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OPORTUNIDADES Y RIESGOS DEL USO DE LA

BIOENERGÍA PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN


AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

INTRODUCCIÓN

1. En los últimos tres decenios, la bioenergía ha sido parte de la labor de la


CEPAL y de la FAO. Recientemente, en respuesta a la Declaración de
Johannesburgo de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible (CMDS) y
los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), se puso en marcha un proceso
en la FAO, como organismo de generación de conocimiento, análisis y
divulgación, para entregar políticas directas y asistencia técnica en el campo a
los países miembros, movilizando su experiencia interdisciplinaria en cuestiones
de bioenergía, que van desde consideraciones de agronomía, uso de la tierra,
género, tecnología, industria y medio ambiente.

2. En este sentido, la FAO ha preparado una Plataforma Internacional de


Bioenergía (IBEP) que tiene como finalidad ofrecer los nexos decisivos para
facilitar la transición hacia un futuro de energía sostenible, acoplando los
beneficios locales con los mundiales y teniendo en cuenta el bienestar de las
futuras generaciones. Sin embargo, es necesario aún más investigación y
asistencia técnica en estas áreas aprovechando el potencial para maximizar las
oportunidades derivadas de la producción de bioenergía y minimizar los riegos
de afectar negativamente la seguridad alimentaria.

3. Este documento, preparado por la CEPAL y la Oficina Regional de la FAO


para América Latina y Caribe, pretende discutir algunos aspectos importantes
del debate sobre el tema y preparar un conjunto de recomendaciones para ser
distribuidas al Comité de Seguridad Alimentaria de la FAO que se reúne en
Roma del 7 a 10 de mayo de 2007.

A. ALGUNOS ANTECEDENTES DE LA BIOENERGIA Y LA


SEGURIDAD ALIMENTARIA

4. El documento elaborado para el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial


bajo el titulo “Evaluación de la Situación de la Seguridad Alimentaria Mundial”
(CFS:2007/2), analiza el tema de los impactos de la competencia entre
alimentos y bioenergia. En ese documento se asevera que la bioenergía
presenta tanto oportunidades como riesgos. Las implicaciones de la bioenergía
para la seguridad alimentaria y el medio ambiente dependerán de la escala y
velocidad de cambio, así como el tipo de sistema que se considere, la estructura
de los mercados de productos y energía, y las decisiones en materia de políticas
agrícolas, energéticas, ambientales y comerciales1. En el sector de la bioenergía
están produciéndose rápidos cambios tecnológicos que implican grandes
dificultades para prever sus impactos futuros.

5. El documento también aborda las cuatro dimensiones de la seguridad


alimentaria: disponibilidad, acceso, estabilidad y utilización, analizando los
posibles impactos del aumento de la producción de biocombustibles sobre estos
elementos de la seguridad alimentaria. De manera general se pretende mostrar
que dependiendo de la tecnología adoptada, de la estructura de mercado y de
las políticas emprendidas para la bioenergia deberíamos tener impactos
diferenciados en la seguridad alimentaria.

6. Para América Latina y el Caribe las recomendaciones del documento citado


(CFS:2007/2), son muy importantes debido a la diversidad de situaciones
edafoclimáticas y también de las condiciones de producción de las diferentes
materias primas para la bioenergía. Es bastante evidente que algunos países
poseen condiciones naturales adecuadas para suplir parte importante de su
consumo energético con productos provenientes del agro. Sin embargo, hay que
considerar que el impacto social y económico derivado de la introducción o
intensificación de ciertos cultivos sea negativo, aunque el país tenga
condiciones de producción sin tener que sobre explotar sus recursos naturales.
Por ultimo tenemos que considerar la situación de países que no poseen
condiciones naturales para la producción de bioenergia y que obviamente, no
podrán participar de este esfuerzo para la substitución de las importaciones de
petróleo.

7. En esos tres casos es fundamental considerar además de las condiciones


objetivas presentadas anteriormente (tecnología, estructura de mercado,
velocidad de cambio y políticas) la necesidad de construir un marco institucional
propio que podrá incluso alterar las políticas y las tecnologías adoptadas para
permitir un desarrollo más armónico del sistema productivo.

8. Los sistemas bioenergéticos pueden clasificarse esencialmente en tres


categorías principales con vistas a analizar sus implicaciones para la seguridad
alimentaria, es decir: i) biomasa tradicional quemada directamente para cocinar
y proporcionar calefacción; ii) tecnologías modernas a base de biomasa para la
generación de electricidad; y iii) biocombustibles líquidos como el etanol y el
biodiésel, utilizados principalmente en el sector de los transportes2. No obstante,
este documento se enfoca en los bíocombustibles líquidos, entre otras razones,
porque son el segmento de más rápido crecimiento del sector bioenergético y
porque América Latina y el Caribe, pero en especial algunos países del Cono
Sur, tienen condiciones muy favorables para su producción actual y futura
expansión. La otra razón para enfatizar los biocombustibles líquidos es que, por
ahora, se producen fundamentalmente a base de cultivos agrícolas que también
pueden ser utilizados para la alimentación y los piensos, por lo que podrían
tener repercusiones directas en la seguridad alimentaria por medio de sus
efectos en los precios de los productos básicos.

B. LAS DIMENSIONES DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA Y LA


BIOENERGÍA

1
Ver “Evaluación de la Situación de la Seguridad Alimentaria Mundial” (CFS:2007/2), párrafo 45.
2
Puede encontrarse más información técnica sobre los sistemas bioenergéticos en: FAO.2006.
Presentación de la Plataforma Internacional de Bioenergía (IBEP). Roma.
(http://www.fao.org/sd/dim_en2/en2_060501_es.htm).

2
Disponibilidad

9. América Latina y el Caribe tiene una amplia capacidad de producción,


exportación e importación de alimentos, por lo que la disponibilidad no es el
principal problema de la seguridad alimentaria. Ademas, la región presenta un
mayor crecimiento en la producción de alimentos (en torno a 0,6% anual entre
1990 y 2003) y una mayor proporción de exportaciones de alimentos respecto al
promedio mundial (SOFA 2006). En el gráfico 1 se presenta un índice “oferta de
energía alimentaria per cápita”3 de los países de la región para el periodo 1990-
1992 y 2002-2004. Todos los países, a excepción de Haití y Bolivia, presentan
un superávit y Perú presentaba un déficit en el periodo 1990-92. Este gráfico
también muestra que países como Argentina (debido a la crisis económica del
2000-2001), Dominica, Guatemala, Panamá y Venezuela tuvieron un
crecimiento negativo en este indicador. Estimaciones más recientes de FAO
indican que entre 1995-97 y 2002-04 República Dominicana, Ecuador y
Honduras también tuvieron un crecimiento negativo en la disponibilidad de
alimentos. En general los países de Centroamérica, cuya dieta está basada en
el maíz, son los que presentan mayores riesgos de disponibilidad de alimentos,
ya sea por una baja en la producción nacional, debido a efectos climáticos
adversos, o en una reducción de su capacidad para importar debido al aumento
potencial de los precios de maíz.

Gráfico 1 Índice de oferta de energía alimentaria per capita


1.5

Cuba

Mex
Bra
1.4

Bar

Uru SV&Gr
Gre Arg
Periodo 2002-04
1.3

Chi
Bel
T&T CR
Guy
Dom
SurSK&N
Jam
Ecu Bah
1.2

Sluc
Per ColEsal
Par
1.1

Hon Ven
Nic Pan
RD
Bol Gua
1

Hai

.8 1 1.2 1.4 1.6


Periodo 1990-92
Fuente: Food Security Statistics, FAO

10. Considerando las áreas con condiciones edafoclimáticas, ambientales, así


como las tecnologías de producción apropiadas y el área necesaria para una
obtención de mezcla de 5% de etanol (E5), podemos ver que los países con
mayor potencial de expansión de la frontera agrícola, en base a caña o maíz,
son: Brasil, Bolivia, Argentina, Colombia, Paraguay y Uruguay (Gráfico 2). En

3
Este índice se calculó como la razón entre la oferta de energía alimentaria (kca/persona/día) y el
requerimiento mínimo promedio per capita (2200 kcal/persona/día): valores mayores a 1 significa
superávit y menores a 1 déficit.

3
biodiésel (B5) los países con mayor potencial, a partir de soja o palma aceitera,
son: Brasil, Argentina, Perú, Colombia, y Bolivia (Gráfico 3).

Gráfico 2 Potencial de expansión del área agrícola una vez alcanzada una mezcla
de E5, Área apta – (área cultivada + área para E5 (1000 Has)

35000

Caña de Azúcar
30000 Maíz

25000

20000

15000

10000

5000

0
Guyana
Paraguay

Uruguay
México

Venezuela
Bolivia

Argentina

Cuba

Costa Rica

El Salvador
Nicaragua

Perú
Honduras

Chile
Brasil

Surinam

Ecuador

Haití
Guatemala
Colombia

Bahamas

Rep. Dominicana

Panamá

Jamaica
Nota: Potencial basado en factores edafoclimáticos, ambientales y una tecnología de
producción medianamente intensiva en conocimientos e insumos. Valores mutuamente
excluyentes entre cultivos.
Fuente: Unidad de Desarrollo Agrícola, CEPAL, en base a datos IIASA y FAO.

Gráfico 3 Potencial de expansión del área agrícola una vez alcanzada una mezcla
de B5, Área apta – (área cultivada + área para B5). (1000 Has)

50000

45000
Palma Aceitera
Soja
40000

35000

30000

25000

20000

15000

10000

5000

0
México
Bolivia

Venezuela
Guyana

Paraguay

Uruguay
Perú

Nicaragua

Costa Rica

Cuba

Argentina

Chile

El Salvador
Brasil

Honduras

Haití

Ecuador
Colombia

Surinam

Guatemala

Panamá
Rep. Dominicana

Jamaica

Bahamas

Nota: Potencial basado en factores edafoclimáticos, ambientales y una tecnología de


producción medianamente intensiva en tecnología e insumos. Valores mutuamente
excluyentes entre cultivos.
Fuente: Unidad de Desarrollo Agrícola, CEPAL, en base a datos IIASA y FAO.

4
11. Es necesario notar que se pueden aún realizar grandes avances en distintas
áreas tecnológicas, como mejoramiento del proceso productivo, biotecnología,
uso de subproductos, etcétera. Un ejemplo de esto son los aumentos de la
productividad agrícola en la cadena de caña de azúcar-etanol en Brasil (Gráfico
4).

Gráfico 4 Caña de azúcar: área cultivada y áreas liberadas gracias a mejoras tecnológicas

8.000 80

Productivity (tons/hectares)
Area ( thousand hectares)

7.000 70
productivity
Prod Média
6.000 60
preserved
Área Poupada
area
5.000 50

4.000 40

3.000 Área Colhida area


cropped 30

2.000 20
8

4
/7

/8

/8

/8

/8

/8

/9

/9

/9

/0

/0
/9

/9

/0
77

79

81

83

85

87

89

91

93

95

97

99

01

03
Nota: 1 tonelada de azúcar = 80 litros de alcohol. 1 hectárea de caña de azúcar = 6
metros cúbicos de alcohol.
Fuente: CIMA

12. Existe la percepción generalizada de que la tierra arable está totalmente


ocupada o que existe solamente una pequeña cantidad disponible para nuevas
tierras de cultivo. Las cifras muestran lo contrario (Gráfico 5).

Gráfico 5 Disponibilidad de tierras arables por país

Nota: Área cosechada en 2004. Tierras arables en potencial equivalente.


Fuente: FAO, Land Resources Potential and Constraints at Regional and Country Level
(2000) y FAO (2007), elaborado por ICONE.

5
Acceso

13. Esta dimensión medida por la subnutrición, la pobreza y la pobreza extrema


y la desigualdad son los factores más relevantes en América Latina y el Caribe.
Si bien los informes recientes indican que la subnutrición y pobreza extrema se
han reducido en la región, aún existen 209 millones de personas que viven en
condiciones de pobreza (39.8% de la población), 81 millones de pobreza
extrema o indigentes (15.4% de la población)4, 52.4 millones de subnutridos
(10% de la población total)5.

14. Los programas de bioenergia podrían representar una gran oportunidad si


pudieran ser focalizados hacia los pequeños productores con poca capacidad de
acceder a los mercados para la venta de sus productos. Con la creación de un
nuevo mercado y compras garantizadas por parte del gobierno o por las
empresas procesadoras, esos pequeños productores pasarían a tener un
ingreso estable y programado. Con esto se abre la posibilidad de invertir y
ampliar sus actividades.

15. Experiencias exitosas en la organización de los productores de ricino en


Brasil han demostrado que los programas de producción de aceite para la
bioenergia son poderosos elementos dinamizadores de las economías locales.
Actualmente podemos destacar la participación de más de 30 mil familias de
pequeños agricultores involucrados en la producción de materias primas en la
región semi-árida del nordeste de Brasil.6

16. Cabe resaltar que en Brasil con el financiamiento para la producción de


ricino, estos agricultores siembran fríjol intercalado, lo que ha aumentado
significativamente la producción de alimentos en las mismas áreas utilizadas
para la producción de biocombustibles.

17. Sin embargo, en el corto plazo es muy probable que una rápida y fuerte
expansión en la producción de biocombustibles a nivel mundial tenga efectos
importantes en el sector agrícola y también en América Latina. Estos efectos
pueden manifestarse en cambios en la demanda, exportaciones, asignación de
hectáreas para cultivos energéticos y no energéticos y finalmente en los precios
de los cultivos, poniendo en riesgo, el acceso a alimentos de los sectores más
pobres.

18. Estudios recientes muestran que un aumento en la demanda por


biocombustibles puede resultar en: 1) aumento en el precio de los cultivos
energéticos, 2) aumento en el precio de los cultivos tradicionales y 3) una
reducción en el precio de los subproductos de la producción de biocombustibles,
i.e., torta de soya, grano destilado.7

4
CEPAL. 2006. Panorama Social de América Latina 2006. Comisión Económica para América
Latina y el Caribe. Diciembre de 2006

5
FAO. 2006. El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2004: Seguimiento de los
avances en la consecución de los objetivos de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación y de los
Objetivos de desarrollo del Milenio. Roma, Italia.

6
Se estima que para completar el 2% de mezcla de biodiésel, Brasil tendría una participación de
205 mil agricultores familiares con una utilización de aproximadamente 603 mil hectáreas.
(Campos, Arnoldo., Secretario de Agricultura Familiar del Ministerio de Desarrollo Agrario de
Brasil, presentación hecha en FAO-RLC, abril 2007).
7
Documento de trabajo CEPAL “ Efectos económicos de la producción de Biocombustibles en el
sector agrícola de América Latina” a ser publicado en la Serie Desarrollo Productivo en el
transcurso de 2007.

6
19. Por ultimo es importante señalar que un aumento generalizado en el precio
de los cultivos puede tener impactos en la distribución del ingreso. Esto es, el
aumento de los precios de los cultivos pudiera representar una transferencia de
ingreso de los consumidores hacia los productores y de las zonas urbanas hacia
las rurales. Este efecto positivo pudiera estar alineado con el objetivo de algunos
países de fortalecer el ingreso de las zonas rurales, dependiendo de la
distribución de los costos y beneficios.

20. Por ende, es importante que los países diseñen políticas de biocombustibles
que promuevan y aseguren la rentabilidad de estos, así como también que los
beneficios de la producción de biocombustibles alcancen las zonas rurales y
garanticen y promuevan el acceso a alimentos de los sectores más
desprotegidos.

Estabilidad

21. El principal componente de la estabilidad está en la garantía de mantención


de las actividades productivas, con precios remunerativos, por un periodo largo.
En nuestra región el riesgo de inestabilidad alimentaria está presente pues las
políticas muchas veces son pasajeras y pertenecen a un gobierno. La
estabilidad tiene relación también con la preservación de los recursos naturales.
La producción en muchos casos no es sostenible, o para su viabilidad se
destruyen otros cultivos o actividades8. Por lo tanto, la estabilidad de la
seguridad alimentaria dependerá de las orientaciones y diseño de políticas para
los programas de bionergía en nuestra región.

22. Uno de los incentivos para la producción de biocombustibles es el aumento


de los precios del petróleo. Sin embargo, es importante notar que éste aumento
puede tener dos efectos, que operan en sentido opuesto:9

1) El aumento en el precio del petróleo aumenta los costos de producción


de la agricultura lo que pudiera resultar en una contracción de la
producción.10

2) El incremento en el precio del petróleo genera incentivos para la


producción de biocombustibles, lo cual estimula la demanda por cultivos
energéticos.

23. En relación a los costos de producción, sin considerar aspectos caloríficos


de materias primas diversas, en países seleccionados y citados por FAO11, los
datos para el 2006 son los siguientes:

8
Este ha sido, entre otros, el caso de los bosques que fueron cortados para abrir
espacio para la palma aceitera en algunas regiones de Asia.
9
Para una discusión mas detallada de dichos efectos vease OECD (2006) “Agricultural Market
Impacts of Future Growth in the Production of Biofuels” Working Party on Agricultural
Policies and Markets, Paris.
10
El efecto del incremento del precio del petróleo no es homogéneo ya que hay cultivos que son
más intensivos en el uso de energía.
11
Grains for Food and Fuel – at what price? Prakash, A., borrador presentado en reunion de
FAO, 11 de abril 2007, Roma.

7
(i) En la Unión Europea el costo neto de producción de biodiésel
proveniente de aceites vegetales es US$ 835/TM de
biocombustible;
(ii) En EE.UU. el costo neto del etanol derivado del maíz es de US$
546/TM de biocombustible;
(iii) En Brasil el costo neto de producción de etanol derivado del azúcar
es de US$ 387/TM de biocombustible, es decir notoriamente más
bajo que EE.UU. y Unión Europea.

24. El posible aumento y escala de la producción de biocombustibles depende


de cual de los dos efectos sea el dominante. Adicionalmente, la heterogeneidad
con la que los precios del petróleo afectan los costos de producción agrícola,
altera los incentivos para la producción de cada uno de los cultivos energéticos
lo que a su vez puede tener impactos en la magnitud de los desplazamientos de
otros cultivos y por ende en los precios de estos.

Utilización

25. La bioenergía también podría afectar a la dimensión de la seguridad


alimentaria de manera indirecta, disminuyendo la disponibilidad de agua para
usos domésticos, amenazando el estado de salud y en consecuencia, la
situación en materia de seguridad alimentaria de las personas afectadas. En
efecto, algunos sistemas de producción de bioenergía exigen cantidades
considerables de agua, tanto para la producción de la materia básica como para
la conversión a biocombustible. En cuanto a la utilización de agua para la
producción primaria, justamente dos de los cultivos más promisorios para la
elaboración de etanol y biodiésel, respectivamente, la caña de azúcar y la palma
aceitera, tienen requerimientos altos de agua (entre 1.500 a 2.500 mm/año),
mientras el maíz, la yuca, la soja, el ricino y el algodón están entre los cultivos
considerados aptos para biocombustibles con requerimientos medianos de agua
(entre 500 a 1.000 mm/año).

26. Las políticas no deberían permitir que los sistemas de producción de


bioenergia intensivos en la utilización de recursos naturales, principalmente el
agua, se trasladen hacia zonas en las que puedan tener un impacto negativo en
la producción de alimentos. La calidad del agua y la mantención de los recursos
genéticos son la base para la preservación del modo de vida de las poblaciones
indígenas en nuestra región. No se puede permitir la contaminación de ese
patrimonio por la utilización de diferentes variedades de plantas, agro-tóxicos o
agua en condiciones precarias de uso.

C. CONCLUSIONES Y LINEAMIENTOS DE ACCIÓN

27. La percepción generalizada es que la tierra arable está totalmente ocupada


o que existe poco margen para ampliarse a nuevos cultivos. Las cifras para
América Latina y el Caribe muestran lo contrario, es decir que existe aun un
gran potencial para su aumento. Parte de esta tierra arable disponible podría ser
utilizada para cultivos energéticos que si están acompañados de un paquete de
políticas y programas bien diseñados, podrían ir en beneficio de millones de
pequeños productores rurales que actualmente se encuentran en condiciones
de pobreza, sin comprometer los bosques ni la seguridad alimentaria de la
región.

28. Si las tecnologías de segunda generación basadas en materias primas


lignocelulósicas llegaran a ser viables desde el punto de vista comercial, la

8
competencia por la tierra y otros recursos agrícolas podría reducirse. Los
sistemas de biodiésel en pequeña escala podrían incluso mejorar la fertilidad del
suelo si las especies de leguminosas oleaginosas empleadas para la producción
de energía se cultivan en rotación con cultivos alimentarios.

29. Los biocombustibles líquidos son el segmento de más rápido crecimiento del
sector bioenergético y pueden tener repercusiones directas en la seguridad
alimentaria por medio de sus efectos en los precios de los productos
alimenticios y piensos. Pero el impacto sobre los precios serían de corto plazo
hasta que se encuentre un nuevo equilibrio entre oferta y demanda.

30. Los costos de producción de biocombustibles líquidos en la Unión Europea y


EE.UU. son mayores que los costos de los combustibles fósiles lo que obliga a
subsidiar estos productos; esto no ocurre en Brasil cuyos costos son 46% de los
de la Unión Europea y 71% de los costos de EE.UU.

31. Según señala la FAO (CFS:2007/2): “La bioenergía presenta tanto


oportunidades como riesgos para la seguridad alimentaria. Sus repercusiones
variarán en el espacio y a lo largo del tiempo dependiendo de la evolución de las
fuerzas del mercado y de los avances tecnológicos, elementos que a su vez
recibirán la influencia de las decisiones sobre políticas adoptadas en los planos
nacional e internacional. Es necesario preparar un marco analítico que tenga en
cuenta la diversidad de situaciones y necesidades específicas de los países”
(párrafo 73).

32. Es de responsabilidad de los gobiernos de la región tomar la iniciativa para


concretar la formulación de este marco analítico, maximizando las
oportunidades y minimizando los riesgos que pueda presentar la producción de
bioenergía teniendo en cuenta las realidades de cada país.

33. En el sector bioenergético influyen en gran medida las políticas relacionadas


con al menos cuatro ámbitos: el medio ambiente, la agricultura, la energía y el
comercio. Las políticas adoptadas en un ámbito pueden afectar a los resultados
en otras esferas.

34. Es necesario conocer la probable posición ex ante (positiva o negativa) de


los potenciales interesados en el desarrollo de una política de producción y/o
uso de biocombustibles, frente a los distintos instrumentos de política necesarios
para su implementación e ir midiendo cómo estas posiciones van cambiando en
el tiempo. Entre los actores potencialmente interesados se encuentran: los
Ministerios de Agricultura, Energía, Medio Ambiente, Finanzas, Industria y
Comercio, el Instituto de Normas y Estándares, los Institutos de Investigación
públicos y privados, los legisladores y partidos políticos, los Gobiernos locales,
las organizaciones empresariales y gremiales, los colegios de profesionales, las
ONG y organizaciones de la sociedad civil, los grupos de presión nacionales e
internacionales, la prensa, la banca nacional, internacional e inversionistas, las
compañías petroleras, las distribuidoras de gasolina y diesel, etc.

35. Además se considera indispensable la implementación de un conjunto de


políticas que puedan reducir los riesgos en la adopción de cultivos
bioenergéticos sobre la seguridad alimentaria:

(i) políticas de desarrollo y ordenamiento territorial empezando por una


zonificación agro ecológica indicativo de las tierras disponibles para los
cultivos bioenergéticos, ordenamiento de los incentivos y penalidades
para el uso de bosques, agua, etc.;

9
(ii) políticas tecnológicas que exploren todas las posibilidades de
materias primas de la región y que sean accesibles a los pequeños
agricultores y orientadas a tecnologías de pequeña escala, tanto para el
segmento agrícola como para el industrial y de consumo final.

(iii) políticas de regulación de los mercados de productos y servicios que


definan claramente el marco regulatorio del uso de los biocombustibles,
las normas de comercio, sus incentivos e impuestos, etc.;

(iv) políticas de mejoramiento de las relaciones contractuales entre los


diversos actores de la cadena productiva desde la producción primaria
hasta el consumidor final, incluyendo la inserción de la agricultura
familiar y la garantía de los derechos laborales.

(v) políticas que tengan en cuenta también la estructura de consumo de


los biocombustibles de manera que no se incentive el desperdicio en
función de un modelo de consumo creciente de energía.

36. La Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, se centrará


en implementar líneas de trabajo en la región en el área de la bioenergía
haciendo énfasis en las potencialidades y sostenibilidad de la agro energía,
proveer apoyo y colaboración en programas y proyectos de campo, así como la
preparación de base de datos, estrategias de comunicación y difusión sobre los
biocombustibles.

37. Se invita a los países a que empiecen a discutir un Código de Conducta


Voluntario de la Producción y Utilización de Bioenergía. Se potenciará el trabajo
conjunto con otros organismos internacionales buscando sinergias que permitan
optimizar los resultados de actividades multidisciplinarias. De esta forma, se
busca implementar un conjunto de políticas y un acervo de buenas prácticas que
orienten la realización de mejores intervenciones público-privadas en la
promoción del desarrollo y la reducción de la pobreza.

10

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