You are on page 1of 1

Desierto (Junio 21-05)

Encuentro

El espíritu de Jesús, a través de la paz y del silencioso vínculo y recogimiento


con la naturaleza, llega hasta mí e inunda mi ser. Me acojo sin reservas a
Jesús y al Espíritu Santo – en este hermoso jardín del monasterio de Las
Consolatas..... y le pido acompañe mi caminar.

Lo percibo aquí, a mi lado, siento su mirada, su bondad y su amor, su


serenidad, su paz... prácticamente lo veo y me pregunto cómo sería estar a su
lado en el otro plano, el plano espiritual. Qué grandioso sería... inimaginable.

¡Gracias Señor por estar conmigo ¡ Gracias por este jardín, por el paisaje, por
la creación. Gracias Señor por la vida, por mis padres, por mi pareja, por mis
hijos, hermanos y todos los seres queridos que me has dado. Te pido que nos
encontrémos todos contigo! En la vida espiritual. Que seamos UNO contigo!

Gracias por el pajarito que canta a mi lado, por tu creación y por la armonía que
se desprende de ella. Gracias nuevamente por estar vivo, por cada respiración
que alimenta mi vida y que constituye lo único inmutable que encuentro, pues
sé que todo cambia y que debo prepararme para el cambio. Ayúdame Señor!.
Gracias por la dicha de la vida guiada por tu ejemplo y tu protección... y
sobretodo por la gracia de entender la vida como algo inseparable de ti, pues
de nada valdría sin el significado divino de tu creación. Ayúdame a crecer en ti,
a expandir mi conciencia en Dios y a fortalecer mi fe.

La hoja que acaba de caer en mi cuaderno evoca aún más tu nombre. No te


escondas en tu creación... permite que sienta aún más tu presencia. Déjame
interiorizarte y permanece con tu luz en mi corazón, enriqueciendo mi espíritu.
De antemano te agradezco Señor por concederme tan grandes peticiones.
Tómame de la mano y llévame a compartir contigo la vida espiritual a pesar de
mi debilidad y de mi insignificancia; recibe mi abandono en ti, pues en tus
manos deposito todo mi ser, toda mi vida y la de las personas que amo.

No permitas que olvide mi origen de barro. Hazme más humilde. Haz que mi
corazón, que mi esencia alcance total humildad, pues sé que de la humildad
nace el amor. Aléjame del orgullo, de las vanidades y de las falsas ilusiones.
Que no me importe mi imagen o prestigio sino la gloria del Padre. Que pueda
despersonalizar mi yo hasta negarlo totalmente y hazme conciente de mi
transitoriedad. Ahuyenta de mi alma las aprehensiones, los miedos y la
ansiedad. Ayúdame también a aceptar la enfermedad, la vejez, la soledad y la
muerte.

Gracias Señor por permitirme llevar esta charla contigo en este bello jardín. Tu
eres mi fortaleza y mi refugio. Por favor permanece en mi corazón, con el
regocijo y la paz del tuyo y que tu rostro resplandezca en mi mente y en mi
corazón por siempre. Amén.

You might also like