario. En él,
como artículo 665, se codificó el 10º de la ley 38 de 1969, eliminando de su texto
la referencia que el mismo hacía al artículo 4º. En consecuencia, el inciso 1º
quedó así:

"Los retenedores que no consignen las sumas retenidas, quedan sometidos a las
mismas sanciones previstas en la ley penal para los empleados públicos que
incurran en apropiación indebida de fondos del Tesoro Público".

Ejercida la acción pública de inconstitucionalidad en contra del artículo 665 del


Estatuto Tributario, la Corte Constitucional decidió retirarlo del ordenamiento
jurídico con los siguientes argumentos (cfr. sentencia C- 285/96. M.P. Dr. Carlos
Gaviria Díaz):

"Para el actor, la derogación expresa del artículo 4º de la ley 38 de 1969 implicó la


derogación tácita del artículo 10º ibídem, por la supresión de uno de los elementos
indispensables para tipificar la conducta penal, lo cual, en su sentir, configura un
exceso por parte del Presidente de la República en el uso de las facultades
extraordinarias concedidas, que lo obligaban a excluir del Estatuto Tributario las
normas no vigentes.

"De acuerdo con el criterio de algunos de los intervinientes (…) y el del Procurador
General de la Nación, el artículo 16 del decreto 2503 de 1987 sustituyó lo
dispuesto en el artículo 4º de la ley 38 de 1969 y, por tanto, del artículo 10º ibídem
no se suprimió ningún elemento fundamental.

"Procede entonces la Corte a decidir, aclarando en primer lugar que el decreto


2503 de 1987 mediante el cual se derogó el plazo fijado en la ley 38 de 1969 para
consignar el valor de las retenciones recaudadas, fue expedido por el Presidente
de la República con fundamento en el numeral 1º del artículo 90 de la ley 75 de
1986, que lo facultaba para "Dictar las normas que sean necesarias para el
efectivo control, recaudo, cobro, determinación y discusión de los impuestos que
administra la Dirección General de Impuestos Nacionales" y, que en materia
punitiva sólo se le permitía dictar normas sancionatorias, que en ningún caso
podían ser privativas de la libertad.

"El artículo 10º de la ley 38 de 1969 constaba de los siguientes elementos: sujeto
activo: el retenedor; conducta: no consignar las sumas retenidas; elemento
temporal: en el plazo establecido en el artículo 4º de la misma ley (dentro de los
primeros quince días calendario del mes siguiente a aquél en que se haya hecho el
correspondiente pago o abono en cuenta); sanción: la misma prevista en la ley
penal para los empleados públicos que incurren en apropiación indebida de fondos
del tesoro público, esto es, ‘prisión de seis (6) a quince (15) años, multa
equivalente al valor de lo apropiado e interdicción de derechos y funciones
públicas de seis (6) a quince (15) años. … (art. 133 del Código Penal, modificado
por el art. 19 de la ley 190 de 1995).

"El Decreto 2503 de 1987 no suprimió la conducta punible, pero al derogar el


artículo 4º de la ley 38 de 1969, que contenía el plazo dentro del cual debía
consignarse lo retenido, eliminó uno de sus elementos fundamentales; sin
embargo, esta disposición fue sustituida por el artículo 16 del mismo decreto. En
consecuencia, a partir de la vigencia del decreto 2503 de 1987, el tipo penal
previsto en el artículo 10º de la ley 38 de 1969 conservaba todos sus elementos,
pero la determinación del momento en que se configuraba el hecho sancionado en
la norma, debía hacerse no por remisión al artículo 4º de la misma ley, por haber
sido expresamente derogado, sino al artículo 16 del decreto en mención, que
sustituyó a aquél.

"El legislador extraordinario al expedir el Estatuto Tributario codificó en el artículo


665 el artículo 10º de la ley 38 de 1969, pero no incluyó el elemento temporal de
la figura típica, modificando así sustancialmente el contenido de la norma. En
consecuencia, excedió el límite material fijado en el numeral 5º del artículo 90 de
la ley 75 de 1986, que lo facultaba para modificar el texto de las disposiciones,
eliminar las normas repetidas o derogadas, ‘sin que en ningún caso se altere su
contenido’.

"Ahora bien: El artículo 665 acusado no puede ser integrado con el artículo 811 del
Estatuto Tributario, que codificó el artículo 16 del decreto 2503 de 1987, tal como
lo sugieren los intervinientes, pues en este caso sería el intérprete quien, a su
arbitrio, completaría el tipo penal, añadiéndole un elemento del que carece, con lo
cual se violaría el principio de legalidad en materia penal.

"En efecto, el principio en mención exige que el legislador y sólo él (incluido el


legislador de excepción en las condiciones previstas en los artículos 213 y 214 de
la Constitución y 144 de la ley 137 de 1994) determine las hipótesis de desviación
punitiva, con referencias empíricas y fácticas exhaustivas, como garantía de la
libertad e igualdad de los ciudadanos, en cuanto existe certeza sobre los
presupuestos necesarios para la aplicación de una pena.

"Como el tipo penal contenido en el artículo 665 del Estatuto Tributario no contiene
la referencia temporal necesaria para efectos de determinar cuándo se configura el
hecho típico, resultaría arbitrario y discrecional que el intérprete procediera a
integrar la norma con otra u otras que regulan aspectos semejantes, en este caso
de carácter administrativo, pues la elección de esas disposiciones puede ser
diversa y, en consecuencia, no sólo se violarían los principios de separación de
poderes y de legalidad, sino el derecho de libertad de los ciudadanos por la
imposición de penas privativas de la libertad en eventos determinados ex post
facto.

"Tan evidente es la indeterminación del momento en que se realiza la omisión


prohibida en el tipo penal, que el mismo Estatuto Tributario prevé la posibilidad de
pagar las retenciones una vez vencido el plazo señalado para su cancelación, lo
que implica la imposición de sanciones pecuniarias a los retenedores, consistentes
en el pago de ‘intereses moratorios, por cada mes o fracción de mes calendario de
retardo’ (art. 634). En estos términos, el intérprete podrá considerar que mientras
la Dirección General de Impuestos Nacionales reciba el pago de las sumas
recaudadas no se ha configurado el hecho típico; en tanto que para otro intérprete,
el tipo penal se realiza desde el momento mismo del vencimiento del plazo
previsto para el pago de las retenciones".

Con tales argumentos la Corte Constitucional estimó inexequible el artículo 665 del
Estatuto Tributario y lo retiró del ordenamiento jurídico. No obstante, al final de la
providencia le hizo la siguiente recomendación al legislador:

"Dado que la omisión de consignar las sumas retenidas ha sido considerada por el
legislador, desde 1938, como una conducta que amerita una sanción más drástica
que las de carácter administrativo, ya que afecta el patrimonio económico de la
Nación, bien jurídico de gran relevancia, estima la Corte conveniente llamar la
atención del legislador para que, en caso de encontrarlo necesario, proceda a
reemplazar la norma que aquí se retira del ordenamiento jurídico, determinando
claramente cada uno de los elementos que configuran el tipo delictivo, pues la
ausencia de uno de ellos conduce a la violación de derechos y garantías
fundamentales, además de crear inseguridad jurídica".

Debe precisar la Sala, en primer lugar, que encontrándose vigente el artículo 10º
de la ley 38 de 1969 la apropiación de las sumas retenidas en la fuente por parte
de los retenedores era constitutiva del delito de peculado por apropiación. Y es lo
que continúa ocurriendo a partir de la declaración de inconstitucionalidad de dicha
norma, codificada en el Estatuto Tributario como artículo 665. La misma lo que
hizo fue tipificar como hecho punible la no consignación de lo retenido dentro de
los plazos legales establecidos. No el apoderamiento de esos recursos del Estado.
En consecuencia, como lo concluyó la Sala en la sentencia de casación de julio 15
de 1998*, el hecho de que la norma aludida haya sido retirada del ordenamiento
jurídico en manera alguna tiene como alcance el desaparecimiento del peculado
respecto de los retenedores que en desarrollo de esa función pública que les
encarga la ley, se apropian de los dineros recibidos.

Ciertos ingresos, como se sabe, están sujetos a gravamen tributario. Y para


facilitar y asegurar el recaudo de los respectivos impuestos, lo mismo que para
lograr que el Estado cuente en sus arcas con ese dinero de manera rápida, fue
ideada la figura de la retención en la fuente. Según ésta, quien realiza el pago le
descuenta en el mismo momento que lo hace al sujeto pasivo del tributo de renta
o beneficiario del ingreso la suma correspondiente al gravamen. El retenedor en
tal caso actúa como recaudador de impuestos, si no lo es adquiere para ese efecto
la calidad de funcionario público y queda obligado a trasladar el dinero a la
Administración de Impuestos dentro del término legal establecido.

El total de lo pagado, en consecuencia, le pertenece en un primer momento al


beneficiario del ingreso y la suma correspondiente al impuesto se deduce por lo
tanto de una cantidad que ya no es del retenedor sino del contribuyente, que en el
acto cumple con su deber de pagar el tributo que le corresponde. Tanto es así que
desde el punto de vista contable el retenedor registra el pago o gasto en la cuenta
respectiva (sueldos, intereses, honorarios, etc.) por el monto total de lo causado
(con las implicaciones obvias que ello genera en el estado de pérdidas y
ganancias), y no por dicha suma menos lo retenido en la fuente.

Lo que quiere dejar la Sala supremamente claro es que el pago, sin restarle el
impuesto, de no existir la figura de la retención en la fuente, lo recibiría en su
totalidad el beneficiario, quien quedaría en tal evento obligado a declararlo en la
oportunidad establecida, lo mismo que a calcular y a cancelar el tributo respectivo.

Tal lógica no cambia por el hecho de que el descuento del tributo se produzca en el
mismo momento de la percepción del ingreso, ya que el recaudo allí realizado por
el retenedor recae sobre una suma que ya no es suya sino del contribuyente, quien
por disposición de la ley le confía el pago de su impuesto a la renta,
suministrándole para el efecto la parte del ingreso con la cual debe contribuir al
fisco y que el agente retenedor tendría que dejar disponible en caja,
independientemente del sistema contable utilizado.

Cierto, como lo expone el Agente del Ministerio Público, que la ley no le impone al
agente retenedor la obligación de constituir un fondo especial para el pago de las
retenciones practicadas. Afirmar sin embargo, como lo hace, que no le es exigible
tampoco contar físicamente con el valor del impuesto en el instante del pago, es
inaceptable. Simplemente porque, como lo señaló la Sala, la suma total del gasto,
incluido el tributo, en tal instante ya no le pertenece. Y admitir el pensamiento del
Procurador Delegado en tales circunstancias, equivaldría a admitir la práctica de
financiación de las empresas con recursos del Estado, que transitoriamente, por
efectos prácticos, permanecen en su patrimonio, debiendo en todo caso
encontrarse disponibles para entregárselos a la Administración de Impuestos en el
momento oportuno.

Ahora bien, que contablemente el retenedor asuma los descuentos practicados


como una deuda por pagar, en manera alguna significa la imposibilidad de
apropiación de los recursos. Ese asiento contable lo que constata es, por el
contrario, que el agente retenedor recibió el impuesto a cargo del contribuyente
beneficiario del pago y lo llevó a una cuenta del pasivo, que al no cubrir en el plazo
legalmente señalado hace inferir su apoderamiento.

_____________________________
*. Fue Magistrado Ponente el doctor Ricardo Calvete Rangel

Magistrado Ponente Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
• Fecha : 07/04/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : TAFUR TAFUR, ENRIQUE
• Delitos : Peculado por apropiación
• Proceso : 10399
• Publicada : Si
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VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY/ ERROR DE HECHO/ FALSO


JUICIO DE EXISTENCIA
En la violación indirecta de la ley sustancial por error de hecho, éste se predica del
contenido material del medio probatorio y se incurre en él cuando el juzgador
omite considerar una prueba legalmente aportada al proceso, cuando estima una
que no existe, cuando falsea su contenido haciéndola decir algo que no dice, o
cuando la valoración probatoria se hace contra toda lógica, en contravía de los
principios de la sana crítica. Así lo ha señalado reiteradamente la Corte
precisando, además, que cuando se propone como cargo dicho tipo de violación de
la ley sustancial, es deber del casacionista especificar en qué radicó exactamente
la equivocación del fallador demostrando en todo caso su trascendencia, o lo que
es lo mismo cómo de no haberse incurrido en el error otro hubiera sido el sentido
del fallo.

Si el ataque se dirige por la vía del falso juicio de existencia, como sucede en el
primer cargo realizado por el censor, es imperativo no sólo señalar el medio de
convicción omitido o supuesto, sino probar la influencia de la irregularidad en el
sentido de la decisión que impugna, lo cual lógicamente le implica enfrentar los
términos sobre los cuales la misma se encuentra construida. Esto por la sencilla
razón de que siendo eventualmente cierta la omisión o la suposición probatoria, el
defecto por sí mismo carece de la virtualidad de desquiciar la sentencia, pues para
que esto suceda debe ser trascendente y ésta característica tiene que demostrarla
el demandante, nunca naturalmente al margen de la composición lógica de la
sentencia, ya que son precisamente sus términos los que debe degradar.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
• Fecha : 07/04/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Valledupar
• Procesado : FAJARDO PRADA, GERMAN
• Delitos : Porte ilegal de armas, Homicidio
• Proceso : 10850
• Publicada : Si
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08/04/1999
ENRIQUECIMIENTO ILICITO/ TESTAFERRATO-Avalúo
La cuantía del incremento puede establecerse por cualquier medio de convicción,
sin que el avalúo, innecesario en cuanto al dinero incautado o depositado en
entidades financieras, sea elemento de los tipos penales de enriquecimiento ilícito
y testaferrato, al contrario de lo sostenido por el recurrente y el artículo 252 del
Código de Procedimiento Penal establece el principio de libertad probatoria. Lo
importante es un significativo ingreso económico no justificado, así no se tenga
conocimiento de una cantidad exacta, como lo indicó esta Corte en sentencia del
14 de junio de 1996 (Rad. 10467, M. P. Dr. Ricardo Calvete Rangel).

De otra parte, como ya se indicó, a (...) y a los otros procesados se les investigó y
juzgó, en las instancias, por los hechos cometidos a partir del 24 de agosto de
1989, cuando comenzó a regir el artículo 1º del Decreto 1895 de 1989, convertido
en legislación permanente por el artículo 10º del Decreto 2266 de 1991, el cual
tipificó el delito de enriquecimiento ilícito de particular, endilgado a dicho
sindicado mientras que a los otros se les imputa testaferrato.

Se indagó sobre el origen de esos incrementos para determinar si estaban


justificados o no, por lo cual fue necesario acudir a la situación económica anterior
a dicho 24 de agosto y saber el monto de sus ingresos, egresos, bienes poseídos,
activos y pasivos durante esos años. Varios de ellos vendidos con posterioridad a
esa fecha para adquirir otros, pero cuyo capital de procedencia ilícita continuó
siéndolo y ese carácter permanece aún en los bienes actuales, pues el simple
transcurso del tiempo no tiene la virtud de transformar un aumento patrimonial de
origen delictivo en lícito y esto explica que aún prescrita la acción penal se debe
declarar la extinción del dominio de esos bienes mientras no haya fenecido esta
acción autónoma, que según el artículo 9º de la Ley 333 de 1996 ocurre en 20
años contados a partir de la última adquisición o destinación.

Magistrado Ponente Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
• Fecha : 08/04/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : LONDOÑO VELASQUEZ, FERNANDO LEON
• Procesado : LOPEZ CUARTAS, LUIS FERNANDO
• Procesado : VELASQUEZ DE LONDOÑO, LILYAM
• Procesado : FIGUEROA PEREZ, GLORIA LUCIA
• Delitos : Falsedad, Enriquecimiento ilícito, Testaferrato
• Proceso : 12912
• Publicada : Si
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09/04/1999

REPOSICION/ APELACION-Sustentación oral


A manera de prólogo conviene traer a colación el conocido criterio de esta Sala en
torno a la dinámica del recurso de reposición, con miras a la preservación de los
atributos esenciales de la administración de justicia:

"Al establecer la ley el recurso de reposición y señalar al mismo funcionario que


dictó el acto atacado como competente para realizar reexamen de su decisión, no
supone ello desgaste estéril para éste, sino que la lógica del recurso entraña que el
reposicionista debe llenarse de más y mejores razones encaminadas a persuadir
sobre que la inicial determinación debe ser objeto de abrogación, modificación,
adición, etc.". (auto Unica Inst. 25 de junio/98, M.P. Dr.Páez Velandia).

El artículo 196 B del C. de P.P., incluido en el procedimiento penal con la Ley 81 de


1993 aportó la novedad de la sustentación oral cuando se apela la sentencia,
manteniendo la tradicional sustentación escrita, y si bien ordena que al momento
de interponerse el recurso se diga por el apelante de qué manera va a sustentarlo,
establece como única causa que enerva los traslados previstos en el
artículo 196-A en la primera instancia, la manifestación de que la
sustentación se hará en forma oral, caso en el cual el recurso se concede
inmediatamente y no se realizan los referidos traslados. De tal manera, la misma
disposición permite interpretar que si no existe advertencia en tal sentido, los
traslados deben llevarse a cabo.

Magistrado Ponente Dr. DIDIMO PAEZ VELANDIA

Casación Discrecional -Reposición-


• Fecha : 09/04/1999
• Decisión : No repone auto mediante el cual no se concedió el
recurso de
casación excepcional
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Procesado : JIMENEZ AIZULA, MARITZA
• Procesado : ARANGO VASQUEZ, RAFAEL
• Procesado : MUÑOZ CEBALLOS, MARIA HELENA
• Procesado : CHAPARRO MEDINA, CONSTANZA
• Delitos : Prevaricato por acción
• Proceso : 14981
• Publicada : Si
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CALIFICACION DEL MERITO DEL SUMARIO/ HOMICIDIO-Ley 40


de 1993/ PRESCRIPCION
La calificación sumarial impartida en la resolución de acusación no obstante su
carácter provisorio se convierte en ley del proceso, pues es el hito fundamental a
partir del cual el Estado garantiza al acusado el derecho de defensa y se desarrolla
la actividad defensiva durante el debate del juicio, pero a la vez está sujeta a las
resultas de éste, materializadas en la sentencia de las instancias.

Esta, cuando es condenatoria y se pronuncia bajo los parámetros del debido


proceso y concordante con la resolución acusatoria, es el único pronunciamiento
judicial dentro de la fase ordinaria del proceso con categoría de definitividad en la
imputación penal, sea que la mantenga en los mismos términos de la acusación
fiscal o que le introduzca variaciones de menor compromiso penal, de donde se
colige que es el tipo penal contemplado en el fallo de las instancias con las
circunstancias específicas declaradas, el que establece el término de la
prescripción de la acción penal.

El delito de homicidio materia de este proceso fue cometido antes de la vigencia


de la Ley 40 de 1993 y según el Tribunal el hecho punible careció de agravantes
específicas, es decir, que para la época en que ocurrió estaba penalizado con un
máximo de quince (15) años de prisión; como también en criterio del fallador el
procesado lo ejecutó en la circunstancia de ira prevista en el artículo 60 del C.P. la
sanción máxima debe disminuirse hasta en la mitad, esto es en siete (7) años seis
(6) meses; y, como a partir de la ejecutoria de la resolución de acusación
-27 de marzo de 1992- (fls. 14-39 cd. 1 Tr.), el término prescriptivo se reduce a
la mitad sin ser inferior a cinco (5) años de acuerdo a lo preceptuado en el artículo
84 del C.P., está claro que al haberse interpuesto el recurso de casación se impidió
la ejecutoria del fallo de condena -dictado apenas el 27 de noviembre de 1996, a
pocos meses de ocurrir la prescripción,-, este fenómeno jurídico cobró operancia
durante el trámite del recurso extraordinario.

Magistrado Ponente Dr. DIDIMO PAEZ VELANDIA

Auto Casación
• Fecha : 09/04/1999
• Decisión : Declara prescripción de la acción penal
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Montería
• Procesado : MENESES ZAPATA, RAFAEL ALBERTO
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 13165
• Publicada : Si
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12/04/1999

REDENCION DE PENA-Excepciones para concederla en sede


del recurso extraordinario
La Sala ha sostenido en forma reiterada que el estudio de la redención de pena
(artículos 530 y ss. del Código de Procedimiento Penal) y la concesión de los
beneficios administrativos de que trata la ley 65 de 1993 y demás disposiciones
complementarias, no le corresponde a esta Corporación, no sólo por no ser de su
competencia, sino por no encontrarse aún ejecutoriada la sentencia.

Las únicas excepciones al reconocimiento de redención de pena en sede del


recurso extraordinario, son las contempladas expresamente por los artículos 5° del
Decreto 1542 de 1.997, y 415.2° del Código de Procedimiento Penal (modificado
por el art. 55 de la Ley 81 de 1993); esto es, para efectos del permiso de hasta
setenta y dos (72), horas contemplado en el artículo 147 de la ley 65 de 1.993
-siendo claro que la concesión o negación de este beneficio administrativo
corresponde a los directores de los centros de reclusión-; y para acreditar la parte
cumplida de la pena, con miras a obtener la libertad provisional solicitada con
fundamento en el artículo 415.2° del Código de Procedimiento Penal.

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
• Fecha : 12/04/1999
• Decisión : Se abstiene de considerar solicitud de redención
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Villavicencio
• Procesado : SANCHEZ COLO, LUZ MYRIAM
• Delitos : Homicidio agravado
• Proceso : 12992
• Publicada : Si
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13/04/1999
DEMANDA DE CASACION/ VIOLACION DIRECTA DE LA LEY/
VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY/ FALSEDAD EN
DOCUMENTO
No corresponden, en consecuencia, como desde antigüo lo viene sosteniendo la
Corporación, las expresiones de "claridad y precisión" que señala el numeral
tercero del citado artículo 225 del Código de Procedimiento Penal a locuciones
inocuas, vacuas, de mera forma gramatical, o en fin, sin contenido sustancial
dentro de la regulación formal del recurso de casación, pues muy por el contrario,
vinculadas las dos expresiones en el campo conceptual, implican, en términos de
carga argumental, el deber del demandante de demostrar el motivo casacional
objeto de la censura, que debe cumplir con la propiedad que le imponga la
naturaleza del motivo aducido como objeto del ataque, esto es, que si lo es por
violación directa de la ley sustancial, bien por falta de aplicación, aplicación
indebida o interpretación errónea de la misma, debe respetar la valoración
probatoria del fallo impugnado, y contrario sensu, si lo es por violación indirecta, el
razonamiento debe tender a su ataque para demostrar que el fallador incurrió en
error de hecho, bien por haber omitido valorar una determinada prueba, ora por
haber distorsionado su contenido material, o por error de derecho por falso juicio
de convicción o por desconocimiento de los ritos legales predeterminados para la
aducción probatoria.

No es posible, entonces, demandar el fallo impugnado por violación directa y


demostrarlo con argumentos propios de la indirecta, como sucede en este caso,
por cuanto la demostración del motivo resulta carente de validez y eficacia, pues
en cuanto a la primera, siendo que es la fuente legal la que impone la esencia
argumentativa del discurso, las razones que desconocen su naturaleza y límites no
pueden considerarse idóneas para su desarrollo, y respecto a la segunda, además
de impedir que produzca los efectos pretendidos, hace que la Corte no pueda
penetrar a su estudio, no solo porque surja un impedimento lógico para ello sino
porque, precisamente, respectando estas limitantes filosóficas, la Ley de
Procedimiento le impone "no tener en cuenta causales distintas a las que han sido
expresamente alegadas por el recurrente", esto es, que no le está dado modificar
la argumentación propuesta por el censor para ubicarla donde jurídicamente
corresponda, pues de hacerlo estaría traspasando la titularidad de la carga
argumental, desnaturalizando de suyo el recurso.

Así, al anunciar el demandante en el primer cargo que lo hace por error de


derecho, necesariamente se espera que su demostración lo sea a través del
ataque probatorio; sin embargo, aquí se recurre a una abstracta exposición sobre
el alcance doctrinario extranjero y nacional que algunos tratadistas le han dado a
la denominada falsedad personal para colegir que cuando el procesado endosó los
cheques con el nombre de sus beneficiarios no se atribuyó "nombre, edad, estado
civil, o calidad que pueda tener efectos jurídicos", siendo, por tanto, atípico un tal
comportamiento, ya que además "no apunta en manera alguna a la falsedad
documental, porque al no existir imitación de firma", tampoco puede afirmarse
"falsedad documental alguna", por cuanto el endoso de los cheques en estas
condiciones también sería atípico, como, según él, dice lo afirman la jurisprudencia
y la doctrina.

Así, entonces, propuesta la demostración del cargo, es evidente el yerro técnico en


que se incurre, pues no obstante sustentar el ataque en un error de derecho
equivoca la vía argumental para demostrar su prosperidad, desconociendo la
autonomía de las causales en casación, sin que sea posible entender que se trata
de un involuntario error a la hora de denominar el derrotero por el cual formula el
cargo, pues específico es el demandante en concretar, como para que no queden
equívocos sobre la modalidad de la censura escogida, que lo hace por "error de
derecho por falso juicio de convicción", esto es, por una concreta modalidad de
violación indirecta, significando con ello, que no se trata de un simple lapsus
calami, sino de una errónea escogencia de la vía casacional sustentadora de este
primer cargo. Y tampoco puede pensarse que precisamente al no atacar las
pruebas en la demostración del cargo, con ello evidencia que la censura lo es con
base en el cuerpo primero de la causal primera, y cuando se refiere al "error de
derecho por falso juicio de convicción", lo hace bajo el tendido de anunciar un
debate estrictamente jurídico demostrativo de la equivocada comprensión
intelectiva de los falladores al ahora de comprender el fenómeno de la falsedad
personal, pues además de que el concepto de "error de derecho por falso juicio de
convicción" tiene su propia identidad en el recurso de casación, como que se
refiere a la valoración dada por el fallador a una determinada prueba, y hoy en día
ninguna confusión presta en la doctrina nacional, no puede desconocerse que la
violación directa encierra tres motivos, bien por falta de aplicación, por indebida
aplicación o por errónea interpretación de la ley sustancial, y que si la intensión
era cuestionar el fallo por la vía directa, era igualmente deber del demandante
precisar el motivo correspondiente, lo cual en ninguna forma hace.

Bajo estos supuestos, y en armonía con las premisas conceptuales que guían la
técnica casacional y que se han expuesto en precedencia, es claro que la Corte no
puede entrar a corregir el libelo y por tanto, no le es dable estudiar de fondo esta
censura como fuera lo oportuno ante el yerro que se observa en la calificación
jurídica del espúreo endoso de los cheques calificada en las instancias como
falsedad personal, pues, como lo precisó esta Corporación en sentencia de 16 de
abril de 1.986, con ponencia del Magistrado Doctor Lisandro Martínez Zúñiga,
reiterada por la de 5 de octubre de 1.990, en la que fue ponente el Magistrado
Doctor Juan Manuel Torres Fresneda, y en la del 28 de agosto de 1.997 con
ponencia de quien ahora funge en igual condición:

"Es cierto que algunas corrientes doctrinarias del derecho comercial sostienen que
el endoso, es una cláusula accesoria e inseparable del título valor por el cual al
tenedor o acreedor cambiario coloca a otro en su lugar, transfiriéndole el título con
efectos limitados o ilimitados (Garrigues, Vivante, Cervantes Ahumada), aún
algunos de quienes tal sostienen, no hacen incompatibles tales calidades con la
independencia del endoso.

"Pero tal observación ha sido analizada por la doctrina y la jurisprudencia penal de


muchos países, inspirándose en la corriente autonomista del derecho penal, según
la cual esta disciplina debe conocer los conceptos de derecho privado a la luz de
los postulados de esta disciplina de derecho público, verificando detenidamente
las consecuencias que se derivan de su aplicación, compaginándolas con las
exigencias y caracteres del derecho punitivo.

"Con tales preanotados interpretativos se ha concluido, que a pesar de los citados


principios de la accesoriedad e inserparabilidad del endoso, no podrá aceptarse;
existen hechos evidentes de indiscutible repercusión naturalística: El cheque se
crea y perfecciona, al cumplirse las exigencias del Código de Comercio respectivo,
en nuestro caso la Sección III, Subsección I "Creación y forma del cheque" y más
exactamente los artículos 712 a 714. Además de los requisitos generales para
todos los títulos valores del artículo 621 del Código de Comercio, son las de que el
cheque se expida en formularios impresos a cargo de un banco, cuyo nombre debe
indicarse, que contenga una orden incondicional de pagar una determinada suma
de dinero, y la indicación de ser pagadero a la orden o al portador; igualmente se
exige la provisión de fondos. A pesar de que se afirme por reputados
comercialistas que el endoso es una operación comercial accesoria, no obstante
tener su origen en el cheque, la verdad desde el punto de vista fáctico es que
constituye un contrato nuevo, distinto del estimado como principal, que no crea un
título, sino que lo transfiere (Art. 651 del C. de Co.).

"Las personas que intervienen en la creación del cheque son distintas de los
endosantes; el endoso es un acto posterior al de su creación y giro del cheque,
tanto que la ley concede un amplio plazo para que él se verifique. Penalmente es
un hecho autónomo".

Así, y siendo que el hecho de que el procesado no haya imitado las firmas de
beneficiarios de los cheques en ningún momento desvirtúa el ataque a la fe
pública documental, entendida como la credibilidad que frente a la ley comercial
merecía con el lleno de las formalidades el acto de transferencia, es incuestionable
que se ha tipificado el delito de falsedad previsto en el artículo 221 del Código
Penal, ya que como igualmente lo ha considerado la Sala, en el citado fallo de 5 de
octubre de 1.990:

"No se mortifica esta conclusión, porque en el caso de controversia se haya


establecido pericialmente que la firma colocada en el endoso del cheque
constituyó una "creación libre" por parte del falsario, en cuanto a pesar de ella, el
documento tenía eficacia bastante de acuerdo con la ley que rige su circulación
para derivar su importancia dentro de la vida jurídica y evitar su particular
capacidad de servir como "prueba" de hechos y relaciones jurídicas.

"Ello porque el delito de falsedad documental no siempre reclamará la creación


imitativa de lo que es o ha sido real en torno a la individualización del otorgante,
para extender la protección de la fe pública en el aseguramiento de la circulación
de estos documentos, criterio que al contrario del formal o restrictivo, radica en la
necesidad de consultar como esencia el perjuicio real o potencial determinado por
la falsificación.", pues además, de conformidad con el "Código de Comercio se
encuentra que "el ondoso puede hacerse en blanco con la sola firma del
endosante" (art. 654), y que "El obligado no podrá exigir que se le compruebe la
autenticidad de los endosos (art. 662), quedándole apenas el deber de "identificar
el último tenedor" y de verificar la continuidad de sus actos de transferencia,
comprendiéndose por esta regulación (que obedece a la naturaleza particular de
los títulos valores, merecedores de la suma confianza que se deposita en la
seriedad y realidad de las firmas cambiarias) que ni el futuro acreedor a quien con
ella se brinda protección, ni los posteriores endosatarios, ni aún el obligado, están
en el deber de conocer de antemano las firmas autógrafas de quienes han
intervenido como endosantes en la circulación del instrumento, así que en este
caso la imitación "copiativa" no constituye un requisito ineludible para que el
documento pueda ser admitido libremente".

En estas condiciones, y siendo igualmente claro, que no resulta cierto el afirmar,


como a veces suele hacerse, que estas falsedades documentales pierden su
autonomía por constituir el medio necesario para la obtención del provecho, pues
a la luz de la ley comercial, artículo 664, bien puede consignarse esta clase de
títulos valores sin el cumplimiento de esta exigencia, es ostensible el error in
iudicando y no una nulidad, pues las dos modalidades de falsedad, esto es, la
documental del artículo 221 y la personal del artículo 227 del Código Penal,
corresponden al mismo Capítulo, esta no procede, imponiéndose únicamente como
solución la declaratoria de dicha clase de error, que solo procedería si hubiese sido
demandado por los sujetos procesales con facultad para ello, como son la parte
civil ello, como son la parte civil, el Fiscal y el Ministerio Público, pues es claro, que
el defensor carecería de interés jurídico para ello por cuanto la decisión le
resultaría más gravosa a su procurado.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
• Fecha : 13/04/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Recurrente : VELASQUEZ SENCIAL, CARLOS EDUARDO
• Delitos : Falsedad, Hurto agravado
• Proceso : 10300
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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15/04/1999

EXTINCION DE LA ACCION/ OBLACION


Si bien la oblación constituye efectivamente una de las causales objetivas de
extinción de la acción penal su procedencia se condiciona no sólo a que el punible
de que se trate prevea como pena una multa y que el juez, dentro de los límites
respectivos la fije, sino además, que la sanción legalmente prevista como principal
sea exclusivamente la pecuniaria; de lo contrario, si con ésta concurre otra clase
de pena de igual entidad y establecido por el artículo 91 del Código Penal,
fundamento de la petición, que "el sindicado de un hecho punible que sólo tenga
pena de multa podrá poner fin al proceso pagando la suma que le señale el juez…"
resultaría evidente la carencia de uno de los supuestos legales que la harían
viable.

Aunque el artículo 152 del Código Penal determina sus consecuencias punitivas en
la imposición de una multa de "un mil a diez mil pesos" no menos cierto es que
ésta no es la única sanción para el empleado oficial que con ocasión de sus
funciones o excediéndose en el ejercicio de ellas cometa acto arbitrario o injusto,
pues la misma disposición hace concurrente con la pena en dinero y también como
principal la "interdicción de derechos y funciones públicas de seis (6) meses a dos
(2) años", lo cual obliga indudablemente a concluir que por no ser la multa la
sanción señalada con exclusión de otras principales, el artículo 91 del Penal resulta
inaplicable frente a la mencionada infracción y por ende ningún fundamento legal
existe para fijar en el curso del proceso la suma de dinero que por concepto de
multa demanda la defensora.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Unica Instancia
• Fecha : 15/04/1999
• Decisión : No accede a la petición que para efectos del art. 91 del C.
P.
se formula
• Procedencia : Corte Suprema de Justicia
• Procesado : SANCHEZ JULIAO, DAVID RAMON
• Delitos : Abuso de Autoridad
• Proceso : 14029
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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DETENCION FISICA/ DETENCION JURIDICA/ LIBERTAD


PROVISIONAL-Art. 415 No. 5 C.P.P.
No obstante que a la fecha ha transcurrido el período señalado en la norma
invocada por la acusada considérase improcedente la excarcelación que se solicita
pues tiene entendido el criterio mayoritario de la Corte (Auto de noviembre 7 de
1.997, Magistrado Ponente Dr. Jorge Córdoba Poveda) que en eventos como el
presente el fundamento legal en mención supone que el procesado se encuentre
físicamente privado de libertad.

En efecto, como quiera que la causal alegada tutela tan fundamental derecho en
su sentido material es claro que ella sólo resulta viable en la medida en que la
persona se encuentre jurídica y efectivamente detenida, de modo que no basta
simplemente aquella para reconocer la excarcelación sino que además es
necesario el cumplimiento de seis meses en privación real de la libertad, contados
a partir de la ejecutoria de la resolución de acusación sin que se hubiere llevado a
cabo audiencia pública, máxime que la norma, teleológicamente comprendida,
procura evitar, a través de sus numerales 4º y 5º que a las personas sometidas a
privación física de su libertad se les prolongue indefinidamente dicha situación sin
que el Estado cumpla con su constitucional deber de administrar justicia de
manera pronta y eficaz.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Unica Instancia
• Fecha : 15/04/1999
• Decisión : Deniega libertad provisional
• Procedencia : Corte Suprema de Justicia
• Procesado : LLERENA ROCA, MARIA DEL CARMEN
• Delitos : Prevaricato
• Proceso : 15003
• Publicada : Si
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19/04/1999

REDENCION DE PENA-Actividades literarias


Debe advertir la Sala, que la escritura del libro "Reflexiones desde mi prisión" entre
enero y agosto de 1997, no se puede reconocer para efectos de redención de
pena, por cuanto tal actividad se realizó antes de entrar en vigencia la resolución
3889 de 1997, que en su artículo 4°, señala: "Todas las actividades literarias,
artísticas o deportivas que se pretenda adelantar o se encuentren en ejecución a la
fecha de entrada en vigencia de la presente resolución, deberán contar con la
autorización de la Junta de Evaluación respectiva, acerca de la conformidad de la
misma con los criterios a que se refiere el artículo 3° de la Resolución 2376 del 17
de junio de 1997", debiéndose entender que tal permiso debía ser concedido con
anterioridad a la realización de tal actividad, permitida para redención a partir del
11 de septiembre de dicho año, cuando se estableció tal posibilidad; habiendo
concluido la escritura del libro en agosto de 1997, no se encuadra en ninguna de
las opciones previstas en el precepto citado.

Al respecto, ha expresado la Sala (marzo 11/99, rad. 14.146, M.P. Ricardo Calvete
Rangel):

"Las resoluciones 2376 y 3889 de 1997, expedidas por el INPEC, que


modificaron la 6541 de 1995, no pueden aplicarse por cuanto la actividad
que se aduce para redención de pena se ejecutó antes de entrar a regir
aquellas, y allí claramente se precisa que es para actividades literarias que
se pretendan adelantar o se encuentren en ejecución, criterio ya explicado
por la Sala en la providencia del 18 de febrero de 1998, con ponencia del
Magistrado Carlos Eduardo Mejía Escobar."

Magistrado Ponente Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Casación -Libertad-
• Fecha : 19/04/1999
• Decisión : Niega libertad
• Procesado : MEDINA QUINTERO, JULIO CESAR
• Delitos : Peculado por apropiación, Falsedad ideológica en
documento público
• Proceso : 12135
• Publicada : Si
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20/04/1999

EXTRADICION
Conforme al artículo 17 del Código Penal, la extradición se concederá, solicitará u
ofrecerá de acuerdo con los tratados públicos y a falta de éstos el Gobierno
procederá conforme lo establezca el Código de Procedimiento Penal.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia conceptúa que los instrumentos
internacionales aplicables al caso son el Acuerdo Bolivariano sobre Extradición,
suscrito en Caracas el 18 de julio de 1911 y la Convención de las Naciones Unidas
contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas, suscrita en
Viena el 20 de diciembre de 1988, los cuales se encuentran aprobados y
ratificados por las Repúblicas de Colombia y del Perú.

Los instrumentos internacionales mencionados prevén que el trámite de


extradición, en los respectivos países signatarios, se rige por la legislación interna
de cada uno de ellos.

Al respecto la Ley 26 de 1913 (aprobatoria del Acuerdo Bolivariano sobre


Extradición, suscrito en Caracas el 18 de julio de 1911), señala en el inciso tercero
del artículo VIII que "La extradición de los prófugos, en virtud de las estipulaciones
del presente Tratado, se verificará de conformidad con las leyes de extradición del
Estado al cual se haga la demanda."

Del mismo modo, la Ley 67 de 1993 (mediante la cual se aprueba la Convención


de las Naciones Unidas contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias
sicotrópicas, suscrita en Viena el 20 de diciembre de 1988), establece en el párrafo
5o. del artículo 6 que "La extradición estará sujeta a las condiciones previstas por
la legislación de la Parte requerida o por los tratados de extradición aplicables,
incluidos los motivos por los que la Parte requerida puede denegar la extradición."

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Extradición
• Fecha : 20/04/1999
• Decisión : Niega por improcedentes las pruebas pedidas
• Procesado : VARGAS PIZANGO, HUMBERTO
• Proceso : 15479
• Publicada : Si
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PRESUNCION DE INOCENCIA-No es derecho absoluto/


LIBERTAD PROVISIONAL-Concurso de delitos/ PENA
Ocurre que ningún derecho, aunque sea de naturaleza fundamental, ostenta el
carácter de absoluto. De ser así, serían imposibles la coexistencia y convergencia
de derechos, que inclusive a veces pueden llegar a ser contradictorios o
antagónicos en las mismas circunstancias. Así, por ejemplo, si fuese absoluto que
los derechos de los niños prevalecen sobre los de los demás, sería imposible
guiarlos, educarlos, vigilarlos e inclusive corregirlos.

De modo que, la presunción de inocencia tampoco es un derecho absoluto, y mal


podría serlo en el Estado Social, Democrático y de Derecho, en el que todos los
miembros debemos ceder parte de nuestras atribuciones, con el fin único de
contribuir al mantenimiento de condiciones mínimas para hacer factible la vida en
sociedad, en relativa paz y armonía.

Entonces, ese derecho latente en el decurso del proceso penal, denominado


presunción de inocencia, no es que se desconozca o se vulnere cuando una
providencia judicial lo va desvaneciendo. Lo que ocurre es que ante la
contundencia de las pruebas, dependiendo la fase en que se encuentren las
diligencias, esa presunción va cediendo paso a otras manifestaciones válidas del
Estado de Derecho, como son las decisiones contenidas en los autos y sentencias
de los jueces de la República. Tan es así, que la presunción de inocencia finalmente
desaparece, cuando una sentencia en firme declara que una persona es
penalmente responsable de un hecho punible que se le endilga.

Ha sido criterio de la Sala, y ahora se reitera, que las funciones de la pena,


especialmente en cuanto a la prevención, protección y resocialización, cuando se
trata de concurso de delitos, como en el presente asunto, conformado por hurto
agravado y calificado, lesiones personales, porte ilegal de armas de fuego y acceso
carnal violento, pueden y deben verificarse al cumplimiento total de la misma,
atendiendo a las connotaciones tan graves de aquellos hechos punibles, que en la
mayoría de los casos se cometen a través de verdaderas organizaciones al margen
de la ley, con posibilidades reales de generar alarma social y desestabilizar
muchas instituciones indispensables para la vida en comunidad.

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Casación -Reposición


• Fecha : 20/04/1999
• Decisión : No repone auto y, por ende, se abstiene de conceder
libertad
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : PALACIOS MOSQUERA, ALEXIS
• Procesado : MANCO CALLE, EDGAR DE JESUS
• Proceso : 13006
• Publicada : Si
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BENEFICIO ADMINISTRATIVO/ ALTERNATIVIDAD PENAL/


JUSTICIA PENAL MILITAR
1-. El artículo 5° del Decreto 1542 de 1997, reglamentario del artículo 147 de la
Ley 65 de 1993, por la cual se adoptó el Código Penitenciario y Carcelario, señala
que los directores de los establecimientos carcelarios y penitenciarios podrán
conceder permiso hasta por setenta y dos (72) horas a los condenados en única,
primera y segunda instancia, o cuyo recurso de casación se encuentre pendiente,
con el lleno de los requisitos ahí señalados. Uno de ellos hace referencia a que el
interno haya alcanzado la fase de mediana seguridad, que según el inciso 3° de la
norma en cita, se entiende cumplido cuando el procesado ha superado la tercera
(1/3) parte de la pena impuesta y observado buena conducta, de acuerdo con el
concepto emitido por el Consejo de Disciplina.

2-. De los preceptos anteriores surge como primera conclusión que el beneficio
administrativo es otorgado por los directores de los establecimientos carcelarios y
penitenciarios y favorece a los condenados definitivamente y a aquellos que están
pendientes de la sentencia de casación, correspondiendo a la Sala pronunciarse
provisionalmente sobre las rebajas de pena por trabajo y estudio invocadas por los
condenados cuyo recurso de casación se encuentre en trámite, como medio para
acreditar ante aquellas autoridades el cumplimiento del presupuesto objetivo
previsto en el inciso 3° del artículo 5° del Decreto 1542 de 1997.

En este orden de ideas, si el procesado no ha descontado aún la tercera parte de la


condena, incluyendo todos los factores que contribuyen al respecto, no es factible
que la Sala reconozca períodos de redención, puesto que, se insiste, la decisión
con carácter provisional está destinada a que los directores de los centros de
reclusión tengan noticia cierta sobre la llegada del procesado a la fase de mediana
seguridad, contando para ello las penas redimidas, cuyo reconocimiento y
determinación pertenecen exclusivamente a la órbita del juez.

En segundo término, se infiere que el permiso hasta de setenta y dos horas, para
salir del establecimiento sin vigilancia, puede ser concedido a todos los
condenados en quienes converjan los requisitos señalados, sin importar la
naturaleza y modalidades del reato, con la única excepción de los que hubieren
sido sentenciados por delitos de competencia de los jueces regionales, porque así
lo estipula literalmente el artículo 147.

En criterio de la Sala, que ahora se reitera, la nueva regulación sobre libertad


condicional en los términos del artículo 72A del Código Penal, expresamente
excepcionó su aplicación a quienes hubiesen incurrido en conductas como el
homicidio agravado, cualquiera fuere la causal que irroga el aumento de
punibilidad. A la sazón, se ha dicho:

Pudiera pensarse que las causales 2, 4, 5 y 8 del artículo 30 de la Ley 40 de


1993, que trae la Ley 415/97 como excepción se refieren tanto al homicidio
agravado como a las lesiones personales agravadas, mas no es así por las
siguientes razones:
a) La ‘o’ que utiliza el nuevo artículo 72A del C.P. es disyuntiva y no
copulativa, por cuanto el sentido de la expresión no es establecer una opción
o alternativa, sino la de señalar un listado de hechos punibles según el bien
jurídico tutelado, en este caso, el de la vida e integridad personal; (…)
c) indudablemente que un mejor manejo gramatical en la técnica legislativa
aconsejaba usar la conjunción ‘y’ en vez de la ‘o’, pero el no haberlo hecho
en nada impide la correcta interpretación de la norma, la que, por lo demás,
si hubiere estado en mente del legislador incluir dichas causales para el
homicidio, hubiese dicho por ejemplo: ‘homicidio o lesiones personales
agravados por…’, con lo cual indiscutiblemente quedaba involucrado el
homicidio solo en las causales mencionadas y no como quedó finalmente,
respecto de todas las causales." (Auto del 20 de enero de 1998.M.P. Dr.
DIDIMO PAEZ VELANDIA)

3-. No se trata de afirmar que los procesados por la jurisdicción penal militar, no
pueden beneficiarse de las nuevas regulaciones sobre libertad condicional
generadas con la expedición de la Ley 415 de 1997, que introdujo el artículo 72A al
Código Penal.

Como en auto del 16 de enero de 1988, con ponencia del Doctor JUAN MANUEL
TORRES FRESNEDA, contrariamente a lo que ahora se sostiene, se excluyó a los
procesados y condenados por la justicia penal militar de los beneficios introducidos
en materia de libertad condicional por la Ley 415 de 1997, se hace necesario
analizar detalladamente este tópico, en tanto resulta restrictiva tal interpretación.
En aquella oportunidad se expresó:

"Por su parte el artículo 1° del la Ley 415 de 1997 modificó, es cierto, el


régimen de la libertad condicional en términos favorables para el condenado,
salvo las excepciones que allí mismo se contemplan, pero de manera
exclusiva para los casos en que se aplica en Código Penal y no el Código
Penal Militar, pues el artículo 1° de esa preceptiva es claro al reformar el
Código Penal introduciendo en él un nuevo artículo 72A, en el que se
plasman las modificaciones invocadas.

Sin embargo, como en el Código Penal Militar su artículo 66 regula la libertad


condicional, y sobre él no ha recaído modificación ni adición alguna, es claro
que se trata de dos regímenes penales distintos, y que la Ley 415 no
extendió su alcance mas allá de las situaciones contempladas en el Código
Penal, Decreto 100 de 1980."

A continuación se fundamentan las razones por las cuales se precisa revisar


aquella postura:

3.1-. El epígrafe de la Ley 415 de 1997, que al igual que el de la Constitución


Política, ofrece el marco general para su adecuada interpretación y alcance, es del
siguiente tenor:

"Por la cual se consagran normas de alternatividad en la legislación penal y


penitenciaria y se dictan otras disposiciones tendientes a descongestionar
los establecimientos carcelarios del país."

Siendo unitario el sistema penal vigente existe a la par identidad en los fines y
funciones atribuidos a la pena, y en especial a la privativa de la libertad, bien sea
que a ella se llegue por el derecho penal común o por el régimen penal militar.
Esta unidad explica también el por qué existe un único sistema penitenciario y
carcelario, uno de cuyos principios es el sistema progresivo, al que pueden acceder
todos los reclusos, sin importar la autoridad que los hubiere juzgado.

En efecto, los artículos 12 del Código Penal Militar y 12 del Código Penal, son
iguales en redacción y contenido. Comparten la jerarquía de normas rectoras de la
ley penal, militar y común, respectivamente, y le asignan a la pena una función
retributiva, preventiva, protectora y resocializadora.

La legislación penal colombiana incluye, por supuesto, al Decreto Ley 2550 de


1988, " por el cual se expide el nuevo Código Penal Militar", y no se vislumbran
motivos de hecho o de derecho por los cuales la nueva normatividad no habría de
extenderse a los procesados por la justicia penal militar, cuando los preceptos
sustantivos y adjetivos para su juzgamiento, pertenecen al gran conjunto que
conforma el sistema penal, al que también se integran el régimen de los menores
de edad y la Justicia Regional.

3.2-. Dos son los cometidos fundamentales de la Ley 415 de 1997. Uno de ellos
consiste en descongestionar las cárceles del país y el otro introducir al conjunto
normativo del sistema penal decisiones concretas que reflejan de algún modo las
tendencias del derecho penal de actualidad.

Los fines básicos de la Ley 415 de 1997, se desarrollan a lo largo de todo su


articulado, de manera que no pueden escindirse o separarse para referirse a uno
de ellos aisladamente en diversos artículos.

Se concluye, entonces, que globalmente la Ley 415 de 1997, es aplicable también


a los procesados por la jurisdicción penal militar, pasibles de la misma política
criminal, penitenciaria y carcelaria, no siendo válido el argumento apriori
consistente en que los sitios para la detención de personal de las Fuerzas Militares,
nunca han estado congestionados, porque, se insiste, no sólo se facilita la
recuperación física de la libertad para descongestionar las cárceles, sino para
reducir la duración del confinamiento, como lo quiso el legislador al recoger
algunas tendencias del derecho penal contemporáneo.

De ahí que la Ley 415 de 1997, del mismo modo reglamenta varios artículos de la
Ley 65 de 1993, por la cual se consagra el régimen penitenciario y carcelario, único
en el derecho nacional, que sin lugar a dudas se aplica a los procesados por la
Justicia Penal Militar, sin diferenciación gravosa de ninguna índole.

3.3-. No se discute que el legislador pueda introducir tratamientos diferenciales en


la ley cuando los destinatarios de la misma se encuentran en situaciones de hecho
distintas. Tal no es el caso de los procesados por la Justicia Penal Militar.

Ningún punto de referencia con asidero en la realidad permite concluir que un


condenado bajo el régimen penal militar está en mejores condiciones generales,
en cuanto a los fines de la pena, que un condenado por los jueces comunes. Ni el
derecho sustancial, ni el adjetivo, ni el régimen penitenciario y carcelario ofrecen
fundamentos para argumentar en tal sentido.

Basta recordar que además de los delitos comunes, los militares pueden incurrir en
una serie de conductas adicionales con ingredientes especialísimos derivados de la
naturaleza de sus funciones. De igual manera, que el procedimiento es mucho mas
riguroso, menos garantista y signado por la filosofía de lo castrense. Y, finalmente,
que el régimen penitenciario y carcelario es el establecido por la Ley 65 de 1993,
que se aplica a todos los reclusos de Colombia.

Siendo similares en lo fundamental las condiciones a que se someten los detenidos


en el país, las políticas para mejorar su situación también deben serlo y por tanto,
la Ley 415 de 1997, en cuanto estableció nuevas posibilidades para alcanzar la
libertad condicional, mal podría excluir a los procesados por la justicia penal
militar.

3.4-. Si bien es cierto el artículo primero de la Ley 415 de 1997, modificó el Código
Penal, introduciéndole el artículo 72A, que, salvo las excepciones para los delitos
que taxativamente contiene, redujo a la tres quintas (3/5) partes el descuento de la
condena para obtener la libertad condicional, y no hizo referencia expresa al
Código Penal Militar, no por este motivo, puede discriminarse a los procesados por
la jurisdicción penal militar, negándoles la aplicación del nuevo artículo 72A,
cuando reunieren los requisitos ahí establecidos.

Si por aferrarse a la expresión literal del artículo primero de la Ley 415 de 1997, se
excluye del beneficio generado por el artículo 72A del Código Penal, a los
procesados por la justicia penal militar, se vulneran derechos de rango
constitucional como el de igualdad ante la ley, al tiempo que se desconocen las
implicaciones que derivan de la unidad del sistema penal.

De no hacer extensivo, en lo pertinente, el artículo 72A del Código Penal, al Código


Penal Militar, quedaría éste con un vacío normativo, en el que se extrañarían
específicamente las nuevas tendencias legislativas. Debido a ello, no solo es
factible sino imperativo complementar esta codificación con la novedosa de aquel.

3.5-. No se trata de invocar el principio de favorabilidad, pues en este evento no se


evidencia conflicto de normas en el tiempo, sino de hacer extensiva al Código
Penal Militar, las nuevas normas de la Ley 415 de 1997, por estar destinadas a la
totalidad del conjunto que informa el sistema de derecho penal colombiano.

Oportuno resulta rememorar el concepto de la Corte Constitucional, que en una de


sus sentencias señaló:

"Todo lo anterior muestra que el Código Penal Militar no es ni puede ser un


compartimiento estanco totalmente separado de la legislación ordinaria,
pues sus normas deben ser interpretadas tomando en consideración las
otras normas legales que sean pertinentes. Esto es tan claro que los
artículos 13 y 302 del propio estatuto castrense establecen reglas de
integración y hacen explícita referencia a otros códigos y leyes, en particular
a los códigos penal, de procedimiento penal y de procedimiento civil."
(Sentencia C-399/95 M.P. Dr. ALEJANDRO MARTINEZ CABALLERO.)

3.6-. Las reflexiones precedentes determinan a la Sala la modificación de su


doctrina anterior, plasmada en el auto del 16 de enero de 1998, con ponencia del
Dr. JUAN MANUEL TORRES FRESNEDA, en cuanto excluía a los procesados por la
jurisdicción penal militar de los beneficios introducidos en materia de libertad
condicional por la Ley 415 de 1997, aunque en dicho pronunciamiento no se hizo
mas gravosa la situación de los condenados por el ordenamiento de las Fuerzas
Militares, en materia de libertad condicional, sino que, se había optado por
mantener la diferencia con relación al Código Penal.

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Casación
• Fecha : 20/04/1999
• Decisión : Reconoce en forma provisional rebaja de pena, se
abstiene
de conceder libertad
• Procedencia : Tribunal Superior
• Ciudad : Militar
• Procesado : COTES CORVACHO, NELSON RAFAEL
• Delitos : Homicidio agravado
• Proceso : 13813
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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IGUALDAD ANTE LA LEY/ JUSTICIA PENAL MILITAR/


PRESCRIPCION
El artículo 13 de la Constitución Nacional garantiza la igualdad de las personas
ante la Ley y prevé que recibirán el mismo trato de las autoridades, sin
discriminación alguna, a la vez que advierte que el Estado promoverá las
condiciones para que la igualdad sea real y efectiva.

Y no consulta el principio de igualdad el hecho de que para el servidor público civil


que comete delito por razón o con ocasión de sus funciones o abusando de su
investidura, el término de prescripción de la acción penal tenga un incremento de
una tercera parte según lo dispone el artículo 82 del C.P., mientras que cuando el
hecho punible es cometido por un servidor público investido de la calidad de
miembro de la fuerza pública, por razón o con ocasión de sus funciones o con
abuso de su investidura, ese incremento no tenga operancia porque el Código
Penal Militar no lo contempla expresamente. Ante iguales circunstancias de hecho
la autoridad competente debe aplicar idénticas soluciones de derecho; este es el
apotegma que rige el principio fundamental de igualdad de las personas ante la
ley, y debe ser respetado.

Uno de los varios motivos que determinaron la expedición del C.P.M. vigente, fue
la necesidad de armonizar el régimen penal y procedimental castrense con el
sistema penal y de procedimiento ordinarios, respecto de los cuales ya desde la
década de los años 70 y de cara a los avances de la delincuencia en el ámbito
nacional y la urgencia de crear procedimientos más eficaces de investigación
comenzó a gestarse la también urgencia de profundas modificaciones que
terminaron por traducirse en los Códigos Penal de 1982 -Decreto 100 de 1981- y
de Procedimiento Penal -Decreto 050 de enero de 1987-, a los cuales siguió una
extensa actividad legislativa en el empeño de extender la actividad jurisdiccional y
hacerla expedita conforme a las necesidades sobrevinientes.

Fue entonces cuando, patente emergió así mismo la conveniencia de actualizar el


régimen penal aplicable a los militares en servicio activo y a los oficiales,
suboficiales y agentes de la policía nacional que cometan delito militar o común
relacionado con el mismo servicio dentro o fuera del territorio nacional, salvo las
excepciones legales, para lo cual a través del mecanismo de la concesión de
facultades extraordinarias al Presidente de la República por la Ley 53 del 11 de
diciembre de 1987, teniendo como objetivo, según la exposición de motivos del
entonces Ministro de Justicia, la necesidad de atemperar en lo concerniente este
especial régimen legal al régimen ordinario imperante, se expidió el Decreto 2550
del 12 de diciembre de 1988, derogatorio del Código de Justicia Penal Militar que
había regido desde 1958 -Decreto 250 de tal año-.

De tal manera uno de los lineamientos orientadores de la ley de facultades para el


nuevo C.P.M., fue "a).- Señalar los principios rectores " de esa normatividad, y
entonces se consagró el de integración de normas, tanto para la parte sustantiva
como para la parte adjetiva, en estos términos:

"Artículo 13. Integración.- En aquellas materias que no se hallen


expresamente reguladas en este Código, son aplicables las normas del
Código Penal Común";

"Artículo 302. Integración.- Son aplicables al procedimiento penal militar,


en cuanto no se opongan a lo establecido en este código, las disposiciones,
contenidas en los códigos de procedimiento penal y de procedimiento civil.

De esta manera el Código Penal Militar, evidentemente, pues así se colige del
espíritu de las normas transcritas, se ubicó en idéntico rango frente a la preceptiva
del Código Penal ordinario, así en lo sustantivo como en lo procedimental, sin
desnaturalizar claro está, su especialidad, haciendo plenamente operante el
principio de la igualdad de las personas ante la ley garantizado en el artículo 13 de
la Carta Política.

Bajo esta premisa, siendo evidente que en el C.P.M., aplicable exclusivamente a los
servidores públicos militares y de la Policía Nacional en servicio activo "que
cometen hecho punible militar o común relacionado con el mismo servicio ..."
-artículo 14 ibíd.- no aparece regulado a integridad el tema de la prescripción de
la acción penal, excepción hecha del delito específicamente militar de
deserción -artículos 115 y 74 aparte final- para el que precisó que el
término de prescripción de su acción es de dos años, denotando a las claras
esta puntualización que en el tema de la prescripción respecto de los demás
delitos tanto militares como comunes cometidos por las personas sujetas a ese
ordenamiento especial, por respeto al principio de la igualdad de las personas ante
la ley, debe acudirse al principio de integración, tomando del Código Penal
ordinario las previsiones cuyo vacío se advierte en la preceptiva especial.

Esta nueva y equitativa visión de la ley penal en comentario, más acorde con los
postulados constitucionales de la igualdad y del debido proceso, modifica la
postura jurisprudencial adoptada por esta Sala hasta ahora, que de manera
sobreentendida había admitido como término de prescripción de la acción penal
para delitos cometidos por los sujetos a quienes les es aplicable el C.P.M., el
mismo contemplado para el ciudadano común que vulnera el ordenamiento penal,
e implica que en lo sucesivo se dará aplicación en punto al tema de la prescripción
de la acción penal para dichos servidores públicos el mismo término previsto en la
normatividad expresa del C.P.M. y en el artículo 82 del C.P. ordinario para todos los
servidores públicos que delinquen en ejercicio de sus funciones o por razón de
ellas, o con abuso de su investidura, esto es el señalado en los artículos 74, 75 y
77 del C.P.M. en concordancia con el artículo 82 precitado.

Se tiene que el Capitán de la Policía Nacional y por tanto, servidor público, (...),
ahora retirado, cometió el delito por el cual fue juzgado, en ejercicio de sus
funciones y dentro del territorio patrio, de donde se infiere que para el cómputo de
la prescripción de la acción penal que se le adelanta, a partir de la interrupción
marcada por la resolución de convocatoria a consejo verbal de guerra, debe
aplicarse el incremento en el término de prescripción establecido en el artículo 82
del Código Penal Ordinario, porque cuando la delincuencia es realizada por un
servidor público tiene mayores repercusiones en el entorno ciudadano y exige una
situación diferencial con el infractor que carece de esa connotación. Así lo
entendió la Corte Constitucional, que en sentencia C-345 de 1995 con ponencia
del Magistrado Eduardo Cifuentes Muñóz del dos de agosto de 1995, al resolver la
demanda de inconstitucionalidad formulada respecto del artículo 82 del Código
Penal, expuso:

"La posición privilegiada de los servidores públicos que delinquen y


ocultan las pruebas o dificultan su consecución gracias al cargo o las
funciones que desempeñan, constituye una razón válida para ampliar el
término con que cuenta el Estado para perseguir estos delitos. Su
complejidad, por otra parte, representa un motivo adicional para la
adopción de esta medida de política criminal. Por último, el mayor costo
social de permitir que los delitos cometidos por servidores públicos queden
en la impunidad, con la consecuente pérdida de legitimidad del Estado,
justifica la existencia de una norma como la demandada.".

Y al referirse a la diferencia de trato penal entre empleados oficiales en general y


militares en servicio activo dijo:

"No basta para justificar el trato diferente , penal, entre empleados oficiales
y empleados oficiales militares en servicio activo, ... con aducir que los
últimos se encuentran cobijados por un ´régimen especial´. La
especialidad de un sector del ordenamiento jurídico, por sí sola, no es factor
suficiente para limitar el alcance del principio constitucional de la igualdad,
el cual preceptúa el mismo trato jurídico a quienes se encuentren en las
mismas circunstancias de hecho.".

Se ha visto que el C.P.M. fue expedido con posterioridad al C. P. ordinario, que la


causa eficiente de su gestación fue la imperatividad de actualizar la legislación
castrense al ritmo y enfoque filosófico y de política criminal de la legislación penal
ordinaria, y que entre sus principios rectores contempló el de la integración para
complementar los aspectos legislativos pertinentes no tratados en él. También
esto lo entendió la Corte Constitucional en la providencia que se comenta:

"A juicio de la Corte, el hecho de que exista alguna diferenciación entre


empleados públicos militares y no militares en relación con los términos de
prescripción, obedece simplemente a que la expedición de las leyes
-inclusive las penales- no es sincrónica. Por otra parte, la política criminal
no es inmutable en el tiempo. De hecho las remisiones o reenvíos de un
legislador a las leyes dictadas en el pasado puede ser total o parcial."
Estos planteamientos concuerdan con los que en sentencia C-399 también de
1995, con ponencia del Magistrado Martínez Caballero, la misma Corporación
sintetizó así:

"... el Código Penal Militar no es ni puede ser un compartimiento estanco


totalmente separado del resto de la legislación ordinaria, pues sus normas
deben ser interpretadas tomando en consideración las otras normas legales
que sean pertinentes. Esto es tan claro que los artículos 13 y 302 del propio
estatuto castrense establecen reglas de integración y hacen explícita
referencia a otros códigos y leyes, en particular a los códigos penal, de
procedimiento penal y de procedimiento civil.

" ...

"... la ley ordinaria puede regular asuntos relativos a la justicia penal militar
sin que tales disposiciones tengan que estar formalmente incorporadas en
el texto del Código Penal Militar. Así también lo entendió la Corte Suprema
de Justicia , al amparo de la constitución derogada, pues esa Corporación
señaló que la ley ordinaria podía regular distintos aspectos relacionados con
la justicia castrense . Como es obvio, se entiende que esas leyes , aún
cuando no se encuentren formalmente en ese código, pueden modificarlo y
adicionarlo, sin que ello implique ningún vicio de inconstitucionalidad ya
que, se reitera, se trata de normas legales de la misma jerarquía.".

En estas condiciones el término de prescripción de la acción penal del delito de


revelación de secretos tipificado en el artículo 146 del C.P.M. que señala una pena
máxima de seis (6) años de prisión, contados a partir de la ejecutoria de la
resolución de convocatoria al consejo verbal de guerra, es de cinco (5) años
incrementados en una tercera parte, para un total de seis (6) años y ocho (8)
meses, guarismo resultante de aplicar al caso por principio de integración el
artículo 82 del Código Penal ordinario, según el cual, como se ha dicho, el término
de la prescripción de la acción penal, en tratándose de servidores públicos se
incrementa en una tercera parte con relación a la normatividad general que regula
el fenómeno de la prescripción.

Habiendo cobrado ejecutoria la resolución de convocatoria a consejo verbal de


guerra el 7 de marzo de 1994, con la cual se interrumpió el término ordinario de
la prescripción señalado en el artículo 74 del C.P.M., y sumado el incremento
establecido en el artículo 82 del C.P. ordinario, resulta indiscutible que aún no ha
transcurrido el término de la prescripción de la acción penal en este proceso.

Este incremento opera tanto en el sumario como en la causa, tal como esta Sala,
mayoritariamente lo tiene sentado reiteradamente, (ver entre otras decisiones las
del 6 de diciembre de 1995, el 28 de agosto de 1997 y el 23 de septiembre de
1998). En esta última ocasión con ponencia del Magistrado Dr. Calvete Rangel,
puntualizó la Corte:

"Ejecutoriada la resolución de acusación el término empieza a correr nuevamente,


pero según lo dispuesto en el artículo 84 ibídem, ´por tiempo igual a la mitad del
señalado en el artículo 80´, sin que pueda ser inferior a cinco años.

"Desde luego cuando el delito fuere cometido dentro del país por servidor público
en ejercicio de sus funciones, el término previsto en el artículo 80 se tiene que
incrementar en una tercera parte, como lo ordena el artículo 82, y para el caso que
nos ocupa, el tiempo es de seis (6) años y ocho (8) meses.

"Dicho de otra manera, el artículo 80 señala que la prescripción de la acción se


presenta en un tiempo igual al máximo de la señalada en la ley si fuere privativa
de la libertad, teniendo en cuenta las circunstancias de agravación y atenuación
concurrentes, nunca inferior a cinco (5) años ni superior a veinte (20). Esta norma
es complementada por los artículos 81 y 82, en el primero en el sentido de
aumentar el término de prescripción en la mitad cuando el delito se hubiere
iniciado o consumado en el exterior, y en el segundo, el incremento es de una
tercera parte cuando el delito fuere cometido dentro del país por servidor público
en ejercicio de sus funciones. Esto obliga a entender que cuando el artículo 84 se
refiere a la mitad del término previsto en el artículo 80, dejando el mismo mínimo,
significa que su lectura hay que hacerla con las normas que lo complementan,
pues es ilógico que la distinción sea solamente para el sumario y se deseche para
el juicio, cuando las razones de dificultad que ameritan que el Estado tenga un
tiempo mayor para investigar y juzgar esa clase de hechos siguen siendo las
mismas.

"Aún más, el término de prescripción para un delito iniciado o consumado en el


exterior o cometido dentro del país por un servidor público e en ejercicio de sus
funciones o de su cargo, o con ocasión de ellos, no lo fija el artículo 80, situación
que llevaría a decir que la disminución de que trata el artículo 84 no se aplica a
esos casos, pues en realidad para ellos el término de prescripción de la acción está
dado por la integración de los artículos 80 y 81 y 80 y 82. Como el artículo 84 es
posterior, se entiende que se aplica a los eventos anteriores, pero siempre y
cuando su lectura sea completa."

Magistrado Ponente Dr. DIDIMO PAEZ VELANDIA

Sentencia Casación
• Fecha : 20/04/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior
• Ciudad : Militar
• Procesado : BARRETO GOMEZ, JOHN JAIRO
• Delitos : Revelación de secretos
• Proceso : 9997
• Publicada : Si
Salvamento de Voto Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO -
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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PENA-Dosificación / TERMINACION ANTICIPADA DEL


PROCESO
Considera la Corte oportuno precisar que el procedimiento seguido en la tarea de
dosificación de la pena, y de aplicación de los descuentos por beneficios en el caso
sub judice, consulta el texto legal de la norma en estudio, la sistemática de las
disposiciones afines, y los fundamentos del derecho penal.

No puede desconocerse que la utilización de la expresión "acumulación" en el


enunciado y cuerpo de la norma, ha provocado interpretaciones disímiles, entre
ellas la propuesta por la demandante, pero el contenido de la disposición, y las
modificaciones que luego se le introdujeron (art.12, ley 365 de 1997), permiten
lógicamente dejar establecido que lo pretendido por la ley no fue autorizar una
suma aritmética de beneficios, entendida como conjunción de varias cantidades
homogéneas en una sola, sino reconocer el carácter concursal o concurrente de la
rebaja prevista en los artículos 37 y 37A, con los demás a que tuviere derecho el
procesado.

Obsérvese que la norma, al negar el carácter concursal de estas rebajas entre sí


(artículos 37 y 37A), utiliza la misma expresión (en ningún caso se acumularán,
dice el precepto), no quedando duda del alcance que se le quiso dar a la expresión,
en el sentido de compatibilidad o concurrencia.

La interpretación propuesta por la demandante, además de no resultar acorde con


el texto del precepto, vendría a erigirse en factor de impunidad, en cuanto podría
conducir a la exclusión total de la pena, e inclusive al absurdo de tener que
reconocer saldos a cargo del Estado y en favor del procesado, haciendo que la
certeza de su aplicación resulte siendo una burla, intolerable desde el punto de
vista de los fundamentos y función asignados al derecho penal, o por mejor decir,
al derecho de la pena en un Estado de las peculiaridades del nuestro, como ya ha
sido sostenido por la Corte en oportunidades anteriores, frente a pretensiones
similares (Cfr. Cas. agosto 12/97, Mag. Pte. Dr. Arboleda Ripoll).

En decisión de mayoría la Corte ha sostenido que si bien es cierto a través de los


mecanismos de terminación anticipada del proceso no es posible llegar a una
decisión absolutoria por razón de los hechos o circunstancias aceptados por el
procesado, aspectos sobre los cuales el Juez carece de facultad de disposición, no
ocurre lo mismo en cuanto a la calificación jurídica de la conducta, respecto de la
cual goza de relativa disponibilidad, pudiendo absolver por delitos que han sido
imputados autónomamente, pero que solo constituyen elementos o circunstancias
estructurantes de uno de mayor riqueza descriptiva, por el que también ha sido
proferida acusación, o un concurso aparente, siempre y cuando se profiera
sentencia de condena por el que jurídicamente corresponde (Cfr. Auto de 12 de
noviembre de 1998, Magistrado Ponente Dr. Ricardo Calvete Rangel, y Casación de
26 de noviembre de 1998, Mag. Pte. Dr. Fernando Arboleda Ripoll, entre otras).

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL y Dr. RICARDO CALVETE


RANGEL

Sentencia Casación
• Fecha : 20/04/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : BARRERA ESPAÑA, EFRAIN
• Procesado : BARRERA CARVAJAL, ABEL
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio agravado,
Secuestro extorsivo
• Proceso : 10576
• Publicada : Si
Salvamento Parcial de Voto Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR -
Salvamento Parcial de Voto Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL -
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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LEGALIDAD DE LA PRUEBA/ TECNICA JURIDICA


Como lo ha precisado la Corte en variada jurisprudencia, los vicios predicables de
la aducción probatoria no implican, de suyo, la invalidación de todo lo actuado en
un determinado proceso, por más que se invoque como infringido el artículo 29 de
la Carta Política, pues cuando en esta disposición superior se prescribe que es
nula de pleno derecho la prueba practicada con violación al debido proceso, es
claro que se está refiriendo al fenómeno de la inexistencia de los actos procesales,
cuyos efectos invalidantes se surten sobre la prueba en sí misma, sin que
fatalmente deban trascender al resto de la actuación, pues la sanción político-
jurídica a este tipo de irregularidades es su no apreciación como medio de
convicción, es decir, que sin que se requiera pronunciamiento judicial no puede
producir efecto jurídico alguno, careciendo de poder vinculante en la actuación,
siendo, por tanto, la causal primera la correcta para sustentar esta clase de
ataques, debiéndose demostrar que en la producción de la prueba se
desconocieron los requisitos legales para su validez y además, que de descartarse
para su valoración, el fallo sería distinto.

Sea lo primero, disentir de las argumentaciones del Delegado, para quien, el hecho
que el procesado hubiese anotado "apelo" al notificarse de la resolución del cierre,
hacía improcedente el trámite de dicha impugnación, por cuanto de conformidad
con el artículo 438 del código de procedimiento penal esa providencia de
sustanciación "sólo admite recurso de reposición", pues, una postura de esta
naturaleza frente a actos de la defensa material, corresponde a una interpretación
formal y poco garantista, si se tiene en cuenta que como ya desde antaño ha
venido sosteniendo la jurisprudencia, no es dable exigirle al procesado valerse de
fórmulas sacramentales o utilizar un lenguaje técnico y jurídico cuando
personalmente actúa en el proceso, ya que no se puede desconocer que en la
mayoría de los casos el sujeto pasivo de la acción penal no cuenta con los
conocimientos jurídicos idóneos para hacer valer sus intereses, por lo que el
funcionario judicial está en la obligación de interpretar conforme a la ley, las
manifestaciones materiales de defensa del procesado, como sucede cuando
respecto de la sentencia de segunda instancia, aquél manifiesta que interpone el
recurso de apelación y no el de casación.

Si bien es cierto que la defensa constituye ya no una simple característica del


proceso sino su sustento, como que sin su real reconocimiento y ejercicio, la
legalidad del juicio por visos de formalidad que presente, sucumbe por ilegítima,
es igualmente predicable a esta máxima garantía del Estado de Derecho, su
comprensión dentro de la complejidad que encierra su reconocimiento, su ejercicio,
su respeto y su potencial vulneración, pues ésta última surge como demostración
de la negación de las primeras, esto es, que no puede corresponder a un sustrato
residual que reserva alguno de los sujetos procesales para que a la manera de un
juego de azar en la última jugada aparezca con la carta ganadora, sino que
efectivamente haya afectado este derecho, pero cuando frente a actos o etapas
secuenciales del proceso que las ha estatuido la Ley como supuestos
infranqueables para el avance de la actividad procesal, como sucede con el cierre
de investigativo en relación con la calificación sumarial, o con ésta respecto a la
etapa aprobatoria del juicio y del fallo, el propio defensor técnico las encuentra no
afectadoras de los derechos que representa y por el contrario, dándolos como
absolutamente válidos, parte de ellos para activar los siguientes y buscar las
decisión más favorable a su defendido, en ninguna forma puede entenderse que
se desconoció o se vulneró un tal derecho, ya que lo real es lo opuesto, es decir,
que se ha ejercido a plenitud.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
• Fecha : 20/04/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : RODRIGUEZ GARCIA, MIGUEL
• Delitos : Rebelión, Homicidio con fines terroristas
• Proceso : 14143
• Publicada : Si
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EXTRADICION DE NACIONALES
Para que haya lugar a la extradición, el artículo 2° del mencionado Tratado exige:

"a) Que el Estado reclamante tenga jurisdicción para juzgar y castigar el acto
que motiva la solicitud.

"b) Que el individuo cuya extradición se pida haya sido condenado o esté
procesado o perseguido como autor, cómplice o auxiliador de una violación
de derecho penal punible en ambos Estados con una pena no menor de dos
años de prisión.

"c) Que la acción o la pena no estén prescritas conforme a las leyes de


cualquiera de los Estados contratantes.

"d) Que el prófugo, si está ya juzgado, no haya cumplido aún su condena".


No obstante, el mismo Tratado, en su artículo 5°, dispone:

"Tampoco habrá lugar a la extradición si el individuo reclamado es nacional


nativo del Estado requerido o nacionalizado en él, salvo, en este último caso,
que la naturalización sea posterior al acto que determina la solicitud de
extradición.

"Empero, cuando la extradición de un individuo se niegue por esta causa, el


Estado requerido queda obligado a juzgarlo de conformidad con sus propias
leyes y mediante las pruebas que suministre el Estado requirente y las
demás que las competentes autoridades del Estado requerido estimen
conveniente allegar".

Para predicar la nacionalidad de origen es menester que se conjuguen dos de tres


elementos, a saber:

a) El ius soli, consistente en haber nacido en el territorio,

b) El ius sanguinis, tener padre o madre nacidos en Colombia o nacionales


colombianos, y

c) El ius domicili, tener fijado el domicilio en la República, elemento éste que


siempre debe conjugar con cualquiera de los dos anteriores para que se estructure
la nacionalidad por nacimiento.

El artículo 96 de la Constitución Política establece:

"Son nacionales colombianos:

"1. Por nacimiento:

"a. Los naturales de Colombia, con una de dos condiciones: que el padre o la
madre hayan sido naturales o nacionales colombianos o que, siendo hijos de
extranjeros, alguno de sus padres estuviere domiciliado en la República en el
momento del nacimiento.

"b. Los hijos de padre o madre colombianos que hubieren nacido en tierra
extranjera y luego se domiciliaren en la República...".

Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Extradición
• Fecha : 20/04/1999
• Decisión : Conceptúa desfavorablemente
• Procedencia : Gobierno
• Ciudad : Panamá
• Procesado : BUELBA URRIOLA, RAMON AMAR
• Proceso : 13636
• Publicada : Si
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COLISION DE COMPETENCIA/ DELITOS CONTRA EL


PATRIMONIO ECONOMICO/ ABUSO DE CONFIANZA
La Sala ha venido reiterando que en general los delitos contra el patrimonio se
consuman en el momento y en el lugar en el que efectúa el agente un acto externo
de disposición de la cosa mueble ajena, que demuestre claramente su intención de
apropiarse de ella o de incorporarla a su patrimonio, y que comprobada la
ejecución de ese acto en un lugar determinado, será competente el Juez de esa
misma jurisdicción, sin que sea ya trascendental para esta determinación,
tratándose del ilícito de abuso de confianza, el sitio en que fue entregado el bien a
título no traslaticio de dominio, o dónde deberían rendirse las cuentas de la gestión
encargada, si fuere el caso.

Con relación al hecho punible de abuso de confianza la Sala tuvo la oportunidad de


pronunciarse en el auto del 17 de septiembre de 1996, cuando para dirimir una
colisión negativa de competencia, con ponencia del Honorable Magistrado doctor
JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO, acotó:

"Por cuanto la estructura típica del hecho punible de abuso de confianza no


sufrió variaciones sustanciales en el tránsito del Código Penal de 1936 al
vigente, cobran renovado vigor para este debate las precisiones hechas por
la Corte en el auto de noviembre 27 de 1980, con ponencia del desaparecido
magistrado Fabio Calderón Botero, que son del siguiente tenor:"

"Es cierto que la jurisprudencia sostuvo en alguna época que el


conocimiento de procesos por el delito de abuso de confianza correspondía
al juez del lugar donde se entregaba la cosa a título no traslaticio de
dominio, o bien del sitio donde ésta debía restituirse o debía rendirse
cuentas. Entre uno y otro extremo vacilaba la Corte.

"Sin embargo, esos criterios fueron desechados frente a esta verdad jurídica
indiscutible: el delito de abuso de confianza es un punible de comisión
instantánea. Luego, se consuma en el momento mismo en que el agente
efectúa un acto externo de disposición de la cosa o de incorporación de ella
a su patrimonio, con ánimo de señor o dueño, esto es con animus rei sibi
habendi, o como otros expresan, cuando procede uti domine.

Es obvio que este criterio se encuentra sujeto a la prueba de la ejecución en


un determinado territorio, de ese acto externo. Si se logra probatoriamente
ubicar el sitio, al juez que allí tenga jurisdicción le corresponde su
conocimiento (art. 41 del C. de P.P. -se refiere al art. 78 de hoy-). Si, por el
contrario, el lugar es desconocido la competencia se fijará a prevención (art.
42 ibídem -condiga con el actual art. 80-)"

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Colisión de Competencias


• Fecha : 20/04/1999
• Decisión : Declara competencia por el factor territorial al J. P.M.
reparto
de Pereira
• Procedencia : Juzgado Penal Municipal
• Ciudad : Riosucio (Caldas)
• Procesado : ALZATE CHICA, ORLANDO
• Delitos : Abuso de confianza
• Proceso : 15571
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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COLISION DE COMPETENCIA/ NARCOTRAFICO-Conservación


Existen factores que permiten radicar el conocimiento de un específico asunto a
determinado funcionario judicial como lo son, la naturaleza del hecho, el lugar de
su ocurrencia, el ámbito funcional, el objeto material, la existencia de fuero y en
algunos eventos, la cuantía o, como en el caso a examen, la cantidad de droga que
produce dependencia decomisada al agente.

En tratándose de un tipo penal que como el descrito en el dispositivo que reprime


el tráfico de drogas que producen dependencia -artículo 33 de la ley 30 de 1986,
modificado por el artículo 17 de la ley 365 de 1997-, apareja un registro de
conductas alternativas de realización instantánea o de ejecución permanente, el
tema en discusión halla solución en la medida en que se pueda determinar si el
comportamiento atribuido al agente obedece a una cualquiera de aquellas
eventualidades.

Ese acto de conservación descrito en el tipo penal relacionado con antelación,


ineluctablemente se halla conectado finalísticamente con las diversas actividades
desplegadas por los presuntos infractores tendientes a la comercialización del
material incautado y, en ese orden de ideas, dicha conducta es de ejecución
permanente en el entendido de que los actos que la configuran tienen por objeto
mantener el estado consumativo del hecho imputado. Es en estos términos como
la Jurisprudencia de la Sala ha concebido la unidad de acción en eventos de la
naturaleza como el que aquí se debate.

Ahora, si a lo que viene de exponerse se aúna el hecho de que el operativo policial


que dio con la captura de los encartados y el decomiso de la sustancia alcaloide en
referencia no tuvo solución de continuidad, puesto que obedeció a la estrategia
única trazada por quienes montaron el correspondiente dispositivo con la
aquiescencia del declarado confeso de infringir la ley de estupefacientes y a su vez
delator de la persona que lo surtía del producto de ilícito comercio, razón le asiste
al Juez Primero Penal del Circuito de San Andrés Isla en declinar la competencia
para conocer del asunto, como quiera que la conducta penalmente reprochable
que se imputa al procesado no se consumó en dos fases, y menos constituyen
actos distintos al de conservar, se insiste, como erradamente aduce el Juez
Regional de Barranquilla.

Magistrado Ponente Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Colisión de Competencias


• Fecha : 20/04/1999
• Decisión : Dirime colisión señalando competencia al Juzgado
Regional
de Barranquilla
• Procedencia : Juzgado Primero Penal del Circuito
• Ciudad : San Andrés
• Procesado : MARTINEZ SUAREZ, JESUS ALIRIO
• Delitos : Violación a la Ley 30/86
• Proceso : 15381
• Publicada : Si
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COMPETENCIA FUNCIONAL
Al determinar la ley con precisión los órganos jurisdiccionales que deben intervenir
en el conocimiento de las fases del proceso correspondientes a la instrucción, la
acusación, y el juzgamiento, la ejecución de la sentencia condenatoria y la
resolución de los recursos ordinarios y el extraordinario, reglamentó la
competencia funcional. Efectivamente, el art. 70 del Código de Procedimiento
Penal atribuye a los Tribunales Superiores de Distrito, la función de decidir en
segunda instancia los recursos de apelación y de hecho en los procesos que
conocen en primera instancia los jueces de circuito, o sea que, el funcionario que
profirió la decisión combatida es quien fija el que ha de resolverlo.

Con esta decisión se atiende el principio atinente a que la nulidad de los actos
procesales debe ser decretada por el Funcionario competente, dado que como
viene de explicarse, dicha facultad la ostenta el Tribunal Superior de Bucaramanga
por cuanto el fallo de condena conserva su fuerza vinculante, como quiera que aún
no se ha desatado el recurso de apelación interpuesto en su contra.

Diversa sería la solución en el caso que la colisión se hubiera suscitado en primera


instancia, ya que la nulidad debería ser decretada por el funcionario que resultare
finalmente competente, en atención a que aquí no sería determinante el factor
funcional.

Esta ha sido la forma como la Sala ha venido resolviendo, en los últimos años, esta
clase de conflictos. Así fue, que con ponencia del Mg. Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ
GALLEGO la Sala en decisión del 11 de marzo de 1.997 expresó:

"En efecto, a la Corte se le han dispensado facultades para dirimir conflictos


de competencia entre tribunales, o entre éstos y juzgados de distinto distrito
judicial "o entre un juzgado regional y cualquier juez de la república (C.P.P. )
lo cual significa que la controversia puede ser por el factor objetivo, o el
territorial, o el de conexidad, o el funcional, o combinaciones permitidas de
los tres primeros, mas si la discordia se traba en sede de segunda instancia,
el tribunal discordante debe actuar primero funcionalmente antes de
pretextar un factor objetivo que directamente le concierne es al funcionario
de primer grado al cual se le revisa. En suma, la Sala definirá
fundamentalmente cuál es el órgano competente para conocer de este
asunto en segunda instancia, dado que la determinación del juez de primer
grado la hará inicialmente el tribunal al cual se le adjudique el conocimiento
en esta controversia.".

Mas adelante señaló la Corte en el mismo auto:

"De modo que, de acuerdo con la legislación procesal penal vernácula, la


competencia funcional se determina directa y automáticamente en función
de cuál sea el órgano que conozca del proceso, aun sin competencia objetiva
o territorial, en primera instancia. Tal determinación legislativa se aviene con
la definición doctrinaria de competencia funcional como la distribución de la
jurisdicción penal en atención a las fases de desarrollo de la relación
procesal penal o a las específicas actividades por cumplir dentro del proceso,
de tal manera que dicho concepto, analíticamente visto, se refleja más en
una situación de dependencia entre órganos jurisdiccionales, de correlación
y de coordinación de funciones, o bien de reparto y supeditación de distintas
actividades dentro de la actuación procesal."

Postura también asumida en las decisiones del 13 de noviembre, 6 y 18 de


diciembre de 1.996, con ponencia de los Magistrados FERNANDO ARBOLEDA
RIPOLL, RICARDO CALVETE RANGEL y CARLOS AUGUSTO GALVEZ ARGOTE, en su
orden, y en la del 21 de agosto de 1.997 con ponencia del mismo Dr. GALVEZ
ARGOTE).

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Colisión de Competencias


• Fecha : 20/04/1999
• Decisión : Asigna competencia al Tribunal S. de Bucaramanga
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : San Gil
• Procesado : CHAPARRO PIZZA, JAIRO
• Delitos : Hurto calificado y agravado
• Proceso : 14963
• Publicada : Si
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IMPUGNACION-Interés para recurrir/ DEFENSA TECNICA
Es el interés para recurrir lo que legitima el derecho a la impugnación, pues los
recursos no pueden concebirse jurídicamente sino como un medio a través del
cual se persigue la reparación de un agravio o perjuicio causado con la decisión
judicial que se repudia, constituyendo imprescindible supuesto para su ejercicio,
conforme lo regula la Ley Procesal Penal, trátese de recursos ordinarios o del
extraordinario de casación, pues si bien es cierto que el artículo 196 de este
Estatuto sólo lo exige literalmente para los primeros, ello no significa que no sea
predicable para la casación, no solo porque conceptualmente en el ámbito de la
Teoría del Proceso no puede concebirse un recurso en sentido diverso, sino porque
nítidamente se infiere su imperativo de los fines que le determina este Código en
su artículo 219.

Esta exigencia, desde luego, no corresponde a un mero ejercicio intelectual de lo


jurídico o a una ritualidad normativa desprendida de contenido y finalidad, pues,
siendo un medio procesal que posibilita la revisión judicial para que el mismo
funcionario que profirió la decisión, por medio de la cual, presuntamente se
ocasionó ilegalmente un agravio o perjuicio a una de las partes, lo subsane, o
mediante el recurso de apelación, que lo haga su inmediato superior funcional o
quien la misma ley determine, su naturaleza defensiva le es connatural y como tal
se sustenta y contiene como legitimante del Estado de Derecho respetuoso de la
dignidad y libertad del ser humano, que garantiza la interpretación y consiguiente
aplicación de la ley, los medios para su ejecución y las decisiones intermedias y
finales que se ven así amparadas en un debido proceso respetuoso de los derechos
individuales y colectivos de una sociedad que se sabe protegida por la seguridad
jurídica que emana de esta clase de decisiones.

Incrustado, entonces, el derecho a la impugnación de los decisiones judiciales en


un Estado fundamentado en el respeto a los derechos de la dignidad y la libertad
de las personas, riñe con su naturaleza, filosofía, contenidos políticos, político
criminales y jurídicos, el ejercicio de los medios defensivos legales que en
cumplimiento de los límites formales y materiales que lo caracterizan, se emplee
no para que los derechos de los sujetos procesales resulten lo menos afectados
posible, sino para que sean mayormente afectados, esto es, para que la situación
jurídica del impugnante se agrave, pues si bien los recursos constituyen un
derecho, es el propio Estado el que presumiendo la legalidad y el acierto de las
decisiones judiciales, sólo posibilita su ejercicio en beneficio del recurrente,
reservándose por razones de orden público otro mecanismo judicial como el de la
consulta para los casos expresamente consagrados en la ley, en virtud de la cual
por encima de los derechos individuales de cada uno de los sujetos procesales,
aún desmejorando las situaciones declaradas judicialmente en su favor, hace
primar la legalidad, llegando hasta declarar la nulidad de lo actuado cuando no
existiendo otro mecanismo que la evite, se impone para garantizar los derechos
constitucionalmente reconocidos para el juzgamiento penal.

Así, y si bien es cierto que la defensa técnica cumple en relación con la


administración de justicia, un papel de colaboración sobre el descubrimiento de la
verdad real y el respecto de garantías que puedan abarcar los derechos de los
demás sujetos procesales, lo cual implica atribuirle un deber de interés general, lo
es igualmente, que frente a su defendido, la actividad profesional debe estar
encaminada al empleo de todos los medios legal y jurídicamente permitidos para
beneficiar la situación procesal de aquél, lo cual le impide sacrificar los derechos
de su procurado so pretexto de sacar avante aquellos que teóricamente puedan
incidir en el carácter público del juzgamiento, pero que en su particular situación
no lo han afectado, lo que si se haría al provocar su corrección para hacerla más
gravosa.

Si admitida la demanda el vicio no fue detectado, lo que procede no es la


declaratoria de nulidad como en el caso anterior, sino la desestimación del libelo,
pues, siendo que la decisión que correspondería es la del fallo para decidir sobre
las pretensiones del casacionista y para ello tiene que haberse cumplido las
exigencias sustantivas y procesales previstas por la ley como supuestos, la
subsistencia del hecho generador del vicio lo impide, ya que como sucede en
casos como el presente, la falta de interés para recurrir por parte del demandante
para formular un ataque como el que ha presentado, continúa produciendo,
material y jurídicamente, los mismos efectos negativos atribuibles desde el
momento en que se recurrió el fallo del Tribunal, no quedándole otra alternativa a
la Corte que la de desestimar oficiosamente la demanda, pues la simple
inadvertencia de la causa a la ahora de concederse el recurso o de inadmitirse la
demanda no hace que el vicio pierda eficacia, sino que lo que era causa de
rechazo o inadmisión se convierta en causa de desestimación, ya que todo
depende de la fase procesal en que se tome la decisión, pues el auto de admisión
erróneamente proferido, no obliga a tomar decisión alguna de fondo al estudiar los
reparos hechos a la sentencia del Tribunal y determinar el vicio o la índole de la
pretensión, dado que carece de fuerza vinculante no porque se estime ilegal, sino
porque carece de efecto, y pensar en atribuirle capacidad saneadora al auto de
admisibilidad equivaldría, como se ha dicho, a comprometer a la Corte en el
nuevo error de asumir una competencia de que carece, la cual queda limitada
exclusivamente a tomar esta decisión, dado que el objeto de fallo, como es la
demanda, no puede proferirse ante su ineptitud.

No obstante y como podría afirmarse que al impetrarse la nulidad de lo actuado


por falta de competencia, como sucede en este proceso, siendo que la invalidez
incluiría la resolución acusatoria, lo que se persigue es la liberación provisional del
incriminado por vencimiento de términos para el proferimiento de la nueva
calificación, pero una tal argumentación es apenas sofística, pues al sustentarse el
cambio de competencia en el reconocimiento del referido agravante, que es el
supuesto que se la otorga a la Justicia Regional, es claro que al volverse a calificar
el sumario habría que incluir en el pliego de cargos y de proferirse fallo
condenatorio, igualmente en éste, agravando punitivamente y sin reparos, la
situación del procesado. Así lo favorable al implicado no puede verse limitado a
una coyuntural liberación o a la hipotética eventualidad de una determinada
táctica defensiva en busca de la prescripción de la acción, por ejemplo, cuando la
finalidad última del proceso penal, esto es, la pena con todas sus consecuencias,
va a ser más gravosa, evidenciándose así cómo el recurso interpuesto sólo ha sido
un medio para que cuando ha cumplido sus fines se los haga perder para que
además, opere un juzgamiento que por su naturaleza resulta más restrictivo que el
de la jurisdicción ordinaria.

Careciendo, por tanto, de interés para recurrir el demandante en los términos en


que lo ha hecho, amén de que dicho sea al margen, aún cuando tuviese ese
interés el cargo estaría mal planteado por cuanto la falta de competencia aludida
sería la consecuencia de atacar primero por vía de la causal primera la pretendida
calificación delictual, y limitada así la competencia de la Corte, como ocurre con la
prescripción, al único pronunciamiento de la desestimación de la demanda por
improcedente, a ello se procederá, como igualmente debió hacerlo el Procurador
Delegado, pues, siendo aquella el objeto del concepto, es claro que ante la
carencia del referido interés ha perdido la competencia para cualquier otra clase
de análisis y menos de peticiones como la de la oficiosa nulidad que ahora ha
impetrado.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
• Fecha : 20/04/1999
• Decisión : Desestima la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Recurrente : FRANCO CONTRERAS, JOSE IVAN
• Delitos : Hurto calificado, Porte de armas de defensa personal,
Tentativa de homicidio agravado
• Proceso : 10391
• Publicada : Si
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22/04/1999
REDENCION DE PENA/ DETENCION DOMICILIARIA
En cuanto al trabajo de modistería realizado por la procesada para (...) durante el
tiempo que permaneció en detención domiciliaria no puede ser considerado para
efectos de redención de pena, pues el Código Penitenciario y Carcelario al regular
la figura de la redención de pena por trabajo, estudio y enseñanza, prevé que las
mismas deben ser realizadas en los centros de reclusión, como se colige de las
alusiones que en tal sentido se hacen en los artículos 80, 81 y 82 del citado
Estatuto.

Magistrado Ponente Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Unica Instancia
• Fecha : 22/04/1999
• Decisión : Niega libertad solicitada
• Procedencia : Corte Suprema de Justicia
• Procesado : LLERENA ROCA, MARIA DEL CARMEN
• Delitos : Prevaricato por acción
• Proceso : 12907
• Publicada : Si
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23/04/1999

HOMICIDIO-Ley 40 de 1993/ TERRORISMO


En relación con el tema de las discusiones de competencia, a partir del dato de
que existe una resolución acusatoria en firme, y sobre la importancia de la misma
en la estructura procesal penal colombiana, la jurisprudencia de esta Corporación
se ha decantado en los siguientes términos:

"La Sala ha reiterado la fuerza vinculante que tiene la resolución de


acusación ejecutoriada en un sistema procesal penal con tendencia
acusatoria como el colombiano, en la medida en que no puede ser
desconocida por el juzgador con argumentos apriorísticos, y al concretar los
hechos por los que se llama a juicio delimita la competencia y fija el marco
de referencia para el ejercicio del derecho de defensa y la terminación
anticipada del proceso (arts. 37 inc. Final, 38 y 39 del C. de P. P., modificados
por los arts. 3, 6 y 7 de la Ley 81/93).

"De ahí que la incompetencia del Juez para conocer de un determinado


proceso debe estar referida a los hechos por los cuales se profirió resolución
de acusación, pues le está vedado -por virtud del principio de congruencia
entre acusación y sentencia-, extender el juzgamiento a hipótesis delictivas
derivadas de hechos que no fueron objeto de imputación en el pliego de
cargos.

"De conformidad con la precisión anterior, resulta admisible la controversia


planteada en el presente caso, por cuanto la incompetencia aducida por el
Juez está referida a la denominación jurídica de los hechos objeto de
acusación, cuya verificación debe ser efectuada por el Juez de la causa como
máximo garante de la legalidad del proceso" (auto 28 de julio de 1998. M. P.
Fernando Arboleda Ripoll. Subrayas añadidas).

Para las trazas del caso examinado, la expresión jurisprudencial había sido más
clara aún en el auto del 28 de agosto de 1995, por cuyo medio se dijo:

"Ahora bien, no por disentir de la resolución de acusación puede el juez de la


causa negarse a conocer del proceso pretextando incompetencia. Esto
solamente puede hacerlo cuando la discrepancia recae sobre la calificación
jurídica de los hechos y la que habría de darse determina cambio de
competencia, verbigracia, si la acusación contiene cargos por un delito de
conocimiento de la justicia ordinaria y el juez considera que la calificación
debió hacerse por uno de competencia de la justicia especial regional, caso
en el cual está obligado a proponer colisión negativa sin festinar decisiones
sobre la validez de la actuación (C. P. P., art. 101).

"Por fuera de esta hipótesis, el juez debe asumir el conocimiento del


proceso, sea cual fuere la inconformidad suya con el, para, en el curso del
juicio, tomar la decisión que corresponda con arreglo a las soluciones que la
ley procesal le ofrece, siempre y cuando no desconozca, al menos no antes
de la sentencia, la valoración jurídico-probatoria que la acusación contiene
en relación con la materialidad del hecho y la responsabilidad del procesado,
pues, de hacerlo, suplantaría al fiscal en el ejercicio de la función acusadora
que, como es bien sabido, le pertenece" (M. P. Fernando Arboleda Ripoll. Se
ha subrayado).

De modo que, sin desconocer los hechos probados durante la instrucción, es


posible que el juez advierta una errónea o deficiente calificación de los mismos en
la resolución de acusación, yerro que si llegare a trascender a un cambio de
competencia, habilitaría al juzgador para plantear la respectiva colisión.

El artículo 30 de la Ley 40 de 1993, que modificó el artículo 324 del Código Penal,
prevé como circunstancias de agravación del delito de homicidio, entre otras
hipótesis, cuando el hecho se comete "con fines terroristas, en desarrollo de
actividades terroristas, o en persona que sea o hubiere sido servidor público,
periodista, candidato a cargo de elección popular, dirigente comunitario, sindical,
político o religioso; miembro de la fuerza pública, profesor universitario, agente
diplomático o consular al servicio de la Nación o acreditado ante ella, por causa o
por motivo de sus cargos o dignidades o por razón del ejercicio de sus
funciones, en cualquier habitante del territorio nacional por sus creencias u
opiniones políticas; o en sus parientes dentro del cuarto grado de
consanguinidad, segundo de afinidad o primero civil" (numeral 8°. Se ha
destacado).

Se notará que la técnica regulativa de la Ley 40 de 1993 difiere de la utilizada en el


Decreto 180 de 1988, en la medida que aquella primero se refiere al homicidio
realizado con fines terroristas o cometido dentro de una actividad de esa índole,
como una de las formas de agravación del delito contra la vida, pero a
continuación introduce otra modalidad intensificadora de la pena por la muerte
infligida a servidores públicos o ciudadanos que ostentan otras dignidades, o están
socialmente comprometidos en tareas loables o profesan ciertas ideologías,
siempre que el hecho se produzca por causa o razón de lo que las víctimas han
sido, hacen funcionalmente o adhieren a sus consciencias, sin que sea típicamente
necesario en estos últimos casos la demostración de "fines o actividades
terroristas" más allá del vínculo motivacional destacado. En el artículo 29 del
decreto mencionado, en cambio, se configuraba el homicidio especial cuando, "con
fines terroristas", se le ocasionaba la muerte a los personajes o ciudadanos allí
enlistados, sin que el tipo de antes (tampoco el de ahora) haya definido el
significado de dicha expresión.

Pues bien, como es un deber de los jueces el actuar desde la perspectiva de los
principios de legalidad y tipicidad inequívoca (C. P., arts. 1° y 3°), la expresión legal
"fines terroristas" sólo puede entenderse a partir de una estructura de referencia
que conforma la definición del delito de terrorismo en el artículo 187 del Estatuto
Punitivo (modificado por los artículos 1° del decreto 180 de 1988 y 4° del decreto
2266 de 1991), sin perder de vista que en la adecuación de la circunstancia de
agravación, por obedecer solamente a un ánimo especial, basta que el sujeto mate
con la intención adicional de producir terrorismo, aunque a la postre no alcance a
tipificarse concurrentemente este último delito.

De otra parte, tomar la descripción típica del delito de "terrorismo" como fuente de
información del contenido jurídico de la "finalidad terrorista" a la que atañe el
numeral 8° del artículo 324 del Código Penal, es algo que se compadece con la
equiparación para efectos punitivos, por lo menos antes de aplicar el artículo 61
del mismo ordenamiento, que aquel precepto hizo entre la conducta de matar con
sola disposición anímica ("fines terroristas") y el hacerlo "en desarrollo de
actividades terroristas", pues definitivamente estas últimas sólo pueden tener el
sentido normativo que les da el artículo 187 de la obra citada, en sus dos incisos,
desde luego sin desconocer que ontológica y valorativamente son distintos la
tendencia interna trascendente al terrorismo y el hecho terrorista cumplido como
tal.

Así pues, el citado artículo 187 del Estatuto Penal dice:

"Terrorismo. El que provoque o mantenga en estado de zozobra o terror a


la población o a un sector de ella, mediante actos que pongan en peligro la
vida, la integridad física o la libertad de las personas o las edificaciones o
medios de comunicación, transporte, procesamiento o conducción de fluidos
o fuerzas motrices valiéndose de medios capaces de causar estragos
incurrirá en prisión de diez (10) a veinte (20) años y multa de diez (10) a
cien (100) salarios mínimos mensuales, sin perjuicio de la pena que le
corresponda por los demás delitos que se ocasionaren con este hecho.

"Si el estado de zozobra o terror es provocado mediante llamada telefónica,


cinta magnetofónica, vídeo, casete o escrito anónimo, la pena será de dos
(2) a cinco (5) años y la multa de cinco (5) a cincuenta (50) salarios mínimos
mensuales".

De acuerdo con la norma transcrita, el delito de terrorismo legalmente se


individualiza por la conjunción de conductas, medios y resultados. De modo que
no basta la sola obtención de un resultado consistente en provocar o mantener
en estado de zozobra o terror a la población o una parte de ella, sino que es
necesario que ello se logre a través de conductas "que pongan en peligro la vida,
la integridad física o la libertad de las personas o las edificaciones o medios de
comunicación, transporte, procesamiento o conducción de fluidos o fuerzas
motrices", y valiéndose de medios aptos para ocasionar estragos o de la
idoneidad que comportan los del inciso 2° del artículo 187.

Así las cosas, la identificación de los "fines terroristas" en el homicidio no se logra


por el solo miedo intenso que siente la población o un sector de ella, a raíz de las
aisladas o frecuentes acciones de individuos, bandas o grupos armados irregulares,
sino que es necesario que ese anhelado resultado se consiga, por ejemplo, en
razón de conductas y medios idóneos para causar estragos, distintos, en principio,
de los previstos en los capítulos II y III del título V, libro segundo del Código Penal
(que corresponden a la causal 3ª de agravación del homicidio), tales como los que
impliquen la utilización de bombas, granadas, cohetes, armas de fuego
automáticas o por medio de paquetes o cartas con explosivos ocultos, siempre que
dicho uso represente un peligro común o general para las personas, porque,
además de la ofensa a la vida, se trata de amenazar otro bien jurídico tutelado
como es el de la seguridad y tranquilidad públicas. Desde luego que si el
sujeto homicida se vale de incendio, explosión, descarrilamiento, derrumbes,
naufragios, liberación de energía nuclear o de gases tóxicos, medios usados con el
querer directo y simultáneo (a la muerte) de generar pánico o miedo extremo en
la población, la causal 3ª de agravación sería desplazada en dicho caso por la que
es objeto de estudio (causal 8ª).

Ahora bien, a pesar de que originalmente el lenguaje le otorga a la palabra


"estragos" un sentido materialmente destructor de cosas, otros usos que se
compadecen con el que jurídicamente le da la norma en cuestión, atañen a la
probabilidad de abundancia de víctimas que pueden ser afectadas, en el momento
de la acción juzgada (no después), en sus vidas e integridad física, y por ello se
considera terrorista, verbigracia, la actividad y el objetivo de darle muerte a una
sola persona por medio de la explosión de una bomba o de una granada en
circunstancias de tiempo o lugar que evidentemente expongan otros bienes
jurídicos de un número indeterminado de personas (vida, salud, patrimonio). Para
efectos del dolo, vale tanto el resultado propuesto de una acción como sus
consecuencias, entendido el primero como algo querido por el sujeto y las
segundas como lo que, aunque puede no ser querido, de todas maneras está en
conexión de necesidad con la actividad realizada, razón por la cual la doctrina
califica este segundo caso como dolo directo de segundo grado y no meramente
eventual.

Hay que hacer énfasis en que el homicidio, por la modalidad comportamental y los
medios utilizados, debe poner en peligro otros bienes jurídico protegidos, la
seguridad y tranquilidad públicas, por cuyo conducto se busca preservar las
condiciones objetivas generales que sirven de presupuesto a la comunicación
intersubjetiva y las actividades normales de los individuos en la sociedad.
Además, si bien el "fin terrorista" es un elemento subjetivo especial del tipo de
homicidio agravado, de todas maneras debe reflejarse o involucrarse en conductas
y medios que así lo exterioricen, dado que también en materia de agravantes el
derecho penal colombiano es de acto y no de autor, pues con razón el
encabezamiento del artículo 324 se refiere a que "si el hecho descrito en el artículo
anterior se cometiere…".

Por último, la interpretación del ingrediente de los "fines terroristas" en el tipo


circunstanciado de homicidio agravado, de cara a la estructura legal del delito de
terrorismo, sólo es completa si se entiende que también aquel elemento subjetivo,
presente al momento de la realización del hecho contra la vida, apenas puede
revelarse por conducta posterior que indica cómo la muerte se produjo
precisamente "para preparar, facilitar o consumar" el hecho punible de terrorismo,
aunque la conducta homicida no hubiese estado rodeada de modalidades y medios
que evidenciaran por sí mismos el propósito terrorista. En la dramática y
exacerbada situación de conflicto que vive el país, cuyos actores han ensayado los
medios más crueles y bárbaros para sojuzgar al Estado de Derecho y la sociedad,
es lo que ha ocurrido, por ejemplo, cuando se le da muerte a una persona en
circunstancias objetivas distintas a las antes indicadas, pero se hace con el fin de
exhibir posteriormente el cadáver como escarnio público o de rellenarlo de
explosivos para provocar terror o más daños y muertes.

Cuando se dice que el homicidio también contiene "fines terroristas" en el


momento en que se comete "para preparar, facilitar o consumar" el delito de
terrorismo, se debe a que el significado fundamental de la preposición "para" es el
de finalidad, destino o utilidad, sin que haya lugar a confusión con la causal 2ª de
agravación, porque si bien coinciden las conductas conformadoras de la
circunstancia, el principio de especialidad impone la aplicación de la causal 8ª por
referirse a una tendencia anímica (finalidad) que apunta al hecho punible de
terrorismo y no a otro cualquiera que sí admite la causal 2ª.

Así entonces, a pesar de la prueba que reivindica el juez de circuito trabado en el


conflicto, es necesario declarar que no bastaría la pertenencia del procesado a un
grupo armado irregular para que la conducta homicida contenga finalidad
terrorista, pues, si bien el hecho genera intranquilidad en un sector de la
población, él no se ha realizado por formas comportamentales y medios que
apunten a ese resultado, pues inclusive la clase de arma utilizada, el lugar donde
se realizó (alejado de los núcleos urbanos o de concentración poblacional) y el
deseo de actuar a la sombra, son factores que, sin ser los únicos, en lugar de
construir la finalidad terrorista, la desdibujan. De igual manera, para efectos de la
calificación "terrorista" tampoco importaría si el homicidio fue cometido con un fin
político, social, filosófico, ideológico o religioso, pues todos pueden alcanzar dicha
connotación.

Con base en estas reflexiones, como el homicidio examinado no puede agravarse


por la circunstancia prevista en el numeral 8° del artículo 324 del Código Penal, se
adjudicará el conocimiento de este proceso al Juez Primero Penal del Circuito de
Yarumal, conforme con lo dispuesto en los artículos 71-5 y 72 del Código de
Procedimiento Penal, pero se enviará copia de la providencia al Juez Regional de
Medellín.

Magistrado Ponente Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Colisión de Competencias


• Fecha : 23/04/1999
• Decisión : Asigna conocimiento al Juzgado Primero Penal del Circuito
de
Yarumal
• Procedencia : Juzgado Regional
• Ciudad : Medellín
• Procesado : CASTRILLON VELASQUEZ, DEMETRIO DE JESUS
• Delitos : Homicidio agravado
• Proceso : 15539
• Publicada : Si
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27/04/1999

EXTRADICION
El procedimiento denominado de extradición, que tiene como fin la entrega que
efectúa un Estado de un individuo que se encuentra en su territorio, a otro Estado
que lo reclama para someterlo a juicio o para que cumpla con la penalidad ya
impuesta, trasciende la esfera propiamente procesal penal para internarse en el
campo del derecho penal internacional, derivando su fuente principal en los
tratados celebrados entre los diferentes Estados, con miras a la realización de
actos de asistencia judicial de orden interestatal.

Así las cosas, resulta evidente que las normas que regulan la extradición se
caracterizan por ser de derecho internacional público, y por tanto no es posible
aceptar la renuncia a que se continúe el procedimiento iniciado que formula el
requerido en extradición, menos cuando dichas normas no admiten tal posibilidad.
Este procedimiento es de carácter jurisdiccional y en su través se sustancia un
verdadero proceso dentro del cual se garantizan los derechos del requerido y en el
que se llega hasta la valoración de la prueba para establecer la viabilidad de
conceptuar positivamente sobre la entrega del solicitado.

Además, sobre el tema, la Sala ya había dejado dicho en caso similar :

"..Tomando en cuenta, entonces, que en el trámite de extradición ante la Corte


participan no solamente el requerido y su defensor, sino el sujeto procesal que
viene de referirse - el Ministerio Público - , ha de concluir la Sala que la renuncia al
rito legalmente establecido, presentada por el señor…, resulta inane por no surtir
ningún efecto dentro de la actuación, siendo, por ende, llamada a su rechazo toda
vez que de aceptarse el planteamiento propuesto, no solo conllevaría que el
requerido en extradición, desde el punto de vista del interés particular, conserve la
posibilidad de llevar a cabo las gestiones que considere pertinentes a su defensa ,
sino, además, detrimento del debido proceso pues se estaría desconociendo la
facultad de intervención del Ministerio Público, garantía fundamental esta que, a la
luz de la normativa constitucional vigente, es indisponible e irrenunciable…" (Auto
mayo 6/98 Rad.14007, M.P. Dr. ARBOLEDA RIPOLL)

Magistrado Ponente Dr. DIDIMO PAEZ VELANDIA

Extradición
• Fecha : 27/04/1999
• Decisión : No acepta renuncia al trámite judicial
• Procesado : GARCIA FERNANDEZ, JOSE LUIS
• Proceso : 15325
• Publicada : Si
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TARIFA LEGAL/ SANA CRITICA


Ha reiterado la jurisprudencia de la Sala que no es posible demandar en esta sede
la credibilidad que le merecieron o no a los sentenciadores los elementos de juicio,
toda vez que bien sabido es que en nuestro ordenamiento procesal, como regla
general, no opera el sistema de la tarifa legal para la apreciación probatoria, sino
el de la persuasión racional o sana crítica, en la que el fallador goza de libertad
para determinar el mérito que le asigna a los medios de convicción, sólo limitada
por la lógica, la psicología, la experiencia y la racionalidad.

Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Auto Casación
• Fecha : 27/04/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Procesado : CORDOBA ORTIZ, EDINSON
• Delitos : Homicidio agravado
• Proceso : 13824
• Publicada : Si
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PRUEBA-Aducción/ VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY/


DEMANDA DE CASACION-Requisitos
El censor confunde el principio constitucional que establece que la prueba ilícita es
nula de pleno derecho, con las irregularidades que dan lugar a la nulidad del
proceso. El hecho de que una prueba sea nula no invalida necesariamente la
actuación, simplemente ella no puede ser tenida en cuenta en la decisión. Para
que sea viable decretar la nulidad del proceso es necesario demostrar la existencia
de un error que afecte su estructura formal o las garantías de los sujetos
procesales.

El resultado que arroja la lectura de la demanda es que el censor no tiene claridad


sobre la naturaleza de los errores in iudicando e in procedendo, pues incurre en el
desatino de pretender que se declare la nulidad del proceso en razón a que el
sentenciador apreció pruebas de las cuales dice que fueron ilegalmente aducidas,
inconformidad que se tiene que canalizar a través de la causal primera de
casación, por violación indirecta de la ley sustancial, originada en un error de
derecho por falso juicio de legalidad.

Para ilustrar este punto basta recordar que la Sala en pronunciamientos reiterados
ha precisado, que la regla general es que la ilegalidad en la aducción de la prueba
no afecta la validez del proceso (excepción hecha de la indagatoria, que es medio
de prueba y presupuesto procesal de otras actuaciones), razón por la que el error
consistente en apreciar pruebas ilegales es in iudicando o de juicio, en
consecuencia no conduce a la nulidad sino a que se case la sentencia y se dicte
una de reemplazo en la que no se tengan en cuenta esos medios de convicción.

El numeral 3º del artículo 225 del Código de Procedimiento Penal es muy claro al
exigir que la demanda no solo debe contener el señalamiento de la causal que se
aduzca para pedir la revocación del fallo, sino también la indicación clara y
precisa de los fundamentos de ella, citando las normas que el recurrente
estime infringidas. Y el numeral 4º ordena que si son varios los cargos se expresen
en capítulos separados los fundamentos de cada uno, y cuando sean excluyentes,
además de plantearse en forma separada, se deben hacer de manera subsidiaria,
reglas que el demandante desconoce abiertamente, como se acaba de ver, y cuya
inobservancia no deja otra alternativa distinta al rechazo in limine de la demanda.

Magistrado Ponente Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Auto Casación
• Fecha : 27/04/1999
• Decisión : Rechaza la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : PAEZ SANGUINO, CARLOS ARTURO
• Delitos : Rebelión, Homicidio, Terrorismo
• Proceso : 14684
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION/ PRUEBA/ VIOLACION INDIRECTA


DE LA LEY
Lo que ordena la normatividad constitucional y legal es la invalidación del acto
verificado con grave violación del debido proceso, por lo cual los cargos acusan
errada formulación y desarrollo al acudirse a la causal tercera de casación, pues la
irregularidad que se haya cometido en la recepción de las "versiones" únicamente
afecta dichos actos procesales y no se comunica al resto de la actuación.

Para dejar sin efecto las pruebas ilícitamente acopiadas ha de acudirse a la causal
primera, como así mismo intenta sin subsidiaridad uno de los censores, por
violación indirecta de la norma sustancial originada en error de derecho por falso
juicio de legalidad, siempre y cuando en las instancias no hayan sido consideradas
como jurídicamente inexistentes, o efectivamente se haya omitido su apreciación,
pues ocioso resulta atacar una prueba apropiadamente desechada.

Ha de recordarse que cuando el fallo de primera instancia es confirmado, las


decisiones de a quo y ad quem conforman unidad inescindible, de manera que no
se puede arbitrariamente confrontar apartes de aquí y allá, para tratar de extraer
de uno u otro pronunciamiento lo que aisladamente parezca convenir a la
confección artificiosa de un cargo.

Magistrado Ponente Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Auto Casación
• Fecha : 27/04/1999
• Decisión : Rechaza in límine las demandas
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : ARDILA, JULIAN
• Procesado : MORA MONCALEANO, JENNER ALFONSO
• Delitos : Secuestro extorsivo
• Proceso : 13251
• Publicada : Si
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VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY/ CASACION-Técnica


La vía indirecta como ataque a una sentencia dentro del recurso extraordinario de
casación, tiene como propósito demostrar la violación de una norma sustancial por
parte de los falladores, a través de un equivocado análisis del material probatorio.
Tan elemental definición lleva aparejado entonces el ineludible deber legal frente a
la demostración concreta del yerro, sea de hecho o sea de derecho, y si lo primero,
por falso juicio de existencia o de identidad.

La técnica de Casación impone al recurrente extraordinario el deber de señalarle a


la Corte con meridiana claridad cual es el sentido exacto de su ataque. No basta la
simple mención del cargo como de nulidad, sino que éste, al igual que los demás
cargos, implica para el casacionista el deber de demostrar el sentido de la
violación, indicando de manera inequívoca cuál es la causal de nulidad que se
encuentra presente en la actuación procesal, desde qué estadio procesal se
produjo y cómo no puede remediarse de otra manera que derrumbando la
presunción de legalidad de que viene amparado el fallo de segunda instancia.

La genérica mención a que se viola el derecho de defensa no resulta suficiente


para sustentar el cargo de invalidez por ese supuesto vicio, pues el censor ha de
demostrar en qué consistió exactamente la transgresión a ese derecho, de qué
manera la actividad de la Rama Judicial se opuso al ejercicio de ese derecho
fundamental, cuáles fueron los actos procesales en los que se impidió el ejercicio
de la defensa.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Casación
• Fecha : 27/04/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda y declara desierto el
recurso
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Pasto
• Procesado : PANTOJA, RAUL FIDEL
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 12738
• Publicada : Si
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TENTATIVA DE HOMICIDIO/ CIRCUNSTANCIAS DE


AGRAVACION PUNITIVA/ ERROR EN LA CALIFICACION
JURIDICA/ COLISION DE COMPETENCIA
La incapacidad que deja una lesión en la integridad física de una persona no es
suficiente para la adecuación típica de la conducta, es necesario escudriñar sobre
el elemento subjetivo de la acción, aspecto éste complejo desde luego, pero que
además de las manifestaciones verbales la mejor manera de conocerlo es a través
de los actos externos ejecutados, y siendo ello así, en el sub judice ese querer se
puede deducir del arma utilizada, la forma y el número de veces en que es usada,
la causa y el momento de su empleo, la localización de la herida, elementos todos
estos que concurren en el presente caso de manera transcendente para deducir
con seguridad la orientación de la intención y la finalidad homicida perseguida.

Cuando el titular del bien jurídico ofendido es un "miembro de la fuerza pública" y


el hecho se ha realizado por causa o motivo de su cargo o por razón del ejercicio
de sus funciones, debe existir mayor drasticidad en el castigo para quienes
pretendan no sólo eliminar su existencia física sino también excluirlo de la vida
pública. Así lo entendió el legislador colombiano cuando en el numeral 8° del art.
324 del C.P. califica al sujeto pasivo para agravar los atentados contra la vida de
aquellos, entre otras situaciones más.
La Sala en auto del 18 de noviembre del pasado año precisó que "si bien la
función básica de instruir, calificar y acusar recae en la Fiscalía, si se evidencia la
existencia de error en la calificación jurídica provisional de la acusación, que varíe
la competencia de la Justicia Regional a la Ordinaria, o viceversa, debe el
Funcionario inmediatamente proponer el conflicto para que sea resuelto por esta
Corporación; situación desechada en los demás casos, en los que debe decretar la
nulidad al momento de entrar el proceso para fallo, con el propósito de que los
yerros sean corregidos por la Fiscalía".

Magistrado Ponente Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Auto Colisión de Competencias


• Fecha : 27/04/1999
• Decisión : Declara competencia al Juzgado Regional de Medellín
• Procedencia : Juzgado Penal del Circuito
• Ciudad : Riosucio
• Procesado : SANCHEZ ROBY, ARMANDO
• Delitos : Lesiones personales, Hurto calificado y agravado, Porte de
armas de defensa personal
• Proceso : 15380
• Publicada : Si
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CASACION-Procedencia
Sabido es que este extraordinario medio de impugnación comporta la posibilidad
de elevar juicios limitados contra legalidad de las sentencias proferidas en
segunda instancia por los Tribunales de Distrito Judicial, Nacional y Penal Militar
respecto de delitos cuya pena supera los 6 años de prisión, esto es, una vez
agotados los debates probatorios propios de la relación procesal que
necesariamente surge de la dialéctica del ejercicio del poder punitivo del Estado y
el derecho ciudadano a la presunción de inocencia, que como tal, se entiende
agotado y desvirtuado definitivamente una vez se produce la sentencia de
condena.

De ahí entonces, deriva la naturaleza rogativa de este recurso, ya que habiéndose


superado las instancias, el ataque a las sentencias proferidas como consecuencia
de la culminación de la tramitación procesal solo procede por los motivos expresa
y taxativamente señalados en la ley y bajo las exigencias técnico formales que se
imponen para su sustentación, pues para su estudio, la Corte como Tribunal de
casación debe sujetarse estrictamente a los asuntos planteados por el recurrente,
salvo que surja de imperiosa necesidad acudir a las facultades discrecionales que
le confiere el artículo 228 del C.P.P.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Auto Casación
• Fecha : 27/04/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda, declara desierto el recurso
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : GAMBA MARTINEZ, DELIO
• Procesado : CASTRO DIAZ, ESTRELLA
• Procesado : DAVILA AVILA, CARLOS EMILIO
• Delitos : Hurto calificado y agravado, Porte de armas de defensa
personal
• Proceso : 15065
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION-Requisitos
La proseguibilidad del recurso extraordinario, a voces del artículo 226 del C. de P.P.,
está condicionada a que la demanda presentada para sustentarlo reúna los
requisitos de forma previstos en el artículo 225 de la misma preceptiva; de
manera que si ello se desconoce, la Corte no tiene alternativa distinta a rechazarla
y declarar la deserción de la impugnación.

Exige la última citada disposición que la demanda contenga:

"1.- La identificación de los sujetos procesales y de la sentencia impugnada.

2.- Una síntesis de los hechos materia del juzgamiento y de la actuación


procesal.

3.- La causal que se aduzca para pedir la revocación del fallo, indicando en
forma clara y precisa los fundamentos de ella y citando las normas que el
recurrente estime infringidas.

...".

Magistrado Ponente Dr. DIDIMO PAEZ VELANDIA

Auto Casación
• Fecha : 27/04/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : RAMIREZ APONTE, CARLOS
• Delitos : Acceso carnal violento
• Proceso : 14362
• Publicada : Si
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28/04/1999

CAMBIO DE RADICACION
El cambio de radicación es un mecanismo jurídico perentoriamente regulado, a
través del cual puede exceptuarse la regla general de competencia deducida por el
factor territorial y, de paso, el principio del juez natural, cuando esté probado de
manera fehaciente, que en el territorio donde se está adelantando la actuación
procesal, existan circunstancias que puedan afectar el orden público, la
imparcialidad o la independencia de la administración de justicia, las garantías
procesales, la publicidad del juzgamiento, y la seguridad del sindicado o su
integridad personal, como lo estipula el artículo 83 ibídem.

Es, entonces, fin primordial del cambio de radicación asegurar que el fallo sea
proferido por un juez que esté en el medio adecuado para que pueda dispensar
una recta, cumplida y eficiente administración de justicia, cuando por converger
alguna de las circunstancias anteriores, la serenidad ideal en el juez competente
por el factor territorial se hubiere quebrantado.

La circunstancia concreta en que se ubique la solicitud de cambio de radicación


que haga alguno de los sujetos procesales, deberá estar probada o poder
comprobarse objetivamente en las actuaciones, siendo obligatorio para quien la
propone señalar específicamente y de manera sustentada las razones que motivan
la petición.

Sin embargo, la exposición de tales motivos no podrá consistir en raciocinios


subjetivos, ni en suposiciones, ni en valoraciones aisladas acerca de la
conveniencia de variar la sede del juzgamiento, sino en el aporte o señalamiento
de los medios de convicción idóneos que permitan adoptar la decisión con
respaldo en la realidad.

El funcionario llamado a resolver sobre la solicitud de cambio de radicación, no


puede sustituir en esta labor probatoria al sujeto procesal que lo ha promovido,
puesto que la naturaleza esencialmente dispositiva del procedimiento que dice
relación con la materia, radica esta carga exclusivamente en cabeza del
interesado.

Se deduce que el cambio de radicación es una medida extrema que se adoptará


cuando definitivamente ya no existan mecanismos jurídicos alternativos
destinados a neutralizar las causas que lo generan, o cuando habiéndose acudido
a otras formas de prevenir o remediar el conflicto latente y extraño al proceso
penal, no se hubieren obtenido los resultados esperados.

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Cambio de Radicación
• Fecha : 28/04/1999
• Decisión : Niega el cambio de radicación
• Procedencia : Juzgado 38 Penal del Circuito
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : PALACIOS, LUIS FERNANDO
• Delitos : Tentativa de homicidio, Porte ilegal de armas
• Proceso : 15606
• Publicada : Si
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29/04/1999

NULIDAD/ UNIDAD PROCESAL


En numeral 2º. del artículo 308 del Código de Procedimiento Penal consagra el
siguiente principio, que rige tanto en las instancias como en casación:

"Quien alegue la nulidad debe demostrar que la irregularidad


sustancial, afecta garantías de los sujetos procesales, o desconoce
las bases fundamentales de la instrucción o el juzgamiento."

El artículo 88 del Código de Procedimiento Penal consagra en la parte final del


último inciso que: "La ruptura de la unidad procesal no genera nulidad siempre que
no afecte las garantías constitucionales. (Subraya fuera de texto). Esto permite
inferir que si el censor pretendía que en el fallo de casación se decretara la nulidad
de la sentencia dictada por el delito de estafa, debía haber demostrado que el
rompimiento de la unidad procesal afectó garantías constitucionales dentro de ese
trámite, de modo que la decisión fuera ilegal.
Magistrado Ponente Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Sentencia Casación
• Fecha : 29/04/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Procesado : SALAZAR DUQUE, RODOLFO
• Procesado : SALAZAR DUQUE, SAMUEL
• Delitos : Estafa agravada
• Proceso : 11077
• Publicada : Si
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IMPEDIMENTO-Haber sido contraparte/ CONJUEZ


"Los conjueces tienen los mismos deberes que los Magistrados y estarán sujetos a
las mismas responsabilidades de éstos.", estipula el artículo 61 de la Ley 270 de
1996, Estatutaria de la Administración de Justicia.

Uno de esos deberes consiste en declararse impedido para conocer de actuaciones


penales cuando exista respecto de ellos alguna causal, de conformidad con el
artículo 104 del Código de Procedimiento Penal.

En criterio de la Sala, que ahora se reitera, la noción de contraparte para efectos


del impedimento del juez se restringe o limita al evento en que ocupar o haber
ocupado posiciones enfrentadas, ocurre o ha ocurrido en el mismo proceso que
actualmente se somete a conocimiento del juzgador que manifiesta la disculpa o a
quien se recusa, sin que pueda este concepto extenderse objetivamente a asuntos
diferentes, ya finiquitados o aún en trámite.

Al respecto se ha expresado:

" por regla general esta causal tiene un ámbito de aplicación en eventos en
que la calidad de contraparte se haya dado en el proceso sometido a
conocimiento" (Auto del 4 de septiembre de 1998. M.P. Dr. CARLOS E. MEJIA
ESCOBAR)

"..…podrán existir otros eventos en los cuales ser o haber sido contraparte
de alguno de los sujetos procesales conduzca a la separación del funcionario,
aunque lo que determina tal apartamiento serán las condiciones particulares
a que conduzca dicha relación jurídico-procesal, así como las incidencias
concretas que dicha calidad pueda tener en los valores de la objetividad e
imparcialidad con que se debe asumir el acto de juzgar." (Auto del 12 de
diciembre de 1995. M.P. Dr. CARLOS E. MEJIA ESCOBAR)

Se exige pues, como regla general, para la prosperidad de la causal en comento,


que la calidad de contraparte se verifique en el mismo proceso materia de estudio
para el funcionario judicial que así lo propone o a quien se recusa.

Excepcionalmente, sería factible declarar fundado el impedimento cuando la


posición de contraparte en procesos distintos, vigentes o ya culminados, haya
determinado el surgimiento de especiales condiciones en los protagonistas, que de
manera significativa puedan interferir perturbando la serenidad, transparencia,
ecuanimidad y pulcritud que no permiten sombra de duda en el administrador de
justicia.

Frente a esta hipótesis quien se declara impedido o quien recusa debe explicar en
qué consisten aquellas circunstancias derivadas de la situación de contraparte, con
el fin de que para decidir se cuente con elementos de convicción formales y
arraigados en la realidad. La imaginación del funcionario o corporación encargada
de dirimir el asunto no puede sustituir en este punto al interesado en la
prosperidad de la causal invocada.

Se concluye que la coincidencia de haber sido contraparte en procesos diferentes


al sometido a conocimiento del funcionario que se declara impedido o que se
recusa, no es objetiva y, en consecuencia, no está llamada al éxito cuando
sencillamente se menciona sin ofrecer argumentación satisfactoria para
sustentarla.

Admitir que la calidad de contraparte en cualquier proceso, objetivamente


demostrada, da lugar a la causal de recusación o impedimento, sería tanto como
establecer una especie de presunción de mala fe sin basamento jurídico alguno y
en abierta contradicción al artículo 83 de la Carta Política.

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Impedimento
• Fecha : 29/04/1999
• Decisión : Declara infundado el impedimento manifestado por un
Conjuez de Tribunal
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Montería
• Procesado : BUELVAS NIETO, JESUS MANUEL
• Procesado : SAENZ BULA, NELO JOSE
• Procesado : JIMENEZ CASTAÑEDA, DENNYS MARIA
• Procesado : TORO DE FUENTES, YOLANDA ROSA
• Delitos : Falsedad, Peculado
• Proceso : 15732
• Publicada : Si
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DERECHO DE DEFENSA-Inactividad del abogado


Sobre la situación planteada el criterio de la Corte ha sido uniforme y reiterado,
pues es claro que quien demanda violación del derecho a la defensa por supuesta
inactividad del abogado, debe demostrar que en realidad fue una omisión lesiva de
los intereses del procesado, atendiendo a lo recaudado por la investigación, y no
limitarse en abstracto a criticar al defensor, ni a decir según su criterio qué
hubiera hecho, pues es lógico que cada profesional, frente a un caso concreto,
diagnostique y establezca su propia estrategia defensiva, de manera que no
coincidir en ello no significa que se haya infringido la garantía constitucional.

Magistrado Ponente Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Sentencia Casación
• Fecha : 29/04/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : RAVE CORRALES, JHON JAIRO
• Procesado : YEPES GIRALDO, LUIS WEIMAR
• Procesado : HERNANDEZ GARCIA, JIMMY BENHUR
• Delitos : Secuestro extorsivo
• Proceso : 13315
• Publicada : Si
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PREVARICATO POR ACCION


El artículo 149 del Código Penal señala que el prevaricato por acción lo comete "El
servidor público que profiera resolución o dictamen manifiestamente contrario a la
ley". Simultáneamente el Estatuto Nacional de Estupefacientes tipifica en el
articulo 39 la conducta del "funcionario empleado público o trabajador oficial
encargado de investigar, juzgar o custodiar a personas comprometidas en delitos o
contravenciones de que trata el presente estatuto, que procure la impunidad del
delito, o la ocultación, alteración o sustracción de los elementos o sustancias
decomisados o facilite la evasión de persona capturada detenida o condenada …".

Como quiera que una manera de procurar los objetivos relacionados en el artículo
39 es profiriendo una decisión prevaricadora, es previsible que en un momento
dado una conducta pueda aparecer como adecuable a los dos tipos, en un
concurso que sería solo aparente, pues es claro que se trata de normas
excluyentes, una de carácter general y la otra especial.

Magistrado Ponente Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Auto Segunda Instancia


• Fecha : 29/04/1999
• Decisión : Decreta nulidad a partir de la resolución de acusación por
error en la calificación jurídica.
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : AYALA CERON, LUIS EDUARDO
• Delitos : Prevaricato por acción
• Proceso : 14704
• Publicada : Si
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JUEZ DE ORDEN PUBLICO/ TESTIMONIO/ TESTIGO DE OIDAS/


DEFENSA TECNICA/ COMISO
1. La naturaleza del proceso penal a partir de la vigencia de la Constitución de
1991 y de la creación de la Fiscalía General de la Nación varió sustancialmente,
pues se introdujo un sistema acusatorio de características muy especiales, dentro
del cual el Fiscal está obligado por el principio de investigación integral a la
averiguación tanto de lo favorable como de lo desfavorable a los intereses del
sindicado (artículo 333 del Código de Procedimiento Penal), sin que tal
circunstancia permita desconocer el respeto absoluto al derecho de defensa como
integrante del derecho fundamental del debido proceso.

En este orden de ideas el Estado debe no solo garantizar el respeto al derecho de


defensa, sino facilitar su ejercicio, por si o a través de la defensa técnica, pues solo
por medio de la dinámica de una actividad defensiva que pueda plantear la
contradicción a la actividad probatoria Estatal o a las tesis jurídicas de Fiscales y
de Jueces puede llamarse legítimo el resultado que arroje la actividad procesal.
Asegurado por el Estado el ejercicio del derecho de defensa mediante el
otorgamiento de las garantías e instrumentos necesarios para el ejercicio del
mismo, queda en manos del sujeto procesal el ejercicio o no de la contradicción,
sin que, desde este punto de vista, la inactividad absoluta o relativa de la defensa
material o técnica, pueda, per se, identificarse como violatoria de tal derecho
fundamental y en tal evento habrá de analizarse en concreto si se trata de una
estrategia defensiva o de un verdadero caso de incuria, que viola ese derecho
fundamental.

2. Los Jueces de Orden Público fueron creados por el Decreto 1631 del 27 de
agosto de 1987 y su designación, según lo dispuso el artículo 4°, se defirió a "los
Tribunales Superiores de Distrito Judicial de acuerdo con la distribución numérica
que señale el Consejo Nacional de Instrucción Criminal", mientras que los
siguientes Decretos que se refirieron a ellos (474 de 1988, 180 y 181 de 1988,
etcétera) en nada variaron su naturaleza que siguió siendo de la "misma categoría
y remuneración de jueces especializados" (artículo 6°, Decreto 1631 de 1987), que
a su vez tenían "categoría de jueces de circuito en materia penal" (artículo 12, Ley
2ª de 1984), por lo que la regla general de competencia contenida en el numeral
2° del artículo 69 del decreto 050 de 1987 - vigente por la época del
adelantamiento de la indagación - era la aplicable para la época de la
investigación julio 30 de 1990.

Si embargo de lo anterior, en 1991 se dictó el decreto 099 de ese año que varió tal
competencia, al disponerse en el artículo 5° que el Tribunal Superior de Orden
Público conocería en 1ª instancia "de las actuaciones y procesos que se inicien o
adelanten contra jueces de instrucción o de conocimiento de orden público (...) por
delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones o por razón de ellas, los cuales
serán tramitados conforme al procedimiento ordinario" .

3. Si bien es cierto "el testigo de oídas, lo único que puede acreditar es la


existencia de un relato que otra persona le hace sobre unos hechos (...) y que
generalmente este concreto elemento de convicción no responde al ideal de que
en el proceso se pueda contar con pruebas caracterizadas por su originalidad, que
son las inmediatas", tampoco "implica lo anterior que dicho mecanismo de
verificación deba ser rechazado; lo que ocurre es que frente a las especiales
características en precedencia señaladas, es necesario estudiar cada caso en
particular, analizando de manera razonable su credibilidad de acuerdo con las
circunstancias personales y sociales del deponente, así como las de la fuente de su
conocimiento, si se ha de tener en cuenta que el testigo de oídas no fue el que
presenció el desarrollo de los sucesos y que por ende no existe un real
acercamiento al hecho que se pretende verificar" *

Producida la sentencia No. 78 del 3 de octubre de 1989 que declaró inexequible la


totalidad del Decreto 1893 de 1989, con excepción de los artículos 9° y 10°, la
situación por un corto lapso retornó a la aplicabilidad del Decreto 1856 de 1989
que igualmente mantenía la facultad de destinación provisional de los bienes en
cabeza del Consejo Nacional de Estupefacientes, mientras que el Juez competente
decidiría sobre su destinación definitiva.

Como el nuevo decreto 2390 que se refirió a la cuestión fue expedido el 20 de


octubre de 1989, a partir de tal fecha su aplicación era obligatoria y allí se
consagraba en el artículo 3° exactamente el mismo procedimiento que ya había
hecho carrera desde la Ley 30 de 1986, es decir que decomisados los bienes se
debían poner a disposición del Consejo Nacional de Estupefacientes para su
destinación provisional y el acta de inventario se enviaría al Juez del conocimiento
del respectivo delito (narcotráfico y conexos, enriquecimiento ilícito o testaferrato -
artículo 1° - ), para que decidiera sobre su destinación definitiva en decisión que
debería ser consultada con el superior.

________________________
*. Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Sentencia de revisión; Radicación No.
10.923; 21 de abril de 1998.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR


Sentencia Segunda Instancia
• Fecha : 29/04/1999
• Decisión : Confirma íntegramente la sentencia condenatoria
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : RADA VICTORIA, FANTINO
• Delitos : Prevaricato por acción, Abuso de función pública
• Proceso : 12966
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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DEMANDA DE CASACION/ VIOLACION DIRECTA DE LA LEY/


APLICACION INDEBIDA DE LA LEY
Reiteradamente ha sostenido la jurisprudencia que en tratándose de violación
directa de la ley sustancial, resulta de exigencia lógica aceptar, en su integridad,
los hechos que declara como demostrados el fallo impugnado, para construir sobre
ellos la censura. Hay conformidad absoluta del demandante con la declaración de
los hechos y la apreciación de las pruebas realizada por el fallador, siendo el
cuestionamiento puramente jurídico.

Es preciso reiterar que si como consecuencia de la errónea interpretación de la


ley, ésta se deja de aplicar o se aplica indebidamente, el desatino es de selección
y, por lo tanto, se debe alegar falta de aplicación o aplicación indebida, según el
caso, y no interpretación errónea, ya que la causa del desacierto en la selección no
importa, y bien pudo ocurrir porque se erró sobre su existencia material o sobre su
validez o sobre su sentido o alcance, sino que lo que cuenta, en últimas, es la
decisión que con relación a ella adopta el sentenciador, esto es, inaplicarla o
aplicarla, indebidamente.

Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
• Fecha : 29/04/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Pasto
• Procesado : CIFUENTES GUERRERO, JOSE ALONSO
• Delitos : Homicidio culposo
• Proceso : 10877
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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03/05/1999

COLISION DE COMPETENCIA/ LIBERTAD PROVISIONAL


El artículo 101 del Código de Procedimiento Penal establece que "Mientras se
dirime la colisión, lo referente a las medidas cautelares será resuelto por el juez
que tuviere el proceso en el momento en que deba tomarse la respectiva
decisión", debiéndose entender que las peticiones de libertad han de ser resueltas
en la forma prioritaria establecida por la Ley , por el funcionario judicial en donde
queda el asunto en espera de que el competente decida el incidente.

Magistrado Ponente Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Auto Colisión -Libertad-


• Fecha : 03/05/1999
• Decisión : Se abstiene de decidir petición de libertad
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Antioquia y Nacional
• Procesado : TOBON RAMIREZ, LUIS CARLOS
• Proceso : 15318
• Publicada : Si
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04/05/1999

RECUSACION/ NULIDAD
El Fiscal 23 -Unidad Primera de Vida- celebró la audiencia especial prevista en el
artículo 37A del Código de Procedimiento Penal (fl. 250 cdno. 1), posteriormente
practicó unas pruebas, cerró investigación y calificó el mérito sumarial (fl. 73-3).
Luego fue recusado con base en el artículo 103-12 del citado Código, procediendo
entonces a declararse separado del conocimiento del proceso (fl. 165-3).

Cierto es que, según la norma últimamente citada, el fiscal debe declararse


impedido cuando haya participado en la referida audiencia y en ésta no se haya
llegado a un acuerdo o éste haya sido improbado. En este caso no se llegó a
ningún acuerdo, por lo que procedía el mencionado impedimento.

Pero el no hacerlo desde luego que no vicia la actuación que adelantó dicho fiscal
hasta cuando aceptó la recusación hecha por uno de los defensores. El artículo 304
no consagra tal hipótesis como nulidad y no se ve cómo dicha irregularidad
pueda afectar el derecho de defensa y/o el debido proceso.

La mencionada audiencia especial se llevó a cabo el 23 de febrero de 1.994 y sólo


dos meses después, al sustentar la apelación interpuesta contra la resolución
acusatoria, el defensor hizo la comentada recusación: quizás también el referido
fiscal pasó por alto esa causal de impedimento y de verdad que no existe en el
proceso ningún elemento de juicio que mueva a pensar en la "parcialidad" del
citado funcionario, como la supone el casacionista . Lo relativamente novedoso de
esta causal pudo influir en que aquí tardara su reconocimiento.

De todas maneras, como dijo esta Sala de Casación en providencia que citó el
Tribunal cuando revisó por apelación el auto que no decretó nulidad, " la no
manifestación de un impedimento existente no vicia de nulidad la actuación del
funcionario en quien concurre la causal" (abril 4 de 1.994, M.P. Dr. Guillermo Duque
Ruiz).

Magistrado Ponente Dr. DIDIMO PAEZ VELANDIA

Sentencia Casación
• Fecha : 04/05/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Bucaramanga
• Procesado : GONZALEZ GOMEZ, HECTOR ANDRES
• Delitos : Violación a la Ley 30/86, Falsedad, Hurto agravado, Homicidio
agravado
• Proceso : 11285
• Publicada : Si
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CAMBIO DE RADICACION-Causas, competencia


La defensa, es cierto, expresó su deseo de que el proceso se radique en una
ciudad de un Distrito Judicial distinto al del Casanare (al cual pertenece Hato
Corozal) y ello en principio conduciría a pensar que la competencia para resolver la
petición le corresponde a la Corte. No obstante, para determinar si ello es verdad,
es preciso examinar de conjunto las normas legales que rigen el fenómeno del
cambio radicación. Este procede, según el artículo 83 del Código de Procedimiento
Penal, cuando en el territorio donde se adelante la actuación procesal existan
circunstancias que puedan afectar el orden público, la imparcialidad o la
independencia de la administración de justicia, las garantías procesales, la
publicidad del juzgamiento, la seguridad del procesado o su integridad personal.

Todos los sujetos procesales se encuentran autorizados para plantearlo, bien ante
el Juez o Tribunal que esté conociendo del proceso, o directamente ante el
superior encargado de resolverlo. Pero cuando quien solicita el cambio de
radicación es el propio funcionario judicial a cargo de la actuación, debe hacerlo
ante el competente para decidirlo (art. 84 del C. de P.P.).

Las normas mencionadas fijan la competencia para resolver el cambio de


radicación en el superior encargado de decidir. Es decir, como se desprende del
artículo 86 del Código de Procedimiento Penal, en cabeza de los Tribunales
Nacional y Superiores de Distrito cuando el cambio sea dentro de la misma región
(sic) o distrito; o de la Corte Suprema de Justicia, cuando se trate de cambio de
radicación a otra región o distrito.

Surge, sin embargo, un interrogante obligatorio consistente en cómo se establece


en el caso concreto la competencia para resolver sobre el cambio de radicación,
aspecto sobre el cual la Sala traza los siguientes criterios:

1. Si el funcionario que está conociendo del proceso es el Tribunal Superior de


Distrito, obviamente que la competencia para resolver cualquier solicitud de
cambio de radicación es de la Corte Suprema de Justicia.

2. Si la solicitud proviene del Juez, éste deberá establecer si es o no conjurable la


circunstancia en la cual la apoya, dentro del mismo Distrito Judicial al cual
pertenece. Si la conclusión es negativa, remitirá la petición directamente a la
Corte para que la decida y, en el caso contrario, la enviará al Tribunal respectivo,
sin perjuicio de que éste, de encontrar conveniente que el cambio se haga a otra
región o distrito, remita la petición a la Corte para que la resuelva.

3. Si el cambio de radicación es promovido por uno de los sujetos procesales,


pueden presentarse las siguientes eventualidades:

a. Que eleve la solicitud directamente ante la Corte Suprema de Justicia, en


concordancia con el último inciso del artículo 84 del Código de Procedimiento
Penal.

La Corte, en tal caso, resuelve sobre la procedencia de la misma. Y si la niega,


pero encuentra que sería viable su examen de cara a la posibilidad de disponer el
cambio de radicación dentro de la misma región o Distrito, la envía al Tribunal
correspondiente para que, a su vez, emita el pronunciamiento respectivo.

b. Que la presente ante el Tribunal Nacional o Superior de Distrito según el caso.


En este evento, sólo si el Tribunal encuentra conveniente que el cambio de
radicación se haga a otra región o distrito, la remite a la Corte para que la
resuelva. En el caso contrario, debe producir la decisión respectiva, como igual lo
debe hacer cuando, en la primera hipótesis, la Corte niegue el cambio de
radicación y concluya, no obstante, que debe examinarse su procedencia al
interior de la región o del distrito.

c. Que el sujeto procesal eleve la petición directamente ante el Juez que esté
conociendo del proceso.

En esta hipótesis es posible o no que el sujeto procesal manifieste su deseo de que


el cambio de radicación se produzca a otra región o distrito. Si lo hace, en los
términos del caso examinado, no necesariamente la solicitud debe ser remitida a
la Corte Suprema de Justicia para su resolución, porque el motivo que la genera
viene circunscrito a un Municipio o Circuito y no a un Distrito o Región.

En tal orden de ideas, independientemente de que el sujeto procesal exprese o no


como pretensión que el cambio de radicación del proceso se produzca a otra
región o distrito judicial, el Juez ante quien se presente la petición, para definir a
dónde la remite, si al Tribunal o a la Corte, debe examinar su fundamentación
previamente en aras de establecer, si la circunstancia o circunstancias aducidas
son neutralizables en la propia región o distrito o en uno diferente. Si lo primero, la
remitirá al Tribunal respectivo y, en caso contrario, a la Corte Suprema de Justicia,
sin perjuicio de que la Sala, de no acceder al cambio de radicación, disponga la
conveniencia de su examen por parte del Tribunal respectivo.

Pero si de la causa petendi y del petitum se desprende nítidamente que la


pretensión busca la variación del Distrito, y sus fundamentos no conducen sino a
ello, es la Corte la que habrá de decidir.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Cambio de Radicación
• Fecha : 04/05/1999
• Decisión : Se abstiene de resolver petición de cambio de radicación
• Procedencia : Juzgado Promiscuo Municipal
• Ciudad : Hato Corozal (Casanare)
• Procesado : QUINTERO, CAMILO
• Delitos : Estafa
• Proceso : 15425
• Publicada : Si
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EXTINCION DE LA CONDENA-Competencia
Conflictos como el aquí planteado, consistente en la divergencia de criterios acerca
de cuál es el funcionario que debe conocer de la eventual extinción de la condena,
no constituyen en estricto sentido una "colisión de competencias" -pues ésta, de
conformidad con el artículo 97 del Código de Procedimiento Penal, sólo se
presentaría en la fase de JUZGAMIENTO, etapa procesal legalmente delimitada,
que de conformidad con el artículo 444 ejusdem comienza a partir de la ejecutoria
de la resolución de acusación y culmina con la ejecutoria de la sentencia,
momento en el cual se inicia la fase de ejecución del fallo condenatorio y
adquieren competencia los Jueces de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad
(arts. 75 y 500 ejusdem)-.

La Sala sin embargo ha considerado en reiteradas oportunidades la necesidad de


dirimir las diferencias que se susciten con posterioridad a la ejecutoria del fallo,
para evitar injustificadas dilaciones que traducirían la vulneración de los derechos
fundamentales de quienes se encuentran cumpliendo una pena, y en aplicación
del principio que rige la materia, en virtud del cual corresponde resolver los
conflictos de competencia al superior jerárquico común de los funcionarios
en litigio (arts. 18 de la Ley 270 de 1996, 70.5 y 72.3 del Código de Procedimiento
Penal), por cuya virtud la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia es
competente para conocer "De los conflictos de competencia que se susciten en
asuntos de la jurisdicción penal ordinaria entre tribunales o juzgados de dos o más
distritos judiciales; entre un tribunal y un juzgado de otro distrito judicial; entre
tribunales, o entre un juzgado regional y cualquier juez penal de la República" (art.
68.5° ejusdem). .

El artículo 1° del Acuerdo 054 de 24 de mayo de 1.994, expedido por la Sala


Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura, prevé:

"Art. 1°. Los jueces de ejecución de penas y medidas de seguridad conocen


de todas las cuestiones relacionadas con la ejecución punitiva de los
condenados que se encuentren en las cárceles del respectivo Circuito donde
estuvieren radicados, sin consideración al lugar donde se hubiere proferido
la respectiva sentencia".

"Así mismo conocerán del cumplimiento de las sentencias condenatorias,


donde no se hubiere dispuesto el descuento efectivo de la pena,
siempre y cuando que el fallo de primera o única instancia se
hubiere proferido en el lugar de su sede" (Destacó la Sala).

De la normatividad anterior se desprende que la competencia de los Juzgados de


Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad no se circunscribió a los asuntos de
conocimiento de una determinada categoría de despachos, ni a la ejecución de las
sentencias proferidas por hechos ocurridos en el lugar de su sede, sino de aquellas
cuyos condenados estén descontando pena en cualesquiera de las cárceles del
Circuito Judicial donde se hallen ubicados, independientemente del lugar donde las
causas fueron falladas.

Lo anterior por cuanto la competencia asignada a los Jueces de Ejecución de Penas


y Medidas de Seguridad no está fundada en los criterios que regularmente orientan
la materia, sino por un factor personal referido al lugar donde el condenado se
encuentre purgando la pena, o territorial, cuando se halla en libertad, caso en el
cual, de conformidad con el inciso segundo de la norma transcrita, el juez
competente para conocer de la extinción de la condena, será el de Ejecución de
Penas y Medidas de Seguridad del lugar donde se profirió el fallo de primera o
única instancia. Y si en dicho sitio no existen jueces de tal especialidad, el artículo
15 transitorio del Código de Procedimiento Penal prevé el ejercicio de sus
atribuciones "por el juez que dictó sentencia en primera instancia".

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Colisión de Competencias


• Fecha : 04/05/1999
• Decisión : Adscribe competencia para conocer al Juzgado 1° de
Ejecución de Penas de Popayán
• Procedencia : Juzgado 1° de Ejecución de Penas
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : HOYOS FAJARDO, JESUS ORLANDO
• Delitos : Hurto calificado y agravado
• Proceso : 15478
• Publicada : Si
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06/05/1999
LIBERTAD PROVISIONAL-Requisitos factor subjetivo
No puede perderse de vista que la causal de libertad a que se contrae el artículo
415.2 del Código de Procedimiento Penal, solo es procedente ante el resultado
positivo todas y cada una de las circunstancias subjetivas referidas en el artículo
72 del Código Penal, como quiera que la labor que debe cumplir el Juez en este
sentido no se reduce a la simple constatación mecánica de cifras como sucede con
lo relativo al cumplimiento de las dos terceras partes de la pena, o la verificación
de un comportamiento adecuado durante la privación de la libertad, sino que, los
datos que contiene el proceso mismo, confluyen igualmente como elementos de
juicio a efectos de valorar, de un lado la magnitud del daño causado con la
conducta juzgada, y de otro, la proporcionalidad de la sanción impuesta, lo cual
sirve de parámetro para determinar, en cada caso concreto, sobre la necesidad de
que se purgue en su totalidad con la medida impuesta o si, por el contrario, el
quantum legal exigido para este subrogado resulta suficiente para los cometidos
propuestos por el legislador a través de la limitación de la libertad individual.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Casación -Libertad-
• Fecha : 06/05/1999
• Decisión : Niega libertad provisional
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Ibagué
• Procesado : HERMINSUL CEDEÑO, JOSE
• Procesado : POLANIA CASTRILLON, PEDRO
• Delitos : Hurto calificado y agravado, Secuestro simple
• Proceso : 11689
• Publicada : Si
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TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO/ AUDIENCIA


ESPECIAL/ HURTO-Consumación
1. Siendo que el debido proceso es el que corresponde a su adelantamiento y
terminación de conformidad con la previa regulación normativa, es incuestionable
que las proyecciones doctrinarias que en el mundo científico del Derecho se
puedan exponer frente a los diversos institutos que la ley consagra, deben
apreciarse en una doble dimensión, bien como proceso interpretativo de la norma
positiva para tratar de establecer su contenido y alcance, esto es, su mejor
sentido, lo cual le impone al hermeneuta el imprescindible límite de la propia
norma positiva, o como la elaboración de criterios especulativos que discrepando
del propio mandato legal, arriban a demostrar la necesidad de su cambio o
modificación, fijando unos determinados horizontes de proyección que hacen que
se pase de una interpretación de lege lata a otra de lege ferenda, absolutamente
apreciable pero como base político criminal para el proceso de elaboración de las
leyes más no como idóneo método interpretativo de esta clase de normas. De ahí
que ni en el Derecho Sustantivo ni en el Procesal, pueda resultar válido como
criterio de interpretación legal aquél que se opone o desconoce el ordenamiento
positivo, pues como lo afirma el penalista italiano Francisco Antolisei, en conocida
expresión, la interpretación, ya sea restrictiva o extensiva de la ley, no es tal, sino
el desentrañamiento de lo que en ella se ha dispuesto, lo cual, claro es, no
significa que se esté postulando una exégesis a ultranza y excluyente de los
demás métodos interpretativos, ni que, hoy por hoy, se esté desconociendo la
inescindible unidad que integran el derecho normativo y el denominado científico,
sino que en punto de encontrar su sentido insoslayablemente ésta constituye el
punto de partida, que no puede desconocerse.
Ahora bien, al establecer nuestro Código de Procedimiento Penal la audiencia
especial como una de las formas de terminación irregular del proceso,
determinando su procedibilidad, rito y culminación, al igual que lo hace en relación
con el procedimiento normal, crea un sano paralelismo en el sentido de que al
iniciarse su trámite deja latente la continuación del ordinario, para que de no
llegarse al fallo anticipado, pueda proseguirse aquél hasta su normal fin, que entre
tanto debe permanecer suspendido hasta por el término de 30 días hábiles,
pudiéndose únicamente practicar las diligencias urgentes de instrucción
orientadas a evitar la desaparición, alteración de las pruebas o vestigios del
hechos, debiéndose resolver lo referente a la libertad o detención del procesado y
la vinculación de otras personas ordenada antes de las correspondientes
peticiones, sin que ello implique la suspensión de los términos para efectos de la
libertad provisional y la prescripción de la acción penal, conforme lo dispone el
parágrafo primero del artículo 37 A del referido Estatuto Procesal.

Este relativo paralelismo, supedita la continuación del proceso principal al


cumplimiento de una condición procesal que en este caso es el proferimiento
anticipado del fallo, sin que esta situación pueda mantenerse indefinidamente, no
solo porque el parágrafo 2o del citado artículo 37 A, dispone, que "El trámite
previsto en este artículo se hará en cuaderno separado, que sólo hará parte del
expediente si se concreta el acuerdo.", pues, " En caso contrario se archivará", sino
porque se desconocería la prohibición constitucional y legal del doble juzgamiento
por un mismo hecho; de ahí que, si prospera el acuerdo y es acogido por el Juez, se
cumple la condición para la suspensión del proceso original, careciendo entonces
de objeto en su prosecución, lo que no sucede cuando no éste no se logra, pues en
este evento desaparece el presupuesto de la condición y por tanto, la actuación
procesal sale de la vida jurídica.

De esto no hay lugar a duda, realmente meticulosa ha sido la ley, quizá para evitar
interpretaciones como las que ahora proponen demandante y Delegado, pues al
disponer en el transcrito parágrafo segundo que el trámite de la terminación
anticipada "se hará en cuaderno separado", no solo está imponiendo esta material
actividad, cuyo incumplimiento poco interesa frente a la legitimidad y legalidad del
procedimiento, puesto que lo trascendente es la actuación entendida como la
ejecución estatal de la actividad procesal que deberá ser separada de la del rito
ordinario que venía siguiéndose, dado que, si bien toma como fundamento lo
actuado en él hasta cuando se presenta la petición, a partir de allí el rito es
independiente.

Y, si acto seguido se dispone en este mismo parágrafo que dicho trámite "sólo hará
parte del expediente si se concreta el acuerdo", al igual que frente a la expresión
anterior, aquí tampoco puede entenderse que la ley se refiera únicamente a lo
material, esto es, "al conjunto de todos los papeles correspondientes a un asunto o
negocio" como lo define la Real Academia de la Lengua Española en su tercera
acepción, y como en la práctica judicial se suele emplear el término dando a
entender que el proceso es ese "conjunto de papeles", sin distinguir la relievancia
jurídica de los mismos, sino que esa expresión está dirigida al proceso como
conjunto de actos procesales cumplidos que tienen unos contenidos y efectos
jurídicamente trascendentes.

"En caso contrario se archivará", dispone este texto legal y la Ley de Procedimiento
Penal ni ninguna otra de nuestro ordenamiento positivo definen qué debe
entenderse por archivo y cuáles son sus efectos; únicamente el Código de
Procedimiento Civil aplicable al penal por integración de normas procesales de
conformidad con lo dispuesto por el artículo 21, determina en su artículo 126 bajo
la intitulación de "Archivo de expedientes", que "Concluído el proceso, los
expedientes se archivarán en el despacho judicial de primera o única instancia,
salvo que la ley disponga otra cosa" y normas como el Decreto 2.287 de 1.989 en
el numeral 12 del artículo 3º regula que las oficinas judiciales dependientes de la
Seccional de la Carrera Judicial, deberá, entre otras funciones, "Llevar el archivo de
procesos terminados de los despachos judiciales y expedir las copias que le sean
solicitadas". Como se ve, si bien estas disposiciones no precisan qué es el archivo
sino que señalan dónde debe permanecer el "expediente archivado", permiten
establecer la forma equívoca e imprecisa con que el legislador utiliza las
expresiones expediente y proceso, siendo obligación del interprete darle su exacto
contenido dentro del contexto en que sean empleadas, debiéndose distinguir,
como con exactitud lo hace la Ley de Procedimiento Civil, que lo que se archiva es
el expediente y no el proceso, pues éste se concluye o termina; y si "archivar"
es "guardar documentos o información en un archivo", esto es, en "un lugar de
custodia de documentos", es precisa la diferenciación y así debe entenderse, a
pesar de que como se ilustra con disposiciones como la del Decreto 2.287, el
legislador confunde expediente con proceso y ordena imprecisamente archivar
éstos.

Así, cuando el parágrafo segundo del precitado artículo 37 A del Código de


Procedimiento Penal ordena "archivar el expediente", igualmente lo hace con
exacta utilización de la expresión, correspondiéndole al intérprete comprender que
aquí la Ley de Procedimiento se refiere en principio al archivo de los documentos,
pero que dentro del contexto de la regulación de estos institutos, ese archivo
material es consecuencia de la conclusión del proceso que ha terminado sin el
proferimiento anticipado del fallo por "falta de acuerdo", como así lo declara el
Juez mediante decisión en la que dispone su improbación, la cual una vez agotada
por el recurso de apelación, si se ha interpuesto, hace que el Estado pierda
cualquier posibilidad de hacer pronunciamiento sobre ese trámite y la
determinación que le haya puesto fin, debiendo continuar el ejercicio de su poder
punitivo frente a la dinámica del procedimiento ordinario, que queda como único
medio para establecer el descubrimiento de los hechos y sus responsables; de ahí
que desde un punto de vista material los documentos certificadores de la
actuación deberán reposar en un archivo, es decir, que en ninguna forma podrán
hacer parte del diligenciamiento original, y desde una consideración sustancial,
una tal actividad procesal ha finiquitado, esto es, carece de cualquier relievancia
jurídica, no existe dentro de la comprensión normativa del proceso ni en el campo
científico dirigido a su interpretación, pues como se expuso, ésta debe tener como
fuente y límite la propia ley, de ella emana su sentido, como lo establece la
Constitución Política y lo repite el Código de Procedimiento Penal en sus Principios
Rectores.

2. En nuestra Ley Penal, en el artículo 349, se exige para la tipificación del delito
de hurto, que el sujeto activo, que es de naturaleza común, "se apodere de cosa
mueble ajena, con el propósito de obtener provecho para sí o para otro...", esto es,
que no exige ni posibilita hacerlo para su consumación el "poder de disponer
libremente" del bien a que se refiere el doctrinante en cita, sino el "propósito de
obtener" provecho para sí o para otro, que es precisamente lo que ha llevado a la
jurisprudencia de esta Corporación a sostener que "el delito de hurto se consuma
en el momento en que la cosa se extrae de la esfera patrimonial o de custodia de
quien antes la tenía", como se expuso en fallo del 29 de octubre de 1.986, y que
ha continuado reiterándose, entre otras decisiones, en el auto de 20 de abril de
1.992 con ponencia del Magistrado, doctor Jorge Enrique Valencia Martínez y en la
decisión del 2 de agosto de 1.993, cuando siendo ponente el Magistrado, doctor
Dídimo Páez Velandia, se explicó, que "El momento consumativo del hurto es el de
la asunción del poder sobre el bien por el delincuente cuando la víctima pierde la
factibilidad de protección o de dominio sobre el mismo a causa de ese inconsulto
apoderamiento, y la pierde, cuando, imposibilitada por la acción de aquél, o
impotente para perseguir el bien porque v. gr., correr detrás de un vehículo en
marcha es tarea que sólo podrá hacerse en los primeros instantes del hecho, se
limita a mirar el alejamiento de su bien".

Así, al sostener el demandante y el Procurador Delegado, que al haberse


aprehendido al procesado, ahora recurrente, en el interior de la referida entidad
crediticia, cerca de la puerta, no puede afirmarse la consumación del delito de
hurto, por cuanto el dinero no alcanzó a salir de la esfera de protección patrimonial
que antes tenía, ya que precisamente, la puerta constituía el medio idóneo para
ejercer esa custodia, más aún cuando ello se debió a la presencia de la Policía que
impidió la fuga de todos los asaltantes, imposibilitándose en estas condiciones, la
libre disposición del botín por parte del incriminado, pues permanecía sobre el
dominio de su legítimo poseedor, es claro que además de confundir los medios de
custodia con los límites murales de la edificación, que no pueden asimilarse en el
caso concreto, terminan desconociendo la realidad de lo sucedido, llegando al
extremo de confundir la consumación del delito con su agotamiento.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
• Fecha : 06/05/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : LOZANO, EDISON
• Procesado : PEREZ CIFUENTES, JORGE ELIECER
• Delitos : Hurto calificado y agravado, Porte de armas de defensa
personal
• Proceso : 10644
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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CAMBIO DE RADICACION-Prueba
El artículo 83 del Código de Procedimiento Penal consagra que el cambio de
radicación de un proceso penal, como excepción a las reglas de competencia por el
factor territorial, procede cuando se acredita en debida forma que en el lugar
donde es tramitada la actuación existen circunstancias que pueden afectar el
orden público, la imparcialidad o la independencia de la administración de justicia,
las garantías procesales, la publicidad del juzgamiento, la seguridad del sindicado
o su integridad personal.

Corresponde al peticionario motivar la solicitud y acompañar las pruebas sobre


cualquiera de esas circunstancias, para que la Sala de Casación Penal de la Corte
Suprema de Justicia, que es la competente para decidir en cumplimiento de lo
normado en el ordinal 8° del artículo 68 del Código de Procedimiento Penal, por
pretenderse la ubicación en otro Distrito Judicial, se pronuncie sobre la viabilidad
de cambiar de radicación el proceso.

En el trámite establecido por la ley para adelantar y decidir esta clase de


peticiones, que la Sala continúa, vigente como sigue la solicitud del defensor, no
existe periodo probatorio, es decir, no hay lugar a ordenar ni practicar pruebas de
oficio o a solicitud de parte y los medios de convicción deben ser presentados con
la petición, en la cual se ha de expresar los argumentos que la fundamenten, si se
aspira a que sea acogida. En el evento contrario, la pretensión no está llamada a
prosperar porque la Corte o el Tribunal, según el caso, no puede suplir las
deficiencias en la prueba a cargo del sujeto procesal interesado.

Magistrado Ponente Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Cambio de Radicación
• Fecha : 06/05/1999
• Decisión : No accede al cambio de radicación
• Procedencia : Juzgado 1° Penal del Circuito
• Ciudad : Valledupar
• Procesado : JARAMILLO GALLEGO, HERNAN
• Proceso : 13852
• Publicada : Si
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07/05/1999
DESISTIMIENTO-Ingreso al despacho para decidir
Estipula el artículo 244 ibídem que no se podrá desistir del recurso extraordinario
de casación cuando el expediente ya esté al despacho para decidir, de donde se
infiere que, salvo esta limitación, el titular del derecho a la impugnación puede
disponer de él en cualquier momento.

Como quiera que en varias oportunidades y ante diferentes eventos el expediente


puede ingresar a la Sala "para decidir", es preciso interpretar adecuadamente el
alcance de aquella expresión, en tratándose del desistimiento del recurso
extraordinario.

En este orden de ideas, se estima que será admisible el desistimiento, siempre y


cuando no haya ingresado al despacho para decidir de fondo el problema jurídico
planteado en contra del fallo de segunda instancia.

Si el asunto ha ingresado a la Sala para definir cuestiones procesales distintas a la


anotada en precedencia, siempre será posible admitir el desistimiento del recurso
extraordinario o de la acción de revisión, como ocurre por ejemplo cuando se trata
de resolver sobre los aspectos formales de la demanda, peticiones de libertad
provisional y redención de pena para acceder a alguno de los beneficios
administrativos que contempla la Ley 65 de 1993.

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Casación
• Fecha : 07/05/1999
• Decisión : Acepta el desistimiento
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : MONTENEGRO ECHEVERRY, JOSE DE JESUS
• Delitos : Hurto calificado y agravado, Secuestro simple
• Proceso : 14251
• Publicada : Si
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PRESUNCION DE INOCENCIA
Dispone el artículo 247 del Código de Procedimiento Penal que "no se podrá dictar
sentencia condenatoria sin que obre en el proceso prueba que conduzca a la
certeza del hecho punible y la responsabilidad del sindicado".

Ese tajante mandamiento de la ley al juzgador concuerda con el principio de


"presunción de inocencia" reiterado en los artículos 2° (norma rectora) y 445 del
citado Código, disposiciones todas que constituyen desarrollo del artículo 29 de la
Carta Política, premisa bajo la cual confirmará la Sala el fallo recurrido, ya que, con
él, constata que la realidad procesal arroja duda determinante e insalvable
respecto de la existencia de los hechos punibles materia de acusación.

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
• Fecha : 07/05/1999
• Decisión : Confirma la sentencia absolutoria
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Tunja
• Procesado : PRECIADO NIÑO, LIBARDO
• Delitos : Concusión, Prevaricato por asesoramiento ilegal
• Proceso : 13659
• Publicada : Si
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10/05/1999

PORTE ILEGAL DE ARMAS-Transporte


El hecho que la incautación del arma se hubiese realizado cuando el procesado se
desplazaba en un automotor de una ciudad a otra, en nada desnaturaliza su
finalidad, habida cuenta, como lo ha sostenido la jurisprudencia de la Sala, que "la
acción de transportar implica que los hechos permitan inferir que las armas
estaban destinadas a ser llevadas de un lugar a otro en donde se entregarían,
cumpliendo los comprometidos la misión exclusiva de "transportarlas"...." (auto del
31 de julio de 1997, M.P. Dr. Ricardo Calvete Rangel).

Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Auto Colisión de Competencias


• Fecha : 10/05/1999
• Decisión : Declara competencia al Juzgado Penal del Circuito de
Sonsón
• Procedencia : Juzgado Regional
• Ciudad : Medellín
• Procesado : ACEVEDO OSORIO, JOSE ADRICO
• Delitos : Violación al Decreto 3664/86
• Proceso : 15708
• Publicada : Si
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CASACION DISCRECIONAL-Requisitos
La Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, en varias ocasiones ha
señalado los requisitos formales que exige la ley para la admisión del recurso de
casación discrecional. Tales son:

"1.- Que se trate de un fallo de segunda instancia, el cual si fue proferido por
el tribunal debe ser por delito que tenga pena privativa de la libertad inferior
a seis años, o no privativa de la libertad; y si lo fue por el circuito, basta esa
circunstancia, sin que sea necesario ningún otro requisito, es decir, no
importa ni el quantum punitivo ni la clase de pena.

"2.- Que se interponga por escrito dentro de los 15 días siguientes a la


última notificación de la sentencia de segunda instancia (art. 223 del C. de
P.P.).

"3.- Que exista legitimación para recurrir, esto es, que sólo puede ser
interpuesto por el procesado, su defensor, el Procurador o su Delegado (art.
218 ibídem, subrogado por la ley 81 de 1993, art. 35).

"4.- Que se sustente en debida forma, a saber, que se precisen los motivos
para que se acepte, que no pueden ser otros que el desarrollo de la
jurisprudencia, bien sea para determinar el alcance interpretativo de alguna
disposición o aclarar algún aspecto que jurisprudencialmente no ha sido
suficientemente desarrollado; o las razones para considerar que se han
vulnerado los derechos fundamentales (art. 218 inciso 3° del C.P.P.)".
(Casación del 1° de marzo de 1996).

Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Casación Discrecional
• Fecha : 10/05/1999
• Decisión : Concede un recurso y no concede otro
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Pereira
• Procesado : GUAPACHA, MARCELA
• Procesado : GIRALDO LOAIZA, WALTER
• Delitos : Violación a la Ley 30/86
• Proceso : 15605
• Publicada : Si
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ACCION DE REVISION-Requisitos
Como lo ha sostenido la Sala, la remoción de la cosa juzgada sólo es posible
cuando frente a la demostración de alguna de las causales taxativamente
señaladas en la ley, se evidencia que se cometió una injusticia. Por tal
circunstancia, la demanda habrá de confeccionarse con sujeción a la ley,
encontrándose entre sus requisitos, los fundamentos de hecho y de derecho en
que se apoya la solicitud, para que la Sala, al momento de estudiarla, se forme un
juicio anticipado respecto de la seriedad y viabilidad de la acción instaurada.

Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Acción de Revisión
• Fecha : 10/05/1999
• Decisión : Reconoce apoderado e inadmite la demanda de revisión
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : GARCIA RUBIANO, LUIS CARLOS
• Delitos : Tentativa de homicidio
• Proceso : 15710
• Publicada : Si
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11/05/1999

CAMBIO DE RADICACION-Factor territorial


Al constituir el cambio de radicación una excepción al principio del juez natural,
relacionado con el factor territorial, solamente puede proceder en las especiales
situaciones previstas por el artículo 83 del Código de Procedimiento Penal, es decir,
cuando existan circunstancias que puedan afectar el orden público, la
imparcialidad o independencia de la administración de justicia, las garantías
procesales, la publicidad del juzgamiento, la seguridad del sindicado o su
integridad personal.
Magistrado Ponente Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Cambio de Radicación
• Fecha : 11/05/1999
• Decisión : No accede al cambio de radicación
• Procedencia : Juzgado Promiscuo del Circuito
• Ciudad : Bahía Solano
• Procesado : ANAYA HOYOS, HORACIO
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 15476
• Publicada : Si
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INCONGRUENCIA DE LA SENTENCIA
El vicio de incongruencia es de carácter in procedendo, que no solo compromete el
proceso debido en su estructura conceptual, sino que puede llegar a afectar el
derecho de defensa, como ocurre cuando el procesado es sorprendido en la
sentencia con imputaciones fácticas o jurídicas que no ha tenido posibilidad de
controvertir, por no haber sido deducidas en la resolución de acusación.

Respecto a la vía dentro de cuyo marco debe encuadrarse el ataque cuando en la


sentencia se deducen circunstancias genéricas de agravación punitiva no incluidas
en el pliego de cargos, la doctrina de la Corte ha sostenido que, en tratándose de
circunstancias de naturaleza subjetiva, es decir de aquellas que requieren análisis
o valoraciones previas para su deducción, una tal situación genera un vicio de
inconsonancia, susceptible de ser alegado dentro del ámbito de la causal segunda.

Esto, en razón a que tal tipo de circunstancias no pueden ser imputadas en la


sentencia si no han sido objeto de concreción en el acto de formulación de cargos,
bien por su nominación jurídica, ora por sus elementos constitutivos, erigiéndose,
por tanto, en parte integrante del marco fáctico jurídico de la acusación (Cfr.
Casación Agosto 2/95 Mg. Pte. Dr. Ricardo Calvete Rangel, Casación mayo 29/97,
Mg. Pte. Dr. Fernando Arboleda Ripoll, Casación febrero 25/98 Mg. Pte. Dr. Dídimo
Páez Velandia, Casación Junio 25/98, Mag. Pte. Dr. Carlos Eduardo Mejía, entre
otras).

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
• Fecha : 11/05/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Procesado : BERNAL REYES, HECTOR JULIAN
• Delitos : Homicidio culposo
• Proceso : 11132
• Publicada : Si
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RECURSO DE HECHO-Competencia para resolverlo en
casación discrecional
De acuerdo con el artículo 207 del Código de Procedimiento Penal y demás normas
concordantes, el recurso de hecho procede contra la providencia que deniegue el
recurso de apelación o el de casación, y es competente para resolverlo el superior
del funcionario que lo negó.

El numeral 2º., del artículo 218 ibídem señala que la competencia para admitir o
negar el recurso de casación excepcional es la Sala Penal de la Corte Suprema de
Justicia, que de acuerdo a la organización establecida Constitucionalmente no
tiene superior funcional, por lo tanto es obvio entender que contra su decisión de
inadmitir la impugnación extraordinaria no procede el recurso de hecho.

Magistrado Ponente Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Recurso de Hecho
• Fecha : 11/05/1999
• Decisión : No concede el recurso de hecho
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Procesado : HERRERA ALDANA, FABIO EZEQUIEL
• Procesado : AGUDELO LOPEZ, ROBIL ANTONIO
• Procesado : CORDOBA FLOREZ, MARTHA ELBA
• Proceso : 13700
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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FISCAL/ RESOLUCION DE ACUSACION/ PRECLUSION DE LA


INVESTIGACION/ NULIDAD/ ERROR EN LA DENOMINACION
JURIDICA DE LA INFRACCION
Al mencionarse en la demanda que "la vía de la nulidad es el camino para
solucionar esta situación dado que en el actual Código de Procedimiento Penal no
existe el mecanismo de la variación de la calificación jurídica, como sí existió antes
y si el ente acusador cambia de postura, bien por equivocación o porque la prueba
sobreviniente (sic), estimamos que el Juez carece de competencia para contradecir
la nueva postura, en razón de la facultad acusatoria (sic) es de la exclusiva órbita
de competencia de la Fiscalía Seccional, en este caso, por mandato del ya citado
artículo 127 del Código de Procedimiento Penal", no es más que la exposición de
un criterio particular que ninguna relación guarda con la estructura establecida
para el proceso, la normatividad que regula la calidad en que actúa el fiscal
durante la etapa del juicio (art. 444 del C. de P. P.) o la jurisprudencia sentada por
la Corte en torno al tema.

En este último sentido conviene recordar lo dicho por la Sala, en reciente


pronunciamiento (cuatro de febrero de mil novecientos noventa y nueve) con
ponencia del magistrado JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO dentro del proceso
10918, en donde se reiteran las tesis de la Corte sobre el punto, se aclara la
facultad de la Fiscalía de declarar precluidas las investigaciones, y precisan las
posibilidades que la ley otorga al juez y al fiscal con posterioridad a la ejecutoria
de la resolución de acusación:

"1. Estructura procesal penal vigente. No se pretende ahora demostrar el mayor o menor
grado de la inclinación acusatoria que sin duda ostenta nuestro sistema procesal penal,
pues basta decir que la separación de juez y acusación es el presupuesto estructural de
cualquier modelo teórico acusatorio que pretenda serlo y tal elemento básico está
consignado inequívocamente en la Constitución Política vigente. Aunque la construcción
teórica de cualquier sistema procesal es ampliamente convencional, lo cierto es que existen
en Colombia unos límites constitucionales irrebasables, tales como que el debido proceso
comprende la investigación, la acusación y el juzgamiento, si a ello hubiere lugar; que estas
son funciones básicas que no pueden suprimirse o modificarse ni aun durante los estados
de excepción; y que las dos primeras corresponden a la Fiscalía General de la Nación y la
última a los juzgados y tribunales, organismos que son judiciales pero con distinta
estructura y funcionamiento (arts. 29, 250, 252 y 253).

Ahora bien, para concretar la función de investigar los delitos y acusar eventualmente a los
presuntos responsables, ante los juzgados y tribunales, el mismo texto constitucional prevé
como facultad propia de la Fiscalía la de "calificar y declarar precluidas las investigaciones",
salvo en el caso de los congresistas, miembros de la fuerza pública por hechos relacionados
con el servicio e indígenas (arts. 250-2, 186, 235-3, 221 y 246).

A la segunda parte de la expresión constitucional, "declarar precluidas las investigaciones",


no puede dársele el mismo sentido legal de una de las formas de calificación, al lado de la
resolución acusatoria (arts. 439 y 443 C. P. P.), o la significación también legal de uno de los
modos de terminación anticipada del proceso (art. 36 idem), porque si la frase está
precedida por la acción ínsita en el verbo "calificar" y conectada lógicamente con ella, sería
un absurdo que el constituyente hubiese repetido en el mencionado giro lo que
precisamente acababa de decir con el vocablo comprensivo de la calificación (acusación y
preclusión).

De otra parte, el carácter absurdo de ese entendimiento se intensifica porque en tal evento
aparece una insostenible inversión de valores, en el sentido de que serían los vocablos
"legales" los que sirven de fundamento de interpretación de los preceptos
"constitucionales", y no como debe ser: que la ley se interprete a la luz de los principios,
valores, derechos y normas de la Constitución, pues ésta tiene un sentido directamente
normativo ("norma de normas", art. 4°) y su establecimiento se habría nutrido de la teoría
del derecho, la filosofía, la política y otras ciencias que sin duda contribuyen a su
nacimiento. Pues bien, la conexión lógica expresada en los términos
constitucionales "calificar y declarar precluidas las investigaciones", no significa
entonces nada distinto de que el acto de "calificación" agota la actividad
investigativa del Estado en esa primera fase del proceso (art. 29) y que sobre
dicha calificación, una vez ejecutoriada, no podrá volver para modificarla en su
esencia garantista ni la Fiscalía ni tampoco los jueces, pues de esta manera el
texto constitucional no sólo reitera la separación funcional entre acusadores y
juzgadores, sino que también indica cómo los primeros tienen el deber de
presentar ante los segundos una pieza procesal autosuficiente, que se baste a sí
misma para iniciar un debate que no podrá salirse de su marco. (Se destaca).

Es posible que ese acto formal de calificación, por medio del cual se declaran precluidas las
investigaciones, no sea compatible lógica y funcionalmente con la experiencia histórica del
ordinario procedimiento acusatorio en otros sistemas procesales, según los cuales el fiscal
acusa por hechos, sin preocuparse de calificaciones jurídicas que corresponden al juez o
tribunal, y en los que tampoco habría lugar a la preclusión de una etapa investigativa que
no existe como actividad jurisdiccional, pero que en Colombia la Constitución y la ley sí
tienen perfectamente individualizada como ejercicio judicial. A pesar de ello, el principio
procesal de la preclusión aplicado al sumario en nuestro sistema significa que, además de
buscar un pronunciamiento justo que declare la vigencia del derecho y la certeza de su
disfrute, el ordenamiento procesal penal -por mandato constitucional- quiere que ello se
consiga sin perjuicio de la necesaria celeridad y sin que los jueces puedan menospreciar
apriorísticamente el esfuerzo jurisdiccional que constituye esa etapa procesal ya superada.
A la par de procurar el valor de la seguridad, el proceso judicial se convierte en un
mecanismo dinámico por su progreso y la repartición de funciones.

No es extraña la figura de la preclusión a una fase procesal en la cual no culmina


ordinariamente el proceso (investigación) o a un acto intermedio como es la acusación,
porque sobre el tema la doctrina advierte que dicho efecto preclusivo no se presenta sólo
en el momento final, como medio para garantizar la intangibilidad del resultado del proceso
(cosa juzgada), sino que se produce de igual manera durante el proceso, a medida que por
su curso, las diversas cuestiones son decididas. De igual manera, la preclusión se ha
entendido como un principio procesal cuya designación se hace por oposición al
denominado de secuencia discrecional, precisamente para indicar que el proceso tiene
etapas delimitadas y progresivas, cada una de las cuales supone la clausura de la anterior
sin posibilidad de renovarla.

La preclusión de un acto procesal significa que no es posible volver a realizarlo, así sea con
el pretexto de mejorarlo o de integrarlo con elementos omitidos en la debida oportunidad,
máxime si quien pretende renovarlo (juez) carece de competencia para hacerlo. El principio
de preclusión, en la práctica, trata de evitar los retrocesos procesales innecesarios, salvo la
nulidad que tampoco podría asumirse como disculpa, pues sería ella una manera de
disfrazar la violación de la regularidad procesal y el desbordamiento de las atribuciones
constitucionales y legales de los respectivos órganos judiciales.
A propósito de la caracterización de la estructura procesal vigente en Colombia, vale la
pena reiterar que el acto de "calificar", como en el lenguaje jurídico usual significa poner los
hechos o relaciones en un casillero legal, pues se trata de determinar la ley aplicable al
caso, entonces desde la perspectiva procesal penal no puede ser algo diferente de una
imputación tanto fáctica como jurídica, dado que se refiere a la apreciación de la naturaleza
y las circunstancias de un delito, su autor y la pena que a ello corresponde, de cara a los
textos legales, pues en dicha materia rige clamorosamente el principio de legalidad, como
lo pregona el artículo 29 de la Constitución Política, cuando prevé el juicio de valor sobre el
acto reprochado siempre "conforme a leyes preexistentes".

En atención entonces a los principios procesales de separación funcional y


preclusión, la calificación del delito y la responsabilidad del autor, por estar
contenida en una acusación, no puede desconocerse o variarse
circunstancialmente antes de la sentencia, pues ésta constituye el próximo acto
procesal del juez en la secuencia altamente integrada que dibuja el proceso,
legalmente dispuesto para recoger los frutos de la discusión del juicio, cuando ya
se establece lo confirmado o lo desvirtuado de la carga acusatoria, durante ese
nuevo y progresivo ejercicio jurisdiccional que es la fase de juzgamiento. La
variación operable en fallo, obviamente, está circunscrita al capítulo o al título
correspondiente, como lo prefirió el legislador en el artículo 442-3 del C. P. P.,
siempre que no surjan para el procesado consecuencias más graves de las
anunciadas en la acusación. De igual manera, ante circunstancias objetivas de
declinación de la acción penal (prescripción o muerte del procesado), es
inexorable la cesación de procedimiento que, de todas maneras, no es un acto
procesal que desconoce precozmente la acusación, sino que precisamente
declara la imposibilidad de debatirla con vocación de sentencia.

Desde luego que el juez puede disentir de la resolución acusatoria, no para


acomodarla u ordenar que se ajuste a su talante para él mismo impulsar el juicio,
por medio de sesgadas nulidades; pero, como lo ha sostenido la Sala, sí puede
negarse a conocer del proceso cuando la discrepancia recae sobre la calificación
jurídica y la que se estima ignorada podría generar un cambio de competencia,
pues negarle esa facultad al juzgador sería desconocer la posibilidad de la
colisión de competencias, que es el camino legalmente dispuesto para encarar
esta clase de discordancias, siempre que el juez no precipite decisiones sobre la
regularidad del proceso (C. P. P., arts. 97 y ss.). (Se destaca).

Así ocurre, por ejemplo, "… si la acusación contiene cargos por un delito de conocimiento
de la justicia ordinaria y el juez considera que la calificación debió hacerse por uno de
competencia de la justicia especial regional, caso en el cual está obligado a proponer
colisión negativa sin festinar decisiones sobre la validez de la actuación.

"Por fuera de esa hipótesis, el juez debe asumir el conocimiento del proceso, sea cual fuere
la inconformidad suya con el pliego de cargos, para, en el curso del juicio, tomar la decisión
que corresponda con arreglo a las soluciones que la ley procesal le ofrece, siempre y
cuando no desconozca, al menos no antes de la sentencia, la valoración jurídico-probatoria
que la acusación contiene en relación con la materialidad del hecho y la responsabilidad del
procesado, pues, de hacerlo, suplantaría al fiscal en el ejercicio de la función acusadora
que, como es bien sabido, le pertenece" (auto 28 de agosto de 1995. Radicado 10.695. M.
P. Fernando Arboleda Ripoll).

A estas razones de estructura procesal, que en Colombia son una realidad jurídico-positiva
de nivel constitucional y además legal, obedecen las precisiones que hizo la Corte en la
sentencia de casación del 2 de agosto de 1995, cuyos términos son los siguientes:

"En desarrollo del mandato constitucional, el estatuto procesal distribuyó las


competencias entregando a los fiscales la misión de ‘investigar, calificar y
acusar, si a ello hubiere lugar’, ante los jueces y tribunales, a quienes otorgó
la función de juzgar. A partir de la ejecutoria de la resolución de acusación,
el fiscal adquiere la condición de sujeto procesal y pierde la dirección de la
investigación (art. 444 C. P. P.).

"Esto significa que el fiscal no puede pretender en la etapa del juicio


adicionar la acusación, ya que los cargos deben estar formulados en su
totalidad en el proveído calificatorio, de manera que el enjuiciado tenga la
certeza de que es exclusivamente de ellos que debe defenderse.

"La dimensión de la responsabilidad asignada a los fiscales por la nueva


Constitución obliga a que su cumplimiento se realice con el mayor esmero,
cuidado y profundidad, y a su vez hace necesario que el Ministerio Público
esté atento a interponer los recursos de ley cuando la calificación no sea
correcta. A la etapa del juicio no se puede llegar con incertidumbre sobre
cuáles son los cargos, ni ese es momento oportuno para tratar de
concretarlos.
"La elaboración de los cargos en cuanto a la tipicidad implica precisión sobre
los hechos investigados, con todas las circunstancias de modo, tiempo y
lugar que los especifiquen, señalando los tipos penales correspondientes a
la denominación jurídica y a las circunstancias agravantes y atenuantes
modificadoras de la punibilidad, así como a las genéricas que deban ser
advertidas desde ese momento, esto es, aquellas que requieren de una
valoración o análisis previo a su deducción.

"El marco dentro del cual se debe desarrollar el juicio está determinado por
la resolución de acusación, en donde el Estado por conducto del fiscal le
indica al acriminado cuáles son los cargos que le formula, para que el pueda
proveer a su defensa con la seguridad de que no va a ser sorprendido con
una condena por hechos o situaciones distintas. De igual modo, los sujetos
procesales tendrán en dicha resolución un punto de referencia definido
sobre las pruebas que pueden presentar y solicitar en el período probatorio
de la causa, las cuales se deben limitar a las que sean conducentes y
eficaces para corroborar, degradar o desvirtuar la acusación, no siendo de
recibo las que pretendan dar lugar a nuevos cargos.

"Desde luego que lo dicho es sin perjuicio de que el juez frente a una
resolución que afecta el debido proceso, bien por inobservancia de sus
requisitos formales o por error en la denominación jurídica, deba invalidarla
para que el fiscal subsane la irregularidad advertida" (M. P., Ricardo Calvete
Rangel. Se ha subrayado).

También en el auto del 28 de agosto de 1998, cuya ponencia hizo el magistrado Fernando
Arboleda Ripoll, se perfiló dicha singularización en el siguiente párrafo:

"La Sala ha reiterado la fuerza vinculante que tiene la resolución de


acusación ejecutoriada en un sistema procesal penal con tendencia
acusatoria como el colombiano, en la medida en que no puede ser
desconocida por el juzgador con argumentos apriorísticos, y al concretar los
hechos por los que se llama a juicio delimita la competencia y fija el marco
de referencia para el ejercicio del derecho de defensa o la terminación
anticipada del proceso (arts. 37 inc. final, 38 y 39 del C. de P. P., modificados
por los arts. 3, 6 y 7 de la Ley 81/93)".

2. Nulidad de la resolución de acusación. Las prevenciones de profesionalismo y rigor


técnico en la actividad del fiscal y el ministerio público, que se hacen en la jurisprudencia
transcrita, además del sano sentimiento de precaver las nulidades, se convierte en un
clamor para evitar la violación de las garantías del procesado o las defraudaciones a la
sociedad en el ejercicio del poder punitivo, pues no todas las equivocaciones del fiscal en la
acusación se podrán enmendar por aquella vía o por el poder del juez en la sentencia,
merced precisamente a la vigencia de los principios de separación funcional y preclusión de
la calificación sumarial, que de tal manera se constituyen en un esquema de garantía.

En efecto, si la nulidad es la sanción que establece la ley para el acto jurídico que en su
realización haya violado u omitido las formas preordenadas por ella misma, en principio, no
podrán decretarse nulidades por razones de mérito (in iudicando), sino de regularidad del
procedimiento (in procedendo). Se trata de irregularidades en los elementos esenciales de
composición de los actos del proceso, que por tener tal entidad desvirtúan en el hecho
procesal su aptitud para cumplir el fin a que estaban destinados.

En este orden de ideas, en lo que atañe a la nulidad de la resolución acusatoria por falta al
debido proceso, sólo la justifican los vicios que impedirían proveer de fondo y dictar
sentencia. Así entonces, si el fiscal exhibe la motivación básica, fundada en una
apreciación racional de las pruebas que obran en el proceso y en una argumentación
jurídica propia de su facultad de interpretación, no puede ser motivo de nulidad, por el
prurito de que el juez razona más elevadamente o de manera diferente, el hecho de que el
calificador por antonomasia en ese momento haya descartado una circunstancia de
agravación, o reconocido la atenuante por ira o intenso dolor, o admitido la complicidad
como título de participación -en lugar de la autoría que piensa el juez-, o determinado la
culpa o la preterintención, en vez del dolo, como componentes del aspecto subjetivo del
tipo.

Estas discrepancias entre los funcionarios judiciales, en verdad, no obstaculizan la decisión


de fondo, a menos que, como se dijo antes, la alternativa calificatoria propuesta por el juez
comporte un cambio de competencia y haya lugar entonces a la respectiva colisión
negativa, pues, en otras circunstancias, sería un desbordamiento de su poder que acudiera
a una especiosa nulidad por falta al debido proceso, con el fin de imponer arbitrariamente la
calificación que él concibe. Cosa distinta ocurre si en la pieza acusatoria falta la motivación
sobre el hecho constitutivo del gravamen o la degradación, o la misma es ambigua o
contradictoria, o el funcionario imagina soportes empíricos o racionales que no existen o
que lógicamente no pueden inferirse dentro del proceso (absurdo), pues en tal caso la
sentencia no puede dictarse porque carecería del apoyo acusatorio necesario para su
congruencia.

La Corte ha sostenido reiteradamente que solamente el error en la denominación jurídica de


la infracción constituye causal de nulidad, como vulneración del debido proceso, porque en
tal evento el fiscal se aparta drásticamente de las reglas de lógica y comprensión jurídica
que rigen el proceso de adecuación típica del comportamiento, dado que trasciende el
capítulo o el título correspondiente, pues en tal evento la calificación jurídica ignorada por
el fiscal y vista por el juez, se soporta sobre los mismos hechos que el instructor declaró
probados, con lo cual el juzgador que decreta la invalidez no invade la órbita de las
funciones propias del acusador.

Así, en el auto del 25 de abril de 1995, la Corte expuso:

"… es oportuno reiterar que para esta Corporación el error en la


denominación jurídica trae como consecuencia la nulidad del proceso a
partir del auto calificatorio inclusive.

"Al juez como director de la etapa de juzgamiento le corresponde velar


porque la acusación haya sido formulada correctamente, aspecto este que
forma parte de la garantía del debido proceso, y que de ningún modo
constituye violación del principio de imparcialidad, pues en el caso de la
denominación jurídica se trata simplemente de verificar que a los hechos
declarados probados por la fiscalía no les haya dado un nomen juris
equivocado.

"No es cierto que el fiscal sea una especie de dueño absoluto de la


acusación, entre sus funciones efectivamente está la de acusar, pero dicha
acusación no será de recibo si no se ajusta a las exigencias del debido
proceso, entre las cuales, como ya se dijo, está la de dar a los hechos que
estime acreditados la denominación jurídica acertada" (M. P. Ricardo Calvete
Rangel. Subrayas fuera de texto)."

No se trata, como parece ser entendido por la Delegada, del criterio que se tenga
sobre si la imputación contenida en el pliego acusatorio es fáctica, jurídica o mixta;
tampoco si el juez obró bien o mal al no acceder a lo solicitado por el Fiscal en la
audiencia pública, sino de establecer si el ejercicio de la acción penal por los
agentes estatales es disponible o no, la manera de ejercer esa disponibilidad, las
etapas en que puede hacerse y las implicaciones que trae para la actuación,
obviamente todo esto de cara a la regulación legal como corresponde a un Estado
de Derecho.

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
• Fecha : 11/05/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Ibagué
• Procesado : PALACIOS ALARCON, HECTOR JULIO
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
• Proceso : 11066
• Publicada : Si
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BENEFICIO ADMINISTRATIVO/ REDENCION DE PENA


1-. El artículo 5° del Decreto 1542 de 1997, reglamentario del artículo 147 de la
Ley 65 de 1993, por la cual se adoptó el Código Penitenciario y Carcelario, señala
que los directores de los establecimientos carcelarios y penitenciarios podrán
conceder permiso hasta por setenta y dos (72) horas a los condenados en única,
primera y segunda instancia, o cuyo recurso de casación se encuentre pendiente,
con el lleno de los requisitos ahí señalados. Uno de ellos hace referencia a que el
interno haya alcanzado la fase de mediana seguridad, que según el inciso 3° de la
norma en cita, se entiende cuando el procesado ha superado la tercera (1/3) parte
de la pena impuesta y observado buena conducta, de acuerdo con el concepto
emitido por el Consejo de Disciplina.

2-. De los preceptos anteriores surge como primera conclusión que el beneficio
administrativo es otorgado por los directores de los establecimientos carcelarios y
penitenciarios y favorece a los condenados definitivamente y a aquellos que están
pendientes de la sentencia de casación, correspondiendo a la Sala pronunciarse
provisionalmente sobre las rebajas de pena por trabajo y estudio invocadas por los
condenados cuyo recurso de casación se encuentre en trámite, como medio para
acreditar ante aquellas autoridades el cumplimiento del presupuesto objetivo
previsto en el inciso 3° del artículo 5° del Decreto 1542 de 1997.

En este orden de ideas, si el procesado no ha descontado aún la tercera parte de la


condena, incluyendo todos los factores que contribuyen al respecto, no es factible
que la Sala reconozca períodos de redención, puesto que, se insiste, la decisión
con carácter provisional está destinada a que los directores de los centros de
reclusión tengan noticia cierta sobre la llegada del procesado a la fase de mediana
seguridad, contando para ello las penas redimidas, cuyo reconocimiento y
determinación pertenecen exclusivamente a la órbita del juez.

En segundo término, se infiere que el permiso hasta de setenta y dos horas, para
salir del establecimiento sin vigilancia, puede ser concedido a todos los
condenados en quienes converjan los requisitos señalados, sin importar la
naturaleza y modalidades del reato, con la única excepción de los que hubieren
sido sentenciados por delitos de competencia de los jueces regionales, porque así
lo estipula literalmente el artículo 147.

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Casación
• Fecha : 11/05/1999
• Decisión : Reconoce en forma provisional redención de pena
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Ibagué
• Recurrente : RODRIGUEZ GALLO, GILDARDO
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 10175
• Publicada : Si
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TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO-Interés para


recurrir/ CONFESION/ REDENCION DE PENA
La procedencia de la impugnación extraordinaria, también se halla limitada a lo
dispuesto por el artículo 37B-4 en cuanto a los temas allí indicados. Esto es, el
defensor y el procesado solamente pueden proponer la discusión respecto de la
individualización judicial de la pena, el subrogado de la condena de ejecución
condicional y la extinción de dominio sobre bienes, ya que, " esta limitación en la
materia del recurso de apelación se impone para preservar la estructura misma del
rito especial, pues, si se permite en esa oportunidad una discusión del cargo o de
una atenuante descartada en la diligencia, sería propiciar una desestabilizadora
retractación de lo aceptado, sin perjuicio obviamente de reclamar la nulidad por
violación de garantías fundamentales. Aunque la norma sólo se refiere a
restricciones en la apelación, es claro que si el recurso de casación recae sobre el
fallo de segunda instancia y éste, por obra de la limitante no podía pronunciarse
en relación con aspectos distintos a los antes señalados, resulta también patente,
por sustracción de materia, que la Corte no podrá ocuparse de lo que legalmente
estaba vedado al Tribunal (C.P.P., art. 218) " (Sent. Cas. Abril 16/98. Mgs. Ptes. Dres.
GOMEZ GALLEGO y MEJIA ESCOBAR).

Para la operancia de la diminuente, es indispensable que la confesión sea el


fundamento de la condena. Entenderlo de otra manera sería otorgar un beneficio
sólo porque se confesó cuando no era necesario hacerlo por obrar en el proceso
otras pruebas distintas de la confesión que conducían inequívocamente a afirmar
la responsabilidad del procesado, "pues no sería justo premiar el oportunismo del
procesado que, encerrado por la evidencia, se decide a confesar, así sea en su
primera versión, con el fin de que el pretexto le sirva para una rebaja de pena" (Cfr.
cas. Sept.29/93, M.P. Dr. GUILLERMO DUQUE RUIZ. Cas. agosto 19/97, M.P. Dr.
CORDOBA POVEDA; y Cas. Abril 16/98 Mgs. Ptes. Dres. GOMEZ GALLEGO y MEJIA
ESCOBAR, entre otras).

Cosa distinta habría sido que el juzgador reconociese, de una parte, que la
procesada no fue capturada en flagrancia, que durante su primera versión ante las
autoridades judiciales -cumpliendo los requisitos establecidos por el artículo 296
del C. de P. P.- confesó no solamente la realización de la conducta definida en la ley
como delito, sino su responsabilidad penal, y, por último, que a este medio
probatorio se le considere en el fallo la prueba fundamental de la decisión de
condena. Y, que no obstante todo esto, en la parte resolutiva de la sentencia
materia de impugnación en sede extraordinaria, haya dejado de aplicar la
reducción punitiva prevista para los casos de confesión, pues en esa eventualidad
habría aparecido demostrada con nitidez la transgresión a la ley por falta de
aplicación del precepto que establece la rebaja de pena.

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
• Fecha : 11/05/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : MARTINEZ ORTIZ, LUZ MERY
• Delitos : Estafa, Falsedad en documento privado
• Proceso : 10333
• Publicada : Si
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SENTENCIA-Ejecutoria
En virtud del principio de la unidad de sentencia, cuando alguno de los procesados
recurre el fallo no cobra ejecutoria hasta tanto no se resuelva la impugnación,
dado que aunque los demás no sean recurrentes, la decisión del superior
eventualmente podría extenderse a ellos, verbigracia si se decretara una nulidad
de lo actuado, o se reconociera una atenuante aplicable a todos etc.

Así las cosas, desde el punto de vista procesal la sentencia de segunda instancia
que confirma la de primera tiene efectos respecto de todos los acusados, aunque
de manera particular no se ocupe de la situación de alguno de ellos, bien porque
no fue recurrente, o porque habiéndolo sido sus planteamientos no fueron
resueltos. De modo que si los sujetos procesales consideran que está viciada por
alguna irregularidad sustancial, la única manera de impedir su ejecutoria es
recurriendo en casación para denunciar la ilegalidad.

Magistrado Ponente Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Auto Casación
• Fecha : 11/05/1999
• Decisión : No decreta nulidad del auto mediante el cual se ajustó la
demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : ALVIS BAEZ, HENRY ALIRIO
• Procesado : ARANGO VARGAS, NUMAR ORLANDO
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 13143
• Publicada : Si
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PRESCRIPCION
El artículo 80 del Código Penal establece que la acción penal prescribirá en un
tiempo igual al máximo fijado en la ley, pero en ningún caso será inferior a cinco
(5) años ni superior a veinte (20) para lo cual se tendrán en cuenta las
circunstancias de agravación concurrentes.

A su turno, el artículo 84 ibídem, determina que la prescripción de la acción penal


se interrumpe por el auto de proceder, hoy resolución acusatoria, debidamente
ejecutoriada, momento a partir del cual empezará a correr de nuevo por un tiempo
igual a la mitad del señalado en el artículo 80, que no podrá ser inferior a cinco (5)
años. Para este caso el máximo a tener en cuenta es el de siete (7) años y seis (6)
meses.

Además, el artículo 85 de la referida normatividad destaca respecto de la


prescripción de varias acciones que cuando fueren varios los hechos punibles
juzgados en un solo proceso, la prescripción de las acciones se cumple
independientemente para cada uno de ellos.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Casación
• Fecha : 11/05/1999
• Decisión : Declara prescripción respecto de algunos procesados,
declara
cesación de proc...
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : ESCOBAR SILVA, RODRIGO
• Procesado : JIMENEZ MEJIA, HUMBERTO
• Procesado : JIMENEZ MEJIA, SANTIAGO
• Procesado : PRIETO DIAZ, GUILLERMO ADOLFO
• Delitos : Estafa agravada
• Proceso : 15130
• Publicada : Si
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COMPETENCIA/ INASISTENCIA ALIMENTARIA


El Código del Menor fija la competencia de la autoridad judicial para el delito de
inasistencia alimentaria en el artículo 271, estableciendo que cuando el sujeto
pasivo de la infracción sea un menor, "Será competente para conocer de este
delito el Juez Municipal de la residencia del titular del derecho". Entonces, lo
fundamental para determinar la competencia en esta clase de infracciones es
conocer cuál era la residencia del sujeto pasivo del delito al momento de
formularse la denuncia, pues de allí en adelante es que ella se determina.

Magistrado Ponente Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Auto Colisión de Competencia


• Fecha : 11/05/1999
• Decisión : Declara que la competencia corresponde al J. 71 Penal
Municipal de Bogotá
• Procedencia : Juzgado Primero Penal Municipal
• Ciudad : Soacha
• Procesado : CUCAITA MOLINA, HENRY
• Delitos : Inasistencia alimentaria
• Proceso : 15707
• Publicada : Si
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PRIVACION ILEGAL DE LA LIBERTAD/ PREVARICATO


A fin de establecer la legalidad de la medida correccional impuesta por el acusado
a (...), necesario resulta acudir a las previsiones del artículo 39 del Código de
Procedimiento Civil, modificado por el D.E. 2282 de 1989, art. 1o. num. 14, que
señala los poderes disciplinarios del Juez.

El ordinal segundo de la citada disposición establece que los jueces tienen facultad
para:

"Sancionar con pena de arresto inconmutable hasta por cinco días a quienes le
falten al debido respeto en el ejercicio de sus funciones o por razón de ellas.

"Para imponer esta pena será necesario acreditar la falta con certificación de un
empleado de la oficina que haya presenciado el hecho, prueba testimonial o con
copia del escrito respectivo.

"El arresto se impondrá por medio de resolución motivada que deberá notificarse
personalmente y sólo será susceptible del recurso de reposición.

"Ejecutoriada la resolución, se remitirá copia al correspondiente funcionario de


policía del lugar, quien deberá hacerla cumplir inmediatamente."

1.- El problema parecería planteado desde una perspectiva diversa de la estructura


de la conducta, de su ser, cuando una tal concepción no corresponde al
entendimiento que de ella tiene la mayoría de la Sala y que parte de reconocer
que toda conducta implica voluntad y que ésta no puede concebirse sin finalidad.
2.- Lo que ocurre es que para saber cuándo una actividad final constituye una o
varias acciones relevantes para el derecho penal, es decir si son concurrentes o no,
hay que acudir a criterios conceptuales o valorativos que están, en principio, en los
tipos penales porque son ellos los que definen qué actividad final quieren abarcar,
es decir, qué buscan prohibir, en qué medida y a través de cuáles medios.

3.- Así mismo, es el propio ordenamiento el que define en qué medida las
conductas descritas en los tipos penales deben ser relevantes socialmente en
tanto sean lesivas de un bien jurídico o simplemente lo pongan en peligro. Y
decidirá también con cuánta intensidad protegerá cada clase de bien jurídico, sea
éste inherente a la persona (en punto a su existencia o a su desarrollo mediante
las relaciones socialmente libres) o al Estado (frente a su existencia o frente a su
funcionamiento).

4.- La posición minoritaria reduce a unidad de delito -y al parecer a unidad de


acción, de conducta y de tipo- todo aquello que se realizó para la consecución de
una finalidad (la privación de la libertad de García), sin reparar en que dicho
resultado podía llevarse a cabo atentando contra el deber de ejercer la función
judicial legalmente, o prescindiendo de ese plus. Para ese propósito otorga a la
finalidad un sentido aglutinante y unificador que en sí misma no tiene, aunque
podría llegar a tenerlo, como ocurre por ejemplo en los tipos complejos que
incorporan el fin como elemento típico, o en tipos que están en relación de
progresión, en los cuales el aglutinante legal es la identidad del bien jurídico
quebrantado.

5.- Un tal entendimiento deja la impresión, que por supuesto no se comparte, de


que cuando los hechos punibles están en relación de medio a fin, el tipo penal
descriptor de la vulneración que coincide con la finalidad, recoge el desvalor de la
conducta medio, cualquiera que éste sea, con la única condición de que sea un
medio "necesario" para el caso concreto.

6.- Pero el criterio de necesidad no se define y queda en el aire, pues no está claro
si se trata de una "necesidad" resuelta en términos causales o simplemente
normativos. Y tampoco explica (ni resuelve) a qué quedaría circunscrita la
aplicación -si a la subsunción o a la concurrencia- de todas aquellas conductas
típicas que únicamente pueden existir como conductas medio, como resultan ser
aquellas que conminan el daño a bienes jurídicos de carácter funcional.

7.- La forma como concebía el problema la ponencia derrotada daba pábulo a la


creación de prevaricatos privilegiados, dado el mayor rigor con que actualmente se
sanciona este injusto frente al de privación ilícita de la libertad, pues, para poder
sostener que la finalidad opera como criterio de unificación, resolvía imputar el
delito menos grave, absorbiendo en éste el de mayor desvalor social y jurídico que
incuestionablemente es el prevaricato, porque el argumento de que en el catálogo
constitucional es preferente el bien jurídico de la libertad, resulta frágil frente a la
ostensible diferencia en el tratamiento punitivo diferencial que el legislador le ha
dado a ambos injustos. El menor rigor punitivo para los atentados contra la libertad
del individuo, frente a los abusos de los funcionarios públicos, parece encontrar su
explicación en que precisamente otras normas jurídicas confluyen a fortalecer
aquella protección a través del concurso de hechos punibles.

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL y Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ
GALLEGO

Sentencia Segunda Instancia


• Fecha : 11/05/1999
• Decisión : Confirma la sentencia condenatoria
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Villavicencio
• Procesado : DIAZ ROJAS, JOSE ISMAEL
• Delitos : Prevaricato, Privación ilegal de la libertad, Falsedad
ideológica en documento público
• Proceso : 13015
• Publicada : Si
Salvamento Parcial de Voto Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE
Salvamento Parcial de Voto Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL
Salvamento Parcial de Voto Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA
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13/05/1999

LEGALIDAD DE LA PENA/ VIGENCIA DE LA LEY-Ley 40 de 1993


La ley 40 de 1993 empezó a regir "a partir de su promulgación" (art. 40); habiendo
sido publicada en el diario oficial N° 40.726, correspondiente al 20 de enero de
1993, es evidente que no había entrado en vigencia al tiempo de los hechos y, no
resultando favorable al procesado, mal podía aplicarse.

No obstante, a (...) le fue deducida la pena mínima prevista para el homicidio


simple por dicha ley 40 de 1993, 25 años de prisión, reducida a la mitad por
tratarse de tentativa, 12 años y medio, e incrementada en 6 meses por el concurso
con el porte ilegal de arma de fuego de defensa personal, para el total de 13 años
que desatinadamente determinó el Juzgado 4° Penal del Circuito de Bucaramanga,
lamentablemente confirmado por el correspondiente Tribunal y sin que ninguno de
los sujetos procesales observara el dislate.

Para restablecer la legalidad de la pena, quebrantada al aplicarse una norma


desfavorable al procesado que no preexistía al acto imputado, debe la Corte
corregir la sanción erradamente impuesta para adaptarla a la preceptiva menos
gravosa que regía al tiempo de la comisión de la tentativa de homicidio, artículo
323 original del decreto 100 de 1980, que reprimía el homicidio simple con un
mínimo de 10 años de prisión.

Dicho lapso ha de ser reducido por tratarse de tentativa, en la mitad, que es el


máximo que puede concederse según lo entonces y ahora estatuido por el artículo
22 del Código Penal, dadivosamente otorgado por el Juez pero que no puede
modificarse por prohibirlo los artículos 31 de la Constitución Política y 17 y 227 del
Código de Procedimiento Penal al ser la defensa recurrente único, resultando 5
años, aumentados en los mismos 6 meses por el concurso con el porte ilegal de
arma de fuego de defensa personal.

Esta misma duración de 5 años y 6 meses es la que debe imponerse como pena
accesoria de interdicción de derechos y funciones públicas, de acuerdo con lo
establecido por el artículo 52 del Código Penal.

Magistrado Ponente Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
• Fecha : 13/05/1999
• Decisión : Desestima la demanda, casa parcial y de oficio, impone
pena
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Bucaramanga
• Procesado : RINCON CASTRILLON, OSCAR
• Delitos : Tentativa de homicidio, Porte de armas de defensa personal
• Proceso : 10710
• Publicada : Si
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TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO/ AUDIENCIA
ESPECIAL/ SENTENCIA ANTICIPADA
A diferencia de lo que acontece en la audiencia especial, donde el procesado
puede procurar un acuerdo sobre la tipicidad de la conducta, las circunstancias
específicas de atenuación o agravación concurrentes, el grado y formas de
participación, la forma de culpabilidad, o la pena, en la sentencia anticipada la
formulación de los cargos se rige por el principio de intangibilidad, en la medida
que al imputado no le es permitido pretender su modificación, o imponer
condiciones previas a su aceptación.

La facultad consagrada en el numeral 3º del artículo 37B del estatuto procesal


penal (modificado por los artículos 5º de la ley 81 de 1993 y 12 de la ley 365 de
1997), de poder realizar aceptaciones parciales cuando se trate de varios delitos,
está exclusivamente referida al aspecto cuantitativo de la imputación, es decir, a la
posibilidad de aceptar unos cargos y desestimar otros, sin discutir su contenido,
para que se dicte fallo anticipado en relación con los que son objeto de
asentimiento, y se continúe el procedimiento ordinario por los que no lo fueron,
provocando de esta forma la ruptura de la unidad procesal.

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
• Fecha : 13/05/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Recurrente : MORENO QUIROZ, JAIME DE JESUS
• Delitos : Hurto calificado y agravado, Porte de armas de defensa
personal, Homicidio agravado
• Proceso : 10590
• Publicada : Si
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18/05/1999

SENTENCIA CONDENATORIA/ PREVARICATO POR OMISION


1. De acuerdo con el artículo 247 del C. de P. P. para proferir sentencia de condena
se requiere del concurso de prueba que produzca certeza del hecho punible y de la
responsabilidad del procesado.

Lo anterior precisa que, dentro de la escala probatoria establecida en nuestro


estatuto procesal penal, frente a una probabilidad de la responsabilidad del
imputado, que es el estado de espíritu en que se halla el funcionario judicial
cuando lo convoca a juicio, pasa en este momento procesal al más alto grado de
seguridad, que supone la eliminación de toda duda racional, deviniendo entonces
el conocimiento de que los hechos han ocurrido de determinada manera que es lo
que, en rigor, constituye la certeza.

Si del conjunto probatorio no se adquiere tal certidumbre, la absolución se torna


incontestable por virtud legal y por principios elementales de justicia.

2. El ilícito de prevaricato por omisión lo describe el C. P. en su artículo 150, así:

"El servidor público que omita, retarde, rehuse o deniegue un acto propio de sus
funciones, incurrirá en las penas previstas en el artículo anterior.."
Esta conducta es eminentemente dolosa, por cuanto la ley expresamente no
determina con respecto a ella ninguna otra forma de culpabilidad (Art.39 C.P.), de
donde se sigue que para la realización del tipo penal de que se trata, el agente
debe conocer y querer las circunstancias del hecho a que se refiere el mismo,
porque no es posible concebir el dolo sin el conocimiento y la voluntad del
supuesto amenazado con pena.

Magistrado Ponente Dr. DIDIMO PAEZ VELANDIA

Unica Instancia
• Fecha : 18/05/1999
• Decisión : Absuelve
• Procedencia : Corte Suprema de Justicia
• Procesado : GOMEZ ORTEGA, ELY
• Delitos : Falsedad ideológica en documento público, Prevaricato por
omisión
• Proceso : 11726
• Publicada : Si
Salvamento de Voto Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA -
Salvamento de Voto Dr. NILSON PINILLA PINILLA -
Salvamento de Voto Dr. RICARDO CALVETE RANGEL -
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INTERDICCION DE DERECHOS Y FUNCIONES PUBLICAS


De conformidad con lo dispuesto en el artículo 228 del Código de Procedimiento
Penal, la oficiosidad de la Corte en sede de casación se limita a aquellos eventos
en que se impone la anulación de lo actuado o cuando "sea ostensible" que el fallo
impugnado atenta contra las garantías fundamentales.

Así las cosas, es claro que la solicitud del Delegado para que se case oficiosamente
el fallo atacado, no se aviene a ninguno de los presupuestos señalados, dado que,
partiendo de un equivocado concepto de la interdicción de derechos y funciones
públicas como sanción accesoria que va aparejada con la de privación de la
libertad, la precisión que quiso hacer el Juez cuando en el numeral segundo del
fallo de primera instancia anotó que dejaba en claro que "aquella interdicción
implica la pérdida del cargo y la consecuente inhabilidad para el desempeño de
funciones públicas u oficiales durante CINCO (5) AÑOS", no está sobrepasando
ningún límite legal de pena alguna, pues lo que hizo fue simplemente establecer el
alcance de la pena accesoria de la pérdida del cargo en cuanto a las
consecuencias que de ahí se derivan en los términos previstos en el artículo 51 del
Código Penal, según el cual "la pérdida del empleo público u oficial inhabilita hasta
por cinco años para desempeñar cualquier cargo en la Administración Pública, en
la Rama Judicial o en el Ministerio Público", consecuencia que también se
desprende, por mandato legal, de la interdicción de derechos y funciones públicas
que como sanción penal "inhabilita para adquirir cualquiera de los derechos,
empleos, oficios o calidades de que trata el inciso anterior" (art. 51 ibídem), esto
es, "la facultad de elegir y ser elegido, del ejercicio de cualquier otro derecho
político, función pública u oficial y dignidades que confieren las entidades oficiales
e incapacita para pertenecer a cuerpos armados de la República".

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
• Fecha : 18/05/1999
• Decisión : Desestima la dem. casa oficio y parcial en relación con un
delito, impone multa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cundinamarca
• Procesado : BALLEN NUÑEZ, URIEL
• Delitos : Peculado por apropiación, Falsedad material empl. of. en doc.
público
• Proceso : 10803
• Publicada : Si
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PREVARICATO/ DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACION


PUBLICA
En los delitos contra la administración pública, ésta se tutela como un interés al
servicio de la comunidad y los gobernados, de tal manera que aparezca protegido
algo funcional y dinámico, pues, de lo contrario, se sancionaría como delito la mera
desobediencia a la ley (violación de prohibiciones o mandatos) y no la real
transgresión de bienes jurídicos. El ius puniendi, por su naturaleza extrema, no
puede disponerse para aislados quebrantamientos de deberes profesionales o para
la protección de una vaga pureza de la administración pública, pues ello se
traduciría en una visión totalitaria de la actividad administrativa, sino que es
preciso establecer que la conducta juzgada pone en riesgo concreto los
procedimientos que los miembros de la colectividad tienen para resolver sus
conflictos. Así pues, aunque el proceso de adecuación típica de una acción u
omisión prevaricadora no está determinado por los móviles del juez sino por la
justificación jurídica de lo que hizo o dejó de hacer, lo cierto es que esas
tendencias anímicas del funcionario (simpatía o animadversión, por ejemplo), por
referirse directamente a los partícipes o involucrados en el cumplimiento del deber
jurídico (que es el elemento normativo determinante de la existencia de la
omisión), sin duda contribuyen a evidenciar de mejor manera el dolo requerido en
esta clase de comportamientos delictivos.

Magistrado Ponente Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Segunda Instancia


• Fecha : 18/05/1999
• Decisión : Revocar los ordinales 1, 2 y 4 de la parte resolutiva y
absuelve
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : QUINTERO ALVAREZ, NESTOR OLINTO
• Delitos : Prevaricato por omisión
• Proceso : 13827
• Publicada : Si
Salvamento de Voto Dr. NILSON PINILLA PINILLA -
Salvamento de Voto Dr. RICARDO CALVETE RANGEL -
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TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO-Pliego de cargos,


Competencia/ SENTENCIA-Competencia
Producido el acto procesal respectivo por un Fiscal Seccional - formulación del
pliego de cargos -, el Juez del Circuito deviene de tal acto la facultad para ejercer
su función, limitándose su competencia a emitir la decisión a que haya lugar en la
forma y términos que se deriven de aquella actuación procesal y que, para el caso
concreto, según el artículo 37 del Código de Procedimiento Penal, modificado por la
ley 365 de 1997 es la de "dictar sentencia conforme a los hechos y circunstancias
aceptadas, siempre que no haya habido violación de garantías fundamentales", o
abstenerse de hacerlo produciendo la determinación respectiva si se hubieran
infringido tales garantías, caso en el cual habrá que diferenciar las distintas
soluciones según sea la naturaleza del vicio y según este repercuta o no en los
demás órdenes determinantes de la competencia.

Ahora bien, ese acto funcional del Juez no puede ejercerse prescindiendo de los
demás factores de competencia que le son necesarios para el adecuado y válido
ejercicio de su función.

Tales factores son los determinantes de las denominadas competencia territorial,


competencia objetiva y competencia foral, pues la legalidad que valida el ejercicio
de la función depende de que el Funcionario Judicial se halle dentro de su ámbito
territorial correspondiente y de que se trate del conocimiento de un asunto de
aquellos que la ley le ha asignado para su decisión, ya sea por la naturaleza de la
infracción, ora por la calidad de la persona o quizá, por la cuantía del ilícito.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Colisión de Competencias


• Fecha : 18/05/1999
• Decisión : Declara competencia al Juzgado Regional de Cali
• Procedencia : Juzgado Promiscuo del Circuito
• Ciudad : Puerto Asís
• Procesado : RAMOS ANGULO, SATURNINO
• Delitos : Porte ilegal de armas
• Proceso : 15603
• Publicada : Si
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19/05/1999

INTERVENCION EN POLITICA
1. Tipicidad. El artículo 158 del Código Penal, tal como se entiende modificado
por el parágrafo del artículo 18 de la Ley 190 de 1995, dice:

"El servidor público que forme parte de comités, juntas o directorios políticos
o intervenga en debates o actividades de este carácter, incurrirá en
interdicción de derechos y funciones públicas de uno a tres años.

"Se exceptúan de lo dispuesto en el inciso anterior los miembros de las


corporaciones públicas de elección popular y las personas que ejercen
funciones públicas de modo transitorio".

De otro lado, por medio de la sentencia C-454 de 1993 (octubre 13), la Corte
Constitucional declaró que la norma del inciso 1° del artículo 158 era exequible y,
por ende, estaba vigente sólo en relación con los servidores públicos señalados en
el inciso 2° del artículo 127 de la Constitución Política, esto es, los empleados del
Estado y de sus entidades descentralizadas que ejerzan jurisdicción, autoridad civil
o política, cargos de dirección administrativa o se desempeñen en los órganos
judicial, electoral o de control, a quienes "les está prohibido tomar parte en las
actividades de los partidos y movimientos y en las controversias políticas, sin
perjuicio de ejercer libremente el derecho al sufragio".
Se notará que la prohibición de actividades políticas de carácter proselitista es
absoluta en relación con los integrantes del poder judicial y los órganos electoral y
de control, pues es apenas obvia la veda para tratar de preservar la independencia
y autonomía de la que fueron dotados dichos organismos por la Constitución
Política, con el fin de que esa libertad les permita actuar imparcialmente (arts. 113,
228 y 230 Const. Pol.).

Aunque la gestión de dineros de ilícita procedencia con fines electorales sea una
conducta relevante tanto en el enriquecimiento ilícito de particulares como para la
intervención en política, lo cierto es que en la primera figura sólo dicho
comportamiento puede conducir a un incremento patrimonial no justificado, que es
el núcleo rector de la infracción, mientras que en la segunda sería uno de los
múltiples modos de realizar actividades de carácter político, máxime que en este
último caso la esencia de la prohibición no depende del origen de los recursos sino
del incumplimiento de un deber propio de la investidura y la actividad funcional.
De este modo, el mismo acto de recepción de dineros le cumple cabalmente a dos
tipos legales previstos en los artículos 1° del Decreto 1895 de 1989 (adoptado por
Decreto 2266 de 1991, artículo 10) y 158 del Código Penal.

De otra parte, en el delito de enriquecimiento ilícito de particulares se afecta


básicamente el bien jurídico del orden económico-social, pues a ello conduce el
descontrolado flujo de bienes y capitales en la sociedad, derivados de actividades
proscritas por la ley, mientras que en la intervención en política se viola
fundamentalmente la administración pública.

Aunque fácticamente se admitiera la existencia de una sola conducta (percepción


de dineros de procedencia ilícita), no se ve razón para predicar unidad de delito
donde debe existir una pluralidad de imputaciones, porque se advierte que el
comportamiento le cumple totalmente a dos tipicidades legales distintas, se
constata la autonomía de los bienes jurídicos afectados y, por lo mismo, se verifica
también la infracción de dos prohibiciones diferentes (acumulación injustificada de
patrimonio e intervenir en política), cuyos resultados le son imputables.

2. Antijuridicidad. El bien jurídico protegido, de acuerdo con la prescripción


legal, es la administración pública. Se trata de un interés funcional o institucional
porque la salvaguarda apunta directamente a las vías o procedimientos que
facilitan la relación entre los individuos o el ejercicio de sus derechos en la
comunidad.

En este caso no se tutela directamente la libertad de opinión, la igualdad, el


derecho al sufragio, la autodeterminación o cualquier otro privilegio radicado en
los individuos, sino que se protege de manera inmediata el ejercicio debido o
correcto de la administración, con el fin de que los primeros bienes mencionados
puedan ser reales y efectivos.

Es necesario hacer trascender la diferencia entre bienes jurídicos individuales e


institucionales, porque si bien los segundos están al servicio de los primeros, como
vía para su realización, la antijuridicidad material debe referirse, en principio, al
interés expresamente escogido y tutelado por la ley. Así, la administración pública,
como bien jurídico institucional, se resiente directamente cuando el funcionario
interviene en actividades políticas involucradas en el accionar de los partidos,
porque de una vez se quebranta la imparcialidad propia de su configuración, sin
que sea menester evaluar a esos fines el daño por los resultados que
eventualmente se producen en el comportamiento de los electores o por el número
de votos en favor o en contra de la causa reivindicada. Basta saber que la
integridad, la realidad y efectividad de algunos derechos fundamentales como la
libertad de actuación, de conciencia, de opinión, de sufragio y la igualdad de
oportunidades para el ejercicio democrático, como intereses jurídicos que soportan
la coexistencia pacífica, fueron puestos en peligro por esa desviada conducta
funcional que desde un comienzo atacó efectivamente la vía institucional
dispuesta para resolver los conflictos entre los asociados y como medio
estatalmente canalizado para exteriorizar sus intereses.

Es pertinente concluir entonces, en relación con el bien jurídico tutelado y el


contenido de la prohibición, que la neutralidad en el proceso político como deber
ser de los servidores del órgano judicial, electoral o de control o de los que ejerzan
jurisdicción u ostenten responsabilidad civil o política o de los demás que resulten
impedidos por expreso mandato legal, es el elemento que garantiza la
imparcialidad en el ejercicio del cargo, pues sólo así se hacen realidad los
emblemáticos atributos resumidos en el carácter servicial y objetivo de la
administración.

Magistrado Ponente Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Unica Instancia


• Fecha : 19/05/1999
• Decisión : Condena por el delito de intervención en política
• Procedencia : Corte Suprema de Justicia
• Procesado : BECERRA BARNEY, MANUEL FRANCISCO
• Delitos : Intervención en política
• Proceso : 13922
• Publicada : Si
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TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO/ SENTENCIA


ANTICIPADA-Interés para recurrir
Ningún interés le asiste al impugnante para cuestionar la prueba que sirvió de
fundamento a la acusación, pues se está en presencia del instituto de la sentencia
anticipada, que sólo puede ser recurrida por la parte defensora en los casos
previstos en el artículo 37B.4 del C. de P. Penal, o cuando se vulneren las garantías
fundamentales. Además, teniendo los cargos como único fundamento los
elementos de convicción hasta ese momento legalmente incorporados, no
constituye violación al debido proceso la circunstancia de que algunos se hayan
dejado de practicar, pues, como lo ha sostenido la Sala:

" …del texto del artículo 37 del C. de P. P, modificado por la ley 81 de 1993,
se infiere que su aplicación no supone negociación alguna, que los cargos
tienen como único sustento las pruebas hasta ese momento legalmente
incorporadas al expediente, y que la aceptación formal de éstos ante el
Fiscal por parte del sindicado, sitúa ipso facto el proceso en el momento de
dictar sentencia, sin que por ese hecho los actos procesales legalmente
omitidos o las pruebas dejadas de practicar constituyan violación del debido
proceso". (Casación, 8 de agosto de 1996, M. P. Dr. Juan Manuel Torres
Fresneda.- Casación 10.524, 12 de agosto de 1998, M. P. Dr. Jorge Anibal
Gómez Gallego).

Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
• Fecha : 19/05/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : VELEZ PEREZ, RICARDO ANTONIO
• Delitos : Violación a la Ley 30/86
• Proceso : 10249
• Publicada : Si
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DETENCION DOMICILIARIA-Competencia para otorgarla
Es preciso recordar que la competencia que asiste a la Sala para conocer de un
asunto en virtud del recurso extraordinario se define y regula por los artículos 235
de la Constitución Política, 16 de la Ley Estatutaria de la Administración de Justicia,
y 68 y 218 del Código de Procedimiento Penal, de los cuales se deduce que el
único incidente que puede conocer la Sala en sede de casación, adjunto a lo que
constituye el objeto de la impugnación extraordinaria, es exclusivamente el
relativo a la libertad provisional del procesado, según trasciende de los artículos
231 y 415 numeral 2° ibídem.

Por ello, ha sido unánime y reiterada la postura de la Sala en cuanto a abstenerse


de emitir pronunciamientos cuando de solicitudes de detención domiciliara se
trata, estando en trámite el recurso extraordinario, toda vez que la Corporación no
puede extender su competencia para alcanzar institutos jurídicos por fuera de las
previsiones legales.

Además, como quiera que la detención domiciliaria es una especie autónoma


dentro del género de las medidas de aseguramiento, el funcionario judicial debe
analizar el acopio probatorio para desentrañar la existencia de por lo menos un
indicio grave de responsabilidad y estudiar varios factores subjetivos inherentes a
las condiciones personales del procesado, antes de tomar una decisión sobre su
viabilidad, como lo estipulan los artículos 388 y 396 del Código de Procedimiento
Penal.

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Casación
• Fecha : 19/05/1999
• Decisión : Se abstiene de emitir pronunciamiento sobre la detención
domiciliaria
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Pasto
• Procesado : DELGADO DE LA ROSA, EDGAR EFRAIN
• Proceso : 12136
• Publicada : Si
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CONDENA DE EJECUCION CONDICIONAL-Revocatoria


Ciertamente la revocación por el Juez de segunda instancia, del sustituto
concedido por el Juez Penal Municipal al sentenciado, de la ejecución condicional
de la pena, traduce un mayor rigor punitivo, porque aunque no conlleva un
aumento de la sanción propiamente tal, sí hace más aflictiva su situación jurídica,
al verse obligado a purgar de inmediato una sanción que eventualmente, por
virtud del otorgamiento del subrogado, podría ver extinguida con la observancia
de las condiciones que propiciaron la concesión del beneficio y que de todas
maneras carecen del absoluto poder limitante que ejerce la pérdida efectiva de la
libertad.

Magistrado Ponente Dr. DIDIMO PAEZ VELANDIA

Sentencia Casación Discrecional


• Fecha : 19/05/1999
• Decisión : Casa parcialmente en el sentido de conceder el sustituto
de la
ejecución condicional de la pena.
• Procedencia : Juzgado 10 Penal del Circuito
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : SANCHEZ, OMAR ALFONSO
• Delitos : Hurto calificado y agravado
• Proceso : 10650
• Publicada : Si
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FALSEDAD IDEOLOGICA EN DOCUMENTO PUBLICO


La descripción comportamental recogida en el tipo de falsedad ideológica en
documento público, alcanza realización, ha sido dicho, cuando el empleado oficial,
en ejercicio de sus funciones, extiende documento que pueda servir de prueba y
consigna en él una falsedad o calla total o parcialmente la verdad,
independientemente de los cometidos ulteriores que hubiese perseguido con su
conducta, pues lo que la norma protege es la credibilidad en el contenido de tales
documentos dada por el conglomerado, en cuanto se ha convenido otorgarles
valor probatorio de las relaciones jurídico-sociales que allí se plasman.

Pero esta verdad, y la realidad histórica que ha de contener el documento oficial,


debe ser íntegra, en razón a la aptitud probatoria que el medio adquiere y con la
cual ingresa al tráfico jurídico. En virtud de ello, el servidor oficial en la función
documentadora que le es propia, no solo tiene el deber de ceñirse estrictamente a
la verdad sobre la existencia histórica de un fenómeno o suceso, sino que al
referirla en los documentos que expida, deberá incluir las especiales modalidades
o circunstancias en que haya tenido lugar, en cuanto sean generadoras de efectos
relevantes en el contexto de las relaciones jurídicas y sociales.

De antiguo la jurisprudencia viene señalando que los tipos penales que recogen la
conducta en referencia, son de peligro, no de lesión concreta a las relaciones
jurídicas:

"Significa esto que aún cuando no se establezca que se ha perjudicado a una


determinada persona, el delito de falsedad documental existe si se puede aceptar
razonadamente que el documento falso tiene aptitud para perturbar una relación
jurídica, bien sea contribuyendo a negar un derecho a quien lo tiene o atribuírselo
a quien no lo tiene ya en el campo de las relaciones entre particulares o bien en el
de éstos con el Estado" (Cas. de agosto 27/76. M.P. Dr. LUIS ENRIQUE ROMERO
SOTO), en posición que a la hora de ahora mantiene plena vigencia, dado que, si
bien se refiere a un estatuto punitivo hoy derogado, la estructura del tipo y del
bien jurídico que por medio de él se protege, se conservan.

Y, por vía de ejemplo, ya específicamente sobre la falsificación de documentos


públicos, se precisó:

"En el delito de falsedad en documento público, basta, respecto del perjuicio, que
éste tenga la aptitud para generarlo, o lo que es lo mismo, que el documento sea
potencialmente dañoso. Esa idoneidad para causar daño no puede deducirse
únicamente de la efectiva realización de éste, aunque no puede negarse que ello
constituye su mejor comprobación, sino de la intrínseca aptitud para ocasionarlo,
la cual se puede apreciar desde el momento mismo en que el documento es
creado" (Auto Segunda Inst. Abril 29/80. M. P. Dr. DARIO VELASQUEZ GAVIRIA.).

Con razón la Corte ha sostenido que "todo documento público tiene capacidad
probatoria, consecuencialmente toda alteración que en él se haga atenta contra el
bien jurídico de la fe pública, pues por lo menos en forma potencial afecta el
llamado tráfico jurídico. Un empleado oficial que da fe de los hechos que
ocurrieron en su presencia en forma que no corresponde a la verdad o que certifica
hechos que no tuvieron existencia real, lesiona, con ese solo hecho, el bien que
busca tutelar el ordenamiento penal" (Sentencia de Segunda Instancia, Nov. 25 de
1982. M.P. Dr. LUIS ENRIQUE ALDANA ROZO), con lo cual, se advierte que lo
sancionado penalmente es la potencialidad lesiva de la conducta falsaria,
independientemente del mérito que pudiere otorgársele al medio en un particular
ámbito, puesto que lo trascendente es la aptitud probatoria frente a la totalidad del
tráfico jurídico.

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
• Fecha : 19/05/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : HURTAS PERALTA, JOSE FERNANDO
• Procesado : LOPEZ MORALES, JAIME AUGUSTO
• Delitos : Falsedad ideológica en documento público, Fraude procesal
• Proceso : 11280
• Publicada : Si
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21/05/1999

REDENCION DE PENA-Trabajo comunitario


Es necesario distinguir entre la organización y reglamentación del trabajo de los
reclusos y el reconocimiento del mismo como fuente de redención de la pena, pues
la primera actividad corresponde a las autoridades carcelarias y penitenciarias
(Director General del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, Directores
Regionales y Directores de los respectivos centros de reclusión), de conformidad
con los artículos 35, 79, 80 y 99A, inciso 2° de la Ley 65 de 1993; mientras que la
segunda es una función atribuida a los jueces de ejecución de penas y medidas de
seguridad (C. P. P., arts. 75-1 y 530; Código Penitenciario y Carcelario, arts. 82 y
99A, inciso 1°).

Basta el argumento de que el acceso al trabajo comunitario es algo que incumbe


organizar y conceder a las autoridades carcelarias y penitenciarias y que, por su
naturaleza pública, ellas deben coordinar con los alcaldes municipales, para
concluir que las autoridades judiciales carecen de competencia para permitirlo. No
corresponde entonces a los jueces, si es clara la competencia de otros
funcionarios, tratar de imponer una interpretación adicional sobre la supuesta
necesidad de la ejecutoria de la sentencia, o el no requerimiento de la misma,
como presupuesto para poder optar el trabajo comunitario.

Magistrado Ponente Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Segunda Instancia


• Fecha : 21/05/1999
• Decisión : Con aclaración señalada confirma auto

• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Valledupar
• Procesado : CASTRO MACHUCA, JOSE LUIS
• Proceso : 14573
• Publicada : Si
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25/05/1999

LIBERTAD PROVISIONAL
Aunque es verdad que el Juez no forma su conocimiento a partir del trato directo
con el procesado, eso no significa que lo desconozca, sino que el conocimiento lo
logra a través de otras fuentes de información. Estas figuran en el proceso penal y
se refieren a su vida anterior a los hechos objeto del proceso, a éstos naturalmente
y a su conducta procesal y carcelaria, siendo su examen conjunto el que debe dar
paso a la suposición fundada de readaptación social.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Casación -Libertad-
• Fecha : 25/05/1999
• Decisión : No repone providencia mediante la cual la Sala no
concedió
libertad provisional
• Procesado : VARON REINOSO, ORLANDO
• Procesado : REINA CARDONA, EFRAIN
• Procesado : MEDINA PEÑA, OSCAR ANGEL
• Proceso : 15160
• Publicada : Si
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DENUNCIA/ ANONIMO
El Estatuto Anticorrupción, Ley 190 de 1995, estableció en su artículo 38 la
obligatoriedad de la aplicación del numeral 1° del artículo 27 de la Ley 24 de 1992,
a menos que existan medios probatorios suficientes sobre la comisión de un delito
como para adelantar la actuación de oficio.

El artículo al que remite el Estatuto Anticorrupción, que reglamenta la recepción y


trámite de quejas en la Defensoría del Pueblo, ordena la inadmisión de aquellas
que sean anónimas o carezcan de fundamento, lo que aplicado al procedimiento
penal, permite impedir el movimiento del aparato judicial cuando la denuncia
reúna tales características o de ella no se derive la información suficiente como
para iniciar una investigación de oficio.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Unica Instancia
• Fecha : 25/05/1999
• Decisión : Inadmite la denuncia anónima
• Procedencia : Corte Suprema de Justicia
• Procesado : LONDOÑO VELEZ, MARIA MARGARITA
• Proceso : 15774
• Publicada : Si
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CASACION-Requisitos/ CASACION DISCRECIONAL-Requisitos


Según el artículo 218 del Código de Procedimiento Penal (artículo 35 de la Ley 81
de 1993) el recurso extraordinario de casación resulta procedente "contra las
sentencias proferidas por el Tribunal Nacional, los Tribunales Superiores de Distrito
Judicial y el Tribunal Penal Militar, en segunda instancia, por los delitos que tengan
señalada pena privativa de la libertad cuyo máximo sea o exceda de seis (6)
años aún cuando la sanción impuesta haya sido una medida de seguridad".

"El recurso se extiende a los delitos conexos, aunque la pena prevista para éstos
sea inferior a la señalada en el inciso anterior"

"De manera excepcional la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia,


discrecionalmente, puede aceptar un recurso de casación en casos distintos de
los arriba mencionados, a solicitud del Procurador, su delegado, o del Defensor,
cuando lo considere necesario para el desarrollo de la jurisprudencia o la garantía
de los derechos fundamentales" (destaca la Sala).

Tal posibilidad de recurrir en casación, debe hacerse durante del término previsto
en el artículo 223 del Código de Procedimiento Penal, es decir, dentro de los quince
(15) días siguientes a la última notificación de la sentencia de segundo grado, por
cualquiera de los sujetos procesales con legitimación para recurrir, pues de lo
contrario el fallo se torna definitivo y por lo mismo con fuerza de cosa juzgada.

El recurso extraordinario de Casación, igualmente debe ser interpuesto por escrito


dentro del término ya indicado con la sola manifestación de inconformidad, desde
luego en los casos en que la impugnación sea viable conforme a los requisitos
exigidos en el inciso primero del ya mencionado artículo 218 del Código de
Procedimiento Penal, pues los motivos de discrepancia con el fallo, serán
precisados por el actor en la correspondiente demanda, la que debe cumplir
estrictamente con un mínimo de exigencias (artículo 225 ibídem), las que esta Sala
en reiterados pronunciamientos ha precisado en extenso.

Con relación al recurso excepcional a que se refiere el inciso final de la norma en


cita, no puede quien aspira a que la Corte le acepte la impugnación, simplemente
manifestar que interpone el recurso, como lo hizo en este caso el defensor
principal, pues ante dicha postura no le queda al juzgador de segundo grado
alternativa distinta que rechazarlo por improcedente.

Ahora bien: el interesado en que la Corte conozca por dicha vía de un proceso para
efectos del desarrollo jurisprudencial o para la garantía de los derechos
fundamentales, es decir, de manera excepcional, por no cumplirse uno cualquiera
de los requisitos del inciso primero del artículo 218 del Código de Procedimiento
Penal para que proceda el recurso extraordinario de casación, deberá así
manifestarlo de manera expresa, dentro del término legal y con indicación de los
motivos que lo impulsan para tal aspiración, ya que ante el juzgador que profiere
el fallo no se cumple ningún traslado para sustentar la pretensión, sino que, debe
remitir el proceso a la Sala de Casación Penal para que en ejercicio de la facultad
discrecional que le otorga la norma, conceda o deniegue el recurso excepcional así
interpuesto.

Magistrado Ponente Dr. DIDIMO PAEZ VELANDIA

Recurso de hecho
• Fecha : 25/05/1999
• Decisión : Declara bien denegado el recurso extraordinario de
casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Antioquia
• Procesado : CASTRILLON BEDOYA, LUIS EDUARDO
• Procesado : PEREZ BONILLA, MARIO DE JESUS
• Delitos : Violación a la Ley 30/86, Tráfico de municiones, Fabricación de
Municiones, Tráfico de armas
• Proceso : 15778
• Publicada : Si
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INDEMNIZACION/ REPARACION DEL DAÑO


A pesar de que los perjudicados con el delito no podían desistir expresamente de
la acción penal -que en este caso no está sujeta a querella- y que la reparación
integral no provino directamente del procesado, dichas eventualidades no se
encuentran previstas como condición legal para declarar extinguida la acción
penal por la vía del artículo 39 del Código de Procedimiento Penal. Basta
simplemente la satisfacción económica a la víctima del hecho punible o a los
perjudicados con el mismo, para que proceda la preclusión de la investigación o la
cesación del procedimiento según sea la etapa procesal en la que se produzca la
reparación integral. Esto en consideración a que el contenido de la institución es
estrictamente económico y de allí que cuando quien indemnice no sea el
procesado sino cualquier otra persona (obligada o no a hacerlo en virtud de la ley
o cualquier clase de título), dicha indemnización no imposibilita la aplicación de la
norma que se comenta a excepción de la póliza de seguro en tanto la causa del
pago deriva de un negocio jurídico de naturaleza diversa, como se explicó en
decisión reciente.*
_______________________
*.- Providencia del 16 de diciembre de 1998. M.P. Dr. Carlos Gálvez Argote.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Casación
• Fecha : 25/05/1999
• Decisión : Declara extinguida la acción penal y la civil por reparación
integral
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Procesado : OCHOA LOPEZ, OSCAR
• Delitos : Homicidio culposo
• Proceso : 13900
• Publicada : Si
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RECURSOS/ APELACION-Sustentación
Si bien el artículo 195 del C. de P.P. establece que los recursos ordinarios se
interpondrán por escrito, salvo disposición en contrario, el aparte final de una
norma posterior, el artículo 196-B -que también menciona el peticionario-,
regulador de "la sustentación del recurso de apelación interpuesto contra
sentencia", establece que "la manifestación de sustentación oral o escrita debe
hacerse al momento de interponer el recurso": y si en el caso presente, como se
ha dicho, al interponer el recurso el funcionario apelante manifestó que lo
sustentaría por escrito y así lo hizo, lo único que dentro de la legalidad podía el
Juez a quo, era concederlo, abriendo así paso a la competencia del superior
jerárquico para asumir el conocimiento del fallo.

No se abrogó el ad quem la competencia que estaba llamado a ejercer, sino que la


asumió conforme le correspondía y era su deber.

La claridad de los preceptos que regulan la apelación de la sentencia y su


sustentación cuando de un solo apelante que expresa su propósito de sustentar
por escrito se trata, no admite duda, y la intelección de ellos no requiere
especiales esfuerzos dialécticos, pues basta que se precise "en el momento de
interponer el recurso" la manera como se realizará la sustentación, y habiendo
procedido así el apelante, fuerza es concluir que los términos de la solicitud
descubren un simple pretexto del peticionario para prolongar el trámite procesal
cuando afirma que el tema requiere desarrollo jurisprudencial a partir del artículo
195 del C. de P.P., cuando el caso concreto se halla regido por esta y otras
disposiciones concordantes, como son los artículos 196 B, parte final del primer
inciso y 196-A, que con precisión indican el procedimiento aplicable.

Pero además no sobra advertir que ya la jurisprudencia de esta Sala se ha ocupado


de interpretar la normatividad reguladora de la apelación de la sentencia,
sentando un criterio menos pegado a la exégesis del que algunos profesionales del
derecho han querido atribuir a la manifestación de la forma en que se llevará a
cabo la sustentación exigida por el último aparte del primer inciso del artículo 196
B del C. de P.P..

Es así como en proveído del 12 de noviembre de 1998, se dijo:

"La cita normativa de soporte argumental para el señor defensor, ciertamente


contempla el deber del apelante de manifestar si la sustentación será oral o
escrita; mas, también es verdad, que el inciso tercero del mismo artículo 196-B del
C. de P. resta fuerza a ese imperativo en relación con la manifestación de que la
sustentación se hará por escrito y se la concede a la que se pretenda realizar
oralmente, al punto de que, en el evento de ser varios los apelantes, con uno solo
de ellos que manifieste el propósito de apelar en forma oral, el recurso debe
concederse inmediatamente y no se aplica respecto de los demás -es de
entenderse que se refiere a los que manifestaron que sustentarían por escrito-, el
procedimiento propio de esta forma -artículo 196-A C. de P.P.".

Este mismo criterio fue ratificado con fecha 9 de abril del año que transcurre:

"El artículo 196-B del C. de P. P., incluido en el procedimiento penal con la Ley 81 de
1993 aportó la novedad de la sustentación oral cuando se apela la sentencia,
manteniendo la tradicional sustentación escrita, y si bien ordena que al momento
de interponerse el recurso se diga por el apelante de qué manera va a sustentarlo,
establece como única causa que enerva los traslados previstos en el
artículo 196-A en la primera instancia, la manifestación de que la
sustentación se hará en forma oral, caso en el cual el recurso se concede
inmediatamente y no se realizan los referidos traslados. De tal manera, la misma
disposición permite interpretar que si no existe advertencia en tal sentido, los
traslados deben llevarse a cabo, como en efecto sucedió; y si la sustentación se
presenta en oportunidad, debe concederse el recurso".

Y renglones adelante:

"Si el apelante no expresó cómo sustentaría el recurso, no podía el Juzgado


declarar la deserción que reclama el defensor, pues esta opera solo para los casos
en que la sustentación no se realiza."

Forzoso colegir entonces por lo atinente a la competencia del juez que profirió la
sentencia de segundo grado, la falta de causa de la solicitud en estudio.

Ahora bien; el peticionario, luego de extensas reflexiones tendientes a poner de


resalto la incursión del fallador de segundo grado en errores de apreciación de la
prueba de indicios que dice, fue la única que sirvió de fundamento a la sentencia y
asegurar que la estructuración de la misma estuvo signada de "falsos juicios de
existencia, de legalidad y de identidad" con transgresión del artículo 246 del C. de
P.P., buscando tardíamente -pues solo ya finalizando su discurso incluye el
comentario- estructurar la causal especial para interponer la casación del tercer
inciso del artículo 218 de ese estatuto, dice considerar insuficiente el desarrollo
jurisprudencial en relación con este medio de prueba, y por lo tanto merecedor de
un nuevo pronunciamiento de carácter jurisprudencial.

Ha sido constante y reiterado el criterio de la Corte sobre lo taxativo de los motivos


señalados en la Ley para conceder el recurso de casación excepcional del inciso
tercero del artículo 218 del C. de P.P..

Así se pronunció la Corporación, en ocasión anterior:

"El carácter excepcional del recurso de casación contemplado en el tercer inciso


del artículo 218 del C. de P.P. cobija de manera excluyente a las especiales
causales por las cuales autoriza a la Corte a concederlo, no pudiendo ésta, según
el principio de limitación extender su potestad de eventual juez extraordinario a
causales distintas de las autorizadas, sea que se presenten por el recurrente en
forma expresa o bajo argumentaciones que igual conducen a esa falta de
identidad". (auto 12 de noviembre de 1998, Rad. 14.981, M.P.Dr. Páez Velandia).

Magistrado Ponente Dr. DIDIMO PAEZ VELANDIA

Casación Discrecional
• Fecha : 25/05/1999
• Decisión : No concede el recurso de casación
• Procedencia : Juzgado 1° Penal del Circuito
• Ciudad : Ibagué
• Procesado : PELAEZ LOZANO, EVER
• Delitos : Tentativa de extorsión
• Proceso : 15569
• Publicada : Si
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CASACION DISCRECIONAL
Como de tiempo atrás lo ha precisado la jurisprudencia de la Sala y deviene del
natural entendimiento de la norma citada, es preciso que el recurrente exprese
dentro del término de ejecutoria de la sentencia (artículo 223 del Código de
Procedimiento Penal) los motivos que imponen la concesión del recurso,
advirtiendo y demostrando, que se hace necesario el desarrollo de algún tema
jurisprudencial o, por el contrario, si lo que se pretende es la garantía de los
derechos fundamentales, deberá identificar con claridad y precisión cuál o cuáles
fueron los derechos fundamentales violados y cuál la forma de la violación que
hace necesaria la revisión extraordinaria de un fallo al que por naturaleza no le
correspondería tal forma de control.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Casación Discrecional
• Fecha : 25/05/1999
• Decisión : No concede el recurso de casación excepcional
• Procedencia : Juzgado Segundo Penal del Circuito
• Ciudad : Ibagué
• Procesado : ISAZA, OCTAVIO
• Delitos : Lesiones personales culposas
• Proceso : 15540
• Publicada : Si
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TESTIGO/ INFORME/ SANA CRITICA/ NARCOTRAFICO-Incautar


Las reglas de la experiencia, la lógica y la ciencia, enseñan de acuerdo con el
primero:

"…que la coincidencia de las declaraciones de un mismo testigo son una excelente


prueba de veracidad".

"…que el valor moral del testigo es el primero y principal elemento para evaluar la
sinceridad de su dicho".

Que "…condición fundamental de un buen testigo es que no esté interesado


material o moralmente en el proceso".

Debe advertirse, en primer lugar, que no puede identificarse un "informe de


inteligencia" con una versión, como lo hacen el demandante y el Procurador
Delegado, para proceder acto seguido a examinar en igualdad de condiciones el
contenido de él con el de un testimonio rendido ante el funcionario instructor con
el lleno de las formalidades legales. El informe es sólo eso. Se trata de una
relación de hechos escuchados por un funcionario en una entrevista extraproceso y
luego escritos en un documento, previo un proceso natural de subjetivización de la
información recibida que por sí mismo hace que no exista plena correspondencia o
identidad entre lo dicho por el informante con lo finalmente redactado por el
receptor de los datos aportados por el supuesto colaborador. El margen de errores
o inexactitudes en dichas condiciones es significativo, pues en ese tipo de
actuaciones no se preserva la fidedignidad ni la espontaneidad de la fuente de
prueba, sino que el relato irremediablemente queda expuesto al tamiz de los
prejuicios y errores de quien realiza el informe.

Lo precedente no sucede frente a relatos formalmente hechos ante la autoridad,


como es el caso de la versión, la indagatoria o el testimonio. Los requisitos legales
a que están sometidos esos actos procesales, mediante los cuales se recopila
información pertinente para la investigación, tienen como una de sus finalidades el
cumplimiento riguroso del denominado principio de la naturalidad de la prueba,
entendido en su acepción de consignar fielmente las respuestas de la persona que
declara, como lo imponen la lógica y el último inciso del artículo 292 del Código de
Procedimiento Penal.

La sana crítica es el límite de la soberanía con la cual cuenta el juzgador en su


tarea de apreciación probatoria en el sistema procesal colombiano y tal es la razón
para que resulte marginal al recurso de casación la valoración que realice con
sujeción a las reglas que la gobiernan, que no son otras que el examen reflexivo,
razonable y lógico de los medios demostrativos, en la vía de los principios de la
ciencia y sin desatender las máximas de la experiencia, es decir las formas como
usual y reiteradamente tienen ocurrencia las cosas por efecto de las costumbres
sociales.

Plantear un desbordamiento de la sana crítica en casación, entonces, hace


imprescindible precisar la regla transgredida, demostrar que se trata de una regla
y determinarla en cuanto a si es de ciencia, lógica o experiencia, señalando
obviamente cómo de no haberse incurrido en la irregularidad otro habría sido el
sentido del fallo, lo cual implica el ejercicio de confrontar los términos de la
sentencia.
No puede aceptarse como regla que cuando un testigo atribuye un mismo hecho
en oportunidades distintas a autores diferentes, no merece ningún tipo de
credibilidad. Ese pensamiento mecánico es no solamente ilógico sino que
resultaría funesto para la investigación criminal. Sólo piénsese en que bastaría
lograr a través de la amenaza o del dinero un cambio de relato como el señalado,
para que no se le atribuya al testigo ningún tipo de credibilidad. No es una regla,
entonces, que ante un cambio fundamental en las versiones de un mismo
declarante, éste deba ser desechado completamente. La regla ante una
circunstancia así es que el testigo resulta sospechoso y que es indispensable por lo
tanto escudriñar y analizar con suma rigurosidad las causas de la inconcordancia,
en aras de determinar en dónde mintió y en dónde no lo hizo. Nunca el simple
hecho de la variación, entonces, es una razón para el descrédito total y definitivo
de las distintas afirmaciones del testigo.

Debe señalar la Sala, como ya fue expresado, que si el testigo varía el contenido
de una declaración en una intervención posterior, o se retracta de lo dicho, ello en
manera alguna traduce que la totalidad de sus afirmaciones deban ser
descartadas. No se trata de una regla de la lógica, la ciencia o la experiencia, en
consecuencia, que cuando un declarante se retracta, todo lo dicho en sus distintas
intervenciones pierda eficacia demostrativa. La retractación –como se dijo—no
destruye las afirmaciones precedentes. Por ende, ante un relato inicial y uno
siguiente que lo niega, el papel del juzgador es intentar establecer cuándo el
testigo dijo la verdad y en la labor es lógico el examen de los motivos que en cada
caso condujeron a sostener ciertas circunstancias, sin perder de vista en ningún
momento el conjunto probatorio, lo cual es fundamental para establecer qué
manifestaciones del testigo son verosímiles.

La lógica final del recurrente es que si no existió incautación de cocaína de acuerdo


con la prueba documental omitida, no era viable deducirle a su representado la
agravante del numeral 3º del artículo 38 de la ley 30 de 1986, la cual establece
como condición para poder duplicar las penas que "la cantidad incautada" de
cocaína sea superior a 5 kilos. Ya la Sala en otra oportunidad se refirió a una
interpretación similar y le dio los alcances pertinentes a la noción de cantidad
incautada. En esta ocasión se reafirma la posición jurisprudencial, encontrándola
como suficiente para responder a la inquietud del impugnante. Dijo la Corte:

"..…la ley no puede interpretarse aislando las expresiones de su contexto, esto es,
que para el caso concreto, toda la labor crítica interpretativa recaiga sobre la
definición del verbo ‘incautar’, como si se tratara de una expresión suelta dentro
del texto y sistemática legal, ya que lo que interesa en la función hermenéutica es
buscar el sentido de la norma y no la de las expresiones independientemente
consideradas. Así, lo primero que corresponde determinar es la razón de ser del
numeral 3º del artículo 38 de la ley 30 de 1986, esto es, que se trata de una
circunstancia agravante de la pena del tipo básico descrito en el artículo 33 y que
como tal dispone el aumento de la pena por la cantidad de droga o sustancia
constitutiva del objeto material del delito.

"Esto significa que el verbo incautar objeto de la censura, si se tomare


aisladamente, no sería aplicable a todos aquellos eventos en que se probare la
existencia del corpus delicti, no obstante que haya desaparecido su materia
posteriormente, o a aquellas hipótesis típicas de que trata el referido artículo 33
como la de ‘financiación’, o inclusive en punto de los sujetos determinadores, o en
el caso de la venta en el cual la sustancia, una vez hecha la negociación, se
encuentra en poder del adquirente, quien pudo haberla consumido, etc.

"Trátase en consecuencia, de que en la sistemática de la ley, el ‘incautar’ no es


nada menos que una típica imprecisión legislativa, que no obvia el encuentro de su
real sentido, el cual no es otro que el de especificar un incremento de la pena
cuando la droga objeto del delito exceda las cantidades previstas en el artículo 38-
3 del estatuto nacional de estupefacientes". (Sentencia de diciembre 10 de 1997.
M.P. Dr. Dídimo Páez Velandia).

Magistrado Ponente Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
• Fecha : 25/05/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : VARGAS VARGAS, LEONIDAS
• Delitos : Violación a la Ley 30/86, Enriquecimiento ilícito, Testaferrato
• Proceso : 12885
• Publicada : Si
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COLISION DE COMPETENCIA-Funcionarios instructores/


LESIONES PERSONALES CONTRA FUNCIONARIO PUBLICO
Es claro que si durante la instrucción se presenta un conflicto de competencias
entre funcionarios instructores, dirimido en su momento por la autoridad
encargada de ello, su decisión y fundamentos no pueden ser posteriormente
cuestionados y desconocidos, menos aún cuando no se ha presentado dentro del
proceso circunstancia de ninguna índole que eventualmente pudiese permitir un
análisis y conclusiones diferentes a las ya clara y razonablemente descritas.

Con relación a la calificación que se le dio a la conducta, es decir, de lesiones


personales contra funcionario público, está prevista en norma especial que
mantiene su vigencia (decreto legislativo 099, artículo 1°), pues fue elevado a
legislación permanente por el artículo 12 del decreto extraordinario 2266 del
mismo año. Basta con observar que con la expedición de la Ley 40 de 1993, el
legislador quiso simplemente realizar un ajuste a las sanciones previstas en los
tipos penales correspondientes, es decir, para el aumento de penas, preceptuando
en su artículo 29 con relación al artículo 323 del Código Penal (Decreto 100 de
1980) "El que matare a otro incurrirá en prisión de veinticinco (25) a cuarenta (40)
años"; y respecto del artículo 324 ibídem, en su artículo 30 dispone que "La pena
será de cuarenta (40) a sesenta (60) años de prisión, si el hecho descrito en el
artículo anterior se cometiere: ...", creando una nueva circunstancia de agravación
en el numeral 8° (los demás no sufrieron modificación de ninguna índole), es decir,
"Con fines terroristas, en desarrollo de actividades terroristas o en persona que sea
o hubiese sido servidor público, periodista, candidato a cargo de elección popular,
dirigente comunitario, sindical, político o religioso; miembro de la fuerza pública;
profesor universitario, agente diplomático o consular al servicio de la Nación o
acreditado ante ella, por causa o por motivo de sus cargos o dignidades o por
razón del ejercicio de sus funciones, o en cualquier habitante del territorio nacional
por sus creencias u opiniones políticas; o en sus parientes dentro del cuarto grado
de consanguinidad, segundo de afinidad o primero civil", textos que por su claridad
no autoriza al intérprete para que intente ni su extensión ni su limitación bajo el
pretexto de hallarles su sentido.

Es cierto que el artículo 339 del mismo estatuto para los efectos de la agravación
de las lesiones personales, remite a las circunstancias específicas del artículo 324,
pero las circunscribe a que "Cuando con los hechos descritos en los artículos
anteriores concurra alguna de las circunstancias señaladas en el artículo 324, las
respectivas penas se aumentarán de una tercera parte a la mitad", es decir, las
lesiones personales contempladas en los artículos 332 a 338 del Código Penal,
pero de ninguna manera la preceptiva puede afectar tipos especiales o que con la
introducción de una circunstancia agravante, de hecho deba entenderse que las
disposiciones especiales han quedado tácitamente derogadas. Menos aún, que por
tratarse de unas lesiones sin consecuencias y menores a los treinta (30) días de
incapacidad como ocurre en el presente caso, con desconocimiento de la
normatividad especial, se concluya que la circunstancia agravante del numeral 8°
del artículo 324 del Código Penal, solamente puede comportar un aumento de la
sanción como lo dispone el artículo 339 ibídem, con relación a la pena prevista
para ellas, las que de conformidad con la Ley 23 de 1991 pasaron a ser
contravención especial (artículo 1°, numeral 9°), modificado por el artículo 16 de la
Ley 228 de 1995. Tal interpretación resulta francamente un despropósito jurídico.

En conclusión, tratándose de lesiones personales de las previstas en el Decreto


Legislativo 099, artículo 1° de 1991 (elevado a legislación permanente por el
artículo 12 del decreto extraordinario 2266 del mismo año), no cabe duda que la
competencia para conocer de este asunto radica en los Jueces Regionales
conforme a lo previsto en el artículo 71, numeral 4° del Código de Procedimiento
Penal (artículo 9° de la Ley 81 de 1993).

Magistrado Ponente Dr. DIDIMO PAEZ VELANDIA

Auto Colisión de Competencias


• Fecha : 25/05/1999
• Decisión : Dirime conflicto en el sentido de atribuir competencia al
Juzgado Regional de Medellín
• Procedencia : Juzgado Penal de Circuito
• Ciudad : Riosucio (Caldas)
• Procesado : RUBIO SEPULVEDA, ANIBAL
• Delitos : Lesiones personales, Hurto calificado y agravado, Porte de
armas de defensa personal, Secuestro
• Proceso : 15236
• Publicada : Si
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CASACION DISCRECIONAL-Requisitos
De acuerdo con el artículo 224 del Código de Procedimiento Penal, el despacho que
haya proferido la sentencia, dentro de los tres (3) días siguientes al vencimiento
del término para recurrir, decidirá si concede o deniega la casación común. Esta
última opción la tiene el funcionario cuando el fallo, objetivamente, no sea
susceptible de la impugnación extraordinaria, conforme con el artículo 218, inciso
1° idem, decisión que debe adoptar por medio de auto de sustanciación especial o
notificable, en relación con la cual procede el recurso de hecho (arts. 186 y 207
ibídem).

Nótese que la eventual decisión de denegar el recurso de casación común no es


exclusiva de los tribunales, sino que también corresponde a los juzgados de
segunda instancia, cuando aquella impugnación se proponga por fuera de los
requisitos objetivos y concurrentes señalados en el mencionado artículo 218, inciso
1°. Con razón la norma del artículo 224, de manera abierta y no restringida, dice
que la resolución sobre la procedencia de la casación debe tomarla "quien haya
proferido la sentencia" y, para abundar en la mayor racionalidad de esa facultad
radicada también en los juzgados de circuito, el ordenamiento procesal penal
consagra la posibilidad de interponer el recurso de hecho en contra de dicha
decisión.

Sólo en el caso de la modalidad discrecional, los juzgados de circuito o los


tribunales carecen de esa potestad inicial de evaluar la procedencia o
improcedencia del recurso de casación, pues allí la competencia radica
exclusivamente en la Corte, siempre y cuando el escrito insinúe, por lo menos, los
motivos que legalmente condicionan el impulso de la institución. No es que tales
despachos deban evaluar, de una vez, la sustentación orientada a los fines de la
casación discrecional, sino que sólo pueden desprenderse de su facultad cuando
algo sugiera que la pretensión es la de dicha figura excepcional, mas no porque el
impugnante se equivoque radicalmente al optar por un recurso extraordinario
notoriamente improcedente.
Así pues, aunque el recurrente es el procesado, sujeto procesal en relación con el
cual se acostumbra alguna amplitud en el entendimiento de sus peticiones, para el
caso de la casación discrecional, por lo menos, el interesado debe hacer alguna
mención, así sea por medio del lenguaje de lo meramente fáctico, que sugiera el
propósito de que se le proteja un derecho fundamental violado en las instancias o
la necesidad de ambientar jurisprudencialmente un tema aún no tratado o
deficientemente considerado en los antecedentes de la Corte.

El orden lógico frente a una petición escueta de "casación", o por medio de


términos similares, sería que el juzgador de segunda instancia se pronunciara
sobre la procedencia o improcedencia del recurso extraordinario, conforme con el
artículo 224 del C. de P. P., siempre que no haya manifestaciones adicionales que
indiquen la búsqueda de la casación discrecional, así sea en el lenguaje profano de
los procesados, aunque un eventual exceso o una equivocada apreciación en esta
última materia bien podría removerse por la vía del recurso de hecho.

El contexto de justificación es diferente para aquellos casos en que el procesado


equivocadamente escribe "apelo", al momento de la notificación de una sentencia
de segunda instancia proferida por un Tribunal, en relación con delitos cuya
sanción máxima es igual o superior a seis (6) años, pues en estas eventualidades
corriente y directamente, por disposición de la ley, procede el recurso de casación
y, como esa sería la única vía de impugnación que le queda al agraviado, lo
sensato es entender de ese modo aquella antitécnica expresión. En los eventos de
fallos de segunda instancia dictados por los juzgados de circuito, o de los que
profieren los tribunales por delitos cuya pena máxima no alcanza el requerimiento
legal, por el contrario, lo corriente es que no proceda el recurso de casación y no
podría declararse que indefectiblemente lo que se quiere es la casación
discrecional, salvo expresiones que así lo sugieran.

Con las aclaraciones vistas, los jueces o tribunales de segunda instancia no deben
remitir a la Corte solicitudes tan abiertas, pues primero han de intentar sobre ellas
el examen preliminar previsto en el artículo 224 del C. de P. P., salvo que adviertan
referencias que justifiquen la intervención extraordinaria y excepcional de esta
Corporación.

Magistrado Ponente Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Casación Discrecional
• Fecha : 25/05/1999
• Decisión : Se abstiene de hacer pronunciamiento sobre el recurso de
casación discrecional
• Procedencia : Juzgado 44 Penal del Circuito
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : RODRIGUEZ VARGAS, JOSE MIGUEL FERNANDO ALVARO
• Delitos : Hurto calificado y agravado
• Proceso : 15675
• Publicada : Si
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CASACION DISCRECIONAL-Requisitos
La Sala de Casación Penal, en reiterados pronunciamientos, ha sostenido que al
momento de recurrir la sentencia de segundo grado por vía de la casación
excepcional, es requisito fundamental, entre otros, la exposición de los motivos de
inconformidad, toda vez que es la única manera de saber si procede o no la
concesión de la misma, teniendo en cuenta que la ley la estableció bajo dos únicas
hipótesis: el desarrollo de la jurisprudencia y la protección de las garantías
fundamentales, que a juicio del actor hayan sido transgredidas por el sentenciador.
Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Casación Discrecional
• Fecha : 25/05/1999
• Decisión : No concede el recurso de casación discrecional
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : PRECIADO ARBELAEZ, ALEJANDRO ALBERTO
• Delitos : Fraude procesal
• Proceso : 15751
• Publicada : Si
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LIBERTAD POR PENA CUMPLIDA


Si bien es cierto que la Corte se encuentra legalmente facultada para conceder la
libertad provisional en tanto se de la hipótesis prevista en la norma antes referida,
esto es cuando el procesado hubiere sufrido en detención preventiva un tiempo
igual al que mereciere como pena privativa de la libertad, no menos lo es que tal
potestad no se extiende a declarar un supuesto de hecho que aún no se encuentra
caracterizado por la firmeza que deviene de la ejecutoria de las providencias
judiciales, como tampoco puede conducir a declarar los efectos previstos en el
artículo 71 del Código Penal pues es patente que el período de prueba, como ya se
afirmó dentro de este mismo proceso en auto de octubre 22 de 1.998, sólo puede
computarse a partir de aquel momento en que se verifique dicha ejecutoria.

Dada sin embargo la confusión que evidencia el solicitante frente a estos


fenómenos procesales conviene precisar que uno es el extintivo previsto en el
artículo 71 del Código Penal derivado del acatamiento, durante un período de
prueba, a una serie de obligaciones contraidas correlativamente a la concesión del
subrogado de la condena de ejecución condicional y otro totalmente diferente el
purgar la pena que se hubiere impuesto en la sentencia, pues mientras aquel tiene
por fundamento precisamente la suspensión de la ejecución del fallo éste implica
el efectivo descuento de la sanción, resultando por tanto contradictorio afirmar y
con base en ello solicitar declaración de cumplimiento de un castigo aduciendo
vencimiento de un período de prueba.

En ese orden además, la consideración de pena cumplida según las previsiones del
citado artículo 415 del Código de Procedimiento Penal, supone que el procesado ha
permanecido en detención un tiempo igual al que se hubiere fijado como privación
de libertad en las instancias

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Auto Casación
• Fecha : 25/05/1999
• Decisión : Se abstiene de emitir pronunciamiento en relación con la
solicitud que sobre declaración de pena cumplida
formula el
defensor
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : VARON GIRALDO, ARTURO
• Delitos : Estafa
• Proceso : 14637
• Publicada : Si
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COMPETENCIA A PREVENCION
En atención a la complejidad del marco espacial en que se habría desarrollado la
conducta investigada, deviene aplicable la previsión del artículo 80 del Código de
Procedimiento Penal, que establece la "competencia a prevención" para
aquellos eventos en que "el hecho punible se haya realizado en varios sitios",
fijándola en "el funcionario judicial competente por la naturaleza del hecho, del
territorio en el cual se haya formulado primero la denuncia, o donde primero se
hubiere proferido resolución de apertura de instrucción " (Resaltó la
Sala).

En punto a este tipo de divergencias conviene recordar la teleología que inspira la


preceptiva legal de la "competencia a prevención", cual es precisamente evitar
que los funcionarios judiciales se distraigan en discusiones incidentales de este
tipo, surgidas de la indeterminación del lugar de consumación del hecho punible,
pues con tal proceder desvían el objeto central de su actuación, cual es, según el
artículo 228 de la Constitución Política, la efectividad del derecho sustancial.

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Colisión de Competencias


• Fecha : 25/05/1999
• Decisión : Adscribe competencia al Juzgado octavo Penal Municipal
de
Medellín
• Procedencia : Juzgado Tercero Penal Municipal
• Ciudad : Tunja
• Procesado : SANABRIA BUENAHORA, RICARDO
• Procesado : VILLEGAS, MANUEL
• Procesado : VELEZ, CARLOS
• Delitos : Estafa
• Proceso : 15319
• Publicada : Si
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27/05/1999

INCONGRUENCIA DE LA SENTENCIA/ DELITOS CONTRA EL


PATRIMONIO ECONOMICO/ TERMINACION ANTICIPADA DEL
PROCESO
Teniendo en cuenta que la consonancia hace relación a que la sentencia no puede
sancionar por hechos diferentes a los endilgados en la acusación, ni por una
denominación jurídica distinta, ni por agravantes modificadoras de la punibilidad
no imputadas expresamente, ni por agravantes no modificadoras de la punibilidad
que requieran valoración y que no fueron advertidas en el llamamiento a juicio, ni
desconociendo circunstancias de atenuación reconocidas, no hay duda de que en
este caso el fallo recurrido es incongruente, pues dado el punible imputado, la
cantidad apropiada se identifica con el objeto material de los peculados, de ahí
que tenía que ser fijada desde la formulación de los cargos, sin que en el juicio
pueda ser cambiada como equivocadamente lo sugiere el Fiscal de segunda
instancia.
Expresado de otra manera, en los delitos en los que la conducta punible es la
apropiación de dinero, en el pliego de cargos se debe precisar su monto, pues al no
hacerlo se deja sin concretar el objeto material, que como se sabe es elemento del
tipo y pieza fundamental de la imputación, cuya individualización no puede dejarse
para la etapa del juicio, de modo que las pruebas que en ese sentido se soliciten
son inconducentes.

Con mayor razón tratándose de un concurso homogéneo con conductas sucesivas,


pues si lo que se cree es que además de las imputadas hubo otras apropiaciones
que no quedaron comprendidas en el proceso, lo indicado es compulsar copias
para que se investiguen por separado, pero no agregar su valor a lo endilgado en
el llamamiento a juicio.

Ahora bien, es oportuno hacer la siguiente diferenciación: si lo apropiado es una


cosa mueble distinta al dinero, lo importante es que en la acusación se
individualice y se le aprecie económicamente para efectos de deducir las
circunstancias agravantes que con base en ese factor se imputan, de suerte que
no haya ninguna duda sobre lo que constituye el objeto material del ilícito, pero su
valor definitivo puede ser debatido durante el juicio, y será el juez quien
finalmente diga a cuánto asciende.

En los casos en que el proceso esté en la fase del sumario es indispensable la


presencia del sindicado a la audiencia de formulación de cargos, la cual se hace
atendiendo a su solicitud, y como aún no hay resolución de acusación, esa es la
oportunidad que él tiene para conocer la imputación que le hace el fiscal, y para
decidir si la acepta o no, de manera que si no concurre no hay audiencia. Además,
el funcionario podría decretar la ampliación de indagatoria, lo cual, como es obvio,
exige la presencia del implicado.

Magistrado Ponente Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Sentencia Casación
• Fecha : 27/05/1999
• Decisión : Casa parcial y en su lugar deja vigente la pena impuesta
en la
sentencia de primera instancia
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Bucaramanga
• Procesado : CORNEJO DE BECERRA, MARIA HELENA
• Procesado : PINEDA TRIANA, YAQUELINE
• Delitos : Peculado por apropiación, Falsedad en documento público,
Falsedad en documento privado
• Proceso : 11162
• Publicada : Si
Aclaración de voto Dr. NILSON PINILLA PINILLA -
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TESTIMONIO-Reserva de identidad /SANA CRITICA-Excepción /


ACTOS DE FEROCIDAD Y BARBARIE
Como excepción a la sana crítica, el estatuto procesal en el inciso segundo del
artículo 247 establece que en los procesos adelantados por los jueces regionales
no se podrá dictar sentencia condenatoria con fundamento único en uno o varios
testimonios de personas con reserva de identidad.

Esta corporación en providencia de fecha 25 de septiembre de 1996, expresó que


"Son actos de ferocidad y barbarie los que reprueba el derecho internacional
humanitario o derecho de gentes, precisamente por evidenciar la crueldad
innecesaria en los procedimientos y en los medios utilizados, o por comportar
hostilidad, padecimientos, atemorización y exposición a daños también
innecesarios a los niños, mujeres, personas débiles o impotentes, y en general a la
población civil que se afectó con semejante explosión en un populoso barrio..."
(Rad. 12.051, M. P. Dr. Jorge Aníbal Gómez Gallego). En el caso concreto, el medio
utilizado, artefacto explosivo, llevó implícito el resultado de causar temor en los
habitantes de San Vicente de Chucurí. Los tornillos y otros elementos de hierro
contenidos en la bomba para aumentar su poder destructivo, expelidos con el
estallido, estuvieron destinados a agravar las heridas y aumentar los
padecimientos de las víctimas afectadas con la explosión, lo cual torna bárbaro el
acto.

Circunstancias que impiden la aplicación de la eximente de pena que consagraba


el artículo 127 del Código Penal a los delitos señalados por el impugnante, incluido
el delito contra la fe publica que simplemente menciona y no explica cómo pudo
haber sido cometido durante el desarrollo de los hechos que denominó combate.

No cabe duda que los Protocolos I y II, adicionales a los Convenios de Ginebra,
ratificados por el Estado, son de obligatorio cumplimiento en los conflictos
armados internacionales e internos. A pesar de que tienden a la protección de las
eventuales víctimas, el recurrente de manera confusa aduce su inaplicación por el
juzgador, no para favorecerlas sino pretendiendo que los homicidios y las lesiones
inferidas a las personas civiles sean considerados como culposos.

La Corte en la citada providencia de 25 de septiembre de 1996, sobre la aplicación


de derecho internacional humanitario indicó:

"Es que del reconocimiento de la guerra o de los conflictos armados como


una realidad y, por ende, del altruista propósito de sujetar a los
combatientes a unas reglas que limiten sus métodos y medios de acción,
con el fin de proteger a la persona humana, no se sigue alegremente que el
derecho internacional humanitario legitima la guerra o la existencia de los
conflictos armados o de grupos insurrectos o la recurrencia a formas
inhumanas de ataque o a potentes instrumentos de desolación por parte de
las asociaciones armadas irregulares, porque, a mas de reducir los estragos
de las confrontaciones bélicas, dicho ordenamiento, fruto de los pactos
internaciones y de la conciencia de la humanidad, apunta estratégicamente
a lo que Kant definió elocuentemente como el modo de "hacer la guerra
según principios tales que sea siempre posible salir de ese estado natural y
entrar en un estado jurídico" ("Principios metafísicos del derecho", pág. 190).
Sólo con el compromiso de los enfrentados en el conflicto, tanto los
irregulares como la fuerza pública, de humanizar la terrible confrontación
bélica, de evitar las crueldades innecesarias en las operaciones militares de
uno u otro bando, para que no siga acreciendo el rencor y el deseo de
venganza, se conserva la esperanza de la paz en la república y de la
reconciliación entre los opositores armados."

Como acertadamente anota el Procurador Delegado en lo Penal, los invocados


artículos 43-2, 51 y 57 del Protocolo I se refieren a los conflictos armados
internacionales; la lucha por derrumbar el sistema y tratar de tomarse
violentamente el poder estatal e implantar un nuevo orden por parte del E. L. N.,
no tienen ese carácter.

Magistrado Ponente Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
• Fecha : 27/05/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : ATUESTA LOPEZ, ALONSO
• Delitos : Lesiones personales, Uso de documento público falso,
Rebelión, Homicidio, Terrorismo
• Proceso : 12661
• Publicada : Si
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CAUSALIDAD/ HOMICIDIO
La problemática generada por la aplicación del principio de causalidad
contemplado en el artículo 21 del Código Penal, sufrió modificación en Colombia
con la supresión de la previsión específica del llamado homicidio concausal en el
Código Penal de 1980 (Decreto 100), circunscribiéndose la controversia a dos
hipótesis: existencia real de la causa determinante del hecho punible, atribuible a
la acción u omisión del agente, o de la concausa que por sí sola sea suficiente o
idónea para producir el resultado dañino, evento en el cual desaparecería o tendría
una materialización diferente el hecho punible como tal, en concreto.

Magistrado Ponente Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Casación Discrecional
• Fecha : 27/05/1999
• Decisión : No acepta el recurso de casación excepcional
• Procedencia : Juzgado 6° Penal del Circuito
• Ciudad : Palmira
• Procesado : SOLIS BANGUERO, JESUS EGIDIO
• Delitos : Lesiones personales culposas
• Proceso : 12869
• Publicada : Si
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MANDATO CIVIL-Fallecimiento del poderdante/ EXTINCION DE


LA PENA/ EXTINCION DE LA ACCION
Ha de tenerse en cuenta que aunque el fallecimiento del poderdante es causal de
terminación del contrato de mandato civil, como lo establece el numeral 5° del
artículo 2189 del Código de esa materia, el defensor del procesado se
comprometió con él en mandato judicial, instituto jurídico en el que rige la
previsión del artículo 69 del Código de Procedimiento Civil, que en su inciso 5°
señala: " La muerte del mandante, o la extinción de las personas jurídicas no
ponen fin al mandato judicial, si ya se ha presentado la demanda, pero el poder
podrá ser revocado por los herederos o sucesores."

Aunque el peticionario solicita a la Sala "declarar la extinción de la pena", por el


fallecimiento de su defendido, resulta apropiado a la técnica jurídica declarar la
extinción de la acción penal y cesar el procedimiento, con todas las consecuencias
que tal determinación conlleva, puesto que la extinción de la pena se reserva para
la hipótesis en que la sentencia ya se encuentre ejecutoriada al producirse el
deceso del condenado.

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Casación
• Fecha : 27/05/1999
• Decisión : Declara extinguida la acción penal por muerte
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Valledupar
• Procesado : VANEGAS ORTEGA, EFRAIN ENRIQUE
• Delitos : Falsedad material de particular en doc. púb., Estafa
• Proceso : 14313
• Publicada : Si
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31/05/1999

SUBROGADO PENAL /VIGENCIA DE LA LEY-Ley 40 de 1993 art. 15


La Corte debe precisar, en primer lugar, que la sentencia no está ejecutoriada
todavía y por tal razón la pretensión del procesado debe entenderse como de
libertad provisional por conducto del artículo 415-2 del Código de Procedimiento
Penal.

Es verdad, en segundo lugar, que la prohibición absoluta de libertad condicional a


que hacía referencia el artículo 15 de la ley 40 de 1993 no se encuentra vigente.
La totalidad de hechos punibles son actualmente susceptibles del subrogado (o de
la libertad provisional por esa vía), en los términos del artículo 1º de la ley 415 de
1997. Lo que no es cierto es que a partir de esta norma baste cumplir en unos
casos los dos tercios de la pena y en los demás las tres quintas partes para
hacerse acreedor a la libertad, como parece plantearlo (...).

La mencionada disposición incluyó un nuevo artículo (el 72 A) en el Código Penal y


con éste un nuevo régimen de libertad condicional, que coexiste con el del 72 del
mismo estatuto.

Bajo el régimen del artículo 72 A basta haber descontado de la pena sus 3/5 partes
y no tener orden de captura vigente, para que surja a favor del condenado o
procesado el derecho al subrogado penal o a la excarcelación. El mismo no es
aplicable, sin embargo, frente a los delitos relacionados en la disposición, entre los
que se cuentan el apoderamiento y desvío de aeronaves (art. 4º del decreto 2266
de 1991) y el hurto calificado, dos de los hechos punibles por los cuales resultó
condenado el acusado. En relación con éstos, como lo precisa la norma con suma
claridad, opera el régimen del artículo 72 del Código Penal, lo cual significa que
para la procedencia del subrogado o de la libertad provisional se requiere no sólo
haber descontado las dos terceras partes de la pena, sino el juicio positivo de
readaptación social realizado por el funcionario judicial a partir de la personalidad
del procesado, su conducta carcelaria y sus antecedentes de todo orden.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Casación -Libertad-
• Fecha : 31/05/1999
• Decisión : No concede libertad provisional
• Procesado : ROJAS SIERRA, WILLIAM ALFREDO
• Proceso : 10245
• Publicada : Si
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01/06/1999
PRUEBA/ SANA CRITICA/ TESTIMONIO/ TERCERO
CIVILMENTE RESPONSABLE
1. En el sistema de tarifa legal las pruebas tienen un valor inalterable,
independiente del criterio del juez, quien se limita a aplicar la ley a los casos
particulares.

Es en este sistema en el que se afirma que "Dos testigos hábiles que concuerden
en el hecho y sus circunstancias de modo, tiempo y lugar, forman plena prueba …"
, y, por ende, que uno sólo no tiene tal valor.

En cambio en el método de la sana critica, el fallador goza de libertad para


apreciar los medios de prueba, sólo limitada por la ciencia, la lógica y la
experiencia. Aquí su convicción la forma de manera libre pero racional, debiendo,
por tanto, expresar si un determinado medio le merece o no credibilidad y por
qué.

Por lo mismo, un sólo testigo "purgado de vicios, ostenta capacidad de llevar al


convencimiento del juzgador sobre la responsabilidad del acusado", como lo ha
expresado la Sala*.

En el primer sistema, cuando se desconoce la norma que tarifa la fuerza


persuasiva del medio, se incurre en error de derecho por falso juicio de convicción,
el que es extraño al método de la sana crítica.

Como quiera que el testimonio en nuestro actual sistema procesal no tiene un


valor tarifado, sino que su apreciación se deja al razonado criterio del juzgador,
quien goza de facultad para otorgarle o no credibilidad, atendiendo los principios
de la ciencia, la lógica y la experiencia, la simple discrepancia sobre aquella no
puede estructurar desatino demandable a través de la casación. Por lo tanto, el
yerro sólo puede emerger de la ostensible contradicción entre la valoración del
sentenciador y las reglas de la sana crítica, pero no de la discrepancia entre la
estimación judicial y la del censor.

2. Como reiteradamente lo ha sostenido la Sala, el plazo para vincular al tercero


civilmente responsable fenece cuando el proceso queda a disposición de las
partes, de conformidad con el artículo 446 del Código de Procedimiento Penal,
pues si se llama con posterioridad, se le sorprende y limitan grandemente sus
derechos procesales, por cuanto que a esa altura de la causa han precluido las
oportunidades para pedir y controvertir las pruebas. Puede ser involucrado aun
iniciándose el juicio, siempre que tenga la oportunidad plena de solicitar, allegar y
contradecir las pruebas y de preparar debidamente su defensa para que así se
equilibre en los mismos derechos y facultades de cualquier sujeto procesal, pues
de no ser así se le vulnera el debido proceso y el derecho de defensa**.

En este asunto, si bien es cierto que la demanda de constitución de parte civil se


admitió el 23 de junio de 1993, cuando el proceso se encontraba en su etapa
instructiva, sin embargo al tercero civilmente responsable sólo se le vinculó hasta
el 27 de febrero de 1995, vencido el traslado de que trata el artículo 446 y pocos
días antes de la celebración de la audiencia pública, en la cual tampoco intervino
por no haber sido notificado.

Así mismo, el juez de primera instancia absolvió al procesado, por lo cual no podía
pronunciarse sobre los perjuicios. El Tribunal lo condenó penal y civilmente, pero
nada dijo sobre el tercero civilmente responsable, de lo que se infiere que al
percatarse que la vinculación había sido extemporánea y violatoria del debido
proceso y del derecho de defensa, la consideró inexistente.

Conforme al art. 218 del C. de P. P, el recurso de casación sólo procede contra


sentencias de segunda instancia, es decir, contra las decisiones que se tomen en
la misma.

Sobre la responsabilidad del tercero civilmente responsable no hubo decisión, esto


es, no hay sentencia y, por lo mismo, el cargo carece de objeto, por lo que debe
ser desestimado.
Por otra parte, una de las finalidades de la casación es la de garantizar los
derechos fundamentales debidos a las personas que intervienen en la actuación
penal, objetivo que si prospera el reproche, no sólo no se cumpliría sino que, por el
contrario, como en situación semejante lo sostuvo la Sala, "se cometería una
nueva violación contra las garantías de los terceros, pues no solamente se les
vinculó tardíamente, sino que además resultarían condenados sorpresivamente en
la sentencia de casación sin haber sido definida su responsabilidad en las dos
instancias previas, con lo cual también se les desconocería la posibilidad de
interponer recursos contra la condena, inobservando el debido proceso aplicable al
caso"*** .

_______________________
*. Véase casación marzo 9/95, M.P. Dr. Carlos Eduardo Mejía Escobar
**. Véanse casación 10.260, junio 17/97, M.P. Dr. Nilson E. Pinilla Pinilla y 10.728, marzo 17/99,
M. P. Dr. Carlos Augusto Gálvez, entre otras.
***. Auto de febrero 4/98, casación 13.860, M.P. Dr. Ricardo Calvete Rangel.

Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
• Fecha : 01/06/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Ibagué
• Procesado : SORIANO AGUIRRE, HUGO ALVARO
• Delitos : Homicidio culposo
• Proceso : 12538
• Publicada : Si
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02/06/1999

SANA CRITICA/ LEGALIDAD DE LA PENA


Atendiéndose a la premisa contenida en el artículo 254 del Código de
Procedimiento Penal, en cuanto a la observancia de las reglas de la sana crítica y el
examen conjunto del haz probatorio, por cualquiera de los medios de prueba
legalmente reconocidos el Juez bien puede dar por establecidos los hechos y
circunstancias del delito, la responsabilidad del procesado y la naturaleza y cuantía
de los perjuicios, según previene el artículo 253 ídem al instituir en nuestro
ordenamiento jurídico el sistema de libertad probatoria en materia penal.

De ahí que la Sala persista en reiterar cómo dentro de ese sistema de libre
apreciación racional le está vedado al casacionista, para los fines de desarrollar y
fundamentar el cargo, conducirse bajo los parámetros de unas instancias ya
superadas, por cuanto lo que se trata en esta sede de impugnación extraordinaria
es romper un fallo que arriba ungido con el doble atributo de acierto y legalidad,
cometido que sólo se logra en la medida en que se pueda demostrar de manera
coherente, clara y puntual, los vicios de actividad o de juicio en que incurrió el
juzgador de turno, así como su influencia nociva en los resultados del respectivo
pronunciamiento al punto que, de no haberse presentado tales anomalías, otras
muy distintas hubiesen sido las conclusiones de la determinación atacada.

Se entiende violada la legalidad de la pena cuando al individualizarse la sanción el


juez no respeta el marco punitivo en sus límites mínimo o máximo señalados en la
respectiva disposición penal sustantiva. Y en tratándose de concurso de hechos
punibles, la dosimetría depende del art. 26 del C.P., según el cual el infractor
quedará sometido al precepto que apareja "la pena más grave, aumentada hasta
en otro tanto".

Magistrado Ponente Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO


Sentencia Casación
• Fecha : 02/06/1999
• Decisión : Desestima la demanda, casa parcial y de oficio, modifica
pena
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Ibagué
• Procesado : MORALES, JAIR
• Delitos : Tentativa de homicidio, Porte de armas de defensa personal
• Proceso : 10958
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TRANSITO DE LEGISLACION/ COEXISTENCIA NORMATIVA/


CONCIERTO PARA DELINQUIR
Como acertadamente lo dijo el Ministerio Público, no sólo la demandante no es
clara en sus fundamentaciones jurídicas, como que salta a la vista la poca claridad
que tiene en torno a la diferenciación de los conceptos de "tránsito legislativo" y
"coexistencia normativa", sino que tampoco le asiste razón, lo que torna
impróspera la censura.

En efecto, resulta conveniente recordar que se está frente a un caso de


paralelismo normativo, toda vez que para la época de los hechos coexistían tipos
penales que, aun cuando tenían el mismo nomen juris y elementos comunes,
poseían otros que permitían distinguirlos, siendo los del Decreto 180 de 1988 de
mayor riqueza descriptiva que los de la legislación ordinaria y exigiendo, en
general, la finalidad terrorista.

Consideró el legislador excepcional que cuando el sujeto agente dirigía su acción a


provocar o mantener en estado de zozobra o terror a la población o a un sector de
ella, ó realizaba comportamientos que afectaban gravemente la seguridad y
tranquilidad públicas, debía ser sancionado con mayor drasticidad, por lo que creó
paralelamente a la legislación común unos tipos penales, entre los cuales el
artículo 7° del Decreto 180 de 1988, y un procedimiento especial, conforme a las
facultades que le concedía el artículo 121 de la Constitución Política vigente para
la época.

Por lo tanto, es claro que se expidieron, mediante el llamado "Estatuto para la


Defensa de la Democracia" (decreto 180/88), normas que sin derogar las del
Código Penal, sancionaban más gravemente determinados comportamientos,
particularmente por la finalidad terrorista perseguida. Tal ocurrió no sólo con el
concierto para delinquir sino con otros reatos como el incendio de medio
transporte, el homicidio, el secuestro, la extorsión, etc.

En otros términos, en esa época, afloraron dos clases de delincuencia, que dadas
sus características, requerían diferente tratamiento: la común, prevista en las leyes
ordinarias; y aquella que buscaba desestabilizar las instituciones democráticas y
que afectaba gravemente la tranquilidad y la seguridad pública, para cuya
represión se dictó el decreto 180 de 1988, que preveía severas sanciones.

En consecuencia, se estaba en presencia de una coexistencia normativa y no de un


tránsito legislativo, por lo cual no era aplicable el principio de favorabilidad.

Más aún, ni aceptando, en gracia de discusión, la sucesión de leyes en el tiempo y,


por ende, que el artículo 7° del Decreto 180/88 derogó el 186 del Código Penal,
sería aplicable esta última disposición, pues aquél entró a regir el 27 de enero de
1988 y el concierto para delinquir se prolongó después de esa fecha, de modo que
ningún conflicto de leyes en el tiempo podría presentarse.

Contrario sensu es lo acontecido con la expedición de la Ley 365 del 21 de febrero


de 1997, normatividad que en su artículo 8° recogió en un solo tipo penal los
conciertos para delinquir previstos en los artículos 186 del Código Penal y 7° del
Decreto 180 de 1988, evento que constituye un claro ejemplo de sucesión de leyes
o tránsito legislativo, pero que no es aplicable en este caso, por cuanto no es
precepto que resulte más favorable a los intereses jurídicos del procesado, en
razón al quantum punitivo.

Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
• Fecha : 02/06/1999
• Decisión : Desestima la demanda, casa parcial y de oficio en el
sentido
de suprimir agravantes, declara prescripción por unos
delitos,
reduce pena principal
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : BEDOYA ESCOBAR, ALCIDES DE JESUS
• Delitos : Concierto para delinquir
• Proceso : 14301
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PRUEBA/ POLICIA JUDICIAL


en lo pertinente a que no se le permitió intervenir en la práctica de pruebas, lo cual
deja enunciado más no desarrollado el casacionista, suficiente es con recordar que
este proceso se tramitó conforme a lo previsto en el Decreto 2.790 de 1.990 que
dispone en el artículo 20, modificado por el Decreto 099 de 1.991, adoptado como
legislación permanente por el artículo 4º del Decreto 2.271 de 1.991, que "la
controversia del material probatorio se adelantará durante la etapa del juicio. La
Policía Judicial practicará las pruebas, o incorporará al expediente las que se
pongan a su disposición y que considere pertinentes, sin expedir acto que así lo
ordene, y a su realización sólo podrá asistir el agente del Ministerio
Público..." (resalta la Corte), disposición que, a su turno, fue declarada exequible
por la Corte Constitucional en sentencia C-093 de 1.993, entendiendo que durante
la instrucción la controversia de la prueba bien puede ejercerse por medio de la
solicitud de pruebas, la posibilidad de conocer las decisiones que en tal sentido se
tomen con la consecuente oportunidad para recurrirlas, etc.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
• Fecha : 02/06/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : QUIROZ HERNANDEZ, EBERTO
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
• Proceso : 13437
• Publicada : Si
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TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO/ SENTENCIA


ANTICIPADA-Interés para recurrir
1. Siendo el interés para recurrir un indiscutible presupuesto para el legítimo
ejercicio de la impugnación, en tanto se concibe como condición procesal
indispensable en el propósito de controvertir válidamente una decisión judicial en
las oportunidades y por las razones previamente señaladas en la ley, bien se trate
de los recursos ordinarios o el extraordinario de casación, imperativo es observar
en primer término su concurrencia, debiéndose constatar para dicho efecto, de una
parte, que sólo puede servir al cometido de reparar un perjuicio o agravio que se le
haya ocasionado al inconforme y complementariamente, en algunos casos, que el
objeto del reparo no esté excluído como motivo de ataque.

2. Ese estudio debe en primer orden acometer la Corte en el caso sub judice,
como quiera que la sentencia impugnada extraordinariamente fue proferida en
forma anticipada, esto es, con sujeción a lo dispuesto por los artículos 37 y 37B
del Código de Procedimiento Penal, tomando como fundamento y origen la libre y
voluntaria determinación del procesado de aceptar los cargos formulados en su
contra por la Fiscalía, de donde las posibilidades para discrepar de ella deben
sujetarse a aquellos aspectos expresamente indicados en el numeral cuarto del
referido artículo 37B, esto es, sólo en relación con la dosificación de la pena, el
subrogado de la condena de ejecución condicional y la extinción del dominio sobre
bienes.

3. Por ello y dada la naturaleza de esta clase de sentencias, la jurisprudencia de la


Sala ha sostenido en teleológica interpretación del instituto, que las limitaciones
frente a las posibilidades de ataque de los fallos proferidos anticipadamente, son
de la misma manera predicables del recurso extraordinario, sede ante la cual,
además de las exigencias de técnica comunes a cualquier demanda casacional, el
objeto de la inconformidad está por igual condicionado a aquellos expresos y
particulares aspectos, en razón a las consecuencias jurídicas que se derivan para
el procesado de la voluntaria e incondicional aceptación de los cargos, en tanto no
se produzca la vulneración de las garantías fundamentales, pues por tal postura
obtiene como contrapartida el derecho a una reducción de la pena que le
corresponde por el delito objeto de imputación, la que dependiendo de la
oportunidad, será de una tercera o una sexta parte.

4. Es por su naturaleza y características, que los temas que son susceptibles de


debate corresponden a aspectos que en principio escapan al objeto mismo del
acuerdo, pues por constituir decisión equivalente a la resolución acusatoria,
cuando se lleva a cabo antes del cierre investigativo, la formulación de cargos
debe contener esencialmente los requisitos exigidos por el artículo 442 del Código
de Procedimiento Penal para el proferimiento de aquélla, tales como la narración
suscinta de los hechos, la indicación y evaluación de las pruebas allegadas a la
investigación y la calificación jurídica con el señalamiento del capítulo dentro del
título correspondiente del Código Penal; pues cuando ésta se efectúa una vez
proferida la resolución calificatoria como consecuencia del trámite ordinario del
proceso, la ley ha dispuesto que la aceptación de los cargos dice forzosa relación a
aquéllos que fueron imputados en la propia acusación, lo que igualmente
comprende además de la adecuación típica del delito, la necesaria valoración de
las pruebas que permiten individualizar las circunstancias en que el hecho se
cometió y la responsabilidad del procesado.

5. Entonces, los aspectos recurribles son aquellos que por su naturaleza decisoria
corresponde definir exclusivamente al Juez, pues la oportunidad para hacerlo no es
otra que al momento de dictar sentencia, como sucede, precisamente, con la
dosificación punitiva, el subrogado de la condena de ejecución condicional y la
extinción del dominio sobre bienes, por lo cual la aceptación de responsabilidad
por parte del procesado lo es por los hechos y las circunstancias en que se cometió
el delito, bajo la denominación típica que la ley les ha dado, de donde corresponde
al Fiscal delimitar los cargos con la mayor precisión en cuanto a las circunstancias
agravantes y aminorantes.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
• Fecha : 02/06/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Pasto
• Recurrente : CHUCUA ESTRADA, MARIO ENRIQUE
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 10109
• Publicada : Si
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TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO/ SENTENCIA


ANTICIPADA/ RECURSOS/ CONCUSION/ CIRCUNSTANCIAS
GENERICAS DE AGRAVACION PUNITIVA/ COLABORACION
EFICAZ/ LIBERTAD Y SENTENCIA CONDENATORIA-Subrogado
de la condena de ejecución condicional (Art.198 C. de P.P.)/
DETENCION DOMICILIARIA
De acuerdo con el artículo 37B del Código de Procedimiento Penal, modificado por
el artículo 12 de la ley 365 de 1997, en el trámite de sentencia anticipada el
interés para recurrir, si el impugnante es el procesado o su defensor, se
circunscribe a los temas de la dosificación punitiva, el subrogado de la condena de
ejecución condicional y la extinción del dominio sobre bienes. Se trata de
preservar lo que tiene de convencional esta forma especial de terminación del
proceso, pues, limitada la impugnación a dichas materias, se evitan las
retractaciones caprichosas, sin perjuicio obviamente del ejercicio real de las
garantías fundamentales.

A partir de esta premisa, se analizará, en primer lugar, el proceso de cuantificación


de la pena realizado por el Tribunal. En efecto, el juzgador partió acertadamente
de la consideración del texto del artículo 67 del Código Penal, en la medida que la
acusación contempló expresamente la circunstancia de atenuación por la buena
conducta anterior del procesado, pero también incluyó el factor agravante basado
en la posición distinguida que el infractor ocupaba en la sociedad por su
ilustración, poder, cargo, oficio o ministerio (arts. 64-1 y 66-11 idem).

Así pues, conforme con la mencionada regla de tasación punitiva, no era posible
imponer el mínimo de la sanción, porque no concurrían exclusivamente
circunstancias de atenuación, sino que también se había deducido un relevante
factor de agravación. Es indiscutible que los jueces de la República ostentan un
cargo y poder que, si se usan torcidamente, pueden facilitar enormemente
determinadas tareas delictivas que se propongan y, en razón de ello, procedería la
agravante prevista en el numeral 11 del artículo 66 del Código Penal.

La mencionada circunstancia de agravación, en tanto exija juicios de valor para su


establecimiento y cabal reproche, debe evidenciarse fáctica y jurídicamente en el
texto de la resolución acusatoria o en la equivalente acta de cargos, ya que no se
trata de un mero factor objetivo de medición judicial de la pena o de algo que
fenomenológicamente se pueda constatar sin discusiones razonables, pues de otra
manera no podría considerarse dicho elemento como ingrediente de dosificación
de la pena en la sentencia (Cfr. sent. Casación 22 de julio de 1998, M. P. Carlos
Mejía Escobar). Correlativamente, si tal exteriorización se hizo cumplidamente en
el acta de formulación de cargos, y se cuenta además con la aceptación expresa
del procesado, no puede pretextarse ahora, como motivo de impugnación del fallo,
un presunto desajuste en la ponderación de la pena para desconocer
olímpicamente su existencia, pues ello daría entrada a una retractación tardía e
improcedente de lo aceptado en la respectiva diligencia de terminación anticipada
del proceso.

Ahora bien, es cierto que el artículo 140 del Código Penal exige la condición de
servidor público como componente típico del delito de concusión, además que los
jueces tienen tal calidad, pero, si se quiere justificar la doble imposición con
efectos punitivos, una es la causa para deducir la tipicidad básica como
presupuesto de la pena y otra diferente la que se requiere para situar la agravante
de la misma. En efecto, el proceso de adecuación típica del delito de concusión
exige el abuso de la condición básica de servidor público o de la función, pero,
dentro de la gama de servidores oficiales, existen algunos que se destacan en la
sociedad por el cargo mismo, el poder, el oficio o el ministerio que ejercen,
posiciones que entonces tienen un mayor grado de exigibilidad, en el sentido de
proteger y abstenerse de violar la vida, honra, bienes, creencias y demás derechos
y libertades de las personas, porque obviamente tal situación privilegiada del actor
cuenta para facilitar la comisión del delito, aunque para su realización baste la sola
condición oficial.

Es claro que el juez ejerce un papel nuclear y sustentador en el Estado de Derecho,


por cuanto a él se confía finalmente la solución imparcial de los conflictos sociales,
razón por la cual si él aprovecha su investidura o función para delinquir
obviamente irroga un mayor daño social porque, amén de agredir bienes jurídicos,
rompe la independencia y la jurisdiccionalidad que son dos preciados valores
institucionalmente dispuestos para enfrentar el choque social. Por ello, la Corte ha
entendido que no existe violación del principio de ne bis in idem cuando en
relación con los jueces, como especial clasificación de los servidores públicos, por
la misión protagónica que el Estado les encomienda, se pone a funcionar
doblemente la calidad, primero como presupuesto de la pena y después como
justificación de un incremento de la misma.

Ha dicho la Sala:

"Es verdad que para ser sujeto activo del delito de enriquecimiento ilícito se
necesita ser empleado oficial, pero este requisito se satisface cuando el
agente se encuentra dentro de una cualquiera de las hipótesis previstas en
el artículo 63 del Código Penal, y es obvio que todas ellas, si bien dan al
sujeto la calidad de empleado oficial, no son equivalentes y bien puede
hacerse distinciones entre ellas por factores de jerarquía, representación
social, respeto y admiración que merecen de los asociados y grados de
responsabilidad que frente a ese mismo conglomerado social se exigen.

"Lo anterior están indicando que en presencia de esa inmensa gama de


empleados oficiales, todos posibles sujetos activos de los delitos de
responsabilidad, es perfectamente factible deducir la circunstancia de
agravación punitiva en comento (ord. 11, del art. 66) en relación con algunos
de ellos por su preeminencia respecto de los demás. Y entre estos
empleados oficiales se encuentran, indudablemente, los jueces, quienes por
su propia función están obligados, como los que más, a obedecer la ley,
aquella misma ley por cuyo incumplimiento sancionan a otros. Es obvio que
el delito cometido por un juez, así sea de aquellos ilícitos de los que sólo
pueden ser sujeto activo los empleados oficiales, produce un gravísimo
impacto negativo en la sociedad, lo cual justifica ampliamente un
incremento punitivo por lo que él representa ante la sociedad" (Sentencia de
noviembre 21 de 1990. M. P. Guillermo Duque Ruiz).

Conforme con el artículo 61 del Código Penal y a tono con la idea regulativa del
derecho penal de acto, recibida en el ordenamiento jurídico colombiano (Const.
Pol., art. 29), el mínimo de cuarenta y ocho (48) meses de prisión previsto en el
artículo 140 Estatuto de las penas sí podía incrementarse en dos (2) meses por la
circunstancia de agravación señalada, para obtener así un parcial punitivo de
cincuenta (50) meses de prisión, que sería la sanción correspondiente al delito más
grave, habida cuenta que se presenta un concurso homogéneo de hechos punibles
de concusión cometidos antes y después de la modificación plasmada en el
artículo 21 de la Ley 190 de 1995, pues para los primeros se prevé como principal
la pena de prisión de dos (2) a seis (6) años, mientras que para los segundos se
dispone prisión de cuatro (4) a ocho (8) años. Así entonces, de acuerdo con la
regla práctica del artículo 26 del Código Penal -que pretende ahora ignorar el
apelante-, aquella sanción básica podía incrementarse hasta en otro tanto,
proporción que sensatamente fijó el a quo en 24 meses de prisión, habida
consideración de que eran dos los concurrentes comportamientos delictivos de la
misma índole, y sin olvidar que la pena independiente para cada uno de ellos
oscilaría entre 2 y 6 años de prisión, por haberse cometido ambos antes de la
vigencia del artículo 21 citado.

Por último, como legalmente es fija la detracción de la tercera parte de la pena, por
el sometimiento a sentencia anticipada, el cómputo exacto sobre 74 meses sería
de 24 meses y 20 días, lo cual significa que la pena privativa de la libertad sería de
49 meses y 10 días de prisión, sentido en el cual se modificará el fallo (art. 37 C. P.
P.).

Se aclarará también, como aspecto legal que en nada desmejora la situación del
apelante único, que la interdicción de derechos y funciones públicas, al igual que
la multa, también se previeron como penas principales en el artículo 140 del
Código Penal, al lado de la prisión.

Desde luego que tal cantidad de punición, por desbordar el límite objetivo previsto
en el artículo 68 del Código, no da lugar a otras consideraciones para entender que
estuvo bien negado el sustituto de la condena de ejecución condicional.

El segundo punto de inconformidad se refiere a la detención domiciliaria durante la


ejecución de la condena, figura excepcional prevista en el artículo 369A del Código
de Procedimiento Penal, modificado por el artículo 44 de la Ley 81 de 1993. Si el
procesado aspiraba a dicho beneficio, simultáneamente con la petición de
sentencia anticipada debió poner de presente la colaboración eficaz que
supuestamente lo hacía acreedor al mismo, con el fin de que el fiscal tramitara
unificadamente ambas pretensiones conforme con lo dispuesto en el artículo 37
del Estatuto Procesal Penal (artículo 369C, inciso final).

Los beneficios por colaboración eficaz no pueden acordarse solamente con el juez,
de espaldas al papel y la responsabilidad que debe compartir la Fiscalía en dicho
trámite, máxime si cuando se intentó la sentencia anticipada el proceso aún se
hallaba en la fase instructiva. De otra parte, las actitudes y criterios que dan lugar
a una colaboración eficaz no sólo deben ajustarse a las descripciones de los
respectivos literales del artículo 369A, sino que una primera calificación del hecho
como tal correspondería al fiscal, antes de cualquier intervención del juez.

Así entonces, la petición de beneficios por colaboración eficaz es extemporánea y,


en cuanto a la pretensión en sí, la Corte advierte legal la decisión del Tribunal de
revocar la detención domiciliaria que se había dispuesto como medida de
aseguramiento privilegiada, antes de que se dictara la sentencia de primer grado,
pues, proferida ésta, la situación de libertad del procesado se rige por los efectos
de la concesión o negación del subrogado de la condena de ejecución condicional,
porque se entiende que con su ejecutoria comienza el período de ejecución de la
pena o de su suspensión.

Ahora bien, el cumplimiento de las providencias sobre la libertad y detención, por


sí solas o como consecuencia de la negación del subrogado, tienen un desarrollo
diferente, según que la persona se encuentre privada de la libertad o goce de
excarcelación regularmente decretada, pues, en uno u otro caso, se aplicarán los
incisos primero y segundo del artículo 198 del Código de Procedimiento Penal,
respectivamente.

Así, en este caso el Tribunal negó el subrogado, pero el procesado se hallaba


privado de libertad (aunque en detención domiciliaria), razón por la cual las
consecuencias deben regularse por el inciso 1° del artículo 198 y no por el
apartado 2°. De modo que la revocatoria de la detención domiciliaria, con el fin de
convertirla en privación de la libertad en un centro carcelario, es una medida de
cumplimiento inmediato, porque el citado precepto se refiere escuetamente a la
detención, que en el sistema procesal penal colombiano y sin que surjan
dificultades de aplicación por su distinta naturaleza, comprende tanto la
detención preventiva como la domiciliaria (C. P. P., arts. 396 y 397).

Cosa distinta ocurre si en el curso de la actuación el procesado disfruta de


excarcelación ordenada por el fiscal con base en los requisitos de la condena
condicional, pero el juez, con juicio contrario, niega el subrogado al momento de
la sentencia, caso en el cual ahí sí la captura sólo podrá ordenarse una vez
ejecutoriada la sentencia, como lo indica la primera parte del inciso 2° del artículo
198. Mas si lo que se había decretado antes era la detención sin excarcelación con
fundamento en las exigencias de dicho sustituto, pero después se produjo la
libertad por cualquiera otra causa, la negación del subrogado en la sentencia
genera efecto inmediato.

De otro lado, si tal es la regulación ordinaria de la detención domiciliaria, resulta


inapropiado invocar analogía in bonam partem para prolongarla durante la
ejecución de la sentencia, pues, se repite, ésta es una figura excepcional que debe
sujetarse a los requerimientos, competencias y trámites de los beneficios por
colaboración eficaz, y, además, como se deja visto, la figura común de la
detención domiciliaria no ostenta vacíos en su reglamentación sino que, por su
naturaleza jurídica preventiva, sencillamente termina con el proferimiento del fallo
de primer grado, según se ha reiterado por la Sala desde la providencia del 9 de
noviembre de 1993 (M. P. Gustavo Gómez Velásquez).

Magistrado Ponente Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Segunda Instancia


• Fecha : 02/06/1999
• Decisión : Confirma ordinal primero de la sentencia, confirma
ordinales
segundo y quinto, adiciona a la sentencia
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Tunja
• Procesado : MEJIA ESTUPIÑAN, JULIO ROBERTO
• Delitos : Concusión
• Proceso : 14123
• Publicada : Si
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03/06/1999

NULIDAD-Causales
En vigencia de la Constitución Política de 1.886 y del Decreto- Ley 409 de 1.971, en
cuyo artículo 210 se hacía una enunciación casuística y por lo mismo limitada de
las causales de nulidad en materia procesal penal, la doctrina jurisprudencial de la
Corte respondiendo a la necesidad jurídica de "mantener purificado el sistema
procedimental", creó una categoría especial de los motivos que podrían dar lugar a
la invalidación de un proceso con fundamento en el artículo 26 de la Constitución
Nacional bajo la denominación de nulidades supralegales.

Por ello y con el fin de regular bajo una mayor comprensión el instituto de las
nulidades, el Decreto 0050 de 1.987 consagró en el artículo 305, en tres grandes
espectros, aquellas hipótesis atentatorias contra las formas propias del juicio o
contra las garantías que se deben a los distintos sujetos intervinientes en el
proceso penal, al igual que se consagró en el artículo 304 del Decreto 2.700 de
1.991, cuando ya estaba en vigencia la nueva Carta Política expedida en el mismo
año y bajo cuyo expreso mandato se profirió dicho Estatuto que corresponde al
actual Código de Procedimiento Penal, de donde la referencia a la especial y
cualificada clase de nulidades como constitucionales, carece hoy por hoy de
justificación en cuanto pretenda significarse con tal calificativo el mismo fenómeno
de invalidez ya recogido en la Ley Procesal, lo cual por supuesto no implica
desconocer, pues por el contrario se impone afirmarlo, la fuente y límite que
constituye la Carta Política del Estado respecto del ordenamiento legal y por ende,
frente al caso concreto, respecto de las nulidades, hasta el punto de que en
relación con ellas la técnica casacional no se opone a la exigencia formal en su
invocación para entender como debidamente formulado un cargo por violación a
uno de estos derechos fundamentales amparado en el desconocimiento de la
norma Superior, bien omitiendo la precisión del precepto legal o confundiendo una
con otra normatividad, pues siendo que los derechos y garantías que sustentan y
tutelan el proceso penal están predeterminados por "la norma de normas", de
donde la exigencia formal debe necesariamente decaer ante la invocación del
mandato fundamental, pues es su contenido material el que realmente señala el
sentido del derecho protegido y garantizado, debiendo partir de allí el horizonte de
proyección hermeneútico de la disposición que lo formaliza, conforme queda
corroborado legislativamente al imponérsele a la Corte de Casación el imperativo
de anular oficiosamente el fallo, cuando establezca el desconocimiento procesal de
algún derecho o garantía fundamental, conforme se dispone en el artículo 228 del
Código de Procedimiento Penal.

Bajo este supuesto conceptual, entonces, es claro que las indistintas referencias
que hace el casacionista respecto al artículo 29 de la Carta Política y al 304 de la
Ley Procesal, como disposiciones violadas por el fallador de segundo grado al
proferir la sentencia recurrida, hasta el punto de colegir que su pedimento no se
sustenta en el desconocimiento de la ley sino de la Constitución, la cual se habría
infringido, siendo tal fenómeno el que demanda en casación, no impiden a la Corte
estudiar de fondo la censura. Pero, desde luego, un tal planteamiento no puede
confundirse con la práctica omisión de la formulación de la censura especificando
el derecho o la garantía violada, si se aspira a obtener una respuesta de la Corte
en punto de lo demandado, pues esencialmente diversa resulta respecto de las
nulidades la no exigencia estricta de la formalidad en comento con la no
formulación del cargo en el que sea evidente el reproche constitucional que se
hace, pues siendo, como es sabido, rogativo este recurso extraordinario
necesariamente la función declarativa de la Corte no puede promoverse sin la
claridad debida en la formulación del ataque. Y tampoco, puede entenderse que
con una tal amplitud y so pretexto de recuperar el contenido material de las
normas constitucionales se proponga indiferentemente cualquier clase de
argumentación, bien para que bajo un mal entendido de la oficiosidad proceda la
Corporación de encontrar una presunta nulidad o para que lejos de las funciones
regladas que la Constitución y la Ley le otorga, las desborde aparentando una
supuesta vulneración de los derechos fundamentales, ya que, de una parte, la
oficiosidad no puede ser el resultado de una previa petición en ese sentido, pues
de ser así se estaría precisamente actuando contra ella, en la medida en que la
decisión procesalmente oficiosa tiene su origen exclusivo en el ejercicio del poder-
deber del ius puniendi por parte del Estado y no en la resolución de una mal
formulada pretensión; y de otra, la respuesta casacional, al igual que sucede
respecto de toda la actividad jurisdiccional, está restringida en los Estados de
Derecho por los límites previamente establecidos por la Constitución y la Ley
respecto de su competencia que fija el ámbito de "lo que debe conocer", y en
cuanto a las decisiones de la relación procesal, a la aplicación de las normas
reguladoras de ese objeto por decidir, toda vez que el principio de "unidad jurídica"
en ninguna forma implica la unificación o mejor, la confusión, en una incoherente
amalgama de todos los fenómenos fácticos y jurídicos que se puedan presentar
para que desconociendo la autonomía de las jurisdicciones y la división de
competencias, las decida un mismo ente judicial, habida cuenta, de que una tal
inusitada aspiración estaría permitiendo precisamente lo contrario a lo que parece
aspira el demandante, esto es, que resquebrajaría el Estado de Derecho en lugar
de preservarlo.

En el fondo, la pretensión del impugnante, que dicho sea en verdad, corresponde


sustancialmente a la misma argumentación que se presentara en una de las
demandas de quienes accionaron ante la Corte Constitucional para impetrar la
inexequibilidad de los artículos 3º, 4º, 5° y 6° del Decreto 2.271 de 1.991,
precisamente por medio del cual se adoptaron como legislación permanente los
Decretos legislativos 1.199 de 1.987, 474 de 1.988, 2.790 de 1.990, 099, 390 y
1.676 de 1.991 (la del expediente D-061, en la cual también se cuestionaba la falta
de publicidad de esta clase de procesos, la problemática de la contradicción
probatoria y puntualmente, la práctica de las pruebas por la Policía Judicial con la
sola asistencia del agente del Ministerio Público), que acumulada a otras acciones
fueron decididas negativamente al ser declaradas constitucionales todas estas
disposiciones en el fallo C-033/93, se concreta en la petición que le hace a la Corte,
por intermedio de esta Sala, para que deje de aplicar los Decretos 2.790 de 1.990,
099 y 2.271 de 1.991, bajo el genérico fundamento de que al contrariar los
referidos Tratados se violan los artículos 93 y 29 Superiores, desconoce la propia
Carta Política, además de la Ley de Procedimiento Penal, dado que si bien el control
de constitucionalidad que reconoce la Ley Fundamental continúa siendo difuso,
como sucedía en imperio de la Constitución anterior, ninguna duda existe respecto
a que originariamente lo ejerce la Corte Constitucional, bien por vía automática o
mediante el ejercicio de la acción pública de constitucionalidad, y que
excepcionalmente, esto es, cuando su exequibilidad no ha sido declarada por dicha
Corte o por el Consejo de Estado, en los casos de su competencia, debe hacerlo el
funcionario a quien le corresponda aplicar la Ley, como sería el caso del Juez,
recurriendo a la "excepción de inconstitucionalidad", cuando observe que una
específica norma positiva de categoría inferior a la constitucional la contradice
abiertamente, caso en el cual debe abstenerse de aplicarla para que impere la
norma Superior, pero nunca por la vía de hecho a que se refiere el casacionista, es
decir, que sin ninguna otra consideración, se deje de aplicar bajo el argumento de
contrariedad con el ordenamiento internacional.

En este caso, los decretos 2.790 de 1.990, 099 y 2.271 de 1.991, que entiende el
demandante son desconocedores del derecho de defensa y del debido proceso,
como igualmente sucedió con toda la normatividad reguladora de la Legislación de
Orden Público, hasta llegar a las disposiciones ahora criticadas por
inconstitucionales, esto es, los Decretos Nos. 1.631 de 1.987, 180, 181, 182, 333 y
474 de 1.988, como los Nos. 1.895 y 185 de 1.989, y el No. 2.187 de 1.990, que se
constituyen en el antecedente inmediato del Estatuto para la Defensa de la
Justicia, recogido en el Decreto 2.790 del 20 de noviembre de 1.990, fueron
sometidos a revisión automática de constitucionalidad por la Sala Plena de la Corte
Suprema, específicamente este último en sentencia 48 del 11 de abril de 1.991,
como también lo fue el Decreto 390 que modificó al anterior y al 099, a través de
la sentencia 66 del 16 de mayo de 1.991; pudiéndose constatar de la misma
manera que prácticamente en su integral contenido, a través del fallo fechado el
27 de febrero de 1.993 (C-093) la Corte Constitucional sometió a estudio la
exequibilidad del Decreto 2.271 de 1.991, mediante el cual, como se sabe, al no
ser improbado por la Comisión Especial el gobierno nacional convirtió en
legislación permanente aquella normatividad de excepción, recogiendo casi en su
totalidad el contenido de los referidos Decretos 099 y 390 de ese mismo año, como
también siendo claro que dicha Corporación valoró la constitucionalidad de
distintas de las normas de ese cuerpo normativo que fueran demandadas, a través
de las sentencias C-427, C-541 y C-683 del 12 de septiembre, 16 de octubre y 5 de
diciembre de 1.996, respectivamente.

Declaradas exequibles, entonces, estas disposiciones por la Corte Constitucional, y


por descartada la posibilidad de recurrir a la excepción de inconstitucionalidad por
el efecto erga omnes de dicha declaratoria, como igualmente lo reconoce el
demandante, la pretendida "inobservancia directa de la ley" que propone, se torna
inusitada si se tiene en cuenta que como la misma Corte Constitucional lo ha
reiterado, el control de exequibilidad se cumple en aplicación del denominado
"bloque de constitucionalidad", de conformidad con el cual la confrontación de la
ley con la Carta Política implica también la revisión de los Tratados Internacionales
de que trata el artículo 93 del Ordenamiento Superior, integrándose como una
unidad jerarquizada a igual nivel, que por lo mismo, excluye, de acuerdo con esta
sistemática, admitir la existencia de normas supraconstitucionales.

Así, y ante la exequibilidad del inciso segundo del artículo 20 del Decreto 2.790 de
1.990 y el 13 del Decreto 390 de 1.991, una vez incorporados como legislación
permanente, en los cuales se dispone la exclusiva intervención del Ministerio
Público en las pruebas a que se refiere el censor y a la no consagración de la
audiencia pública en esta clase de procesos, C-093/93 y C-427/96, fallos en los
cuales se dejó claro cómo, si bien en el artículo 228 de la Constitución Política se
dispone que "La administración de justicia es función pública" y "Sus decisiones
son independientes", también se señala que "Las actuaciones serán públicas y
permanentes con las excepciones que establezca la ley", de donde el hecho de no
disponerse la celebración de audiencia pública en los procesos adelantados por la
justicia regional no puede tenerse como desconocedor de ningún canon superior y
menos aún la Convención Americana de Derechos Humanos, en cuyo Capítulo II
dedicado a los "Derechos Civiles y Políticos", artículo 8 sobre "Garantías Judiciales",
numeral 5, se dispone que, " El proceso penal debe ser público, salvo en lo que sea
necesario para preservar los intereses de la justicia", argumento que ha servido
para explicar justificativamente el carácter especial de estas normas, más aún,
cuando como también lo ha afirmado la Corte Constitucional, en aquellos eventos
en que se presentase una real contrariedad entre los preceptos de los tratados y la
normatividad interna, la aplicación de esta última que podría eventualmente
generar efectos para el Estado en el ámbito internacional, no puede entenderse
como enervante para los jueces en la sujeción al derecho nacional, pues, como lo
han reconocido "la doctrina y la jurisprudencia internacionales", "la supremacía de
los tratados sobre los ordenamientos internos de los Estados no implica la
invalidación automática de las normas internas contrarias a los compromisos
internacionales, por cuanto, para los ordenamientos nacionales y para los jueces
nacionales, esas disposiciones internas pueden seguir teniendo plena validez y
eficacia, por lo cual son aplicables. Lo que sucede es que si los jueces aplican esas
normas contrarias a un tratado, entonces eventualmente pueden comprometer la
responsabilidad internacional del Estado en cuestión" (C-400, de 10 de agosto de
1.998).

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
• Fecha : 03/06/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : GUERRERO LOBERA, MARTHA CECILIA
• Delitos : Violación a la Ley 30/86
• Proceso : 10143
• Publicada : Si
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08/06/1999

ACCION DE REVISION-Prescripción
La demanda de revisión que no se adecúe con los parámetros que la misma ley ha
establecido en el artículo 234 del Código de Procedimiento Penal, no podrá ser
admitida, pues es inaceptable que so pretexto de la excepcional acción, se
pretenda reabrir un debate probatorio, ya finiquitado en las instancias, al punto de
culminar con la expedición de decisiones que al haber hecho tránsito a cosa
juzgada son inamovibles y permanecen tuteladas por la certeza de intangibilidad.

En punto de la causal invocada, esto es el numeral 2° del artículo 232 del Código
de Procedimiento Penal, la Sala ha sido reiterativa en que para su postulación el
hecho jurídico de la prescripción de la acción, (resultante de la verificación de un
término calculado a partir del máximo de la pena imponible), debe emerger
diáfana y exclusivamente de los hechos y pruebas conocidos, estudiados,
controvertidos y valorados en las instancias.

Cabe rememorar lo expresado por la Sala en la sentencia del 5 de marzo de 1996,


proferida al resolver la revisión número. 8336, (M.P. Dr. Carlos E. Mejía Escobar): "
En segundo término ha de precisarse que el motivo de ésta acción, al tenor de lo
dispuesto en la causal 2ª del artículo 232 del C.P.P., no permite cuestionar aspectos
inherentes a la adecuación típica, la forma de culpabilidad o participación; las
circunstancias de hecho o cualquier otro elemento que pudiese incidir sobre la
punibilidad de la conducta. La Revisión, en este sentido, no puede derivar en un
nuevo juicio crítico sobre lo declarado en el proceso y por ende la prescripción que
se alegue es aquella que surja de los hechos y del derecho tal como fueron
considerados dentro del proceso."

Cuando el artículo 80 del Código Penal estipula que para efectos de la prescripción
se tendrán en cuenta las circunstancias de atenuación y agravación concurrentes,
está haciendo remisión únicamente a las circunstancias específicas, adecuadas al
caso concreto para aminorar o agravar la pena, y no así a las genéricas, cuya
función es servir de parámetro referencial al juez para discurrir entre el mínimo y el
máximo contemplado como sanción para el tipo de que se trate, como lo indica el
artículo 67 ibídem.

De modo que, al aducir ahora unas causales de atenuación punitiva para lograr,
derivado de su particular y unilateral manera de analizar la cuestión, el cómputo
del tiempo requerido para la prescripción de la acción, incurrió en un grave error
de argumentación, que de no advertirse implicaría a la Sala el devenir en fallador
de instancia para analizar la viabilidad o no de reconocer una rebaja adicional de
pena por virtud de aquellas, supuesto éste último a todas luces impertinente a las
atribuciones de la Sala en sede de revisión.

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Acción de Revisión
• Fecha : 08/06/1999
• Decisión : Reconoce personería, inadmite la demanda de revisión
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : SALAMANCA MEDINA, JOSE GILBERTO
• Delitos : Estafa
• Proceso : 15029
• Publicada : Si
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09/06/1999

SANA CRITICA
De esta manera, la acusación se queda reducida a la inconformidad del actor con
la valoración que los jueces le dieron, en conjunto, a la prueba pericial, hipótesis
que se enmarca dentro del llamado error de derecho por falso juicio de convicción
inadmisible en esta sede, bajo la sola consideración que el legislador le ha
concedido al juez penal para evaluar el acervo probatorio, dentro de un sistema no
sujeto a tarifa (art.254 C.P.P.), y si bien también cabría plantear violación al sistema
de la sana crítica, el censor tampoco lo aduce.

Este principio procesal impide que de esa actividad intelectiva surja una
transgresión a la ley, en la medida en que en ausencia de encasillamientos
normativos sobre el particular valor de cada medio, resulta imposible la violación
de mandatos inexistentes.

Tratándose de la labor intelectual y valorativa del raciocinio del juzgador, el ataque


al fallo de segundo grado es impropio, porque esta vía de impugnación no admite
la "corrección" de las valoraciones cumplidas por los sentenciadores, las cuales
vienen precedidas de la doble presunción de legalidad y acierto.

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
• Fecha : 09/06/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Procesado : SANCHEZ PEREZ, BERNARDO
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 10031
• Publicada : Si
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LIBERTAD PROVISIONAL/ ANTECEDENTES


Precisó la Sala en las ya citadas oportunidades que. "....siendo de obligatoria
referencia el estudio de los "antecedentes de todo orden" que pueda registrar el
acusado y que en particular han de revelarse al interior del expediente, no
cumpliría la judicatura su función si se mostrase ajena a la necesidad de
consultarlos, lo que la obliga a tomar particular interés en el análisis conjunto de
los rasgos de personalidad y antecedentes individuales, familiares y sociales de
comportamiento, con miras a determinar si ha operado en realidad una
rehabilitación y por lo mismo un cambio en los factores que condujeron a la
comisión del delito y justificaron la imposición de pena, para animar a la cesación
de su efectivo cumplimiento, o si por el contrario esas condiciones permanecen
invariables o constituyen todavía un factor de riesgo que interfiera para el
reacomodamiento social del procesado con provecho tanto para la comunidad
como para él mismo, caso éste último en el que se tendría que mantener su
estatus de interno".

"Lo anterior, por consiguiente, ‘…impide que sobre la sola base de unas
bondadosas referencias personales pueda operar esa valoración integral, y sobre
todo prescindiendo de las condiciones bajo las cuales se llegó a cometer la
infracción juzgada, porque jamás podrá equipararse esta valoración para los casos
de un delito pasional u ocasional, con las que se refieren a un delito cuya comisión
ha implicado el montaje de una verdadera empresa que no desaparece por el solo
hecho de la entrega o captura de uno o algunos de sus integrantes, dado que en
éste último caso, es responsabilidad del juez ante la ley y la comunidad, la de
tomar certeza y contar con garantía en cuanto aquella organización preparada
para la actividad ilícita haya desaparecido real y radicalmente, o distanciado por lo
menos e irrevocablemente de su actividad al sentenciado, ya que de otro modo,
flaco servicio se le prestaría a la sociedad y al cumplimiento de los fines de la
pena, con simplemente anticipar la posibilidad de que el sentenciado se
reincorpore a aquel ambiente y retome aquellos medios y propósitos que lo habían
llevado a la comisión de su infracción’.".

"Ya la Sala en casos similares ha puntualizado y ahora reitera su criterio, según el


cual ‘.....con el complejo montaje de una actividad de producción, comercialización
y exportación de sustancias estupefacientes que involucran la actividad de todo un
grupo muy bien seleccionado, organizado y disciplinado de individuos que en sus
diversas escalas se dedican al cultivo de las plantas, a la recolección de las
cosechas, luego al proceso de elaboración e industrialización de los productos
vedados, posteriormente a su almacenamiento y transporte y por último a su
distribución y mercadeo, sin descontar -se infiere de la prolongación de esa
actividad en el tiempo- el compromiso de autoridades corruptas’.".

"Tan complejas organizaciones y actividades, elaboradas y cuidadosamente


concebidas y ejecutadas, es racionalmente comprensible que tengan hundidas
profundamente sus raíces, sin que hagan fácil, por lo mismo, su desmonte y
desvertebramiento, circunstanciando, obviamente, dentro del análisis de esos
"antecedentes de todo orden" la complejidad que representa en casos como el
presente la valoración del pronóstico de que se hiciera cita en un inicio" (auto del
16 de marzo de 1995 - Mag. ponente Dr. Juan Manuel Torres Fresneda)".
Magistrado Ponente Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Casación -Libertad-
• Fecha : 09/06/1999
• Decisión : Niega nuevamente libertad provisional
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : PATIÑO CONGOTE, JUAN DIEGO
• Delitos : Violación a la Ley 30/86
• Proceso : 12509
• Publicada : Si
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10/06/1999

LIBERTAD Y SENTENCIA CONDENATORIA-Subrogado de la


condena de ejecución condicional (Art.198 C. de P.P.) /
DETENCION DOMICILIARIA
Es lo primero precisar que efectivamente tiene razón el procesado cuando
manifiesta que por estar pendiente la decisión sobre el recurso extraordinario de
casación que interpusiera su defensor contra el fallo de segunda instancia no tiene
la calidad de condenado sino de procesado detenido preventivamente, sin
embargo ello no significa que el cumplimiento de la revocatoria de la detención
domiciliaria quede diferida hasta cuando la sentencia se encuentre en firme, pues
de conformidad con lo dispuesto en el artículo "las providencias relativas a la
libertad y detención y las que ordenan medidas preventivas se cumplirán de
inmediato. Si se niega el subrogado de la condena de ejecución condicional, la
captura solo podrá ordenarse cuando se encuentre en firme la sentencia, salvo que
durante el proceso se hubiere proferido medida de aseguramiento de detención sin
excarcelación".

Lo anterior significa que siendo la detención domiciliaria una medida sustitutiva de


la detención preventiva, no es equiparable a la excarcelación, pues lo que implica
es que la privación de la libertad se cumple en el domicilio del procesado y no en
un centro de reclusión, de ahí que, la jurisprudencia de la Sala haya sostenido que
cuando el acusado se encuentra en dicha situación y en la sentencia se le niega el
subrogado de la suspensión condicional de la ejecución de la condena, su
internamiento en un establecimiento carcelario es de cumplimiento inmediato, ya
que por no mediar excarcelación no se difiere su materialización hasta que cobre
ejecutoria la decisión de condena, como que la única excepción a ello, y en eso es
clara la ley, lo es cuando ha mediado excarcelación, como ya ampliamente se dijo
en auto del 10 de marzo de 1.998:

"1. La regla general es que las decisiones judiciales sólo pueden ejecutarse
o cumplirse una vez ejecutoriadas. Es lo que se infiere de la correlación
lógica de los artículos 197 y 198 del Código de Procedimiento Penal, el
primero referido a la "ejecutoria de las providencias", como presupuesto de
su ejecución, y el segundo atinente al "cumplimiento inmediato" de las
determinaciones "relativas a la libertad y detención y las que ordenan
medidas preventivas", como excepción a la regla. De todas maneras, la
relación condicional entre "ejecutoria" y "ejecución o cumplimiento" es más
nítida y directa en la previsión del artículo 334 del Código de Procedimiento
Civil.

2. El artículo 198 contiene una cadena de salvedades, cuyo entendimiento


cabal sólo puede lograrse si se busca el significado de cada una de sus
partes y, sobre todo, si se descubre la relación de las parte entre sí. Por obra
del primer inciso de la disposición, se tiene que las decisiones sobre libertad
y detención, como excepción a la regla de la exigencia previa de la
ejecutoria, se cumplirán de inmediato (primer eslabón).

3. Mas si lo que ocurre es que se dicta sentencia condenatoria, en primera o


segunda instancia (la norma no distingue), y "se niega el subrogado de la
condena de ejecución condicional, la captura sólo podrá ordenarse cuando
se encuentre en firme la sentencia…". Es decir, en caso de negación del
sustituto, se hace otra distinción pero para regresar a la regla general de la
ejecutoria previa a la ejecución (segundo eslabón).

4. Sin embargo, a continuación se introduce otra limitación dentro del


contexto de la ejecución de la captura a que daría lugar la negación del
subrogado. La lectura de este inciso segundo del artículo 198 es la
siguiente: negado el sustituto, la privación de la libertad sólo podrá
ordenarse una vez en firme la sentencia; pero, si en el curso del proceso se
había dictado medida de aseguramiento de detención sin excarcelación,
fundado este último matiz en el no cumplimiento del requisito objetivo del
subrogado o en las prohibiciones expresas de la respectiva causal de libertad
(C. P. P., arts. 415-1 y 417), la captura podrá ordenarse de inmediato (tercer
eslabón). La expresión "sin excarcelación" tiene necesariamente que
referirse a la que se funda en la anticipación del sustituto penal de la
suspensión de la condena, como que ese es el tema traído a colación por la
primera parte del mencionado inciso 2°, pues, según lo recomienda el
artículo 30 del Código Civil, "el contexto de la ley servirá para ilustrar el
sentido de cada una de las partes, de manera que haya entre todas ellas la
debida correspondencia y armonía" (M.P. Dr. Jorge Aníbal Gómez Gallego).

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Casación -Libertad-Reposición
• Fecha : 10/06/1999
• Decisión : No repone auto que negó libertad...
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : SANCHEZ ALFONSO, JAIME ENRIQUE
• Proceso : 15736
• Publicada : Si
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15/06/1999

VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY/ IN DUBIO PRO REO/


TESTIMONIO-Retractación
1.- Reiteradamente ha sido dicho por la Corte que cuando se plantea violación
indirecta de la ley sustancial, por inaplicación del artículo 445 del estatuto procesal
penal, que consagra el principio in dubio pro reo, se impone para el casacionista la
obligación de demostrar que en el proceso existe duda probatoria sobre la
materialidad del hecho punible o la responsabilidad del acusado, y que los
juzgadores de instancia dejaron de reconocerla y de aplicar las consecuencias
jurídicas correspondientes, en razón a errores de hecho o de derecho en la
apreciación de los elementos de prueba.

En tratándose de errores de facto, debe ser precisado si la equivocación se


presenta por omisión o suposición de una determinada prueba (de existencia), por
distorsión de su contenido fáctico (de identidad), o por desconocimiento de las
reglas de la sana crítica en la valoración racional de su mérito; y, en tratándose de
errores de derecho, si provienen de la apreciación de pruebas que no cumplen los
requisitos legales de incorporación al proceso, o cumpliéndolos han sido
desestimadas porque el juzgador considera que no los reúne (falsos juicios de
legalidad), o del desconocimiento de normas que regulan su valor o eficacia
probatorias (falsos juicios de convicción).
Finalmente corresponde acreditar la incidencia del yerro en la parte dispositiva del
fallo, lo cual presupone un estudio globalizado de la prueba con inclusión o
exclusión, según cada caso, de las que no fueron apreciadas, o lo fueron
indebidamente, y una valoración objetiva de su mérito, en orden a demostrar que
de ellas no surge la certeza de la materialidad del hecho, o la responsabilidad del
procesado, como equivocadamente lo declararon los juzgadores de instancia en el
fallo, sino a un estado de duda razonable que debe ser resuelto en la forma
prevista en el mencionado artículo 445 del Código de Procedimiento Penal.

2.- La retractación, ha sido dicho por la Corte, no destruye per se lo afirmado por el
testigo arrepentido en sus declaraciones precedentes, ni torna verdad apodíctica lo
dicho en sus nuevas intervenciones. "En esta materia, como en todo lo que atañe a
la credibilidad del testimonio, hay que emprender un trabajo analítico de
comparación y nunca de eliminación, a fin de establecer en cuáles de las distintas
y opuestas versiones, el testigo dijo la verdad. Quien se retracta de su dicho ha de
tener un motivo para hacerlo, el cual podrá consistir ordinariamente en un reato de
conciencia, que lo induce a relatar las cosas como sucedieron, o en un interés
propio o ajeno que lo lleva a negar lo que sí percibió. De suerte que la retractación
solo podrá admitirse cuando obedece a un acto espontáneo y sincero de quien lo
hace y siempre que lo expuesto a última hora por el sujeto sea verosímil y acorde
con las demás comprobaciones del proceso" (Cfr. Casación de abril 21/55 y
noviembre 9/93, entre otras).

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
• Fecha : 15/06/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Procesado : ANGULO SANCHEZ, WILLIAM
• Delitos : Tentativa de homicidio, Porte de armas de defensa personal
• Proceso : 10547
• Publicada : Si
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JUSTICIA REGIONAL/ BENEFICIO ADMINISTRATIVO


Como se trata de un delito de competencia de la justicia regional, para el cual,
conforme al artículo 150 de la ley 65 de 1993, no proceden los beneficios
administrativos, se hace innecesario pronunciarse sobre la redención de pena,
pues ésta sólo tendría por objeto establecer si sumado el tiempo de reclusión física
con el descuento por trabajo y estudio se cumple la tercera parte de la pena
impuesta para poder acceder al permiso de 72 horas para salir del establecimiento
carcelario, el cual, por tratarse de un beneficio administrativo para un punible de
competencia de la justicia regional, sería improcedente.

Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Auto Casación
• Fecha : 15/06/1999
• Decisión : Se abstiene de reconocer redención de pena
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : BEDOYA ESCOBAR, ALCIDES DE JESUS
• Delitos : Concierto para delinquir
• Proceso : 14301
• Publicada : Si
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INDIGENA-Fuero/ DEFENSA TECNICA/ PROCESO PENAL/


TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO/ CIRCUNSTANCIAS
GENERICAS DE AGRAVACION PUNITIVA
1.- En el entendimiento que lo planteado por el procesado repercutiría en la
competencia, enfrentando las jurisdicciones especial indígena y ordinaria, resulta
imprescindible, antes de entrar a decidir el recurso, consultar las directrices que
han venido siendo establecidas por el texto y la doctrina constitucional sobre la
materia, en orden a determinar si la jurisdicción ordinaria carece de competencia
para conocer de este asunto.

Algunas de las pautas interpretativas respecto al punto aparecen desarrolladas en


la sentencia No.T-496/96, reiterada por la 523/97, que por su razonabilidad y en
cuanto guardan estrecha relación con el caso analizado, resulta pertinente
reproducir:

"... del reconocimiento constitucional de las jurisdicciones especiales se deriva el derecho de


los miembros de las comunidades indígenas a un fuero. En efecto, se concede el derecho a
ser juzgado por sus propias autoridades, conforme a sus normas y procedimientos, dentro
de su ámbito territorial, en aras de garantizar el respeto por la particular cosmovisión del
individuo.

"Sin embargo, esto no significa que siempre que esté involucrado un aborigen en una
conducta reprochable, la jurisdicción indígena es competente para conocer del hecho. El
fuero indígena tiene límites que se concretarán dependiendo de las circunstancias de cada
caso. Por ahora, debemos señalar, que en la noción de fuero indígena se conjugan dos
elementos: uno de carácter personal, con el que se pretende señalar que el individuo debe
ser juzgado de acuerdo con las normas y autoridades de su propia comunidad, y uno de
carácter geográfico, que permite que cada comunidad pueda juzgar las conductas que
tengan ocurrencia dentro de su territorio, de acuerdo con sus propias normas. La distinción
es importante, porque algunas veces, se atiende al fuero personal, o al fuero territorial,
indistintamente, para determinar la competencia. Debe reiterarse, entonces, que la
coordinación entre este tipo de fueros corresponde a las circunstancias particulares de cada
caso.

"En efecto, la solución puede variar si la acción típica es cometida por miembros de pueblos
indígenas dentro de su territorio, o si un indígena, de manera individual, incurre en ella
afectando a quien no es miembro de su comunidad por fuera del ámbito geográfico del
resguardo. En el primero (sic) caso, en virtud de consideraciones territoriales y personales,
las autoridades indígenas son las llamadas a ejercer la función jurisdiccional; pero en el
segundo, el Juez puede enfrentar múltiples situaciones no solucionables razonablemente
mediante una regla general de territorialidad. Por ejemplo:

"a. Cuando la conducta del indígena solo es sancionada por el ordenamiento nacional, en
principio, los jueces de la república son los competentes para conocer del caso; pero como
se encuentran ante un individuo de otra comunidad cultural, tienen el deber de determinar
si el sujeto agresor entendía, al momento de cometer el ilícito, que su conducta era
realmente negativa, para efectos de reconocerle, o no, el derecho al fuero. En este orden de
ideas, las autoridades nacionales pueden encontrarse ante un indígena que de manera
accidental entró en relación con una persona de otra comunidad, y que por su particular
cosmovisión, no le era dable entender que su conducta en otro ordenamiento era
considerada reprochable; o, por el contrario, enfrentar un sujeto que por su especial relación
con la comunidad mayoritaria conocía el carácter perjudicial del hecho, sancionado por el
ordenamiento jurídico nacional. En el primer caso, el intérprete deberá considerar devolver
al individuo a su entorno cultural, en aras de preservar su especial conciencia étnica; en el
segundo, la sanción, en principio, estará determinada por el sistema jurídico nacional.

"b. En el caso de que la conducta sea sancionada en ambos ordenamientos, es claro que la
diferencia de racionalidades no influye en la comprensión de tal actuar como perjudicial. Sin
embargo, el intérprete deberá tomar en cuenta la conciencia étnica del sujeto y el grado de
aislamiento de la cultura a la que pertenece, para determinar si es conveniente que el
indígena sea juzgado y sancionado de acuerdo con el sistema jurídico nacional, o si debe ser
devuelto a su comunidad para que sea juzgado por sus propias autoridades, de acuerdo con
sus normas y procedimientos.

"No es cierto, entonces, como lo afirma... que la actividad de las jurisdicciones indígenas
esté concidionada a que ´hayan ocurrido los hechos dentro de su ámbito territorial´. Como
se ve, las posibilidades de solución son múltiples y atendiendo a las condiciones particulares
de cada caso, las comunidades indígenas podrán también entrar a evaluar la conducta de
un indígena que entró en contacto con un miembro de otra comunidad por fuera del
territorio. En otras palabras, no sólo el lugar donde ocurrieron los hechos es relevante para
definir la competencia, si no que se deben tener en cuenta las culturas involucradas, el
grado de aislamiento o integración del sujeto frente a la cultura mayoritaria, la afectación
del individuo frente a la sanción, etc.. La función del juez consistirá entonces en armonizar
las diferentes circunstancias de manera que la solución sea razonable".

De acuerdo con estos parámetros, se tiene que el fuero indígena, entendido como
el derecho que los miembros de las comunidades aborígenes tienen a ser juzgados
por sus propias autoridades, dentro de su ámbito territorial, y de conformidad con
las normas y procedimientos establecidos por ellas (art.246 C.N.), no surge de la
sola circunstancia de ostentar el procesado la condición de indígena, como parece
entenderlo el memorialista. Además de este factor, debe analizarse el lugar de
ocurrencia de los hechos, en orden a determinar si se trata de un conflicto interno
o externo, y en este último caso, las condiciones personales del indígena, su grado
de culturización, conciencia étnica, distanciamiento del grupo, compenetración con
la sociedad dominante, entre otros, a efecto de establecer si estaba en condiciones
de comprender el carácter prohibitivo de su comportamiento.

La jurisdicción indígena procura preservar la diversidad étnica y cultural a partir


del respeto de las normas, valores, costumbres e instituciones pertenecientes a los
grupos indígenas dentro de su órbita territorial, siempre que no sean contrarios al
ordenamiento jurídico nacional, y de proteger a quienes siendo sus miembros, se
ven comprometidos en actos delictivos externos al grupo, debido a su particular
forma de entender el mundo, con miras a no procurar su desarraigo del seno de la
comunidad a que pertenecen, con todo lo que ello implica tanto para el colectivo
como para el sujeto.

2.- El derecho a la defensa técnica implica desde luego que el inculpado cuente
con asistencia profesional durante todo el proceso, y que sea continua y
permanente, pues no de otra manera puede garantizarse a plenitud el derecho de
contradicción, pero eso no significa que si en un determinado momento procesal
ha dejado de tenerla, la actuación así cumplida, o la subsiguiente, advengan por
ese solo motivo ineficaces. Habrá que determinar, en cada caso, si el derecho de
defensa resultó realmente comprometido por razón de la irregularidad, pues de no
haberlo sido, ninguna razón válida podría sustentar la anulación de lo actuado.

La Corte ha venido sosteniendo que cuando la informalidad es corregida


oportunamente, de suerte que el defensor pueda ejercer adecuadamente los actos
defensivos que pudieron haber sido realizados durante el tiempo que el procesado
careció de asistencia profesional, como acontece, por ejemplo, cuando la
irregularidad se presenta en la etapa del sumario, y el abogado designado para
corregirla tiene la oportunidad de pedir pruebas o de controvertir las allegadas en
las condiciones mencionadas, debe entenderse que el derecho no ha sido
conculcado, puesto que ningún sentido tendría invalidar el proceso para que la
defensa profesional vuelva a tener una oportunidad que ya le fue concedida, con la
que contó (Cfr. Cas. Mayo 27 de 1999, Mag. Pte. Dr. Calvete Rangel).

3.- El proceso penal, como todo proceso, se rige por un orden, una secuencia
progresiva o gradual, que abarca diferentes estancos o compartimientos, dentro de
los cuales deben ser realizados determinadas actuaciones o ejercerse
determinados derechos, siendo de carácter preclusivo. El funcionario judicial no
puede revertir el procedimiento o adelantarlo para acceder a peticiones
inoportunas de las partes, ni entremezclar dentro de un determinado estadio
procesal actuaciones ajenas al mismo, sin desconocer con ello el debido proceso.

Suspender, por tanto, la notificación de la resolución de acusación para acceder a


la solicitud de ampliación de indagatoria presentada por el procesado, como lo
sugiere el casacionista, resultaba abiertamente improcedente, si se da en
considerar que la investigación ya había sido clausurada, y que solo hasta la etapa
del juicio era posible practicar nuevas pruebas.

4.- La audiencia o diligencia de formulación y aceptación de cargos en la fase del


sumario, tiene por objeto formalizar la acusación, y cumplir, para todos los efectos
legales, los fines de la resolución acusatoria, como se desprende del contenido del
numeral 2º del artículo 37B del Código de Procedimiento Penal, modificado por los
artículos 5º de la ley 81 de 1993, y 12 de la ley 365 de 1997.

En el juicio, este trámite deja de tener sentido, por haber sido dictada ya la
resolución acusatoria, y no tener el procesado posibilidad de apartarse de los
cargos formulados en ella si pretende acogerse a los beneficios del instituto de la
sentencia anticipada. De allí que en estos eventos, baste la manifestación expresa
del procesado en el sentido de que acepta los cargos contenidos en la resolución
de acusación, para que resulte legítimo el proferimiento de la sentencia anticipada,
como aconteció en el caso sub judice (Cfr. Casación No.11162 de mayo 27 de
1999, Mag. Pte. Dr. Calvete Rangel).

5.- Sobre la posibilidad legal de poder deducir al procesado en la sentencia


circunstancias genéricas de agravación punitiva, no determinadas en la resolución
de acusación, la doctrina de la Corte ha venido sosteniendo que en tratándose de
circunstancias de naturaleza objetiva, es decir de aquellas cuya presencia se
constata del solo contenido fáctico de la conducta, su omisión no impide que sean
deducidas en la sentencia, en cuanto sus elementos configurantes emergen de los
hechos, o del contenido de la resolución de acusación.

Pero, en tratándose de circunstancias de carácter subjetivo, entendidas por tales


aquellas que se establecen mediante la elaboración de juicios de valor, deben ser
incluidas e identificadas de manera expresa en la resolución acusatoria, para que
puedan servir de sustento de un incremento punitivo en caso de condena (Cfr.
Sentencia Unica Instancia de julio 22 de 1998, Magistrado Ponente doctor Mejía
Escobar; Casación de mayo 11 de 1999, Magistrado Ponente Dr. Arboleda Ripoll,
entre otras).

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
• Fecha : 15/06/1999
• Decisión : Desestima la demanda, casa parcial y de oficio, fija pena
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Villavicencio
• Procesado : POLOCHE VERA, CESAR JULIO
• Delitos : Lesiones personales, Homicidio agravado
• Proceso : 12043
• Publicada : Si
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17/06/1999

NULIDAD/ PRINCIPIO DE INSTRUMENTALIDAD/ INFORME


POLICIVO
Uno de los principios que rigen la invocación y declaratoria de la nulidad es el de
instrumentalidad (art. 308.1 del C. de P.P.) , según el cual, las formas no son un fin
en si mismas, sino simples instrumentos, medios, para asegurar a los sujetos
procesales el respeto a sus derechos, en forma tal que si se cumple el objeto para
el cual estaba destinado el acto, es absolutamente innecesario e improcedente
decretar la nulidad.
Es necesario aclararle al recurrente que el señalamiento que se hizo a los
capturados como autores de los hurtos cometidos en el Barrio (…) de la capital de
la República, por parte de algunos testigos, es diligencia perfectamente válida,
autónomamente considerada, pues se trataba de personas que acababan de ser
aprehendidas, siendo necesario ponerlas a la vista de quienes fueron sus víctimas
o presenciaron los hechos, para que manifestaran si se trataba o no de los autores
y así evitar la sindicación de personas inocentes.

Como lo ha sostenido la Sala, no sería razonable exigir el cumplimiento de


formalismos que, en ese instante, eran de imposible observancia, lo que no
obstaba para que el señalamiento hecho fuera recogido a través del informe
policivo y del testimonio de las personas que lo efectuaron, fuera tenido como
medio de convicción y apreciado conforme a las reglas de la sana crítica. (Casación
N°10.106, septiembre 2/98. M. P. Dr. Jorge E. Córdoba Poveda).

Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
• Fecha : 17/06/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : NARANJO, JUAN CARLOS
• Procesado : TOVAR MIRANDA, YESID
• Delitos : Lesiones personales, Hurto calificado, Concierto para delinquir
• Proceso : 10718
• Publicada : Si
Salvamento Parcial de Voto Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE -
Salvamento Parcial de Voto Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO -
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NULIDAD/ RESOLUCION DE ACUSACION


Si bien los hechos materia de ambos procesos fueron encuadrados, en lo
concerniente a la vulneración contra la fe pública, en normas diferentes, no lo es
menos que corresponden a preceptos del mismo título y capítulo (Código Penal,
Libro II, Título VI, Capítulo III), además de ser producto del estudio razonado e
interpretación de distintos funcionarios y estar contenidas las últimas
imputaciones en la diligencia de formulación y aceptación de cargos en la etapa
instructiva, en la cual no se evidenciaban errores trascendentes que impidieran el
proferimiento subsiguiente de un fallo anticipado, situación diferente de lo ocurrido
con los primeros sucesos calificados mediante resolución acusatoria.

En tales condiciones, de conformidad con lo que ha analizado la Sala en anteriores


oportunidades, por ejemplo en sentencia de fecha 4 de febrero del año en curso,
radicación N° 10918, M. P. Jorge Aníbal Gómez Gallego, esa simple disparidad de
criterios no conlleva una declaratoria de nulidad:

"En efecto, si la nulidad es la sanción que establece la ley para el acto


jurídico que en su realización haya violado u omitido las formas
preordenadas por ella misma, en principio, no podrán decretarse nulidades
por razones de mérito (in iudicando), sino de regularidad en el procedimiento
(in procedendo). Se trata de irregularidades en los elementos esenciales de
composición de los actos del proceso, que por tener tal entidad desvirtúan
en el hecho procesal su aptitud para cumplir el fin a que estaban destinados.

En este orden de ideas, en lo que atañe a la nulidad de la resolución


acusatoria por falta al debido proceso, sólo la justifican los vicios que
impedirían proveer de fondo y dictar sentencia. Así entonces, si el fiscal
exhibe la motivación básica, fundada en una apreciación racional de las
pruebas que obran en el proceso y en una argumentación jurídica propia de
su facultad de interpretación, no puede ser motivo de nulidad, por el prurito
de que el juez razona más elevadamente o de manera diferente, el hecho de
que el calificador por antonomasia en ese momento haya descartado una
circunstancia de agravación, o reconocido la atenuante por ira o intenso
dolor, o admitido la complicidad como título de participación - en lugar de la
autoría que piensa el juez -, o determinado la culpa o la preterintención, en
vez del dolo, como componentes del aspecto subjetivo del tipo.

Estas discrepancias entre los funcionarios judiciales, en verdad, no


obstaculizan la decisión de fondo ... sería un desbordamiento de su poder
que acudiera a una especiosa nulidad por falta al debido proceso, con
el fin de imponer arbitrariamente la calificación que él concibe. Cosa distinta
ocurre si en la pieza acusatoria falta la motivación sobre el hecho
constitutivo del gravamen o la degradación, o la misma es ambigua o
contradictoria, o el funcionario imagina soportes empíricos o racionales que
no existen o que lógicamente no pueden inferirse dentro del proceso
(absurdo), pues en tal caso la sentencia no puede dictarse porque carecería
del apoyo acusatorio necesario para su congruencia."

Magistrado Ponente Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
• Fecha : 17/06/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : RODRIGUEZ VASQUEZ, GERMAN
• Delitos : Uso de documento público falso, Falsedad material de
particular en doc. púb., Tentativa de estafa
• Proceso : 10790
• Publicada : Si
Salvamento Parcial de Voto Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR -
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22/06/1999

TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO/ SENTENCIA


ANTICIPADA/ AUDIENCIA ESPECIAL
En cuanto a la observación del Procurador en el sentido de que la Fiscalía creyó
equivocadamente aplicar la figura de la audiencia especial, cuando la diligencia
que se llevó a cabo fue la de sentencia anticipada, es importante advertir que así
se haya solicitado la "audiencia especial", nada impide que el procesado termine
aceptando la totalidad de los cargos, pues si él considera que están correctamente
formulados puede tomar esa decisión. En el caso que nos ocupa el imputado
aceptó la responsabilidad en cuanto al delito de hurto calificado y agravado, y la
negó sobre el porte ilegal de armas, de ahí que se optara por romper la unidad
procesal para que ese punible se continuara investigando por separado, tal como
lo establece el numeral 3 del artículo 37 B, aplicable en los casos de los artículos
37 y 37 A del estatuto procesal.

El numeral 2º del artículo 37 B ibídem, dice textualmente: "Equivalencia a la


resolución de acusación. El acta que contiene los cargos aceptados por el
procesado en el caso del artículo 37 o el acta que contiene el acuerdo a que se
refiere el artículo 37 A, son equivalentes a la resolución de acusación".

Al decir que las actas son "equivalentes" está admitiendo que formalmente no
tienen que ser exactamente iguales a la resolución de acusación, y es obvio que
sea así, pues no es necesario que se realice evaluación de las pruebas, ni tampoco
contendrá respuesta a la alegaciones de las partes por sustracción de materia.

Pero lo que si indica esa expresión es que las actas tienen igual valor, eficacia,
aptitud, que la resolución de acusación, de modo que la sentencia debe ser dictada
en consonancia con los cargos allí atribuidos al acriminado, de lo contrario es
violatoria del debido proceso. Pero para que la congruencia pueda observarse, es
indispensable que tanto la imputación fáctica como la jurídica de lo acaecido
contengan todos los elementos necesarios para que no haya ninguna duda sobre
cuáles son los delitos, (conducta típica, antijurídica, y culpable), y las
circunstancias agravantes que el fiscal le atribuye al acusado; las atenuantes no
tienen problema porque el juez puede reconocerlas en la sentencia.

Teniendo en cuenta que el acta de formulación de cargos contra (...) fue redactada
exactamente en los mismos términos de la de (...), y por lo tanto adolece de las
mismas fallas, resulta necesario acudir al artículo 243 del Código de Procedimiento
Penal, que permite la aplicación extensiva de la decisión a los no recurrentes,
según el caso, pues de lo contrario la sentencia quedaría vigente respecto de él,
entrañando una ostensible contradicción.

Magistrado Ponente Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Sentencia Casación
• Fecha : 22/06/1999
• Decisión : Casa, decreta nulidad a partir del acta de formulación de
cargos
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Barranquilla
• Procesado : DEL CASTILLO CABRERA, DIEGO MARCEL
• Delitos : Hurto calificado y agravado
• Proceso : 10774
• Publicada : Si
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EXTRADICION
No sobra recordar que el artículo 1° del Acto Legislativo 01 de 1997, modificatorio
del artículo 35 de la Constitución Política, no afecta positiva ni negativamente la
situación de los extranjeros que se hallen en el territorio nacional porque ahora y
antes de su vigencia, la legislación ha permitido y facilitado su extradición, como
en providencia del 16 de abril de 1998 lo indicó la corporación:

"..… Consultadas la finalidad buscada por la reforma, como fue la de derogar


la prohibición de extraditar nacionales colombianos por nacimiento, la
evolución histórica de la institución y los antecedentes que precedieron al
Acto Legislativo, no cabe duda para la Sala que la excepción de no
retroactividad de la extradición del último inciso del artículo 35 de la
Constitución Política sólo hace referencia a ellos, pues como quedó visto, ese
fue el espíritu de sus redactores, sin que por nadie se hubiera propuesto ni
discutido que se restringiera la extradición de los extranjeros, salvo la
limitación ya existente con relación a los delitos políticos, en forma tal que
no pueden considerarse incluidas en la disposición personas a quienes no se
quiso involucrar y sobre cuya extradición sin restricciones, exceptuados los
delitos políticos, siempre ha habido acuerdo y, por lo mismo, permanencia
normativa." (M. P. doctor JORGE CORDOBA POVEDA, rad. 14038).

De tal manera, los extranjeros no están cobijados por el último inciso del artículo
35 de la Carta Política y nunca ha existido en la legislación colombiana el ánimo de
restringir en el tiempo su extradición.
Magistrado Ponente Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Extradición
• Fecha : 22/06/1999
• Decisión : Conceptúa favorablemente
• Procedencia : Gobierno
• Ciudad : Italia
• Procesado : PASQUALE, DI CESARE
• Proceso : 13865
• Publicada : Si
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NULIDAD-Omisión de pruebas
En todas las ocasiones que esta Corporación ha tenido oportunidad de referirse a
la omisión probatoria como eje central de pretendidas nulidades, ha dejado claro
que no basta simplemente comprobar la inexistencia del medio probatorio al
interior del proceso adelantado sino que, junto a ello y en procura de la
consolidación de la garantía fundamental del debido proceso consagrada
constitucionalmente, es preciso que se vea claro cómo por su ausencia el juzgador
construyó una sentencia distante de la verdad buscada procesalmente y no
encontrada, por lo que consecuencialmente resulta gravemente afectado el sujeto
procesal. Es decir, el rompimiento de una realidad procesal por medio de la
comprobada existencia de una irregularidad sustancial -omisión probatoria- que
obstaculiza al juzgador entrar en posesión de la verdad histórica, de contera
favorable al sujeto procesal.

De esta manera, dos son los presupuestos que confluyen en la adecuada


formulación y desarrollo del cargo promovido con fundamento en la omisión
probatoria: el primero, que éste se encauce por la vía de la causal tercera, fuente
propiciadora del restablecimiento del derecho afectado, y la segunda, que el
censor dentro de los marcos de la razón, la coherencia, y la sindéresis demuestre
cómo sin lugar a dudas de haberse contado con el extrañado medio probatorio otro
hubiese sido el sentido del fallo impugnado.

Es este último aspecto el atinente a la trascendencia, que por definición descarta


cualquier posibilidad de plantear tesis conjeturales, opinativas o puramente
especulativas, en la medida en que si bien es cierto que no en todas las
investigaciones aparecen incorporados tantos medios probatorios como para llegar
a firmar que no quedó uno solo por practicar, también lo es que la certeza por cuyo
conducto el juzgador predica la responsabilidad penal no depende de la cantidad
de unidades de información ordenadas y practicadas sino de la entidad
demostrativa, de la capacidad suasoria de aquéllas con que cuenta el plexo
probatorio, que en caso de ser suficientes para el logro de los fines del proceso,
deviene inane cualquier hipótesis contraria pretextada bajo el auspicio de la
omisión probatoria.

El instructor no puede ser obligado a lo imposible, como lo estaría cuando después


de decretada una prueba su evacuación se ve entorpecida por circunstancias que
no alcanza a conjurar en su diligente oficio, y esta razonable omisión deja
indemnes las garantías de los sujetos procesales siempre que se cuente con otras
probanzas con las cuales se satisfaga el objeto de la investigación señalado en el
artículo 334 del C.P.P.

Magistrado Ponente Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
• Fecha : 22/06/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : ALVAREZ LEDESMA, MARIA ISABEL
• Delitos : Hurto calificado y agravado, Porte de armas de defensa
personal, Homicidio, Tentativa de hurto calificado y
agravado
• Proceso : 10689
• Publicada : Si
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INCONGRUENCIA DE LA SENTENCIA/ CIRCUNSTANCIAS DE


AGRAVACION PUNITIVA
La incongruencia entre la sentencia y la resolución de acusación, que es el reparo
presentado, se demuestra confrontando las dos piezas procesales con el fin de
establecer si el juez omitió resolver alguno de los cargos, o adicionó la imputación
haciendo más gravosa la situación del implicado.

Aunque lo ideal es que en la parte motiva del llamamiento a juicio se indiquen las
normas en las que están tipificadas las circunstancias agravantes que se imputan,
el hecho de no hacerlo no significa que no hayan sido deducidas, pues ello
depende de los términos en que se hubiere concretado la acusación. O lo que es lo
mismo, no es el señalamiento del artículo lo que permite que la agravante pueda
imponerse en el fallo, ya que ella puede ser atribuida precisando todas sus
características, de modo que quede claro para el acusado y no sea sorprendido por
la sentencia.

En el caso de circunstancias objetivas como el valor, el lugar, el peso, la edad, etc.,


la situación es más sencilla, pues basta que queden comprendidas dentro de las
circunstancias que especifican los hechos que se imputan para que puedan
aplicarse en la sentencia, y en ese caso no tiene cabida la alegación de que no se
sabía que ese aspecto formaba parte del cargo.

Magistrado Ponente Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Sentencia Casación
• Fecha : 22/06/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : AGUDELO PAREJA, JOSE LUIS
• Delitos : Violación a la Ley 30/86
• Proceso : 11611
• Publicada : Si
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VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY/ IN DUBIO PRO REO
No basta en casación invocar la aplicación del principio universal del in dubio pro
reo, sino que es menester demostrar que en el fallo repudiado el juzgador hizo
manifestaciones formales de franca duda y, a pesar de ello, optó por la sentencia
condenatoria; o que, por probados errores de hecho y/o de derecho, el
sentenciador hizo inferencias de certeza donde no era posible superar la
hesitación. En uno y otro caso, además, es preciso invocar la dirección
impugnativa pertinente, pues para el primero correspondería la violación directa
de la ley sustancial, por falta de aplicación del artículo 445 del Código de
Procedimiento Penal; mientras que en el segundo procedería el reparo de violación
indirecta.

Magistrado Ponente Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
• Fecha : 22/06/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : CASTRILLON HERNANDEZ, YAMIL
• Procesado : HERNANDEZ VARGAS, VICTOR RAUL
• Procesado : BECERRA CHANCI, VICTOR LEON
• Delitos : Secuestro extorsivo
• Proceso : 12659
• Publicada : Si
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NARCOTRAFICO/ COMPETENCIA
Ya en anterior oportunidad la Sala mediante providencia del 24 de junio de 1994,
con ponencia del Magistrado Dr. Dídimo Páez Velandia, se pronunció sobre los
factores de competencia que inquietan al Señor Procurador Delegado. En esa
ocasión el Tribunal Superior de Cartagena le propuso colisión negativa de
competencia al Tribunal Nacional por considerar que el artículo 9o. de la Ley 81 de
1993 le atribuye a los jueces regionales el conocimiento de los delitos derivados
del cultivo, producción, procesamiento, conservación o venta de amapola o su
látex o de la heroína, sin consideración de la cantidad de sustancia.

Por su parte el Tribunal Nacional no aceptó la competencia con el argumento que a


la justicia regional únicamente le compete conocer de los comportamiento antes
señalados y no de otras conductas relacionadas con esa clase de sustancias, como
el porte, transporte, financiación o suministro, de las que deben conocer los jueces
de circuito.

La Corte, previo examen del contenido de la norma, advirtió que para asignar la
competencia a los jueces regionales el legislador tuvo en cuenta: en el numeral 1o.
la naturaleza y cantidad de sustancia; en el 2o., además de los anteriores, la índole
de la conducta sancionada (que se trate de laboratorio, almacene, transporte,
venda o use); en el tercero, refiriéndose a la Ley 30, la actividad comportamental
(artículo 35), la calidad del agente (artículo 39), los elementos empleados (articulo
43), la pluralidad de conductas y de agentes (artículo 44) y "la naturaleza de la
sustancia (amapola o su látex o heroína)".

De ahí, se dijo, que si al fijar esa competencia la ley alude a "de los que se deriven
del cultivo, producción, procesamiento, conservación o venta de la amapola o su
látex o de la heroína", es para condicionar el conocimiento a factores relacionados
con esa sustancia, toda vez que la expresión "derivar" significa originarse una cosa
de otra, sacar una cosa de otra, conducir, llevar una cosa y, en ese caso, "nunca
podrá pensarse en el porte, si previamente a él no ha habido un cultivo,
producción o procesamiento, ya que no habría ninguna razón lógica, jurídica,
política o filosófica para que el legislador hubiera dejado fuera de la competencia
de la justicia regional conductas parejas a aquellas, con relación a la amapola, su
látex o la heroína, como transportar, suministrar, pues ni en una ni otra ha hecho
distingo de cantidad para su diferenciación".

Se recordó en dicha ocasión que el tratamiento especial de las conductas


relacionadas con la heroína, prescindiendo de la cantidad, se debe a los mayores
estragos que causa en la sociedad debido a su alto grado de toxicidad, por lo que
el criterio mayoritario del Tribunal Nacional parece obedecer a:

"la confusión que tiene sobre la técnica jurídica que emplea el legislador
cuando se encuentra en la labor de elevar a delito determinada conducta, a
cuando de fijar competencias se trata. En la primera y en desarrollo del
principio nullum crimen, nulla poena sine lege, debe dejar plasmado en
forma abstracta, pero con todas sus circunstancias, el comportamiento
humano al que le da el carácter de criminoso; en la segunda, en cambio,
decide qué funcionario quedará a cargo del juzgamiento de la infracción en
su género, como cuando determina la competencia en el Juez del Circuito
para conocer del punible de homicidio sin individualizar su especie, pero de
igual modo, atendiendo a las circunstancias modales, a la condición de la
víctima, etc., puede hacer que ese ilícito sea juzgado por un funcionario
judicial especial, como cuando dispone en el artículo 9 5 de la Ley 81 de
1993 que el homicidio agravado por el numeral 8o. del artículo 324 del C. P.
sea del conocimiento del juez Regional, sin que deba entrar a precisar la
noción de homicidio".

Así pues, concluye la Corte asignándole la competencia a la justicia regional, dado


que razones científicas y de política criminal llevaron al legislador a atribuirle el
conocimiento de los delitos relacionados con la heroína, en ese caso.

Magistrado Ponente Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
• Fecha : 22/06/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Recurrente : PEÑA DE OSORIO, MARIA ENCARNACIÓN
• Delitos : Violación a la Ley 30/86
• Proceso : 10411
• Publicada : Si
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REO AUSENTE/ CAPTURA/ INDAGATORIA


Habiendo optado por la renuencia, el declarado ausente, una vez se presente ante
la autoridad judicial o sea capturado, asume el proceso en el estado en que se
encuentre, sin que pueda retrotraerse la actuación para brindarle de nuevo
oportunidades que fueron atendidas con su defensor oficioso. Aunque la
indagatoria, en principio, es allegable en cualquier momento, su recepción no
puede resquebrajar el desarrollo armónico del proceso, ni socavar sus estructuras.

No obstante que el artículo 352 del Código de Procedimiento Penal no señala una
ocasión específica para su acopio, existen otros preceptos que establecen unas
directrices, como la recepción inmediata si la persona se presenta ante el fiscal con
ese fin y no existe orden de captura en su contra (art. 381), o a la mayor brevedad
posible dentro de los tres días siguientes a aquél en que haya sido puesta a
disposición del fiscal (art. 386), preceptos que deben concatenarse con aquél que
consagra plazos para definirle la situación jurídica, según que se le haya declarado
ausente, esté en libertad o capturada (art. 387), pues el proceso como un todo
armónico y garantizador brinda las oportunidades de defensa de las imputaciones
que se le hacen, para que posteriormente el Estado emita el pronunciamiento
respectivo.

Cuando el acusado no es ubicado para escucharle en indagatoria, se le emplaza,


declara ausente y le es designado un defensor de oficio. De esa manera queda
vinculado legalmente al proceso, el cual no ha de paralizarse en espera de la
concurrencia de alguien que no acude a ejercer su defensa material.

Así como la instrucción o el juicio no han de suspenderse, tampoco es posible


retrotraer la actuación para retornar a etapas ya superadas, ni otorgar nuevas
oportunidades al sindicado contumaz, quien precisamente las dejó vencer. Lo
contrario iría en contra del postulado de la preclusión de los pasos procesales y
fomentaría desigualdad entre las partes, en oposición a lo previsto en el artículo 20
del Código de Procedimiento Penal y en el artículo 13 de la Constitución Política.

La captura de un procesado en tales condiciones, no significa cambio en su actitud,


ni que a pesar de estar ya vinculado al proceso deba inmediatamente recibírsele
indagatoria, cuya recepción pudo ser solicitada por él, con lo cual demostraría un
cambio de postura, y sería viable dependiendo de la fase en que esté el proceso,
ya que puede suceder que sea impracticable por la específica situación
procedimental, o que se haya agotado la instancia, o esté en trámite un recurso
vertical. Además, la aprehensión no obedece a la necesidad de oírlo, sino a otras
razones, como hacer efectiva la detención o la condena.

Magistrado Ponente Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
• Fecha : 22/06/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : RODRIGUEZ OREJUELA, JORGE ELIECER
• Delitos : Falsedad en documento público, Conservación ilegal de
armas de uso privativo
• Proceso : 12435
• Publicada : Si
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PENA-Dosificación
Para efectos de graduar la pena que corresponda al infractor por el delito
cometido, deben relacionarse necesariamente los artículos 61 y 67 del Código
Penal, pues las circunstancias de agravación y atenuación son apenas uno de los
varios criterios establecidos en la ley para la dosificación. Al lado de ellos se
encuentran otros factores, como son la gravedad y modalidades del hecho punible,
el grado de culpabilidad, y la personalidad del agente, y tratándose de tentativa la
aproximación al momento consumativo.

El artículo 67 que determina la aplicación de mínimos y máximos, enseña que solo


podrá imponerse el máximo de la pena cuando concurran únicamente
circunstancias de agravación punitiva, y el mínimo cuando concurran
exclusivamente circunstancias de atenuación, "sin perjuicio de lo dispuesto en el
artículo 61".
La claridad de estos preceptos permite concluir que la fijación del mínimo de la
pena opera cuando solamente concurran circunstancias de atenuación punitiva
(artículo 64), siempre que no se presenten otros factores de los que enuncia el
artículo 61 como determinantes de incremento punitivo.

Magistrado Ponente Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Sentencia Casación
• Fecha : 22/06/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : PARRA BRITTO, JULIAN
• Delitos : Violación a la Ley 30/86
• Proceso : 10870
• Publicada : Si
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VIOLACION DIRECTA DE LA LEY/ APLICACION INDEBIDA DE


LA LEY/ INTERPRETACION ERRONEA DE LA LEY
De tiempo atrás la Corte de manera pacífica ha venido reiterando que la causal
primera de casación en su modalidad de violación directa de la ley sustancial, en
cualquiera de sus formas -falta de aplicación, aplicación indebida o errónea
interpretación- constituye un debate de puro derecho frente al que el casacionista
está en la imperiosa obligación de demostrar la transgresión de una norma, que
por ende reclama el restablecimiento de la legalidad del fallo.

Este presupuesto explica por qué, tratándose de la mencionada modalidad de


ataque, los censores no pueden ni deben enrutar sus apreciaciones en el contexto
del reproche probatorio sino prestar anuencia a la forma como fueron considerados
los hechos y valoradas las pruebas por el fallador, de quien tan sólo se censura su
labor sobre las normas del derecho positivo.

Magistrado Ponente Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
• Fecha : 22/06/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : GOMEZ TELLEZ, EDWIN ALFREDO
• Procesado : NIVIA PINTO, WILLIAM OLIVERIO
• Delitos : Tentativa de hurto calificado y agravado, Tentativa de
homicidio agravado
• Proceso : 10938
• Publicada : Si
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SENTENCIA-Legalidad
El tema central de la casación, que se circunscribe al estudio de la legalidad de la
sentencia, pone en evidencia lo inane que resulta el escrito con el que a manera
de demanda pretende su autor oponer las propias consideraciones personales en
contra de las más autorizadas vertidas por el juez; de ahí que en sistemas
procesales como el nuestro, la presunción de acierto y legalidad de las sentencias
no sufra mella cuando es atacada con la simple pretensión de desconocer la libre
apreciación de las pruebas con que cuenta el dispensador de justicia para arribar a
la decisión con que formalmente termina el proceso penal.

Magistrado Ponente Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
• Fecha : 22/06/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : GOMEZ, JHON ALEJANDRO
• Procesado : MORENO, NELSON ARTURO
• Delitos : Acceso carnal violento
• Proceso : 11208
• Publicada : Si
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29/06/1999

RECURSO DE HECHO
El artículo 207 del Código de Procedimiento Penal consagra el recurso de hecho,
para cuando el funcionario judicial deniega la apelación formulada contra una
providencia de primera instancia (art. 202 ibídem), para lo cual el recurrente
deberá interponerlo dentro del término de ejecutoria del auto mediante el cual se
haya denegado. También establece aquel precepto que "El mismo recurso procede
contra la providencia que deniegue la casación".

A su vez el artículo 208 de dicho estatuto procedimental dispone que, negado el


recurso de apelación o el de casación, el interesado solicitará copia de la
providencia impugnada y de las demás piezas pertinentes, las cuales se
compulsarán y enviarán inmediatamente al superior, lo que en efecto fue cumplido
en este caso.

Además, constituye obligación ineludible del impugnante sustentar el recurso con


la expresión de sus fundamentos, dentro de los tres días siguientes al recibo de las
copias, so pena de ser desechada la impugnación (art. 209 ib.).

Magistrado Ponente Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Recurso de Hecho
• Fecha : 29/06/1999
• Decisión : Desecha el recurso de hecho
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Bucaramanga
• Procesado : LEAL DIAZ, RUTH
• Proceso : 15275
• Publicada : Si
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ESTAFA-Como fraude colectivo/ DELITO MASA


El artículo 356 del C.P. no excluye de su tipicidad la eventualidad de que el sujeto
activo del delito realice múltiples y repetitivos actos para la obtención de un solo
propósito defraudador que se mantiene y materializa en el tiempo con
fraccionados logros, lo que se infiere de la modalidad conductual descrita en la
norma como "manteniendo a otro en error", pues es una manera efectiva de
proseguir con lo que está haciendo, dado que con tales actos a la postre obtiene
no despertar alarma en su víctima, que entonces permanece a su merced para su
oscuro propósito por el tiempo que él así lo quiera.

La interpretación de la norma tipificadora del delito de estafa no puede dejar de


lado el dilatado alcance que subyace en su contenido, que consulta razones de
política criminal tendientes al justo tratamiento de la problemática penal
enfrentada a la realidad social y delictiva, que en numerosos casos se manifiesta
con la sutileza y audacia de iguales o similares características a las que conforman
el caso en examen. Por esta misma razón la jurisprudencia de la Corte ha venido
ampliando su criterio hermenéutico en relación con el tipo penal del delito de
estafa cuando el mismo sujeto activo lo comete contra múltiples ofendidos en lo
que ha venido conociéndose doctrinariamente como fraude colectivo o delito masa
(Sents. 27 de septiembre 95 M.P.Dr.Páez Velandia y 3 de diciembre 96 M.P. Dr.
Gálvez Argote).

Cuando el sujeto activo del delito realiza a lo largo del tiempo y en detrimento
patrimonial de la misma persona plurales actos artificiosos o engañosos
reveladores de una voluntad orientada a ese ilícito propósito que se revela
asumido como finalidad absoluta, incurre en una sola acción delictiva de estafa
cometida mediante múltiples actos artificiosos o engañosos de ejecución, con los
que mantiene el error de la víctima.

El engaño es único y también único es el dolo en estos casos, porque la


materialización de cada acto no disgrega el todo de la acción, en cuanto lo único
que cada uno revela es que el sujeto prosigue en su empeño principal y único.

Magistrado Ponente Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Sentencia Casación
• Fecha : 29/06/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Procesado : ROJAS CRUZ, CARLOS ADOLFO
• Delitos : Estafa, Falsedad en documento privado
• Proceso : 12591
• Publicada : Si
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HOMICIDIO CULPOSO/ INDICIO
1.- Es que una mínima consideración de prudencia conduce a entender que los
límites de velocidad, como máximos permitidos por la ley, no son autorizaciones
que permitan ignorar criterios o factores que deben valorarse para definir la
velocidad a que se marcha: La nocturnidad, la iluminación de la vía, su amplitud o
estrechez, la proximidad de automotores que circulen en sentido contrario, la
existencia de zonas pobladas o de vías adyacentes, son todos elementos que los
artículos 109 y 138 del mismo Código de Tránsito,* y un razonable buen juicio,
alertan como exigencias para la reducción de la velocidad. Y, por tanto, su
ignorancia, revela falta de cuidado en la actividad de conducir.

Ni los reglamentos, ni las señalizaciones del tráfico, son siempre suficientes como
para predicarse agotados en ellos la medida del deber de cuidado. Esta clase de
actividad está enfrentado de manera constante múltiples circunstancias peligrosas
para los bienes jurídicos, que deben poderse sortear. Precisamente por ello es
riesgosa y exige desarrollar ciertas habilidades y un actuar que considere, como
regla indeclinable, que nada que incremente dicho riesgo es jurídicamente
permitido.

2.- Cuando se está ante los denominados indicios de las huellas materiales del
delito debe considerarse que cada vestigio, es decir, cada uno de los efectos
producidos por el hecho que se averigua, constituye un hecho indicador de la
inferencia. Por tanto no contraría la regla de la indivisibilidad la multiplicidad de
huellas sobre diversos objetos (las personas y el automotor) como sí la infringiría,
en cambio, dividir como indicios separados cada una de las huellas dejadas en el
mismo objeto. Bien señala Ellero que bajo cierto aspecto, los indicios, son efectos
de los cuales pueden inferirse las causas, y por ello "el conjunto de los efectos,
considerado entonces como uno, determina la unidad de la causa o bien la
especialidad del indicio"**. Sólo que no es la cantidad lo que les otorga su fuerza
probatoria, sino su mayor o menor capacidad de señalar como causa probable el
hecho inferido porque es de su clase y su relación con el hecho de donde surge su
capacidad para producir certeza. Eso, precisamente, es lo que explica la regla del
artículo 303 del Código de Procedimiento Penal para que sean apreciados en
conjunto, y que corresponda a una máxima lógica incorporada a la legislación.
_______________________
*.-Art.109 -Toda persona que tome parte en el tránsito como conductor o como peatón, deberá
comportarse en forma que no incomode, perjudique o afecte a las demás y deberá conocer y cumplir las
normas de tránsito que le sean aplicables, así como obedecer las indicaciones que le den las autoridades
de tránsito. Además observará las señales de tránsito que determine el Instituto Nacional de Transporte y
Tránsito.
Art. 138.-Los conductores deberán disminuir la velocidad en los siguientes casos:
En los lugares de concentración de personas.2.- Cuando se reduzcan las condiciones de visibilidad. 3.-
Cuando transiten cerca de las aceras. 4.- Cuando se corra el riesgo de salpicar a peatones o
edificaciones.5.- Cuando las señales de tránsito así lo ordenen. Parágrafo. En los casos anteriores, la
velocidad máxima permitida será de treinta 30 kilómetros por hora.
**.- PIETRO ELLERO, Tratado de la Prueba en materia criminal. Pag. 106.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
• Fecha : 29/06/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cundinamarca
• Procesado : MARTINEZ SANCHEZ, JORGE FEDERICO
• Delitos : Homicidio culposo
• Proceso : 11187
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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CASACION/ IMPEDIMENTO-Haber dictado providencia
La casación es un recurso extraordinario que implica un juicio de legalidad a la
sentencia como decisión de mérito (errores in iudicando), y como acto culminante
de un proceso excento de vicios (errores in procedendo). En la primera hipótesis, la
actividad de la Corte como Tribunal de Casación se circunscribe al examen de la
declaración del derecho material que el fallo contiene, mientras que en la segunda
su actividad comprende el examen de la legalidad de la actuación procesal
cumplida en las instancias, y desde luego un juicio sobre su legitimidad, en cuanto
presupuestos para la adopción de la sentencia.

En un sistema procesal de configuración piramidal como el nuestro, donde las


instancias se suceden en orden jerárquico, y los recursos, incluido el extraordinario
de casación, se resuelven por el superior, la situación que viene de ser comentada
resulta atípica, con clara dislocación del sistema, en cuanto implica el
trastocamiento del orden establecido, y el desconocimiento del principio universal
según el cual ningún juez puede serlo de sí mismo.

La revisión de las propias actuaciones solo es posible cuando se trata del ejercicio
de mecanismos en la propia instancia, que no implican la intervención de una
distinta, como cuando una determinada decisión o actuación debe ser examinada
en virtud del recurso de reposición, de solicitud de revocatoria, o de petición de
nulidad. Pero en tratándose del examen previsto con la intervención de una
instancia distinta, o del juicio de legalidad a través de la casación, donde la Corte
se erige en Juez de Jueces, y cuyo objeto, como se dejó visto, lo constituye la
actuación instancial, no resulta posible que esto acontezca, porque contraría la
razón de ser del esquema de examen funcional jerárquico, que busca asegurar que
sea un funcionario distinto y de investidura superior, el que revise la actuación
precedente.

Cuando debido a deficiencias o extravíos este orden se quebranta, estableciéndose


que un mismo funcionario deba acometer en sede de segunda instancia o de
casación el examen de sus actuaciones cumplidas en instancias inferiores, o de
otra índole, el sistema hace crisis, pues la realización material de los fines
buscados a través suyo no tendría ocurrencia, tornándose consecuencialmente
inoperante.

Esto impone la aplicación de mecanismos de carácter excepcional que posibiliten


la recomposición del sistema, permitiendo que opere de manera genuina e
imparcial, como los impedimentos, instituto a través del cual el funcionario debe
separarse del conocimiento del proceso para que sea otro, de la misma categoría,
el encargado de resolver el asunto, manteniéndose de esta manera la incolumidad
del régimen instancial.

A diferencia de lo que ocurre en materia de revisión, donde la ley estableció un


impedimento especial para obviar situaciones de este tipo y procurar que el
examen del proceso por el superior sea real (art.236), en casación no existe norma
que imponga a los Magistrados que hayan conocido de la actuación en estadios
precedentes, separarse de su conocimiento, lo cual resulta explicable si se toma en
cuenta que el recurso de casación no procede contra las sentencias proferidas por
la Corte como juez de instancia, y por tal motivo resultaba difícil prever, y por ello
darle regulación normativa, que la Sala pudiera verse abocada a revisar en sede
extraordinaria la legalidad de sus actuaciones como juez de instrucción o
juzgamiento.

Hoy día, debido a la adscripción de competencias a la Corte como Juez en única


instancia de procesos contra altos funcionarios del Estado, resulta frecuente que
esto suceda, puesto que en virtud de la cláusula contenida en el parágrafo del
artículo 235 de la Constitución Nacional, la cesación en el ejercicio del cargo
determina la pérdida de fuero cuando la conducta punible no tiene relación con las
funciones desempeñadas, y por tanto del conocimiento del asunto por parte de la
Sala, debiendo el proceso ser sometido a las reglas generales de competencia,
dentro de cuyo trámite puede llegar a interponerse el recurso de casación, del
cual inexorablemente ha de conocer la Corte.

De allí que deba acudirse a las causales de impedimento generales consagradas


en el procedimiento, en orden a resolver la cuestión planteada, y asegurar que el
examen que se pretende del proceso por la vía del recurso extraordinario, se
realice por jueces que no participaron en la producción de la actuación combatida.

El artículo 103 del Código de Procedimiento Penal, modificado por el 15 de la ley


81 de 1993, establece en su numeral 6º como causal de impedimento, que el
funcionario haya dictado la providencia de cuya revisión se trata, o hubiere
participado con carácter vinculante en el proceso objeto de estudio.

Al precisar el alcance de estos dos motivos de inhibición, la Corte ha sostenido que


el primero busca evitar que quien ha proferido una decisión pueda llegar a
revisarla en segunda instancia o casación, mientras el segundo, mucho más
amplio, procura impedir que quien ha actuado con efectos vinculantes en la
instrucción o el juzgamiento, aspecto que precisamente motiva la inconformidad
del impugnante, pueda después participar en la revisión del proceso en una
instancia superior, en reafirmación, respecto de los dos supuestos, del principio
que el Juez no puede serlo de su propia actuación.

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación -Impedimento-


• Fecha : 29/06/1999
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : HOLGUIN, ARMANDO
• Delitos : Enriquecimiento ilícito de particular
• Proceso : 15224
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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CASACION DISCRECIONAL-Legitimidad para interponer el


recurso
1.- El recurso de casación discrecional, ha sido dicho, requiere para su concesión el
cumplimiento de precisas exigencias, las cuales deben ser satisfechas por el
impugnante a riesgo de que resulte inadmitido. Tales presupuestos, ampliamente
desarrollados por la jurisprudencia, son:

1.1.- Que se dirija contra un fallo de segunda instancia, siempre y cuando respecto
del mismo no proceda la casación común, sea por razón del órgano que lo profiere,
o por el máximo de pena privativa de la libertad establecido en la ley para el delito
por el cual se dictó.

1.2.- Que exista legitimación para recurrir, esto es que su interposición provenga
del Procurador, su Delegado, o el defensor, quienes podrán actuar de manera
conjunta, separada o exclusiva, pero siempre en beneficio de los intereses que
como sujetos procesales representan.

1.3.- Que la impugnación -y su fundamentación-, se presente dentro del término de


ejecutoria, es decir en los quince (15) días siguientes a su última notificación.

1.4.- Que el impugnante exponga claramente, las razones que tiene para acudir
ante la Corte, para que ésta pueda examinar la viabilidad de su pedido, pues el
pronunciamiento que en ejercicio de su discrecionalidad le compete, ha de estar
apoyado en los fines establecidos para el recurso, esto es para "el desarrollo de la
jurisprudencia o la garantía de los derechos fundamentales", únicos motivos por
los cuales puede ser admitido.
2.- También ha precisado la Sala, que cuando el motivo de impugnación se funde
en la violación de un derecho fundamental, es imprescindible su nítida
identificación como garantía constitucional, así como el señalamiento de su
concreta violación en el respectivo proceso (cfr. Auto mayo 7/96 M. P. Dr.
ARBOLEDA RIPOLL).

Cuando se aduce la violación al debido proceso, a propósito de la casación


discrecional, es de entenderse que se debe alegar la existencia de una
irregularidad sustancial que afecta su estructura, como podría ser, por vía de
ejemplo, la falta de apertura de investigación, la no vinculación del procesado por
los mecanismos establecidos para ello, no haber sido definida su situación jurídica,
la omisión en proferir la providencia que decreta el cierre de la investigación,
desconocer que el sistema se integra por dos ciclos claramente definidos: uno de
investigación y otro de juzgamiento; pasar por alto que dentro del juicio han de
surtirse dos etapas: una probatoria y otra de debate oral; o, en general y para
cualquier tipo de proceso, de formulación de cargos y sentencia, o pretermitir la
tramitación de la segunda instancia, si la naturaleza del proceso la admite; o la
transgresión manifiesta de los principios de legalidad o culpabilidad.

Magistrado Ponente Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Casación Discrecional
• Fecha : 29/06/1999
• Decisión : Rechaza el recurso extraordinario de casación discrecional
• Procedencia : Juzgado 3 Penal del Circuito
• Ciudad : Pereira
• Procesado : LONDOÑO ARIAS, HERNAN
• Delitos : Inasistencia alimentaria
• Proceso : 15333
• Publicada : Si
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LIBERTAD CONDICIONAL
Presupuesto del subrogado de la libertad condicional es que el juez realice una
evaluación acerca de la necesidad o no de proseguir el tratamiento penitenciario,
de acuerdo con las pautas señaladas por el mencionado artículo 72, dentro de las
cuales se encuentra un análisis favorable de readaptación social fundado en la
personalidad, la conducta en el establecimiento carcelario y los antecedentes de
todo orden.

Tales presupuestos deben servir de norte para verificar la tan anhelada


"readaptación social", por lo que el incumplimiento de uno de ellos o su no
satisfacción desvirtúa de plano la viabilidad para la concesión del subrogado.

En estas condiciones, pueden catalogarse los presupuestos señalados en la citada


norma, como de orden comportamental previo y concomitante a la privación de la
libertad. Con relación al primero dentro del que se incluye la personalidad, es
necesario valorar las manifestaciones que reflejan las motivaciones internas
delimitadoras de la misma.

Magistrado Ponente Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Casación -Libertad-
• Fecha : 29/06/1999
• Decisión : Niega libertad provisional
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : PERALTA NOVOA, LUIS HERNANDO
• Delitos : Hurto calificado y agravado
• Proceso : 15245
• Publicada : Si
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30/06/1999

REBELION/ CASACION-Procedencia, decisiones


interlocutorias/ SENTENCIA
El hecho de que en el mismo proveído formalmente entendido se haya decidido el
objeto final de la acción penal profiriéndose el fallo respectivo respecto de los
acusados y, asimismo, declarado la nulidad de lo actuado en relación con el delito
de rebelión, al igual que con los de secuestro extorsivo agravado y concierto para
secuestrar, esto no está significando que analizado el acto desde el punto de vista
del contenido su naturaleza permanezca igual para las dos clases de decisiones
tomadas, pues la que declara la invalidez en ningún momento puede equipararse
a un fallo, sólo se trata de una decisión motivada de carácter interlocutorio que si
bien resuelve un aspecto sustancial del proceso como es su propia legalidad, lo
cual precisamente le da esta naturaleza, no del pronunciamiento por medio del
cual, el juez competente, una vez agotado el procedimiento previamente
establecido por la ley, decide finalmente la acción penal con efectos de cosa
juzgada, formal mientras de surten los recursos a que hubiere lugar y material, una
vez decididos.

En este caso, entonces, al haber incluido el Tribunal las dos clases de decisiones en
el mismo acto, es claro que la declaratoria de nulidad respecto al delito de rebelión
no forma parte de la sentencia y por ende, no podía ser recurrida en casación, toda
vez que este recurso extraordinario por disposición del artículo 218 del Código de
Procedimiento Penal, únicamente procede contra las sentencias de segunda
instancia dictadas por el Tribunal Nacional, los Tribunales Superiores de Distrito
Judicial y el Tribunal Penal Militar, o en el caso de la casación excepcional contra la
sentencias proferidas en segunda instancia por los Juzgados Penales del Circuito,
no contra las decisiones de simple naturaleza interlocutoria como la reseñada,
como tampoco contra las Resoluciones acusatorias, como igualmente lo trata de
enfocar el demandante, pues por más que en ella se formulen los cargos base de
la sentencia en ningún momento puede equipararse, ya que precisamente el
hecho de corresponder a su acto antecedente sustentado en diversas exigencias
formales y probatorias, menores desde luego, necesariamente excluye tan
inusitada posibilidad.

Magistrado Ponente Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
• Fecha : 30/06/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Recurrente : RIVERA MENESES, CARLOS ANDRES
• No Recurrente : RIVERA MENESES, RUPERTO
• No Recurrente : CALDERON CLAROS, NIDIA
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Porte de armas de uso
privativo de las F.M., Rebelión, Secuestro extorsivo
• Proceso : 12663
• Publicada : Si
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01/07/1999

FAVORABILIDAD/ LIBERTAD PROVISIONAL


En punto a la favorabilidad, en pretérita oportunidad la Sala señaló que por la
inaplicación de la Ley 415 de 1997 en aquellos supuestos de hecho que ella
misma excluye "no puede hablarse de infracción a la favorabilidad, como advierte
a priori el procesado, en cuanto principio rector del Código Penal colombiano, pues
no se trata de un conflicto de leyes sino de la simple aplicación de la que crea el
beneficio en concreto al que se pretende acceder, que no sólo genera el Instituto
benéfico, sino que establece las condiciones específicas para su utilización, una de
las cuales es señalar de forma enunciativa cuales son los tipos penales que se
excluyen de su aplicación.*

"Explícase además la situación en que "el legislador colombiano ha venido


introduciendo variantes en la manera de concebir y regular cierta clase de
fenómenos delictivos cuya proliferación, capacidad de daño, dinámica delictiva y
las particularidades con que se entrelazan con la vida social, le obligan a
reelaborar, por medio de estatutos que aspiran a desarrollar íntegra y más
coherentemente, las respectivas temáticas. El derecho penal tradicional, o clásico
como lo denominarían algunos, comienza a revelarse insuficiente para punir y
regular adecuadamente éstas problemáticas, y de ahí surgen las nuevas técnicas
de tipificación de conductas, las normas de complemento administrativo, la
creación de organismos coordinadores o rectores en la reglamentación de la
actividad social, el tratamiento diferencial de las ganancias ilícitas o de los bienes
vinculados a la comisión de estos delitos, y la penalización más severa y específica
de comportamientos accesorios o derivados que, en el régimen común penal, han
sido estimados con menos rigor y, a veces, ilógico desdén".**

No resulta entonces violatoria de ningún principio rector del ordenamiento jurídico


nacional, la aplicación inmediata de la ley 415 de 1997 en cuanto señala, para este
caso concreto, que no permite su extensión a los delitos de hurto calificado y a los
previstos en la Ley 365 de 1997, pues tal forma, meramente enunciativa, es una
orden perentoria que no plantea ningún conflicto de leyes en el tiempo.

__________________________
*.- Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, auto del veintinueve (29) de enero de mil
novecientos noventa y ocho (1998), radicación No. 11.539. Casación.

**.- Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Sentencia de segunda instancia del 23 de octubre
de 1995, Radicación No. 10.253.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Casación -Libertad-
• Fecha : 01/07/1999
• Decisión : Niega libertad provisional
• Procesado : OROZCO, LUIS FERNANDO
• Delitos : Hurto calificado y agravado, Estafa, Concierto para delinquir
• Proceso : 15734
• Publicada : Si
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EXTRADICION-Quienes participan en el concepto
Corresponde a la Rama Ejecutiva del Poder Público la dirección de las relaciones
internacionales, según el ordinal 2° del artículo 189 de la Constitución Política.
Aunque la extradición trasciende a los campos del derecho penal y del derecho
procesal, la actuación atañe al Gobierno Nacional, con pronunciamiento previo de
la Rama Judicial, por intermedio de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia,
cuando se trate de extradición pasiva, pues la normatividad colombiana, de
manera similar a lo que ocurre en otros países, ha adoptado un sistema mixto
gubernativo-judicial.

En desarrollo de dicha responsabilidad otorgada por la Carta al Ejecutivo, el


artículo 547 del Código de Procedimiento Penal dispone que al Gobierno, por medio
del Ministerio de Justicia y del Derecho, le corresponde conceder la extradición de
una persona procesada o condenada en el exterior. Como la respectiva solicitud
debe cursarse por la vía diplomática, hay también intervención del Ministerio de
Relaciones Exteriores, el cual debe pasar la documentación completa al Ministerio
de Justicia y del Derecho, además de rendir concepto en donde exprese si es del
caso proceder con sujeción a convenciones internacionales o de acuerdo con el
Código de Procedimiento Penal (art. 552).

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Extradición
• Fecha : 01/07/1999
• Decisión : Devuelve la documentación recibida
• Procedencia : Embajada
• Ciudad : Bolivia
• Procesado : PAZ PEÑALOZA, MANUEL MARTIN
• Proceso : 14511
• Publicada : Si
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COLISION DE COMPETENCIA/ PORTE ILEGAL DE ARMAS


Retomando el argumento del señor Juez Regional originado en las determinaciones
precedentemente relacionadas de la Corte, bien puede decirse que en tratándose
de pistolas y revólveres y conforme con la descripción que el Legislador
extraordinario realiza en los artículos 8° y 11 del Decreto 2535 del 17 de diciembre
de 1993, cabe la siguiente clasificación:

1.- Se reputan armas de fuego de defensa personal :

1.1- Las de calibre igual a 9.652 mm., siempre y cuando reúnan la totalidad de las
características especificadas en el artículo 11 de la mentada legislación.

1.2- Aquellas cuyo calibre sea inferior a los 9.652 mm. indicado.

2.- Son armas de uso privativo :

2.1- Las que poseen calibre superior a 9.562 mm.


2.2- Las que con calibre igual a 9.652 mm, no reúne la totalidad de las
características señaladas en el citado artículo 11.

Pues bien, teniéndose establecido mediante el concepto pericial de Fls. 52 y 292


del cuaderno de copias N° 1 que el arma examinada es una "pistola Marca Browing
(...) calibre 9 mm. (...) semia-automática (...)", razón le asiste al señor Juez Regional
en declinar la competencia y rehusar conocer del asunto, habida consideración de
que si el experto dictaminó para el aludido adminículo un calibre inferior a 9.652
mm. y funcionamiento semiautomático, entre otras características -las armas
automáticas o con dispositivos de tipo militar se consideran de uso privativo (Arts.
8-d y 8-j idem)-, menester se torna precisar que el arma de fuego de autos es de
defensa personal, puesto que aquellas circunstancias acorde con la clasificación
que viene de hacerse, "descarta la posibilidad de entrar a considerar las
exigencias adicionales derivadas del artículo 11 del Decreto 2535 de 1993, como
la capacidad del proveedor o longitud del cañón ", como lo expusiera la Sala en
auto del 11 de junio de 1996.

En providencia del 27 de noviembre de 1997, a lo ya dicho esta Corporación


agregó:

"Resta decir que, a pesar de la indefinición técnica del literal a) del artículo 11, la
expresión ‘Calibre máximo 9.652 mm (.38 pulgadas)’, se refiere al diámetro del
proyectil y no a la base de la vainilla o a la parte anterior de la recámara o a la
medida sobre el cañón del arma, entre otros referentes, pues así se deriva de la
naturaleza misma de las cosas, dado que finalmente es el calibre del plomo lo que
define y complementa sustancialmente el funcionamiento complejo del arma de
fuego, sin menospreciar obviamente el papel que cumplen las demás partes y
mecanismos tanto del instrumento como del cartucho."

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Colisión de Competencias


• Fecha : 01/07/1999
• Decisión : Asigna el conocimiento al Juzgado Promiscuo del Circuito
de
Saravena (Arauca)
• Procedencia : Juzgado Regional
• Ciudad : Cúcuta
• Procesado : BLANCO SIMOENS, PARMENIO
• Delitos : Porte ilegal de armas
• Proceso : 15886
• Publicada : Si
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VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY


Importante es recordar que en el ataque por vía casacional a la sentencia de las
instancias a través de la violación indirecta de la ley sustancial por errores de
apreciación de la prueba, es imprescindible enjuiciar todas y cada una de las que
el fallador ha considerado para tomar la decisión disentida, demostrando los
errores de juicio cometidos al evaluarlas, teniéndose por incompleto un reparo que
hace caso omiso de algunas que han logrado significación suficiente para incidir
en el sentido o en el alcance de ese pronunciamiento.

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Sentencia Casación
• Fecha : 01/07/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : RESTREPO MUÑOZ, JORGE HUGO
• Procesado : PIÑA RODRIGUEZ, FRANCISCO
• Procesado : MARTINEZ MONTOYA, CARLOS EDUARDO
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio, Tentativa de
hurto calificado y agravado
• Proceso : 11852
• Publicada : Si
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LIBERTAD PROVISIONAL/ PERSONALIDAD DEL PROCESADO


En cuanto tiene que ver con la evaluación de la personalidad que el juzgador debe
realizar respecto de cada procesado en particular, la Sala en reiterados
pronunciamientos ha puntualizado que con base unas bondadosas referencias
personales que las autoridades carcelarias puedan haber realizado para los fines
antes indicados, no pueden resultar suficientes para una valoración integral de su
personalidad, pues no resulta acertado prescindir de las condiciones bajo las
cuales se llegó a cometer la infracción juzgada, "... porque jamás podrá
equipararse esta valoración para los casos de un delito pasional u ocasional, con
las que se refieren a un delito cuya comisión ha implicado el montaje de una
verdadera empresa que no desaparece por el solo hecho de la entrega o captura
de uno o algunos de sus integrantes, dado que en éste último caso, es
responsabilidad del juez ante la ley y la comunidad, la de tomar certeza y contar
con garantía en cuanto aquella organización preparada para la actividad ilícita
haya desaparecido real y radicalmente, o distanciado por lo menos e
irrevocablemente de su actividad al sentenciado, ya que de otro modo, flaco
servicio se le prestaría a la sociedad y al cumplimiento de los fines de la pena, con
simplemente anticipar la posibilidad de que el sentenciado se reincorpore a aquel
ambiente y retome aquellos medios y propósitos que lo habían llevado a la
comisión de su infracción".

".....Tan complejas organizaciones y actividades, elaboradas y cuidadosamente


concebidas y ejecutadas, es racionalmente comprensible que tengan hundidas
profundamente sus raíces, sin que hagan fácil, por lo mismo, su desmonte y
desvertebramiento, circunstanciando, obviamente, dentro del análisis de esos
"antecedentes de todo orden" la complejidad que representa en casos como el
presente la valoración del pronóstico de que se hiciera cita en un inicio" (auto del
16 de marzo de 1995), criterio que se ha mantenido en los casos de narcotráfico,
terrorismo y otros de suma gravedad, cuya conducta de sus autores y copartícipes,
merecen mayor severidad no solo en la fijación de la pena, sino también en el
reconocimiento de los subrogados penales, sin que esto último comporte una
doble sanción como la libelista afirma.

Para tener derecho a la libertad condicional o provisional, es decir, de manera


anticipada, han de estar acreditados suficientemente no solamente los requisitos
objetivos de la pena, sino también aquellos del orden subjetivo cuya valoración, se
reitera, corresponde exclusivamente al funcionario judicial con fundamento en las
referencias procesales y "los antecedentes de todo orden", que no pueden quedar
limitados a la simple existencia o no de fallos condenatorios anteriores por delitos
o contravenciones.

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Casación -Libertad-
• Fecha : 01/07/1999
• Decisión : No repone auto que negó libertad
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : CORREA ALZATE, MONICA VICTORIA
• Delitos : Omisión de informes sobre actividades terroristas
• Proceso : 12696
• Publicada : Si
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CASACION DISCRECIONAL
El inciso tercero del artículo 218 del Código de Procedimiento Penal, faculta al
Procurador, su Delegado, y al defensor del procesado, para interponer el recurso
extraordinario de casación contra aquellas sentencias de segunda instancia
respecto de las cuales no resulta posible acudir a la vía directa o común, sea por el
quantum de la pena privativa de libertad imponible para el delito por el que se
procede, o por el órgano que la profirió, pero únicamente por los motivos por los
que la Corte puede admitirlo.

En todo caso, compete al impugnante, dentro del término de ejecutoria del fallo de
segundo grado, esto es dentro de los quince días siguientes a la última
notificación, precisar la razón o razones por las cuales el recurso debe ser
concedido, para que la Corte pueda examinar la viabilidad de su petición, pues el
pronunciamiento que en ejercicio de su discrecionalidad le compete, ha de estar
apoyado en los fines establecidos para el recurso, esto es para el desarrollo de la
jurisprudencia o la garantía de los derechos fundamentales, únicos motivos por los
cuales puede ser admitido. (cfr. auto mayo 7/96 M.P. Dr. ARBOLEDA RIPOLL).

También la jurisprudencia ha sido explícita que cuando el motivo en que se soporta


la petición consiste en la denuncia de haberse violado un derecho fundamental,
compete al impugnante no solo su identificación como tal, derecho constitucional
fundamental, sino, además, el señalamiento de su concreta violación en el
respectivo proceso.

En este caso, encuentra la Sala que la única vía de procedencia es la impugnación


excepcional por cuanto si bien es cierto la acusación contenía cargos por un delito
de falsedad por destrucción supresión u ocultamiento de documento público, y la
sentencia de segunda instancia fue proferida por un tribunal superior de distrito
judicial, el delito por el que se irroga condena a (…) (fraude procesal art. 182 C.P.)
tiene señalada pena privativa de libertad en su máximo inferior a seis años, lo que
excluye la posibilidad de acudir a la casación común, toda vez que no tendría
interés para recurrir en sede extraordinaria por el delito de falsedad por haber sido
absuelto del mismo.

En este sentido es de recordar que de antiguo la Sala ha sostenido que "es cierto
que el inciso segundo de dicho precepto (art. 218 C.P.P) permitía, y lo sigue
permitiendo hoy la reforma (Ley.81/93, art. 35), extender el recurso a ‘los delitos
conexos , aunque la pena ‘prevista para éstos sea inferior a la señalada en el inciso
anterior’, pero ha de entenderse tal precepto siempre que se haya
impugnado el fallo por el delito cuyo máximo punitivo lo admite, o por lo
menos, cuando se haya condenado por él al recurrente así su
cuestionamiento sólo se relacione con los conexos (por ser este aspecto
solamente conocido en el escrito de demanda)" (se destaca).

En el mismo pronunciamiento sostuvo la Corte, que "existen otras razones que


permiten arribar a idéntica conclusión, a saber: a).- En materia penal la
responsabilidad es siempre individual y por consiguiente la conexidad delictiva
para efectos de la viabilidad del recurso extraordinario cuenta independientemente
para cada procesado, y b).- Porque de no ser así, se estaría desconociendo el
interés legítimo para recurrir, en la medida en que no podría impugnar un
procesado condenado por el delito conexo cuyo máximo punitivo no admite la
casación a nombre del coprocesado condenado por el delito cuya pena sí la
admite" (auto casación. Marzo 10/94. M.P. Dr. DIDIMO PAEZ VELANDIA).

Por esto, aunque el delito que admite la casación común, contenido en el pliego
enjuiciatorio, no desaparece por el solo hecho de haberse absuelto de él al
procesado, como erradamente lo considera el Tribunal en auto de primero de
febrero último en el que dispuso el envío de las diligencias a esta Corporación (fl.
106 cno. Trib.), toda vez que los fallos judiciales no adquieren firmeza parcial y
dentro de su ejecutoria subsiste la posibilidad de impugnación de la absolución por
otros sujetos procesales distintos del procesado, es de destacar que acertó al
estimar el ad quem que la única vía posible de impugnación extraordinaria es la
casación discrecional, por corresponder esta solución al criterio sentado por la
Corte en torno al tema.

No obstante haber acudido el recurrente a la vía de impugnación que le


corresponde, dado el quantum máximo de la pena prevista en el delito por el que
se irroga condena a (…), no ocurre lo mismo con la fundamentación del motivo
expuesto, relacionado con la transgresión del debido proceso como garantía
fundamental, puesto que si bien cumple la carga de señalar su real protección en
la Carta Política, no lo hace en cuanto a la de indicar la concreta violación en el
trámite surtido.

El artículo 29 de la Carta Política, en relación con el derecho fundamental al debido


proceso, señala que nadie podrá ser juzgado sino conforme a ley preexistente,
ante el juez o tribunal competente y con la observancia de la "plenitud de las
formas propias de cada juicio". La Constitución igualmente se refiere a otros
principios que complementan esta garantía, tales como el de favorabilidad, la
presunción de inocencia, el derecho de defensa, la asistencia profesional de un
abogado, la publicidad del juicio, la celeridad del proceso sin dilaciones
injustificadas, la aducción de pruebas en su favor y la posibilidad de controversia
de las que se alleguen en contra del procesado, el derecho a la doble instancia de
la sentencia de condena -salvo que se trate de casos de única instancia-, y a no ser
juzgado dos veces por el mismo hecho así se le dé una denominación distinta.

También, el concepto de debido proceso se integra por el de "las formas propias de


cada juicio", esto es por el conjunto de reglas y preceptos que le otorgan
autonomía a cada de clase de proceso y permiten diferenciarlo de los demás
establecidos en la ley. Es así como por vía de ejemplo, en materia penal la
estructura está dada por dos ciclos claramente definidos, uno de investigación -a
cargo de la Fiscalía General de la Nación salvo los casos de fuero constitucional-, y
otro de juzgamiento -por cuenta de los jueces según las normas que reglan su
competencia-. Dentro de la etapa de instrucción, también se observa la necesidad
de surtir aquellos pasos de ineludible cumplimiento, tales como los actos de
apertura de investigación, de vinculación del procesado, definición de su situación
jurídica, de cierre de investigación, y de calificación; dentro del juicio, el rito legal
establece dos etapas, una probatoria y otra de debate oral, de formulación de
cargos y de sentencia.

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Casación Discrecional
• Fecha : 01/07/1999
• Decisión : Rechaza el recurso de casación discrecional
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : CAMARGO FERREIRA, PEDRO LEON
• Delitos : Fraude procesal
• Proceso : 15473
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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CASACION-Pena señalada
De conformidad con el inciso 1° del artículo 218 del C. de P. P., el recurso
extraordinario de casación procede en relación con las sentencias de segunda
instancia dictadas por el Tribunal Nacional, los Tribunales Superiores de Distrito
Judicial y el Tribunal Superior Militar, siempre que se trate de "delitos que tengan
señalada pena privativa de la libertad cuyo máximo sea o exceda de seis
(6) años, aun cuando la sanción impuesta haya sido una medida de seguridad"
(Se resalta).

Pues bien, la procedencia del recurso tiene como punto de referencia la "pena
señalada" o "prevista" para el delito, señalamiento que en el ordenamiento jurídico
colombiano, en homenaje al principio de legalidad, obviamente sólo puede ocurrir
a través de la ley. Y la ley penal hace la fijación de la pena, de manera completa,
tanto en los tipos básicos como en los calificados o circunstanciados, pues los
últimos, además de que atañen a elementos intensificadores o aminorantes del
impacto de los componentes de la estructura del hecho punible (tipicidad,
antijuridicidad y culpabilidad), igualmente consagran un mínimo y un máximo de
incremento o de reducción punitiva, según el caso, en relación con la oscilante
pena básica.

La pena del delito no es sólo la prevista como consecuencia del modelo


comportamental básico, sino la que corresponde a la conducta total, razón por la
cual, si es del caso, la primera debe complementarse con las proporciones
señaladas para las circunstancias legalmente aceptadas como agravantes o
atenuantes del hecho punible.

Ahora bien, como la regulación del recurso extraordinario se hizo en atención al


"máximo" de la sanción imponible (aunque a la postre no sea la que
concretamente se impone), el cálculo para el caso del delito circunstanciado
requiere que el máximo previsto en el tipo penal básico o especial se incremente
en la mayor cantidad posible señalada en el tipo subordinado, si se trata de
agravante, o se disminuya en el límite inferior indicado, cuando se refiere a una
atenuante.

El sentido de esta operación ha sido definido por la Corte desde la expedición de


los autos de 21 de junio y 9 de septiembre de 1957, ratificado el 24 de julio de
1980, cuando dijo que "… el quantum de la sanción se determina en el artículo
constitutivo del delito o de cada uno de los delitos por los cuales se dictó la
sentencia que se pretende impugnar, y la señalada en los artículos que estructuran
las circunstancias específicas que se tuvieron en cuenta para aumentar o disminuir
la sanción con los aumentos máximos o disminuciones mínimas que pudieran
computarse. Todo lo cual dará por separado la sanción máxima imponible en cada
delito, que de resultar para uno solo de cinco o más años (hoy, seis o más, se
aclara), hará la sentencia susceptible del recurso extraordinario de casación"
(Subrayas agregadas).

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Casación
• Fecha : 01/07/1999
• Decisión : Se abstiene de decidir sobre el recurso pues la petición es
improcedente
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : MORENO MEDINA, VICTOR JULIO
• Delitos : Acto sexual abusivo con incapaz de resistir
• Proceso : 15537
• Publicada : Si
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INTEGRACION DE NORMAS
Como bien anota el Procurador Delegado, la integración prevista en el artículo 21
del Código de Procedimiento Penal permite la aplicación de disposiciones del
Código de Procedimiento Civil o de otros ordenamientos procesales, únicamente en
cuanto traten aspectos no regulados por aquel código. Una de las pautas a tener
en cuenta en la valoración del testimonio en este caso, no deriva propiamente del
artículo 217 del ordenamiento procedimental civil, invocado por el libelista, sino de
la integridad regulada por el artículo 294 del estatuto procesal penal.

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
• Fecha : 01/07/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : PIÑEROS SANCHEZ, LUIS EDUARDO
• Delitos : Tentativa de homicidio, Homicidio
• Proceso : 11391
• Publicada : Si
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06/07/1999

ANONIMO
El artículo 27 del Código de Procedimiento Penal establece que quien formula una
denuncia debe hacerlo bajo juramento, hecho que sin duda conlleva a establecer
su identidad, por cuanto se pretende que la persona que ejercita la acción penal lo
haga con seriedad y responsabilidad.

Por su parte, el artículo 38 de la Ley 190 de 1995, restringió adelantar


averiguaciones penales y disciplinarias con base en denuncia anónima a menos
que existan medios probatorios suficientes sobre la comisión del delito que
permitan adelantar la actuación de oficio.

Reiteradamente ha sostenido la Corte que denuncia anónima es todo escrito que


carece de signatario o que teniéndolo no le figura identidad al suscriptor para que
pueda ser localizado, con el fin de que ayude al aparato judicial en la investigación
de los hechos punibles que pone en conocimiento.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Unica Instancia
• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : Rechaza la denuncia anónima
• Procedencia : Corte Suprema de Justicia
• Procesado : GARCIA ROMERO, ALVARO
• Proceso : 15350
• Publicada : Si
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CASACION DISCRECIONAL
De tiempo atrás la Sala de manera reiterada ha sostenido que la solicitud de
aceptación del recurso de casación establecido en el tercer inciso del artículo 218
del C. de P. P. debe expresar sumariamente las circunstancias fácticas y legales que
sirven de fundamento a la o las censuras a proponer, no distintas a las
consagradas en ese precepto, a saber, la necesidad de un desarrollo
jurisprudencial o/y de garantía de derechos fundamentales desconocidos en el
proceso que ha culminado con la sentencia a impugnar; de tal suerte que esa
motivación es la llamada a justificar el ejercicio del arbitrio otorgado a la Corte por
el mismo precepto, para determinar sobre la procedencia del recurso
extraordinario excepcional. (autos de mayo 31/95 M.P.Dr. Saavedra, de noviembre
4/98 M.P. Dr. Gómez Gallego, entre otros).

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Casación Discrecional
• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : No concede el recurso de casación discrecional
• Procedencia : Juzgado 5 Penal del Circuito
• Ciudad : Neiva
• Procesado : MORALES GONZALEZ, ANGEL ALBERTO
• Delitos : Inasistencia alimentaria
• Proceso : 15883
• Publicada : Si
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LIBERTAD PROVISIONAL-Competencia de la Corte


En reiteradas oportunidades ha dicho la Corte , que en el trámite del recurso
extraordinario de Casación la Sala únicamente tiene competencia para inadmitir la
demanda o ajustarla, para resolverla de fondo, para decidir sobre la libertad
provisional del procesado con sustento en el numeral 2º. del artículo 415 del
Código de Procedimiento Penal y por último, para resolver las solicitudes de
redención de pena.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Casación
• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : No accede a darle trámite a la petición elevada
• Procesado : QUINTERO MARIN, GILBERTO ANTONIO
• Proceso : 12667
• Publicada : Si
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ANONIMO
El Estatuto Anticorrupción, Ley 190 de 1995, estableció en su artículo 38 la
obligatoriedad de la aplicación del numeral 1° del artículo 27 de la Ley 24 de 1992,
a menos que existan medios probatorios suficientes sobre la comisión de un delito
como para adelantar la actuación de oficio.
El artículo al que remite el Estatuto Anticorrupción, que reglamenta la recepción y
trámite de quejas en la Defensoría del Pueblo, ordena la inadmisión de aquellas
que sean anónimas o carezcan de fundamento, lo que aplicado al procedimiento
penal, permite impedir el movimiento del aparato judicial cuando la denuncia
reúna tales características o de ella no se derive la información suficiente como
para iniciar una investigación de oficio.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Unica Instancia
• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : Inadmite la denuncia anónima
• Procedencia : Corte Suprema de Justicia
• Procesado : PEREA, EDGAR
• Proceso : 15103
• Publicada : Si
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CAMBIO DE RADICACION
1. Verificados como están, según lo prevé el artículo 84 del Código de
Procedimiento Penal, los presupuestos de oportunidad y legitimidad de quien
pretende el cambio de radicación de este asunto y concerniendo a la Corte, por
razón del artículo 68 ídem, resolver la solicitud que así se formula por cuanto se
reclama de un Distrito Judicial a otro, resulta evidente que tal fenómeno, por
expresar una excepción al principio del juez natural desde el punto de vista del
factor territorial, es viable únicamente en concurrencia de las taxativas causales a
que se refiere el artículo 83 ibídem, es decir cuando existan circunstancias que
potencialmente afecten el orden público, la imparcialidad o independencia de la
administración de justicia, las garantías procesales, la publicidad del juzgamiento,
la seguridad del sindicado o su integridad personal.

2. Es igualmente claro que los hechos que así puedan incidir deben hacer
referencia a factores externos o exógenos, a condiciones del medio en que se
desarrolla el juicio y no a situaciones objetivas o subjetivas del juzgador, ya que si
de lo que se trata es de controvertir la imparcialidad, probidad o idoneidad del
funcionario que adelanta la causa la ley en tales eventos ofrece a los sujetos
procesales la posibilidad de recusarlo, y al funcionario la obligación de declararse
impedido, tal como lo establecen los artículos 103 y siguientes del Código de
Procedimiento Penal.

En otros términos, las razones que conduzcan a trasladar un juicio de un lugar a


otro deben emanar de factores generados en el sitio donde aquel se esté
desarrollando, de modo tal que incidan en la totalidad de funcionarios que estarían
en capacidad de conocer del asunto en esa determinada área, y no de los
cuestionamientos que sea posible formular contra un solo juzgador o contra los
sujetos procesales, pues en el primer evento sería jurídicamente factible asignar el
conocimiento del proceso a otro funcionario en quien no concurran dichas
condiciones, mientras que en el segundo surge inconexa la actividad de los sujetos
intervinientes en el juicio respecto a las causales que motivarían el cambio de
radicación.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Cambio de Radicación
• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : No Accede a la solicitud de cambio de radicación
• Procedencia : Juzgado 1 Penal del Circuito
• Ciudad : Cartagena
• Procesado : PERILLA BELTRAN, HUGO ALIRIO
• Delitos : Estafa
• Proceso : 15951
• Publicada : Si
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ACCION DE REVISION-Prueba nueva


La prueba nueva debe tener, en principio, la eficacia necesaria para demostrar que
se cometió una injusticia y que, por lo tanto, se justifica el adelantamiento de la
acción de revisión. No es cualquier elemento probatorio el que tiene la virtualidad
para derrumbar la declaración de verdad contenida en un fallo que ha hecho
tránsito a cosa juzgada, sino aquél que, no habiendo sido conocido en ninguna de
las etapas de la actuación judicial, tenga la credibilidad suficiente para comprobar
los hechos básicos de la petición y la trascendencia jurídica capaz de derruir las
conclusiones de la sentencia.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Acción de Revisión
• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : Reconoce apoderado e inadmite la demanda de revisión
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cartagena
• Procesado : YARA ZAMUDIO, JOSE GUSTAVO
• Delitos : Violación a la Ley 30/86, Porte de armas de defensa personal
• Proceso : 14909
• Publicada : Si
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CASACION DISCRECIONAL
De conformidad con lo estipulado por el artículo 218 del Código de Procedimiento
Penal, el recurso de casación por vía excepcional es viable frente a las sentencias
de segunda instancia, por delitos en que no esté prevista la casación regular, pero
únicamente en los casos en que la corporación lo considere necesario para el
desarrollo de la jurisprudencia o la garantía de los derechos fundamentales.

Para tal efecto, esta Sala ha fijado de manera reiterada unas exigencias mínimas
para analizar la viabilidad del recurso discrecional de casación.

Así, en providencia de fecha 4 de noviembre de 1998, radicación N° 14.481, M. P.


Jorge Aníbal Gómez Gallego, la corporación expresó:

"El hecho de que la casación discrecional se desvincule de los presupuestos objetivos


contenidos en el inciso 1° del artículo 218, no le quita el carácter de recurso
extraordinario, pues seguirá siendo eminentemente rogado (no una actuación oficiosa
de la jurisdicción) y sujeto a la exposición sumaria inicial de una violación manifiesta
de la ley.
De modo que no sólo deben invocarse los dos únicos propósitos de realización que
apoya la ley, ésto es, el desarrollo de la jurisprudencia y la protección de los derechos
fundamentales, sino que también debe presentarse verosímilmente la necesidad de
uno o ambos fines. Así el actor deberá argumentar sobre la ausencia de definiciones
jurisprudenciales, en relación con uno o varios de los temas discutidos en el proceso;
o también indicar demostrativamente que en el curso del mismo hubo infracciones
graves a los derechos fundamentales que debieron garantizarse en el mismo, desde
luego con la suficiente individualización de los que se estiman violados y las
conductas de la judicatura que a ello contribuyeron.

Lógicamente, la exigencia no puede ser de otro modo, porque la Corte no podría


entrar a auscultar el proceso para declarar motu proprio que el asunto merece un
tratamiento jurisprudencial aún no dispensado, o que los jueces de instancia
menoscabaron algunas garantías fundamentales, pues ello equivaldría a entrar
oficiosamente en el fondo de la cuestión, sin la provocación procesal suficiente y
propia de los recursos."

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Casación Discrecional
• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : No concede el recurso excepcional de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cartagena
• Procesado : ROJAS ARIAS, RAFAEL GUSTAVO
• Procesado : YEPES DIAZ, ISMAEL
• Delitos : Usurpación de derechos y funciones públicas
• Proceso : 15193
• Publicada : Si
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EXTRADICION-Pruebas
De manera reiterada ha sostenido esta corporación que el decreto y práctica de
pruebas dentro del trámite previo al concepto de extradición a cargo de esta Sala,
condiciona su expedición a la conducencia que guarden con las precisas
exigencias que deben cotejarse para determinar la viabilidad o no de la entrega
solicitada por el Estado extranjero.

Lo anterior, de conformidad con las previsiones de los artículos 549 y 558 del
estatuto procesal penal, en concordancia con el 250 de tal código.

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Extradición
• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : Niega pruebas impetradas, abrir el presente asunto a
pruebas
• Procedencia : Gobierno
• Ciudad : Estados Unidos
• Procesado : LARA, JAIME ORLANDO
• Proceso : 15349
• Publicada : Si
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ACCION DE REVISION
La acción de revisión, como lo ha señalado la Sala en diversas oportunidades, es
un mecanismo de excepción orientado a dejar sin efecto la decisión injusta, en
aras de hacer prevalecer la verdad material pese a la firmeza de que estén
revestidos los fallos de instancia. Es de su esencia la remoción de los efectos de la
cosa juzgada, cuando se imponga un fallo de condena a quien o quienes no deben
responder por los hechos que fueron materia de juzgamiento, mediante la
demostración de uno cualquiera de los motivos contenidos en el artículo 232 del
Código de Procedimiento Penal, o frente a una decisión absolutoria o preclusiva o
de cesación de procedimiento en los eventos de los numerales 4º y 5º de la citada
norma.

Dentro de las exigencias que la ley ha establecido para la procedencia de este


mecanismo de rectificación, contenidas en el artículo 234 ibídem, es importante
destacar, en este caso, la relativa a "La causal que se invoca y los fundamentos de
hecho y de derecho en que se apoya la solicitud", contenida en el numeral 3º.

Al respecto, si se trata de demostrar que se estructura la causal contenida en el


numeral 3º del artículo 232 del Código de Procedimiento Penal, es necesario que
los hechos o pruebas que se aducen como novedosos, efectivamente no hayan
sido objeto de análisis y controversia en las instancias y que además contengan la
aptitud material necesaria para lograr la remoción del fallo que por tal motivo
aparece notoriamente contrario al estricto sentido de la justicia.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Acción de Revisión
• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : Reconoce apoderado y rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Ibagué
• Procesado : JARAMILLO, JOSE ENRIQUE
• Procesado : GIRALDO ESCOBAR, JAIME ALEXANDER
• Delitos : Acceso carnal violento
• Proceso : 14978
• Publicada : Si
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ACCION DE REVISION-Pruebas
La demanda de revisión debe venir acompañada de copia de las sentencias de
primer y segundo grado, junto con la constancia de ejecutoria, además de las
pruebas demostrativas de los hechos básicos de la causal invocada; esta última
exigencia se encuentra consignada en el numeral 4° del artículo 234 del Código
de Procedimiento Penal y se torna aún más obligante tratándose de la causal
tercera de revisión, fundada en el advenimiento de nuevos sucesos o de pruebas
no conocidas al tiempo de los debates, que establezcan la inocencia o
inimputabilidad del condenado.

Las pruebas aportadas con la demanda resultan indispensables, para que la Corte
se forme una idea inicial respecto a la trascendencia, seriedad y procedencia de la
acción impetrada, de tal modo que sin esa información la pretensión del
demandante resulta vana.
No debe olvidarse que la revisión no es una tercera instancia, ni tiene por finalidad
revivir las controversias jurídicas ni los debates probatorios, sino corregir un error
cuando evidentemente se ha condenado a un inocente, de conformidad con uno
de los eventos consagrados en la causal tercera.

Pretender la revisión de un proceso sin el soporte probatorio que permita colegir


las presuntas novedades sobre los hechos establecidos durante los debates, es
propósito inadmisible tratándose de esta extraordinaria acción, frente al
planteamiento ensayado.

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Acción de Revisión
• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : Reconoce apoderado y no admite la demanda de revisión
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Ibagué
• Procesado : DIAZ MORA, JOSE MESIAS
• Delitos : Falsedad en documento privado, Peculado
• Proceso : 15352
• Publicada : Si
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TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO/ SENTENCIA


ANTICIPADA/ CASACION
Es necesario advertir, previamente, que la sentencia impugnada tiene carácter
anticipado y, en razón de tal naturaleza jurídica, el procesado y su defensor sólo
pueden impugnarla en los aspectos relacionados en el numeral 4° del artículo 37B
del Código de Procedimiento Penal, esto es, la dosificación de la pena, el
subrogado de la condena de ejecución condicional, y la extinción del dominio sobre
bienes. Aunque la norma citada se refiere expresamente al recurso de apelación,
la Sala en varias oportunidades ha dicho que la limitación rige igualmente para la
casación, pues, si el sentido de la restricción es evitar la retractación caprichosa de
lo aceptado en la diligencia de sentencia anticipada, ni más faltaba que en la
impugnación extraordinaria se propiciara absurdamente el desconocimiento de tal
propósito y, correlativamente, la violación de los principios de unidad y coherencia
del ordenamiento jurídico.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Casación Discrecional
• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : No Concede el recurso de casación discrecional
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Manizales
• Procesado : OROZCO OSPINA, JOSE FERNANDO
• Delitos : Ejer. ilícito de act. Monopolistica de arb. R
• Proceso : 15908
• Publicada : Si
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NULIDAD/ SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA/ IMPUGNACION
Sabido es, que cuando se propone una nulidad el demandante además de invocar
de manera clara y precisa la causal, debe exponer las razones en que se funda,
(art 307 C.P.P.) para demostrar a través de los errores in procedendo la vulneración
de garantías fundamentales de los sujetos procesales, o el desconocimiento de la
estructura básica del procedimiento, indicando el momento a partir del cual se
hace necesario invalidar el proceso.

La sentencia de segunda instancia tiene carácter definitivo, en cuanto contra ella


no es procedente ningún recurso ordinario, y además está amparada por la doble
presunción de legalidad y acierto, de manera que el debate propio de las
instancias ya ha terminado, y la única forma de atacarla es por la vía
extraordinaria que ofrece la casación, en donde solo son demandables errores in
iudicando o in procedendo, no simples pareceres o formas diferentes de valorar las
pruebas, ya que en definitiva la apreciación probatoria que haga el fallador
respetando las reglas de la sana crítica es la que prima.

Magistrado Ponente: Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Sentencia Casación
• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : RAMIREZ GIL, NELSON DE JESUS
• Delitos : Hurto calificado y agravado
• Proceso : 10820
• Publicada : Si
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ACCION DE REVISION-Poder especial


La acción de revisión es un trámite posterior e independiente de las instancias, con
la cual se ataca la condición de cosa juzgada adquirida por una decisión
ejecutoriada, bien sea sentencia, cesación de procedimiento o preclusión de la
investigación.

En consecuencia, para que un abogado adquiera la legitimidad necesaria para


adelantar la acción debe tener poder otorgado especialmente para esa actuación,
pues la gestión encomendada dentro del proceso termina con la ejecutoria de la
providencia que le puso fin al proceso.

Magistrado Ponente: Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Acción de Revisión
• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : Rechaza la demanda
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : HAMIOY QUINTIAL, HENRY
• Proceso : 15921
• Publicada : Si
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IMPEDIMENTO
En materia de impedimentos, más allá de la mera observación objetiva del asunto
del cual dimana el factor desestabilizador de la imparcialidad del Juez natural
-reconocida como garantía fundamental en los artículos 13 y 29 de la Constitución
Política-, lo que interesa es la irrefutable dirección de la administración de justicia
dentro de un marco de actividad sin ningún tipo de perturbaciones que dé pábulo a
la duda, a la suspicacia o a la sospecha de parcialidad.

De ahí que no sea trabajo sencillo resolver sobre declaraciones de impedimento


cuando los criterios se muestran tan variados y no pocas veces llenos de
argumentos que con cierta racionalidad sugieren la estrechez del marco legal de
las causales de inhibición.

Una tal reflexión lleva a determinar porqué el legislador con el instituto plasmado
en el artículo 103 del C.P.P. trata las relaciones de consanguinidad que pudieran
existir entre los sujetos procesales y el funcionario judicial -numeral 3-, los vínculos
contractuales -numeral 2-, y en otros casos la participación del funcionario en un
proceso desde una óptica de la que pueda desprenderse que su ulterior
intervención en el mismo puede echar al traste no sólo el esquema procedimental
sino el derecho a la imparcialidad que tienen los ciudadanos dentro de las causas
judiciales o administrativas, de acuerdo a un régimen garantista -numeral 11-.

En fin, todo se reduce a la plausible idea de protección de una actividad judicial


impoluta, transparente y confiable.

En este contexto, la hermenéutica aplicable en procura de la razón de ser del


instituto encuentra asidero en la interpretación sistemática, por medio de la cual
se concretan los fines de aquél de acuerdo con la enumeración legal taxativa que
ofrece el legislador, sin que tengan cabida las analogías ni las meras concepciones
del afán resguardador de esquemas por encima de las garantías esenciales de
estirpe constitucional.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Acción de Revisión -Impedimento


• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : Declara fundado el impedimento manifestado por un
Magistrado del Tribunal Nacional
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : CHAVEZ DEVIA, JOSE DIONEL
• Procesado : GUEVARA, MARCO MAURICIO
• Delitos : Porte de armas de uso privativo de las F.M., Concierto
para delinquir
• Proceso : 15644
• Publicada : Si
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ACCION DE REVISION-Cambio de jurisprudencia


Siendo la finalidad de la acción de revisión procurar el desconocimiento de la
seguridad jurídica de los fallos que por haber hecho tránsito a cosa juzgada se
presumen inmutables e intangibles, la demanda de sustento debe reunir los
requisitos establecidos en el artículo 234 del C. de P. P., en concordancia con los
motivos señalados por la misma codificación -artículo 232-. La ausencia de esta
armonía en el planteamiento desnaturaliza la alegación porque hace desaparecer
su causa y conlleva el rechazo del escrito.

De tal manera, si la causal de revisión propuesta es la 6a. del artículo 232 del C. de
P.P. "Cuando mediante pronunciamiento judicial, la Corte haya cambiado
favorablemente el criterio jurídico que sirvió para sustentar la sentencia
condenatoria" ; es la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema máximo
Tribunal por su especialidad en la justicia ordinaria, la encargada de definir la
cuestión penal en el ámbito nacional, y en ese orden es a ella a quien le
corresponde unificar la jurisprudencia nacional según el mandato 219 de la misma
obra. De esa manera el cambio jurisprudencial con criterio jurídico favorable a que
se refiere la causal citada, debe emanar de la Sala con posterioridad al fallo
demandado, siempre y cuando se refiera al mismo punto jurídico que sirvió de
fundamento al fallo condenatorio cuestionado. Este ha sido el criterio reiterado e
imperante de la Sala, vertido en numerosas decisiones, entre ellas, la del 14 de
octubre de 1993 (M. P.Dr. Calvete Rangel), la del 29 de febrero de 1996 (Ms. Ps.Drs.
Mejía y Pinilla); la del 28 de octubre de 1997, M.P. Dr. Córdoba Poveda).

De esa forma no puede provenir de otra autoridad judicial ese pronunciamiento,


salvo que la misma Corte Suprema lo hubiera acogido e incorporado como cambio
jurisprudencial propio con sus inherentes alcances, caso en el cual, lo habrá
convertido en antecedente jurisprudencial apto para los efectos de la causal 6a. de
revisión.

De otro lado -y también ha sido el criterio mayoritario de la Sala-, el cambio


jurisprudencial favorable invocado debe referirse solamente a los aspectos
tomados como fundamento de la decisión de condena, no a situaciones que
aunque anejas, carecen de eficacia para modificar el sentido de ese
pronunciamiento, v. gr. las que atenúen la sanción o incidan en la forma de
ejecución de la misma: "... no sobra recordar que a juicio de la mayoría de esta
Sala, la causal 6a. de revisión solo opera para rescindir un fallo de condena, no
para el reconocimiento a posteriori de atenuantes o de otros factores simplemente
reductores o morigeradores de la punibilidad", puntualizó la Corte sin que esta
posición haya tenido variación hasta ahora, en su auto de octubre 30 de 1997 con
ponencia del Magistrado Dr.Gómez Gallego.

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Acción de Revisión
• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda, reconoce representante
judicial
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Pasto
• Procesado : DELGADO, ALVARO ARTURO
• Delitos : Uso de documento público falso
• Proceso : 15888
• Publicada : Si
Aclaración de voto Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE -
Aclaración de voto Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR -
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NULIDAD/ INSTRUCCION
La formulación de la resolución de acusación por parte de la Fiscalía General de la
Nación, significa no solo la iniciación de la etapa del juzgamiento propiamente
dicha, sino la de finalización de la instrucción etapa que asignada por la
Constitución y la Ley a tal Institución, supone su adelantamiento exento de vicios o
por lo menos purgados a través de las instancias propias de la instrucción en la
que también participan los Jueces a través del control de legalidad.

Tan elementales principios aparecen manifiestamente expresados en materia de


nulidades en los artículos 307 y 446 del Código de Procedimiento Penal, pues de
una parte "el sujeto procesal que alegue una nulidad (...) no podrá formular nueva
solicitud de nulidad, sino por causal diferente o por hechos posteriores, salvo en el
recurso de casación" y, por otra, en el traslado para la preparación de la audiencia
pública se pueden "solicitar las nulidades que se hayan originado en la etapa de
instrucción que no se hayan resuelto", poniendo coto, de tal manera, a inacabadas
discusiones sobre el mismo punto en cada una de las etapas procesales.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Segunda Instancia


• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : Revoca auto en cuanto negó práctica de pruebas,
confirma
en todo lo demás
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Pasto
• Procesado : BURBANO DELGADO, LUIS MARCIAL
• Delitos : Prevaricato por omisión
• Proceso : 15625
• Publicada : Si
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CASACION DISCRECIONAL
Cuando se trata de casación excepcional es indispensable sustentar de manera
somera, pero clara, el fundamento de la inconformidad, de tal suerte que de los
argumentos expuestos por el memorialista la Corte pueda inferir que en el proceso
se quebrantó alguna garantía fundamental, o que es necesario el pronunciamiento
para el desarrollo de la jurisprudencia.

En éstas condiciones, no se trata simplemente de que en alguno de los apartes del


escrito se enuncie de manera genérica y sin ninguna precisión que hubo atentado
a algún derecho fundamental, como se hace en este caso con el debido proceso,
sino que es necesario que la sustentación corresponda al reproche que se le hace
al fallo, para que la Corte pueda definir la viabilidad de su intervención.

Magistrado Ponente: Dr. RICARDO CALVETE RANGEL

Casación Discrecional
• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : Inadmite el recurso de casación excepcional
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Pereira
• Procesado : TORRES AGUIRRE, ALEJANDRO
• Delitos : Violación a la Ley 30/86
• Proceso : 15604
• Publicada : Si
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EXTRADICION-Acuerdo Bolivariano/ EXTRADICION-
Prescripción
1.- Ya fue dicho por la Corte que si bien resulta cierto que el delito de tráfico ilícito
de estupefacientes no figura contemplado dentro del Acuerdo Bolivariano sobre
Extradición suscrito en 1911 como de aquellos hechos punibles que ameritan la
medida, también aparece claro que "la producción, la fabricación, la extracción, la
preparación, la oferta, la oferta para la venta, la distribución, la venta, la entrega
en cualquiera condiciones, el corretaje, el envío, el envío en tránsito, el transporte,
la importación o la exportación de cualquier estupefaciente o sustancia
sicotrópica...", y "la posesión o la adquisición de cualquier estupefaciente o
sustancia sicotrópica" con el objeto de realizar cualquiera de estas actividades,
constituyen delito que da "lugar a extradición en todo tratado vigente entre las
Partes", de acuerdo con los artículos 3 y 6 de la Convención de las Naciones Unidas
contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias sicotrópicas de 1988, de
donde surge que el presupuesto en mención se cumple a cabalidad.

2.- Se hace especial énfasis sobre el tema de la ley vigente en la actualidad, para
indicar que la Corte expresamente reitera que la legislación a tener en cuenta para
emitir el concepto que le compete, es la que rija al momento de la petición u
ofrecimiento de la extradición, pues, a tenor de su jurisprudencia al respecto, "una
cosa es el proceso penal que le corresponde a las autoridades extranjeras
adelantarlo conforme a su legislación y otro muy distinto es el trámite especial de
extradición que se surte en nuestro país, conforme al cual la Corte de manera
objetiva examina la procedencia con base en la documentación aportada por el
Estado requirente y en la normativa vigente al momento de la petición u
ofrecimiento."

En el pronunciamiento que viene de referirse, también se señaló que "la


extradición tiene como finalidad, ser un mecanismo de asistencia y cooperación
judicial entre diversos Estados para lograr la entrega del sentenciado o infractor al
Estado en cuyo territorio se cometió el hecho y del cual logró evadirse". En tal
medida, precisó la Corte, carece de sentido la aplicación en dicho trámite del
principio de favorabilidad, pues el concepto que de ella se demanda, no se
relaciona con la emisión de un juicio de responsabilidad penal contra el requerido,
"sino que con los parámetros que fijó el legislador examina la procedencia o no de
la solicitud de extradición, y uno de esos parámetros es que el quantum punitivo
tenga como mínimo, en esta época y no cuando se cometió el delito, pena de
prisión de cuatro (4) años)", para concluir que "el principio de favorabilidad tendría
operancia si la Corte en lugar de conceptuar tuviera que cumplir funciones de
instancia o de Tribunal de Casación para imponer la pena; pero aquí la pena tiene
relevancia únicamente para llenar un requisito de procedibilidad que
evidentemente es de aplicación inmediata por tratarse de una norma procesal sin
contenido sustancial" (Cfr. Concepto de extradición, feb.15/95, M.P. Dr. EDGAR
SAAVEDRA ROJAS, Rad. No. 9509).

Es de destacarse, asimismo, que si bien en el acápite dedicado a la equivalencia


en la legislación colombiana de la providencia proferida en el extranjero, como
fundamento de la solicitud de extradición, se dejó establecido que el pliego de
cargos en el caso sub examine, es el presentado por la Fiscalía del Perú y
constituido por el concepto proferido por el Fiscal Supremo en lo Penal de ese país
al resolver el grado de consulta elevado por el Tercer Tribunal Correccional de la
Corte Superior de Callao, y la acusación formulada el 13 de julio de 1992 por la
Tercera Fiscalía Superior en lo Penal de la misma región, refrendada por el auto de
cinco de agosto de mil novecientos noventa y dos proferido por la Tercera Sala
Penal de la Corte Superior de Callao con fundamento en la acusación fiscal, piezas
procesales que integran lo que en nuestro ordenamiento procesal corresponde a la
resolución de acusación, esto no significa que con dichos pronunciamientos se
cumpla la condición prevista por el artículo 84 del Código Penal Colombiano
relacionada con la interrupción del término prescriptivo de la acción penal para
comenzar de nuevo a contarse por la mitad del máximo de la pena prevista en la
ley para la conducta realizada.

Precisa la citada disposición, que "la prescripción de la acción penal se interrumpe


por el auto de proceder, o su equivalente, debidamente ejecutoriado" y que, una
vez interrumpido dicho término, "principiará a correr de nuevo por tiempo igual a
la mitad del señalado en el artículo 80", sin que pueda ser inferior a cinco años.

Esto indica que, a efectos de establecer la fecha exacta en que se produciría la


interrupción del término prescriptivo de la acción penal, y por tanto el término de
prescripción cuando ello ha sucedido, la ley colombiana no solamente requiere la
determinación del día del proferimiento de la providencia mediante la cual se
convoca al sindicado a responder en juicio criminal, o su equivalente, sino que,
además, exige que tal decisión se encuentre ejecutoriada, pues es a partir del
momento en que la resolución acusatoria adquiere firmeza, y, por tanto, se torna
inimpugnable, que el término de prescripción comienza "a correr de nuevo por
tiempo igual a la mitad del señalado en el artículo 80".

Por tratarse precisamente de sistemas procesales distintos, la Corte no puede


tomar los pronunciamientos de las autoridades extranjeras como proferidos por
sus similares colombianas, transportarlos en tiempo y espacio, y ubicarlos dentro
del sistema procesal penal que rige en nuestro país; para de esta manera,
ponerlos ficticiamente a producir efectos jurídicos como el relacionado con el
establecimiento de la fecha en que pudo haberse interrumpido el término
prescriptivo y, a partir de allí, reiniciar su cómputo conforme lo establece el artículo
84 del Código Penal Colombiano.

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Extradición
• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : Conceptúa favorablemente
• Procedencia : Gobierno
• Ciudad : Perú
• Procesado : VARGAS PIZANGO, HUMBERTO
• Proceso : 15479
• Publicada : Si
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TERCERO CIVILMENTE RESPONSABLE/ CASACION


DISCRECIONAL
El tercero civilmente responsable, como lo ha sostenido reiteradamente la Corte,
no cuenta con legitimidad para solicitar el recurso de casación excepcional. Y
como el punto ha sido examinado por la Sala y como no existe ninguna
circunstancia que conduzca a variar la posición unánime que sobre el mismo se
adoptó en pasada oportunidad cuando se discutieron, entre otros, los argumentos
aquí planteados por el peticionario, la Corte se ratifica en la misma. Dijo la
Corporación en la providencia del 7 de octubre de 1997, con Ponencia de quien en
esta ocasión ejerce idéntica labor:

"El recurso de casación es, en el sistema jurídico colombiano, una vía


extraordinaria de impugnación. Ello significa que no procede frente a todas las
decisiones de la jurisdicción, ni es viable por cualquier motivo, ni es de libre
formulación. Si bien la Constitución Política ha previsto su existencia en el numeral
1º del art. 235, la misma ha dejado al ámbito de libertad que es propio del
legislador, la manera como esté disciplinado el recurso, las finalidades declaradas
del mismo y las exigencias de tipo material y formal para que prospere.
"No es extraño, entonces, que sea un recurso limitado, y antes bien dichas
limitaciones han sido consustanciales a su existencia a través del tiempo y del
derecho comparado.

"En lo que tiene que ver con el decreto 2700 de 1991 y con las discusiones que lo
precedieron, se sabe que en algún momento se propuso una casación que
permitiera recurrir todas las sentencias, dividiéndose, eso sí, la competencia para
resolverlo, entre la Corte Suprema de Justicia y los Tribunales Superiores. La idea
finalmente no prosperó. En cambio fue abierta la posibilidad de que todos los
procesos penales fueren susceptibles del recurso; de manera ordinaria respecto de
las sentencias proferidas en segunda instancia por los Tribunales (Superiores de
Distrito, Penal Militar y Nacional), a condición de que se trate de delitos cuyo
máximo de pena privativa de la libertad sea o exceda de 6 años, aunque la sanción
impuesta haya sido medida de seguridad; y de manera excepcional cuando la Sala
de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, discrecionalmente, lo acepte.
Ello condicionado a que se trate de casos distintos de los aludidos, que la Corte lo
considere necesario para el desarrollo de la jurisprudencia o la garantía de los
derechos fundamentales, y que haya sido así solicitado por el Ministerio Público (El
Procurador o su delegado) o por el defensor del acusado.

"No es entonces simple casualidad, ni responde a mera liberalidad, que ni el Fiscal,


ni la parte civil, ni el tercero civilmente responsable, tengan restringida la
posibilidad de solicitar el juicio de necesidad que únicamente la Corte puede
formular en función de la procedencia del recurso, ni que los motivos de su
admisibilidad sean limitados. Tampoco que tratándose de esta vía excepcional
pierdan preponderancia las finalidades de reparación de agravios inferidos a las
partes o de efectividad del derecho material (art. 219 del C. de P.P.), aunque
eventualmente la prosperidad del recurso pueda conducir a ellas.

"Entendido así el recurso, aún planteado en términos de su selectividad


discrecional, es entonces comprensible que el legislador haya concebido la
potestad de invocar la procedencia de su examen, en principio, en cabeza del
Ministerio Público, sujeto procesal a quien corresponde como función específica la
garantía de observancia de los derechos fundamentales, y que actúa en interés de
la sociedad y en defensa del orden jurídico (131 C de P.P.), y que por extensión
garantista, hubiese abierto la facultad de solicitarlo, al defensor del acusado.
Guardadas algunas diferencias menores, evoca la Corte la denominada en vieja
legislación Italiana ‘Casación Extraordinaria en Interés de la Ley’, como facultad
exclusiva del Procurador General, cuando tuviese la convicción de que las
sentencias y ordenanzas firmes por inactividad de las partes no respondían a la
justicia, con el fin de defensa de la ley. (Florián; Elementos de Derecho Procesal
Penal).

"Tratándose pues de una potestad para obtener de la Corte el examen de


necesidad que frente a un probable pronunciamiento puede conducir a la
protección de una garantía o a la unificación de la jurisprudencia, cualquier
consideración sobre el principio de igualdad sería descartable, amén de que
miradas las cosas desde las perspectivas de los intereses particulares de la parte
civil o del civilmente responsable, no se podría resolver el dilema con respecto al
Fiscal, como sujeto procesal, ni en relación con otros eventuales intervinientes
procesales que pudiesen recibir agravios a su postura procesal o a sus
pretensiones, como no fuera desaplicando la norma (art. 218 inc. 3) para extender
la autorización de manera indiscriminada y absoluta.

"Esta misma clase de dificultades se opone a una interpretación extensiva del


concepto de defensor, e impide aceptar la proposición del solicitante. Es que el
ámbito específico con que la ley procesal colombiana define a quien representa
técnicamente al acusado es, además de repetitivamente únivoco, también por
oposición indubitable. No puede pasarse por alto que la ley designa como
apoderado de la parte civil a quien siendo abogado titulado representa al
perjudicado, y que por la misma vía la ley procesal civil denomina como
apoderados a quienes ejercen, privativamente, el derecho de postulación en
sentido estricto. Tampoco, que el Código de Procedimiento Penal suprimió
definitivamente la dualidad apoderado - defensor para distinguir a quien asiste
jurídicamente al imputado en el sumario y al acusado en el juicio, y que antes bien
consolidó el principio de unidad de defensa en distintas previsiones normativas. No
hay pues lugar a equívocos en ésta materia pues ni se presenta oscuridad de texto
legal, ni se justifica un tratamiento de amplitud que no requiere la institución.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Casación Discrecional
• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : No concede el recurso de casación excepcional
• Procedencia : Juzgado 34 Penal del Circuito
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : ARIZA, VICTOR MANUEL
• Delitos : Lesiones personales culposas
• Proceso : 15887
• Publicada : Si
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TERMINO-Notificación de providencias
Los términos legales apuntan al orden procesal, la igualdad de los sujetos, la
preclusión de las determinaciones y etapas y la seguridad jurídica. Permiten al juez
y a los intervinientes en el proceso realizar ciertos actos y otorgan firmeza a las
decisiones judiciales, aún las que carecen de fuerza de cosa juzgada, para producir
efectos que deben ser respetados.

La notificación de las providencias es un acto de comunicación de la jurisdicción


con los sujetos procesales, que acontece en desarrollo del postulado de la
publicidad, sea abierta o restringida. Cumple con la función de dar a conocer lo
decidido, para que el sujeto procesal realice lo que se le impone, ajuste la táctica a
seguir, o muestre su inconformidad mediante la interposición de los recursos
respectivos.

El diligenciamiento, que se lleva por duplicado, permitió que a pesar de dicho


informe secretarial el mismo 18 de abril de 1995 fuera notificada personalmente la
sentencia al defensor y el 19 comenzara a correr la ejecutoria del fallo, sin que
nada impidiese el acceso de las partes al expediente.

Además, la Sala ha considerado (15 de julio de 1993, rad. 8478, M. P. Jorge Enrique
Valencia M.):

"Darle vía libre a que cualquier situación o petición permita suspender los términos
sería prohijar la proliferación de pedimentos cuyo fin bien podría buscar la dilación del
lapso estricto señalado por la ley, con la mira de habilitar un apoderado o permitirle
un tiempo adicional para presentar la demanda, o simplemente conseguir sumar el
tiempo necesario para que se produzca por prescripción la extinción de la acción
penal".

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : Casa, decreta nulidad a partir del auto por el cual el
Juzgado
concedió extemporáneamente el recurso de apelación
interpuesto contra el fallo absolutorio
• Procedencia : Juzgado 45 Penal del Circuito
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Proceso : 11249
• Publicada : Si
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CASACION DISCRECIONAL-Causales
Para activar el ejercicio de la discrecionalidad concedida a la Corte respecto de la
aceptación del recurso de casación por la vía privilegiada del inciso tercero del
artículo 218 del C. de P.P. es menester que el peticionario, además de invocar una
o las causales establecidas en ese dispositivo, vale decir, el desarrollo de la
jurisprudencias y/o la protección de derechos fundamentales conculcados en el
proceso, debe precisar los argumentos en que el censor fundó sus pretensiones.
De manera que si plantea la necesidad de desarrollo jurisprudencial con referencia
a alguno de los temas tratados en el proceso, debe indicar cuáles son las
contradicciones, o puntos confusos, o vacíos que advierte en la jurisprudencia
existente, de tal suerte que justifique la ampliación del debate a través del
excepcional recurso; y si de la transgresión de derechos fundamentales se trata,
es necesario individualizar y especificar las irregularidades materializadas en la
actuación, que afecten de manera cierta esos derechos.

Estas precisiones que la jurisprudencia ha decantado como propias de la solicitud


de concesión del recurso, no implican un desarrollo total de las pretensiones
invocadas, en primer lugar, porque el auto que resuelve sobre ella no tiene
carácter vinculante y, en segundo término, porque ese desarrollo tiene su lugar en
la demanda, en el evento de abrirse campo a la impugnación; pero sí tienen su
razón de ser en facilitar los elementos de juicio mínimos para la definición de rigor.

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Casación Discrecional
• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : No Concede el recurso de casación discrecional
• Procedencia : Juzgado 51 Penal del Circuito
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : VEGA NIETO, ULISES
• Delitos : Hurto calificado y agravado
• Proceso : 15946
• Publicada : Si
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CASACION DISCRECIONAL/ FRAUDE PROCESAL/


PRESCRIPCION
1. Como quiera que la sentencia de segunda instancia proferida por el Tribunal
Superior de esta ciudad fue impugnada en oportunidad y por quien tiene
legitimidad para hacerlo, es competente la Corte para resolver discrecionalmente
sobre la concesión o no del recurso extraordinario habida cuenta que se trata de
delito cuyo máximo punitivo no es ni excede de seis años.

2. Sin embargo, la decisión que así se le faculta a la Sala, según previsiones del
artículo 218 del Código de Procedimiento Penal, sólo puede tener como supuesto el
desarrollo de la jurisprudencia o la garantía de los derechos fundamentales,
correspondiendo desde luego, al impugnante demostrar la procedencia del
excepcional recurso señalando de modo claro, fundado y coherente los
argumentos que haciendo necesario el pronunciamiento de la Corte viabilizan la
admisión del recurso.

Por tanto, es claro que la casación en su modalidad excepcional, no sólo por su


condición de tal, sino también por sus caracteres de extraordinaria y rogada, no
resulta posible concederse por fuera de las dos causas previstas en la ley, de modo
que, aunque aspectos como las causales de nulidad, tipicidad, autoría y
culpabilidad puedan ser materia de la demanda respectiva no se convierten por
ello en fundamento que permita la concesión de la impugnación que
discrecionalmente le ha sido reservada a la Sala.

En ese orden, sólo la argumentación que haga evidente, no causales de nulidad en


cuanto tales ni situaciones de atipicidad sin trascendencia alguna, sino cuan
necesario es el que la Corte se pronuncie en aras del desarrollo de la
jurisprudencia o de la garantía de derechos fundamentales puede provocar la
decisión que el defensor reclama.

3. Sentadas tales premisas y no obstante la ausencia de claridad y orden que


observa el recurrente en su escrito, es posible inferir la invocación de las dos
situaciones referidas en el inciso final del citado artículo 218 bajo el común
argumento de que la acción penal derivada del delito de fraude procesal se
encontraba prescrita para el momento en que la resolución de acusación cobró la
correspondiente ejecutoria, lo cual, según el impugnante, no sólo hace necesaria la
intervención de la Corporación para que jurisprudencialmente se determine el
momento consumativo del susodicho punible, sino para que además se garanticen
el debido proceso y el derecho de defensa conculcados al omitirse la declaración
de aquél fenómeno.

Si bien en la decisión que transcribe el recurrente, de diciembre 10 de 1.987,


siendo ponente el Magistrado Dr. Jorge Carreño Luengas, se clasificó el punible de
fraude procesal como tipo de mera conducta, por contraposición a los de resultado,
considerándolo "perfecto o agotado cuando se realiza el comportamiento descrito
en el verbo rector que es en este caso ‘inducir’ y no obtener" era claro, como lo es
ahora, que en el proceso de adecuación no se exigía la concreción del ingrediente
subjetivo, así como lo es que de tal aserto no puede asimilarse, como erradamente
lo hizo el defensor, tipos de mera conducta con tipos de conducta instantánea
porque es evidente que uno y otro corresponden a distinta clasificación así se
refiera ésta a su contenido.

Desde entonces la jurisprudencia de la Corte ha sido profusa en determinar los


efectos y la permanencia que en ciertos casos ha demostrado el verbo rector
delimitando la conducta inductiva hasta la ejecutoria de la sentencia, resolución o
acto administrativo proferidos por servidor publico inducido en error, pero no
porque sea exigible la materialización de la finalidad sino, porque persistiendo la
ilícita acción, se constituye en elemento a partir del cual habrá de contarse el
término prescriptivo dado que constitucionalmente no pueden existir penas
exentas de dicho fenómeno.

Así, en sentencia de julio 4 de 1.989, también con ponencia del Dr. Carreño
Luengas, se afirmó que en el punible de fraude procesal "si bien no se exige que se
produzca el resultado perseguido por el agente, sólo debe considerarse
consumado, cuando el autor en desarrollo de su actividad fraudulenta y dolosa,
induzca en error al funcionario y perdura mientras subsista el error, porque la
vulneración al interés protegido por la norma se prolonga a través del proceso
durante el tiempo en que la maniobra engañosa siga produciendo sus efectos
sobre el empleado oficial. De ahí, que para los fines de la prescripción de la acción
penal, el término sólo debe contarse a partir del último acto de inducción en error,
o sea desde cuando la ilícita conducta ha dejado de producir sus consecuencias y
cese la lesión que por este medio se venía ocasionando a la administración de
justicia.", criterio que fue reiterado en sentencias de agosto 17 de 1.995 y
septiembre 16 de 1.996 con ponencia de los Magistrados Dres. Fernando Arboleda
Ripoll y Carlos Eduardo Mejía Escobar, respectivamente, precisándose en
providencia de octubre 4 de 1.996, (M.P. Dr. Dídimo Paez Velandia) "que la lesión
del interés jurídico protegido cesa con la ejecutoria de la providencia
fraudulentamente obtenida" yendo, sin embargo en otros casos mucho más allá,
como cuando se induce en error al correspondiente empleado oficial para obtener
la ejecución de una decisión en firme.
Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Casación Discrecional
• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : No concede el recurso de casación excepcional
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : HERNANDEZ HERNANDEZ, JORGE ELIECER
• Delitos : Fraude procesal
• Proceso : 15752
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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ACCION DE REVISION-Cambio de jurisprudencia


La acción de revisión no es, como parece haberse entendido, una instancia
adicional en donde se pueda reabrir el debate probatorio e insistir en tesis
rebatidas, y por demás fallidas, que reflejan únicamente la inconformidad de los
sujetos procesales con la decisión judicial.

La demanda de revisión que no se adecúe con los parámetros que la misma ley
establece en el artículo 234 del Código de Procedimiento Penal, no podrá ser
admitida, pues es inaceptable que so pretexto de la excepcional acción, se intente
regresar a la controversia probatoria, ya finiquitada en las instancias, al punto de
generar la expedición de decisiones que al haber hecho tránsito a cosa juzgada
son inamovibles y permanecen tuteladas con certeza de intangibilidad.

En punto de la causal invocada, esto es el numeral 6° del artículo 232 del Código
de Procedimiento Penal, el demandante debe estructurar un discurso jurídico
completo tendiente a demostrar que la sentencia condenatoria se
fundamentó en criterios de derecho que se asumieron como vigentes a pesar de
que la Sala de Casación Penal, haya cambiado de manera favorable para el
condenado tales razonamientos jurídicos.

Implica como mínimo identificar y explicar cuáles son los raciocinios jurídicos en
que se cimentó la sentencia condenatoria, y además, el modo en que aquellos
mismos basamentos fueron modificados por jurisprudencia del máximo tribunal de
justicia penal.

Se trata, pues, de remover la autoridad de la cosa juzgada buscando evitar que


ante hechos circunstancialmente similares persistan fallos discordantes o
contradictorios que puedan comportar menoscabo al principio de igualdad y por
ende a la idea de justicia material, en virtud de que un pronunciamiento judicial de
la Sala, permita comprender en forma distinta los elementos de la estructura
dogmática del hecho punible y por ende, frente a ciertos casos determinados y
concretos, surja la posibilidad de revisar los fundamentos de la condena que se
hubiere impuesto.

El pronunciamiento judicial que modifica favorablemente el criterio que sirvió para


sustentar la sentencia condenatoria debe provenir exclusivamente de la Sala de
Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia y de ninguna otra autoridad
judicial, por ser la Corte el máximo tribunal de la jurisdicción ordinaria y tener
asignada la tarea de unificar la jurisprudencia nacional, de conformidad con el
artículo 219 del Código de Procedimiento Penal.

Los fallos de los Tribunales Superiores, en cuanto son plurales suelen contener
puntos de vista diversos e incluso antagónicos, por lo cual se descartan para
efectos de esta causal de revisión. La jurisprudencia de la Sala de Casación Penal,
por el contrario, es unívoca por ser única esta Corporación y máxima su jerarquía.

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Acción de Revisión
• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : Reconoce apoderado e inadmite la demanda de revisión
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : GOMEZ COY, JULIO ARTURO
• Delitos : Hurto calificado y agravado, Porte de armas de defensa
personal
• Proceso : 15760
• Publicada : Si
Aclaración de voto Dr.CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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DEMANDA DE CASACION/ NULIDAD/ FALSEDAD EN


DOCUMENTO PUBLICO
Aunque quien interpone el recurso extraordinario de casación dispone el orden de
los cargos que formula y determina cuál o cuáles propone como subsidiarios, ello
no significa que necesariamente la Corte deba examinarlos en el mismo orden.
Simplemente porque éste puede resultar ilógico como cuando se plantea un error
in iudicando de la sentencia y seguidamente se hace una propuesta de nulidad.
En casos así, como reiteradamente se ha sostenido, si es condición del
proferimiento del fallo que el proceso se haya adelantado debidamente, lo
acertado es estudiar primero la posibilidad de la nulidad procesal y sólo si esta no
se presenta, si el trámite procesal ha estado adecuado a la Constitución y a la ley,
procede la evaluación de los supuestos errores de juicio del fallo. De prosperar
éstos la Sala deberá dictar la sentencia de sustitución respectiva y ésta sólo es
viable, se repite, en el marco de un proceso regular y pleno de garantías.

En el presente caso la defensora planteó los dos primeros cargos con sustento en
la causal 1ª de casación, el siguiente con sustento en la segunda y el último como
subsidiario con apoyo en la tercera. Para el Procurador Delegado, no obstante el
principio de prioridad, cuando una petición de nulidad se plantea desde etapas
anteriores a la sentencia pero se formula como subsidiaria, su examen no se
impone como prioritario sino que procede una vez se hayan desestimado los
argumentos que se consideraron como principales en la demanda.

La Sala no está de acuerdo con tal idea. La sola posibilidad de un proceso viciado
de nulidad, así la irregularidad se aduzca al interior de un cargo subsidiario, obliga
primero el examen de éste, en atención a que la eventual procedencia de los
ataques hechos con sustento en las dos primeras causales de casación le imponen
a la Corte proferir sentencia de reemplazo y esto únicamente es viable, como se
dijo, en una actuación ceñida a las reglas del debido proceso.

La intervención de las entidades bancarias receptoras de las declaraciones de


renta es para el Tribunal de carácter privado y de allí que haya decidido condenar
por el delito de falsedad en documento privado. Aunque sin mayores argumentos,
dicho acto es para la demandante de naturaleza pública y el Procurador está de
acuerdo con la conclusión del Tribunal. Su consideración es que así los
autoadhesivos o sellos de presentación estén regulados legalmente, son de
naturaleza privada en consideración a que no los emite la administración pública
sino los bancos (de acuerdo con las normas tributarias correspondientes), que ni
son autoridades públicas ni cumplen una función oficial.

La Sala debe puntualizar que la libelista afirmó la condición de público del acto de
presentación de las declaraciones de renta. De ser cierta esa idea, planteada sin
ningún tipo de desarrollo dentro del cargo examinado, las consecuencias
agravarían la situación de su representado y en esa medida carecía de interés para
proponerla. La Corte, sin embargo, considera pertinente un breve examen del
tema. El artículo 126 del decreto 2503 de 1987 dispuso:

"El Gobierno Nacional podrá recaudar total o parcialmente los impuestos, anticipos,
retenciones, sanciones e intereses administrados por la Dirección General de
Impuestos Nacionales, así como efectuar la recepción de las declaraciones
tributarias, a través de bancos y demás entidades financieras". El artículo 127 del
mismo decreto, aparte de autorizar al Ministerio de Hacienda y Crédito Público para
señalar cuáles serían esos bancos o entidades, relacionó una serie de obligaciones
que deberían cumplir y que enseguida se transcriben:

"a) Recibir en todas sus oficinas, agencias o sucursales, con excepción de las que
señale la Dirección General de Impuestos Nacionales, las declaraciones tributarias
y pagos de los contribuyentes, responsables, agentes retenedores o declarantes
que lo soliciten, sean o no clientes de la entidad autorizada.

"b) Guardar y conservar los documentos e informaciones relacionados con las


declaraciones y pagos de tal manera que se garantice la reserva de los mismos.

"c) Consignar los valores recaudados en los plazos y lugares que señale el
Ministerio de Hacienda y Crédito Público.

"d) Entregar en los plazos y lugares que señale el Ministerio de Hacienda y Crédito
Público, las declaraciones y recibos de pago que hayan recibido.

"e) Diligenciar la planilla de control de recepción y recaudo de las declaraciones y


recibos de pago.

"f) Transcribir y entregar en medios magnéticos, en los plazos y lugares que señale
el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, la información contenida en las
declaraciones y recibos de pago recibidos, identificando aquellos documentos que
presenten errores aritméticos, previa validación de los mismos.

"g) Garantizar que la identificación que figure en las declaraciones y recibos de


pago recibidos, coincidan con la del documento de identificación del contribuyente,
responsable, agente retenedor o declarante.

"h) Numerar consecutivamente los documentos de declaración y pago recibidos así


como las planillas de control, de conformidad con las series establecidas por el
Ministerio de Hacienda y Crédito Público, informando los números anulados o
repetidos, e

"i) Las demás que señale el Ministerio de Hacienda y Crédito Público".

Dicho Ministerio, facultado por el decreto 2503 de 1987, expidió la resolución


00154 de 1988, mediante la cual reguló "la recepción de las declaraciones
tributarias y el pago de los impuestos, retenciones, anticipos, sanciones e intereses
que administra la Dirección General de Impuestos Nacionales a través de la red
bancaria".

En dicha resolución fueron autorizadas las entidades bancarias legalmente


establecidas en el país para "recibir los formularios de las declaraciones del
impuesto sobre la renta y complementarios…" y en general se fijaron en detalle las
reglas que debían seguir como receptoras de los documentos tributarios.
Igualmente el mecanismo de entrega de los mismos a las administraciones de
impuestos nacionales y la obligación de la Subdirección de Recaudo de la Dirección
General de Impuestos de brindar capacitación y asesoría a los bancos que
decidieran hacer uso de la autorización y efectuaran solicitud en ese sentido (art.
12). Se dispuso igualmente la manera en que las entidades debían acogerse a la
autorización prevista por la resolución y la fecha límite para hacerlo. El artículo 24
dispuso:

"La autorización conferida tendrá vigencia indefinida. No obstante, el banco podrá


en cualquier momento dejar de hacer uso de la autorización, dando aviso al
Ministerio de Hacienda y Crédito Público con un mes de antelación".

De lo dicho aparece claro que fue decisión de la Rama Ejecutiva del poder público
entregar a las entidades bancarias la facultad de recepcionar las declaraciones
tributarias, a condición de que éstas aceptaran expresamente lo dispuesto en el
reglamento expedido para el efecto por el Ministerio de Hacienda, sujetándose
naturalmente a la eventualidad de las sanciones previstas en el artículo 128 y
siguientes del decreto 2503 de 1987, por el incumplimiento de las obligaciones
derivadas de la autorización para recibir los documentos y recaudar los impuestos.

Aparte de ser banco reconocido, entonces, la facultad para recepcionar


declaraciones de renta tiene su origen en la voluntad de la entidad de cumplir esa
función en los términos definidos previamente por la administración pública. Que
la entidad bancaria sea un particular, en consecuencia, no es lo que define la
naturaleza jurídica de los documentos que emite en desarrollo de la facultad
conferida, ni del carácter de dicha facultad.

De conformidad con el artículo 63 del Código Penal los particulares que ejercen
funciones públicas en forma permanente o transitoria, son considerados servidores
públicos. El rasgo identificador de la categoría de los documentos que expiden en
desarrollo de una atribución que les confiere el Estado está ligado a que la misma
constituya o no una función pública. Si lo es, como sucede en el caso examinado,
los documentos que emiten tienen la calidad de públicos.

La función de recepcionar las declaraciones tributarias y recaudar los impuestos


correspondientes es del Estado a través de la oficina respectiva del Ministerio de
Hacienda y Crédito Público. En consecuencia, al desplazarse esas facultades hacia
las entidades bancarias, lo que se hace es entregarles el ejercicio de una función
pública, en cuyo desarrollo deben sujetarse a las reglas impuestas por la
administración y a las sanciones derivadas de su incumpimiento, actuando para
dichos efectos, en conclusión, como verdaderos servidores públicos.

Así las cosas, la intervención reglada de los bancos receptores de las declaraciones
de renta y patrimonio constituye el ejercicio de una función pública, por lo que los
sellos de presentación o autoadhesivos que estampan en el cuerpo de las mismas
documentan dicha intervención y su falsificación configura el delito de falsedad
documental pública y no privada como concluyó equivocadamente el Tribunal.

El error advertido, sin embargo, no es susceptible de corrección en sede de


casación. Primero, por el carácter limitado del recurso, y además porque hacerlo
significaría agravar la situación del procesado que es recurrente único y con ello
resultaría conculcada la garantía constitucional de la prohibición de la reformatio in
pejus. Adicionalmente el mismo no constituye ningún tipo de irregularidad en
atención a que el hecho objeto del fallo correspondió con el de la acusación y la
adecuación legal que de él hizo el Tribunal fue dentro de los mismos título y
capítulo del Código Penal a que se refirió el pliego de cargos, resultando ella
beneficiosa para el procesado.

El cambio de adecuación legal, entonces, dejó inalterable la conducta y se produjo


sólo porque el Tribunal, a diferencia de la Fiscalía, le otorgó el carácter de privados
a los documentos. Y si se tiene en cuenta que la calificación jurídica que de los
hechos se hace en el pliego de cargos es provisional, con mención del capítulo y el
título del Código Penal donde se encuentra prevista (art. 442-3 del C. de P.P.), eso le
permite al juzgador variar la imputación en el fallo, a condición de que lo haga
dentro del mismo capítulo del Código Penal y de que no resulte agravada la
situación del procesado.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : CASALLAS ORDOÑEZ, HECTOR JULIO
• Delitos : Falsedad en documento privado
• Proceso : 11144
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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ACCION DE REVISION
Como lo ha sostenido la Sala en múltiples decisiones, la remoción de la cosa
juzgada sólo es posible cuando frente a la demostración de alguna de las causales
taxativamente señaladas en la ley, se evidencia que se cometió una injusticia.

Por tal circunstancia, la demanda habrá de confeccionarse con la más rigurosa


técnica, encontrándose entre sus requisitos, los fundamentos de hecho y de
derecho en que se apoya la solicitud, para que la Sala, al momento de estudiarla,
se forme un juicio anticipado respecto de la seriedad y viabilidad de la acción
instaurada, pues de lo contrario, el rechazó será la decisión a adoptar.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Acción de Revisión
• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : Reconoce apoderado e inadmite la demanda de revisión
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Marta
• Procesado : CAMARGO DE LEON, RAFAEL ANTONIO
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
• Proceso : 15920
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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IMPEDIMENTO-Haber dado opinión sobre el caso


Los aspectos a los cuales se refirió el fallo de tutela, no comprometen la
imparcialidad de los funcionarios disidentes pues en él se analizaron aspectos
referidos a los garantías fundamentales de Ecopetrol en su condición de
demandada dentro del trámite adelantado ante el Juzgado Promiscuo de
Chiriguaná, tales como el debido proceso, el derecho a la igualdad y a la defensa.
Para ello analizaron el desarrollo de la actividad procesal en aras de establecer el
cumplimiento de las garantías legales y constitucionales de la parte que solicitó la
tutela, como la indebida notificación de la sentencia con la que culminó el proceso
ordinario de mayor cuantía y del trámite del proceso de ejecución que le siguió a
aquél; la indebida representación de las partes, el derecho de estas a solicitar
pruebas y presentar nulidades; el derecho a la doble instancia, al principio de
vigencia y aplicabilidad prevalente e inmediata de la Constitución; la
incompetencia del juez por el factor territorial y falta de jurisdicción. El derecho a
la igualdad en cuanto al acceso a la administración de justicia en las mismas
condiciones de la parte demandante y el derecho a la defensa, aspectos que
analizados desde la perspectiva del debido proceso, no constituyeron a juicio de
esa colegiatura irregularidades de carácter sustancial y de allí, la declaratoria de
improcedencia de la acción de tutela.

En este sentido es dable afirmar que no existe la vinculación sustancial en cuanto


a la opinión emitida en dicha actuación y lo que es objeto de la sentencia pues en
aquella se buscaba la protección de los derechos fundamentales.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Impedimento
• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : Declara infundado el impedimento manifestado por varios
Magistrados del Tribunal
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Valledupar
• Procesado : MARQUEZ FUENTES, ADALBERTO
• Procesado : RODRIGUEZ RODRIGUEZ, LUIS EDUARDO
• Delitos : Prevaricato por acción, Prevaricato por omisión
• Proceso : 15984
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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COLISION DE COMPETENCIA/ RECEPTACION


Cuando dos o más jueces se niegan a conocer de un determinado asunto por
estimar que no es de su competencia, de acuerdo al factor territorial, es necesario
determinar el lugar donde se infringió la ley penal o si tal aspecto fuere
desconocido, lo indicado es acudir a la norma que regula la competencia a
prevención.

El delito de receptación, se reitera, no está sujeto al lugar donde en últimas se


halle el objeto material del ilícito, en este caso del hurto inicialmente denunciado,
sino el sitio donde se adquieren, reciben u ocultan los objetos provenientes de
dicha conducta delictiva.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Colisión de Competencias


• Fecha : 06/07/1999
• Decisión : Declara competente al Juzgado 9 Penal del Circuito de
Santa
Fe de Bogotá
• Procedencia : Juzgado Penal del Circuito
• Ciudad : Villeta
• Procesado : RONCANCIO SUAREZ, MARCO AURELIO
• Delitos : Receptación
• Proceso : 15923
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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07/07/1999
SINDICADO-Facultades/ APELACION
Es necesario recordar que la ley colombiana otorga al sindicado la calidad de
sujeto procesal y que lo faculta en general para que por sí mismo ejerza actos
trascendentes, ya que el art 137 del C.P.P. es categórico en señalar que tiene los
mismos derechos (facultades) de su defensor, excepto la sustentación del recurso
de casación. Agrega la norma que únicamente ante el evento de que existan
peticiones contradictorias entre el sindicado y su defensor, prevalecerán éstas
últimas. En consecuencia, cuando las peticiones de uno no necesariamente
implican la exclusión de las del otro, es posible su coexistencia.

Lo anterior es importante en este caso porque como ambos sujetos tienen poder
de postulación separadamente, pues ambos tienen la facultad de interponer de
manera independiente los recursos que estimen pertinentes, e igual autonomía
ha de predicarse frente a la carga de sustentarlos y al derecho de desistir de ellos,
es evidente que debe decidirse de manera autónoma respecto del desistimiento o
renuncia a la apelación interpuesta por el defensor, sin que ello afecte el recurso
de alzada interpuesto de manera coetánea y separada por el procesado. Y que de
la misma manera los efectos de la aceptación o negación del pedido de
aplazamiento de la audiencia, hecha por el imputado frente a su propio recurso, no
vienen supeditados por las resultas de aquel desistimiento, ni se vinculan con él.

De esa manera, para la Sala es procedente aceptar el desistimiento que de la


apelación ha hecho el defensor del Dr (...) ya que así lo autoriza el art 212 del
C.P.P.: "Podrá desistirse de los recursos antes de que el funcionario judicial los
decida".

En cuanto a la petición de aplazamiento de la audiencia de sustentación, ésta no


procede sino por causa grave y justificada, como en general lo dispone la ley
respecto de toda petición que envuelva una prórroga de términos (Art 172 C.P.P.)
Para ello, ha invocado el recurrente su intención de tener representante judicial
radicado en Bogotá y anuncia que viajará en forma inmediata.

No se advierte en esa motivación fundamento o causa grave y seria que le excuse


del cumplimiento oportuno de la carga procesal, ni que imponga el aplazamiento
de la diligencia. El procesado está, por disposición de la ley, obligado a sustentar el
recurso por él interpuesto, y la ley no lo ata indefectiblemente, a depender para
ello de la asesoría o coadyuvancia de representante judicial, y menos aún le
obligaba a pretender la sustentación oral, pues bien podía hacerlo por escrito
como lo ha señalado jurisprudencialmente de manera reiterada esta Corporación.

Si cada uno de los recursos se desenvuelve frente a cada sujeto interviniente de


manera autónoma, la sustentación de la apelación propuesta por el defensor no
depende, ni se vincula, con la del recurso interpuesto por el condenado. En esa
medida, el anuncio de un propósito de actuar de determinada manera, no tiene
capacidad para enervar el orden del procedimiento o supeditarlo a la arbitraria
voluntad de los sujetos que actúan en el proceso. No siendo tal razón, un motivo
suficiente para que por su justificación y gravedad, es decir, por su irresistibilidad,
pueda incidir en la preclusividad de los términos procesales, será denegada la
petición por parte de la Sala.

Siendo ello así, y habiéndose dejado vencer el término de sustentación del recurso,
por parte del apelante, la alzada se declarará desierta con todas las implicaciones
a que ello conduce, tanto en lo que tiene que ver con la ejecutoria de la decisión
recurrida (sentencia de condena) como con las consecuencias correccionales
previstas en la ley (arts196 B y 215 del C.P.P.), con mayor razón tratándose de un
profesional del derecho que conoce el texto de la normatividad y puede calcular
los efectos de su inobservancia. Se impondrá al Dr (...), entonces, una multa por
valor de 10 salarios mínimos mensuales legales, en favor del Consejo Superior de
la Judicatura por su inasistencia injustificada a la audiencia de sustentación oral
del recurso.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Segunda Instancia


• Fecha : 07/07/1999
• Decisión : Acepta el desistimiento del recurso de apelación, deniega
petición de aplazamiento de la audiencia de sustentación
oral, declara desierto el recurso, impone multa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Antioquia
• Procesado : RODRIGUEZ GONZALEZ, JUAN MANUEL
• Delitos : Peculado por uso
• Proceso : 15956
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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08/07/1999

LIBERTAD PROVISIONAL/ TERMINO-Vencimiento


Para que proceda la libertad provisional es preciso que se cumplan los
presupuestos de la causal invocada, en este caso que haya transcurrido el término
de seis meses de privación efectiva de la libertad, contados desde la ejecutoria de
la resolución de acusación, y además, que no se hubiere iniciado el debate público
o a pesar de haberse fijado fecha para ello, no se haya podido realizar por motivos
no atribuibles a quien aspira al reconocimiento de ese derecho o de su
representante judicial.

La casual de excarcelación invocada por el procesado no se circunscribe a un


simple conteo matemático de los términos, sino que está condicionada a la
ausencia de actividades que insinúen maniobras dilatorias encaminadas a la
realización de la audiencia pública.

Los seis meses a que se refiere el numeral quinto del artículo 415 del C.P.P. se
cumplieron el 30 de abril de 1999. No obstante, se debe tener en cuenta que el 15
del mismo mes y año se había fijado el 29 de abril de 1999 para dar inicio a la
audiencia pública, propósito que no pudo lograrse porque se interpuso recurso
contra dicho auto a fin de que no se efectuara el acto procesal, con el argumento
que al estar apelada la providencia que denegó la nulidad y la práctica de algunas
pruebas en la causa, ello impedía la realización de aquella.

El ánimo dilatorio se infiere también de la comparación de las fechas en que se


presentó la impugnación y la petición de libertad. Esta última se elaboró antes de
aquella y se presentó sin haberse vencido los seis meses a que se refiere la norma
jurídica en la que se apoyó la petición de libertad.

Nada más alejado de la realidad jurídica el argumento utilizado en este caso para
impedir que el Tribunal diera comienzo a la audiencia, porque de manera expresa
el artículo 455 del C.P.P. establece que " no se podrá terminar la audiencia pública
antes de que el superior resuelva" la apelación, debiéndose suspender la diligencia
para tales efectos.

Si tenemos en cuenta que lo que se cuestionó contra la providencia que fijó fecha
para el debate oral es un aspecto jurídico sobre el cual no existe novedad,
ambigüedad, oscuridad, dificultad en la interpretación, ni alternativas razonables
de solución, hay que concluir que el recurso interpuesto y la interpretación dada a
la ley procesal penal con desconocimiento del art. 455 ibídem, fue una maniobra
dilatoria para impedir el inicio del debate. Se utilizó una hermenéutica
acomodaticia, pues se acudió a principios ajenos a la misma, con desconocimiento
de los de orden sistemático, histórico o teleológico.

Los derechos, menos en el campo de las normas procesales, no pueden ejercerse


con mera liberalidad de quienes eventualmente por ley pueden tener la potestad
de ejercerlos. Si un recurso se ejerce a sabiendas de que la voluntad de la norma
es muy distinta, nunca ello puede ser concreción legítima del derecho de defensa,
es un proceder sesgado y torticero para impedir que el texto jurídico se cumpla,
ante lo cual el juez debe salir al paso para mantener incólume el propósito del
legislador.

El deber de lealtad impuesto por la ley a los sujetos intervinientes en los procesos
judiciales, implica necesariamente la obligación de actuar con absoluta seriedad y
responsabilidad en los planteamientos que se le hagan al órgano jurisdicente, pues
so pretexto de ejercer el derecho de controvertir las decisiones no es permitido
tergiversar su contenido, ni hacer afirmaciones vagas o utilizar fórmulas sin
soporte jurídico, para enredar los trámites procesales.

La Sala en pasada oportunidad, en situación similar a la que ahora ocupa su


atención, se abstuvo de autorizar la excarcelación, considerando como un acto
dilatorio, el hecho de que la defensa "en lugar de atender la convocatoria del
despacho interpuso a ese auto el recurso de reposición que difirió la fecha
señalada" para la audiencia (Auto del 1º de Julio de 1993. Mag. Pon. JUAN MANUEL
TORRES FRESNEDA).

Magistrado Ponente: Dr. GUIOMAR JIMENEZ MUÑOZ

Auto Segunda Instancia


• Fecha : 08/07/1999
• Decisión : Confirma providencia impugnada mediante la cual el
Tribunal
negó la libertad provisional
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Riohacha
• Procesado : DAZA BERMUDEZ, RODRIGO
• Delitos : Prevaricato por acción, Prevaricato por omisión, Cohecho
• Proceso : 16042
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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PRUEBA-Auto por medio del cual se ordena su allegamiento.


Competencia para conocer de su impugnación
De conformidad con lo indicado en precedencia, se reitera que el auto por medio
del cual se dispuso el allegamiento de las pruebas, únicamente podía ser
impugnado ante la autoridad que lo profirió, de donde surge la irregularidad del
trámite y de la decisión adoptada por el ad quem, que no estaba facultado para
pronunciarse ni, por ende, para revocar el auto de sustanciación dictado dentro de
la audiencia pública por el Juzgado 40 Penal del Circuito de Bogotá.

Más aún, en el evento de que la actuación del Tribunal hubiese tenido fundamento
legal, la pretensión de los casacionistas también resultaría vana, además de
completamente intrascendente. En efecto, la aplicación de lo dispuesto por el
artículo 204 del Código de Procedimiento Penal, de donde se desprende
residualmente que una apelación de esa naturaleza procedería en efecto
devolutivo, da razón, sólo en tal sentido, a lo dispuesto por el Juzgado. Esto
significa que no habría obligación legal para suspender el cumplimiento de la
providencia recurrida ni la actuación procesal, de manera que las probanzas
podían allegarse, así la prudencia aconseje esperar la decisión del superior, en la
hipótesis de que fuese procedente el pronunciamiento en segunda instancia.

La preceptiva vigente permite, en tales condiciones, la práctica de la prueba, que


será apreciada y habrá de producir los efectos que le son propios, sin que pierda
eficacia por la posterior revocatoria del auto que la ordenó, al haberla estimado
impertinente el ad quem, que sin embargo en la sentencia le reconoce la fuerza
demostrativa que a priori pretendió quitarle.
Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
• Fecha : 08/07/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : RAMOS RODRIGUEZ, LUIS NELSON
• Procesado : RAMIREZ GONZALEZ, EDILBAR EGIDIO
• Delitos : Tentativa de homicidio, Porte de armas de defensa personal,
Homicidio
• Proceso : 11530
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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NULIDAD/ ABUSO DE FUNCION PUBLICA


1.- El artículo 306 del Código de Procedimiento Penal contempla la preclusión de la
oportunidad para solicitar nulidades originadas en la etapa sumaria, en el sentido
de que los sujetos procesales pueden invocarlas hasta el vencimiento del término
de traslado común para preparar la audiencia (artículo 446 idem), pues, fenecida
dicha ocasión, sólo podrán hacerse valer en el recurso de casación.
Independientemente de que el proceso sea susceptible de la impugnación
extraordinaria, o no lo sea, el sentido de aquella norma es el de introducir
disciplina en el proceso penal, con el fin de que injustificadas o inoportunas
peticiones no lo regresen a etapas ya superadas, dado que razonablemente las
partes han podido pedir la invalidación en el curso mismo de la instrucción, o
después de ocurrida la supuesta anomalía, o en las oportunidades para presentar
alegatos previos a la situación jurídica y la calificación sumarial, o durante el
considerable término de treinta (30) días hábiles con el cual se abre el juicio, lapso
este que expresamente se ha dispuesto por la ley no sólo para preparar la
audiencia pública sino también para "solicitar nulidades" originadas en la
etapa de instrucción y que no se hayan resuelto y pedir las pruebas que sean
conducentes".

Dejar pasar tan marcadas y bondadosas posibilidades para pedir las nulidades
originadas en la etapa instructiva, resulta un acto de suma incuria que la parte no
puede encubrir con alegaciones de ofensas a los derechos de contradicción y
defensa, por fuera de un contexto de justificación, después de que solicita la
invalidación a la hora de nona, cuando dichas garantías pudieron activarse en
cualquiera de las oportunidades explícitas que defiere la ley.

La sentencia de constitucionalidad C-394 de 1994 (septiembre 8) declaró exequible


la regla prevista en el artículo 306 del C. de P. P., pero el impugnante la ha citado
de manera parcial y equívoca, porque, el fallo, antes de la cita fragmentaria
invocada, dice que "analizada la disposición en su contenido unitario, fácilmente
se advierte que la norma hace relación a las nulidades ocurridas durante la etapa
de la instrucción. El término para invocar éstas es el del traslado común de treinta
(30) días señalado para la preparación de la audiencia pública prevista en la etapa
del juicio (C. P. P., arts. 446 y 449)…". En relación con la oportunidad para decretar
la invalidez, por los hechos generadores de nulidad que ocurran durante el
juicio (no antes), el fallo de constitucionalidad acude a la norma de integración
señalada en el artículo 21 del ordenamiento citado, con el fin de aplicar la
previsión del artículo 142 del Código de Procedimiento Civil.

De otra parte, aunque los jueces unipersonales o colegiados conservan las


facultades para declarar nulidades de oficio (art. 305 C. P. P.), tal como lo sugiere el
apelante, lo cierto es que, a tono con la heterodoxa sugerencia, la Sala no
encuentra el esfuerzo del impugnante para demostrar la trascendencia de las
supuestas irregularidades y las pruebas que echa de menos, máxime que en la
fase del juicio se decretaron pruebas (cuaderno del Tribunal, fs. 72) y allí tuvo
entonces la oportunidad de promover la remoción de la deficiencia que veía en la
etapa de la instrucción.

2. - Como el delito de abuso de función pública consiste en "realizar" funciones


públicas diversas de las que legalmente le corresponden al servidor oficial, no
apenas en salirse de sus atribuciones, de cierta manera el tipo del artículo 162 del
Código Penal se refiere a una "ilegalidad" y, en razón de tal afinidad típica con el
hecho punible de prevaricato, aquí es pertinente traer a colación lo dicho en la
sentencia de segunda instancia fechada el 26 de mayo de 1998, aunque entonces
sólo en consideración del segundo ilícito, en los siguientes términos:

"… lo cierto es que la dirección típica de la norma sobre el prevaricato exige primero y
directamente una confrontación entre la decisión proferida por el acusado y la ley.
Puede ser que el juicio de reproche requiera de la clarificación que eventualmente
surge de las explicaciones del procesado en el curso de sus intervenciones, o de las
reflexiones de los distintos sujetos procesales en torno a lo que significa el
presupuesto fáctico y jurídico sobre el cual se edifica la prevaricación, o de los
pareceres de otras autoridades judiciales, pero lo primero que debe enfrentar el
juzgador es lo que hizo el inculpado en la resolución redargüida de ostensiblemente
ilegal, pues, por lo obvio, es en este momento cuando se realiza la conducta juzgada y
no, verbigracia, en la indagatoria o la audiencia pública, oportunidades estas en las
cuales se producen los descargos o explicaciones sobre los hechos que ya se habían
consumado" (M. P. Jorge Aníbal Gómez Gallego).

3.- Dentro de un curso procesal en el que inicialmente pueden intervenir


funcionarios distintos del competente por la naturaleza del hecho, con la sola
condición de que oficien como instructores en el lugar donde el mismo ocurrió, el
abuso de funciones públicas alcanza a exteriorizase, de manera segura, cuando el
servidor público hace suyas las facultades que hasta entonces apenas
desempeñaba y reconocía como autorizado legal, lo cual se concreta por medio de
una resolución posterior en la cual quedan excluidos los hechos punibles que
permitían reconocer competencia ajena (rebelión y/o transporte de armas de fuego
o municiones).

4.- El fiscal seccional ingresa con competencia legal en el curso de la investigación,


pero la desborda al tomar una determinación posterior que ya no le incumbía,
razón por la cual simplemente puede afirmarse que se ha salido de la esfera de
sus atribuciones, pero no que le ha arrebatado la función correspondiente a otro
servidor público.

Como la norma del artículo 162 del Código Penal sistemáticamente pertenece al
capítulo noveno, situado dentro del título III de dicho ordenamiento, denominado
"Usurpación y abuso de funciones públicas", la conducta delictiva debe consistir en
una verdadera apropiación de la función legalmente asignada a otra clase de
funcionarios, de la cual carece en absoluto el impostor, aunque con la diferencia de
que en este caso el desplazamiento lo comete un servidor público y no un
particular (como en el artículo 161), máxime que el tipo penal se refiere a la
"realización" (hacer real) de funciones públicas diversas de las que legalmente le
correspondan, y no a la mera extralimitación en el ejercicio funcional legalmente
ostentado.

En más de una ocasión, algunos funcionarios, aunque conscientes de que estaban


autorizados para ciertas diligencias pero no para resolver la situación jurídica, lo
hacen por medio de un acto sustancialmente legítimo, después de recibir
normalmente las indagatorias, pero tal actitud sólo puede entenderse como una
extralimitación funcional y no como usurpación, pues ésta representa un grado
mayor de afrenta al bien jurídico de la administración pública, en la medida que,
vista globalmente la conducta, dentro del contexto del curso procesal examinado,
el funcionario no sería completamente extraño a él, pues por algo se le habilita
legalmente para cumplir las primeras diligencias de investigación. En tal caso, el
servidor viola los límites de la función pública pero no la hace suya.

Cosa distinta ocurriría, verbigracia, si en una ciudad donde están radicados los
fiscales regionales, se le ocurre a un fiscal delegado ante los jueces de circuito o
municipales, asumir arbitrariamente la investigación por hechos que, desde un
comienzo y seriamente, se perfilan como hipótesis de rebelión y/o transporte de
armas de fuego o municiones, pues entonces el abuso de función pública se
cometería a partir de la resolución de apertura de la instrucción.

5.- Alguna parte de la doctrina y también jurisprudencia ya superada de esta


misma Sala, exponen que solamente puede prevaricar el que tiene la función,
"porque tanto el abuso de autoridad como el prevaricato presuponen la existencia
del poder de que se abusa pero el agente actúa fuera de los casos establecidos por
la ley, o con propósitos que no son los que éste señala o apartándose de los
procedimientos que ella ha establecido" (auto de abril 22 de 1982).

Tener la función concreta (que se desvía) no es un elemento normativo del tipo


penal de prevaricato por acción (explícito), ni tampoco un supuesto lógico del
mismo (ingrediente implícito), pues basta que el sujeto activo sea un servidor
público con capacidad funcional para dictar resoluciones o proferir dictámenes (art.
149 C. P.). En efecto, la aplicación torcida del derecho, que es de la quintaesencia
constitutiva del delito de prevaricato por acción, se logra no sólo cuando el
competente emite la resolución cuyo contenido riñe abiertamente con la ley, sino
con mayor razón, porque es aún más álgida la contradicción a la legalidad, en el
evento en que el funcionario se vale del medio de arrogarse una función que le es
extraña precisamente con el definido propósito de adoptar una decisión
manifiestamente contraria a la ley.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Segunda Instancia


• Fecha : 08/07/1999
• Decisión : Confirma con las aclaraciones expuestas sentencia
condenatoria
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Valledupar
• Procesado : CASTRO MACHUCA, JOSE LUIS
• Delitos : Prevaricato por acción, Abuso de función pública
• Proceso : 14573
• Publicada : Si
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PROCESO PENAL/ NOTIFICACION


En lo que acierta el Magistrado es en las razones por las cuales inadmite el
recurso, pues como bien lo anota, "Cuando el procedimiento penal establece la
forma de las notificaciones y a quiénes se debe hacerlo, no es posible extender el
acto procesal para cumplir formalidades señaladas en otro procedimiento, lo que
constituiría una clara violación al debido proceso".

En otros términos, la argumentación del abogado es para la notificación de otro


tipo de decisiones, no para las que se toman dentro de un proceso penal, las
cuales deben surtirse en la forma indicada por la ley procesal penal. De otra parte,
la especulación sobre la manera como entiende que deberían hacerse las
notificaciones carece por completo de fundamento, y es evidente que su esfuerzo
por convertir en confuso lo que es claro no puede tener éxito.

Magistrado Ponente: Dr. GUIOMAR JIMENEZ MUÑOZ

Recurso de Hecho
• Fecha : 08/07/1999
• Decisión : Desecha el recurso de hecho
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Villavicencio
• Procesado : LOPEZ, JUAN VESPACIANO
• Delitos : Lesiones personales culposas, Homicidio culposo
• Proceso : 15893
• Publicada : Si
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13/07/1999

EXTINCION DE LA ACCION-Muerte del procesado/ MEDIDAS


CAUTELARES/ EXTINCION DEL DOMINIO
Tal como obra a folio 34 del cuaderno 3, las medidas cautelares aludidas fueron
ordenados en desarrollo de los artículos 44 y 52 del Código de Procedimiento
Penal, para "procurar las garantías reales de las posibles indemnizaciones y
reparación de los daños ocasionados con los hechos punibles", de lo cual se colige
a la luz del artículo 54 ibídem que al precluirse la investigación se debe disponer
los desembargos respectivos, sin que ésto afecte la acción de extinción del
dominio que adelanta la Fiscalía 17 Seccional, ni las medidas de embargo que ha
adoptado dicho despacho, y sin que impida que esos bienes sean dejados a su
disposición para los fines pertinentes.

Lo anterior guarda relación con el análisis que en su oportunidad hiciera la Sala


Plena de esta corporación, en providencia de 25 de junio de 1998, M. P. Juan
Manuel Torres Fresneda, radicación 11-001-002-30-020-1998-0227, sobre la
competencia para el trámite de la acción de extinción del dominio:

"… conviene precisar que para la efectividad de la extinción del dominio prevista
inciso 2º del artículo 34 de la Carta Política, instituyó el legislador la acción real
‘distinta e independiente de la responsabilidad penal y complementaria de las
acciones penales’ de que trata la ley 333 de 1996, ocupándose allí mismo de señalar
los funcionarios competentes para tramitarla y resolverla, las personas intervinientes,
los trámites y términos dentro de los cuales debe adelantarse y aún su relación con la
acción penal derivada de los hechos punibles que dan lugar a la extinción del dominio.
………

Es más, sobre el tema puntual de la competencia que aquí interesa, es importante


señalar que el artículo 14 de la referida ley comienza por otorgar el conocimiento de
esta acción de los mismos funcionarios ‘competentes para conocer de las actuaciones
penales … cuando la adquisición de los bienes se origine en cualquiera de las
circunstancias de que trata esta ley, o cuando se trate de bienes vinculados a
actividades delictivas o dedicadas a las mismas’, sin perjuicio de la intervención de
las entidades estatales legítimas ‘con posterioridad a la terminación de la actuación
penal, cuando ésta termine por cualquier causa y no se declare la extinción del
dominio o se declare solo sobre una parte de ellos’. "

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Unica Instancia
• Fecha : 13/07/1999
• Decisión : Declara extinción de la acción penal por muerte, dispone
el
levantamiento y consecuente cancelación de registro de
embargo y secuestro
• Procedencia : Corte Suprema de Justicia
• Procesado : MAYA COPETE, ANTONIO HERACLITO
• Delitos : Peculado por apropiación, Falsedad en documento privado
• Proceso : 9229
• Publicada : Si
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TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO/ APELACION/


CASACION
En doctrina reiterada por la Sala y acogiendo la sistemática que regula el instituto
de la terminación anticipada del proceso, se ha precisado que una vez el imputado
se ha acogido a la figura de la sentencia anticipada o de la audiencia especial que
da lugar al fallo, acorde con los artículos 37 y 37A el actual Estatuto Procesal Penal,
no es aceptable la retractación de los cargos admitidos, razón por la cual
consecuente con dicho principio el legislador ha señalado que sólo se tiene interés
jurídico para impugnar la sentencia, bien por vía de apelación, o de casación si se
tiene en cuenta el carácter estratificado, secuencial y lógico que guía al proceso
penal en la legislación nuestra, en aquellos aspectos que tienen directa relación
con la dosificación de la pena, el subrogado de la condena de ejecución
condicional y la extinción de dominio sobre bienes, tal y como lo dispone el art.
37B.4 ibídem.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Auto Casación
• Fecha : 13/07/1999
• Decisión : Declara ajustada a derecho la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : OSORIO GUTIERREZ, GERARDO EDUARDO
• Delitos : Hurto calificado y agravado, Porte de armas de defensa
personal, Secuestro simple, Secuestro extorsivo
• Proceso : 15289
• Publicada : Si
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PERMISO ADMINISTRATIVO/ JUEZ REGIONAL


Entendida la petición como uno de los presupuestos para que en su caso las
Directivas del Centro de Reclusión Nacional de Mujeres de esta ciudad, estudien la
posibilidad de conceder o no el permiso administrativo de las 72 horas, dado que
el artículo 29 de la Ley 504 de 1999 modificó el numeral 5º del artículo 147 del
Código Penitenciario, el cual prohibía conceder éste a los procesados que hubieren
sido condenados por los entonces Jueces Regionales, pero a partir de la vigencia
de la disposición inicialmente comentada, se amplió la concesión del permiso
administrativo, previo el cumplimiento, entre otros, del 70% de la pena impuesta
en los fallos de instancia a quien haya sido condenado por los delitos de
conocimiento de los Jueces Penales del Circuito Especializados, antes Jueces
Regionales.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Casación
• Fecha : 13/07/1999
• Decisión : Reconoce en forma provisional redención de pena
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : GUEVARA GOMEZ, LUZ MERY
• Delitos : Violación a la Ley 30/86
• Proceso : 12686
• Publicada : Si
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14/07/1999

DEFENSA TECNICA/ PRUEBA


Repetidas veces la Corte ha dicho que la expresión "cuando no hubiere abogado
inscrito que lo asista en ella", utilizada por la norma, debe ser entendida no en el
sentido material de ausencia de abogados en la ciudad sede del despacho, sino
desde una perspectiva de disponibilidad, en consideración a las circunstancias en
las cuales debía ser recibida la injurada, de suerte que la alegación fundada en el
hecho consistente en que en la ciudad de Manizales existían abogados residentes,
y que por tal motivo la designación de una persona honorable no era posible,
carece de fundamento.

El error susceptible de ser invocado en sede de casación debe ser trascendente, lo


cual significa que ha de proyectarse con efectos vinculantes sobre la parte
dispositiva del fallo, como decisión de mérito, de suerte que si lo atacado es el
fundamento de la desestimación de una determinada prueba, mas no la
desestimación en si misma, con la cual se está de acuerdo, el ataque termina
siendo absolutamente inane.

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
• Fecha : 14/07/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Manizales
• Procesado : LOPEZ BERNAL, LUIS FERNANDO
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio, Cohecho
• Proceso : 10984
• Publicada : Si
Aclaración de Voto Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR
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DEMANDA DE CASACION
El recurso de casación no es una tercera instancia que permita revivir el debate
probatorio agotado en las instancias. Su finalidad es la de verificar la legalidad de
la sentencia impugnada y allí no se encuentra comprendida la posibilidad de que
el recurrente acuda al simple planteamiento de oponer su criterio de valoración de
los medios de prueba, al realizado por el juzgador. Por tal razón, cuando se invoca
como causal de casación la violación indirecta de la ley sustancial, originada en un
error de hecho (el cual atañe al examen material de la prueba), es deber del
recurrente demostrarle a la Corte en qué exactamente consistió la equivocación
del sentenciador : qué prueba que obraba en el proceso fue ignorada, cuál se
supuso existente, qué medio probatorio fue distorsionado en su contenido
material, cómo resultaron quebrantados de manera insolente los postulados de la
lógica y de la sana crítica y, en cada caso, de qué forma el respectivo error orientó
la determinación finalmente adoptada.
Lo anterior exige precisión en la selección del tipo de error y en su
fundamentación. Así lo impone tanto la ley como la técnica casacional y no fue
propiamente lo que hizo la casacionista. En primer lugar, en la presentación del
cargo, aunque acusa la sentencia por violación indirecta de la ley sustancial, la
hace derivar de un "error manifiesto de hecho causado por apreciación errónea de
la prueba indiciaria" e iguala este concepto al de falso juicio de existencia. Acto
seguido menciona varias normas que con ocasión del error se violaron de manera
directa, otras de manera indirecta y otras que se dejaron de aplicar. Y en los
fundamentos de la demanda alude a que el Tribunal dejó de considerar algunas
pruebas y tergiversó el contenido de otras.

Las fallas en la valoración de la prueba son constitutivas de error de derecho por


falso juicio de convicción y el falso juicio de existencia corresponde a un error de
hecho que se presenta cuando se omite una prueba existente o se supone una
inexistente. Además, impugnar la sentencia por violación indirecta de la ley y al
tiempo advertir que se infringieron de manera directa algunas normas o se dejaron
de aplicar otras, traduce una confusión conceptual de la defensa y la circunstancia
de que carece de claridad sobre la naturaleza de su inconformidad.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
• Fecha : 14/07/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Ibagué
• Procesado : SOLANILLA VARON, CARLOS ALBERTO
• Delitos : Falsedad en documento privado
• Proceso : 10855
• Publicada : Si
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TERCERO CIVILMENTE RESPONSABLE


Como lo ha sostenido la jurisprudencia de la Sala, si bien es cierto que el tercero
civilmente responsable es extraño frente a la comisión del hecho delictivo, ello no
implica que no goce de todas las garantías judiciales, motivo por el cual la ley
procesal señala que tendrá " los mismos derechos y facultades de cualquier sujeto
procesal. No podrá ser condenado en perjuicios cuando no se haya notificado
debidamente y se le haya permitido controvertir las pruebas en su contra" (art.
155).

Lo anterior quiere decir que el legislador quiso que se protegiera al tercero


civilmente responsable, en forma tal que no puede ser condenado en perjuicios
sino cuando tuvo al interior del proceso las garantías estatuidas en la Constitución
y en la ley procesal. Por ello debe ser vinculado oportunamente, esto es, durante la
instrucción o aun iniciándose el juicio, para que pueda ejercer plenamente el
derecho de defensa, en pie de igualdad frente a los demás sujetos procesales.

Ha dicho al respecto la Sala:

"De esta manera, el tercero civilmente responsable puede ser involucrado


válidamente al proceso penal durante la instrucción, o aun iniciándose el juicio
siempre que tenga la oportunidad plena de solicitar, allegar y contradecir pruebas y
de preparar debidamente su defensa, para que así se equilibre en los mismos
‘derechos y facultades de cualquier sujeto procesal’, teniendo en cuenta que para
resultar condenado en perjuicios, si a ello hubiere mérito, se exige que se le haya
‘notificado debidamente’ y ‘se le haya permitido controvertir las pruebas en su contra.
"Todo lo anterior significa que la oportunidad para ser legalmente vinculado el tercero
civilmente responsable al proceso penal, fenece cuando al expediente queda
efectivamente ‘a disposición común de los sujetos procesales por el término de treinta
días hábiles, para preparar la audiencia pública, solicitar las nulidades que se hayan
originado en la etapa de instrucción que no se hayan resuelto y las pruebas que sean
conducentes’, determinado por el artículo 446 del Código de Procedimiento Penal, por
ser esta la última oportunidad procesal, particularmente para impetrar los elementos
de comprobación que requiera.

"Ha de tenerse en cuenta, para mayor claridad, que la audiencia pública es un evento
connatural para el acopio de pruebas, pero éstas, salvo lo dispuesto por el artículo
448 ibidem, no son otras que las solicitadas dentro del mencionado término del
artículo 446." (Rad. 10.260, junio 17/97.M. P. Dr. Nilson Pinilla Pinilla).

De otro lado, como atinadamente lo señala el Procurador Delegado, el hecho que el


apoderado de Servientrega haya sido quien ya venía actuando como defensor del
procesado, no convalida la actuación , pues no sólo se trata de sujetos procesales
distintos, sino que el derecho de defensa no sólo implica que se conozca el proceso
y se tenga noticia de lo que va sucediendo, sino posibilidad concreta de poder
actuar en beneficio del tercero, lo que no podía hacer, ya que carecía de poder.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
• Fecha : 14/07/1999
• Decisión : Desestima la demanda, casa parcial únicamente en
cuanto
confirmó la condena a la indemnización de perjuicios
proferida contra el tercero civilmente responsable, cuya
vinculación como tal es nula
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Manizales
• Procesado : LEAL, RICARDO
• Delitos : Lesiones personales culposas, Homicidio culposo
• Proceso : 14449
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ERROR DE HECHO/ INDICIO


Si lo que se ataca es el hecho indicador, que admite cualquiera de la modalidades
de error de hecho y de derecho por falso juicio de legalidad, ninguna utilidad
tendría el ataque a la inferencia lógica, teniendo en cuenta que al haberse
originado de una prueba viciada, esta corre igual suerte de improcedencia. Ahora;
si el hecho indicador no resulta ser objeto de reproche alguno, es viable el ataque
a la inferencia lógica por la vía del error de hecho, siempre que, obviamente esta
clase de yerro en la inferencia haya sido cometido. Si se plantean ambos, puede
hacerse pero independizando los cargos y haciéndolo subsidiariamente los unos
frente a los otros.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
• Fecha : 14/07/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : ZAPATA PALACIO, JORGE ELIECER
• Delitos : Violación a la Ley 30/86
• Proceso : 12120
• Publicada : Si
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NOTIFICACION/ LEGITIMA DEFENSA/ DOLO DE IMPETU/


RESOLUCION DE ACUSACION
1.- Lo ideal es que todas los sujetos procesales puedan ser notificados
directamente de las decisiones judiciales, pero, en el caso de la resolución de
acusación, cuando el procesado se hallare en libertad, primero debe
intentarse su notificación personal, citándolo para el efecto por el medio más
eficaz. Sin embargo, transcurridos 8 días después de la fecha de la comunicación
sin que compareciere el acusado, ahí sí es imperativa la notificación personal al
defensor, caso en el cual inclusive puede acudirse a un defensor de oficio, si es
que el titular reconocido presenta una excusa válida o es renuente a comparecer
(inciso 2°).

Pero si el procesado ha sido notificado personalmente de la resolución acusatoria,


bien porque estaba detenido ora porque estando en libertad fue hallado, ya no es
obligatoria la notificación personal del proveído al defensor, pues válidamente
puede comunicarse por estado. Correlativamente, si el sindicado que estaba en
libertad no pudo ser hallado, después de agotar debidamente los esfuerzos para
hacerlo comparecer, basta la integración personal a su defensor, y el ausente
puede ser informado por medio de la notificación por estado (inciso 3°).

2.- Como la legítima defensa es una causal excluyente de la antijuridicidad, de


conformidad con el numeral 4° del artículo 29 del Código Penal, su reconocimiento
implicaría la declaración de una ausencia de delito (arts, 2° y 4° idem), que
inexorablemente conduce también a un fallo absolutorio.

El exceso en las causales de justificación, en cambio, no desestructura el hecho


punible ni la responsabilidad del acusado, sino que sería un factor atenuante de
esta última, que se traduciría en una significativa reducción de la pena, de acuerdo
con la previsión del artículo 30 del Código Penal.

La transmutación en el reconocimiento del aspecto subjetivo del delito para negar


el propósito de matar y, por ende, el homicidio tentado, no significaría la
absolución del acusado, como lo sostiene el Ministerio Público, sino que, como se
acepta que sólo existió el ánimo de lesionar, la conclusión obvia sería que la
acusación incurrió en un relevante error en la denominación jurídica del delito, que
afecta el debido proceso, y como consecuencia debería propenderse por la nulidad
de la actuación procesal a partir de dicha pieza procesal.

Así las cosas, como todas estas pretensiones se han reunido en el mismo cargo, al
final no se sabe si el actor procuraba una sentencia absolutoria o una condena
atenuada o la nulidad por violación del debido proceso. La cuestión pudo ser de
otro modo si tan diversas aspiraciones se plantean en cargos separados, siempre
que previamente se hubiese establecido la veracidad del reproche por error de
hecho como falso juicio de existencia.

Ahora bien, cuando el demandante reivindicaba el denominado dolo de ímpetu, no


necesariamente se refería a la atenuante de responsabilidad por ira o intenso dolor
(art. 60 C. P.), pues bien puede presentarse aquél sin que haya lugar a la segunda.
En efecto, la aminorante punitiva no se da por la sola experiencia del estado de
emoción o pasión, sino que es indispensable que él provenga de una grave e
injusta provocación de la víctima.

Por lo demás, el dolo de ímpetu consiste en la consciencia y voluntad de dañar la


integridad personal de otro, cualquiera sea la magnitud del daño, de modo que
uno u otro resultado nocivo (lesiones o muerte) le pertenecen al sujeto por haber
sido presupuestados directa y coetáneamente en su conocimiento y querer, así
exista por dicho estado de ánimo una parcial superposición de la decisión y la
ejecución del acto. Tal situación anímica del procesado era la que alegaba el
defensor en el curso de las instancias, como consecuencia de la rabia que le
produjo la negación del fiado y el estado de alicoramiento que lo abrumaba, de
modo que, sin necesidad de acudir a presuntas afrentas de la víctima, ello era
suficiente para discutir la configuración del dolo de ímpetu sin tocar el tema de la
atenuante por ira.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
• Fecha : 14/07/1999
• Decisión : Desestima la demanda, se abstiene de decretar nulidad,
casa
parcial y de oficio en cuanto a la pena accesoria
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Quibdó
• Procesado : VALOIS MENA, FROILAN
• Delitos : Tentativa de homicidio
• Proceso : 10749
• Publicada : Si
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21/07/1999

LIBERTAD PROVISIONAL
Para el otorgamiento de la libertad que solicita no es suficiente el cumplimiento de
las dos terceras partes de la pena impuesta y dedicarse durante el tiempo de
reclusión a trabajar y a estudiar, así como haber observado en ese lapso una
buena conducta, o carecer de antecedentes, pues el artículo 72 dispone que se
examine también la personalidad, aspecto este último que en el caso concreto
indujo a la Sala a negar la concesión del beneficio impetrado. Téngase presente,
que el resultado negativo de uno cualquiera de los factores subjetivos señalados
impide la concesión de la libertad provisional, pues permite considerar
fundadamente que aún no se reúnen los presupuestos necesarios para que el
sindicado regrese al medio social.

La crítica del impugnante en el sentido que no se debieron tener en cuenta las


circunstancias anteriores al tiempo de reclusión por hacer parte del delito mismo,
resulta equivocada, pues de conformidad con la ley penal y procesal penal,
corresponde al juez al conceder o negar la excarcelación solicitada, verificar el
cumplimiento de los requisitos exigidos para la procedibilidad de la libertad
condicional, lo cual conlleva a que se tenga que examinar la personalidad del
procesado. Así por ejemplo, en la labor de evaluación de ésta no se puede ignorar
el comportamiento criminal desplegado por el sindicado, por cuanto la actividad
humana, en particular la delictuosa, es generalmente reflejo de la personalidad. De
modo que el análisis de aquella no obedece al simple capricho de la Sala sino a la
voluntad de la ley.

Si el mencionado hecho punible es grave por su naturaleza desestabilizadora, en la


medida en que compromete y amenaza complejamente bienes jurídicos tutelados,
este relieve jurídico hace que la justicia no pueda ser indulgente ante tan
abominable acto, que constituye hoy por hoy una de las causas de mayor
descomposición social.

La ley 415 de 1997 en su artículo primero excluyó al secuestro del "régimen


especial de libertad condicional", lo cual no quiere decir, como lo ha entendido el
censor, que para ese punible se esté negando la libertad provisional a que se
refiere el artículo 415 del C.P.P., en concordancia con el art. 72 del C.P. Son dos
situaciones con marcadas diferencias, así se refieran a la libertad del procesado,
de ahí que el estudio de la excarcelación solicitada se haya efectuado con base en
el artículo 72 y no en el 72 A del Código Penal.

Magistrado Ponente: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Casación -Libertad-Reposición
• Fecha : 21/07/1999
• Decisión : No repone providencia que negó libertad
• Procesado : CELY BOTIA, LUZ MERY
• Delitos : Secuestro simple
• Proceso : 15238
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION/ IN DUBIO PRO REO


Cuando se trata de alegar por vía de casación la duda, imprescindible es distinguir
los casos en que el fallador efectivamente admite que de los diversos medios de
convicción allegados al proceso no es posible arribar a la certeza como base
objetiva de un asentimiento de verdad, bien sobre alguno de los elementos
componentes del hecho punible o la responsabilidad del incriminado y no obstante
profiere fallo condenatorio, pues en semejantes eventos surge evidente la
vulneración directa de la ley sustancial, debiéndose por tanto mostrar absoluta
conformidad con la valoración de los hechos y las pruebas tal y como el juzgador
los consideró, toda vez que surge precisamente a partir de dicho análisis la
admisión de la duda que sin embargo omite reconocer al momento de proferir el
fallo.

Claramente es distinta la situación que se presenta en aquéllas hipótesis en que es


el impugnante quien pretende demostrar que de no haberse incurrido por parte del
fallador en una errónea determinación de los hechos, con orígen en las categorías
con sentido técnico-jurídico de falsos juicios de existencia por omisión o suposición
y falso juicio de identidad, en el yerro fáctico, o de los falsos juicios de legalidad o
de convicción frente al error de derecho, ya que en semejantes casos corresponde
dada la naturaleza de los vicios in judicando así enmarcados a una violación
indirecta de la ley sustancial, que tanto en su teórica concepción como en la
dinámica que metodológicamente se impone para su demostración difiere de la
primera alternativa de ataque expuesta, en la medida en que acá debe
establecerse cada uno de los defectos en que incurrió el fallador en la apreciación
de la prueba y la trascendencia que ellos tienen al momento de realizar su
mancomunada valoración, todo lo cual habría sido conducente al desconocimiento
de la duda y a aplicar en forma indebida aquellos preceptos que describen los
delitos por los cuales se ha proferido la condena.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
• Fecha : 21/07/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : APONTE VALENCIA, MAURICIO
• Delitos : Porte de armas de uso privativo de las F.M., Homicidio
agravado
• Proceso : 13308
• Publicada : Si
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LIBERTAD CONDICIONAL/ REBELION


El peticionario pretende que se de aplicación al artículo 72 A del Código Penal en el
caso concreto, pero no tiene en cuenta que la reciente ley 504 del 25 de junio de
1999, que comenzó a regir el 1° de julio siguiente, es pluritemática y debe
efectuarse comparación sistemática e integrada del conjunto de preceptos
referidos a una materia frente a otros de diferente expedición pero que en una u
otra forma se refieren al mismo tema.

El artículo 1° de la ley 415 de 1997 es sustancial y hace relación al instituto de la


libertad condicional, generando una previsión menos exigente que la consagrada
en el artículo 72 del Código Penal, mientras que el articulo 5° de la citada ley 504
es procesal y trata de la competencia de los juzgados penales del circuito
especializados.

El artículo 72 A en mención no fue estructurado sobre la competencia otorgada a


los otrora juzgados regionales, sino de acuerdo con la naturaleza del hecho o su
lesividad o gravedad, sin importar el funcionario judicial de conocimiento e hizo
una enumeración de las excepciones en las que no tiene aplicación. Es así, como
varios delitos cuyos juicios corresponde a los juzgados penales del circuito no
especializados están excluidos del beneficio solicitado, como la concusión y el
peculado.

Expresamente el artículo 1° de la ley 415 de 1997 establece que los delitos


previstos en el decreto-ley 2266 de 1991 no son susceptibles de la nueva previsión
sobre la libertad condicional que allí se creó; entre ellos aparece la rebelión,
reformada como punible por el decreto1857 de 1989, precisamente convertido en
legislación permanente por el decreto 2266 de 1991, sin que aparezca en las
excepciones que el mismo artículo 72 A consagra al respecto: porte ilegal de armas
de fuego de defensa personal, interceptación de correspondencia oficial, utilización
ilegal de uniformes o insignias y amenazas personales o familiares.

El último artículo en mención no fue modificado por la ley 504 del 25 de junio de
1999, que tampoco estableció nuevos delitos a los cuales le fuera aplicable dicha
clase de libertad condicional, por lo cual resulta incongruente considerar que su
artículo 5°, destinado a modificar el artículo 17 del Código de Procedimiento Penal,
que consagra la competencia de los juzgados penales del circuito especializados,
hubiera modificado algo que no guarda relación con ella, como es el artículo 72 A
del Código Penal, consagratorio de una libertad condicional menos exigente en su
otorgamiento que la que sigue siendo regulada por el artículo 72 ibídem, cuando
se trata de normas que se refieren a temas diferentes.

Como la rebelión, delito por el cual fue condenado el sindicado en primera y


segunda instancia, no es susceptible del beneficio previsto en el articulo 1° de la
ley 415 de 1997, se despachará negativamente la petición de libertad provisional,
formulada por el defensor.

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Casación -Libertad-
• Fecha : 21/07/1999
• Decisión : Niega excarcelación
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : ARIAS VALENCIA, GILDARDO
• Delitos : Rebelión
• Proceso : 13435
• Publicada : Si
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IDENTIDAD DEL PROCESADO/ INDIVIDUALIZACION/


INCONGRUENCIA DE LA SENTENCIA
La Sala, en providencia de fecha 5 de octubre de 1994 (rad. 8515, M. P. Juan
Manuel Torres Fresneda), estableció sobre la individualización del sindicado:

"Ya en su momento el artículo 127 del Decreto 050 de 1987 establecía que la
necesidad de determinar la identidad del procesado imponía al instructor la obligación
de practicar con preferencia las pruebas orientadas a obtenerla, siempre y cuando
‘surgieran dudas’ sobre ella, y dentro del mismo sentido el artículo 128 clarificaba que
‘la posibilidad de identificar al procesado con su verdadero nombre y apellido o con
sus otras generalidades, no retardará ni suspenderá la instrucción, el juicio ni la
ejecución de la sentencia, cuando no exista duda sobre su individualización física’,
condiciones que hoy subsisten aplicadas a los diferentes estadios procesales como
sucede para comenzar cuando el artículo 319 del Código de Procedimiento Penal,
impone como objeto de la averiguación preliminar la determinación de la ‘identidad o
individualización de los autores o partícipes’ de la infracción, el artículo 352 solo
autoriza oír en indagatoria a quien sorprendido en flagrancia o señalado por los
antecedentes o circunstancias contendidos dentro del proceso se pueda tener como
autor o partícipe del hecho, y concordantemente el artículo 356 advierte que no podrá
emplazarse ‘a persona que no esté plenamente identificada’, en una clara prohibición
a las vinculaciones de personas indefinidas, de una pluralidad de homónimos o de
sujetos simplemente señalados como n. n., hasta culminar en la exigencia de que la
redacción de la sentencia contenga los datos de ‘identidad o individualización del
procesado’ (art. 180 ibídem)."

El mencionado artículo 180, ordinal 2°, instituye así la suficiencia de la


individualización para proferir sentencia, de tal manera que el proceso puede ser
tramitado sin necesidad de que el sindicado aparezca plenamente identificado,
pero sí individualizado y, se reitera, en este caso medió captura en flagrancia, lo
cual significa que antes de escucharlos en injurada ya habían sido singularizados
como aquéllos que perpetraron los hechos.

Puede suceder que se esté frente a un indocumentado o alguien que por astucia
utilice diversos nombres y apellidos e inclusive posea ilegalmente varias cédulas
de ciudadanía. Aunque la cabal identidad es lo ideal, lo primero y más importante
es su determinación física, como aquél que ha intervenido en un hecho punible,
que permita distinguirlo de los demás individuos.

De otra parte, la tarjeta decadactilar no es lo que identifica a una persona; sirve


para individualizarla, al igual que una fotografía, y es uno de los elementos que se
elabora con miras a la expedición del documento establecido con primacía para
identificar, como es la cédula de ciudadanía.

La falta de consonancia entre la sentencia y la resolución de acusación es un yerro


in procedendo que afecta el debido proceso. La congruencia entre esas dos
providencias constituye una garantía para el sindicado y da seguridad jurídica a
todos los sujetos procesales sobre la imputación efectuada, en la medida en que el
fallo resolverá los cargos formulados en la resolución de acusación, sin que pueda
comprender hechos no incluidos en ella, ni desconocer atenuantes reconocidas, ni
deducir agravantes no endilgadas, ni cambiar la denominación jurídica o condenar
por un delito distinto al contenido en la resolución calificatoria, salvo
eventualidades como las que se mencionan a continuación, que en ningún caso
irán en disfavor del encausado.

Es claro que el juzgador no viola dicha garantía cuando procede, entre otros
eventos, a condenar como cómplice a quien fue acusado de autoría, o al llamado
por un concurso de hechos punibles sentenciarlo por un delito complejo, o por
tentativa a quien se le imputó como consumado el hecho punible, o degradarle la
culpabilidad.

La acusación es provisional y no rígida, lo cual significa que en el fallo se puede


variar el hecho punible en cuanto a su especie, pero no respecto al género. El juez
puede efectuar los ajustes que considere necesarios dentro del mismo capítulo,
siempre y cuando no desborde el marco fáctico esencial fijado en la resolución de
acusación, ni agrave la situación del enjuiciado.

Por otra parte, demandada la corrección de la incongruencia a través de la causal


segunda de casación, si ésta se demostrare lo que vendría a corresponderle a la
Corte no es la absolución del procesado, que inmotivadamente demanda el censor,
sino dictar el fallo de reemplazo (art. 229 ordinal 1°, C. de P. P.) para de esta forma
restablecer la consonancia.

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
• Fecha : 21/07/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : CASTRO CORTES, WILSON
• Procesado : MORALES RODRIGUEZ, JOSE CENEN
• Delitos : Tentativa de homicidio, Falsedad, Porte de armas de defensa
personal, Fuga de presos
• Proceso : 11452
• Publicada : Si
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22/07/1999

DETENCION PREVENTIVA/ DETENCION DOMICILIARIA


Siendo que la detención domiciliaria, como la detención preventiva, constituye una
medida restrictiva de la libertad autónoma e independiente, que implica por ende
una limitación para este derecho en tanto el procesado debe permanecer en su
residencia, sin que le sea posible abandonarla salvo aquellos casos en que le es
dable al funcionario judicial conceder permisos excepcionales "especificando la
duración del mismo sin que exceda de veinticuatro horas, por cada vez que se lo
conceda", pero exclusivamente "En caso de comprobarse enfermedad grave,
fallecimiento de un familiar cercano o siempre que se produzca un acontecimiento
de particular importancia en la vida del interno", acorde con el artículo 139 de la
Ley 65 de 1.993, no tiene ningún respaldo en el ordenamiento positivo el permiso
que de manera general y prácticamente ilimitada en el tiempo, sin obedecer a
parámetro legal alguno concedió el Juez Sexto Penal del Circuito al interno para
adelantar un curso de especialización, pues si bien indesconociblemente el estudio
dignifica al hombre, nadie discute que el trabajo también rinde tributo a la misma
condición y merecimiento, pero cuando se está sub júdice las medidas restrictivas
de la libertad deben cumplirse con estricta sujeción al sistema procesal que las
regula sin que pueda el funcionario judicial crear excepciones a la ley, ya que se
dejaría al libre criterio del intérprete la introducción de tratamientos desiguales a
los destinatarios de las medidas de privación física de la libertad.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Casación -Libertad-
• Fecha : 22/07/1999
• Decisión : Niega libertad provisional, expide copias
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Procesado : HORTUA RAYO, FERNEY ANTONIO
• Procesado : COY PINEDA, CARLOS ABEL
• Delitos : Cohecho
• Proceso : 15623
• Publicada : Si
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26/07/1999

REDENCION DE PENA/ PERMISO ADMINISTRATIVO


1-. El artículo 5° del Decreto 1542 de 1997, reglamentario del artículo 147 de la
Ley 65 de 1993, por la cual se adoptó el Código Penitenciario y Carcelario, señala
que los directores de los establecimientos carcelarios y penitenciarios podrán
conceder permiso hasta por setenta y dos (72) horas a los condenados en única,
primera y segunda instancia, o cuyo recurso de casación se encuentre pendiente,
con el lleno de los requisitos ahí señalados. Uno de ellos hace referencia a que el
interno haya alcanzado la fase de mediana seguridad, que según el inciso 3° de la
norma en cita, se entiende cuando el procesado ha superado la tercera (1/3) parte
de la pena impuesta, (o el setenta por ciento (70%) si se trata de condenados por
los Jueces Penales de Circuito Especializados), y observado buena conducta, de
acuerdo con el concepto emitido por el Consejo de Disciplina.

2-. De los preceptos anteriores surge como primera conclusión que el beneficio
administrativo es otorgado por los directores de los establecimientos carcelarios y
penitenciarios y favorece a los condenados definitivamente y a aquellos que están
pendientes de la sentencia de casación, correspondiendo a la Sala pronunciarse
provisionalmente sobre las rebajas de pena por trabajo y estudio invocadas por los
condenados cuyo recurso de casación se encuentre en trámite, como medio para
acreditar ante aquellas autoridades el cumplimiento del presupuesto objetivo
previsto en el inciso 3° del artículo 5° del Decreto 1542 de 1997.

En este orden de ideas, si el procesado no ha descontado aún la tercera parte de la


condena, (o el setenta por ciento (70%) si fuere el caso), incluyendo todos los
factores que contribuyen al respecto, no es factible que la Sala reconozca períodos
de redención, puesto que, se insiste, la decisión con carácter provisional está
destinada a que los directores de los centros de reclusión tengan noticia cierta
sobre la llegada del procesado a la fase de mediana seguridad, contando para ello
las penas redimidas, cuyo reconocimiento y determinación pertenecen
exclusivamente a la órbita del juez.

En segundo término, se infiere que el permiso hasta de setenta y dos horas, para
salir del establecimiento sin vigilancia, puede ser concedido a todos los
condenados en quienes converjan los requisitos señalados, sin importar la
naturaleza y modalidades del reato, con la única diferencia de los que hubieren
sido sentenciados por delitos de competencia de los Jueces Penales del Circuito
Especializados, quienes deben descontar el setenta por ciento (70%) de la
condena, porque así lo dispuso el artículo 29 de la Ley 504 de 1999.

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Casación
• Fecha : 26/07/1999
• Decisión : Se abstiene de reconocer por ahora redención de pena
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : MARIÑO MARTINEZ, LUIS ANTONIO
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 14548
• Publicada : Si
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27/07/1999

CASACION DISCRECIONAL-Requisitos
Considera la Sala oportuno reiterar los requisitos formales que se deben cumplir en
el escrito que pretende la admisión del recurso excepcional de casación. Tales son:

1.- Que se trate de un fallo de segunda instancia, el cual si fue proferido por el
Tribunal debe ser por delito que tenga pena privativa de la libertad inferior a 6
años; o no privativa de la libertad; y si lo fue por el Circuito, basta esa
circunstancia, sin que sea necesario ningún otro requisito, es decir, no importa ni el
quantum punitivo ni la clase de pena.

2.- Que se interponga por escrito dentro de los 15 días siguientes a la última
notificación de la sentencia de segunda instancia (art.223 del C. de P.P.).

3.- Que exista legitimación para recurrir, esto es, que sólo puede ser interpuesto
por el procesado, su defensor, y el Procurador o su Delegado (art.218, ibidem,
subrogado por la Ley 81 de 1993, art. 35).

4.- Que se sustente en debida forma, a saber, que se precisen los motivos para que
se acepte, que no pueden ser otros que el desarrollo de la jurisprudencia, bien sea
para determinar el alcance interpretativo de alguna disposición, o aclarar algún
aspecto que jurisprudencialmente no ha sido suficientemente desarrollado; o las
razones para considerar que se han vulnerado los derechos fundamentales
(art.218 inciso 3° del C.P.P.).

Así las cosas, el escrito por medio del cual se solicita la admisión del recurso
excepcional de casación, se habrá de construir con base en los anteriores
postulados, pues de lo contrario, su rechazo se impone.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Casación Discrecional
• Fecha : 27/07/1999
• Decisión : No concede el recurso de casación discrecional
• Procedencia : Juzgado 4 Penal del Circuito
• Ciudad : Cali
• Procesado : BLANCO QUICENO, ALBERTO
• Delitos : Lesiones personales culposas
• Proceso : 15963
• Publicada : Si
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LIBERTAD PROVISIONAL-Competencia para otorgarla


La libertad provisional que solicita el señor (...), que se halla detenido como
responsable del delito de tentativa de homicidio simple, tal como él lo indica, debe
tramitarse con fundamento en la Ley 415 de 1997 que adicionó al Código Penal el
artículo 72A, norma a la que debe entenderse referida la concordancia del inciso 2°
del artículo 415 del Código de Procedimiento Penal, en cuanto señala que "se
considerará que ha cumplido la pena, el que lleve en detención preventiva el
tiempo necesario para obtener libertad condicional, siempre que se reúnan los
demás requisitos para otorgarla".

Sin embargo, previo a lo anterior y como para esta nueva petición de libertad ante
la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, el señor (…) reclama
que se le tengan en cuenta las redenciones de pena por trabajo que el Juzgado 1°
Penal del Circuito de Pitalito (Huila) le hizo en autos del 11 de febrero de 1997 y
octubre 16 de 1998 en cuantía de 14 meses 7 días y 9 meses 12 días,
respectivamente (folios 132 y 138, cuaderno de la Corte), resulta necesario el
pronunciamiento de la Sala sobre semejante situación.

Aunque el actual Juez 1° Penal del Circuito de Pitalito, aclara que solo profirió la
decisión del 16 de octubre de 1998 e indica las razones por las que lo hizo, es lo
cierto que tanto el, como su antecesor que suscribió la decisión del 11 de febrero
de 1997, actuaron sin tener competencia para ello.

En pasada oportunidad y ante igual situación, la Sala señaló:

" (...) A riesgo de parecer elementales, debe la Corte abordar el estudio de esta
situación tan poco ortodoxa, reiterando sus pronunciamientos sobre la naturaleza
de las decisiones de libertad cuando la sentencia no está en firme aunque se haya
dictado la de primera instancia.

"La libertad que se solicita en estos casos, debe tramitarse siempre bajo los
preceptos del artículo 415 del Código de Procedimiento Penal, pues se trata de una
pretensión provisional, por el estadio procesal de la actuación que es el de
sentencia en trámite de impugnación. En punto al ordinal 2° de tal norma, es decir,
la libertad provisional por haber cumplido el tiempo necesario para obtener la
libertad condicional, el factor de competencia ha sido establecido por el legislador
con claridad meridiana: "la libertad provisional a que se refiere este numeral será
concedida por la autoridad que esté conociendo de la actuación procesal al
momento de presentarse la causal aquí prevista".

"Claro queda, entonces, cual es la autoridad que ha de conceder la libertad, si a


ella hubiera lugar. Ahora bien, como para esta precisa causal debe tenerse en
cuenta no solo el tiempo que el procesado lleve en detención preventiva, valga
decir privado efectivamente de la libertad, sino "la rebaja de pena por trabajo o
estudio", no puede concluirse otra cosa, sino que la regla de competencia para la
concesión del beneficio, lo es también para el análisis y reconocimiento -
provisional se reitera - de los abonos por trabajo o estudio, incluida aquí la
enseñanza. Este es el único y claro entendimiento que acepta la norma citada.

“ (...) Ahora bien la anterior conclusión, se obtiene igualmente por el método


exactamente contrario, es decir, demostrando la incompetencia de las demás
autoridades.

“No es competente el Juez de primera instancia, porque al dictar la sentencia de tal


grado jurisdiccional y haber sido impugnada, la concesión del recurso ha debido
hacerse en el efecto suspensivo que significa ‘como su nombre lo indica {que} se
suspende la competencia del funcionario que dictó la providencia, a quien le
queda vedada cualquier actuación posterior, hasta cuando el superior decida el
recurso y la decisión recurrida no puede cumplirse hasta que el Juez ad quem lo
confirme’*.

“(...) el Juez de Primera Instancia únicamente recupera la competencia respecto del


proceso, para efectos de la ejecución de la sentencia, siempre y cuando en su
territorio no exista aún Juez de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad ** , pero
es requisito sine qua non de tal competencia la ejecutoria de la sentencia que
impone la pena o la medida de seguridad.

“Tampoco es competente el Tribunal de Segunda instancia que agota su


competencia con la expedición de la decisión que resuelve el recurso interpuesto,
sin que vuelva a recuperarla jamás***.
_____________________________
*.- Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal; Auto de Segunda Instancia, 28 de junio de 1988.
Magistrado Ponente: Jorge Carreño Luengas; en Gaceta Judicial No. 2432, Tomo CXCIII, primer semestre,
1988, página 647.
**.- Confrontar Acuerdo 54 de la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura, del 24 de mayo
de 1994 y artículo 15 transitorio del Código de Procedimiento Penal.

***.- Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, auto que niega libertad, del 14 de octubre de
1997. Casación. Radicación No. 13.450.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Casación -Libertad-
• Fecha : 27/07/1999
• Decisión : Anula autos del Juzgado por medio de los cuales se
concedió
redención de pena, concede libertad a partir del 29 de
julio
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Neiva
• Procesado : ESPAÑA CARVAJAL, FABIO
• Procesado : ESPAÑA CARVAJAL, JOSE LIZARDO
• Delitos : Tentativa de homicidio
• Proceso : 10889
• Publicada : Si
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TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO/ SENTENCIA


ANTICIPADA-Interés para recurrir
Con relación a la sentencia anticipada, ha dicho la reiterada jurisprudencia de esta
Sala, que es parte "de los mecanismos político -criminales tendientes a que
principios como los de celeridad, economía procesal y eficacia tengan cabal
operancia a cambio de hacer menos gravosa la pena.

"Pero esa facultad del Estado en favor del acusado no es gratuita, sino que exige
de parte de éste una contraprestación consistente en que debe reconocer su
responsabilidad penal con relación a los cargos que se le imputan en el acta de
presentación de los mismos y renunciar a parte del trámite procesal, optando por
uno abreviado, previsto en la ley, y una sentencia inmediata, que sólo podrá
impugnar en los casos taxativamente señalados en ella. Por lo mismo se extingue
para él cualquier posibilidad de retractación o negación de su responsabilidad,
libremente aceptada.

"De ahí que el legislador plasme, consecuentemente con la teleología de la


terminación anticipada del proceso, como regla general, la imposibilidad de
recurrir la sentencia, salvo en algunos eventos.

"En efecto, el numeral 4o. del artículo 37-B, intitulado interés para recurrir´, señala:

"4o.- Interés para recurrir. La sentencia es apelable por el fiscal, el ministerio


público, por el procesado y por su defensor, aunque por estos dos últimos sólo
respecto de la dosificación de la pena, el subrogado de la condena de ejecución
condicional, la condena para el pago de perjuicios y la extinción del dominio
sobre bienes".

"O sea que la consagración normativa que se hace en precedencia, es producto de


una lógica interrelación de los principios orientadores referidos, pues no sería
entendible y mucho menos razonable, que aceptada libre y voluntariamente la
responsabilidad penal, con sus consecuencias jurídicas, posteriormente
sobrevenga su propia negación, lo que sin discusión no solo contraría el instituto
referido, sino que al mismo tiempo lo haría inoperante. (auto 8 marzo-96. M.P. Dr.
Córdoba Poveda).
Y dado que la propuesta de inculpabilidad introducida por la defensa en la
demanda de casación involucra, ni más ni menos, la retractación de la declarada
responsabilidad por parte del procesado, que es el fundamento de la sentencia
anticipada, cumple reiterar lo que al respecto también ha dicho la Corte:

"Y si la ley considera que uno y otro no tienen interés para apelar el fallo en
aspecto relacionado con la aceptación del acuerdo, tampoco lo tendrán para
impugnarlos en sede de casación, puesto que implicaría utilizar el recurso
extraordinario para burlar la limitación anotada e introducir una retractación, como
ya esta Sala en referencia al original artículo 37 del Código de Procedimiento
Penal, lo había advertido. (Cas. marzo 4/96 M.P.Dr. Arboleda Ripoll).

Fluye de lo hasta aquí dicho, la ausencia de interés impugnatorio por parte de la


defensa, enervante de su posibilidad de cuestionar el fallo de segundo grado.

En cuanto a lo segundo, es imperativo legal, a la luz de la preceptiva que regula el


recurso extraordinario, que la demanda de casación reúna los taxativos requisitos
de forma previstos en el artículo 225 del C. de P.P.; de lo contrario, la impugnación
habrá de inadmitirse y declararse desierta según lo establece el artículo 226 de la
misma codificación.

Así pues debe el escrito contener la relación de los hechos "materia del
juzgamiento" y de la actuación procesal, ubicar el cargo en la causal de casación
que se aduzca para pedir la revocación del fallo, y es de recordar que esas
causales son las contempladas en el artículo 220 ibíd.; indicar en forma clara y
precisa los fundamentos de esa causal y citar las normas que el recurrente estime
infringidas, esto es, la proposición jurídica completa, todo ello, cuando de un solo
cargo se trata, según el citado artículo 225, numerales 2 y 3.

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Auto Casación
• Fecha : 27/07/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Pereira
• Procesado : GUTIERREZ TORO, DAGOBERTO
• Delitos : Hurto calificado y agravado
• Proceso : 14394
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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FALSO JUICIO DE EXISTENCIA/ FALSO JUICIO DE IDENTIDAD


Desde la enunciación de la causal se descubre que el libelista no distingue entre el
error de hecho por falso juicio de existencia y el error de hecho por falso juicio de
identidad, siendo menester que la Sala le precise que aunque ambos desatinos se
refieren al proceso de contemplación material de un específico elemento de
convicción, en el primero se supone la existencia del que no consta en el
expediente o se omite la valoración del que si se ha recaudado, el que es, por lo
tanto, ignorado. En cambio, en el segundo se falsea o desfigura el contenido
material del que existe y es jurídicamente válido, sin que las dos modalidades
puedan ser alegadas al tiempo y con relación al mismo medio de prueba, ya que si
ésta no existe o existiendo ha sido ignorada, no se puede afirmar que fue
tergiversada.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA


Auto Casación
• Fecha : 27/07/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda, declara desierto el recurso
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : VILLAMIZAR CARRILLO, JUAN CARLOS
• Delitos : Hurto calificado, Homicidio agravado
• Proceso : 14317
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION
La demanda de casación no es un escrito de libre índole, pues siendo el recurso
extraordinario un enjuiciamiento técnico que se efectúa sobre la sentencia
impugnada y no una instancia más, debe sujetarse a una serie de reglas que la ley
ha determinado para tal efecto.

Así, tiene dispuesto el artículo 225 del Código de Procedimiento Penal que el libelo
deberá contener, entre otros requisitos formales, la causal que se aduzca para
pedir la revocación del fallo, indicando en forma clara y precisa sus fundamentos,
mientras el 226 ibídem determina que el recurso se declarará desierto si la
demanda no reúne tales condiciones.

Que la causal que se estime procedente sea la tercera, en nada reduce los
requisitos ni la consecuencia de su incumplimiento. Esta corporación ha reiterado,
por ejemplo en sus providencias de fecha marzo 8 de 1996, radicación 9095, M. P.
Carlos Augusto Gálvez Argote y octubre 24 de 1996, radicación 9755, M. P. Carlos
Eduardo Mejía Escobar, que la formulación de cargos con base en esta causal no es
libre ni caprichosa, pues se mantiene la obligación de fundamentar y demostrar,
también de manera precisa y clara, cómo los errores in procedendo trascendieron
contra las garantías fundamentales o hacia el desconocimiento grave de la
estructura básica del procedimiento, indicando desde que momento procesal se
debe invalidar.

Como a la Corte tampoco le sería factible, por el principio de limitación, abordar el


análisis de la sentencia atacada a través de una causal distinta de la
expresamente aducida, ni puede suplir al casacionista para superar los vacíos o
escoger entre sus planteamientos ambivalentes, de conformidad con lo dispuesto
por los artículos 225 y 226 del Código de Procedimiento Penal se impone el
rechazo de la demanda por las imprecisiones y contradicciones en que incurre, lo
cual conduce a declarar desierta la impugnación, mediante decisión de la Sala que
no admite recurso alguno al adquirir ejecutoria en la misma fecha en que es
suscrita (art. 197 ib.).

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Auto Casación
• Fecha : 27/07/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Procesado : NARANJO ZULUAGA, SILVIO
• Delitos : Hurto calificado y agravado
• Proceso : 13329
• Publicada : Si
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SANA CRITICA
La Corte, en no pocas oportunidades, ha precisado que los errores en la
apreciación del mérito de las pruebas susceptibles de ser atacado en casación, no
surgen de la disparidad de criterios entre la valoración realizada en los fallos y la
pretendida por los sujetos procesales, sino de la comprobada y grotesca
contradicción entre aquélla, y las reglas que informan la sana crítica.

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
• Fecha : 27/07/1999
• Decisión : Inadmite la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : HERNANDEZ, YESID
• Delitos : Falsedad material de particular en doc. púb., Hurto calificado
y agravado, Falsedad en documento privado
• Proceso : 13173
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION
Sin concretar la censura, es decir, si se trata de un error de hecho o de derecho, es
prácticamente imposible hacer una sustentación clara y precisa. En esta falla
incurre la defensora, pues si se entendiera que el reparo apunta al error de hecho
por falso juicio de identidad por desconocimiento de los "Criterios para la
apreciación del testimonio", principios de la "sana critica", es oportuno anotar que
tal planteamiento resulta abiertamente contradictorio con la supuesta "violación al
principio de legalidad que para su aducción estableciera el legislador", pues de
acuerdo con la jurisprudencia en que se apoya, se infiere que lo que intenta
plantear la censora es un error de derecho por falso juicio de legalidad que por
ende resulta extraño al error de hecho invocado.

De otro lado, tampoco es posible mezclar dentro de un mismo cargo ataques


correspondientes a distintas causales, pues cada uno tiene fundamentos
diferentes, se rige por precisas reglas técnicas y tiene consecuencias jurídicas
diversas.

Magistrado Ponente: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Casación
• Fecha : 27/07/1999
• Decisión : Rechaza la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : PALACIOS RODRIGUEZ, PEDRO HERNANDO
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
• Proceso : 13720
• Publicada : Si
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28/07/1999
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA-Competencia/ REDENCION DE
PENA
1.- La Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia en materia de
redención de pena por trabajo estudio o enseñanza y como excepción a la regla
general de que son los Jueces de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad los
competentes para concederlas (artículo 75, Código de Procedimiento Penal y 51
del Código Penitenciario y Carcelario), las reconoce provisionalmente en desarrollo
de lo ordenado por el inciso 3° del numeral 2° del artículo 415 del Código de
Procedimiento Penal de que "la rebaja de pena por trabajo o estudio se tendrá en
cuenta para el cómputo de la sanción".

2.- Con la expedición del decreto 1542 de 1997 se amplió el ámbito de la Corte
para el reconocimiento de redenciones de pena, pues el artículo 5° de tal norma
modificó la oportunidad para obtener el beneficio administrativo del permiso hasta
de 72 horas, al hacerlo extensivo a aquellos internos "(…) cuyo recurso de casación
se encuentre pendiente", por lo que la Sala mediante acuerdo del 20 de noviembre
de 1997 (acta No. 144) señaló que "el reconocimiento provisional de esta rebaja
solo procede para los fines señalados en el artículo 147 de la ley 65 de 1993. Por
consiguiente si el peticionario no cumple la tercera parte de la pena impuesta, la
Sala se abstendrá de hacer dicho reconocimiento".

3.- Y ahora se amplia nuevamente el ámbito de competencia de la Corte para este


efecto con la expedición de la Ley 504 del 25 de junio de 1999, que en su artículo
29 modificó el numeral 5° del artículo 147 de la Ley 65 de 1993 (por la cual se
expide el Código Penitenciario y Carcelario), en el sentido de incluir entre los
potenciales beneficiarios del permiso hasta de 72 horas a quienes condenados por
los delitos de competencia de los Jueces Penales del Circuito Especializado, hayan
descontado el 70% de la pena impuesta, acabando así con la exclusión de tal
beneficio administrativo para ese tipo de condenados.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Casación
• Fecha : 28/07/1999
• Decisión : Reconoce en forma provisional rebaja de pena
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : MONGUI DUARTE, JORGE ENRIQUE
• Delitos : Violación a la Ley 30/86
• Proceso : 12713
• Publicada : Si
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29/07/1999

NULIDAD/ DERECHO DE DEFENSA


No puede perderse de vista que la declaratoria de nulidades en nuestro sistema
penal está regida, entre otros principios, por el de instrumentalidad de las formas,
de acuerdo con el cual no habrá lugar a la invalidez del acto cuando cumpla la
finalidad para la cual estaba destinado.

En punto a la violación del derecho de defensa por inactividad profesional, debe


precisarse, una vez más, que la inexistencia de actos positivos de contradicción
probatoria, impugnación, o alegación, no necesariamente indica ausencia de
asistencia técnica, ya que el abogado puede optar por ejercitar solo algunos de
estos derechos, o guardar silencio dentro del marco de una actitud vigilante, como
estrategia defensiva, sin que ello signifique abandono de la gestión encomendada
(Cfr. Cas. sep.18/97, feb. 25/99, marzo 23/99, Mag. Pte. Dr. Arboleda Ripoll, entre
otras).

De allí que carezca de sentido invocar como motivo de nulidad la circunstancia de


haber dejado el defensor de impugnar la resolución de acusación, o de insistir en
la práctica de una determinada prueba, pues, como ya se dejó dicho, el abogado
goza de autonomía en el ejercicio y orientación estratégica de la gestión que le ha
sido encomendada, y no por estar en desacuerdo con su forma o contenido, puede
afirmarse que no exista o haya sido inadecuada.

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
• Fecha : 29/07/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : RODRIGUEZ FRANCO, CARLOS ALBERTO
• Procesado : GOMEZ RODRIGUEZ, JOSE GABRIEL
• Procesado : VASQUEZ, GUILLERMO LEONEL
• Procesado : ORTIZ QUIÑONEZ, JOSE ALBEIRO
• Procesado : ESQUIVEL, ALBA LIBIA
• Delitos : Rebelión, Secuestro extorsivo
• Proceso : 14333
• Publicada : Si
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SANA CRITICA/ ERROR DE HECHO


Como lo ha sostenido reiteradamente la Sala, la apreciación probatoria
corresponde hacerla a los sentenciadores en la forma indicada en el artículo 254
del Código de Procedimiento Penal, esto es, en conjunto y de acuerdo con las
reglas de la sana crítica. Tratándose de pruebas no sujetas a tarifa legal, si la
credibilidad que el juez otorga viola las reglas de la lógica, la ciencia y la
experiencia, esa equivocación es demandable por la vía del error de hecho, pero
desde luego corresponde al libelista demostrar no solamente el error sino su
trascendencia.

Magistrado Ponente: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
• Fecha : 29/07/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Manizales
• Procesado : CUARTAS FLOREZ, NARCES
• Delitos : Acceso carnal violento
• Proceso : 11121
• Publicada : Si
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SECUESTRO/ PENA
Recuérdese que el delito de secuestro del señor (...) tuvo ocurrencia entre el 6 y el
29 de agosto de 1.992, cuando ya estaba vigente el artículo 6° del decreto 2790
de 1.990, (adoptado como legislación permanente, art. 11 dto. 2266/91), según el
cual la pena es de 20 a 25 años de prisión cuando, entre otros eventos, el delito de
secuestro -entre otras cosas- persiga los objetivos enunciados en el artículo 268
del Código Penal", fines extorsivos que se reprocharon al acusado por la exigencia
de dinero a la víctima y/o a su familia.

La equivocación del casacionista consiste en entender que el aumento de pena


que trajo el referido artículo 6°, se aplica únicamente al secuestro que se lleve a
cabo en persona cualificada o con fines terroristas, pero ya se vio que también
procede la agravante si se dan los mencionados propósitos del artículo 268.

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
• Fecha : 29/07/1999
• Decisión : No Casa, no expide copias
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : OSPINA ZAMBRANO, GILBERTO
• Delitos : Rebelión, Secuestro extorsivo
• Proceso : 12371
• Publicada : Si
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TESTIMONIO-Del menor/ JURAMENTO/ TESTIGO DE OIDAS


1. En relación con el testigo menor de 12 años, al igual que cualquier persona
requerida por el órgano competente, está en la obligación de testificar, sólo que no
se le recibirá juramento y, en lo posible, deberá estar asistido por su representante
legal o por un pariente suyo mayor de edad, a quien se le tomará juramento
acerca de la reserva de la diligencia. Así lo dispone claramente el inciso primero
del artículo 282 del Código de Procedimiento Penal.

De modo que, si la legislación procesal penal autoriza la convocatoria del menor de


12 años como testigo dentro del proceso, no son posibles de lege ferenda aquellos
juicios anticipados que sugiere el demandante y expone también el Procurador
Delegado, en el sentido de que una persona de esa edad no puede ser fiel a las
impresiones que recibe durante el desarrollo de un acontecimiento cualquiera,
dado que su capacidad de concentración es dispersa y también es limitada su
comprensión de lo que ocurre en el mundo exterior. Si esto fuera tan fatal y
categórico como se insinúa, de una vez el legislador hubiera descartado como
testigos a los menores de 12 años, pero, por el contrario, la psicología
experimental enseña que la minoría de edad, la vejez o la imbecilidad no impiden
que en determinado caso se haya podido ver u oír bien.

Por ello, cualquier persona, sin importar su condición, de la cual se pueda pregonar
que de alguna manera estuvo en contacto con los hechos pasados, debe ser
admitida como testigo dentro del proceso, obviamente sin perjuicio del valor
probatorio que los funcionarios judiciales en su oportunidad le puedan adjudicar al
testimonio, en relación con las características personales de aquellos de quienes
proviene y otros criterios legalmente dispuestos (C. P. P., arts. 254 y 294).

El juramento del testigo es apenas una facultad de compulsión que la ley autoriza
para procurar su vinculación con la verdad de lo percibido, lo cual permite
amonestarlo sobre la importancia moral y legal del acto, al igual que de las
sanciones penales a que se haría acreedor si declarare falsamente o incumple lo
prometido (art. 285 C. P. P.). En el caso del menor de 12 años, precisamente por su
corta edad, la ley optó por no compelerlo con una formalidad por la cual aún no
está en capacidad de responder, porque, en últimas, jurídicamente no interesa
tanto que el testigo haya faltado al compromiso moral sino que haya violado un
vínculo legal para ocultar o desdibujar la verdad que conoce, conducta que es la
que lo podría conducir a una sanción penal.

Así pues, aunque el juramento apunta a garantizar la verdad en la declaración del


testigo, la ausencia del mismo no significa que el deponente voluntariamente no
pueda ser fiel a la misma, como evidentemente puede ocurrir en el caso del menor
de 12 años. De igual manera, si la importancia del juramento es más funcional
que de regularidad de la diligencia (de hecho en otras legislaciones no existe y
sólo se acude a las advertencias previas de las consecuencias legales), imponerlo
artificiosa o equivocadamente al menor, siempre y cuando no se le trate de obligar
a declarar en contra de las personas incluidas en el círculo de protección legal, no
tiene repercusión en la validez del testimonio, pues lo que sigue, se repite, es la
evaluación crítica del testimonio por los funcionarios judiciales, ya que las
conminaciones penales están excluidas de antemano por la excepción que hace el
artículo 282 del C. de P. P. y no por voluntad judicial.

Igualmente, como la exoneración que la ley hace del juramento al menor de 12


años tiene que ver con el riesgo asumido para que el testigo diga
espontáneamente la verdad, si lo quiere, también con toda relatividad se prevé
que aquél pueda estar asistido para garantía de un trato libre y no compulsivo, en
lo posible, por el representante legal o un pariente cercano. Aunque en este caso
estuvieron presentes otras personas no tan próximas familiarmente a la testigo
menor, lo cierto es que la ley abre esa posibilidad ante la ausencia de su parentela,
pero además se trataba de ciudadanos responsables y no ha sido objeto de
discusión la libertad de la testigo en su declaración.

De otro lado, si bien es cierto que a los asistentes de la menor no se les recibió
juramento sobre el deber de guardar la reserva sumarial, tal omisión tendría que
ver con las dificultades posteriores para imponer legítimamente consecuencias en
esta materia, si eventualmente se violare el secreto de la investigación por los
intervinientes, pero para nada afecta la regularidad de la diligencia.

Este criterio ya había sido acordado por la Corte en las sentencias de casación del
19 de junio de 1991 (M. P. Guillermo Duque Ruiz) y el 27 de septiembre de 1994
(M. P. Gustavo Gómez Velásquez).

2. Y en relación con la improcedencia de una descalificación anticipada del testigo


de auditu o de oídas, ha dicho la Corte:

"Si bien es cierto ‘el testigo de oídas, lo único que puede acreditar es la existencia
de un relato que otra persona le hace sobre unos hechos (…) y que generalmente
ese concreto elemento de convicción no responde al ideal de que en el proceso se
pueda contar con pruebas caracterizadas por su originalidad, que son las
inmediatas’, tampoco ‘implica lo anterior que dicho mecanismo de verificación
deba ser rechazado; lo que ocurre es que frente a las especiales características en
precedencia señaladas, es necesario estudiar cada caso particular, analizando de
manera razonable su credibilidad de acuerdo con las circunstancias personales y
sociales del deponente, así como las de la fuente de su conocimiento, si se ha de
tener en cuenta que el testigo de oídas no fue el que presenció el desarrollo de los
sucesos y que por ende no existe un real acercamiento al hecho que se pretende
verificar" (Sentencia de segunda instancia, 29 de abril de 1999. M. P. Carlos E.
Mejía Escobar).

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
• Fecha : 29/07/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Riohacha
• Procesado : TAPIAS GUERRA, REYBER RUBEN
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 10615
• Publicada : Si
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ERROR EN LA DENOMINACION JURIDICA DE LA INFRACCION


Cuando el juez se equivoca en la calificación jurídica de la conducta, se está en
presencia de un error in iudicando, que por trascender la validez de la actuación,
debe, por excepción, aducirse y corregirse con fundamento en la causal tercera,
pues si se subsanara con base en la primera, dictando fallo de sustitución, se
generaría un nuevo desacierto, al no quedar la sentencia en consonancia con los
cargos formulados en la resolución de acusación. Pero, de todas maneras, el yerro
debe demostrarse conforme a la técnica de la primera, por lo cual se debe precisar
la forma de violación de la ley sustancial, si directa o indirecta, y en este último
caso, la naturaleza del error cometido, si de hecho o de derecho, y el falso juicio
que lo determinó, así como su incidencia en la validez del proceso.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
• Fecha : 29/07/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Valledupar
• Procesado : PAYARES PABON, ALIRIO ALFONSO
• Delitos : Lesiones personales, Tentativa de homicidio
• Proceso : 10761
• Publicada : Si
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PRINCIPIO DE LIMITACION/ CAUSAL DE JUSTIFICACION-


Orden de Superior
1. Debe recordar la Sala el "principio de limitación" previsto en el artículo 228 del
Código de Procedimiento Penal, según el cual, salvo en tratándose de la causal de
nulidad y de la ostensible violación de garantías fundamentales, a la Corte le está
vedado "tener en cuenta causales distintas a las que han sido expresamente
alegadas por el recurrente", no pudiendo entonces corregir, complementar o de
cualquier otra forma suplantar al casacionista en la factura del libelo casacional.

También impera reiterar que las sentencias recurridas en casación vienen


precedidas de la doble presunción de acierto y legalidad, motivo por el cual para
derrumbar esa presunción los censores deben demostrar que el sentenciador ha
incurrido en yerros protuberantes, no siendo de recibo las simples
oposiciones que aquéllos hagan a las consideraciones del fallador.

Finalmente, también cabe recordar que los casacionistas no deben hacer un


ataque parcelado de las pruebas, sino extender sus censuras a las pruebas en
que se basó el sentenciador para decidir, y si lo consideran pertinente también
deben hacer extender sus demandas el resto del material probatorio al cual el
fallador no le dio la trascendencia que los censores consideran. Si no cumplen esta
tarea los actores tornan incompletas sus censuras, y de entrada destinan al
fracaso las mismas.

2.- El destinatario de la orden no puede ampararse en la causal de justificación,


sino que obviamente debe correr con todos los riesgos que conlleva una orden así
emitida.

Dijo al respecto esta Sala de casación en sentencia de junio 13 de 1995, con


ponencia del Magistrado Carlos Eduardo Mejía Escobar:

"...Pero cuando el contenido de una orden sea manifiestamente contrario a derecho, el


funcionario público debe abstenerse de cumplirla, so pena de que al realizar la
actuación contenida en el mandato se deriven consecuencias punibles, caso en el cual
responderá al igual que su superior.

Por su parte , la orden como justificante, cuya previsión legal se encuentra en el


artículo 29 numeral 2o del Código Penal, contiene en sí misma unos requisitos que
obligan examinar si el mandato es legítimo.

De lo anterior se desprende que, en uno y otro caso, la orden debe ser legítima; que
aun cuando se emita con las formalidades legales, si tiene un contenido antijurídico
jamás podrá justificar un hecho, pese a que se invoque el principio Constitucional de
que trata el artículo 91, pues de él no se desprende un obedecimiento ciego, sino su
cumplimiento dentro de los límites racionales y coherentes que demandan un Estado
de derecho y apreciando las concretas circunstancias que rodeen el hecho al
momento de su ejecución".

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
• Fecha : 29/07/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Valledupar
• Procesado : DAZA CAMARGO, GLORIA
• Procesado : CANTILLO DE VARGAS, SOLEDAD
• Procesado : ESCOBAR PEREA, EDUARDO ISAAC
• Procesado : RIVEIRA DIAZ, LOYOLA ZORAIDA
• Procesado : FELIZZOLA CASTILLA, IVIS MARIA
• Procesado : BAQUERO MOJICA, MOISES
• Procesado : MACHADO MACHADO, SONIA PATRICIA
• Procesado : QUIROZ QUIROZ, SARA
• Procesado : RAIMIREZ MOLINA, ALBANIA
• Delitos : Peculado culposo, Peculado por apropiación, Falsedad
ideológica en documento público, Destrucción de
documento público
• Proceso : 14717
• Publicada : Si
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03/08/1999

DEMANDA DE CASACION
Identificada por el casacionista la vía de su ataque, con la precisión que la norma
procesal expresa, debe, para completar uno de los requisitos formales de la
demanda, indicar en forma clara y precisa los fundamentos de la causal.

Claro: en términos de lenguaje es aquello "inteligible, fácil de comprender" y como


concepto filosófico es "la concordancia del juicio con el objeto considerado", tal
conceptualización excluye entonces, tanto la farragosidad o abstrusión del discurso
jurídico que indique el fundamento de la causal, como los errores lógicos en la
formulación del juicio con respecto del objeto (proceso - actuación procesal) del
que se predica el juicio (violación directa/indirecta/nulidad, etcétera).

Preciso: es lingüísticamente hablando "lo conciso y rigurosamente exacto" y como


definición filosófica es lo opuesto a vaguedad, por tanto "es preciso lo que está
claramente diferenciado de todo aquello con lo que podría confundirse",
expresión que en términos de la demanda de casación significa que los
fundamentos de cada causal deben ser expresados de tal manera que no se
confundan con los de otra causal (no contradicción) o con los de otro tipo de
alegato (de instancia).

Tal deber implica para el casacionista que la causal aducida sea la conclusión
lógica de su discurso, para llegar a la cual debe hilar una argumentación que
establezca las premisas que demuestren esa conclusión, de manera tal que entre
las premisas y la conclusión exista la relación de deducción que identifica al
argumento como lógicamente correcto.

En este orden de ideas, el error de hecho o fáctico, versa sobre la equivocada


observación material que el Juzgador hizo de una prueba en concreto, y en su
forma del falso juicio de identidad, se refiere exclusivamente a la tergiversación
objetiva del contenido material de la prueba.

La terminología que sostiene la definición de tal modalidad del error de hecho no


es arbitraria, sino que corresponde a su esencia óntica, pues el censor - al concluir
en tal vía de ataque - ha debido advertir un error del juzgador sobre la prueba
como objeto de percepción material del cual éste señaló un contenido que no
corresponde a su ser, sino que lo distorsiona dándole un alcance que no tiene.

Si se quiere llegar a tal conclusión lógica - error sobre el contenido material del
objeto prueba -, la argumentación ha de limitarse a señalar cuál es la prueba, qué
es lo que ella acredita, y que es lo que el Juzgador le hizo acreditar; tan sencilla
operación lógica es medida y límite del argumento, pues al demandante le basta,
para acreditar este requisito formal, con advertir el yerro con precisión tal, que sólo
sea menester por parte de la Corte un ejercicio comparativo entre lo que la prueba
dice y lo que se le hizo decir, para advertir la existencia del error.

No puede entonces el censor - sin dejar de incurrir en contrasentidos - señalar


disparidades con el sentenciador sobre la apreciación probatoria otorgada al medio
de prueba, pues tal tema, aunque luego se verá que puede ser ubicable como error
de hecho, no discurre sobre la apreciación de la prueba como objeto de
percepción, sino sobre el criterio del Juez como sujeto de la proposición valorativa
de la prueba, para cuya determinación no puede utilizar (en el sistema probatorio
nacional) sino los postulados de la sana crítica, cuyo contenido estrictamente
fáctico, no normativo, permite sostener otro tipo de error de hecho.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Casación
• Fecha : 03/08/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Procesado : ANGULO LOPEZ, VICTOR FABIO
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 12752
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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DEMANDA DE CASACION
El artículo 225 del Código de Procedimiento Penal establece los requisitos que
debe reunir toda demanda de casación, los cuales, de no ser cumplidos en su
integridad por el actor, conducen a la desestimación del libelo y la declaratoria de
deserción del recurso. Entre ellos se destaca que el impugnante está en la
obligación de precisar la causal que aduzca para demandar la infirmación del fallo
e indicar clara y precisamente los fundamentos en que se apoya.

La jurisprudencia repetidamente ha sostenido, así mismo, que cuando la censura


se orienta por cuestionar la calificación jurídica de la conducta por la que se irrogó
condena, compete al demandante en casación demostrar de qué manera se llegó
al desacierto, si mediante la violación directa de la ley sustancial por aplicación
indebida de una disposición y falta de aplicación de la que corresponde al caso, o a
través de la apreciación probatoria, sin que resulte lógico ni jurídico aducir ambas
vías simultáneamente, por ser contradictorias, pues en el primer supuesto ha de
partirse de aceptar las pruebas recaudadas y su mérito, tal y como fue apreciado
por el juzgador, y en el segundo, es precisamente la errónea apreciación
probatoria la que da lugar a la transgresión legal de modo indirecto.

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
• Fecha : 03/08/1999
• Decisión : Rechaza la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : ORTIZ PEÑA, MERLY ONIRA
• Proceso : 13568
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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LIBERTAD Y SENTENCIA CONDENATORIA-Subrogado de la


condena de ejecución condicional (art.198 C. de P.P.)/
CUMPLIMIENTO INMEDIATO DE LAS PROVIDENCIAS
Como quiera que el punto ha sido reiteradamente considerado por la Sala, sin que
ahora exista motivo para variar dicha posición, a ella se remite una vez más. Con
ponencia de quien ahora también funge como tal, se dijo:

"Prescribe el artículo 198 del Código de Procedimiento Penal:

Cumplimiento Inmediato. Las providencias relativas a la libertad y detención y las


que ordenan medidas preventivas, se cumplirán de inmediato.

Si se niega el subrogado de la condena de ejecución condicional, la captura sólo podrá


ordenarse cuando se encuentra en firme la sentencia, salvo que durante el proceso se
hubiera proferido medida de aseguramiento de detención sin excarcelación.

Con base en la anterior disposición, no es procedente atender el pedimento del


defensor del aquí acusado, pues la ley es clara en el sentido de que si se niega el
subrogado de la condena de ejecución condicional, la captura sólo podrá ordenarse
cuando se encuentre en firme la sentencia, hasta aquí le asistiría razón al libelista
dado que se estaría dando cumplimiento al mandato legal a que se hizo referencia,
pero el petente pasa por alto la salvedad a tal concesión, la cual establece que si
durante el proceso se hubiere proferido medida de aseguramiento de detención sin
excarcelación, como efectivamente sucedió en el presente asunto, la captura podrá
ordenarse de inmediato, pues como ya se vio desde el momento en que se le resolvió
la situación jurídica se le decretó medida de aseguramiento de detención preventiva
sin excarcelación (fls. 134 y Ss. Cdno. No.1), bien porque la pena presupuestada
superaba los tres (3) años de prisión ora porque el caso se enmarca dentro de los
parámetros establecidos en el artículo 417 del Código de Procedimiento Penal, si
posteriormente se ordenara la libertad provisional por causales distintas a las del
numeral 1º del artículo 415 Código de Procedimiento Penal, en nada cambiaría los
presupuestos considerados para negar tal subrogado."

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Casación -Libertad-
• Fecha : 03/08/1999
• Decisión : Niega libertad provisional
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Pereira
• Procesado : MURILLO VALLEJO, JAIME ANTONIO
• Delitos : Hurto calificado y agravado, Receptación
• Proceso : 14898
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION
Repetidamente la Corte ha sostenido que el recurso extraordinario de casación no
constituye instrumento que dé lugar a continuar el debate fáctico y/o jurídico
propio de las instancias. Su ejercicio ha de obedecer a precisos presupuestos de
procedencia, mediante invocación acertada de alguno de los motivos
preestablecidos en la ley de rito, y la demostración de haber sido transgredida la
voluntad de la ley por el juzgador contenida en la declaración del fallo de segundo
grado, pues el sistema que le da origen se estructura a partir de reconocer que el
juicio feneció con su proferimiento y que éste se halla amparado por las
presunciones de ser legal y acertado.

De ahí que se estime el trámite y decisión del recurso como un juicio lógico-jurídico
de la sentencia de segunda instancia, siendo su presupuesto básico la
presentación de una demanda en forma, en la que no pueden tener cabida
particulares consideraciones para anteponerlas al criterio del juzgador, pues
precisamente con miras a evitar este tipo de desnaturalizaciones, la ley ha
dispuesto que el libelo sustentantorio solamente pueda ser presentado por un
abogado, de quien se supone versado en cuanto hace a los fines señalados para el
instrumento, los principios que lo rigen, la técnica que lo gobierna, el rito que lo
comprende, y la forma de ejercitarlo.

Sobre el anterior supuesto, dígase una vez más que cuando se aduce la violación
directa de la ley, sea que corresponda a cualquiera de sus sentidos: falta de
aplicación, aplicación indebida, o interpretación errónea de determinado precepto,
la propuesta ha de hacerse en el plano de estricto raciocinio jurídico, partiendo de
aceptar los hechos y la apreciación de los medios de prueba tal como fue
declarada en el fallo, pues de entrarse en debates probatorios, la censura pierde
autonomía para desviarse al campo de la transgresión indirecta.

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
• Fecha : 03/08/1999
• Decisión : Rechaza la demanda de casación presentada por la parte
civil
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : CARDENAS DUARTE, VICTOR MANUEL
• Procesado : JIMENEZ SABOGAL, FERNANDO ELIECER
• Delitos : Estafa
• Proceso : 13494
• Publicada : Si
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DETENCION DOMICILIARIA/ RESTRICCION DOMICILIARIA


La restricción domiciliaria a que alude el procesado y que contempla el artículo 44
del Estatuto Penal, específicamente dentro del Título IV, De la punibilidad, Capítulo
I, De las penas, constituye precisamente una de las accesorias sanciones
consistente en la obligación que se impone al condenado de permanecer o no
residir en un determinado lugar, es decir, que como sanción derivada de la
condena, inexorablemente ella es materia sobre la cual, de concurrir los motivos
que la hacen viable, debe ocuparse la sentencia.

Siendo esta su naturaleza, es evidente que el memorialista ha confundido la


restricción domiciliaria con la detención domiciliaria consagrada en el artículo 396
del Código de Procedimiento Penal (modificado por el artículo 53 de la Ley 81 de
1.993), que en todo caso tampoco le resulta aplicable, al serlo solamente en
relación con procesados y no para condenados, excepción única hecha por el
artículo 369A, literal h (Adicionado por el artícul44 de la Ley 81 de 1.993, a su vez
derogado por la Ley 365 de 1.997, artículo 26), esto es, en aquellos casos de
beneficios por colaboración, dentro de los cuales es dable acumular a éstos la
"detención domiciliaria durante el proceso o la ejecución de la condena, en delitos
cuya pena mínima legal para el delito más grave, no exceda de ocho (8) años de
prisión".

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Auto Casación
• Fecha : 03/08/1999
• Decisión : Niega por improcedente la sustitución de la medida de
aseguramiento
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : GUALDRIA, HAROLD BRAYAN
• Delitos : Hurto calificado y agravado
• Proceso : 12944
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION
El numeral 3º. del artículo 225 del C. de. P. P. enseña como requisito formal de la
demanda el señalamiento de la causal aducida pero, además, la indicación
específica y cristalina de los fundamentos del planteamiento.

Como bastante se ha dicho por la jurisprudencia, cuando se busca acusar por


errores en el juzgamiento la causal de casación que corresponde invocar es la
primera, mientras que si se pretende censurar errores de procedimiento se debe
acudir a la causal tercera. No es correcto, entonces, plantear la causal 1ª. y querer,
por esa vía, arribar a la petición de nulidad con fundamento en el No. 2º. del
artículo 304 del C. de. P. P.
Magistrado Ponente: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Casación
• Fecha : 03/08/1999
• Decisión : Rechaza la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Bucaramanga
• Procesado : BOHORQUEZ SILVA, OCTAVIO
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
• Proceso : 13912
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION
El juicio contra la sentencia con la cual finaliza el debate de las instancias que se
formula en el escrito de la demanda de casación es de carácter jurídico, y como tal
debe estar debidamente fundamentado; por ello su entronización está autorizada
únicamente al profesional del derecho en el artículo 137 del C. de P. P. que concede
al sindicado, para los fines de su defensa los mismos derechos de su defensor. No
puede pues, conferir viabilidad al recurso de casación un escrito conformado por
afirmaciones insustentas y razonamientos especulativos que parten de un total
desarraigo del contenido procesal, porque éste es el supuesto sobre el cual
descansa la censura, sea para delatar errores jurídicos en la selección o
interpretación de la ley sustancial atinente al caso, o irregularidades
procedimentales susceptibles de comportar nulidad procesal en mayor o menor
extensión que se pide subsanar a la Corte en su calidad de juez extraordinario.

Trátase pues, de una alegación calificada que debe sujetarse a las exigencias de
forma señalada en el artículo 225 del C. de P. P., a riesgo de ser rechazada de plano
en caso de desconocer algunas de ellas o todas; tal es el efecto de la desatención
a este precepto instrumental a la luz del artículo 226 ibíd.

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Auto Casación
• Fecha : 03/08/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : GUASCA GUASCA, ERASMO ALBERTO
• Delitos : Estafa
• Proceso : 15750
• Publicada : Si
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05/08/1999

COLISION DE COMPETENCIA/ JUEZ DE EJECUCION DE


PENAS
No obstante, la jurisprudencia de la Sala de Casación Penal, ha venido reiterando
que no es válido jurídicamente predicar la existencia de verdaderas colisiones de
competencia, frente a posturas antagónicas entre funcionarios judiciales, que se
presenten a raíz del trámite de algún incidente suscitado dentro de procesos ya
culminados con sentencia ejecutoriada.

En estricto sentido, al tenor del artículo 97 del Código de Procedimiento Penal,


colisión de competencias puede presentarse exclusivamente en los siguientes
casos:

-. Cuando dos o mas jueces consideren que a cada uno de ellos corresponde adelantar
el juzgamiento.
-. Cuando los jueces se nieguen a adelantar el juzgamiento por estimar que no es de
competencia de ninguno de ellos.
-. Cuando, tratándose de delitos conexos, se adelanten varias actuaciones
procesales de manera simultánea.

La diferencia de criterios latente entre el juzgado que profirió la sentencia


condenatoria y el juzgado de ejecución de penas, no es propiamente una colisión
de competencias puesto que tal problema no se adecua en ninguna de la
hipótesis que prevé el precepto en cita.

Sin embargo, como la realidad y la naturaleza de las cosas demuestra que ocurren
y suelen existir verdaderos conflictos o choques de criterio entre el funcionario que
emitió la sentencia y el juez de ejecución de penas, que deben ser definidos por
una tercera autoridad judicial ante la renuencia de los dos enfrentados, también la
jurisprudencia de la Sala, ha venido explicando que por analogía al principio
general, tales conflictos deben ser resueltos por el superior funcional común a
los dos jueces en litigio.

Se precisa contestar el interrogante que surge de inmediato: Quién es el superior


funcional común al juez que profirió la sentencia y al juez de ejecución de penas?

De igual manera, la Sala ha expresado que el superior funcional de los dos en


controversia en este caso es el superior del juez o del Tribunal que hubiere
proferido la sentencia de primera instancia, con la misma concatenación lógica que
deriva de interpretar armónicamente el artículo 76 del Código de Procedimiento
Penal, cuando estipula que:

"La apelación interpuesta contra las decisiones proferidas por los jueces de ejecución
de penas y medidas de seguridad, serán resueltas por los superiores jerárquicos de
los jueces que hayan dictado la sentencia condenatoria de primera instancia."

Las razones en que se fundan aquellos asertos están contenidos de manera muy
didáctica, entre otros, en los autos que a continuación se invoca, destinados a
dirimir "colisiones" como la que ahora ocupa a la Corporación:

Auto del 26 de marzo de 1996. Magistrado Ponente Dr. FERNANDO. E. ARBOLEDA


RIPOLL:

"El Código de Procedimiento Penal no resuelve esta eventualidad, pero este vacío
legislativo en manera alguna impide acudir, por vía de analogía, al principio general
que rige la materia consistente en que los conflictos de competencias sean resueltos
por la autoridad jerárquicamente superior, común a los funcionarios en litigio.

"Esta regla se desprende de lo preceptuado por los artículos 68-5, 70-5 y 72-3 del
Código de Procedimiento Penal y la ha aplicado esta Corporación para pronunciarse
sobre colisiones surgidas entre Juzgados Regionales al disponer que éstas deben ser
resueltas por el Tribunal Nacional y no por la Corte.

"En esa medida, la cabal comprensión del instituto permite afirmar que si el conflicto
se llega a presentar en la postrera etapa referida a la ejecución del fallo condenatorio,
necesario resulta concluir, en aplicación del mismo parámetro trazado, que éste debe
ser resuelto por el superior jerárquico de los jueces enfrentados.

"Ahora bien, el superior de los jueces en litigio, cuando en él se halla involucrado un


Juzgado de Ejecución de Penas, no es otro que el superior de aquél que haya emitido
el fallo cuya ejecución demanda.

"Para ello baste con recordar que el rango de los Jueces de ejecución de penas y
medidas de seguridad, para efectos procesales, es el mismo del juez que ha emitido
la sentencia, así se haya dispuesto que ostentan la categoría de Jueces del Circuito,
pues, de conformidad con el artículo 76 del Estatuto Procesal Penal las decisiones, que
en ejercicio de sus facultades legales emitan, son recurribles ante el superior
jerárquico del juez que dictó la sentencia cuya ejecución se demanda; o ante el mismo
funcionario que emitió el fallo de condena, si corresponde a proceso de única
instancia a tenor del artículo 523 ibídem.

"Lo anterior porque en estricto sentido la competencia que la ley otorga a los Jueces
de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad es funcional y no territorial por cuanto
está relacionada directamente con el fallo de cuya ejecución se trate y referida
exclusivamente al cumplimiento de sentencias condenatorias proferidas por los jueces
penales; independientemente del lugar donde éstas hayan sido emitidas, de la
categoría del funcionario que las emitió y del Circuito o Distrito en que se hallen
radicados.

"Por eso si se llegare a presentar conflicto entre un Juzgado de Ejecución de Penas y


Medidas de Seguridad y un Penal Municipal, el competente para dirimirlo es el Juez
del Circuito al cual pertenezca el Juez Municipal por ser el superior jerárquico de los
dos.

"Igualmente, si la discrepancia de criterios se presenta con un Juez Penal del Circuito,


el llamado a dirimirla es el Tribunal del Distrito a que pertenece dicho funcionario.

"Si con un Juez Regional, es el Tribunal Nacional quien debe pronunciarse al respecto.

"Finalmente, si se presenta diferencia entre un Tribunal que profirió el fallo de primera


instancia y el Juez de Penas encargado de su ejecución, sólo en esta eventualidad la
Corte debe pronunciarse, por cuanto, al asumir el Juez de penas la misma categoría
del Tribunal, se trataría de un conflicto entre dos funcionarios de igual rango, y
solamente en esta última hipótesis, sería aplicable, por analogía como se ha dejado
visto, el artículo 68 numeral 5o. del Código de Procedimiento Penal."

Auto del 26 de marzo de 1996, Magistrado Ponente Dr. JUAN MANUEL TORRES
FRESNEDA:

"Si bien se coteja este precepto (se refiere al artículo 76 del Código de Procedimiento
Penal) con los principios que rigen en materia de colisión de competencia bajo la
redacción de los artículos 68-5, 70-5 y 72-3 del Código de Procedimiento Penal, valga
decir que ya no solo sobre factores territorial, material, foral y de cuantía que regirían
con precedencia al fallo definitivo, sino subordinado a los factores funcional y
jerárquico, fácil se infiere que para casos como el aquí propuesto a la consideración
de esta Sala, ninguna posibilidad asoma para que sea la Corte la que dirima el
conflicto.

"En efecto, ya se ha visto que a los juzgados de ejecución de penas se les fijó su sede
en el territorio de precisos distritos judiciales, que son los encargados de proveer su
nombramiento, pero que su competencia, como era de esperarse, ni se circunscribió a
los asuntos del conocimiento de una sola categoría de Despachos, ni exclusivamente
a los procesos surgidos de conductas ocurridas en su sede, sino que dentro de un
criterio de ubicuidad, se dieron a su conocimiento todos aquellas causas falladas en
cualquier parte del territorio nacional, a condición apenas, de que el reo de cuya
situación se trate, se halle purgando pena en alguna de las cárceles localizada en el
Circuito de su sede.

"Desde este aspecto resulta comprensible que cuando surjan las diferencias para
establecer si quien conoce de una determinada causa será el Juzgado que la falló en
la primera instancia, o en su defecto un juez de ejecución de penas, las diferencias no
están involucrando a jueces de distintos distritos judiciales, sino a dos llamados en
principio -con abstracción del factor territorial- para entrar a dirimir conflictos
relacionados con la ejecución de la sentencia, pero en el mismo grado sometidos en la
revisión de sus decisiones a un mismo y único "superior jerárquico" fijado
expresamente por la ley (artículo 76 del Código de Procedimiento Penal), que no es
necesariamente la Corte Suprema de Justicia, sino el "de los jueces que hayan dictado
la sentencia condenatoria de primera instancia" "

Acorde con los anteriores planteamientos la Sala de Casación Penal de la Corte


Suprema de Justicia, se abstendrá de conocer el conflicto negativo sometido a
estudio.

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Colisión de Competencias


• Fecha : 05/08/1999
• Decisión : Se abstiene de conocer sobre el conflicto planteado
• Procedencia : J. 34 Penal y J. 2 de Ejecución
• Ciudad : Bogotá y Tunja
• Procesado : ALDANA RAMIREZ, GUSTAVO
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio agravado
• Proceso : 15885
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION/ PRUEBA/ FALSO JUICIO DE


CONVICCION
Se ha expresado repetidamente, que una demanda de casación no puede
convertirse en una alegación de instancia, sino que ciñéndose a la más estricta
lógica jurídica, debe demostrar y poner en evidencia el error de juicio o el error de
actividad en que incurre el juzgador en la aplicación de la ley sustancial o en la
estimación de la prueba.

Cuando se invoca la violación indirecta de la ley sustancial, es indispensable


demostrar por el impugnante, que el sentenciador incurre en un ostensible y
manifiesto error de hecho o de derecho en el análisis de la prueba y demostrar que
este error de manera indirecta influye en forma decisiva para que no se aplique
por el fallador una ley sustancial o se aplique indebidamente.

En consecuencia, es preciso indicar cuáles son las pruebas sobre las que recae el
error, la naturaleza de éste, la norma procesal objetiva que regula la aducción de la
prueba y la incidencia decisiva del yerro del juzgador en la parte resolutiva de la
sentencia.

Ha dicho insistentemente la Sala "que cuando el error se origina en la apreciación


del valor probatorio del medio, el impugnante debe demostrar, en primer término,
que la estimación que el fallador hizo de su mérito no corresponde a la que debe
hacerse de acuerdo con las reglas de la sana crítica, o con las normas de derecho
probatorio que preestablecen su valor, según el caso" ( M.P. Dr. Fernando Arboleda
Ripoll. Julio 10 de 1996).

También olvida el libelista el principio general de la autonomía de los títulos


valores, según el cual toda obligación cambiaria deriva su eficacia tanto de la firma
impuesta en los títulos valores, como de la entrega con la intención de hacerlo
negociable de conformidad con la ley de su circulación, conforme a la cual, se
presume como tenedor legítimo del título a quien lo posee (arts. 625 y 647 del C.
de Co.).

Si la intención del libelista era formular un error de derecho por falso juicio de
convicción, es pertinente recordar que para su prosperidad se impone demostrar
que la estimación que hizo el fallador del mérito probatorio no corresponde a la
que debe hacerse con las normas de derecho probatorio que establecen su valor.

La Sala ha precisado que: "No es lo mismo, que una prueba haya sido
distorsionada en su expresión fáctica, a que su mérito probatorio sea apreciado
incorrectamente. En el primer supuesto, al medio de persuasión se le pone a decir
lo que objetivamente no dice, de suerte que el error no trasciende el marco de
contemplación puramente material de la prueba. En el segundo, se le otorga un
valor distinto del preestablecido en la ley o del que corresponde de acuerdo a los
principios de la sana crítica.

La naturaleza del error y su demostración, en cada caso, es distinta; por eso,


deviene antitécnico alegar, a un mismo tiempo y en relación con las mismas
pruebas errores de apreciación material y de valoración de su fuerza persuasiva
como lo hace el impugnante…" (M. P. Fernando Arboleda Ripoll. Julio 10 de 1996).
Como quiera que la prueba testimonial está sometida en materia penal al sistema
de la persuasión racional, se imponía para el demandante la obligación de precisar
de qué manera la valoración hecha por el juzgador se apartó de la lógica, la
experiencia o la ciencia, que son los principios que presiden la sana crítica.

Magistrado Ponente: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
• Fecha : 05/08/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : MALDONADO GOMEZ, OMAR YESID
• Delitos : Falsedad en documento privado
• Proceso : 11140
• Publicada : Si
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ACCION CIVIL/ DESISTIMIENTO


Esta Sala, en auto de agosto 28 de 1985 (M.P. Dr. Hernando Baquero Borda), dijo:

"De otra parte, y es lo fundamental, la Sala solo tiene competencia en el trámite del
recurso extraordinario de casación para resolver lo atinente a la libertad del
procesado, según el mandato del artículo 454 del Código de Procedimiento Penal. En
relación con otras cuestiones incidentales carece de facultad para decidirlas. Además,
es preciso destacar, la parte civil no es recurrente en este caso y su intervención se
ciñe a lo descrito en el artículo 578 del Código de Procedimiento Penal, es decir, a
formular alegato para oponerse a la demanda presentada por los demás interesados,
acusado o Ministerio Público."

Sustancialmente, dicho criterio no ha sufrido en esta sede modificaciones,


reiterándose que la competencia de esta Sala se circunscribe, aparte del recurso
de casación, a decidir sobre la libertad provisional del procesado, su redención de
pena (arts.431 C.P.P. y Ley 65 de 1993) y sobre las causales objetivas de
improseguibilidad de la acción (muerte del procesado, prescripción, etc.).

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Casación
• Fecha : 05/08/1999
• Decisión : Se abstiene de resolver sobre el desistimiento de la parte
civil
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Bucaramanga
• Procesado : CASTILLO MALDONADO, YOLANDA
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 15445
• Publicada : Si
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EXTRADICION-Trámite
Antes de cualquier interpretación exegética de los textos legales, la Corte debe
reiterar en esta oportunidad que el trámite de extradición tiene una naturaleza
mixta, en el sentido de que es administrativo-jurisdicional y, en todo caso, se
cumple bajo el liderazgo y la responsabilidad preeminente del Gobierno Nacional,
obviamente con la insoslayable colaboración de la Rama Judicial en cabeza de la
Corte Suprema de Justicia, no sólo por voluntad legal sino también constitucional,
porque la sustanciación y las competencias del instituto son una consecuencia del
mandato según el cual a la Rama Ejecutiva le corresponde la dirección de las
relaciones internacionales (Const. Pol., art. 189, numeral 2°). De otro lado, ya se
sabe que la institución de la extradición se ajusta al desarrollo de tales facultades
gubernamentales, pues doctrinariamente se le estima como un acto de asistencia
jurídica y solidaridad internacional para la lucha eficaz contra el delito.

En armonía con la establecida naturaleza constitucional y política de la extradición,


el ordenamiento jurídico colombiano prevé que la oferta, concesión o negación
corresponde y es facultativa del Gobierno, que lo hace al final del trámite por
medio de una resolución administrativa, aunque previamente se requiere el
concepto de la Corte Suprema de Justicia, que sólo sería vinculante si fuere
negativo (arts. 547, 548, 557 y 559).

Así las cosas, el trámite formal sólo se inicia con la admisión del expediente por la
Corte, como claramente lo indica el artículo 556 del Código de Procedimiento
Penal, pues antes de ello sólo se advierte una fase preliminar de
perfeccionamiento del legajo documental y apenas preparatoria de la parte
judicial del rito. En esa etapa previa, además de alistar la documentación, el
Ministerio de Relaciones Exteriores únicamente configura un requisito de
procedibilidad, cuando debe indicar cuál sería la vía y la legislación aplicable al
incidente, mientras que el Ministerio de Justicia y el Derecho solamente cumple
una función requirente del trámite judicial y del concepto, aunque no de la
decisión final que obviamente le concierne al Gobierno (arts. 552 a 555).

Precisamente, por cuanto esas tareas administrativas de alistamiento del


expediente, de constitución de un mero requisito de procedibilidad y de
requerimiento de la vía judicial no están expuestos a la controversia, pues ésta se
cumplirá cabalmente cuando se abra la fase jurisdiccional, no se prevé legalmente
para dicha etapa preliminar el espacio probatorio y de contradicción que imagina
el defensor del requerido para justificar su postura. Para ver de comprobar este
carácter preparatorio de dichos actos, basta revisar el contenido de los artículos
551 al 555 del Código de Procedimiento Penal, en cuyo texto no se incluye la
posibilidad de proposición y debate probatorio.

Una vez emitido el concepto judicial por la Corte, el expediente queda listo para
que el Gobierno dicte la resolución que concede o niega la extradición, de
conformidad con el artículo 559 del Código de Procedimiento Penal, la cual se
expone a los controles administrativos y/o contenciosos que elijan los interesados,
momento en el cual podrán reclamar por cualquier abuso relacionado bien con los
temas previstos en el artículo 558 ora con otras materias que ellos estimen
pertinentes al ámbito de la extradición.

En razón de esta sistemática procesal, es apenas obvio que el artículo 567 del
Código de Procedimiento Penal dispusiera que la defensa debe proveerse desde la
iniciación del trámite de extradición, comienzo que se entiende a partir del
recibo del expediente por la Corte, no antes, como lo prevé el artículo 556 del
mismo ordenamiento.

El artículo 667 del Decreto 050 de 1987 (anterior Código de Procedimiento Penal),
en su letra generaba alguna confusión interpretativa, pues daba la impresión de
que el trámite formal de la extradición comenzaba antes del recibo del
expediente en la Corte, pero todo cuanto quería significar el precepto es que al
requerido, si lo prefería, no le estaba vedado proveerse de un defensor desde el
momento en que se ventilaba la petición en el Ministerio de Justicia y del Derecho,
oportunidad que hoy sigue vigente, a pesar de la redacción más precisa y técnica
del artículo 567.
Si se ha garantizado la defensa técnica a partir de la intervención de la Corte, sería
necio devolver el expediente al Ministerio de Justicia y el Derecho, con el fin de que
dicha entidad propicie la defensa técnica, pues en tal fase preliminar meramente
administrativa no existen actos o decisiones para controlar.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Extradición
• Fecha : 05/08/1999
• Decisión : Deniega la solicitud de devolución del expediente al
Ministerio
de Justicia
• Procedencia : Embajada
• Ciudad : Estados Unidos
• Procesado : PERALTA ORTIZ, MILTON
• Proceso : 15825
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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REFORMATIO IN PEJUS/ LEGALIDAD DE LA PENA


Como quiera que, en este caso, el procesado fue el único que recurrió en casación,
podría pensarse que al agravar la pena accesoria impuesta en las instancias se
está desconociendo el principio de la "non reformatio in pejus", consagrado en el
artículo 31 de la C. P., y 227 del C. de P. P, la Sala se permite señalar que desde el
29 de julio de 1992, con ponencia del Magistrado doctor Dídimo Páez Velandia, ha
venido sosteniendo que el principio constitucional que prohibe reformar en
perjuicio del condenado apelante único, o recurrente único en casación, presupone
la observancia del también principio constitucional de la legalidad, entendida
como ordenadora del Estado de derecho.

Así, si se ajusta la tasación punitiva a la normatividad aplicable, en acatamiento a


la legalidad de la pena, no se está vulnerando la prohibición de la reforma
peyorativa.

La legalidad de la pena no sólo es garantía para el procesado sino para el propio


Estado, pues el ejercicio del poder punitivo que cumple a su nombre una autoridad
judicial ha de desarrollarse en las condiciones prescritas en la ley. Así mismo, es
garantía para todo el conglomerado social, pues se afectaría el principio de
igualdad y la seguridad jurídica si se aplicaran penas convencionales, arbitrarias,
por fuera del texto normativo, no ajustadas al mínimo y al máximo previstos para
cada hecho punible.

Ha dicho la Sala:

"..…de lo que aquí se trata no es de incrementar la pena sobre factores ajenos al texto
base normativo, sino precisamente de imponer la que el legislador previó como
mínima para el caso juzgado.

"..… La imposición de la única pena válida prevista por el legislador para un


determinado delito jamás podría entenderse contraria al artículo 31 constitucional,
sino precisamente con éste coherente, pues integrado este precepto con los artículos
29 y 230 de la Carta Política, con el primero se entenderá que en un Estado de
derecho no es posible aplicar sino la ley penal previa al momento de la comisión del
hecho, bajo la condición de ser favorable al procesado, no aquella que invente o
modifique el juez a su talante, porque en el último de los preceptos que se evoca
existe un presupuesto inmodificable, y es el del sometimiento del funcionario al
exclusivo imperio de la ley. (casación 9236. Agosto 6/97. M.P. Dr. JUAN MANUEL
TORRES FRESNEDA).

En otra ocasión expresó:


"El criterio de la Sala es que la prohibición de agravar la sanción parte de la
consideración de que la pena impuesta haya respetado el mínimo y el máximo
previsto en la ley, y no aquella que por ignorancia o arbitrariedad judicial desconoce
esos parámetros, ya que en esa condiciones no podría ser objeto de protección, pues
la garantía constitucional no puede ser entendida de manera absoluta, esto es, aun a
costa de la propia Constitución. Tampoco puede entenderse que la posibilidad de
hacer respetar una garantía fundamental, como lo es el principio de legalidad, quede
exclusivamente en manos de los sujetos procesales, obligando al juez que conoce de
una apelación a confirmar una sentencia inconstitucional, so pretexto de que no
puede agravar la pena al condenado cuando éste es apelante único, como si este
principio fuera superior al inicialmente mencionado y como si no existiese el mandato
que ‘los jueces en sus providencias sólo están sometidos al imperio de la
ley’".(casación agosto 31/91. M. P. Dr. RICARDO CALVETE RANGEL).*

En consecuencia, el principio de la "non reformatio in pejus" no puede aplicarse


soslayando el de legalidad, sino armónicamente con él, en forma que si la pena
impuesta se ajusta a la prevista en la ley, el superior no la podrá agravar.

Por lo anterior, si bien es cierto que el artículo 31 de la Carta impone un límite al


poder punitivo del Estado, cuando el condenado es apelante único, o recurrente
único en casación, no es absoluto, sino que está ponderado por la institución de la
consulta y la legalidad de la sanción.

________________________________
*.- (Véase, también, entre otras, casación 9734 enero/98 M.P. Dr. CARLOS E. MEJÍA ESCOBAR, 28 de
cotubre/97. M. P. Dr. CARLOS E. MEJÍA ESCOBAR; Junio 25/98. M.P. Dr. FERNANDO E. ARBOLEDA RIPOLL;
9764, marzo/97. M.P Dr. JORGE ANIBAL GÓMEZ GALLEGO).

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
• Fecha : 05/08/1999
• Decisión : Casa parcial y de oficio en cuanto a la pena accesoria
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : MONTILLA SEPULVEDA, JAIME JHON
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio agravado
• Proceso : 10791
• Publicada : Si
Salvamento Parcial de Voto Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON -
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CASACION DISCRECIONAL
La Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia en varios
pronunciamientos ha señalado los requisitos formales que exige la ley para la
admisión del recurso de casación discrecional. Tales son:

1.- Que se trate de un fallo de segunda instancia, el cual si fue proferido por el
Tribunal debe ser por delito que tenga pena privativa de la libertad inferior a 6
años; o no privativa de la libertad; y si lo fue por el Circuito, basta esa
circunstancia, sin que sea necesario ningún otro requisito, es decir, no importa ni el
quantum punitivo ni la clase de pena.

2.- Que se interponga por escrito dentro de los 15 días siguientes a la última
notificación de la sentencia de segunda instancia (art.223 del C. de P.P.).
3.- Que exista legitimación para recurrir, esto es, que sólo puede ser interpuesto
por el procesado, su defensor, y el Procurador o su Delegado (art.218, ibidem,
subrogado por la Ley 81 de 1993, art. 35).

4.- Que se sustente en debida forma, a saber, que se precisen los motivos para que
se acepte, que no pueden ser otros que el desarrollo de la jurisprudencia, bien sea
para determinar el alcance interpretativo de alguna disposición, o aclarar algún
aspecto que jurisprudencialmente no ha sido suficientemente desarrollado; o las
razones para considerar que se han vulnerado los derechos fundamentales
(art.218 inciso 3° del C.P.P.).

Así las cosas, el escrito por medio del cual se solicita la admisión del recurso
excepcional de casación, se habrá de construir con base en los anteriores
postulados, pues de lo contrario, su rechazo se impone.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Casación Discrecional
• Fecha : 05/08/1999
• Decisión : No concede el recurso de casación discrecional
interpuesto
por el Procurador 316
• Procedencia : Tribunal Superior
• Ciudad : Militar
• Procesado : OVIEDO DIAZ, OSCAR ANTONIO
• Delitos : Deserción
• Proceso : 15903
• Publicada : Si
Salvamento de Voto Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL -
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CASACION DISCRECIONAL
Apenas se enunció, pues, la razón por la cual se acude a este recurso excepcional,
mas como dijo esta Sala en auto de mayo 5 de 1.994 (M.P. Dr. Guillermo Duque
Ruiz):

"Al respecto reiteró esta Sala en auto de 13 de diciembre último: ‘en el fondo, al
censor le corresponde efectuar dos sustentaciones, siendo la primera de ellas la
orientada exclusivamente a establecer la necesidad de que la Corte admita el
recurso por la vía excepcional, pues se parte de la base que el recurso no es en
principio procedente, bien porque no se cumple con el requisito de la pena o por
que la sentencia de segunda instancia no ha sido dictada por un Tribunal’. La
segunda sustentación - agrega ahora la Sala- la hace el actor en la demanda".

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Casación Discrecional
• Fecha : 05/08/1999
• Decisión : No concede el recurso de casación discrecional
• Procedencia : Tribunal Superior
• Ciudad : Militar
• Procesado : GOMEZ, JORGE ELIECER
• Delitos : Desobedecimiento
• Proceso : 15900
• Publicada : Si
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SECUESTRO EXTORSIVO/ CONEXIDAD/ COMPETENCIA


Dentro de la investigación se estableció que el procesado recurrente y sus
compañeros de delincuencia intimidaron con armas de fuego de defensa personal
al señor Carlos Bargui Flórez y a quienes lo acompañaban, consumando a más del
secuestro el hurto de una considerable suma de dinero que se hallaba en la
vivienda rural.

De lo anterior se infiere que los hechos punibles cometidos por los procesados
estuvieron conectados por vínculos de carácter ideológico y ocasional, pues el
primero de ellos -el porte ilegal de las armas de fuego- fue el medio para la
ejecución del segundo -el secuestro extorsivo-; y, estos dos a la vez, la
oportunidad para la realización del último -el hurto calificado-; se trató entonces
de un concurso de hechos punibles ejecutados en conexidad, cuya investigación y
fallo, por expreso mandato de la ley de procedimiento en su artículo 89 inciso
segundo -antes de la última modificación introducida por el artículo 8o. de la Ley
504 de 1999-, norma basada en el principio de la especialidad, correspondía a la
entonces justicia regional.

Ese dispositivo se encontraba vigente para la época de comisión de los delitos y


establecía:

"Cuando se trate de conexidad entre hechos punibles de competencia del juez


regional y de cualquiera otro funcionario judicial, corresponderá el juzgamiento al
juez regional".

Esta fijación de la competencia en el juez de la especialidad obedece a motivos de


conveniencia, tales como la economía procesal y la comunidad probatoria que
facilitan la investigación y la toma de decisiones, y a factores de tipo funcional
como la unidad de sujeto activo; y aunque la misma ley ha previsto la ruptura de
la unidad procesal entre los ilícitos conexos, esta eventualidad obedece a los
precisos motivos contemplados en el artículo 90 del C. de P.P., ninguno de los
cuales se configura en el caso materia de examen.

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Sentencia Casación
• Fecha : 05/08/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : MIRANDA, JULIO JOSE
• Procesado : CARRASCAL TOVIO, JORGE ANTONIO
• Delitos : Hurto calificado y agravado, Porte de armas de defensa
personal, Secuestro extorsivo
• Proceso : 12860
• Publicada : Si
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NOTIFICACION-Sentencia
Si por cualquier circunstancia no es posible la notificación personal de la sentencia
al procesado privado de libertad y al Ministerio Público dentro de los tres días
siguientes a su fecha eso no impide que se realice por edicto a aquellos sujetos
procesales a quienes no es obligatorio comunicársela personalmente y que luego o
simultáneamente se proceda a aquella, pues respecto de éstos sí existe el medio
sucedáneo que no puede aplicarse en relación con los primeros.

En consecuencia, bien que la última notificación sea la personal a los sujetos a que
se refiere el artículo 189 del Código de Procedimiento Penal o la efectuada
mediante edicto es lo cierto que el término de 15 días para interponer el recurso
de casación se cuenta a partir del día siguiente de sucedida aquella, máxime que
el artículo 223 ídem no establece ninguna distinción sobre la naturaleza del acto
procesal de comunicación, condicionando el inicio de la oportunidad solamente a
que sea la "última notificación".

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Recurso de Hecho
• Fecha : 05/08/1999
• Decisión : Declara correctamente denegado el recurso de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : San Andrés
• Procesado : SINCLAIRE CHRISTOPHER, EDGAR
• Delitos : Violación a la Ley 30/86
• Proceso : 16036
• Publicada : Si
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CASACION DISCRECIONAL-Término para la sustentación


En el caso de la casación por la vía excepcional, al no haber fijado la ley el término
para la sustentación, la jurisprudencia de la Sala, de manera reiterada y pacífica,
ha manifestado que debe ser el mismo que se tiene para interponerlo, esto es, los
15 días siguientes a la última notificación de la sentencia de segunda instancia, de
manera que ningún sorprendimiento puede argüir el inconforme.

En consecuencia, la solicitud de concesión del recurso debe hacerse dentro del


término que para impugnar en casación ha señalado la ley, siendo también ese
lapso la única oportunidad que se tiene para presentar la fundamentación, frente a
los motivos indicados en el inciso final del artículo 218 del Código de
Procedimiento Penal. El vencimiento del citado plazo implica el fenecimiento de la
oportunidad para el ejercicio del derecho.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Casación Discrecional - Reposición


• Fecha : 05/08/1999
• Decisión : No repone providencia mediante la cual no se concedió el
recurso de casación discrecional
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : PRECIADO ARBELAEZ, ALEJANDRO ALBERTO
• Proceso : 15751
• Publicada : Si
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LIBERTAD PROVISIONAL-Condena no ejecutoriada/


PROHIBICION DE SALIR DEL PAIS
Aunque el señor (...), tiene la calidad de no recurrente en casación, la condena que
le fue impuesta por el Tribunal Superior de Bogotá, no puede entenderse como
definitiva, puesto que mientras esté en trámite el recurso extraordinario el proceso
penal aún no ha culminado y, las sentencias de instancia no pueden cobrar fuerza
ejecutoria para ninguno de los afectados, incluyendo los no recurrentes, toda vez
que, como lo ha reiterado la jurisprudencia, no es factible admitir ejecutorias
parciales del fallo impugnado ante la Corte Suprema de Justicia.

No se accederá a cancelar la prohibición de salir del país, puesto que esta


determinación dimana directamente de la medida de aseguramiento vigente, de
donde se impone que con arreglo al compromiso adquirido al suscribir las actas
cuando le fue otorgada libertad provisional, deberá solicitar autorización para
viajar al exterior, con el fin de estudiar en cada caso concreto si es o no
aconsejable levantar temporalmente dicha restricción.

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Casación -Libertad-
• Fecha : 05/08/1999
• Decisión : Se abstiene de conceder libertad definitiva, se abstiene
de
levantar prohibición de salir del país, ordena cancelación
de las boletas de captura expedidas exclusivamente con
ocasión del presente asunto
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : ACUÑA APOLO, MAGOLA ESTHER
• Procesado : CABRERA POLANCO, ARMANDO
• Delitos : Falsedad material de particular en doc. púb., Falsedad en
documento privado
• Proceso : 15548
• Publicada : Si
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10/08/1999

LESIONES PERSONALES/ DESISTIMIENTO/ CONTRAVENCION/


FUERO
Si bien la denuncia del Señor (...) giró en torno a una supuesta violencia contra
servidor público descrita en el artículo 164 del Código Penal, un acertado juicio de
tipicidad permite adecuar la conducta en unas lesiones personales con
incapacidad definitiva de 6 días - folio 10 vto -, lo cual constituye contravención
cuyo trámite investigativo corresponde a esta Corte dado que dentro de la
asignación de competencia prevista en el artículo 235 de la Constitución se prevé
el juzgamiento de los aforados por cualquier hecho punible, ámbito dentro del que
por mandato expreso del artículo 18 del Código de Procedimiento Penal se
encuentra la conducta denunciada, además, en ningún caso autoridad distinta a
esta Corporación puede ordenar la detención de una persona que tenga la
prerrogativa constitucional del fuero salvo los casos de flagrancia con la inmediata
responsabilidad de quien realiza la aprehensión de ponerlo a disposición del
exclusivo y excluyente competente, conforme a una interpretación teleológica de
lo estatuido en el artículo 186 de la Carta.

El artículo 77 del Código Penal determina que el desistimiento aceptado por el


querellado extingue la acción penal. Para que el funcionario judicial lo admita debe
ser presentado por escrito antes de que se profiera sentencia de primera o única
instancia y aceptado libremente por el denunciado - artículo 34 del C.P.P.-

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Unica Instancia
• Fecha : 10/08/1999
• Decisión : Acepta el desistimiento, profiere resolución inhibitoria
• Procedencia : Corte Suprema de Justicia
• Procesado : CHAUX MOSQUERA, JUAN JOSE
• Delitos : Lesiones personales
• Proceso : 15510
• Publicada : Si
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VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY/ FALSO JUICIO DE


EXISTENCIA
La violación indirecta de la ley sustancial la deriva el censor de error de hecho por
falso juicio de existencia. Sin embargo, resulta manifiesto que no demostró
ninguno. Señala que aunque se probó que el plomo "presuntamente" rescatado del
cuerpo de la occisa presentaba residuos óseos, no se determinó si los mismos en
realidad le pertenecían. A juicio del censor esta circunstancia hacía incompleta la
prueba para condenar a su representado. Hasta aquí, sin embargo, ningún error
del juzgador ha sido planteado, sino solamente subrayado un vacío probatorio que
de ninguna manera coincide con el concepto de falso juicio de existencia.

Tal tipo de error se estructura cuando el fallador deja de estimar un medio


probatorio que obra en el proceso o considera uno que no existe. Y cuando se
alega en casación, resulta obvio que el demandante debe precisar la prueba
omitida o supuesta y en seguida demostrarle a la Corte que otra habría sido la
orientación del fallo en el evento de que el error no hubiera tenido lugar. Este
ejercicio implica necesariamente enfrentar los fundamentos de la sentencia. Pero
no de manera general y abstracta como sucede en el evento analizado, sino de
manera concreta, en su estructura lógica. Si lo que se busca es resquebrajarla, su
contenido no puede ser ignorado diciendo globalidades o tejiendo un discurso en
sus márgenes.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Casación
• Fecha : 10/08/1999
• Decisión : Inadmite la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Buga
• Procesado : GARCIA ECHAVARRIA, ARNOLDO
• Delitos : Tentativa de extorsión, Porte ilegal de armas, Homicidio
agravado
• Proceso : 13910
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION/ ERROR DE HECHO


1. Cuando un casacionista acude a la violación indirecta de la ley sustancial por
error de hecho, debe mostrar, con precisión, que se cae en esa forma de error, de
dos maneras:

1.1. Error de hecho basado en falso juicio de existencia, bien porque se ignora la
presencia del medio probatorio, bien porque se le supone.

1.2. Error de hecho fundado en falso juicio de identidad, cuando el medio


probatorio es tergiversado o distorsionado.

El casacionista opta por la vía del error de hecho por falso juicio de identidad que,
como se dijo, surge cuando el juzgador tergiversa o distorsiona la prueba.

Tergiversar es trastocar, trabucar, torcer, confundir, trastornar, ofuscar o voltear


una cosa de arriba a abajo o de un lado a otro.

Distorsionar es deformar, distender, relajar, tensionar violentamente.

Frente al error aducido, así, compete al censor demostrar que el juzgador ha


realizado cualquiera de esos comportamientos, del tal manera que el yerro se
detecte con facilidad, sin esfuerzo, es decir, que sea protuberante, ostensible. Esto
no lo ha hecho el demandante frente al expediente.

Se sabe que en casación no es posible entrar a parangonar las apreciaciones del


juzgador con las del censor. Si el demandante percibe errores manifiestos,
fácilmente captables, sobre la existencia o sobre la identidad de las pruebas, debe
enseñarlos tajantemente y no limitarse a decir qué piensa él sobre la prueba y
simplemente oponer su opinión a la de los jueces.

Se sabe que cuando es atacada la prueba, compete al censor hacer un estudio


total de la misma y demostrar cómo de no haberse presentado las falencias
judiciales, integralmente el conjunto demostrativo habría conducido a otra
determinación.

Frente a cualquier forma de error, es evidente y lógico que el censor se ocupe en


demostrar cómo se llega a la violación de la ley sustancial, es decir, en por lo
menos señalar cuál (es) es (son) la norma (s) quebrada por el fallo que reprocha.
Trátase, así de la relación de fundamento a consecuencia o, si se prefiere, de causa
a efecto. Desde luego, no se está exigiendo respecto de los errores de hecho algo
más allá de la sencilla contemplación de la prueba pero sí, como mínimo, la
indicación de la o las disposiciones sustanciales rotas.

Magistrado Ponente: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Casación
• Fecha : 10/08/1999
• Decisión : Rechaza la demanda de casación y declara desierto el
recurso
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cundinamarca
• Procesado : GONZALEZ CRUZ, HECTOR DANIEL
• Delitos : Tentativa de homicidio
• Proceso : 14159
• Publicada : Si
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VIOLACION DIRECTA DE LA LEY/ VIOLACION INDIRECTA DE


LA LEY
1. Cuando el ataque casacional a las sentencias de segunda instancia se promueve
con fundamento en la primera causal del artículo 220 del C. de P.P.,
imprescindiblemente corresponde al actor el deber de distinguir si acude al cuerpo
primero o segundo de la misma, como que esta necesaria diferenciación comporta
definir a su turno si la vulneración de la ley sustancial lo es de manera directa o
indirecta, único supuesto bajo el cual se posibilita el desarrollo de los cargos dentro
de cada uno de estas disímiles alternativas.

2. Es que mientras en la violación directa el reparo es estrictamente jurídico, en la


indirecta es la prueba su objeto, de donde surge como un imperativo señalar con
claridad a cuál de las dos vías se refiere el demandante, e igualmente cuál es el
sentido de la vulneración que se afirma y si el cuestionamiento es estrictamente
probatorio, la clase de error que se acusa dentro de los conocidos falsos juicios de
existencia, identidad o convicción.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Auto Casación
• Fecha : 10/08/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cundinamarca
• Procesado : HURTADO ABRIL, OCTAVIO
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 14683
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION/ NULIDAD


Los requisitos básicos que para la elaboración de la demanda de casación
establece el artículo 225 del Código de Procedimiento Penal también operan para
la causal tercera, que no es de libre formulación.

No basta mencionar la causal respectiva del artículo 220 del Código de


Procedimiento Penal, pues resulta indispensable especificar la clase de
irregularidad que configura la nulidad, siendo diferentes las omisiones, los yerros o
los quebrantamientos que originan falta de defensa o violación del debido proceso,
al igual que aquéllos propios de la incompetencia, por lo cual se debe
particularizar, según cada caso, el planteamiento, la argumentación y la
demostración.

Una vez determinada la especie de nulidad, hay que desarrollar sus fundamentos
con claridad y precisión e indicar el momento procesal a partir del cual ha de
invalidarse la actuación.

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA


Auto Casación
• Fecha : 10/08/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : MEDINA CAMARGO, ALEXANDER
• Delitos : Tentativa de homicidio
• Proceso : 13523
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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COLISION DE COMPETENCIA-Trámite
El Código de Procedimiento Penal en su Libro Primero, Titulo Segundo, Capítulo VIII
regula todo lo concerniente con los conflictos competencias, precisando en su
artículo 97 que estos surgen "cuando dos o más jueces" consideren que por
factores de territorio, funcional o de conexidad, son competentes para conocer de
un determinado proceso (positiva) o también cuando estiman no serlo (negativa).

Toda colisión de competencia cuenta con un trámite autónomo y de cumplimiento


obligatorio para los funcionarios y sujetos procesales que la provocan, en cual es
reglado por el artículo 99 ibídem y concordantes.

De tal manera, si la discrepancia entre los funcionarios que declinan o que


reclaman la competencia no se traba en la forma establecida en las preceptivas
de procedimiento ya citadas, no puede hablarse de colisión de competencia
alguna y por lo mismo, ningún pronunciamiento al respecto podrá emitir el
superior jerárquico común, que por ley es el llamado a dirimirla.

Esta Corporación así lo ha venido sosteniendo reiteradamente, puntualizando:

"a) Cuando se trata de la llamada colisión negativa es preciso que el funcionario


que esta adelantando el proceso al estimar que no es competente para continuar
conociendo de él, lo remita a aquél que considere que es competente, explicando
mediante auto, los motivos que fundamentan su posición.

b) El funcionario a quien se remite lo recibe y analiza los motivos expuestos por


quien se declaró incompetente; si no los acepta remite el proceso con el auto
explicatorio al superior para que este decida. Si admite las razones expuestas por
quien manifestó no ser el competente, dispone mediante auto continuar con el
conocimiento del proceso.

c) Que uno y otro funcionario observen el procedimiento señalado por la ley para
tramitar en debida forma el impedimento y,

d) Que la disparidad de criterios en torno a la competencia, se presente respecto


de unos mismos hechos y en relación con una misma situación o estado procesal
(autos de marzo 11/87, octubre 14 y diciembre 7/88, abril 14 y 20/89 y junio
24/92)".

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Auto Colisión de Competencias


• Fecha : 10/08/1999
• Decisión : Se abstiene de pronunciarse sobre el aparente conflicto
de
competencias
• Procedencia : Tribunal y Juzgado 50 Penal
• Ciudad : Santa Marta y Bogotá
• Procesado : RODRIGUEZ, HERNANDO
• Delitos : Peculado por apropiación, Falsedad en documento público,
Prevaricato por acción, Fraude procesal
• Proceso : 15894
• Publicada : Si
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11/08/1999

EXTRADICION
1.-La Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia debe fundamentar el
concepto de extradición en la demostración de los siguientes hechos:

A.- Validez formal de la documentación presentada.


B.- Demostración Plena de la identidad del solicitado.
C.- Principio de la doble incriminación.
D.- Equivalencia de la providencia proferida en el extranjero, y
E.- El cumplimiento de lo previsto en los tratados públicos, cuando ellos rijan la
relación entre los Estados.

Adicionalmente a lo anterior, la extradición no podrá concederse cuando el


fundamento de ella sea un delito político o de opinión, o cuando en el caso de
colombianos por nacimiento se trate de hechos cometidos con anterioridad a la
promulgación del acto legislativo No. 1 de 1997.

Así establecidas las reglas del concepto de extradición, las pruebas que solicite el
abogado defensor del requerido en extradición deben estar encaminadas a
infirmar o demostrar, uno, por lo menos, de los anteriores hechos, para lograr que
la Corte rinda concepto negativo.

2.-El juicio de conducencia que sobre la prueba hace esta Sala de Casación Penal,
está entonces referido exclusivamente a la aptitud que tengan las pruebas para
infirmar o demostrar cualquiera de los hechos en los que la Corporación debe
fundar su concepto.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Extradición
• Fecha : 11/08/1999
• Decisión : Niega práctica de pruebas
• REQUERIDO : KLAUS GRAGEL, WOLFANG DIRK
• Proceso : 15190
• Publicada : Si
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CAMBIO DE RADICACION
Como repetidamente lo ha sostenido la Sala, uno de los factores determinantes de
la competencia en materia penal es el territorial y el cambio de radicación es una
excepción legal al mismo. El principio de que el juzgamiento debe tener
ocurrencia en el lugar donde se cometió el hecho, en consecuencia, no es absoluto.
El mismo puede variarse cuando en el territorio donde se esté adelantando el
proceso existan circunstancias que puedan afectar el orden público, la
imparcialidad o la independencia de la administración de justicia, las garantías
procesales, la publicidad del juzgamiento, la seguridad del sindicado o su
integridad personal.

Tales circunstancias previstas taxativamente por el legislador deben ser externas al


juzgador, no subjetivas, y poseer la virtud de generar un ambiente territorial
inadecuado para el juzgamiento. Sólo cuando ello suceda, cuando se demuestre
que en un sitio la justicia no se encuentra en capacidad de ser administrada con
rectitud y eficacia, opera la excepción. Pero tal cosa no es la que se presenta en el
caso propuesto.

La afectación de la seguridad del procesado a que se refiere la norma debe


derivarse del lugar donde se realiza el juzgamiento (ciudad o región), por el hecho
de que por ejemplo la población o alguna parte de ella, como reacción a un
determinado crimen, haya exteriorizado un ánimo de agresividad en contra al
sindicado que haga temer por su integridad personal e inclusive por su vida. Pero
cuando lo que se plantea es que las cárceles de un lugar no son seguras para el
procesado, ese es un problema que tienen que resolver las autoridades carcelarias,
resultando curioso pretender su solución por la vía del cambio de radicación.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Cambio de Radicación
• Fecha : 11/08/1999
• Decisión : No accede a la petición de cambio de radicación
• Procedencia : Juzgado 6° Penal del Circuito
• Ciudad : Barranquilla
• Procesado : PEDROZA CARMONA, DAGOBERTO
• Procesado : ORTEGA MUÑOZ, NELSON
• Delitos : Tentativa de homicidio, Homicidio
• Proceso : 16152
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION
La casación, como es sabido, por tratarse de un recurso extraordinario, no es de
libre postulación ni demostración, sino que tiene que cumplir con las exigencias
que normativamente lo informan para que la Corte previa confrontación
argumental entre lo pedido y el sustento normativo que regule el fenómeno en
cuestión, declare en punto de la legalidad, su prosperidad o su rechazo.

Estas exigencias, a no dudarlo, trascienden lo estrictamente formal, si por esto se


entendiera lo que excluye lo sustancial, habida cuenta que su desconocimiento
dificulta, cuando no impide, saber la pretensión que persigue el recurrente, la que
debe estar amparada en una inequívoca argumentación demostrativa, esto es, que
los reparos formulados contra el fallo impugnado no pueden corresponder a
personales criterios ni a contradictorias afirmaciones del recurrente, sino a
elaborados cuestionamientos que lógicamente expuestos hagan evidente el yerro
en que pudo incurrir el fallador.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
• Fecha : 11/08/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cúcuta
• Procesado : URREGO TEUSA, JUAN CARLOS
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
• Proceso : 11606
• Publicada : Si
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NULIDAD/ CONEXIDAD/ COMPLEJIDAD/ ERROR EN LA


DENOMINACION JURIDICA DE LA INFRACCION/ DEFENSA
TECNICA
1. Cuando se plantea error en la calificación jurídica de los hechos, con afectación
del nomen iuris, el reparo debe encauzarse por la vía de la causal tercera, no de la
primera, ya que la Corte no podría entrar a dictar fallo de sustitución por un delito
no imputado en la resolución acusatoria, sin atentar contra la estructura
conceptual del proceso, e incurrir en el segundo motivo de casación por vicios de
inconsonancia entre la sentencia y la acusación.

2. Asumir, como parece entenderlo el actor, que complejidad y conexidad son


equivalentes, resulta totalmente equivocado, pues mientras el primero presupone
que las distintas conductas estructuran un solo hecho punible, el segundo entraña
la configuración de varios, estrechamente relacionados entre sí por vínculos de
distinta índole, como ideológicos, consecuenciales u ocasionales.

3. El derecho a la defensa técnica, ha sido dicho por la Corte, implica que el


inculpado cuente con asistencia profesional durante todo el trámite procesal, ya
que sin posibilidades de contradicción no es posible concebir legítimo hoy día el
proceso, pero ello no significa que si ha dejado de tenerla en un determinado
momento, la actuación así cumplida, o la subsiguiente, advengan por ese solo
motivo ineficaces, pues en virtud del principio de trascendencia que orienta la
declaratoria de las nulidades, solo si la anomalía afecta realmente las garantías de
los sujetos procesales, o desconoce las bases fundamentales de la instrucción o el
juzgamiento, resulta inevitable su declaración.

También se ha sostenido que si la irregularidad es oportunamente corregida, de


suerte que el profesional designado pueda ejercer adecuadamente los actos
defensivos que pudo haber realizado durante el tiempo que el procesado careció
de defensa técnica, debe entenderse que el derecho no ha sido conculcado, puesto
que ningún sentido tendría invalidar el proceso para que la defensa vuelva a tener
una oportunidad que ya tuvo (Cfr. Casación de 27 de mayo de 1999, Magistrado
Ponente Dr. Ricardo Calvete Rangel. Casación junio 15 de 1999, Magistrado
Ponente Dr. Arboleda Ripoll).

De acuerdo con el texto del citado inciso primero del artículo 148 del Código de
Procedimiento Penal, la designación de una persona honorable en el cargo de
defensor del imputado, solo era posible de ser efectuada para la diligencia de
indagatoria, de suerte que, cumplida ésta, surgía para el funcionario judicial la
obligación de proveer al sindicado de defensa técnica, a fin de que pudiera
enfrentar en igualdad de condiciones el ente acusador.

Al dejar de hacerlo, y permitir que esta situación se mantuviera durante todo el


ciclo investigativo, comprometió no solo el derecho de defensa, sino que atentó
contra el debido proceso, cuyo entendimiento como contradictorio supone que no
pueda ser adelantado sin que el Estado brinde a los sujetos procesales la
posibilidad de controversia, mediante la constitución de una relación adversarial
(Cfr. Casación de 22 de septiembre de 1998, Mag. Pte. Dr. Arboleda Ripoll).

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL


Sentencia Casación
• Fecha : 11/08/1999
• Decisión : Desestima las demandas, casa de oficio y parcial, decreta
nulidad de la actuación cumplida en relación con un
inculpado, a partir inclusive del cierre de investigación,
ordena libertad provisional
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : MENDEZ GONZALEZ, WILSON
• Procesado : CASTAÑEDA TRIANA, ELIBERTO
• Delitos : Lesiones personales, Homicidio agravado
• Proceso : 11555
• Publicada : Si
Aclaración de voto Dr. NILSON PINILLA PINILLA
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JUEZ ESPECIALIZADO/ SECUESTRO/ TERMINACION


ANTICIPADA DEL PROCESO-Interés para recurrir
Bien puede, prima facie, sostenerse que no obstante que la norma citada puede
ofrecer algún grado de confusión en cuanto a la competencia de los Jueces
Regionales, hoy del Circuito Especializados frente al delito de secuestro, de una
interpretación sistemática de las disposiciones pertinentes del Estatuto
Antisecuestro y lo previsto en el artículo 71 del Código de Procedimiento Penal,
modificado a su vez por el artículo 9º de la Ley 81 de 1.993, se colige que no se
presenta en realidad una tal ambigüedad o confusión, pues lo que quiso significar
el legislador al enunciar que "del secuestro extorsivo o agravado en virtud de
los numerales 6º, 8º y 12 del artículo 3º de la Ley 40 de 1.993", no fue más
que asignar a esta clase de jueces el conocimiento del delito de secuestro
extorsivo en todas sus modalidades y el secuestro simple cuando concurrieran
cualquiera de las tres circunstancias de incremento punitivo allí mencionadas.

En el mismo sentido debe tenerse en cuenta, que tanto el delito de secuestro


extorsivo como el secuestro simple comportan hechos punibles autónomos, de ahí
que atendiendo a la redacción de dicho texto normativo, la referencia a estas
infracciones lo es en el orden en que están previstas en la Ley 40 de 1.993 que
define en el artículo primero el secuestro extorsivo y seguidamente, esto es, en el
artículo segundo al secuestro simple, por ello la especificación en cuanto a la
concurrencia de las circunstancias de agravación previstas en el artículo tercero de
la citada normatividad tiene como fin exclusivo el de determinar qué en esos casos
esa modalidad de delito contra la libertad individual corresponde a los Jueces
Regionales -hoy Especializados del Circuito-, ya que cuando se trata de secuestro
extorsivo, es claro, que conocen los jueces regionales concurran o no
circunstancias de agravación de las allí previstas.

En este sentido, es importante recordar que sobre este aspecto, ya la Sala había
tenido la oportunidad de pronunciarse, así:

"...Quiere decir lo anterior, que la Ley 40 de 1.993 en su artículo 3º, ha señalado


circunstancias específicas de agravación punitiva que son predicables tanto del
secuestro extorsivo como del secuestro simple. Idéntico tratamiento reciben otros
tipos penales, como por ejemplo el hurto, donde el art. 351 del C.P. consagra
circunstancias de agravación que son comunes al hurto simple y al calificado.

Con fundamento en lo anterior, es preciso concluir que el legislador quiso en el art. 9-


5 de la Ley 81 de 1.993, otorgar competencia a los jueces regionales, para conocer de
aquellos delitos de secuestro que ofenden con mayor intensidad el bien jurídico
protegido por la norma y que conllevan a una mayor punibilidad. Por eso en dicho
precepto al estatuir que los jueces regionales conocen ‘...De los delitos de secuestro
extorsivo o agravado en virtud de los numerales 6º, 8º y 12º del art. 3º de la Ley 40
de 1.993’ les está otorgando a dichos funcionarios competencia para juzgar no solo
del secuestro extorsivo, sino además el secuestro simple agravado por las tres
circunstancias específicas de mayor punibilidad a que alude la norma.

En su sentido natural, obvio y de lógica jurídica, la letra ‘o’ debe entenderse como una
conjunción disyuntiva, que diferencia y separa los dos conceptos del secuestro
extorsivo y el del secuestro simple agravado por los numerales 6º, 8º y 12º tantas
veces citados, dejando como de competencia de los Jueces Penales del Circuito,
únicamente el secuestro simple y el simple agravado por cualquiera de los motivos de
que trata el artículo 3º de la Ley 40 de 1.993, excepción hecha del agravado por las
tres circunstancias a las cuales se refiere el artículo 9-5 de la Ley 81 de 1.993 que
modificó la competencia que para los jueces regionales otorgaba el art. 71 del C.
Penal." (M.P. Dr. Jorge Carreño Luengas, auto de marzo 3 de 1.994).

Y en términos similares, posteriormente, se dijo:

"...Como a su vez la norma procesal que deslinda competencias (artículo 71-5 del C.
de P.P.), se remite a la Ley 40 de 1.993 para asignar a los jueces regionales el
secuestro extorsivo y el agravado por las causales 6, 8 y 12 del artículo 3º de la Ley
40 de 1.993, dejando a la justicia ordinaria el conocimiento del secuestro simple no
agravado, y del agravado por causales distintas de las tres atrás individualizadas,
conviene aclarar que aún siendo por más gravosa inaplicable esa ley sustantiva en
cuanto atañe con la pena, en nada dificulta la asignación del conocimiento del asunto,
dado que en sus términos queda recogida la estructura básica de los artículos 268 y
269 sobre los cuales se endereza esta controversia". (M. P. Dr. Juan Manuel Torres
Fresneda, auto septiembre 13 de 1.994).

En conclusión, el delito de secuestro, agravado conforme los numerales 6, 8 y 12


del artículo 3º de la Ley 40 de 1.993 a que se refiere el numeral quinto del artículo
9 de la Ley 81 de 1.993, no es otro que el secuestro simple, como quiera que
tratándose del secuestro extorsivo simple o agravado, la competencia está
indefectiblemente asignada por el mismo precepto a los denominados jueces
regionales.

Es de aclarar igualmente que el anterior criterio mantiene plena vigencia en la


actualidad, pues con la entrada en vigencia de la ley 504 del 25 de junio de 1.999,
si bien en el artículo quinto se modificó el 71 del Decreto 2700 -modificado por la
Ley 81 de 1.993-, sobre la competencia de los Jueces penales del Circuito
Especializados, dispuso en el numeral cuarto que estos conocen en primera
instancia "De los delitos de secuestro extorsivo o agravado en virtud de los
numerales 6, 8 y 12 del artículo 270 subrogado por el artículo 3º de la Ley 40 de
1.993 y secuestro de aeronaves o medios de transporte colectivo (artículo 4º del
Decreto 2266 de 1.991)", es decir, que en lo que atañe al tema que aquí interesa,
no hubo modificación alguna.

Como ya lo ha expuesto en reiteradas ocasiones la jurisprudencia de la Sala,


tratándose de sentencias proferidas por los ritos del artículo 37 ó 37 A del Código
de Procedimiento Penal, el interés para recurrir esta limitado en los términos del
numeral cuarto del artículo 37 B, no solo frente al recurso de apelación, sino
también respecto del extraordinario de casación, como quiera que, en esta clase
de fallos rogados, una vez que el procesado se allane libre, espontánea y
voluntariamente a los cargos formulados por la Fiscalía General de la Nación a
través de sus Delegados, no es posible que con posterioridad, se invoque la ley
para evitar sus consecuencias.

No obstante y desconociendo este alcance interpretativo, que estrictamente


corresponde a la naturaleza, contenido y finalidad de tales institutos procesales,
como que es la misma normatividad la que establece los casos en que procede la
impugnación contra esa clase de fallos, y precisamente entre ellos no se
encuentra, como no podía estar, la posibilidad de que el procesado luego de
aceptar los cargos para proceder a terminar anticipadamente el proceso, y una vez
proferido el fallo condenatorio correspondiente, se retracte.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
• Fecha : 11/08/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : MONTOYA HENAO, JAIME DE JESUS
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Secuestro extorsivo
• Proceso : 11856
• Publicada : Si
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INDAGATORIA/ SITUACION JURIDICA/ SECUESTRO


EXTORSIVO
Es verdad que la ausencia de interrogatorio al imputado sobre los hechos que
originaron su vinculación por medio de indagatoria, dado que ello dificultaría la
contradicción y la defensa, puede generar vicio de nulidad, pues tal sería la
consecuencia de desconocer flagrantemente lo dispuesto en el artículo 360 del
Código de Procedimiento Penal. Es que si la indagatoria es presupuesto procesal
de la situación jurídica, oportunidad esta en la que el funcionario judicial debe
formalizar la imputación que le permita al sindicado saber e introducirse en los
cargos de los cuales debe defenderse en el curso procesal, no hay duda que una
falta de correspondencia sustancial y manifiesta entre ambas diligencias puede
obstaculizar el ejercicio de la defensa (C. P. P., arts. 385 y 389).

En efecto, la situación jurídica no es una mera decisión sobre la libertad o la


detención del sindicado, sino que, acorde con sus exigencias formales, cumple
también un papel de información sobre los hechos que el Estado-jurisdicción
investiga, su calificación jurídica y la pena correspondiente, y tal determinación,
obviamente, está limitada por los hechos y cargos que se hayan explorado en la
diligencia de indagatoria, pues es lo que se infiere lógicamente de la legal
vinculación antecedente-consecuente que existe entre una y otra.

Es necesario advertir previamente que, en relación con el delito de secuestro


extorsivo examinado en este proceso, la norma aplicable es la del artículo 6° del
Decreto 2790 de 1990, acogido como legislación permanente por el artículo 11 del
Decreto 2266 de 1991, dado que los hechos acaecieron el 19 de enero de 1993, y
no es pertinente la Ley 40 del mismo año, que sustituyó aquellas disposiciones,
pues ella apenas empezó a regir al día siguiente. Así entonces, el precepto
procedente dice que el delito de secuestro se sancionará con prisión de veinte (20)
a veinticinco (25) años y multa de un mil a dos mil salarios mínimos legales
mensuales, entre otras alternativas comportamentales, cuando "persiga los
objetivos enunciados en el artículo 268 del Código Penal". Y los objetivos
que trae esta disposición, según los cuales el secuestro de una persona se califica
como extorsivo, son los de "exigir por su libertad un provecho o cualquier utilidad,
o para que se haga u omita algo, o con fines publicitarios o de carácter político".

Cuando las normas contienen expresiones afines tales como "perseguir objetivos",
o "con el propósito", o "para", o "con fines", que corresponden a predicados de
verbos rectores y denotan sólo finalidad y no necesariamente otra conducta
concreta o realizada, con razón dice la dogmática jurídico-penal que tales
manifestaciones se identifican como elementos subjetivos del tipo de secuestro
extorsivo, distintos del dolo, que como tales no exigen su cristalización para que
sea completa la tipicidad del delito. Desde luego que la adecuación típica del
hecho punible de secuestro extorsivo sí exige un comportamiento externo y central
de "arrebatar", "sustraer", "retener" u "ocultar" a una persona, pero no es
necesario que se haya concretado, verbigracia, una exigencia económica, pues
basta que el sujeto haya privado de la libertad a la víctima asistido de dicho
propósito.
Es verdad que la posición económica de la víctima, como dato aislado, nada diría
en relación con un eventual propósito de lucro, pero cosa distinta revela ella
cuando se usa un revólver para poner al dueño de la fortuna en situación de
indefensión y simultáneamente tronarle que estaba frente a un "secuestro".

Ahora bien, como ninguna información o manifestación de voluntad sugería que


los actores tuvieran propósitos erótico-sexuales o cualquiera otro distinto de los
previstos en el artículo 268 del Código Penal o ánimo de apoderamiento de bienes
(hurto calificado) o de dejar sentada una exigencia económica sin necesidad de
secuestrar a la víctima en el acto (extorsión), razonablemente el Tribunal se valió
de estas ausencias informativas para reafirmar la existencia de una finalidad de
lucro económico que ya había declarado. El sentenciador también reforzó su
convicción sobre el propósito lucrativo, por medio de una regla de la experiencia,
según la cual "… en esta clase de delitos se sigue por los secuestradores un
proceso criminal, que, como bien se sabe, no permite pasar de unos actos a otros,
hasta tanto no se hayan ejecutado los primeros, itinerario criminal que comienza
con la selección de la víctima, el lugar donde lo van a mantener retenido, luego
viene su aprehensión y ocultamiento, y una vez los criminales se sienten sobre
seguro con el secuestrado, entonces sí, hacen a sus familiares y allegados las
exigencias del caso para su posterior liberación" (fs. 9 y 10, cuaderno de 2ª
instancia).

Es obvio que las reglas de experiencia, por ser generalizaciones basadas en


vivencias análogas y de relativo cumplimiento estable, no pueden ser el
fundamento único y toral para declarar la existencia de un hecho material o
psicológico que pueda ser objeto de prueba, pero sí es posible invocarlas como
refuerzo de las decantadas pruebas o indicios sobre el mismo.

Lo que hizo el Tribunal fue una inferencia, no la disposición de una mera


conjetura, porque las premisas ni la conclusión se han apuntalado en la sola
valoración o imaginación, sino que el juzgador partió de la constatación de datos
objetivos conocidos que por su armonía revelaron unívocamente la existencia de
un hecho desconocido (propósito de lucro). Además, no puede desconocerse que
todo el procedimiento probatorio en sí es una inferencia inductiva, porque si la
actividad demostrativa se refiere a un hecho pasado denominado delito, éste
jamás podrá observarse directamente por el funcionario judicial sino que él lo
aprehende por medio de una reconstruccción histórica que le brindan las pruebas
y también por el uso de la razón, como operación intelectual de índole inductiva y
probabilista, para pasar de los datos verificados o conocidos a la conclusión o
elemento desconocido.

Ni la certeza ni la duda pueden construirse sobre ficciones, porque si


racionalmente se ha descrito una realidad ya probada, no puede regresarse a
hipótesis lo que la prueba señala como acaecido de manera distinta a la imaginada
o pregonada por el actor. Adicionalmente, es cierto que la experiencia nos enseña
la ocurrencia de secuestros tan espectaculares como el descrito en la demanda,
pero también nos ha puesto en contacto con otros de realización más discreta y,
por ende, a veces por ello con pretensión de mayor efectividad como el que se ha
examinado en este proceso.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
• Fecha : 11/08/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : RIOS GOMEZ, JOSE RAUL
• Delitos : Lesiones personales, Porte de armas de defensa personal,
Tentativa de secuestro extorsivo
• Proceso : 12368
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION
En casación (art.218 C.P.P.) la norma sustancial susceptible de violación (por falta
de aplicación, aplicación indebida o interpretación errónea) es la que tipifica el
delito o consagra el respectivo derecho objeto de transgresión. Aquí, como el
demandante sostiene que el acusado es inocente, ha debido alegar la aplicación
indebida del artículo 33-1 de la ley 30 de 1.986, que es la norma en la cual el
Tribunal ancló la conducta del señor (...).

Pero el censor aduce como norma sustancial violada el artículo 2º del Código
Penal, la cual no reviste tal carácter en el sentido acabado de explicar, sino que,
por así decirlo, sería norma que resultaría violada como consecuencia de la
transgresión del artículo 33-1 de la ley 30 de 1986 y, así, su mención devendría
pertinente sólo para integrar lo que doctrina y jurisprudencia han denominado "la
proposición jurídica completa", pues el invocado artículo 2º. sólo dice en qué
consiste el hecho punible.

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
• Fecha : 11/08/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : CONTRERAS BOHORQUEZ, JUAN DE JESUS
• Delitos : Violación a la Ley 30/86
• Proceso : 12495
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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FALSO JUICIO DE CONVICCION/ SECUESTRO/ CONSULTA/


REFORMATIO IN PEJUS
El falso juicio de convicción es considerado como el desconocimiento por el juez
del valor que la ley da a una prueba, pero resulta que en las actuales condiciones
no suele presentarse, porque la legislación procesal penal colombiana no tiene
instituido un sistema tarifado, sino el de la sana crítica, en donde la apreciación
debe estar orientada por la experiencia, la lógica y la ciencia y no por determinado
valor que a priori se otorgue normativamente a una probanza.

Lo cierto es que el delito permanente de secuestro se inició el 2 de octubre de


1992 y cesó en febrero de 1993; durante el trámite del proceso la consulta,
prevista legalmente para procesos como éste, inicialmente estuvo regulada por el
artículo 206 del decreto 2700 de 1991 y posteriormente por el 29 de la ley 81,
promulgada el 2 de noviembre de 1993. Los dos preceptos consagraban dicho
grado jurisdiccional para sentencias dictadas por los otrora juzgados regionales,
sin que a pesar de la sucesión de leyes en el tiempo pueda pregonarse que la una
o la otra sea más beneficiosa para el procesado.

A pesar de que el impugnante y el Procurador Delegado transcriben las dos


normas, insisten en que aquélla no consagraba la consulta para las sentencias
condenatorias y, por lo tanto, ha debido aplicarse ultraactivamente frente a la
disposición posterior.
El artículo 206 del decreto 2700 de 1991, que empezó a regir el 1° de julio de
1992, establecía:

"Providencias consultables. En los delitos de conocimiento de los fiscales y jueces


regionales, son consultables cuando no se interponga recurso alguno, el auto de
cesación de procedimiento, el auto de preclusión de la investigación, la providencia
que ordena la devolución a particulares de bienes presuntamente provenientes de la
ejecución del hecho punible o que sean objeto material del mismo y las sentencias.
También son consultables las sentencias absolutorias proferidas por cualquier juez
cuando no haya habido parte civil reconocida dentro del proceso."

A su turno, el artículo 29 de la ley 81 de 1993 dispone:

"Providencias consultables. En los delitos de conocimiento de los fiscales y jueces


regionales, son consultables cuando no se interponga recurso alguno, la providencia
mediante la cual se ordena la cesación del procedimiento, la preclusión de la
investigación, la providencia que ordena la devolución de bienes del imputado o
sindicado presuntamente provenientes de la ejecución del hecho punible o que sean
objeto material del mismo y las sentencias que no sean anticipadas."

Ninguna favorabilidad se observa al cotejar los dos preceptos pues, al contrario de


lo afirmado por quienes reclaman la casación en este punto, igualmente
establecen la consulta para las sentencias tanto absolutorias como condenatorias,
sólo que no sea anticipada en la previsión de la norma actual.

Más aún, en el hipotético evento de que se considerare que dicha providencia no


era consultable, el Tribunal de todas maneras adquirió competencia para
examinarla, en virtud de la apelación interpuesta por la propia defensa, pero no
contrarió la prohibición de reformar en perjuicio del recurrente único, consagrada
en los artículos 31 de la Carta, 17 y 217 del Código de Procedimiento Penal, pues
se limitó a corregir un yerro del a quo, que por contravenir el principio de legalidad
de la pena, también de rango constitucional, estaba en la obligación de preservar.

El secuestro comenzó el 2 de octubre de 1992, en vigencia del artículo 6° del


decreto 2790 de 1990, convertido en legislación permanente por el decreto 2266
de 1991; continuó cometiéndose y culminó en febrero de 1993, cuando ya había
entrado a regir el artículo 1° de la ley 40 de 1993, por lo cual la norma aplicable no
era aquel precepto, ya derogado, que preveía prisión de 20 a 25 años, más lo
emanado de los respectivos agravantes (arts. 23 D. 180/88 y 270 D. 100/80), sino
la referida ley 40 que también tipifica la conducta de los acusados como secuestro
y establece de 25 a 40 años de prisión, más lo derivado de las agravantes
deducidas de su artículo 3° para el caso en estudio.

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
• Fecha : 11/08/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : JURADO MANRIQUE, ARNULFO
• Procesado : TORRES MORENO, TEOFILO
• Delitos : Secuestro extorsivo
• Proceso : 14063
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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LIBERTAD PROVISIONAL/ SECUESTRO


El artículo 15 de la ley 40 de 1993, precepto declarado exequible por la Corte
Constitucional en sentencia de 28 de abril de 1994, M.P. Jorge Arango Mejía,
excepto la última parte que disponía: "La libertad provisional sólo podrá
concederse por pena cumplida", excluyó de la suspensión reclamada al delito de
secuestro por el cual fue condenada la procesada (…).

En efecto, la mencionada disposición determina: "Exclusión de beneficios y


subrogados. Salvo lo dispuesto en el artículo 17 de este estatuto, en el artículo 37
y la rebaja por confesión previstos en el Código de Procedimiento Penal, los
sindicados o condenados por los delitos de que trata esta ley no tendrán derecho a
la condena de ejecución condicional, libertad condicional ni a subrogados
administrativos. En los casos del delito de secuestro, no podrán otorgarse la
suspensión de la detención preventiva ni de la condena." (Subraya fuera del
texto).

Frente a la claridad del precepto que se acaba de citar, que fue modificado por el
artículo 1º de la ley 415 de 1997 en relación con la libertad condicional y con la
excarcelación con esta vía.

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Auto Casación
• Fecha : 11/08/1999
• Decisión : Niega suspensión de la detención
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : QUINTERO MONROY, DORIS MARIA
• Delitos : Tráfico de municiones, Secuestro extorsivo, Fabricación de
Municiones, Tráfico de armas, Fabricación de armas
• Proceso : 15503
• Publicada : Si
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NOTIFICACION PERSONAL/ TERMINACION ANTICIPADA DEL


PROCESO/ SENTENCIA ANTICIPADA
Resulta oportuno recordar que el criterio de la Sala en torno a la interpretación del
artículo 190 ibídem expuesto en el fallo de tutela que citan demandante y
Delegado, fue reiterado en sentencia de casación del 15 de octubre de 1.998, con
ponencia del Magistrado, Dr. Ricardo Calvete Rangel de la siguiente manera:

"Razón le asiste al Ministerio Público en cuanto no comparte el criterio del libelista,


cuando sostiene que ‘ha debido intentarse la notificación personal a los acusados...tal
como lo dispone el artículo 190...’ pues la citación mediante telegrama de que trata
dicha norma (subrogada por el artículo 25 de la Ley 81 de 1.993) solo es exigible
cuando se trate de notificaciones que por ley deben hacerse personalmente.

Sobre el particular la Corte ha sostenido:

‘No obstante que de la lectura del original artículo 190 del Código de Procedimiento
Penal podría inferirse que, en principio, todas las notificaciones tienen que hacerse de
manera personal, la verdad es que esta interpretación no es exacta, pues de serlo,
sobrarían las disposiciones del mismo estatuto en relación concreta con algunas
providencias...y también con referencia a algunos sujetos procesales (C.P.P. art. 188)
ordena que la notificación tenga que ser forzosamente personal. Si la regla general
fuera esta última, repítese, el legislador no hubiera estado reiterándola en algunos
casos particulares.

Partiendo de esta inicial premisa hay que entender que el artículo 25 de la citada Ley
81 se refiere exclusivamente a las providencias que por mandato legal expreso deben
ser notificadas personalmente, y no a aquellas otras que por voluntad del legislador
se notifican por estado o por edicto. Así se desprende con claridad de la primera
parte de su texto: ‘cuando no fuese posible la notificación personal...’, pues este
presupone necesariamente, que la ley ha ordenado que la notificación sea personal y
que no obstante ello no resulte posible hacer este enteramiento personal. En estos
casos y solo en ellos, es cuando se impone la obligación de realizar la diligencia de
citación mediante telegrama dirigido a la dirección registrada en el expediente’.
(Sentencia tutela No. 29/94. M.P., Dr. Guillermo Duque Ruiz).

En el caso que nos ocupa, no se trata de un auto que necesariamente, deba ser
notificado de manera personal, además los procesados no se encontraban privados de
la libertad..." (Rad. 10.796).

No se puede perder de vista que si bien la sentencia anticipada, implica de un lado


economía procesal y evita al Estado desgaste inoficioso en la investigación del
delito y sanción de sus responsables, concediéndole rebajas punitivas a quien
decide no esperar a que se agote el proceso por el trámite ordinario, la aprobación
de la aceptación de cargos que se hace con tal fin está condicionada al respeto de
las garantías fundamentales (art. 37, inc. 3 C.P.P.), pues el allanamiento del
procesado a los cargos formulados, por sí solo no tiene la virtualidad de sanear,
como en este caso, la ausencia total de defensa, pues se trata de un agravio a la
legalidad y legitimidad del proceso, que en razón del principio de protección no se
puede convalidar ni siquiera por la afectada o que hubiere dado lugar a ella (art.
308.3 C.P.P.).

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
• Fecha : 11/08/1999
• Decisión : Casa oficiosa y parcialmente en el sentido de declarar la
nulidad parcial de todo lo actuado en relación con un
procesado, a partir del cierre de investigación, se abstiene
de pronunciarse sobre la libertad
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : GONZALEZ SILVA, JESUS ENRIQUE
• Delitos : Hurto calificado y agravado, Porte de armas de defensa
personal
• Proceso : 10666
• Publicada : Si
Salvamento Parcial de Voto Dr. NILSON PINILLA PINILLA
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VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY


La violación indirecta de la ley sustancial tiene ocurrencia cuando se deja de
aplicar o se aplica indebidamente por error en la apreciación probatoria, que puede
ser de hecho o de derecho; en el primero, por falso juicio de existencia (suponer o
ignorar una prueba) o por falso juicio de identidad (distorsionar su sentido
objetivo); y en el segundo, por falso juicio de legalidad (estimar una prueba
ilegalmente allegada), o por falso juicio de convicción, (no otorgarle a la prueba el
valor establecido por la ley).

Al recurrente le corresponde señalar con precisión la clase de error que aduce y


demostrar su existencia y trascendencia, de modo que sea evidente que de no
haber ocurrido el yerro, la decisión habría sido otra. En aras de esa claridad exigida
por el numeral 3º. del artículo 225 del estatuto procesal, no puede alegar dentro
del mismo cargo y respecto de la misma prueba equívocos de hecho y de derecho,
ni simultáneamente las distintas modalidades de cada uno de ellos, pues dada su
naturaleza son excluyentes y la fundamentación obedece a reglas diferentes.

Magistrado Ponente: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Casación
• Fecha : 11/08/1999
• Decisión : Rechaza la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : BETANCOURT PARRA, FERNANDO
• Delitos : Tentativa de homicidio, Homicidio
• Proceso : 13814
• Publicada : Si
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12/08/1999

PERMISO ADMINISTRATIVO/ REDENCION DE PENA/


FAVORABILIDAD
1-. El artículo 5° del Decreto 1542 de 1997, reglamentario del artículo 147 de la
Ley 65 de 1993, por la cual se adoptó el Código Penitenciario y Carcelario, señala
que los directores de los establecimientos carcelarios y penitenciarios podrán
conceder permiso hasta por setenta y dos (72) horas a los condenados en única,
primera y segunda instancia, o cuyo recurso de casación se encuentre pendiente,
con el lleno de los requisitos ahí señalados. Uno de ellos hace referencia a que el
interno haya alcanzado la fase de mediana seguridad, que según el inciso 3° de la
norma en cita, se entiende cuando el procesado ha superado la tercera (1/3) parte
de la pena impuesta y observado buena conducta, de acuerdo con el concepto
emitido por el Consejo de Disciplina.

Importante es aclarar que el artículo 29 de la Ley 504 de 1999*, modificó el


numeral 5° del artículo 147 de la Ley 65 de 1993, en el sentido de establecer que
es requisito objetivo indispensable "Haber descontado el setenta por ciento (70%)
de la pena impuesta, tratándose de condenados por los delitos de competencia de
los Jueces Penales de Circuito Especializados", para acceder al permiso
administrativo de setenta y dos horas.

Recuérdese que el texto original del numeral 5° artículo 147 de la Ley 65 de 1993,
excluía de esta prerrogativa a quienes hubieren sido condenados por delitos de
competencia de los Jueces Regionales, restricción que ha desaparecido y que por
ende permite acceder al permiso administrativo a quienes resultaren condenados
por los Jueces de Circuito Especializados, autoridades que asumieron el
conocimiento de los asuntos que venían adelantando aquellos.

Interpretando armónicamente el artículo 147 de la Ley 65 de 1993, como fue


modificado por la Ley 504 de 1999, con el artículo 5° del Decreto 1542 de 1997, se
infiere que los condenados por delitos de competencia de los Jueces Penales de
Circuito Especializados, alcanzan la fase de mediana seguridad cuando hayan
descontando el setenta por ciento (70%) de la pena impuesta y observado buena
conducta, de acuerdo con el concepto emitido por el Consejo de Disciplina.

2-. De los preceptos anteriores surge como primera conclusión que el beneficio
administrativo es otorgado por los directores de los establecimientos carcelarios y
penitenciarios y favorece a los condenados definitivamente y a aquellos que están
pendientes de la sentencia de casación, correspondiendo a la Sala pronunciarse
provisionalmente sobre las rebajas de pena por trabajo y estudio invocadas por los
condenados cuyo recurso de casación se encuentre en trámite, como medio para
acreditar ante aquellas autoridades el cumplimiento del presupuesto objetivo
previsto en el numeral 5° del artículo 147 de la Ley 65 de 1993, o en el artículo 5°
del Decreto 1542 de 1997, según el caso concreto.

En este orden de ideas, si el procesado no ha descontado aún la tercera (1/3) parte


de la condena, o el setenta por ciento (70%) de la pena si hubiere sido condenado
por un Juez Regional o un Juez Penal del Circuito Especializado, incluyendo todos
los factores que contribuyen al respecto, no es factible que la Sala reconozca
períodos de redención, puesto que, se insiste, la decisión con carácter provisional
está destinada a que los directores de los centros de reclusión tengan noticia cierta
sobre la llegada del procesado a la fase de mediana seguridad, contando para ello
las penas redimidas, cuyo reconocimiento y determinación pertenecen
exclusivamente a la órbita del juez.

En segundo término, se infiere que el permiso hasta de setenta y dos horas, para
salir del establecimiento sin vigilancia, puede ser concedido a todos los
condenados en quienes converjan los requisitos señalados, sin importar la
naturaleza y modalidades del reato.

El concepto lógico jurídico de favorabilidad no tiene lugar en el presente asunto,


puesto que no se ciñe a la realidad la apreciación según la cual el genuino artículo
147 de la Ley 65 de 1993, resulta más benéfico a las procesadas, frente a las
disposiciones actuales del mismo, a partir de la vigencia de la Ley 504 de 1999,
que lo modificó.

En la versión original del artículo 147, no tenían derecho al permiso para salir del
establecimiento carcelario por setenta y dos horas los condenados por delitos de
competencia de los jueces regionales, que es el caso de las procesadas, a quienes
se les dictó sentencia condenatoria por infringir el Estatuto de Estupefacientes.

Significa lo anterior que antes de la Ley 504 de 1999, ellas bajo ninguna
circunstancia podían aspirar a dicha concesión. Entonces, mal podría reclamarse
aplicación preferencial de aquel precepto, que las excluía completamente de esa
gracia del sistema progresivo penitenciario, frente a la más reciente
reglamentación, artículo 29 de la Ley 504 de 1999, que hizo extensivo el permiso a
los condenados por delitos de conocimiento de los Jueces de Circuito
Especializados, con la condición de que hubieren descontado el setenta por ciento
de la pena.

Tampoco asiste razón a las peticionarias cuando aseguran que su asunto "no
pertenece" a la "Justicia Regional", porque desapareció, ni a los Jueces de Circuito
Especializados, puesto que no existían cuando se dictó la sentencia condenatoria.

Los delitos cuyo juzgamiento estaba atribuido a los Jueces Regionales, fueron
asignados por virtud de la ley a los Jueces de Circuito Especializados, entre ellos
los derivados de todas las infracciones al Estatuto de Estupefacientes, Ley 30 de
1986.
________________________
*.-Ley 504 de 1999, (junio 25), Por la cual se derogan y modifican algunas disposiciones del Decreto 2700
de 1991, y de los Decretos-Leyes 2790 de 1990, 2271 de 1991, 2376 de 1991, Ley 65 de 1993, Ley 333 de
1996 y Ley 228 de 1996 y se dictan otras disposiciones. (Publicada en el Diario Oficial No. 43.618 del
martes 29 de junio de 1999)

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Casación
• Fecha : 12/08/1999
• Decisión : Se abstiene de reconocer por ahora redención de pena
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : MORALES MORA, ANGELICA
• Procesado : BOHADA LOPEZ, ROSS MARY
• Delitos : Violación a la Ley 30/86
• Proceso : 15640
• Publicada : Si
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13/08/1999

RECURSO DE HECHO/ CASACION DISCRECIONAL


El recurso de hecho tiene como finalidad determinar si la negativa de conceder el
recurso de apelación o de casación, según el caso, tuvo fundamento legal o si por
el contrario, se dan los presupuestos básicos para su admisión.

Sin embargo, no resulta procedente interponerlo para lograr que se conceda el


recurso de casación excepcional, porque es a la Corte Suprema de Justicia a la que
corresponde pronunciarse exclusivamente acerca de su admisibilidad. Sobre el
tema, la Sala en pasada oportunidad hizo las siguientes precisiones:

"Si bien de conformidad con lo dispuesto en el artículo 68.3 del C.P.P., compete a la
Corte conocer del recurso de hecho cuando se deniegue el de casación, tratándose de
la casación excepcional, debe decirse, que no es posible la procedencia de dicho
recurso, como que es de su resorte exclusivo conceder discrecionalmente el mismo
cuando se trate de sentencias de segunda instancia respecto de las cuales no procede
la casación ordinaria, ya sea que se trate de aquellas dictadas por los jueces del
circuito o que la pena impuesta sea inferior a seis años o no sea privativa de la
libertad.

"Así las cosas, cuando en casos como el presente, se desconoce esa competencia
exclusiva de la Corte para conceder o no discrecionalmente el recurso de casación, de
conformidad con los postulados previstos en el inciso tercero del artículo 218, la
procedencia del recurso de hecho, es obvio, emana una decisión viciada de nulidad
por incompetencia del funcionario que la profiere y por ello, no le queda otra
alternativa a la Sala que declararlo así, devolviendo la actuación para que el
funcionario ad quem remita el expediente a fin de estudiar si el recurso interpuesto se
aviene a los presupuestos excepcionales para su concesión". (auto del 7 de octubre de
1997, M.P., Dr Carlos Augusto Gálvez Argote).

Como bien se sabe el recurso de casación excepcional requiere para su viabilidad


que concurran, de un lado, los requisitos que le son comunes a este medio de
impugnación y, de otro, aquellos expresamente contenidos en el inciso tercero del
artículo 218 del Código de Procedimiento Penal, es decir, por la necesidad de
desarrollar la jurisprudencia y para la garantía de los derechos fundamentales.

En cuanto a los primeros, es deber del funcionario de instancia verificar que se


haya intentado contra un fallo de segundo grado proferido por un Juzgado Penal
del Circuito o que la pena impuesta sea inferior a seis años, que se haga dentro de
los quince días siguientes a la última notificación del fallo de segunda instancia y
que lo presente quien tenga legitimidad para ello.

Acreditado lo anterior, es cuando la Corte entra a decidir sobre la admisibilidad del


recurso, verificando si los aspectos referidos por el libelista se ajustan a las
previsiones legales, esto es si en realidad se considera necesario para el desarrollo
de la jurisprudencia y/o para la garantía de los derechos fundamentales.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Recurso de Hecho
• Fecha : 13/08/1999
• Decisión : Declara improcedente el recurso de hecho, inadmite el
recurso de casación discrecional
• Procedencia : Juzgado 12 penal del Circuito
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : RIVERA CALDERON, JORGE
• Procesado : RIVERA CALDERON, JAIME
• Delitos : Estafa
• Proceso : 15717
• Publicada : Si
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17/08/1999

DEMANDA DE CASACION/ NULIDAD


Cuando en sede de casación y con fundamento en la causal tercera se alega la
violación del derecho de defensa, la Corte ha señalado que corresponde al actor
especificar la actuación procesal que resultó lesiva a los intereses del procesado y
su definitiva incidencia en la parte resolutiva del fallo impugnado, pues no se trata
solamente de hacer evidente cualquier irregularidad intrascendente, sino aquellas
que repercutieron negativamente en detrimento de la garantía que se aduce
lesionada.

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
• Fecha : 17/08/1999
• Decisión : Rechaza la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Armenia
• Procesado : CARDENAS RAMIREZ, JAIME
• Delitos : Acceso carnal violento, Porte de armas de defensa personal,
Corrupción, Incesto
• Proceso : 13410
• Publicada : Si
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TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO/ SENTENCIA


ANTICIPADA-Interés para recurrir/ FLAGRANCIA
Como quiera que la demanda de casación está dirigida a que se disminuya el
quantum de la pena impuesta en la sentencia anticipada, con fundamento en que,
al tenor del artículo 299 del Código de Procedimiento Penal, modificado por el 38
de la ley 81 de 1993, se cumplen los requisitos para la reducción de pena por
confesión, al impugnante le asiste interés.

En efecto, para la procedencia de los recursos, tanto los ordinarios como el


extraordinario de casación, además de la legitimidad para impugnar, se debe
tener interés, que se concreta en el perjuicio o agravio que la providencia atacada
le causa al inconforme.

Cuando se trata del instituto de la sentencia anticipada, el procesado acepta su


responsabilidad respecto de los cargos que se le formularon, es decir, consciente el
perjuicio que le causa la decisión desfavorable, en lo atinente a la declaración de
responsabilidad, siendo tal admisión irrectractable. Por lo mismo, renuncia al
interés para impugnar la sentencia con fundamento en la negación de esa
responsabilidad, no teniéndolo por lo tanto, sino en aquellos eventos que
impliquen su reconocimiento, los que están expresamente previstos en el numeral
4° del artículo 37B del C. de P. Penal*, entre los cuales está el referente a la
dosificación punitiva, en la que tiene incidencia la confesión.
Partiendo de la base de que el artículo 299, mencionado, constituye la norma
sustancial presuntamente vulnerada, hubiera bastado, al postular el cargo, acusar
su inaplicación.

Sin embargo, el anterior desatino no enerva la posibilidad de un pronunciamiento


de fondo.

Planteadas así las cosas, para que el procesado se haga acreedor a la reducción de
una sexta parte de la pena por confesión, prevista en la citada norma, es
menester:

a-Que no se encuentre en estado de flagrancia


b-Que la confesión sea fundamento de la sentencia condenatoria, y
c-Que se realice en la primera versión ante el funcionario judicial que conoce de la
actuación procesal.

La Sala ha sostenido que para que se configure la flagrancia no es menester que la


persona sorprendida sea capturada en el momento de cometer un hecho punible
o que sea sorprendida y capturada con objetos, instrumentos o huellas de los
cuales aparezca fundadamente que momentos antes lo ha cometido, es decir, que
no es necesario que coincidan, desde el punto de vista temporal, estos dos
fenómenos.

Ha dicho la Sala :

"Con referencia a este aspecto, la Sala mayoritariamente reitera su doctrina, en el


sentido de que una cosa es la flagrancia, como evidencia procesal, en cuanto varias
personas han tenido la oportunidad de presenciar la realización del hecho punible o
de ver al delincuente con objetos, instrumentos o huellas indicativos de su
participación, y otra la captura, que es apenas su consecuencia.

"La flagrancia es el motivo que autoriza la aprehensión sin mandamiento judicial y


ésta es su efecto jurídico. Para percatarse, basta leer el artículo 32 de la Constitución
Política en el que claramente se dice que "El delincuente sorprendido en flagrancia
podrá ser aprehendido y llevado ante el juez por cualquier persona", distinguiéndose,
diáfanamente, entre el sorprendimiento en la comisión del reato y la aprehensión,
como su consecuencia.

"Tal sorprendimiento y la captura pueden coincidir desde el punto de vista temporal,


como cuando el autor es privado de la libertad en el mismo instante de la comisión
del punible; pero puede existir entre las dos un espacio de tiempo, como cuando la
persona es atrapada después de cometido, lo que se observa con mayor claridad,
cuando es perseguida y se refugia en su domicilio o en el ajeno y los agentes de la
autoridad penetran para el acto de la aprehensión.

"También, el precepto constitucional dice que el delincuente flagrante podrá ser


aprehendido, es decir, que la autoridad o los particulares pueden darse cabal cuenta
que alguien está cometiendo un reato y no capturarlo, por imposibilidad física, por
temor, porque estiman que no es procedente por no dar lugar a la detención
preventiva, etc, lo cual, como aparece lógico, dejará incólume la flagrancia, con la
condición de que el autor o partícipe sea identificado o, por lo menos, individualizado.

"Si aceptáramos que para que exista flagrancia es menester el apresamiento,


tendríamos que concluir que en aquellos casos en los que el desarrollo del iter
criminis no sólo queda en la memoria de quienes lo presenciaron sino en una
filmación, la ausencia de aprehensión desnaturalizaría la flagrancia, lo cual no es
lógico.

"Desde luego, no desconoce la Sala que, a veces, es necesaria la captura para la


estructuración de la flagrancia, como cuando la persona es sorprendida en el acto de
la comisión del hecho pero no identificada, lo que únicamente se logra con la
aprehensión, como en el ejemplo de que varios individuos encapuchados asalten un
banco y de inmedito sean cogidos.

"Pero a su vez, podemos observar que hay ocasiones en que la ley se refiere a la
flagrancia desligada de la captura, como ocurre en el evento previsto en el artículo
344 del Código de Procedimiento Penal, en el que se autoriza a la policía judicial para
ingresar, sin orden escrita del fiscal, a lugar no abierto al público, en caso de
flagrancia, con la finalidad de impedir que se siga ejecutando el delito (por ejemplo un
secuestro, la tenencia de narcóticos, etc.). En este caso puede no haber captura de los
responsables, pero de lo que no queda duda es de que la flagrancia es la que autoriza
el allanamiento sin orden escrita.
"En conclusión, tanto lógica como jurídicamente, es preciso distinguir entre el
sorprendimiento en flagrancia y su consecuencia: la captura sin orden escrita".

Si bien es cierto que no sólo con respecto a la confesión simple sino a la calificada
es procedente reconocer la diminuente de pena, como lo ha sostenido la Sala,** se
requiere, en ambos casos, que sea eficaz, soporte de la sentencia condenatoria,
determinante de la misma y efectiva ayuda a la justicia.

"Entendido de otra manera sería otorgar un beneficio solo porque se confesó,


cuando no era necesario hacerlo por obrar en el proceso otras pruebas distintas a
la confesión que conducían inequívocamente a afirmar la responsabilidad del
procesado que, encerrado por la evidencia, se decide a confesar, así sea en su
primera versión, con el fin de que el pretexto le sirva para una rebaja de pena".***
_____________________________
*.- (Véase casación 11.362, marzo 8/96 y 10.306, 2 de febrero/99, entre otras).
**.- (Casación 9869, noviembre 20/96, M.P. Dr. Ricardo Calvete Rangel; casación 9256, marzo 17/97, M.P.
Dr. Dídimo Páez Velandia; casación 9602, agosto 19/97, M. P. Dr. Jorge E. Córdoba Poveda, entre otras).
***.- (Casación, mayo 11/99, M.P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll; casación septiembre 29/93, M.P. Dr.
Guillermo Duque Ruíz; casación 9602, agosto 19/97, M. P. Dr. Jorge E. Córdoba Poveda, entre otras).

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
• Fecha : 17/08/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cundinamarca
• Procesado : RODRIGUEZ GARZON, FABIAN
• Delitos : Lesiones personales, Homicidio preterintencional
• Proceso : 10567
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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JUEZ ESPECIALIZADO/ COMPETENCIA/ PORTE ILEGAL DE


ARMAS
1. Habiéndose expedido en junio 25 del año en curso la Ley 504, que entró a regir
desde el pasado primero de julio, por medio de la cual, entre otras disposiciones,
se crearon los Juzgados Penales del Circuito Especializados y se determinaron los
asuntos de su competencia, incluyendo en su artículo 5º, numeral 5º, "los delitos
de fabricación y tráfico de municiones o explosivos (artículo 1º Decreto 2266 de
1991); fabricación y tráfico de armas de fuego y municiones de uso privativo de las
fuerzas armadas (artículo 2º del Decreto 3664 de 1986 declarado legislación
permanente por el artículo 1º Decreto 2266 de 1991)", será, desde luego, frente a
ella que deba la Sala definir si este proceso concierne al Juzgado Penal del Circuito
de Pitalito o al Especializado que hubiere reemplazado al Regional proponente del
conflicto.

2. Precisada en los anteriores términos tal atribución de los Juzgados Penales del
Circuito Especializados es evidente que la Ley 504 de 1.999 ha introducido una
modificación respecto de la competencia que por dichos delitos se le asignaba a
los Juzgados Regionales en el numeral 4º del artículo 71 del Código de
Procedimiento Penal, modificado por la Ley 8ª de 1.993, artículo 9º, pues la
excepción prevista en esta norma no se restringe ahora solamente al "simple porte
de armas de fuego de defensa personal" sino que se hace extensiva a toda
conducta de las descritas en el artículo 1º del Decreto Ley 3.664 de 1.986, esto es,
que, refiriéndose el citado artículo 5º de la nueva normatividad en la primera parte
de su numeral 5º exclusivamente a "municiones o explosivos", no corresponde al
conocimiento de los nuevos juzgados, otrora Regionales, el porte, como tampoco la
importación, fabricación, transporte, almacenamiento, distribución, venta,
suministro o reparación de armas de fuego de defensa personal, resultando por
tanto indudable que entratándose de esta clase de hechos compete a los Juzgados
Penales del Circuito Especializados conocer de las acciones cometidas en relación
con explosivos, cualquier clase de munición y armas de fuego de uso privativo de
las fuerzas armadas, no siendo en cambio de su resorte aquellas que se refieran a
las de defensa personal cuyo conocimiento atañe al Juez Penal del Circuito de
acuerdo con la cláusula general prevista en el artículo 72 del Código de
Procedimiento Penal.

3. Significa entonces que si bien la Ley 504 de 1.999 amplió la competencia de los
Juzgados Penales del Circuito no especializados respecto de las armas de defensa
personal en la medida en que a partir de su vigencia les corresponde conocer toda
conducta a ellas referida y no únicamente el simple porte, no puede formularse
similar consideración cuando de municiones se trata pues en ese aspecto la citada
Ley asignó la facultad a los nuevos Juzgados Especializados sin importar si
aquellas son o no de uso privativo de las fuerzas armadas, criterio de
diferenciación que aunque el legislador tiene en cuenta lo hace para efectos de
tipicidad y punibilidad, mas no para la distribución de funciones.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Auto Colisión de Competencias


• Fecha : 17/08/1999
• Decisión : Asigna competencia al Juzgado Penal del Cto.
Especializado
de Santa Fe de Bogotá
• Procedencia : Juzgado Segundo Penal del Circuito
• Ciudad : Pitalito
• Procesado : CUELLAR DIAZ, JAIME ANTONIO
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Porte de municiones
• Proceso : 16080
• Publicada : Si
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REDENCION DE PENA/ PERMISO ADMINISTRATIVO


Siendo que de conformidad con lo dispuesto en el artículo 5º del Decreto 1542 del
12 de junio de 1.997, por medio del cual se "dictan medidas en desarrollo de la ley
65 de 1993 para descongestionar las cárceles", los directores de los
establecimientos carcelarios y penitenciarios "podrán conceder permisos de
setenta y dos horas a los condenados en única, primera y segunda instancia, o
cuyo recurso de casación se encuentre pendiente", siempre y cuando se reúnan los
requisitos a que se contrae el artículo 147 de la ley 65 de 1.993, tales como
encontrarse el posible beneficiado en fase de mediana seguridad, "haber
descontado una tercera parte de la pena impuesta" y "haber trabajado, estudiado
o enseñado durante la reclusión y observado buena conducta, certificada por el
consejo de disciplina", entre otros, corresponde a la Corte pronunciarse de manera
provisional y exclusivamente para tal fin, sobre las rebajas de pena a que pueda
tener derecho (...), ya que la solicitud del referido permiso de 72 horas debe
elevarlo al Director del centro carcelario y sólo a éste le compete resolver al
respecto.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Auto Casación
• Fecha : 17/08/1999
• Decisión : Reconoce en forma provisional rebaja de pena
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : LOPEZ DUARTE, JOSE IGNACIO
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 10530
• Publicada : Si
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FRAUDE PROCESAL/ DELITO PERMANENTE/ PRESCRIPCION


Es evidente que a la base de cualquiera de las versiones de su tesis siempre se
encuentra el fenómeno prescriptivo de la acción para, a partir de allí estructurar
sus argumentos de violación al debido proceso, incompetencia y nulidades, pero
yerra al considerar, contrario a la plural jurisprudencia citada en el auto recurrido,
que el delito de fraude procesal comporta en este caso una acción instantánea que
se consumó y agotó con la presentación de la demanda reivindicatoria, omitiendo,
obviamente por coherencia y conveniencia con su parecer y petición, que la
conducta inductora del error empezó apenas con la presentación de la demanda,
prolongándose en el tiempo al punto tal que aún perseveraba cuando se dictó el
fallo de fondo, siendo por tanto patente que en este asunto el verbo rector tuvo
una ejecución permanente que obligaba, según el criterio reiterado en
providencias de julio 4 de 1.989, agosto 17 de 1.995 y septiembre 16 de 1.996,
siendo ponentes los doctores Carreño Luengas, Fernando Arboleda y Carlos
Eduardo Mejía, respectivamente, a contar el termino prescriptivo de la acción
desde el último acto de inducción en error, que generalmente va hasta la
ejecutoria de la providencia fraudulentamente obtenida, pudiendo ir en otros caos
incluso más allá como cuando se pretende la ejecución de la decisión que por
inducción en error y contrariamente a la ley hubiere dictado el funcionario, más no
porque se clasificare el hecho en cuestión dentro de los tipos de resultado o se
demandare la concreción del ingrediente subjetivo, que evidentemente no se exige
en la ley ni se advierte en los antecedentes jurisprudenciales, sino porque siendo
permanente la conducta es indispensable señalar un límite de modo que no pueda
tornarse en imprescriptible la mentada acción penal.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Casación Discrecional- Reposición


• Fecha : 17/08/1999
• Decisión : No repone auto por medio del cual no se concedió el
recurso
de casación excepcional
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : HERNANDEZ HERNANDEZ, JORGE ELIECER
• Delitos : Fraude procesal
• Proceso : 15752
• Publicada : Si
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NOTIFICACION/ APELACION/ TERMINO
El Código de Procedimiento Penal disciplina el recurso de apelación de tal manera
que dispone diferencialmente un término para interponer la impugnación, otro
para sustentarla y un tercer lapso deferido a los no impugnantes. Así, la apelación
sólo puede proponerse hasta antes de que venzan los tres (3) días contados a
partir de la última notificación, pero puede intentarse desde la fecha en que se
haya proferido la providencia impugnada (art. 196 C. P. P.); la sustentación por
escrito de las decisiones interlocutorias y las sentencias debe hacerse dentro de
los cinco (5) días siguientes al vencimiento del término para recurrir; y los no
recurrentes podrán pronunciarse sobre la apelación dentro de los seis (6) días
siguientes a la preclusión del lapso anterior (arts. 19A y 196B idem).

Sin embargo, la determinación de una clara afrenta al debido proceso impugnativo


sólo puede explorarse a partir del sentido de la discriminación legal en los
términos indicados. En efecto, como sólo a partir de la última notificación se
supone que la providencia es conocida por todos, en relación con los sujetos
procesales que se integran personalmente en último lugar o que deben hacerlo
fictamente por estado o edicto, en la práctica, el término de tres (3) días podría
resultar insuficiente si se les exigiera cumplir simultáneamente la interposición
facultativa y la sustentación obligatoria del recurso, y por ello el legislador dejó el
término sólo para la primera actividad y la fundamentación se regula en un lapso
separado y posterior.

Es decir, la escisión de los términos de interposición y sustentación del recurso, en


principio y en el sentido antes indicado, es una garantía para el impugnante,
establecida con el fin de que él pueda presentar más ampliamente los motivos y
argumentos de su disenso con la decisión impugnada. De modo que el apelante,
frente al mencionado privilegio procesal, voluntariamente puede renunciar a hacer
la sustentación separada y puede optar por presentarla junto con la impugnación
o, en cualquier caso, anticiparse al término formalmente dispuesto para ello, con
tal de que lo haga después de que haya dictado la respectiva providencia y antes
de que venza el lapso para fundamentar.

La posibilidad de reunir en un solo escrito la manifestación de apelar y la


sustentación del recurso, o de proponer la segunda antes de que se tribute
formalmente el término de ley, no es sino la consecuencia de entender que el
sustento sólo es la concreción de la impugnación, por medio de la expresión de los
motivos de agravio ante el órgano judicial de primera instancia, en el caso de la
legislación colombiana, o ante el juez o tribunal de segunda instancia en otros
ordenamientos procesales.

Desde otra perspectiva, la sustentación del recurso debe entenderse como una
garantía para los sujetos procesales distintos al impugnante, en el sentido de
hacer realidad el principio de igualdad de oportunidades para las partes, pues sólo
cuando los no recurrentes conocen previamente esas expresiones de
inconformidad del primero podrán contestarlas o apoyarlas en beneficio de su
interés procesal, trabándose así el verdadero contradictorio como el reflejo de
pares dialécticos.

Así las cosas, desde el punto de vista del derecho de los demás sujetos procesales,
ninguna ofensa se infiere con una sustentación anticipada al término formalmente
dispuesto para tal menester, pues queda a salvo ampliamente la facultad que
tienen los no recurrentes para discernir sobre dicha impugnación, previo
conocimiento de la misma y sus motivos, dentro de un término que de todas
maneras es posterior a la fundamentación del recurso.

Apenas una apreciación excesivamente formalista de la regulación del trámite


procesal de los recursos, sin mirar el cumplimiento o verificar el posible riesgo de
los objetivos y valores superiores que informan el ordenamiento jurídico en esa
materia (igualdad, contradicción y protección razonable de garantías), podría
conducir a señalar que fue extemporánea la sustentación del recurso de apelación
propuesto en contra de la sentencia de primer grado, sólo por haberse intentado
antes del correspondiente traslado.

Basta saber que dicha manifestación de agravios se hizo después de haberse


proferido la respectiva decisión, como lo prescribe el artículo 196 del C. P. P.,
porque si se hubiera hecho antes de dictar la providencia, ahí sí cabría la objeción
de extemporaneidad por anticipación. Así lo ha admitido la doctrina y la
jurisprudencia cuando, verbigracia en relación con una resolución interlocutoria de
medida de aseguramiento que está formalmente ejecutoriada, el actor
posteriormente solicita la revocatoria de la decisión, conforme con el artículo 412
del C. de P. P., pero simultáneamente interpone la apelación en caso de que el
fiscal no acceda a la pretensión. En dicho evento, el sujeto procesal estaría
impugnando anticipadamente una decisión futura cuyo sentido aún es incierto,
pues bien puede ocurrir que el funcionario disponga la revocación o también que la
niegue y, sólo cuando ya se conozca la respectiva determinación, y no antes,
podrían las partes intentar los recursos ordinarios de reposición y/o apelación en
contra de la misma.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
• Fecha : 17/08/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : RODRIGUEZ GONZALEZ, ELIECER
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 10669
• Publicada : Si
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SANA CRITICA
Totalmente inaceptables resultan las censuras elevadas por el libelista contra la
sentencia de segundo grado, al hacerlas consistir en errores de derecho por falso
juicio de convicción el cual se traduce en el desconocimiento del valor tarifado que
la ley otorga a un determinado medio de prueba, cuando bien sabido es que en el
derecho procesal penal colombiano rige el principio de la sana crítica en la
apreciación de los elementos de convicción.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
• Fecha : 17/08/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : LEON CARREÑO, ALEXANDER
• Procesado : VIÑA PATIÑO, RODRIGO
• Delitos : Tentativa de homicidio agravado, Tentativa de hurto
agravado
• Proceso : 11267
• Publicada : Si
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DEBIDO PROCESO
Fuera de lo manifestado por (...), el único intento de acopio probatorio que se
verificó sobre tal acaecer criminoso, fue el reconocimiento sobre fotografías para
cédula de ciudadanía que se aprecia a folio 123 del cuaderno inicial, con
resultados negativos. Pero no se efectuó directamente en fila de personas, como
debía serlo, ni sobre álbumes de involucrados anteriormente en ese tipo de delitos,
ni se realizó gestión eficiente para identificar y vincular a quienes llevaron el
automotor al parqueadero.

Tampoco se pusieron en práctica, como elemental reacción oficial inmediata, las


medidas de control en las carreteras, que hubieran permitido recuperar el producto
del hurto en el trayecto hacia Bucaramanga. Aún más, tan inexistente fue la
investigación, que recuperado el vehículo por la Policía de Bucaramanga el 29 de
junio de 1993, quienes tenían derecho sobre él se enteraron a finales de agosto del
mismo año, no por gestión de la autoridad, sino "en base a una llamada de la
señora (...) a (...) de Bogotá informando que la camioneta había durado en el
parqueadero de ella como veinte o veinticinco días" (f. 94 ib.).

Lo observado en precedencia pone en claro que la Fiscalía General de la Nación


incumplió con su obligación constitucional y legal de investigar el delito y
coordinar las funciones de policía judicial, averiguando tanto lo favorable como lo
desfavorable al imputado, con grave quebrantamiento de las bases fundamentales
del proceso, en seria trascendencia contra el derecho de defensa de (...), quien
resultó condenado por un delito que no se investigó.

No existiendo otro medio para subsanar tal quebrantamiento sustancial al debido


proceso, la sentencia será casada y en su lugar se anulará desde la resolución de
fecha octubre 4 de 1993, inclusive, mediante la cual la Fiscalía 123 Seccional, de la
Unidad Primera de Patrimonio de Santafé de Bogotá, dispuso el cierre de la
investigación, conservando validez la ruptura de la unidad procesal que se dispuso
en la calificación, al igual que los elementos de prueba allegados, como el avalúo
de los perjuicios causados con el delito (fs. 236 y Ss. cd. inicial).

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
• Fecha : 17/08/1999
• Decisión : Casa sentencia condenatoria, declara nulidad del proceso
desde la resolución del cierre de investigación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : PEREZ TORRES, CARLOS ARTURO
• Delitos : Hurto calificado y agravado
• Proceso : 9953
• Publicada : Si
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CONTROL DE LEGALIDAD/ PREVARICATO/ DOLO


Resulta claro para la Sala que la figura del control de legalidad introducida a
nuestro ordenamiento por la Ley 81 de 1.993, presenta unas características y unos
objetivos bien definidos.

Así lo expresó la Corporación en providencia de agosto 28 de 1.996 con ponencia


del H. Magistrado Dr. Fernando Arboleda Ripoll señalando que "su objeto es
específico y lo constituye la medida de aseguramiento -no la restante actuación
procesal-, cuya legalidad se deduce genéricamente de la garantía universal del
Debido Proceso, consagrada en el art. 29 de la Constitución Nacional; por lo que el
juzgador, en el examen a ser efectuado, deberá constatar si ella ha sido adoptada
por un hecho que primigeniamente revista carácter delictivo -típico-, si la profirió el
"juez natural" o funcionario competente; y si la decisión respeta las formas propias
del juicio, el derecho de defensa, y la legalidad de la prueba", precisándose
además que su finalidad apunta "a la nulidad de la medida, cuando ésta haya sido
adoptada con violación del debido proceso o del derecho de defensa, o haya sido
proferida por el funcionario incompetente… a la sustitución de la medida, cuando
la selección de la misma no corresponda al tipo penal por el que se procede, a la
forma de participación del agente, o en el caso concreto de la detención
preventiva, a las hipótesis legalmente previstas para su aplicación en los
numerales 4, 5, 6 y 7 del art. 397 del Código de Procedimiento Penal; y… a la
libertad del procesado, si como consecuencia de las variantes anteriores deviene
aplicable la previsión normativa de su excarcelación.

"Este mecanismo de control no constituye una tercera instancia donde sea posible
combatir la valoración que de la prueba hizo el instructor al deducir los requisitos
sustanciales exigidos en el art. 388 del C. de P.P. para proferir medida de
aseguramiento…"

En el delito de prevaricato, tiene dicho la Corte, "el actuar doloso requiere


entendimiento de la manifiesta ilegalidad de la resolución proferida, conciencia de
que con tal proveído se vulnera sin derecho el bien jurídico de la recta y
equilibrada definición del conflicto que estaba sometido al conocimiento del
servidor público, quien podía y debía dictar un pronunciamiento ceñido a la Ley y a
la justicia…la Ley no exige para que se configure la responsabilidad en el tipo
penal consagrado por el art. 149 del Código Penal, que se pruebe que un móvil
específico se perseguía con el proveído manifiestamente contrario a la Ley; basta,
como acaba de decirse, que se haya proferido con conocimiento de su ilicitud.
Puede ocurrir que esa finalidad se establezca y pase a ser elemento útil para
comprobar la existencia de dolo, sin que con ello quiera significarse que cuando no
se acredite, como frecuentemente ocurre, haya de concluirse que no hubo dolo en
la actuación. No se requiere entonces, en lo que toca con la demostración del dolo
en el prevaricato, de ingredientes adicionales, por ejemplo simpatía o
animadversión hacía una de las partes, como lo exigía el Código Penal de 1.936.
Sólo es fundamental que se tenga conciencia de que el pronunciamiento se aparta
ostensiblemente del derecho, sin que importe el motivo específico que el servidor
público tenga para actuar así".(Providencia de mayo 20 de 1.997. Magistrado
Ponente: Dr. Nilson Pinilla Pinilla).

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Sentencia Segunda Instancia


• Fecha : 17/08/1999
• Decisión : Con aclaración en la parte motiva, confirma sentencia
condenatoria
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Rosa de Viterbo
• Procesado : PRIETO CELY, LISANDRO DE JESUS
• Delitos : Prevaricato por acción
• Proceso : 13775
• Publicada : Si
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LIBERTAD PROVISIONAL/ CONCURSO


Ha sido criterio de la Sala, y ahora se reitera, que las funciones de la pena,
especialmente en cuanto a la prevención, protección y resocialización, cuando se
trata de concurso de delitos, como en el presente asunto, conformado por
homicidio agravado y hurto calificado con circunstancias de agravación, pueden y
deben verificarse al cumplimiento total de la misma, atendiendo a las
connotaciones tan graves de aquellos hechos punibles, que en la mayoría de los
casos se cometen a través de verdaderas organizaciones al margen de la ley, con
posibilidades reales de generar alarma social y desestabilizar muchas instituciones
indispensables para la vida en comunidad.

Cabe recordar que las constancias de buena conducta a cargo de las directivas del
centro de reclusión en manera alguna sustituyen la labor valorativa del juez, pues
aquellas consisten exclusivamente en un parámetro indispensable para hacer
viables los beneficios administrativos otorgados a los reclusos por la Ley 65 de
1993, y una guía para otros aspectos, en tanto que ésta emana del análisis crítico
de la personalidad del procesado, en parte inferible de las circunstancias de
tiempo, modo y lugar en que fueron cometidos los reatos, con el fin de verificar el
cumplimiento de los fines de la pena y especialmente el que pretende la
rehabilitación social.

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Casación -Libertad-Reposición
• Fecha : 17/08/1999
• Decisión : No repone auto y niega libertad
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Villavicencio
• Procesado : CHAPARRO RODRIGUEZ, PEDRO ALFONSO
• Delitos : Homicidio agravado, Tentativa de hurto calificado y agravado
• Proceso : 10616
• Publicada : Si
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18/08/1999

LIBERTAD PROVISIONAL-Narcotráfico
Tratándose de delitos tipificados en el Estatuto de Estupefacientes, Ley 30 de
1986, excluidos de los beneficios introducidos por la Ley 415 de 1977, podría
alcanzar su libertad provisional en el evento de que en su favor convergieran a
cabalidad los requisitos establecidos en el artículo 72 del Código Penal, entre ellos
haber cumplido las dos terceras (2/3) partes de la condena, y que su personalidad,
su buena conducta en el establecimiento carcelario y sus antecedentes de todo
orden, permitan suponer fundadamente su readaptación social.

Cabe recordar que las constancias de buena conducta a cargo de las directivas del
centro de reclusión en manera alguna sustituyen la labor valorativa del juez, pues
aquella consiste exclusivamente en un parámetro indispensable para hacer viables
los beneficios administrativos otorgados a los reclusos por la Ley 65 de 1993, y una
guía para otros aspectos, en tanto que ésta emana del análisis crítico de la
personalidad del procesado, en parte inferible de las circunstancias de tiempo,
modo y lugar en que fue cometido el reato, con el fin de verificar el cumplimiento
de los fines de la pena y especialmente el que pretende la rehabilitación social.

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Casación -Libertad-
• Fecha : 18/08/1999
• Decisión : Niega libertad
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : ROZO TORRES, MIGUEL ENRIQUE
• Delitos : Violación a la Ley 30/86
• Proceso : 15108
• Publicada : Si
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CASACION DISCRECIONAL/ CONDENA DE EJECUCION


CONDICIONAL
La no aplicación del sustituto previsto en el artículo 68 del Código Penal en este
caso, tiene recibo en la causal 1ª de casación, cuerpo 1º, artículo 220 del Código
de Procedimiento Penal, es decir la VIOLACIÓN DIRECTA de dicho precepto
sustancial.

Entonces no es dable al recurrente disfrazar tal inaplicabilidad con la alegación


de que se ha desconocido el debido proceso y también la noción de
"antecedentes" consagrada en el artículo 248 superior, todos estos malabares
jurídicos para dar visos de procedencia a la impugnación excepcional prevista
en el inciso 3º., artículo 218 del Código de Procedimiento Penal.

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Casación Discrecional
• Fecha : 18/08/1999
• Decisión : No concede el recurso de casación discrecional
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Pereira
• Procesado : LOPEZ GAVIRIA, JUAN CARLOS
• Delitos : Porte de armas de defensa personal
• Proceso : 16092
• Publicada : Si
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CASACION DISCRECIONAL-Desarrollo de la jurisprudencia/


TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO/ SENTENCIA
ANTICIPADA/ REPARACION DEL DAÑO/ REDENCION DE PENA
El artículo 37 del Código de Procedimiento Penal (mod.art.3º. ley 81 de 1.993)
claramente consagra dos oportunidades para que el procesado pueda solicitar
sentencia anticipada:

- Desde la resolución de situación jurídica hasta el cierre de investigación.

- Desde la resolución acusatoria hasta antes de que se fije fecha para la


celebración de la audiencia pública.

Si el procesado opta por la primera de dichas hipótesis (que, entre otras cosas,
comporta una rebaja de pena mayor), pero no admite los "cargos" que contiene la
resolución que ha definido su situación jurídica, no se ve razón alguna para
dudar de que, no obstante ello, pueda perfectamente acudir a la segunda
hipótesis, en la cual ya enfrenta los cargos propiamente dichos contenidos en la
resolución acusatoria.
Ni del mencionado artículo 37, ni de otra u otras disposiciones que tengan relación
con éste, cabe siquiera inferir la prohibición de que el implicado haga uso de los
dos eventos allí previstos y que se extractaron líneas atrás.

Es sabido que la hermenéutica jurisprudencial sólo se exhibe necesaria cuando el


correspondiente texto constitucional o legal le da cabida; pero si, como en este
caso, "no hay nada qué interpretar", la jurisprudencia devendría superflua o como
mínimo redundante, en el sentido de que ante la respectiva claridad, aparte de
"repetir", y por sustracción de materia, nada tiene que aportar.

Al respecto bien dice el artículo 27 del Código Civil que "cuando el sentido de la ley
sea claro, no se desatenderá su tenor literal a pretexto de consultar su espíritu".

Entonces en este punto no se presenta, a contrario de lo que estima el actor,


necesidad de desarrollar la jurisprudencia.

A igual conclusión se llega con respecto a la "reparación" contemplada en el


artículo 374 del Código Penal y que autoriza al juez a disminuir las penas
señaladas en los delitos contra el patrimonio económico, "de la mitad a las tres
cuartas partes", si antes de dictarse sentencia de primera instancia se restituye el
objeto material del delito o su valor y se indemnizan los perjuicios causados con el
delito.

- "La capacidad económica", del sindicado que plantea el recurrente, no tiene


incidencia alguna en dicha atenuante por reparación, pues tanto el objeto
material del delito, como los perjuicios por éste ocasionados, responden
imprescindiblemente a una cuantificación OBJETIVA, bien fijada por el
perjudicado, ora por el perito o finalmente por el Juez (CP.P. arts.295, 264. C.P.
arts.106 y 107), teniendo en cuenta obviamente cada caso concreto. Es decir que
la referida capacidad económica del implicado resulta enteramente extraña a la
hora de determinarse el monto del objeto material del delito y de los perjuicios
correspondientes.

En cuanto a la expresión "podrá" que utiliza el citado artículo 374, y sobre el cual
discurre el recurrente, ya dijo esta Sala en sentencia de casación de noviembre 23
de 1.998 (M.P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll):

"La inflexión verbal "podrá", a la cual se ha hecho alusión, está referida a la facultad
que tiene el Juez de reducir la pena de la mitad a las tres cuartas partes, es decir, a la
posibilidad de fijar el quantum entre los límites mínimo y máximo que la propia
norma consagra, teniendo por norte los criterios establecidos en los artículos 61 y
siguientes del Código Penal.

Con dicha directriz sólo se pretendió fijar un marco de racionalidad en la aplicación de


la consecuencia jurídica, en manera alguna condicionar al criterio del juzgador la
procedencia de la norma misma".

En cuanto a "qué plazo debe operar" para se acreedor a la aludida rebaja "por
reparación", igualmente el citado artículo 374 es expreso y nítido al determinar
que la misma debe darse "antes de dictarse sentencia de primera instancia";
claridad que, repítese, hace innecesaria cualquier intervención de la jurisprudencia
en este punto.

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Casación Discrecional
• Fecha : 18/08/1999
• Decisión : No concede el recurso de casación discrecional
• Procedencia : Juzgado 27 Penal del Circuito
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : GARCIA IBAÑEZ, FRANKLIN HAROLD
• Procesado : QUIROZ OSPINA, ALFONSO ARMANADIO
• Delitos : Hurto calificado y agravado
• Proceso : 16013
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co
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CAMBIO DE RADICACION-Competencia de la Corte y de la


Fiscalía
Una vez más debe reiterar la Sala que la competencia que la ley le asigna para
resolver las solicitudes de cambio de radicación, de un distrito judicial a otro, se
circunscribe a aquellos procesos penales que se encuentran en la fase del juicio,
como claramente lo preceptúa el numeral 8° del artículo 68 del Código de
Procedimiento Penal, etapa que, como bien sabido es, tiene su inicio con la
ejecutoria de la resolución de acusación.

Como el numeral 4° del artículo 121, ibídem, modificado por el artículo 17.4 de la
ley 81 de 1993, dispone que corresponde al Fiscal General de la Nación, durante la
etapa de la instrucción, y cuando sea necesario para asegurar la eficiencia de la
misma, ordenar la remisión de la actuación adelantada por un fiscal delegado al
despacho de cualquier otro, mediante resolución motivada, el presente asunto será
enviado a aquél Despacho para los fines que estime pertinente.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Cambio de Radicación
• Fecha : 18/08/1999
• Decisión : Se abstiene de resolver petición de cambio de radicación
• Procedencia : Fiscalía 29 Seccional
• Ciudad : Yopal
• Procesado : GONZALEZ GONZALEZ, ALVARO
• Delitos : Tentativa de homicidio, Porte ilegal de armas, Homicidio
• Proceso : 15919
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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23/08/1999

CASACION-Interés para recurrir-Apelación


Cuando el sentenciado en primera instancia no apele oportunamente, o habiéndolo
hecho no apele como es debido (por no sustentar en debida forma), carece de
interés para impugnar en casación el fallo de segundo grado que revisó el que
por esta circunstancia debe entenderse consentido. Estas consideraciones salvo,
claro está, la violación a las garantías constitucionales, que le imponen al juzgador
un pronunciamiento oficioso.

En las providencias de esta Sala que cita la Procuraduría en su concepto, (sent.


Cas. Sept. 5 de 1996, M.P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll) y en otras varias más, se
ha ratificado que el no apelante no puede convertirse en impugnador en
casación, pues ello equivaldría en la práctica a la aceptación de omisión que el
legislador no ha institucionalizado.

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
• Fecha : 23/08/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : MONTAÑA PANTALEON, EDUARDO
• Procesado : MOLINA RIVERA, HERNANDO
• Delitos : Estafa
• Proceso : 11104
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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24/08/1999

LIBERTAD PROVISIONAL
Nada impide y este es un criterio profusamente reiterado por la Sala, que para
hacer una valoración orientada a determinar si procede o no la libertad provisional
-de reunirse los requisitos para otorgar la libertad condicional-, se deba
forzosamente tener en cuenta la personalidad del procesado que se revela en
algunos casos en forma ciertamente inequívoca del momento de cometer el delito,
toda vez que esto en manera alguna implica que se le esté juzgando "dos veces"
por el mismo hecho, pues la verdad es que no se está produciendo en estricto
sentido este efecto, ya que uno es el momento en que se impone la pena y otro
distinto aquél en que se decide si con miras a satisfacer los fines de prevención
general y especial de ella, puede el procesado merecer la libertad o expiarla en su
rigor total.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Casación -Libertad-Reposición
• Fecha : 24/08/1999
• Decisión : No repone auto impugnado
• Procesado : COY PINEDA, CARLOS ABEL
• Delitos : Cohecho
• Proceso : 15623
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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ACCION DE REVISION-Causales
Al ser probable que la sentencia, condenatoria o absolutoria, o las providencias de
preclusión o cesación de procedimiento que se encuentren ejecutoriadas no
contengan la verdad histórica, originándose así una injusticia, el legislador penal
instituyó la acción de revisión como el mecanismo idóneo para remover la cosa
juzgada y declarar sin valor el fallo objeto de la acción, dictando la providencia que
corresponda o disponiendo tramitar nuevamente el proceso desde el momento en
que se indique, según la causal que la Sala encuentre fundada (art. 240 del C. de
P.P.).

Por consiguiente, debe quedar claro que el trámite de la revisión no se creó para
reabrir debates jurídicos o fácticos cumplidos a lo largo de un proceso finalizado, ni
para reexaminar los elementos de convicción que sirvieron de fundamento a una
decisión que ha hecho tránsito a cosa juzgada, sino para removerla, con el fin de
que, cuando se trata de causales diferentes a la 2ª y 6ª del artículo 232 del C. de P.
Penal, un despacho judicial de la misma categoría, diferente de aquel que profirió
la decisión, tramite nuevamente el proceso, para que enmiende, al interior del
mismo, la determinación injusta.

Así las cosas, es necesario distinguir dos clases de procedimientos: el de revisión,


tendiente a derrumbar la cosa juzgada, por una de las causales taxativamente
señaladas en la ley; y el del proceso cuya revisión se ordena, que debe ser
nuevamente tramitado a partir del momento en que se indique.

En la primera hipótesis, la actividad está encaminada exclusivamente a la


demostración de alguna de las causales previstas en el artículo 232 del Código de
Procedimiento Penal.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Acción de Revisión
• Fecha : 24/08/1999
• Decisión : No decreta nulidad
• Procesado : MAGDANIEL ROSADO, JORGE MIGUEL
• Proceso : 14198
• Publicada : Si
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COMPETENCIA-Congresista
El artículo 235 de la Constitución Política asigna a la Corte Suprema de Justicia la
competencia para investigar y juzgar a los congresistas. Igualmente, en su
parágrafo precisa que "Cuando los funcionarios antes enumerados hubieren
cesado en el ejercicio de su cargo, el fuero sólo se mantendrá para las conductas
punibles que tengan relación con las funciones desempeñadas".

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Unica Instancia
• Fecha : 24/08/1999
• Decisión : Declara que la Corte ha perdido competencia para
conocer
de la causa
• Procedencia : Corte Suprema de Justicia
• Procesado : MONROY ORTIZ, JORGE ARMANDO
• Delitos : Peculado por apropiación, Peculado por extensión
• Proceso : 15841
• Publicada : Si
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DESISTIMIENTO
De conformidad con lo establecido por el artículo 244 del Código de Procedimiento
Penal, es viable el desistimiento del recurso extraordinario de casación,
únicamente mientras el proceso no haya ingresado a Despacho para fallo, requisito
que no se dá en el presente caso, pues la Secretaría puso el asunto a disposición
del Magistrado Sustanciador el 16 de julio del año próximo pasado, para la
elaboración del respectivo proyecto de sentencia que ponga fin al recurso
extraordinario de casación.

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Auto Casación
• Fecha : 24/08/1999
• Decisión : Inacepta el desistimiento
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : CORREA ALZATE, MONICA VICTORIA
• Delitos : Omisión de informes sobre actividades terroristas
• Proceso : 12696
• Publicada : Si
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CASACION-Requisitos
El recurso de casación se halla regulado totalmente por una preceptiva de
obligatoria observancia, tanto para el impugnante como para los demás sujetos
procesales y para el Juez extraordinario, y es la contenida en los artículos 218 y ss.
del C. de P.P.; de manera que la redacción de la demanda debe cumplir con los
requisitos de forma establecidos en el artículo 225 de ese estatuto para dar
viabilidad al recurso, porque en el evento de no ser así, la pretensión acusatoria no
alcanza a tomar cuerpo jurídico porque fenece con el rechazo de la demanda que
ordena decretar el artículo 226 ibíd.

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Auto Casación
• Fecha : 24/08/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : BARRETO MONROY, ARMANDO
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
• Proceso : 14414
• Publicada : Si
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CAMBIO DE RADICACION
El cambio de radicación de un proceso, como excepción que es al principio de la
competencia territorial, obedece a circunstancias específicas contempladas en el
artículo 83 de la misma obra "que puedan afectar el orden público, la imparcialidad
o la independencia de la administración de justicia, las garantías procesales, la
publicidad del juzgamiento, la seguridad del sindicado o su integridad personal",
pero es presupuesto de procedibilidad la anexión de las pruebas en que se funda
la petición, porque ellas constituyen el apoyo de la decisión correspondiente.

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES


Cambio de Radicación
• Fecha : 24/08/1999
• Decisión : Deniega el cambio de radicación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Tunja
• Procesado : BENAVIDES, MILLER ALEJANDRO
• Delitos : Cohecho
• Proceso : 16069
• Publicada : Si
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25/08/1999

DEMANDA DE CASACION/ DEFENSA TECNICA


El 28 de marzo de 1994 fue oído en indagatoria (...), fecha en que aún regían el
inciso 1° del artículo 148 del Código de Procedimiento Penal y el artículo 34 del
decreto 196 de 1991, que permitían encomendar la defensa durante su recepción
a una persona honorable que no fuere servidor público, al no hallarse un letrado en
disponibilidad de asistirlo.

Exactamente eso fue lo sucedió, según hizo constar la Fiscalía, ante la respuesta
del por indagar de no tener a quien nombrar: "en razón a que no hay abogado
titulado en estos momentos, se le designa de oficio a persona honorable habilitada
para tal". Al día siguiente el sindicado confirió poder a un abogado, que se notificó
de la medida de aseguramiento, pidió copias y algunas pruebas.

Los antes citados preceptos fueron declarados inexequibles casi dos años
después, el 8 de febrero de 1996, mediante sentencia C-049 de la Corte
Constitucional, M. P. Fabio Morón Díaz, providencia que sólo tiene efectos hacia el
futuro, en virtud de que la Corte ningún pronunciamiento realizó sobre una
hipotética retroactividad. Como lo dispone el artículo 45 de la Ley 270 de 1996
(Estatuto de la Administración de Justicia) y lo ha señalado reiteradamente esta
Sala, desde las sentencias de casación de fecha junio 26/96, rad. 9280, M. P.
Ricardo Calvete Rangel y julio 25/96, rad. 9577, ponente quien ahora desempeña
igual labor. Frente a la obligación de recibir la indagatoria, la Fiscalía aplicó una
disposición entonces vigente, lo cual no puede censurarse como irregularidad.

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
• Fecha : 25/08/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Pereira
• Procesado : SANTIBAÑEZ GAZO, JAIME
• Delitos : Tentativa de homicidio, Porte de armas de defensa personal
• Proceso : 11300
• Publicada : Si
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LIBERTAD PROVISIONAL-Competencia de la Corte
En varias oportunidades la Corte ha negado la excarcelación de (…), porque su
petición no puede estudiarse a la luz de lo establecido en el artículo 1° de la ley
415 de 1997, precepto que excluye de la libertad condicional casi matemática, a
los sindicados, entre otros, del delito de rebelión, que es la infracción imputada al
aquí acusado, y no cumplir requisitos contemplados en el artículo 72 del Código
Penal, debiendo satisfacer por ahora la totalidad de la sanción impuesta en el
fallo de segundo grado. Pretende en esta oportunidad su liberación con apoyo en
uno de los cargos que sustentan el recurso extraordinario de casación, por el
incremento punitivo efectuado en virtud del grado jurisdiccional de consulta.

En lo que tiene que ver con una pretensión de esta índole, se viene observando
que a la Corte, en sede del recurso extraordinario de casación, sólo le es permitido
atender peticiones de libertad apoyadas en el motivo 2° del artículo 415 del
Código de Procedimiento Penal, o lo relacionado con solicitudes de redención de
pena con fines del permiso administrativo de 72 horas, también dentro de lo
establecido en la normatividad pertinente, sin que la ley la faculte, a través de un
pedimento como el aquí propuesto, para efectuar modificaciones a la sentencia de
segundo grado en la forma deseada por el procesado, tema que sólo se puede
abordar al resolver la impugnación.

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Casación -Libertad-
• Fecha : 25/08/1999
• Decisión : Se abstiene de emitir pronunciamiento sobre libertad
inmediata
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : ARIAS VALENCIA, GILDARDO
• Delitos : Falsedad, Rebelión
• Proceso : 13435
• Publicada : Si
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LIBERTAD PREPARATORIA/ BENEFICIO ADMINISTRATIVO


1-. El artículo 148 de la Ley 65 de 1993, por la cual se adoptó el Código
Penitenciario y Carcelario, establece:

"Libertad preparatoria. En el tratamiento penitenciario, al condenado que no goce


de libertad condicional, de acuerdo con las exigencias del sistema progresivo y quien
haya descontado las cuatro quintas partes de la pena efectiva, se le podrá conceder la
libertad preparatoria para trabajar en fábricas, empresas o con personas de
reconocida seriedad y siempre que éstas colaboren con las normas de control
establecidas para el efecto."

"En los mismos términos se concederá a los condenados que puedan continuar sus
estudios profesionales en universidades oficialmente reconocidas."

"El trabajo y el estudio sólo podrán realizarse durante el día, debiendo el condenado
regresar al centro de reclusión para pernoctar en él. Los días sábados, domingos y
festivos, permanecerá en el centro de reclusión.

Antes de concederse la libertad preparatoria el Consejo de Disciplina estudiará


cuidadosamente al condenado, cerciorándose de su buena conducta anterior por lo
menos en un lapso apreciable, de su aconsejable consagración al trabajo y al estudio
y de su claro mejoramiento y del proceso de su readaptación social.
"La autorización de que trata este artículo, la hará el Consejo de Disciplina, mediante
resolución motivada, la cual se enviará al Director del Instituto Nacional Penitenciario
y Carcelario para su aprobación.

"La dirección del respectivo centro de reclusión instituirá un control permanente sobre
los condenados que disfruten de este beneficio, bien a través de un oficial de
prisiones o del asistente social, quien rendirá informes quincenales al respecto."

2-. Del precepto anterior surge como primera conclusión que el beneficio
administrativo denominado libertad preparatoria es autorizado por el Consejo de
Disciplina de los establecimientos carcelarios, aprobado por el Director del Instituto
Nacional Penitenciario y Carcelario INPEC, y favorece a los condenados
definitivamente y a aquellos que están pendientes de la sentencia de casación,
correspondiendo a la Sala pronunciarse provisionalmente sobre las rebajas de
pena por trabajo y estudio invocadas por los condenados cuyo recurso de casación
se encuentre en trámite, como medio para acreditar ante aquellas autoridades el
cumplimiento del presupuesto objetivo consistente en el descuento de las cuatro
quintas (4/5) partes de la pena efectiva.

En los términos del artículo 5° del Decreto 1542 de 1997, reglamentario de la Ley
65 de 1993, "se entenderá por pena efectiva el tiempo que lleve en privación de la
libertad el interno, más los descuentos legales que haya obtenido."

En este orden de ideas, si el procesado no ha descontado aún las cuatro quintas


partes de la pena efectiva, incluyendo todos los factores que contribuyen al
respecto, no es factible que la Sala reconozca períodos de redención, puesto que,
se insiste, la decisión con carácter provisional está destinada a que el Consejo de
Disciplina tenga noticia cierta sobre el cumplimiento de esa cifra objetiva,
contando para ello las penas redimidas, cuyo reconocimiento y determinación
pertenecen exclusivamente a la órbita del juez.

En segundo término, se infiere que la libertad preparatoria puede ser concedida a


todos los condenados en quienes converjan los requisitos señalados, sin importar
la naturaleza y modalidades del reato.

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Casación
• Fecha : 25/08/1999
• Decisión : Se abstiene de reconocer por ahora redención de pena
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : PARRADO DELGADO, MARTHA ASTRID
• Delitos : Porte ilegal de armas, Homicidio
• Proceso : 13219
• Publicada : Si
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TESTIMONIO
Las perplejidades o vacíos del testimonio, en cuanto repercutan en su incredulidad,
bien porque surjan de su contenido intrínseco, bien porque se hagan manifiestas
en su conexión con los demás medios probatorios, responden a la categoría del
error de hecho, únicamente cuando es ostensible y se hace explícita, la violación
de reglas lógicas, de ciencia o de experiencia, que constituyen los linderos dentro
de los cuales la sana crítica otorga soberanía al fallador en el acto de apreciar la
prueba.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR


Sentencia Casación
• Fecha : 25/08/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Rosa de Viterbo
• Procesado : CARDENAS BAYONA, JAVIER EDUARDO
• Delitos : Hurto agravado, Homicidio
• Proceso : 11196
• Publicada : Si
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26/08/1999

LIBERTAD PROVISIONAL-Trabajo, estudio o enseñanza-


Reglamentación
Cabe advertir que la Resolución 251 del 14 de julio del corriente año, emanada de
la Dirección de la Cárcel del Circuito Judicial de Cáqueza (Cund.), si bien es cierto
que en ella se reconoce a los internos el trabajo en las áreas de ornato y
embellecimiento, cafetería y ordenanzas, incluidos los domingos y festivos, a partir
de la vigencia de la Ley 65 de 1993 (fl. 47), también lo es que dicho acto
administrativo rige solamente a partir de la fecha de su expedición, como allí
expresamente se dijo, sin que pueda tener efectos retroactivos a la entrada en
vigencia de la mencionada ley, en primer término, porque en el artículo 79 del
Código Penitenciario y Carcelario establece el trabajo como obligatorio para los
condenados como medio terapéutico para los fines de su resocialización, el cual
debe ser organizado de acuerdo con las aptitudes y capacidades de cada interno,
pero en todo caso "...previamente reglamentado por la Dirección General del
INPEC ", y solo así podrán los Directores de cada establecimiento de reclusión, en
casos especiales y con la debida justificación autorizar a los reclusos a
cumplir labores específicas durante los domingos y festivos, mediante un acto
administrativo particular, no general y menos con efecto retroactivos con el fin de
convalidar actuaciones irregulares presentadas en el pasado, en franca oposición a
lo previsto en el artículo 100 de la Ley 65 de 1993 que perentoriamente establece
que "El trabajo, estudio o la enseñanza no se llevará a cabo los días domingos y
festivos", desde luego con la excepción ya dicha.

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Auto Casación
• Fecha : 26/08/1999
• Decisión : Niega libertad provisional
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cundinamarca
• Procesado : RIOS LEAL, KENNEDY ALBERTO
• Delitos : Hurto calificado y agravado, Porte de armas de defensa
personal
• Proceso : 14791
• Publicada : Si
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27/08/1999
REDENCION DE PENA-Trabajo carcelario/ DETENCION
DOMICILIARIA
Mientras el detenido preventivamente en un establecimiento carcelario debe
tolerar la intromisión del Estado en diversas esferas de su intimidad personal, en
tanto, que este le controla el horario para hacer actividades cotidianas como
levantarse, acostarse, comer, en fin, disponer de medios de comunicación, el
detenido preventivamente no soporta esa presencia permanente por estar en su
domicilio a cuyo interior no tiene acceso el control carcelario, pues de lo contrario,
la medida se terminaría extendiendo a quienes comparten dicho domicilio con el
afectado; de ahí que, no resulte de recibo la afirmación de (...) en el sentido de que
con el criterio sostenido por la Sala se vulnere el derecho a la igualdad, porque no
se trata, como en este caso, de darle tratamiento diferenciado a situaciones
idénticas.

En esta medida cobra especial importancia el término interno utilizado en la Ley 65


de 1.993, pues hace exclusiva referencia a quien se halla al interior de un
establecimiento carcelario, por manera que, las actividades programadas por cada
centro de reclusión sean aplicables únicamente a quienes están bajo su directa
custodia y responsabilidad, tal y como lo prevén los artículos 79 y 94 ibídem, en el
sentido de que, según la primera norma citada: "El trabajo en los establecimientos
de reclusión es obligatorio para los condenados como medio terapéutico adecuado
a los fines de la resocialización. No tendrá carácter aflictivo ni podrá ser aplicado
como sanción disciplinaria. Se organizará teniendo en cuenta las aptitudes y
capacidades de los internos, permitiéndoles dentro de lo posible escoger entre las
diferentes opciones existentes en el centro de reclusión. Debe estar previamente
reglamentado por la Dirección General del Instituto Nacional Penitenciario y
Carcelario". Y la segunda disposición, establece en cuanto a la educación y
enseñanza que, "La educación al igual que el trabajo constituye la base
fundamental de la resocialización. En las penitenciarías y cárceles habrá centros
educativos para el desarrollo de programas de educación permanente, como
medio de instrucción o tratamiento penitenciario, que podrán ir desde la
alfabetización hasta programas de instrucción superior. La educación impartida
deberá tener en cuenta los métodos pedagógicos propios del sistema
penitenciario, el cual enseñará y afirmará en el interno , el conocimiento y respeto
de los valores humanos , de las instituciones públicas y sociales, de las leyes y
normas de convivencia ciudadana y desarrollo de su sentido moral. En los demás
establecimientos de reclusión, se organizarán actividades educativas y de
instrucción, según las capacidades de la planta física y de personal, obteniendo de
todos modos, el concurso de las entidades educativas y culturales"; siendo aún
más claro el artículo 98 en cuanto a la redención de pena por enseñanza, pues allí
se establece que, "el recluso que acredite haber actuado como instructor de otros,
en cursos de alfabetización o enseñanza primaria, secundaria, artesanal o técnica
y de educación superior tendrá derecho a que cada cuatro horas de enseñanza se
le computen como un día de estudio, siempre y cuando haya acreditado las
calidades necesarias de instructor, educador, conforme al reglamento. El instructor
no podrá enseñar más de cuatro horas diarias, debidamente evaluadas, conforme
al artículo 81".

No queda, pues, ninguna duda de que las actividades propias de redención de


pena previstas en el Código Carcelario como mecanismo terapéutico a través del
cual el Estado asume directamente el tratamiento penitenciario, como medio
específico de la prevención especial en la lucha contra el delito, no tiene como
destinatarios a los detenidos domiciliariamente, pues éstos, se insiste, solamente
están sujetos a la vigilancia del cumplimiento de la medida por parte del INPEC,
que no al control directo propio de quien sí está sometido al rigor de la prisión.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Auto Casación
• Fecha : 27/08/1999
• Decisión : Se abstiene de reconocer redención de pena
• Procesado : SANCHEZ ALFONSO, JORGE ENRIQUE
• Proceso : 15736
• Publicada : Si
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DELITO COMPLEJO/ DELITO CONEXO/ REBELION/ DERECHO


INTERNACIONAL HUMANITARIO/ HOMICIDIO-Cometido en
combate
Así mismo, se confunde el delito complejo con los delitos conexos. El primero,
como lo ha sostenido la Sala, supone que las distintas conductas estructuran un
sólo hecho punible y los segundos la configuración de varios, jurídicamente
autónomos, pero conexos ideológica, consecuencial u ocasionalmente.*

Ahora bien, si el casacionista consideraba que el homicidio del agente de policía


era un hecho autónomo pero conexo con el de rebelión, se ha debido postular,
simplemente, falta de aplicación del artículo 127 del Código Penal y aplicación
indebida del artículo 29 del Decreto 180/88 (homicidio), por estimarse que a pesar
de ser un hecho punible autónomo debía quedar impune, por haber sido cometido
en combate por un rebelde y no constituir acto de ferocidad, barbarie o terrorismo.

Si lo pretendido era que se estaba en presencia de un delito complejo, al quedar el


homicidio comprendido en la rebelión, como elemento típico constitutivo de la
misma o circunstancia específica de agravación, se ha debido invocar, en cargo
separado y subsidiario, interpretación errónea del artículo 125 del C. P. (rebelión) y
aplicación indebida del artículo 29 del Decreto 180/88 (homicidio).

Pero, de todos modos, tampoco le asiste razón al recurrente.

Así, no es cierto que el homicidio del agente policial hubiera sido cometido en
combate "expresión que no puede ser entendida en términos abstractos de
confrontación política, ni de condición inherente o estado obvio y siempre presente
de la actividad subversiva. Si se aceptara esta interpretación, habría de concluirse
que todos los actos delictivos cometidos en desarrollo de la acción rebelde serían
sin excepción, actos ejecutados en combate, hipótesis de la cual no parte el
legislador".**

El combate comporta "un enfrentamiento armado de carácter militar, regular o


irregular, colectivo, determinado en tiempo y espacio, con el propósito de someter
al contrario y con el fin último de imponer un nuevo régimen constitucional o
derrocar al Gobierno Nacional por parte de los rebeldes.

"Confrontación que implica una lucha de contrarios, una reacción ante el ataque
que depende no solo de la capacidad de respuesta, sino que exige además la
posibilidad de que se pueda repeler" .***

Las normas del Derecho Internacional Humanitario que el impugnante cita como
inaplicadas, están contenidas en los cuatro Convenios de Ginebra de 1949 y en los
Protocolos Adicionales I y II de 1977, los que fueron aprobados por Colombia,
mediante las leyes 5 de 1960, 11 de 1992 y 171 de 1994, respectivamente, por lo
que están incorporados a la legislación interna.

Sin embargo, como lo señala el artículo 3°, común a los cuatro Convenios de
Ginebra y lo reiteró la Corte Constitucional al declarar exequible la ley aprobatoria
del Protocolo II, "…las normas humanitarias no surten efectos sobre el estatuto
jurídico de las partes en conflicto", conservando los Estados la potestad de regular
soberanamente los conflictos armados y de "someter a los rebeldes al derecho
penal interno, principio que también aparece ratificado por el artículo 3° del
Protocolo Adicional II, según el cual no pueden invocarse las normas de dicho
instrumento para justificar intromisiones extranjeras o ‘con el objeto de
menoscabar la soberanía de un Estado o la responsabilidad que incumbe al
gobierno de mantener o restablecer la ley y el orden en el Estado o de defender la
unidad nacional y la integridad territorial del Estado por todos los medios
legítimos’ (subrayas fuera del texto). En la referida sentencia de constitucionalidad
sobre el Protocolo II, con cita del jurista chileno Hernán Montealegre, se reflexiona
que ‘el derecho humanitario coexiste con el derecho interno, el que recibe su
aplicación general, y no afecta la condición jurídica de las partes contendientes
respecto a su posición legal o ilegal ante el recurso a la fuerza’ (hasta aquí el autor
invocado). Y continúa la Corte Constitucional, ‘el Estado sigue entonces
detentando el monopolio jurídico legítimo de la coacción, mientras que los alzados
en armas quedan sometidos a las penas previstas para delitos como la rebelión y
la sedición’ ". ****

En consecuencia, las normas del Derecho Internacional Humanitario tienen un


contenido y finalidad dirigidas a ampliar la cobertura de protección a la humanidad
y no a tipificar directamente los delitos ni señalar las sanciones, lo que
corresponde al régimen penal de cada país.

En el caso que nos ocupa, la legislación penal colombiana y, concretamente, el


artículo 29 del Decreto 180 de 1988, vigente para la época, reprimía el homicidio
con fines terroristas imputado al procesado, por lo que resulta improcedente
acusar la vulneración de las normas del Derecho Internacional Humanitario, que no
suspenden la vigencia de las normas nacionales, lo que constituye una razón más
para rechazar el cargo.

Además, no es cierto que las normas del D. I. H., legitimen la guerra o la existencia
de los conflictos armados internos o el recurso a instrumentos bélicos por grupos
armados irregulares o cualquier forma de ataque, sino que su filosofía, propósitos y
principios buscan humanizar la guerra, evitar sus excesos y limitar los medios y
métodos de acción, y, por lo tanto, no pueden ser sofísticamente interpretadas en
el sentido de que autorizan, permiten o legitiman conductas como las que ocupan
la atención de la Sala, sino que, por el contrario, aparece claro que las proscriben.

No es cierto, ni podría serlo, aplicando la más elemental racionalidad, que las


normas del D. I. H, cuya finalidad, como se vió, es proteger a la población civil en
los conflictos y evitar los métodos y medios crueles e insidiosos, autoricen
comportamientos como el que ocupa la atención de la Sala. Por el contrario, como
lo reconoce el recurrente, prohiben el terrorismo y protegen a la población civil, tal
como aparece en el artículo 13 del Protocolo II, que dice:

Protección de la población civil

"1. La población civil y las personas civiles gozarán de protección general contra los
peligros procedentes de operaciones militares. Para hacer efectiva esa protección, se
observarán en todas las circunstancias las normas siguientes:

"2. No serán objeto de ataque la población civil como tal, ni las personas civiles.
Quedan prohibidos los actos o amenazas de violencia cuya finalidad principal sea
aterrorizar a la población civil...".
_________________________________
*-. Ver, entre otros, casación 11.837, febrero 4/99, M. P. Dr. Fernando E. Arboleda Ripoll.
**-. Casación 11.837, febrero 4/99, M. P. Dr. Fernando E. Arboleda Ripoll
***-. Casación 12.661, mayo 27/99, M. P. Dr. Nilson Pinilla Pinilla.
****-. Segunda instancia. Rad. 12051, septiembre 25/96, M.P. Dr. Jorge A. Gómez Gallego. En el mismo
sentido Casación 12661, mayo 27/99, M.P. Dr. Nilson E. Pinilla Pinilla.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
• Fecha : 27/08/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : AHUMADA ALDANA, ROBERTO
• Delitos : Rebelión, Terrorismo, Homicidio con fines terroristas
• Proceso : 13433
• Publicada : Si
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CASACION DISCRECIONAL-Desarrollo de la jurisprudencia
El desarrollo jurisprudencial no puede per se, constituir razón simple y suficiente
para que se admita la impugnación extraordinaria excepcional, es necesario
además que se determine fundadamente de qué manera la decisión le brindaría
una solución distinta al caso, lo cual supone una exacta fidelidad a la realidad
procesal.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Casación Discrecional
• Fecha : 27/08/1999
• Decisión : Inadmite el recurso de casación excepcional
• Procedencia : Juzgado 42 Penal del Circuito
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : ZAPATA JARAMILLO, GILBERTO DE JESUS
• Procesado : URIBE GUTIERREZ, MAURICIO
• Delitos : Fraude mediante cheque
• Proceso : 15966
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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DEMANDA DE CASACION
Siendo que el recurso extraordinario de casación obedece a una metodología y
técnica propias, pues se trata de elevar juicios sobre la legalidad de las sentencias,
estando por ende sujeto al cumplimiento de una serie de requisitos técnico
formales, en la medida en que sólo procede por las causales previstas en el
artículo 220 del C.P.P., cada una de las cuales corresponde a un específico
fundamento teórico que debe respetarse a la hora de su demostración, dado que
con ello lo que se busca es socavar las bases de una sentencia que se ha proferido
una vez agotadas las instancias ordinarias, reiteradamente ha sostenido la
jurisprudencia de la Sala que es inepta la demanda a través de la cual, el
casacionista propende por suscitar o bien una revisión oficiosa del proceso, o bien
reabrir el debate probatorio, pues, se insiste, esa es labor que se entiende agotada
en las instancias.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Auto Casación
• Fecha : 27/08/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : RAMIREZ BERNAL, RAUL
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 14413
• Publicada : Si
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30/08/1999
NULIDAD/ DEMANDA DE CASACION
Si la nulidad ha sido concebida no sólo en interés de la misma ley sino y
principalmente como mecanismo garantista de los derechos fundamentales de los
sujetos procesales que intervienen en el proceso penal, y para preservar la
estructura de la investigación y el juzgamiento, su invocación debe tener una
clara y adecuada sustentación, lo cual significa que quien la impetre corre con la
carga de demostrar la existencia de la irregularidad argüida, así como el daño al
derecho fundamental presuntamente violado o el agravio que desquicia
sustancialmente las bases del proceso, a tal punto trascendente que la única forma
de procurar el restablecimiento debido lo constituye la declaratoria de nulidad
parcial o total de la actuación -principio de trascendencia (Art 308-2 del C. de P.
Penal)-.

A este respecto, conviene recordar el pensamiento de la Sala en punto de las


exigencias formales para plantear como tema de casación la violación al derecho
de defensa. Entre otras decisiones está la proferida en agosto 11 de 1998,
Radicado N° 13.029, M.P. Dr. Ricardo Calvete Rangel, donde se dijo:

"Para el tema concreto planteado, esto es, la presunta violación al derecho a la


defensa, no es suficiente extrañar que el defensor no hubiera pedido pruebas, o que
no hubiera interpuesto recursos, o que no se hubiera notificado personalmente de las
decisiones. Es necesario que se demuestre que con esa actitud se dejaron de allegar
elementos de juicio fundamentales para la decisión, o que no obstante ser evidente
que los intereses del procesado se lesionaron no hubo una oportuna impugnación.

(...) es precisamente la ley procesal la que autoriza las notificaciones por estado. Igual
aspaviento hace con la ausencia de recursos, desde luego sin intentar siquiera una
explicación sobre por qué estima que si se hubiera recurrido el auto de detención, la
resolución de acusación o la sentencia, la situación del procesado hubiera sido mejor.
¿Acaso ante la claridad de lo sucedido era viable demostrar la no responsabilidad? O
¿se podía esperar una pena más benigna (...)? ¿Cuáles fueron las pruebas de
descargos que se dejaron de practicar, y a qué aspecto tan importante conducían, de
modo que el hecho de no haberlas pedido lesionó el derecho de defensa?

"(...) hubiera sido interesante conocer qué fue lo que no hizo el defensor que afectó de
manera tan grave, como para llevar a la nulidad, la garantía de la defensa técnica.

"La respuesta a los anteriores interrogantes ha debido formar parte de la sustentación


del recurso, pues lo que se anotó en la demanda no es otra cosa que posibilidades
procesales cuya trascendencia se ignora porque el actor no la mencionó, mucho
menos intentó demostrarla (...)

"La actitud pasiva del defensor no es en sí misma indicativa de ninguna irregularidad,


pues como lo ha reiterado la jurisprudencia, hay casos, y éste podía ser uno de ellos,
en donde la mejor defensa es dejar que el Estado asuma toda la carga de la prueba
ante la evidencia de las que se pidan perjudican al acusado; o en donde no conviene
recurrir dado el acierto indiscutible o la generosidad del fallador. Esos pueden ser
también méritos de una buena defensa (...)."

Como bien lo ha expresado en múltiples ocasiones la Sala, pese a la aparente


simplicidad en su concepción, la causal tercera no escapa al rigor formal que exige
la técnica de la casación, puesto que la proposición del cargo no es de libre
formulación. Por tanto, el censor que aspire a su reconocimiento ha de motivar y
probar los fundamentos en que se apoya, señalando en concreto las
irregularidades sustanciales que presuntamente socavan las bases del proceso y/o
la manera como ellas afectan los derechos y garantías de los sujetos procesales,
no siendo de recibo las afirmaciones generales y abstractas o las concretas que no
se sustenten debidamente y no pongan de relieve la incidencia trascendente de la
irregularidad en el fallo acusado, de tal manera suficiente que, de no haberse
producido, otro hubiera sido el sentido del mismo.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Casación
• Fecha : 30/08/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Ibagué
• Procesado : ANGUIAR CIFUENTES, MELQUIS
• Delitos : Homicidio agravado
• Proceso : 13979
• Publicada : Si
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COMPETENCIA/ CAMBIO DE RADICACION


Frente a la preceptiva del artículo 83 del Código de Procedimiento Penal, en donde
se predica que el cambio de radicación podrá disponerse cuando en el territorio
donde se esté adelantando la actuación procesal, existan circunstancias que
puedan afectar el orden público, la imparcialidad o la independencia de la
administración de justicia, las garantías procesales, la publicidad del juzgamiento,
la seguridad del sindicado o su integridad personal; no observa esta Corporación
que en ninguno de los anteriores presupuestos se puedan ubicar los fundamentos
que esboza el defensor del procesado (...) para conseguir el cambio de radicación
demandado.

Frente al tema aquí analizada esta Corte ha dicho:

"Grave para la administración de justicia sería el aceptar que cada vez que los
funcionarios no acceden a las pretensiones de las partes, haya necesidad de cambiar
a los jueces naturales so pretexto de no ofrecer éstos garantía de imparcialidad. Pero
aún, extremando la hipótesis, en el supuesto de ser ilegales esas decisiones
judiciales, no habría lugar al cambio de radicación pues el ordenamiento señala
correctivos para esos eventos como serían la denuncia, si en verdad se tiene
convencimiento que la actuación es contraria a derecho; o la recusación, si existe
alguna causa específica para ello." (M.P. Dr. Dídimo Páez Velandia. Mayo 18 de 1993).

Y es cierto, si el procurador judicial del procesado (...) considera que con alguna
decisión el Juez Tercero Penal del Circuito de (...), ha faltado a sus deberes oficiales,
bajo su estricta responsabilidad, podrá poner en conocimiento de la autoridad
competente las supuestas irregularidades, si es que a su juicio ellas se han
presentado. Pero lo que no resulta sensato es presumir que dicho funcionario no
será imparcial sólo porque el denunciante ocupa en la rama judicial un cargo de
mayor categoría que el suyo. Ahora bien, si el acusado fundadamente considera
que en el juez de primera instancia se da alguna de las causales de impedimento
contemplado en el artículo 103 del C. de P. Penal, expedito tiene el camino para
intentar la recusación; toda vez que lo que se preserva con el cambio de radicación
no es la hipotética simpatía o el supuesto temor reverencial de un determinado
funcionario por una de las partes trabadas en conflicto sino el real o al menos
eventual riesgo de falta de imparcialidad o de independencia de todo la
administración de justicia en la región de donde se quiere erradicar el proceso.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Cambio de Radicación
• Fecha : 30/08/1999
• Decisión : Niega el cambio de radicación
• Procedencia : Juzgado 3 Penal del Circuito
• Ciudad : Villavicencio
• Procesado : ARTUNDUAGA SALAS, HUGO
• Delitos : Contaminación de aguas
• Proceso : 15952
• Publicada : Si
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31/08/1999

DETENCION DOMICILIARIA-Competencia para concederla


En cuanto a la petición subsidiaria consistente en que se le sustituya la detención
preventiva por la domiciliaria, la Corte no tiene competencia durante el trámite del
recurso extraordinario de casación, sino para atender peticiones relativas a la
libertad del procesado y las rebajas que le correspondan por las actividades
cumplidas durante la privación de la libertad (trabajo, estudio o enseñanza),
exclusivamente para acreditar ante las autoridades carcelarias el requisito
cuantitativo de la pena (una tercera 1/3 parte), para los efectos del beneficio
administrativo previsto en el artículo 147 de la Ley 65 de 1993.

La sustitución de la medida de aseguramiento de detención preventiva por la de


detención domiciliaria, está reservada a las etapas de investigación y juzgamiento,
luego corresponde exclusivamente a la Fiscalía y al Juez del conocimiento antes de
proferir sentencia de primer grado, otorgarla desde luego en aquellos casos en que
el procesado acredite suficientemente los requisitos para ello, es decir, los
previstos en el artículo 53 de la Ley 81 de 1993.

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Auto Casación
• Fecha : 31/08/1999
• Decisión : Niega suspensión de la detención, se abstiene de
considerar
solicitud de sustitución de la medida de aseguramiento,
ordena al Director de la Cárcel que realice las diligencias
de carácter administrativo
• Procesado : GIL MURILLO, JHON JAIRO
• Proceso : 11715
• Publicada : Si
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TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO/ SENTENCIA


ANTICIPADA-Irretractabilidad, imposibilidad de llegar a decisión
absolutoria
La Corte ha sido insistente en señalar que la aceptación voluntaria de
responsabilidad con miras al proferimiento de sentencia anticipada se rige por el
principio de irretractabilidad, en cuanto implica para el procesado la renuncia a
controvertir la prueba y el contenido de la acusación, y que si bien es cierto la
limitación del interés para recurrir consagrada en el citado artículo 37B está
referida al recurso de apelación, debe entenderse que también impera para la
casación, puesto que de no ser así, el recurso extraordinario se convertiría en un
mecanismo de burla de la restricción allí prevista (Cfr. Autos de mayo 6/97
Magistrado Ponente Dr. Gómez Gallego, y febrero 10/99 Magistrado Ponente Dr.
Arboleda Ripoll, entre otros).

En reiterados pronunciamientos la Sala ha sido clara en sostener que la naturaleza


jurídica de las formas de terminación anticipada del proceso, su configuración
legal, y las razones de política criminal que determinaron su incorporación en el
ordenamiento jurídico, repelen la posibilidad de que a través suyo el juzgador
pueda llegar a una decisión absolutoria respecto de los hechos y circunstancias
que han sido objeto de aceptación o acuerdo con el procesado, y que cuando no es
posible llegar a sentencia de condena porque está plenamente demostrado que el
hecho no ha existido, o que el procesado no lo ha cometido, o que la conducta es
atípica, o está amparada por una causal de justificación o inculpabilidad, todo esto
dentro del marco a la violación de las garantías fundamentales, el juzgador debe
abstenerse de proferir decisión de mérito e invalidar la actuación para retornarla al
procedimiento ordinario, lo cual ubicaría el ataque dentro del ámbito de la causal
tercera (Cfr. Casación de noviembre 26/98, Magistrado Ponente Dr. Arboleda
Ripoll).

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
• Fecha : 31/08/1999
• Decisión : Rechaza la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : SALAS GIRALDO, DURLANDY ALONSO
• Delitos : Hurto calificado y agravado, Porte de armas de defensa
personal
• Proceso : 13452
• Publicada : Si
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PROVIDENCIAS-En el proceso
Al tenor del artículo 179 del C. de P.P. las providencias que se dictan en la
actuación se clasifican en resoluciones, autos y sentencias, pero esta
sistematización no impide la emisión de providencias, tanto en la investigación
como en la etapa del juicio, cuyo contexto o puede abarcar determinaciones
paralelas pero autónomas en su naturaleza y alcance jurídico.

Al Fiscal, como acusador corresponde dictar resoluciones, que pueden ser de mero
impulso o interlocutorias, y al Juez los autos -también así clasificados- y las
sentencias; y es frecuente que uno y otros funcionarios expidan providencias que
involucran decisiones conjuntas pero como se ha dicho, esencialmente distintas,
que no siempre cuentan con idénticas posibilidades de impugnación, pues algunas
de ellas ni siquiera pueden ser objetadas por ser de mero cumplimiento.

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Sentencia Casación
• Fecha : 31/08/1999
• Decisión : No casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : ORJUELA CABALLERO, JAIME
• Delitos : Porte de armas de uso privativo de las F.M.
• Proceso : 14331
• Publicada : Si
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TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO/ SENTENCIA
ANTICIPADA-Interés para recurrir
Al haber sido confirmada en su integridad por el Tribunal Nacional el 19 de julio de
1995, fluye sin discusión la falta de interés del recurrente en casación, ya que
ningún agravio le reportó la sentencia impugnada extraordinariamente, respecto
de los motivos contemplados específicamente en el inciso 1° del numeral 4° del
artículo 5° de la Ley 81 de 1993 (artículo 37 B del Código de Procedimiento Penal),
pues, se reitera, la sentencia anticipada de primera instancia fue la consecuencia
de la aceptación irrestricta no solo de los cargos contenidos en la resolución de
acusación, sino también de su responsabilidad en los hechos motivo de
juzgamiento, motivo por el cual se impone la desestimación de la demanda.

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Sentencia Casación
• Fecha : 31/08/1999
• Decisión : Desestima la demanda
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : NUÑEZ ARCIA, JOSE MANUEL
• Procesado : NUÑEZ HERAZO, EDISON DE LA CRUZ
• Delitos : Hurto calificado, Porte de armas de defensa personal,
Secuestro extorsivo
• Proceso : 12239
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION
La viabilidad del recurso de casación interpuesto contra una determinada
sentencia, de conformidad con el artículo 225 del C. de P.P., está demarcada por la
estructuración formal de la demanda con la cual se fundamentan las censuras
encaminadas a discutir la doble presunción de acierto y legalidad que ampara esa
decisión de segundo grado, y puede no llegar a consolidarse si en ese escrito se
omiten cualquiera o todos los supuestos de forma que tal disposición contempla,
caso en el cual debe ser rechazada de plano ante la declaración de deserción del
recurso que ordena expedir el artículo 226 de la misma obra.

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Auto Casación
• Fecha : 31/08/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Neiva
• Procesado : GONZALEZ, HERNANDO
• Delitos : Peculado por apropiación
• Proceso : 15914
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION/ VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY
De acuerdo con el artículo 225-2 del C. de. P. P., uno de los requisitos formales de la
demanda de casación es la síntesis de la actuación procesal. En el capítulo que
bautiza con ese nombre, el demandante narra lo acontecido a los pocos días del
homicidio, incluyendo un allanamiento, una orden de captura, una versión libre y
la recepción de varias pruebas tanto durante la instrucción como dentro del juicio.
Es decir, se refiere más que todo a algunas diligencias pero no a lo realizado en
detalle por las autoridades judiciales. Esta exigencia, así, ha sido presentada en
forma más que precaria.

Cuando se acude a la violación indirecta por falso juicio de identidad, es


imprescindible demostrar que de manera ostensible, notoria, patente, el juzgador
ha tergiversado, desfigurado, el contenido fáctico de algún medio probatorio en
particular. El censor no solamente no lo hizo sino que ni siquiera lo insinuó.
Simplemente enunció la forma de error y nada más sin decir, por ejemplo, qué le
quitó, que parceló o que le agregó el juzgador a esta o a aquella prueba.

Si se invoca la violación indirecta es trascendente mostrar cómo se unen, en


perfecta relación causal, de medio a fin, la quiebra de las pruebas y la
subsiguiente ruptura de las normas sustanciales.

Magistrado Ponente: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Casación
• Fecha : 31/08/1999
• Decisión : Rechaza la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Antioquia
• Procesado : SEPULVEDA VARGAS, ENRIQUE
• Delitos : Porte ilegal de armas, Homicidio agravado
• Proceso : 14094
• Publicada : Si
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01/09/1999

LIBERTAD PROVISIONAL/ NARCOTRAFICO


Tratándose del hecho punible contemplado en el artículo 33 de la Ley 30 de 1986,
por la cual se adoptó el Estatuto Nacional de Estupefacientes, podría alcanzar su
libertad provisional en el evento de reunir a cabalidad los requisitos establecidos
en el artículo 72 del Código Penal, entre ellos haber cumplido las dos terceras (2/3)
partes de la condena, y que su personalidad, su buena conducta y sus
antecedentes de todo orden, permitan suponer fundadamente su readaptación
social.

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO


Casación -Libertad-
• Fecha : 01/09/1999
• Decisión : Niega libertad provisional
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : BARRIENTOS PORRAS, HELIOS DE JESUS
• No recurrente : VERGARA BETANCUR, FREDY ALBERTO
• Delitos : Violación a la Ley 30/86
• Proceso : 14926
• Publicada : Si
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02/09/1999

IN DUBIO PRO REO


Cabe recordar que cuando se trata de demandar el in dubio pro reo existen dos
alternativas para su reclamación: la primera, cuando el sentenciador admite su
existencia pero en la parte resolutiva de la decisión condena, evento en el cual el
ataque debe formularse bajo los postulados de la violación directa. La segunda,
cuando el fallo no lo reconoce, existiendo y, por lo tanto, condena o lo admite,
inexistiendo y, en consecuencia, absuelve, en ambos casos, por haberse incurrido
en errores de hecho o de derecho, evento en el cual la censura debe dirigirse bajo
los lineamientos de la violación indirecta.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Auto Casación
• Fecha : 02/09/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Bucaramanga
• Procesado : ARIAS GARCIA, FABIO
• Delitos : Lesiones personales, Homicidio
• Proceso : 14245
• Publicada : Si
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PRESCRIPCION
El artículo 80 del Código Penal establece que la acción penal prescribe en un
tiempo igual al máximo de la pena fijada en la ley, si fuere privativa de la libertad,
tomando en cuenta las circunstancias de atenuación y agravación concurrentes,
sin exceder de 20 años ni ser inferior a cinco.

A su turno, el artículo 84 ejusdem determina que la prescripción de la acción penal


se interrumpe por el equivalente del auto de proceder, debidamente ejecutoriado,
empezando a correr de nuevo por tiempo igual a la mitad del señalado en el
artículo 80, sin bajar de cinco años.

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Auto Casación
• Fecha : 02/09/1999
• Decisión : Declara prescrita la acción penal
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cartagena
• Procesado : SALADEN HERNANDEZ, HERNANDO
• Delitos : Tentativa de homicidio
• Proceso : 13641
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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RECURSOS-Interés para recurrir


Para que procedan los recursos, tanto los ordinarios como el extraordinario, es
menester que se cumplan dos requisitos, a saber: que se esté legitimado, esto es,
que se trate de un sujeto procesal a quien la ley faculta para impugnar, y que se
tenga interés, que se manifiesta en el agravio o perjuicio inferido con la decisión.

Y para que haya interés en el recurrente en casación es necesario, además, que


haya apelado la sentencia de primera instancia, pues una actitud pasiva reflejaría
que consiente el perjuicio, que está conforme con lo resuelto; o, en su defecto, que
el fallo de segunda instancia haya desmejorado su situación en virtud de la
apelación interpuesta por otro sujeto procesal, o que el superior haya examinado
la providencia en razón del grado de competencia funcional de la consulta, pues
mientras no se produzca la de segunda instancia, no puede saber el sentido
definitivo del fallo, ya que el superior puede decidir sin limitación sobre la
providencia o la parte pertinente de ella, o que la casación verse sobre nulidades.

A veces la falta de interés aparece desde cuando se interpone el recurso,


alternativa en la cual no debe concederse y si equivocadamente se procede a ello,
deberá decretarse la nulidad del trámite ilegalmente adelantado. En otras
ocasiones, la falta de interés sólo viene a concretarse al conocerse las
pretensiones de la demanda de casación, evento en el cual deberá rechazarse in
limine la misma y declararse desierto el recurso. Pero puede acontecer que el
libelo se admita, caso en el cual, al decidir el recurso, se desestimará la demanda.

"... pues siendo que la decisión que correspondería es la del fallo para decidir sobre
las pretensiones del casacionista y para ello tiene que haberse cumplido las
exigencias sustantivas y procesales previstas por la ley como supuestos, la
subsistencia del hecho generador del vicio lo impide, ya que como sucede en casos
como el presente, la falta de interés para recurrir por parte del demandante para
formular un ataque como el que ha presentado, continúa produciendo, material y
jurídicamente, los mismos efectos negativos atribuibles desde el momento en que se
recurrió el fallo del Tribunal, no quedándole otra alternativa a la Corte que la de
desestimar oficiosamente la demanda, pues la simple inadvertencia de la causa a la
hora de concederse el recurso o de inadmitirse la demanda no hace que el vicio
pierda eficacia, sino que lo que era causa de rechazo o inadmisión se convierta en
causa de desestimación, ya que todo depende de la fase procesal en que se tome la
decisión, pues el auto de admisión erróneamente proferido, no obliga a tomar decisión
alguna de fondo al estudiar los reparos hechos a la sentencia del Tribunal y
determinar el vicio o la índole de la pretensión, dado que carece de fuerza vinculante
no porque se estime ilegal, sino porque carece de efecto, y pensar en atribuirle
capacidad saneadora al auto de admisibilidad equivaldría, como se ha dicho, a
comprometer a la Corte en el nuevo error de asumir una competencia de que carece,
la cual queda limitada exclusivamente a tomar esta decisión, dado que el objeto de
fallo, como es la demanda, no puede proferirse ante su ineptitud". (Casación N°
10.391, 20 de abril de 1999. M. P. Dr. Carlos Augusto Gálvez Argote.).

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
• Fecha : 02/09/1999
• Decisión : Desestima la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Ibagué
• Procesado : GALLEGO, OSCAR ALBERTO
• Delitos : Hurto calificado y agravado, Homicidio agravado
• Proceso : 10498
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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CIRCUNSTANCIAS DE AGRAVACION PUNITIVA/ ESTADO DE


INFERIORIDAD/ SANA CRITICA/ FLAGRANCIA
Como lo ha afirmado la Corte al referirse al estado de inferioridad de la víctima,
"en tal hipótesis, el agente despliega comportamiento insidioso, asechante,
alevoso, utiliza el mecanismo avieso y solapado del veneno o emplea cualquier
otro artificio que coloque al sujeto pasivo en condiciones desventajosas para
intentar con fortuna reacción tempestiva a la letal agresión. -Y para la indefensión-
el actor no necesita utilizar ninguno de aquellos subterfugios para lograr su
propósito homicida, porque el destinatario de la acción se encuentra ya en
situación personal desventajosa -enfermo, dormido, minusválido, drogado-
inferioridad ésta que aprovecha para consumar sin riesgo y con mayor seguridad
el homicidio." (Sentencia de junio 12 de 1.981, M.P. Dr. Alfonso Reyes Echandía).

El Juez no tiene la obligación de respetar una determinada tarifa legal, como que
debe someterse a las reglas de la lógica, la ciencia y la experiencia, sino porque es
deber del casacionista demostrar no el valor que la ley le asigna o niega a cada
prueba, sino cómo el sentenciador desconoció las reglas que rigen la sana crítica
en la labor intelectiva de sopesar razonablemente el grado de credibilidad, que
conforme a tales parámetros merece cada medio de convicción.

Una cosa es que el agente sea visto e identificado o individualizado al momento de


cometer el ilícito, lo cual constituye la flagrancia como tal, y otra que además de
eso se produzca la captura en esas circunstancias, pues no siempre sucede, la
experiencia ha demostrado, que a pesar de la situación de flagrancia se produzca
la consiguiente captura.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
• Fecha : 02/09/1999
• Decisión : Desestima la demanda y en consecuencia no casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : FLOREZ PALACIO, JHON JAIRO
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio agravado
• Proceso : 10788
• Publicada : Si
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LIBERTAD PROVISIONAL-Delitos excluidos de la Ley 415 de
1997
Consistiendo los delitos en hurto agravado y calificado, y acceso carnal violento,
igual que sus conexos, lesiones personales y porte ilegal de armas, todos excluidos
de los beneficios introducidos por la Ley 415 de 1977, podría alcanzar su libertad
provisional en el evento de que en su favor convergieran a cabalidad los requisitos
establecidos en el artículo 72 del Código Penal, entre ellos haber cumplido las dos
terceras (2/3) partes de la condena, y que su personalidad, su buena conducta en
el establecimiento carcelario y sus antecedentes de todo orden, permitan suponer
fundadamente su readaptación social.

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Casación -Libertad-
• Fecha : 02/09/1999
• Decisión : Niega libertad provisional
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : MOSQUERA MOSQUERA, JUAN INOCENCIO
• Delitos : Acceso carnal violento, Lesiones personales, Hurto calificado y
agravado, Porte de armas de defensa personal
• Proceso : 13006
• Publicada : Si
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IMPEDIMENTO-Amistad íntima o enemistad grave


Resulta incuestionable del claro contenido del numeral quinto (5°) del artículo 103
del Código de Procedimiento Penal, modificado por el artículo 15 de la Ley 81 de
1993, que la causal allí contemplada se presenta "Cuando exista amistad íntima o
enemistad grave entre alguno de los sujetos procesales y el funcionario judicial".

Dicha causal de impedimento o de recusación (amistad íntima o enemistad grave),


tiene que ser recíproca y actual, es decir, un sentimiento mutuo suficiente para
que el funcionario judicial no pueda administrar justicia con la libertad y
ecuanimidad debidas, ya que su ánimo se encontraría perturbado por hechos
(afecto o resquemor) que indiscutiblemente le impedirían obrar con imparcialidad
en las decisiones que por su cargo debe adoptar en el caso sometido a su
consideración.

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Auto Recusación
• Fecha : 02/09/1999
• Decisión : Declara que no existen motivos para separar del
conocimiento
al Dr. Lombana Trujillo
• Procedencia : Tribunal Superior
• Ciudad : Militar
• Procesado : CIFUENTES MEDINA, OSCAR
• Delitos : Hurto agravado, Porte ilegal de armas
• Proceso : 16098
• Publicada : Si
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ERROR EN LA DENOMINACION JURIDICA DE LA INFRACCION/
DEMANDA DE CASACION/ NULIDAD
1-. El error en la denominación jurídica se demanda en casación por la causal
tercera, es decir, la única manera de subsanar tal yerro es buscando invalidar la
calificación. Si no se plantea de esa forma, resulta imposible dictar sentencia de
reemplazo pues ello conduciría a la creación de incongruencia entre la sentencia y
el pliego de cargos.

Mucho se ha dicho, y es jurisprudencia tradicional, que cuando se acude a la


violación directa de la ley sustancial como causal de casación está vetada al
impugnante la referencia al material probatorio pues que éste, en sí, se acepta
como se encuentra. No obstante, cuando el casacionista se ocupa de los requisitos
tanto del peculado como del abuso de confianza, escribe:

"…. un elemento que debe estar demostrado para hablar del delito…. es la apropiación,
porque en cualquiera de las descripciones de las correspondientes conductas tiene que
aparecer nítida, plenamente demostrada, la ‘apropiación’. El ingreso de una determinada
cantidad de dinero o de unos bienes al patrimonio individual y privado de quien o quienes se
supongan autores de la apropiación. Y, en el afán, vuelvo a decirlo, de hallar una norma
adecuada para que quedara el caso en manos de la justicia penal militar, toda la actividad
procesal se derivó a la dialéctica correspondiente. Pero no hubo actividad investigativa, ni
por tanto demostrativa de ese aspecto sustancial del delito. Y sin él, pues sencillamente el
tipo penal, el delito no se da completo. Dónde se ha demostrado el acto de la apropiación?;
dónde una averiguación sobre el aumento patrimonial?; qué bienes ha adquirido, que no
tuviera antes, el sargento Torres Gutiérrez?; qué cuenta corriente que antes no tuviera o en
qué forma se ha aumentado?; qué vehículos, qué cambios en su vida personal y familiar se
han advertido?; cosas todas estas que habrían permitido, por inferencia, la afirmación de la
apropiación. Tal aspecto fundamental de los delitos, cualquiera que sea su calificación, no
aparece ni siquiera investigado; mucho menos demostrado. Cómo no concluir, entonces,
que hay un error ( la H. Corte jurisprudencialmente lo tiene aclarado) en la apreciación de
la prueba (que no existe al respecto) sino, más aún, en suponer una prueba de apropiación
que no existe …" ( Fl. 14 de la demanda).

2-. De largo tiempo, la Corte ha dicho, ceñida al mensaje de la ley, que dentro de la
demanda se pueden exponer varios cargos, incluso excluyentes, pero que se tiene
que hacer de manera separada, cada uno con su propio sustento.

También se sabe, por el principio de prioridad, que cuando se acude a varios


cargos y uno de ellos es la nulidad, el referente a ésta debe ser expuesto en forma
principal. El orden señalado es una regla de casación establecida con mucho tino.
Sin embargo, como ya fue señalado, el casacionista rompe el principio en su
escrito porque, primero, al inicio, indica que acude a dos causales: la violación
directa de la ley sustancial y, después, la nulidad (Fl. 4 de la demanda); segundo,
porque desarrolla así, en este orden: sustentación de la causal primera (Fl. 5 de la
demanda), segundo aspecto de la causal primera (Fl. 12) y, finalmente, causal
tercera (Fl. 15); y por último, porque en las conclusiones considera que se ha
violado la causal primera de casación "… y, en segundo lugar… . ", se hace
actual "… la causal tercera de casación…"

Magistrado Ponente: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Casación
• Fecha : 02/09/1999
• Decisión : Rechaza la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior
• Ciudad : Militar
• Procesado : TORRES GUTIERREZ, CENON TORCUATO
• Delitos : Peculado por apropiación
• Proceso : 13787
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION/ FALSO JUICIO DE LEGALIDAD


Cualquiera que sea la causal que se invoque, la demanda de casación no es de
libre elaboración y debe ceñirse a los requisitos establecidos por el artículo 225 del
Código de Procedimiento Penal, entre los cuales está el señalamiento de la
preceptiva que se estime infringida y la indicación clara, precisa y completa de los
fundamentos, en armonía con la naturaleza del quebrantamiento aducido, además
de demostrar la trascendencia del yerro en la decisión.

No se trata de señalar cualquier error, sino la existencia de una falla sustancial y su


incidencia en la estructura del proceso, en la medida en que haya ocasionado una
alteración de las bases esenciales de la instrucción o del juzgamiento, de
conformidad con la causal de nulidad invocada.

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Auto Casación
• Fecha : 02/09/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : ESPINOSA TORRES, ENRIQUE
• Delitos : Rebelión
• Proceso : 15125
• Publicada : Si
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CASACION DISCRECIONAL/ TERCERO CIVILMENTE


RESPONSABLE
De conformidad con el inciso final del artículo 218 del Código de Procedimiento
Penal, resulta evidente que el recurrente carece de legitimidad para solicitar que la
Corte le admita el recurso de casación por la vía discrecional.

En efecto, el legislador contempló tal especie del recurso extraordinario, para


aquellas sentencias que no cumplan con los requisitos de procedibilidad para
acceder a la común, cuando la Sala lo considere necesario para el desarrollo de la
jurisprudencia o la protección de los derechos fundamentales. Además, sólo
legitimó a determinados sujetos procesales para acudir a este medio de
impugnación, entre los cuales no incluyó al tercero civilmente responsable.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Casación Discrecional
• Fecha : 02/09/1999
• Decisión : No concede el recurso de casación discrecional
• Procedencia : Juzgado Segundo Penal del Circuito
• Ciudad : Neiva
• Procesado : TABARES AMEZQUITA, RAFAEL
• Delitos : Lesiones personales culposas
• Proceso : 16207
• Publicada : Si
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LIBERTAD PROVISIONAL-Normatividad
El artículo 72A del Código Penal dispone que con excepción de los delitos de:
Enriquecimiento ilícito; homicidio agravado o lesiones personales agravadas por
virtud de las causales 2, 4, 5 y 8 del artículo 30 de la ley 40 de 1993; secuestro;
extorsión; hurto calificado; los delitos dolosos previstos en la ley 30 de 1986; los
delitos previstos en el decreto ley 2266 de 1991, excepto los de porte ilegal de
armas de defensa personal, interceptación de correspondencia oficial, utilización
ilegal de uniformes o insignias y, amenazas personales o familiares; los delitos
previstos en la ley 190 de 1995, excepto cohecho por dar u ofrecer, prevaricato y
utilización indebida de información privilegiada; los delitos previstos en las leyes
360 y 365 de 1997; y los delitos conexos con todos los anteriores, los cuales
continuarán bajo el régimen del artículo 72 del Código Penal, el Juez concederá la
libertad condicional al condenado a la pena privativa de la libertad mayor de tres
años, cuando haya cumplido las tres quintas partes (3/5) de la condena, siempre
que haya observado buena conducta en el establecimiento carcelario.

Magistrado Ponente: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Casación -Libertad-
• Fecha : 02/09/1999
• Decisión : Niega libertad
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : ZAPATA ARBOLEDA, BEINOR HERNANDO
• Delitos : Tentativa de homicidio, Falsedad marcaria
• Proceso : 13609
• Publicada : Si
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CASACION-Impugnación
Tampoco se podía conceder con fundamento en que era conexo al concierto para
delinquir, cuyo máximo de pena a la sazón era de 6 años de prisión, pues aunque
la Sala ha aceptado que la conexidad a que se refiere la norma no es la restringida
del artículo 87 del C. de P.P., sino que es más amplia, comprendiendo los delitos
que se deciden en la misma sentencia, como ocurrió en este caso, para la
procedencia del recurso, de todos modos es necesario que se haya impugnado el
fallo por el delito cuyo máximo punitivo lo admite o por lo menos que se haya
condenado por él al recurrente, así su cuestionamiento sólo se relacione con los
conexos.

Aunque aceptáramos que lo pretendido fue interponer la casación discrecional,


cuya admisión o inadmisión es de competencia exclusiva de la Corte, al tenor del
inciso final del artículo 218 del C. de P.P., era necesario que dentro del término de
los 15 días siguientes a la última notificación de la sentencia de segunda instancia,
lo sustentara, esto es, que expresara, así fuera brevemente, los motivos para que
se le concediera, que no pueden ser otros que la protección de un derecho
fundamental vulnerado en las instancias o la necesidad de desarrollar la
jurisprudencia, sin que fuera aún la oportunidad, como erróneamente lo cree, para
presentar la pertinente demanda.

En los casos en que el recurso es concedido por la Corte, el expediente es devuelto


al tribunal o juzgado de origen, con el fin de que allí se corra el traslado de que
trata el artículo 224, dentro del cual si se deberá presentar la demanda, con el
rigor técnico exigido por la ley.

Por lo tanto, no es cierto, como lo asevera la recurrente, que en la casación por la


vía discrecional se viole el principio de igualdad con relación a la común, pues en
ambos hay un término de 30 días para confeccionar el libelo de demanda.

La única diferencia, en cuanto a la sustentación, radica en que la primera debe


sustentarse, sin formalismos de ninguna clase, en el término de ejecutoria de la
sentencia de segunda instancia, requisito que no se exige para la común, para que
la Corte disponga de unos mínimos elementos de juicio que le permitan determinar
si la concede o no.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Recurso de Hecho
• Fecha : 02/09/1999
• Decisión : No concede el recurso extraordinario de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : RODRIGUEZ ROMERO, NOHORA CECILIA
• Delitos : Cohecho, Concierto para delinquir
• Proceso : 16020
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION/ LEGITIMA DEFENSA/ DOLO/ ERROR


DE HECHO
En reiteradas ocasiones la jurisprudencia de esta Sala ha puesto de presente la
inocuidad de las demandas cuyos planteamientos referentes a errores de hecho
dejan de mencionar las pruebas sobre las cuales se materializa el error y su clase
-si falso juicio de existencia por omisión o suposición, o falso juicio de identidad-,
así mismo la incidencia de éste en el fallo.

Y esta exigencia casacional se hace igualmente insoslayable tratándose de casos


en los que se busca quebrar el fallo para ser reemplazado por el que reconozca la
justificación, toda vez que la legítima defensa es de aquéllos institutos penales que
para su reconocimiento exigen la concurrencia de todos los elementos que la
configuran -existencia de la agresión, actualidad o inminencia, dirección hacia
derecho propio o ajeno, necesidad de defensa, proporcionalidad-, y si el
desamparo de la censura llega a extremos en los que ni siquiera se puede otear
cómo cada uno de los factores de la justificante muestran real existencia a través
de pruebas sobre las cuales cometió el error el funcionario, es forzoso concluir que
no hay juicio técnico, con la inmediata consecuencia de conservar el fallo la
incolumidad por sus notas de acierto y legalidad no desvirtuadas.

Es preciso recordar que el derecho penal en nuestro medio es de acto, con la


inmediata consecuencia de que el elemento interno o subjetivo del autor, no
puede menos que descubrirse a través de los diferentes medios probatorios, los
mismos que habrán de reportar la intención, elemento este de vital importancia
para la determinación del tipo referido a un ataque contra la vida o contra la
integridad personal.
Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
• Fecha : 02/09/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Recurrente : ROJAS SALCEDO, JOSE EFREN
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 10559
• Publicada : Si
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DEFENSA TECNICA/ COLISION DE COMPETENCIA-Trámite/


APELACION/ CONFESION/ TERMINACION ANTICIPADA DEL
PROCESO/ SENTENCIA ANTICIPADA/ REDENCION DE PENA
El ejercicio de la defensa técnica. No puede desconocerse que, de acuerdo con
el artículo 29 de la Constitución Política, la defensa material y técnica se impone
en ambas fases del proceso penal colombiano (investigación y juzgamiento). En
este orden de ideas, hoy en día no es posible pretextar que dicha garantía tuvo
cumplida vigencia durante la segunda etapa, y entonces que, como se trata de
actos más avanzados del proceso, con ello se enjugaría cualquier falencia ocurrida
en la fase de la investigación.

Sin embargo, una vez establecido que la defensa no puede faltar en ninguno de los
dos estadios procesales, sería exageradamente formal exigir que paso a paso en la
instrucción, cualquiera sea la naturaleza de ellos, la participación del defensor sea
inexorable. No, en realidad existen actuaciones que no pueden practicarse sin la
presencia del defensor, tales son las que demandan la asistencia e intervención
del procesado (indagatoria, examen del imputado en el lugar de los hechos,
reconocimiento en fila de personas, sentencia anticipada, audiencia especial, etc.),
en cuyo caso podría generarse una inexistencia (art. 161 C. P. P.), u otras en las que
legalmente se dispone la presencia del defensor, aunque allí no se encuentre el
sindicado (reconocimiento por medio de fotografías); pero, cumplidos aquellos
insoslayables preceptos, el examen de la garantía de defensa técnica debe
hacerse en el contexto y la realidad global de cada fase procesal, con tal de que
los funcionarios judiciales no hayan entorpecido la oportunidad de contradicción o
defensa para todos los sujetos procesales.

Sobre el supuesto de que la competencia la determina exactamente la ley y no la


voluntad de las partes, el trámite de colisión de competencias reviste unas
características especiales, dado que el juez que la proponga se dirigirá al otro
exponiendo los motivos para conocer o no del caso concreto. El juez requerido, a
su turno, si no está de acuerdo, contestará con la presentación de sus razones y de
una vez enviará el expediente al funcionario judicial competente para resolver el
conflicto, el cual lo hará de plano dentro de los tres días siguientes (art. 99 C. P. P.).

Similar previsión se hace en el artículo 470 del Código Penal Militar, pues la
ininterrupción en el intercambio de criterios de los funcionarios confrontantes y la
decisión de plano del conflicto, son datos que enseña cómo son ajenas a dicho
trámite las notificaciones y, obviamente, también los recursos, pues, por la
dinámica legal del incidente, se entiende que es indispensable una decisión rápida
de aspecto tan prevalente y de interés público como es la competencia, porque de
todas maneras la definición concreta del juez natural está garantizada por el
acuerdo responsable de los jueces que se pretenden o se niegan como
competentes, o, en caso de repulsa, por la intervención final de un superior
funcional común a los enfrentados.
Las providencias que declaran desierto el recurso de apelación o las que lo
deniegan por improcedente, no son interlocutorias sino de sustanciación
especiales, decisiones que por su naturaleza jurídica sólo admitirían el recurso de
reposición y/o de hecho (C. P. P., arts. 186, 199 y 204). De otra parte, la
declaración de desierto sólo está prevista para el recurso de apelación que no se
sustenta, no para aquel que se interpone fuera de tiempo, pues en este último
caso simplemente se deniega (idem, art. 215).

No preveía el artículo 37 original del Decreto 2700 de 1991 (Código de


Procedimiento Penal), el pretendido derecho a la información anticipada al
imputado, desde la diligencia de indagatoria, en relación con los eventuales
beneficios por confesar el delito o facilitar terminación prematura del proceso.
Tampoco lo hacen los vigentes textos de los artículos 37, 37A y 37B, resultantes de
las modificaciones que al instituto le hizo la ley 81 de 1993.

Eso sí, ya en el curso de la audiencia especial para terminación anticipada, una vez
producido el acuerdo entre el fiscal y el procesado, los protagonistas declaraban su
contenido ante el juez, quien debía ordenar su consignación por escrito en el acta,
y, adicionalmente, dicho funcionario (no el fiscal) tenía la obligación de
"explicarle al sindicado los alcances y consecuencias del acuerdo y las
limitaciones que representa a la posibilidad de controvertir su
responsabilidad…" (se ha resaltado).

Ahora bien, salvo el tema de las notificaciones, el derecho a la información al


imputado, y el correlativo deber que tendría el funcionario, sólo están previstos en
los artículos 283 y 377 del Código de Procedimiento Penal. De acuerdo con el
primero, el fiscal o el juez siempre harán saber al imputado sobre el derecho a no
declarar contra sí mismo ni contra las demás personas indicadas en la norma, por
estar ellas dentro de su convencional círculo de solidaridad. Y el segundo precepto
consagra los derechos que deben informarse al capturado, entre los que no
cuentan los de la existencia de eventuales beneficios por confesión o terminación
anticipada.

No sería lógico que la norma del artículo 37 (no modificado) consagrara tal derecho
a la información de beneficios, pues, por algo despuntaba su texto con el
señalamiento de que la terminación anticipada del proceso se podía realizar por
"iniciativa del fiscal o del sindicado". De modo que, si el funcionario advertía
las condiciones para terminar anticipadamente el proceso, después de proferida la
apertura de instrucción, simplemente dictaba la resolución en la que fijaba fecha y
hora para celebrar la respectiva audiencia especial, mas en manera alguna tenía
que sugerirle veladamente la diligencia al procesado, por medio de una
información del contenido abstracto de la ley que se supone conocido por todos los
ciudadanos, máxime si se ha determinado que aquél estaba asistido por un
defensor experto en derecho. Desde luego que esa iniciativa del fiscal contenía
una considerable dosis de prejuzgamiento y prepotencia estatal, lo cual condujo a
la saludable reforma para que el trámite de sentencia anticipada sólo fuera
provocado por el sindicado (art. 37 actual).

En sentido contrario a lo pretendido por el impugnante, la Constitución y la ley


procesal penal regulan escrupulosamente no sólo la garantía de la no
autoincriminación, sino también el derecho del imputado a que los funcionarios
judiciales le informen sobre el contenido de la misma (Const. Pol., art. 33 y C. P. P.,
art. 283). En tal sentido, los fiscales y los jueces deberán observar prudencia e
integridad si se deciden a informar al procesado sobre los beneficios por confesión
o terminación anticipada o colaboración eficaz, sobre todo entregando totalmente
los datos relacionados con lo que puede conseguir en su favor y también con las
limitaciones que comporta su renuncia a refutar la acusación, pues no vaya a ser
que tras esa comunicación judicial con el imputado se esconda el deseo personal y
egoísta de liberarse rápidamente de un expediente más, o que las instrucciones
del funcionario se conviertan en un instrumento para presionar autoacusaciones
falsas, o que en cualquier caso su actitud sirva para sobornar la voluntad del
sindicado que debe ser transparente y libre para esos efectos.

De otra parte, el sindicado adquiere el derecho a una rebaja de pena cuando


admite la responsabilidad, no antes o con la sola información o el solo
conocimiento de la norma que lo prevé, motivo por el cual envuelve petición de
principio aseverar que la judicatura lo privó de una rebaja de pena por no haberlo
enterado de una eventualidad, cuando ahora es imposible demostrar que el
procesado sí acogería positivamente esa sugerencia de terminación anticipada y
además, llegada la hora de la diligencia, también aceptaría los cargos formulados.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
• Fecha : 02/09/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Recurrente : CASTAÑO RUBIANO, CESAR AUGUSTO
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
• Proceso : 11050
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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DEMANDA DE CASACION
La demanda de casación no es un escrito de libre índole, pues siendo el recurso
extraordinario un enjuiciamiento técnico que se efectúa sobre la sentencia
impugnada y no una instancia más, debe postularse de manera íntegra y sujetarse
a una serie de reglas legalmente determinadas al efecto.

Dispone el artículo 225 del Código de Procedimiento Penal que el libelo deberá
contener, entre otros requisitos formales, la causal que se aduzca para pedir la
revocación del fallo, indicando en forma clara y precisa sus fundamentos, mientras
el 226 ibídem obliga a declarar desierto el recurso si la demanda no reúne las
condiciones formales.

Que la causal que se estime procedente sea la tercera, en nada reduce los
requisitos ni la consecuencia de su incumplimiento. Esta Sala ha reiterado, por
ejemplo en sus providencias de fecha marzo 8 de 1996, radicación 9095, M. P.
Carlos Augusto Gálvez Argote y octubre 24 del mismo año, radicación 9755, M. P.
Carlos Eduardo Mejía Escobar, que la formulación de cargos con base en esta
causal no es libre ni caprichosa, pues se mantiene la obligación de fundamentar y
demostrar, también de manera completa, precisa y clara, cómo se incurrió en
actos que trascendieron contra las garantías fundamentales o hacia el
desconocimiento grave de la estructura básica del procedimiento.

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Auto Casación
• Fecha : 02/09/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : ORREGO TABARES, EUCLIDES
• Delitos : Hurto agravado, Porte de armas de defensa personal,
Homicidio
• Proceso : 13334
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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06/09/1999

DEMANDA DE CASACION/ NULIDAD/ DERECHO DE DEFENSA-


Inactividad del abogado/ VIOLACION DIRECTA DE LA LEY
Cuando se alega nulidad por falta de actividad probatoria, o por no impugnar
determinada decisión judicial, el casacionista está en la obligación de demostrar,
en el primer evento, qué pruebas no fueron practicadas y cuál la incidencia de esta
omisión en la situación del procesado. Y, en el segundo supuesto, que la solicitud
de anulación basada en que no se ha impugnado una resolución, implica
demostrar la trascendencia de lo omitido en el examen final del proceso.

La Corte ha sido uniforme y reiterativa en el sentido de que quien demanda


violación del derecho de defensa por supuesta inactividad del abogado, debe
demostrar que en realidad fue una omisión lesiva de los intereses del procesado,
atendiendo a lo recaudado por la investigación. Esto implica que sea insuficiente
para efectos de la nulidad la simple crítica que en abstracto haga un togado de la
actuación de otro, pues es lógico que cada profesional quiera anteponer aquello
que él habría hecho frente al caso concreto y que diagnostique y establezca su
propia estrategia defensiva. El hecho de que no haya coincidencia defensiva entre
una actuación realizada y otra posible, no significa que se haya infringido la
garantía constitucional ( cfr., por ejemplo, 29 de abril de 1999, M. P. Dr. Ricardo
Calvete Rangel).

El silencio de un defensor que no impugna la resolución acusatoria no entraña


nulidad pues que puede obedecer, por ejemplo, a táctica profesional o a una tácita
conformidad con el pensamiento judicial. Reprochar esa inactividad no comporta
ausencia de defensa porque, vgr., podría obedecer a la inconveniencia de apelar
ante el temor de una confirmación. El interponer recurso o no contra la calificación
del mérito del sumario, compete al fuero interno del letrado.

Se sabe, por larga y cierta jurisprudencia de la Corte, que cuando se demanda con
fundamento en la violación directa de la ley sustancial, la prueba y el análisis de
ella hecho en las instancias, debe permanecer intangible, es decir, no puede ser
criticada, revalorada ni cuestionada. En estos casos compete al casacionista
referirse y circunscribirse, de manera exclusiva, al falso juicio sobre la existencia
de la norma sustancial, a su indebida aducción o a la errónea interpretación de la
misma. Por ejemplo, en casación del 10 de octubre de 1996, expresó su Sala Penal:

"… en la violación directa, todo cuestionamiento probatorio se halla fuera de lugar, porque
el error jurídico que se critica estriba en la aplicación de la norma o su falta de aplicación, o
su interpretación por el juez, pero indefectiblemente, aceptada la realidad probatoria
acogida en el fallo y sus deducciones fácticas, por efecto de la errada selección de la
normatividad sustancial llamada a regir el caso o de la equivocada intelección de su
contenido o alcance jurídico…" ( M. P. Dr. Dídimo Páez Velandia) ( se resalta, ahora).

Días después, el 24 de octubre del mismo año, dijo:

"…cuando se desarrolla un debate probatorio que se pretende que la Corte también asuma,
no es dable invocar la violación directa, ya que en esta clase de censura las valoraciones
fácticas o de los hechos, se respetan tal y como vienen dados por el Tribunal, debiéndose
concretar el debate en la faz jurídica del asunto…" (M. P. Dr. Carlos Eduardo Mejía Escobar)
( Subrayas de ahora).

Magistrado Ponente: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
• Fecha : 06/09/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cundinamarca
• Procesado : RINCON ALDANA, PEDRO PABLO
• Delitos : Homicidio culposo
• Proceso : 12524
• Publicada : Si
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07/09/1999

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA/ COMPETENCIA-Congresista


La atribución constitucional que el artículo 235 confiere a la Corte para investigar y
juzgar a los miembros del Congreso se condiciona a una de dos situaciones: que el
sometido a proceso penal simplemente ostente la calidad de Representante a la
Cámara o Senador, evento en el cual, para efectos de la mencionada competencia,
no resulta de relevancia si el punible fue o no cometido por razón de las funciones
congresales; o que si, por el contrario, el investigado no conserva su posición en el
cuerpo legislativo, bien por renuncia a la misma o porque se le hubiere despojado
de su investidura, la conducta ilícita tenga relación con las atribuciones y
obligaciones constitucionales y legales que corresponden a los congresistas.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Unica Instancia
• Fecha : 07/09/1999
• Decisión : Se abstiene de seguir conociendo
• Procedencia : Corte Suprema de Justicia
• Procesado : OVIEDO ALFARO, CARLOS ALBERTO
• Proceso : 14325
• Publicada : Si
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CASACION/ SENTENCIA
La repulsa de la demanda debe dirigirse única y exclusivamente contra las
decisiones que tienen el carácter de sentencia, no contra determinaciones que
aunque contenidas en el cuerpo de esa providencia, carecen de esa
connotación. Además, cuando son varios y excluyentes los cargos a formular,
deben presentarse independientemente porque cada uno tiene sus propias
características y consecuencias jurídico procesales; así lo ordena el numeral 4o. del
artículo 225 precitado.

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Auto Casación
• Fecha : 07/09/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Barranquilla
• Procesado : RAMIREZ VISCAINO, CARLOS
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 15959
• Publicada : Si
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TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO/ SENTENCIA
ANTICIPADA/ COMPETENCIA/ EXTORSION
El acta que contiene los cargos para sentencia anticipada aceptados por el
procesado, al igual que el de acuerdo de la audiencia especial, "son equivalentes a
la resolución de acusación", según las voces del artículo 37B.2° del Código de
Procedimiento Penal. Y si ese documento se equipara en sus efectos al pliego
enjuiciatorio, fija la competencia del juzgador y marca los límites para establecer
la consonancia entre acusación y sentencia.

De ahí que, en aquellas hipótesis de imputación de varios hechos punibles, o de


participación de varias personas en el delito, ha sido prevista en el numeral 3° del
mismo artículo 37B del Código de Procedimiento Penal la posibilidad de realizar
aceptaciones o acuerdos parciales, con la subsiguiente ruptura de la unidad
procesal -y eventual variación de la competencia-. Por ende, el Juez al efectuar
el respectivo control de legalidad no puede ignorar el cargo al cual se allanó el
procesado, para deducir su incompetencia a partir de los hechos punibles no
contemplados en el trámite de terminación prematura del proceso, pues un tal
proceder desconoce la fuerza vinculante que, con la entidad de la resolución de
acusación, tiene el acta para sentencia anticipada.

Al ser la cuantía de la extorsión inferior a 150 salarios mínimos legales, y no


concurrir para el homicidio ninguna otra causal de agravación distinta de la
prevista en el numeral 2° del citado artículo 30 de la Ley 40 de 1993 -aspectos
éstos no discutidos por los colisionantes-, de conformidad con el artículo 71 del
Código de Procedimiento Penal (modificado por el artículo 5° de la Ley 504 de
1999), se descarta la competencia de los Jueces Penales del Circuito
Especializados, para por exclusión, con arreglo al artículo 72 num. 1° literal c) del
Código de Procedimiento Penal (modificado por el art. 10 de la Ley 81 de 1993),
radicarse su conocimiento en el Juzgado Penal del Circuito de Caloto (Cauca),
jurisdicción donde tuvieron ocurrencia los hechos antes descritos.

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Colisión de Competencias


• Fecha : 07/09/1999
• Decisión : Adscribe competencia para ejercer el control de legalidad
del
acta de aceptación de cargos para sentencia anticipada,
al Juzgado Penal del Circuito de Caloto (Cauca)
• Procedencia : Juzgado Regional
• Ciudad : Cali
• Procesado : GUTIERREZ, JAIR
• Delitos : Tentativa de extorsión, Homicidio agravado
• Proceso : 15991
• Publicada : Si
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PROCESO PENAL/ FISCAL/ RESOLUCION DE ACUSACION/


PRECLUSION DE LA INVESTIGACION
A propósito de la identificación de la estructura procesal vigente en Colombia, la
Sala en ocasión pretérita (sentencia del 4 de febrero de 1999, radicado 10.918),
con ponencia de quien ahora cumple igual cometido, determinó cómo dentro de
nuestro sistema de tendencia acusatoria rige la nota característica de la
separación funcional de juez y acusación, en el sentido de que por mandato
constitucional se prevé la facultad prevalente de la Fiscalía de "calificar y
declarar precluidas las investigaciones", salvo en el caso de los congresistas y
demás hipótesis previstas en la Constitución y la ley (arts. 250-2, 186, 235-3, 221 y
246).

Dicho contenido normativo superior, no comporta nada diferente a que el acto


calificatorio, en su contenido de estimación probatoria y de acusación, por lo
general hace fenecer sin posibilidad de regreso la actividad investigativa del
Estado en la primera fase del proceso, razón por la cual, una vez ejecutoriada la
decisión, salvo el caso de nulidad por error en la denominación jurídica, no puede
el juez ni el fiscal volver sobre ella con pretensiones modificatorias, porque tal
actitud conllevaría al desconocimiento de la separación funcional entre acusadores
y juzgadores, con el agravante de permitir a quien no tiene competencia la toma
de partido respecto a algo que constitucional y procesalmente debe custodiarse,
no sólo en beneficio del procesado sino de la seguridad jurídica de la que se vale
un Estado Social de derecho para la realización del debido proceso.

En este orden de ideas, la separación funcional y la preclusión de la decisión


calificatoria, como principios inviolables plasmados constitucionalmente, hacen de
la acusación un acto que no puede desconocerse o plagarse de condición proteica,
pues hay en él una calificación de delito o delitos y de la presunta responsabilidad
del procesado, factores que anuncian y demarcan el ámbito de la contradicción y
la defensa dentro de la etapa subsiguiente del rito penal, cual es la del juicio.

De ahí la conclusión de que el juez no puede válidamente variar una acusación,


por lo menos antes de la sentencia, para acomodarla a su particular visión y dirigir
inopinadamente el juicio, sino que debe asumir el conocimiento del proceso de
acuerdo con el pliego de cargos formulados, salvo que exista protuberante revés
sobre la calificación jurídica.

Ahora bien, tratándose de variaciones en el fallo, caso frente al que se encuentra


la Corte, se ha reiterado que aquéllas están circunscritas al capítulo o al título
correspondiente para mantener la identidad de género delictivo, de acuerdo con el
artículo 442-3 del C.P.P., siempre que no emerjan para el procesado consecuencias
más gravosas de las conocidas por medio de la resolución de acusación, aunque la
carga acusatoria sí podrá degradarse obviamente con la aclaración de que debe
preservarse la estructura genérica. De modo que si el fiscal adujo una motivación
básica en la calificación sumarial, asentada en una apreciación racional de las
pruebas y en la argumentación fáctica y jurídica propia de las facultades que en su
momento radican en él y son prevalentes, no podría el juzgador en la sentencia
pretextar una nulidad por el mero prurito de que su razonamiento es más agudo o
en todo caso diferente, pues tal actitud quebranta los principios de separación
funcional y de preclusión del calificatorio.

A lo que se ha expuesto, conviene agregar, como posición jurisprudencial de la


Corte, lo dicho en los siguientes pronunciamientos:

" El marco dentro del cual se debe desarrollar el juicio está determinado por la
resolución de acusación, en donde el Estado por conducto del fiscal le indica al
acriminado cuáles son los cargos que le formula, para que el pueda proveer a su
defensa con la seguridad de que no va a ser sorprendido con una condena
por hechos o situaciones distintas. De igual modo, los sujetos procesales
tendrán en dicha resolución un punto de referencia definido sobre las
pruebas que puedan presentar y solicitar en el período probatorio de la
causa, las cuales se deben limitar a las que sean conducentes y eficaces
para corroborar, degradar o desvirtuar la acusación, no siendo de recibo las
que pretendan dar lugar a nuevos cargos.

"Desde luego que lo dicho es sin perjuicio de que el juez frente a una resolución que
afecta el debido proceso, bien por su inobservancia de sus requisitos legales o por
error en la denominación jurídica, deba invalidarla para que el fiscal subsane la
irregularidad advertida" (M.P. Ricardo Calvete Rangel, casación del 2 de agosto de
1995. Se ha resaltado).

Así mismo, en el auto del 28 de agosto de 1998, con ponencia del magistrado
Fernando Arboleda Ripoll, se puntualizó sobre el tema en las siguientes
expresiones:
"La Sala ha reiterado la fuerza vinculante que tiene la resolución de acusación
ejecutoriada en un sistema procesal penal con tendencia acusatoria como el
colombiano, en la medida en que no puede ser desconocida por el juzgador con
argumentos apriorísticos, y al concretar los hechos por los que se llama a juicio
delimita la competencia y fija el marco de referencia para el ejercicio del derecho de
defensa o la terminación anticipada del proceso…"

El Tribunal no apegó su función a lo que constitucional y procesalmente estaba


obligado, tornándose su actividad en transgresión del debido proceso, traducido en
sus reglas de respeto a la separación funcional y orgánica entre acusación y
juzgamiento, además del carácter preclusivo de la calificación sumarial, agravada
la situación anómala por el correlativo desconocimiento de la presunción de
inocencia en esa precisa imputación. Estas disfuncionalidades del ad quem,
obviamente constituyen errores in procedendo, mas en sede de casación se les
trata por especificidad legal como motivo de incongruencia del fallo con los cargos
formulados en la resolución de acusación (causal 2ª), razón por cual se justifica la
intervención de la Corte para dictar una sentencia de reemplazo, conforme con el
artículo 229, numeral 1° del C.P.P., en aras del restablecimiento de las garantías del
procesado, sin que sea necesario declarar nulidad alguna porque basta poner de
nuevo la decisión final en consonancia con los cargos expuestos en la
determinación acusatoria, tal como se había procedido en la primera instancia.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
• Fecha : 07/09/1999
• Decisión : Casa parcial, condena, niega subrogado, reitera orden de
captura
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Procesado : QUESADA SALAZAR, FRANCISCO EDISON
• Delitos : Falsedad material de particular en doc. púb., Falsedad en
documento privado, Receptación
• Proceso : 13524
• Publicada : Si
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CASACION-Requisitos
Insistentemente se ha precisado que la misma naturaleza rogada del
extraordinario instrumento, impone al actor tener que cumplir estrictamente los
presupuestos de forma y contenido expresamente señalados por la ley, para que la
demanda pueda superar el juicio de admisibilidad por la Corte, pues si bien la
formalidad apunta a facilitar la labor de enunciación, desarrollo y demostración de
los cargos que contra el fallo pretenden formularse, tampoco puede perderse de
vista la importancia de su contenido, la cual radica en la posibilidad de hacer
manifiesta la disconformidad entre la voluntad de la ley y la voluntad del juzgador
materializada en la decisión impugnada, objeto primordial del recurso.

Entenderlo de otra manera, sería desnaturalizar el instituto para convertirlo en


medio de impugnación de plena justicia, donde su sola invocación faculte la
revisión integral del proceso por el órgano decisorio, pues si se parte para la
interposición del recurso, que el juicio finalizó con el proferimiento del fallo, y que
éste fue justo y legal, la pretensión por revivir debates ya superados en las etapas
ordinarias, es tema totalmente ajeno a su razón de ser.

Tratándose, entonces, la casación de un medio extraordinario de dar inicio a un


juicio jurídico contra el fallo de segundo grado que puso fin al proceso, en su
fundamentación no tienen cabida consideraciones subjetivas para oponerlas al
criterio del juzgador, pues de incurrirse en un desacierto de esa factura, ab initio se
da al traste con las expectativas que tienen los sujetos procesales sobre los
resultados del instrumento, por prevalecer siempre el criterio del dispensador de
justicia sobre el de las partes intervinientes en la actuación.

Por estos motivos, la ley ha establecido, como presupuestos de admisibilidad de la


demanda, la obligación de identificar los sujetos procesales y la sentencia
impugnada, hacer una síntesis de los hechos que fueron juzgados y de la
actuación surtida a esos propósitos; la causal de casación que se invoca, e indicar
clara y precisamente los fundamentos fácticos y jurídicos que le sirven de apoyo.

En tal medida, si la denuncia se orienta por la violación indirecta de la ley


sustancial, por errores originados en la apreciación probatoria, es de cargo del
actor indicar la norma que considera transgredida, sea por no haberla aplicado el
juzgador debiendo hacerlo, o por haberla aplicado indebidamente. Asimismo debe
demostrar que la violación se produjo por haber incurrido en errores de hecho en la
apreciación de determinada prueba, identificando su especie, esto es por haber
ignorado o supuesto un medio no incorporado o por haber desfigurado su sentido
objetivo; o en errores de derecho derivados de haber apreciado un medio aportado
con desconocimiento de los presupuestos legalmente establecidos para su
aducción, o negado el valor determinado en la ley o atribuido uno diverso.

Si de lo que se trata es de denunciar la transgresión de las reglas de la sana crítica


como método legal de valoración probatoria, para que un ataque fundado en este
supuesto pueda tener alguna posibilidad de llegar a prosperar, debe demostrarse
la manera como la apreciación del medio o medios fundamento del fallo,
desconoció los principios de la ciencia, la lógica o la experiencia, dando lugar a
que se les otorgara un mérito que no era el que les correspondía.

En todo caso, compete demostrar al actor cómo el desacierto que pone de


presente tuvo incidencia definitiva en el proferimiento del fallo que persigue
derrumbar, y, que de no haber ocurrido, habría conducido a adoptar una decisión
distinta y opuesta a la censurada.

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
• Fecha : 07/09/1999
• Decisión : Rechaza la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cundinamarca
• Procesado : DIAZ MATALLANA, HERNANDO
• Delitos : Homicidio agravado
• Proceso : 13819
• Publicada : Si
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TERMINO
Los términos legales apuntan a preservar el orden procesal, la igualdad de los
sujetos, la preclusión de las determinaciones y etapas en el trámite y la seguridad
jurídica. Permiten al fiscal o juez y a los intervinientes en el proceso realizar ciertos
actos y otorgan firmeza a las decisiones judiciales, aún las que carecen de fuerza
de cosa juzgada, para producir efectos que deben ser respetados. Así, los actos
procesales han de cumplirse en los plazos y oportunidades señalados por la ley o,
en su defecto, por el director del proceso, ya que son perentorios.

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Auto Casación
• Fecha : 07/09/1999
• Decisión : Declara desierto el recurso de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Riohacha
• Procesado : FREYLE CURVELO, LEONARDO RAFAEL
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 15043
• Publicada : Si
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VIOLACION DIRECTA DE LA LEY/ VIOLACION INDIRECTA DE


LA LEY
El numeral 3º del artículo 225 del Código de Procedimiento Penal le impone al
casacionista, como requisito para su demanda sea admitida por la Corte, enunciar
de forma clara y precisa la causal invocada lo mismo que los fundamentos que la
demuestren.

En el caso examinado al censor le bastó citar la causal 1ª de casación, transcribir


su inciso 1º y concluir que el juzgador incurrió en violación indirecta del artículo 60
del Código Penal "por error de hecho en la falta de apreciación de la prueba", luego
de unos fundamentos propios de un alegato de instancia.

Si la vía de ataque que asumió fue la violación indirecta de la ley sustancial, su


deber era no sólo apoyarla en el inciso 2º del artículo 220 del Código de
Procedimiento Penal (el 1º está referido a la violación directa), sino precisar la
modalidad del error de hecho que perseguía demostrar y obviamente su
trascendencia en el resultado final del proceso.

En la violación indirecta de la ley, debería saberlo el recurrente, la discusión tiene


como eje el contenido material de los medios de prueba o su existencia, material o
jurídica, y no la valoración que de ellos haga el juzgador en tanto no se aparte de
manera ostensible o irracional de los principios de la lógica y de la sana crítica. Tal
es la razón para que los errores que conducen a dicho tipo de violación de la ley
sustancial, se clasifiquen en de hecho y de derecho. Los primeros suceden cuando
el fallador invoca una prueba que no está en el proceso o deja de considerar una
existente (falso juicio de existencia), o cuando tergiversa el contenido del medio
probatorio haciéndolo decir lo que no dice (falso juicio de identidad), o cuando
atenta contra los principios de la lógica y de la sana crítica. Los segundos tienen
que ver con la legalidad de la prueba y suceden cuando aportada una al proceso
sin los requisitos para su validez, es estimada por el juzgador (falso juicio de
legalidad), o extraordinariamente cuando el legislador tarifa la prueba y el Juez
desconoce ese valor o cuando prohibe fundamentar la condena en determinado
medio de prueba (C.P.P. art. 247 inc. 2º) y pese a ello el fallador pasa por alto dicha
prohibición.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Casación
• Fecha : 07/09/1999
• Decisión : Inadmite la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : REINA SANCHEZ, JAIRO
• Delitos : Porte ilegal de armas, Homicidio
• Proceso : 13837
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION
Cualquiera que sea la causal que se invoque, la demanda de casación no es de
libre elaboración y debe ceñirse a los requisitos establecidos por el artículo 225 del
Código de Procedimiento Penal, entre los cuales está la indicación clara, precisa y
completa de los fundamentos, en armonía con la naturaleza del quebrantamiento
aducido, además de demostrar la trascendencia del yerro o irregularidad en la
decisión.

Frente a la causal 3ª, no basta insinuar la irregularidad, debiendo demostrarse la


existencia del quebrantamiento grave, sustancial e insubsanable y su incidencia
cardinal en la estructura del proceso, alterando las bases esenciales de la
instrucción o del juzgamiento.

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Auto Casación
• Fecha : 07/09/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : MURILLO BARRETO, JOSELITO
• Delitos : Hurto calificado y agravado, Porte de armas de defensa
personal, Homicidio agravado
• Proceso : 13535
• Publicada : Si
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08/09/1999

LIBERTAD PROVISIONAL/ NARCOTRAFICO


Ha sido criterio de la Sala, y ahora se reitera, que las funciones de la pena,
especialmente en cuanto a la prevención, protección y resocialización, cuando se
trata del delito de narcotráfico, como en este caso, con circunstancias de
agravación por la cantidad de la sustancia ilícita incautada, pueden y deben
verificarse al cumplimiento total de la misma, atendiendo a las connotaciones tan
graves de aquel hecho punible, que en la mayoría de los casos se cometen a
través de verdaderas organizaciones al margen de la ley, con posibilidades reales
de generar alarma social y desestabilizar muchas instituciones indispensables para
la vida en comunidad.

Estando en trámite el recurso extraordinario, con las limitaciones propias que su


rigor jurídico imponen, la Sala no puede, sin faltar a la legalidad, referirse a la
cuestión de fondo que ha de decidir la sentencia que lo desate, es decir, no es
factible emitir conceptos definitivos acerca de la inocencia del señor (...), o de la
calificación jurídica otorgada a su proceso.

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Casación -Libertad-Reposición
• Fecha : 08/09/1999
• Decisión : No repone auto mediante el cual le fue negada libertad
• Procesado : ROZO TORRES, MIGUEL ENRIQUE
• Proceso : 15108
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION
Así presentada la censura, esto es, en el entendido de que el ataque comprende un
típico error sobre los juicios de hecho del fallador, como elementos de carácter
fáctico destinados a consolidar el supuesto necesario del precepto jurídico previsto
por el artículo 40.1 del Código Penal como causal de inculpabilidad, ha debido
centrarse la demanda en la demostración de que efectivamente el Tribunal falseó
el objetivo contenido de las referidas probanzas, pues al ser la vía escogida para el
ataque casacional la del error de hecho por falso juicio de identidad, como es bien
sabido, ésta implica la tergiversación de los medios probatorios, sentido dentro del
cual si bien la jurisprudencia también ha admitido que es viable atacar la sentencia
cuando se desconocen las reglas que informan el sistema de la sana crítica, esto
es, la lógica, la experiencia común o la ciencia, en ningún caso esto significa que
se esté propiciando una nueva valoración circunstancial de las diversas pruebas,
pues en términos generales los juicios de hecho del juzgador se solventan en un
estimable margen de arbitrio judicial, por gozar de una muy amplia autonomía o
facultad de análisis a la hora de establecer a través de ellas los hechos y por ende
la consecuencia jurídica que es dable reconocerles.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
• Fecha : 08/09/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cundinamarca
• Procesado : PACHON CAÑON, PEDRO IGNACIO
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
• Proceso : 11078
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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NOTIFICACION POR COMISIONADO


La notificación por comisionado se presenta cuando el enteramiento deba hacerse
en forma personal a quien se halle privado de la libertad, en lugar diferente de
aquel en que se adelante la instrucción o el juzgamiento, según el artículo 193 del
Código de Procedimiento Penal.

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Sentencia Casación
• Fecha : 08/09/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : CRUZ, HUMBERTO
• Procesado : ORDOÑEZ VIDAL, ORLANDO
• Procesado : GOMEZ ARIZALA, JULIAN FERNANDO
• Delitos : Violación a la Ley 30/86, Estafa, Falsedad documental
• Proceso : 13377
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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REDENCION DE PENA/ JUEZ DE EJECUCION DE PENAS


1-. El artículo 530 del Código de Procedimiento Penal y los artículos 82 y 97 de la
Ley 65 de 1993, Código Penitenciario y Carcelario, atribuyen competencia al Juez
de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad, para conceder redención de pena
por trabajo y estudio a los condenados a pena privativa de la libertad.

Tal atribución exige como presupuesto imperativo e ineludible que la sentencia


condenatoria haya alcanzado firmeza, puesto que la competencia de los jueces de
ejecución de penas, inicia, precisamente, cuando el fallo hace tránsito a cosa
juzgada, como se deduce de los artículos 500, 501 y 502 del Código de
Procedimiento Penal.

2-. Pudiera pensarse que exclusivamente los condenados con sentencia en firme
tienen vocación para redimir pena por trabajo y estudio y que únicamente el Juez
de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad, está facultado para reconocerla.

De hecho, con anterioridad a la expedición del Código Penitenciario y Carcelario,


algunos sectores consideraban que el derecho a descontar pena por trabajo y
estudio se había reservado por el legislador a los reclusos sancionados con
sentencia en firme.

Con la entrada en vigencia de la Ley 65 de 1993, se despejaron las dudas, al punto


que se hace clara distinción entre detenidos y condenados, a quienes por igual
cobija el sistema nacional penitenciario y carcelario, que, entre otras gestiones, se
encarga de "la ejecución de las sentencias penales y de la detención
precautelativa."*

En efecto, los artículos 82 y 97 ibídem, respectivamente, establecen:

"A los detenidos y a los condenados se les abonará un día de reclusión por dos días de
trabajo."
"A los detenidos y a los condenados se les abonará un día de reclusión por dos días de
estudio."

3-. De lo anterior se concluye que la redención de pena a los condenados debe


ser reconocida por el Juez de Ejecución de Penas, y que dicho beneficio a los
detenidos se concederá por el Funcionario Judicial que esté conociendo del
asunto en el momento en que se solicite.

Es que el sometimiento de una persona que no ha sido sancionada por una


sentencia condenatoria debidamente ejecutoriada al sistema penitenciario y
carcelario, se justifica única y exclusivamente por la vigencia de la medida de
aseguramiento consistente en detención preventiva.

El razonamiento lógico y varias normas jurídicas de diversa índole respaldan el


aserto precedente, por ejemplo:

En punto de la libertad provisional, el numeral 2° del artículo 415 del Código de


Procedimiento Penal, señala que "la rebaja de pena por trabajo o estudio se tendrá
en cuenta para el cómputo de la sanción", y que "será concedida por la autoridad
que esté conociendo de la actuación procesal al momento de presentarse la causal
aquí prevista."
A la sazón, el artículo 231 ibídem, establece que "Las solicitudes de libertad que se
propongan ante la Corte durante el trámite de este recurso** , se resolverán en el
cuaderno de copias y no interrumpirán los términos."

Finalmente, el artículo 5° del Decreto 1542 de 1997, reglamentario del artículo 147
de la Ley 65 de 1993, señala que los directores de los establecimientos carcelarios
y penitenciarios podrán conceder permiso hasta por setenta y dos (72) horas
a los condenados en única, primera y segunda instancia, o cuyo recurso de
casación se encuentre pendiente, con el lleno de los requisitos ahí señalados.

Es la Sala de Casación Penal, entonces, la autoridad en quien radica, para los fines
taxativamente contemplados en la ley, la dirección y responsabilidad de las
actuaciones que tuviesen lugar en el desarrollo de la impugnación extraordinaria,
entre ellas la concesión de libertad provisional y el reconocimiento de redención de
pena por trabajo, estudio o enseñanza, llevados a cabo en prisión por los
procesados, que, por demás, desde el envío de los expedientes a esta sede, deben
ser puestos a su disposición en las cárceles en que se encontraren.

Ello es así para los recurrentes y para los no recurrentes, por cuanto la naturaleza
indivisible del fallo impugnado, deja al conocimiento de la Corte el asunto en su
integridad y a su disposición a todos los procesados detenidos, pues no prevé el
legislador la posibilidad de ejecutorias parciales o fragmentarias del fallo de
segunda instancia, por la trascendencia de los principios de unidad procesal, de la
naturaleza y contenido de la sentencia, del momento y efectos de su ejecutoria, y
de la facultad que asiste a la Sala para extender los alcances de la sentencia de
casación también hacia la órbita de los no recurrentes.

Conviene recordar que la competencia que asiste a esta Sala de la Corte para
conocer del recurso extraordinario de casación se define y regula por los artículos
235 de la Constitución Política, 16 de la Ley Estatutaria de la Administración de
Justicia, y 68, 218 y siguientes del Código de Procedimiento Penal, y que, también
por atribución legal, está facultada para decidir sobre libertad provisional y el
reconocimiento provisional de redención de pena por trabajo, estudio y enseñanza,
con el fin de que los internos puedan acreditar ante las autoridades penitenciarias
y carcelarias el cumplimiento de los requisitos para acceder a los beneficios
administrativos consagrados en la Ley 65 de 1993.
__________________________________
*-. CODIGO PENITENCIARIO Y CARCELARIO, Ley 65 de 1993, artículo 14
**-. Se refiere al recurso extraordinario de casación

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Casación
• Fecha : 08/09/1999
• Decisión : Decreta nulidad del auto del juzgado, dispone que
ingresen
las diligencias al Despacho con el fin de resolver las
peticiones.
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Pereira
• Procesado : PULGARIN AGUDELO, ORALIO DE JESUS
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 11491
• Publicada : Si
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NULIDAD/ DERECHO DE DEFENSA/ DEBIDO PROCESO


En principio, el enfoque del reproche resulta desatinado al pretenderse la nulidad
de la actuación por violación al debido proceso, teniendo por fundamento la
omisión de la práctica de un dictamen siquiátrico pericial del procesado, pues la
negativa o la inactividad del funcionario en el recaudo de determinada prueba a
partir de la cual se podría descartar la comisión del hecho punible o la
responsabilidad, o establecer un tratamiento punitivo más benigno, genera la
invalidación de lo actuado pero por la vulneración del derecho de defensa, en
cuanto tal evento coarta la garantía del contradictorio y niega al sindicado, o a su
representante judicial, la posibilidad de aportar aquellos medios de convicción que,
siendo conducentes y pertinentes, revisten aptitud para refutar la incriminación,
descartar la responsabilidad, invocar la aplicación de diminuentes punitivas, o, en
general, procurar situaciones beneficiosas a la pretensión defensiva.

El derecho a la defensa también resulta conculcado cuando el funcionario, en


abierta oposición al mandato del artículo 362 del Código de Procedimiento Penal,
limita o impide al imputado el ejercicio de la facultad "de hacer constar cuanto
tenga por conveniente para su defensa o para la explicación de los hechos", u
omite, sin fundamento racional alguno, verificar las citas por aquel hechas, o se
abstiene de practicar las "diligencias que propusiere para comprobar sus
aseveraciones", en el entendido de que éstas revistan un mínimo de racionalidad y
verosimilitud, según el criterio jurisprudencial sentado al respecto por la Sala, pues
el fiscal, como director del sumario, mal puede orientar la labor instructiva a la
indiscriminada comprobación de todas las afirmaciones que en su natural interés
defensivo haga el imputado, como quiera que con tal proceder, además de dilatar
injustificadamente el proceso, desviaría el objeto de la investigación.

Constituye, en cambio, violación al debido proceso por la inaplicación del principio


de investigación integral, la ausencia de imparcialidad del funcionario en la
búsqueda de la verdad, o lo que es igual, en la genérica labor de ordenación,
recolección, formación y aducción de la prueba, que impone, con rango
constitucional, la obligación de "investigar tanto lo favorable como lo desfavorable
al imputado, y... respetar sus derechos fundamentales y las garantías procesales
que le asisten" (arts. 250 de la Constitución Política y 333 del Código de
Procedimiento Penal).

Conviene advertir, sin embargo, que no siempre la omisión de la práctica de una


prueba, o el rechazo a la pretensión probatoria repercuten inexorablemente en la
vulneración del principio de indagación integral o del derecho a la defensa, según
el caso. Para arribar a cualesquiera de estas conclusiones, la prueba echada de
menos tendría que ser a estos efectos y en un plano racional de abstracción,
confrontada con los restantes elementos de juicio, para evidenciar así que su
ausencia determinó el proferimiento de una sentencia distante de la verdad y por
ende lesiva de los intereses del sujeto procesal.

Este ejercicio no puede cimentarse en meros juicios especulativos construidos a


partir de la subjetiva y fragmentaria apreciación de las probanzas por parte del
actor, pues la obligación de investigar tanto lo favorable como lo desfavorable al
procesado, en tratándose del acopio de la práctica de la prueba pericial sobre su
sanidad mental, aparece condicionada, en su conducencia y pertinencia, a la
comprobada existencia en el expediente de objetivos elementos de juicio que den
lugar a poner en entredicho la imputabilidad del acriminado, como los
antecedentes de enfermedades mentales en su familia, traumatismos craneales
severos, trastornos de personalidad deducidos del historial clínico o del
comportamiento observado antes, durante, o con posterioridad a la comisión del
hecho, etc.

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
• Fecha : 08/09/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Sincelejo
• Procesado : RUIZ MONTES, BEDARDO RUBEN
• Delitos : Homicidio agravado, Tentativa de hurto calificado y agravado
• Proceso : 11414
• Publicada : Si
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09/09/1999

ERROR DE HECHO/ TIPICIDAD


Sabido es, que no pueden invocarse simultáneamente los dos sentidos del error de
hecho sobre la misma prueba, pues se excluyen entre sí. El falso juicio de
existencia se estructura cuando se omite una prueba presente en el proceso o se le
da patente a una que nunca fue practicada o aportada dentro de él. Por el
contrario, el falso juicio de identidad conlleva en que se apreció una probanza que
se encuentra en la actuación, pero los hechos que revela fueron distorsionados, o
en que se apreció en contravía de las reglas de la sana crítica.

Lo anterior quiere decir, que al mismo tiempo no se puede analizar una prueba y
omitirla, pues su examen implica el haberla tenido en cuenta; tampoco se puede
pregonar que la evidencia que es fruto del análisis no existe en el proceso, para
luego sostener que sí existe aunque se le distorsionó su contenido.

Olvida el recurrente como oportunamente lo recuerda la Delegada, que en


presencia de varios comportamientos típicos cada cual conserva su independencia
jurídica y probatoria, por manera que al no comprobársele en uno de ellos autoría
o responsabilidad al procesado no se implica necesariamente que también haya de
llegarse al mismo resultado respecto de los demás ilícitos.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Sentencia Casación
• Fecha : 09/09/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Florencia
• Procesado : MUÑOZ MORA, LUZ STELLA
• Procesado : REYES CUELLAR, CARLOS FERNEY
• Delitos : Peculado por apropiación, Falsedad ideológica en
documento público
• Proceso : 9986
• Publicada : Si
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10/09/1999

VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY


Es cierto que las ausencias básicas en la aplicación de la crítica racional pueden
dar lugar a un falso juicio de identidad, si es que el Tribunal no involucra elementos
de lógica, experiencia común y científica al momento de valorar la prueba, pero el
actor debe demostrar primero la apariencia o el error en el fallo y, una vez logrado
este propósito, ahí si proponer la valoración que considera correcta. Proceder al
revés y unilateralmente, esto es, postular una forma de apreciación de la prueba y
quedarse ahí, sin señalar directa y concretamente los visibles errores cometidos
por el sentenciador en esta materia, sería tratar de proyectar injustificadamente al
recurso de casación la discusión que debió darse en las instancias.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO


Auto Casación
• Fecha : 10/09/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Manizales
• Procesado : VARGAS DUQUE, LUIS ALBERTO
• Delitos : Acceso carnal violento
• Proceso : 14241
• Publicada : Si
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14/09/1999

DEMANDA DE CASACION
La demanda de casación no es un escrito de libre elaboración, pues siendo el
recurso extraordinario un enjuiciamiento técnico que se realiza sobre la sentencia
impugnada y no una instancia más, debe sujetarse a una serie de reglas
legalmente determinadas al efecto.

En relación con los requisitos formales, dispone el artículo 225 del Código de
Procedimiento Penal que el libelo deberá contener, entre otros, la indicación clara y
precisa de los fundamentos de la causal que se aduzca para pedir la revocación del
fallo, citando las normas que el recurrente estime infringidas, y el 226 ibídem
estatuye que el recurso se declarará desierto si la demanda no reúne tales
requisitos.

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Auto Casación
• Fecha : 14/09/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Antioquia
• Procesado : SANCHEZ MONCADA, CARLOS ARTURO
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio agravado
• Proceso : 13713
• Publicada : Si
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CASACION DISCRECIONAL/ PARTE CIVIL


Es evidente que tanto el Juzgado 13 Penal del Circuito de Cali como el
representante de la parte civil desconocen el alcance del recurso extraordinario de
casación discrecional.

En efecto, el artículo 218 del Código de Procedimiento Penal estatuye que la


competencia para conceder o inadmitir el citado recurso es privativa de la Sala de
Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia.

Contrariando la expresa disposición procedimental, el sentenciador de segunda


instancia primero resolvió no concederlo, mediante proveído que luego fue
revocado para admitirlo y ordenar correr traslado por el término de 30 días al
recurrente para que presentara el libelo y por 15 días "a los demás sujetos
procesales para que presenten su alegatos", actuación para la cual carecía de
competencia, por lo que se impone declarar la nulidad de todo lo actuado, a partir
del auto fechado el 15 de marzo del año en curso.

De otro lado, al tenor del inciso final del artículo 218 del Código de Procedimiento
Penal, la parte civil carece de legitimidad para recurrir la sentencia a través del
recurso extraordinario de casación discrecional, ya que ésta sólo la tiene el
procurador, su delegado y el defensor.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Casación Discrecional
• Fecha : 14/09/1999
• Decisión : Declara nulidad, no admite el recurso de casación
discrecional
• Procedencia : Juzgado 13 penal del Circuito
• Ciudad : Cali
• Procesado : MUÑOZ VANEGAS, JULIO ANTONIO
• Delitos : Lesiones personales culposas
• Proceso : 16079
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION
El error de hecho en la modalidad de falso juicio de identidad, cuya configuración
plantea la impugnante, se presenta cuando el juzgador distorsiona el contenido
fáctico de la prueba, poniendo a decir lo que ella literalmente no expresa. Por
tanto, si lo pretendido es demostrar la existencia de un error de esta índole, resulta
imprescindible que el actor confronte el contenido material de la prueba con las
concreciones que de su texto hicieron los juzgadores de instancia, a fin de mostrar
que no son coincidentes, y que una tal tergiversación condujo a los juzgadores a
tomar una decisión equivocada.

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
• Fecha : 14/09/1999
• Decisión : Rechaza la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Procesado : MARIN BEDOYA, EDWIN
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Secuestro simple,
Homicidio
• Proceso : 13408
• Publicada : Si
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SANA CRITICA/ PRUEBA
La Corte insistentemente ha sostenido que el error originado en la apreciación
judicial del mérito de las pruebas, no surge de la sola disparidad de criterios entre
el valor persuasivo asignado por los juzgadores, y el pretendido por los sujetos
procesales, sino de la manifiesta y demostrada contradicción entre aquél y las
reglas que orientan la valoración racional de la prueba.

En ese sentido ha sido dicho, que "si un contraste de tales características no se


presenta, porque los juzgadores, en ejercicio de esta función, han respetado los
límites que prescriben las reglas de la sana critica, será su criterio, no el de las
partes, el llamado a prevalecer, por virtud de la doble presunción de acierto y
legalidad con que está amparada la sentencia de segunda instancia".

También la doctrina de esta Corte ha precisado que "absolutamente inane resulta,


por tanto, en sede extraordinaria, pretender desquiciar el andamiaje fáctico-
jurídico del fallo impugnado con fundamento en simples apreciaciones subjetivas
sobre la forma como el juez de la causa debió enfrentar el proceso de concreción
del mérito demostrativo de los elementos de prueba, o el valor que debió haberle
asignado a un determinado medio."

Se ha sostenido del mismo modo, que "los simples enunciados generales en torno
a la precariedad persuasiva de las pruebas que sirvieron de soporte al fallo
recurrido, y la supuesta solvencia demostrativa de las que no lo fueron, en manera
alguna pueden considerarse argumentos válidos para sustentar el recurso, al igual
que no pueden serlo los cuestionamientos por atentados a una lógica manejada
con criterio personal" (Auto Cas. marzo 24/98. M. P. Dr. ARBOLEDA RIPOLL).

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
• Fecha : 14/09/1999
• Decisión : Rechaza la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Procesado : RAMIREZ CASTILLO, JOSE REYNEL
• Delitos : Lesiones personales, Porte de armas de defensa personal,
Homicidio agravado
• Proceso : 13599
• Publicada : Si
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NULIDAD/ DEMANDA DE CASACION


La aceptación de la causal 3ª de casación, salvo cuando la irregularidad afecte
exclusivamente a la sentencia, implica regresar el proceso a una etapa anterior
para remediar el vicio y ajustar la actividad jurisdiccional a la Constitución y a la
ley. Se trata de un efecto que necesariamente se produce, que está ligado a
cualquier declaración de nulidad, sea cual sea la circunstancia que la origine. Y si
esto es así, es transparente concluir que cuando el demandante en casación
decide formular más de un cargo de nulidad no le es dable en ningún caso
proponerlos en igualdad de condiciones. Es su deber seleccionar el que estime
principal y los restantes tendrá que plantearlos como subsidiarios. Así lo exigen la
lógica y la técnica del recurso extraordinario. Y si se tiene en cuenta que el orden
de examen de los cargos de nulidad propuestos por el demandante es el mismo
que deberá seguir la Corte cuando asuma su examen de fondo en la sentencia, ya
que el principio de limitación que rige el recurso le impide plantear uno o variar el
propuesto, resulta claro que el casacionista debe ser especialmente riguroso en su
presentación. Cada hipótesis de nulidad alegada tiene su propia trascendencia en
el trámite procesal y lógicamente aquella con mayor capacidad de regresar el
proceso al punto más lejano gozará de prioridad frente a las demás, cuya
formulación debe hacerse de manera subsidiaria.

La Sala hace énfasis en lo precedente. Comprenderlo significa una condición


indispensable para el uso racional y adecuado de la causal 3ª de casación. E
igualmente para cumplir con la exigencia formal de claridad y precisión en la
propuesta del cargo. Si el casacionista tiene el deber de determinar cada vicio
procesal que decida plantear, de demostrarlo, de indicar su trascendencia en el
proceso y naturalmente la incidencia en su resultado final, lo que obviamente se
espera cuando son varias las propuestas de nulidad es verlas reflejadas en un
planteamiento globalmente coherente. Expresar en dicha medida cuál es el cargo
elegido como principal y las razones para hacerlo, lo mismo que la indicación de
los subsidiarios y su orden, es un requisito técnico-lógico para la admisión de la
demanda.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Casación
• Fecha : 14/09/1999
• Decisión : Inadmite la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cundinamarca
• Procesado : MARIN GIRALDO, CARLOS FERNEY
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 13471
• Publicada : Si
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ACCION DE REVISION
Para efectos de la acción de revisión, ha dicho con insistencia esta Sala, la prueba
nueva cuando ya un proceso ha hecho tránsito a cosa juzgada, presupone su
eficacia, o por lo menos una fundada posibilidad de modificar trascendentalmente
el fallo que se cuestiona, bien porque, según el caso, demuestre la inocencia del
condenado, o su estado de inimputabilidad al momento de delinquir.

Es por consiguiente, prueba nueva aquella que el juzgador no tuvo oportunidad de


conocer mientras se tramitó el proceso y en ese orden se refiere, a un hecho para
entonces desconocido, o bien, a algún aspecto esencial ignorado de un hecho
procesalmente conocido, a manera de ejemplo, una circunstancia de justificación;
de tal suerte que aquello que el legislador ordena allegar con la demanda como
soporte de la petición de revisión, está llamada a servir como punto de referencia a
la actividad probatoria que en el evento de darse por correctamente instaurada la
acción, desarrolla por mandato legal la Corte en el trámite correspondiente.

Así entonces, las pruebas que deben aportarse con la demanda para demostrar
los hechos básicos de la petición, que son para fundamentar la causal de revisión
aducida, sin perjuicio de su condición de apenas sumarias, deben ser las
conducentes a acreditar el motivo de la reclamación, como exigencia formal de
viabilidad de la acción a la luz del artículo 234 del C. de P.P. en sus los numerales
3o. y 4o..

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Acción de Revisión
• Fecha : 14/09/1999
• Decisión : Reconoce abogado y rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cúcuta
• Procesado : TABORDA GOMEZ, EDISON ALBERTO
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 16155
• Publicada : Si
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ACCION DE REVISION
Nuevamente ha de reiterar la Corte que la acción de revisión no constituye un
instrumento extraordinario para revivir debates superados en las etapas del
proceso, ni para desconocer, sin más, el carácter definitivo e inmutable de la
declaración de justicia contenida en los fallos judiciales.

Contraria a la opinión que algunos jurisconsultos aún puedan tener acerca de este
instituto, su ejercicio ha de fundarse en la posibilidad real de levantar los efectos
de la cosa juzgada, mediante demostración de alguno de los precisos motivos
previamente establecidos en la ley, constituyendo presupuesto insoslayable que la
demanda cumpla estrictamente los requisitos de admisibilidad, recogidos por el
artículo 234 del Código de Procedimiento Penal.

De ahí que -necesario es insistir en ello-, en respeto por la seguridad jurídica que
la inmutabilidad y definitividad que la cosa juzgada otorga al fallo en firme, cuando
la acción se apoya en la causal tercera de las previstas por el artículo 232 del
Código de Procedimiento Penal, en razón a haber aparecido después de la
sentencia de condena, hechos o pruebas nuevas no conocidas al tiempo de los
debates que permiten establecer la inocencia o inimputabilidad del procesado,
incumbe al actor no solo demostrar la existencia de la nueva situación fáctica o
probatoria, sino también, cómo de haber sido oportunamente conocida por los
falladores, la decisión habría sido distinta y opuesta a aquella con que se culminó
el proceso, en cuanto que su apreciación podría haber permitido absolver al
sentenciado, o declarar su estado de inimputabilidad.

De no cumplirse esto en la demanda, es de entenderse que la pretensión en ella


contenida se orienta por la prolongación del debate sobre hechos, pruebas y
argumentos ya considerados y definidos procesalmente, en desconocimiento de la
razón de ser y finalidad de la acción de revisión (Cfr. Auto dic. 3/98. M.P. Dr.
ARBOLEDA RIPOLL).

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Acción de Revisión
• Fecha : 14/09/1999
• Decisión : Reconoce defensor y rechaza la demanda de revisión
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Ibagué
• Procesado : SANCHEZ MANJARRES, GILBERTO
• Procesado : SANCHEZ MANJARRES, JORGE
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 16081
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION-Requisitos
Tres situaciones de franco desconocimiento de los requisitos de orden formal,
dentro de la técnica que gobierna el recurso de casación y específicamente la
demanda, exhibe la que es objeto de atención y conducen inexorablemente a su
rechazo de plano con la consiguiente declaratoria de deserción del recurso, de
conformidad con lo preceptuado en el artículo 226 del C. de P.P., en armonía con el
228 ibíd.

El artículo 225 del C. de P.P. establece:

"Requisitos formales de la demanda. La demanda de casación se formulará por


escrito y deberá contener:

1o. ...
2o. ...
3o. La causal que se aduzca para pedir la revocación del fallo, indicando en forma
clara y precisa los fundamentos de ella y citando las normas que el recurrente estime
infringidas.

4o.- Si fueren varias las causales invocadas, se expresarán en capítulos separados


los fundamentos relativos a cada una.

Es permitido formular cargos excluyentes. En estos casos, el recurrente debe


plantearlos separadamente en el texto de la demanda y de manera subsidiaria".

A su vez el artículo 220 del mismo estatuto señala:

"Causales. En materia penal el recurso de casación procede por los siguientes


motivos:

1o. Cuando la sentencia sea violatoria de una norma de derecho sustancial.


Si la violación de la norma sustancial proviene de error en la apreciación de
determinada prueba, es necesario que así lo alegue el recurrente.
2o. ...
3o. ...".

Significa esta preceptiva legal, de un lado, que la demanda de casación solo


puede aducir como causales para impugnar la sentencia de segundo grado, las
taxativamente establecidas; de otro lado, que la fundamentación de las censuras,
cualesquiera que sean su número y motivos, además de guardar correlación con
las causales legales que se invocan para impugnar extraordinariamente la
sentencia, debe hacerse en forma tal que esa correlación argumental sea
manifiesta normativa y conceptualmente; y por último, que siendo varias las
censuras propuestas con aducción de motivos o causales recíprocamente
excluyentes, se formularán en cargos separados.

Evidente pues, que si la censura se apoya en la causal 1a. de casación por


considerar el actor que el fallador incurrió en errores de evaluación de la prueba,
sean de hecho o de derecho, deberá estipular con claridad y precisión todos y cada
uno de esos errores en todas y cada una de las pruebas en que se cometieron y
demostrar con objetividad su incidencia en el resultado del fallo atacado.

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Auto Casación
• Fecha : 14/09/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Manizales
• Procesado : LOPEZ GARCES, HENRY
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 15790
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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DEMANDA DE CASACION
Insistentemente la jurisprudencia de la Corte ha precisado que en tratándose de la
causal tercera de casación, corresponde al actor concretar la clase de nulidad que
invoca, señalar sus fundamentos, las normas que estime infringidas y precisar de
qué manera la irregularidad procesal denunciada repercutió definitivamente
afectando el trámite surtido que culminó con la sentencia impugnada, pues no se
trata de hacer evidente cualquier irregularidad sin trascendencia alguna, sino sólo
de aquellas que inexorablemente conducen a su invalidación.

Si lo alegado es la violación del derecho de defensa, en la demanda se debe


especificar la actuación que lesionó dicha garantía y su concreta incidencia en el
fallo impugnado, pero en todo caso, compete al actor presentar una petición
acorde con la naturaleza de la nulidad invocada, debiendo indicar el momento a
partir del cual la invalidación debe decretarse y señalar el funcionario al cual se
habrá de remitir el proceso.

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
• Fecha : 14/09/1999
• Decisión : Rechaza las demandas de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : ZAPATA BERNAL, HECTOR BYRON
• Procesado : ARENAS HURTADO, MANUEL ALBERTO
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
• Proceso : 13724
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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RECURSO DE HECHO-Requisitos
Estipula el artículo 207 ibídem, que el recurso de hecho es procedente cuando el
funcionario de primera instancia deniegue el recurso de apelación y deberá ser
interpuesto dentro del término de ejecutoria del auto que deniega el recurso.

Tres son, pues, los requisitos de procedibilidad para el recurso de hecho,


entendiendo, claro está, que no se trate de abogar por el recurso extraordinario de
casación:

-. que se deniegue el recurso de apelación;


-. que la denegación provenga de un funcionario de primera instancia; y,
-. que se interponga dentro del término de ejecutoria del auto que deniega el recurso
de apelación.

No es lo mismo denegar el recurso de apelación que declararlo desierto,


distinción que luce más diáfana en el caso que ocupa a la Sala, puesto que por
haber intervenido las dos instancias se deslinda con mayor facilidad la actuación
que cada una llevó a cabo.
El Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española*, define
denegar así: "No conceder lo que se pide o solicita", sentido natural y obvio de
aquella palabra según su uso general, al que se debe acudir, puesto que el vocablo
no ha sido definido expresamente por el legislador**.

La declaratoria de desierto del recurso de apelación interpuesto contra sentencia,


en cambio, es una expresión con claros matices jurídicos, pues de acuerdo con el
artículo 196 B del Código de Procedimiento Penal, "Cuando no se sustente el
recurso se declarará desierto.". Lo mismo ocurre frente al recurso extraordinario de
casación, en las voces del artículo 224 ibídem: "Si ninguno lo sustenta, el
magistrado de segunda instancia, declarará desierto el recurso."

Las diferencias entre las dos decisiones, denegar el recurso y declararlo desierto,
no son exclusivamente semánticas, sino, básicamente jurídicas, como se
desprende del análisis del Código de Procedimiento Penal:

El artículo 186, al enunciar las providencias que deben notificarse se refiere


separadamente a "la que declara desierto el recurso de apelación", y a "las que
deniegan los recursos de apelación y casación"

Si se deniega el recurso de apelación en primera instancia, tal pronunciamiento en


algunos casos debería tener el carácter de interlocutorio, y en su contra podrían
intentarse los recursos ordinarios. (artículos 195 y 202). Constituye ejemplo de
esta eventualidad la denegación del recurso de apelación cuando el funcionario
judicial asegura que el impugnante no tiene interés jurídico, verbi gracia si el
apoderado de la parte civil apela la sentencia condenatoria exclusivamente en
busca de una sanción mas severa.

Por el contrario, para declarar desierto el recurso de apelación de autos o


sentencias, el funcionario emite una providencia que siempre es de sustanciación,
contra la cual procede solamente el recurso de reposición. (artículo 215)
________________________
*.- REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Diccionario de la Lengua Española, Vigésima Primera Edición, Tomo I.
Madrid, 1992
**.- CODIGO CIVIL, artículo 28

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Recurso de Hecho
• Fecha : 14/09/1999
• Decisión : Se abstiene de desatar el recurso de hecho
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : MEJIA SALDARRIAGA, LUIS FERNANDO
• Procesado : LOPEZ TABARES, WILLINGTON
• Delitos : Homicidio agravado
• Proceso : 16088
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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CASACION DISCRECIONAL-Legitimidad para interponer el


recurso
Según el último inciso del artículo 218 del Código de Procedimiento Penal, de
manera excepcional la Corte puede aceptar un recurso de casación en los casos
donde no procede de manera ordinaria, cuando lo considere necesario para el
desarrollo de la jurisprudencia o la garantía de derechos fundamentales. La
concesión o no del recurso, como lo tiene definido la Sala, está supeditada a que lo
solicite dentro del término de ejecutoria del fallo cualquiera de los sujetos
procesales autorizados por la ley. E igualmente a que dentro del mismo lapso
sustente la petición, demostrándole a la Corte en el grado de probabilidad que se
violaron derechos fundamentales y/o que el caso es necesario para el desarrollo de
la jurisprudencia.

La Procuraduría cuenta con legitimidad para solicitar el recurso de casación


excepcional.

La casación excepcional no tiene como finalidad la de solucionar las diferencias de


pensamiento que puedan suscitarse entre las Salas de Decisión de los Tribunales,
como parece entenderlo el Agente del Ministerio Público. Lo que el mismo permite
son oportunidades para que la Corte desarrolle su jurisprudencia, la cual
obviamente sirve al propósito de unificar la interpretación de la ley, en atención a
la función que presta como criterio auxiliar de la actividad judicial (art. 230 de la
C.N.).

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Casación Discrecional
• Fecha : 14/09/1999
• Decisión : No concede el recurso de casación interpuesto por el
Procurador 316
• Procedencia : Tribunal Superior
• Ciudad : Militar
• Procesado : LOPEZ TORO, CARLOS ALBERTO
• Delitos : Deserción
• Proceso : 16062
• Publicada : Si
Salvamento de Voto Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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DESERCION/ CASACION DISCRECIONAL


No encuentra la Corte establecida circunstancia alguna que haga necesaria la
garantía de derechos fundamentales en este proceso porque no hay evidencias de
su transgresión en el fallo que se pretende impugnar, como tampoco estima
consolidada la aducida necesidad de desarrollo de la jurisprudencia en torno a los
supuestos de hecho básicos para el procesamiento de los sujetos acusados del
delito militar de deserción.

En cuanto al primero de los puntos mencionados se tiene que de conformidad con


el artículo 16 de la Ley 48 de 1993 el primero de los tres exámenes médicos para
establecer la aptitud sicofísica para el servicio militar de que habla el artículo 15
ibíd., es el que determina la aptitud para el servicio; el segundo -artículo 17- es
opcional y puede obedecer a determinación de la autoridad de reclutamiento o a
solicitud del inscrito y marca la definición de esa aptitud, mientras que el tercero
se realizará -artículo 18- "Entre los 45 y 90 días anteriores a la incorporación ...
para verificar que los soldados no presenten inhabilidades incompatibles con la
prestación del servicio militar".

Son pues, los dos primeros exámenes, exigencias administrativas para la asunción
de la calidad de militar como soldado y el último exigencia de igual naturaleza
para la permanencia en las circunstancias de actualidad del servicio, pero jamás
condición de validez del proceso por deserción que se adelante contra uno de esos
servidores públicos, por la razón fundamental de que la incorporación al servicio
militar como soldado, aún bajo irregularidad administrativa confiere competencia a
la justicia penal militar para el juzgamiento de esa conducta de exclusivo arraigo
militar con las consecuencias penales propias, sin perjuicio de la acción
disciplinaria a que haya lugar para la autoridad responsable del reclutamiento por
el desconocimiento de los requisitos de ley.

En estas condiciones, tampoco vislumbra la Corte la necesidad de desarrollo


jurisprudencial sobre el tema del objeto de la investigación, que es en últimas a
donde conduce la proyectada objeción a la sentencia de segundo grado por no
haberse allegado al proceso la prueba documental de la aptitud sicofísica del
sentenciado para la prestación del servicio militar. Sobre este punto en numerosas
oportunidades se ha pronunciado la jurisprudencia de esta Sala con base en los
mandatos de los artículos 334 y 333 del C. de P.P. que tienen su correspondencia
en los 557 y 566 del C.P.M., por cuyo cumplimiento por los funcionarios de la
Justicia Penal Militar debe el Ministerio Público a través de los funcionarios
Delegados ante ellos propender, según las atribuciones conferidas a ellos por el
artículo 362 de la codificación especial.

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Casación Discrecional
• Fecha : 14/09/1999
• Decisión : No concede el recurso interpuesto por el Procurador 316
• Procedencia : Tribunal Superior
• Ciudad : Militar
• Procesado : VILLAMIZAR GOMEZ, FREDDY ANDRES
• Delitos : Deserción
• Proceso : 16061
• Publicada : Si
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TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO/ SENTENCIA


ANTICIPADA/ APELACION
Al considerar el casacionista que al proceso no se allegó prueba plena de la calidad
de organizador del concierto para delinquir atribuida a su poderdante en la
resolución definitoria de su situación jurídica, que fue aceptada por el imputado al
acogerse a la sentencia anticipada, está objetando uno de los factores cuya
discusión a través de la apelación se halla vedada al procesado y su defensor
cuando de esta clase de sentencia se trata, ésta situación se extiende a la
casación excepto en lo pertinente a la dosificación de la pena, la concesión del
subrogado de la condena de ejecución condicional y la extinción de dominio sobre
bienes.

En ese orden la limitante cuenta con la misma intensidad para el recurso de


casación si el punto a demandar obedece a la misma causa; así lo ha precisado
con reiteración la Sala, que entre otros pronunciamientos, en el del 10 de febrero
de 1999, con ponencia del Magistrado Dr.Arboleda Ripoll expresó:

"En tratándose de las sentencias proferidas dentro del trámite abreviado, la


jurisprudencia ha precisado que los aspectos respecto de los cuales puede ser
interpuesto el recurso de apelación, condicionan igualmente la interposición del
recurso extraordinario de casación, el cual no puede ser utilizado para desconocer
el hecho cierto de la responsabilidad penal voluntariamente aceptada que el
procesado tenía la posibilidad de haber rechazado y, sin embargo, no lo hizo."

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Auto Casación
• Fecha : 14/09/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : GIRALDO GALLEGO, GILBERTO LEON
• Delitos : Concierto para delinquir
• Proceso : 15812
• Publicada : Si
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CASACION DISCRECIONAL
El inciso 3º. del artículo 218 del C. de Procedimiento Penal consagra la posibilidad
de impugnar los fallos que no reúnan los requisitos contemplados para los eventos
de casación común, es decir, aquellos proferidos en segunda instancia por
juzgados del circuito, o los dictados por un tribunal cuando la pena máxima
prevista para los delitos de que se trate sea inferior a seis (6) años de privación de
la libertad.

Magistrado Ponente: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Casación Discrecional
• Fecha : 14/09/1999
• Decisión : Inadmite el recurso de casación excepcional
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Neiva
• Procesado : GAVIRIA MONCAYO, NELCY
• Delitos : Violación a la Ley 30/86
• Proceso : 16038
• Publicada : Si
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FALSO JUICIO DE IDENTIDAD


Para efectos casacionales el falso juicio de identidad en la evaluación de la prueba
traduce falseamiento del contenido material o lógico de la misma por parte del
sentenciador por desconocimiento de las reglas, de la sana crítica, así ha debido
alegarlo en lo pertinente a la lógica, las leyes de la ciencia, las reglas de la
experiencia.

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Auto Casación
• Fecha : 14/09/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Pereira
• Procesado : BARRIENTOS BERNAL, JUAN GUILLERMO
• Delitos : Violación a la Ley 30/86, Hurto calificado y agravado, Porte de
armas de defensa personal, Homicidio
• Proceso : 15668
• Publicada : Si
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CASACION/ VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY


La doctrina de esta Corte ha sido persistente en sostener que la misma naturaleza
rogada del recurso extraordinario, que parte del supuesto que el juicio finalizó con
el proferimiento del fallo de segundo grado y que éste fue justo y legal, da lugar a
establecer que en su fundamentación no tienen cabida particulares
consideraciones subjetivas para anteponerlas al criterio del juzgador, pues de
incurrirse en este desacierto no se logra patentizar la transgresión de la ley por el
fallo, objeto y fin primordial del recurso, y por el contrario se le desnaturaliza para
convertirlo en medio de impugnación de plena justicia, cuando lo cierto es que
corresponde a una sede única, en donde la revisión integral del proceso por el
órgano decisorio, no es posible con la sola invocación del recurso y antes de la
admisión de la demanda.

También ha sido suficientemente dicho, que si lo pretendido es denunciar la


violación indirecta de la ley sustancial, por errores originados en la apreciación
probatoria, es de cargo del actor indicar la norma que considera transgredida, sea
por no haberla aplicado el juzgador, debiendo hacerlo, o por haberla dejado de
aplicar. También debe demostrar que la violación se produjo por la comisión de
errores de hecho o de derecho en la apreciación de determinada prueba,
especificando la clase y especie del desacierto cometido, y su definitiva incidencia
en la declaración de justicia contenida en el fallo, pues no se trata de poner en
evidencia cualquier error intrascendente, sino sólo aquellos que de no haberse
cometido, habrían conducido a adoptar una decisión distinta a la censurada.

Con el mismo rigor ha de procederse, si de lo que se trata es de denunciar la


transgresión de las reglas de la sana crítica como método legal de valoración
probatoria, pues para que un ataque fundado en este supuesto pueda llegar a
tener alguna posibilidad de prosperidad, la demanda debe demostrar cómo la
apreciación probatoria realizada por el órgano jurisdicente desconoció los
postulados que la ciencia, la lógica, la experiencia o el sentido común, haciéndole
producir a los medios unos efectos que no tienen.

La labor demostrativa de los desaciertos probatorios no siempre es tarea fácil,


pues para que un ataque por la vía indirecta pueda tener alguna posibilidad de
éxito, el casacionista debe partir de unos elementos mínimos que le den viabilidad
al argumento.

Si lo perseguido es denunciar la violación de la ley sustancial por incurrir el


juzgador en errores de hecho por falsos juicios de identidad en la apreciación
probatoria, el casacionista debe indicar expresamente, mediante la transcripción
correspondiente, qué en concreto dice el medio probatorio, qué dijo de él el
juzgador, cómo se tergiversó, cercenó o adicionó el medio haciéndole producir
efectos que objetivamente no se desprenden de su contexto, y lo más importante,
su repercusión definitiva en la parte resolutiva del fallo.

La demostración de esta trascendencia, asimismo trae aparejado algún grado de


complejidad, pues el rigor técnico con que debe ser abordada, excluye la
posibilidad de hacerlo con subjetividades relacionadas con un criterio personal del
actor sobre lo que habría podido ser y no fue, toda vez que el fin de acreditar la
transgresión de la ley por el fallo, ha de mantenerse.

Es así como a más de la demostración del falso juicio de identidad en cualquiera


de las especies que han sido referidas, compete al actor hacer patente que en su
incursión por el juzgador determinó la falta de aplicación o la aplicación indebida
de un concreto precepto sustancial, cuyo desacierto puede ser corregido con la
cabal apreciación del medio sobre el cual se cometió el yerro, pero no de manera
insular sino armonizándolo en conjunto con lo acreditado por las otras pruebas
acertadamente apreciadas por el órgano decisorio, tal y como lo ordenan las
normas procesales, tanto las establecidas para cada medio probatorio en particular
como las que refieren el modo integral de valoración.

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
• Fecha : 14/09/1999
• Decisión : Rechaza la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : MILLAN CAICEDO, JOSE LEONEL
• Delitos : Hurto calificado y agravado
• Proceso : 13676
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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DEMANDA DE CASACION/ NULIDAD/ ERROR DE HECHO


Cuando se invoca como motivo de casación la nulidad, el censor debe demostrar
una o varias irregularidades de tal entidad que afecten profundamente las
garantías de los sujetos procesales o desconozcan las bases fundamentales de la
instrucción y del juzgamiento, como lo dispone el artículo 308-2 del C. de. P. P. De
allí emana que la eventual existencia de fallas de actividad no comporta
necesariamente la invalidación de lo realizado y que, de otra parte, es imperativo
establecer que la o las irregularidades repercutan en la legalidad del fallo.

Sabido es que no es posible mezclar dentro de un mismo cargo ataques


correspondientes a distintas causales, pues cada una tiene fundamentos
diferentes, se rigen por precisas reglas técnicas y poseen consecuencias jurídicas
diversas. Es que cada causal exige sus " propios " cargos con el señalamiento
prístino de su " propia capacidad " para anular la sentencia. La lectura de la
demanda deja ver fácilmente que el casacionista cruza argumentos para tratar de
hacerlos surtir efectos frente a una y otra causal invocada.

Como se sabe, el error de hecho por falso juicio de existencia implica que el
juzgador ignore, desconozca, omita, cercene, la realidad material de una prueba
(falta de apreciación de la prueba), o suponga o imagine un hecho por creer que la
prueba obra en el proceso (falsa apreciación de la prueba). Si ello es así, si el
fallador opta por preterir o por inventar la prueba, no es posible, entonces, argüir
que varió el alcance de la prueba o la valoró mal pues tales comportamientos
judiciales implican el reconocimiento de la verdadera existencia de la prueba
dentro del expediente (subraya la Sala).

De lo anterior surge nítido que si se acude al error de hecho por falso juicio de
existencia es menester demostrar que el juez, ostensiblemente, en forma patente,
dejó de lado, sin más, o presumió la prueba.

Es tradicional esperar de quien argumenta violación indirecta de la ley sustancial,


que explique y demuestre los efectos de los yerros procesales, sobre la ley
sustancial, con la determinación exacta, puntual, de la quiebra de ésta, por falta de
aplicación, por aplicación indebida o, eventualmente, por interpretación errónea.

Magistrado Ponente: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Casación
• Fecha : 14/09/1999
• Decisión : Rechaza la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : VALERO SANCHEZ, ALBERTO
• Delitos : Porte ilegal de armas, Homicidio
• Proceso : 14049
• Publicada : Si
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ERROR DE DERECHO/ FALSO JUICIO DE LEGALIDAD-Medio


probatorio allegado sin requisitos
Como lo ha reiterado la jurisprudencia de la Corte, cuando el medio probatorio
allegado al diligenciamiento no reúne los requisitos que condicionan su validez
para ser estimado por el fallador, el ataque debe postularse por los linderos del
error de derecho por falso juicio de legalidad y no de hecho por falso juicio de
existencia, como erradamente lo formula la casacionista.

En efecto, el error de hecho, por falso juicio de existencia por suposición del medio
de prueba, hace referencia a que éste no obra materialmente en el proceso y el
juzgador lo imagina; mientras que en el error de derecho por falso juicio de
legalidad, el elemento de convicción existe físicamente en la actuación pero no
jurídicamente, pues fue allegado sin la observancia de las prescripciones legales
que condicionan su validez, no obstante lo cual el juzgador lo aprecia.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Auto Casación
• Fecha : 14/09/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : ACOSTA ALFONSO, CARLOS ENRIQUE
• Delitos : Estafa, Falsedad en documento privado
• Proceso : 14736
• Publicada : Si
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ERROR DE HECHO/ ERROR DE DERECHO


Es sabido que la vulneración mediata de la norma sustancial acontece por error de
derecho o de hecho. Este puede consistir en falso juicio de existencia (suponer o
ignorar una prueba) o falso juicio de identidad (distorsionar su contenido fáctico).
Aquél está conformado por falso juicio de legalidad (frente a los preceptos que
regulan la aducción de la prueba) o falso juicio de convicción (no otorgarle a la
prueba el valor establecido por la ley). Tanto el error de hecho como el de derecho
conducen a la aplicación indebida o a la falta de aplicación de la ley sustancial.

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Auto Casación
• Fecha : 14/09/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Marta
• Procesado : RATIVA ZAMORA, FLAMINIO
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 13580
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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REDENCION DE PENA/ COMPETENCIA


1-. El artículo 530 del Código de Procedimiento Penal y los artículos 82 y 97 de la
Ley 65 de 1993, Código Penitenciario y Carcelario, atribuyen competencia al Juez
de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad, para conceder redención de pena
por trabajo y estudio a los condenados a pena privativa de la libertad.

Tal atribución exige como presupuesto imperativo e ineludible que la sentencia


condenatoria haya alcanzado firmeza, puesto que la competencia de los jueces de
ejecución de penas, inicia, precisamente, cuando el fallo hace tránsito a cosa
juzgada, como se deduce de los artículos 500, 501 y 502 del Código de
Procedimiento Penal.

2-. Pudiera pensarse que exclusivamente los condenados con sentencia en firme
tienen vocación para redimir pena por trabajo y estudio y que únicamente el Juez
de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad, está facultado para reconocerla.

De hecho, con anterioridad a la expedición del Código Penitenciario y Carcelario,


algunos sectores consideraban que el derecho a descontar pena por trabajo y
estudio se había reservado por el legislador a los reclusos sancionados con
sentencia en firme.

Con la entrada en vigencia de la Ley 65 de 1993, se despejaron las dudas, al punto


que se hace clara distinción entre detenidos y condenados, a quienes por igual
cobija el sistema nacional penitenciario y carcelario, que, entre otras gestiones, se
encarga de "la ejecución de las sentencias penales y de la detención
precautelativa." *

En efecto, los artículos 82 y 97 ibídem, respectivamente, establecen:

"A los detenidos y a los condenados se les abonará un día de reclusión por dos días de
trabajo."

"A los detenidos y a los condenados se les abonará un día de reclusión por dos días de
estudio."

3-. De lo anterior se concluye que la redención de pena a los condenados debe


ser reconocida por el Juez de Ejecución de Penas, y que dicho beneficio a los
detenidos se concederá por el Funcionario Judicial que esté conociendo del
asunto en el momento en que se solicite.

Es que el sometimiento de una persona que no ha sido sancionada por una


sentencia condenatoria debidamente ejecutoriada al sistema penitenciario y
carcelario, se justifica única y exclusivamente por la vigencia de la medida de
aseguramiento consistente en detención preventiva.

El razonamiento lógico y varias normas jurídicas de diversa índole respaldan el


aserto precedente, por ejemplo:

En punto de la libertad provisional, el numeral 2° del artículo 415 del Código de


Procedimiento Penal, señala que "la rebaja de pena por trabajo o estudio se tendrá
en cuenta para el cómputo de la sanción", y que "será concedida por la autoridad
que esté conociendo de la actuación procesal al momento de presentarse la causal
aquí prevista."

A la sazón, el artículo 231 ibídem, establece que "Las solicitudes de libertad que se
propongan ante la Corte durante el trámite de este recurso**, se resolverán en el
cuaderno de copias y no interrumpirán los términos."

Finalmente, el artículo 5° del Decreto 1542 de 1997, reglamentario del artículo 147
de la Ley 65 de 1993, señala que los directores de los establecimientos carcelarios
y penitenciarios podrán conceder permiso hasta por setenta y dos (72) horas
a los condenados en única, primera y segunda instancia, o cuyo recurso de
casación se encuentre pendiente, con el lleno de los requisitos ahí señalados.
_______________________________
*-.CODIGO PENITENCIARIO Y CARCELARIO, Ley 65 de 1993, artículo 14
**-.Se refiere al recurso extraordinario de casación

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Casación
• Fecha : 14/09/1999
• Decisión : Decreta nulidad de autos del Juzgado, se abstiene de
reconocer redención, reconoce provisionalmente
redención, concede libertad
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Sincelejo
• Procesado : DAGER CONDE, JOSE ANTONIO
• Procesado : DAGER, FRANCISCO JOSE
• Procesado : RUIZ BLANCO, CARLOS DEL CRISTO
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 12159
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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16/09/1999

LIBERTAD PROVISIONAL
En reiteradas oportunidades esta Corporación ha dicho que cuando se atiende una
solicitud de excarcelación provisional mientras el proceso se encuentra en trámite
del recurso extraordinario de casación, aquélla sólo puede ser estudiada bajo los
parámetros establecidos en el numeral 2 del artículo 415 del Código de
Procedimiento Penal, es decir, previo el cumplimiento del factor objetivo previsto
en el artículo 72 del Código Penal o, en el caso de que el interesado haya
acreditado el cumplimiento total de la pena impuesta en los fallos de instancia.

El querer obtener una excarcelación anticipada con fundamento en que se les


aplicó una disposición que no era la que les correspondía según la época en que
sucedieron los hechos, como lo afirman los libelistas, es un presupuesto que la
Sala no puede atender, dado que éste aspecto sólo podrá ser objeto de análisis al
momento de estudiar la respectiva demanda de casación y en el evento de que
haya sido objeto de reparo en alguno de los cargos de la misma, ya que de hacerlo
en este momento, se estarían desconociendo los fallos de instancia, los cuales
vienen precedidos de doble presunción de legalidad y acierto.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Casación -Libertad-
• Fecha : 16/09/1999
• Decisión : Se abstiene de considerar libertad provisional
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : TOBON RESTREPO, OMAR ALBEIRO
• Procesado : TOBON RESTREPO, ELADIO
• Delitos : Secuestro extorsivo
• Proceso : 13253
• Publicada : Si
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HOMICIDIO-Ley 40 de 1993
Nuevamente se ve la Sala avocada a desestimar una demanda en la que se
cuestiona la aplicabilidad de un precepto legal cuya constitucionalidad fue
declarada por el órgano que detenta de manera legítima la guarda de la Carta
Política, como lo es la Corte Constitucional, tema respecto del cual ya la Corte
Suprema ha fijado su posición, a resultas del debate propiciado por las
discrepancias de criterio surgidas entre usuarios y servidores de la administración
de justicia en relación con la cobertura de la Ley 40 de 1993.

En relación con el artículo 29 de la Ley 40 de 1993, la Corte Constitucional declaró


su exequibilidad, sin condicionamientos, desde el 7 de diciembre de 1993 en la
primera de las sentencias mencionadas por el recurrente, la C-565, dando así el
carácter de cosa juzgada absoluta a su fallo -que igual incluyó otros mandatos de
la misma Ley-, y por ende, clausurando toda posibilidad de nuevo debate judicial
al asunto. Clara fue en este aspecto esa Corporación en su fallo C-273 del 9 de
junio de 1994.

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Sentencia Casación
• Fecha : 16/09/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Pereira
• Procesado : CORREA CORREA, DARIO DE JESUS
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
• Proceso : 10910
• Publicada : Si
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20/09/1999

LIBERTAD PROVISIONAL/ ANTECEDENTES/


RESOCIALIZACION
Desde el ángulo del observador, en términos sencillos, personalidad equivale a la
sucesión de actos más o menos semejantes que se perciben en un hombre
durante la trayectoria de su vida. Es, entonces, lo que suele ser la persona, aquello
que normalmente hace, que va reiterando, más o menos de la misma forma.

Cuando se habla de antecedentes no se piensa en ausencia de sanciones penales,


administrativas o policiales, sino en todo aquello que conforma un pasado, que es,
precisamente, a lo que se refiere el artículo 72 del C. P. cuando habla de los
"antecedentes de todo orden". "Antecedentes de todo orden" no circunscribe a los
puramente legales; también recoge los sociales, culturales y comportamentales.

De acuerdo con los artículos 12 del código penal y 9º. del código penitenciario y
carcelario, una finalidad de la pena es la resocialización, propósito que se
constituye en el principal para este último estatuto.

Por resocialización se entiende la acomodación y adaptación de una personalidad


al medio del cual se desprendió en razón de la conducta y del delito cometido.
Búscase con ella que el hombre vuelva al seno social desprovisto de aquellos
motivos, factores, estímulos, condiciones o circunstancias que, contextualmente,
lo han podido llevar a la criminalidad, con el propósito de evitar que reincida, es
decir, que caiga de nuevo en el comportamiento delictivo.

El instrumento preferencialmente utilizado para lograrla es el tratamiento


penitenciario, concebido por nuestro estatuto carcelario como el conjunto de
medios educativos, instructivos, laborales, culturales, recreativos, deportivos y
familiares que se usan, con base en la dignidad humana y en las necesidades
particulares de la personalidad de cada sujeto, para obtener tal fin de reinserción
socio-cultural ( artículo 143).

El mismo código establece que el trabajo es obligatorio como medio terapéutico


adecuado a tal objetivo (artículo 79); que la educación, al igual que aquél, es la
base fundamental de la resocialización, por lo que se orienta a enseñar y a afirmar
en el interno el conocimiento y el respeto de los valores humanos, de las
instituciones públicas y sociales, de las leyes y normas de convivencia ciudadana y
el desarrollo de su sentido moral (artículo94), razón por la cual dentro de los
programas educativos propios del sistema progresivo se debe "…abarcar todas las
disciplinas orientadas a la resocialización del interno" (artículo 144, inciso 2º.); y
que el tratamiento penitenciario es el progresivo, que se realiza por medio de
grupos interdisciplinarios integrados por abogados, psiquiatras, psicólogos,
pedagogos, trabajadores sociales, médicos, terapistas, antropólogos, sociólogos,
criminólogos, penitenciaristas y miembros del cuerpo de custodia y vigilancia
(artículos 144/5).

Resulta claro de la reseña anterior que conforme con nuestro código penitenciario
y carcelario, como lo es a nivel universal, para hablar de resocialización es
menester el tratamiento penitenciario que conduzca a ella y que dicho tratamiento
siempre tenga como punto de partida y de llegada la personalidad del recluso,
pasando, naturalmente, por el medio o ambiente, salvo que, claro está, se trate de
personas que, demostrado científicamente, no requieran de terapia ( artículo 145-
2).

Magistrado Ponente: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Casación -Libertad-Reposición
• Fecha : 20/09/1999
• Decisión : No repone providencia que negó libertad
• Procesado : BERMUDEZ URIBE, CARLOS
• Proceso : 12694
• Publicada : Si
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PRESCRIPCION/ PECULADO CULPOSO


Si bien el delito imputado a la procesada en el pliego acusatorio contempla una
pena máxima de dos (2) años de arresto, de todos modos, en cumplimiento de lo
normado en el inciso final del citado artículo 84, no puede ser inferior a cinco (5)
años para los efectos de la prescripción, cifra que se debe incrementar en la
tercera parte, según lo ordenado por el artículo 82 de la citada obra, pues es
indiscutible que se está frente a un servidor público en el desarrollo de sus
funciones, lo que implica que el término extintivo de la acción es de seis (6) años y
ocho (8) meses.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Auto Segunda Instancia


• Fecha : 20/09/1999
• Decisión : Declara que en este asunto no ha operado el fenómeno
de la
prescripción
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Montería
• Procesado : PETRO HERNANDEZ, MARTHA CECILIA
• Delitos : Peculado culposo
• Proceso : 11541
• Publicada : Si
Salvamento de Voto Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO
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REDENCION DE PENA-Normatividad/ JUSTICIA


ESPECIALIZADA
Como ya se ha manifestado en otras ocasiones, en materia de redención de pena
por trabajo, estudio y enseñanza y como excepción a la regla general contemplada
en el artículo 75 del Código de Procedimiento Penal y 51 del Código Penitenciario y
Carcelario, de que son los Jueces de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad
los competentes para concederlas, la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema
de Justicia las reconoce provisionalmente en desarrollo del mandato contenido en
el numeral 2º del artículo 415 del Código de Procedimiento Penal, inciso 3º, según
el cual “la rebaja de pena por trabajo o estudio se tendrá en cuenta para el
cómputo de la sanción”.

Con la expedición del Decreto 1542 de 1997 se amplió el ámbito de la Corte para
el reconocimiento de redenciones de pena, pues el artículo 5º modificó la
oportunidad para obtener el beneficio administrativo del permiso hasta de 72
horas, haciéndolo extensivo a aquellos internos cuyo recurso de casación se
encuentre pendiente, por lo cual solo procede para los fines señalados en el
artículo 147 de la Ley 65 de 1993.

Ese ámbito de competencia de la Corte nuevamente se amplía con la expedición


de la Ley 504 del 25 de junio de 1999, que en su artículo 29 modificó el numeral 5º
del artículo 147 del Código Penitenciario y Carcelario, en el sentido de incluir entre
los potenciales beneficiarios del permiso hasta de 72 horas a los condenados por
delitos de competencia de los Jueces Penales del Circuito Especializados que hayan
descontado el 70% de la pena impuesta.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR

Auto Casación
• Fecha : 20/09/1999
• Decisión : Reconoce en forma provisional redención de pena
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : MUÑOZ CORREA, LUIS HORACIO
• Delitos : Secuestro extorsivo
• Proceso : 11859
• Publicada : Si
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21/09/1999

DICTAMEN PERICIAL
Siendo claro que la actividad probatoria se traduce en la recopilación de elementos
a través de los cuales se suministra al juez o éste adquiere el conocimiento de un
hecho, es indudable que ninguno de ellos responde en su naturaleza a concepción
diferente que la de constituirse en medio de ilustración o de convicción, por eso en
la labor de apreciación el funcionario judicial debe tomarlos en conjunto y de
conformidad con las reglas de la sana crítica, exponiendo razonadamente el mérito
que le asigne a cada uno, lo que equivale a decir que ciertamente la prueba no es
la verdad, sino apenas un medio que con la aplicación de un proceso lógico y
racional permite llegar o aproximarse a ella según el convencimiento judicial.

En ese orden, la prueba pericial que procede "cuando se requieran conocimientos


especiales científicos, técnicos o artísticos" no escapa a tal acepción pues ella no
es un dogma en sí sino apenas un medio que busca persuadir al juez sobre la
realidad de un determinado hecho, es, como lo dice el a quo, haciéndole eco uno
de los recurrentes, un medio de ilustración y no de decisión per se.

Por tanto, el dictamen como concepto de personas expertas en determinada


ciencia, técnica o arte que instruye al juzgador sobre conocimientos de esa índole
se convierte en un elemento más de los que se vale el funcionario para
convencerse acerca de la realidad de los hechos materia de proceso, es por ello
que la propia ley, artículo 273 del Código de Procedimiento Penal, le ordena, al
apreciarlo, tener en cuenta "la firmeza, precisión y calidad de sus fundamentos, la
idoneidad de los peritos y los demás elementos probatorios que obren en el
proceso", no de otra manera se entiende el desarrollo de principios probatorios
como el de necesidad y apreciación conjunta de la prueba con arreglo a la crítica
racional.

Por esas mismas razones, porque la experticia es un instrumento más de


convicción, la ley permite, para efectos del principio de contradicción, que los
sujetos procesales soliciten su aclaración, ampliación o adición o, en últimas, que
la objeten cuando consideren que en ella se ha incurrido en error, sin que eso
signifique, salvo el trámite propio del incidente de objeción, que una tal posición
abra la oportunidad de practicar nuevas pruebas.

Como lo sugieren los propios verbos aclarar, adicionar, complementar, su


invocación no conlleva la práctica de una nueva prueba pericial sino precisamente
una de tales acciones pero en relación con la que ya ha sido legalmente aducida al
proceso, por ello el entendimiento de los referidos procesados de que se realice
nuevo experticio resulta inoportuno e infundado cuando el rigor legal simplemente
hace referencia a las pericias respecto de las cuales se esté surtiendo el traslado
que formalmente permite su conocimiento y consecuente contradicción.

A propósito de ésta y teniendo en cuenta que al Juez como director del proceso le
es imperativo rechazar todas aquellas peticiones que no se avengan a la ley, es
patente que la contradicción de la prueba pericial, tal como la prevé el artículo 273
del estatuto procesal penal, no se cumple por la formulación de cualquier
cuestionamiento o inconformidad que con el concepto científico, técnico o artístico
tengan los sujetos procesales; es exigencia legal que una tal posición responda a
las definiciones de aclaración, adición o complementación y no a simples
disentimientos con las conclusiones o fundamentos de la pericia que si bien por
igual traducen el derecho a contradecir la prueba no son aspectos que merezcan
relievarse en oportunidad diferente a aquella en que el juzgador haya de decidir de
fondo; en otros términos, la diferencia en la apreciación que de un dictamen
ostenten los sujetos procesales tiene su oportunidad de exposición en el ámbito
propio de las decisiones y no por alguna de las vías previstas en el numeral 2o del
citado artículo 273.

Como el objeto de la prueba pericial es el conocimiento especial, científico, técnico


o artístico de que carezca y requiera el funcionario judicial dentro del respectivo
proceso, es obvio que las pretensiones de la defensora de (...) desbordan tal
limitación, pues ninguna presentación lógica y jurídica puede ostentar su
pretensión de que dentro de los dictámenes contables se efectúen las
liquidaciones de créditos con base en determinada tasa de interés señalada legal o
jurisprudencialmente o que los expertos, contadores, expliquen el cuadro
normativo y jurídico dentro del cual actuaron, pues es evidente que un tal
cuestionamiento no comporta aclaración, adición o complementación de ninguna
clase, toda vez que no hay elemento alguno del cual se permita inferir que los
citados dictámenes tienen confusión u oscuridad en las liquidaciones presentadas.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Auto Segunda Instancia


• Fecha : 21/09/1999
• Decisión : Confirma providencia que no accedió a ordenar aclaración
y
complementación de los dictámenes
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Neiva
• Procesado : TRUJILLO, HECTOR RAMIRO
• Procesado : CUELLAR BOTERO, GERARDO
• Procesado : CUELLAR BOTELLO, GILBERTO
• Procesado : DIAZ CASTRO, HERNANDO
• Procesado : SILVA RUIZ, MAURICIO
• Procesado : GONZALEZ CUELLAR, MAURICIO
• Procesado : SOTO BOTELLO, AGUSTIN
• Delitos : Prevaricato, Falsedad documental, Peculado, Concierto para
delinquir
• Proceso : 16021
• Publicada : Si
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PRESCRIPCION
Reiteradamente la Corte ha sostenido que el incremento del término prescriptivo
establecido en el artículo 82 del Código Penal, cuando el delito ha sido cometido
dentro del país por empleado oficial en ejercicio de sus funciones, o de su cargo, o
con ocasión de ellos, opera por igual en el sumario como en la causa, y que su
aplicación, por tanto, debe hacerse de manera autónoma en cada uno de los
referidos estadios procesales.

En el sumario, sobre el término de prescripción señalado en el artículo 80 del


referido estatuto, sin exceder de 20 años. En el juicio, sobre el monto establecido
en el artículo 84 ejusdem, que como se sabe, en ningún caso puede ser inferior a
cinco (5) años. De allí que la Corte haya insistentemente sostenido que el tiempo
de prescripción en los casos contemplados en el artículo 82 del Código Penal,
jamás podrá ser inferior a seis (6) años y ocho (8) meses, cualquiera sea el estado
del proceso (Cfr. Casación abril 28/92, Magistrado Ponente Dr. Torres Fresneda;
Auto diciembre 6/95, Sentencia revisión sep.23/98, Magistrado Ponente doctor
Calvete Rangel; Auto noviembre 12/98 Magistrado Ponente doctor Córdoba
Poveda; y, Casación abril 20/99 Magistrado Ponente doctor Páez Velandia, entre
otras).
Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
• Fecha : 21/09/1999
• Decisión : Niega solicitud de cesación de procedimiento por
prescripción
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Quibdó
• Recurrente : IBARGUEN MOSQUERA, JAFEHT
• Delitos : Concusión
• Proceso : 11361
• Publicada : Si
Salvamento de Voto Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO
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CAMBIO DE RADICACION
De conformidad con el artículo 84 ibídem, la solicitud de cambio de radicación
podrá efectuarse por cualquiera de los sujetos procesales y por el funcionario que
esté conociendo de la actuación, la cual deberá ser motivada y a ella se
acompañarán las pruebas en que se funda.

Magistrado Ponente: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Cambio de Radicación
• Fecha : 21/09/1999
• Decisión : Niega el cambio de radicación
• Procedencia : Juzgado Promiscuo
• Ciudad : San José del Guaviare
• Procesado : MANJARRES, JEREMIAS
• Proceso : 16153
• Publicada : Si
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22/09/1999

EXTRADICION-Trámite
Es bueno recordar que el trámite de las solicitudes de extradición es unitario,
cuando se remite a las normas del Código de Procedimiento Penal (Libro V, Título I,
Capítulo III), y compete decidirlo al Gobierno Nacional, aunque en su curso bien
puede distinguirse una fase judicial, por el requerimiento de la intervención de la
Corte Suprema de Justicia. De este modo, de manera esquemática, puede decirse
que el Ejecutivo dispone unos actos preliminares de estudio de la documentación y
preparación del expediente para su envío a la Corte; ésta inicia el trámite con la
concesión de un traslado al requerido o a su defensor para solicitar pruebas, abre
un período probatorio y después conceptúa; por último, el Gobierno dicta una
resolución administrativa para conceder o negar la extradición.

En parte alguna de la providencia cuestionada, se ha dicho que la parte


administrativa del trámite de extradición se circunscribe a esos actos previos del
Gobierno para alistar las diligencias e indicar el procedimiento por seguir, pues ello
sería desconocer la importancia de la facultad y el acto más trascendental del
Ejecutivo para definir dicho diligenciamiento, cual es el de dictar la resolución que
concede o niega la extradición.

Ahora bien, está fuera de contexto la invocación de la Parte Primera del Código
Contencioso Administrativo (Decreto 01 de 1984), porque dicha legislación se
aplicaría ante la inexistencia de un orden normativo especial dispuesto para la
materia, que en este caso es el mencionado capítulo III, título I, Libro V del Código
de Procedimiento Penal.

Otra fue la situación enfrentada por la Corte en los conceptos del 17 de febrero y el
3 de junio de 1987, cuando se hizo remisión expresa a las normas preliminares del
Código Contencioso Administrativo. En efecto, para aquel entonces la extradición
de colombianos estaba supeditada a la existencia de un tratado con Colombia que
previera la cláusula de reciprocidad en la entrega de nacionales y, verificada la
vigencia en estos términos de los convenios de 1888 (Ley 66/88) y la adición de
1940 (Ley 8ª/43) con los Estados Unidos de América, la Sala declaró que el trámite
interno para darle desarrollo a los tratados era eminentemente administrativo, sin
requerir la participación del órgano judicial.

Por ello, la Sala en el primer concepto referido puntualizó:

"Para el caso concreto de nuestro país, no es necesario expedir normas especiales que
regulen los trámites administrativos que deban realizarse para darle cumplido
desarrollo a las previsiones de un tratado, pues ellos están previstos en la parte
Primera del Código Contencioso Administrativo (Decreto 01 de 1984), que en su
artículo 1° dispone que sus normas se aplican a los trámites administrativos de
cualquiera de las Ramas del Poder Público, con las excepciones expresamente
señaladas en dicha norma, y siempre que la ley no haya establecido un procedimiento
especial para algún asunto".

Y agrega:

"Es un procedimiento que se mueve dentro de un ámbito jurídico propio, el cual tiene
que ser por su naturaleza distinto al judicial, aunque está como éste encuadrado
dentro de los principios constitucionales del derecho de defensa y del debido proceso,
los que junto con el juicio de legalidad, constituyen el objeto de control que sobre él
ejerce la jurisdicción contencioso administrativa a que está sujeto" (M. P. Jaime
Giraldo Angel. Se ha subrayado).

En el segundo concepto, a manera de síntesis, se dijo:

"3. Ha recobrado vigencia el tratado de 1888 y su adición de 1940;


"4. En esta resurgida situación (tratado de 1888 y adición de 1940), no se contempló
la intervención de la Corte Suprema de Justicia, mediante su Sala de Casación Penal,
ni se concilia una interpretación que lleve a establecerla, porque otorgándose al
Presidente de la República una omnímoda atribución en cuanto a conceder o negar la
extradición de nacionales, no es dable dar aplicación a normas del Código de
Procedimiento Penal, dispuestas para cuando no existe tratado, acuerdo, convención o
usos internacionales aplicables, que restringen esa discrecionalidad del Ejecutivo,
pues en el caso de una opinión adversa éste se vería constreñido a obedecerla; y
"5. El procedimiento administrativo contempla también una esmerada regulación del
derecho de defensa y de audiencia del extraditable, suficientes para garantizar los
resguardos constitucionales a que tenga derecho" (M. P. Gustavo Gómez Velásquez).

Son dos realidades distintas para soluciones coherentemente también diferentes,


porque los casos objeto de los pronunciamientos anteriores se regían inicialmente
por un tratado público que no prevé la intervención judicial, cuyo desarrollo se
hacía por un trámite interno previsto en la legislación doméstica de cada país
comprometido, y que en Colombia, por ser dicho rito estrictamente gubernativo, se
remite al Código Contencioso Administrativo, con el fin de garantizar el debido
proceso y la defensa.

En el asunto examinado, por el contrario, como no está vigente convenio bilateral


o multilateral alguno con el país solicitante (Estados Unidos de América), la
procedencia de la extradición no se sujeta a dichos instrumentos internacionales,
razón por la cual el origen y la tramitación se someten integralmente a las reglas
del Código de Procedimiento Penal, estatuto que contiene su propia garantía de los
derechos de audiencia y defensa del requerido, y con carácter judicial para mayor
abundancia (art. 556). Así entonces, para efectos del trámite, no es pertinente la
remisión al Código Contencioso Administrativo, porque el Estatuto Procesal Penal
en esta materia es legislación especial, salvo lo referente a los recursos por la vía
gubernativa y el control de legalidad de las decisiones por la jurisdicción
contencioso-administrativa.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Extradición
• Fecha : 22/09/1999
• Decisión : No repone providencia examinada
• Procesado : PERLAZA ORTIZ, MILTON
• Proceso : 15825
• Publicada : Si
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CASACION-Interés para recurrir-Apelación


La Corte ha sostenido que una de las exigencias para la validez del trámite del
recurso de casación es que el sujeto procesal eventualmente recurrente en lo
extraordinario haya interpuesto el recurso de apelación contra la sentencia de
primera instancia. Si no lo ha hecho, pudiendo hacerlo, o lo ha hecho pobremente
al punto de generar la declaración de desierto, le es imposible, entonces,
pretender ser escuchado en casación.

En detalle, y claramente, ha explicado la Sala que si "…cualquiera de los sujetos


procesales se abstiene de interponer o de sustentar en tiempo el recurso de
apelación contra la sentencia de primera instancia, estando en condiciones de
hacerlo, ha de entenderse que se muestra conforme con la decisión proferida…"
(Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Resolución del 11 de febrero
de 1999, M. P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll) y que, por tanto, carece de razones o
de interés para acudir a la casación.

Exceptúa la Corte varias hipótesis, por ejemplo, que la sentencia sea revisada en
segunda instancia por estar previsto el grado de consulta; que se haya impedido
al sujeto procesal la interposición y sustentación del recurso; que el impugnante
plantee nulidades procesales; o que notablemente se desmejore en segunda
instancia el interés de quien aspira, luego, al recurso extraordinario.

Magistrado Ponente: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
• Fecha : 22/09/1999
• Decisión : Desestima la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Procesado : ARANGO ESCOBAR, ALDEMAR
• Procesado : FERNANDEZ MARIN, JUAN JOSE
• Delitos : Falsedad material de particular en doc. púb., Estafa, Fraude
procesal
• Proceso : 11351
• Publicada : Si
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NULIDAD/ IRREGULARIDAD
Cuando el artículo 308.5° del Código de Procedimiento Penal establece, entre los
"principios que orientan la declaratoria de las nulidades", que la invalidación de lo
actuado sólo podrá decretarse "cuando no exista otro medio procesal para
subsanar la irregularidad sustancial", consagra el carácter de "última ratio" o de
medida extrema de tal remedio procesal, el que por lo mismo se excluye cuando al
alcance del funcionario se halla la posibilidad de corregir el yerro y restablecer la
garantía quebrantada, o cuando avizorada tal alternativa de solución menos
gravosa para los fines del proceso, ésta es voluntariamente desestimada por la
parte afectada, que inadvirtiendo la voluntad de preservar la actuación por parte
del funcionario, insiste en la declaratoria de invalidez de la actuación a través de la
nulidad, como único mecanismo de solución de una irregularidad que
persistentemente considera insubsanable.

Del examen del expediente se evidencia que tanto el procesado como su defensor,
habiendo sido enterados en debida forma de la citada providencia, omitieron
voluntariamente acogerse a tan benigna alternativa de solución, formulada en aras
de la preservación de lo actuado a través de la "corrección de actos irregulares",
cuando ello sea posible, "respetando siempre los derechos y garantías de los
sujetos procesales", tal como bajo el rango de norma rectora lo establece el
artículo 13 del Código de Procedimiento Penal.

De lo expuesto se concluye que la jueza de conocimiento, mediante la citada


providencia de 18 de enero de 1995, subsanó lo que en su sentir constituía una
irregularidad sustancial derivada del desconocimiento de la oportunidad de
terminar anticipadamente el proceso y obtener así una disminución de la tercera
parte de la pena, alternativa voluntariamente desestimada por el procesado y su
defensor, quienes, insatisfechos con la estrategia defensiva entonces expuesta,
ahora pretenden restablecerla en sede casacional, contrariando no sólo la finalidad
de este mecanismo de impugnación, sino el régimen de las nulidades, que,
inspirado en la prevalencia del derecho sustancial (art. 228 de la Constitución
Política), enseña que para invalidar lo actuado no basta la constatación de la
irregularidad aducida, sino que además es menester demostrar que por la
impropia conducción del proceso, los derechos y garantías de quienes en él
intervienen, resultaron conculcados.

Lo contrario equivaldría a entronizar el proceso como un fin en sí mismo y no como


un medio a través del cual garantizar el respeto de los derechos fundamentales de
quienes en él intervienen.

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
• Fecha : 22/09/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cundinamarca
• Procesado : OLARTE REYES, CARLOS EDGAR
• Delitos : Tentativa de homicidio, Porte de armas de defensa personal,
Homicidio
• Proceso : 11543
• Publicada : Si
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INVESTIGACION INTEGRAL
El artículo 247 del C. de P. P. es apenas una norma instrumental, no sustancial, en
la medida que dentro del sistema procesal penal aparece como el medio único
para alcanzar la aplicación de preceptos materiales.

El funcionario judicial habrá de preocuparse con igual celo por recaudar o recibir
tanto las pruebas que inculpan al procesado como aquellas que le servirían de
exculpación. Y como las pruebas son los únicos medios viables para construir la
acusación en un sistema procesal penal regido por el principio de presunción de
inocencia, como el Colombiano, se tiene que los obstáculos que en ese sentido se
pongan al procesado afectarían notoriamente el equilibrio de las partes en el
proceso, la contradicción y la defensa, que son tres pilares del debido proceso y,
por ende, factores que tocan con la regularidad del procedimiento y no con un
mero error de apreciación.

Así pues, el desconocimiento del artículo 333 del C. de P. P. ocurriría, verbigracia,


por soslayar la búsqueda de las pruebas tendientes a confirmar la coartada del
procesado; o por negar arbitrariamente la práctica de algunos medios de
convicción pertinentes o conducentes que apunten al ejercicio racional de la
defensa. Se trata de desvíos intolerables en la conformación del maderamen
probatorio, no de vacíos o inconsistencias en su valoración.

Precisamente, en razón de la importancia del principio de investigación integral en


el equilibrio procesal y en la objetividad de las autoridades judiciales, los reproches
en dicha materia deben hacerse por la vía de la nulidad (causal 3ª) y no como
simples yerros en la aplicación del derecho (causal 1ª).

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
• Fecha : 22/09/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cúcuta
• Procesado : CASTRO ORTEGA, PEDRO JOSE
• Delitos : Hurto calificado y agravado, Homicidio agravado
• Proceso : 10757
• Publicada : Si
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ERROR DE HECHO/ FALSO JUICIO DE IDENTIDAD


Cuando se acude al error de hecho surgido de un falso juicio de identidad, el
casacionista tiene la obligación de demostrar la distorsión en que ha incurrido el
juzgador frente a la prueba, bien porque le ha quitado o le ha agregado algo, bien
porque la ha parcelado o sectorizado.

Si el censor quiere problematizar la sana crítica, tiene que probar que en la


sentencia se ha alejado de las normas que rigen la corrección del pensamiento
humano, es decir, que ostensible, abrupta y manifiestamente se ha apartado de la
recta razón sustentada en la lógica, en la ciencia y en la experiencia común. Esto
tampoco lo hizo la impugnante.

Sobre estos temas, la Sala ha sido reiterativa y nítida. Así, por ejemplo, en
casación del 1O de julio de 1996 ha enseñado que para demostrar el falso juicio de
identidad, es necesario realizar una comparación objetiva entre el contenido de la
prueba y lo manifestado en la sentencia al respecto, en orden a verificar si en
realidad fue alterada, o entre aquella, las reglas de la sana crítica y el fallo, para
advertir si las segundas fueron desconocidas de manera flagrante hasta el punto
de aceptar lo irreal o inverosímil ( M. P. Dr. Carlos E. Mejía Escobar).
Magistrado Ponente: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
• Fecha : 22/09/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : OSPINA MENESES, LEON FABIO
• Delitos : Tentativa de homicidio, Porte ilegal de armas
• Proceso : 11068
• Publicada : Si
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COMPETENCIA/ CONEXIDAD
El factor de conexidad que hace extensiva la competencia al funcionario de la
especialidad -la justicia regional para el caso- lo autoriza implícitamente a ejercer
su potestad de revisión integral de los fallos de primera instancia dentro de la
competencia funcional que le confiera la consulta, que al tenor del artículo 217 del
C. de P.P., tal como reiteradamente lo ha sostenido la Corte: "es un mecanismo
imperativo de revisión de la legalidad de ciertas decisiones adoptadas por el
inferior, distinto de la apelación, establecido por motivos de interés público, que se
surte por ministerio y en los casos expresamente previstos en la ley, sin que la
extensión de ese control quede a discreción de los sujetos procesales, de modo
que la competencia del Juez no depende de si una sola o ambas partes apelaron,
ya que con apelación o sin ella tiene la facultad de revisar de manera ilimitada y
en todos sus aspectos el proveído que se somete a su conocimiento y agravar la
situación del procesado así sea apelante único".

En la órbita de su competencia funcional derivada de la consulta tenía el Tribunal


Nacional la facultad de revisar como juez de segundo grado, todos los aspectos de
la sentencia de primera instancia, sin sujeción al límite establecido por la
apelación.

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Sentencia Casación
• Fecha : 22/09/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : SARMIENTO BARCENAS, OMAR
• Delitos : Homicidio agravado
• Proceso : 13878
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION/ IN DUBIO PRO REO


En materia de casación rigen varios principios inexpugnables, entre ellos, los de
autonomía y de no contradicción. De acuerdo con el primero, cada causal de
casación debe ser enunciada y desarrollada separadamente, y en virtud del
segundo, es permitido aducir cargos excluyentes siempre y cuando sean
presentados en forma independiente, aislada, y propuestos de manera
subsidiaria.

Si el casacionista pretende el reconocimiento de la duda, no le resulta acertado


afirmar simultáneamente que de la prueba pericial, testimonial y de inspección
emerge desprevenidamente la no responsabilidad de su defendido frente a los
delitos incriminados. Es claro que si bien los dos eventos conducen a la absolución,
se trata de hipótesis de trabajo diversas y excluyentes pues si la prueba enseña
ausencia de responsabilidad, es porque no existe duda; y si hay duda, es porque
no existe certeza sobre la ausencia de responsabilidad.

Magistrado Ponente: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
• Fecha : 22/09/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Neiva
• Procesado : SALVADOR SUAZA, JESUS
• Delitos : Homicidio culposo
• Proceso : 13125
• Publicada : Si
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SANA CRITICA/ MINISTERIO PUBLICO-Concepto


En el sistema de valoración probatoria que nos rige, según el expreso mandato del
artículo 254 del Código de Procedimiento Penal, bajo "las reglas de la sana crítica",
el legislador no ha prefijado por anticipado una concreta significación probatoria a
los distintos medios, no les ha determinado de antemano su valor.

No podría entenderse que al disponer el artículo 248 de la Constitución Política que


"Unicamente las condenas proferidas en sentencias judiciales en forma definitiva
tienen la calidad de antecedentes penales y contravencionales en todos los
órdenes legales", se haya creado por esta norma superior una especial categoría
de tarifación de la prueba, en la medida en que tal precepto tiene un claro poder
de definición respecto de cuáles informaciones en manos del Estado por concepto
de investigaciones penales y contravencionales que se siguen en contra de una
persona, constituyen antecedente, pero no traduce al propio tiempo que si no se
está frente a "sentencias judiciales" definitivas, las informaciones relacionadas con
investigaciones penales adelantadas por otras autoridades no puedan servir a los
administradores de justicia en un caso determinado, para fundar por ejemplo con
mayor precisión la personalidad del procesado.

El concepto que obligatoriamente corresponde rendir al Ministerio Público, lo es


con relación a la demanda y no como parece entenderlo el Delegado cuando fija
ab initio el contenido de su intervención en este caso, "sobre la legalidad de la
sentencia", pues no puede confundirse el hecho de que la casación tenga el
alcance de ser un cuestionamiento técnico jurídico sobre la legalidad del fallo, con
una ilimitada facultad en la proposición de los errores en que pudo incurrir el
juzgador, que deben privativamente ser presentados por el casacionista, salvedad
hecha del deber que compete a la Corte de declarar oficiosamente cuando lo
advierta una nulidad o cuando sea ostensible el atentado contra las garantías
fundamentales.
Por ello, al Delegado se impone cuando concurre uno cualquiera de los referidos
casos, sugerir a la Corte la casación oficiosa, pero no por esto puede aceptarse que
simplemente tome como suyos los argumentos del demandante y obvie hacer un
completo planteamiento, desarrollo y demostración de los motivos en que se funda
la solicitud, esto es, traspasarlos, sin más, hacia la vía de la nulidad.

La Sala ha precisado en diversas oportunidades que para poder recurrir por la vía
extraordinaria una sentencia, imprescindible presupuesto en la actividad de la
parte inconforme lo constituye el hecho de haber apelado el fallo de primer grado
y que, por tanto, frente a esta hipótesis, si por el contenido de la impugnación
dentro de esos específicos límites se ha pronunciado la segunda instancia, como lo
dispone y ordena el artículo 217 del Código de Procedimiento Penal (modificado
por el artículo 34 de la Ley 81 de 1.993), no es posible que por vía de la casación
se acusen errores del Tribunal en que no podía estar incurso al ejercer una
competencia alinderada por el específico objeto revelado en la sustentación del
apelante.

En efecto, en sentencia del 20 de abril del año en curso, con ponencia del
Magistrado doctor Dídimo Páez Velandia, se precisó:

"Interpretando la normatividad reguladora del recurso de apelación, también es cierto, la


Corte reiterativamente ha advertido que cuando el apelante de la sentencia de primera
instancia, en los eventos en que no procede la consulta, asintió con determinados aspectos
de ese pronunciamiento al no impugnarlos, desaparece su interés jurídico para objetar
extraordinariamente la sentencia de segundo grado en relación con esos precisos aspectos,
que al no haber sido tema de controversia apelacional, no pueden dar ocasión a errores del
fallador de segunda instancia susceptibles de enmienda en sede casacional, salvo, entre
otros eventos, que este último pronunciamiento llegue a desmejorar la situación del
procesado en términos que traduzcan el quebranto de la prohibición de reforma en perjuicio
consagrada en la Carta Política, donde sí franquea la posibilidad al recurso de casación".

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Sentencia Casación
• Fecha : 22/09/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : CARDENAS SABOGAL, RENE
• Delitos : Lesiones personales, Porte de armas de defensa personal
• Proceso : 10510
• Publicada : Si
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24/09/1999

DESISTIMIENTO
A la luz del artículo 244 del C. de P. P. y dado que en el presente asunto aún no se
ha emitido concepto por parte de la Procuraduría Delegada, y que por lo tanto, no
ha ingresado el expediente a Despacho para la elaboración del respectivo proyecto
de fallo que ponga fin al presente recurso, lo procedente sería aceptar la
desistimiento antes comentado pues al fin y al cabo el artículo 137 del Estatuto
procedimental penal prevé que el sindicado tiene los mismos derechos de su
defensor, pero a renglón seguido pone de presente que cuando existan peticiones
contradictorias entre éste y su procurador judicial, prevalecerán las de este último.

Así las cosas, y como ya se vio, no concurren todos los elementos que establece la
ley para que en el caso de (...) se pueda a decretar en su favor el desistimiento al
recurso de casación, debido a que no hay acuerdo entre el libelista y su defensor,
circunstancia ésta que impide que esta Sala atienda en forma favorable la
pretensión del libelista.
Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Casación
• Fecha : 24/09/1999
• Decisión : No acepta el desistimiento
• Procesado : GUTIERREZ MEDINA, NAPO JOSE
• Proceso : 14659
• Publicada : Si
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EXTINCION DE LA CONDENA-Casación
Mientras no se agote completamente el decurso procesal en virtud de la
impugnación extraordinaria, subsiste la posibilidad de modificar las decisiones de
instancia, y por ende mal podría la Sala de Casación Penal, anticipar la extinción
de una condena.

No es la Sala de Casación Penal, la autoridad encargada de hacer constar el


cumplimiento cabal de aquella obligación, sino, exclusivamente, el Juzgado ante el
cual realizó las presentaciones periódicas, con fundamento en la información
contenida en los libros destinados para tal fin.

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Casación
• Fecha : 24/09/1999
• Decisión : Se abstiene de declarar extinguida la condena impuesta
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Ibagué
• Procesado : DEVIA TOCORA, JAIRO
• Delitos : Falsedad
• Proceso : 13528
• Publicada : Si
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ACCION DE REVISION/ TERMINACION ANTICIPADA DEL


PROCESO/ SENTENCIA ANTICIPADA
Es cierto que en materia civil las nulidades originadas en la sentencia pueden
alegarse durante la actuación posterior a su emisión (Art. 142 del C. de P. Civil), de
ahí que una tal irregularidad se erija en causal de revisión conforme con lo
estipulado en el Art. 380-8ª ibídem -"la nulidad originada en la sentencia que
puso fin al proceso y que no era susceptible de recurso"-. Empero en materia penal
no existe este tipo de regulación, pues, amén de que el legislador realizó una
enumeración taxativa de los motivos que pueden dar lugar a impetrar la acción de
revisión, para nada se refirió en ellas a las nulidades que tienen como fuente el
proceso penal, las cuales tienen su propia sede de alegación en las instancias
ordinarias y en la extraordinaria del recurso de casación (Arts. 305 a 307 y 220-3
del C. de P. P.).
Ahora bien, si conforme con lo previsto en el artículo 232 del C. de P. Penal la
acción de revisión tiene como objetivo fundamental demostrar que el condenado
es inocente del hecho por el cual se le juzgó, de acuerdo con lo regulado en la
causal 3ª, o que no fue la persona que pudo haber ejecutado la conducta punible
en los casos de las causales 1ª, 4ª y 5ª, o que la acción penal no podía iniciarse o
proseguirse por ausencia de los requisitos de procedibilidad de la misma, según lo
establece la causal 2ª, fundamentos estos que brillan por su ausencia en el libelo
impugnatorio, los elementos probatorios que se aduzcan para demostrar una
cualquiera de las circunstancias reseñadas con antelación, deben ser diversos de
los tenidos como sustento de las sentencias de primero y segundo grados, los
cuales, además, mal pueden propender por intentar un nuevo examen de ese
plexo, puesto que en revisión no es admisible discurrir sobre problemas atinentes
con la aplicación de la ley, las irregularidades o vicios in procedendo, errores en la
apreciación y estimación probatorias, la cuantía y naturaleza de la pena impuesta,
temas todos ellos materia del recurso de casación. Menos se puede, como aquí lo
pretende el demandante, debatir sobre uno de los cargos objeto de imputación,
máxime si se trata de sentencia anticipada para cuya impugnación existen
inclusive restricciones de orden legal (Art. 37B- 4 del C. de P. Penal).

Se insiste, la naturaleza y alcances de la acción de revisión se encuentran


claramente delimitados en las disposiciones legales que la reglamentan en nuestro
ordenamiento jurídico-penal, y por consiguiente si su objeto es permitir la
demostración de que ha sido condenada como responsable de un delito una
persona que no lo cometió ni contribuyó a cometerlo, o bien porque en el evento
contemplado en la causal 6ª exista pronunciamiento judicial mediante el cual la
Corte haya variado favorablemente el criterio jurídico que sirvió como sustento de
la sentencia condenatoria, temas extraños a esas específicas circunstancias como
los que plantea en su escrito el libelista -debates sobre nulidades, formulación del
cargo y su adecuación típica, y la determinación de la cuantía y naturaleza de una
de las sanciones impuesta-, tornan inidónea la demanda de revisión instaurada en
razón del presente asunto, por carecer en lo absoluto la pretensión del impugnante
de respaldo legal y de sindéresis jurídica, conforme con lo reglado en el artículo
234-3 del C. de P. P., en armonía con el artículo 232 ibídem.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Acción de Revisión
• Fecha : 24/09/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda de revisión
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : OROZCO CARDONA, RAMON ELIAS
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio agravado,
Tentativa de hurto calificado y agravado
• Proceso : 14596
• Publicada : Si
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CASACION DISCRECIONAL/ NULIDAD/ IRREGULARIDAD


De acuerdo con el inciso 3° del artículo 218 del Código de Procedimiento Penal, le
corresponde a la Sala de Casación Penal, de manera discrecional y excepcional,
conceder o negar los recursos de casación en casos distintos a los señalados en el
inciso primero de la misma disposición; esto es, cuando la sentencia de segundo
grado no haya sido proferida por un tribunal sino por un juzgado de circuito; o en
el evento de que, a pesar de dictarse por dicha corporación, la sanción no alcanza
los seis (6) años.
En cuanto a la legitimación en la causa y la oportunidad para acudir
excepcionalmente, el Estatuto Procesal Penal y la interpretación de la Corte han
señalado que pueden hacerlo el Procurador, su delegado o el defensor, dentro de
los quince (15) días siguientes a la última notificación de la sentencia de segundo
grado, período que igualmente debe aprovecharse para la respectiva sustentación.

El precepto primeramente también le otorga facultad a la Corte para examinar en


cada caso, una vez constatado el requisito objetivo antes dicho, si es necesario el
recurso para el desarrollo de la jurisprudencia o la garantía de los derechos
fundamentales.

La doctrina jurisprudencial igualmente ha exigido, como requisito de


procedibilidad, que el recurrente haga una exposición sumaria sobre uno o ambos
objetivos de la casación discrecional, pues ello se concilia con el carácter de
recurso que ostenta la institución, con más veras si es extraordinario, y repudia
cualquier actuación inicial de oficio de la jurisdicción.

En realidad el debido proferimiento y la correcta sustanciación del cierre de


investigación se ha tenido como un presupuesto procesal de la calificación
sumarial, de tal manera que la invalidez o ineficacia del primer acto procesal
impide proveer sobre el segundo (art. 438 C. P. P.). Así mismo, un defecto
sustancial en esta materia afecta la estructura procesal y, eventualmente, puede
dar lugar a la nulidad de la actuación procesal (art. 304-2 C. P. P.).

La falta de firma en cualquier actuación procesal contraviene sus requisitos


formales (art. 157 C. P. P), y es indudablemente una irregularidad, pero para
hacerla valer como causal de nulidad es preciso descartar verosímilmente la
acción de cualquiera de los mecanismos neutralizantes de la invalidez que prevé el
artículo 308 del mismo ordenamiento.

En efecto, y para el caso concreto, a pesar de la falta de firma del fiscal en la


resolución de cierre de investigación, bien pudo ocurrir que otros sucesos
concomitantes y válidos dieran fe de la existencia del acto procesal; o que los
sujetos procesales, sin perjuicio del derecho de defensa, lo hayan aceptado por
medio de la notificación y la ausencia de una repulsa expresa al defecto; o que la
decisión, a pesar de la informalidad, haya cumplido los objetivos para los cuales se
previó legalmente, tales como abrir el período de alegación precalificatoria y
posibilitar su ejercicio.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Casación Discrecional
• Fecha : 24/09/1999
• Decisión : No concede el recurso de casación discrecional
• Procedencia : Juzgado 43 Penal del Circuito
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : QUINTERO PEREZ, HECTOR DARIO
• Delitos : Lesiones personales
• Proceso : 14622
• Publicada : Si
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27/09/1999

LIBERTAD PROVISIONAL/ PERSONALIDAD DEL PROCESADO


El No. 2-2 del artículo 415 del Código de Procedimiento Penal dispone que el
sindicado tiene derecho a la excarcelación cuando lleve en detención preventiva el
tiempo necesario para obtener la libertad condicional, siempre que se reúnan los
demás requisitos para otorgarla.
El artículo 72 del código penal, además, establece otra exigencia: que la
personalidad del procesado, su buena conducta en el establecimiento carcelario y
sus antecedentes de todo orden, permitan al juez suponer fundadamente que la
persona se encuentra readaptada socialmente.

Magistrado Ponente: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Casación -Libertad-
• Fecha : 27/09/1999
• Decisión : Niega libertad pedida
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : VILLARREAL RAMOS, TIBERIO
• Delitos : Enriquecimiento ilícito de particular
• Proceso : 16231
• Publicada : Si
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28/09/1999

DEMANDA DE CASACION
De modo insistente la Corte ha sostenido que el recurso extraordinario de casación
no es una tercera instancia de plena justicia en la cual resulte procedente la
continuación del debate jurídico y probatorio llevado a cabo en el curso del
proceso. Es una sede única que parte del supuesto que el juicio ha fenecido con el
proferimiento del fallo de segundo grado, en la cual el ejercicio del derecho a
impugnar debe orientarse a demostrar que la declaración judicial del derecho
material se apartó de la voluntad de la ley.

Es por tanto un juicio jurídico a la sentencia en orden a obtener su invalidación,


cuya postulación requiere de la presentación de demanda, la cual ha de satisfacer
a plenitud precisas exigencias legales de forma y contenido so riesgo de ser
rechazada, y cuya prosperidad está determinada por la demostración de haberse
configurado una o algunas de las causales de procedencia normativamente
establecidas.

Entre los presupuestos formales exigidos por la ley de rito para que la demanda de
casación pueda ser admitida por la Corte, se encuentra la obligación de indicar
clara y precisamente los fundamentos fácticos y jurídicos de la causal que se
aduce para pedir la infirmación del fallo.

La exigencia se funda en la necesidad de fijar objetivamente el sentido y alcance


de la impugnación, en orden a determinar su idoneidad formal y sustancial, y en el
principio de limitación que gobierna el recurso, de acuerdo con el cual el Juez de
Casación no puede entrar a llenar los vacíos que el libelo ofrezca.

Estos requisitos, expresamente indicados por el artículo 225 del Código de


Procedimiento Penal, no son satisfechos por el recurrente en este caso, quien si
bien trata de acertar identificando el fallo impugnado y los sujetos procesales,
resumir los hechos que en su criterio tuvieron lugar y la actuación llevada a cabo
durante el trámite judicial, no logra lo mismo en relación con la carga de indicar
clara y precisamente los fundamentos de la causal que aduce.

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
• Fecha : 28/09/1999
• Decisión : Rechaza la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Barranquilla
• Procesado : MEJIA SOLANO, ALBERTO JOSE
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 13916
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION
Es exigencia formal de la demanda de casación para procurar la viabilidad del
recurso extraordinario, que los fundamentos de la causal que se aduce para
solicitar la revocación de la sentencia de segunda instancia sean expuestos en
forma clara y precisa -numeral 3o. del artículo 225 del C. de P.P.-; y no se remite a
duda que estas cualidades de la disertación demostrativa involucran la necesidad
de que el reparo se efectúe completo, porque, cuando se trata de cuestionar la
evaluación probatoria adelantada por el fallador se trata, su objetivo es derruir la
totalidad de las bases en que reposa la decisión, dejándolas al descubierto ante la
Corte con los errores de interpretación jurídica que pudieran haber afectado su
significado y alcance.

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Auto Casación
• Fecha : 28/09/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : VELASQUEZ DAVID, GUSTAVO
• Delitos : Hurto calificado y agravado, Homicidio
• Proceso : 14515
• Publicada : Si
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REDENCION DE PENA-Constancias
Debe advertírsele al procesado que de conformidad con la Ley 65 de 1.993, las
constancias que acrediten horas de trabajo, estudio o enseñanza para efectos de la
rebaja de pena correspondiente, deberán indicar los días exactos en que se
cumplió la labor.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Casación -Libertad-
• Fecha : 28/09/1999
• Decisión : No repone, otorga libertad a partir del 30 de septiembre
de
1999
• Procedencia : Tribunal Superior
• Ciudad : Militar
• Procesado : OVIEDO DIAZ, OSCAR ANTONIO
• Proceso : 15903
• Publicada : Si
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DETENCION HOSPITALARIA
Debe advertirse de conformidad con el artículo 60 del Decreto Legislativo 2790 de
1.990, modificado por el artículo 1º del D.L. 99 de 1.991 y adoptado como
legislación permanente por el Decreto Extraordinario 2271 de 1.991, no derogado
ni implícita ni tácitamente por la Ley 504 de 1.999, que no es procedente la
suspensión de la detención preventiva y lo pertinente es la "detención
hospitalaria".

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Auto Casación
• Fecha : 28/09/1999
• Decisión : Niega suspensión de la detención preventiva
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : MARTINEZ, LUZ MARINA
• Delitos : Violación a la Ley 30/86
• Proceso : 16176
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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DEMANDA DE CASACION
Siendo la causal primera del artículo 220 del C. de P.P. la escogida, acusando la
sentencia de ser violatoria por vía indirecta de la ley sustancial, no es suficiente
con afirmar que existe "valoración indebida de la prueba", para que esta
aseveración permita entender con la concreción debida, cuál es la naturaleza del
yerro atribuido al fallo, esto es, si se ha incurrido en errores de hecho o de derecho,
menos aún cuando del desarrollo de la censura no se posibilita semejante
necesaria determinación y tampoco se precisa dentro de las múltiples alternativas
que cada uno de ellos comprende por cuál decididamente se ha encaminado el
ataque.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Auto Casación
• Fecha : 28/09/1999
• Decisión : Rechaza in límine las demandas
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : ROSADO URREA, ALFONSO
• Procesado : CORRO MENDOZA, LICERALDO
• Procesado : BARRAZA MOLINA, JORGE ELIECER
• Delitos : Secuestro extorsivo
• Proceso : 15312
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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CASACION-Finalidad
1. Sabido es que el recurso extraordinario de casación, a diferencia de los
ordinarios que se ejercen en las instancias tiene finalidades específicas delimitadas
en la ley y circunscritas a que con los cuestionamientos sobre la legalidad de las
sentencias, pretenda la reparación de los agravios inferidos a las partes en el
respectivo fallo, la efectividad del derecho material y de las garantías debidas a las
personas que intervienen en el proceso y unificar la jurisprudencia, lo cual debe
hacerse únicamente con base y por los motivos expresamente previstos en el
artículo 220 del Código de procedimiento Penal, pues no cualquier clase de
inconformidad con la sentencia es susceptible de ser recurrida por esta vía.

2. Significa entonces lo anterior, que este medio de impugnación tiene como


objeto no solo un fallo definitivo, es decir, aquél que pone fin a las instancias, sino
el contenido material del proceso mismo, bien se trate de juicios in iudicando o in
procedendo, y en esa medida el sujeto procesal legitimado para interponerlo debe,
en orden a su interés para ello, pretender que se restablezca el imperio justo de la
ley cuando por esta clase de defectos judiciales ha resultado atropellado en sus
derechos.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Auto Casación
• Fecha : 28/09/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Pereira
• Procesado : OSORIO ARENAS, NESTOR JAIR
• Delitos : Extorsión
• Proceso : 15558
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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TIPICIDAD/ PREVARICATO POR ACCION/ PREVARICATO POR


OMISION/ REPARTO/ CONCIERTO PARA DELINQUIR/
FALSEDAD IDEOLOGICA EN DOCUMENTO PUBLICO/
PECULADO POR APROPIACION/ DETERMINADOR
1-. De ahí que se diga que la posición asumida para cuestionar el fallo, es de gran
comodidad. Se advierte en ella un unilateral fraccionamiento de los hechos básicos
de la acusación y la posterior sentencia que ahora es materia de impugnación,
pues en la misma vía en que se enfoca la sustentación del recurso, habría lugar a
aducir que ninguno de los actos insularmente considerados se prestarían a ser
tomados como configurativos de ilicitud, y, por tanto, que carecen de
trascendencia penal, cuando lo cierto es que la conducta y sus resultados, frente al
tipo, han de ser apreciados desde la óptica de su integral valoración jurídica y
social.

Este fraccionamiento de la conducta objeto de investigación y juzgamiento, da


lugar a que los recurrentes descompongan en sus mínimas expresiones los
comportamientos delictivos imputados, para deducir a partir de éstas, que ninguna
de ellas, aisladamente estimadas, ostentan carácter delictivo. Por este terreno de
discusión la Corte no trasegará, pues en ello podría dar lugar a entender que son
los actos, y no la conducta integralmente considerada, los que deben ser
sometidos a valoración social y jurídica a efectos de establecer su reprochabilidad
penal, impidiendo la evaluación de los resultados del comportamiento frente al
tipo penal de que se trate.

Tema especial resulta el relacionado con la inembargabilidad de los dineros


incorporados en el Presupuesto Nacional, por virtud de lo dispuesto en la Ley 38 de
1990. Según el doctor (...), los dineros que se incorporaron al patrimonio de la Caja
dejaron de pertenecer al presupuesto y en tal medida su embargo resultaba viable,
conforme fue decretado.

No empece este asunto no haber sido tratado por el organismo encargado de la


acusación, pues, se entiende, correspondía a punto intrascendente derivado de la
imposibilidad jurídica de librar mandamiento de pago por la precariedad de los
documentos allegados con la demanda, es de decirse que de conformidad con el
artículo 513 del C. de P. C., modificado por el D. E. 2282 de 1989, art. 1º. Num. 272,
"las rentas y recursos incorporados en el presupuesto general de la nación son
inembargables", reiterando así la prohibición establecida en el Estatuto Orgánico
del Presupuesto General de la Nación por entonces vigente.

La existencia de estas disposiciones indica que no se trataba de una preceptiva


aislada del resto del ordenamiento jurídico existente por la época en que los
hechos tuvieron ocurrencia, sino de una perentoria pauta de conducta a ser
íntegramente acatada por los funcionarios. En este sentido se pronunció la Corte
Suprema de Justicia en sentencia proferida el tres de octubre de 1991, al fallar la
acción de inexequibilidad propuesta contra algunos segmentos del artículo 74 de
la Ley 46 de 1990. Se dijo entonces:

"Lo anterior quiere decir que de todas maneras continúa vigente y en plena
aplicación tanto el artículo 74 de la Ley 46 de 1990 en la parte no declarada
inexequible como el artículo 16 de la Ley 38 de 1989 -declarado ajustado a la Carta
por sentencia No. 44 de 22 de mayo de 1990- en cuanto consagran la
inembargabilidad de ‘las rentas’ y ‘recursos’ incorporados al Presupuesto Nacional,
entendiéndose estos dos términos en su sentido de la Hacienda Pública a la cual
pertenecen y que está dado en la misma Ley 38. Y comprendiéndose obviamente
dentro del concepto ‘rentas’ y ‘recursos’ los bienes en que unas y otros se
materializan en cada caso. Las entidades oficiales correspondientes certificarán en
su momento sobre si se trata de casos de ‘rentas’ o de ‘recursos’ del Presupuesto
Nacional cuando se quiera hacer efectiva la inembargabilidad".

Significa esto, que no obstante la vigencia de la prohibición contenida en la


disposición, ratificada incluso por el Juez de Control Constitucional de entonces, no
solamente fue desconocida de modo reiterado por el Juez acusado, al decretar el
embargo y secuestro de bienes que como se anotó no podían ser objeto de esa
medida, sino que acudió a dicho mecanismo para lograr que se configurara la
mayor defraudación patrimonial a la Caja Nacional de Previsión.

Cosa distinta a esto es que en la actualidad por virtud de las nuevas regulaciones
normativas, o incluso con ocasión de posteriores pronunciamientos de
constitucionalidad de los referidos preceptos (art. 513 del C. de P. C. y ley 38 de
1989) rijan normatividades distintas que hoy en día eventualmente autoricen la
medida preventiva cuando de obligaciones nacidas en una relación de trabajo se
trata, pero esto no significa que a la fecha del pronunciamiento de primer grado
hubieren dejado de tener connotación jurídica los delitos de prevaricato y
peculado, de una parte, porque como se vio, la inexistencia de verdaderos títulos
ejecutivos impedía, como igual acontece hoy en día, dictar mandamiento
ejecutivo, de contera decretar el embargo de bienes y su posterior entrega a los
demandantes, y de otra, la conducta delictiva de que se viene hablando, no ha
sido modificada favorablemente, ni desde el punto de vista de los supuestos de
hecho definidos como ilicitud, ni en cuanto toca con la punibilidad del
comportamiento.

2-. En ese sentido ha de afirmarse que si los documentos presentados con las
demandas hubieren reunido los requisitos establecidos en la ley para podérseles
considerar verdaderos títulos ejecutivos, si las demandas hubieren cumplido los
presupuestos de admisibilidad, si los actos procesales de liquidación de los
créditos se hubieren ajustado a las preceptivas establecidas al efecto o se hubiere
respetado la prohibición de embargar bienes respecto de los cuales no operaba por
entonces la medida cautelar, es decir, si los procesos hubieren sido adelantados
conforme al trámite previsto en la ley de rito laboral, podría entenderse
configurado el delito de prevaricato por omisión que se imputa haber realizado el
funcionario al no proceder a entregar a la demandada los dineros pertenecientes a
procesos ya fenecidos, conforme había sido dispuesto en decisión judicial.

3-. En favor del doctor (...) se pregona que el delito de concierto para delinquir no
logró configuración aduciéndose la imposibilidad de manipular el acto de reparto
de procesos, dado que esta labor oficial se cumplía semanalmente en uno de los
dieciséis Juzgados Laborales del Circuito, y se hacía en presencia del Juez de turno,
los empleados del Despacho y un representante del Ministerio público.

Si bien la obligada presencia de estos funcionarios en el acto de reparto de los


negocios que lleguen a los Juzgados de cada especialidad, y la asignación de dicha
labor a un despacho distinto cada semana, constituyen mecanismos de control en
orden a garantizar la transparencia, imparcialidad y equilibro en la asignación de
procesos a cargo de cada uno de los Juzgados, esto de manera alguna es suficiente
para afirmar que el resultado no puede verse alterado, y que por lo mismo, es
imposible por esa vía llegar a transgredir la ley, como parece ser sugerido.

Muestra elocuente de lo afirmado, la constituye la forma como en la asignación de


procesos al Juzgado Cuarto Laboral del Circuito, se vio manipulada mediante la
presentación de tantas demandas como número de juzgados existiera a efectos de
que una vez asignada una de ellas al Despacho del Doctor (...), se procediera por
los abogados al retiro de las demás repartidas a otros Juzgados. Es decir, mediante
la utilización de un mecanismo legal, previsto en el artículo 88 del C. de P. C., se
logró desvirtuar la imparcialidad que pretende garantizar el trámite de reparto de
procesos.

4-. En relación con el delito de falsedad ideológica que se le imputa realizado, es


de decirse que el procesado no niega que las constancias oficiales por él
expedidas no coincidieran con la verdad, establecida desde la perspectiva de la
aparente legalidad de los procesos, al punto de aceptar que en ellas figuran
diferencias entre las sumas embargadas y aquellas realmente entregadas a los
demandantes.

Su censura se orienta hacia la connotación jurídica de dicha conducta aduciendo


que la suma de todos los dineros entregados por el Juzgado al apoderado de los
ejecutantes, en ningún momento superó el monto del crédito que se liquidó, con
lo cual la falsedad que se le imputa resultaría inocua, dada su correspondencia
con errores en una de las cuatro operaciones aritméticas, y justificable por el
volumen de trabajo en los Juzgados Laborales del Circuito.

En este estadio de la argumentación, pertinente advierte recordar la Sala lo que ha


venido diciendo en torno al tema:

"La descripción comportamental recogida en el tipo de falsedad ideológica en


documento público, alcanza realización, ha sido dicho, cuando el empleado oficial,
en ejercicio de sus funciones, extiende documento que pueda servir de prueba y
consigna en él una falsedad o calla total o parcialmente la verdad,
independientemente de los cometidos ulteriores que hubiese perseguido con su
conducta, pues lo que la norma protege es la credibilidad en el contenido de tales
documentos dada por el conglomerado, en cuanto se ha convenido otorgarles
valor probatorio de las relaciones jurídico-sociales que allí se plasman".

"Pero esta verdad, y la realidad histórica que ha de contener el documento oficial,


debe ser íntegra, en razón a la aptitud probatoria que el medio adquiere y con la
cual ingresa al tráfico jurídico. En virtud de ello, el servidor oficial en la función
documentadora que le es propia, no solo tiene el deber de ceñirse estrictamente a
la verdad sobre la existencia histórica de un fenómeno o suceso, sino que al
referirla en los documentos que expida, deberá incluir las especiales modalidades
o circunstancias en que haya tenido lugar, en cuanto sean generadoras de efectos
relevantes en el contexto de las relaciones jurídicas y sociales" (Sentencia Cas .
Mayo 19 de 1999. M.P. Dr. ARBOLEDA RIPOLL).

Y en cuanto a la ausencia de lesividad de la conducta falsaria, se dijo entonces que


"de antiguo la jurisprudencia viene señalando que los tipos penales que recogen la
conducta en referencia, son de peligro, no de lesión concreta a las relaciones
jurídicas:

"Significa esto que aún cuando no se establezca que se ha perjudicado a una


determinada persona, el delito de falsedad documental existe si se puede aceptar
razonadamente que el documento falso tiene aptitud para perturbar una relación
jurídica, bien sea contribuyendo a negar un derecho a quien lo tiene o atribuírselo
a quien no lo tiene ya en el campo de las relaciones entre particulares o bien en el
de éstos con el Estado" (Cas. de agosto 27/76. M.P. Dr. LUIS ENRIQUE ROMERO
SOTO), en posición que a la hora de ahora mantiene plena vigencia, dado que, si
bien se refiere a un estatuto punitivo hoy derogado, la estructura del tipo y del
bien jurídico que por medio de él se protege, se conservan".

"Y, por vía de ejemplo, ya específicamente sobre la falsificación de documentos


públicos, se precisó:

"En el delito de falsedad en documento público, basta, respecto del perjuicio, que
éste tenga la aptitud para generarlo, o lo que es lo mismo, que el documento sea
potencialmente dañoso. Esa idoneidad para causar daño no puede deducirse
únicamente de la efectiva realización de éste, aunque no puede negarse que ello
constituye su mejor comprobación, sino de la intrínseca aptitud para ocasionarlo,
la cual se puede apreciar desde el momento mismo en que el documento es
creado" (Auto Segunda Inst. Abril 29/80. M. P. Dr. DARIO VELASQUEZ GAVIRIA.)".

5-. La impugnación también se apoya en sostener, que parte de los dineros


ilícitamente obtenidos, fueron entregados por (...) a sus poderdantes (en
proporciones ínfimas diría la Corte), en cumplimiento del contrato de honorarios
profesionales suscrito con ellos. Aún de ser esto cierto, en manera alguna demerita
los delitos cometidos por el funcionario (...), cuya realización determinó el abogado
Cabrera, pues no debe perderse de vista que la acusación no ha sido formulada
por haber obtenido provecho patrimonial ilícito en detrimento de sus clientes,
como correspondería a la imputación por algún delito de estafa, sino por los delitos
de prevaricato y peculado, cuyos contenidos de tipicidad son manifiestamente
distintos de aquél.

6-. En este tema de la determinación, pertinente resulta reiterar que la


cualificación exigida para el autor de los delitos de prevaricato y peculado, no lo es
para el determinador de esas conductas, conforme ha sido tesis reiterada en torno
al punto:

"Una cosa es que por autor se entienda tanto al intelectual como al material y otra
muy diferente es que ambas especies se asimilen entre sí hasta el punto de
considerarse una sola para efectos de la punibilidad como pretende demostrarlo el
casacionista, al afirmar ‘. . . que el legislador unificó los sujetos autor y
determinador en uno solo’ ".

"No estará de más recordar que en lo que se refiere al determinador la Sala ha


hecho claridad en diversas oportunidades respecto a los tipos que requieren sujeto
activo cualificado, rememorándose, por ejemplo, la sentencia de junio tres (3) de
mil novecientos ochenta y tres (1983), en la que se aclara que ‘. . . si se trata de
tipo de sujeto activo cualificado, tal condición sólo se exige para quien
materialmente realiza la conducta y no para quien ha sido determinador, pues del
autor es quien debe exigirse tal calidad’."

"La razón es clara. El autor material es quien ejecuta directamente el hecho. Por
consiguiente, es indispensable que posea las aptitudes que exige el tipo penal
correspondiente. Si, como sucede en el caso en estudio, para estructurar el delito
de falsedad ideológica en documento público el legislador reclama la presencia de
un sujeto activo calificado, es llano entender que la conducta sólo la puede realizar
quien teniendo la condición exigida para los delicta propia ejecuta el acto
prohibido en ejercicio de sus funciones".

"No sucede lo propio con el determinador: Su rol se limita a hacer nacer en otro la
decisión de delinquir, esto es, la de inducir dolosamente al autor material a
cometer el injusto, quien consciente y voluntariamente acepta realizar el hecho
disvalioso. Nada interesa, por consiguiente, que en su caso incumpla las especiales
calidades inherentes al actor del tipo propio o especial. Esto es del todo
indiferente. . . " (Sent. Cas. Oct. 29/93. M. P. Dr. VALENCIA MARTINEZ).

Por esto, en las aludidas condiciones resulta apenas obvio que igual perjuicio se
causa a quien ilícitamente se obliga a pagar algo sin deberlo, como también si
debiéndolo, no es la oportunidad para su pago, o el procedimiento seguido para el
cobro coactivo no es el establecido en la ley, pues en uno y otro caso, ilegalmente
se lo despoja ilegalmente, de recursos de contenido económico, siendo por tanto
obligado al juez procurar que las cosas vuelvan a su estado anterior al momento
de la comisión del delito.

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL, JORGE ANIBAL GOMEZ


GALLEGO

Sentencia Segunda Instancia


• Fecha : 28/09/1999
• Decisión : Modifica, revoca, adiciona, concede libertad, compulsa
copias
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : SANCHEZ RODRIGUEZ, LUIS ALVARO
• Procesado : TRUJILLO SANCHEZ, LUIS HENRY
• Procesado : CABRERA POLANCO, OMAR
• Procesado : CABRERA POLANCO, MERCEDES
• Delitos : Peculado por apropiación, Falsedad en documento público,
Prevaricato por acción, Prevaricato por omisión,
Enriquecimiento ilícito, Concierto para delinquir
• Proceso : 14288
• Publicada : Si
Salvamento Parcial de Voto Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON
Salvamento Parcial de Voto Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE
Salvamento Parcial de Voto Dr. CARLOS EDUARDO MEJIA ESCOBAR
Salvamento Parcial de Voto Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL
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DEMANDA DE CASACION
El artículo 225 del C. de P. P. establece los presupuestos formales de admisibilidad,
los cuales han de ser satisfechos a plenitud en toda demanda de casación que se
presente, so riesgo de tener que decretar su rechazo por la Corte y, en
consecuencia, declarar desierto el recurso, según así lo prevé el artículo 226
ejusdem.

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
• Fecha : 28/09/1999
• Decisión : Rechaza la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : PEÑA DIAZ, JOSE RAFAEL
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio
• Proceso : 13611
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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LIBERTAD PREPARATORIA/ BENEFICIO ADMINISTRATIVO
1-. El artículo 148 de la Ley 65 de 1993, por la cual se adoptó el Código
Penitenciario y Carcelario, establece:

"Libertad preparatoria. En el tratamiento penitenciario, al condenado que no goce


de libertad condicional, de acuerdo con las exigencias del sistema progresivo y quien
haya descontado las cuatro quintas partes de la pena efectiva, se le podrá conceder la
libertad preparatoria para trabajar en fábricas, empresas o con personas de
reconocida seriedad y siempre que éstas colaboren con las normas de control
establecidas para el efecto."

"En los mismos términos se concederá a los condenados que puedan continuar sus
estudios profesionales en universidades oficialmente reconocidas."

"El trabajo y el estudio sólo podrán realizarse durante el día, debiendo el condenado
regresar al centro de reclusión para pernoctar en él. Los días sábados, domingos y
festivos, permanecerá en el centro de reclusión.

Antes de concederse la libertad preparatoria el Consejo de Disciplina estudiará


cuidadosamente al condenado, cerciorándose de su buena conducta anterior por lo
menos en un lapso apreciable, de su aconsejable consagración al trabajo y al estudio
y de su claro mejoramiento y del proceso de su readaptación social.

"La autorización de que trata este artículo, la hará el Consejo de Disciplina, mediante
resolución motivada, la cual se enviará al Director del Instituto Nacional Penitenciario
y Carcelario para su aprobación.

"La dirección del respectivo centro de reclusión instituirá un control permanente sobre
los condenados que disfruten de este beneficio, bien a través de un oficial de
prisiones o del asistente social, quien rendirá informes quincenales al respecto."

2-. Del precepto anterior surgen, entre otras, las siguientes conclusiones respecto
del beneficio administrativo denominado libertad preparatoria:

2.1-. Es un derecho de carácter administrativo autorizado por el Consejo de


Disciplina de los establecimientos carcelarios, que puede ser concedido a todos los
condenados en quienes converjan los requisitos señalados, sin importar la
naturaleza y modalidades del reato.

2.2-. Es aprobado con autonomía e independencia por el Director del Instituto


Nacional Penitenciario y Carcelario INPEC, sin que sea necesario el concepto del
funcionario judicial que estuviere ejecutando la sentencia.

2.3-. Podrían acceder a libertad preparatoria exclusivamente los condenados


definitivamente, es decir aquellos reclusos cuya sentencia se encuentra
debidamente ejecutoriada.

2.4-. Está destinado a los condenados definitivamente que no tengan derecho a


libertad condicional o a quienes se les haya negado este subrogado.

2.5-. Es requisito objetivo para aspirar a libertad preparatoria haber descontado las
cuatro quintas (4/5) partes de la pena efectiva, siempre que éste guarismo no sea
inferior a las dos terceras partes de la pena impuesta.

En los términos del artículo 5° del Decreto 1542 de 1997, para los efectos de los
artículos 148 y 149 de la Ley 65 de 1993, "se entenderá por pena efectiva el
tiempo que lleve en privación de la libertad el interno, más los descuentos legales
que haya obtenido, tiempo que en ningún caso podrá ser inferior a las 2/3 partes
de la pena impuesta"

3-. En este orden de ideas, no es factible que la Sala, en sede del recurso
extraordinario de casación, reconozca redención de pena destinada a que el
Consejo de Disciplina tenga noticia formal sobre el cumplimiento de esa cifra
objetiva, puesto que, en casos como el presente, la peticionaria no tiene la calidad
de condenada sino de detenida.
4-. Las expresiones detenido y condenado no son sinónimas en el Código
Penitenciario y Carcelario. Sus normas hacen diferencia expresa en algunas
ocasiones cuando buscan extender o limitar hacia unos u otros las prerrogativas y
beneficios administrativos que consagra el sistema progresivo.

Así, por ejemplo, los artículos 82 y 97 de la Ley 65 de 1993, respectivamente,


establecen:

"A los detenidos y a los condenados se les abonará un día de reclusión por dos días de
trabajo."

"A los detenidos y a los condenados se les abonará un día de reclusión por dos días de
estudio."

Los beneficios administrativos denominados libertad preparatoria y la franquicia


preparatoria, artículos 148 y 149 ibídem, se concibieron exclusivamente para los
condenados, según se desprende de su propio texto.

Atención especial merece el beneficio consistente en "permiso hasta de setenta y


dos horas", para salir a la calle sin vigilancia, pues igual que los anteriores, como
fue concebido en el artículo 147 del Código Penitenciario y Carcelario, estaba
destinado también a los condenados.

En principio, el mencionado permiso se concedía exclusivamente a los


condenados, generando no pocos problemas de interpretación. Sin embargo, el
artículo 5° del Decreto 1542 de 1997, reglamentario de la Ley 65 de 1993, zanjó
las discusiones cuando estipuló que tal prerrogativa se podía conceder:

"a los condenados en única, primera y segunda instancia, o cuyo recurso de casación se
encuentre pendiente, previo el cumplimiento de los requisitos allí señalados."

A partir de la entrada en vigencia del Decreto 1542 de 1997, publicado en el Diario


Oficial No. 43.061 del 16 de junio de 1997, la Sala de Casación Penal, adquirió
competencia para decidir sobre redención de pena destinada a acreditar el
requisito objetivo para obtener el permiso de salida.

Con relación a los otros beneficios, libertad preparatoria y franquicia preparatoria,


se guardó silencio, aunque fueron reglamentados por el mismo Decreto, de
manera que la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, no tiene
competencia para decidir sobre ellos, máxime si, en eventos como el presente, el
conocimiento del asunto fue asumido en virtud del recurso extraordinario.

5-. Puede inferirse que la competencia para reconocer redención de pena tendiente
a demostrar el presupuesto objetivo para aplicar al beneficio de libertad
preparatoria, radica exclusivamente en el Juez de Ejecución de Penas y Medidas de
Seguridad, y, excepcionalmente, del Juez que deba asumir aquellas funciones en el
territorio en que no exista Juez de Ejecución.

El artículo 530 del Código de Procedimiento Penal y los artículos 82 y 97 de la Ley


65 de 1993, Código Penitenciario y Carcelario, atribuyen competencia al Juez de
Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad, para conceder redención de pena por
trabajo y estudio, para todos los fines, a los condenados a pena privativa de la
libertad.

Tal atribución exige como presupuesto imperativo e ineludible que la sentencia


condenatoria haya alcanzado firmeza, puesto que la competencia de los jueces de
ejecución de penas, inicia, precisamente, cuando el fallo hace tránsito a cosa
juzgada, como se deduce de los artículos 500, 501 y 502 del Código de
Procedimiento Penal.

6-. Conviene recordar que la competencia que asiste a esta Sala de la Corte para
conocer del recurso extraordinario de casación se define y regula por los artículos
235 de la Constitución Política, 16 de la Ley Estatutaria de la Administración de
Justicia, y 68, 218 y siguientes del Código de Procedimiento Penal, y que, también
por atribución legal, está facultada para decidir sobre libertad provisional en los
términos del numeral 2° del artículo 415 ibídem, y, como se anticipó, sobre el
reconocimiento de redención de pena por trabajo, estudio y enseñanza, con el fin
de que los internos puedan acreditar ante las autoridades penitenciarias y
carcelarias el cumplimiento de los requisitos para acceder al beneficio
administrativo denominado "Permiso hasta de setenta y dos horas" consagrado en
el artículo 147 la Ley 65 de 1993.

No existe, entonces, norma jurídica expresa que faculte a la Sala de Casación


Penal, cuando conoce el recurso extraordinario, para decidir sobre solicitudes de
redención de pena destinada a acreditar requisitos para acceder a beneficios
administrativos diferentes del permiso de setenta y dos horas, por lo cual esta
Corporación se abstendrá de reconocer la redención solicitada por la procesada.

La competencia de la Corte Suprema de Justicia es taxativamente reglada y


limitada; las normas que establecen competencia a los funcionarios judiciales son
de naturaleza adjetiva o procesal, y éste tipo de disposiciones son de orden
público, es decir de obligatorio cumplimiento, salvo autorización expresa de la ley.*
_________________________
*-.Código de Procedimiento Civil. Artículo 6-. Observancia de las normas procesales. Las normas
procesales son de orden público y, por consiguiente, de obligatorio cumplimiento, salvo autorización
expresa de la ley.

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Casación
• Fecha : 28/09/1999
• Decisión : Se abstiene de reconocer redención de pena
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : PARRADO DELGADO, MARTHA ASTRID
• Delitos : Porte ilegal de armas, Homicidio
• Proceso : 13219
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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29/09/1999

30/09/1999

DENUNCIA/ ESTATUTO ANTICORRUPCION/ ANONIMO


Uno de los variados mecanismos previstos por el Código Procesal Penal para
activar el poder punitivo del Estado es la denuncia, la que no obstante, debe reunir
los requisitos previstos en el artículo 27 ibídem, a fin de obtener la potencialidad
suficiente para poner en funcionamiento el aparato jurisdiccional, ellos son: Ser
presentada de manera verbal o escrita, lo que conlleva la identificación del
denunciante, efectuar una relación detallada de los hechos denunciados, expresar
si los hechos fueron antes puestos en conocimiento de otra autoridad, y certificar
el día y la hora de su presentación.

Desde esa perspectiva el artículo 38 de la ley 190 de 1.995, Estatuto


Anticorrupción, obliga a aplicar en materia penal lo prescrito por el numeral 1º del
artículo 27 de la ley 24 de 1.992 que reglamenta la recepción y el trámite de las
quejas en la Defensoría del Pueblo, a menos que existan medios de prueba
suficientes sobre la comisión de un delito que permita adelantar la actuación de
oficio.

La norma a que remite la aludida preceptiva es del siguiente tenor se " inadmitirán
las quejas que sean anónimas o aquellas que carezcan de fundamento". Preceptiva
que aplicada al procedimiento penal implica la imposibilidad de adelantar
investigación preliminar o formal instrucción criminal, cuando confluyen esas
circunstancias.

Exigencias con las que el Estado pretende evitar ser utilizado como instrumento de
venganza, o de satisfacción de sentimientos mezquinos y perversos, de quienes
amparados en un papel y ocultando su identidad, refieren hechos temerarios o
mendaces, huyéndole a la responsabilidad que este acto conlleva; e impedir
desgastes inútiles de la administración de justicia.

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Unica Instancia
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Inadmite la denuncia anónima, reconoce apoderado
• Procedencia : Corte Suprema de Justicia
• Procesado : ACOSTA MEDINA, AMILKAR
• Delitos : Por establecer
• Proceso : 14189
• Publicada : Si
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ERROR DE HECHO/ FALSO JUICIO DE IDENTIDAD


El error de hecho por falso juicio de identidad implica la tergiversación por parte
del Tribunal del objetivo contenido de los medios probatorios; de ahí que quien
bajo este supuesto casacional formula el ataque a la sentencia, debe señalar
dentro de su lógico desenvolvimiento, cuál es concretamente la prueba
testimonial, pericial, indiciaria, etc., sobre la cual recae el yerro y su particular
significación o trascendencia en la composición del fallo.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Auto Casación
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Antioquia
• Procesado : SALDARRIAGA CARDONA, OMAR DE JESUS
• Delitos : Falsedad ideológica en documento público
• Proceso : 14845
• Publicada : Si
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CASACION DISCRECIONAL-Desarrollo de la jurisprudencia


Respecto al desarrollo de la jurisprudencia, se ha dicho por la Sala que es deber
del impugnante indicar si lo pretendido es fijar el alcance interpretativo de alguna
disposición, o la unificación de posiciones disímiles de la Corte, o el
pronunciamiento sobre un punto concreto que jurisprudencialmente no ha sido
suficientemente desarrollado, o la actualización de la doctrina, al tenor de las
nuevas realidades fácticas y jurídicas; y, además, la incidencia favorable de la
pretensión doctrinaria frente al caso y la ayuda que prestaría a la actividad judicial,
por trazar derroteros de interpretación con criterio de autoridad.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Casación Discrecional
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : No concede el recurso de casación excepcional
interpuesto
por el Procurador 54
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Bucaramanga
• Procesado : TAVERA ORTIZ, WILLIAM DE JESUS
• Delitos : Violencia intrafamiliar
• Proceso : 15740
• Publicada : Si
Salvamento de Voto Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL -
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TIPICIDAD-Protección de la familia
Correspondía a la elección del legislador la opción de determinar, por medio de la
norma jurídico-penal, si "la armonía y la unidad de la familia" podía ser un bien
jurídico protegido, y así lo hizo en la ley 294 de 1996, caso en el cual
institucionalizó el control penal para cierta clase de conductas que él mismo debía
individualizar y que regularmente involucran un grado de violencia intolerable en
la relación familiar (tipicidad), tal como se previó en los artículos 22 y 23 del citado
ordenamiento legal. De igual manera, también corresponde al legislativo decidir
cuáles conductas desviadas dentro de la convivencia familiar, a pesar de serlo,
pueden resolverse en el desenvolvimiento del solo control social informal de la
familia, y cuándo debe apelarse al recurso extremo de la solución penal.

Se dice lo anterior, porque por más loable que sea la dirección jusfilosófica o
política que se invoque, el Estado Social de Derecho en Colombia obliga a la
protección no sólo de la familia, sino también del componente personal más débil
en la relación familiar, por medio de preceptos jurídicos explícitos, precisos y
previos, pues así se infiere de los mandatos constitucionales insertos en los
artículos 1°, 2°, 13 y 29 (sentencias C-408 de 1996, C-285 de 1997 y C-273 de
1998).

Así pues, como la denominada jurisprudencia o doctrina legal es la que fijan los
tribunales u órganos superiores de la administración de justicia, por medio del
conjunto de los principios que sirven de fundamento a cada uno de sus fallos (ratio
decidendi), es fácil advertir que el sistema jurídico creado por el legislador
constituye la premisa mayor del razonamiento judicial y, por ende, el desarrollo de
la jurisprudencia no podría desconocer normas vigentes, con más veras si llegaren
a ser avaladas por un juicio de exequibilidad de la Corte Constitucional. Ello no
impide, desde luego, que los jueces, a la hora de resolver problemas sociales,
hagan uso de criterios politico-criminales o criminológicos, siempre que no
desborden principios positivizados como los de legalidad e igualdad.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Casación Discrecional
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Concede el recurso de casación discrecional interpuesto
por
el Procurador 54
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Bucaramanga
• Procesado : PABON PABON, GUILLERMO LEON
• Delitos : Violencia intrafamiliar
• Proceso : 16209
• Publicada : Si
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FALSEDAD EN DOCUMENTO/ PRUEBA/ FALSO JUICIO DE


EXISTENCIA
En nuestro medio corresponde al trabajador reunir la documentación que prueba el
tiempo de servicio para acceder al derecho pensional.

Las expresiones gramaticales en un dictamen no pueden ser consideradas


insularmente. El lenguaje ha de correlacionarse con la fundamentación para
descifrar lo que realmente se quiere expresar con aquellas.

El Falso juicio de existencia por omisión resulta relevante para los efectos del
recurso de casación, cuando un elemento que tiene capacidad para probar
circunstancias que eliminan, sustituyen o modifican la decisión impugnada, ha sido
ignorado.

Magistrado Ponente: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Sentencia Casación
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cali
• Procesado : OCAMPO JARAMILLO, JULIO CESAR
• Delitos : Falsedad material de particular en doc. púb., Fraude procesal,
Tentativa de estafa
• Proceso : 12593
• Publicada : Si
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PODERES DISCIPLINARIOS DEL JUEZ/ ERROR DE TIPO


El error de tipo comprende no sólo el que recae sobre la totalidad de la
descripción, sino también sobre cualquiera de los elementos que lo componen,
como los sujetos, los objetos, la conducta y aún los ingredientes normativos.

La servidora pública actuó bajo la creencia de que con su comportamiento no


estaba abusando de las funciones públicas, elemento normativo del artículo 272
del Código Penal, y que era legal la privación inmediata de la libertad del
agraviante, o sea, se repite, incurrió en un error de tipo, previsto en el ordinal 4°
del artículo 40 ibídem, yerro invencible si se tienen en cuenta las concretas
circunstancias en que obró, al estar acosada y ofuscada por el reiterado ultraje que
realizaba el abogado y considerar que había que proferir la decisión y ejecutarla lo
más pronto posible, sin permitirle una definición mejor consultada y estudiada,
sino acudir a lo que tenía a su inmediato alcance, en la poco recursiva
población, como fue buscar antecedentes, que no los había de válida
equiparación, dada la reforma constitucional relativamente reciente. Además, no
puede perderse de vista el tiempo que llevaba en el desempeño del cargo de Juez,
falta de experiencia que influyó en el proceso intelectivo, al igual que todo lo antes
reseñado, con merma de su capacidad cognoscitiva.

Todo lo anterior lleva a concluir que, si bien el comportamiento realizado por la


novel Juez es típico y antijurídico, estuvo ausente la culpabilidad, situación que
ineludiblemente conduce a revocar en todas sus partes el fallo condenatorio y, en
su lugar, absolver a la acusada del delito que motivó la acusación en su contra.

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Sentencia Segunda Instancia


• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Revoca sentencia condenatoria y absuelve
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Cartagena
• Procesado : LARA MANJARRES, JOHNNESY DEL CARMEN
• Delitos : Privación ilegal de la libertad
• Proceso : 10993
• Publicada : Si
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LIBERTAD PROVISIONAL/ HURTO AGRAVADO


El estudio sobre la viabilidad de la libertad condicional, que debe entenderse como
de libertad provisional acorde con lo dispuesto por el artículo 415.2 del C. de P.P.,
en razón de encontrarse pendiente el recurso de casación, debe hacerse
consultando las exigencias contenidas por el artículo 72 del Código Penal -por
concurrir en la condena el delito de hurto calificado y agravado, excluído por la Ley
415 de 1.997-, de donde se requiere en primer término el cumplimiento de las dos
terceras partes de la pena irrogada en la sentencia, esto es, de 108 meses, los
cuales, acorde con lo expuesto, al no reunirse en modo alguno todavía, hacen
improcedente analizar los demás requisitos a que se refiere la norma en comento,
debiéndose por tanto negar la liberación solicitada.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Casación -Libertad-
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Niega libertad provisional
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Ibagué
• Procesado : PUENTES SOLORZANO, ALIRIO
• Delitos : Tentativa de homicidio, Hurto calificado y agravado
• Proceso : 11926
• Publicada : Si
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TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO-Retractación
En reiterados y múltiples pronunciamientos ha enfatizado la jurisprudencia de la
Sala, en desarrollo de la sistemática legal que regula el instituto de la terminación
anticipada del proceso, que una vez el imputado se ha acogido a alguna de las dos
figuras que con miras a dicha culminación abreviada consagró en sus artículos 37
y 37A el actual Estatuto Procesal Penal, no es factible la retractación de los cargos
admitidos, siendo consecuencia de ello que sólo tienen interés jurídico para
impugnar el fallo dictado bajo esta modalidad el procesado y/o su defensor, en
aquellos aspectos relacionados de manera exclusiva con la dosificación de la pena,
el subrogado de la condena de ejecución condicional y la extinción de dominio
sobre bienes, tal y como lo dispone el art. 37B.4 ibídem, que no solamente es
predicable del recurso de apelación, sino también del de casación, si se tiene en
cuenta el carácter estratificado, secuencial y lógico que guía al proceso penal en la
legislación patria.

Si bien el Juez de primera instancia advirtió al procesado en el acta de terminación


anticipada del proceso, asistido como estuvo por su defensor de confianza, que al
acogerse al art. 37 del C. de P.P., "perdería el derecho a apelar", lo hizo, desde
luego con el propósito de enterarlo de que el ejercicio de este derecho no sería
pleno una vez reconocida su responsabilidad frente a los delitos que se le
atribuían, por existir una limitante en la ley, pero en manera alguna porque
mediante esa salvedad se pretendiera hacer nugatoria la posibilidad de impugnar
el fallo, siendo elocuente prueba de ello el hecho de que el mismo fue recurrido
ante el Tribunal Superior y ahora lo ha sido ante la Corte.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Auto Casación
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Manizales
• Procesado : HURTADO ACEVEDO, RUBIEL ANTONIO
• Delitos : Acceso carnal violento, Incesto
• Proceso : 14793
• Publicada : Si
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PORTE ILEGAL DE ARMAS


Resulta oportuno recordar lo que la Corte, mediante jurisprudencia del 22 de
febrero de 1996*, reiterada en varias ocasiones**, señaló en torno al alcance
interpretativo de los artículos 8° y 11 del Decreto 2535 de 1993, estatuto que
define cuáles armas son de uso privativo de la fuerza pública y cuáles de defensa
personal:

"Entonces, tratándose de pistolas y revólveres se presentan tres hipótesis que resulta


necesario examinar para establecer la naturaleza del arma de fuego, es decir, si se
trata de arma de uso privativo de la Fuerza Pública o de defensa personal. Veamos:

"1. Los revólveres y pistolas que tengan calibre superior a 9.652 mm (.38 pulgadas),
siempre serán de uso privativo de la Fuerza Pública, como claramente lo establece el
literal b) del artículo 8°.

"2. Los revólveres y pistolas de calibre inferior a 9.652 mm. (.38 pulgadas) siempre
serán de defensa personal, como resulta del literal a) del citado artículo 8°, sin
importar las demás características contempladas en el literal a) del artículo 11, estos
es, ni el largo del cañón ni la capacidad del proveedor.
"3. Cuando las mencionadas armas sean de calibre igual a 9.652 mm. (.38 pulgadas),
se presentan dos circunstancias a saber:

a) Las que no reúnan las característica del literal a) del artículo 11, serán de guerra o
de uso privativo de la Fuerza Pública, como lo dispone el literal a) del artículo 8° que
reza:

"‘a. Pistolas y revólveres de calibre 9.652 mm. (.38 pulgadas) que no reúnan las
características establecidas en el artículo 11 de este decreto’.

"b) Las que reúnan las demás características previstas en el literal a) del artículo 11,
serán necesariamente armas de defensa personal.

"Ello significa que cuando se trate de pistolas y revólveres que tengan calibre 9.652
mm. (.38 pulgadas), es imperioso examinar los demás requisitos establecidos en el
literal a) del mencionado artículo 11 del decreto 2535 de 1993."

A lo que debemos agregar, para efectos del caso concreto, que las armas
automáticas son de guerra, sin importar el calibre.

En segundo lugar, con el fin de determinar las características de la multicitada


arma, se hace necesario establecer cuál de los dos dictámenes obrantes en el
diligenciamiento ofrece creíbles elementos de juicio que permitan fijarlas, pues las
dudas sobre ellas fue lo que originó el conflicto que ocupa la atención de la Sala.

El artículo 267 del Código de Procedimiento Penal, textualmente reza:

"Dictamen. El dictamen debe ser claro, preciso y detallado; en él se explicarán los


exámenes, experimentos e investigaciones efectuados, lo mismo que los fundamentos
técnicos, científicos o artísticos de las conclusiones".

Leída cuidadosamente la primera experticia, no cabe duda que no se realizó con el


cumplimiento de las exigencias que impone la norma transcrita, al punto que en la
ampliación de la misma el perito admitió tal omisión, y aun cuando procuró
enmendar los errores en que incurrió, de todos modos generó incertidumbres que
dificultaron la correcta clasificación del arma de fuego objeto de este proceso.

No debe olvidarse que si en el dictamen no existe precisión y claridad, fundadas en


adecuados exámenes y experimentos, respecto de las características y
funcionamiento del arma, tarea que debe cumplir el experto, se imposibilita o
dificulta determinar la naturaleza de la misma.

Contrario sensu, el dictamen realizado por el Instituto de Medicina Legal no incurre


en las imprecisiones y contradicciones contenidas en el primero y reúne todos los
requisitos previstos en la norma precedentemente transcrita, ya que se precisó la
"técnica utilizada", el "fundamento del estudio", el "campo de aplicación", los
"instrumentos y equipos" utilizados y el "procedimiento y la técnica operativa",
metodología que le permitió al experto balístico arribar a las conclusiones
recogidas en los antecedentes de esta providencia, en las que se dice que el arma
no es automática, sino semiautomática y de calibre inferior a 9.652 mm.

En consecuencia, la Sala lo acogerá, pudiéndose observar que, de acuerdo al


mismo, se está en presencia de un arma de fuego de defensa personal y no de uso
privativo de la fuerza pública.

Teniendo en cuenta los mencionados parámetros jurisprudenciales respecto al


alcance interpretativo de los artículos 8° y 11 del Decreto 2535 de 1993, y siendo
claro, según las conclusiones del citado dictamen, que se trata de una pistola no
automática, con calibre inferior a 9.652 mm., no cabe duda que, de acuerdo al
literal a) del artículo 8°, es de defensa personal, sin importar las demás
características contempladas en el literal a) del artículo 11, entre ellas, la
capacidad del proveedor, como equivocadamente lo pretende el Juzgado Sexto
Penal del Circuito de Manizales.
____________________________
*-.Colisión 11312, M.P. Dr. Jorge E. Córdoba Poveda.
**-.Ver providencias fechadas el 22 de agosto de 1996, M.P. Dr. Juan Manuel Torres Fresneda; 30 de
octubre de 1996, M.P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll; 12 de agosto de 1997, M.P. Dr. Fernando Arboleda
Ripoll; 13 de mayo de 1998, M.P. Dr. Juan Manuel Torres Fresneda, y 19 de mayo de 1998, M.P. Dr. Dídimo
Páez Velandia.
Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Auto Colisión de Competencias


• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Declara competencia al Juzgado 6° Penal del Circuito de
Manizales
• Procedencia : Juzgado Regional
• Ciudad : Medellín
• Procesado : LOPEZ HURTADO, WILLIAM
• Delitos : Porte de armas de uso privativo de las F.M.
• Proceso : 16070
• Publicada : Si
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VIOLACION DIRECTA DE LA LEY


Profusa ha sido la jurisprudencia de esta Sala en el sentido de que cuando se
invoca violación directa de la ley supónese la existencia de errores del fallador en
el proceso de entendimiento y comprensión de las normas que lo llevan a
inaplicarlas, aplicarlas indebidamente o interpretarlas en forma errónea, sin que
para nada concurra la labor valorativa de los medios de prueba, razón que obliga
al censor a acoger los hechos y la apreciación probatoria en la forma expuesta por
el sentenciador pues el objetivo de esta vía es demostrar, bajo un sustento
estrictamente jurídico, cómo para el caso eran otras las normas que el Juez debía
utilizar u otro el sentido que le debía dar a las escogidas.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Auto Casación
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : GUERRA GIRON, JHON FREDY
• Delitos : Tentativa de homicidio, Porte de armas de defensa personal
• Proceso : 15521
• Publicada : Si
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INDICIO-Ataque en casación
La técnica requerida para el ataque dirigido contra la prueba indiciaria reclama
que, coherente con la estructura lógica de la misma, la censura se oriente hacia
cualquiera de los momentos de su construcción, es decir, a los elementos de
convicción que soportan el hecho indicador, a la operación mental de inferencia
del dato indicado o a la estimación individual o conjunta de su poder suasorio, por
lo que ha menester de parte del recurrente el señalamiento de cuál de estos pasos
es el que se duele del error, de qué especie es, pues eventualmente podrían ser de
diversa naturaleza, y cómo por su incidencia en el fallo se obtuvo una decisión que
debe ser remplazada por otra que rinda homenaje a la legalidad, lo que en esencia
constituye el tema central de la casación.
Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : GOMEZ MONTOYA, HOOVER
• Delitos : Falsedad en documento privado, Homicidio
• Proceso : 11083
• Publicada : Si
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NULIDAD/ PRUEBA
Cuando se alega en casación la no práctica de pruebas, impera la invocación de la
causal 3a. y no de la 1a. por referir a un vicio de actividad, pero además se debe
demostrar la incidencia de la omisión frente a la parte resolutiva del fallo atacado,
es decir, demostrar que en el evento de haberse practicado, dicha parte conclusiva
habría sido la opuesta, o al menos diferente en pro del sujeto procesal que
represente el demandante.

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Sentencia Casación
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : TAMAYO GONZALEZ, FRANCISCO JAVIER
• Delitos : Tentativa de homicidio, Porte ilegal de armas, Homicidio
• Proceso : 11583
• Publicada : Si
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SANA CRITICA
Desde que se abolió en la legislación procedimental penal el sistema de tarifa legal
o de prueba tasada, ya no es posible aducir error de derecho por falso juicio de
convicción, sino que hoy día la controversia con respecto a la valoración
testimonial ha de hacerse demostrando que en ésta se rompió la sana crítica, la
lógica o las reglas de la experiencia (art. 254 y 294 C.P.P.).

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Auto Casación
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Inadmite la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Medellín
• Procesado : CHAVERRA GOMEZ, HENSO HARRY
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Homicidio agravado
• Proceso : 15042
• Publicada : Si
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CASACION DISCRECIONAL-Causales de agravación


Los fundamentos esbozados por el memorialista para obtener la admisión del
recurso apuntan a demostrar que en estas diligencias se han violado derechos
fundamentales, y es posible desarrollar la jurisprudencia.

El recurrente pretende que la Sala se pronuncie en relación con el tema de las


causales de agravación, esto es, que deben estar demostradas al momento de
imponerlas, porque inciden en la dosificación punitiva.

Sin embargo, olvidó el memorialista que en este tipo de casación es requisito


indispensable sustentar de manera clara las razones por las cuales considera
indispensable que la Sala acceda a revisar las diligencias.

Magistrado Ponente: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Casación Discrecional
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Inadmite el recurso de casación excepcional interpuesto
por
el Procurador 316
• Procedencia : Tribunal Superior
• Ciudad : Militar
• Procesado : GARCIA MORALES, CARLOS
• Delitos : Deserción
• Proceso : 16063
• Publicada : Si
Salvamento de Voto Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL
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COMPETENCIA TERRITORIAL
Se sabe que uno de los factores determinantes de la competencia para el
juzgamiento del acusado por la comisión u omisión de un hecho susceptible de ser
punible , es el del territorio donde se cometió (forum commissi delicti ), pues es
el juez de ese lugar en quien se fija la competencia para conocer del asunto, lo
cual se explica, entre otras cosas, por la facilidad que tiene en encontrar la prueba
de la perpetración del delito y de ahí para que, sólo en casos excepcionales, pueda
sufrir tal principio alteración.

Y una de esas excepciones, precisamente, está constituida por la existencia de


circunstancias en el territorio donde se esté adelantando la actuación procesal que
induzcan a inferir que puede resultar afectada la seguridad del procesado o su
integridad personal, que traduzca la necesidad de sustraerlo de riesgos de esa
naturaleza.
Mas para que esa especial situación pueda ser determinante del cambio de
radicación, debe estar probada, pues no otra cosa sugiere la exigencia del artículo
85 del C. de P. P. al precisar que "..La solicitud debe ser motivada y a ella se
acompañaran las pruebas en que se funda.."

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Cambio de Radicación
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Deniega el cambio de radicación
• Procedencia : Juzgado Penal del Circuito
• Ciudad : Mocoa
• Procesado : MELO, LUIS EDILMO
• Delitos : Porte ilegal de armas, Homicidio
• Proceso : 16257
• Publicada : Si
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PRESCRIPCION-Empleado oficial
No se discute que el término prescriptivo de la acción penal para los delitos
sancionados con pena privativa de la libertad menor de cinco (5) años, o que
tengan adscrita una sanción de naturaleza distinta, es de cinco años contados a
partir de su consumación si no existe resolución de acusación debidamente
ejecutoriada, o a partir de dicho momento en caso contrario, como lo sostiene el
Procurador en su escrito; y, que en el caso sub judice , dicho término se consolidó
el 3 de junio último (artículos 80 y 84 del Código Penal).

Empero, la Delegada omitió tomar en cuenta que el procesado es servidor público,


y que el término de prescripción de los delitos cometidos dentro del país en
ejercicio de su funciones, del cargo, o con ocasión de ellos, debe aumentarse en
una tercera parte, conforme a lo establecido en el artículo 82 ejusdem, trátese de
la fase instructiva o del juzgamiento, como ha sido sostenido por la jurisprudencia
de la Sala en reiterados pronunciamientos (Cfr. Casación de abril 20/99,
Magistrado Ponente doctor Páez Velandia, y Auto de septiembre 21/99, Magistrado
Ponente Dr. Arboleda Ripoll, entre otros).

En las anotadas condiciones, el período prescriptivo de la acción para el delito de


abandono del cargo sería de seis (6) años y ocho (8) meses.

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Declara que la acción penal no se encuentra prescrita
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Montería
• Procesado : ESPAÑA VERGARA, JESUS MARIA
• Delitos : Abandono del puesto
• Proceso : 14268
• Publicada : Si
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CASACION-Interés para recurrir-Apelación
En diversas oportunidades la Corte ha reiterado que las partes deben obrar con
lealtad y acatamiento frente al carácter preclusivo de las etapas procesales y el
postulado de la seguridad jurídica. Precisamente por ello, no ha de pretermitirse la
impugnación de la sentencia de primera instancia, para después acudir en
casación contra un fallo que no contenga razones diferentes, intentando por la vía
extraordinaria lo que no se surtió en segunda instancia.

La estructura del proceso y la regulación de los recursos por la ley procesal penal
colombiana, enseñan que no fue consagrada la casación per saltum, o sea, no fue
otorgada a las partes la facultad de interponer el recurso extraordinario
directamente contra la decisión de primera instancia, prescindiendo de la
apelación.

De esa actitud pasiva, al no haberse expresado desacuerdo hacia la decisión de


primer grado, se infiere tácitamente la aceptación de lo decidido como justo, legal
y acertado, para la parte que se abstiene de apelar. Si luego la sentencia de
segunda instancia no causa agravio al no recurrente y su situación jurídica sigue
idéntica, o menos gravosa como ocurre en el presente asunto, carece por tanto de
interés para interponer casación, pues la determinación del ad quem nada
negativo le acarreó.

Sobre ese interés para recurrir en casación, la Corte tiene determinado lo siguiente
(febrero 11/99, rad. 9998, M. P. Fernando E. Arboleda Ripoll):

"Por razones de técnica legislativa, derivadas de la dificultad e inconveniencia de


poder regular con efectos excluyentes los casos en los cuales faltaría interés para
recurrir por ausencia de perjuicio, el ordenamiento jurídico no contiene una regulación
expresa al respecto, como sí lo hace cuando introduce restricciones al ejercicio del
derecho de impugnación, sino que difiere al funcionario judicial la facultad de
determinarlo en cada caso concreto, de acuerdo con los criterios expresados.

Entender, entonces, que el carácter lesivo de una decisión judicial no constituye


presupuesto necesario para acceder al derecho de impugnación, o que el silencio de
la parte afectada no priva de la posibilidad de intentar en cualquier tiempo su
remoción, contraría la razón de ser del instituto de la impugnación, y por ende de los
recursos, concebidos con el exclusivo propósito de ofrecerle a las partes la
oportunidad de demandar la revisión de la resoluciones judiciales que sean lesivas a
sus intereses, dentro de los perentorios términos que la propia ley establece.

... ... ...


... Retomando los planteamientos expuestos, se concluye que el sujeto procesal que
no haya impugnado el fallo de primer grado, solo tendría interés para recurrir en
casación la sentencia de segunda instancia, en los siguientes casos:

a) Cuando por virtud del recurso interpuesto por otros sujetos procesales, o los
efectos vinculantes de la decisión de segundo grado, el pronunciamiento afecte su
situación jurídica en forma desfavorable;

b)Cuando el fallo de primera instancia esté sujeto al grado jurisdiccional de consulta,


cualquiera que sea el contenido de la decisión de segunda instancia; y,

c)Cuando la casación verse sobre nulidades."

Esa falta de interés, cuando no fue apelado el fallo de primera instancia ni


modificada negativamente la situación del no recurrente en la segunda, ni versa la
casación sobre una nulidad no señalada por el recurrente, es lo que ilegitima
acudir directamente a la vía extraordinaria, ya que la ley facultó al sujeto procesal
para que primero manifieste su inconformidad con la interposición del recurso
ordinario de apelación y, de no prosperar éste y cumplirse los requisitos de
admisibilidad, acudir a la casación.

Magistrado Ponente: Dr. NILSON PINILLA PINILLA

Recurso de Hecho
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Declara que estuvo bien denegado el recurso de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Montería
• Procesado : POLO HERNANDEZ, JOSE MARIA
• Delitos : Acceso carnal violento
• Proceso : 14770
• Publicada : Si
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CASACION-Requisitos/ SANA CRITICA/ IN DUBIO PRO REO


El numeral 3º. del mismo artículo 225 del C. de. P. P. apremia a quien escribe en
demanda para que se ocupe de "La causal que se aduzca para pedir la revocación
del fallo, indicando en forma clara y precisa los fundamentos de ella y citando las
normas que el recurrente estime infringidas". Establece el numeral, así, los
principios de claridad y precisión que deben acompañar a toda demanda en
casación, axiomas elementales pues la Corte debe responder concretamente ante
las causales presentadas y desarrolladas por quien pide su atención. Si ello no es
así, es decir, nítido, la Corte resulta altamente obstaculizada porque no puede
tratar de desentrañar los anhelos del impugnante.

Como repetidamente lo ha expresado la Corte, la mera divergencia de opiniones


entre el juzgador y el demandante respecto de la valoración probatoria no es por sí
misma demostrativa de un error, ni ello puede llevar a que se considere ilegal el
fallo. La ley es muy clara en cuanto otorga al juez la potestad de apreciar las
pruebas conforme con las reglas de la sana crítica, sin sujeción a tarifa alguna.

Si bien es cierta la posibilidad de hacer reparos a una sentencia de frente al


principio de duda, es obligatorio realizarlo con claridad, precisión y seria
profundidad, por ejemplo, con base en la violación directa de la ley sustancial, por
su inaplicación, aplicación indebida o equívoca interpretación; o acudiendo a la
violación indirecta, por error de hecho o por error de derecho. No basta enunciar
una forma de error y tratar de demostrarlo contraponiendo tres testimonios a uno.

Magistrado Ponente: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Casación
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Rechaza la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : ARANGO GUTIERREZ, JUAN CARLOS
• Delitos : Tentativa de homicidio, Homicidio
• Proceso : 14009
• Publicada : Si
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TESTIMONIO-Identidad reservada/ ERROR DE DERECHO/


FALSO JUICIO DE IDENTIDAD
Vale aclarar que el inciso segundo del artículo 247 del Código de Procedimiento
Penal prohibe al juzgador sustentar la sentencia de condena únicamente en
testimonios de personas cuya identidad se hubiere reservado, pero en manera
alguna dispone que éstos deban desestimarse, debiendo apreciarse
razonadamente su credibilidad conforme a los principios de la sana crítica.
Debe recordarse que el error de derecho por falso juicio de legalidad se presenta
cuando las pruebas han sido practicadas o incorporadas con vulneración de las
normas que condicionan su validez, siendo, por lo tanto, jurídicamente
inexistentes, no obstante lo cual, el juzgador las aprecia.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE E. CORDOBA POVEDA

Sentencia Casación
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : RONDON PRADA, JUAN CARLOS
• Procesado : VALENCIA MORENO, MIGUEL ANGEL
• Procesado : VALENCIA MORENO, ORLANDO
• Delitos : Rebelión
• Proceso : 13737
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION-Requisitos
Es imperativo, a la luz del artículo 225 del C. de P.P., que la demanda de casación
sea redactada bajo determinados parámetros formales; de no cumplirse con estos
requisitos no alcanza viabilidad la impugnación extraordinaria.

Fuera de los aspectos puramente informativos establecidos en los numerales 1o. y


2o. de la referida norma, el escrito debe contener:

"3o.- La causal que se aduzca para pedir la revocación del fallo, indicando en forma
clara y precisa los fundamentos de ella y citando las normas que el recurrente estime
infringidas.

4o.- Si fueren varias las causales invocadas, se expresarán en capítulos separados


los fundamentos relativos a cada una.

Es permitido formular cargos excluyentes. En estos casos el recurrente debe


plantearlos separadamente en el texto de la demanda y de manera subsidiaria".

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Auto Casación
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Rechaza in límine una demanda y declara ajustada otra
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : HURTADO CARABALI, CESAR
• Procesado : SINISTERRA SEGURA, LUCIANO
• Delitos : Porte de armas de defensa personal, Secuestro extorsivo
• Proceso : 15831
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION
Para que el recurso de casación incoado contra la sentencia de segundo grado que
tiene acceso a él adquiera la posibilidad de ser tramitado, la demanda en que se
formula debe reunir los requisitos formales señalados en el artículo 225 del C. de P.
P.; de lo contrario, de acuerdo a lo previsto en el artículo 226 de la misma
normatividad, la impugnación ha de ser declarada desierta.

La técnica del recurso extraordinario indica que la causal de casación aducida debe
demostrarse con argumentos expuestos de manera clara y precisa -artículo 225,
numeral 3o-, es decir, que guarden lógica relación entre sí y que los errores que se
enjuicien sean trascendentes en la integridad de la decisión que se cuestiona.

Si la causal legal tomada como fundamento es la 1a. del artículo 220 del C. de P.P.
en el aspecto de violación indirecta de la ley sustancial, vale decir, por
considerarse que la dicha decisión se originó en errores judiciales de apreciación
de la prueba, todos los errores que tienen cabida en el recurso de casación, deben
darse a conocer en todas las pruebas que resultaron afectadas y demostrarse su
incidencia; no de otra forma puede tenerse por cumplida la exigencia de claridad y
precisión argumentales que permita a la Corte asumir el examen de la demanda.

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES

Auto Casación
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Rechaza in límine una demanda y declara ajustada otra
• Procedencia : Tribunal
• Ciudad : Nacional
• Procesado : MANRIQUE PARADA, NELSON
• Procesado : RONDON GOMEZ, ROMUALDO
• Delitos : Tentativa de extorsión, Secuestro extorsivo
• Proceso : 15899
• Publicada : Si
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VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY


Cuando se acude a la violación indirecta de la ley sustancial por tergiversación o
distorsión de las pruebas, compete al casacionista comprobar, con exactitud y
rigidez, cómo han sido descompuestos o desdibujados los medios demostrativos,
por parte del juzgador.

Magistrado Ponente: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Casación
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Rechaza la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Neiva
• Procesado : QUINAYAS JIMENEZ, ALGEMIRO
• Delitos : Cohecho
• Proceso : 14246
• Publicada : Si
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ERROR DE HECHO/ FALSO JUICIO DE IDENTIDAD/


TESTIMONIO
Cuando se acude al error de hecho por falso juicio de identidad, es imperativo para
el censor demostrar que el juez ha tergiversado, distorsionado o desfigurado el
hecho que revela la prueba, de manera grande, patente, fácilmente perceptible. Y,
además, si el casacionista se soporta en el tipo de error que menciona, le resulta
imperativo probar qué le quitó o qué le agregó el juez al medio, o qué y cómo lo
sectorizó.

Si un testimonio no es mirado integralmente, o sea, global, total, íntegramente, se


está ante un error de hecho por falso juicio de existencia, es decir, ante una falta
de apreciación de la prueba, situación diferente a la que surge cuando el fallador
desfigura, distorsiona, la objetividad del hecho, por defecto, por exceso o por
cercenamiento parcial, hipótesis que constituye error de hecho por falso juicio de
identidad. Una cosa es no atender la prueba y otra cosa atenderla mal. Cuando se
dice que la prueba no ha sido mirada integralmente, se afirma que todas sus
partes no fueron estimadas, o sea que nada de ella o, mejor, ella, no fue
examinada.

Magistrado Ponente: Dr. ALVARO ORLANDO PEREZ PINZON

Auto Casación
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Rechaza la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Pereira
• Procesado : DUQUE ARIAS, ALEXANDER
• Delitos : Hurto agravado, Porte ilegal de armas, Homicidio agravado
• Proceso : 14142
• Publicada : Si
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VIOLACION INDIRECTA DE LA LEY


Ha sido establecido que los errores en la apreciación probatoria, los cuales dan
lugar a configurar la causal primera de casación por violación indirecta de la ley
sustancial, y la consecuente invalidación del fallo de mérito, pueden ser de hecho
o de derecho:

Los primeros se presentan cuando el juzgador se equivoca al contemplar


materialmente el medio, sea porque omite apreciar una prueba que obra en el
proceso o porque la supone existente sin estarlo (falsos juicios de existencia), o
cuando al fijar su contenido la tergiversa, distorsiona, cercena o adiciona en su
expresión fáctica, haciéndole producir efectos que objetivamente no se
desprenden de ella (falsos juicios de identidad), o, en tercer término, porque sin
cometer ninguno de los anteriores desaciertos, al asignarle su mérito persuasivo
transgrede los principios que orientan la lógica, la ciencia, la experiencia o el
sentido común, es decir las reglas de la sana crítica como método legalmente
establecido para la valoración probatoria.

Los segundos, tienen lugar cuando el sentenciador admite como prueba y le


confiere mérito persuasivo a un medio aportado al proceso sin haberse cumplido
las formalidades legales para su aducción (falso juicio de legalidad); o cuando a la
prueba no se le otorga el mérito preestablecido en la ley o le asigna uno diverso al
que aquella le confiere, falso juicio de convicción actualmente de alcance muy
restringido por haber desaparecido del sistema procesal la tarifa legal como
método de apreciación probatoria.

Corresponde en todo caso al actor, señalar las normas procesales que regulan los
medios de prueba, acreditar cómo se produjo su transgresión, y demostrar de
forma lógica y ordenada, cómo por haber incurrido el juzgador en alguno de estos
desaciertos, los cuales deben ser señalados de manera específica en la demanda,
dio lugar a dejar de aplicar, o a aplicar indebidamente determinado precepto
sustancial y que de no haber ocurrido el desacierto, el sentido del fallo habría sido
sustancialmente distinto al impugnado.

De ahí que alegar en sede extraordinaria de casación que el juzgador incurrió en


errores de hecho en la apreciación probatoria, sin precisar la especie del yerro,
omitir indicar qué dice de manera objetiva el medio, qué dijo de él el juzgador, cuál
mérito persuasivo le fue otorgado, ni demostrar cómo de haber sido apreciada
correctamente la prueba omitida, tergiversada o valorada por fuera de las reglas
de la sana crítica, es posición que contraría la exigencia de claridad y precisión que
debe regir la fundamentación del recurso.

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Rechaza la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Pereira
• Procesado : JARAMILLO ARANGO, JORGE ANTONIO
• Delitos : Lesiones personales culposas, Homicidio culposo
• Proceso : 13891
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION
Para formular un ataque casacional a la sentencia, no es suficiente con afirmar que
se acude a la causal primera del artículo 220 del C. de P.P., toda vez que este
genérico enunciado no allana en manera alguna el camino a definir con la
concreción exigida por la ley, el exacto motivo en el que se apoya el reproche,
pues semejante postulación deja abierta la posibilidad a que la discrepancia con el
fallo se sustente en la vulneración directa o la indirecta de la ley sustancial.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Auto Casación
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Pereira
• Procesado : RESTREPO RIOS, CARLOS ARTURO
• Delitos : Peculado por apropiación
• Proceso : 14701
• Publicada : Si
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DEMANDA DE CASACION
Cuando con apoyo en la causal tercera de casación denuncia la transgresión del
principio de favorabilidad por haberse aplicado la ley 40 de 1994 y no el original
artículo 323 del Código Penal, el actor no hace otra cosa que evidenciar absoluto
desconocimiento de la técnica que gobierna el instituto, pues una tal censura no
podría proponerse con fundamento en la causal en que dice apoyarse, sino en la
primera, mediante la demostración de haber incurrido el fallador en un vicio in
iudicando por una errada selección normativa, siendo la solución, no la
invalidación de lo actuado como se pretende, sino la imposición de la
consecuencia punitiva prevista en la legislación que se estima aplicable al caso.

Si bien el casacionista parte de anunciar que el cargo se soporta en la transgresión


directa de la ley sustancial, a renglón seguido sostiene que el sentenciador incurrió
"en error de hecho por desconocimiento de los medios probatorios que tienen
legal acepción en el proceso y que a pesar de su existencia fueron ignorados en la
sentencia", lo cual torna en contradictorio, por ende, inestudiable, el cargo, toda
vez que las dos hipótesis de error no pueden ser alegadas simultáneamente.

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Auto Casación
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Rechaza la demanda de casación
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Riohacha
• Procesado : DURAN CARRILLO, CARLOS JAVIER
• Delitos : Homicidio imperfecto
• Proceso : 13860
• Publicada : Si
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CASACION DISCRECIONAL-Requisitos
De conformidad con lo dispuesto por el artículo 218 del C. de P.P:, adicionado por el
artículo 35 de la Ley 504 de 1999, el recurso extraordinario de casación
discrecional procede contra las sentencias de segunda instancia proferidas por los
Tribunales Superiores de Distrito Judicial, el Tribunal Penal Militar, el hoy extinguido
Tribunal Nacional, o el Tribunal que llegue a crear la ley para el conocimiento de la
segunda instancia en los procesos por los delitos de competencia de los jueces
penales del circuito especializados, por delitos que tengan señalada pena
privativa de la libertad inferior a seis años, y también, contra fallos de segundo
grado emitidos por los Juzgados Penales del Circuito, independientemente de la
pena prevista en la ley para el delito de que se trate.

Acorde con lo previsto por el artículo 223 ejusdem, su interposición debe hacerse
dentro de los quince días siguientes a la última notificación del fallo de segundo
grado, y, dentro del mismo término, como exigencia consustancial a la naturaleza
del recurso, presentar la fundamentación debida frente a los motivos que
determinan la viabilidad de la admisión, en relación con las posibilidades que para
su interposición la ley otorga, ya sea para perseguir, por esta vía, el desarrollo de
la jurisprudencia o la garantía de un derecho fundamental presuntamente violado
en las instancias ordinarias.
La doctrina de esta Corte, ha sido persistente en dejar sentado que, de todas
maneras, si el recurrente opta por alguna de esas dos alternativas de interposición
del recurso que la ley ofrece, o por ambas, es de su carga precisar, clara y
nítidamente, las razones por las cuales la Corte debe intervenir.

De esta manera, si lo perseguido es un pronunciamiento con criterio de autoridad


en relación con determinado punto jurídico que por lo oscuro merezca ser
clarificado, resulta indispensable que ello se diga en el escrito de sustentación,
indicándose igualmente, si lo que se pide es la unificación de posiciones
encontradas sobre el particular, la actualización de la doctrina hasta el momento
imperante o el pronunciamiento sobre un punto aún no desarrollado. Además,
señalar de qué manera la decisión demandada presta el doble servicio de
solucionar el caso y servir de norte a la actividad judicial.

También ha sido suficientemente dicho, que si la inconformidad se funda en


denunciar la violación de un derecho fundamental, el impugnante está obligado a
desarrollar una argumentación lógica dirigida a patentizar el desacierto, con
señalamiento de las normas constitucionales que protegen el derecho invocado y
su concreto desconocimiento con el fallo recurrido.

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Casación Discrecional
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Rechaza el recurso extraordinario de casación discrecional
• Procedencia : Juzgado 43 Penal del Circuito
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : LORA RAMIREZ, AUGUSTO GUILLERMO
• Delitos : Lesiones personales culposas
• Proceso : 15949
• Publicada : Si
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VIOLACION DIRECTA DE LA LEY


Es característica propia de la vulneración directa de la ley sustancial en técnica de
casación, como su nombre mismo lo indica, que la transgresión se presenta de un
modo inmediato, es decir que el cuestionamiento al fallo debe exclusivamente
recaer sobre el contenido jurídico de la norma y prescindir en forma absoluta de
confrontar la valoración probatoria o los fundamentos fácticos en que se ha
edificado la decisión.

De ahí que, independientemente de cualquier consideración a las pruebas que


hayan servido al sentenciador en la formación de su juicio sobre el decurso fáctico
de los hechos, a la afirmación según la cual el fallo ha violado directamente la ley
sustancial, debe exclusivamente corresponder como sustento, la demostración de
que se dejó de aplicar, se aplicó indebidamente o se interpretó en forma
equivocada la ley.

Magistrado Ponente: Dr. CARLOS A. GALVEZ ARGOTE

Auto Casación
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : ACERO, JOSE LEOVICELDO
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 14890
• Publicada : Si
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PROCEDIMIENTO PENAL/ CONDENA DE EJECUCION


CONDICIONAL
1-. Sobre la identidad del sistema procesal penal colombiano, de singular
tendencia acusatoria, la Corte ha señalado cómo en atención a los principios
procesales de la separación funcional entre fiscal acusador y juez de conocimiento
y el carácter preclusivo de la calificación, ésta no puede desconocerse o variarse
circunstancialmente por ninguno de los directores eventuales del proceso, por lo
menos antes de la sentencia, además porque dicha división de roles trata de
preservar la imparcialidad del juzgador.

Pues bien, es importante entender la letra y el espíritu del artículo 250 de la


Constitución Política, en relación con los poderes de la Fiscalía y los jueces en
Colombia, antes de ensayar cualquier encuadramiento tipológico del
procedimiento en los sistemas procesales universalmente reconocidos.

Así, la citada norma constitucional, que tutela el ejercicio de las funciones


procesales, dice que "corresponde a la fiscalía general de la nación, de oficio o
mediante denuncia o querella, investigar los delitos y acusar a los presuntos
infractores ante los juzgados y tribunales competentes…". Sin embargo, la
investigación y la acusación a cargo de la Fiscalía, no son actos procesales
indefinidos ni enteramente libres, porque el mismo precepto fundamental se
encarga de matizar su alcance, en el sentido de que "para tal efecto la fiscalía
general de la nación deberá: … "2. Calificar y declarar precluidas las
investigaciones realizadas".

Es decir, antes de acusar, la Fiscalía debe "calificar y declarar precluidas las


investigaciones", sencillamente porque ese acto de calificación formal, si tiene
sentido acusatorio, será el límite y la medida de la discusión en la fase
subsiguiente del juzgamiento.

Ahora bien, como mediante dicho acto formal de calificación, la Fiscalía declara
precluidas las investigaciones, significa que la resolución de acusación, una vez
ejecutoriada, supone el cierre de una etapa procesal y a la vez la firmeza de la
decisión correspondiente (principio de preclusión), razón por la cual no podrá
volverse sobre ellas para modificarlas o so pretexto de mejorarlas, todo en
perjuicio de la garantía de conocimiento pleno y anticipado de los sujetos
procesales para la discusión posterior en el juicio, salvo el caso de nulidad por
error sustancial en la denominación jurídica de la infracción, pues en esa segunda
fase procesal sólo es admisible el debate probatorio y la controversia en derecho
para confirmar, degradar o desvirtuar la acusación, jamás para incrementarla
(sentencias de casación agosto 2 de 1995, M. P. Ricardo Calvete Rangel y febrero 4
de 1999, M. P. Jorge Aníbal Gómez Gallego).

De modo que, desde el definido punto de vista constitucional, el acto formal de


resolución acusatoria es no solo la pieza toral de introducción al juicio, sino
también el eje de los debates, motivo por la cual, con el fin de cumplir
acendradamente la delimitación del objeto de la relación jurídico-procesal, se hace
necesario la lectura inicial y prevalente de esa providencia de acusación en la
audiencia pública (C. P. P., art. 449).

Y para una indicación más precisa sobre la individualización de la estructura


procesal, el legislador exige una congruencia del fallo "con los cargos formulados
en la resolución de acusación" (art. 220-2 C. P. P.), pues en manera alguna supedita
tal correlación a eventuales y posteriores actitudes acusadoras o exculpatorias de
la Fiscalía como sujeto procesal en el juicio, simplemente porque ésta, en virtud de
su esencia constitucional de autoridad objetiva, bien puede sostener la acusación
para sentencia de condena o pedir la absolución (idem, art. 129).

La libertad del fiscal para apreciar racionalmente los cargos de la resolución


acusatoria, ya en calidad de sujeto procesal dentro juicio, no significa volver sobre
dicho acto formal para variarlo, sino simplemente la facultad de hacer una
propuesta al juez como la puede formular cualquiera otra parte dentro del proceso
penal (sin retrocederlo injustificadamente), sólo que desde allí todo queda librado
a la decisión racional del juzgador, quien en todo caso, como tampoco puede
suplantar la función calificatoria exclusiva de la Fiscalía dentro de la oportunidad
preclusiva indicada, deberá respetar la correlación con dicha acusación expresa, la
cual puede traducirse en la aceptación de la misma para condenar, o en la
exclusión de ella para absolver, o en la admisión de un cargo equiparable o
degradado dentro de los límites del título y capítulo respectivos, según previsión
del artículo 442-3 del Código de Procedimiento Penal.

2-. Una cosa es la consideración del subrogado de la condena de ejecución


condicional, como objeto de valoración anticipada para otorgar la excarcelación
provisional en el curso del proceso, caso en el cual, salvo lo dispuesto en el artículo
417 del C. de P. Penal, sólo es posible auscultar el aspecto objetivo de la institución
(cantidad y calidad de pena privativa de la libertad), por mandato del numeral 1°
del artículo 415 del mismo ordenamiento; mientras que si se produce una
sentencia condenatoria, por ser ésta el espacio por antonomasia para decidir
definitivamente en relación con el sustituto, será imperativo analizar en integridad
los requisitos del artículo 68 del Código Penal, entre los que cuenta, además del ya
mencionado factor patético de la sanción, esa ponderación subjetiva basada en la
personalidad, naturaleza y modalidades del hecho punible que reflejará la
necesidad o inutilidad del tratamiento penitenciario.

Precisamente, por cuanto la definición del subrogado de la condena de ejecución


condicional compete al juez en la sentencia, las precedentes determinaciones de
excarcelación, aunque fundamentadas en un requisito propio del instituto, siempre
tendrán el carácter de provisionales y esencialmente removibles.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Sentencia Casación
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Fe de Bogotá
• Procesado : MARIN YEPES, JOSE ARQUIMEDES
• Delitos : Acceso carnal violento
• Proceso : 11184
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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APELACION
No puede olvidarse que el recurso de apelación por ministerio del artículo 217 del
C. de P.P. impone al juez ad quem limitarse en su estudio a los aspectos
impugnados; de esta manera la ley transmite al fallo de primera instancia el papel
complementario del de la segunda, porque la definición normal de la litis adviene
con la sentencia, y mal podrían coexistir dos pronunciamientos con este rango de
definitividad ante unos mismos hechos e idéntico procesado.

Magistrado Ponente: Dr. MARIO MANTILLA NOUGUES


Sentencia Casación
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Marta
• Procesado : ARMENTA FUENTES, JORGE ELIECER
• Delitos : Homicidio
• Proceso : 13285
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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DEMANDA DE CASACION/ VIOLACION DIRECTA DE LA LEY


A pesar de que uno y otro reparo tienen el denominador común de la violación de
la ley sustancial, no puede olvidarse que es indebida la mezcla de ambas
direcciones, porque su reunión en el mismo argumento ha lugar a la manifiesta
contrariedad, pues la transgresión directa supone la conformidad del impugnante
con los hechos relatados y la valoración judicial-probatoria de los mismos,
mientras que la indirecta exige el señalamiento de los errores de hecho y de
derecho cometidos por el juzgador durante la apreciación de las pruebas.

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Casación
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Rechaza in límine la demanda
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Santa Rosa de Viterbo
• Procesado : AMAYA PUCHIGAY, SMITH MATILDE
• Delitos : Homicidio agravado
• Proceso : 14321
• Publicada : Si
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ACCION DE REVISION-Prueba nueva


1-. La acción de revisión no es, como parece haberse entendido, una instancia
adicional en donde se pueda reabrir el debate probatorio e insistir en tesis
rebatidas, y por demás fallidas, que reflejan únicamente la inconformidad de los
sujetos procesales con la decisión judicial.

La demanda de revisión que no se adecúe con los parámetros que la misma ley
establece en el artículo 234 del Código de Procedimiento Penal, no podrá ser
admitida, pues es inaceptable que so pretexto de la excepcional acción, se intente
regresar a la controversia probatoria, ya finiquitada en las instancias, al punto de
generar la expedición de decisiones que al haber hecho tránsito a cosa juzgada
son inamovibles y permanecen tuteladas con certeza de intangibilidad.

2-. En punto de la causal invocada, esto es el numeral 3° del artículo 232 del
Código de Procedimiento Penal, para que el líbelo pueda ser admitido, el
demandante debe estructurar un discurso jurídico completo, tendiente a
demostrar, con apoyo en los anexos pertinentes, que con posterioridad a la
sentencia condenatoria aparecieron hechos nuevos o surgieron nuevas pruebas,
no conocidas al tiempo de los debates, de manera que se genere un grado
significativo de persuasión en el sentido de que el condenado puede ser inocente o
que pudo haber actuado en condiciones de inimputabilidad, independientemente
de la decisión que hubiere de adoptarse en la sentencia que decida la acción de
revisión.

Implica como mínimo identificar, explicar y aportar, si fuere el caso, los hechos y
pruebas nuevas, elaborando con base en ellos proposiciones jurídicas tendientes a
establecer que, de haberse valorado al tiempo del proceso, se hubiera concluido
que el enjuiciado es inocente, o que era inimputable.

Se trata, pues, de remover la autoridad de la cosa juzgada buscando evitar la


persistencia de una sentencia que ahora se revela materialmente injusta, ante el
advenimiento de hechos o pruebas nuevas con entidad suficiente para tornar la
condena en absolución por inocencia del procesado, o permitir la modificación de
las decisiones tomadas para adaptarlas a quien ha debido procesarse como
inimputable.

3-. Sin embargo, no toda circunstancia relacionada con los sucesos ignorada antes
de proferirse la sentencia condenatoria puede catalogarse como hecho nuevo, ni
todo aspecto probatorio no advertido a tiempo se aviene con la noción de prueba
nueva, en los términos del numeral 3° del artículo 232 del Código de
Procedimiento Penal.

Magistrado Ponente: Dr. EDGAR LOMBANA TRUJILLO

Acción de Revisión
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Reconoce apoderado e inadmite la demanda de revisión
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Tunja
• Procesado : BUSTAMANTE HURTAS, BERNARDA DEL TRANSITO
• Delitos : Falsedad en documento privado
• Proceso : 16102
• Publicada : Si
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TERMINACION ANTICIPADA DEL PROCESO/ SENTENCIA


ANTICIPADA/ CASACION
La jurisprudencia ha sido persistente en sostener que en tratándose de sentencias
de conformidad, proferidas dentro del trámite abreviado, los aspectos respecto de
los cuales puede interponerse el recurso de apelación condicionan la viabilidad del
recurso extraordinario de casación sin que resulte posible la discusión de otros
temas, pues de desconocer la Corte la restricción impuesta, " sería propiciar la
frustración de la legítima prohibición de retractación de la aceptación voluntaria de
responsabilidad, a través de otro medio legal (la burla de la ley por la misma ley) y
el desconocimiento de la naturaleza especial de estas formas prematuras de
terminación del proceso " (Auto Mayo 6/97. M. P. Dr. GOMEZ GALLEGO).

En ese sentido conviene recordar lo dicho por la Sala, sobre que " por mandato del
artículo 37B del C. de P. P., para el procesado y su defensor la sentencia anticipada
sólo es ‘apelable’ respecto de la dosificación de la pena, el subrogado de la
condena de ejecución condicional, y la extinción de dominio sobre bienes. Esta
limitación en la materia del recurso de apelación se impone para preservar la
estructura misma del rito especial, pues, si se permite en esa oportunidad una
discusión del cargo o de una atenuante descartada en la diligencia, sería propiciar
una desestabilizadora retractación de lo aceptado, sin perjuicio obviamente de
reclamar la nulidad por violación de garantías fundamentales. Aunque la norma
sólo se refiere a restricciones en la apelación, es claro que si el recurso de casación
recae sobre el fallo de segunda instancia y éste, por obra de la limitante no podía
pronunciarse en relación con aspectos distintos a los antes señalados, resulta
también patente, por sustracción de materia, que la Corte no podrá ocuparse de lo
que legalmente estaba vedado al Tribunal (C.P.P., art. 218) " .

" Esta carencia de interés jurídico para recurrir, que se erige en presupuesto
procesal de la demanda en forma, ha sido resaltada por la Sala en las decisiones
del 4 de marzo y 16 de octubre de 1996, 5 de junio, 2 de agosto y 29 de agosto de
1997, entre otras. " (Sent. Cas. Abril 16/98. Mgs. Ptes. Dres. GOMEZ GALLEGO y
MEJIA ESCOBAR).

Contra las sentencias proferidas en los casos de culminación anticipada del


proceso, no tienen cabida cuestionamientos relacionados con el mérito persuasivo
otorgado a las pruebas, toda vez que, de una parte, la aceptación de la
responsabilidad por los cargos formulados comporta la renuncia a la controversia
de los fundamentos fácticos y jurídicos de la acusación y, de otra, lo prohibe el
artículo 37B del Código de Procedimiento Penal al limitar los temas susceptibles de
proponer en impugnación.

Magistrado Ponente: Dr. FERNANDO ARBOLEDA RIPOLL

Sentencia Casación
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : No Casa
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Valledupar
• Procesado : ESCOBAR ROMERO, EDELBER ALEJANDRO
• Delitos : Falsedad material de particular en doc. púb., Estafa, Falsedad
en documento privado
• Proceso : 11166
• Publicada : Si
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PRESCRIPCION/ HOMICIDIO PRETERINTENCIONAL


El artículo 323 del Código Penal, antes de la reforma dispuesta en la ley 40 de
1993, preveía una sanción de 10 a 15 años de prisión. Esta pena, merced a la
calificación específica del hecho como homicidio preterintencional, puede
reducirse de una tercera parte a la mitad, de conformidad con el artículo 325 del
mismo estatuto, lo cual significa que la sanción máxima imponible sería de diez
(10) años de prisión.

Pues bien, de acuerdo con el artículo 80 del Código Penal, el término de


prescripción de la acción penal está atado al máximo de la pena fijada en la ley,
pero en ningún caso será inferior a cinco (5) años ni excederá de veinte (20). En
este caso, el lapso inicial de prescripción sería entonces de diez (10) años, pero,
producida la resolución de acusación ejecutoriada, el término se interrumpe y
comenzará a correr de nuevo por un tiempo igual a la mitad del señalado, esto es,
cinco (5) años (art. 84 idem).

Magistrado Ponente: Dr. JORGE ANIBAL GOMEZ GALLEGO

Auto Casación
• Fecha : 30/09/1999
• Decisión : Declara prescripción de la acción penal
• Procedencia : Tribunal Superior del Distrito Judicial
• Ciudad : Valledupar
• Procesado : AGUANCHA JIMENEZ, GIL ENRIQUE
• Delitos : Homicidio preterintencional
• Proceso : 13646
• Publicada : Si
Véase también en Internet: www.fij.edu.co

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Providencias publicadas en la Gaceta Judicial

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